2-Características básicas de las sectas falsas

2-Características básicas de las sectas falsas

Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.

(1 Juan 4:1)

a1El apóstol Juan nos exhorta, o mejor dicho, nos ordena probar los espíritus. En realidad uno de los propósitos de 1Juan es el discernimiento,1 y por ello el estudio de esta epístola resulta idóneo para ayudarnos con este tema. Esta epístola fue escrita hacia fines del primer siglo. Había pasado suficiente tiempo desde el comienzo de la iglesia como para que herejías, doctrinas extrañas, falsos profetas y engañadores entraran en las congregaciones.2 Primera Juan es el libro más apropiado del Nuevo Testamento para conocer las características básicas de una secta falsa, a fin de poder discernirlas y preparar a los cristianos con sana doctrina para que no caigan en la trampa del enemigo. Vemos que los cristianos de Berea fueron premiados y llamados «más nobles» porque «día tras día estudiaban las Escrituras para ver si era cierto lo que se les decía» (Hechos 17:11 VP). Debido a que los mismos vientos de doctrina que circulaban en el primer siglo todavía están molestando a la iglesia contemporánea, con urgencia necesitamos escudriñar la Escritura para ver si «estas cosas son ciertas».

1. Salen de nosotros. La gran mayoría de quienes comienzan una secta falsa tuvieron sus principios en el movimiento cristiano evangélico, como advierte Juan:

«Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros»

(2:19)

Durante una visita a Argentina encontré literatura sobre la iglesia «evangélica» homosexual. Al indagar más, me enteré de que sus líderes anteriormente habían sido pastores de iglesias bíblicas. En Guadalajara, México, los fundadores de «La Luz del Mundo» también salieron de dos grupos netamente evangélicos. Es más, hemos recibido cartas (especialmente de Sudamérica) de personas atrapadas en la Iglesia de Unificación, cuyo fundador Sun Myung Moon antes de iniciar su propio grupo había comenzado en una iglesia presbiteriana y luego había sido miembro de una iglesia pentecostal. Cuando con mi esposa vivíamos en México, «Los Niños de Dios» —ahora conocidos como «La Familia de Amor»— casi se llevaron el grupo de jóvenes de nuestra iglesia. El fundador, el ya fallecido David Berg, antes había sido ministro con la Alianza Cristiana y Misionera. Jim Jones, el fundador del «People’s Temple», el grupo que se suicidó masivamente en Guyana, profesó su conversión en una Iglesia del Nazareno y luego pastoreó una iglesia carismática. El grupo conocido como «Dios es Amor» que proviene de Brasil, profesa ser una iglesia evangélica pentecostal.

De las sectas más conocidas podemos mencionar a Russell de los Testigos de Jehová, que comenzó en una iglesia congregacional; Mary Baker Eddy, fundadora de la Iglesia de Ciencia Cristiana, quien nació en una familia con tradición bíblica congregacional, y fue influenciada por las doctrinas de un hombre que había pertenecido primero a la iglesia metodista y más tarde a una iglesia pentecostal; José Smith de los mormones fue tocado por el avivamiento evangélico en Nueva Inglaterra en los Estados Unidos de América.

Seguramente cerca de nuestra casa se encuentra funcionado una secta cuyo fundador salió de una sólida iglesia bíblica. Pablo explica:

«Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos»

(Hechos 20:30)

2. El error básico de la secta falsa radica en lo que cree sobre el Hijo de Dios y por ende sobre el plan de salvación.

«¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo?»

(2:22)

De este versículo deducimos que es posible estar equivocado acerca de la doctrina de Dios Padre o aun de Dios Espíritu Santo y seguir llamándose verdadero cristiano, pero jamás se puede estar equivocado acerca del Hijo de Dios. Juan afirma:

«Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre»

(1 Juan 2:23; véase también 2 Juan 7)

Hace tiempo una persona me escribió preguntando sobre un grupo en Centroamérica. Sucedía que al visitarlo le había impresionado el ambiente de «amor» y no le había parecido tan diferente de su iglesia a la que había asistido durante años. Después de investigar el tema, encontré en el grupo algo que Pablo seguramente denominaría «doctrinas de demonios» (1 Timoteo 4:1). Entre otras cosas, descubrí que ese grupo sostiene que Jesucristo evolucionó hasta llegar a ser un dios, y alega que Jesucristo y Satanás son hermanos. A este grupo Juan diría: «Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios» (2Jn. 9).

