Aquí viene el juez

Marzo 2

Aquí viene el juez

Lectura bíblica: Romanos 3:21–23

Dios nos libra de culpa por medio de la fe en Jesucristo. Romanos 3:22 (DHH)

a1Un joven declarado culpable de un crimen serio se encuentra de pie esperando la sentencia del juez. El juez le lanza una mirada de desprecio:
—¿Admites que tus acciones fueron perjudiciales?
—Sí, Su Señoría —dice suavemente el acusado, su cabeza inclinada por la vergüenza.
—¿Y sabes que la ley dicta que debes ser castigado por tu crimen?
—Sí, señor.

El juez mira al joven y dice:
—Sobre la base de las evidencias y en razón de que reconoces que eres culpable, este tribunal te sentencia a pagar $10.000 de multa o un año de reclusión en la cárcel.
—Pero, Su Señoría —dice el joven tratando de contener sus lágrimas— no tengo $10.000.
—Joven —responde el juez con firmeza— la ley exige que pagues la multa o marches preso por un año.
Luego, da un golpe con el mazo, en señal de que el caso ha concluido.
Mientras el público se retira, el juez baja de su estrado y se acerca al joven.
—Ven conmigo —le dice.

El acusado sigue al juez hasta la ventanilla donde los delincuentes pagan sus multas. Mientras el joven observa, el juez saca una chequera del bolsillo. Escribe con cuidado un cheque por $10.000, la cantidad total de la multa. Lo firma y lo entrega al cajero. Luego se vuelve al joven y le dice con una sonrisa:
—Quedas en libertad. Puedes retirarte, hijo.

Al joven se le llenan los ojos de lágrimas:
—No merezco esto, pero gracias, papá.

Luego se abrazan.
¡Este es un cuadro de cómo te ama Dios! No puedes obedecer completamente la ley de Dios. Por tus pecados te mereces una condena que no puedes pagar. Y Dios, el juez perfecto, no puede perdonar tus pecados hasta que la multa no sea pagada. Pero Dios —quien es tu Padre que te quiere— baja de su estrado y paga él mismo la multa que te corresponde.

Lo único que tienes que hacer para recibir el inmenso perdón de Dios es aceptar su generoso regalo. ¿Cómo? Confiando en Jesucristo para que te quite tus pecados. Entonces, todo ha sido perdonado, y puedes disfrutar de que eres un hijo muy querido de tu Dios justo que te ama completamente.

PARA DIALOGAR
¿Qué si Dios no hubiera enviado a Jesús para arreglar las cosas entre tú y él? ¿Cómo te sentirías si todavía estuvieras bajo condena por tu pecado?

PARA ORAR
Señor, gracias por enviar a Jesús como la única manera para que nuestros pecados pudieran ser perdonados y así estar libre para seguirte.

PARA HACER
Dios te ha perdonado generosamente. ¿Quién te ha hecho un mal a ti y necesita saber que lo has perdonado? ¿Cómo puedes darle esa gran noticia?

McDowell, J., & Johnson, K. (2005). Devocionales para la familia. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.

El señor Mazo

Marzo 1

El señor Mazo

Lectura bíblica: Romanos 3:10–20

Porque por las obras de la ley nadie será justificado delante de él. Romanos 3:20

a1Es la última semana de clases antes de las vacaciones de primavera, y Mónica está ansiosa por ver el resultado de sus pruebas de aptitud física en su clase de gimnasia. Mónica superó por mucho a todas las demás compañeras en cada una de las pruebas. Pero cuando su profesor le entregó los resultados, lanza un grito horrorizado. Falló en cada una de las competencias.

Mónica se arrastra hasta donde está su profesor de gimnasia, preparada para pedir misericordia:
—Señor Mazo, ¿en qué fallé? Estaba segura de que ganaría uno de los premios de aptitud física.

