El cumplimiento de la ley

El cumplimiento de la ley

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1/8/2017

Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto. (Mateo 5:48)

alimentemos_el_almaJesús se enfrentó a gran oposición durante su ministerio cuando no estuvo de acuerdo con la teología judía contemporánea (Mt. 15:1-3). Como era hipocresía, rechazó la presunta devoción de los fariseos.

Muchos en su época decían: “¿Está Jesús diciendo una nueva verdad? ¿Está realmente hablando en nombre de Dios? Él no dice lo que dicen los fariseos. En realidad, dice lo opuesto de lo que se nos enseña”.

 Jesús dijo: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir” (Mt. 5:17). Jesús no condenó la ley del Antiguo Testamento, sino que condenó la tradición que se había creado alrededor de ella. Los guías religiosos habían pervertido tanto la ley de Dios que Jesús declaró: “Os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos” (v. 20).

¿De qué justicia depende usted? ¿De la suya o de la de Cristo?

JMAGracia a vosotros es el ministerio radial del pastor John MacArthur. Desde sus oficinas en Estados Unidos, y sus representaciones en España, México y Argentina, Gracia a Vosotros extiende la enseñanza bíblica del pastor John MacArthur versículo a versículo, a través del programa radial, CD’s, MP3 y libros. Nuestro programa radial de media hora “Gracia a Vosotros” es escuchado en cientos de estaciones alrededor del mundo.

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El Señor Jesús como Señor del día de reposo

logo-lbd-web-stDavid Logacho

El Señor Jesús como Señor del día de reposo

alimentemos_el_almaEs un gozo saludarle amable oyente. Le habla David Logacho dándole la bienvenida al estudio bíblico de hoy. Estamos estudiando el evangelio según Lucas. En esta ocasión veremos al Señor Jesús como Señor del día de reposo, lo que esto significa y sus implicaciones.

Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en Lucas 6:1-11. Como antecedente, recuerde que en nuestro último estudio bíblico, los escribas y fariseos comenzaron a mostrar su lado oscuro en contra del Señor Jesús, cuando le cuestionaron por comer con publicanos y pecadores y por no amoldarse a sus tradiciones de manufactura humana. En el estudio bíblico de hoy vamos a ver que esta indisposición de los escribas y fariseos en contra del Señor Jesús está en franco aumento. La excusa era que el Señor Jesús no estaba guardando el día de reposo de la manera que ellos habían establecido que se debe guardar, una manera muy propia de ellos, por supuesto, una manera que iba más allá de lo que las Escrituras decían. Por dos ocasiones, el Señor Jesús violó la norma de guardar el día de reposo de los escribas y fariseos. La primera vez, fue en el campo. Note lo que dice Lucas 6:1  Aconteció en un día de reposo,[a] que pasando Jesús por los sembrados, sus discípulos arrancaban espigas y comían,(A) restregándolas con las manos.

Guardar el séptimo día como día de reposo era algo muy importante para los judíos. Dios dio a Israel la ley sobre el día de reposo en el monte Sinaí, y lo hizo como señal entre él y la nación de Israel. Debido a las reglas estrictas y opresivas que imponían los escribas y fariseos, guardar el día de reposo se transformó en una pesada carga en lugar de ser una gran bendición conforme al propósito de Dios para su pueblo. El Señor Jesús está por desafiar la tradición de los escribas y fariseos en cuanto al día de reposo. La ocasión se presentó cuando en un día de reposo, el Señor Jesús y sus discípulos pasaban por los sembrados, como tenían hambre, los discípulos del Señor Jesús arrancaban espigas tiernas, las restregaban en las manos, y las comían. El hecho de que los discípulos arrancaran espigas no era en sí ningún crimen. Una de las leyes misericordiosas del Antiguo Testamento establecía que si alguien estaba pasando por un trigal podía arrancar algunas espigas, siempre que no metiera la hoz. Si lo hubieran hecho otro día cualquiera no habría habido nada que objetar; pero era día de reposo. Cuatro de los trabajos prohibidos en día de reposo eran segar, trillar, aventar y preparar comida; y los discípulos habían realizado los cuatro según la interpretación ortodoxa de la ley por parte de los escribas y fariseos: al arrancar espigas, habían segado; al restregarlas con la mano, habían trillado; al soplar para quitar la paja, habían aventado, y el hecho de que se las comieran demostraba que habían preparado una comida en un día de reposo. Esto motivó a los escribas y fariseos a cuestionar al Señor Jesús. Note lo que dice Lucas 6:2 Y algunos de los fariseos les dijeron: ¿Por qué hacéis lo que no es lícito hacer en los días de reposo?[b]

