“Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo.” Salmo 119:165.

9 de Abril
“Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo.” Salmo 119:165.

a1Sí, un verdadero amor por el gran Libro, nos traerá gran paz del gran Dios, y será una gran protección para nosotros. Si vivimos constantemente en la compañía de la ley del Señor, engendrará en nuestros corazones un sosiego que ninguna otra cosa podría generar. El Espíritu Santo actúa como Consolador por medio de la Palabra, y derrama abundantemente esas benignas influencias que calman las tempestades del alma.

Nada sirve de piedra de tropiezo para el hombre en el que mora ricamente la Palabra de Dios. Él toma su cruz diaria que se convierte en un deleite. Está preparado para la tribulación de fuego, y no la considera como algo extraño, como para quedar completamente abatido por ella. No tropieza con la prosperidad, como hacen muchos, ni es aplastado por adversidad, como han sido otros, pues vive más allá de las cambiantes circunstancias de la vida externa. Cuando el Señor pone delante de él algún gran misterio de la fe que hace clamar a otros: “Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?”, el creyente lo acepta sin ninguna duda; pues sus dificultades intelectuales son resueltas por su temor reverente de la ley del Señor, que es para él la suprema autoridad ante la que se inclina gozosamente. Señor, obra en nosotros este amor, esta paz y este reposo, en este día.

La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román

Spurgeon, C. H. (2008). La Chequera del Banco de la Fe. Bellingham, WA: Logos Bible Software.

“A la noche siguiente se le presentó el Señor y le dijo: Ten ánimo, Pablo, pues como has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma. Hechos 23:11.

8 de Abril
“A la noche siguiente se le presentó el Señor y le dijo: Ten ánimo, Pablo, pues como has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma. Hechos 23:11.

a1¿Eres un testigo del Señor, y te encuentras justo ahora en peligro? Entonces recuerda que tú eres inmortal hasta que tu trabajo haya sido concluido. Si el Señor te ha designado para que des más testimonios, entonces vivirás para darlos. ¿Quién es aquel que podría romper la vasija que el Señor se propone utilizar otra vez?

Si no tienes más trabajo que hacer para tu Señor, no debería turbarte que esté a punto de llamarte a casa y ponerte donde estés más allá del alcance de los adversarios. Dar testimonio por Jesús ha de ser tu principal oficio, y no te pueden detener hasta que ese testimonio esté concluido: por tanto, puedes estar tranquilo. La cruel calumnia, la tergiversación impía, el abandono de los amigos, la traición de quien goza de tu mayor confianza, y todo lo demás que te pudiese sobrevenir, no pueden obstaculizar el propósito del Señor en cuanto a ti. El Señor está a tu lado en la noche de tu aflicción, y dice: “Todavía es necesario que testifiques de Mí.” Ten calma y sé lleno de gozo en el Señor.

Si no necesitas esta promesa justo ahora, podrías necesitarla muy pronto. Atesórala. Recuerda también orar por los misioneros, y por todos los perseguidos, para que el Señor los preserve hasta que completen su obra.

La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román

Spurgeon, C. H. (2008). La Chequera del Banco de la Fe. Bellingham, WA: Logos Bible Software.