Hombre de poca fe

Antes de emitir mis comentarios, le agradezco mucho por tratarme de Reverendo. Siento mucho si le decepciono, pero no soy Reverendo, tampoco soy Doctor, o Master o cualquier otro título. Simplemente soy un hermano en la fe. Hecha esta aclaración, le invito a que me acompañe en la lectura de una parte de ese hermoso relato en el Evangelio según Mateo, en el cual, en obediencia al mandado del Señor Jesús, Pedro desciende de la barca y anda sobre las aguas para ir a Jesús. Leo en Mateo 14:30-31. La Biblia dice: Pero al ver el fuerte viento,  tuvo miedo;  y comenzando a hundirse,  dio voces,  diciendo:  ¡Señor,  sálvame!  Al momento Jesús,  extendiendo la mano,  asió de él,  y le dijo:  ¡Hombre de poca fe!  ¿Por qué dudaste?

El relato es preciso. No hay donde confundirse. Pedro debe haber bajado de la barca, debe haberse afirmado con sus pies sobre el mar embravecido y debe haber puesto su mirada sobre el Señor Jesús. Mientras tenía puesta su mirada sobre el Señor Jesús todo estaba bien, podía caminar sobre las aguas turbulentas. Pero en algún momento, sucedió lo que textualmente dice el pasaje bíblico leído: Pero al ver el fuerte viento. De aquí se deduce que Pedro debió haber quitado la mirada del Señor Jesús y debió haberla puesto sobre el fuerte viento. No se puede ver al Señor Jesús y al fuerte viento a la vez. Así es como se aprecia en el relato. Por eso dije lo que Usted oyó en el programa en cuestión. Lo que hizo Pedro fue suficiente para que tenga miedo y comience a hundirse. Como es lógico, Pedro buscó ayuda y debe haber clamado a gritos: ¡Señor, sálvame! El Señor Jesús no hizo otra sino extender su mano y tomar firmemente a Pedro. Fue entonces cuando el Señor Jesús reprochó a Pedro diciendo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Ciertamente que en su reproche el Señor Jesús no dijo a Pedro: ¿Por qué quitaste la mirada de mí? Lo que pasó es que la poca fe de Pedro le hizo dudar y esa duda le hizo quitar su mirada del Señor Jesús y ponerla en el fuerte viento. La poca fe mía o de cualquier persona, se manifiesta en abrir la puerta a las dudas y esas dudas nos hacen ver a los problemas como poderosos gigantes que están prestos a aplastarnos. Gracias a Dios que Usted está aprendiendo a crecer en su fe. Eso alejará las dudas de su vida. Eso le motivará a confiar más en Dios en medio de las tempestades de la vida. Que el Señor le bendiga.

También desde Lima Perú, se ha comunicado con nosotros por Internet, para hacernos la siguiente consulta: Tengo dudas acerca del ayuno, vigilias de oración, santa cena y bautismo en agua. ¿Se debe practicar todo esto en la iglesia hoy en día? ¿No es que la iglesia está bajo un nuevo pacto y esas cosas eran propias del viejo pacto?

Gracias por su consulta. El nuevo pacto, es el nuevo acuerdo de Dios con los hombres, basado en la muerte de Cristo. El antiguo pacto es el acuerdo de Dios primordialmente con Israel, basado en lo que Dios comunicó a Moisés en el monte Sinaí. Los pactos se ratificaban con sangre. El pacto antiguo se ratificó con la sangre de animales sacrificados. Note lo que dice Éxodo 24:8 Y Moisés vino y contó al pueblo todas las palabras de Jehová,  y todas las leyes;  y todo el pueblo respondió a una voz,  y dijo:  Haremos todas las palabras que Jehová ha dicho.  Y Moisés escribió todas las palabras de Jehová,  y levantándose de mañana edificó un altar al pie del monte,  y doce columnas,  según las doce tribus de Israel.  Y envió jóvenes de los hijos de Israel,  los cuales ofrecieron holocaustos y becerros como sacrificios de paz a Jehová.  Y Moisés tomó la mitad de la sangre,  y la puso en tazones,  y esparció la otra mitad de la sangre sobre el altar.  Y tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo,  el cual dijo:  Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho,  y obedeceremos.  Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo,  y dijo:  He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas.

Por contraste, el nuevo pacto se ratificó con la preciosa sangre de Cristo. Poco antes de morir en la cruz, el Señor Jesús estaba reunido con sus discípulos en lo que se conoce como la última cena. Allí, el Señor Jesús hizo referencia al nuevo pacto y note lo que dijo. Se encuentra en Mateo 26:27-28. La Biblia dice: Y tomando la copa,  y habiendo dado gracias,  les dio,  diciendo:  Bebed de ella todos;  porque esto es mi sangre del nuevo pacto,  que por muchos es derramada para remisión de los pecados.

