Deseoso de servir

Deseoso de servir

1/31/2017

Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma. (Romanos 1:15)

alimentemos_el_alma¿Se siente feliz y entusiasta al cumplir la responsabilidad que Dios le ha encomendado? Como se puede decir, según el versículo de hoy, que fue la actitud de Pablo. Estaba dedicado por completo a hacer la obra del ministerio. Nunca su propia vida fue lo más importante. La vida tenía un solo propósito para él, y era el hacer la voluntad de Dios. Siempre estuvo deseoso de predicar.

Pablo era como un caballo de carreras en el portalón o un corredor de carreras cortas en el punto de partida, esperando ganar la victoria. Dios tenía que sujetarlo de vez en cuando porque estaba demasiado deseoso de correr. ¿Está deseoso de servir? ¿Es esa la clase de servicio que usted presta o algunos tienen que aguijonearlo con toda su fuerza para hacer que participe? Si su servicio a Cristo es de todo corazón, entonces estará deseoso de servir.

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Aférrese a la verdad

31 Enero 2017

Aférrese a la verdad
por Charles R. Swindoll

Job 21:1-34

alimentemos_el_almaEs muy posible que muchos de los que leen estas palabras estén siendo actualmente víctimas de las falsas acusaciones de alguien. Eso puede ser una angustiosa cruz y muy difícil de llevar. Yo sé lo que es eso, por mi amarga experiencia. Puesto que esto es un asunto que siempre estará presente para muchos de nosotros, sería útil describir ciertas pautas a seguir, basadas en la manera como Job se enfrentó a sus acusadores.

Escuche lo que están diciendo de usted y considere el carácter de su crítico. ¡Mantenga la calma! Sentirá la tentación de precipitarse y de reaccionar imprudentemente en la carne, diciendo cosas que después lamentará. Procure escuchar lo que están diciendo. Y mientras lo hace, recuerde el carácter de la persona de quien ha surgido la acusación. Escuche todo con calma. Job hizo eso, lo cual lo preparó para responder después.

Responda con hechos ciertos e información precisa, conociendo la naturaleza de su acusador. ¡Diga la verdad! Aférrese a lo cierto, cueste lo que cueste. Es posible que la otra persona haya sido su esposa o esposo. Pudiera ser su jefe anterior o actual, un empleado, un vecino, un pastor o un amigo. No importa quién sea la persona. Si usted está siendo acusado, tiene que concentrarse sólo en los hechos. No reaccione ni piense en la manera de tomar la revancha. Si usted cede a la tentación, terminará pareciéndose a su acusador. Dios honra la integridad. Quizás no de inmediato, pero finalmente usted será reivindicado. Recuerde la oración de David: “Hazme justicia, oh SEÑOR, porque yo en mi integridad he andado” (Salmo 26:1). La verdad prevalecerá entre las personas que se ocupan de ella, y toman sus decisiones basadas en ella.

Una vez le dijeron a Abraham Lincoln que tenía que despedir a su director general de correos. Al hombre lo acusaban de todo. Lincoln sospeso los rumores con las evidencias, y el 18 de julio de 1864 le escribió al Secretario una carta diciéndole que no iba a hacerlo, porque la información estaba basada en rumores, no en hechos ciertos. En esa carta, Lincoln termina diciendo correctamente: “La verdad es generalmente la mejor reivindicación contra la difamación». Una sabia respuesta.

Aférrese a la verdad. No la exagere, no la niegue y no vacile en decirla.

La verdad es generalmente la mejor reivindicación contra la difamación.—Charles R. Swindoll

Tomado del libro Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2017 por Charles R. Swindoll Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

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“sintió mucho miedo, y se puso muy angustiado”

“sintió mucho miedo, y se puso muy angustiado”

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31 ENERO

Génesis 32 | Marcos 3 | Ester 8 | Romanos 3

alimentemos_el_alma¡Qué transformación se ha producido en Jacob! (Génesis 32). A primera vista, por supuesto, no han cambiado muchas cosas. Deja Beerseba y se dirige hacia Padán-aram, temiendo por su vida; a su hermano Esaú, le sobraban motivos, desde su propia perspectiva, para matarle. Ahora, vuelve a casa, aterrado ante la posible reacción de su hermano. También en el plano superficial, se podría argumentar que han cambiado muchas cosas; Jacob era un hombre soltero cuando abandonó las tiendas de sus padres, llevándose prácticamente nada, mientras ahora retorna un hombre rico, casado y con muchos hijos.