Pasé varias horas escribiendo una cuidadosa contestación a la carta. Tres semanas más tarde recibí la respuesta, mejor dicho una protesta acusándome de que yo había falseado la doctrina del grupo y que era imposible que lo que yo decía fuera verdad. Como por mi parte había hecho un estudio cauteloso y sabía que yo tenía razón, entonces en mi réplica le expliqué a esta persona que aunque un grupo hasta el momento no hubiera enseñado cierta doctrina, ésta igualmente forma parte de sus creencias. Muchas sectas esperan hasta que la persona sea parte integral del grupo para entonces revelar las grandes doctrinas falsas, que generalmente tienen que ver con la persona de Cristo.

«Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo»

(Judas 4)

3. Emplea material extrabíblico colocándolo al mismo nivel que la Biblia. Puede ser algo escrito como El libro del Mormón o Las cartas de MO (David «Moisés» Berg, de «La Familia de Amor»), o la palabra de un líder caudillo —como el ejemplo del joven pastor que presentamos al comenzar este libro.

Aduciendo «revelaciones directas de Dios», esta clase de líder (generalmente llamado profeta, apóstol o ungido) controla a los miembros del grupo. Recuerdo un triste incidente en un país de Centroamérica. Durante el culto el líder de la iglesia recibió la «revelación» de que una mujer soltera tenía que casarse con cierto hombre en la congregación. En forma inmediata celebraron el casamiento (por cierto no legal). La dama, que no estaba de acuerdo pero a la vez no quería oponerse al ungido de Dios, luego admitió: «Aquella noche básicamente fui violada». Lo que más me molesta de este incidente es que los líderes de la congregación tratan a los miembros como si no fueran «coherederos de la gracia de la vida» (1 Pedro 3:7), como si no tuvieran capacidades espirituales (1 Corintios 12) con derecho al acceso directo al trono de la gracia (He. 4:16), como si fueran súbditos a quienes pueden manipular por su palabra.

4. Alegan que son los únicos con la verdad. La mayoría de las sectas profesan haber encontrado la iglesia y la doctrina «ideal» y su razón de ser es no seguir cometiendo los errores de las demás iglesias. Es propio decir que Jesús es el único camino porque la Biblia lo enseña (Juan 14:6), pero es totalmente diferente decir que mi iglesia o el grupo al que asisto es el único con la verdad, y como consecuencia los demás no son salvos o, peor todavía, que están bajo el control de Satanás. En un grupo de ese tipo la salvación no consiste tanto en ir a Cristo sino en ir a un grupo o iglesia, o en un sistema de obras humanas. Declarándose los únicos poseedores de la verdad, ciertos grupos no permiten que sus miembros pisen el umbral de otra iglesia.

Hace poco mi hijo Joel, a quien Dios le ha dado una preocupación especial por los que están atrapados en doctrina falsa, asistió a la iglesia de unos amigos a quienes había estado testificando de su fe. Joel me comentó que el culto fue similar al de una iglesia evangélica, pero con una diferencia notable: cuando la gente pasaba a dar testimonio ninguno alababa al Salvador Jesús sino que toda la alabanza estaba dirigida a la iglesia en sí. Dar la gloria a otro es peligroso porque Dios mismo declara: «…a otro no daré mi gloria ni mi alabanza a esculturas» (Is. 42:8).

5. Emplean sólo porciones de la Biblia, y generalmente fuera de contexto. Fundamentan su doctrina en unos pocos pasajes de la Escritura, pero ¡cuidado! pues llegan a ser expertos en los pasajes que apoyan sus creencias. Hace tiempo José, un miembro de nuestra iglesia, tuvo un encuentro con un miembro de una semisecta y se sentía confundido porque el hombre había declarado que José no era salvo por no haber sido bautizado de la manera prescrita en su iglesia. Grupos así son peligrosos pues conocen muy bien su doctrina y ciertos versículos —generalmente oscuros— que apoyan tal doctrina,3 y se valen de ellos para confundir a la gente. José no fue el único caso; a otros miembros de nuestra iglesia les han dicho que no son salvos porque celebran la Navidad, toman café, comen carne, no dan su diezmo a cierto grupo, y varias otras cosas relacionadas con la manera de vestir, el maquillaje, etc. El apóstol Pablo debió enfrentarse con muchas de las mismas creencias (y aun más), y como respuesta escribió:

«Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo…. Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne»

(Col. 2:16–17, 20–23)

6. Emplean terminología bíblica pero con su propia definición de los distintos términos. Si cerca de su casa funciona una secta y usted llega a conversar con uno de sus integrantes, sugiero que le pregunte el significado de las siguientes palabras: salvación, pecado, redención, anticristo, evangelismo, reino de Dios, Hijo de Dios, Cuerpo de Cristo, justificación por la fe. Luego, entonces, compare lo que ellos dicen con el significado bíblico. ¡Cuidado! Quizá al principio las definiciones de la secta tengan apariencia de verdad. Por eso es tan importante el discernimiento. Si Bernabé pudo ser arrastrado y engañado por falsa doctrina (Gá. 2:13), cuánto más nosotros.

1 1 Jn. 2:26. Para los otros tres propósitos ver 1:4; 2:1 y 5:13.

2 1 Jn. 2:26. Para los otros tres propósitos ver 1:4; 2:1 y 5:13.

VP «Dios Habla Hoy», 1994© por Sociedades Bíblicas Unidas.

3 Véase Mateo 24:24.

Mirón, J. (1997). ¿Iglesia o secta? (pp. 15–21). Miami, Florida, EE. UU. de A.: Editorial Unilit.

MANIFESTACIONES NO CONVENCIONALES

MANIFESTACIONES NO CONVENCIONALES

Pablo Martini
Programa No. 2016-03-10
a1Cada vez que intentemos encasillar el obrar de Dios a nuestros estereotipados prejuicios saldremos perdiendo oportunidades y bendiciones. Porque Dios no obra como a nosotros nos parece que debiera obrar, por el simple hecho de que su forma de pensar dista mucho de la nuestra. Él no se mueve en base a códigos humanos sino divinos. Es, en palabras de Jesús a Nicodemo, como el viento, no sabes de dónde viene ni a dónde se dirigirá dentro de una hora. La tarde ya había caído. El Señor despedía a una multitud con sus estómagos repletos de alimentos por la milagrosa merienda que les acababa de ofrecer gratuitamente. Embarcó a sus discípulos en un bote y acordó encontrarse con ellos en la otra orilla dentro de dos horas, que es lo que se tarda en cruzar el Mar de Galilea. Pero habían pasado ya ocho horas y ese bote se debatía en medio de una feroz tormenta. Hacia las tres de la madrugada el Señor se aparece a sus discípulos caminando sobre el mar. A tal punto que estos experimentados y rudos pescadores se abrazaron como niños en medio de la barca y, con voz de miedo, exclamaron: ¡Un fantasma! Claro, parecía Jesús. Su silueta y su voz audible lo confirmaban. Pero… ¿caminar sobre el agua?… Eso es raro, muy raro. Su presencia no coincidía con la imagen del Cristo que habían conocido. Sus estructuras mentales no encontraban herramientas para definir esta situación. Es que Dios te va a parecer muchas veces raro, muy raro. ¿Y? ¿Acaso Él debe revelarse a tu vida como tú te lo esperas o te lo imaginas, o  como Él considere necesario?… De la misma manera la gente del pueblo no podía aceptar que, siendo un humilde carpintero, sea el prometido Mesías.

De la misma manera nosotros, cuando nos hemos formado una idea sobre un asunto, difícilmente la modificamos aun teniendo tanta evidencia que demuestre lo contrario. Así nos perdemos bendiciones como tantos contemporáneos a Jesús. De ahora en adelante, cada vez que Dios se presenta a tu vida, no veas fantasmas.

PENSAMIENTO DEL DÍA:

Permite que suba a tu barca aun cuando te dé miedo navegar a su lado.

«MUCHO RENCOR EN CONTRA DE MI PADRE»

10 mar 2016

«MUCHO RENCOR EN CONTRA DE MI PADRE»

por Carlos Rey

a1En este mensaje tratamos el caso de una mujer que «descargó su conciencia» en nuestro sitio http://www.conciencia.net. Lo hizo de manera anónima, como pedimos que se haga; así que, a pesar de que nunca se lo había contado a nadie, nos autorizó a que la citáramos, como sigue:

«Guardo mucho rencor en contra de mi padre, pues él ha sido el hombre más cruel que he conocido. Hiere a mi madre tanto física como psicológicamente. Es alcohólico, y usa palabras hirientes y obscenas. Toda mi vida le he tenido odio y rencor por todo lo que nos ha hecho, llegando al punto de querer atentar contra su vida para que este sufrimiento pare.

