La ira de Jehová contra las naciones

Isaías 34-36

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La ira de Jehová contra las naciones

34:1  Acercaos, naciones, juntaos para oír; y vosotros, pueblos, escuchad. Oiga la tierra y cuanto hay en ella, el mundo y todo lo que produce.

Porque Jehová está airado contra todas las naciones, e indignado contra todo el ejército de ellas; las destruirá y las entregará al matadero.

Y los muertos de ellas serán arrojados, y de sus cadáveres se levantará hedor; y los montes se disolverán por la sangre de ellos.

Y todo el ejército de los cielos se disolverá, y se enrollarán los cielos como un libro; y caerá todo su ejército, como se cae la hoja de la parra, y como se cae la de la higuera.

Porque en los cielos se embriagará mi espada; he aquí que descenderá sobre Edom en juicio, y sobre el pueblo de mi anatema.

Llena está de sangre la espada de Jehová, engrasada está de grosura, de sangre de corderos y de machos cabríos, de grosura de riñones de carneros; porque Jehová tiene sacrificios en Bosra, y grande matanza en tierra de Edom.

Y con ellos caerán búfalos, y toros con becerros; y su tierra se embriagará de sangre, y su polvo se engrasará de grosura.

Porque es día de venganza de Jehová, año de retribuciones en el pleito de Sion.

Y sus arroyos se convertirán en brea, y su polvo en azufre, y su tierra en brea ardiente.

10 No se apagará de noche ni de día, perpetuamente subirá su humo; de generación en generación será asolada, nunca jamás pasará nadie por ella.

11 Se adueñarán de ella el pelícano y el erizo, la lechuza y el cuervo morarán en ella; y se extenderá sobre ella cordel de destrucción, y niveles de asolamiento.

12 Llamarán a sus príncipes, príncipes sin reino; y todos sus grandes serán nada.

13 En sus alcázares crecerán espinos, y ortigas y cardos en sus fortalezas; y serán morada de chacales, y patio para los pollos de los avestruces.

14 Las fieras del desierto se encontrarán con las hienas, y la cabra salvaje gritará a su compañero; la lechuza también tendrá allí morada, y hallará para sí reposo.

15 Allí anidará el búho, pondrá sus huevos, y sacará sus pollos, y los juntará debajo de sus alas; también se juntarán allí buitres, cada uno con su compañera.

16 Inquirid en el libro de Jehová, y leed si faltó alguno de ellos; ninguno faltó con su compañera; porque su boca mandó, y los reunió su mismo Espíritu.

17 Y él les echó suertes, y su mano les repartió con cordel; para siempre la tendrán por heredad; de generación en generación morarán allí.

Futuro glorioso de Sion

35:1  Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá como la rosa.

Florecerá profusamente, y también se alegrará y cantará con júbilo; la gloria del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria de Jehová, la hermosura del Dios nuestro.

Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles.

Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará.

Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán.

Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad.

El lugar seco se convertirá en estanque, y el sequedal en manaderos de aguas; en la morada de chacales, en su guarida, será lugar de cañas y juncos.

Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasará inmundo por él, sino que él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará.

No habrá allí león, ni fiera subirá por él, ni allí se hallará, para que caminen los redimidos.

10 Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido.

La invasión de Senaquerib

(2 R. 18.13-37; 2 Cr. 32.1-19)

36:1  Aconteció en el año catorce del rey Ezequías, que Senaquerib rey de Asiria subió contra todas las ciudades fortificadas de Judá, y las tomó.

Y el rey de Asiria envió al Rabsaces con un gran ejército desde Laquis a Jerusalén contra el rey Ezequías; y acampó junto al acueducto del estanque de arriba, en el camino de la heredad del Lavador.

Y salió a él Eliaquim hijo de Hilcías, mayordomo, y Sebna, escriba, y Joa hijo de Asaf, canciller,

a los cuales dijo el Rabsaces: Decid ahora a Ezequías: El gran rey, el rey de Asiria, dice así: ¿Qué confianza es esta en que te apoyas?

Yo digo que el consejo y poderío para la guerra, de que tú hablas, no son más que palabras vacías. Ahora bien, ¿en quién confías para que te rebeles contra mí?

He aquí que confías en este báculo de caña frágil, en Egipto, en el cual si alguien se apoyare, se le entrará por la mano, y la atravesará. Tal es Faraón rey de Egipto para con todos los que en él confían.

Y si me decís: En Jehová nuestro Dios confiamos; ¿no es éste aquel cuyos lugares altos y cuyos altares hizo quitar Ezequías, y dijo a Judá y a Jerusalén: Delante de este altar adoraréis?

Ahora, pues, yo te ruego que des rehenes al rey de Asiria mi señor, y yo te daré dos mil caballos, si tú puedes dar jinetes que cabalguen sobre ellos.

¿Cómo, pues, podrás resistir a un capitán, al menor de los siervos de mi señor, aunque estés confiado en Egipto con sus carros y su gente de a caballo?

10 ¿Acaso vine yo ahora a esta tierra para destruirla sin Jehová? Jehová me dijo: Sube a esta tierra y destrúyela.

11 Entonces dijeron Eliaquim, Sebna y Joa al Rabsaces: Te rogamos que hables a tus siervos en arameo, porque nosotros lo entendemos; y no hables con nosotros en lengua de Judá, porque lo oye el pueblo que está sobre el muro.

12 Y dijo el Rabsaces: ¿Acaso me envió mi señor a que dijese estas palabras a ti y a tu señor, y no a los hombres que están sobre el muro, expuestos a comer su estiércol y beber su orina con vosotros?

13 Entonces el Rabsaces se puso en pie y gritó a gran voz en lengua de Judá, diciendo: Oíd las palabras del gran rey, el rey de Asiria.

14 El rey dice así: No os engañe Ezequías, porque no os podrá librar.

15 Ni os haga Ezequías confiar en Jehová, diciendo: Ciertamente Jehová nos librará; no será entregada esta ciudad en manos del rey de Asiria.

16 No escuchéis a Ezequías, porque así dice el rey de Asiria: Haced conmigo paz, y salid a mí; y coma cada uno de su viña, y cada uno de su higuera, y beba cada cual las aguas de su pozo,

17 hasta que yo venga y os lleve a una tierra como la vuestra, tierra de grano y de vino, tierra de pan y de viñas.

18 Mirad que no os engañe Ezequías diciendo: Jehová nos librará. ¿Acaso libraron los dioses de las naciones cada uno su tierra de la mano del rey de Asiria?

19 ¿Dónde está el dios de Hamat y de Arfad? ¿Dónde está el dios de Sefarvaim? ¿Libraron a Samaria de mi mano?

20 ¿Qué dios hay entre los dioses de estas tierras que haya librado su tierra de mi mano, para que Jehová libre de mi mano a Jerusalén?

21 Pero ellos callaron, y no le respondieron palabra; porque el rey así lo había mandado, diciendo: No le respondáis.

22 Entonces Eliaquim hijo de Hilcías, mayordomo, y Sebna escriba, y Joa hijo de Asaf, canciller, vinieron a Ezequías, rasgados sus vestidos, y le contaron las palabras del Rabsaces.

Reina-Valera 1960 (RVR1960)Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

EL ORGULLO

EL ORGULLO

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Pablo Martini
Programa No. 2016-08-09

De aquellos que les caracteriza su orgullo, se sabe decir que tienen “Aires de grandeza”. Y en verdad es solo eso “aires”. Aire que se lleva el viento. El viento de la adversidad que acarrea la tormenta de la realidad, que deja al orgulloso de cara con su propia estatura moral y le hace ver que, aunque él se sentía grande, aunque a él le parecía que vendía una fachada de grandeza, la cruda realidad es otra, y es justamente lo opuesto a lo que el orgulloso cree ser, es pequeño. Sí, el orgullo del hombre le empequeñece, porque centra la atención en sí mismo, en el propio hombre, que de por sí es pequeño. ¿Cuándo comprenderá el humano que la verdadera grandeza de la vida es vivir de tal modo que mi conducta, filosofía de vida y relaciones interpersonales busquen siempre dar la gloria a Dios, el gran Creador? Por eso el cristianismo engrandece porque centra al hombre en Dios. Es en Él en quien se enfoca la vida y eso le hace al hombre grande, porque Dios es grande. En las propias palabras de Jesús, este mundo está patas para arriba, está al revés. El sinónimo de grandeza y éxito que se promueve hoy en día es el de tener la mayor cantidad posible de servidores. Así, el que tiene chofer que le lleve del trabajo a su casa, es una persona importante, y si al entrar en su domicilio un sirviente le recibe a la puerta mucho más, y ni que hablar si al sentarse a comer a la mesa, el cocinero trae el menú en una gran bandeja de plata. Así que tiene chofer, sirviente y chef privado, no cabe duda alguna, es una persona muy importante. Jesús dijo: “Si alguno quiere ser grande entre vosotros, hágase servidor de todos, porque en mi Reino no se vive para ser servido sino para servir”. ¿Suena loco? Por supuesto, pero ese es el verdadero concepto de grandeza. Dios en 1º lugar, los demás en 2º y uno mismo a lo último, entonces serás grande. (Ante los ojos de Dios, obvio)

PENSAMIENTO DEL DIA:

El orgullo del hombre le empequeñece porque centra la atención en sí mismo, en el propio hombre, que de por sí es pequeño.

