SEGÚN ISAÍAS 65, LA GENTE QUE VIVA EN ESOS NUEVOS CIELOS Y NUEVA TIERRA TENDRÁN DESCENDIENTES

SEGÚN ISAÍAS 65, LA GENTE QUE VIVA EN ESOS NUEVOS CIELOS Y NUEVA TIERRA TENDRÁN DESCENDIENTES

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a1En Isaías capítulo 65 se habla de nuevos cielos y nueva tierra. La gente construirá sus casas y habitará en ellas. Dice también que la gente tendrá descendientes. Pero según Mateo 22:30 Jesús dijo que los que resuciten de los muertos no se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo. ¿Por qué entonces en Isaías dice que la gente que viva en esos nuevos cielos y nueva tierra tendrán descendientes?

Vamos a dar lectura al pasaje bíblico al cual Usted hace referencia en el libro de Isaías. Se encuentra en el capítulo 65 versículos 17 a 25 donde dice: “Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento. Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor. No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito. Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas. No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos. No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos. Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído. El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey; y el polvo será alimento de la serpiente. No afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte, dijo Jehová.”

En este pasaje bíblico cargado de significado, encontramos fusionados dos reinos que Dios ha prometido a su pueblo escogido Israel.

El primero que es mencionado se refiere a un reino eterno en los nuevos cielos y la nueva tierra que Dios va a crear. Sobre este reino tratan pasajes como Isaías 61:6 donde dice: “Alzad a los cielos vuestros ojos, y mirad abajo a la tierra; porque los cielos serán deshechos como humo, y la tierra se envejecerá como ropa de vestir, y de la misma manera perecerán sus moradores; pero mi salvación será para siempre, mi justicia no perecerá”

Esto se refiere al reino de Israel en los nuevos cielos y en la nueva tierra. Será un reino para siempre, eterno. No se dan muchos detalles sobre este reino en el libro de Isaías.

Es necesaria la profecía del Nuevo Testamento para saber como será este reino. Aparece en Apocalipsis 21:1-8 donde dice: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.”

Este es el estado eterno, prometido a Israel y ciertamente también a todos los que hemos confiado en Cristo como Salvador. Los súbditos de este reino serán los ángeles de Dios y todos los salvos resucitados, y por tanto, con cuerpos glorificados.

En este reino los súbditos no tendrán descendientes, según lo que enseña la palabra de Dios en Mateo 22:30 donde dice: “Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo.”

Esto es lo que podemos decir acerca del aspecto eterno del reino que Dios ha prometido a Israel.

Pero en segundo lugar, en el pasaje de Isaías 65, existe también un aspecto temporal del reino que Dios ha prometido a Israel. Este reino es conocido como el reino milenial. Dura mil años y tendrá lugar en la tierra actual, no en los cielos nuevos y la tierra nueva, los cuales serán creados por Dios.

Es a este aspecto temporal del reino, al cual se refiere Isaías, a partir del versículo 18 del capítulo 65, hasta el final del libro. Pasaje que ya fue leído al iniciar la respuesta de esta consulta.

Varias cosas dignas de mencionar aparecen en este pasaje.

Será un reino caracterizado por el gozo y la alegría. Nunca más se oirá en el reino voz de lloro, ni voz de clamor.

Será un reino donde habrá longevidad. Esto significa que las enfermedades serán cosa del pasado. No habrá allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla.

Será un reino donde la muerte estará reservada como medida de disciplina para el pecador. El pecador de cien años será maldito dice el texto.

Será un reino donde habrá absoluta prosperidad. La gente edificará sus casas y morará en ellas sin temor de cualquier desgracia. La gente plantará sus viñas y habrá fruto abundante. La gente disfrutará de todo lo que haga con sus manos. Nadie trabajará en vano.

Será un reino donde no habrá guerra ni violencia ni corrupción, ni injusticia. Dice el pasaje leído que no edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma.

Será un reino de gente bendecida. Dice el texto que nadie dará a luz para maldición; porque son linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos.

En esto Usted notará que en este reino, el reino milenial, la gente se casará y tendrá sus hijos. Esto no es de sorprender porque los que entren al reino milenial serán seres humanos de carne y hueso. Estos seres humanos serán creyentes. Serán los creyentes, tanto de Israel como gentiles, que quedaron vivos hasta el final de la tribulación y presenciaron la segunda venida de Cristo. Estos creyentes tendrán la naturaleza pecaminosa como todo creyente en este mundo, por tanto sus hijos vendrán al mundo separados de Dios, así como vinimos todos al mundo, y si quieren ser salvos tendrán que recibir a Cristo como Salvador. La tierra comenzará a repoblarse porque durante la tribulación morirán miles de millones de personas.

Será también un reino donde habrá total comunión con Dios. Dice el texto leído que Dios responderá a los suyos antes que oren y mientras estén orando ya recibirán respuesta a sus oraciones.

Será un reino en el cual la naturaleza será transformada. No habrá hostilidad del reino animal en ningún sentido. El lobo y el cordero serán apacentados juntos y el león comerá paja como buey, y el polvo será alimento de la serpiente. En ese reino no habrá depredadores. Los animales que hoy son carnívoros se transformarán en herbívoros. No afligirán, ni harán mal en toda la creación de Dios.

Así que. En el reino eterno no habrá nadie casándose ni dándose en casamiento. Pero en el reino temporal, el reino milenial, habrá seres humanos casándose y dándose en casamiento y por tanto habrá descendientes.

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Me he encontrado muchas veces en la Biblia con pasajes donde se dice que Jesús ayunó, al igual que sus discípulos y muchas otras personas, pero en sí no conozco el significado del ayuno o las buenas consecuencias que trae.

CONSULTORIO BÍBLICO

Programa No. 2016-01-23
PABLO LOGACHO
La consulta de hoy tiene que ver con el ayuno. Dice así: Me he encontrado muchas veces en la Biblia con pasajes donde se dice que Jesús ayunó, al igual que sus discípulos y muchas otras personas, pero en sí no conozco el significado del ayuno o las buenas consecuencias que trae. Me gustaría que me informaran ampliamente sobre este asunto.
DAVID LOGACHO
a1Gracias por comunicarse con nosotros amable oyente. El ayuno es simplemente la abstención voluntaria de ingerir alimentos. Algunos ayunan para mejorar su salud. Dicen que el ayuno periódico ayuda a desintoxicar el cuerpo humano. Otros ayunan voluntariamente para bajar de peso, pero todos entendemos que no nos interesa mucho los beneficios físicos, sino los beneficios espirituales. Básicamente, el ayuno en la Biblia es visto como una forma de humillación voluntaria. Salmo 35:13 dice: «Pero yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de cilicio; afligí con ayuno mi alma, y mi oración se volvía a mi seno» David quería identificarse con el dolor por gente que él conocía y estaba enferma. Por eso se vistió de cilicio, que es una forma de humillarse, pero note que el ayuno también estaba presente. El ayuno aclara y libera nuestras mentes para entender lo que Dios está diciendo a nuestros espíritus. Esto condiciona nuestros cuerpos para llevar a cabo su perfecta voluntad. Al perseverar a través de las molestias físicas iniciales y mentales, experimentaremos una calma de alma para concentrarnos en las cosas de Dios sin que ni siquiera los apetitos legítimos del cuerpo interrumpan la dulce comunión con el Señor. Esto fue lo que pasó con el Señor Jesucristo cuando ayunó cuarenta días y cuarenta noches, y lo mismo con Moisés y con Elías.

Ellos llegaron a un punto, cuando el ingerir alimento dejó de ser atractivo en comparación de la delicia de la comunión con el Señor. En estas circunstancias, la persona que ayuna se hará más dócil a la guía del Espíritu Santo. Interesante que después de que el Señor Jesucristo terminó de ayunar, dice el Nuevo Testamento en Lucas 4:14 que Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor. El ayuno trae avivamiento personal y agrega poder a nuestras oraciones. Esto último tiene su explicación en el hecho que ayunando nos ponemos más sensibles a la guía del Espíritu Santo y podemos discernir mejor la voluntad de Dios en determinado asunto y en consecuencia podemos orar a Dios en su voluntad, mas no en nuestra voluntad. La palabra de Dios garantiza que todas las oraciones hechas en la voluntad de Dios van a ser respondidas favorablemente por Dios. En esto me gustaría señalar que el ayuno no es la forma de torcer el brazo de Dios para obligarle a que haga lo que nosotros queremos.

El ayuno no es para chantajear a Dios en otras palabras. Es decir, por poner un ejemplo, un creyente no debería ayunar para obligar a Dios que le haga ganar el premio mayor de la lotería. Confiar en la suerte o en la lotería es pecado y por más que se ayune jamás se logrará que Dios responda a una oración de esa naturaleza. Debe quedar claro entonces que el ayuno no hace que automáticamente cualquier oración nuestra va a ser respondida por Dios favorablemente, pero nos da la oportunidad de concentrarnos en adorar, auto examinarnos delante de Dios, confesar cualquier cosa que esté mal en nuestras vidas, pedir a Dios perdón por ello y discernir la voluntad de Dios para nuestras vidas para pedir a Dios conforme a esa voluntad. En este escenario de cosas, Dios siempre hará algo especial para Ud. bien sea internamente o externamente o ambas cosas, cuando Ud. se niega a Ud. mismo y enfoca su amor, adoración, fe, y obediencia solamente en Él.

El centro del ayuno debe ser Dios, no Ud. Lo dicho, me lleva a la siguiente reflexión, jamás ayune por ayunar o por ver cómo se siente sin comer, uno o dos o más días. Primero ocúpese en conocer el propósito del ayuno y los beneficios del ayuno y cuando esté convencido personalmente de todo eso, entonces ayune. No caiga en el error de pensar que porque tiene la costumbre de ayunar ya está bien con Dios, sin importar que en su vida quizá no hayan pecados visibles, pero se anidan cosas como temor, orgullo, odio, rencor, envidia, chismes, malos pensamientos, ira, es decir pecados que suelen instalarse cómodamente en el corazón de un creyente haciéndose pasar como algo sin importancia. Cuando ayune, procure buscar un tiempo que se adapte a su horario de trabajo, pues es necesario que tenga tiempos especiales a solas con Dios en oración y meditación en la palabra de Dios. Antes de ayunar, prepárese. Tome conciencia de lo que es el ayuno, establezca un objetivo específico para ayunar. ¿Es por renovación espiritual? ¿Es buscando la guía del Señor? ¿Es por sanidad? ¿Es por la resolución de algún problema? ¿Es por gracia especial para manejar una situación difícil? ¿Es por algún problema o amenaza nacional? Enfocar sobre las metas le ayudará a sostener su ayuno cuando las tentaciones físicas o las presiones de la vida lo empujen a abandonarlo. Esto es en esencia lo que podemos decir sobre el ayuno.