»Mi madre es creyente en Dios, y yo he asistido a la iglesia desde pequeña. Creo que eso ha evitado que [yo trate de matar a mi padre]. Quisiera que me aconsejaran para poder perdonar y sacar todo esto que siento en mi corazón.»

Este es el consejo que le dio mi esposa:

«Estimada amiga:

»Su caso nos entristece mucho. ¡Con razón que siente tanto odio y rencor! …

»Ese deseo de hacerle daño a su padre ha sido el único modo que se le ha ocurrido a usted para actuar conforme a la angustia que ha sentido. Pero como usted ha asistido a una iglesia, sin duda ha estudiado la Biblia y sabe que el apóstol Pablo enseñó: “No tomen venganza, hermanos míos, sino dejen el castigo en las manos de Dios”.1 Sin embargo, es muy difícil desprenderse de todo ese rencor y dejar que Dios mismo se encargue del castigo.

»Debido a que el rencor y el resentimiento son casi exclusivamente internos, nos hacen daño de adentro hacia afuera…. Los sentimientos de rencor rondan una y otra vez en nuestra mente, haciendo cada vez peor nuestro estado emocional. El guardar rencor puede resultar en depresión y ansiedad. Puede privarnos del gozo aun en momentos que debieran ser alegres. Y hasta puede ser la causa de síntomas físicos tales como la presión arterial alta.

»… Si bien el padre suyo tiene la opción de portarse bien o mal y de hacerles daño o no a otras personas, usted y su mamá tienen así mismo la opción de sacarlo de la casa o alejarse de él. Dios promete protegernos, pero Él espera que cada uno de nosotros haga lo que esté a su alcance para protegerse. Él nunca quiere que ninguno de nosotros permanezca en una situación peligrosa si podemos evitarlo.

»El perdón es un acto sobrenatural. Usted debe pedirle a Dios que le dé la capacidad de perdonar a su padre. Determine, cada día, varias veces al día, decirle a Dios en oración: “Señor, yo lo perdono y estoy dispuesta a ceder el derecho que tengo de odiarlo y de guardarle rencor.” Siga orando de esa manera, y luego confíe en que Dios se encargará de su padre.

»Recuerde que el perdón no absuelve lo que ha hecho su padre, ni quiere decir que usted deba darle la oportunidad de seguir hiriéndola. Así que haga lo necesario para alejarse de él.»

Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, puede leerse con sólo pulsar la pestaña en http://www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 380.

Nacimiento de Sansón

Jueces 13-15

Nacimiento de Sansón

a113:1  Los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en mano de los filisteos por cuarenta años.

Y había un hombre de Zora, de la tribu de Dan, el cual se llamaba Manoa; y su mujer era estéril, y nunca había tenido hijos.

A esta mujer apareció el ángel de Jehová, y le dijo: He aquí que tú eres estéril, y nunca has tenido hijos; pero concebirás y darás a luz un hijo.

Ahora, pues, no bebas vino ni sidra, ni comas cosa inmunda.

Pues he aquí que concebirás y darás a luz un hijo; y navaja no pasará sobre su cabeza, porque el niño será nazareo a Dios desde su nacimiento, y él comenzará a salvar a Israel de mano de los filisteos.

Y la mujer vino y se lo contó a su marido, diciendo: Un varón de Dios vino a mí, cuyo aspecto era como el aspecto de un ángel de Dios, temible en gran manera; y no le pregunté de dónde ni quién era, ni tampoco él me dijo su nombre.

Y me dijo: He aquí que tú concebirás, y darás a luz un hijo; por tanto, ahora no bebas vino, ni sidra, ni comas cosa inmunda, porque este niño será nazareo a Dios desde su nacimiento hasta el día de su muerte.

Entonces oró Manoa a Jehová, y dijo: Ah, Señor mío, yo te ruego que aquel varón de Dios que enviaste, vuelva ahora a venir a nosotros, y nos enseñe lo que hayamos de hacer con el niño que ha de nacer.

Y Dios oyó la voz de Manoa; y el ángel de Dios volvió otra vez a la mujer, estando ella en el campo; mas su marido Manoa no estaba con ella.

10 Y la mujer corrió prontamente a avisarle a su marido, diciéndole: Mira que se me ha aparecido aquel varón que vino a mí el otro día.

