“Mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos.” Isaías 44:3.

11 de Febrero
“Mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos.” Isaías 44:3.

a1Nuestros amados hijos no tienen el Espíritu de Dios por naturaleza, como podemos verlo claramente. Vemos mucho en ellos que nos hace temer en cuanto a su futuro, y esto nos conduce a una oración agonizante. Cuando un hijo se torna especialmente perverso, clamamos con Abraham: “Ojalá Ismael viva delante de ti.” Preferimos que nuestras hijas sean como Ana antes que sean emperatrices. Este versículo debería alentarnos grandemente. Sigue a las palabras: “No temas, siervo mío Jacob”, y ha de desterrar nuestros temores.

El Señor dará Su Espíritu; lo dará abundantemente, derramándolo; lo dará eficazmente, de tal forma que será una bendición real y eterna. Bajo este derramamiento divino, nuestros hijos pasarán al frente, y “Este dirá: Yo soy de Jehová; el otro se llamará del nombre de Jacob.”

Esta es una de esas promesas relativas a las cuales el Señor quiere nuestra oración. ¿No deberíamos, en determinados momentos, de una manera clara, orar por nuestros descendientes? Nosotros no podemos darles corazones nuevos, pero el Espíritu Santo sí puede; y es fácil suplicarle a Él. El grandioso Padre se complace en las oraciones de los padres y de las madres. ¿Tenemos a algunos seres queridos fuera del arca? No descansemos hasta que sean introducidos con nosotros por la propia mano del Señor.

La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román

Spurgeon, C. H. (2008). La Chequera del Banco de la Fe. Bellingham, WA: Logos Bible Software.

“Porque serás testigo suyo a todos los hombres, de lo que has visto y oído.” Hechos 22:15.

10 de Febrero
“Porque serás testigo suyo a todos los hombres, de lo que has visto y oído.” Hechos 22:15.

a1Pablo fue elegido para ver y oír al Señor que le hablaba desde el cielo. Esta elección divina fue un elevado privilegio para Pablo; pero no tenía el propósito de acabar allí, sino que tenía por propósito que ejerciera una influencia sobre otros; sí, sobre todos los hombres. Es a Pablo a quien Europa le debe el Evangelio en esta hora.

Nos corresponde a nosotros, en nuestra medida, ser testigos de aquello que el Señor nos ha revelado, y es a nuestro propio riesgo que ocultemos esa preciosa revelación. Primero, hemos de ver y oír, pues de lo contrario no tendríamos nada que decir; pero cuando hayamos hecho eso, debemos estar ansiosos de dar nuestro testimonio. Ha de ser personal: “Serás”. Ha de ser por Cristo: “Serás testigo suyo.” Ha de ser constante y completamente absorbente; hemos de ser esto por encima de todas las otras cosas, y excluyendo muchas otras cosas.

Nuestro testimonio no ha de ser para unos cuantos selectos que nos reciban alegremente; sino a “todos los hombres”, a todos los que podamos llegar, jóvenes o viejos, ricos o pobres, buenos o malos. No hemos de quedarnos callados nunca como esos que son poseídos por un espíritu mudo; pues el texto que está ante nosotros es una orden, y una promesa, y no debemos perderla: “Serás testigo suyo”. “Sois mis testigos, dice Jehová.”

¡Señor, cumple esta palabra para mí también!

La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román

Spurgeon, C. H. (2008). La Chequera del Banco de la Fe. Bellingham, WA: Logos Bible Software.

“Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. El invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios.” Zacarías 13:9.

9 de Febrero
“Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. El invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios.” Zacarías 13:9.

a1La gracia nos transmuta en metal precioso, y luego el fuego y el horno siguen como una consecuencia necesaria. ¿Comenzamos en ese punto? ¿Preferiríamos ser considerados indignos para que pudiéramos gozar del reposo, como las piedras del campo? Esto sería elegir la parte más vil: como Esaú, sería tomar el potaje y renunciar a la porción del pacto. ¡No, Señor, preferimos gozosamente ser arrojados en el horno que ser echados de Tu presencia!

