Escuela para padres

Escuela para padres

Papá 24/7

Ps. Marcos Peña

 

Fue llamado a salvación en algún momento de su adolescencia pues su madre lo expuso desde pequeño a la Palabra de Dios. Siendo un adolescente le predicó el evangelio a otros jóvenes que posteriormente fundaron Iglesia Bíblica del Señor Jesucristo en 1978. Desde los inicios de nuestra Iglesia fue uno de sus jóvenes líderes, pasando algunos años de estudios teológicos formales entre el 1979 y 1980 en el Instituto Bíblico Quisqueyano. Fue elegido como diácono en febrero de 1987 y en abril del 2001 comenzó a formar parte del cuerpo de pastores de IBSJ. Ha dado clases del Antiguo Testamento en el Instituto Bíblico Logos.

Actualmente es responsable del grupo de jóvenes, imparte clases de Escuela Dominical y predica. El pastor Marcos Peña está casado con Carmen Julia Linares y es padre de tres hijas: Ika Marcel, Jennifer y Susan.

 

https://ibsj.org/

El uso de la Palabra de Dios

Febrero 26

El uso de la Palabra de Dios

Estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. (Deuteronomio 6:6-7)

El crecimiento espiritual no puede ocurrir sin el aprendizaje regular de la Palabra de Dios, así como el crecimiento físico no puede ocurrir sin la ingestión regular de alimentos. ¡Por eso comer es una necesidad diaria! Ir a la iglesia el domingo para oír un mensaje y luego esperar que eso sea suficiente para toda la semana es como cenar el domingo y esperar que eso lo sostenga a uno hasta el domingo siguiente. Usted necesita comer todos los días de la semana. Lo mismo puede decirse de lo espiritual: debe haber una alimentación diaria de la Palabra de Dios para el óptimo crecimiento.

Los cristianos de experiencia saben que hay incluso mayor gloria en dar la Palabra que en alimentarse de ella. Cuando usted predica la Palabra, la está cimentando en su propia vida. De esa manera, se vuelve realidad el dicho “Cuanto más se da, tanto más se tiene”. He descubierto que tiendo a recordar lo que enseño a los demás, pero olvido lo que leo y nunca enseño. Así que déle prioridad a enseñar a otros lo que está aprendiendo de la Palabra de Dios cada día.

Del libro La Verdad para Hoy de John MacArthur DERECHOS DE AUTOR © 2001 Utilizado con permiso de Editorial Portavoz, http://www.portavoz.com

Usted podrá reproducir este contenido de Gracia a Vosotros sin fines comerciales de acuerdo con la política de Derechos de Autor de Gracia a Vosotros. Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org

Jesús sanó mi corazón

Martes 26 Febrero

(Jesús dijo:) La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

Juan 14:27

Jesús sanó mi corazón

Testimonio

«Nací en una familia cristiana y fui educada según las enseñanzas de la Biblia, aunque no las seguía ni las respetaba. Por el contrario, era muy rebelde con mis padres. Pero lo que yo no sabía era que Dios en su gran bondad y amor infinito tenía un plan para mí.

En el año 2010 contraje una rara enfermedad. Es una afección que ataca los músculos, ligamentos y articulaciones. Lo peor es que no existe ningún tratamiento, y los dolores persisten día y noche.

Una tarde fui a una reunión cristiana. A través de la predicación, Dios obró profundamente en mi corazón. Esa misma tarde supe que mi vida ya no me pertenecía: ahora era de Cristo. Me sentí liberada, transformada. La paz reinaba en mi corazón.

Hoy, después de años de sufrimiento, me doy cuenta de que una vida con Dios es un cambio radical y una gracia infinita. Nunca le he pedido a Dios que me sane de mi enfermedad; sé que si es su voluntad sanarme, lo hará, lo creo sinceramente. Todo lo que quiero es conocer cada día más a Jesús mi Salvador.

Dios me concede la gracia de poder dar testimonio de lo que él hizo por mí. Y les digo, una vida sin Dios, sin Jesús, es desdichada. Mi vida no es nada, yo no soy nada, solo por la gracia de Dios puedo ser lo que Cristo quiere que sea».

Suzanne P.

“He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación… Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:11, 13).

2 Samuel 19:1-23 – Hechos 8:26-40 – Salmo 27:1-4 – Proverbios 10:19

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