Simón Pedro (1) – Su conversión

Viernes 4 Agosto
Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan… Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías… Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas.
Juan 1:40-42
Simón Pedro (1) – Su conversión
Andrés había oído predicar a Juan el Bautista, y por ello creyó que Jesús de Nazaret era el Mesías. Luego se lo dijo a Simón, su hermano; esto fue lo primero que hizo. El deseo ardiente de dar a conocer a Cristo a los demás es una de las manifestaciones evidentes de una auténtica conversión, y eso es precisamente lo que vemos en Andrés. No se le menciona mucho en el Nuevo Testamento; era un hermano de “bajo perfil”, pero al llevar a Simón a Cristo, hizo posible que miles de personas se salvaran (véase Hechos 2:38-41). Andrés “le trajo a Jesús”, ¡e innumerables multitudes a lo largo de los tiempos se lo agradecen!

El encuentro de Simón con el Señor Jesús fue transformador -¡su vida nunca volvería a ser la misma! Cristo le dio un nuevo nombre, el cual era indicio de una nueva vida y una nueva naturaleza. Nuestros nombres son escritos en el cielo cuando nos convertimos (Lc. 10:20), y cuando lleguemos allí, recibiremos un nuevo nombre, el cual será un secreto especial entre el Señor y nosotros (Ap. 2:17). El nuevo nombre de Simón fue “Cefas”, que significa piedra en arameo (la palabra griega es “petros”, de la que deriva el nombre “Pedro”). Más adelante comprenderemos el significado más profundo de este nombre cuando consideremos el caminar de Simón con el Señor (Mt. 16:18).

El título “Mesías” puede no ser el más elevado de los títulos y nombres del Señor. Sin embargo, alguien ha dicho: “Al aceptar a Jesús recibimos todo lo que él es, aunque cuando lo aceptamos solo percibimos la parte menos exaltada de su gloria”. Si tenemos a Cristo, lo tenemos todo, y nuestra percepción de lo que él es crecerá con el tiempo.

Brian Reynolds
© Believer’s Bookshelf Canada Inc.

La noche actual y el día futuro

Miércoles 2 Agosto
La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz.
Romanos 13:12
La noche actual y el día futuro
La noche simboliza el periodo actual en el que el Señor está ausente. Sin embargo, como el “Sol de justicia” (Mal. 4:2a), él dará paso a un nuevo día para esta tierra, un día que durará 1. 000 años (Ap. 20:6). Este es el día en que “el Señor será rey sobre toda la tierra” (Zac. 14:9 NBLA). Vendrá con “salud en sus alas” (Mal. 4:2b NBLA) para la nación de Israel, como dijo el profeta Oseas: “Yo sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia; porque mi ira se apartó de ellos” (Os. 14:4). Será un tiempo de paz, prosperidad y bendición sin precedentes, no solo para Israel, sino también para multitudes de entre las naciones. Esta notable perspectiva le fue dada a Juan cuando escribió: “Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos” (Ap. 7:9).

Pero la estrella de la mañana aparece antes que el sol. Cristo es el Sol de justicia para Israel, pero es la Estrella resplandeciente de la mañana para la Iglesia. Él dice: “Yo soy… la estrella resplandeciente de la mañana. Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven” (Ap. 22:16-17). Si la noche está muy avanzada, “y se acerca el día”, ¿puede ser posible que su venida para buscar a su Esposa esté muy lejana?

Ya es hora de despertar de nuestro sueño espiritual, en el cual nuestras lámparas tienden a atenuarse y la promesa de su venida genera poco efecto en nuestras vidas. Preparemos nuestras lámparas rechazando las “obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz”. Las armas de la luz es Cristo brillando en ti y a través de ti, en mí y a través de mí -como Moisés en el monte, o como Esteban ante el sanedrín. ¡No formemos parte de los que contribuyen a la oscuridad actual!

Richard A. Barnett
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El planeta azul (1): Contrastes

Martes 1 Agosto

Él (Dios) hizo la Osa, el Orión y las Pléyades, y los lugares secretos del sur; él hace cosas grandes e incomprensibles, y maravillosas, sin número.

Job 9:9-10

Creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó.

Génesis 1:27

El planeta azul (1): Contrastes

¿Ha visto las fotos de la Tierra tomadas con ayuda del telescopio Hubble girando alrededor de ella? Son sorprendentes, hermosas y apacibles. El color dominante es el azul, y esto básicamente debido a la inmensidad de los océanos. Por eso la Tierra ha sido poéticamente llamada «el planeta azul».