—¿Premio? —el señor Mazo le menea su dedo megamuscular—. No ganaste ningún premio. Ni siquiera vas a aprobar este curso. ¿No leíste los requisitos en el tablero? Para pasar tienes que correr 1.500 m en tres minutos, colgarte del trapecio durante seis horas, correr la carrera de 50 m en dos segundos, y beberte un litro de refresco en seis segundos mientras cantas el himno de la escuela. Tienes que hacer 1.000 abdominales, 500 flexiones de pecho y embocar 100 tiros libres seguidos en baloncesto.
¡Qué bien le queda el nombre “Señor Mazo”!

¿No es cierto que te retirarías de la clase del señor Mazo sintiéndote un poquito descorazonado? Oh, más bien, ¡completamente descorazonado! Las normas de este profesor están totalmente fuera de tu alcance, excepto quizá la parte de tomarte el litro de refresco. Y quizá en 100 años podrías hacer 1.000 abdominales. Pero los demás requisitos son absolutamente imposibles.

Esperamos que no tengas profesores tan exigentes e irrazonables como el señor Mazo. Pero eso es lo que nos espera si intentamos agradar a Dios por medio de obedecer sus reglas. Es imposible. El problema no es que las reglas de Dios sean irrazonables sino que cumplirlas a la perfección es algo inalcanzable. Nadie puede vivir toda su vida sin cometer algún pequeño pecado, y la Biblia dice: “Porque cualquiera que guarda toda la ley pero ofende en un solo punto se ha hecho culpable de todo” (Santiago 2:10).
¿Es Dios tan duro como el señor Mazo? ¡De ninguna manera! Dios no nos dio sus mandamientos para hacernos caer. Sus mandamientos muestran en qué consiste la perfección. Pero sus normas también destacan que no somos perfectos, y que necesitamos otro camino para acercarnos a él.

Jesús es el camino. Él abre la puerta y te da la bienvenida al cielo, y a una relación cercana ahora mismo con tu Dios que te ama. ¿Lo aceptas?

PARA DIALOGAR
Uno de los primeros pasos para confiar en Dios es admitir que no puedes cumplir perfectamente todas su reglas. ¿Crees tú eso? ¿Por qué sí o por qué no?

PARA ORAR
Señor, te damos gracias por proporcionarnos un camino para llegar a ti, a través de la muerte de Jesús.

PARA HACER
Recuérdale hoy a un amigo que Dios nos acepta gracias a Jesús, ¡no porque seamos perfectos!

McDowell, J., & Johnson, K. (2005). Devocionales para la familia. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.

Una costumbre que puedes adoptar

Febrero 29

Una costumbre que puedes adoptar

Lectura bíblica: 1 Timoteo 4:11–13

Ocúpate en la lectura, en la exhortación y en la enseñanza. 1 Timoteo 4:13

a1Bueno, ¿qué tal vas con el culto familiar?
Tema para comentar: ¿Qué palabras usarías para describir los beneficios que obtienes del culto familiar? Dediquen unos minutos para conversar sobre el tema.
¿Usó alguien palabras como “comprensión”, “placer”, “crecimiento” o “estar cerca de Dios”?
Adoptar la costumbre de estudiar la Biblia —ya sea como individuos o como familia— es como ponerse físicamente en forma. Al igual que el ejercicio físico, leer la Biblia regularmente produce grandes resultados, ¡resultados que se ven! Y después de un tiempo no te va a gustar la pesadez que sientes cuando dejas de hacerlo uno o dos días.
Si sigues con tu costumbre de orar y estudiar la Biblia diariamente, ¿cuál será tu condición espiritual dentro de un año? ¿Cual será tu condición si no dedicas tiempo a desarrollar tu fe?
Dios quiere que te mantengas cerca de él. Pero una enorme razón por la cual a la gente le resulta tan trabajoso leer la Biblia es que nunca han aprendido algunas pautas sencillas para el estudio personal:

