COOPERACIÓN

COOPERACIÓN

Charles R. Swindoll

16 de noviembre, 2018

Proverbios 30

Las grandes civilizaciones con frecuencia logran cosas impresionantes porque tienen un gran líder que les presenta una visión, dirige sus recursos y organiza a sus miembros inspirándolos a actuar, en tanto que él va adelante.

Las personas por lo general hacen un mejor trabajo cuando tienen a un líder, cuando alguien les ayuda a lograr lo que pueden hacer mediante un esfuerzo coordinado. Pero, ¿qué hacer si no hay líder?

La langosta. El sabio hebreo Agur escribió solo dos renglones acerca de la langosta, pero dentro de esas pequeñas frases ilustró un fenómeno que todo ciudadano de Israel había visto de manera personal. Agur se refirió a la langosta, un insecto muy similar al saltamontes, pero su diferencia principal es que viaja en enjambres.

Para los granjeros, una plaga de langostas era una de las cosas más temidas. Esos insectos llegan en grandes cantidades y comienzan a comerse todos los cultivos que encuentran a su paso. Cada langosta adulta puede comer su propio peso en alimento. Multiplica eso por cientos de miles de ellas. En el Antiguo Testamento, se mencionan como una gran peste. El sonido que generan los enjambres es muy similar al de un avión comercial volando bajo.

De acuerdo con el sabio, sin embargo esas criaturas no tienen líder, no tienen un proyecto, no se organizan, no coordinan ni ejecutan un plan de acción. Sin embargo vuelan como un equipo alineado y destruyen grandes cantidades de cultivo con eficacia aterradora. La palabra que se traduce como «cuadrillas» en el texto ilustra a los arqueros que mantenían un espacio determinado entre ellos. De esa forma el escritor utiliza esta imagen para enfatizar la presencia de cooperación dentro del enjambre.

El secreto del éxito de la langosta es la cooperación. Van juntas sin molestarse entre sí, volando en formación, al punto de convertirse en una fuerza imparable. La langosta ilustra su principio que los sabios no deben ignorar: lo que no podemos lograr por nosotros mismos, lo podemos hacer juntos.

Reflexión: ¿Anteriormente consideró los desafíos que enfrenta? Analícelos nuevamente y considere de qué forma puede unirse con otras personas para resolver problemas juntos. Por ejemplo, las madres solteras que necesitan cuidado para sus hijos pueden unirse para compartir el costo de contratar a alguien o acomodar un horario donde cada una de ellas pueda cuidar a los hijos de los demás. Busque personas que tengan desafíos similares al de usted, converse con ellas y piensen en ideas creativas que ayuden a todos a vencer esos desafíos.

Adaptado del libro, Viviendo los Proverbios (Editorial Mundo Hispano, 2014). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2018 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

PRUDENCIA

PRUDENCIA

Charles R. Swindoll

15 de noviembre, 2018

Proverbios 30

Los niños entran al mundo sin entender el concepto del «no puedo». No obstante, el mundo comienza a enseñarles que hay algunas cosas que ciertamente están más allá de su alcance. Cuando llegamos a la edad adulta, varios fracasos ya han delineado nuestras capacidades. Desafortunadamente, estos fracasos pueden robarnos la confianza haciéndonos tímidos y sin deseos de intentar lograr metas alcanzables y dignas. Los sabios conocían sus limitaciones, pero no permitían que esas limitaciones se volvieran excusas.

El conejo.  Agur, el sabio que escribió este conjunto de proverbios, utilizó un animal bien conocido en Judea para ilustrar una característica admirable de la sabiduría. La palabra hebrea es shafan. La forma plural es shefanim. Representa una especie de roedor parecido al conejillo de indias con orejas pequeñas, cuerpo gordo, cola rechoncha y pelo café corto. En la edad adulta, este tipo de criaturas puede llegar a medir unos cincuenta centímetros y pesar unos cuatro kilos. Al igual que los conejos, son animales dóciles.

