M28 – Dile NO a la tentación

Aviva Nuestros Corazones

Serie: El hermoso diseño de Dios para la mujer – Viviendo Tito 2:1-5

M28 – Dile NO a la tentación

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Carmen Espaillat: Holly Elliff dice que tienes que tomar el adulterio o el adulterio emocional en serio.

Holly Elliff: Yo animaría a esas mujeres que están escuchando quienes han traspasado la línea de considerar la idea y que ahora están activamente involucradas con otro hombre. Y luego quiero animarte como lo hice con mi amiga a no tomar otro respiro sin antes ponerte de rodillas delante el Señor para decirle, “Padre, hace mucho tiempo yo entregué mi vida a Ti no puedo honrarte a menos que yo honre mis votos matrimoniales”.

Carmen: Esto es Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.

En nuestra serie, El hermoso diseño de Dios para la mujer, hemos recibido enseñanza Bíblica sólida y consejo práctico acerca de la pureza moral. Hemos escuchado cómo decisiones pequeñas pueden llevar a grandes consecuencias.

Algunas de nuestras oyentes han tenido que luchar con este tipo de decisiones en sus vidas y están compartiendo cómo luce la pureza moral en la vida diaria. Escucharemos de Debby Canfield, Kim Wagner y Holly Elliff. Para comenzar, aquí esta Amber Singleton.

Amber Singleton: Soy Amber Singleton. No creo que le moleste a mi esposo que yo comparta esto porque él ha estado conmigo cuando lo hemos compartido con otras personas. Habíamos comenzado a salir juntos éramos los mejores amigos luego nos casamos. Él entró a la facultad de medicina después de que naciera nuestro tercer hijo. Tuve dificultades con la niña, lloraba todo el día todos los días. Eso me hacia visitar el consultorio del pediatra tres o cuatro veces por semana.

Un día estaba manejando y uno de los pediatras en su carro me pasó por el lado. Soy honesta cuando digo que no recuerdo cuál de ellos fue. Pero recuerdo que mi corazón empezó a latir rápido cuando vi ese carro pasar y pensé, “Oh, Dios, eso es lo que mi corazón hacía cuando me citaba con Ken y veía pasar su carro. Aquí anda algo mal”.

Fui a casa y llamé a Ken y él me devolvió la llamada. Le dije, “Cariño, no sé cuál es tu próxima clase pero estoy en una crisis y necesito que nos encontremos para almorzar”. Yo le dije, “tengo que contarte lo que me acaba de suceder”. El falto a su clase y nos reunimos a almorzar, así que le expliqué, “No me atrae ninguna de estas personas, pero, tengo temor”. Eso fue aterrador para mí.

Bueno, él había sacado puras A’s hasta ese momento. Llevaba un semestre en la escuela de medicina, y nunca jamás volvió a tener puras A’s. Comenzamos a salir juntos una noche a la semana aunque él estuviera en clases. Volvimos a ser de nuevo los mejores amigos, y él me ayudó a llevar la carga de ese problema.

Así que supongo que la advertencia sería que la persona hacia la que debes correr cuando comiences a sentir este tipo de cosas equivocadas es a tu esposo .

Kim Wagner : Estoy tan agradecida por la intervención drástica que mi esposo hizo en mi vida cuando solo teníamos poco más de un año de casados y nos mudamos a Dallas. Éramos estudiantes del colegio bíblico. Estábamos muy necesitados financieramente. Tú sabes cómo es eso, Holly. Así que sentimos como si el Señor hubiera provisto este gran trabajo para mí en una torre el centro de Dallas. Aquí estoy yo una niña pequeña de Arkansas trabajando en una de las compañías más grandes de bienes raíces del mundo.

Iba muy bien vestida al trabajo cada día. Tienes que poner tu mejor apariencia y tratar bien con los demás. Entre ellos allí todos se trataban muy bien. Había un ejecutivo allí—yo solo tenía 21 años, y él probablemente era 20 años mayor que yo; un hombre de muy buen parecer. Él comenzó a pasar por mi escritorio más y más solo para decirme pequeñeces.

Recuerdo que un día regresé del almuerzo y él había dejado un chocolate en mi escritorio con una pequeña nota. Me prestaba cada vez más y más atención. Yo le dejaba saber que estaba casada, “Estoy casada con un estudiante del seminario. Estoy casada.” Mi esposo venía algunos días a almorzar conmigo. Venía cargando su pequeña bolsa de papel, y él se veía miserable viniendo de la universidad con sus libritos de la escuela, mientras por el lado nuestro pasaba este gran ejecutivo.

Si yo hubiese sido una mujer mundana esto hubiera sido un contraste demasiado grande. Yo miraba y veía a este exitoso ejecutivo que estaba interesado en mí y también veía a mi pobre miserable esposo caminando todos los días con el almuerzo en una bolsita de papel.

El día que el hombre me invitó a un lugar con él después del trabajo —claro, lo rechacé— llegué a casa y le dije a mi esposo todas las atenciones de este hombre. Aunque estábamos muy muy necesitados financieramente, mi esposo dijo, “Si Dios nos quiere aquí en el seminario, Él proveerá y tú te quedarás en casa. Y ya no trabajarás fuera de la casa nunca más”.

Estoy tan agradecida por esa protección en mi vida porque aunque mi corazón todavía no había empezado a inclinarse hacia ese ejecutivo…

Nancy Leigh DeMoss: Ciertamente habrías podido hacerlo.

Kim: Sí lo hubiera hecho. Nancy, pienso en cuántas mujeres en el lugar de trabajo—quizás sean creyentes y estén allí; tienen buenos corazones; aman a sus esposos; pero esta atención que reciben, ese trato, el saber que alguien está interesado en ellas…

Si hay mujeres escuchando que ya están pensando en cómo vestirse para el trabajo o cómo lucirán para ese hombre que trabaja allí… Quizás incluso estén considerando, “Cómo podré encontrarme con él cerca de la copiadora…” Ustedes necesitan ir con sus esposos y compartir esto con ellos. Necesitan compartir eso y rendirles cuentas a ellos.

Quizás necesiten tomar pasos drásticos para retirarse de esa situación y salvar su matrimonio, aunque eso signifique pobreza financiera.

Nancy: Puedo imaginar a una mujer en una situación como ésta y de seguro piensa, “S i yo le digo esto a mi esposo, pondría en peligro nuestro matrimonio seriamente”, aunque el matrimonio ya está en peligro. ¿Cómo puedes asegurarle a esta mujer que realmente esto es lo que ella tiene que hacer?

Debby Canfield: Yo recuerdo —bueno, he estado casada por 30 años— Cuando tenía 15 años de casada andábamos alrededor de hombres jóvenes todo el tiempo. Estaba pasando por un tiempo en mi vida cuando Steve estaba muy ocupado. Estaba haciendo muchas cosas, y yo me sentía como que solo era buena para quedarme en casa con los niños.

Entonces comencé a sentir lástima de mi misma. Así es como realmente comienza . Steve no me estaba prestando atención y yo, comencé a desenfocarme de las cosas de Dios y empecé a enfocarme en mis circunstancias; sintiendo lástima por mí misma.

Había un joven en particular, él me decía día tras día, “Oh, pero tú te ves muy joven para tu edad.” Y cuando uno comienza a envejecer, eso se siente muy bien. Cada vez que yo entraba, me decía, “Tú te ves muy linda”.

Satanás estaba usando esos pequeños detalles. Yo pensaba, “Wao, aún no me estoy poniendo vieja. Todavía sirvo para algo. No solo soy una esposa y una madre que siente lástima por ella misma.” Pero enseguida, gracias a que paso tiempo con el Señor cada mañana, sentí que el Espíritu Santo me agarró y me dijo, “Hey, te estás dejando llevar. Estás derribando los limites que tú y tu esposo han construido desde hace años si sigues permitiendo que alguien de la edad de tus hijos te siga halagando.”