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Los egipcios son hombres y no dioses

Isaías 31-33

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Los egipcios son hombres y no dioses

31:1  !!Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos; y su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en jinetes, porque son valientes; y no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehová!

Pero él también es sabio, y traerá el mal, y no retirará sus palabras. Se levantará, pues, contra la casa de los malignos, y contra el auxilio de los que hacen iniquidad.

Y los egipcios hombres son, y no Dios; y sus caballos carne, y no espíritu; de manera que al extender Jehová su mano, caerá el ayudador y caerá el ayudado, y todos ellos desfallecerán a una.

Porque Jehová me dijo a mí de esta manera: Como el león y el cachorro de león ruge sobre la presa, y si se reúne cuadrilla de pastores contra él, no lo espantarán sus voces, ni se acobardará por el tropel de ellos; así Jehová de los ejércitos descenderá a pelear sobre el monte de Sion, y sobre su collado.

Como las aves que vuelan, así amparará Jehová de los ejércitos a Jerusalén, amparando, librando, preservando y salvando.

Volved a aquel contra quien se rebelaron profundamente los hijos de Israel.

Porque en aquel día arrojará el hombre sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que para vosotros han hecho vuestras manos pecadoras.

Entonces caerá Asiria por espada no de varón, y la consumirá espada no de hombre; y huirá de la presencia de la espada, y sus jóvenes serán tributarios.

Y de miedo pasará su fortaleza, y sus príncipes, con pavor, dejarán sus banderas, dice Jehová, cuyo fuego está en Sion, y su horno en Jerusalén.

El Rey justo

32:1  He aquí que para justicia reinará un rey, y príncipes presidirán en juicio.

Y será aquel varón como escondedero contra el viento, y como refugio contra el turbión; como arroyos de aguas en tierra de sequedad, como sombra de gran peñasco en tierra calurosa.

No se ofuscarán entonces los ojos de los que ven, y los oídos de los oyentes oirán atentos.

Y el corazón de los necios entenderá para saber, y la lengua de los tartamudos hablará rápida y claramente.

El ruin nunca más será llamado generoso, ni el tramposo será llamado espléndido.

Porque el ruin hablará ruindades, y su corazón fabricará iniquidad, para cometer impiedad y para hablar escarnio contra Jehová, dejando vacía el alma hambrienta, y quitando la bebida al sediento.

Las armas del tramposo son malas; trama intrigas inicuas para enredar a los simples con palabras mentirosas, y para hablar en juicio contra el pobre.

Pero el generoso pensará generosidades, y por generosidades será exaltado.

Advertencia a las mujeres de Jerusalén

Mujeres indolentes, levantaos, oíd mi voz; hijas confiadas, escuchad mi razón.

10 De aquí a algo más de un año tendréis espanto, oh confiadas; porque la vendimia faltará, y la cosecha no vendrá.

11 Temblad, oh indolentes; turbaos, oh confiadas; despojaos, desnudaos, ceñid los lomos con cilicio.

12 Golpeándose el pecho lamentarán por los campos deleitosos, por la vid fértil.

13 Sobre la tierra de mi pueblo subirán espinos y cardos, y aun sobre todas las casas en que hay alegría en la ciudad de alegría.

14 Porque los palacios quedarán desiertos, la multitud de la ciudad cesará; las torres y fortalezas se volverán cuevas para siempre, donde descansen asnos monteses, y ganados hagan majada;

15 hasta que sobre nosotros sea derramado el Espíritu de lo alto, y el desierto se convierta en campo fértil, y el campo fértil sea estimado por bosque.

16 Y habitará el juicio en el desierto, y en el campo fértil morará la justicia.

17 Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre.

18 Y mi pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras, y en recreos de reposo.

19 Y cuando caiga granizo, caerá en los montes; y la ciudad será del todo abatida.

20 Dichosos vosotros los que sembráis junto a todas las aguas, y dejáis libres al buey y al asno.

Jehová traerá salvación

33:1  !!Ay de ti, que saqueas, y nunca fuiste saqueado; que haces deslealtad, bien que nadie contra ti la hizo! Cuando acabes de saquear, serás tú saqueado; y cuando acabes de hacer deslealtad, se hará contra ti.

Oh Jehová, ten misericordia de nosotros, a ti hemos esperado; tú, brazo de ellos en la mañana, sé también nuestra salvación en tiempo de la tribulación.

Los pueblos huyeron a la voz del estruendo; las naciones fueron esparcidas al levantarte tú.

Sus despojos serán recogidos como cuando recogen orugas; correrán sobre ellos como de una a otra parte corren las langostas.

Será exaltado Jehová, el cual mora en las alturas; llenó a Sion de juicio y de justicia.

Y reinarán en tus tiempos la sabiduría y la ciencia, y abundancia de salvación; el temor de Jehová será su tesoro.

He aquí que sus embajadores darán voces afuera; los mensajeros de paz llorarán amargamente.

Las calzadas están deshechas, cesaron los caminantes; ha anulado el pacto, aborreció las ciudades, tuvo en nada a los hombres.

Se enlutó, enfermó la tierra; el Líbano se avergonzó, y fue cortado; Sarón se ha vuelto como desierto, y Basán y el Carmelo fueron sacudidos.

10 Ahora me levantaré, dice Jehová; ahora seré exaltado, ahora seré engrandecido.

11 Concebisteis hojarascas, rastrojo daréis a luz; el soplo de vuestro fuego os consumirá.

12 Y los pueblos serán como cal quemada; como espinos cortados serán quemados con fuego.

13 Oíd, los que estáis lejos, lo que he hecho; y vosotros los que estáis cerca, conoced mi poder.

14 Los pecadores se asombraron en Sion, espanto sobrecogió a los hipócritas. ¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas?

15 El que camina en justicia y habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir cohecho, el que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias; el que cierra sus ojos para no ver cosa mala;

16 éste habitará en las alturas; fortaleza de rocas será su lugar de refugio; se le dará su pan, y sus aguas serán seguras.

17 Tus ojos verán al Rey en su hermosura; verán la tierra que está lejos.

18 Tu corazón imaginará el espanto, y dirá: ¿Qué es del escriba? ¿qué del pesador del tributo? ¿qué del que pone en lista las casas más insignes?

19 No verás a aquel pueblo orgulloso, pueblo de lengua difícil de entender, de lengua tartamuda que no comprendas.

20 Mira a Sion, ciudad de nuestras fiestas solemnes; tus ojos verán a Jerusalén, morada de quietud, tienda que no será desarmada, ni serán arrancadas sus estacas, ni ninguna de sus cuerdas será rota.

21 Porque ciertamente allí será Jehová para con nosotros fuerte, lugar de ríos, de arroyos muy anchos, por el cual no andará galera de remos, ni por él pasará gran nave.

22 Porque Jehová es nuestro juez, Jehová es nuestro legislador, Jehová es nuestro Rey; él mismo nos salvará.

23 Tus cuerdas se aflojaron; no afirmaron su mástil, ni entesaron la vela; se repartirá entonces botín de muchos despojos; los cojos arrebatarán el botín.

24 No dirá el morador: Estoy enfermo; al pueblo que more en ella le será perdonada la iniquidad.

Reina-Valera 1960 (RVR1960)Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

El afán y las preocupaciones

Phil Marquart solía decir: Dichoso es el hombre que está muy ocupado como para preocuparse en el día y muy soñoliento como para preocuparse en la noche. George Muller también decía: El comienzo de la ansiedad es el final de la fe. El comienzo de la fe verdadera es el final de la ansiedad. Interesante. Todo tiene que ver con la preocupación, o la ansiedad, o el afán. Términos sinónimos para indicar ese estado de agitación, inquietud o zozobra de ánimo que se produce por el mal presagio en algún asunto. La ansiedad entonces tiene que ver con asuntos o cosas que todavía no han pasado, pero pensamos que pueden pasar. Como bien ha dicho Vance Havner: La preocupación es el interés que pagamos por adelantado por problemas que nunca llegan. ¿Se ha puesto alguna vez inquieta o inquieto por algo que todavía no ha pasado, pero tiene temor de que pueda pasar? Entonces Usted ha estado preocupado o en ansiedad. Es muy fácil dejarse aplastar por este gigante llamado ansiedad. Pero la vida auténticamente cristiana se caracteriza por vivir libres de la ansiedad. Si nuestras vidas están entregadas a la ansiedad, corremos ciertos riesgos. Primero, la pérdida del gozo en la vida cristiana. La Biblia dice que Jesús vino a darnos una vida abundante. En Juan 10:10 leemos: “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” Así es amable oyente. Jesús vino a su vida para darle una vida abundante. Las preocupaciones echan a perder este estilo de vida que Jesús vino a darnos. Si Usted es una persona propensa a preocuparse, no será extraño que no esté disfrutando de la vida que Jesús vino a darle. Segundo, las preocupaciones nos hacen perder la perspectiva de la vida. En cierta ocasión, siendo muy de noche, Jesús se acercó a sus discípulos caminando sobre el mar, mientras ellos estaban en una barca sacudida por el fuerte oleaje. Cuando los discípulos le vieron, dice el texto bíblico que se turbaron. Otra manera de decir que se dejaron dominar por la preocupación. En este estado de nervios, perdieron la noción de la realidad y todos arribaron a una conclusión absurda. Dando voces de miedo gritaron: Es un fantasma. Habían perdido la perspectiva de la vida. Estaban viendo las cosas distorsionadamente.