• Empieza de a poco. Comprométete a dedicar cinco minutos diarios al estudio bíblico. Por lo general descubrirás que lees más tiempo.
• Pídele al Espíritu Santo que te ayude a comprender. Al sentarte para leer, pídele a Dios que te enseñe.
• Usa una traducción de la Biblia que puedas comprender.
• Comienza por las partes claras y básicas. No es necesario que primero leas, aunque con dificultad, todo el Antiguo Testamento. Empieza con el libro de Marcos, Juan o Romanos.
• Ten a mano cuaderno y lápiz. Toma apuntes de cada sección que lees: ¿Cuál es el tema principal de esta sección? ¿Qué me enseña acerca de Dios? ¿Qué me indica de mí mismo? ¿Qué voy a hacer con lo que aprendí?

Puedes concluir agradeciendo a Dios por lo que has aprendido. Ora algo así: “Padre, te doy gracias porque la Biblia me da paciencia y aliento. Por favor ayúdame a no sólo oír tu Palabra sino a ponerla en práctica. Amén”.

PARA DIALOGAR
¿Qué cosas te impiden leer la Palabra de Dios todos los días?

PARA ORAR
Señor, dame la confianza y el poder para leer tu Palabra todos los días.

PARA HACER
Como familia, ¡renueven su compromiso de estudiar juntos la Palabra de Dios!

McDowell, J., & Johnson, K. (2005). Devocionales para la familia. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.

Alguien que me proteja

Febrero 28

Alguien que me proteja

Lectura bíblica: Santiago 5:16–18

Confesaos unos a otros vuestros pecados, y orad unos por otros de manera que seáis sanados. Santiago 5:16

a1La chiquita de cinco años acababa de ordenar su cuarto. Le da un tironcito al vestido de mamá, ansiosa por salir a jugar.
—Ya terminé, mami —reporta.
—Si voy a tu cuarto, ¿qué crees que voy a decir? —pregunta la mamá.
La chiquita baja la mirada y traza un círculo con el dedo del pie, y corre nuevamente a su cuarto. Unos minutos después regresa.
—Ya terminé, mami.
—¿Puedo mirar debajo de tu cama? —pregunta mamá.
La chiquita frunce el ceño. Pero saca de debajo de su cama sus amigos peluches y los coloca en el estante donde deben estar. Ya está terminando cuando entra su mamá. ¿Y sabes qué? La habitación está perfecta.
Sea que tengas 3, 13 o 39 años quizá todavía estés tratando de salirte con la tuya cuando se trata de hacer lo que te mandan. Y te incomodas cuando los demás procuran descubrir la verdad.
“Rendir cuentas” es una frase de dos palabras que indica tener a alguien que bondadosa pero persistentemente te vigila para comprobar si estás haciendo lo que debes. Por ejemplo:

• Rendir cuentas incluye a tus maestros —los que enseñan una materia y te encargan tareas— que califican tu trabajo para asegurarse de que estás aprendiendo. Aprueban lo que hiciste o te obligan a volver a hacer el trabajo hasta que lo entiendes.
• Rendir cuentas incluye a personas como entrenadores y profesores de piano —personas que enseñan habilidades específicas— que te obligan a terminar volando una carrera corta y tocar las escalas para asegurarse de que has aprendido tus lecciones.
• Rendir cuentas incluye a tus padres —los que tienen el trabajo dado por Dios de criarte— que te cuidan para asegurarse de que los obedeces porque quieren que crezcas hasta ser un adulto que agrada a Dios y se lleva bien con la gente.

Los papás y las mamás, dicho sea de paso, no se salvan de rendir cuentas. Son responsables ante sus jefes y pastores, y otros papás y mamás.
¿Te das cuenta de cómo rendir cuentas te mantiene bien encaminado? Es una de las maneras como Dios te protege y obra para tu bien. Y ser responsable —sin rezongar, dar trancazos o pegar gritos— ¡es un paso grande de crecimiento en tu vida cristiana!

PARA DIALOGAR
¿Quiénes te piden cuentas en tu diario vivir? ¿Estás trabajando con —o en contra de— esas personas?