Así es que inmediatamente fui a hablar con Steve pensando que él me iba a rechazar pues él siempre me ha tenido en un pedestal. Pero él se sentó y me dijo, “Dios nos va a ayudar a pasar por esto.” Yo noté que había dejado que una raíz de amargura comenzara en mi corazón años antes. Cuando mi esposo compartía en los servicios de avivamiento y hablaba acerca de cómo luchaba con la pornografía desde que era jovencito. Pero esto él no lo había compartido conmigo hasta después que estábamos casados. Y yo creía que realmente había aprendido a manejar esta información.

A veces tratamos con estas situaciones superficialmente pero lo que hacemos es que lo escondemos y lo sacamos en el peor momento. Me di cuenta que realmente no había tratado con ese dolor ni lo había perdonado totalmente. Y que cuando quitaba mi foco de Dios y alguien más me daba atención, yo pensaba, bueno, pero Steve me hizo esto a m í. Así es que en lugar de eso dije, “Dios, perdóname por la amargura que he estado guardando contra mi esposo y que ha abierto la puerta para esta tentación .

Así que fuimos a almorzar y me senté y le dije a Steve lo que estaba pasando—le conté que este joven me estaba halagando y lo que me había dicho y cuántas veces me lo había dicho. Te cuento que le dije todo. Oramos… y entendí que necesitaba rendirle cuentas a mi esposo. Necesitaba ser honesta porque un secreto contiene demasiado poder. Si no lo hubiera hecho, no sé qué hubiera pasado.

Él me perdonó, y más que todo, Dios me perdonó cuando fui al Señor y me arrepentí de ese pecado de aceptar esos halagos. Solo le pedí a Dios que estuviera conmigo y que me ayudara a sobrepasar esto. Le pedí que me llevara a pedirle perdón a Steve por la amargura que yo había estado guardando por muchos años sin darme cuenta.

Nancy: ¿Qué hubiera sucedido si hubieses abierto la puerta desde ese primer momento, quizás no a una aventura, pero solo si hubieses entretenido la idea más de lo debido? Pienso que cuando cruzamos la línea, la próxima vez se hace más fácil dar ese paso adicional hacia la dirección incorrecta. Así que cada decisión en esas pequeñas áreas se convierte en un bloque que sirve de edificación a la forma como reaccionaremos en el futuro.

Holly: Creo que es crítico tratar con la tentación desde el principio, antes de que tenga oportunidad de florecer en pecado. O sea, el chocolate en el escritorio fue una tentación. Tú no habías hecho nada para merecer ese chocolate en tu escritorio. Eso fue una tentación. Si tú hubieras escogido aceptar esa invitación de ir a alguna parte con él, hubieses caído en pecado. No tomaste esa decisión. Trataste con ella cuando todavía estaba en el nivel de tentación antes de que llegara a convertirse en pecado.

Nancy: Algunas han caído en la tentación. Tomaron el chocolate y recibieron los halagos. Abrieron la puerta y han ido tras la carnada. Y ahora están escuchándolas a ustedes decir, tuve estas oportunidades para ir tras la carnada pero por la gracia de Dios no lo hice. Estás agradecida, y fuiste liberada de esa situación. Pudo haber sido un desastre pero no lo fue.

Pero hay muchas mujeres quienes están en esa situación ahora; y es un desastre. Denles alguna esperanza, ayuda y ánimo para animarlas a tomar el próximo paso.

Kim: Bueno, Nancy, es importante lo que dijiste anteriormente de que hay muchas mujeres que quizás teman ir con sus esposos para compartir esto con ellos. Puede ser que cuando ellas compartan estas cosas con el esposo quizás no las reciba de la misma manera que Steve hizo con Debby o como mi esposo hizo conmigo y no tomen esa postura de protección.

Pero yo animo a las mujeres —sin importar como sus esposos reciban esto— a que vayan con sus esposos en humildad. Primeramente ve con Dios y arrepiéntete, si verdaderamente quieres deshacerte de esto. Esa es la cuestión. Puede haber algunas mujeres escuchando esto que saben que necesitan hacerlo, pero realmente no se quieren deshacer de esto. Así que mujeres, si saben que necesitan hacerlo, en este mismo momento pídanle a Dios que les de eI deseo de deshacerse de eso. Pídanle que les conceda el arrepentimiento y que les muestre lo horrible que es este pecado y que ese pecado es uno de los pecados que crucificaron a su Salvador si son creyentes.

Luego , en ese momento, en humildad, pídele a Dios que te de la humildad para ir con tu esposo y decirle que vas a él por amor por amor a él y por amor a Dios y por el deseo de estar bien con Dios y confiésale todo a él. Dile que necesitas que él sea tu protector.

Nancy: Ahora, debemos tener en cuenta que para muchas mujeres han sufrido algunas desilusiones. Si ellas hubieran pensado que su esposo era el mejor hombre en todo el planeta en ese momento, probablemente ellas no estuvieran aceptando el chocolate en el escritorio. Así que puede haber algunos problemas de amargura, de desilusión, que necesitan ser tratados en lo que se relaciona con su propio matrimonio.

Holly: Yo animaría a esas mujeres que están escuchando y que ya han ido más allá de simplemente coquetear con la idea y que ahora están activamente involucradas con otro hombre. Si tú mencionas el nombre de Cristo, si tú dices que tú le perteneces a Él, entonces yo te animaría como lo hice con mi amiga hace años, a no tomar otro respiro sin ponerte de rodillas delante del Señor para decirle, “ Padre, hace mucho tiempo yo entregué mi vida a Ti. No puedo honrarte a menos que yo honre mis votos matrimoniales”.

Puede que estés en un lugar en el que donde no tienes absolutamente nada de amor por tu esposo. Quizás él te decepcionó o te lastimó o te sientes como que tienes el derecho de pisotear tu matrimonio. Pero déjame animarte, si eres hija de Dios, a que le permitas a Él que te conceda arrepentimiento, a reconocer esto como lo que es, que es una decepción del enemigo que te está apartando de la verdad. Pídele a Dios que te conceda la habilidad de ver esto como verdaderamente es, que te quite la venda de los ojos para que lo veas como pecado, y ve a tu Padre y pídele que te ayude a retomar los pasos en la dirección correcta para restaurar tu hogar, para restaurar tu matrimonio . Él te concederá lo que necesitas si vienes, como dijo Kim, en humildad y pides perdón.

Debby: Dios ciertamente trae gloria en lugar de cenizas. Lo he visto una y otra vez.

Holly: Si tuviéramos tiempo, las cuatro de nosotras que estamos sentadas aquí pudiéramos contar historia tras historia tras historia de mujeres que tomaron la decisión de rendirse y le pidieron a Dios que restaurara su corazón y restaurara su amor por su pareja y Dios lo ha hecho. Como deseo que pudiera presentarles a esas mujeres y que ellas te dijeran ahora lo que han cosechado como resultado de la obediencia y la rendición al Señor.

Nancy: ¿Y qué de la mujer que tomó esas decisiones incorrectas? Ella ha cruzado esas puertas. Ella ha regresado al Señor, se ha arrepentido, pero mientras ella retrocede y mira su vida todavía lucha con la culpa de haber tomado esas decisiones.

Debby: Creo que lo primero que le diría es que renueve su mente. Yo tuve que ir a la Palabra de Dios. Y tuve que comenzar a memorizar las Escrituras. Si comienza en la mente, lo que pones en tu mente va a salir en tus acciones. Así que yo fui a la Palabra de Dios y comencé a renovar mi mente con la Palabra de Dios.

También comencé a creer lo que Dios decía en Su Palabra. Decidí no creer que Dios era un mentiroso. Y que cuando Él dice que pone mi pecado tan lejos como el este está del occidente, Él realmente lo hace. Él elige perdonar nuestros pecados, y Él elige no recordarlos más. Él podría recordarlos, pero elige no hacerlo.

En la última conferencia hablaba con una joven que se había involucrado inmoralmente con un muchacho, ella era una hija de misioneros, y su problema; era que no podía perdonarse. Yo le recordé que pensara en un pizarrón, y Dios escribe nuestros pecados en ese pizarrón.

