Arrebatada la victoria de las garras del infierno

La Verdad para Hoy

 John MacArthur

27 de abril

Arrebatada la victoria de las garras del infierno

Ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

Génesis 3:15

Desde principios de los tiempos Satanás y sus secuaces han estado en guerra con Dios. Vemos ese conflicto cósmico muchas veces en las Escrituras (p. ej., Job 1; Dn. 10:13). Después del aparente triunfo de Satanás en causar la caída de la humanidad, Dios predijo su final destrucción por el Mesías, que triunfaría finalmente a pesar de un aparente revés (Gn. 3:15).

Como resultado, Satanás trató de destruir el linaje mesiánico destruyendo al pueblo de Dios. Cuando eso fracasó, trató de matar al Mesías niño (Mt. 2:16-18). Cuando eso no dio resultado, trató de corromper al Mesías (Mt. 4:1-11). Al fracasar en ese intento, instigó a las multitudes para que lo mataran. Incluso trató de asegurarse de que el Mesías no pudiera salir del sepulcro.

Se ha dicho que el infierno debe de haber estado en medio de su carnaval cuando llegó Jesucristo. Es probable que estuvieran celebrando la victoria que con tanto esfuerzo habían tratado de alcanzar, pero quedaron abruptamente desilusionados.

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Recuerdos imborrables

Viernes 27 Abril

http://labuenasemilla.net/20180427

Contando a la generación venidera las alabanzas del Señor, y su potencia, y las maravillas que hizo… a fin de que pongan en Dios su confianza, y… que guarden sus mandamientos.

Salmo 78:4-7

Recuerdos imborrables

A mediados del siglo 19, en América del Norte, un grupo indígena capturó a una cantidad de niños. Varios años después, los secuestradores fueron localizados y los padres de los niños desaparecidos pudieron ir a reconocerlos.

Entre las numerosas madres que acudieron, una de ellas había perdido a dos de sus hijos, un niño y una niña. Ella observó a todos esos niños que habían vivido durante tanto tiempo en el bosque, esperando ver algún rasgo que pudiese reconocer, pero fue en vano. Con el corazón destrozado se disponía a dejarlos cuando de repente se le ocurrió entonar el himno que solía cantarles cuando eran pequeños. No alcanzó a terminar la primera estrofa cuando un niño y una niña salieron del grupo y se precipitaron a ella clamando: ¡Mamá!

Si bien es cierto que hay muchos acontecimientos que las circunstancias de la vida nos hacen olvidar, la enseñanza dada con cariño por los padres durante la infancia queda grabada en la memoria de los niños. Y a veces Dios permite que unos versículos de la Biblia o la letra de un himno que fueron oídos cuando eran pequeños salgan a flote como un salvavidas en medio de una situación difícil.

¿Puede el Señor decir de nosotros lo que dijo de Abraham? “Yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino del Señor, haciendo justicia y juicio” (Génesis 18:19).

“Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no desprecies la dirección de tu madre; porque adorno de gracia serán a tu cabeza, y collares a tu cuello” (Proverbios 1:8-9).

Isaías 40 – Marcos 3 – Salmo 49:10-15 – Proverbios 14:17-18

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