“Cosas mayores que estas verás.” Juan 1:50.

7 de Enero
“Cosas mayores que estas verás.” Juan 1:50.

a1Esto fue dicho a un creyente semejante a un niño, que estaba listo a aceptar a Jesús como el Hijo de Dios, el Rey de Israel, sobre la base de un solo argumento convincente. Aquellos que están dispuestos a ver, verán: es debido a que nosotros cerramos nuestros ojos que nos volvemos tan tristemente ciegos.

Hemos visto demasiado. Cosas grandes e inescrutables nos ha mostrado el Señor, por las cuales alabamos Su nombre; pero hay mayores verdades en Su Palabra, mayores profundidades de experiencia, mayores alturas de comunión, mayores obras de utilidad, mayores descubrimientos de poder, y amor, y sabiduría. Todas estas cosas hemos de ver todavía si estamos dispuestos a creer a nuestro Señor. La facultad de inventar falsa doctrina es ruinosa, pero el poder de ver la verdad es una bendición. El cielo será abierto para nosotros, el camino hacia allá será allanado para nosotros en el Hijo del hombre, y el comercio angélico que ocurre entre el reino superior y el reino inferior nos será manifestado. Mantengamos nuestros ojos abiertos a los objetivos espirituales, y esperemos ver más y más. Hemos de creer que nuestras vidas no se gastarán hasta convertirse en nada, sino que estaremos siempre creciendo, viendo cosas mayores cada vez, hasta contemplar al mismo Gran Dios y no perderlo de vista nunca más.

La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román

Spurgeon, C. H. (2008). La Chequera del Banco de la Fe. Bellingham, WA: Logos Bible Software.

“Siempre te ayudaré.” Isaías 41:10.

6 de Enero
“Siempre te ayudaré.” Isaías 41:10.

a1La promesa de ayer nos aseguraba fortaleza para lo que tenemos que hacer, pero esta promesa nos garantiza ayuda en los casos en los que no podemos actuar solos. El Señor dice: “Siempre te ayudaré.” La fortaleza interior es suplementada con ayuda exterior. Dios puede levantarnos aliados en nuestra guerra si pareciera bueno a Sus ojos; y aun si no nos enviara ayuda humana, Él mismo estará a nuestro lado, y esto es todavía mejor. “Nuestro Augusto Aliado” es mejor que legiones de ayudadores mortales.
Su ayuda es oportuna: es nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Su ayuda es muy sabia: Él sabe cómo dar a cada hombre una ayuda idónea y adecuada para él. Su ayuda es sumamente eficaz; en cambio la ayuda del hombre es vana. Su ayuda es más que ayuda, pues Él soporta toda la carga, y suministra toda la ayuda. “El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre.”

Debido a que Él ya ha sido nuestra ayuda, tenemos confianza en Él para el presente y para el futuro. Nuestra oración es: “Jehová, sé tú mi ayudador.” Nuestra experiencia es: “el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad.” Nuestra esperanza es: “Alzaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro?” Y nuestro cántico pronto será: “Tú, Jehová, me ayudaste.”

La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román

Spurgeon, C. H. (2008). La Chequera del Banco de la Fe. Bellingham, WA: Logos Bible Software.