Este hecho hace que en todo sentido el nuevo pacto sea superior al antiguo pacto. Cuando Cristo derramó su sangre en la cruz, es decir murió en la cruz, se ratificó el nuevo pacto. Desde ese momento está en vigencia el nuevo pacto. La iglesia disfruta de los beneficios del nuevo pacto. Con esto en mente, veamos cuáles eran algunas de las prácticas de la iglesia en el primer siglo. No olvide que la iglesia está bajo el nuevo pacto. Sin el nuevo pacto no puede haber iglesia de Cristo, simplemente. Allí notaremos que los creyentes solían ayunar. Leo en Hechos 13:1-3. La Biblia dice: Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía,  profetas y maestros:  Bernabé,  Simón el que se llamaba Niger,  Lucio de Cirene,  Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca,  y Saulo.  Ministrando éstos al Señor,  y ayunando,  dijo el Espíritu Santo:  Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.  Entonces,  habiendo ayunado y orado,  les impusieron las manos y los despidieron.

La iglesia en Antioquia está a punto de dar inicio a un gran esfuerzo misionero. ¿Quiénes serían los escogidos para ir como misioneros? Este era un asunto muy serio. Por eso es que los líderes de la iglesia buscaron la dirección de Dios, ¿de qué manera? Orando y ayunando. El ayuno era parte de la vida de la iglesia primitiva. Ahora consideremos las vigilias de oración. Leo en Hechos 12:3-5. La Biblia dice: Y viendo que esto había agradado a los judíos,  procedió a prender también a Pedro.  Eran entonces los días de los panes sin levadura.  Y habiéndole tomado preso,  le puso en la cárcel,  entregándole a cuatro grupos de cuatro soldados cada uno,  para que le custodiasen;  y se proponía sacarle al pueblo después de la pascua.  Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel;  pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él.

Pedro estaba preso en la cárcel. ¿Qué hacía mientras tanto la iglesia? El texto dice que hacía sin cesar oración a Dios por él. Se trata de una vigilia de oración. Cuando llegó la noche la iglesia seguía orando al Señor. Esa misma noche, Dios respondió a la oración de la iglesia y Pedro fue liberado milagrosamente. Al quedar libre, Pedro se dirigió a la casa de María, la madre de Juan Marcos y ¿qué es lo que encontró allí? Pues a la iglesia en vigilia de oración. El texto en Hechos 12:12 dice que Pedro halló a muchos reunidos orando. La iglesia primitiva tenía la práctica de hacer vigilias de oración. Ahora, consideremos el bautismo en agua y la santa cena, o la cena del Señor. Cuando nació la iglesia de Cristo en el día de Pentecostés después de la muerte, resurrección y ascensión de Cristo, Pedro predicó un poderoso mensaje de salvación y como tres mil personas recibieron al Señor Jesús como su Salvador. Había nacido la iglesia de Cristo, bajo el nuevo pacto. Veamos qué es lo que esta naciente iglesia practicaba. Se encuentra en Hechos 2:41-42. La Biblia dice: Así que,  los que recibieron su palabra fueron bautizados;  y se añadieron aquel día como tres mil personas.  Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles,  en la comunión unos con otros,  en el partimiento del pan y en las oraciones.

La naciente iglesia tenía dentro de su práctica al menos las cinco actividades que menciona este pasaje bíblico. Primero, bautizaban en agua. Esto se ajusta a lo que el Señor Jesús dijo en Mateo 28:19-20. Segundo, perseveraban en la doctrina de los apóstoles. Esto tiene que ver con conocer y practicar lo que por revelación de Dios recibieron los apóstoles de Cristo. Tercero, perseveraban en la comunión unos con otros. Esto significa hacer práctico el hecho que todos los creyentes comparten tantas cosas que tienen en común. Cuarto, perseveraban en el partimiento del pan. Esto significa que tenían como costumbre realizar la santa cena, o la cena del Señor. Hasta donde se puede saber, celebraban la cena del Señor todas las veces que se reunían como iglesia. Quinto, perseveraban en las oraciones. Como iglesia clamaban en oración al Señor. Allí lo tiene, amable oyente, la iglesia de Cristo, la cual está bajo el nuevo pacto, tenía la costumbre de ayunar, hacer vigilias de oración, celebrar la santa cena o la cena del Señor y bautizar en agua a los que recibían a Cristo como Salvador. Algunas de estas prácticas son exclusivas de la iglesia bajo el nuevo pacto, porque Israel jamás las hizo en el antiguo pacto, prácticas tales como celebrar la cena del Señor y bautizar en agua en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Bajo el pacto antiguo, los judíos practicaban el ayuno y las oraciones.