El Señor Jesús respondió este cuestionamiento, citando un evento relatado en el Antiguo Testamento, en el cual, satisfacer una necesidad humana legítima y urgente tuvo mayor prioridad que una norma establecida. Ponga atención a lo que dice Lucas 6:3-4 Respondiendo Jesús, les dijo: ¿Ni aun esto habéis leído, lo que hizo David cuando tuvo hambre él, y los que con él estaban;
Luk 6:4  cómo entró en la casa de Dios, y tomó los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino sólo a los sacerdotes,(B) y comió, y dio también a los que estaban con él?(C

Todos los días de reposo por la mañana se ponían delante de Dios doce panes de trigo, hechos con harina que se había tamizado no menos de once veces. Había un pan por cada tribu. En tiempos del Señor Jesús estos panes se colocaban en una mesa de oro macizo de un metro de longitud y cuarenta y cinco centímetros de anchura que estaba situada a lo largo del lado Norte del Lugar Santo. El pan representaba la presencia de Dios, y nadie más que los sacerdotes podía comerlo. Pero la necesidad de David había sido prioritaria sobre estas normas y reglas. La conclusión de la respuesta que dio el Señor Jesús a los escribas y fariseos, aparece en Lucas 6:5. La Biblia dice: Y les decía: El Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo.[c]

En el caso de David y los suyos comiendo los panes de la proposición que solamente debían comerla los sacerdotes, la necesidad humana abrogó momentáneamente la ley ritual. Si era así, ¡cuánto más el Hijo del Hombre, con un corazón de amor y de misericordia! Es el Señor del día de reposo ¡Cuánto más lo podrá utilizar para sus propósitos de amor! Pero los escribas y fariseos habían olvidado los derechos de la misericordia porque estaban totalmente absorbidos por cumplir sus propias leyes y reglamentos. Los escribas y fariseos deben haberse quedado con la boca callada, pero no por mucho tiempo, porque en otro día de reposo ocurrió otro evento que desafió sus huecas tradiciones sobre el día de reposo. La segunda vez fue en la sinagoga. Lucas 6:6-11 dice: Aconteció también en otro día de reposo,[d] que él entró en la sinagoga y enseñaba; y estaba allí un hombre que tenía seca la mano derecha.

Lucas 6:7  Y le acechaban los escribas y los fariseos, para ver si en el día de reposo[e] lo sanaría, a fin de hallar de qué acusarle.
Lucas 6:8  Mas él conocía los pensamientos de ellos; y dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate, y ponte en medio. Y él, levantándose, se puso en pie.
Lucas 6:9  Entonces Jesús les dijo: Os preguntaré una cosa: ¿Es lícito en día de reposo[f] hacer bien, o hacer mal? ¿salvar la vida, o quitarla?
Lucas 6:10  Y mirándolos a todos alrededor, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él lo hizo así, y su mano fue restaurada.
Lucas 6:11  Y ellos se llenaron de furor, y hablaban entre sí qué podrían hacer contra Jesús.