Se alimentan de vegetación en la mañana y, en la noche, viven en madrigueras formando comunidades muy apegadas. Un shafan no tiene defensas naturales contra sus depredadores, los leopardos, las serpientes, los lobos y las águilas. A pesar de que todos los animales quieren comérselos y que pueden ser cazados desde el cielo o desde la tierra, muy pocos shefanim son víctimas de sus depredadores. ¿Sabe cuál es la razón? viven en refugios muy protegidos, siempre se mantienen cerca de sus madrigueras y tienen un sistema muy complejo de vigilancia. Los adultos por lo general buscan lugares altos donde puedan vigilar y prevenir a los demás si hay algún signo de peligro.

Comparado con muchos otros animales, el shafan lleva las de perder. Vive en terrenos ásperos y es una criatura relativamente indefensa. No obstante, sale adelante porque reconoce sus propias limitaciones y aprovecha sus circunstancias. Además, utiliza su comunidad como protección.

Todos tenemos limitaciones, pero una de las claves para tener éxito en la vida es rehusar que esas limitaciones se conviertan en excusas. Por el contrario, debemos buscar la forma de lograr las metas que procuramos.

Reflexión: ¿Cuáles limitaciones le están amenazando en este momento? ¿Una discapacidad física? ¿Problemas financieros? ¿Obstáculos políticos o sociales? Acepte sus limitaciones pero considere la forma de improvisar, de adaptarse a ellas y vencerlas para así lograr sus metas.

¿De qué forma su comunidad puede ser parte de la solución para ayudarle a lograr sus metas?

Todos tenemos limitaciones, pero una de las claves para tener éxito en la vida es rehusar que esas limitaciones se conviertan en excusas.

Charles R. Swindoll

Adaptado del libro, Viviendo los Proverbios  (Editorial Mundo Hispano, 2014). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2018 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

DILIGENCIA

DILIGENCIA

Charles R. Swindoll

14 de noviembre, 2018

Proverbios 30:24-28

Hormigas, conejos, langostas y lagartijas. Parece una lista del arca de Noé o de los personajes de una película animada, ¿no cree? Estas cuatro criaturas que se mencionan en Proverbios 30:24-28 ilustran cualidades que toda persona sabia debe de poseer.

El pasaje comienza diciendo que estas cuatro criaturas son pequeñas en tamaño, pero son más sabias que los sabios (v. 24). Cada una ofrece una característica especial que reemplaza una limitación significativa. Naturalmente, esos contrastes nos invitan a analizar a estas criaturas y luego apreciar la forma en que la sabiduría se aplica a sus propias desventajas.

La hormiga. Tarde o temprano, todos llegamos a sentirnos imposibilitados o inadecuados. Eso me sucedió a mí durante mi tercer año del seminario. En esa época, tuvimos nuestro primer hijo y yo era pastor asistente de mi mentor, el doctor Dwight Pentecost. Gracias a ello, pude tener un salario estable. Además de esas responsabilidades, tenía que ir al seminario veintiún horas a la semana, además de otros dos cursos extracurriculares que tomé (no fue una buena decisión). Durante ese tiempo, la mama de Cynthia estaba muriendo de cáncer, yo tenía piedras en los riñones y un chofer ebrio choco nuestro auto, rompiéndole a mi hijo la mandíbula y destruyendo nuestro auto. Para ser honesto, yo quería tirar la toalla. No tenía tiempo y me sentía agotado. Los gastos médicos del embarazo y del accidente eran gigantescos. Me sentía física y espiritualmente exhausto.

Recuerdo una noche, cuando me sentía desesperado. Fui al patio del apartamento y miré al cielo, ese gran cielo estrellado de Texas. Me sentía extremadamente pequeño e inadecuado y allí me puse a orar derramándole mi corazón al Señor.