11 Y se levantó Manoa, y siguió a su mujer; y vino al varón y le dijo: ¿Eres tú aquel varón que habló a la mujer? Y él dijo: Yo soy.

12 Entonces Manoa dijo: Cuando tus palabras se cumplan, ¿cómo debe ser la manera de vivir del niño, y qué debemos hacer con él?

13 Y el ángel de Jehová respondió a Manoa: La mujer se guardará de todas las cosas que yo le dije.

14 No tomará nada que proceda de la vid; no beberá vino ni sidra, y no comerá cosa inmunda; guardará todo lo que le mandé.

15 Entonces Manoa dijo al ángel de Jehová: Te ruego nos permitas detenerte, y te prepararemos un cabrito.

16 Y el ángel de Jehová respondió a Manoa: Aunque me detengas, no comeré de tu pan; mas si quieres hacer holocausto, ofrécelo a Jehová. Y no sabía Manoa que aquél fuese ángel de Jehová.

17 Entonces dijo Manoa al ángel de Jehová: ¿Cuál es tu nombre, para que cuando se cumpla tu palabra te honremos?

18 Y el ángel de Jehová respondió: ¿Por qué preguntas por mi nombre, que es admirable?

19 Y Manoa tomó un cabrito y una ofrenda, y los ofreció sobre una peña a Jehová; y el ángel hizo milagro ante los ojos de Manoa y de su mujer.

20 Porque aconteció que cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el ángel de Jehová subió en la llama del altar ante los ojos de Manoa y de su mujer, los cuales se postraron en tierra.

21 Y el ángel de Jehová no volvió a aparecer a Manoa ni a su mujer. Entonces conoció Manoa que era el ángel de Jehová.

22 Y dijo Manoa a su mujer: Ciertamente moriremos, porque a Dios hemos visto.

23 Y su mujer le respondió: Si Jehová nos quisiera matar, no aceptaría de nuestras manos el holocausto y la ofrenda, ni nos hubiera mostrado todas estas cosas, ni ahora nos habría anunciado esto.

24 Y la mujer dio a luz un hijo, y le puso por nombre Sansón. Y el niño creció, y Jehová lo bendijo.

25 Y el Espíritu de Jehová comenzó a manifestarse en él en los campamentos de Dan, entre Zora y Estaol.

Sansón y la mujer filistea de Timnat

14:1  Descendió Sansón a Timnat, y vio en Timnat a una mujer de las hijas de los filisteos.

Y subió, y lo declaró a su padre y a su madre, diciendo: Yo he visto en Timnat una mujer de las hijas de los filisteos; os ruego que me la toméis por mujer.

Y su padre y su madre le dijeron: ¿No hay mujer entre las hijas de tus hermanos, ni en todo nuestro pueblo, para que vayas tú a tomar mujer de los filisteos incircuncisos? Y Sansón respondió a su padre: Tómame ésta por mujer, porque ella me agrada.

Mas su padre y su madre no sabían que esto venía de Jehová, porque él buscaba ocasión contra los filisteos; pues en aquel tiempo los filisteos dominaban sobre Israel.

Y Sansón descendió con su padre y con su madre a Timnat; y cuando llegaron a las viñas de Timnat, he aquí un león joven que venía rugiendo hacia él.

Y el Espíritu de Jehová vino sobre Sansón, quien despedazó al león como quien despedaza un cabrito, sin tener nada en su mano; y no declaró ni a su padre ni a su madre lo que había hecho.

Descendió, pues, y habló a la mujer; y ella agradó a Sansón.

Y volviendo después de algunos días para tomarla, se apartó del camino para ver el cuerpo muerto del león; y he aquí que en el cuerpo del león había un enjambre de abejas, y un panal de miel.

Y tomándolo en sus manos, se fue comiéndolo por el camino; y cuando alcanzó a su padre y a su madre, les dio también a ellos que comiesen; mas no les descubrió que había tomado aquella miel del cuerpo del león.

10 Vino, pues, su padre adonde estaba la mujer, y Sansón hizo allí banquete; porque así solían hacer los jóvenes.

11 Y aconteció que cuando ellos le vieron, tomaron treinta compañeros para que estuviesen con él.

12 Y Sansón les dijo: Yo os propondré ahora un enigma, y si en los siete días del banquete me lo declaráis y descifráis, yo os daré treinta vestidos de lino y treinta vestidos de fiesta.

