Pocas palabras

Pocas palabras

la-verdad-para-hoy

1/7/2017

Los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. (2 Pedro 1:21)

alimentemos_el_almaUnas trescientas palabras son suficientes para resumir en español toda la ley moral de Dios en los Diez Mandamientos. Dios la condensó aun más cuando dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mt. 22:37-39). Solo setenta y cinco palabras componen la enseñanza definitiva sobre la oración, el Padrenuestro, en Mateo 6:9-13.

El hombre no tiene tanta capacidad para la brevedad esencial. ¡Hubo una vez un estudio gubernamental para regular el precio del repollo o la col que tenía más de veintiséis mil palabras!

Déle gracias a Dios por la provisión de su Palabra profunda.

JMAGracia a vosotros es el ministerio radial del pastor John MacArthur. Desde sus oficinas en Estados Unidos, y sus representaciones en España, México y Argentina, Gracia a Vosotros extiende la enseñanza bíblica del pastor John MacArthur versículo a versículo, a través del programa radial, CD’s, MP3 y libros. Nuestro programa radial de media hora “Gracia a Vosotros” es escuchado en cientos de estaciones alrededor del mundo.

Disponible en Internet en: http://www.gracia.org
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La verdad dicha con amor

Palabras Para Vivir

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7 Enero 2017

por Charles R. Swindoll

Job 2:10

alimentemos_el_almaMe causa admiración que Job pusiera atención a las palabras de su esposa. Las analizó, meditó en ellas, las consideró cuidadosamente. Job no malinterpretó ni ignoró a su mujer. Escuchó lo que ella dijo, y no la interrumpió mientras las decía. Eso, francamente, pone a Job en una categoría única entre los esposos.

Caballeros, yo he descubierto que la mayoría de nosotros no tenemos problemas de audición sino de atención. Nuestras esposas quieren, con frecuencia, decimos cosas mucho más importantes que todo lo demás que escucharemos en el día, pero por alguna extraña razón nos hemos formado el hábito de cerrarnos a su consejo. Pero permítame añadir que, si le responde, dígale siempre la verdad. Si lo que ella dice es prudente y está de acuerdo con lo que usted sabe que es verdad, si en verdad es útil, dígaselo. Y dele también las gracias. Si no lo es, dígaselo también, Job no estuvo de acuerdo, y se lo dijo. Su respuesta, después de escucharla, fue: “Hablas como las mujeres insensatas.”

Job detectó en su esposa un problema de amargura, cierta desilusión; por eso le dijo, en realidad: “Este es un consejo que no puedo seguir y que no seguiré. No es sabio. Es un conejo equivocado, y no puedo aceptarlo”.

En los 40 años que llevo trabajando y ministrando con personas casadas, encuentro que una de las cosas más difíciles es lograr que las parejas se digan mutuamente la verdad. Reconozcamos cuando nos hemos equivocado, en vez de ponernos a dar rodeos, justificamos o excusamos. Digamos simplemente: “Me equivoqué”. O si escuchamos que nuestra pareja dice algo que sabemos que no es sabio, o si detectamos una motivación dudosa, tenemos la tendencia a no decirle la verdad. Mucho mejor sería responder: “Querida, me doy cuenta de que sinceramente quieres mi bien, pero honestamente tengo que decirte que no estoy de acuerdo contigo. Pienso que no has sido sabia al sugerirme eso”. A la larga, su matrimonio será más saludable si deja que la verdad se imponga, especialmente si se dice con amor. Escuche bien, y diga la verdad revestida de amor.

Tomado del libro Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2017 por Charles R. Swindoll Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

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generic_sleeve_new_btb_2Visión Para Vivir es el ministerio de enseñanza bíblica de los pastores Charles R. Swindoll y Carlos A. Zazueta.

El ministerio está comprometido a la excelencia en la comunicación de las verdades de la Escritura y la persona de Jesucristo de una manera fiel, clara, práctica y culturalmente relevante para que la gente pueda venir al entendimiento del plan de Dios para sus vidas, al igual que de su función significativa como cristianos auténticos en un mundo necesitado, hostil y desesperado.

!No juzguéis a nadie!

Por Amor a Dios

Un devocional para apasionarnos por la Palabra

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Donald A. Carson

7 ENERO

Génesis 7 | Mateo 7 | Esdras 7 | Hechos 7

alimentemos_el_almaHace tiempo, no había apenas nadie en todo el mundo anglosajón que no fuese capaz de citar Juan 3:16. Sin duda alguna, era el versículo mejor conocido de toda la Biblia. Tal vez sigue ocupando el mismo lugar preeminente en este aspecto – no lo sé. Pero, aunque sea así, el porcentaje de personas que conozcan este versículo se ha reducido enormemente, y continúa mermándose a medida que el analfabetismo bíblico aumenta en Occidente.