Termino con una advertencia. Si ha decidido ayunar, tenga mucho cuidado con no jactarse por ello. El ayuno es un asunto entre Dios y Ud. Esto no significa que sea malo que haya otros que deseen acompañarle en el ayuno.Lo que significa es que Ud. no ande por las calles proclamando que está ayunando. Esto es lo que ordenó el Señor Jesucristo en Mateo 6:16-18 que dice: «Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público» Note que Jesús no está condenando el ayuno. Lo que está condenando es publicar el ayuno para hacer creer a la gente que el que ayuna es muy espiritual. El que ayuna es muy propenso a ceder a la tentación de jactarse de su ayuno. Esto quizá despierte admiración en algunos y eso será la única recompensa que tendrá el que ayuna. Pero habrá perdido la recompensa que puede dar Dios al que ayuna en secreto. En la época de Isaías, era muy popular el ayuno para impresionar a la gente, lo cual no pasaba de ser pura hipocresía religiosa, porque los ayunadores guardaban en su corazón todo tipo de pecado. Note como Dios confrontó a estos hipócritas religiosos. Isaías 58:3-9 dice: «¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores.

He aquí que para contiendas y debates ayunáis, y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto. ¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como junco, y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable a Jehová? ¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano? Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia. Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad.»

Esta es una severa advertencia de Dios, hecha hace siglos, pero tan pertinente para el día de hoy. Cuidado con esconder pecado detrás del ayuno. El rito no tiene poder para limpiar el corazón.

PABLO LOGACHO
LA BIBLIA DICE… es un ministerio sin fines de lucro dedicado a esparcir la palabra de Dios en el mundo de habla hispana. Si usted desea ayudarnos en este propósito, le invitamos a visitar nuestra página Web para informarse acerca de cómo hacerlo y además conozca la respuesta a la PREGUNTA DEL DIA. ¿Sabe Usted como elegir una buena iglesia local para congregarse? Tome nota de nuestra dirección en la Internet: triple w.labibliadice.org
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En relación con el pan y el vino que se utiliza para celebrar la Cena del Señor, ¿son el mismo cuerpo y la misma sangre del Señor?

CONSULTORIO BÍBLICO

Programa No. 2016-01-22
PABLO LOGACHO
La consulta para el programa de hoy dice así: En relación con el pan y el vino que se utiliza para celebrar la Cena del Señor, ¿son el mismo cuerpo y la misma sangre del Señor? Si no lo son, ¿por qué Pablo dijo que el que comiere indignamente de ellos se hace culpable de juicio?
DAVID LOGACHO
a1Gracias por su consulta. Con la ayuda del Señor vamos a aclarar este asunto. Para eso, vamos a dar lectura al pasaje bíblico que trata el asunto materia de la consulta. Se encuentra en 1ª Corintios 11:23 a 32. «Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado. Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan, y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. Asimismo, tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que bebiereis, en memoria de mí. Así, pues, todas las veces que comieres este pan, y bebieres esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que El venga. De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen. Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo» Lo que nos interesa de este hermoso pasaje bíblico, es la parte que dice: Esto es mi cuerpo, para referirse al pan, y aunque aquí no se lo expresa en esas palabras, según Mateo 26:28, Jesús dijo también: Esto es mi sangre, para referirse a la copa. A lo largo de la historia del cristianismo han existido básicamente tres interpretaciones de estas frases.

La primera, conocida como transubstanciación, según la cual, de una forma misteriosa, el pan se convierte en el cuerpo del Señor Jesucristo y la copa, o mejor dicho el contenido de la copa, se convierte en la sangre del Señor Jesucristo el momento que un sacerdote celebra la cena del Señor. La segunda, conocida como consubstanciación, según la cual aunque el pan y el contenido de la copa permanecen esencialmente sin cambio, sin embargo, de una manera misteriosa, incapaz de ser comprendida por la mente humana, el cuerpo y la sangre de Cristo están en, con y bajo esos elementos. La tercera, conocida como memorial, considera que el pan y el contenido de la copa son solamente símbolos para hacer memoria del cuerpo y la sangre del Señor Jesucristo. El pan simboliza el cuerpo del Señor Jesucristo, que fue molido por nuestros pecados en la cruz del Calvario. El vino, o para hacerlo más general, el contenido de la copa, simboliza la sangre que derramó el Señor Jesucristo en la cruz del Calvario. Nosotros no estamos de acuerdo ni con la transubstanciación ni con la consubstanciación, porque un análisis de los hechos relativos a la cena del Señor, nos lleva a concluir que los elementos que se utilizan, el pan y la copa son solamente símbolos del cuerpo y la sangre del Señor Jesucristo.

Cuando insistimos en interpretar literalmente las frases esto es mi cuerpo y esto es mi sangre, se presentan muchas dificultades. Nuestro Señor estaba presente en el aposento alto cuando tomó el pan en sus manos y dijo: Esto es mi cuerpo. No dijo: Esto se ha convertido o se convertirá en mi cuerpo, sino simple y llanamente: Esto es mi cuerpo. ¿Cómo podía ser parte de su cuerpo algo que tenía entre sus manos? ¿Cómo podía ser literalmente su sangre lo que contenía la copa si él todavía no la había derramado en la cruz? Lo que pasa es que Jesús estaba hablando en términos simbólicos. Se trataba en realidad de una metáfora. Jesús usaba muchas metáforas en su comunicación con la gente. Jesús dijo por ejemplo: Yo soy la puerta. ¿Será que él es una puerta de madera o de hierro o de tela, o de cualquier cosa? Por supuesto que no. Él es la puerta en el sentido que es la única forma de entrar al reino de Dios. Entonces cuando él dijo que él es la puerta, estaba usando un lenguaje metafórico. Igual es cuando tomando el pan dijo: Esto es mi cuerpo y tomando la copa dijo: Esto es mi sangre. El pan y la copa son solamente símbolos del cuerpo y la sangre del Señor Jesucristo. Una ilustración muy apropiada de esto, es cuando alguien nos muestra una fotografía de algún ser querido y nos dice, por ejemplo: Esta es mi madre.

Al oír algo así, sabemos que no se refiere a la fotografía sino a la imagen allí representada. Si alguien nos muestra un mapa y nos dice, por ejemplo: Esto es Colombia, sabemos que Colombia no es un trozo de papel, lo que entendemos es que Colombia tiene la forma y las proporciones allí representadas. No es necesario que la persona que nos muestre la fotografía diga: Esto representa a mi madre. Es completamente natural que diga: Esta es mi madre. Tampoco creemos que la fotografía se ha convertido en la madre, como afirmarían los que sostienen la transubstanciación al pensar que el pan y la copa se convierten en el cuerpo y la sangre del Señor, o que la madre está en o con o bajo esa fotografía, como pensarían los que sostienen la consubstanciación al pensar que en, con o bajo el pan y la copa está el cuerpo y la sangre del Señor, mas bien discernimos que se está usando un medio muy útil para ayudarnos a conocer a una persona que está ausente. Más adelante en la conversación podremos llegar a saber en dónde vive la madre o si ya ha muerto y está en el cielo con su Señor. De la misma manera, cuando tomamos el pan y la copa en la Cena del Señor, pensamos en el Señor y vienen a nuestra memoria muchos detalles de su vida, pasión, muerte y resurrección, así como el lugar que ahora ocupa en el cielo y su promesa de volver por los suyos, por eso sostenemos que la cena del Señor es un memorial para todos los que somos redimidos por el sacrificio de Cristo. Así que, durante la cena del Señor, el pan sigue siendo pan y la copa sigue siendo lo que contiene, para algunos vino, para otros, jugo de uva. No existe ningún cambio. El pan y el contenido de la copa son solamente símbolos, muy adecuados por cierto, del cuerpo y la sangre del Señor Jesucristo. Esto nos conduce a la segunda parte de su consulta. Si el pan y la copa en la Cena del Señor, son solamente símbolos, entonces ¿por qué el pasaje bíblico que fue leído dice que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor? Bueno, lo que Pablo está diciendo es que al participar de la cena del Señor debemos examinarnos a nosotros mismos y como resultado de ese auto examen debemos reconocer, confesar y apartarnos de cualquier pecado ya sea de acción o pensamiento.

El participar en la cena del Señor a sabiendas de la existencia de un pecado, es fallar en reconocer que los símbolos, el pan y la copa, representan el cuerpo de Cristo que fue inmolado y la sangre de Cristo que fue derramada para darnos victoria sobre el pecado. Cómo es posible estar haciendo memoria de este hecho y a la vez viviendo bajo el dominio de cualquier pecado. El contexto del pasaje bíblico parece apuntar a que los pecados más directamente condenados son aquellos contra el cuerpo de Cristo, contra la iglesia. No es posible que seamos tan negligentes en participar de los símbolos en la cena del Señor, a pesar de estar enemistados o en abierta pelea con alguien que también forma parte del cuerpo de Cristo. Una actitud así es severamente castigada por Dios, por eso el texto que leímos dice que entre los corintios había enfermos y debilitados y aun algunos estaban muriendo, todo como una medida de disciplina de parte de Dios por la hipocresía de hacer memoria del Señor y a la vez acariciar el pecado.

PABLO LOGACHO
LA BIBLIA DICE… es un ministerio sin fines de lucro dedicado a esparcir la palabra de Dios en el mundo de habla hispana. Si usted desea ayudarnos en este propósito, le invitamos a visitar nuestra página Web para informarse acerca de cómo hacerlo y además conozca la respuesta a la PREGUNTA DEL DIA. ¿Sabe Usted como elegir una buena iglesia local para congregarse? Tome nota de nuestra dirección en la Internet: triple w.labibliadice.org
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Mi pregunta es la siguiente, las sugerencias a no endeudarse aplican solamente a préstamos de consumo o se incluyen también los préstamos de inversión.