Cuando estamos preocupados vemos las cosas distorsionadamente. Es uno de los peligros de vivir en ansiedad. Tercero, las preocupaciones nos pueden echar a perder la salud. En un examen realizado a 500 pacientes en una clínica oftálmica Británica, se confirmó que más de un tercio de los problemas con la vista fueron el resultado de tensión emocional. El Dr. Leonard S. Fosdick de la Universidad North-western ha comprobado de una manera concluyente que la preocupación restringe el flujo de la saliva, lo cual, disminuye el efecto de neutralización de los ácidos naturales de la boca, con los consiguientes problemas dentales. Las preocupaciones están íntimamente ligadas a problemas digestivos, problemas cardíacos e inclusive contribuye a la pérdida del cabello y las manchas en la piel. ¿Quién puede entonces decir que las preocupaciones no afectan la salud? Es riesgoso abandonarse a las preocupaciones. Produce pérdida del gozo en la vida cristiana, pérdida de la perspectiva de la vida y pérdida de la salud. Al ver a las preocupaciones de esta manera, estoy seguro que todos estaremos de acuerdo en que es necesario librarnos de las preocupaciones lo antes posible. Para ello, lo primero que necesitamos hacer es reconocer que la ansiedad es pecado. En esencia el pecado es todo aquello que niega algo que Dios es o ha dicho. La ansiedad niega las promesas de Dios. Por ejemplo, en Salmo 55:22 leemos: “Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo.” La promesa de Dios es que él nos va sustentar y que no nos va a dejar caídos para siempre, siempre y cuando echemos sobre él nuestras preocupaciones. Pero cuando nos dejamos controlar por la ansiedad estamos en un sentido negando esta palabra de Dios, diciendo: Dios no tiene poder para sustentarme cuando me venga una adversidad. Esto es pecado. La ansiedad también niega la sabiduría de Dios. Mateo 6:7-8 dice: “Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.” El Padre sabe de qué cosas tenemos necesidad, aun antes de que pensemos en pedir o hagamos el pedido con nuestros labios. Pero cuando nos dejamos controlar por la ansiedad, estamos en un sentido diciendo: Dios no sabe lo que me va a pasar mañana, o la próxima semana, o el próximo año. Por eso yo tengo el derecho de preocuparme hoy.

Ignoramos que para Dios no hay accidentes. Para Dios no hay sorpresas. Albert Eisten solía decir: Dios no juega a los dados. Para Dios no existe la suerte. Dios no sólo sabe lo que va a pasar en el futuro, sino que él mismo diseña lo que va a pasar en el futuro, de modo que no hay motivo alguno para vivir preocupados pensando qué será de nosotros en el futuro. La ansiedad también niega el poder de Dios. Lucas 1:37 dice: “porque nada hay imposible para Dios” Estas palabras fueron dichas por el ángel Gabriel a María la virgen, con ocasión del anuncio del nacimiento de Jesús. El poder de Dios no tiene límite. Pero cuando nos dejamos embargar de las preocupaciones, estamos negando el poder de Dios, pensando que si nos pasa algo, Dios no podrá hacer nada para salvarnos. La ansiedad es pecado porque niega las promesas de Dios, niega la sabiduría de Dios y niega el poder de Dios. Si queremos librarnos de la ansiedad, además de reconocerla como pecado, debemos, en segundo lugar, confesar ese pecado y apartarnos de él. Proverbios 28:13 dice: “El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia” No justifique su ansiedad. Confíesela a Dios como pecado. Diga a Dios que Usted ha atentado contra Dios al negar sus promesas, su sabiduría y su poder. Póngase de acuerdo con Dios en cuanto a que la ansiedad es pecado. Luego decida apartarse de la ansiedad. En tercer lugar, dependa del poder de Dios para vencer la ansiedad. Filipenses 4:6 dice: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.” No es sencillo librarse de la ansiedad. Se necesita ayuda sobrenatural. La ayuda sobrenatural viene de Dios. En lugar de abandonarse a la ansiedad, ore a Dios por las cosas que le producen ansiedad. Ponga su ansiedad sobre Dios. Como resultado, Dios mismo le dará el poder para librarse de la ansiedad.

La ansiedad y la oración no van nunca de la mano. Por eso alguien lo ha dicho muy bien: Si vas a orar, para qué preocuparte. Pero si vas a preocuparte, para qué orar. En cuarto lugar, es necesario controlar los pensamientos. Isaías 26:3 dice: “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado” Ocupe la mente en las cosas de Dios. Piense en las cosas que Dios dice en su palabra. Dígale a Dios que confía plenamente en él, no solo para los asuntos grandes de su vida sino también para los asuntos pequeños. Como resultado, Dios mismo guardará su vida en completa paz. Será una vida libre de ansiedad. En quinto lugar, ponga en orden sus prioridades. Mateo 6:33 dice: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” Lo más importante en la vida de un hijo de Dios debe ser la relación personal con Dios. Cuando Dios ocupa el primer lugar en la vida de una persona, Dios mismo se encarga de que todo lo demás esté en orden. Esto no significa que nunca habrá pruebas o problemas. Las pruebas son parte de la experiencia cristiana. Pero esto no debe ser motivo de ansiedad porque Dios diseña la prueba y Dios da el poder para soportar la prueba. La persona que vive en ansiedad, normalmente es aquella cuya felicidad depende de alguna circunstancia o de alguna situación determinada. Pero si hacemos que la felicidad no dependa de las cosas o las circunstancias, sino de la relación personal con Dios, entonces desaparece la causa para la ansiedad, porque pase lo que pase no afectará nuestra felicidad con Cristo. En esencia, dependa del poder de Dios para mantenerse fuerte ante la tentación de vivir en ansiedad. Isaías 40:29 dice: “Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.” Somos tan propensos a vivir en ansiedad. La mínima cosa desencadena un torrente de preocupación y ansiedad. A veces hemos pensado que no hay solución a este grave mal. Pero la hay. Para eso debemos echar mano del poder de Dios. En nuestra propia fuerza jamás lograremos librarnos de la ansiedad. Cada vez que comience a preocuparse por algo, recuerde que puede echar esa preocupación sobre el Señor. Él es experto en sobrellevar nuestras preocupaciones.

Una vez que ha entregado una preocupación al Señor, no piense más en eso. Si viene un pensamiento sobre eso a su mente, hable con el Señor: Dígale: Señor este pensamiento que me causa ansiedad no viene de ti, por tanto lo rechazo y lo saco de mi mente. Si lo hace con sinceridad, muy pronto estará disfrutando de una vida libre de ansiedad. No olvide, otra de las características de la vida auténticamente cristiana es vivir sin ansiedad.

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DURA ES TU PALABRA

DURA ES TU PALABRA

7773

Pablo Martini
Programa No. 2016-08-08

Dios ha hablado en el pasado, lo hace en el presente y seguirá hablando a sus criaturas mientras brille el sol sobre este suelo. Asociamos Su Palabra con consuelo, aliento, energía y dirección y eso es cierto. Pero también es así de cierto que su Palabra muchas veces nos inquieta. Cuando Él quiere entregarnos sus órdenes expresas nos toparemos con aspectos de dichas órdenes que nos resultarán incómodos, inesperados y hasta no deseados. Si la palabra de Dios es como martillo que quebranta la piedra (y así dice la Biblia que lo es), quiere decir entonces que habrá resistencia. De nuestra parte, obvio. Resistencia al cambio que Dios quiere operar en nuestro interior. Necesitamos evaluar si la palabra que estamos recibiendo es Palabra de Dios de Dios o no, y si vamos a esperar que Él siempre nos diga lo que deseamos oír es muy probable que no escuchemos cuando habla o, lo que es peor, que oigamos otras voces “más dulces” para darnos cuenta, tarde, que caímos en la misma trampa que cayó Eva en el jardín del Edén. En las Escrituras vemos a menudo que la Palabra incomodaba al que la recibía. ¡Hasta le podía parecer ridícula o incongruente! Sara se rió cuando oyó la palabra de Dios detrás de su carpa. Jonás se asustó tanto que huyó a Tarsis. Cuando se le dijo a Zacarías que sería papá quedó mudo del espanto. El joven rico de los evangelios se fue triste porque tenía mucho dinero y Jesús le había dicho que no se puede servir a dos señores. El evento narrado en San Juan seis luego de alimentación de los cinco mil es más que claro. Estamos en el taller del Maestro y su herramienta tratará siempre con aspectos no redimidos de nuestra naturaleza. Tengamos cuidado de tener la actitud correcta cuando nos disponemos a consultar a Dios, porque cada vez que Él nos responda nuestra carne comenzará a protestar.

PENSAMIENTO DEL DÍA:

Es muy probable que cada vez que Dios te hable seas tentado a pensar que esa no es su voz.

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Condenación de Efraín

Isaías 28-30

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Condenación de Efraín

28:1  !!Ay de la corona de soberbia de los ebrios de Efraín, y de la flor caduca de la hermosura de su gloria, que está sobre la cabeza del valle fértil de los aturdidos del vino!