PARA ORAR
Señor, te damos gracias por incluir en nuestra vida a personas que nos ayudan a ser lo mejor que podemos ser.

PARA HACER
¿Tienes problemas para rendir cuentas? Haz una lista de todos sus beneficios. Luego habla con Dios y pídele que te ablande el corazón de modo que puedas reaccionar correctamente ante quienes tienes que rendir cuentas.

McDowell, J., & Johnson, K. (2005). Devocionales para la familia. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.

La muerte, los impuestos y las tentaciones

Febrero 27
 
La muerte, los impuestos y las tentaciones

Lectura bíblica: Santiago 4:7–10

Someteos, pues, a Dios. Resistid al diablo, y él huirá de vosotros. Santiago 4:7

a1Violeta escondió el rostro entre las manos y suspiró:
—Creía que las cosas serían distintas —le dijo a su líder de estudio bíblico—. Creía que sería más fácil llevarme bien con todos en casa en cuanto aceptara a Cristo. Pero todavía siento que estoy siempre luchando para no ser mala.
La verdad es ésta: Los únicos cristianos que no enfrentan tentaciones son los que están en el cielo. El resto enfrentamos tentaciones cada día de la vida. El que hayas aceptado a Cristo no causará que Satanás deje de molestarte. En realidad, el problema con las tentaciones casi ni empieza hasta que empiezas a responder al Espíritu Santo de Dios.
Ese no es un dato muy alentador, ¿no es cierto? La verdad es que conocer a Jesús te da mucho poder para encarar las tentaciones. Cuando te encuentras ante una tentación, así es como puedes luchar contra ella:

• Permanece en guardia. Puedes estar seguro de que serás tentado. Benjamín Franklin se equivocó cuando afirmó: “En este mundo nada es seguro más que la muerte y los impuestos”. Porque hay algo más que es seguro en la vida: las tentaciones.
• Contraataca a la tentación enseguida. El peligro más grande en las tentaciones es decirte a ti mismo qué divertido es lo malo en lugar de encararlo inmediatamente. Eso es como jugar con un cachorro de león, divertido por un tiempo, mortal cuando crece y te hace pedazos. Cuando Jesús se sintió tentado (ver Mateo 4) respondió enseguida a cada tentación: ¡lo hizo inmediatamente!
• Sométete a Dios. Los que luchan sabiamente contra la tentación se ponen de rodillas y oran acerca de su situación. No basta con alejarte de la tentación, necesitas acudir a Dios. Cuéntale tus problemas. Pídele su ayuda, la ayuda exacta que promete en Hebreos 2:18.
• Resiste al diablo. ¿Cómo? En cuanto reconoces una tentación y le pides a Dios que te ayude a superarla, ponte los zapatos deportivos que usas para correr ¡y huye de allí!

Y cuando Dios te ha ayudado a vencer la tentación, no te olvides de agradecerle por cumplir su promesa. Al fin y al cabo, él es el que afirma: “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios , quien no os dejará ser tentados más de lo que podéis soportar, sino que juntamente con la tentación dará la salida, para que la podáis resistir” (1 Corintios 10:13).

PARA DIALOGAR
¿Estás contento porque Dios no te deja solo para luchar contra las tentaciones? ¿De qué manera te ayuda?

PARA ORAR
Padre, te damos gracias por tu presencia y la fuerza que nos das para resistir las tentaciones. Ayúdanos a acordarnos de orar a la primera señal de una tentación.

PARA HACER
¿Cuáles son las tentaciones más grandes que enfrentas? ¿Cómo las encaras? ¡Habla con un amigo o un familiar acerca de un plan eficaz para vencerlas!

McDowell, J., & Johnson, K. (2005). Devocionales para la familia. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.