CONSULTORIO BÍBLICO

Programa No. 2016-01-21
PABLO LOGACHO
a1Desde la ciudad de Ambato, en Ecuador nos ha escrito un amable oyente para hacernos la siguiente consulta: He escuchado con mucha atención los estudios bíblicos acerca de la mayordomía y dentro de ello, en manera especial, lo que tiene que ver con el endeudamiento. Mi pregunta es la siguiente, las sugerencias a no endeudarse aplican solamente a préstamos de consumo o se incluyen también los préstamos de inversión. Pregunto esto por cuanto hace algunos años, cuando yo tenía un buen trabajo y ganaba muy bien, hice un préstamo para comprar una propiedad que ni en ese momento, ni hasta ahora, me genera algún ingreso, pero espero que en el futuro sí lo hará. Sucede que hace poco me quedé sin trabajo y lo poco que gano realizando diversas actividades no me alcanza ni para cubrir mis gastos familiares, peor para continuar pagando la deuda. ¿Qué me sugieren que haga con este préstamo y con esa propiedad que adquirí con ese dinero?
DAVID LOGACHO
Gracias por su consulta amable oyente. El tema del endeudamiento debe mirarse bajo la perspectiva de lo que dice la Biblia al respecto. En primer lugar, endeudarse no necesariamente es pecado. La Biblia, por ejemplo, ordena que si se presta dinero no se debe imponer usura, esto es, no se debe cobrar un interés por encima de lo que ha sido establecido. Éxodo 22:25 dice: Cuando prestares dinero a uno de mi pueblo, al pobre que está contigo, no te portarás con él como logrero, ni le impondrás usura.

Este mandato asume entonces que alguien prestó dinero y alguien recibió dinero en calidad de préstamo. El prestamista no debe aprovechar del deudor, cobrando un interés excesivo, la usura. Y por su lado, el deudor debe pagar la deuda en el tiempo establecido. Esto es lo que está inmerso en textos como Romanos 13:7-8 donde dice: Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.

Así como peca el usurero, peca también el que debiendo pagar una deuda no paga. En segundo lugar, la Biblia enciende luces amarillas, luces de alerta, en cuando al endeudamiento. Aunque endeudarse no necesariamente es pecado, sin embargo es una condición que reviste muchos riesgos que son puntualizados por la Biblia. Permítame citar algunos textos en cuanto a esto. Por ejemplo, en Proverbios 22:7 dice que el que toma prestado se hace siervo del que presta. El rico se enseñorea de los pobres,

Y el que toma prestado es siervo del que presta.

Considere lo que dice Proverbios 17:18 El hombre falto de entendimiento presta fianzas,

Y sale por fiador en presencia de su amigo.

Salir por fiador ser refiere al que avala o garantiza a alguien en un préstamo. En algunos países se le conoce como el garante. Si el deudor falla en pagar, el que salió por fiador, o el garante, es quien debe asumir la deuda. Dios en Proverbios dice que el hombre que presta fianza o sale por fiador es falto de entendimiento. Se trata entonces de luces de advertencia en cuando a endeudarse. El endeudamiento debería verse como algo extremo, como algo que se debe evitar lo más posible. Por eso es que la Biblia exhorta a librarse lo antes posible de las deudas. Esto es a lo que apunta Proverbios 6:1-5 donde dice: Hijo mío, si salieres fiador por tu amigo,

Si has empeñado tu palabra a un extraño,

Te has enlazado con las palabras de tu boca,

Y has quedado preso en los dichos de tus labios.

Haz esto ahora, hijo mío, y líbrate,

Ya que has caído en la mano de tu prójimo;

Ve, humíllate, y asegúrate de tu amigo.

No des sueño a tus ojos,

Ni a tus párpados adormecimiento;

Escápate como gacela de la mano del cazador,

Y como ave de la mano del que arma lazos.

En esencia, así es como ve la Biblia el endeudamiento. Seguramente Ud. ya ha notado que la Biblia no hace diferencia si se trata de un endeudamiento de consumo, es decir para cubrir el gasto corriente, o si se trata de un endeudamiento de inversión, es decir para comenzar un negocio, o para adquirir algún bien inmueble, como es el caso suyo, amable oyente. Justamente uno de los problemas con en endeudamiento es que se asume que las condiciones que prevalecen el momento que se adquiere la deuda van a ser las mismas condiciones mientras dure el tiempo que se debe pagar la deuda. Pero Dios nos advierte en cuanto a jactarnos del día de mañana. Santiago 4:13-17 dice: ¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala; y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.

Seguramente Ud. no previó que las condiciones iban a cambiar tan drásticamente y por eso se endeudó para comprar ese bien raíz. Claro, cuando se hizo de esa deuda para comprar esa propiedad, tenía un buen trabajo, ganaba bien, y asumió que eso se iba a mantener al menos por el tiempo que tenía que pagar la deuda, pero el tiempo ha pasado y ha perdido el trabajo y ya no tiene los mismos ingresos que antes y lo que ahora gana no le alcanza ni para satisfacer sus necesidades familiares básicas, peor para pagar las cuotas mensuales de su deuda. ¿Qué hacer en su caso? Bueno, mi amigo, mi consejo es que ponga el asunto ante Dios en oración. Si no oró antes de endeudarse, al menos hágalo ahora que está en problemas por esa deuda. Mientras ora con mucho fervor y perseverancia, diseñe algunos escenarios para arreglar el problema. Podría haber varias alternativas. Una de ellas sería vender el bien y con el producto de la venta pagar la deuda. Si esa fuera la voluntad de Dios, estoy seguro que Dios proveerá de un comprador que acepte pagar al menos lo que Ud. pagó cuando compró esa propiedad. No sería muy sabio vender la propiedad en mucho menos que lo que Ud. compró, porque esto sería una mala mayordomía de lo que pertenece al Señor. Otra alternativa sería vender no todo sino una parte de la propiedad y con eso continuar pagando la parte con la que se quede. Otra alternativa sería iniciar alguna actividad que genere ingresos suficientes como para atender sus necesidades familiares básicas y además permita continuar pagando el préstamo. Todo dependerá de lo que sea la voluntad del Señor. Me gustaría sugerir que evite, de cualquier forma posible, endeudarse para pagar otra deuda. Si lo hace, lo único que va a lograr es empeorar su situación económica, porque ya no tendrá sólo una deuda sino dos con los consiguientes intereses de por medio. Nunca será sabio abrir un hueco para tapar otro. Cuidado con entrar a un círculo vicioso de endeudamiento agresivo. Aprenda del mal ejemplo de muchos países, los cuales por endeudarse agresivamente, tienen lo que se llama deuda externa, la cual más bien debería llamarse deuda eterna. También le aconsejo que mantenga una comunicación muy fluida con la persona o el banco o lo que sea, quien le prestó el dinero, para que esté bien informado de todo lo que está pasando con Usted en cuanto al pago de la deuda. No pretenda que la persona o la entidad prestamista se ha de imaginar que está teniendo problemas para hacer los pagos acordados. Acérquese a ellos, hable con ellos, póngase de acuerdo para refinanciar su deuda. Terminando ya, no permita que pase mucho tiempo en ese estado de morosidad. Un creyente moroso, es decir un creyente que no paga sus deudas a tiempo, es un mal ejemplo de creyente y esto afecta no sólo al creyente sino a Dios y a la iglesia. Que Dios le dé sabiduría para resolver esta situación.

PABLO LOGACHO
Antes de dar término a nuestra edición de hoy, quiero invitarle a visitar nuestro sitio en Internet y conocer la respuesta a la PREGUNTA DEL DIA Una persona tiene un hijo de 18 años quien no es creyente. Hasta hace poco le acompañaba a los cultos de la iglesia, pero últimamente ya no quiere ir ¿Debe obligarle a que le acompañe? Nuestra dirección es: triple w.labibliadice.org en donde además puede conocer toda la literatura que tenemos a su libre disposición. Todos los que hacemos LA BIBLIA DICE… deseamos Que Dios le bendiga ricamente y será hasta nuestro próximo programa.
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¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios?

ESTUDIO BÍBLICO

Programa No. 2016-01-20
DAVID LOGACHO
Es motivo de gran gozo esta nuevamente con usted amable oyente. Gracias por su sintonía. Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy. Proseguimos con nuestro estudio de las metáforas de la iglesia de Cristo, según aparecen en el Nuevo Testamento. En esta ocasión vamos a estudiar una nueva metáfora de la iglesia de Cristo. Estoy seguro que esto va a ser muy edificante para su vida espiritual.
DAVID LOGACHO
a1En nuestro estudio bíblico pasado vimos que la iglesia de Cristo es la esposa de Cristo. En esta metáfora de la iglesia de Cristo sobresale el amor conyugal entre Cristo y su iglesia. Cristo ama a la iglesia y es fiel a ella y la iglesia responde amando a Cristo y siendo fiel a él. La fidelidad de la iglesia a Cristo se manifiesta en rechazar la amistad con el mundo, porque la Biblia dice en Santiago 4:4-5 ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.

Jas 4:5 ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?

Cuidado amable oyente con ser infieles a quien es fiel con nosotros. Nos horrorizamos cuando conocemos de casos en los cuales un esposo es infiel a su esposa y más todavía cuando una esposa es infiel a su esposo, pero, ¿Por qué no nos horrorizamos de igual manera cuando la iglesia de Cristo es infiel a Cristo, su esposo? ¿Por qué tomamos ligeramente la amistad con el mundo a pesar que sabemos que la amistad con el mundo es equivalente a ser infieles a Cristo? Que Dios nos libre de ser infieles a Cristo. Dejemos atrás la metáfora de la esposa de Cristo y consideremos una nueva metáfora. Se encuentra en 1 Timoteo 3:15. La Biblia dice: para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.

Este versículo muestra con absoluta claridad la metáfora, amable oyente. Dice el texto leído que la iglesia de Cristo es la casa de Dios. Cuando este texto nos habla de casa, no se está refiriendo a una edificación. No tiene nada que ver con ladrillo y cemento. Casa significa parentela, familia, descendencia, simiente. Casa se usó en este sentido cuando por ejemplo Josué dijo las memorables palabra que aparecen en Josué 24:15. La Biblia dice: Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.

