Los Pleitos En La Iglesia

Estudio libro de Santiago

Serie: Cuando aumenta la presión

7/12 – Los Pleitos En La Iglesia

Santiago 3:13–4:6

Estos creyentes están sufriendo una persecución severa. Han sido expulsados de la sinagoga, rechazados por sus familias, y despedidos de sus trabajos o rechazados por sus clientes. Tal persecución produce un interés egoísta en la defensa de sí mismos. Así que, ellos se dedican a protegerse y no se ayudan los unos a los otros.

Jacobo les llama a una mayor confianza en el Señor frente a la persecución. La fe que él quiere ver es una fe viva, que se manifiesta en obras. Una fe viva siempre produce fruto, aun en medio de la aflicción. El fruto que se debe ver en este caso es la paz en medio de la presión.

La relación personal que gozan con el Señor debe producir paz. Sin embargo, cuando sube la presión, la acompañan conflictos y pleitos. Al dirigirse a este problema, se relaciona con el problema del uso de la lengua en general. Los versículos 13–18 salen directamente del pensamiento de 9–12. El problema ha sido que entre los cristianos que están sufriendo la persecución no ha habido paz, sino conflictos y pleitos.

UNA FE VIVA PRODUCE PAZ 3:13–4:6

La Fuente de la Paz 3:13–18

Al buscar la solución al problema de los pleitos, Jacobo demuestra el contraste entre dos clases de sabiduría: la sabiduría del hombre y la sabiduría de Dios. La fuente de la paz verdadera es la sabiduría de Dios.

La sabiduría del hombre (3:14–16) resulta de ver las cosas desde el punto de vista del hombre. Esta sabiduría es la que produce las luchas y los pleitos. Se observan dos características básicas que esta clase de sabiduría produce (3:14): 1) celos amargos; y 2) contención.

La actitud representada por la expresión “celos amargos” es la envidia. Se presenta cuando decimos: “¡Yo quiero!” La actitud indicada al referirse a la contención es la ambición egoísta que siempre nos dice: “¡Yo soy!”

Estas actitudes no vienen de Dios. Tienen tres fuentes posibles (3:15):

1) Esta tierra, o el mundo

2) El hombre natural, o yo mismo

3) Fuentes demoníacas, o Satanás

Jacobo nos recuerda que estas actitudes son las que se encuentran juntamente con la insurrección y desorden público (3:16). Se encuentran también juntamente con toda clase de práctica malvada. En otras palabras, son comunes entre quienes andan en el mundo, pero no deben manifestarse entre los que dicen ser el pueblo de Dios.

Las Actitudes Normales Del Hombre Natural:

“¡Yo soy!”

“¡Todo debe girar alrededor de mí!”

“¡Quiero lo que yo quiero!”

La sabiduría de Dios (3:17–18) resulta de ver las cosas desde el punto de vista de Dios. Esta sabiduría es la que produce paz. Esta es la orientación del hombre que ve las cosas como Dios las ve.

Las Actitudes Que La Sabiduría De Dios Produce (3:17):

Pureza

Paz

Amabilidad

Benignidad

Lleno de misericordia

Lleno de buenas obras

Sin prejuicios

Sin hipocresía

En fin, la sabiduría de Dios produce todo lo que se reconoce como la conducta del hombre justo. En una palabra, se produce PAZ (3:18). La sabiduría que Dios da produce comprensión, sumisión mutua, misericordia, obras buenas, imparcialidad y sinceridad.

¡Pensemos!

Considere las evidencias de la presencia de estas dos actitudes distintas que pueden manifestarse en la vida de los hijos de Dios. ¿Cómo se manifiestan en nuestras vidas?

Señale algunos ejemplos de su propia experiencia que muestran la presencia de cada una de estas dos actitudes. Al manifestar la sabiduría humana en nuestra vida, ¿cuánta diferencia se puede ver entre el hijo de Dios y el hombre sin Cristo en el mundo?

La Fuente de la Lucha 4:1–6

Santiago presenta una pregunta difícil de contestar: “Si la obra de Dios en sus hijos produce paz, ¿de dónde vienen las luchas y pleitos entre ellos mismos (4:1)?” Observe que las guerras y pleitos están entre ellos. Es obvio que lo que se encuentra entre ellos no viene de Dios. Ellos no tienen paz.

La realidad para estos hermanos cuando subió la presión estaba lejos de lo que la paz de Dios produce. Se caracterizaba por luchas y pleitos. Ellos estaban metidos en las mismas actividades que caracterizan la sabiduría de este mundo. Querían lo que otros tenían.

El texto indica que ellos mataban. Lo más probable es que su pecado se debe interpretar a la luz de las implicaciones del mensaje de Cristo. El indicó que al enojarnos contra un hermano, somos tan culpables como el que mata (Mt. 5:21–22)

Es posible que para conseguir lo que querían estaban dispuestos a traicionar a los demás hermanos. Posiblemente aun murieron algunos. A lo menos no reflejaban el amor para los demás que deben de haber mostrado.

La participación de ellos en las guerras y los pleitos se señala de nuevo en Santiago 4:2. La palabra “combatís” que describe sus actividades viene de la misma palabra “pleitos”. “Lucháis” viene de la palabra “guerras”. Así que Jacobo describe lo que los hermanos destinatarios de la carta hacían.

¡Pensemos!

Aunque la respuesta a la pregunta parece demasiado obvia, si no comparamos nuestra experiencia con la de estos hermanos, no veremos la importancia de este pasaje a nuestra vida. ¡Se describe aquí hermanos que se comportan así! ¿Puede un hermano reflejar estas actitudes?

¿Cómo respondemos nosotros cuando sube la presión? Cuando las cosas salen mal y estamos afligidos, ¿qué hacemos?

Señale algunas ocasiones en su propia vida cuando subió la presión y usted reaccionó en una manera semejante a la de estos hermanos.

A pesar de tanta lucha, estos hermanos en Cristo no estaban contentos. No encontraron lo que buscaban.

El subraya cuatro veces su falta de satisfacción al señalar lo que no tienen (4:2–3). Estudie las expresiones mencionadas y señale lo que no encuentran según estos versículos:

1) “…y no tenéis;”

2) “…y no podéis alcanzar;”

3) “…pero no tenéis lo que deseáis,”

4) “…y no recibís,”

Cuatro Razones por las Cuales No Están Satisfechos

Así que, se nota que tanta lucha a favor de lo que buscában no les da paz y contentamiento. ¿Ha experimentado usted lo mismo? ¿Por que no encuentran lo que buscan? Jacobo nos da cuatro razones que explican esta frustración:

1. No Le Piden a Dios lo que Necesitan 4:1–2

No confían en Dios para satisfacer sus necesidades. Muchas veces nosotros preferiríamos pelear antes de pedírselo a Dios. Seguimos la sabiduría del hombre. En vez de depender de Dios y encomendar nuestras necesidades en Sus manos, nosotros también luchamos para salir con las nuestras, a nuestra manera.

2. Sus Motivos Están Equivocados 4:3

Aun cuando se lo piden, no reciben lo que quieren porque tienen motivos erróneos. Ellos buscan el placer personal. Quieren lo que ellos quieren. Nosotros caemos en la misma trampa; buscamos placer para nosotros mismos, no la voluntad de Dios.

3. Buscan la Amistad con el Mundo 4:4

Quieren encontrar la forma de seguir como hijos de Dios pero mantener a la vez una buena relación con los de este mundo. No le gusta la persecución. Quisieran ser aceptados por sus vecinos y por la sociedad. Creen que puede haber una reconciliación.

Santiago les enseña que ellos no han comprendido la naturaleza del conflicto. No comprenden que este mundo está en una guerra contra Dios.