El fuego únicamente refina, no destruye. Hemos de ser conducidos a través del fuego, y no seremos dejados allí. El Señor valora a Su pueblo como plata, y por ello se toma el trabajo de eliminar su escoria. Si somos sabios, más bien le daremos la bienvenida al proceso refinador en lugar de rechazarlo. Nuestra oración será que nuestra aleación sea suprimida en nosotros en vez de que seamos retirados del crisol.

¡Oh Señor, Tú en verdad nos pruebas! Estamos listos a derretirnos bajo la fiereza de las llamas. Sin embargo, este es el camino, y Tu camino es el mejor. Sosténnos en la prueba, y completa el proceso de nuestra purificación, y seremos Tuyos por siempre y para siempre.

La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román

Spurgeon, C. H. (2008). La Chequera del Banco de la Fe. Bellingham, WA: Logos Bible Software.

“Siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” Isaías 41:10.

8 de Febrero
“Siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” Isaías 41:10.

a1El temor de caer es saludable. Ser osado no es un signo de sabiduría. Nos llegan tiempos cuando sentimos que debemos desplomarnos a menos que tengamos un muy especial sustento. Aquí lo tenemos. La diestra de Dios es un grandioso apoyo. Observen que no sólo dice Su mano, aunque mantenga el cielo y la tierra en sus lugares, sino Su diestra: Su poder unido a la habilidad, Su poder donde es más diestro. Pero esto no es todo; está escrito: “Siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” Esa mano que Él utiliza para mantener Su santidad, y para ejecutar Sus reales sentencias, es la que será extendida para sostener a los que confían en Él. Estar temerosos es nuestro peligro, pero estar gozosos es nuestra seguridad. Los diablos no pueden derribar al hombre a quien Dios sostiene.

Nuestros pies pueden ser débiles, pero todopoderosa es la diestra de Dios. El camino puede ser áspero, pero la Omnipotencia es nuestro sustento. Podemos seguir adelante valerosamente. No caeremos. Apoyémonos continuamos en el apoyo de todas las cosas. Dios no retirará Su fortaleza, pues Su justicia está también allí: Él será fiel a Su promesa, y fiel a Su Hijo, y, por tanto, fiel a nosotros. ¡Cuán felices deberíamos estar! ¿No lo estamos?

La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román

Spurgeon, C. H. (2008). La Chequera del Banco de la Fe. Bellingham, WA: Logos Bible Software.

“Si te volvieres al Omnipotente, serás edificado.” Job 22:23.

7 de Febrero
“Si te volvieres al Omnipotente, serás edificado.” Job 22:23.

a1Elifaz, en esta expresión, habló una gran verdad, que puede ser un resumen de muchas inspiradas Escrituras. Lector, ¿te ha abatido el pecado? ¿Te has convertido en una ruina? ¿Ha salido la mano del Señor contra ti, de tal forma que en bienes estás empobrecido y en espíritu estás quebrantado? ¿Fue tu propia insensatez la que atrajo sobre ti toda esta dilapidación? Entonces lo primero que se debe hacer es retornar al Señor. Con profundo arrepentimiento y fe sincera encuentra el camino de regreso desde tu rebeldía. Es tu deber, pues te has apartado de Aquel a quien profesabas servir. Es tu sabiduría, pues no puedes oponerte a Él y prosperar. Es tu inmediata necesidad, pues lo que Él ha hecho no es nada comparado con lo que podría hacer a modo de castigo, pues Él es todopoderoso para castigar.

¡Considera cuál es la promesa que te invita! Serás “edificado”. Nadie sino el Todopoderoso puede levantar las columnas caídas y restaurar las tambaleantes paredes de tu condición; pero Él puede hacerlo y lo hará si regresas a Él. No te demores. Tu mente trastornada podría fallarte si continúas rebelándote; pero una confesión sincera te aliviará, y la fe humilde te consolará. Haz esto, y todo estará bien.

La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román

Spurgeon, C. H. (2008). La Chequera del Banco de la Fe. Bellingham, WA: Logos Bible Software.

“Si oyeres la voz de Jehová tu Dios, bendito serás tú en la ciudad.” Deuteronomio 28:2, 3.

