“Tus enemigos tratarán de engañarte.” Deuteronomio 33:29. (Biblia de Jerusalén)

24 de Diciembre
“Tus enemigos tratarán de engañarte.” Deuteronomio 33:29. (Biblia de Jerusalén)

a1Ese archienemigo, el diablo, es un mentiroso desde el principio; pero es tan convincente que, al igual que nuestra madre Eva, somos conducidos a creerle. Sin embargo, en nuestra experiencia comprobaremos que es un mentiroso.

Él dice que caeremos de la gracia, que deshonraremos nuestra profesión, y que pereceremos con la condenación de los apóstatas; pero, confiando en el Señor Jesús, nos mantendremos en nuestro camino y comprobaremos que Jesús no pierde ninguno de los que Su Padre le ha dado. Él nos dice que nuestro pan faltará, y que moriremos de hambre con nuestros hijos; sin embargo, el Alimentador de los cuervos no nos ha olvidado todavía, y nunca lo hará, sino que nos adereza mesa en presencia de nuestros angustiadores.

Él nos susurra que el Señor no nos librará de la prueba que se vislumbra a la distancia, y amenaza diciendo que la última onza romperá el lomo del camello. ¡Es un gran mentiroso! Pues el Señor no nos dejará nunca, ni nos abandonará. “¡Líbrele ahora!”, grita ahora el falso demonio: pero el Señor lo acallará viniendo a nuestro rescate.
Él se deleita grandemente diciéndonos que la muerte demostrará ser demasiado para nosotros. “¿Cómo harás en la espesura del Jordán?” Pero allí también comprobará que nos miente, y atravesaremos el río cantando salmos de gloria.

La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román

Spurgeon, C. H. (2008). La Chequera del Banco de la Fe. Bellingham, WA: Logos Bible Software.

“A José dijo: bendita de Jehová sea tu tierra, con lo mejor de los cielos, con el rocío, y con el abismo que está abajo.” Deuteronomio 33:13.

23 de Diciembre
“A José dijo: bendita de Jehová sea tu tierra, con lo mejor de los cielos, con el rocío, y con el abismo que está abajo.” Deuteronomio 33:13.

a1Nosotros podemos ser ricos con las mismas cosas que obtuvo José, y podemos alcanzarlas en un sentido más elevado. ¡Oh, que tuviéramos “lo mejor de los cielos”! El poder con Dios, y la manifestación del poder de Dios, son cosas sumamente preciosas. Queremos disfrutar de la paz de Dios, del gozo del Señor, de la gloria de nuestro Dios. Valoramos mucho más que el oro finísimo, la bendición de las tres divinas Personas en amor, en gracia, y comunión. Las cosas de la tierra son como nada en cuanto a preciosidad, comparadas con las cosas del cielo.
“El rocío”. ¡Cuán precioso es esto! ¡Cómo oramos y alabamos, cuando tenemos el rocío! ¡Qué refrigerio, qué crecimiento, qué perfume, qué vida hay en nosotros cuando el rocío abunda! Por encima de todas las demás cosas, como plantas plantadas por la propia diestra del Señor, necesitamos el rocío de Su Santo Espíritu.

“El abismo que está abajo.” Seguramente esto se refiere a ese océano invisible subterráneo que suministra todos los frescos manantiales que alegran la tierra. ¡Oh, conectarse con las fuentes eternas! Esta es una bendición indecible; ningún creyente ha de descansar hasta poseerla. La toda-suficiencia de Jehová es nuestra para siempre. Recurramos a ella ahora.

La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román

Spurgeon, C. H. (2008). La Chequera del Banco de la Fe. Bellingham, WA: Logos Bible Software.