 

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DE RODILLAS

DE RODILLAS

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Pablo Martini
Programa No. 2016-06-11

a1La vida nos va enseñando que las personas que han llegado más alto en sus vidas fueron aquellas que pasaron más tiempo de rodillas, inclinados ante el Único que es digno: Dios. Es que las grandes metas de vida, las que permanecerán como íconos para generaciones venideras, se alcanzan si vivimos postrados ante Él. Es verdad que, para lograr este perfil de carácter en sus criaturas, Dios siempre nos someterá a situaciones traumáticas, inesperadas e indeseadas. Parece que debemos caer de espaldas para, entonces, mirar a Dios. Cada paso que damos por el sendero de la vida es una lección aprendida. De ahí que es recomendable cuidar nuestro andar. La Biblia aconseja a andar como sabios y no como necios, poniendo a cada situación  que enfrentemos, en una posición “redimible”, es decir: Sacarla de su estado inútil, de que sea una experiencia y nada más, y ponerla en un estado útil, que valga la pena vivirla, que quede como lección de vida. En palabras Bíblicas: “Redimir el tiempo.” Muchas de esas situaciones demandarán una sabiduría especial, una que viene de lo alto. ¿No la tienes? ¿No sabes cómo reaccionar ante situaciones nuevas y que amenazan tu integridad?… Bueno, a todos nos sucede. No las sabemos todas, nadie nace sabiendo, se aprende al andar.

Pídele  a Dios. No te creas sabio en tu propia opinión,  es la decisión más necia que puedas hacer. Él, da a todos abundantemente y sin reproche si te inclinas ante su presencia cada día buscándole con humildad. ¡Y te será dada! Lo promete la Biblia. Así cuidarás tus pasos. Somos expertos en oratoria, pero no por “orar” sino por “oracionar” (no sé si el verbo existe pero me lo inventé.) Llenamos nuestro repertorio de oraciones bonitas ante nuestro cotidiano auditorio. Muchas veces decimos lo que los demás quieren oír. Gastamos muchas horas hablándole a la gente de Dios, pero poco tiempo hablándole a Dios de la gente. A Él le gusta oírte. Como un padre desea oír la voz de sus hijos al teléfono, a la distancia, o la de su amada. Esta es la evidencia más clara de dependencia humilde, de que vivimos inclinados ante Él. Humíllate ante la poderosa mano de Dios que Él te exaltará, cuando fuere tiempo.

PENSAMIENTO DEL DÍA:

La mejor manera de cuidar nuestros pies es andando de rodillas.

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La insensatez de confiar en las riquezas

Salmos 49-51

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La insensatez de confiar en las riquezas

Al músico principal. Salmo de los hijos de Coré.

a149:1 Oíd esto, pueblos todos;
    Escuchad, habitantes todos del mundo,

Así los plebeyos como los nobles,
El rico y el pobre juntamente.

Mi boca hablará sabiduría,
Y el pensamiento de mi corazón inteligencia.

Inclinaré al proverbio mi oído;
Declararé con el arpa mi enigma.

¿Por qué he de temer en los días de adversidad,
Cuando la iniquidad de mis opresores me rodeare?

Los que confían en sus bienes,
Y de la muchedumbre de sus riquezas se jactan,

Ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano,
Ni dar a Dios su rescate

(Porque la redención de su vida es de gran precio,
Y no se logrará jamás),

Para que viva en adelante para siempre,
Y nunca vea corrupción.

10 Pues verá que aun los sabios mueren;
Que perecen del mismo modo que el insensato y el necio,
Y dejan a otros sus riquezas.

11 Su íntimo pensamiento es que sus casas serán eternas,
Y sus habitaciones para generación y generación;
Dan sus nombres a sus tierras.

12 Mas el hombre no permanecerá en honra;
Es semejante a las bestias que perecen.

13 Este su camino es locura;
Con todo, sus descendientes se complacen en el dicho de ellos. Selah

14 Como a rebaños que son conducidos al Seol,
La muerte los pastoreará,
Y los rectos se enseñorearán de ellos por la mañana;
Se consumirá su buen parecer, y el Seol será su morada.