Proverbios 30:25 dice que las hormigas no son fuertes. A diferencia de una gran muchedumbre de persona, las hormigas son vulnerables al ataque y pueden ser destruidas fácilmente. No obstante, siguen adelante a pesar de su debilidad. ¿Sabe por qué? Porque nunca se rinden. Sirven a su comunidad sin que tengan superiores que les estén gritando órdenes. Trabajan cada día para mantener un lugar seguro donde vivir. Reúnen alimento durante los tiempos abundantes para poder sobrevivir durante las dificultades inevitables. La hormiga nos da un ejemplo como la diligencia, la dedicación, la previsión y la ingeniosidad, en pequeñas dosis y día con día, hacen que una colonia esté protegida y alimentada.

Esa noche en particular, Dios me recordó que yo era responsable nada más que de dar lo mejor de mí cada día.

No veía la forma de pagar las cuentas, de completar la carrera en el seminario y de darle un hogar cómodo a nuestro hijo, pero al menos podía concentrarme en dar lo mejor de mí cada día. Y de esa forma, poco a poco, salimos de esa época difícil.

Reflexión: ¿Qué desafíos enfrenta en este momento que le hacen sentir abrumado? Comience a establecer un plan a largo plazo para encargarse del asunto. Mucho mejor si cuenta con la ayuda de un profesionales adecuadamente capacitados. Luego, enfóquese en el día de mañana y de lo mejor de usted.

Adaptado del libro, Viviendo los Proverbios  (Editorial Mundo Hispano, 2014). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2018 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

LAS HERIDAS DE LA INTOLERANCIA

LAS HERIDAS DE LA INTOLERANCIA

 Charles R. Swindoll

12 de noviembre, 2018

Proverbios 192428-30

¿Es la intolerancia uno de tus afanes diarios? Sea honesto. ¿Tiene dificultad de permitir que otras personas den opiniones con las cuales no está de acuerdo o con aquellas conductas de personas que no viven igual que usted? Puedo pensar en una variedad de formas en que la intolerancia muestra su actitud:

Una persona saludable es impaciente con una persona enferma.
Una persona fuerte no simpatiza con una persona débil.
Una persona veloz tiene muy poca paciencia con una persona lenta.
Una persona productiva no entiende el retraso de otra.
Una persona próspera apenas puede imaginar el dolor de la pobreza.
Una mente audaz no entiende la vergüenza de una persona de lento aprendizaje.
Una persona coordinada no entiende a una persona torpe.
Una persona pragmática critica a una persona filosófica.
Una persona filosófica se burla de los pragmáticos por su estructura.
Un ingeniero no aprecia al artista.
Una persona estable y segura tiene dificultades para comprender a una persona frágil y temerosa.

Karl Menninger habló de ello con una percepción muy aguda:

«Cuando una trucha al haber sido capturada por un anzuelo se da cuenta de que ya no puede nadar libremente, comienza a luchar y a chapotear esperando que eso la ayude a escapar. Con frecuencia, la situación es demasiado difícil para la trucha. Asimismo, el ser humano lucha con su ambiente y con aquellos anzuelos que lo atrapan. A veces logra dominar esas dificultades, pero a veces son demasiadas para él. Sus luchas tienen que ver con la forma en que el mundo ve las cosas y la forma en que vive. Es muy difícil para un pez que nada libre comprender lo que le está ocurriendo al que acaba de ser pescado»1

Quizás sea un «pez libre» Si nunca ha sentido el dolor de un anzuelo o el pánico de quedar atrapado, entonces sea lo suficientemente sabio para no dejar que la arrogancia lo domine.

Reflexión: ¿De qué forma otras personas han malentendido sus luchas personales? ¿Cómo es que sus propias luchas le han ayudado a mostrar gracia a los demás? ¿Cómo responde a alguien que está pasando por dificultades que usted nunca ha experimentado? ¿Cómo puede ofrecerle apoyo?

Adaptado del libro, Viviendo los Proverbios  (Editorial Mundo Hispano, 2014). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2018 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos. 1. Karl A. Menninger. The Chosen, (El Escogido). (New York: Ballantine Books, 1967).