He aquí, Jehová tiene uno que es fuerte y poderoso; como turbión de granizo y como torbellino trastornador, como ímpetu de recias aguas que inundan, con fuerza derriba a tierra.

Con los pies será pisoteada la corona de soberbia de los ebrios de Efraín.

Y será la flor caduca de la hermosura de su gloria que está sobre la cabeza del valle fértil, como la fruta temprana, la primera del verano, la cual, apenas la ve el que la mira, se la traga tan luego como la tiene a mano.

En aquel día Jehová de los ejércitos será por corona de gloria y diadema de hermosura al remanente de su pueblo;

y por espíritu de juicio al que se sienta en juicio, y por fuerzas a los que rechacen la batalla en la puerta.

Pero también éstos erraron con el vino, y con sidra se entontecieron; el sacerdote y el profeta erraron con sidra, fueron trastornados por el vino; se aturdieron con la sidra, erraron en la visión, tropezaron en el juicio.

Porque toda mesa está llena de vómito y suciedad, hasta no haber lugar limpio.

¿A quién se enseñará ciencia, o a quién se hará entender doctrina? ¿A los destetados? ¿a los arrancados de los pechos?

10 Porque mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá;

11 porque en lengua de tartamudos, y en extraña lengua hablará a este pueblo,

12 a los cuales él dijo: Este es el reposo; dad reposo al cansado; y este es el refrigerio; mas no quisieron oír.

13 La palabra, pues, de Jehová les será mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá; hasta que vayan y caigan de espaldas, y sean quebrantados, enlazados y presos.

Amonestación a Jerusalén

14 Por tanto, varones burladores que gobernáis a este pueblo que está en Jerusalén, oíd la palabra de Jehová.

15 Por cuanto habéis dicho: Pacto tenemos hecho con la muerte, e hicimos convenio con el Seol; cuando pase el turbión del azote, no llegará a nosotros, porque hemos puesto nuestro refugio en la mentira, y en la falsedad nos esconderemos;

16 por tanto, Jehová el Señor dice así: He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure.

17 Y ajustaré el juicio a cordel, y a nivel la justicia; y granizo barrerá el refugio de la mentira, y aguas arrollarán el escondrijo.

18 Y será anulado vuestro pacto con la muerte, y vuestro convenio con el Seol no será firme; cuando pase el turbión del azote, seréis de él pisoteados.

19 Luego que comience a pasar, él os arrebatará; porque de mañana en mañana pasará, de día y de noche; y será ciertamente espanto el entender lo oído.

20 La cama será corta para poder estirarse, y la manta estrecha para poder envolverse.

21 Porque Jehová se levantará como en el monte Perazim, como en el valle de Gabaón se enojará; para hacer su obra, su extraña obra, y para hacer su operación, su extraña operación.

22 Ahora, pues, no os burléis, para que no se aprieten más vuestras ataduras; porque destrucción ya determinada sobre toda la tierra he oído del Señor, Jehová de los ejércitos.

23 Estad atentos, y oíd mi voz; atended, y oíd mi dicho.

24 El que ara para sembrar, ¿arará todo el día? ¿Romperá y quebrará los terrones de la tierra?

25 Cuando ha igualado su superficie, ¿no derrama el eneldo, siembra el comino, pone el trigo en hileras, y la cebada en el lugar señalado, y la avena en su borde apropiado?

26 Porque su Dios le instruye, y le enseña lo recto;

27 que el eneldo no se trilla con trillo, ni sobre el comino se pasa rueda de carreta; sino que con un palo se sacude el eneldo, y el comino con una vara.

28 El grano se trilla; pero no lo trillará para siempre, ni lo comprime con la rueda de su carreta, ni lo quebranta con los dientes de su trillo.

29 También esto salió de Jehová de los ejércitos, para hacer maravilloso el consejo y engrandecer la sabiduría.

Ariel y sus enemigos

29:1  !!Ay de Ariel, de Ariel, ciudad donde habitó David! Añadid un año a otro, las fiestas sigan su curso.

Mas yo pondré a Ariel en apretura, y será desconsolada y triste; y será a mí como Ariel.

Porque acamparé contra ti alrededor, y te sitiaré con campamentos, y levantaré contra ti baluartes.

Entonces serás humillada, hablarás desde la tierra, y tu habla saldrá del polvo; y será tu voz de la tierra como la de un fantasma, y tu habla susurrará desde el polvo.

Y la muchedumbre de tus enemigos será como polvo menudo, y la multitud de los fuertes como tamo que pasa; y será repentinamente, en un momento.

Por Jehová de los ejércitos serás visitada con truenos, con terremotos y con gran ruido, con torbellino y tempestad, y llama de fuego consumidor.

Y será como sueño de visión nocturna la multitud de todas las naciones que pelean contra Ariel, y todos los que pelean contra ella y su fortaleza, y los que la ponen en apretura.

Y les sucederá como el que tiene hambre y sueña, y le parece que come, pero cuando despierta, su estómago está vacío; o como el que tiene sed y sueña, y le parece que bebe, pero cuando despierta, se halla cansado y sediento; así será la multitud de todas las naciones que pelearán contra el monte de Sion.

Ceguera e hipocresía de Israel

Deteneos y maravillaos; ofuscaos y cegaos; embriagaos, y no de vino; tambalead, y no de sidra.

10 Porque Jehová derramó sobre vosotros espíritu de sueño, y cerró los ojos de vuestros profetas, y puso velo sobre las cabezas de vuestros videntes.

11 Y os será toda visión como palabras de libro sellado, el cual si dieren al que sabe leer, y le dijeren: Lee ahora esto; él dirá: No puedo, porque está sellado.

12 Y si se diere el libro al que no sabe leer, diciéndole: Lee ahora esto; él dirá: No sé leer.

13 Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado;

14 por tanto, he aquí que nuevamente excitaré yo la admiración de este pueblo con un prodigio grande y espantoso; porque perecerá la sabiduría de sus sabios, y se desvanecerá la inteligencia de sus entendidos.

15 !!Ay de los que se esconden de Jehová, encubriendo el consejo, y sus obras están en tinieblas, y dicen: ¿Quién nos ve, y quién nos conoce?!

16 Vuestra perversidad ciertamente será reputada como el barro del alfarero. ¿Acaso la obra dirá de su hacedor: No me hizo? ¿Dirá la vasija de aquel que la ha formado: No entendió?

Redención de Israel

17 ¿No se convertirá de aquí a muy poco tiempo el Líbano en campo fructífero, y el campo fértil será estimado por bosque?

18 En aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro, y los ojos de los ciegos verán en medio de la oscuridad y de las tinieblas.

19 Entonces los humildes crecerán en alegría en Jehová, y aun los más pobres de los hombres se gozarán en el Santo de Israel.

20 Porque el violento será acabado, y el escarnecedor será consumido; serán destruidos todos los que se desvelan para hacer iniquidad,

21 los que hacen pecar al hombre en palabra; los que arman lazo al que reprendía en la puerta, y pervierten la causa del justo con vanidad.

22 Por tanto, Jehová, que redimió a Abraham, dice así a la casa de Jacob: No será ahora avergonzado Jacob, ni su rostro se pondrá pálido;

23 porque verá a sus hijos, obra de mis manos en medio de ellos, que santificarán mi nombre; y santificarán al Santo de Jacob, y temerán al Dios de Israel.

24 Y los extraviados de espíritu aprenderán inteligencia, y los murmuradores aprenderán doctrina.

La futilidad de confiar en Egipto

30:1  !!Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado!

Que se apartan para descender a Egipto, y no han preguntado de mi boca; para fortalecerse con la fuerza de Faraón, y poner su esperanza en la sombra de Egipto.

Pero la fuerza de Faraón se os cambiará en verg:uenza, y el amparo en la sombra de Egipto en confusión.

Cuando estén sus príncipes en Zoán, y sus embajadores lleguen a Hanes,

todos se avergonzarán del pueblo que no les aprovecha, ni los socorre, ni les trae provecho; antes les será para verg:uenza y aun para oprobio.

Profecía sobre las bestias del Neguev: Por tierra de tribulación y de angustia, de donde salen la leona y el león, la víbora y la serpiente que vuela, llevan sobre lomos de asnos sus riquezas, y sus tesoros sobre jorobas de camellos, a un pueblo que no les será de provecho.

Ciertamente Egipto en vano e inútilmente dará ayuda; por tanto yo le di voces, que su fortaleza sería estarse quietos.

Ve, pues, ahora, y escribe esta visión en una tabla delante de ellos, y regístrala en un libro, para que quede hasta el día postrero, eternamente y para siempre.

Porque este pueblo es rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quisieron oír la ley de Jehová;

10 que dicen a los videntes: No veáis; y a los profetas: No nos profeticéis lo recto, decidnos cosas halag:ueñas, profetizad mentiras;

11 dejad el camino, apartaos de la senda, quitad de nuestra presencia al Santo de Israel.

12 Por tanto, el Santo de Israel dice así: Porque desechasteis esta palabra, y confiasteis en violencia y en iniquidad, y en ello os habéis apoyado;

13 por tanto, os será este pecado como grieta que amenaza ruina, extendiéndose en una pared elevada, cuya caída viene súbita y repentinamente.

