Un esclavo de Cristo

Un esclavo de Cristo

la-verdad-para-hoy

 

1/2/2017

Téngannos los hombres por servidores de Cristo. (1 Corintios 4:1)

 El apóstol Pablo era un “siervo” de Cristo. Era una función que escogió por amor, no por temor.

Había tal vez millones de esclavos en el Imperio Romano. En su mayor parte, no se les trataba como a personas, sino como objetos. Si un amo quería matar a un esclavo, podía hacerlo sin temor al castigo. Aunque era un vocablo negativo para los romanos, la palabra esclavo significaba dignidad, honor y respeto para los hebreos, y los griegos lo consideraban un término de humildad. Como siervo de Cristo, por tanto, Pablo paradójicamente se considera exaltado y envilecido. Esa es la ambivalencia que afrontará todo representante de Jesucristo.

Cuando pienso en el honor que se me ha dado de predicar el evangelio de Jesucristo, me siento a veces abrumado. No hay más alto llamamiento en la vida que proclamar el evangelio desde el púlpito y poder enseñar la Palabra de Dios bajo el poder del Espíritu Santo. Pero hay también una paradoja que exige que un ministro de Cristo comprenda que no merece servir. Debe tener la debida perspectiva de ser un esclavo indigno que tiene el privilegio incomprensible de proclamar el evangelio.

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Prestado

2 Enero 2017

Prestado
por Charles R. Swindoll

Job 1:21

alimentemos_el_almaCuando Job está con el rostro en la tierra adorando a Dios, el único que maldice esa acción es Satanás. ¡Se llenó de odio! ¡Se molestó por la respuesta de Job! Imagine, el hombre sigue adorando a su Dios, a aquel que permitió que le sucedieran estas catástrofes. No habría un solo ser en los millones en esta tierra que actuara así, pero Job hizo exactamente eso. Los perversos demonios se quedaron totalmente boquiabiertos cuando vieron a un hombre que reacciona frente a sus adversidades con adoración, y que concluye todas sus desgracias dando culto a Dios. Job no culpa a Dios. No hay ninguna amargura en él. No maldice. No levanta su puño cerrado a los cielos gritando: “¿Cómo es posible que me hayas hecho esto después de haber caminado contigo todos estos años?»  No hubo nada de eso.

Más bien dice: “Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré allá. ¡Sea bendito el nombre del SEÑOR!” Esto lo dice todo. Todos llegamos a este mundo sin nada, y cuando nos marchemos a la tumba lo haremos sin nada. No tenemos nada cuando nacemos y no tendremos nada cuando partamos. Por tanto todo lo que tenemos entre estos dos momentos (venir al mundo y marcharnos de él) nos lo provee el dador de la vida.

Tenga bien en claro esto. Que lo tengan bien en claro todos los que viven en la abundancia. Que lo tengan bien en claro cuando entren a sus casas y vean todas esas cosas estupendas que tienen. Que lo tengan bien en claro cuando se pongan detrás del volante de sus autos. Todo eso es prestado, absolutamente todo. Que lo tengan bien en claro cuando sus negocios se les vengan abajo. Eso también estaba prestado. Y cuando las acciones en la bolsa suban, toda esa ganancia es prestada.

Enfréntelo honestamente, usted y yo llegamos a este mundo en un diminuto cuerpo desnudo (¡no muy hermoso por cierto!). ¿Y que tendremos cuando partamos? Un cuerpo desnudo, más un montón de arrugas. ¡Usted no se llevará nada porque no trajo nada! Usted no es dueño de nada. ¡Qué gran revelación! ¿Está dispuesto a aceptarla? Usted ni siquiera es dueño de sus hijos. Esos hijos son de Dios que les han sido prestados para que los cuide, críe, alimente, ame, discipline, aliente, apoye y luego déjelos marchar.

Alabe a Dios porque toda buena dadiva y todo don perfecto proviene de lo alto y desciende del Padre de las luces (Santiago 1:17).

Tomado del libro Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2017 por Charles R. Swindoll Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

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¡Venga tal como es!

La Buena Semilla

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Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos… ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley del Señor está su delicia… Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará. Salmo 1:1-3

¡Venga tal como es!

El año que acaba de pasar nos trajo su lote de inquietudes. ¿Qué pasará en el 2017?

El texto de la Biblia arriba indicado nos enseña que podemos encontrar la verdadera felicidad incluso en un mundo donde todo va mal. Cada uno está invitado a depositar su confianza en el gran Dios revelado en la persona de Jesucristo. ¡Solo hay que responder a la invitación! Dios nos recibirá sin hacernos reproches. Su deseo es que conozcamos su paz, su felicidad, y acompañarnos cada día.

Jóvenes, ¡no tarden más! No esperen haber hecho su vida para tomar una decisión. Y usted que es mayor, ¡aún no es demasiado tarde! Incluso si lamenta mucho haber hecho tal o cual cosa, Dios perdona y quiere recibirlo tal como es. Dio a su Hijo para concederle ese perdón. Adultos en pleno vigor, ¡dejen sus ambiciones materiales! Confíen su vida a aquel que solo desea su bien. Tímidos, ¡atrévanse a acercarse a Dios! Él es bondadoso y bueno. Prisioneros, ¡hay perdón en Dios! Confíen en su gracia perfecta; ¡él quiere darles una vida nueva! Lentos, ¡apresúrense a dar el paso hacia Aquel que les está esperando! Solitarios, ¡vayan a Jesús! Experimentarán toda la realidad de su presencia.

Todos estamos más o menos heridos por la vida. Hablemos de nuestro sufrimiento a Jesús, el médico divino, y confiemos en él. Bebamos de la fuente inagotable de la Palabra de Dios.

“El que tiene sed, venga; y… tome del agua de la vida gratuitamente” (Apocalipsis 22:17).

Rut 2 – Mateo 2 – Salmo 2:1-6 – Proverbios 1:7-9

http://labuenasemilla.net/20170102