La caja de la humanidad

La caja de la humanidad

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1/5/2017

Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad. (Colosenses 2:9)

alimentemos_el_almaSi consideráramos este mundo como una dimensión de tiempo y espacio, entonces una caja cerrada pudiera representarlo, con Dios fuera de la caja. Es imposible que la humanidad escape de la caja porque, por definición, lo natural no puede entrar en lo sobrenatural. Lo que está confinado al tiempo y al espacio no puede escapar a la eternidad ni a lo infinito.

Como hay algo dentro del hombre que anhela saber lo que hay fuera de la caja, él inventa deidades, que es la forma en la que proliferan las religiones. Las distintas religiones se convierten en una extensión del deseo del hombre de escapar de su caja, pero el anhelo del hombre de trascender la caja no puede resolverse porque él está confinado a la caja por su propia naturaleza.

¿Hay una forma de escapar de esa caja? Sí, las buenas noticias son que hay una manera, y es por medio de Cristo. El cristianismo reconoce que usted no puede salir de su caja, pero proclama que Dios ha invadido la caja desde afuera. Jesucristo ha entrado en su mundo para mostrarle cómo puede morar con Dios para siempre. ¿No aceptará su invitación?

JMAGracia a vosotros es el ministerio radial del pastor John MacArthur. Desde sus oficinas en Estados Unidos, y sus representaciones en España, México y Argentina, Gracia a Vosotros extiende la enseñanza bíblica del pastor John MacArthur versículo a versículo, a través del programa radial, CD’s, MP3 y libros. Nuestro programa radial de media hora “Gracia a Vosotros” es escuchado en cientos de estaciones alrededor del mundo.

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Comprensión, por favor

5 Enero 2017

Comprensión, por favor
por Charles R. Swindoll

Job 2:1-9

alimentemos_el_almaQuiero confesar que por mucho tiempo en mi ministerio fui injusto con la esposa de Job, especialmente porque ella no estaba presente para defenderse. Pienso que fue probablemente por inmadurez de mi parte, y porque, además, no había estado casado por mucho tiempo como para ser más prudente al decir esas cosas. Por tanto, no puedo dejar este vistazo fugaz de la señora Job en esta historia, sin decir las cosas como son y hablar en su defensa.

Ahora que usted ha visto el increíble desastre que compartieron los dos, ¿nos resulta un poco más fácil comprender por qué ella pudo decir: “Job, querido, pongámosle fin a esto? No sigas. No puedes continuar viviendo así, y yo no puedo soportarlo. Maldice a Dios, y pídele que te lleve al cielo a estar con Él.” Yo lo comprendo. Ella ha llegado al límite y está dispuesta a dejar que se marche. No estoy justificando el razonamiento de esta mujer sino más bien tratando de entenderlo.

Tenga siempre cuidado con sus palabras cuando su marido esté pasando por momentos terriblemente difíciles. Quiero confesarle algo acerca de nosotros los hombres. Básicamente, quiero que recuerde esto: Los períodos prolongados de dificultades serias debilitan a la mayoría de los hombres. Pero, por alguna razón, los problemas parecen fortalecer a las mujeres; nosotros las admiramos por eso. Pero los hombres nos debilitarnos cuando nos golpea la aflicción y esta no nos deja. En nuestra debilitada condición perdemos nuestra objetividad y a veces nuestra estabilidad. Nuestro discernimiento también es afectado y nuestra determinación disminuye. Nos volvemos vulnerables, y la mayoría no sabemos cómo manejarnos en ese frágil estado mental. Por eso, a la luz de todo esto, escúcheme por favor necesitarnos la clara perspectiva, la sabiduría y la fuerza espiritual de las esposas. Pero más que todo, necesitamos que oren por nosotros como nunca han orado antes. Necesitamos no solo sus oraciones sino también su apoyo emocional. Necesitamos que ustedes tomen la iniciativa de actuar.

Necesitamos sus palabras de confianza y aliento. A nosotros los hombres nos resulta difícil decir: “Te necesito ahora mismo”. Mi esposa puede decirle que durante los primeros diez años de matrimonio, ella nunca pensó que yo la necesitaba. Pero finalmente lo reconocí y aprendí cómo decirlo. En las horas solitarias de la prueba de un gran hombre, ninguna palabra de otros significa tanto para él como las palabras de su esposa. Esa es una de las razones dadas por Dios para unirles como marido y mujer. Cuando nosotros los esposos perdemos el rumbo, ustedes las esposas nos ayudan a encontrarlo de nuevo.

Tomado del libro Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2017 por Charles R. Swindoll Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

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generic_sleeve_new_btb_2Visión Para Vivir es el ministerio de enseñanza bíblica de los pastores Charles R. Swindoll y Carlos A. Zazueta.

El ministerio está comprometido a la excelencia en la comunicación de las verdades de la Escritura y la persona de Jesucristo de una manera fiel, clara, práctica y culturalmente relevante para que la gente pueda venir al entendimiento del plan de Dios para sus vidas, al igual que de su función significativa como cristianos auténticos en un mundo necesitado, hostil y desesperado.