Para establecer una buena relación con el mundo, tendrán que dejar a un lado a Dios. El mundo, dirigido por Satanás, quiere eliminar a Dios y a los que se identifican con El. Esto no quiere decir que cada individuo quiera destruirnos, pero sí, es el propósito del sistema que siguen quienes no toman en cuenta a Dios.

Nosotros muchas veces buscamos una mejor relación con el mundo para nuestro propio bien. En vez de identificarnos claramente con Dios y aceptar las consecuencias, pensamos dedicarnos a mejorar nuestra relación con el mundo. Para lograrlo, tendremos que abandonar a Dios. Mientras mantengamos esta meta no podemos esperar que Dios nos conceda nuestro deseo.

4. Buscan Beneficios para Sí Mismos 4:5–6

Estos hermanos están pensando en sí mismos y cómo avanzar su propia causa. Creen que ellos tienen un mejor plan que el plan de Dios para ellos. No reconocen la sabiduría superior de Dios y no reconocen el amor de Dios para ellos. Por eso, ellos luchan para establecer su propio plan.

Dios desea lo mejor para ellos. El les da la gracia necesaria para enfrentarse a estas aflicciones. El resultado de Su plan les traerá bendición. Sin embargo, ellos no están conformes con lo que experimentan y quieren establecer otro plan.

A través del libro, Jacobo dice que Dios considera esta actitud como orgullo. Por lo tanto, Dios les va a resistir. Si se someten al plan Suyo, El les dará gracia para triunfar.

En vez de buscar lo que Dios quiere para nuestro bien, buscamos nuestros propios deseos y privilegios. Queremos mejorar nuestra situación. Por eso, Dios no nos da lo que queremos y seguimos frustrados.

Dios quiere que gocen de paz, humildad, compasión por los demás, y otros beneficios semejantes. Para gozar estas bendiciones, tendrán que someterse a los planes de Dios para ellos.

Conclusión

Por ser hombres, muchas veces manifestamos la sabiduría humana. No vemos las cosas desde el punto de vista de Dios. Por eso, seguimos peleando para salir con las nuestras, en vez de someternos a Dios.

El problema está en nosotros. Manifestamos las dos actitudes del hombre sin Cristo en el mundo. Tal como los demás, a veces decimos: “¡Yo soy!” o, “¡Yo quiero!”

Nos hace falta la orientación divina que dice: “Ya no soy yo. Dios es todo para mí”. Al llegar a esta actitud en nuestra vida, gozaremos la paz que sólo Dios nos puede dar.

¡Pensemos!

En este pasaje, como en algunos otros semejantes, se pueden observar las alternativas que se nos presentan en la búsqueda del contentamiento. Tres pasajes claves comparan las dos alternativas básicas que siguen. Estudie los tres pasajes y sus resultados. El siguiente esquema da un resumen de cada caso.

Señale la necesidad, las dos alternativas y el resultado de cada alternativa, según el pasaje indicado. ¿Cómo se puede conseguir lo que realmente buscamos en la vida?

Porter, R. (2003). Estudios Bı́blicos ELA: Cuando aumenta la presión (Santiago) (pp. 51–57). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.

6/12 – La Fe Que Obra

Estudio libro de Santiago

Serie: Cuando aumenta la presión

6/12 – La Fe Que Obra

Santiago 2:14–26

R. Porter

Un Pequeño Instrumento Indomable

Santiago 3:1–12

Todo cristiano que tiene dos años o más de conocer a Cristo habrá visto en alguna ocasión el daño que un pequeño instrumento le puede hacer a la obra de Dios. Se trata de la lengua. Aunque tan pequeña, ¡cuánto daño ha hecho!

Dios nos la dio para que la usáramos para alabarle a El y así glorificarle. Sin embargo, Satanás ha tomado lo que Dios nos dió para bien y la usa para destruir la obra de Dios. Sin lugar a dudas es la herramienta más eficaz que Satanás emplea en su trabajo.

Los hermanos a quienes Santiago se dirige han visto la forma en que Satanás puede usar la lengua en medio de ellos. Cuando sube la presión por causa del sufrimiento, también sube el uso destructivo de la lengua.

Estos creyentes sufren una persecución severa. Tal persecución produce un interés egoísta en la defensa de sí mismo. Así que, ellos se dedican a protegerse y no se ayudan los unos a los otros. Cuando alguien les hace mal, existe la tendencia natural de querer defenderse y atacar a quienes les hagan daño. En este esfuerzo la lengua es un instrumento clave.

El autor ha establecido dos principios fundamentales que forman la base del libro: 1) Una fe viva soporta la tribulación (1:2–12); 2) Una fe viva vence la tentación (1:13–27). Estos dos principios se aplican al uso de la lengua también.

Jacobo ya ha aplicado estas verdades acerca de las implicaciones de una fe viva a dos áreas prácticas de su vida afligida. Les ha enseñado que deben ayudar a los demás que sufren también. Una fe viva no hace acepción de personas, para conseguir provecho personal (2:1–13). Una fe viva produce obras que ayudan a los demás que sufren (2:14–26).

Ahora Jacobo explica las implicaciones de una fe viva en relación con el uso de la lengua. Una fe viva se manifiesta en el control de la lengua.

LA FE VIVA CONTROLA LA LENGUA 3:1–12

La Ensenañza de Proverbios Acerca de la Lengua

El libro de Proverbios presenta para el creyente del Antiguo Testamento la forma en que se debe usar la lengua para vivir contentos y glorificar a Dios. Describe el concepto práctico de cómo emplear la lengua para gozar mejor la vida en comunión con Dios y con los hombres. Proverbios 10 explica algunas de las características del uso de la lengua que debemos buscar.

CARACTERISTICAS DESEABLES PARA EL

USO DE LA LENGUA EN LOS HIJOS DE DIOS

Proverbios 10

1. La boca del justo es manantial de vida. Proverbios 10:11

Compare Romanos 3:13–14.

¿Qué brota de nuestra vida?

2. En los labios del prudente se halla sabiduria. Proverbios 10:13

3. Quien refrena o CONTROLA sus labios es prudente. Proverbios 10:14

Es Peligroso hablar mucho.

4. La lengua del justo es plata escogida. Proverbios 10:20

Observe la relación entre el corazón y la lengua en este versículo.

5. Los labios del justo apacientan a muchos. Proverbios 10:21

6. La boca del justo producira sabiduria. Proverbios 10:31

7. Los labios del justo saben hablar lo que agrada. Proverbios 10:32

¿Es agradable nuestra conversación?

Al escucharnos hablar, ¿qué pensará la gente?

¿Sabrán que somos hijos de Dios?

La Enseñanza de Santiago Acerca de la Lengua

Santiago también habla acerca del uso de nuestra lengua. El aplica algunos principios generales a la situación de sufrimiento en que los hermanos de su propio tiempo se encontraban. Encontramos cinco observaciones acerca del uso de la lengua.

1. La Lengua, Aunque Pequeña, Logra Grandes Cosas 3:1–5

Santiago empieza con una advertencia en cuanto al peligro de ser un maestro (3:1–2). Es peligroso presentarse como un maestro porque el maestro es juzgado por sus propias palabras. Debido a que nadie cumple perfectamente aun sus propias normas, especialmente en su manera de hablar, quien se presenta como maestro de otros corre mayor riesgo de ser condenado.

El peligro de ser maestro se relaciona especialmente con el uso de la lengua porque la lengua es el instrumento más difícil de controlar.

La Lengua es el Instrumento:

Más Difícil De Controlar

Más Peligroso

Más Indicador De Nuestra verdadera Religión

Fíjese en la importancia que Jacobo le da al uso de la lengua en el establecimiento de los principios fundamentales del libro en Santiago 1:18–19, 26.

QUIEN PIENSA

SER RELIGIOSO

SER SANTO

TENER FE

debe mostrarlo Con Su Lengua.