EL LADO OSCURO DE LA TOLERANCIA

EL LADO OSCURO DE LA TOLERANCIA

Charles R. Swindoll

9 de noviembre, 2018

Proverbios 192428-30

Los fundadores de los Estados Unidos de Norteamérica formaron esa naciónn bajo la premisa de que cada individuo tendría que enfrentarse a Dios algún día y dar cuentas por sus creencias y conducta. Así, Estados Unidos de Norteamérica se convirtió en el primer estado moderno que estableciera un designio oficial de tolerancia religiosa, que se formalizó en la primera enmienda de la constitución:

«El Congreso no hará ley alguna con respecto a la adopción de una religión o la prohibición del libre ejercicio de dicha actividad, o coartar la libertad de expresión o de impresión, o el derecho del pueblo de reunirse pacíficamente y de solicitar al gobierno reparación de agravios».

Con estas palabras, los fundadores de los Estados Unidos de Norteamérica concedieron a todos los ciudadanos «la gracia para permitir que los demás fuesen diferentes». La constitución nos protege de una interferencia gubernamental o de la intromisión de nuestro prójimo con respecto a nuestra relación con Dios. Esto se puede resumir como la tolerancia en su máxima expresión en lo que respecta a la legislación política y religiosa. Esta legislación permite que las personas que están en desacuerdo puedan vivir en una armonía razonable los unos con los otros.

En años recientes, sin embargo, el término tolerancia ha dado un giro preocupante. Se ha convertido en una palabra común en la sociedad actual y ahora significa que no solo debemos vivir pacíficamente con aquellas personas que tienen creencias contrarias a las nuestras sino que también debemos aceptar que sus creencias sean verdaderas como las nuestras. Por ende, si no afirmamos la conducta o las creencias de los demás, se nos culpa de intolerantes. Considere, por ejemplo, un grupo de personas que decide que la poligamia es un estilo de vida alternativo y le exige al gobierno que los reconozca legalmente y afirme los matrimonios múltiples. Si usted o yo utilizamos el derecho de la primera enmienda para mostrarnos en desacuerdo abiertamente, automáticamente nos convierten en culpables de «intolerancia». Por esta razón, la tolerancia se ha vuelto un término negativo entre muchos fieles creyentes en Cristo.

Claramente, esta no es la clase de tolerancia que se muestra en las Escrituras. Cuando hablamos de tolerancia e intolerancia, tenga en mente que un creyente genuino no puede respaldar nada que sea contrario a la Biblia.

Reflexión: ¿De qué forma ha sido impactado por la definición incorrecta de tolerancia o intolerancia? ¿Cómo reacciono? Ahora que tiene una mejor definición de esos términos, ¿de qué forma reaccionará ante futuras acusaciones de que es intolerante?

Adaptado del libro, Viviendo los Proverbios (Editorial Mundo Hispano, 2014). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2018 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

EL GRAN MÉDICO

EL GRAN MÉDICO

Charles R. Swindoll

7 de noviembre, 2018

Proverbios 5, 14, 23-24, 27

La envidia es una enfermedad del alma que uno puede ignorar por un tiempo, pero eventualmente hay que enfrentarla. Al igual que un cáncer que se esparce lentamente, la envidia llegará a consumirle. Con la edad, ira encontrando más injusticias en la vida y ya no podrá disfrutar de las ventajas que tiene ahora si pone su mirada en esas personas que, aunque no se lo merecen, parecen tener privilegios y posesiones que usted no tiene. En tanto que el tiempo transcurre, saber que esas personas tienen esos beneficios puede quitarle la paz. La envidia le torturará con sus susurros engañosos. Lo peor es que en vez de sentirse feliz porque Dios ha bendecido a otras personas, empezará a resentirle y eso le puede llevar incluso a la ira. La envidia, nos recuerda Salomón, hace enojar al ser humano.

Este es el momento de enfrentar la envidia.