Cuando vamos a Él en arrepentimiento y humildad, como Kim decía, y le pedimos a Dios que nos perdone, lo cual Él ya ha hecho por lo que hizo Jesús, Él borra esos pecados y no se acuerda de ellos jamás. Así que no tenemos que escuchar a Satanás cuando él trae esa mentira a nosotras.

Kim: Debby, algo práctico aquí y es que mencionaste la Palabra de Dios y el memorizar la Palabra como el punto de inicio para las mujeres—y yo estoy de acuerdo con eso completamente. Yo pienso que ellas deben hacer un estudio sobre la gracia.

Debby: Yo hice uno acerca del perdón.

Kim: Sí. Yo creo que hay muchos creyentes que, sin importar cuánto estudien la Biblia, nunca llegaran a entender las profundidades de la gracia de Dios. Entra en la Palabra de Dios y estudia la gracia, y luego hazte unas tarjetitas con notas y las colocas por todas partes; notas que hablen de la gracia de Dios, del perdón de Dios, sobre Su abundante disposición, como Padre Celestial eso, nos va a traer de vuelta a Él.

Para mujeres que son madres, al pensar en si su hijo se les acercara para decirle, “Mami, ¿me perdonas por favor?” ¿No le ofrecerías gracia a ese hijo e inmediatamente lo perdonarían?

Mujeres, quizás todavía están luchando con algún pecado profundo y oscuro que cometieron. Si han ido a su Padre celestial y le han pedido perdón, Él las ha perdonado . Él solo desea tener una relación amorosa e íntima contigo, y el enemigo no quiere que eso suceda. Así que es el enemigo el que trae condenación y culpabilidad después que tú has sido liberada de eso por la gracia de Dios. En realidad es como minimizar lo que Cristo hizo en la cruz cuando no nos apropiamos de Su gracia en nuestras vidas.

Holly: Creo que es realmente importante recordar que hay una gran diferencia entre convicción de pecado y condenación del enemigo. Cuando estás sintiendo un bombardeo de opresión del enemigo que te dice, “Eres tan miserable. Hiciste esta cosa terrible. Dios nunca te amará, ni te restaurará, ni te usará otra vez”. Reconoce eso por lo que es. Esos son dardos de fuego del enemigo diseñados para mantenerte en una posición donde no puedes ver que Dios anhela restaurarte y usarte.

Si puedes reconocer eso, entonces cuando esos dardos de fuego vengan, podrás levantar el escudo de la fe. Regresarás al Señor y le dices, “Dios, te doy gracias por Tu perdón y que ya no estoy bajo la condenación del enemigo”. Luego junta algunas mujeres a tu alrededor; mujeres que conozcan tu corazón, quienes sostengan tus brazos en esos días difíciles, quienes se comprometan a orar por ti, como mi amiga que me llama desde otro estado.

Asegúrate de dejarles saber en esos días cuando estás luchando. Solo llámalas y diles, “Me estoy sintiendo realmente condenada o acusada hoy. ¿Puedes orar por mí?” Deja que ellas oren por ti por teléfono. No tiene que ser una larga y rigurosa oración. En un instante, puedes cambiar de sentirte condenada y acusada a reconocer que tú estás siendo restaurada.

Así que no tengas temor de confiar la Palabra de Dios, como dijo Debby, y permítele a Dios restaurarte para que esta cosa que en un tiempo fue un secreto grande y oscuro se convierta en una plataforma en tu vida para que tú puedas voltear y decirle a alguien, “Mira, este es el camino. Te voy a enseñar cómo caminar por esto porque yo estuve ahí”.

Así que quizás en maneras que yo no podría hacerlo, tú si puedes ministrar a esa persona por lo que pasaste en tu vida y decir, “Dios puede restaurar. Dios puede redimir, y déjame decirte como Él lo hizo en mi vida”.

Carmen : Cada una de nosotras pasamos por épocas donde tenemos que decidir, ¿es mi matrimonio más importante que cualquier otra cosa? ¿Más que mi trabajo y carrera? ¿Más que mi deseo de sentirme aceptada? ¿Aun que mi elección de pediatras?

Nuestras invitadas hoy han estado reflexionando en la útil enseñanza de Nancy de Tito 2:1-5 en la serie, El hermoso diseño de Dios para la mujer. Si te estás preguntando si cierta relación es inapropiada y no estás segura dónde están tus límites, espero que repases la enseñanza de Nancy. Puedes también llamarnos al 1-800-569-5959 o visitar nuestra pagina www.AvivaNuestrosCorazones.com.

Comparte esta enseñanza con otras. Ese tipo de aprendizaje de vida a vida es crucial. Descubre por qué, cuando regreses a Aviva Nuestros Corazones .

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.

Si Aún te Quiero
Marcos Vidal
Dedicatoria ℗ 2012 Nuva Music

Voces adicionales:

− Holly Elliff, en la voz de Mildred Pérez de Jiménez

− Amber Singleton, en la voz de Marcia Brea

− Kim Wagner, en la voz de Elba Ordéix de Reyes

− Debbie Canfield, en la voz de Ginette Estévez

Permisos de publicación autorizados del Ministerio Aviva Nuestros Corazones para Alimentemos El Alma

Todos los Derechos Reservados

Disponible sobre el Internet en: http://www.avivanuestroscorazones.com

M27 – El amor que exige pureza

Aviva Nuestros Corazones

Serie: El hermoso diseño de Dios para la mujer – Viviendo Tito 2:1-5

M27 – El amor que exige pureza

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Carmen Espaillat: La pureza se mantiene a través de pequeñas decisiones. Aquí está Nancy Leigh DeMoss.

Nancy Leigh DeMoss : Satanás hará que tú pienses que esa conversación, ese intercambio de correos electrónicos, ese toque, esa expresión cálida, que ese intercambio de miradas responde a alguna necesidad, te hará creer que llenarán algún vacío en tu corazón. Lo que él no te dice es cuán mortal y destructivo será el resultado. He oído esto de parte de las mujeres todo el tiempo.

Carmen: Esto es Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.

Tus pequeñas decisiones de hoy tendrán un gran efecto. Esto es cierto en muchas áreas de la vida, pero una de las más importantes es la de la pureza moral. Las malas elecciones en este ámbito pueden conducirte hacia resultados devastadores.

Si tienes hijos pequeños, es posible que desees desviar su atención mientras escuchas a Nancy, quien continúa hoy con una serie tituladaEl hermoso diseño de Dios para la mujer .

Nancy: En 1894 Ruth Smythers, quien era la esposa del Reverendo L. D. Smythers, escribió una guía para esposas jóvenes. En una sección de esa guía, ella dice lo siguiente:

Para una mujer joven y sensata, que tiene los beneficios de una educación adecuada, el día de su boda es irónicamente el más feliz así como el más aterrador de su vida. En el lado positivo, está la boda en sí, en la que la novia es la atracción central en una hermosa e inspiradora ceremonia, que simboliza su triunfo en la obtención de un hombre para proveer para todas sus necesidades durante el resto de su vida.

Leí eso, y pensé, “No se ha creado el hombre que pueda satisfacer todas las necesidades de una mujer para toda su vida.” Pero esto fue lo que ella dijo en el 1894. Entonces ella sigue diciendo,

En el lado negativo, hay una noche de bodas, durante la cual la novia debe “afrontar las consecuencias”, pudiéramos decir, enfrentando por primera vez la terrible experiencia del [lo que era una palabra muy difícil de decir en aquellos días] “sexo”.

Hay una regla cardinal del matrimonio que nunca debe ser olvidada: DA POCO, DA SOLO EN OCASIONES, Y SOBRETODO, DA DE MALA GANA. De lo contrario, lo que pudiera haber sido un matrimonio adecuado se pudiera convertir en una orgía de lujuria sexual.1

Ahora, seguramente estás rezongando. Si hubieras leído más de lo que ella dice en ese libro de seguro que te quejarías aún más. De verdad que hay algunas formas de pensar que están totalmente desacertadas —algunas ideas que no son sanas, que no van de acuerdo a la Palabra de Dios— en esta guía para las novias jóvenes, escrita por la esposa de un ministro en el 1894.

