Soy Reformado | Augustus Nicodemus

Soy Reformado
Augustus Nicodemus
Me considero reformado, pero eso sólo significa que tengo la Reforma Protestante del siglo XVI como mi marco histórico de fe. Para mí, ser llamado «reformado» significa identificarse con las doctrinas y prácticas adoptadas por los reformadores. Sin embargo, entiendo que la Reforma fue esencialmente un regreso a las fuentes, en este caso, un regreso a las Escrituras.
Antes de verme como reformado, me veo como cristiano. Los reformadores fueron instrumentos de Dios en un momento específico y crítico de la historia de la iglesia para mantenerla en el camino de la verdad. No los idolatro, pero reconozco humildemente que fueron personas extraordinariamente utilizadas por Dios, y sus escritos nos ayudan a comprender mejor el mensaje de la Biblia.
Me gusta pensar en la fe reformada como la mejor expresión de ese conjunto de doctrinas reveladas en las Sagradas Escrituras. Sin embargo, no considero que la fe reformada sea la única fe legítima y aceptable. Conozco a muchos queridos hermanos que no son reformados, pero son creyentes dedicados y comprometidos con el Señor Jesucristo.
Busco la verdadera comunión con quienes profesan los puntos centrales de la fe cristiana, aunque no sean necesariamente partidarios de los puntos centrales de la Reforma protestante, como los 5 puntos del calvinismo, por ejemplo.
Comprender la Reforma Protestante es fundamental, porque nos permite profundizar en la historia cristiana, y fortalecer nuestra propia fe a la vez. Profundizar nuestra comprensión de las raíces de nuestra fe nos inspira a comprometernos más profundamente con el Evangelio.
Además, la Reforma sirve como un recordatorio constante de la importancia de valorar y defender la libertad religiosa. Muchos reformadores enfrentaron persecución por sus creencias, dejando un poderoso testimonio sobre la necesidad de proteger la libertad de practicar nuestra fe.