Es obvio que el Señor Jesús y sus discípulos estaban en el foco de los escribas y fariseos. En el incidente anterior, los escribas y fariseos deben haber estado espiando al Señor Jesús y a sus discípulos mientras caminaban por los sembrados en un día de reposo. En esta ocasión, es muy posible que a propósito los escribas y fariseos hayan introducido en la sinagoga al hombre con la mano derecha seca en el día de reposo, para ver si el Señor Jesús le sanaba, de modo que puedan tener motivos para acusarle. Para este tiempo la oposición al Señor Jesús estaba creciendo como espuma. Conforme a su costumbre, el Señor Jesús estaba enseñando en la sinagoga en un día de reposo, y los escribas y los fariseos estaban también allí, ya no para escuchar su enseñanza, sino con el propósito de espiarle para, si curaba al enfermo, acusarle de quebrantar la ley del día de reposo implantada por ellos. Un detalle interesante es que Lucas, es el único de los autores de los evangelios que menciona que el hombre tenía seca la mano derecha. Es el diagnóstico del médico, interesado en todos los detalles del caso. Como era de esperarse, el Señor Jesús curó al hombre con la mano seca. En este incidente, Jesús quebrantó abiertamente la ley tradicional de los escribas y fariseos. Curar era un trabajo, y estaba prohibido hacer cualquier trabajo en un día de reposo. Pero la realidad era que si había peligro de muerte se podía hacer algo para mantener la vida. También era legal tratar las dolencias de ojos o garganta. Pero este hombre no estaba en peligro de muerte; podría haber esperado hasta el día siguiente sin peligro. Pero el Señor Jesús estableció el gran principio de que, dijeran lo que dijeran las leyes y las reglas, siempre se puede hacer un bien en un día de reposo. El Señor Jesús les hizo una pregunta punzante: «Os preguntaré una cosa: ¿Es lícito en día de reposo hacer bien, o hacer mal? ¿salvar la vida, o quitarla? Eso tiene que haberles llegado al alma, porque mientras Él estaba tratando de ayudar a la vida del hombre con la mano seca, ellos estaban haciendo todo lo posible para destruir al Señor Jesús. Era Él quien estaba tratando de salvar, y ellos de destruir. El Señor Jesús estaba haciendo bien y los escribas y fariseos estaban haciendo mal y todo en el día de reposo. No es extraña la reacción de los escribas y fariseos. Confrontados con su pecado, lo cual se negaban a reconocer, se llenaron de furor, y dialogaban entre ellos buscando hacer algo en contra del Señor Jesús. ¿Qué aprender de todo esto? Bueno, por un lado que nuestro Señor Jesucristo es el Amo, el Señor de todo lo que dice las Escrituras. Por otro lado, el peligro de esconder maldad detrás del cumplimiento de ritos religiosos. Esto fue el gran error de los escribas y fariseos. Su corazón estaba lleno de orgullo, incredulidad, hipocresía, sin embargo eran expertos en cumplir con los ritos creados por ellos mismos en cuanto a como se debe guardar el día de reposo. No nos engañemos amable oyente. A Dios no le impresionamos con nuestros ritos sino con una vida de integridad.

david-logacho-80x80David Logacho es Ingeniero en Electrónica y Telecomunicaciones, trabajó por años para la NASA, decidió abandonar su carrera profesional para prepararse para servir al Señor en un Instituto Bíblico en Argentina. Dirigió el Ministerio La Biblia Dice… durante más de 2 décadas hasta su retiro en 2015.

 

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¿Por qué Jesús encuentra tan asombrosa la fe del centurión?

Por Amor a Dios

Un devocional para apasionarnos por la Palabra

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Donald A. Carson

8 ENERO

Génesis 8 | Mateo 8 | Esdras 8 | Hechos 8

alimentemos_el_alma¿Por qué Jesús encuentra tan asombrosa la fe del centurión? (Mateo 8:5–13) El centurión asegura a Jesús que no es necesario que el Señor venga a su casa para curar a su siervo paralítico. Comprende que, sólo con decir la palabra, su siervo será curado: “Porque”, explica el centurión, “yo mismo soy un hombre sujeto a órdenes superiores, y además tengo soldados bajo mi autoridad.” ¿Por qué esto es evidencia tan asombrosa de su fe?