Mientras leía eso, pensaba, es tan de Satanás el distorsionar nuestros pensamientos. Él tratar de convencernos de que lo que Dios llama bueno es malo; y que lo que Dios prohíbe o dice que está fuera de límites, Satanás nos convence de que es bueno.

Mientras pensaba sobre esto me llamó la atención algo y me preguntaba ¿Cómo es que hoy tantas niñas y mujeres no pueden esperar para tener relaciones sexuales, y creen que no pueden vivir sin el sexo, y son atraídas por la emoción del sexo ilícito fuera del matrimonio, mientras que al mismo tiempo tantas mujeres que están casadas piensan que la intimidad física con sus esposos es como un deber —en el mejor de los casos— un mal necesario, algo que tienen que hacer, algo que hay que soportar?

¿Ves cómo Satanás tuerce nuestra manera de pensar? Él nos hace pensar que lo que es bueno es malo y que lo que es malo es bueno.

Es por eso que tenemos que tener un pensamiento sano, y obtenemos nuestro pensamiento sano de la sana doctrina, la cual obtenemos de la Palabra de Dios.

Un versículo que me vino a la mente rápidamente mientras estaba leyendo esa guía para esposas jóvenes fue Hebreos 13:4 “Honroso sea en todo el matrimonio, y el lecho sin mancilla”. Esto es bueno.

En el contexto del matrimonio, es maravilloso; es extraordinario; es un regalo. La intimidad física del esposo y de la esposa no es una orgía de lujuria sexual. El que una esposa y un esposo tengan intimidad física. “Honroso sea en todo el matrimonio”.

Hebreos 13 dice; y entonces aquí está el otro lado, “Porque Dios juzgará a los inmorales sexuales [la palabra hebrea es pornos] y adúlteros,” aquellos que deshonran el lecho matrimonial, que entran en intimidad física fuera de los límites del matrimonio.

Estaba revisando algunos correos electrónicos que han llegado a nuestro ministerio mientras me preparaba para esta serie. Resulta interesante que cada vez que tocamos este tema tenemos una avalancha de respuestas. Permítanme leerles un par de correos que me encontré mientras repasaba esos archivos.

Una persona escribió y dijo,

“Me preguntaba si ustedes pudieran hacer algunos programas sobre el problema de las mujeres que han quedado atrapadas por el deseo de buscar autosatisfacerse sexualmente a través de películas explícitamente sexuales, libros, o líneas telefónicas para el sexo, y de cómo se puede superar esta esclavitud.”

Aquí está otra— Dudé si leer esto, pero no es poco común ver esto. Esta mujer dice,

“Tengo un buen matrimonio, pero mi corazón se está deleitando en el pecado, ¡con nada más y nada menos que con mi pastor! Esto ha estado sucediendo durante 3 años. Quiero desesperadamente liberarme de esta atracción tan peligrosa, sin embargo me siento tan atraída por ella.”

Como hemos venido diciendo a lo largo de esta serie, un pensamiento erróneo y una doctrina errónea resultan en una manera de vivir errónea. Si no tenemos un pensamiento sano basado en una sana doctrina, vamos a terminar en impureza.

Hemos estado hablando sobre Tito 2, donde las mujeres mayores deben enseñar a las mujeres más jóvenes a ser puras. Si vamos a ser puras, debemos tener un pensamiento correcto que nos guíe hacia elecciones puras. Todo este asunto de la impureza y de la sexualidad es una que es muy enfatizado en las Escrituras.

Por ejemplo, Efesios capítulo 4 habla de que el pensamiento incorrecto en la doctrina nos conduce a una vida equivocada y a la impureza.

Efesios 4:17 dice,

No andéis así como andan los gentiles [paganos, impíos], en la vanidad de sus mentes [aquí es donde comienza la batalla]. Ellos están entenebrecidos en su entendimiento… [Versículo 19] Y ellos habiendo llegado a ser insensibles, se entregaron a la sensualidad para cometer con avidez toda clase de impurezas.

Ves como el pensamiento equivocado te dirige a vivir de forma impura…

Por otro lado, el pensamiento sano y una mente sana te guían a la pureza y al amor, dos de las cualidades de las que estamos hablando en Tito 2.

Aun en Efesios capítulo 4, en el versículo 20:

¡Pero vosotros no habéis aprendido a Cristo de esta manera! [Entregándose a la sensualidad y la impureza. Tú fuiste enseñado] A ser renovados en el espíritu de vuestra mente, [sophron, una mente sana, y a que] os vistáis del nuevo hombre, el cual, en la semejanza de Dios, ha sido creado en la justicia y santidad de la verdad (versículos 23-24).

¿De dónde viene la santidad? ¿De dónde viene la pureza? Del pensamiento sano, siendo renovados en nuestras mentes.

Efesios 5:1-2 continúa diciendo:

Sed pues imitadores de Dios como hijos amados; y andad en amor. [El amor y la pureza son el resultado del pensamiento sano, el cual está arraigado en la sana doctrina.] Así como también Cristo os amó y se dio a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios, como fragante aroma.

Si tuviéramos corazones puros y el amor de Cristo en nuestros corazones, no habría pecado sexual, porque no puedes ser puro de corazón y amar a otros como te amas a ti mismo, y pecar contra ellos sexualmente; con la mente, o el pensamiento, con la palabra o con la acción. No lo puedes hacer.

Así que la pureza de corazón y el amor del cual hemos venido hablado en Tito capítulo 2 —el amar a tu esposo y a tus hijos— si amas a otros con el amor de Cristo, si tienes un corazón puro, entonces tú serás pura sexualmente .

1 Pedro 1:22 lo dice de esta manera: “Puesto que en obediencia a la verdad [esa es la mente] habéis purificado vuestras almas para un amor sincero de hermanos, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro.” ¿Ves la conexión entre el amor y un corazón puro?

1 Timoteo 1:5 dice: “Pero el propósito de nuestra instrucción es el amor nacido de un corazón puro”, un corazón lavado. Si quieres ofrecerles amor verdadero a otros, debes tener un corazón puro, y si vas a tener un corazón puro, tienes que tener una mente sana, un pensamiento sano.

Hemos estado leyendo hacia el final del capítulo 4 de Efesios y el principio del 5. Escucha lo que dice. Se nos dice que nos amemos los unos a los otros, que vivamos una vida de amor, y entonces él dice en el versículo 3:

Pero que la inmoralidad, y toda impureza o avaricia, ni siquiera se mencionen entre vosotros, como corresponde a los santos. [Ustedes son santos—necesitan vivir como santos].

Ni obscenidades, ni necedades, ni groserías, que no son apropiadas, sino más bien acciones de gracias. Porque con certeza sabéis esto, que ningún inmoral, impuro o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. Que nadie os engañe con palabras vanas, pues por causa de estas cosas la ira de Dios viene sobre los hijos de la desobediencia. Por tanto, no seáis partícipes con ellos; porque antes erais tinieblas, pero ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de la luz (porque el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad), examinando que es lo que agrada al Señor (versículos 4-10).

Si eres un hijo de Dios esto no será una carga para ti. Si eres la novia de Cristo, será un deleite para ti descubrir lo que le agrada al Señor.

Versículo 11, “Y no participéis en las obras estériles de las tinieblas, sino más bien, desenmascaradlas.” La pureza—es una característica de una vida redimida.

La pureza externa, visible —en nuestras palabras, acciones y comportamiento, pero también la pureza interna— la pureza de corazón, pensamientos, deseos, y motivaciones. Esas dos están conectadas, porque si tenemos corazones puros, entonces tendremos manos limpias.

Los pensamientos, las inclinaciones, el estado de ánimo de nuestro corazón determinará nuestro comportamiento.