6 de Febrero
“Si oyeres la voz de Jehová tu Dios, bendito serás tú en la ciudad.” Deuteronomio 28:2, 3.

a1La ciudad está llena de zozobras, y quien tiene que ir allí cada día descubre que es un lugar de gran desgaste. Está llena de ruido, y de actividad, y de alboroto y de duro trabajo: sus tentaciones, y pérdidas y aflicciones son muchas. Pero ir allí con la bendición divina le quita el filo a su dificultad; permanecer allí con esa bendición es encontrar placer en sus deberes, y la fortaleza que requieren sus exigencias.

Una bendición en la ciudad tal vez no nos haga grandes, pero nos mantendrá buenos; tal vez no nos haga ricos, pero nos conservará honestos. Ya sea que seamos obreros, o empleados de oficina, o gerentes, o comerciantes, o magistrados, la ciudad nos brindará oportunidades para que seamos útiles. Allí donde hay cardumen, hay buena pesca, y es esperanzador trabajar para nuestro Señor en medio de las apretujadas muchedumbres. Podríamos preferir la quietud de la vida en el campo; pero si somos llamados a la ciudad, hemos de preferirla ciertamente porque allí hay espacio para nuestras energías.

Hoy hemos de esperar cosas buenas debido a esta promesa, y nuestro cuidado ha de ser tener un oído abierto a la voz del Señor, y una mano dispuesta a ejecutar su orden. La obediencia trae la bendición. “En guardar sus mandamientos hay grande galardón.”

La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román

Spurgeon, C. H. (2008). La Chequera del Banco de la Fe. Bellingham, WA: Logos Bible Software.

“Y veré la sangre y pasaré de vosotros.” Éxodo 12:13.

5 de Febrero
“Y veré la sangre y pasaré de vosotros.” Éxodo 12:13.

a1Mi propia contemplación de la preciosa sangre me sirve de consuelo; pero es la contemplación del Señor de esa sangre lo que garantiza mi seguridad. Incluso cuando estoy imposibilitado de contemplarla, el Señor la mira, y pasa de mí por causa de ella. Si no estoy tan tranquilo como debería estarlo, porque mi fe es débil, a pesar de ello estoy igualmente seguro, porque el ojo del Señor no es débil, y Él ve la sangre del grandioso sacrificio con una mirada constante. ¡Qué gran gozo es este!

El Señor ve el profundo significado interno, la infinita plenitud de todo lo que está significado por la muerte de Su amado Hijo. Él lo ve con una memoria pacificada por la justicia satisfecha, y todos Sus incomparables atributos glorificados. Él contempló la creación en su progreso de creación y dijo: “es bueno en gran manera”; pero ¿qué dice de la redención en su consumación? ¿Qué dice de la obediencia hasta la muerte de Su Bienamado Hijo? Nadie puede decir de Su deleite en Jesús, Su descanso en el dulce olor que Jesús presentó cuando se ofreció a Sí mismo sin mancha a Dios.

Ahora descansamos en una calma seguridad. Tenemos el Sacrificio de Dios y la Palabra de Dios que crean en nosotros un sentido de perfecta seguridad. Él pasará de nosotros, Él ha de pasar de nosotros, porque no perdonó a nuestro glorioso Sustituto. La justicia une sus manos al amor para proveer salvación eterna para todos los que son rociados con Su sangre.

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Spurgeon, C. H. (2008). La Chequera del Banco de la Fe. Bellingham, WA: Logos Bible Software.

“No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.” Juan 14:18.

4 de Febrero
“No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.” Juan 14:18.

a1Él nos dejó y, sin embargo, no nos hemos quedado huérfanos. Él es nuestro consuelo, y Él se ha ido; pero no nos hemos quedado sin consuelo. Nuestro consuelo es que Él vendrá a nosotros, y esa es una suficiente consolación que nos sostiene a lo largo de Su prolongada ausencia. Jesús ya viene en camino: Él dice: “Yo vengo pronto”: Él viaja apresuradamente hacia nosotros. Él dice: “Vendré”: y nadie puede impedir Su venida, o retrasarla aunque fuera un cuarto de hora. Él dice especialmente: “Vendré a vosotros”; eso hará. Su venida es especialmente para y por Su propio pueblo. Esto tiene el propósito de ser el presente consuelo de se pueblo, mientras se duele porque el Esposo no aparece todavía.