13 Mas si no me lo podéis declarar, entonces vosotros me daréis a mí los treinta vestidos de lino y los vestidos de fiesta. Y ellos respondieron: Propón tu enigma, y lo oiremos.

14 Entonces les dijo:
    Del devorador salió comida,
    Y del fuerte salió dulzura. m Y ellos no pudieron declararle el enigma en tres días.

15 Al séptimo día dijeron a la mujer de Sansón: Induce a tu marido a que nos declare este enigma, para que no te quememos a ti y a la casa de tu padre. ¿Nos habéis llamado aquí para despojarnos?

16 Y lloró la mujer de Sansón en presencia de él, y dijo: Solamente me aborreces, y no me amas, pues no me declaras el enigma que propusiste a los hijos de mi pueblo. Y él respondió: He aquí que ni a mi padre ni a mi madre lo he declarado, ¿y te lo había de declarar a ti?

17 Y ella lloró en presencia de él los siete días que ellos tuvieron banquete; mas al séptimo día él se lo declaró, porque le presionaba; y ella lo declaró a los hijos de su pueblo.

18 Al séptimo día, antes que el sol se pusiese, los de la ciudad le dijeron:
    ¿Qué cosa más dulce que la miel?
    ¿Y qué cosa más fuerte que el león? m Y él les respondió:
    Si no araseis con mi novilla,
    Nunca hubierais descubierto mi enigma. m

19 Y el Espíritu de Jehová vino sobre él, y descendió a Ascalón y mató a treinta hombres de ellos; y tomando sus despojos, dio las mudas de vestidos a los que habían explicado el enigma; y encendido en enojo se volvió a la casa de su padre.

20 Y la mujer de Sansón fue dada a su compañero, al cual él había tratado como su amigo.

15:1  Aconteció después de algún tiempo, que en los días de la siega del trigo Sansón visitó a su mujer con un cabrito, diciendo: Entraré a mi mujer en el aposento. Mas el padre de ella no lo dejó entrar.

Y dijo el padre de ella: Me persuadí de que la aborrecías, y la di a tu compañero. Mas su hermana menor, ¿no es más hermosa que ella? Tómala, pues, en su lugar.

Entonces le dijo Sansón: Sin culpa seré esta vez respecto de los filisteos, si mal les hiciere.

Y fue Sansón y cazó trescientas zorras, y tomó teas, y juntó cola con cola, y puso una tea entre cada dos colas.

Después, encendiendo las teas, soltó las zorras en los sembrados de los filisteos, y quemó las mieses amontonadas y en pie, viñas y olivares.

Y dijeron los filisteos: ¿Quién hizo esto? Y les contestaron: Sansón, el yerno del timnateo, porque le quitó su mujer y la dio a su compañero. Y vinieron los filisteos y la quemaron a ella y a su padre.

Entonces Sansón les dijo: Ya que así habéis hecho, juro que me vengaré de vosotros, y después desistiré.

Y los hirió cadera y muslo con gran mortandad; y descendió y habitó en la cueva de la peña de Etam.

Sansón derrota a los filisteos en Lehi

Entonces los filisteos subieron y acamparon en Judá, y se extendieron por Lehi.

10 Y los varones de Judá les dijeron: ¿Por qué habéis subido contra nosotros? Y ellos respondieron: A prender a Sansón hemos subido, para hacerle como él nos ha hecho.

11 Y vinieron tres mil hombres de Judá a la cueva de la peña de Etam, y dijeron a Sansón: ¿No sabes tú que los filisteos dominan sobre nosotros? ¿Por qué nos has hecho esto? Y él les respondió: Yo les he hecho como ellos me hicieron.

12 Ellos entonces le dijeron: Nosotros hemos venido para prenderte y entregarte en mano de los filisteos. Y Sansón les respondió: Juradme que vosotros no me mataréis.

13 Y ellos le respondieron, diciendo: No; solamente te prenderemos, y te entregaremos en sus manos; mas no te mataremos. Entonces le ataron con dos cuerdas nuevas, y le hicieron venir de la peña.

14 Y así que vino hasta Lehi, los filisteos salieron gritando a su encuentro; pero el Espíritu de Jehová vino sobre él, y las cuerdas que estaban en sus brazos se volvieron como lino quemado con fuego, y las ataduras se cayeron de sus manos.