Estaba hablando con una amiga, mientras me preparaba para esta serie, sobre este asunto de la pureza. Mi amiga me comentaba sobre la frecuencia con que nos conformamos con menos de lo que Dios nos llamó a ser—con un nivel que es menor a lo que Dios quiere lograr en nosotros en el área de la pureza, porque nos estamos comparando, no con la santidad inmaculada de Dios, sino con los tristes intentos de bondad que vemos a nuestro alrededor.

Así que comparándonos con los demás, pensamos, “Bueno, yo no voy a dormir por ahí, no soy tal cosa…yo no hablo de esa manera, yo no hago eso.” Entonces nos transamos a veces por menos que la imponente santidad de Dios. A veces somos propensas a manejar algunos asuntos obvios, pero debiéramos estarnos preguntando: “¿Se extiende mi nivel de pureza a través —y por medio de— mi corazón, mi mente, mis pensamientos, mis motivaciones, mis palabras, mis acciones, y mis relaciones?”

Volviendo al pasaje, en Tito 2 vemos que las mujeres mayores deben enseñar a las mujeres jóvenes a ser puras (versículos 3-5). Creo que en ese contexto tiene que ver con castidad moral principalmente; con la pureza sexual, con ser fiel a su pareja.

Hemos dicho que el pasaje de Tito 2 se asume que la mayoría de las mujeres son esposas y madres; que el llamado de Dios para la mujer es ser una ayuda para su esposo y para mantener y alimentar a sus hijos. Así que en este contexto, él les está diciendo a estas mujeres que están casadas, “Sean moralmente fieles a su pareja.”

Aun si no estás casada, sé fiel a una pareja futura que pudieras tener, y sé fiel a las parejas de otras mujeres. Yo soy una mujer soltera, pero parte de la castidad sexual y la pureza para mí no es solamente proteger mi propio corazón y mi propia vida, sino proteger tu matrimonio; es proteger los matrimonios de otras mujeres.

Ser pura hasta la médula; pura no solamente en nuestro comportamiento en cuanto a la fidelidad conyugal y conducta modesta; sino también no estar coqueteando y no responder de forma inadecuada a la atención masculina—cosa que las mujeres saben muy bien cómo hacer. ¿No es cierto?

Así que la pureza sexual, la castidad, tiene que ver con los problemas de comportamiento, pero se extiende también a cada área de nuestros pensamientos—a las fantasías , a no permitir que nuestras mentes vaguen hacia lugares que no son santos, que no son apropiados; a no comprometernos emocionalmente, algo que puede ser alimentado por las novelas y películas románticas y por los programas de televisión.

Permítanme leerles algunos correos que las mujeres nos han enviado. Algunas veces yo los cambio un poco para que no puedan ser identificados. En este caso esta mujer escribe:

“Debido a muchas circunstancias y a las horas que mi esposo pasaba en el trabajo, nos convertimos en extraños mientras vivíamos bajo el mismo techo. La soledad que sentía en casa provocó que yo disfrutara de la amistad de un hombre en mi trabajo.”

Ahora bien, cuando hablamos anteriormente acerca de las mujeres que aman a sus esposos, dijimos que se trataba más bien de una amistad. Se trata de disfrutar la compañía del otro. Es disfrutar a nuestro esposo. Es salir a pasear con él. Es tener compañerismo con él. Si no estás protegiendo tu amistad con tu esposo, serás más vulnerable de cultivar una relación inapropiada con alguien fuera de tu matrimonio.

Así que esta mujer siguió diciendo “Comencé a disfrutar la amistad de un hombre en el trabajo.” ¿La amistad de quién ella debió estar disfrutando? La de su esposo, por supuesto.

Ella dijo, “Lo consideraba casual al principio.” ¿No es siempre ese el caso? Se ve tan inofensivo. Es simplemente inocente.

“No tenía intenciones de nada. No estábamos haciendo nada. No siento nada.” Pero ella ya dijo, “Estaba disfrutando la amistad de este hombre en el trabajo.” Ella continuó diciendo,

“Lo consideraba casual en un principio. Sin embargo, se convirtió en una creciente atracción emocional. . . Yo estaba muy decepcionada conmigo misma—habiendo sido cristiana la mayor parte de mi vida, que conocía las Escrituras, y sin embargo había permitido que algo así se desarrollara. Ahora veo que es muy común y lo mucho que tenemos que guardar nuestros corazones de los engaños sutiles del enemigo.”

Aquí hay otra, y es interesante ver cuántos de estos —no todos, sino muchos— se relacionan con el lugar de trabajo y las relaciones que se establecen ahí. Esta mujer dijo,

“En mi trabajo hablo con muchos hombres diferentes alrededor de todo el país vía correo electrónico y por teléfono. Durante este último año he visto que en ocasiones algunos correos y llamadas telefónicas se han ido fuera de control, y he sentido de Dios que esto no está bien, que debía parar”.

Ese es el Espíritu Santo. ¡Gracias Dios por el Espíritu Santo! Ahora, si tienes buen juicio, una mente sana, podrías discernir mucho más rápido que si no la tuvieras.

Si no estás pensando con claridad, quizás nunca podrás tener ese discernimiento, pero si tienes una mente sana —si eres sophron, como hemos hablado antes— vas a escuchar la voz del Espíritu Santo y la voz de la cordura y el razonamiento espiritual diciéndote, “No, esto no está bien. Detente. ¡Alto!”

Ella dijo, “Yo paraba por un tiempo, pero entonces mi mente vagaba de nuevo.” ¿Qué no estaba haciendo esta mujer? Ella no estaba “llevando cada pensamiento cautivo a la obediencia a Cristo” (2 Cor. 10:5).

Ella dijo, “Con una de estas personas, lo que comenzó como una amistad evolucionó en mucho más—diciéndonos el uno al otro secretos bien profundos.”

Ahora, aquí estamos viendo a una mujer necia —ella lo está admitiendo— ella sufre de falta de discreción. Ella no está pensando correctamente. Ella se ha puesto en una situación que la llevará al fracaso moral y a la destrucción de su matrimonio.

Ella dijo, “A pesar de que los correos electrónicos y las llamadas telefónicas eran a un cliente fuera del país, mi mente estaba pensando todo tipo de fantasías que podrían hacerse realidad.”

Esta mujer está en camino hacia la destrucción—no solo a su destrucción, sino la destrucción de su matrimonio, la de este hombre y otros hombres y sus matrimonios, la de sus hijos, sus nietos—comienzas a pensar sobre todas las posibles consecuencias, y te dan ganas de querer tener una mente sana que se traduzca en pureza sexual.

Permítanme leerle una más. He aquí una mujer que ya tenía muchas luchas en su matrimonio; ella habló de eso, y luego dijo,

“La semana pasada, me detuve en una tienda, y un empleado muy agradable me ayudó. Pasamos 30 minutos hablando de… [Y entonces ella pasa a describir un interés común que tenían]. Sentí como una oleada de sentimientos; en esos 30 minutos sentí una conexión con esta persona que NUNCA había experimentado con mi esposo, aun después de 7 años juntos.”

Algunas de ustedes me miran con los ojos bien abiertos mientras leo esto, pero quiero decirles que son muchas más las mujeres que han experimentado esto que las que no lo han experimentado. Experimentar la tentación no es el pecado. La pregunta es, ¿qué haces con esos pensamientos cuando vienen a la mente?

¿Tienes una mente sana para traer esos pensamientos cautivos a la obediencia de Cristo? ¿Huyes? ¿Escapas? O, ¿te quedas por 30 minutos hablando con el tipo? Eso es lo que determina o revela si tienes o no una mente sana. Ella dijo,

“Durante una semana completa he vivido en una novela de fantasía, sueño con este hombre con el cual pasé 30 minutos hablando. Al otro día cuando él llamó para darle seguimiento a mi visita a la tienda, mi corazón desesperado de hecho me llevó a pensar que esto era una señal de atracción de su parte, y hasta le envié un correo electrónico esa noche.”

Lo que digo es que debieron haberse disparado sirenas en la mente y en el corazón de esta mujer—no cuando empieza la aventura amorosa, sino en esa misma etapa. ¡No mandes el correo electrónico! ¡No te quedes en la tienda!