Además del peligro de ser maestro, Jacobo señala la importancia del uso de la lengua por causa del poder que tiene. Se producen grandes resultados de cosas pequeñas (3:3–5). Se mencionan cuatro ejemplos de cosas pequeñas que producen grandes efectos:

1. Frenos para caballos 3:3

2. Timones para naves 3:4

3. Lenguas para cuerpos 3:5a

4. Chispas para bosques 3:5b

Cada ejemplo presenta algo grande y fuerte controlado por algo pequeño. El caballo es un animal grande y fuerte. Va a donde quiere y cuesta pararlo porque tiene mucho poder. Sin embargo, al meter el freno en su boca, lo pueden controlar para que él vaya a donde se quiere.

Las naves también son grandes. Los vientos y olas del mar le mueven con su poder. Sin embargo, aun en medio de las grandes tempestades un timón, relativamente muy pequeño, controla la nave y la dirige a donde el que lo maneja quiere que vaya.

Tal como los dos instrumentos pequeños pero importantes mencionados antes, la lengua también es pequeña pero puede cambiar la dirección de algo muy grande. Puede hacer algo grande, o para bien, o para mal. Es capaz de destruir la obra de Dios.

La nota negativa en cuanto al uso de la lengua se introduce hasta el último ejemplo. La chispa de fuego es pequeña pero puede causar gran daño al bosque entero. Así que, se requiere mucho cuidado para no destruir algo de gran valor por el mal uso de algo tan pequeño. La lengua también, si no se usa con cuidado, puede destruir una gran obra que Dios lleva a cabo.

2. La Lengua Puede Ser Util en la Acción de Satanás 3:5–6

La ilustración de la chispa de fuego en el bosque se toma como punto de partida para hablar de la destrucción que Satanás quisiera lograr en la iglesia. Satanás sabe usar la lengua para hacer gran daño a la obra de Dios.

¡Pensemos!

¿Cómo utiliza Satanás la lengua para destruir la obra de Dios? ¿Cuáles ejemplos de tal destrucción por medio de la lengua ha visto usted en el pueblo de Dios? ¿Cuáles precauciones pode mos to mar para no colaborar con él en su obra destructiva?

3. La Lengua es el Instrumento Más Difícil de Controlar 3:7–8

No hay nada más difícil de controlar en el mundo. El hombre ha logrado domar toda clase de animal, pero nunca ha aprendido a controlar su propia lengua. Es “un mal que no puede ser frenado”.

Debido a la dificultad de controlar la lengua, ella provee una de las mejores maneras de medir nuestra verdadera condición espiritual. El hombre que es controlado por el Espíritu de Dios sabrá controlar su lengua. No será portadora del veneno mortal.

4. Una Lengua que no es Consecuente 3:9–12

La lengua se contradice muchas veces. El mismo instrumento que usamos para bendecir a Dios, muchas veces se vuelve amargo. Atacamos con él lo que Dios ha creado. Usamos la lengua para bendecir a Dios y también para maldecir a los hombres que Dios hizo a Su imagen.

Jacobo señala que tal contradicción no debe existir. El uso repetido de la lengua para hacer daño a otros, indica que la fuente está contaminada.

Se mencionan tres ilustraciones de la naturaleza para demostrar la imposibilidad de la contradicción aparente. Una fuente no puede dar agua dulce y amarga. Una higuera no puede dar aceitunas, ni una vid higos. La misma fuente no puede dar agua salada y dulce. Así que, la lengua tampoco puede alabar a Dios de verdad y seguir criticando a los hombres que Dios ha creado.

5. La Lengua Demuestra la Calidad del Corazón 1:26

Aunque no lo declara directamente en este capítulo, la verdad anterior nos lleva de nuevo al principio expresado antes en Santiago 1:26. El uso de la lengua revela lo que está en el corazón. Por lo tanto, si la religión de alguien es verdadera, se reflejará en su manera de hablar.

Cristo indica la misma verdad en Lucas 6:43–45. No es cierto lo que decimos tantas veces: “Hable sin pensar”. Nuestra boca revela la realidad que está escondida en el corazón.

Si la boca critica, es porque el corazón guarda críticas.

Si la boca se queja, es porque en el corazón hay quejas.

Si la boca habla con enojo, es porque en el corazón hay enojo.

La lengua revela lo que está en el corazón.

En medio del sufrimiento, la lengua sirve para quejarse y para acusar a otros. En vez de acusar y quejarse en medio del sufrimiento, una fe viva les motivará a alabar a Dios y a sufrir por El con gratitud.

Esta actitud se encuentra en la vida de los apóstoles cuando ellos sufrieron por causa de Cristo (Hch. 5:40–41; 7:59–60; 16:23–25). Observe la reacción de ellos ante el sufrimiento. ¿Qué principios se observan en la vida de ellos que debemos imitar?

¡Pensemos!

Al ver la manifestación por medio de su lengua. ¿en qué condición está su corazón hoy? ¿Qué está llevando en lo profundo de su ser?

¿Tiene un corazón lleno de crítica?

¿lleno de ira?

¿lleno de celos?

¿Hay alguien a quien usted debe perdonar algo?

¿Está enojado con alguien hoy?

¿Está enojado con un vecino?

¿Está enojado con algún compañero?

¿Está enojado con su esposa o esposo?

¿Está enojado con Dios?

¿Está enojado con usted mismo?

HASTA QUE SE RESUELVA EL PROBLEMA DEL

CORAZON, LA BOCA NO HABLARA BIEN.

“Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana”.

“Si alguno no ofende en palabra, este es varón perfecto. capaz también de refrenar todo el cuerpo”.

Porter, R. (2003). Estudios Bı́blicos ELA: Cuando aumenta la presión (Santiago) (pp. 43–50). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.

4/12 – La Trampa De Juzgar Por Las Apariencias

Estudio libro de Santiago

Serie: Cuando aumenta la presión

4/12 – La Trampa De Juzgar Por Las Apariencias

Santiago 2:1–13

R. Porter

La Biblia habla con una voz fuerte y clara en cuanto a los ricos y su riqueza. Muchos hoy en día utilizan la Biblia para darles duro a quienes tienen más riqueza que ellos. ¿Cuál es la actitud de Dios en cuanto a las riquezas materiales?
Santiago 2:1–13 presenta un aspecto importante de la enseñanza bíblica en cuanto a los ricos. Muchos lo han tomado, sin estudiar con cuidado su mensaje, y lo han mal interpretado. Lea el pasaje y busque la idea principal que se presenta en él. ¿Cuál es el problema específico en cuanto al dinero que el autor discute?
Observe que Jacobo no está atacando ni a los ricos, ni a sus riquezas en sí. Lo que él critica es el punto de vista del mundo en cuanto a los ricos.
Según el autor, ellos, por causa de su sufrimiento, han pecado contra sus hermanos. Han favorecido a quienes tienen riquezas para que ellos les ayuden. Los hermanos están pasando por alto a los verdaderamente ricos, para exaltar al que en verdad es pobre, en cuanto a lo que realmente vale la pena. Santiago les advierte del peligro de poner el énfasis en las riquezas materiales.
Cuando nosotros leemos este pasaje, muchas veces caemos en la misma trampa. Ponemos todo el énfasis en las riquezas, en vez de poner el énfasis en el punto de vista del mundo en cuanto a las riquezas.

¡Pensemos!

¿Cuál es el punto de vista de Dios en cuanto a las riquezas?
Estudie los siguientes pasajes que hablan de las riquezas y haga una lista de los principios que Dios enseña en cuanto al dinero y las riquezas.