Pero las diferencias más profundas entre los dos viajes se manifiestan en su actitud totalmente transformada hacia Dios. En su viaje de ida, Jacob no toma ninguna iniciativa en lo que se refiere a asuntos espirituales. No hizo más que quedarse dormido (Génesis 28). Es Dios quien interviene en su vida con la visión extraordinaria de una escalera que sube hasta el cielo. Al despertarse, Jacob reconoce que lo que ha vivido debe ser una especie de manifestación de parte de Dios (28:16–17), pero su respuesta es intentar negociar con Dios: si Dios le concede seguridad, prosperidad y un feliz regreso a casa al final, Jacob, en cambio, reconocerá a Dios y le entregará el diezmo.

Ahora todo ha cambiado. Es cierto que otra vez es Dios quien toma la iniciativa: Jacob se encuentra con unos mensajeros angélicos (32:1–2). Jacob decide actuar con prudencia y envía por delante a unos cuantos de su séquito para anunciar a Esaú que vuelve su hermano. Esto da lugar a una noticia inquietante: Esaú sale a su encuentro, pero con cuatrocientos hombres.

Por un lado, Jacob pone en marcha un plan que ha tramado anteriormente con gran esmero: una ola de regalos tras otra llega a Esaú, acompañados del más alto grado de cortesía y de respeto por parte de Jacob. Por otra parte, Jacob reconoce que las cosas están fuera de su alcance. Ya ha desaparecido el espíritu negociador “sintió mucho miedo, y se puso muy angustiado” (32:7). Jacob actúa, y luego ora pidiendo ayuda. Le recuerda a Dios las promesas del pacto, confiesa su propia indignidad, reconoce la gran cantidad de bienes que ha recibido inmerecidamente, confiesa la angustia que sufre (32:9–12). Y luego, en sus horas más oscuras, lucha con esta extraña manifestación de Dios mismo (32:22–30).

Han pasado unos veinte años desde que Jacob emprendió su viaje de ida. Algunas personas no aprenden nada en veinte años. Jacob sí ha aprendido humildad, tenacidad, temor piadoso y cómo orar. Nada de esto supone que esté tan paralizado por el miedo, que no haga nada excepto refugiarse en la oración. Más bien significa que hace lo que puede, convencido, sin embargo, de que la salvación viene del Señor.

Cuando amanezca el nuevo día, es posible que camine cojo, pero es un hombre más fuerte y maduro.

Carson, D. A. (2013). Por amor a Dios: Devocional para apasionarnos por la Palabra. (R. Marshall, G. Muñoz, & L. Viegas, Trads.) (1a edición, Vol. I, p. 31). Barcelona: Publicaciones Andamio.

Interpretación

Interpretación

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Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. (Palabras del Señor Jesús). – Mateo 11:25

alimentemos_el_almaA veces oímos decir: «La Biblia no debe tomarse al pie de la letra. Para un mismo texto existen diferentes interpretaciones posibles…».

–Si le pido a mi hijo que ponga la mesa inmediatamente, puede hacerse el sordo o desobedecer. Pero en todo caso la orden es clara y no deja lugar a ninguna interpretación.

La Biblia dice: “Dios… ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan” (Hechos 17:30). Es una orden, y es válida ahora, en todo lugar y para todos. Es clara e indiscutible.

–Si le entrego un regalo a mi amigo y le digo: «Toma, es para ti», ¿se preguntará cómo tiene que interpretar mis palabras?

La Biblia también dice: “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). Se trata de un regalo para el que cree en Jesús. ¿Es necesario interpretar este texto, o creerlo simplemente?

Seamos prudentes para interpretar los textos de la Biblia. Corremos el riesgo de mezclarlos con nuestros pensamientos y sustraernos a su mensaje. Podríamos perder las certezas que Dios quiere darnos. Si no podemos creer a Dios, ¿entonces a quién creeremos?

Es cierto que la Biblia contiene pasajes difíciles. La Palabra de Dios nos supera. Pero Dios nos ha indicado claramente el camino para ir a él. “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo” (Hechos 16:31). Dios habla para ser comprendido, y siempre cumple sus promesas.

1 Samuel 25:1-22 – Mateo 20:1-15 – Salmo 18:25-30 – Proverbios 6:12-15

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