15 Y hallando una quijada de asno fresca aún, extendió la mano y la tomó, y mató con ella a mil hombres.

16 Entonces Sansón dijo:
    Con la quijada de un asno, un montón, dos montones;
    Con la quijada de un asno maté a mil hombres. m

17 Y acabando de hablar, arrojó de su mano la quijada, y llamó a aquel lugar Ramat-lehi.[a]

18 Y teniendo gran sed, clamó luego a Jehová, y dijo: Tú has dado esta grande salvación por mano de tu siervo; ¿y moriré yo ahora de sed, y caeré en mano de los incircuncisos?

19 Entonces abrió Dios la cuenca que hay en Lehi; y salió de allí agua, y él bebió, y recobró su espíritu, y se reanimó. Por esto llamó el nombre de aquel lugar, En-hacore,[b] el cual está en Lehi, hasta hoy.

20 Y juzgó a Israel en los días de los filisteos veinte años.

Footnotes:

  1. Jueces 15:17 Esto es, Colina de la Quijada.
  2. Jueces 15:19 Esto es, la fuente del que clamó.
Reina-Valera 1960 (RVR1960)Copyright © 1960 by American Bible Society

Hazte un favor

Marzo 10

Hazte un favor

Lectura bíblica: Mateo 22:34–40

Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Mateo 22:39

a1¿Amarnos a nosotros mismos? Eso lo que Dios espera cuando nos dice que amemos a otros como a nosotros mismos. Entonces, a votar. ¿Se aman algunos de los siguientes personajes como Dios quiere?

• Patricia toma la hoja de su examen, observa su calificación perfecta y baila por el aula sacudiendo la hoja en las narices de todos sus compañeros.
• Cada vez que Joel pasa frente a un espejo, muestra los músculos y posa como si fuera el Campeón Mundial de la Musculatura.
• Melinda les cuenta a todos que saldrá temprano de la escuela para posar por primera vez como modelo. Y al día siguiente está en el patio de la escuela repartiendo sus retratos autografiados.

Tema para comentar: ¿Has conocido alguna vez chicos como esos? ¿En qué sentido son inapropiadas sus actitudes y acciones?
Existe un tipo sano de amor propio, y Dios quiere que tengamos una buena dosis de él. ¡Pero Patricia, Joel y Melinda no tienen idea de lo que es tener un amor propio sano! Estar obsesionados con nuestra belleza, inteligencia, fuerza o dinero es engreimiento, no amor.
Mateo 22:39 implica que no vamos a amar a otros de la manera apropiada a menos que nos amemos a nosotros mismos de la manera apropiada.
¿Es realmente bueno amarnos a nosotros mismos? Considéralo de esta manera: Dios nos ama, así que podemos amarnos a nosotros mismos. Dios nos acepta, así que podemos aceptarnos a nosotros mismos. Amarnos a nosotros mismos no es meramente bueno, ¡es maravilloso! Es lo que Dios quiere.
Seamos claros en que hay dos tipos de autoimagen. Vernos a nosotros mismos como Dios nos ve —nada más y nada menos— es una autoimagen sana. Es algo que nos motiva. Es también algo que produce humildad, porque reconocemos que cada uno de nuestros dones procede de Dios.
El segundo tipo de autoimagen es malsano. Una autoimagen malsana puede ser demasiado negativa o demasiado positiva. Los que tienen una autoimagen negativa se menoscaban a sí mismos. Los que tienen una demasiado positiva se ensalzan a sí mismos. Ninguna de las dos clases de autoimagen malsana nos honra como una creación especial de Dios.
Podemos estar seguros de que nos amamos a nosotros mismos sanamente cuando, como resultado, amamos más a otros. Y cuando tenemos como nuestra meta amar a otros, todo lo demás se aclara. La vida —y querernos a nosotros mismos— tiene sentido. Ponemos a los demás, comenzando con Jesús, directamente en el centro de nuestra atención. Y cuando sucede esto, Dios está contento.

PARA DIALOGAR
Dílo en tus propias palabras: ¿En qué consiste una autoimagen sana?

PARA ORAR
Padre, enséñanos a amarnos a nosotros mismos de la manera correcta y, como resultado, amar a otros.

PARA HACER
Haz hoy algo por un familiar que exprese: “Creo en ti”.

McDowell, J., & Johnson, K. (2005). Devocionales para la familia. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.