La paz es de aquellos que están contentos con lo que Dios les provee. Con aquellos que se gozan con los que están felices. Una marca de madurez es la habilidad de apreciar a una persona más talentosa y aplaudir a otra persona más especial y más bendecida que nosotros.

Una reacción así nos alinea con la soberanía de un Dios que «a este abate y a aquel exalta» (Salmos 75:7).

Le aconsejo que se unas a Salomón, los sabios de Israel y a Asaf, exponiendo su lucha interna con la envidia y entregándosela al médico de nuestra alma. Al igual que la venganza, la envidia es un mal que no debemos ignorar. Pidámosle al médico que utilice su escalpelo y saque esa enfermedad. Si no lo hacemos, la envidia puede convertirse en una enfermedad terminal del alma. Pídale a Dios que se deshaga de ella hoy mismo.

Reflexión: Usted conoce los peligros de la envidia y ya ha descubierto la cura. No obstante, el corazón del ser humano disfruta los placeres temporales de la envidia. ¿Por qué cree que la envidia es tan atractiva? ¿Cuál efecto a largo plazo tiene la envidia en la vida espiritual de una persona? ¿De qué forma otras personas pueden ayudarle a vencer la envidia en su propia vida?

Adaptado del libro, Viviendo los Proverbios  (Editorial Mundo Hispano, 2014). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2018 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

EL GRAN MÉDICO

EL GRAN MÉDICO

Charles R. Swindoll

7 de noviembre, 2018

Proverbios 51423-2427

La envidia es una enfermedad del alma que uno puede ignorar por un tiempo, pero eventualmente hay que enfrentarla. Al igual que un cáncer que se esparce lentamente, la envidia llegará a consumirle. Con la edad, ira encontrando más injusticias en la vida y ya no podrá disfrutar de las ventajas que tiene ahora si pone su mirada en esas personas que, aunque no se lo merecen, parecen tener privilegios y posesiones que usted no tiene. En tanto que el tiempo transcurre, saber que esas personas tienen esos beneficios puede quitarle la paz. La envidia le torturará con sus susurros engañosos. Lo peor es que en vez de sentirse feliz porque Dios ha bendecido a otras personas, empezará a resentirle y eso le puede llevar incluso a la ira. La envidia, nos recuerda Salomón, hace enojar al ser humano.

Este es el momento de enfrentar la envidia.

La paz es de aquellos que están contentos con lo que Dios les provee. Con aquellos que se gozan con los que están felices. Una marca de madurez es la habilidad de apreciar a una persona más talentosa y aplaudir a otra persona más especial y más bendecida que nosotros.

Una reacción así nos alinea con la soberanía de un Dios que «a este abate y a aquel exalta» (Salmos 75:7).

Le aconsejo que se unas a Salomón, los sabios de Israel y a Asaf, exponiendo su lucha interna con la envidia y entregándosela al médico de nuestra alma. Al igual que la venganza, la envidia es un mal que no debemos ignorar. Pidámosle al médico que utilice su escalpelo y saque esa enfermedad. Si no lo hacemos, la envidia puede convertirse en una enfermedad terminal del alma. Pídale a Dios que se deshaga de ella hoy mismo.

Reflexión: Usted conoce los peligros de la envidia y ya ha descubierto la cura. No obstante, el corazón del ser humano disfruta los placeres temporales de la envidia. ¿Por qué cree que la envidia es tan atractiva? ¿Cuál efecto a largo plazo tiene la envidia en la vida espiritual de una persona? ¿De qué forma otras personas pueden ayudarle a vencer la envidia en su propia vida?

Adaptado del libro, Viviendo los Proverbios  (Editorial Mundo Hispano, 2014). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2018 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

LA CURA PARA LA ENVIDIA COMÚN

LA CURA PARA LA ENVIDIA COMÚN

Charles R. Swindoll

6 de noviembre, 2018

Proverbios 51423-2427

Asaf luchaba con la envidia. Le costaba entender por qué los justos apenas podían salir adelante mientras que los impíos disfrutaban estilos de vida opulentos y suntuosos. Esta injusticia aparente le molestaba tanto que afectó su fe.