Tú dices, “Bueno, tendría que ir de compras a otra parte.” ¡Compra en otro lugar! Elimina cualquier indicio de indulgencia de tu carne de manera que protejas la pureza de tu matrimonio. Ella continuó, dijo,

“¿Cómo llegué hasta aquí? Un año atrás yo estaba empeñada en salvar mi matrimonio a TODA COSTA, y ahora no siento absolutamente NADA hacia mi esposo y soy tan vulnerable que unos meros 30 minutos con otro hombre me pueden llevar a fantasear de este modo. ¿CÓMO llegué hasta aquí, y CÓMO puedo escapar?

Nada se ha materializado con este hombre [ella se refiere a lo físico, pero yo diría que algo se ha materializado en su mente y en su corazón], pero por mi reacción inmediata puedo decir que soy TAN vulnerable. Satanás ha hecho conmigo lo que ha querido”.

Satanás hace que la fruta prohibida luzca seductora. La hace atractiva. Satanás provocará que tú pienses que esa conversación, ese intercambio de correos, ese toque, esa expresión calurosa, ese intercambio de miradas, que llenarán algún espacio vacío en tu vida.

Lo que él no te dice es cuán mortal y destructor será el resultado, y escucho esto de todas las mujeres todo el tiempo.

Una mujer escribió y dijo, “A cualquiera que esté contemplando una relación inmoral, ¡POR FAVOR NO LO HAGAS! ¡ES MUERTE! Siento que me estoy muriendo. Este es el dolor más grande de mi vida.”

Otra mujer dijo,

“Me ha entristecido la pérdida de mi virginidad, tan profundamente, que casi me mata literalmente. Lo único que quería era ser capaz de presentarme a mi marido en nuestra noche de bodas, pura y sin mancha. Me sentí en ruinas, destrozada, que no servía para nada, que ya no era íntegra.”

Pero, ¡gracias a Dios por Su gracia! “La sangre de Jesús. . . nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1:7), y no hay pecado, incluyendo aquel de infidelidad marital, o pecado sexual, que no pueda ser perdonado y lavado por la sangre de Cristo.

Pero hay huellas que dejas en tu corazón cuando no piensas apropiadamente, cuando no piensas de manera sensata, y cuando te das por vencida, aun entregando tu corazón, emocional y mentalmente, a un hombre que no te pertenece. Así que Pablo dice,

Porque esta es la voluntad de Dios, vuestra santificación: es decir, que os abstengáis de inmoralidad sexual; que cada uno de vosotros sepa cómo poseer su propio vaso en santificación y honor, no en pasión de concupiscencia como los gentiles que no conocen a Dios; y que nadie peque y defraude a su hermano en este asunto, porque el Señor es el vengador en todas estas cosas, como también antes os lo dijimos y advertimos solemnemente (1 Tes 4:3-7).

Carmen: Nancy Leigh DeMoss estará de regreso. Espero que ustedes oren con ella por el poder de decir no al pecado y por el amor que nos motivará hacia la pureza.

Se nos manda en Filipenses 4:8 a pensar en todo lo que es puro, a pensar en cosas que son excelentes y dignas. El hermoso diseño de Dios para la mujer ha sido de gran ayuda para enseñarnos a pensar de forma sensata. En nuestro próximo programa continuaremos la enseñanza práctica y espero ustedes nos acompañen.

Si deseas contribuir de alguna forma con nuestro ministerio, ya sea económicamente o en oración, llámanos al 1-800-569-5959 desde los EE. UU. o Canadá.

Para terminar la sesión de hoy sobre la importancia de la pureza personal, aquí regresa Nancy para orar.

Nancy: Padre, oro por alguna mujer que esté escuchando hoy que está jugando con fuego, y está justificando y defendiendo cosas que están ocurriendo en su corazón, en su mente y en sus actos, algo que ella quizás ha tenido que mantener oculto o secreto.

Oh, Señor, yo oro que Tú tengas misericordia y le des convicción de pecado y la convenzas de la insensatez de descarriarse moralmente, y que Tú Señor proveas la gracia que solamente Tú puedes dar para huir de esa situación, para escapar, para hacer lo que sea necesario para perseguir la pureza y la santidad de corazón.

Oh Señor, ¿rescatarías Tú, redimirías y protegerías a aquellos que no han tomado ese camino? ¿Protegerías sus matrimonios y pondrías un cerco de protección alrededor de los esposos y esposas y los matrimonios; alrededor de las parejas jóvenes y parejas de edad avanzada?

Guárdanos del pecado, oh Señor, que nuestras vidas y nuestros matrimonios puedan reflejar al mundo la pureza de Cristo y Su amor por Su novia. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.`

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M26 – La belleza de la santidad

Aviva Nuestros Corazones

Serie: El hermoso diseño de Dios para la mujer – Viviendo Tito 2:1-5

M26 – La belleza de la santidad

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/la-belleza-de-la-santidad/

Carmen Espaillat: Con nosotras Nancy Leigh DeMoss.

Nancy Leigh DeMoss: En una cultura grosera, en medio de la cual las jóvenes se han vuelto salvajes y libertinas, las mujeres cristianas deben destacarse por su pureza. Ahora bien, no estoy hablando acerca de ser autosuficientes o bonachonas, hasta ingenuas, sino de llevar una vida sana y pura en Cristo de forma que nuestro estilo de vida brille en medio de la oscuridad de este mundo.

Carmen: Esto es Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.

Si tienes hijos pequeños te recomendamos mantenerlos ocupados en otro lugar mientras tratamos este tema, luego regresas con nosotras. Hoy veremos lo práctica que resulta ser la Biblia al tratar sobre algunas de las conductas más indignantes que se publican en las portadas de los tabloides y sobre otras conductas indignantes que suceden detrás de las puertas con personas que nunca te hubieras imaginado. Nancy continúa en la serie El hermoso diseño de Dios para la mujer: Viviendo Tito 2:1-5 .

Nancy: Como sabrán el año 2008 fue nombrado por el ministerio Aviva Nuestros Corazones, como el año de la mujer verdadera, y tratamos de enfocar todos los programas de ese año en particular hacia lo que significa ser una mujer verdadera de Dios. Ahora bien, a medida que estudiamos el libro de Tito en el capítulo 2 tenemos el retrato de una mujer verdadera como luce ella cuando ya es una mujer mayor y que es lo que ella hace para ayudar a las mujeres más jóvenes a convertirse en mujeres verdaderas.

Tito capítulo 2 en el versículo 3 dice, “Asimismo, las ancianas deben ser reverentes en su conducta.” Así que nos muestra un cuadro de piedad, de mujeres que temen al Señor, cuyo comportamiento refleja su reverencia por Dios, y luego vemos que ellas están para entrenar a las mujeres más jóvenes, versículo 4: “Que enseñen a las jóvenes a que amen a sus maridos, a que amen a sus hijos.”

Versículo 5: “A ser prudentes, puras”. Aquí hay pureza, una de las virtudes. “Hacendosas en el hogar”, aquí vemos la domesticidad. “Amables”, y luego tenemos la cuarta virtud, sumisión, “sujetas a sus maridos, para que la Palabra de Dios no sea blasfemada.”

Estamos yendo a través de estas cualidades que representan verdaderas características de las mujeres cristianas, y tanto hoy como en la próxima sesión, queremos echar un vistazo a la virtud de la pureza, a ser puras. Ahora bien, como es el caso de cada una de estas virtudes, la pureza cristiana contrasta de forma muy marcada con lo que es característico o generalmente cierto en un mundo incrédulo. A lo largo del libro de Tito, como hemos visto en esta serie anteriormente, la descripción del mundo es bastante gráfica y resulta ser cualquier cosa menos pura.

Por ejemplo, recuerda cuando Pablo dijo en Tito capítulo 1, versículos 15 y 16, “Mas para los corrompidos e incrédulos nada es puro, sino que tanto su mente como su conciencia están corrompidas. Profesan conocer a Dios, pero con sus hechos lo niegan, siendo abominables y desobedientes e inútiles para cualquier obra buena.” Luego él nos dice en el 3:3, “esclavos de deleites y placeres diversos.”