Pero, ¿qué vemos cada día en este hermoso planeta? Violencia, guerras, actos terroristas, inmoralidad, injusticias, corrupción, muerte, enfermedades, degradación del medio ambiente… ¿Cuál es la causa fundamental de esta situación? La Biblia da la respuesta (leer Génesis 2 y 3).

Al principio el hombre y la mujer, creados por Dios a su imagen y semejanza, se encontraban en un entorno perfecto y tenían una relación de total confianza con Dios. Pero el panorama se oscureció rápidamente… Tentados por Satanás, fueron llevados a desobedecer a su Creador (Génesis 3:1-6); así se rompió su relación con Dios. La violencia estalló y el primer asesinato se produjo (Génesis 4:8). Desde entonces, la humanidad perdió su relación con Dios (Romanos 3:11-12), trayendo todas las consecuencias mencionadas anteriormente. Y hay algo muy solemne para cada ser humano: después de la muerte, esta separación de Dios será definitiva y eterna.

¿Entonces ya no hay esperanza? Sí, porque Dios ama a su criatura y quiere establecer una relación filial con cada uno de nosotros.

(mañana continuará)

1 Crónicas 13-14 – Lucas 12:41-59 – Salmo 89:38-45 – Proverbios 20:18-19

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El propósito de Pirro

Lunes 31 Julio
¿Qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?
Mateo 16:26
El propósito de Pirro
Pirro, rey de Epiro (Antigua Grecia, 319-272 a. C.), fue uno de los más grandes generales de la historia. Había decidido convertirse en el amo y señor del mundo. Tras intentar expandir su reino hacia Macedonia, se dirigió hacia Italia y derrotó a los romanos en Heraclea, en el año 280, y en Ásculo, en el año 279. Después del sur de Italia esperaba conquistar Cartago y África. Su consejero Cineas le preguntó un día:

–¿Y qué haremos luego?

–Descansaremos, respondió el rey, beberemos todo el día y nos divertiremos.

–¿Por qué no lo hacemos ahora? Tenemos suficiente de todo; así nos ahorraremos mucho esfuerzo, sufrimientos y peligros.

La lógica de este argumento preocupó a Pirro; sin embargo, continuó sus guerras. Finalmente lo mataron inesperadamente durante una expedición contra la ciudad de Esparta, cuando una mujer le lanzó una teja.

El consejo de Cineas, ¿era más razonable que la ambición desmedida de su amo? No, ambos estaban equivocados. Uno quería conquistar el mundo, el otro quería embriagarse con las diversiones… “Esto es vanidad y aflicción de espíritu” (Eclesiastés 4:4), y conduce a la pérdida del alma. Dios nos dice que busquemos “primeramente el reino de Dios y su justicia” (Mateo 6:33), y nos advierte: “Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?” (Lucas 12:20). ¡No seamos necios!

“Los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición” (1 Timoteo 6:9).

1 Crónicas 12 – Lucas 12:22-40 – Salmo 89:28-37 – Proverbios 20:16-17

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El camino de Lot

Domingo 30 Julio
(Si Dios) libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados… sabe el Señor librar de tentación a los piadosos.
2 Pedro 2:7-9
El camino de Lot
Lot, huérfano, fue acogido por su tío Abraham, un hombre de fe (Génesis 11:27-31). Lot también creía en Dios, como lo atestigua el apóstol Pedro, quien lo llama justo. Sin embargo, se alejó progresivamente de Dios.

Se había deslumbrado por las riquezas de Egipto, y se dejó llevar por ellas hasta establecerse en un lugar codiciable: “Alzó Lot sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, como el huerto del Señor, como la tierra de Egipto”. Entonces eligió vivir en la llanura, en la comodidad del mundo de la época. Y más grave aún, se instaló cerca de Sodoma, una ciudad conocida por su desenfreno e inmoralidad, cerca de hombres “malos y pecadores contra el Señor en gran manera” (Génesis 13:10, 12-13). Poco después vivió en Sodoma; y luego, durante una guerra (Génesis 14:12), fue llevado prisionero con los demás habitantes de la ciudad. Liberado gracias a la intervención de su tío, no cambió de lugar, sino que volvió a vivir en Sodoma. Allí se hizo importante, administrando los asuntos públicos en la puerta de la ciudad. Cuando la paciencia de Dios con la ciudad corrupta llegó a su fin, dos ángeles tuvieron que sacarlo antes de que fuese destruida. Tocó fondo; perdió todo, menos su vida y a sus dos hijas (Génesis 19:1-29).