1 Timoteo 6:6–12
1 Timoteo 6:17–19
Hebreos 13:5
Mateo 6:19–21
Lucas 18:25–27

En el primer capítulo de Santiago, se ha presentado el tema del libro: en medio de la aflicción, debemos manifestar una fe viva que produce fruto. Se han señalado dos principios básicos de mayor importancia:

1) Una fe viva soporta la tribulación 1:2–12
2) Una fe viva vence la tentación 1:13–27

A partir del capítulo 2, el autor aplica estos dos principios generales a los problemas específicos que ellos tienen por causa de la aflicción en la cual viven. Ellos están sufriendo una persecución severa. Han sido expulsados de la sinagoga. Algunos han sido separados de sus propias familias, por causa de Cristo. Muchos han perdido sus trabajos y quienes han tenido sus propios negocios han perdido muchos clientes.
Frente a tanta persecución, los hermanos empezaron a buscar una salida. Cometieron ofensas el uno contra el otro. Hacían acepción de personas con la esperanza de conseguir algún beneficio personal. No se interesaban en ayudar a los demás. Había contenciones y pleitos entre ellos. Hacían planes con el fin de mejorar su situación futura. En fin, no vivían conforme a las normas que Dios había establecido, especialmente en sus relaciones el uno con el otro.
Por lo tanto, Jacobo les escribe para llamarles a un estilo de vida que refleje la fe en Dios que dicen tener. Les llama a una fe viva que se manifiesta al sobrellevar la persecución y vencer la tentación.
Después de presentar las consideraciones teológicas básicas acerca de su sufrimiento y sus intentos para defenderse, Jacobo se dirige a los problemas específicos que se han desarrollado por causa de su sufrimiento (2:1–5:6).
El primer problema es el del trato preferencial para los ricos. Una fe viva no concuerda con la acepción de personas que favorece a los ricos (2:1–13).

LA FE VIVA NO HACE ACEPCION DE PERSONAS 2:1–13

La exhortación 2:1
En un resumen que plantea el problema, les advierte que no caigan en la trampa de la parcialidad.

El problema 2:2–4
Para ayudarles a comprender las implicaciones de lo que hacen, les presenta un ejemplo para demostrar lo que podría pasar. Se siente que es más que una teoría. Parece que ha sucedido así en algunas ocasiones.

La explicación 2:5–11

1. La elección de los pobres 2:5
En el programa de Dios en el mundo, la norma ha sido que Dios elige a quienes son pobres, conforme a las normas del mundo, y los ha hecho ricos en fe y herederos de un reino de abundancia. El mundo siempre los ve como “pobres” a pesar de su riqueza espiritual.
Ellos son ricos en la fe: son herederos del reino; y, aman a Dios. Tienen la verdadera riqueza. Sin embargo, a estos verdaderamente ricos, sus mismos hermanos en Cristo los desprecian y rechazan, a favor de los que temporal y materialmente son ricos.

2. El maltrato por los ricos 2:6–7
Se presenta como un contraste la actitud de los hijos de Dios que prefieren dar honor a los ricos a expensas de los pobres. Ellos han dado vuelta a todo. Honran a quienes les oprimen, y rechazan a los que Dios ha elegido.
El punto de vista de Dios en cuanto a los ricos de este mundo es muy diferente al de ellos. El no les critica tan sólo por ser ricos. Sin embargo, es un hecho que son los que el mundo considera ricos que se han acostumbrado a atacar a los hijos de Dios. Ellos siguen un sistema que contradice al plan de Dios para su pueblo. Son pobres en cuanto a lo que verdaderamente vale la pena en la vida.
¿Quién es un rico? Esta pregunta es difícil de contestar. La riqueza es relativa. Se acostumbra creer que un rico es “quien tenga más que yo”. La realidad es que cada hombre rico conoce a otros más ricos que ellos; cada pobre conoce a otros todavía más pobres.
Así que, Santiago no está atacando la posesión de cierta cantidad de dinero. Está atacando la filosofía del mundo que da prioridad a la posesión de dinero y bienes por encima de otros valores.
Los hermanos han aceptado esta filosofía. Ellos dan primer lugar al que no lo merece, al rico transgresor. Este concepto equivocado tiene que corregirse.

¡Pensemos!

¿Hasta qué punto se encuentra esta actitud en la iglesia hoy? ¿Cómo evaluamos las riquezas hoy? Consideremos algunas preguntas importantes:

* ¿Para qué estoy viviendo? ¿Cuál es la prioridad más importante en mi vida? ¿A qué búsqueda dedico mi tiempo?
* ¿Queremos ganar más dinero? ¿Para que fin queremos ganar más? ¿Cómo usaremos lo que conseguimos?
* ¿Cuánta diferencia habrá entre mi actitud en cuanto al dinero y las posesiones, y la de mis vecinos inconversos?
* ¿En que forma debe transformarse mi actitud para que se conforme a la actitud de Dios? Romanos 12:1–2

3. La enseñanza de la ley 2:8–11
El problema mayor es que ellos están buscando una manera para sacar provecho personal, en vez de ayudar a los demás. Ellos saben que los ricos son quienes les han maltratado pero piensan cambiar esa situación.
Ellos creen que si honran a los ricos, los ricos les tratarán mejor. Cuando ellos buscan tales beneficios personales, no manifiestan amor hacia su prójimo. Por eso, ellos son transgresores de la ley y están bajo su condenación.
Jacobo hace referencia a “la ley real” de Dios para indicarles qué deben hacer. Compare su idea aquí con la de Cristo en Mateo 22:36–40. Según estos versículos, ¿cuáles deben ser las prioridades mayores en la vida de un hijo de Dios?
Santiago 2:5 indica la importancia del amor hacia Dios; 2:8 pone el énfasis en el amor para con el prójimo. Estas dos leyes todavía son las más importantes. Sin embargo, estos hermanos no aman a su prójimo como a sí mismos.
Al hacer acepción de personas, ellos buscan su propio bien. Por eso, no cumplen con la ley que dice que deben amar a su prójimo como a sí mismos
Con Dios no hay “pecados pequeños” y “pecados grandes”. Al no cumplir la ley, se consideran todos transgresores. Por eso, estos hermanos que manifiestan su falta de amor para los demás al hacer acepción de personas, se condenan como transgresores de la ley. Su falta de amor es una ofensa seria frente a Dios (2:9)

Conclusión 2:12–13
Jacobo les exhorta a cambiar su actitud y su conducta. Para evitar la condenación con los transgresores de la ley, ellos deben buscar primero el bien del prójimo.
Esta actitud terminará de una vez su parcialidad hacia a los ricos. Cuando ellos empiecen a manifestar misericordia de esta manera, entonces ellos recibirán misericordia y se escaparán de la condenación.
Santiago no se está haciendo legalista en cuanto a la aplicación de la ley. El se basa en el espíritu de la ley que da primer lugar en nuestra vida a lo verdaderamente importante, primero a Dios y después al prójimo.
Para no caer condenado bajo los principios fundamentales de la ley que Dios ha establecido, ellos deben manifestar amor al otro, dejando de mostrar ese favoritismo para los ricos. Así cuando ellos muestran misericordia a los otros necesitados, ellos también recibirán misericordia.
Si estos hermanos tienen fe verdadera en Dios, la fe viva debe manifestarse en su vida diaria. El autor indica que una manera de mostrar la realidad de su fe en Dios se encuentra en su actitud hacia el dinero y quienes lo poseen. Deben interesarse más en su prójimo, y dedicarse a buscar el bien de los demás, tanto como lo buscan para ellos mismos.