Ellos no son puros. Ellos son esclavos de las pasiones y de los placeres. Ellos sencillamente hacen lo que su carne tiene deseo de hacer, sin importar si esté bien o mal. Esta es una descripción del mundo incrédulo.

Y quiero hablar de una forma bien clara aquí. A veces dudo acerca de este tipo de cosas porque sé que tenemos algunos oyentes quienes, gracias a Dios, tienen una exposición limitada a esos aspectos de la cultura, y tenemos adolescentes y oyentes jóvenes. No quiero en lo absoluto tentar o decir cosas que produzcan un apetito o sed por el pecado

Nunca pretendo glorificar el pecado, pero para la mayoría de nosotras, si estás respirando hoy día, de seguro tienes conocimiento de esto. No es un secreto para nadie que esta es una época que no es pura. Esta es la época de “Las Chicas Hooters”, de los desfiles de moda de “Victoria’s Secret”, de los infocomerciales de televisión —tarde en la noche— promoviendo videos de “Chicas Salvajes” en los que atractivas y jóvenes mujeres exponen sus cuerpos y cometen otros actos sexuales en público para las cámaras. Esta es la Era de Fiestas de Sexo en las universidades, donde a los estudiantes se les regalan condones y consejos para tener sexo seguro.

Esta es la época de los “swingers”, que celebran y promueven la actividad sexual no monógama y quizás —este puede que sea un término nuevo para ti— el poliamor. Esta es la práctica de tener múltiples relaciones sexuales a la vez con el pleno conocimiento y consentimiento de todos los involucrados. A esto le llaman “poliamor” que significa “amor múltiple”.

Esta es la era de Bridget Jones y otra Chick Lit con sus francos temas sexuales. Esta es la época de las series “Sex and the City” (Sexo y la Ciudad) y “Grey’s Anatomy” (Anatomía de Grey) y “America’s Top Model,” (La Top Model de América) y si no sabes de lo que estoy hablando, cuenta tus bendiciones. Es la época de música popular con contenido, tonos y líricas sexuales las cuales no podemos ni queremos leer en este programa y la época de las líneas telefónicas calientes, y así sucesivamente.

Ahora bien, en el contexto de la cultura del primer siglo donde los instintos más básicos y carnales, no estaban restringidos, donde la promiscuidad era celebrada, el apóstol Pablo nos dice en Tito capítulo 3, empezando en el versículo 3: “Porque nosotros también en otro tiempo éramos necios, desobedientes, extraviados, esclavos de deleites y placeres diversos…pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y Su amor hacia la humanidad, Él nos salvó”.

El obró por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo, que el derramó sobre nosotros abundantemente por medio de Jesucristo. ¡Él nos salvó! ¿De qué? Del pecado, de la impureza, del libertinaje, de la decadencia, de nuestra carne, de ser esclavos de varias pasiones y placeres.

Aquellos que pertenecen a Cristo han sido salvados. Ellos han sido rescatados de esa vida impura. Ellos han sido libertados del pecado. Ellos son diferentes de aquellos que no siguen a Cristo, y esta diferencia debe ser obvia para todos.

Esta es la parte que tanto me impacta acerca del libro de Tito a medida que he estado meditando en estos tres capítulos completos —el contexto del pasaje que estamos estudiando en Tito 2— y es el marcado contraste entre aquellos que siguen a Cristo y los que no lo hacen. Así es como debe ser. Debe existir un fuerte contraste.

No debería ser difícil identificar cuando alguien es realmente un cristiano. El mundo que no cree se caracteriza por la impureza y los creyentes en Cristo deben ser puros.

El capítulo 2, versículo 14 del libro de Tito dice acerca de Cristo “Quien se dio a sí mismo por nosotros, para redimirnos de toda iniquidad”. ¿Qué tanto? De toda iniquidad, para “purificar para sí un pueblo para posesión suya, celoso de buenas obras.” ¿Puedes observar el contraste aquí?

● Ustedes eran inicuos; no respetaban la ley.

● Ustedes eran necios.

● Ustedes fueron desobedientes.

● Ustedes eran impuros, pero Cristo murió. Él se dio a sí mismo para redimirles de todo eso.

De acuerdo al capítulo 1 de Tito, los creyentes están supuestos a ser irreprochables en todos los aspectos de sus vidas; en lo relativo a su moral, y a su comportamiento en general. El capítulo 2, versículo 12, se nos dice que nosotros debemos “renunciar a la impiedad y los deseos mundanos y vivir de forma sobria, justa y piadosamente.”

En una cultura grosera, donde las mujeres se han vuelto salvajes, las mujeres cristianas están llamadas a destacarse por ser puras. Ahora bien, no estoy hablando de que se muestren autosuficientes, bonachonas o hasta ingenuas, sino que deben reflejar una vida sana y pura en Cristo que brille como una luz en un mundo oscuro.

La palabra pura, o como está traducida en la Reina Valera del 60 como sobria y en otras versiones como casta, es una palabra algo pasada de moda pero que me gustaría traerla de nuevo al uso. Casta o pura significa “limpia de toda culpa, limpia de mancha, inmaculada, no contaminada”. Se habla de pureza moral o inocencia, de ser sin defecto moral o culpa, ser pura de mente y corazón, ser modesta y casta. Esto define como los cristianos en general y las mujeres cristianas en particular, deben vivir en este mundo.

Entonces, ya sabes que existen dos aspectos de pureza en nuestras vidas como cristianos. Primero, esta esa pureza posicional. Esa pureza es la que se da en nuestras vidas desde el momento en que nacemos de nuevo. Fuimos regenerados. Fuimos declarados justos o justificados y puras posicionalmente por el sacrificio de Cristo—esto es la justificación.

Esta es nuestra salvación inicial. Dios nos ve no como nosotros éramos sino como somos ahora en Cristo. Hemos sido salvados, y esa pureza posicional es una verdad en cada creyente.

Esa es la razón por la que, a lo largo del Nuevo Testamento, los cristianos son llamados santos. Esto no se debe a que siempre actuaron santamente. Sino que se debe a que ellos han sido hechos —han sido declarados— justos por Dios a través de la obra hecha por nuestro Señor Jesucristo, quien tomó nuestro lugar, librándonos de la muerte debido a nuestros pecados—nos declaró justos, puros delante de Dios.

Somos posicionalmente puros, y luego tenemos la otra clase de pureza pureza práctica. Esto es lo que los teólogos llaman frecuentemente santificación. Esto no ocurre en un momento y listo se acabó. Esta pureza es un proceso que se da a lo largo de nuestras vidas donde nos vamos convirtiendo en personas puras al vivir lo que Dios ha declarado —posicionalmente— que es verdad sobre nosotros. Esta es la parte —la pureza práctica— que requiere entrenamiento. Las mujeres mayores capacitan y enseñan a las mujeres más jóvenes a ser puras.

Tú no puedes entrenar a alguien para que sea un cristiano. Esta parte sucede por la gracia de Dios, a través de la fe. Es un trabajo que Dios hace en nuestros corazones, haciéndonos semejantes a Él, y Él es quien salva, no por obras que hayamos hecho.

No puedes convertir a nadie en un cristiano. El Espíritu de Dios es quien lo hace dentro de nosotros. Él nos declara justos y rectos ante Dios por Cristo Jesús. En cambio las mujeres mayores sí pueden discipular a las mujeres más jóvenes. Nos podemos discipular una a la otra en el proceso de purificarnos, de hacernos prácticamente puras, de santificarnos.

Ahora bien, quisiera que miráramos en el Antiguo Testamento un pasaje que considero es una imagen maravillosa acerca de la pureza práctica, y lo encontramos en el libro de los Salmos en el Salmo 101. Este es un salmo de David, y en mi Biblia se titula “Decisión de vivir rectamente” (LBLA).

La misericordia y la justicia cantaré, a ti, oh SENOR, cantaré alabanzas. Prestaré atención al camino de integridad (Salmo 101: 1-2).