¿Quién no ha luchado con la duda? Su crisis de fe hubiese pasado desapercibida si no fuera por el hecho de que él era un líder de adoración en Israel, responsable de conducir los servicios del pueblo de Dios. Pero en vez de esconder sus dudas, Asaf escribió una canción donde expresaba las preguntas que tenía y hablaba acerca de ese laberinto de confusión teológica por el cual estaba pasando.

«En cuanto a mí, por poco se deslizaron mis pies; casi resbalaron mis pasos porque tuve envidia de los arrogantes» (Salmos 73:23).

Asaf continúa su canción detallando las razones de su envidia.

En resumen, el arrogante se hizo más rico mientras que el piadoso, más pobre. Y por si esto fuese poco, el impío abusaba del justo y con ello se burlaba de Dios. Como si la propia pobreza de Asaf no fuera suficiente, él sentía que Dios había recompensado a los malos por su mal comportamiento. En ese momento, el pecado y la rebelión parecían ser un estilo de vida más atractivo.

La crisis de fe de Asaf encontró su solución cuando alejó sus ojos de la riqueza material y empezó a adorar a Dios:

«Pensé para entender esto; ha sido duro trabajo ante mis ojos hasta que, venido al santuario de Dios, comprendí el destino final de ellos» (Samos 73:16, 17).

Cuando su atención se volvió a enfocar en Dios en vez de sus circunstancias, Asaf venció la envidia. Adorar al Señor volvió a orientar su perspectiva de tres formas específicas:

Primero, Asaf volvió a acomodar sus prioridades: la sabiduría era más importante que la riqueza.

Segundo, volvió a obtener una perspectiva eterna: la verdadera recompensa de la fidelidad viene después.

Tercero, volvió a evaluar sus valores: una intimidad con Dios es el mayor tesoro que existe.

Reflexión: ¿Con qué frecuencia verdaderamente adora a Dios? ¿De qué forma puede incorporar esa adoración a su rutina semanal? ¿Cómo puede animar y apoyar a otros que luchan con la duda?

Adaptado del libro, Viviendo los Proverbios  (Editorial Mundo Hispano, 2014). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2018 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

EL POTENCIAL DESTRUCTIVO DE LA ENVIDIA

EL POTENCIAL DESTRUCTIVO DE LA ENVIDIA

Charles R. Swindoll

5 de noviembre, 2018

Proverbios 51423-2427

Seamos honestos. A veces el pecado parece ofrecernos más que lo que la justicia puede darnos. Si observamos el mundo actual, el impío parece tener todas las ventajas, ¿lo ha notado?

Ellos van por la vida con relativa facilidad, evitan los problemas por medio de mentiras y trampas, pueden tener el automóvil que desean, vivir donde quieran y dañar a cualquiera con tal de obtener lo que quieren. Y parece que, por lo general, se salen con la suya, sin tener que enfrentar ninguna clase de responsabilidad. Es como si supieran que, cuando tienen que enfrentar algo difícil, simplemente lo pasan por alto. Si alguien se entromete en su camino, lo pasan por encima. Cuando comparamos ese estilo de vida egocéntrico con la disciplina de la devoción a Dios y los límites de sus parámetros justos, no se necesita ser muy inteligente para comprender cómo la envidia puede tentarnos.

Ahora bien, nosotros no solo envidiamos al impío. También podemos tener esa clase de envidia respecto de nuestros propios hermanos. La envidia puede darse de un momento a otro y puede ocurrir en una gran cantidad de situaciones:

  • Cuando escuchamos a un orador más elocuente.
  • Cuando observamos a un líder más capaz.
  • Cuando visitamos una iglesia más grande.
  • Cuando leemos un mejor libro.
  • Cuando conocemos a una mujer más hermosa o a un hombre más exitoso.
  • Cuando escuchamos a un evangelista más efectivo.
  • Cuando deseamos manejar un automóvil más lujoso.
  • Cuando escuchamos a un cantante más popular.