Implicaciones Personales Para Nosotros Hoy
La implicación más obvia para nosotros hoy es que no debemos hacer acepción de personas tampoco. Todavía hay una tendencia a dar preferencia a las personas importantes.
Al llegar alguna persona que se considera “un éxito” conforme a la manera del mundo de evaluar, se le recibe con entusiasmo. Pero muchas veces al llegar un hermano nuevo del campo o del mismo pueblo, no se considera de mayor importancia.
¿Qué nos motiva a tal preferencia de personas? ¿Será que nosotros también, tal como aquellos hermanos, pensamos sacar algun beneficio personal?
Las iglesias a veces se hacen competencia para ver cuánta gente importante pueden atraer. Se da crédito especial para los políticos, negociantes y líderes reconocidos que lleguen.
Se nos ha olvidado el concepto de Pablo en 1 Corintios 1:26–31. ¿Cuáles son las implicaciones de este pasaje frente a esta actitud?
¿Cómo debe ser nuestro trato para quienes nos visiten? ¿En cuáles otras maneras manifestamos acepción de personas en la iglesia? ¿Qué podemos hacer para cambiar esta actitud?
Otra manifestación de la presencia en la iglesia de la actitud del mundo en cuanto a los bienes es la cantidad de hogares cristianos dañados por la búsqueda de más dinero. Muchos hombres se venden para conseguir más para sí mismos. Se involucran de todo corazón en la lucha para tener más.
Muchos pastores u obreros han dejado la obra por causa del deseo de obtener más. Debemos ser responsables para suplir las necesidades de nuestras familias, pero muchas veces se motiva más por la misma actitud del mundo que busca más ganancia para sí mismo.
Una tercera manifestación de la presencia de la actitud del mundo es el esfuerzo para impresionar a otros con lo que tenemos. Muchos cristianos se han metido en deudas exageradas porque quieren tener tanto o más que lo que otros tienen. La tendencia se observa en una cantidad de hogares pobres que tienen que poseer un televisor, hasta a colores muchas veces.
En fin, se puede notar este problema en cualquier actitud que manifieste la filosofía del mundo. Esta filosofía dice que lo que tengo determina mi valor. Esta actitud se encuentra entre la gente de todo nivel social.
Debemos evaluar nuestras actitudes y conducta. Cualquier intento de conseguir más para mí contradice el principio del amor para el prójimo. Debemos dedicarnos a buscar en primer lugar el bien del otro.

¡Pensemos!

Este estudio abre nuestros ojos a varias actitudes equivocadas en cuanto al dinero. Se han observado a lo menos cuatro actitudes falsas que se encuentran muchas veces, aún en la iglesia. Evaluemos nuestras actitudes. ¿Cómo actuamos nosotros en cuanto a estas actitudes?

1. ¿Doy trato preferencial a “la gente importante” que conozco? ¿Cómo lo hacemos? ¿Qué debemos hacer?
2. ¿Habré dado demasiada importancia a la búsqueda de dinero o posesiones, a expensas de mi familia? ¿Cuál es la prioridad mayor en mi vida?
3. ¿Trato de impresionar a otros por las cosas que tengo?
4. ¿Qué base uso para evaluar a la gente? ¿Decido su valor a base de lo que tienen, o a base de lo que son?
5. Al acercarme a otras personas, ¿lo hago para conseguir algún beneficio para mí. o poque tengo algo que ofrecerle al otro?
Consideremos nuestras actitudes hacia otros. ¿Seguimos la ley real de amor? ¿Buscamos el bien de los demás? O, ¿Buscamos algún beneficio personal?

Porter, R. (2003). Estudios Bı́blicos ELA: Cuando aumenta la presión (Santiago) (pp. 27–34). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.

Predica la sana doctrina

Predica la sana doctrina – 1 Timoteo 1:3–11

Autor: Estudios Bı́blicos ELA.

a1Los apóstoles velaban por la sana doctrina. Esta enseñanza da vida y salud espiritual porque es la doctrina cristiana verdadera. En todas las epístolas del apóstol Pablo, en total trece cartas del Nuevo Testamento, él expuso las bellas verdades de la salvación que se obtienen por medio de Jesucristo e instruyó a los cristianos acerca de su nueva vida. Pero también, en todas sus epístolas, tuvo que combatir las enseñanzas equivocadas que amenazaban la salud de las iglesias.

Las verdades del mensaje de la Biblia son el corazón del cristianismo. Cuando los hombres se apartan de esa verdad, debilitan el mensaje. Si cambian las verdades fundamentales, la doctrina deja de ser el mensaje cristiano bíblico. Son herejías, enseñanzas que no redimen al hombre de sus pecados, que no le proporcionan la vida eterna, que no lo transforman en una nueva criatura ni le ubican en el camino que se dirige al cielo.

Las doctrinas falsas toman muchas formas. En nuestro día, algunos grupos ponen la tradición de la iglesia, la experiencia personal u otros escritos en lugar de la Biblia, como la autoridad final del cristianismo. Algunos elevan al hombre al nivel de Dios y bajan a Jesucristo al nivel de un profeta o maestro. Otros enseñan que el bautismo o el cumplimiento de otro rito es necesario para recibir la vida eterna. Según otros, las Escrituras, aún en su forma original, contenían errores.

Entre los errores que más amenazaban a las nuevas iglesias del primer siglo, estaba el legalismo, la trágica enseñanza que dice que el hombre puede ser redimido o que el cristiano puede ser santificado si cumple con ciertos ritos, normas o reglamentos. Lamentablemente, este error continúa en las iglesias cristianas, minando sutilmente la pureza del evangelio y fomentando una “santidad” externa y superficial.

El ser humano ama el legalismo. Siempre se ha sentido atraído a él, porque piensa que cumpliendo ciertos ritos y reglas le hacen ser cristiano y no tiene que humillarse y aceptar por fe la salvación de Dios que no merecemos. El legalismo supuestamente da al hombre el control sobre su vida y destino. El cristiano también ama el legalismo, porque al conformarse a algunos requisitos de su iglesia y evitar algunos pecados escandalosos, le da la apariencia de santo, sin que haya una entrega del corazón a la voluntad de Dios. No experimenta una transformación interna del afecto, los móviles, las actitudes y los pensamientos. Sólo Dios, por el Espíritu Santo, puede obrar estos cambios, y solamente cuando el hombre se somete de corazón al control de él.

Una iglesia ejemplar conserva la sana doctrina, evita el error del legalismo y mantiene la pureza del evangelio de la gracia de Dios. ¿Cómo pueden los cristianos evitar el error del legalismo y otras doctrinas falsas?

¡PENSEMOS!

¿Dónde estaba trabajando Timoteo? (v. 3) Según los versículos 3–4, ¿Por qué había dejado Pablo a Timoteo en Éfeso? Haga una lista de las características del error que se enseñaba (vv. 3–4). ¿Qué es una fábula? Piense en alguna leyenda, regla, creencia o superstición que es común, aún entre los cristianos pero que no es bíblica. Según el v. 5, ¿cuál era la meta de Pablo al mandar prohibir la doctrina falsa? Según los vv. 8–9 y Tito 1:14, ¿cuál fue el origen de la falsa enseñanza que había en esa época?

DEBEMOS PROHIBIR LAS DOCTRINAS FALSAS 1:3

A primera vista, la instrucción de Pablo parece muy drástica: “que no enseñan diferente doctrina”. Algunos dirían: “A Pablo le faltaba tolerancia. No tenía una mente abierta. Además, era soberbio porque pensaba que sólo él tenía razón. Ser tan drástico causaría más problemas en la congregación, debía tener más amor”.

Pero recordemos la naturaleza del cristianismo. No es una filosofía humana, con la cual debemos comparar otras formas de pensamiento para decidir cuál tiene la razón. La fe cristiana llegó al hombre por revelación divina en las Escrituras del Antiguo y del Nuevo Testamentos. Una parte de la revelación fueron los eventos históricos ineludibles de la venida, vida, enseñanza, muerte y resurrección del Hijo de Dios. Esta revelación divina concluyó con las enseñanzas autorizadas y normativas de los apóstoles. Los cristianso no tienen la opción de introducir nuevos pensamientos al cristianismo. Han de comparar toda enseñanza con la norma divina que se encuentra en las Escrituras.

Por eso, Pablo puede hablar de diferente doctrina. ¿Diferente de qué? De la que enseñaban los apóstoles. La doctrina de ellos es norma para todos los cristianos. Pablo dice en Gálatas que no hay otro evangelio, porque ningún otro mensaje trae “buenas nuevas”. Escribió: “Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema” (Gálatas 1:6–10). Veremos más adelante que esta “falta de tolerancia” no implica que el cristiano no tiene amor. Por el contrario, ser fiel al mensaje cristiano manifiesta verdadero amor.