Cuando Josué habló de su casa estaba refiriéndose a su familia, a su descendencia. De modo, que, amable oyente, la iglesia de Cristo es la parentela, la familia, la descendencia, la simiente de Dios. Esto es absolutamente grandioso. ¿Qué tal si la persona más famosa, más rica y más poderosa del mundo le adoptara como hijo, ¿Cómo se sentiría? Yo creo que se sentiría muy bien. Cuánto mejor deberíamos sentirnos los creyentes en Cristo Jesús por ser parte de la familia o de la descendencia de Dios. Y conste que nosotros no somos sólo adoptados como hijos de Dios sino que somos hijos verdaderos de Dios. Permítame este ejemplo para ilustrar la diferencia entre hijos adoptivos e hijos verdaderos. Yo podría adoptar un niño en mi familia. Podría darle mi apellido, podría compartir con él mi riqueza, podría hacerle mi heredero. Pero existe algo que no podría hacer aunque lo quisiera con toda el alma. De ninguna manera podría hacer que mi hijo adoptado se parezca físicamente a mí, porque él y yo tenemos diferente padre biológico. Pero con Dios no acontece igual. Dios nos ha hecho sus hijos y compartimos su misma esencia, su mismo carácter. Note lo que dice 1 Pedro 1:23 siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.

No olvide nunca amable oyente, que si ha recibido a Cristo como su Salvador, tiene la simiente de Dios. Pero al pensar en la iglesia de Cristo como la casa de Dios, tenemos que pensar en que Dios es nuestro Padre. El maravilloso y popular pasaje bíblico de Juan 1:12-13 dice lo siguiente: Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;

Joh 1:13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

El solo hecho de recibir a Cristo como Salvador ha resultado en la maravilla de que Dios es nuestro Padre. Tener un padre como él debe ser fuente de satisfacción sin límite. Él no es cualquier persona. La persona más importante de este mundo es como un gusano junto a él. Nuestros corazones deberían rebozar de felicidad al saber que tenemos un Padre como él. Pero también existe una responsabilidad amable oyente. Ser un hijo de Dios demanda un comportamiento acorde con esa categoría. Como hijos de Dios, debemos imitar a nuestro Padre en todo. Es decir que se espera que los hijos de Dios anden en los caminos de Dios. Hay algo que nunca deja de llamar poderosamente mi atención, y es ver casos de personas que dicen ser hijos de Dios, pero andan en mentiras, en robos, en envidias, en borracheras, en vicios de diversa índole. Esta conducta no es la conducta de Dios amable oyente. Mal puede un verdadero hijo de Dios andar en este tipo de vida. A la única conclusión que llego es que los que dicen ser hijos de Dios pero viven deshonrando a Dios seguramente no son verdaderos hijos de Dios. Una cosa es decir de labios para afuera: soy hijo de Dios, otra muy distinta es respaldar con la buena conducta que estamos imitando a nuestro Padre como verdaderos hijos de Dios. Bien dice la palabra de Dios: Por sus frutos los conoceréis. Otro aspecto interesante de la iglesia de Cristo como la casa de Dios es que todos los creyentes somos hermanos entre nosotros. Ser hermana o hermano de alguien en el plano espiritual es algo honroso. Entre hermanos en el plano material se supone que no debe haber peleas, rivalidades, envidias, divisiones. Esto es lo ideal, aunque usted y yo sabemos que a veces lo ideal dista mucho de lo real. Si eso es lo ideal entre hermanos en plano material, cuánto más en el plano espiritual. Entre los hermanos en Cristo no debería haber disputas ni rivalidad ni acepción de personas, ni divisiones, ni deslealtad. Esto es lo ideal, pero lamentablemente, aquí también, lo ideal dista mucho de lo real, porque con tristeza en el corazón vemos que entre hermanos en la fe nos comemos unos a otros por cosas sin importancia. En este sentido caemos en el juego del enemigo porque una táctica predilecta del enemigo es: Divide y vencerás. Evitemos amable oyente el juzgarnos unos a otros, el condenarnos unos a otros, el dividirnos entre nosotros, el hacer acepción de personas entre nosotros, el herirnos unos a otros. El cristianismo en la actualidad es como un ejército que usa sus mejores armas para atacar a sus propios compañeros. Mientras el enemigo está arreciando en su ataque a la iglesia de Cristo, la iglesia de Cristo gasta casi toda su energía no en repeler al enemigo sino en atacar al compañero. Otra característica importante de la casa de Dios es que en toda casa o familia debe existir disciplina. ¿Qué pensaría de un padre que descuida la disciplina en su hogar? Inadmisible, ¿verdad? Si es inadmisible para un padre terrenal, cuanto más inadmisible para el Padre celestial. Por eso en la casa de Dios que es la iglesia de Cristo debe existir disciplina. La Biblia es el manual de disciplina para el hijo de Dios. Cuando el hijo de Dios se somete a la palabra de Dios encontrará bendición de Dios, pero cuando el hijo de Dios se rebela contra la palabra de Dios encontrará la disciplina de Dios. Dios es severo al disciplinar a sus hijos. Dios inclusive es capaz de quitar la vida a alguno de sus hijos que le están deshonrando con su conducta. Por eso, observe con atención lo que dice la Biblia en Hebreos 12:5-8. La Biblia dice: y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo:

Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor,

Ni desmayes cuando eres reprendido por él;

Heb 12:6 Porque el Señor al que ama, disciplina,

Y azota a todo el que recibe por hijo.

Heb 12:7 Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?

Heb 12:8 Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.

Toda casa necesita de disciplina para funcionar armónicamente, cuánto más la casa de Dios que es la iglesia de Cristo. En último término, la casa de Dios nos hace pensar también en la herencia. A los que somos parte de la casa de Dios nos espera una herencia que no puede ser cuantificada amable oyente. Eso lo podemos ver en 1 Pedro 1:3-4. La Biblia dice: Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos,

1Pe 1:4 para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,

Así es amable oyente, la muerte no es el fin para los que somos la casa de Dios, porque Dios nos ha prometido una resurrección y una herencia en su propia gloria. Vemos que la casa de Dios es una excelente metáfora de la iglesia de Cristo. Alabemos al Señor por haber hecho de la iglesia de Cristo la casa de Dios.

PABLO LOGACHO
Antes de dar término a nuestra edición de hoy, quiero invitarle a visitar nuestro sitio en Internet y conocer la respuesta a la PREGUNTA DEL DIA Una persona tiene un hijo de 18 años quien no es creyente. Hasta hace poco le acompañaba a los cultos de la iglesia, pero últimamente ya no quiere ir ¿Debe obligarle a que le acompañe? Nuestra dirección es: triple w.labibliadice.org en donde además puede conocer toda la literatura que tenemos a su libre disposición. Todos los que hacemos LA BIBLIA DICE… deseamos Que Dios le bendiga ricamente y será hasta nuestro próximo programa.
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La iglesia de Cristo es la morada de Dios

ESTUDIO BÍBLICO

Programa No. 2016-01-19
DAVID LOGACHO
Es un gozo saludarle amable oyente y darle la bienvenida al estudio bíblico de hoy. Estamos estudiando las metáforas de la iglesia de Cristo, según aparecen en el Nuevo Testamento. La última metáfora que consideramos en nuestro estudio bíblico anterior fue que la iglesia es la morada de Dios. En esta ocasión, hablaremos de otra metáfora de la iglesia de Cristo.
DAVID LOGACHO
a1La iglesia de Cristo es la morada de Dios. Hoy en día, Dios no habita en templos hechos de manos ni en imágenes ni en lienzos ni en estatuas o urnas de cristal, ni en amuletos, ni en crucifijos, sino solamente en la congregación de los que somos discípulos de Cristo. Es inútil por tanto, amable oyente, que pretenda buscar a Dios en cualquier lugar que no sea la iglesia de Cristo, porque la iglesia de Cristo es el templo de Dios. Ahora vamos a estudiar otra metáfora de la iglesia de Cristo. Se encuentra en Efesios 5:25-27. La Biblia dice: Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,

Eph 5:26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra,

Eph 5:27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.

Pablo está enseñando acerca de los roles de la esposa y del esposo en el hogar. La función principal de la esposa en el hogar es someterse a su esposo. La función principal del esposo en el hogar es amar a su esposa. Para ilustrar este hecho, Pablo echa mano de la relación de Cristo con su iglesia. El esposo debe amar a su esposa así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella. El paralelismo es evidente amable oyente. Cristo es el esposo, su iglesia es la esposa. En esta metáfora de la iglesia de Cristo, se distingue el amor conyugal de Cristo el esposo para su iglesia, la esposa. Antes de hablar de la esposa, la iglesia, pongamos nuestra mirada en el esposo, en Cristo. En el pasaje recientemente leído vemos que Cristo ama a la iglesia. Ese amor es en el pasado, en el presente y en el futuro. El amor de Cristo hacia su esposa la iglesia, se manifiesta siempre en acción de beneficio para ella. En el pasado, Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella. Esto nos lleva al sacrificio de Cristo en la cruz a favor de su iglesia. Cristo amó tanto a la iglesia que no le importó ser humillado, insultado, escupido, golpeado, puesto una corona de espinas y clavado a la cruz del calvario, donde entregó su vida misma. En el pasado Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella. En el presente, Cristo ama a la iglesia y ese amor se manifiesta en la santificación de la iglesia de Cristo. El texto que leímos dice: para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra. Santificar significa poner aparte. Posicionalmente la iglesia de Cristo ya ha sido puesta aparte para Dios, ya es santa, pero también en la práctica, en el diario vivir, la iglesia de Cristo necesita ser puesta aparte para Dios. Esta es una obra que Cristo hace cada instante a favor de su iglesia. La obra de santificación se lleva a cabo por el lavamiento del agua por la palabra. En palabras sencillas esto significa que las vidas de los creyentes son lavadas constantemente mientras los creyentes leen, entienden y obedecen la palabra de Dios. De aquí la importancia que usted amable oyente, que es creyente, tenga el buen hábito de leer, entender y practicar la palabra de Dios diariamente. ¿Ha leído, entendido y practicado algo de la palabra de Dios en este día? Si no lo ha hecho, su vida, por decirlo así, está contaminada con el pecado y necesita esa limpieza del agua por la palabra de Dios. Vemos entonces que el amor de Cristo a su iglesia tuvo un tiempo pasado, cuando Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella en lo que llamamos la redención.