Tu autorretrato interior

Febrero 26

Tu autorretrato interior

Lectura bíblica: Jeremías 31:3

Con amor eterno te he amado; por tanto, te he prolongado mi misericordia. Jeremías 31:3

a1Tema para comentar: ¿Cuál es la foto más fea, espantosa y horrible de ti? ¿Puedes describirla? ¿O ir a encontrarla? Ahora explica: ¿Por qué te disgusta tanto?
Es muy probable que la foto que más te disgusta es una foto escolar o la foto en tu cédula de identidad. Preferirías que te arrojaran en un pozo lleno de arañas a que alguien viera esa foto.

Lo que no sabías es que al fotógrafo de la escuela y al de la jefatura de policía les pagan para que obtengan la peor foto posible de ti. En serio. Bueno, quizá no. Pero aférrate a esta buena noticia: Esa foto no se parece para nada a lo que realmente eres.

Este es el porqué. ¿Sabes que llevas otra foto de identificación personal, una que es mucho más importante que cualquier foto en tu bolsillo? Es la foto de ti mismo que tienes en tu mente, tu concepto de quién eres. Al igual que tu foto de identidad, tu autorretrato interior puede o no representar exactamente a tu verdadero yo. Pero a diferencia de tu foto de identidad, es el único que tienes.

Toma a Alejandro, por ejemplo. Creció en un hogar difícil. El mensaje principal que escuchó al crecer era: “Alejandro, nunca haces nada bien”. ¿Era ese un retrato exacto de Alejandro? ¡No! Es cierto que hay algunas cosas que Alejandro no hace bien, como cualquiera de nosotros. Pero decir que no puede hacer nada bien es odioso. No obstante, ese mensaje estaba grabado en su corazón, y ese es el autorretrato que lleva dondequiera que va.

En cambio, el retrato que Teresa tiene de sí misma es digno de ponerse en un marco. Creció en un hogar donde era querida, siendo educada por padres cristianos cariñosos. Aprendió de chica que era una creación única, muy amada, de Dios. Como resultado, se está desarrollando segura —pero no orgullosa— de lo que vale para Dios y los demás.
Tu meta no es convertirte en Teresa. Es obtener el verdadero concepto que Dios tiene de ti, un concepto que capta tu verdadera identidad como hijo de Dios.

No importa cómo te ves a ti mismo en el presente, esta verdad puede empezar a dar forma a tu autorretrato para que sea un retrato más fiel de quién eres. Jeremías 31:3 dice que Dios te ama eternamente. Así es. Dios se compromete a amarte para siempre. Personaliza ese versículo: “Dios me ama eternamente, y por su amor me acerca a él”. ¿No te encanta ese retrato?

PARA DIALOGAR
¿De qué modo el concepto que Dios tiene de ti capta quién eres realmente?

PARA ORAR
Señor, ayúdanos a ver tu verdadero concepto de nosotros.

PARA HACER
Recuérdales hoy a los miembros de tu familia que pueden descubrir quiénes realmente son insertando sus respectivos nombres en Jeremías 31:3.

McDowell, J., & Johnson, K. (2005). Devocionales para la familia. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.

Líbrate de esas cadenas débiles

Febrero 25

Líbrate de esas cadenas débiles

Lectura bíblica: Efesios 1:3–8

Asimismo, nos escogió en él desde antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él. Efesios 1:4

a1¿Has ido alguna vez al circo y notado que la gente del circo impide que las manadas de elefantes salgan galopando? Bueno, en realidad, por lo general no tienen muchos de estos grandes animales bajo la lona del circo. Pero mantienen en su lugar a los elefantes con cadenitas de bicicleta chiquititas alrededor de las patas.

Tema para comentar y adivinar: ¿Cómo puede una cadena tan débil controlar a un animal tan fuerte?

Es así. El elefante está sujetado por su memoria. Siendo bebé había tratado de zafarse de la cadena pero no era lo suficientemente fuerte para hacerlo. Grabada en el cerebro del elefante estaba la idea de que la cadena era más fuerte que él, y no ha olvidado esa lección. Aunque el elefante adulto podría romper la cadena de un tironcito, rara vez lo intenta. No obstante, toma nota de esto: cuando sí logra librarse, es casi imposible volver a dominarlo.