14 Y se quebrará como se quiebra un vaso de alfarero, que sin misericordia lo hacen pedazos; tanto, que entre los pedazos no se halla tiesto para traer fuego del hogar, o para sacar agua del pozo.

15 Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Y no quisisteis,

16 sino que dijisteis: No, antes huiremos en caballos; por tanto, vosotros huiréis. Sobre corceles veloces cabalgaremos; por tanto, serán veloces vuestros perseguidores.

17 Un millar huirá a la amenaza de uno; a la amenaza de cinco huiréis vosotros todos, hasta que quedéis como mástil en la cumbre de un monte, y como bandera sobre una colina.

Promesa de la gracia de Dios a Israel

18 Por tanto, Jehová esperará para tener piedad de vosotros, y por tanto, será exaltado teniendo de vosotros misericordia; porque Jehová es Dios justo; bienaventurados todos los que confían en él.

19 Ciertamente el pueblo morará en Sion, en Jerusalén; nunca más llorarás; el que tiene misericordia se apiadará de ti; al oír la voz de tu clamor te responderá.

20 Bien que os dará el Señor pan de congoja y agua de angustia, con todo, tus maestros nunca más te serán quitados, sino que tus ojos verán a tus maestros.

21 Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda.

22 Entonces profanarás la cubierta de tus esculturas de plata, y la vestidura de tus imágenes fundidas de oro; las apartarás como trapo asqueroso; !!Sal fuera! les dirás.

23 Entonces dará el Señor lluvia a tu sementera, cuando siembres la tierra, y dará pan del fruto de la tierra, y será abundante y ping:ue; tus ganados en aquel tiempo serán apacentados en espaciosas dehesas.

24 Tus bueyes y tus asnos que labran la tierra comerán grano limpio, aventado con pala y criba.

25 Y sobre todo monte alto, y sobre todo collado elevado, habrá ríos y corrientes de aguas el día de la gran matanza, cuando caerán las torres.

26 Y la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que vendare Jehová la herida de su pueblo, y curare la llaga que él causó.

El juicio de Jehová sobre Asiria

27 He aquí que el nombre de Jehová viene de lejos; su rostro encendido, y con llamas de fuego devorador; sus labios llenos de ira, y su lengua como fuego que consume.

28 Su aliento, cual torrente que inunda; llegará hasta el cuello, para zarandear a las naciones con criba de destrucción; y el freno estará en las quijadas de los pueblos, haciéndoles errar.

29 Vosotros tendréis cántico como de noche en que se celebra pascua, y alegría de corazón, como el que va con flauta para venir al monte de Jehová, al Fuerte de Israel.

30 Y Jehová hará oír su potente voz, y hará ver el descenso de su brazo, con furor de rostro y llama de fuego consumidor, con torbellino, tempestad y piedra de granizo.

31 Porque Asiria que hirió con vara, con la voz de Jehová será quebrantada.

32 Y cada golpe de la vara justiciera que asiente Jehová sobre él, será con panderos y con arpas; y en batalla tumultuosa peleará contra ellos.

33 Porque Tofet ya de tiempo está dispuesto y preparado para el rey, profundo y ancho, cuya pira es de fuego, y mucha leña; el soplo de Jehová, como torrente de azufre, lo enciende.

Reina-Valera 1960 (RVR1960)Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

Soberanía y Gracia

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Soberanía y Gracia

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La doctrina bíblica de soberanía y salvación, tiene ciertos conflictos que suelen ser cuestionados tratando de ajustarla a los valores teológicos de intérprete. Esta breve selección de textos de un largo pasaje en el que el apóstol Pablo habla fundamentalmente sobre la relación de Dios con Israel y su futuro, resulta compleja y no siempre es bien entendida e interpretada. Por esa razón desde el campo llamado hipercalvinista, o ultracalvinista se enfatiza en el hecho exclusivo de la elección, haciendo una propuesta sobre el orden de los decretos divinos en cuanto a salvación, como sigue: 1) Decreto de elegir a algunos para salvación y de reprobar a todos los demás. 2) Decreto de crear a los hombres, tanto elegidos como no elegidos. 3) Decreto de permitir la caída. 4) Decreto de salvar a los elegidos. 5) Decreto de aplicar la salvación solo a los elegidos. El problema de esta propuesta está en el orden de los decretos divinos en el que figura el de elección y reprobación en primer lugar, esto hace que Dios cree al hombre ya condicionado a salvación o perdición eterna. De este modo están algunos destinados a la condenación antes de que pecasen, o de otro modo, sin otra causa que la voluntad soberana de Dios. No cabe duda que Dios sabía quienes creerían y quienes rehusarían creer, pero esta responsabilidad, como la de la existencia del pecado, no puede imputársela a Dios, sino que es responsabilidad de la criatura.

       En el comentario a los versículos que se han seleccionado se procura situar en el contexto bíblico la enseñanza que algunos usan para justificar la condenación de los perdidos y otros desconocen en cuanto a soberanía divina. Los textos se comentan individualmente. 

15. Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca. 

       A Moisés dice: La cita tomada por Pablo corresponde a la respuesta que Dios dio a Moisés cuando le pidió que le mostrase Su gloria (Ex. 33:19). La gloria de su Persona se manifiesta en Su nombre, que pone de manifiesto la soberanía divina, unido a la misericordia que el Señor tiene.

        Tendré misericordia del que yo tenga misericordia. Nótese que la respuesta divina se relaciona sólo con la misericordia y la compasión. Los actos de Dios en ningún modo pueden ser injustos, puesto que siempre manifiestan misericordia y compasión.

        En el entorno histórico en que se produce la respuesta de Dios a la petición de Moisés, el pueblo de Israel había pecado gravemente contra Dios, cayendo en la idolatría y fabricando un becerro de oro, como figura representativa de Dios mismo. El Señor, en justicia, había determinado eliminarlo y dejar con vida a Moisés para hacer de él una nueva nación (Ex. 32:10). Moisés intercedió delante de Dios, y Dios perdonó al pueblo (Ex. 32:11-14). Dios puso de manifiesto su misericordia con el perdón otorgado a Israel. Es ahí cuando Moisés pidió ver la gloria de Dios (Ex. 33:18). El Señor le respondió hablándole de gracia y misericordia (Ex. 33:20). Más tarde proclamaría Su nombre rodeándolo nuevamente de gracia y compasión (Ex. 34:6, 7). Dios hace todo esto, no por mérito humano, sino por soberanía misericordiosa. Por tanto, no hay posibilidad alguna de acusar a Dios de un obrar injusto porque elija entre personas para llevar a cabo su propósito y el cumplimiento de sus promesas.

 16. Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.

        Asi que no. Mediante la fórmula ingresiva compuesta por la partícula conjuntiva a[ra, así, ligada a la conjunción causal ou\n,pues, se establece una oración conclusiva que expresa aquello que se deriva de todo lo dicho antes: Así, pues. Hay una dificultad en el versículo y es la ausencia del sujeto de la oración. ¿Qué es lo que no depende del que quiere ni del que corre? El entorno textual exige que se considere como la elección o también la misericordia de Dios.

       No del que quiere. En cuanto a lo que concierne a la elección y a las promesas, no es asunto de hombres y, por tanto, no es lo que el hombre quiera. Con toda precisión lo afirma: no del que quiere. Es decir, no se dan las promesas en base a deseos humanos. Algunos autores, a causa de su posición teológica que identifica a Israel con la Iglesia, y las promesas dadas a Israel como si fuesen dadas para la Iglesia, confunden la esfera de las promesas con la de la salvación. Por esta causa atribuyen la afirmación de Pablo a quienes son salvos, por lo que la salvación no depende de deseo humano. Esto es verdad, pero no en el contexto que se está considerando. Sin embargo, es necesario entender también que la salvación no depende del hombre, sino de Dios que la otorga (Sal. 3:8; Jon. 2:9). Con todo, Pablo está enseñando aquí que las promesas y la elección de quienes extienden a lo largo de la descendencia de Abraham la línea de la promesa, no se debe a deseo humano, sino a Dios que lo determina en su soberanía.

       Ni del que corre. De igual manera no puede ser alcanzada por esfuerzo humano: “ni del que corre”. Pablo es muy dado a usar las figuras de los corredores en un estadio (cf. 1 Co. 9:24; Gá. 2:2; 5:7). Por esa causa ha hecho destacar antes, que de los hijos de Isaac, la línea de la promesa corre por medio del hijo menor, escogido antes de haber hecho nada, ni bueno ni malo, por cuanto no había nacido aún. Todo esto está enfatizando la soberanía de Dios que lo hace “para que la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama” (v. 11).

        Sino de Dios que tiene misericordia. La conclusión final es concluyente: Todo esto es un asunto potestativo de Dios que da las promesas y elige a quien van destinadas. Todo ello es simplemente un acto de la misericordia divina: “sino de Dios que tiene misericordia”. La elección concretada en los hombres a quienes Dios elige, son la expresión en el tiempo y la historia del propósito soberano y eterno de Dios, sin injusticia ni arbitrariedad.

        Por extensión esta verdad alcanza también a la misericordia en salvación. La promesa admirable de la vida eterna para todo aquel que cree, no es asunto de desear del hombre, ni del esfuerzo humano. La salvación es un don de la gracia y las obras nada tienen que ver para obtenerla, sino la gracia misericordiosa de Dios (Ef. 2:8-9).   En todo ello, aunque el hombre no puede hacer nada para alcanzar la posición en relación con las promesas, y tampoco con la salvación, a no ser que Dios actúe en su favor, no se puede excluir la responsabilidad del hombre en aceptarla o rechazarla y, en todo caso, no se le excluye la responsabilidad para vivir conforme a los dones de Dios.