¿A qué carrera aspiramos? El mundo deslumbrante y lleno de pecado, ¿tiene tal dominio sobre nuestros corazones que lo dedicamos todo a él, en lugar de vivir para Dios y estar cerca de Él? Todavía es posible cambiar de rumbo. ¡Tomemos la mano tendida de nuestro Salvador!

1 Crónicas 11 – Lucas 12:1-21 – Salmo 89:19-27 – Proverbios 20:14-15

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Un diagnóstico de mí mismo

Sábado 29 Julio
La palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia.
Hebreos 4:12-13
Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.
Salmo 119:105
Un diagnóstico de mí mismo
Para mí, que soy médico, una de las razones más convincentes del poder de la Biblia es que hace un diagnóstico muy seguro de mi condición espiritual; ningún otro libro puede hacer eso. “Discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12). Me muestra claramente que por naturaleza estoy condenado a causa de mis pecados, privado de toda relación con un Dios santo. Mientras hacía este descubrimiento en la Biblia, encontré una maravillosa revelación de Dios, un Dios muy diferente al que había imaginado. Lleno de amor y misericordia, vino a mí por medio de Jesucristo, su Hijo, el creador del universo, quien se hizo hombre para poder redimirme.

Creo en la Biblia porque se dirige a todos, cualquiera que sea su clase social o su país. ¡Conocer la Biblia y no creerla es un suicidio espiritual!

Y si la fe me pone en contacto con un Dios así, voy a donde él me lleve, sin cuestionar su voluntad. Sé que ella es mejor que todos mis pensamientos, pues él me ama. Puedo abandonar mis planes más deseados y considerar los argumentos de los hombres como una locura, cuando se oponen a lo que él dice. ¡La fe en Dios no tiene límites! La Biblia quita las dudas y llena el corazón de certeza: “Tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón” (Jeremías 15:16).

1 Crónicas 10 – Lucas 11:29-54 – Salmo 89:15-18 – Proverbios 20:12-13

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La cigarra

Viernes 28 Julio
¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro.
Romanos 7:24-25
Alabaré al Señor… y cantaré al nombre del Altísimo.
Salmo 7:17
La cigarra
En la grava del jardín, un gran insecto se debatía sobre su espalda, girando desesperadamente sobre sí mismo. Me acerqué y vi que era una cigarra. La tomé con cuidado, le di la vuelta y la puse en mi otra mano, y, para mi gran sorpresa, voló inmediatamente para desaparecer entre los árboles. Sin duda, el insecto había caído al suelo y era incapaz de darse la vuelta por sí mismo, pues sus grandes alas se lo impedían. Al tomarlo en mis manos le había ofrecido, sin saberlo, la posibilidad de salir de ese apuro. Acababa de arrancarla de la tierra, de la muerte, para reintroducirla en su elemento, el aire, el cielo. El grito estridente que emitió justo después me pareció una especie de agradecimiento o un himno de alabanza.

Esta pequeña experiencia me recordó la época de mi vida cuando luchaba contra las tentaciones, las dudas y todo tipo de malos pensamientos. Yo también giraba sobre mí mismo y me hacía daño de tanto luchar; era incapaz de levantarme de mi miseria. Entonces pedí a Jesús que me salvara. Él se inclinó a mí, me tomó con su poderosa mano, me rescató de la muerte espiritual perdonando mis pecados, y me introdujo en una nueva vida. Una vida eterna, que continuará en el cielo con él. ¡Ahora mi corazón canta con gratitud! ¡Mi libertador es Jesús, el Hijo de Dios!

“Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir” (Juan 11:44).

1 Crónicas 9 – Lucas 11:1-28 – Salmo 89:7-14 – Proverbios 20:10-11

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Señal de que me he revestido de Cristo

Jueves 27 Julio
Todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.
Gálatas 3:27-28
El bautismo (4): Señal de que me he revestido de Cristo
En su carta a los cristianos de Galacia, el apóstol Pablo compara el bautismo cristiano con un cambio de ropa. Nuestra nueva vestidura es Jesús. En otra carta, Pablo escribe: “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia” (Colosenses 3:12). Todas estas características, las mismas que el Señor Jesús manifestó, forman el tejido de la tela.

El vestido nos habla de lo que es visible, de cómo vivimos nuestra vida cotidiana. Cuando creemos en el Señor Jesús, se produce un cambio vital. Cambiamos nuestro comportamiento porque tenemos una nueva vida, aunque a menudo este cambio sea gradual y con altibajos. Dios quiere que manifestemos, que reflejemos las cualidades morales de Jesús.