Sucede algo parecido con los chicos que se desarrollan con un concepto distorsionado de lo que valen para Dios y para los demás; como resultado, tienen un sentido equivocado de su verdadera identidad. Padres, maestros, los medios, la publicidad y aun algunos líderes de la iglesia te pueden bombardear con la idea de que tu identidad se define según tu apariencia, o lo bien que te comportas, y cuánto éxito logras.

Aun si sabes que no es así, quizá estés encadenado por esa idea tonta. Dios quiere liberarte. Su verdad es más fuerte que cualquier cadena.
No puedes liberarte de una manera más eficaz que por medio de meterte en la cabeza lo que Dios dice acerca de quién eres para él.

• Primero, Dios dice: “Tú eres mi hijo”. Juan 1:12 afirma:“Pero a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio derecho de ser hechos hijos de Dios”. Haz tuyo este versículo: “Creo en Dios y lo he aceptado. Me ha dado el derecho de ser su hijo”.

• Segundo, Dios dice: “Eres mi escogido”. Efesios 1:4 nos afirma: “Nos escogió en él desde antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él”. Personaliza este versículo también: “Fui escogido por Dios, aun antes de que él creara el mundo, para que fuera santo y sin mancha”.

Cuando dejas que estas verdades bíblicas cambien el modo como te ves a ti mismo, te das cuenta de que eres más grande que las cadenas que te tienen atado.

PARA DIALOGAR
¿Qué mensajes negativos escuchas cada día que te impiden verte como Dios te ve?

PARA ORAR
Gracias, Señor, por hacernos tus hijos. Ayúdanos a recordar esta verdad cuando, por temor, muchas otras voces intentan mantenernos encadenados.

PARA HACER
Escribe las maravillosas palabras bíblicas de hoy en una tarjeta. Adhiérela al espejo del baño. Léela cuando alguien te ha hecho sentir que no vales nada

McDowell, J., & Johnson, K. (2005). Devocionales para la familia. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.

La sabelotodo

FEBRERO 24

La sabelotodo

Lectura bíblica: Mateo 23:1–12

Pero el que es mayor entre vosotros será vuestro siervo; porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido. Mateo 23:11, 12

a1Nueva en su escuela, Nancy también era nueva en el club de periodismo. Durante años, apenas un puñado de chicos se ocuparon de publicar el periódico estudiantil, así que los socios del club hubieran estado encantados aun si la iguana en la biblioteca hubiera decidido hacerse socia. Pero Nancy era mucho mejor que ninguna iguana. Se notaba que era inteligente. Dibujaba historietas. Y presentaba ideas para que el periódico resultara más interesante.
Nancy se jactaba del magnífico periódico en su escuela anterior y repartía listas de maneras de mejorar las próximas ediciones. Al cabo de un mes, todos dependían de ella para dirigir todo. Y con todo el control que se estaba acaparando, Nancy podía haberse nombrado la Princesa del Periódico. Elegía todas las fotos, volvía a escribir los artículos y acaparaba la única computadora del club para producir un diseño gráfico perfecto. Cuando gritó que la edición del otoño tenía que ser en papel anaranjado fluorescente, la maestra consejera le dijo que se apaciguara.

Allí fue cuando Nancy se irritó, escribió una nota diciendo que el club era estúpido y se fue al equipo de ajedrez. Si Nancy no podía ser la mandamás, no quería participar.

Hay personas que no se sienten bien consigo mismas a menos que estén ejerciendo un control total sobre los demás. Están obsesionadas con la posición que alcanzan. Y cuando necesitan una inyección de autoestima, se apoderan del liderazgo en la escuela, la iglesia, los clubes y las amistades. No se contentan con estar disponibles y colaborar donde las necesiten. Tienen que “mostrar sus músculos” para sentirse importantes.