Cuando perdemos el gozoso sentido de Su presencia, nos lamentamos; pero no hemos de afligirnos como si no hubiese esperanza. Nuestro Señor, con un poco de ira, ha escondido Su rostro de nosotros por un momento; pero regresará desbordando favor. Él nos deja en un sentido, pero sólo en un sentido. Cuando Él se retira, nos deja una garantía tras de Sí para confirmar que regresará. ¡Oh, Señor, ven pronto! No hay vida en esta existencia terrenal si Tú te has ido. Suspiramos por el retorno de Tu dulce sonrisa. ¿Cuándo vendrás a nosotros? Estamos seguros que te presentarás; pero sé semejante al corzo, o como el cervatillo.

La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román

Spurgeon, C. H. (2008). La Chequera del Banco de la Fe. Bellingham, WA: Logos Bible Software.

“El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? Romanos 8:32.

3 de Febrero
“El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? Romanos 8:32.

a1En su forma esta no es una promesa, pero lo es de hecho. En verdad, es más que una promesa, pues es un conglomerado de promesas. Es un conjunto de rubíes, y esmeraldas, y diamantes con una pepita de oro por montura. Es una pregunta que no puede ser respondida nunca negativamente, como para que nos cause ansiedad de corazón. ¿Qué cosa podría negarnos el Señor después de darnos a Jesús? Si necesitáramos todas las cosas del cielo y de la tierra, Él nos las concedería: pues si hubiese habido algún límite en algún punto, no habría entregado a Su propio Hijo.

¿Qué necesito hoy? Sólo tengo que pedirlo. Puedo buscar con denuedo, pero no como si tuviese que ejercer presión para obtener por la fuerza un don involuntario de la mano del Señor; pues Él dará gratuitamente. Por Su propia voluntad, Él nos dio a Su propio Hijo. Ciertamente nadie le habría propuesto ese don a Él. Nadie se habría aventurado a pedirlo.

Habría sido demasiado presuntuoso. Él dio libremente a Su Unigénito; y, oh alma mía, ¿no puedes confiar en tu Padre celestial para que te dé cualquier cosa, para que te lo dé todo? Tu pobre oración no tendría fuerza con el Omnipotente, si se requiriera de fuerza; pero Su amor, como un manantial, brota espontáneamente y se desborda para la satisfacción de todas tus necesidades.

La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román

Spurgeon, C. H. (2008). La Chequera del Banco de la Fe. Bellingham, WA: Logos Bible Software.

“Y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.” Malaquías 4:2.

2 de Febrero
“Y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.” Malaquías 4:2.

a1Sí, cuando el sol brilla, los enfermos abandonan sus aposentos y caminan afuera para respirar aire fresco. Cuando el sol trae la primavera y el verano, el ganado deja los establos, y busca los pastos en los más empinados Alpes. De igual manera, cuando tenemos una comunión consciente con nuestro Señor, dejamos el establo del abatimiento, y caminamos libremente por los campos de la santa confianza. Ascendemos a las montañas del gozo, y nos alimentamos con la dulce pastura que crece más cerca del cielo que el forraje de los hombres carnales.
“Saldréis” y “saltaréis” es una doble promesa. ¡Oh alma mía, has de tener avidez de gozar de ambas bendiciones! ¿Por qué habrías de ser una prisionera? Levántate y camina en libertad. Jesús dice que Sus ovejas entrarán y saldrán y encontrarán pastura; sal, entonces, y aliméntate en los ricos prados del amor infinito.

¿Por qué has permanecer siendo un bebé en la gracia? Crece. Los becerros crecen rápido, especialmente si son alimentados en los establos; y tú gozas del especial cuidado de tu Redentor. Crece, entonces, en la gracia, y en el conocimiento de tu Señor y Salvador. No seas estrechado ni limitado en tu crecimiento. El Sol de Justicia ha salido para ti. Responde a Sus rayos, como los capullos responden al sol natural. Abre tu corazón, expándete y crece en todo en Él.

La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román

Spurgeon, C. H. (2008). La Chequera del Banco de la Fe. Bellingham, WA: Logos Bible Software.