Hay tres hechos a destacar. El primero es que, en una época en la que prevalecía la superstición. El centurión no creía que el poder de Jesús para sanar fuera cosa de encantamientos, ni que dependiese de su presencia física, sino que consistía simplemente en su palabra. No era necesario que Jesús tocase ni manipulase al siervo, ni que siquiera estuviera presente; sólo hacía falta que dijese la palabra, y sería hecho.

El segundo hecho que se destaca es que llegase a esta convicción, a pesar de que no estaba inmerso en las Escrituras. Era gentil. No sabemos qué conocimientos tenía de las Escrituras, pero sin duda eran mucho menores que los de los eruditos de Israel. No obstante, su fe era más pura, más sencilla, más perspicaz, más reconocedora de Cristo que la de aquellos.

El tercer elemento sorprendente de la fe de este hombre es la analogía que usa. Reconoce que es un hombre bajo autoridad, por lo cual tiene autoridad cuando habla dentro del marco de esta relación. Cuando dice a un soldado romano bajo su autoridad que haga algo, no habla como hombre a otro hombre. El centurión habla con la autoridad de su oficial inmediatamente superior, el tribuno, el cual habla a su vez con la autoridad de César; con la autoridad, en definitiva, del mismo imperio romano. Esta es la autoridad que pertenece al centurión, no porque él sea de hecho tan poderoso como el César en todas las dimensiones, sino porque es un hombre bajo autoridad: la cadena de mando significa que, al hablar el centurión con un soldado de a pie, habla Roma. Implícitamente, el centurión dice que reconoce en Jesús una relación semejante: la que Jesús tiene con Dios, bajo la autoridad de Dios; que, al hablar Jesús, habla Dios. Por supuesto que el centurión no se expresa desde dentro del marco de una doctrina cristiana madura con respecto a la identidad de Cristo, pero los ojos de la fe le habían permitido ver muy lejos.

Esta es la fe que nos hace falta. Tener confianza en la palabra de Jesús, refleja una profundidad sencilla y da por sentado que, cuando habla Jesús, habla Dios.

Carson, D. A. (2013). Por amor a Dios: Devocional para apasionarnos por la Palabra. (R. Marshall, G. Muñoz, & L. Viegas, Trads.) (1a edición, Vol. I, p. 8). Barcelona: Publicaciones Andamio.

El día del Señor

La Buena Semilla

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Habiendo, pues, resucitado Jesús por la mañana, el primer día de la semana, apareció primeramente a María Magdalena.

Marcos 16:9

Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras… fue sepultado, y… resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras.

1 Corintios 15:3-4

El día del Señor

alimentemos_el_almaLa palabra «domingo» viene del latín «dies dominucus», que significa: “día del Señor”. Es el día en que Cristo resucitó.

En varias ocasiones Jesús había anunciado a sus discípulos lo que iba a suceder: “El Hijo del Hombre será entregado… y le condenarán a muerte… y le escarnecerán, le azotarán, y escupirán en él, y le matarán; mas al tercer día resucitará” (Marcos 10:33-34). Fue crucificado el viernes y resucitó el domingo.

Desde el comienzo del cristianismo, el domingo fue considerado como el primer día de la semana. Solo a principios del siglo 20 los diccionarios lo designan como el último día de la semana. Hoy en la expresión «fin de semana» se asocian comúnmente el sábado y el domingo.

En el evangelio leemos: “El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana… al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro” (Juan 20:1). “La noche de aquel mismo día, el primero de la semana… vino Jesús, y puesto en medio (de los discípulos), les dijo: Paz a vosotros” (Juan 20:19).

Es el primer día en el sentido de que la muerte y la resurrección de Jesús abrieron una nueva era en la historia, la época de la gracia. Su salida de la tumba constituye la prueba de su victoria sobre la muerte, y da a los cristianos la seguridad de la vida eterna. Por este motivo ellos dan un valor especial a este día.

1 Samuel 4 – Mateo 6:19-7:6 – Salmo 5:8-12 – Proverbios 2:10-15