15 Pero Dios redimirá mi vida del poder del Seol,
Porque él me tomará consigo. Selah

16 No temas cuando se enriquece alguno,
Cuando aumenta la gloria de su casa;

17 Porque cuando muera no llevará nada,
Ni descenderá tras él su gloria.

18 Aunque mientras viva, llame dichosa a su alma,
Y sea loado cuando prospere,

19 Entrará en la generación de sus padres,
Y nunca más verá la luz.

20 El hombre que está en honra y no entiende,
Semejante es a las bestias que perecen.

Dios juzgará al mundo

Salmo de Asaf.

50:1 El Dios de dioses, Jehová, ha hablado, y convocado la tierra,
    Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone.

De Sion, perfección de hermosura,
Dios ha resplandecido.

Vendrá nuestro Dios, y no callará;
Fuego consumirá delante de él,
Y tempestad poderosa le rodeará.

Convocará a los cielos de arriba,
Y a la tierra, para juzgar a su pueblo.

Juntadme mis santos,
Los que hicieron conmigo pacto con sacrificio.

Y los cielos declararán su justicia,
Porque Dios es el juez. Selah

Oye, pueblo mío, y hablaré;
Escucha, Israel, y testificaré contra ti:
Yo soy Dios, el Dios tuyo.

No te reprenderé por tus sacrificios,
Ni por tus holocaustos, que están continuamente delante de mí.

No tomaré de tu casa becerros,
Ni machos cabríos de tus apriscos.

10 Porque mía es toda bestia del bosque,
Y los millares de animales en los collados.

11 Conozco a todas las aves de los montes,
Y todo lo que se mueve en los campos me pertenece.

12 Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti;
Porque mío es el mundo y su plenitud.

13 ¿He de comer yo carne de toros,
O de beber sangre de machos cabríos?

14 Sacrifica a Dios alabanza,
Y paga tus votos al Altísimo;

15 E invócame en el día de la angustia;
Te libraré, y tú me honrarás.

16 Pero al malo dijo Dios:
¿Qué tienes tú que hablar de mis leyes,
Y que tomar mi pacto en tu boca?

17 Pues tú aborreces la corrección,
Y echas a tu espalda mis palabras.

18 Si veías al ladrón, tú corrías con él,
Y con los adúlteros era tu parte.

19 Tu boca metías en mal,
Y tu lengua componía engaño.

20 Tomabas asiento, y hablabas contra tu hermano;
Contra el hijo de tu madre ponías infamia.

21 Estas cosas hiciste, y yo he callado;
Pensabas que de cierto sería yo como tú;
Pero te reprenderé, y las pondré delante de tus ojos.

22 Entended ahora esto, los que os olvidáis de Dios,
No sea que os despedace, y no haya quien os libre.

23 El que sacrifica alabanza me honrará;
Y al que ordenare su camino,
Le mostraré la salvación de Dios.

Arrepentimiento, y plegaria pidiendo purificación

Al músico principal. Salmo de David, cuando después que se

llegó a Betsabé, vino a él Natán el profeta.

51:1 Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia;
Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.

Lávame más y más de mi maldad,
Y límpiame de mi pecado.

Porque yo reconozco mis rebeliones,
Y mi pecado está siempre delante de mí.

Contra ti, contra ti solo he pecado,
Y he hecho lo malo delante de tus ojos;
Para que seas reconocido justo en tu palabra,
Y tenido por puro en tu juicio.

He aquí, en maldad he sido formado,
Y en pecado me concibió mi madre.

He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo,
Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.

Purifícame con hisopo, y seré limpio;
Lávame, y seré más blanco que la nieve.

Hazme oír gozo y alegría,
Y se recrearán los huesos que has abatido.

Esconde tu rostro de mis pecados,
Y borra todas mis maldades.

10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
Y renueva un espíritu recto dentro de mí.

11 No me eches de delante de ti,
Y no quites de mí tu santo Espíritu.

12 Vuélveme el gozo de tu salvación,
Y espíritu noble me sustente.

13 Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos,
Y los pecadores se convertirán a ti.

14 Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación;
Cantará mi lengua tu justicia.

15 Señor, abre mis labios,
Y publicará mi boca tu alabanza.

16 Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría;
No quieres holocausto.

17 Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado;
Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.

18 Haz bien con tu benevolencia a Sion;
Edifica los muros de Jerusalén.

19 Entonces te agradarán los sacrificios de justicia,
El holocausto u ofrenda del todo quemada;
Entonces ofrecerán becerros sobre tu altar.

Futilidad de la jactancia del malo

Al músico principal. Masquil de David, cuando vino Doeg edomita

y dio cuenta a Saúl diciéndole: David ha venido a casa de Ahimelec.

Reina-Valera 1960 (RVR1960)Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.