“Si te volvieres al Omnipotente, serás edificado.” Job 22:23.

7 de Febrero
“Si te volvieres al Omnipotente, serás edificado.” Job 22:23.

a1Elifaz, en esta expresión, habló una gran verdad, que puede ser un resumen de muchas inspiradas Escrituras. Lector, ¿te ha abatido el pecado? ¿Te has convertido en una ruina? ¿Ha salido la mano del Señor contra ti, de tal forma que en bienes estás empobrecido y en espíritu estás quebrantado? ¿Fue tu propia insensatez la que atrajo sobre ti toda esta dilapidación? Entonces lo primero que se debe hacer es retornar al Señor. Con profundo arrepentimiento y fe sincera encuentra el camino de regreso desde tu rebeldía. Es tu deber, pues te has apartado de Aquel a quien profesabas servir. Es tu sabiduría, pues no puedes oponerte a Él y prosperar. Es tu inmediata necesidad, pues lo que Él ha hecho no es nada comparado con lo que podría hacer a modo de castigo, pues Él es todopoderoso para castigar.

¡Considera cuál es la promesa que te invita! Serás “edificado”. Nadie sino el Todopoderoso puede levantar las columnas caídas y restaurar las tambaleantes paredes de tu condición; pero Él puede hacerlo y lo hará si regresas a Él. No te demores. Tu mente trastornada podría fallarte si continúas rebelándote; pero una confesión sincera te aliviará, y la fe humilde te consolará. Haz esto, y todo estará bien.

La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román

Spurgeon, C. H. (2008). La Chequera del Banco de la Fe. Bellingham, WA: Logos Bible Software.

“Si oyeres la voz de Jehová tu Dios, bendito serás tú en la ciudad.” Deuteronomio 28:2, 3.

6 de Febrero
“Si oyeres la voz de Jehová tu Dios, bendito serás tú en la ciudad.” Deuteronomio 28:2, 3.

a1La ciudad está llena de zozobras, y quien tiene que ir allí cada día descubre que es un lugar de gran desgaste. Está llena de ruido, y de actividad, y de alboroto y de duro trabajo: sus tentaciones, y pérdidas y aflicciones son muchas. Pero ir allí con la bendición divina le quita el filo a su dificultad; permanecer allí con esa bendición es encontrar placer en sus deberes, y la fortaleza que requieren sus exigencias.

Una bendición en la ciudad tal vez no nos haga grandes, pero nos mantendrá buenos; tal vez no nos haga ricos, pero nos conservará honestos. Ya sea que seamos obreros, o empleados de oficina, o gerentes, o comerciantes, o magistrados, la ciudad nos brindará oportunidades para que seamos útiles. Allí donde hay cardumen, hay buena pesca, y es esperanzador trabajar para nuestro Señor en medio de las apretujadas muchedumbres. Podríamos preferir la quietud de la vida en el campo; pero si somos llamados a la ciudad, hemos de preferirla ciertamente porque allí hay espacio para nuestras energías.

Hoy hemos de esperar cosas buenas debido a esta promesa, y nuestro cuidado ha de ser tener un oído abierto a la voz del Señor, y una mano dispuesta a ejecutar su orden. La obediencia trae la bendición. “En guardar sus mandamientos hay grande galardón.”

La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román

Spurgeon, C. H. (2008). La Chequera del Banco de la Fe. Bellingham, WA: Logos Bible Software.