Rebeldía de muerte

Por Amor a Dios

Un devocional para apasionarnos por la Palabra

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Donald A. Carson

5 ENERO

Génesis 5 | Mateo 5 | Esdras 5 | Hechos 5

alimentemos_el_almaEn el capítulo 5 de Génesis, encontramos una y otra vez la expresión: “murió”. Tal persona vivió tantos años, “murió”. ¿Para qué tanta repetición?

Desde el comienzo, era intención de Dios que la relación entre él y los que llevaban su imagen fuera eterna: Adán y Eva gozarían de la vida eterna con Dios. Sin embargo, su rebeldía puso fin a esta trayectoria (Génesis 3:21–22). Aunque la muerte no les llegó enseguida (según Génesis 5:5, Adán vivió 930 años), era inevitable. El capítulo anterior a este catálogo de muertes relata el primer asesinato – otra muerte. Y los tres capítulos posteriores (6–8) relatan el diluvio, en el cual murió toda la raza humana, salvo Noé y su familia. Fuese por el asesinato, o por el juicio divino, o por causas naturales, el resultado siempre es el mismo: “murió”. Como sostiene el dicho actual, “La vida es dura, y luego mueres”.

De hecho, lo que sucede es que, por mandato divino, la muerte se está estableciendo en medio de la raza humana. Los arcos vitales que encontramos en el capítulo 5 son extraordinarios. Pero esta situación no se puede prolongar. Cuantos más son los años vividos, mayor el mal. En Génesis 6:3, Dios ya ha decidido acortar la vida de los rebeldes que llevan su imagen. Esta decisión se efectúa de manera gradual, pero firme, de modo que, al llegar a Génesis 11, estos arcos se han reducido considerablemente, y en las genealogías posteriores hay muy pocos que superen los 120 años. Pero, sea a la edad que sea, el resultado siempre es el mismo: “murió”.

El pensamiento contemporáneo occidental encuentra la muerte tan aterradora, que se prefiere evitar el tema en una conversación cualquiera. ¡Es el último tabú que nos queda! Hoy día, uno puede hablar del sexo y de las finanzas sin que nadie se inmute; pero, si hablas de la muerte, la mayoría de los presentes se ponen como mínimo incómodos. Incluso la mayoría de los creyentes valoran su fe por lo que les pueda aportar ahora, más que como aquello que les prepara para la eternidad, y así transforma la manera como se actúa ahora.

Dios no quiere que cerremos los ojos ante los efectos de nuestro pecado, ante el hecho de que la muerte es inevitable. No obstante, este capítulo incluye una excepción radiante: “y como anduvo fielmente con Dios, un día desapareció porque Dios se lo llevó.” (Génesis 5:24). Es como si Dios nos quisiera mostrar que la muerte no es una necesidad ontológica; que los que caminan con Dios, un día se librarán de la muerte; que incluso para los que mueran hay esperanza – bajo la gracia de Dios – de vida más allá de la muerte inevitable. Pero esta experiencia está ligada a la de caminar con Dios. Hará falta nada menos que el resto de la Biblia para elucidar lo que esto significa.

Carson, D. A. (2013). Por amor a Dios: Devocional para apasionarnos por la Palabra. (R. Marshall, G. Muñoz, & L. Viegas, Trads.) (1a edición, Vol. I, p. 5). Barcelona: Publicaciones Andamio.

No seas incrédulo, sino creyente

La Buena Semilla

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(Jesús) dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.

Juan 20:27

No seas incrédulo, sino creyente

(Lea Juan 20:24-31)

“Acerca tu mano, y métela en mi costado” (Juan 20:27). ¿Qué significa esta frase de Jesús dirigida a su discípulo Tomás? Este no creía que Jesús había resucitado, por ello Jesús le habló y le mostró que él era efectivamente el que había sido crucificado, y a quien el soldado romano había herido un costado con su lanza.

Jesús se dirige a nosotros de la misma manera, sobre todo cuando somos víctimas de la duda. No está lejos de nosotros; espera que nos acerquemos a él de manera personal y espontánea, con confianza y ternura, para hablar de corazón a corazón.

¡Acordémonos de Jesús, de su santa humanidad, de su humillación, de su vida de sufrimiento, de su muerte y también del día en que resucitó! Echemos de nuestro corazón la incredulidad al recordar las heridas de nuestro Salvador, las marcas de la crucifixión.

Efectivamente, fue Jesús, el hombre perfecto, el que murió y resucitó, quien se presentó a Tomás. Su gloriosa resurrección daba testimonio de que él era Dios; Tomás no debía ser incrédulo, sino creyente. Él respondió mediante una exclamación: “¡Señor mío, y Dios mío!”, exclamación de gozo y adoración muy personal. No dice «Señor Dios», sino “¡Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron” (Juan 20:28-29).

“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios (la Biblia)” (Romanos 10:17).

1 Samuel 1 – Mateo 5:1-20 – Salmo 4:1-3 – Proverbios 1:24-33

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