DEBEMOS MANDAR:

1. “QUE NO ENSEÑEN DIFERENTE DOCTRINA” (v. 3)
2. “NI PRESTEN ATENCIÓN A FÁBULAS.…” (v. 4)

NO DEBEMOS ESCUCHAR ERRORES HUMANOS 1:4

“No presten atención a fábulas y genealogías interminables”. Algunos maestros de la iglesia de Éfeso habían introducido enseñanzas que no eran bíblicas. En Creta, Tito se enfrentó con doctrinas semejantes: “…no atendiendo a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad” (Tito 1:14). “Pero evita las cuestiones necias, y genealogías, y contenciones, y discusiones acerca de la ley…” (3:9).

¿Cuáles eran esas fábulas y genealogías? Había una práctica que había comenzado entre los judíos que consistía en ampliar las listas de nombres que aparecían en las genealogías del Antiguo Testamento añadiendo historias ficticias, supuestamente para ilustrar el trato de Dios con el pueblo judío. Estaban agregando material mitológico a la palabra de Dios.
De estas fábulas y de la ley mosaica los maestros habían sacado aplicaciones y mandamientos para la vida de los creyentes. Esto no producía la salvación ni la espiritualidad como ellos decían, sino disputas, contenciones y discusiones vanas y sin provecho (Tito 3:9).

Hoy en día, algunos cristianos siguen reglamentos y normas que no vienen de las Escrituras, y se consideran más espirituales por guardar esos mandamientos de hombres. El legalismo surge de ideas humanas que no están basadas en la palabra de Dios, sino que está motivado por el deseo de ser exaltado a los ojos de los demás. El legalismo produce orgullo, en el hombre, porque éste se cree superior a los demás.

Los cristianos tenemos que rechazar la enseñanza que dice que para ser cristiano, el hombre necesita hacer algo más que confiar en la muerte de Cristo. Al testificar del Señor, debemos tener cuidado de no agregar alguna norma humana o un reglamento de nuestra iglesia como requisito para que la gente se haga cristiana.

No midamos nuestra santidad o espiritualidad sólo porque no practicamos ciertos vicios o actividades que los cristianos desaprueban. La santidad es una condición interna que brota del amor y temor a Dios. Es motivada por el deseo de agradar y glorificarlo a él. La santidad comienza con entregarnos totalmente al dominio divino para cumplir su voluntad. El Espíritu obra cuando nos alimentamos con la palabra de Dios y cuando la obedecemos. Es experimentar una transformación interna de los móviles, actitudes, afectos y pensamientos. Entonces la santidad interna producirá la conducta correcta. El Espíritu Santo quiere conformarnos a la imagen de Jesucristo, desde lo más profundo de nuestro ser.

DEBEMOS TENER AMOR Y HUMILDAD 1:5–7

El v. 5 es muy importante. Pablo afirma que si la iglesia enseña sólo la doctrina bíblica, esto producirá amor entre los cristianos. Las enseñanzas no bíblicas producen disputas y disensiones. Ser fiel a las Escrituras une a los miembros de la congregación en una sola convicción. Están de acuerdo en su enseñanza. A su vez, la enseñanza correcta resulta en: 1) un cambio en el corazón de la persona, no sólo en la superficie; 2) una conciencia que no le acusa porque es obediente a Dios; y 3) una confianza en Dios que no es hipócrita, sino que es genuina y de corazón.

DOCTRINA CORRECTA → AMOR Y UNIDAD

Estos cambios profundos en la vida crean relaciones de verdadera comunión, unidad y afecto entre los miembros de la congregación.
Los que enseñaban cosas diferentes en Éfeso habían dejado la obediencia y la comunión. A través de las cartas pastorales se nota el contraste de la vida que Pablo manda con la que proponían los maestros del error. En vez de tener un corazón sincero, engañaban y eran engañados (2 Timoteo 3:13). En vez de una buena conciencia, la tenían cauterizada (4:2). En vez de una fe no fingida, habían naufragado en cuanto a la fe (1:19).

EL PROPÓSITO DE ESTE MANDAMIENTO ES EL AMOR NACIDO:

1) DE CORAZÓN LIMPIO,
2) DE BUENA CONCIENCIA,
3) DE FE NO FINGIDA…” (v. 5)

El v. 7 señala otra debilidad de los que querían imponer mandamientos y reglamentos no bíblicos “queriendo ser doctores de la ley” Se creían superiores a los demás porque suponían que guardando algunos reglamentos externos se hacían más espirituales que los demás. Esta actitud de soberbia es una de las consecuencias del legalismo. En realidad, es relativamente fácil conformarse a ciertas normas externas. No requiere someter la vida a la voluntad de Dios y alimentarse diariamente con su palabra. Tampoco exige edificar a otros y ser edificado por ellos, ni crecer en el conocimiento de Dios y experimentar progresivamente la transformación de las ambiciones y los móviles humanos. No requiere el cambio del carácter egocéntrico en una persona que manifiesta el fruto del Espíritu Santo.
Por otra parte, la persona que está creciendo espiritualmente no siente orgullo, sino humildad, porque reconoce cuánto le falta para llegar a ser como Jesucristo.

DEBEMOS USAR LA BIBLIA CORRECTAMENTE 1:8–11

En el v. 8, Pablo llega al corazón del problema doctrinal de Éfeso. Algunos maestros no usaban las Escrituras correctamente. Se basaban en el Antiguo Testamento y especialmente en las leyes. Exigían que los hombres guardaran las normas de la ley de Moisés para ser salvos y para ser más espirituales.
Vimos en el v. 4 que algunos enseñaban fábulas que habían sido agregadas a las Escrituras. Ahora, vemos que usaban la ley de Dios, pero no en forma legítima.
Es importante observar que Pablo no sólo señala los errores de estos maestros, sino también provee enseñanza positiva para aclarar el buen uso que se debe dar a la ley de Dios. En los sermones y enseñanzas de la iglesia, se deben señalar los errores y también exponer la doctrina bíblica. La ley no tiene poder para salvar al pecador ni santificar al pueblo de Dios. Tiene la función de manifestar la justicia divina y la desobediencia de los humanos. Pablo insistió en Romanos 3:20: “Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él, porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado”.

“…PORQUE POR MEDIO DE LA LEY ES EL CONOCIMIENTO DEL PECADO” Romanos 3:20

Nótese una nueva expresión que se encuentra varias veces en las epístolas pastorales: la sana doctrina. La enseñanza de los apóstoles es sana porque es saludable y produce sanidad. En cambio, la doctrina falsa produce enfermedad espiritual, como Pablo escribió en 6:4 del que “delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas”. En 2 Timoteo 2:17, el autor advirtió refiriéndose a estos maestros que “su palabra carcomerá como gangrena”. La doctrina que no es bíblica contagia a las personas y enferma a la congregación y por lo mismo, no produce una iglesia saludable.
El v. 11 dice que esta enseñanza está basada en “el glorioso evangelio del Dios bendito”. El evangelio dice que por la gracia de Dios somos salvos y santificados, no por el esfuerzo de la carne ni por el mérito humano:

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas (Efesios 2:8–10).

¡PENSEMOS!

Evalúe su vida personal con respecto al amor que siente hacia otros creyentes, a un corazón limpio, a una buena conciencia y a una fe genuina. ¿Qué debe hacer el cristiano a quien le falta alguna de estas características?
Si usted tiene oportunidad de enseñar o predicar la palabra de Dios, ¿se cuida de no agregar sus propias ideas al mensaje de Dios? ¿Interpreta y utiliza bien la palabra? ¿Ha vencido la ambición de ser conocido como “experto” y “erudito” en materia espiritual? ¿Hay alguna norma de conducta sobre la cual los miembros de su iglesia no están de acuerdo? ¿Existen disensiones por eso? ¿Es posible que se está exigiendo una norma que no tiene base bíblica o que se basa solamente en una norma de la ley de Moisés? ¿Cómo podría usted contribuir a resolver el conflicto, sin manifestar un espíritu de superioridad.