¿Y eso qué tiene de malo? Esto: Si tu identidad como hijo de Dios y tu valor para él se basa en la importancia que logras, es muy probable que te irá mal. La mayoría de las personas se rebelan cuando uno trata de controlarlas. La mayoría de los clubes no quieren un líder sabelotodo. Y la mayoría de los países sólo necesitan un solo presidente.

La Biblia es clara: Tu identidad no depende de la posición que logras. Dios no anda buscando personas que quieren acaparar el periódico estudiantil o gobernar el mundo. Jesús escogió como sus seguidores a hombres y mujeres comunes, y pasó por alto a los líderes religiosos rimbombantes por su posición e importancia propia.

Sea que el mundo piense que eres alguien o que no eres nadie, eres especial para Dios. Sea que obtengas grandes o pequeños logros, eres inestimable para él.

PARA DIALOGAR
¿Qué tiene que ver la posición o el poder que logras con el amor que Dios tiene para ti? ¿No es maravilloso que puedes dejar que Dios sea Dios?

PARA ORAR
Padre, tú controlas el universo. No necesitamos controlar nuestro mundo para impresionarte.

PARA HACER
¿De qué manera puedes compartir el control e incluir a todos en los clubes y equipos a los cuales perteneces?

McDowell, J., & Johnson, K. (2005). Devocionales para la familia. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.

Eres más de lo que pareces ser

Febrero 23

Eres más de lo que pareces ser

Lectura bíblica: 1 Samuel 16:7

El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehovah mira el corazón. 1 Samuel 16:7

a1Cuando Samuel se miraba al espejo, no veía más que cicatrices, el resultado de un accidente automovilístico que le desfiguró el rostro para siempre. Se sentía peor que feo. Su autoimagen distorsionada le decía que era un monstruo. En la escuela, Samuel sentía constantemente el rechazo de los chicos, especialmente de las chicas. Para sobrevivir, Samuel evitaba a la gente y se pasaba 20 horas por semana mirando películas, escapándose a la oscuridad del cine, un lugar donde nadie podía ver al monstruo que creía ser.

Las apariencias importan muchísimo en nuestra sociedad. Gastamos anualmente millones de dólares en ropa, cosméticos, joyas y programas de ejercicios para mantenernos en forma; y cientos de millones más para cambiar nuestra apariencia con tatuajes, perforaciones del cuerpo, liposucciones y cirugías plásticas. Pareciera qué cuanto más nos acercamos a la “perfección”, menos nos queremos.

Tu apariencia física no determina tu verdadera identidad. No es cierto que tu apariencia indica quién eres, porque tu identidad como creación de Dios es mucho más. Como dice la Biblia: “El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehovah mira el corazón” (1 Samuel 16:7).
Tema para comentar: ¿Significa todo esto que nuestra apariencia no tiene importancia?

No tiene nada de malo usar la ropa que nos gusta y cuidar el cuerpo para ser lo más atractivos posible. El error está en hacer estas cosas con el fin de ser alguien. Como creaciones únicas de Dios —no importa nuestros aspecto— ya somos personas de infinito valor.

El versículo bíblico que acabas de leer es parte del relato de cómo Dios envió al profeta Samuel a elegir un rey. Cuando el hermano mayor de David, que era buen mozo, pasó orgullosamente por enfrente, Samuel estaba seguro de que él era el candidato. Pero Dios le dijo que mirara más allá de lo externo. Fue entonces que entró David. David trabajaba de pastor, y había luchado contra el león y el oso defendiendo a sus ovejas. Puedes estar seguro de que estaba bronceado y que era musculoso debido a su trabajo. Efectivamente, la Biblia dice que era “de tez sonrosada, de bellos ojos y de buena presencia” (1 Samuel 16:12). Pero no fue su apariencia física lo que lo hizo apto para ser rey. Fue que era “según su corazón [el de Dios]” (1 Samuel 13:14).

