El Cristo incomparable

El Cristo incomparable

la-verdad-para-hoy

1/6/2017

Él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten. (Colosenses 1:17)

Jesucristo es la personalidad incomparable de toda la historia humana.

alimentemos_el_almaSócrates enseñó cuarenta años, Platón cincuenta y Aristóteles cuarenta. El ministerio público de Jesús duró menos de tres años, pero la influencia de su vida es mucho más importante que los ciento treinta años combinados de los tres filósofos más grandes de toda la antigüedad.

Jesús nunca pintó un cuadro, pero algunas de las mejores pinturas de Rafael, Miguel Ángel, Da Vinci y de muchos otros artistas encontraron en Él su inspiración.

Jesús no escribió poesía, pero Dante, Milton y muchos de los más grandes poetas del mundo han sido inspirados por Él como ningún otro. Ralph Waldo Emerson dijo que el nombre de Cristo “más que escribirse se ha grabado en la historia de este mundo”.

Jesús no compuso música, pero Haydn, Händel, Beethoven, Bach, Mendelssohn y muchos otros alcanzaron la más elevada perfección de melodía en composiciones acerca de Él.

Jesucristo ha influido en la sociedad humana como ningún otro. El Cristo incomparable es las buenas nuevas. Y lo que la hace tan buena noticia es que el hombre no merece nada y que Dios es muy misericordioso.

JMAGracia a vosotros es el ministerio radial del pastor John MacArthur. Desde sus oficinas en Estados Unidos, y sus representaciones en España, México y Argentina, Gracia a Vosotros extiende la enseñanza bíblica del pastor John MacArthur versículo a versículo, a través del programa radial, CD’s, MP3 y libros. Nuestro programa radial de media hora “Gracia a Vosotros” es escuchado en cientos de estaciones alrededor del mundo.

Disponible en Internet en: http://www.gracia.org
DERECHOS DE AUTOR © 2012 Gracia a Vosotros
Usted podrá reproducir este contenido de Gracia a Vosotros sin fines comerciales de acuerdo con la política de Derechos de Autor de Gracia a Vosotros (http://www.gracia.org/acercaDeGAV.aspx?page=derechos).

Esperar y observar

6 Enero 2017

Esperar y observar
por Charles R. Swindoll

Job 2:10

alimentemos_el_almaLa respuesta de Job a la sugerencia de su mujer de que maldijera a Dios y muriera es excelente “¡Has hablado como hablaría cualquiera de las mujeres insensatas!” (Job 2:10). ¡Felicitaciones al anciano patriarca! En su debilitada condición, en medio del sufrimiento que le producían todas esas llagas, y sin saber si algo de su situación iba a cambiar, Job se mantuvo firme, e incluso la reprendió. Él le dijo, en realidad: “No puedes hablar de esa manera. Eso nunca”.

Pero Job fue más allá de una reprensión; le hizo una pregunta magnífica: “Recibimos el bien de parte de Dios, ¿y no recibiremos también el mal?” (Job2:10). Su perspectiva era extraordinaria, no solo entonces, sino también hoy en día. ¡Qué teología tan excelente! Es muy raro que de nuestro secularizado sistema surja una declaración así.

Job estaba teniendo estos pensamientos: ¿No tiene Él el derecho de hacerlo? ¿No es Él el alfarero? ¿No somos nosotros el barro? ¿No es Él el pastor y nosotros las ovejas? ¿No es Él el amo y nosotros los siervos? ¿No es así corno tiene que ser?  Por alguna razón, él ya sabía que el barro no le dice al alfarero: “¿Qué haces?”. Por eso le dice a su mujer: “No,,, no… no, querida. No hagamos eso. Nosotros servimos a un Dios que tiene el derecho de hacer lo que quiere, y que no está obligado a dar explicaciones o pedir permiso. Detente y reflexiona: ¿Debemos pensar que vamos a recibir únicamente cosas buenas? ¿Es ese el tipo de Dios a quien servimos? Él no es nuestro sirviente celestial pendiente del chasquido de nuestros dedos, ¿verdad? ¡Él es nuestro Señor y nuestro amo! Necesitamos recordar que el Dios a quien servimos tiene un plan que está más allá de nuestra comprensión, incluyendo tiempos difíciles como este”.

Me encantan las últimas palabras: “En todo esto Job no pecó con sus labios” (v. 10). Aquí encontramos una confianza absoluta. Y fe. “Querida, no podemos explicar nada de esto, así que esperemos y observemos lo que Dios hará. Nunca esperábamos que nos sucediera esto. Tu corazón y el mío están destrozados por la pérdida.

Lo perdimos todo. Bueno, pero no todo. Todavía nos tenemos el uno al otro. Nuestro Dios tiene un plan que está en desarrollo, aunque no podamos entenderlo ahora. Por tanto, esperamos y observemos para ver lo que Él va a hacer después.”.

Tomado del libro Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2017 por Charles R. Swindoll Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

– See more at: http://visionparavivir.org/devocional#sthash.97TNGdYq.dpuf

generic_sleeve_new_btb_2Visión Para Vivir es el ministerio de enseñanza bíblica de los pastores Charles R. Swindoll y Carlos A. Zazueta.

El ministerio está comprometido a la excelencia en la comunicación de las verdades de la Escritura y la persona de Jesucristo de una manera fiel, clara, práctica y culturalmente relevante para que la gente pueda venir al entendimiento del plan de Dios para sus vidas, al igual que de su función significativa como cristianos auténticos en un mundo necesitado, hostil y desesperado.