Orth, S. (1996). Estudios Bı́blicos ELA: Una iglesia ejemplar (1ra Timoteo) (pp. 15–23). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.

El Matrimonio que Vive Sabiamente

El Matrimonio que Vive Sabiamente

1 Pedro 3:1–7

Autor: Estudios Bı́blicos ELA: Remando contra la corriente (1ra Pedro)

a1El alto índice de divorcios muestra que la fibra que une a nuestra sociedad es muy frágil. En algunos lugares, hay tantos divorcios como bodas. En realidad, este no es el único problema, porque muchas parejas mantienen la fachada y permanecen casadas pero sin unidad en el pensamiento, las metas y los valores. No se conocen realmente y no se apoyan mutuamente.

La clave para entender estos versículos es observar la relación que tienen con el capítulo 2. La palabra asimismo con que se inicia 3:1 relaciona el pasaje acerca del matrimonio con el ejemplo de Jesucristo. El, con paciencia y propósito, se sujetó a los demás y sufrió para llenar las necesidades de otros. Este es el secreto de un matrimonio feliz y duradero.

Imitar buenos modelos asegura el éxito en la vida personal y conyugal. Lo triste es que gran número de personas sólo han visto los modelos de padres y familiares que no pudieron desarrollar un matrimonio estable y feliz. Muchos ven telenovelas o leen revistas que reportan las vidas de las estrellas del cine con todos sus altibajos emocionales. Estas personas no practican los fundamentos del matrimonio cristiano.

Pedro nos recuerda el comportamiento de Jesucristo que es Dios mismo y quien diseñó el matrimonio, por lo que es el experto en relaciones humanas. La Biblia es el manual del fabricante que instruye a las parejas sobre el buen funcionamiento de esa institución.

El pasaje tiene dos párrafos dirigidos primero a la mujer y después al varón.

3:1–6  La belleza que necesita la esposa
3:7 La sabiduría que necesita el esposo

LA ESPOSA HERMOSA 3:1–6

Aquí instruye a la mujer en los secretos de la belleza personal, que bien entendida tiene poder, junto con la obra del Espíritu Santo, para ganar al esposo para Cristo

¡PENSEMOS!

Medite en los versículos 1–6. ¿Cuáles son las características de la mujer cristiana que pueden ganar a un esposo que no conoce al Señor? ¿Cuáles son los dos tipos de belleza que Pedro menciona? ¿Qué caracteriza a cada uno? ¿Cómo se muestra hoy en día el espíritu afable y apacible? ¿Qué aprende la mujer del modelo de Sara? ¿Por qué se comportaron así las santas mujeres? ¿Cuáles pueden ser algunos temores de la mujer actual? ¿Cómo puede la conducta correcta evitar el temor?

La belleza interna impacta al esposo (3:1–2)

En primer lugar, la mujer ha de seguir el ejemplo de Cristo; él mostró fuerza, paciencia y ternura, aun en medio de circunstancias que amenazaban su vida y controlaba sus reacciones para no pecar. Soportó los insultos y mal trato de sus enemigos. Dio su vida por los demás; es el tierno Pastor y Obispo de las almas.

Pedro instruye a las mujeres acerca de su relación con su esposo, sea creyente o no y aclara que, para ganar al esposo que no conoce a Cristo, es más importante la conducta que las palabras (sin palabra). La constante e insistente predicación de la esposa puede alejar al esposo y endurecer su corazón.

La hermosura de un espíritu colaborador y respetuoso tiende a suavizar al marido. En el versículo 2, la palabra considerando sugiere que el esposo tiene la oportunidad de observar detenidamente la diferencia que el evangelio hace en la vida de su esposa.

Note que la exhortación a que las esposas se sometan a sus maridos no sugiere inferioridad. Cristo no era inferior a quienes lo maltrataron y mataron. Un soldado puede ser mejor persona que un general. En todos los niveles de la sociedad existe el liderazgo, pero esto no significa que una persona sea superior a otra. Tanto la mujer como el hombre fueron hechos a la imagen de Dios; él les dio a los dos el dominio de la creación. Cuando reciben a Cristo, los dos vienen a ser uno en él.

Y DIJO JEHOVA DIOS: NO ES BUENO QUE EL
HOMBRE ESTE SOLO; LE HARE AYUDA IDONEA
PARA EL (GENESIS 2:18)

Tampoco debemos pensar que la mujer es la sirviente del hombre; ni debe ser maltratada o explotada porque Dios la creó para complementarlo. Ella es lo que él no puede ser y hace lo que hace mejor. La Biblia no humilla a la mujer sino que la dignifica como una persona que ayuda a su marido para que él sea mejor y más efectivo. Para este fin, ella ha de sentir confianza de expresar sus ideas y deseos. Su marido aprovechará su sabiduría femenina, conocimientos e intuición.

Ella por su lado, debe apoyar, animar y escuchar a su esposo; no manipularlo ni engañarlo. Tampoco despreciarlo ni criticarlo porque después de Dios, es la persona más importante en su vida.

El Señor ha creado el orden en el universo y también en el hogar para que haya unidad y tranquilidad. Los cónyuges no son competidores, sino socios en la tarea de crear un hogar que contribuya al bienestar, crecimiento y santidad de la pareja, de los hijos y de otras personas.

La belleza interna agrada a Dios (3:3–4)

En el primer siglo, la mujer invertía dinero y tiempo para adornarse según se indica en el versículo 5. ¿Cuáles son las tendencias de la mujer actual al respecto?
La pureza y modestia son cualidades internas que afectan la conducta y el adorno externo. Pedro no prohibe esto último; más bien enseña que el creyente no debe dejarse influir por la sociedad en su deseo de atraer la atención a través de la ostentación y la pompa. El apóstol dice que lo que está adentro es el adorno más valioso e impactante.

La mujer no ha de imitar la corriente de este mundo. Su encanto reside en una actitud pacífica de cooperación con su marido, sin mostrar rebeldía ni resentimientos.

Es evidente que Pedro no infiere que la mujer descuide su aspecto físico. El vocabulario que usa indica que es de esperarse que ella busque ser atractiva. Sara, el modelo de santidad, era una mujer conocida por su belleza y atractivo.

…QUE ENSEÑEN A LAS MUJERES JOVENES A AMAR
A SUS MARIDOS Y A SUS HIJOS, A SER
PRUDENTES, CASTAS, CUIDADOSAS DE SU CASA,
BUENAS, SUJETAS A SUS MARIDOS, PARA QUE LA
PALABRA DE DIOS NO SEA BLASFEMADA
(TITO 2:4–5).

La belleza interna ha sido comprobada a través de la historia (3:5–6)

Pedro cita los nombres de mujeres de la antigüedad que poseían cualidades sobresalientes de espíritu y conducta que adornaban sus vidas
En el versículo 5 menciona tres de estas características:

1) santas,

2) esperaban en Dios, y

3) sujetas a sus maridos.

“Santa” corresponde a la palabra “casta” que mencionó en el versículo 2. La esperanza que tenían puesta en el Padre celestial tiene relación con “afable” que usa en el versículo 4. Este adjetivo describe a la persona que vive tranquila porque acepta la voluntad del Altísimo para su vida. Aunque las circunstancias, incluso las del hogar, no son lo perfectas que quisiera, ella pone su fe en Dios para que él llene su vida de gozo y contentamiento.