        Un interesante párrafo de Newell sirve para resumir la enseñanza del versículo:

        “¡Oh, que este versículo penetre en nuestros oídos, en nuestro mismo corazón! Quizá ninguna declaración de toda la Escritura pueda llevar al hombre a tan absoluto extremo. El hombre piensa que puede ‘desear’ y ‘decidir’ hacia Dios, y que después de haber ‘decidido’ y ‘deseado’ tiene la facultad de ‘correr’ o, como dice, de ‘no cejar’. Pero tanto el decidir como el no cejar están en este versículo completamente descartados como fuente de la salvación, la cual se declara que es de Dios que tiene misericordia. No se niega aquí la responsabilidad humana en ninguna manera; el hombre debe desear y debe correr. Pero no somos más que pecadores y no podemos ni podremos hacer nada, a menos que Dios venga a nosotros en misericordia soberana”[1]

 17.  Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra.

        Porque la Escritura dice a Faraón. Tanto la libertad de la elección como la del rechazo son potestativas en Dios. El que eligió a Jacob para la línea de la promesa, rechazó para la misma causa a su hermano Esaú. Para enfatizar este segundo aspecto de la soberanía divina, el apóstol hecha mano de otro personaje de la historia antigua, que fue Faraón. Dios habló a Faraón por medio de Moisés y el mensaje quedó recogido en la Escritura, de ahí que Pablo diga que “la Escritura dice a Faraón”. La referencia está tomada del Pentateuco, en donde se lee: “Y a la verdad yo te he puesto para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado en toda la tierra” (Ex. 9:16).

        Porque para esto mismo te levanté. Dios dice a Faraón que había sido levantado por Él. La aparición del monarca egipcio no se debió a un acontecer histórico casual, sino a la expresión de la determinación divina en relación con él. Esto es, Dios coloca a Faraón en su tiempo histórico con un propósito previamente establecido por Él. Es necesario prestar atención al verbo que Pablo utiliza aquí; la forma verbal traducida por levanté, tiene el sentido de dejarle hacer acto de presencia en la historia. Ese es el mismo sentido que la palabra tiene en otros lugares del Nuevo Testamento, como es el caso del testimonio que Jesús da sobre Juan el Bautista: “De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan” (Mt. 11:11)[2].

        Para mostrar en ti mi poder. Dios que permitió la aparición histórica de Faraón en un determinado tiempo, lo hizo para un propósito predeterminado: “para mostrar en ti mi poder”.

        El pasaje del Éxodo es determinante para entender lo que el apóstol cita aquí. Dios había enviado sobre Egipto, por causa de la rebeldía de Faraón, las seis primeras plagas: El agua del río transformada en sangre (Ex. 7:14-25); la plaga de las ranas (Ex. 8:1-15); la de los piojos (Ex. 8:16-19); la de las moscas (Ex. 8:29-32); la enfermedad en el ganado (Ex. 9:1-7); las de las úlceras en hombres y animales (Ex. 9:8-12). Es en el anuncio de la séptima plaga, la del granizo, en donde Dios dice a Faraón que “serás quitado de la tierra”, y que lo había levantado, que en este contexto equivale a te he dejado vivir, para mostrar mi poder en ti. Dios hubiera podido matar a Faraón, pero no lo hizo porque para él tenía el propósito de ser el instrumento que pusiera de manifiesto la omnipotencia divina. En este propósito “mostrar en ti mi poder”, se concreta la historia del Éxodo. Fue el poder de Dios sobre Faraón que liberó a Su pueblo de la esclavitud en Egipto y abre un nuevo camino en el cumplimiento de los pactos y de las promesas. Otras cuatro plagas más completarán los juicios divinos sobre Egipto: la del granizo (Ex. 9:7-35); la de las langostas (Ex. 10:1-20); la de las tinieblas (Ex. 10:21-29); finalmente la de la muerte de los primogénitos (Ex. 11:1-10).

        Y para que mi nombre sea anunciado en toda la tierra. Un segundo aspecto en el propósito divino en relación con Faraón es el de que “mi nombre sea anunciado por toda la tierra”. Tiene que ver con mostrar a todas las naciones la omnipotencia de Dios vinculada con Su nombre. No cabe duda que Dios asignó a Faraón en la historia humana un papel negativo con el fin de demostrar universalmente que Su poder es sobre cualquier poder humano, por grande que sea. Así lo había dicho a Moisés:“Cuando hayas vuelto a Egipto, mira que hagas delante de Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón, de modo que no dejará ir al pueblo” (Ex. 4:21). Más adelante le dice: “Y yo endureceré el corazón de Faraón, y multiplicaré en la tierra de Egipto mis señales y mis maravillas. Y Faraón no os oirá; mas yo pondré mi mano sobre Egipto, y sacaré a mis ejércitos, mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto, con grandes juicios. Y sabrán los egipcios que yo soy Jehová” (Ex. 7:3, 4, 5).

        Un aparente problema en relación con la acción divina sobre Faraón, se considerará más adelante (v. 19). Por el momento existe aquí una dificultad que abre la puerta a dicho aspecto. El texto de Pablo afirma que Dios trajo a la existencia en un determinado momento de la historia humana a Faraón, y lo mantuvo con vida para que fuera objeto directo y testimonio real de la omnipotencia divina y del cumplimiento de Su plan en relación con las promesas dadas a Israel.

 18. De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece.

       Compasión y endurecimiento están presentes en los actos divinos, conforme a Su voluntad. Él demuestra su compasión a unos y endurece a otros, conforme a Su determinación. Esta conclusión sorprende al hombre, acostumbrado a conseguir que todo gire a su alrededor y se ajusten las acciones a su voluntad. Cuando esto no ocurre suele acusar de injusto al que opera contrario a lo que él considera que no se ajusta a su propio concepto de justicia.

        Pablo está procurando destacar que la voluntad divina actúa en plena libertad, independientemente de cualquier acción o condición humana. Así lo entiende Wilckens:

        “Así, ambas cosas son ciertas: Dios demuestra su compasión a quien quiere, y endurece a quien le place. Pablo quiere destacar esa voluntad de Dios absolutamente libre, independiente de los hombres. Puesto que es la Escritura misma quien destaca tanto en versión positiva como negativa esta voluntad de Dios, esa misma palabra nos da también la seguridad de que Dios no actúa entonces de manera injusta: la justicia de Dios sólo puede existir en esta libertad absoluta de su actuación, ya que un Dios dependiente del hombre no sería Dios y, por consiguiente, una justicia dependiente de los hombres no sería justicia de Dios”[3].

        Sin embargo, la actuación de Dios en el aspecto reprobador, “al que quiere endurecer, endurece”, no obedece a un capricho arbitrario operativo desde Su omnipotencia. En el caso concreto de Faraón, la historia bíblica lo enseña claramente. Dios no endureció el corazón de Faraón para que actuase meramente al servicio instrumental de mostrar Su poder y gloria, sino que lo hizo confirmando la dureza progresiva del corazón del monarca. La Biblia afirma que a cada una de las cinco demandas divinas para que dejase en libertad a Su pueblo, Faraón respondió con una negativa que surgía de su voluntario endurecimiento; fue él que endureció su corazón (cf. Ex. 7:13, 22; 8:15, 19, 39, 32; 9:7). Fue a la séptima vez que Dios confirma la dureza de aquel corazón (Ex. 9:12). A partir de esa situación, habiendo endurecido Dios su corazón, no había más opción para él que el juicio divino, que pondría de manifiesto delante de todos la grandeza de Dios. Esto era algo sabido de antemano por Dios, por eso dijo anteriormente a Moisés: “Cuando hayas vuelto a Egipto, mira que hagas delante del Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón, de modo que no dejará ir al pueblo” (Ex. 4:21). Las maravillas que Moisés hizo delante de Faraón no sirvieron para que reconociera el poder de Dios, sino que endureció su corazón contra la demanda divina, por tanto, fue instrumento para que Dios mostrase ante todos Su poder en él. Eso es lo que anteriormente había dicho a Moisés: “Y el corazón de Faraón se endureció y no los escuchó, como Jehová lo había dicho” (Ex. 7:13). El Señor conocía la dureza de rebeldía que Faraón había atesorado en su corazón:“Entonces Jehová dijo a Moisés: El corazón de Faraón está endurecido, y no quiere dejar ir al pueblo” (Ex. 7:14). No se trataba de una dureza impuesta por Dios, sino de una actitud voluntaria de Faraón. La actitud arrogante del monarca egipcio está claramente atestiguada por sus propias palabras: “¿Quién es Jehová para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel” (Ex. 5:2).

        Sin duda Dios cumplió su propósito de manifestar Su poder y proclamar su nombre en toda la tierra por medio de Faraón. El poder especialmente mostrado sacando a Su pueblo esclavo, de Egipto, lugar de esclavitud (Dt. 6:21; 7:18-19; 11:4; Sal. 77:14-15; 135:9). El nombre de Dios fue proclamado ante las naciones en razón de lo que Dios hizo sobre los dioses de Egipto (Dt. 6:22; 11:3; 34:11), por tanto, los pueblos aprendieron la lección (1 S. 4:7-8).