Otra idea derivada de la vestidura es la de pertenencia. Cuando yo estaba en el ejército, tenía un uniforme: la gente que me veía, veía mi uniforme y sabía que yo estaba en el ejército. Mi vestuario mostraba a qué regimiento pertenecía. Asimismo, el bautismo nos identifica públicamente con Jesús; rompe las barreras sociales, culturales o de identidad. Es la señal de que pertenecemos a Cristo y, en consecuencia, estamos vinculados a todos los que, por la fe, han acudido a él. Es una posición nueva en Cristo.

“Mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia” (Isaías 61:10).

(continuará el próximo jueves)
1 Crónicas 8 – Lucas 10:21-42 – Salmo 89:1-6 – Proverbios 20:8-9

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¿Un cristianismo sin la cruz?

Miércoles 26 Julio
(Jesús dijo:) Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.
Juan 13:34
¿Un cristianismo sin la cruz?
Jesús dijo: Amaos “unos a otros”, y la mayoría de la gente está de acuerdo con este mandamiento. Todos reconocemos que sería útil ponerlo en práctica, pues el resultado sería una vida pacífica y feliz en la sociedad. Pero la vida cotidiana muestra una realidad muy diferente. Los conflictos, las guerras y los crímenes, resultado de los celos y los odios de unos contra otros, abundan.

En cambio, y durante toda su vida, Jesús mostró un amor puro, entregado a los demás. “Como yo os he amado”, esta es la medida del amor que Jesús nos pide. La Biblia dice: “En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros” (1 Juan 3:16). El que era justo y estaba lleno de amor por los demás fue condenado a muerte por quienes habían visto su ejemplo: “Me devuelven mal por bien, y odio por amor” (Salmo 109:5). Esta es la prueba de nuestra incapacidad para amar según el modelo divino, y también de la necesidad de un cambio profundo en el ser humano.

Solo una nueva naturaleza, un corazón nuevo, puede llevarnos a seguir el ejemplo del Señor. Es un error pensar que podemos seguir el camino de Jesús, por muy atractivo que sea, sin reconocer que nuestra naturaleza es mala. La muerte de Jesús en la cruz condena a los que lo rechazaron en el pasado, así como a los que lo rechazan hoy. Pero a los que creen en él les da el derecho a ser hijos de Dios. Entonces reciben la naturaleza divina y pueden seguir el camino que Jesús ha trazado para nosotros. ¡El cristianismo sin la cruz no es más que una ilusión!

1 Crónicas 7 – Lucas 10:1-20 – Salmo 88:13-18 – Proverbios 20:6-7

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Ayuda urgente

Martes 25Julio
Un viento tempestuoso… encrespa sus ondas. Suben a los cielos, descienden a los abismos; sus almas se derriten con el mal… Entonces claman al Señor en su angustia, y los libra de sus aflicciones. Cambia la tempestad en sosiego, y se apaciguan sus ondas.
Salmo 107:25-29
Ayuda urgente
Leer Mateo 14:22-33
Jesús envió a sus discípulos a la otra orilla del lago, pero no fue con ellos en la barca. Cuando estaban en medio del mar, se levantó una fuerte tormenta, y los discípulos remaban con dificultad. Al ver su angustia, Jesús caminó sobre el agua para reunirse con ellos y tranquilizarlos. Pero ellos se asustaron pensando que era un fantasma. “Y dieron voces de miedo. Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!”. No quería que ellos tuvieran miedo, por eso les habló inmediatamente para tranquilizarlos. Su voz los calmó, aunque la tormenta seguía.

Ante la invitación de Jesús a venir a él, ¡Pedro también caminó sobre las aguas! Pero de repente, al ver las grandes olas, volvió a asustarse y empezó a hundirse; entonces gritó pidiendo ayuda. “Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?”. Jesús no dejó que se hundiese más, sino que acudió inmediatamente en su ayuda; y solo cuando estuvo fuera de peligro, Pedro escuchó el reproche lleno de amor del Señor.

Cristianos, tenemos al mismo Salvador lleno de gracia y misericordia para ayudarnos en nuestras debilidades. ¡Cuántas veces lo afligimos con nuestros miedos o falta de fe! Pero cuando nos encontramos en medio de dificultades que nos aterrorizan, la misma voz está ahí para tranquilizarnos, de inmediato, con unas pocas palabras.

1 Crónicas 6:49-81 – Lucas 9:44-62 – Salmo 88:8-12 – Proverbios 20:4-5

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