Sara es ejemplo de sumisión. Si la mujer de hoy la imita, entonces será llamada “hija de Sara”, así como los que son salvos por la fe son “hijos de Abraham” (Gálatas 3:7).
En el versículo 6, el autor menciona dos cualidades más:

1) “hacer el bien” que significa cultivar y practicar el estilo de vida que este pasaje describe, y

2) estar sin temor. Esto último significa literalmente estar libre de pánico o agitación y exhibir serenidad. Esta característica es consecuencia de confiar en su esposo y reconocer que él es responsable delante de Dios del bienestar del hogar. Como dice el libro de Proverbios: “…no se aparten estas cosas de tus ojos; guarda la ley y el consejo. Y serán vida a tu alma, y gracia a tu cuello. Entonces andarás por tu camino confiadamente, y tu pie no tropezará. Cuando te acuestes, no tendrás temor, sino que te acostarás, y tu sueño será grato. No tendrás temor de pavor repentino, ni de la ruina de los impíos cuando viniere, porque Jehová será tu confianza, y él preservará tu pie de quedar preso” (3:21–26)

¡PENSEMOS!

Para la mujer: ¿Cuáles son las cualidades personales en los versículos 1–6 que usted necesita cultivar más? ¿En qué formas puede mostrar respeto y admiración a su esposo? ¿Ha de someterse la esposa a su marido aun cuando él no demuestra amor? ¿Pueden existir circunstancias en las cuales la mujer no deba obedecer a su esposo? ¿Qué significa para usted el ser casta y santa? ¿Cuáles son algunos temores comunes de las esposas? ¿ ?Cómo puede la conducta correcta evitar el temor? Comparta algo que usted ha aprendido acerca de la sumisión en su vida matrimonial.

Para el hombre: ¿Qué puede hacer el esposo para hacer más fácil que su esposa se conduzca en la forma correcta?

EL ESPOSO SABIO 3:7

Es importante notar que Pedro dedica más espacio a la mujer que al hombre en este pasaje. No se debe a que el hombre tiene menos necesidad de orientación. En Efesios 5, Pablo dice mucho más al hombre que a la mujer. Posiblemente Pedro sabía que en aquellas congregaciones había muchas señoras cuyos maridos no eran creyentes todavía o conocía que eran rebeldes no sólo en las relaciones con el gobierno y sus amos, sino también en el hogar.

¡PENSEMOS!

¿En qué debe ser el comportamiento del hombre semejante al de la mujer? ¿En qué forma puede un esposo mostrar sabiduría en su relació con su compañera? ¿Qué significa que la mujer es un “vaso más frágil”? ¿Encuentra la idea de sumisión en las instrucciones a los hombres? ¿Qué significa para usted “coherederas de la gracia de la vida”?

El hombre también debe sujetarse

El escritor continúa la misma cadena de ideas. Empezó el versículo 1 diciendo: asimismo y en el 7 repite: igualmente para indicar que tanto las esposas como los maridos han de imitar a Jesucristo en el sometimiento y control personal. Ellos deben ejercer su liderazgo con amor, no buscando su propio bien y comodidad sino el bienestar de su esposa e hijos; deben entregarse a los que son de su familia y tratar de llenar sus necesidades. Esto requiere sacrificar sus deseos egoístas y sujetarse a los demás.

El hombre ha de ser sabio

“Vivid con ella sabiamente” significa adquirir conocimientos acerca de la naturaleza y necesidades especiales de su pareja. También quiere decir que el esposo ajusta su conducta de acuerdo a ellas y que se adapta a la naturaleza más frágil de la mujer.

El marido no puede disfrutar de autonomía personal. En primer lugar, Dios lo hace responsable del bienestar de los miembros de su familia y tendrá que rendirle cuentas de este importante encargo.

En segundo lugar, el esposo acepta el privilegio y el deber de compartir su vida con otro ser humano y guiar el hogar de manera que haya reciprocidad. El liderazgo del esposo es un ministerio, de manera que su esposa se siente amada, apoyada y edificada. El debe dedicarse a servir a los de su hogar administrándolo de tal manera que traiga seguridad, estabilidad, felicidad y desarrollo emocional y espiritual.

MARIDOS, AMAD A VUESTRAS MUJERES, ASI
COMO CRISTO AMO A LA IGLESIA, Y SE ENTREGO
A SI MISMO POR ELLA (EFESIOS 5:25).

Para comprender a su esposa, el marido necesita involucrarse con ella y sus preocupaciones, escucharla y dialogar con ella. El matrimonio provee una oportunidad única de conocer a otra persona, sus gustos, intereses, talentos, temores y ansiedades. La esposa anhela ser comprendida y
esto le hará sentir segura y amada.

El hombre ha de honrar a su esposa

Como la esposa ha de respetar a su esposo, también el marido tiene que asignarle una posición de honor, sabiendo que no es inferior, sino que tiene cualidades personales y habilidades únicas y valiosas. El esposo le hace sentir que es importante, atractiva y esencial para él.

Pedro explica que existen dos razones por las que la esposa merece consideración especial. En primer lugar, porque es más frágil. Es posible que se refiera a que por lo general, es más sensible y vulnerable emocionalmente. Por ejemplo, se siente profundamente lastimada cuando no ve afecto, lealtad y apoyo de su esposo.

En segundo lugar, Pedro dice que es “coheredera de la gracia de la vida”. En el matrimonio cristiano, ambos cónyuges son iguales porque los dos poseen la vida de Dios y tienen los mismos privilegios delante de él así como la misma responsabilidad de cumplir la voluntad divina; ambos son siervos del Altísimo.

MARIDOS, AMAD A VUESTRA MUJERES, Y NO
SEAIS ASPEROS CON ELLAS (COLOSENSES 3:19)

¿Cómo respeta y honra el hombre a su esposa? Cuidando su manera de hablar y siendo cortés; manifestando delante de otras personas su aprecio y respeto. Le asegura su lealtad y fidelidad, dando evidencias de que la ama y la hace sentir segura y apreciada por medio de los actos de apoyo, cariño y colaboración.

Un hombre así conserva la comunión con Dios

La relación que se desarrolla en el matrimonio es tan importante como cualquier otra conducta que Dios nos manda. Tiene muchas repercusiones para la tranquilidad del hogar, el testimonio a los demás, la unidad de la iglesia, la seguridad de los hijos y el crecimiento espiritual de los esposos. Además, también afecta nuestra relación con el Señor.

Cuando el esposo no vive sabia y respetuosamente con su mujer, se interrumpe su comunión con el Altísimo. Desobedecer el patrón divino para el matrimonio es pecado. Esta desobediencia y rebelión impide la comunicación y oración con el Señor. Mantener la armonía en el hogar es de suma importancia. El esposo, como líder, es la persona responsable por mantener el martimonio en el camino correcto. La oración es uno de los recursos más potentes que él y su esposa tienen.

¡PENSEMOS!

Para el hombre: ¿Qué debe hacer usted para llegar a comprender mejor a su esposa? ¿Está usted seguro que su esposa sabe que usted la ama? ¿Que ella siente que usted es leal y que la apoya? ¿Que usted la considera esencial? ¿Que aprecia su valor y su atractivo como persona? ¿Cómo podría mejorar su comunicación y su conducta para que ella sepa todo esto?

Para la mujer: ¿Cómo puede usted facilitar que su esposo la conozca mejor? ¿Necesita hacer combios en su comportamiento y comunicación para que le sea más fácil amarla y respetarla?

Para ambos: ¿Somos socios o competidores? ¿Contribuye cada uno a que el otro esté más cerca de Dios? ¿Nos entendemos mejor? ¿Tomamos en cuenta los sentimientos del otro? ¿Contesta Dios nuestras oraciones? ¿El matrimonio enriquece nuestras vidas? O, ¿estamos robándonos unos a otros la bendición de Dios?

Orth, S. (1991). Estudios Bı́blicos ELA: Remando contra la corriente (1ra Pedro) (pp. 85–95). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A C.