Entonces, piensa en esto: ¿Cómo te sientes en cuanto a tu aspecto físico? ¿Tienes que estar bien arreglado para sentirte bien? Dios no te amaría ni más ni menos si fueras la persona más “hermosa” del mundo. Ya te ama por quién eres.

PARA DIALOGAR:
¿Cómo cambia tu opinión de ti mismo cuando piensas que tu apariencia física no es tan buena como debe ser? ¿Cómo nos alienta el que Dios mire algo mucho más profundo que nuestra apariencia?

PARA ORAR:
Padre, nos importa lo que los demás piensan de nuestra apariencia. Pero gracias por hacernos tus creaciones únicas.

PARA HACER:
Toma nota hoy: ¿Cuántas veces juzgas a una persona por su apariencia?

McDowell, J., & Johnson, K. (2005). Devocionales para la familia. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.

La clave de quién eres

Febrero 22

La clave de quién eres

Lectura bíblica: Salmo 8:1–9

Lo has hecho [al hombre] un poco menor que los ángeles y le has coronado de gloria y de esplendor. Salmo 8:5

a1La mayoría de las chicas de la clase de Mónica pasan delante del espejo y apenas le dan una mirada, pero ella siempre se detiene y se contempla. Se acaricia el cabello. Se arregla la ropa. Hace miles de cositas hasta que decide que está perfecta. Después de todo, piensa ella, cómo luce es lo que la hace grandiosa.
Mónica puede ser la única que acapara el espejo, pero no es la única que cree haber encontrado el secreto para ser especial.

• Héctor no se pierde oportunidad para recordarles a todos que él es el más inteligente de la clase.
• Ana se jacta de ser la que tiene mejor puntería cuando juegan al baloncesto.
• Ricardo le puede ganar a cualquiera en cualquier juego de vídeo que se haya inventado.
• Tito vive en las casa más grande del pueblo.

Aunque cosas así nos pueden hacer sentir importantes, ninguna de ellas realmente importa. Son parte de lo que somos. Pero son sólo las capas exteriores.
Tema para comentar: Si ninguna de esas cosas son tan importantes, ¿qué es lo que realmente lo hace a uno especial?

Esa es una pregunta que vale la pena contestar, porque la forma como te ves a ti mismo determina si encaras la vida cotidiana con confianza. Afecta lo feliz que eres, cómo tratas a la gente y cómo le respondes a Dios. Necesitas saber que eres mucho más que tu aspecto exterior o dónde vives o lo bien que haces algo.

Puedes concentrarte tanto en perfeccionar tus capas exteriores que nunca llegas a descubrir la clave de quién eres. Como creyente, lo que te hace increíblemente especial es esto: Eres hijo del Rey.

Una chica comentó lo siguiente acerca de su amiga:
—Es una de las chicas más lindas del mundo, pero se cree grotesca. Es como si le estuviera diciendo a Dios: “Señor, si me hiciste así, entonces debes ser despreciable”.
Esa chica no comprende que sólo Dios sabe cómo realmente es ella, y que el hecho que le pertenece a él es lo más importante en ella. Eso es más valioso que lo linda que es, lo bien que le va en la escuela o los deportes, o lo popular que llega a ser.

Tú eres alguien de gran valor, hecho para parecerte y actuar como tu Creador. Él te ha coronado de gloria y honor por ser su hijo. Y cuando te acerques al Rey, empezarás a verte como la princesa o el príncipe que eres.

PARA DIALOGAR
Dios quiere que disfrutes ser la persona que él hizo que fueras. ¿Qué impide que te veas como hijo de Dios?

PARA ORAR
Señor, enséñanos a vernos a nosotros mismos como tú nos ves, y como la Biblia nos describe.

PARA HACER
Comparte esta clave con un amigo cristiano que cree que no vale nada: ¡Eres un hijo de Dios!

McDowell, J., & Johnson, K. (2005). Devocionales para la familia. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.