También el amor de Cristo a su iglesia tienen un tiempo presente, cuando Cristo ama a la iglesia y la santifica. En tercer lugar, el amor de Cristo a su iglesia tienen también un tiempo futuro. En el futuro el amor de Cristo a su iglesia se manifiesta en su glorificación. Dice el texto que leímos: a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. La glorificación tiene que ver con el estado futuro de la iglesia una vez que sea sacada de este mundo. Cuando eso suceda la iglesia será gloriosa, sin una sola mancha de pecado, sin una sola arruga de imperfección. Total santidad y perfección. Eso es lo que espera en el futuro a la iglesia de Cristo. Esto es de mucho consuelo para los que como Pablo tienen dolores como de parto por ver a la iglesia en santidad y madurez. Puede ser que en la iglesia de Cristo en este mundo existan imperfecciones, divisiones, rivalidades, envidias, pecado. Pero no será así para siempre amable oyente, porque el amor de Cristo por su iglesia hará que en algún momento la iglesia sea gloriosa, sin mancha ni arruga ni cosa semejante, sino santa y sin mancha. Con esto se completa los tres tiempos del amor de Cristo por su iglesia. En el pasado Cristo amó a la iglesia y resultó en su redención. En el presente, Cristo ama a la iglesia y resulta en su santificación. En el futuro, Cristo amará a la iglesia y resultará en su glorificación. ¿No le parece emocionante, amable oyente? Cristo Jesús en su relación con su iglesia es el perfecto modelo para todos los que somos esposos. Así como Cristo ama a la iglesia, nosotros también debemos amar a nuestras esposas. Quitemos ahora nuestra mirada de Cristo como el esposo y pongamos nuestra mirada en su iglesia como la esposa. 2 Corintios 11:2 dice algo muy interesante sobre esto. La Biblia dice: Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo.

Pablo, el autor de la carta, está celoso por los corintios, pero no era un celo pecaminoso, él mismo dice que es celo de Dios. El celo se debe a que él había desposado a los corintios con un solo esposo que es Cristo, así como lo hubiera hecho un padre amante con su hija virgen al desposarle con su futuro esposo. Pablo por tanto tiene un deseo profundo, esto es el celo de Dios, por ver que la iglesia se mantenga pura para Cristo su esposo. Esto nos dice amable oyente, que la iglesia de Cristo ha sido desposada con Cristo y se espera que sea fiel a Cristo. Cuando una virgen era desposada con su esposo, se consideraba como si ya estuviera casada, aunque todavía no había vivido con su esposo. ¿Recuerda el caso de María, la madre de Jesús? Ella había sido desposada con José; y antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. Por supuesto que la gente que conocía a María no sabía que lo que María había concebido era del Espíritu Santo y tanto ellos como José pensaban que María había cometido adulterio. ¿Cómo así adulterio, si todavía no había vivido con José? Pues porque María había sido desposada con José y eso era como estar ya casada con él, aunque todavía no habían vivido juntos. Igual es con la iglesia y Cristo amable oyente, la iglesia ha sido desposada con Cristo y es de esperarse que la iglesia tenga total fidelidad hacia Cristo, como una virgen pura según el lenguaje de Pablo. Pero ¿Cómo puede la iglesia ser infiel a Cristo? La Biblia nos da respuesta para esto. Santiago 4:4 dice: ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.

Allí lo tiene lo tiene amable oyente. Santiago pronuncia palabras fuertes a sus lectores. Les dice almas adúlteras. ¿Por qué? Pues porque estando desposados con Cristo, sin embargo se habían entregado a otro hombre. Allí estaba el adulterio. El otro hombre es la amistad con el mundo. Primero tenemos que definir qué es el mundo. El mundo, amable oyente es el sistema que el hombre ha fabricado para sí mismo en un esfuerzo para satisfacer los deseos de los ojos, los deseos de la carne y la vanagloria de la vida. Sistema en el cual Dios o su Hijo Jesucristo no tienen ninguna participación. Puede ser el mundo del arte, de la cultura, de la educación, de la ciencia, de la política y aún de la religión. Es en definitiva el mundo donde el nombre de Cristo no es bienvenido e inclusive prohibido. Cuando un creyente se rinde a cualquiera de estas áreas de este sistema y vive para ella y sueña con ella y come de ella, decimos entonces que ha habido amistad con el mundo y eso es enemistad contra Dios, por tanto adulterio, porque la iglesia ha sido desposada con Cristo, no con el mundo. ¿Cómo está su vida como creyente, amable oyente? ¿Qué es lo más importante para su vida? ¿Quién ocupa el primer lugar en su vida? ¿Será su trabajo? ¿Será su familia? ¿Será su novio o su novia? ¿Será su fortuna? ¿Será su ministerio como pastor? Si alguna de estas cosas está ocupando el primer lugar en su vida, me temo que está en adulterio amable oyente. Si ese es el caso, yo le desafío a que lo antes posible ponga en orden las prioridades de su vida.

PABLO LOGACHO
¿Puede un pastor que ha cometido adulterio y se ha alejado de los caminos del Señor por un buen tiempo, volver a ejercer el pastorado? Visite nuestro sitio en Internet y en la sección PREGUNTA DEL DIA encontrara la respuesta y además podrá hacernos llegar sus inquietudes acerca de algún tema de la palabra de Dios. Nuestra dirección es labibliadice.org, labibliadice.org Ha sido un placer estar junto a usted y le esperamos en nuestra próxima edición.
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¿Cuál es su actitud como creyente hacia los hermanos en la fe? ¿Tiene preferencia hacia algunos hermanos en la fe y es indiferente hacia otros? ¿Se siente incómodo en la iglesia local donde se congrega actualmente porque piensa que los hermanos que allí se congregan no están a su nivel social, económico o intelectual?

Estudio Bíblico

Programa No. 2016-01-18

DAVID LOGACHO
Es un gozo estar nuevamente con usted amable oyente. Bienvenida, bienvenido a estudio bíblico de hoy. Seguimos estudiando las metáforas de la iglesia de Cristo que aparecen en el Nuevo Testamento. Hoy vamos a estudiar una metáfora más.
DAVID LOGACHO
a1En nuestro estudio bíblico último vimos que una metáfora de la iglesia de Cristo es un nuevo hombre. En este nuevo hombre no hay distinción de personas ni por raza, ni posición social, ni posición económica, ni género. En la iglesia de Cristo está al mismo nivel el judío y el gentil, el noble y el plebeyo, el rico y el pobre, el hombre y la mujer. Si ante Cristo, la cabeza de la iglesia, todos somos iguales, no hay razón válida para que nosotros los creyentes hagamos acepción de personas dentro de la iglesia de Cristo. Por eso, Santiago 2:9 dice: pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores.

¿Cuál es su actitud como creyente hacia los hermanos en la fe? ¿Tiene preferencia hacia algunos hermanos en la fe y es indiferente hacia otros? ¿Se siente incómodo en la iglesia local donde se congrega actualmente porque piensa que los hermanos que allí se congregan no están a su nivel social, económico o intelectual? Si ese es su sentir, puede ser que usted no tenga claro en su mente que ante Cristo todos somos iguales. No hay razón por tanto para sentirnos superiores a los demás creyentes. Cada metáfora de la iglesia de Cristo tiene una aplicación práctica para los que somos del Señor. Vayamos a otra metáfora de la iglesia de Cristo. Se encuentra en Efesios 2:22. La Biblia dice: en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.

Pablo, el autor del libro de Efesios, estaba hablando que los creyentes estamos edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo. Luego entra el versículo que acabamos de leer. Dice «en quien» es decir en Jesucristo, nosotros los creyentes somos juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu. La metáfora de la iglesia de Cristo es entonces la morada de Dios. Notemos algunas cosas importantes sobre esto. En el libro de Génesis, Dios caminaba con los suyos. Hablando de Noé, Génesis 6:9 dice: Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé.

Allí lo tiene amable oyente. Dios caminando con su pueblo. Pero en Éxodo, Dios moraba con su pueblo. Éxodo 25:8 dice: Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos.

Dios habitaba en su santuario hasta que la gloria de Dios fue traspasada según el triste relato de 1 Samuel 4. Luego Dios habitó en un templo. 1 Reyes 8:11 dice: Y los sacerdotes no pudieron permanecer para ministrar por causa de la nube; porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová.

El contexto tiene que ver con la dedicación del templo construido por Salomón. Jehová escogió habitar en templos hechos de manos. Pero lamentablemente, Israel cayó reiteradamente en pecado y como consecuencia de eso, la gloria de Jehová se apartó del templo. Esto lo tenemos relatado en Ezequiel 10:18-19. La Biblia dice: Entonces la gloria de Jehová se elevó de encima del umbral de la casa, y se puso sobre los querubines.

Eze 10:19 Y alzando los querubines sus alas, se levantaron de la tierra delante de mis ojos; cuando ellos salieron, también las ruedas se alzaron al lado de ellos; y se pararon a la entrada de la puerta oriental de la casa de Jehová, y la gloria del Dios de Israel estaba por encima sobre ellos.