        De la misma forma ocurrió en los tiempos de Jesús, con el abierto rechazo de Israel al Mesías, a pesar de las señales mesiánicas hechas delante de todos, de modo que Dios confirmó el endurecimiento de Su pueblo (Jn. 12:39, 40) Ese endurecimiento fue la conformación divina a un continuo estado de incredulidad y rechazo consciente de Cristo (Jn. 12:37, 38).

        Dios no actúa injustamente ni hace acepción de personas y mucho menos destina a unos para salvación y a otros para condenación. Su deseo no es la condenación del pecador, sino su salvación (Ez. 18:23, 32; 33:11; 1 Ti. 2:4; 2 P. 3:9). La obligación nuestra es aceptar la soberanía de Dios y no negar la responsabilidad del hombre. Nadie será condenado por voluntad divina sino por su pecado y ninguno podrá decir a Dios que no hizo lo suficiente para salvarle. El hombre se salva por gracia y se condena por incredulidad.

 


[1] W. Newell. o.c., pág. 298.

[2] Véase también: Mt. 24:11; Lc. 1:69; 7:16; Jn. 7:52; Hch. 13:22.

[3] Ulrich Wlickens. o.c., pág. 246.

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Cántico de alabanza por el favor de Jehová

Isaías 25-27

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Cántico de alabanza por el favor de Jehová

 

25:1  Jehová, tú eres mi Dios; te exaltaré, alabaré tu nombre, porque has hecho maravillas; tus consejos antiguos son verdad y firmeza.

Porque convertiste la ciudad en montón, la ciudad fortificada en ruina; el alcázar de los extraños para que no sea ciudad, ni nunca jamás sea reedificado.

Por esto te dará gloria el pueblo fuerte, te temerá la ciudad de gentes robustas.

Porque fuiste fortaleza al pobre, fortaleza al menesteroso en su aflicción, refugio contra el turbión, sombra contra el calor; porque el ímpetu de los violentos es como turbión contra el muro.

Como el calor en lugar seco, así humillarás el orgullo de los extraños; y como calor debajo de nube harás marchitar el renuevo de los robustos.

Y Jehová de los ejércitos hará en este monte a todos los pueblos banquete de manjares suculentos, banquete de vinos refinados, de gruesos tuétanos y de vinos purificados.

Y destruirá en este monte la cubierta con que están cubiertos todos los pueblos, y el velo que envuelve a todas las naciones.

Destruirá a la muerte para siempre; y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho.

Y se dirá en aquel día: He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; éste es Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación.

10 Porque la mano de Jehová reposará en este monte; pero Moab será hollado en su mismo sitio, como es hollada la paja en el muladar.

11 Y extenderá su mano por en medio de él, como la extiende el nadador para nadar; y abatirá su soberbia y la destreza de sus manos.

12 Y abatirá la fortaleza de tus altos muros; la humillará y la echará a tierra, hasta el polvo.

Cántico de confianza en la protección de Jehová

26:1  En aquel día cantarán este cántico en tierra de Judá: Fuerte ciudad tenemos; salvación puso Dios por muros y antemuro.

Abrid las puertas, y entrará la gente justa, guardadora de verdades.

Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.

Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos.

Porque derribó a los que moraban en lugar sublime; humilló a la ciudad exaltada, la humilló hasta la tierra, la derribó hasta el polvo.

La hollará pie, los pies del afligido, los pasos de los menesterosos.

El camino del justo es rectitud; tú, que eres recto, pesas el camino del justo.

También en el camino de tus juicios, oh Jehová, te hemos esperado; tu nombre y tu memoria son el deseo de nuestra alma.

Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte; porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia.

10 Se mostrará piedad al malvado, y no aprenderá justicia; en tierra de rectitud hará iniquidad, y no mirará a la majestad de Jehová.

11 Jehová, tu mano está alzada, pero ellos no ven; verán al fin, y se avergonzarán los que envidian a tu pueblo; y a tus enemigos fuego los consumirá.

12 Jehová, tú nos darás paz, porque también hiciste en nosotros todas nuestras obras.

13 Jehová Dios nuestro, otros señores fuera de ti se han enseñoreado de nosotros; pero en ti solamente nos acordaremos de tu nombre.

14 Muertos son, no vivirán; han fallecido, no resucitarán; porque los castigaste, y destruiste y deshiciste todo su recuerdo.

15 Aumentaste el pueblo, oh Jehová, aumentaste el pueblo; te hiciste glorioso; ensanchaste todos los confines de la tierra.

16 Jehová, en la tribulación te buscaron; derramaron oración cuando los castigaste.

17 Como la mujer encinta cuando se acerca el alumbramiento gime y da gritos en sus dolores, así hemos sido delante de ti, oh Jehová.

18 Concebimos, tuvimos dolores de parto, dimos a luz viento; ninguna liberación hicimos en la tierra, ni cayeron los moradores del mundo.

19 Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. !!Despertad y cantad, moradores del polvo! porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos.

20 Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación.

21 Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos.

Liberación y regreso de Israel

27:1  En aquel día Jehová castigará con su espada dura, grande y fuerte al leviatán serpiente veloz, y al leviatán serpiente tortuosa; y matará al dragón que está en el mar.

En aquel día cantad acerca de la viña del vino rojo.

Yo Jehová la guardo, cada momento la regaré; la guardaré de noche y de día, para que nadie la dañe.

No hay enojo en mí. ¿Quién pondrá contra mí en batalla espinos y cardos? Yo los hollaré, los quemaré a una.

¿O forzará alguien mi fortaleza? Haga conmigo paz; sí, haga paz conmigo.

Días vendrán cuando Jacob echará raíces, florecerá y echará renuevos Israel, y la faz del mundo llenará de fruto.

¿Acaso ha sido herido como quien lo hirió, o ha sido muerto como los que lo mataron?

Con medida lo castigarás en sus vástagos. El los remueve con su recio viento en el día del aire solano.

De esta manera, pues, será perdonada la iniquidad de Jacob, y este será todo el fruto, la remoción de su pecado; cuando haga todas las piedras del altar como piedras de cal desmenuzadas, y no se levanten los símbolos de Asera ni las imágenes del sol.

10 Porque la ciudad fortificada será desolada, la ciudad habitada será abandonada y dejada como un desierto; allí pastará el becerro, allí tendrá su majada, y acabará sus ramas.

11 Cuando sus ramas se sequen, serán quebradas; mujeres vendrán a encenderlas; porque aquel no es pueblo de entendimiento; por tanto, su Hacedor no tendrá de él misericordia, ni se compadecerá de él el que lo formó.

12 Acontecerá en aquel día, que trillará Jehová desde el río Eufrates hasta el torrente de Egipto, y vosotros, hijos de Israel, seréis reunidos uno a uno.

13 Acontecerá también en aquel día, que se tocará con gran trompeta, y vendrán los que habían sido esparcidos en la tierra de Asiria, y los que habían sido desterrados a Egipto, y adorarán a Jehová en el monte santo, en Jerusalén.

Reina-Valera 1960 (RVR1960)Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

DECISIONES

DECISIONES

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Pablo Martini
Programa No. 2016-08-06

Nuestra vida la construimos en base a las elecciones que día a día tomamos. Dios nos otorgó al crearnos, la libertad y capacidad para decidir. No nos hizo mecánicos ni robóticos sino dueños absolutos de optar, de elegir y por ende…RESPONSABLES de lo mismo. Nuestro ser total está involucrado en el proceso de elegir. Deseos, pensamientos, sentimientos y actitudes se juegan al momento de optar por algo. Todo el tiempo estamos decidiendo, y aunque parezca mentira tanto por SÍ o por No se viven las consecuencias. Quiero decir con esto que aun cuando NO elijo…estoy haciendo una elección. Siempre la elección es algo “Activo”, algo sucede cuando elijo. Quizá te sea útil pensar en tres campos posibles a los que te enfrentas ante tus diversas decisiones:
• OTORGAR A OTRO U OTROS LA AUTORIDAD DE ELEGIR. Me refiero a esto en el sentido de que podemos tener esa tendencia de dejar que otros elijan por nosotros y ante la falta de determinación hacemos lo que otros dicen que hay que hacer siendo nosotros pasivos ante tal o cual elección. Esto mayormente denota un carácter dependiente, dudoso, inseguro que, por el simple hecho de no perder pertenencia o por no sufrir rechazo, termina haciendo lo que “Todos hacen” o lo que eligen las “Mayorías”.
• ESTAR CONFUNDIDO, NO SABER QUEÉ ES LO QUE DEBO ELEGIR. La palabra de Dios está llena de PRECEPTOS, mandamientos colocados ahí para nuestro bien. Los PRINCIPIOS son el por qué de los preceptos y la PERSONA detrás de estos principios es Dios mismo “Si enfocamos estas tres luces, podremos elegir lo mejor para nuestras vidas y salir de la confusión y de las dudas.