Mientras tanto, lo que se cita (quizá más) frecuentemente, a menudo con un tono desafiante, por gente que no conoce muy bien su Biblia pero que se cree autorizada para invocarlo a fin de apoyar sus ideas preconcebidas, es Mateo 7:1: “No juzguéis a nadie, para que nadie os juzgue a vosotros.”. En una era en la que crece el pluralismo filosófico, estas palabras se han convertido en una especie de confesión pública.

Hay que decir tres cosas al respecto. En primer lugar, destacar que la lectura de hoy incluye no sólo Mateo 7, sino también Génesis 7. En este último, se ejecuta el juicio contundente del diluvio: “Dios borró de la faz de la tierra a todo ser viviente…” (Génesis 7:23). El mismo Dios está detrás de los dos pasajes, por lo cual no debemos llegar demasiado precipitadamente a la conclusión de que Mateo 7:1 significa que juzgar sea intrínsecamente malo.

En segundo lugar, aquí no se trata de que una práctica del Antiguo Testamento quede abrogada en el Nuevo. No es que el juicio fuese posible en Génesis, pero quedase abolido en Mateo. Tengamos en cuenta que en Mateo 7:6 se nos exige emitir juicios en cuanto a la identidad de los “perros” o los “cerdos”, y los párrafos finales del capítulo nos alertan acerca de los falsos profetas (y nos dicen cómo podemos discernir el auténtico y el falso), y quién es un verdadero discípulo de Jesucristo y quién no lo es. Además, este capítulo no sólo habla de un terrible juicio no menos definitivo que el diluvio (Mateo 7:13, 19, 23), y hay muchos textos en el Nuevo Testamento que son igualmente contundentes.

En tercer lugar, no sólo debemos sacar a luz las falsas interpretaciones de Mateo 7:1, sino que también hay que comprender lo que sí significa, y hacerlo nuestro. El verbo juzgar tiene una variedad de sentidos, y el contexto (7:1–5) es decisivo a la hora de darle al verbo su matiz en este pasaje. Los que persiguen “justicia” (6:33) son susceptibles al peligro de la autocomplacencia, la arrogancia, la condescendencia hacia los demás, la hipocresía. No todos caen en esta trampa, por supuesto, pero el pecado del “espíritu de juicio” es frecuente. Jesús no lo tolera.

Carson, D. A. (2013). Por amor a Dios: Devocional para apasionarnos por la Palabra. (R. Marshall, G. Muñoz, & L. Viegas, Trads.) (1a edición, Vol. I, pp. 7–8). Barcelona: Publicaciones Andamio.

¿Dónde estás?

La Buena Semilla

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El Señor Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.

Génesis 3:9-10

Huía de la presencia del Señor

Jonás 1:10

¿Dónde estás?

Esta es la primera pregunta que Dios hace en la Biblia, y se dirige al primer hombre que, después de haberle desobedecido, se escondió y huyó de la presencia divina. Esta misma actitud continúa manifestándose hoy. Muchas personas se sienten incómodas con Dios, por eso huyen. Sin embargo, así como Dios trató de ponerse en contacto con Adán, también trata de hacerlo con cada uno de nosotros ahora.

¿Dónde estás? Esta pregunta no se refiere a nuestra posición geográfica, sino al estado de nuestro corazón. ¿Cuál es nuestra reacción al llamado de Dios? Podemos huir o encerrarnos en el ateísmo, escondernos en el materialismo de la sociedad de consumo, escudarnos detrás de razonamientos que parecen sensatos, ser indiferentes a lo espiritual…

Tratar de escapar de Dios no resuelve nada. Un día cada uno de nosotros comparecerá ante él y tendrá que dar cuenta de las decisiones que haya tomado durante su vida.

Hoy Dios desea tener un encuentro con nosotros tal como somos. Dejémonos iluminar por su luz, no le escondamos nada. Confesémosle nuestra incapacidad y nuestros pecados. No solo recibiremos un pleno perdón, sino también su gracia, que está basada en el sacrificio de su Hijo. Así es como uno se convierte en hijo de Dios; y entonces, en vez de escondernos, le hablamos como a un Padre.

“Vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca; porque por medio de él (de Cristo) los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre” (Efesios 2:17-18).

1 Samuel 3 – Mateo 6:1-18 – Salmo 5:1-7 – Proverbios 2:6-9

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