Esta es una descripción de la presencia de Dios saliendo de su lugar de morada, el templo de Jerusalén. Después Dios escogió morar en la persona del Señor Jesús. Juan 1:14 dice: Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

Pero Jesús fue entregado y clavado en una cruz. No fue sino a partir del nacimiento de la iglesia de Cristo, que Dios decidió morar en su iglesia, es decir en el conjunto de los que somos sus seguidores. Hoy en día, amable oyente, Dios no habita en templos hechos de manos. Así que no tiene ningún sentido construir sofisticados edificios para que supuestamente allí more Dios. Dios no va a morar allí amable oyente, porque la Biblia dice que Dios mora en su pueblo que es la iglesia, la morada de Dios. Hace algunos años, caminaba con mi hijo por la ciudad de Quito, Ecuador. Pasamos frente a una famosa catedral, que es una joya de la arquitectura colonial. Mientras admirábamos la catedral vimos a mucha gente que se sacaba el sombrero o cualquier cosa que tenía sobre su cabeza, en honor de la catedral, otros se detenían, hacían reverencia a la catedral inclinándose y persignándose. Para mi hijo, esto fue una sorpresa y camino a casa me preguntó sobre el motivo para ello. La respuesta fue: Hijo, la razón de esa conducta es porque ellos piensan que en esa catedral mora Dios y desean por tanto reverenciar a Dios. Esta fue la ocasión ideal para recordar a mi hijo que Dios no mora hoy en día en templos hechos de manos sino en la unidad de su pueblo, en la congregación de los redimidos por la sangre de Cristo, lo cual es la morada de Dios. Por otro lado, pongamos atención a la palabra morada. El texto que leímos en Efesios 2:22 dice que la iglesia de Cristo es la morada de Dios. Morada significa el lugar de residencia permanente, algo distinto de estar allí de visita. Si usted viniera a mi casa, estaría visitando mi casa, pero jamás podría decir que está morando en mi casa. Yo moro en mi casa. Yo no estoy de visita en mi casa sino moro en mi casa. La misma idea es válida en el caso de Dios haciendo morada en la iglesia de Cristo que somos nosotros, la compañía de creyentes. Dos ha escogido como su residencia permanente a la iglesia de Cristo. Eso significa que nunca se va a ir de allí. Incidentalmente amable oyente, ¿Ha oído a personas decir que van a un templo cualquiera que sea para tener un tempo a solas con Dios? Me imagino que sí, porque es una idea muy generalizada. Es como si Dios morara en tal o cual templo y si quiero encontrarme con él debo ir a su casa, donde él vive. Pero Dios no vive en templos amable oyente. Dios mora en el conjunto de creyentes que formamos la iglesia de Cristo. Usted no necesita ir a un edificio, cualquiera que sea, o como quiera que se llame para allí encontrarse con Dios. Usted está en contacto con Dios permanentemente en todo lugar, porque si usted es creyente Dios mora en usted y en la compañía de los que son como usted, porque Dios mora en la iglesia de Cristo. Qué privilegio tan grande es saber que somos la morada de Dios. Pero recuerde que todo privilegio trae aparejado una responsabilidad. ¿Cuál es la responsabilidad suya a la luz de que usted y todos los demás creyentes somos la morada de Dios? Pues, nuestra responsabilidad es no contaminar con el pecado esa morada de Dios. ¿Recuerda ese incidente cuando Jesús encontró mercaderes en el templo de Jerusalén? ¿Le pareció bien a Jesús que aquel templo sea contaminado con el pecado? Permítame leer el relato en Juan 2:13-16. La Biblia dice: Estaba cerca la pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén,

Joh 2:14 y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados.

Joh 2:15 Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas;

Joh 2:16 y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado.

Jesús nunca estuvo de acuerdo en que la morada de Dios se contamine con el pecado, amable oyente. Ahora traslademos la idea a la morada espiritual de Dios que es la iglesia de Cristo. Allí también no se debe tolerar el pecado. Qué triste es cuando algunos de los que somos parte de la iglesia de Cristo nos embarcamos en actividades reñidas con lo que enseña la Biblia. Eso es contaminar la morada de Dios mi amiga, mi amigo. Por eso es que vez tras vez, la Biblia exhorta a vivir vidas santas. Efesios 4:31 dice al respecto: Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.

La idea, amable oyente, es que las vidas de los que somos parte de la iglesia de Cristo deben ser transparentes porque constituyen la iglesia de Cristo donde mora Dios y su morada debe ser santa. ¿Cómo está su vida? Si es creyente y ha detectado algo que ofende a Dios, no lo pase por alto, amable oyente. Este mismo momento, confiéselo a Dios y apártese de ese pecado y hallará perdón y limpieza de pecado. 1 Juan 1:9 dice: Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

PABLO LOGACHO
¿Puede un pastor que ha cometido adulterio y se ha alejado de los caminos del Señor por un buen tiempo, volver a ejercer el pastorado? Visite nuestro sitio en Internet y en la sección PREGUNTA DEL DIA encontrara la respuesta y además podrá hacernos llegar sus inquietudes acerca de algún tema de la palabra de Dios. Nuestra dirección es labibliadice.org, labibliadice.org Ha sido un placer estar junto a usted y le esperamos en nuestra próxima edición.
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Cuando uno está casado y decide divorciarse ¿Se puede volver a casar con otra persona y rehacer su vida?

Consultorio Bíblico

Programa No. 2016-01-16

PABLO LOGACHO
Desde Chile, nos escribe un amigo oyente que nos escucha por medio de Radio Armonía. Nuestro amigo oyente además es un asiduo visitante de nuestro sitio en Internet: http://www.labibliadice.org Su consulta es la siguiente: Cuando uno está casado y decide divorciarse ¿Se puede volver a casar con otra persona y rehacer su vida? Siempre he leído que Jesús dijo: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio. Al decir esto, me parece a mí que Jesús aprueba el divorcio en casos extremos. Pero además Jesús dijo: Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere, y el que se casa con la repudiada, comete adulterio. Según esto, yo entiendo que si me divorcio no puedo volver a casarme, pero ¿qué hay con eso que dice: A no ser por causa de fornicación?

DAVID LOGACHO

a1Gracias por su consulta amable oyente. Antes de nada, debo indicar que la Biblia, en ninguna parte, aprueba el divorcio por cualquier causa que fuere. Fíjese lo que dice Dios en el Antiguo Testamento acerca del divorcio. El texto se encuentra en Malaquías 2:16 donde dice: Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales.

Así es amable oyente. Jehová Dios odia o aborrece el repudio o el divorcio. Hacer algo que Jehová Dios aborrece es pecado. Malaquías lo pone en una forma muy descriptiva cuando afirma que quien se divorcia, cubre de iniquidad su vestido. El pecado siempre estará a la vista de Dios y también a la vista de todos. No se puede afirmar por tanto que en el Antiguo Testamento, Dios aprueba el divorcio, cualquiera sea la causa. Veamos el panorama en el Nuevo Testamento en cuanto al divorcio. Durante el tiempo que el Señor Jesús ejercía su ministerio en la tierra, vinieron a él los fariseos tentándole y diciéndole: ¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa? Si el Señor Jesús aprobara el divorcio, ésta hubiera sido la ocasión ideal para darlo a conocer. Pero veamos cuál fue la respuesta del Señor Jesús. Se encuentra en Mateo 19:4-6 donde dice: El, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.

Al principio, Dios hizo varón y hembra e inmediatamente estableció la institución conocida como matrimonio. Dentro de esta institución se requiere que hombre deje padre y madre y se una a su mujer. En respuesta, Dios realiza una obra sobrenatural, al hacer de los dos una sola carne. Esto es un milagro, de dos personas de diferente sexo, diferente personalidad, diferente entorno social, Dios los hace una sola carne. En consecuencia, el hombre y la mujer que se han casado no son ya más dos, sino una sola carne. Por tanto, el Señor Jesús va a expresar su convicción sobre el divorcio: Lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. Una vez más, ahora en el Nuevo Testamento, queda claro que la Biblia no aprueba el divorcio. Pero los fariseos tenían también sus dudas en cuanto a lo que acababa de declarar el Señor Jesús. Por eso le preguntaron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio y repudiarla? Los fariseos deben haber estado pensando en Deuteronomio 24:1-4 donde dice: Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano, y la despedirá de su casa. Y salida de su casa, podrá ir y casarse con otro hombre. Pero si la aborreciere este último, y le escribiere carta de divorcio, y se la entregare en su mano, y la despidiere de su casa; o si hubiere muerto el postrer hombre que la tomó por mujer, no podrá su primer marido, que la despidió, volverla a tomar para que sea su mujer, después que fue envilecida; porque es abominación delante de Jehová, y no has de pervertir la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.

El significado central de este pasaje es el siguiente: Si un hombre se divorcia de una mujer, luego de haber seguido la práctica de extender la carta de divorcio, y esta mujer divorciada se casa con otro hombre, pero con el tiempo este hombre también se divorcia de esta mujer, o si este hombre muere dejando viuda a esta mujer, entonces el primer marido no debe tomar a esta mujer, para que nuevamente sea su esposa. Si lo hace es abominación delante de Jehová, algo horrendo, algo que pervierte la tierra que Dios ha dado a Israel. El pasaje no debe entenderse como un mandamiento al divorcio, como lo estaban tomando los fariseos del tiempo del Señor Jesús, sino como una regulación de una práctica que ya estaba en vigencia. Esta práctica fue permitida, mas no ordenada por Moisés. Note como respondió el Señor Jesús. Se encuentra en Mateo 19:8-9 donde dice: El les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así. Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera.

La marcada inclinación al pecado por parte del hombre, especialmente en el orden moral, fue lo que movió a Moisés a permitir, mas no ordenar, que los hombres repudien o se divorcien de sus mujeres, pero esto, como ya se dijo, no es la voluntad de Dios. El Señor Jesús añade su infalible palabra cuando dijo: Y yo os digo que cualquiera que se divorcia de su mujer, excepto por causa de fornicación, y se casa con otra, está en adulterio. También, cualquiera que se casa con la mujer que ha sido divorciada, excepto por causa de fornicación, está en adulterio. Note como un divorcio por cualquier causa, excepto fornicación, con el consiguiente e inevitable nuevo matrimonio, dispara una ola de adulterio. Observe que aunque el divorcio no es la voluntad de Dios, sin embargo existe, por la dureza del corazón del hombre. Esto introduce lo que se da por llamar la cláusula de excepción para el divorcio. Se trata de la fornicación. Este término, significa más que sólo un acto aislado de adulterio. En realidad significa un reiterado intento de utilizar el sexo en una forma contraria a la voluntad de Dios. En cuanto a la cláusula de excepción, básicamente existen dos posturas diferentes. Cada una de estas posturas tiene sus defensores y sus detractores. La primera postura dice que la cláusula de excepción se refiere a alguna impureza moral que un judío había encontrado en la mujer desposada con él antes de que los dos vivan juntos como esposos. Solamente en este caso estaría justificado el divorcio. Esto aplica solamente a los judíos y eso en los tiempos de Jesús. La segunda postura dice que la cláusula de excepción se refiere al reiterado intento de vivir en inmoralidad por parte de uno de los cónyuges. En este caso el divorcio estaría justificado. En otras palabras, si en un matrimonio, uno de los dos pretende vivir en adulterio o en homosexualidad, o en lesbianismo, o en prostitución, y se ha agotado todo esfuerzo para hacer cambiar esta conducta, entonces y sólo entonces se justificaría un divorcio. Ambas posturas tienen sus ardientes defensores y también sus ardientes detractores. Los adherentes a la primera postura, no admiten el divorcio por ninguna causa, inclusive la fornicación. Los adherentes a la segunda postura, admiten el divorcio, solamente si ha habido fornicación de por medio. Los adherentes a la primera postura no tienen que romperse la cabeza dilucidando el asunto del nuevo matrimonio, por cuanto ellos no admiten el divorcio bajo ninguna circunstancia. Los adherentes a la segunda postura dicen que cuando el divorcio es justificado por haber habido fornicación, entonces el matrimonio se ha terminado. Sería equivalente en cierto sentido a que uno de los cónyuges hubiera muerto. Siendo así, entonces la parte inocente que se ha divorciado estaría en su legítimo derecho de casarse nuevamente. Nuevamente, fieles y consagrados hermanos en la fe, han disentido totalmente en cuanto al divorcio y nuevo matrimonio desde hace siglos. Es recomendable por tanto que cada creyente investigue por su propia cuenta la evidencia bíblica en cuanto al divorcio y nuevo matrimonio y forme su propia convicción al respecto. Una vez que la tenga, es recomendable que no sea dogmático en cuanto a ello, al punto de catalogar como herejes a los que no han llegado a su misma conclusión. El asunto del divorcio y nuevo matrimonio es un asunto importante, pero no es un asunto fundamental, de modo que podemos tener comunión a pesar de tener convicciones diferentes en cuanto a este tema. Jamás debemos permitir que se produzcan divisiones en el cuerpo de Cristo por asuntos que no son fundamentales. Que Dios le dé mucha sabiduría para que Ud. adopte la postura más adecuada, amable oyente. En todo caso, partiendo del hecho que el divorcio, aún en el caso de fornicación, no es la voluntad de Dios, es conveniente comprometerse a mantener la unidad del matrimonio a cualquier precio