• QUE NOS GANE LA IMPULSIVIDAD Y TOMEMOS DECISIONES APRESURADAS. Quizá tu ansiedad y tu manera impulsiva de conducirte hagan que apresuradamente tomes decisiones y sufras después las consecuencias de tus apuros. Saber esperar y tolerar la espera es una actitud adulta y responsable. A veces saber esperar ES la decisión y ver con claridad también es cuestión de tiempo algunas veces. CRISTO ES LA VERDAD. ¿Está Él presente en tus decisiones?

PENSAMIENTO DEL DÍA:

Al acabar de considerar estas reflexiones habrás tomado tu decisión, quieras o no.

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Profecía sobre el valle de la visión

Isaías 22-24

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Profecía sobre el valle de la visión

22:1  Profecía sobre el valle de la visión. ¿Qué tienes ahora, que con todos los tuyos has subido sobre los terrados?

Tú, llena de alborotos, ciudad turbulenta, ciudad alegre; tus muertos no son muertos a espada, ni muertos en guerra.

Todos tus príncipes juntos huyeron del arco, fueron atados; todos los que en ti se hallaron, fueron atados juntamente, aunque habían huido lejos.

Por esto dije: Dejadme, lloraré amargamente; no os afanéis por consolarme de la destrucción de la hija de mi pueblo.

Porque día es de alboroto, de angustia y de confusión, de parte del Señor, Jehová de los ejércitos, en el valle de la visión, para derribar el muro, y clamar al monte.

Y Elam tomó aljaba, con carros y con jinetes, y Kir sacó el escudo.

Tus hermosos valles fueron llenos de carros, y los de a caballo acamparon a la puerta.

Y desnudó la cubierta de Judá; y miraste en aquel día hacia la casa de armas del bosque.

Visteis las brechas de la ciudad de David, que se multiplicaron; y recogisteis las aguas del estanque de abajo.

10 Y contasteis las casas de Jerusalén, y derribasteis casas para fortificar el muro.

11 Hicisteis foso entre los dos muros para las aguas del estanque viejo; y no tuvisteis respeto al que lo hizo, ni mirasteis de lejos al que lo labró.

12 Por tanto, el Señor, Jehová de los ejércitos, llamó en este día a llanto y a endechas, a raparse el cabello y a vestir cilicio;

13 y he aquí gozo y alegría, matando vacas y degollando ovejas, comiendo carne y bebiendo vino, diciendo: Comamos y bebamos, porque mañana moriremos.

14 Esto fue revelado a mis oídos de parte de Jehová de los ejércitos: Que este pecado no os será perdonado hasta que muráis, dice el Señor, Jehová de los ejércitos.

Sebna será sustituido por Eliaquim

15 Jehová de los ejércitos dice así: Ve, entra a este tesorero, a Sebna el mayordomo, y dile:

16 ¿Qué tienes tú aquí, o a quién tienes aquí, que labraste aquí sepulcro para ti, como el que en lugar alto labra su sepultura, o el que esculpe para sí morada en una peña?

17 He aquí que Jehová te transportará en duro cautiverio, y de cierto te cubrirá el rostro.

18 Te echará a rodar con ímpetu, como a bola por tierra extensa; allá morirás, y allá estarán los carros de tu gloria, oh verg:uenza de la casa de tu señor.

19 Y te arrojaré de tu lugar, y de tu puesto te empujaré.

20 En aquel día llamaré a mi siervo Eliaquim hijo de Hilcías,

21 y lo vestiré de tus vestiduras, y lo ceñiré de tu talabarte, y entregaré en sus manos tu potestad; y será padre al morador de Jerusalén, y a la casa de Judá.

22 Y pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; y abrirá, y nadie cerrará; cerrará, y nadie abrirá.

23 Y lo hincaré como clavo en lugar firme; y será por asiento de honra a la casa de su padre.

24 Colgarán de él toda la honra de la casa de su padre, los hijos y los nietos, todos los vasos menores, desde las tazas hasta toda clase de jarros.

25 En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, el clavo hincado en lugar firme será quitado; será quebrado y caerá, y la carga que sobre él se puso se echará a perder; porque Jehová habló.

Profecía sobre Tiro

23:1  Profecía sobre Tiro. Aullad, naves de Tarsis, porque destruida es Tiro hasta no quedar casa, ni a donde entrar; desde la tierra de Quitim les es revelado.

Callad, moradores de la costa, mercaderes de Sidón, que pasando el mar te abastecían.

Su provisión procedía de las sementeras que crecen con las muchas aguas del Nilo, de la mies del río. Fue también emporio de las naciones.

Averg:uénzate, Sidón, porque el mar, la fortaleza del mar habló, diciendo: Nunca estuve de parto, ni di a luz, ni crié jóvenes, ni levanté vírgenes.

Cuando llegue la noticia a Egipto, tendrán dolor de las nuevas de Tiro.

Pasaos a Tarsis; aullad, moradores de la costa.

¿No era ésta vuestra ciudad alegre, con muchos días de antig:uedad? Sus pies la llevarán a morar lejos.

¿Quién decretó esto sobre Tiro, la que repartía coronas, cuyos negociantes eran príncipes, cuyos mercaderes eran los nobles de la tierra?

Jehová de los ejércitos lo decretó, para envilecer la soberbia de toda gloria, y para abatir a todos los ilustres de la tierra.

10 Pasa cual río de tu tierra, oh hija de Tarsis, porque no tendrás ya más poder.

11 Extendió su mano sobre el mar, hizo temblar los reinos; Jehová mandó respecto a Canaán, que sus fortalezas sean destruidas.

12 Y dijo: No te alegrarás más, oh oprimida virgen hija de Sidón. Levántate para pasar a Quitim, y aun allí no tendrás reposo.

13 Mira la tierra de los caldeos. Este pueblo no existía; Asiria la fundó para los moradores del desierto. Levantaron sus fortalezas, edificaron sus palacios; él la convirtió en ruinas.

14 Aullad, naves de Tarsis, porque destruida es vuestra fortaleza.

15 Acontecerá en aquel día, que Tiro será puesta en olvido por setenta años, como días de un rey. Después de los setenta años, cantará Tiro canción como de ramera.

16 Toma arpa, y rodea la ciudad, oh ramera olvidada; haz buena melodía, reitera la canción, para que seas recordada.

17 Y acontecerá que al fin de los setenta años visitará Jehová a Tiro; y volverá a comerciar, y otra vez fornicará con todos los reinos del mundo sobre la faz de la tierra.

18 Pero sus negocios y ganancias serán consagrados a Jehová; no se guardarán ni se atesorarán, porque sus ganancias serán para los que estuvieren delante de Jehová, para que coman hasta saciarse, y vistan espléndidamente.

El juicio de Jehová sobre la tierra

24:1  He aquí que Jehová vacía la tierra y la desnuda, y trastorna su faz, y hace esparcir a sus moradores.

Y sucederá así como al pueblo, también al sacerdote; como al siervo, así a su amo; como a la criada, a su ama; como al que compra, al que vende; como al que presta, al que toma prestado; como al que da a logro, así al que lo recibe.

La tierra será enteramente vaciada, y completamente saqueada; porque Jehová ha pronunciado esta palabra.

Se destruyó, cayó la tierra; enfermó, cayó el mundo; enfermaron los altos pueblos de la tierra.

Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno.

Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y disminuyeron los hombres.

Se perdió el vino, enfermó la vid, gimieron todos los que eran alegres de corazón.

Cesó el regocijo de los panderos, se acabó el estruendo de los que se alegran, cesó la alegría del arpa.

No beberán vino con cantar; la sidra les será amarga a los que la bebieren.

10 Quebrantada está la ciudad por la vanidad; toda casa se ha cerrado, para que no entre nadie.

11 Hay clamores por falta de vino en las calles; todo gozo se oscureció, se desterró la alegría de la tierra.

12 La ciudad quedó desolada, y con ruina fue derribada la puerta.

13 Porque así será en medio de la tierra, en medio de los pueblos, como olivo sacudido, como rebuscos después de la vendimia.

14 Estos alzarán su voz, cantarán gozosos por la grandeza de Jehová; desde el mar darán voces.

15 Glorificad por esto a Jehová en los valles; en las orillas del mar sea nombrado Jehová Dios de Israel.

16 De lo postrero de la tierra oímos cánticos: Gloria al justo. Y yo dije: !!Mi desdicha, mi desdicha, ay de mí! Prevaricadores han prevaricado; y han prevaricado con prevaricación de desleales.

17 Terror, foso y red sobre ti, oh morador de la tierra.

18 Y acontecerá que el que huyere de la voz del terror caerá en el foso; y el que saliere de en medio del foso será preso en la red; porque de lo alto se abrirán ventanas, y temblarán los cimientos de la tierra.

19 Será quebrantada del todo la tierra, enteramente desmenuzada será la tierra, en gran manera será la tierra conmovida.

20 Temblará la tierra como un ebrio, y será removida como una choza; y se agravará sobre ella su pecado, y caerá, y nunca más se levantará.

21 Acontecerá en aquel día, que Jehová castigará al ejército de los cielos en lo alto, y a los reyes de la tierra sobre la tierra.

22 Y serán amontonados como se amontona a los encarcelados en mazmorra, y en prisión quedarán encerrados, y serán castigados después de muchos días.

23 La luna se avergonzará, y el sol se confundirá, cuando Jehová de los ejércitos reine en el monte de Sion y en Jerusalén, y delante de sus ancianos sea glorioso.

Reina-Valera 1960 (RVR1960)Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.