La lista de la envidia no tiene fin. Ni siquiera los predicadores son inmunes a ella.

Quizás este sea su afán diario y puede intensificarse cuando ve que su edad es mayor que sus logros. Hubo un tiempo cuando podría deshacerse de ese sentimiento y no darle demasiada importancia. Pero al ir envejeciendo y al ver cómo los problemas acaban con su paciencia, quizá su fe esté alcanzando una crisis significativa. Mañana, descubriremos el remedio para la enfermedad de la envidia. Por ahora, piense en los efectos de la envidia en su vida espiritual.

Reflexión: ¿Cuáles circunstancias, con frecuencia, hacen que dude de su fe o pongan en duda su manera piadosa de vivir? ¿Cómo reacciona ante estas crisis? ¿Qué le puede ayudar a volver al curso correcto?

Seamos honestos. A veces el pecado parece ofrecernos más que lo que la justicia puede darnos.

Charles R. Swindoll

Adaptado del libro, Viviendo los Proverbios  (Editorial Mundo Hispano, 2014). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2018 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

UN HORRIBLE MONSTRUO ROJO

UN HORRIBLE MONSTRUO ROJO

Charles R. Swindoll

2 de noviembre, 2018

Proverbios 51423-2427

En muchos países latinoamericanos, existe la expresión: «está verde de envidia» y a veces a la envidia se la llama el «monstruo de ojos verdes». En la Biblia, sin embargo, el color no es el mismo.

La palabra hebrea que se traduce como envidia o celos es quanah y significa «llenarse intensamente de rojo». Esta imagen representa a alguien cuyo rostro se ha enrojecido por el enojo como parte del proceso químico cuando la sangre se muestra por la piel, Como parte de una emoción feroz. Para demostrar la ironía del idioma, las palabras «celos», «ardor» y «envidia» vienen de la misma raíz lingüística. Esa misma emoción que enoja a un ser humano (Proverbios 6:34) es la misma que lo invade con pasión para defender a su país o para amar a su esposa y a sus hijos.

La Biblia con frecuencia utiliza la palabra quanah en un sentido negativo. El libro de Proverbios nos advierte en contra de desear la riqueza y las posesiones que los impíos obtienen de manera deshonesta:

No envidies al hombre violento (Proverbios 3:31).

No tenga tu corazón envidia de los pecadores (Proverbios 23:17).

No tengas envidia de los hombres malos ni desees estar con ellos (Proverbios 24:1).

No te enfurezcas a causa de los malhechores ni tengas envidia de los impíos(Proverbios 24:19).

Esas advertencias son extremadamente importantes a pesar de que el origen de la envidia no debería sorprendernos. Un juego mental que muchas personas utilizan es imaginar lo que sería deshacerse de las restricciones, vivir sin la inconveniencia de la ética, hacer cualquier cosa, ir a cualquier lugar. Piénselo. El pecado tiene placeres sensuales y temporales. Y aunque no duran mucho tiempo (Hebreos 11:25), el pecado no es aburrido.

El idioma español y el hebreo asignan colores diferentes a ese monstruo llamado envidia, pero ambos reconocen el mismo resultado de esa emoción destructiva. La envidia lleva al pecado (Proverbios 14:30) y el pecado lleva a la vergüenza, una emoción representada por el color rojo.

Tenga cuidado de lo verde de la envidia porque terminaría rojo de vergüenza.

Reflexión: ¿Qué es lo que lo mantiene viviendo bajo los límites éticos y morales establecidos en la Escritura? ¿Qué le ayuda a evitar la envidia de aquellos que no siguen las directrices bíblicas?

Tenga cuidado de lo verde de la envidia porque terminaría rojo de vergüenza.

Charles R. Swindoll

Adaptado del libro, Viviendo los Proverbios  (Editorial Mundo Hispano, 2014). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2018 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.