PABLO LOGACHO
Antes de concluir nuestro programa, le invito a visitar nuestra página Web y conocer la respuesta a la PREGUNTA DEL DÍA Mateo 27:5 dice que Judas Iscariote murió ahorcado, pero Hechos 1:18 dice que Judas Iscariote murió al caerse de cabeza y reventarse por la mitad. ¿Cómo murió realmente? Nuestra dirección es: labibliadice.org Además puede enviarnos sus consultas y sugerencias y por supuesto escuchar nuevamente el programa de hoy. Le recuerdo nuestra dirección: labibliadice.org Hasta la próxima y que Dios le bendiga grandemente.
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¿Puede un creyente casarse con una mujer que siendo ya creyente se unió, sin casarse a un incrédulo, con quien tuvo un hijo, pero después se separó de ese incrédulo y se reconcilió con el Señor?

Consultorio Bíblico

Programa No. 2016-01-15

PABLO LOGACHO
A través del correo electrónico se ha comunicado con nosotros un amigo oyente para hacernos la siguiente consulta: ¿Puede un creyente casarse con una mujer que siendo ya creyente se unió, sin casarse a un incrédulo, con quien tuvo un hijo, pero después se separó de ese incrédulo y se reconcilió con el Señor?
DAVID LOGACHO
Gracias por su consulta amable oyente. La Biblia presenta básicamente tres requisitos que deben cumplir las personas que desean casarse siguiendo el patrón bíblico, por supuesto. El primero es muy sencillo, debe ser entre personas de distinto sexo. Tal vez a Usted le parezca que está por demás pensar en esto como un requisito, pero dadas las circunstancias actuales cuando se tiende a ver como algo normal los matrimonios entre personas del mismo sexo, es indispensable señalar que esa institución establecida por Dios llamada matrimonio, desde su mismo comienzo da por sentado que debe ser entre un hombre y una mujer. Dios no creó a Juan ni a Pedro ni a Luis para que sea ayuda idónea de Adán. Dios creó a Eva, una mujer, para que sea ayuda idónea para Adán. El matrimonio entre personas del mismo sexo es absolutamente contrario a la voluntad de Dios. Con esto no estoy atacando a los homosexuales o a las lesbianas. Lo que estoy atacando es al pecado que ellos están cometiendo. Dios ama a los homosexuales y a las lesbianas porque son pecadores como cualquier otro, y en su amor Dios les otorga la misma oportunidad de perdón como a cualquier pecador, pero Dios aborrece la homosexualidad, el lesbianismo, y en general toda desviación del uso del sexo establecido por Dios en su palabra. El segundo requisito que deben cumplir las personas que desean casarse es que los dos deben ser creyentes, los dos deben haber nacido de nuevo, espiritualmente, por medio de haber recibido al Señor Jesucristo como su único y salvador personal. Amós 3:3 dice: ¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?

Si no hay acuerdo en las convicciones espirituales entre los contrayentes no se deben casar. Esto se ratifica en textos como 2 Corintios 6:14 donde dice: No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo?

Si uno de los contrayentes es creyente y el otro incrédulo y los dos se casan, están unidos en yugo desigual, algo que es contrario a la voluntad de Dios. Es como tratar de unir el agua con el aceite. El tercer requisito para las personas que desean casarse es que deben discernir la voluntad de Dios. Mírelo en mi caso, por ejemplo. Cuando yo era soltero y estaba por casarme, había cantidad de mujeres, creyentes, hermanas en la fe, con quienes pude haberme casado. Eso por supuesto no significa que todas estas hermanas en la fe estuvieran interesadas en casarse conmigo. Obviamente, no podía casarme con todas, porque eso tampoco es la voluntad de Dios. Dios creó una mujer para un hombre. El matrimonio al estilo de Dios es monogámico. Siendo este el caso, entonces yo tuve que discernir o buscar la voluntad de Dios para saber con cual de esas muchas hermanas en la fe, yo debía casarme. Cuando se busca hacer la voluntad de Dios con sinceridad, Dios mismo se encarga de mostrar cuál es su voluntad. En mi caso, eventualmente Dios me guió a unirme en matrimonio con quien ya llevo mas de treinta años de casado. El matrimonio no se fundamenta en la atracción sexual, tampoco en la conveniencia social, económica, laboral, o cosas por el estilo. El matrimonio ni siquiera se basa en el amor, porque el amor es algo que se aprende. El matrimonio se basa en un compromiso solemne ante Dios por el cual un hombre y una mujer se unen el uno al otro como esposos sabiendo que esa es la voluntad de Dios para los dos. Aparte de estos requisitos, la Biblia no presenta ningún otro requisito para que los creyentes se casen entre ellos. Es decir, amable oyente, que el hermano de quien habla su consulta, no tendría ningún problema en casarse con aquella hermana, por cuanto es mujer, es creyente y la voluntad de Dios es que se una en matrimonio con ella. Tal vez Usted cuestionará mi conclusión diciendo: Pero, ella, siendo creyente se unió a un hombre incrédulo y procreó un hijo con él. Bueno, efectivamente, ese es el caso. La hermana ciertamente cometió un grave pecado. La Biblia lo llama fornicación, palabra que significa el uso del sexo en una forma no establecida por Dios. Pero, hasta donde entiendo, esta hermana ha reconocido su pecado, seguramente lo ha confesado al Señor, ha abandonado el pecado, porque se ha separado de ese hombre incrédulo, y se ha reconciliado con el Señor. Siendo este el caso, se hace necesario tomar en cuenta lo que dice la Biblia en 1 Juan 1:9-10 en donde leemos lo siguiente: Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.

Según este texto, la hermana en cuestión ha sido perdonada de su pecado de fornicación y no sólo eso, sino que también ha sido limpiada de toda maldad. Por supuesto que todo pecado tiene su consecuencia, y en este caso existe un hijo de por medio. Es responsabilidad de esta hermana velar porque ese niño crezca en disciplina y amonestación del Señor. El hermano que pretende casarse con ella debe saber con precisión lo que hubo en el pasado de ella y si aún así el Señor muestra al hermano que la voluntad del Señor es que se case con ella, no hay ningún problema. Por estar en la voluntad del Señor los tres, él, ella y el hijo de ella, tienen todo el derecho para vivir felices bajo la guía y provisión del Señor.

Pablo Logacho
Por medio del correo electrónico se ha comunicado con nosotros un amigo oyente para hacernos la siguiente consulta: ¿Aparece en la Biblia algún caso de demonios que hayan sido expulsados de una persona, invocando la sangre de Cristo? ¿Cuántas veces aparece en la Biblia la expresión: La sangre de Cristo?

David Logcho

Gracias por su consulta. Comencemos por la segunda parte. ¿Cuántas veces aparece en la Biblia la expresión: La sangre de Cristo? Con la ayuda de una computadora y un programa que maneje la Biblia, es relativamente sencillo hacer una búsqueda de la frase: La sangre de Cristo. Yo hice justamente esto y encontré que la expresión: La sangre de Cristo, aparece solamente cuatro veces, sólo en el Nuevo Testamento, en la versión Reina Valera 1960. La primera vez que ocurre es en 1 Corintios 10:16 donde dice: La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?

La sangre de Cristo es una frase vívida que se usa para referirse a la muerte sacrificial de Cristo y a la obra total de expiación. La segunda vez que ocurre la expresión la sangre de Cristo es en Efesios 2:13 donde dice: Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.

En este caso también, la expresión: La sangre de Cristo se refiere al sacrificio de Cristo, mediante la cual se hace posible que un gentil quien estaba lejos de Dios, llega a ser cercano a Dios, cuando ese gentil recibe a Cristo como Salvador. La tercera vez que ocurre la expresión la sangre de Cristo es en Hebreos 9:14 donde dice: ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?

Otra vez, aquí, la expresión: La sangre de Cristo se refiere a la muerte de Cristo en la cruz del Calvario, mediante la cual el pecador que recibe a Cristo como Salvador es limpiado en su conciencia de las obras muertas para que sirva al Dios vivo. La cuarta vez que aparece la expresión: La sangre de Cristo es en 1 Pedro 1:19. Para incluir el contexto, leamos desde el versículo 18. Dice: sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,

Una vez más aquí, la expresión: La sangre de Cristo se refiere al sacrificio de Cristo en la cruz, mediante el cual un creyente es redimido o comprado para Dios. Aparte de estas cuatro veces, no aparece en la Biblia la expresión: La sangre de Cristo. Ahora vamos a la primera parte de su consulta. La respuesta se sustenta en lo que ya hemos señalado. La Biblia no contiene ni un solo caso en el cual se haya expulsado demonios invocando la expresión: La sangre de Cristo. Es un hecho verificable que demonios fueron expulsados de personas, pero la Biblia no registra ni un solo caso en el cual se haya invocado la sangre de Cristo para hacerlo. Lo que sí se ve en la Biblia es que demonios fueron expulsados en el nombre de Cristo, como por ejemplo en Lucas 9:49 donde dice: Entonces respondiendo Juan, dijo: Maestro, hemos visto a uno que echaba fuera demonios en tu nombre; y se lo prohibimos, porque no sigue con nosotros.