Busquemos primero el reino de Dios y su justicia

Por Amor a Dios

Un devocional para apasionarnos por la Palabra

41rctw-asvl

Donald A. Carson

6 ENERO

Génesis 6 | Mateo 6 | Esdras 6 | Hechos 6

alimentemos_el_almaLas tres primeras secciones de Mateo 6 (el capítulo central del Sermón de la Montaña) tratan de tres actos de piedad considerados primordiales en el judaísmo: dar a los necesitados (tradicionalmente, conocido como “limosnas”), la oración y el ayuno (Mateo 6:1–18). Cabe notar lo que estos tres actos tienen en común: Jesús reconoce con qué facilidad los pecadores pueden involucrarse en actividades filantrópicas e incluso religiosas muy loables, no tanto para hacer el bien como para que se les admire por el bien que hacen. Si es más importante ser considerado generoso que serlo en realidad; si lograr una reputación por orar es más importante que orar, aunque nadie excepto Dios nos oiga; si el ayuno es algo que hacemos sólo para poder hablar de ello de manera poco honesta, estos actos se vuelven actos de impiedad.

La manera más idónea de comprobar si somos genuinos en cada una de estas áreas es realizar estos actos de manera tan callada, que sólo Dios sabe que lo estamos haciendo. Sé generoso entonces, pero no le digas a nadie lo que das (6:1–4). Insiste en que los que reciban lo que das tampoco digan nada. Ora mucho más en privado que en público (6:5–8). No dudes en ayunar – pero no digas a nadie que ayunas (6:16–18). En cuanto al segundo de estos tres términos, hay otra prueba: no te molestes en pedir perdón a tu Padre en el cielo si tú mismo no estás dispuesto a perdonar (6:14–15).

En cada uno de estos actos de piedad tradicionales, una vida auténticamente cristiana se caracteriza por el deseo profundo y sencillo de agradar a Dios, no por la ostentación, la cual suele tener como objetivo generar entre los demás la impresión de que estamos agradando a Dios.

Las últimas dos secciones del capítulo siguen interrogando nuestras motivaciones más recónditas. (1) En la primera, Jesús nos dice que acumulemos tesoros en el cielo, puesto que nuestro corazón suele seguir a nuestro tesoro. Lo que más valoramos será, en última instancia, lo que más tire de nuestro “corazón” – nuestra personalidad, nuestros sueños, nuestro tiempo, nuestra imaginación, nuestro fuero interno – e iremos a por ello. Aquello se convertirá en nuestro dios. Si lo que valoramos es material, nuestro dios será el materialismo. Pero si lo que valoramos más pertenece a la eternidad, nuestro ser entero perseguirá aquello que tiene un significado trascendental. (2) En la segunda, Jesús nos dice que una relación verdadera y fiel con Dios rehúsa las preocupaciones incesantes e innecesarias. Podemos confiar en Dios – su sabiduría, su bondad, su gobierno providencial de todas las circunstancias – aun en un mundo roto y entregado al mal. Si no confiamos en él, delatamos el carácter pagano de nuestros corazones.

En pocas palabras, busquemos primero el reino de Dios y su justicia (6:33).

Carson, D. A. (2013). Por amor a Dios: Devocional para apasionarnos por la Palabra. (R. Marshall, G. Muñoz, & L. Viegas, Trads.) (1a edición, Vol. I, p. 6). Barcelona: Publicaciones Andamio.

Reconciliaos con Dios.

La Buena Semilla

alimentemos_el_alma

Reconciliaos con Dios.

2 Corintios 5:20

Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz; y por ello te vendrá bien.

Job 22:21

La felicidad

«Invierta en la felicidad». Esta era la publicidad que hacía una agencia inmobiliaria en una estación de deportes de invierno. Seguro que la publicidad tuvo mucho impacto, pues ¿quién no busca la felicidad? ¡La felicidad es una necesidad permanente del hombre! Ya el rey Salomón (hace 3.000 años) quiso encontrarla en la búsqueda intelectual, en el bienestar, la riqueza… No “aparté mi corazón de placer alguno”, dijo él (Eclesiastés 2:10). ¿Cuál fue su conclusión? “Vanidad de vanidades… todo ello es vanidad y aflicción de espíritu” (Eclesiastés 1:2, 14).

En el principio Dios colocó al hombre en el huerto de Edén. Pero su desobediencia lo alejó de Dios, y el paraíso en la tierra se acabó. Sin embargo Dios, quien es misericordioso, y cuyo amor es invariable, preparó un camino para que el hombre encuentre la felicidad.

¡Reconcíliese con él! Pero, ¿quién de nosotros puede borrar sus ofensas hechas a Dios? ¿Sobre qué base podemos encontrar la paz? Este es el mensaje tranquilizador pero solemne que la Biblia nos dirige: “Fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo…”. Jesús “fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación” (Romanos 5:10; 4:25). Sobre él descansa nuestra reconciliación perfecta, porque Jesús hizo la paz mediante la sangre de su cruz (Colosenses 1:20). El mismo día de su resurrección mostró a sus discípulos sus manos y su costado traspasados, y les dijo: “Paz a vosotros” (Lucas 24:36). Los discípulos se llenaron de gozo cuando vieron al Señor, en quien está la fuente de la verdadera felicidad.

1 Samuel 2 – Mateo 5:21-48 – Salmo 4:4-8 – Proverbios 2:1-5

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
ediciones-biblicas.chlabuena@semilla.ch