PABLO LOGACHO
Y de esta forma llegamos nuevamente al término de una edición mas de nuestro programa LA BIBLIA DICE… Queremos agradecer profundamente a todos los que con sus oraciones y ofrendas hacen posible que cada día lleguemos a mas lugares. Pero antes quiero dejar con ustedes la PREGUNTA DEL DIA. Que hoy nos habla de un creyente que está lastimado emocional y espiritualmente. ¿De que forma se le puede ayudar? Busque la respuesta en nuestra página Web y además conozca todo el material que está a su entera disposición, y en forma gratuita, la dirección es: labibliadice.org. Bendiciones y le esperamos en nuestra próxima edición.
https://soundcloud.com/labibliadice/lbd-2016-01-15
http://labibliadice.org/lbd/serie/programa-no-2016-01-15/?source=mas

La existencia de los dinosaurios y la respuesta bíblica

Consultorio Bíblico

La existencia de los dinosaurios y la respuesta bíblica

Programa No. 2016-01-14

PABLO LOGACHO
Nos ha escrito una amiga oyente de Bogotá, Colombia y nos dice lo siguiente: Reciban bendiciones de nuestro Señor. Gracias por el esfuerzo que realizan cada día por enseñarnos más y más acerca de la palabra de Dios. Los escucho desde hace algún tiempo en Bogotá, Colombia por BBN 1100 AM y disfruto de sus comentarios y de la ayuda que ofrecen a la gente para entender la voluntad de Dios. La razón por la que les escribo es porque me gustaría pedirles ayuda para aclarar una inquietud que surgió hace poco en la escuela dominical con los niños de mi iglesia, acerca de la existencia de los dinosaurios y la respuesta bíblica. No tengo mucho conocimiento acerca del tema y no sé dónde puedo encontrar información útil para resolver la inquietud y enseñarles a los niños. Me preguntaba si me podrían ayudar a responder la pregunta o informarme de libros o folletos donde pueda encontrar la información. Les agradezco por toda la ayuda que me puedan brindar y que el Señor les siga bendiciendo abundantemente.
DAVID LOGACHO
a1Gracias amable oyente por haberse comunicado con nosotros. Apreciamos mucho sus comentarios sobre el efecto que está teniendo nuestra programación radial en su vida espiritual. Lo hacemos todo para la gloria de Dios. Gracias también a la emisora BBN en 1100 AM por su buena voluntad al transmitir nuestro programa radial en Bogotá Colombia. La presencia de los dinosaurios sobre la faz de la tierra es atestiguada por la cantidad de fósiles que hasta el presente han sido encontrados en diferentes estratos de la corteza terrestre. Siendo este el caso, entonces, los dinosaurios forman parte del reino animal que fue creado por Dios en la tierra. Esto aconteció en el día quinto y sexto de la creación. Génesis 1:20-23 nos habla de la creación de los animales marinos y las aves. Dice así: Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos. Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno. Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra. Y fue la tarde y la mañana el día quinto.

En este día, el quinto de la creación, Dios creó todos los animales marinos y las aves. Los animales terrestres, aparte de las aves, fueron creados por Dios el sexto día de la creación. Génesis 1:24-25 dice: Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así. E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno.

En otras palabras, Dios creó absolutamente todo animal marino, todo animal terrestre y toda ave. Dentro de esto estuvieron ciertamente los dinosaurios. La gran pregunta es: Si Dios creó todo el reino animal, dentro de ellos los dinosaurios, entonces ¿por qué no tenemos dinosaurios vivos en la actualidad? Para hallar una respuesta tenemos que considerar el relato bíblico del diluvio universal. Antes del diluvio universal, no llovía sobre la faz de la tierra sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra. En aquel tiempo el globo terrestre estaba rodeado por una capa de agua por sobre la atmósfera. Cuando llegó el tiempo para el diluvio universal, Dios ordenó a Noé que haga entrar en el arca a todos los animales según su especie, en parejas, macho y hembra. Génesis 6:18-21 dice: Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo. Y de todo lo que vive, de toda carne, dos de cada especie meterás en el arca, para que tengan vida contigo; macho y hembra serán. De las aves según su especie, y de las bestias según su especie, de todo reptil de la tierra según su especie, dos de cada especie entrarán contigo, para que tengan vida. Y toma contigo de todo alimento que se come, y almacénalo, y servirá de sustento para ti y para ellos.

Note que la lista no habla de animales marinos, porque los animales marinos están adaptados para vivir en el agua. Habla de aves, de bestias y de reptiles. Dentro de estos animales están los dinosaurios. Muchos han cuestionado esto último diciendo: Pero los dinosaurios fueron tan enormes que jamás hubieran podido entrar en el arca de Noé. Pero Dios dio a Noé inteligencia y Noé debe haber usado su inteligencia para cumplir con el mandato de Dios. Es posible que los animales de gran tamaño que introdujo Noé al arca, como elefantes, jirafas y ciertamente los dinosaurios, hayan sido ejemplares tiernos, antes que lleguen a tener el tamaño de adultos. En todo caso, cuando todos los animales estaban dentro del arca y también Noé con su familia cercana, Dios trajo el diluvio sobre toda la tierra. Note como lo registra la Biblia. Génesis 7:10-12 Y sucedió que al séptimo día las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra. El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas, y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches.

El agua inundó absolutamente todo el globo terráqueo. Génesis 7:19-20 dice: Y las aguas subieron mucho sobre la tierra; y todos los montes altos que había debajo de todos los cielos, fueron cubiertos. Quince codos más alto subieron las aguas, después que fueron cubiertos los montes.

Los picos de los montes más altos quedaron quince codos, más de siete metros, por debajo del nivel del agua. ¿De dónde salió tanta agua? El texto dice que fueron rotas todas las fuentes del grande abismo. Parte del agua provenía de abajo, de la tierra. Pero el texto dice también que las cataratas de los cielos fueron abiertas. Esto se refiere a esa capa de agua que en ese tiempo rodeaba el globo terráqueo, por encima de la atmósfera. Esta capa de agua, antes del diluvio creaba el efecto invernadero en todo el globo terrestre, de modo que la temperatura era alta y uniforme en todo el globo terrestre, tanto en los polos como en el ecuador. Antes del diluvio, había vegetación tropical tanto en los polos como en el ecuador. Cuando ocurrió el diluvio, se precipitó sobre la superficie terrestre toda esa capa de agua que rodeaba la tierra. El diluvio universal produjo un cataclismo en la corteza terrestre. Las fuerzas hidráulicas hizo que parte de la corteza terrestre se eleve, creando los continentes con sus montañas y otras partes de la corteza terrestre se hunda, creando el espacio para toda el agua que había en la tierra, los oceános. Es decir que la orografía de la tierra después del diluvio era muy diferente a lo que fue antes del diluvio, el clima de la tierra después del diluvio fue muy diferente a lo que era el clima de la tierra antes del diluvio. La tierra comenzó a tener un clima cálido en el ecuador pero los polos se enfriaron al punto de congelación hasta llegar a ser lo que son hoy. Eventualmente, el arca con Noé, su familia y los animales, dentro de ellos los dinosaurios, se posó sobre los montes de Ararat. Note lo que pasó a continuación. Génesis 8:15-19 dice: Entonces habló Dios a Noé, diciendo: Sal del arca tú, y tu mujer, y tus hijos, y las mujeres de tus hijos contigo. Todos los animales que están contigo de toda carne, de aves y de bestias y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, sacarás contigo; y vayan por la tierra, y fructifiquen y multiplíquense sobre la tierra. Entonces salió Noé, y sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos con él. Todos los animales, y todo reptil y toda ave, todo lo que se mueve sobre la tierra según sus especies, salieron del arca.

Noé y su familia, junto a todos los animales, incluyendo los dinosaurios, salieron a un mundo muy distinto a lo que era antes del diluvio. Los dinosaurios seguramente crecieron hasta llegar a ser adultos, y comenzaron a multiplicarse, pero había un problema, la tierra ya no tenía tanto alimento como antes del diluvio, porque las condiciones climáticas eran diferentes, el ambiente se tornó muy hostil para la supervivencia de los dinosaurios. Con el correr del tiempo, los dinosaurios entraron a un rápido proceso de extinción hasta que desaparecieron de la faz de la tierra, dejando para el recuerdo solamente sus restos fósiles. En esencia entonces, amable oyente, Usted puede explicar todo esto tal vez en palabras más sencillas a sus alumnos en la escuela dominical. Explíqueles, que los dinosaurios fueron creados por Dios y poblaron la tierra y se multiplicaron grandemente entre el tiempo de su creación y el diluvio, pero como las condiciones de la tierra después del diluvio llegaron a ser tan distintas a lo que eran antes del diluvios, fue difícil que los dinosaurios se adapten a esas adversas condiciones y por eso comenzaron a extinguirse hasta desaparecer. En cuanto a literatura sobre este asunto de los dinosaurios, desde una perspectiva bíblica, me temo mucho que sea muy escasa. Si existe, yo no lo conozco. Lo que predomina es el punto de vista evolucionista para explicar la presencia y extinción de los dinosaurios. Tenga mucho cuidado para no caer en la trampa de creer en la mentira de la evolución.

PABLO LOGACHO
LA BIBLIA DICE… es un ministerio cuyo fin es llevar personas a la madurez en Cristo, por ello le invitamos a visitar nuestra página Web y conocer cada uno de los estudios que tenemos a su disposición y por supuesto conocer la respuesta a la PREGUNTA DEL DIA En Isaías capítulo 65 se habla de nuevos cielos y nueva tierra y dice que la gente tendrá descendientes. Pero según Mateo 22:30 Jesús dijo que los que resuciten de los muertos no se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo. ¿Por qué entonces en Isaías dice que la gente que viva en esos nuevos cielos y nueva tierra tendrán descendientes? Busque la respuesta en nuestra página en Internet la dirección es: labibliadice.org Hasta la próxima y que Dios le bendiga grandemente.