En la medida que voy leyendo este Salmo, selecciono las palabras que describen un corazón que es puro o que está libre de culpa. Hay diferentes sinónimos utilizados.

Prestaré atención (voy a meditar, me detendré en) al camino de integridad. ¿Cuándo vendrás, Señor, a mí? En la integridad de mi corazón andaré dentro de mi casa. No pondré cosa indigna delante de mis ojos.

Algunas de sus traducciones dicen: todo lo “injusto” o lo “perverso”. No pondré delante de mis ojos nada de eso.

Aborrezco la obra de los que se desvían, no se aferrará a mí. El corazón perverso se alejará de mí; no conoceré maldad. Destruiré al que en secreto calumnia a su prójimo; no toleraré al de ojos altaneros y de corazón arrogante.

Mis ojos estarán sobre los fieles de la tierra, para que moren conmigo; el que anda en camino de integridad me servirá. El que practica el engaño no morará en mi casa; el que habla mentiras no permanecerá en mi presencia. Cada mañana destruiré a todos los impíos de la tierra, para extirpar de la ciudad del SEÑOR a todos los que hacen iniquidad” (versículo 1-8).

A medida que leemos este pasaje, necesitamos recordar que David tenía las mejores intenciones cuando elevó su oración al Señor. Esto reflejó su corazón durante la mayor parte de su vida, pero en algunas situaciones durante la vida de David, él hizo una serie de compromisos y no siempre vivió conforme al compromiso de tener un corazón puro como él expresó en este pasaje. Él no siempre vivió con los estándares de vida que él había establecido para sí mismo, y eso solo nos dice que para ser puros se requiere de una constante vigilancia.

No puedes bajar la guardia. Nunca llegarás al punto —no importa cuál sea tu edad— que hayas madurado de tal forma en Cristo o que lleves tanto tiempo caminando con el Señor, que llegues al punto de no necesitar de la gracia de Dios para protegerte y para salvaguardar tu corazón y para mantenerlo apartado del pecado.

Si piensas que has llegado a un lugar donde estarás exento de algún pecado, te habrás vuelto vulnerable a ese pecado y a otro tipo de pecados. Pero a medida que leemos el texto, vemos que es una expresión del corazón de David que caracterizó la mayor parte de su vida. Esto genera algunas preguntas que nos ayudan a personalizar esto.

A medida que lees este pasaje, ¿te has hecho la determinación de tener un corazón irreprensibleque sea intachable? ¿Te has propuesto vivir una vida intachable, inmaculada de principio a fin, ser pura de corazón, en tu caminar y tu hablar? ¿Estás determinada a hacerlo? ¿Has establecido esto en tu corazón?

¿Has resuelto ser pura, no solamente en público, sino también en privado? “En la integridad de mi corazón andaré dentro de mi casa” (versículo 2). Cualquiera de nosotras puede lucir espiritual, sentada en este salón donde grabamos Aviva Nuestros Corazones; seguramente nadie gritará o dirá groserías ni actuará de forma egoísta. Quizás tengas pensamientos de este tipo, pero probablemente no los expresarás abiertamente.

La verdadera prueba de pureza no es lo que haces sentada en esta sala. La prueba de tu pureza es quien eres cuando llegas a tu hogar y como tratas a tus hijos, como tratas a tu esposo, como tratas a tus padres o a tu compañera de cuarto y a las personas con quienes trabajas y también a tu jefe—quien no siempre te trata de la forma como tu quisieras. Lo vemos en la forma como tratas a las personas que trabajan para ti. Se trata de tener integridad de corazón en los ambientes más íntimos y privados.

¿Te molesta la impureza? ¿Te perturba? Esto es algo que observo en David aquí. Él está preocupado. Él está perturbado cuando ve algo impuro. ¿Te molesta la impureza cuando la ves en los demás, cuando la ves en nuestra cultura, cuando leo ese listado que leí al principio de esta sesión acerca de la cultura de obscenidad en la que vivimos… o sencillamente ya te estás acostumbrado a ello?

¿Has visto tanta grosería y obscenidades en la televisión que ni siquiera te sacude nada de esto? ¿Te has acomodado o has aceptado el mal? O, ¿acaso has dicho “No, hay un nivel de tolerancia ‘cero’ en cuanto al pecado en mi vida”? Eso es lo que está en el corazón de David aquí—no simplemente que te moleste cuando lo ves en otros o en la cultura, sino más importante aún… te molesta cuando lo ves en ti mismo.

● ¿Lo ves en ti misma?

● ¿Tienes los ojos bien abiertos para ver el pecado en cualquier otra persona pero eres muy orgullosa para ver tus propios defectos?

● ¿Estás dispuesta a ser entretenida por aquellas cosas que son pecaminosas, que no son santas, para reírte con ellas y disfrutar de ellas?

● ¿Qué nivel de tolerancia tienes por las cosas que no son puras? ¿Toleras un poco de ello?

● ¿Alrededor de qué tipo de personas gravitas o compartes? Vemos a David en los Salmos diciendo, “Me siento atraído por las personas de corazones puros. Quiero rodearme de esas personas.”

● ¿Te sientes atraída por las personas de corazón puro, o te sientes atraída por aquellas personas cuya conversación y estilo de vida son inapropiados, fuera de tono o perversos?

● Una vez más, e igualmente importante, ¿qué tipo de gente gravita hacia ti? ¿Se sienten cómodas las personas groseras y perversas contigo, mientras cuentan sus historias? Y de ser así, ¿te podrías preguntar, por qué?

Ahora bien, no estoy diciendo que nuestras vidas deben hacer sentir mal a las personas que no conocen a Dios, en el sentido de que se sientan que les estamos juzgando o condenándoles o criticándolos. Necesitamos corazones llenos de compasión y de misericordia hacia los pecadores, pero debemos preguntarnos si las personas perciben que nos sentimos cómodos con la impureza.

Ahora quiero decir que el objetivo de todo esto, el objetivo de la integridad y el de ser libre de culpa y ser puros de corazón, no es hacernos lucir bien. Esto sería auto-rectitud o auto-justicia. El objetivo es hacer a Dios lucir bien. Es glorificar a Dios al reflejar la pureza de Cristo en nuestro mundo.

En Hebreos 7:26 se nos dice que Jesús es un sumo sacerdote santo, inocente e inmaculado. Cuando somos puros así como Él es puro, reflejamos a Cristo y glorificamos a Dios en nuestro mundo. La gente pura o las mujeres que tienen un corazón puro tienen un impacto en un mundo oscuro e impío. El impacto de sus vidas es exponer la oscuridad y atraer a otros a la luz de Cristo.

Pienso en ese pasaje de Filipenses 2 que dice “haced todas las cosas sin murmuraciones ni discusiones”. ¿Para qué? “Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación torcida y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo” (versículos 14-15).

Esta pequeña luz en mí, la dejaré brillar, déjala brillar, déjala brillar.

Ahora bien, ¿cuál es esa luz? ¿Es acaso mi santidad? No, es la pureza de Cristo, la bondad de Cristo que es santa e inocente y pura. Permíteme decirte que hay un impacto específico que las Escrituras prometen que tendrá lugar en los esposos cuando sus esposas tengan vidas puras. 1 Pedro 3 nos habla acerca de los esposos que no son creyentes o no están caminando con Dios, que “pueden ser ganados sin palabra alguna por la conducta de sus mujeres, al observar vuestra conducta casta y respetuosa” (versos 1-2).

Por cierto, ayer me encontré con un significado de la palabra puro en un diccionario griego, definición esta que nunca antes había notado. Este diccionario decía que esta palabra, hagnos, originalmente significaba “lo que despierta temor y asombro”, y pensé en 1 Pedro 3 cuando leo eso. Esto es lo que despierta temor y asombro en un esposo inconverso, cuando él ve a su esposa teniendo un comportamiento puro—actitud y forma de pensar puros.

La sumisión es parte de eso, y retomaremos este tema más adelante dentro de esta serie. Los cristianos siendo puros así como Cristo es puro despertarán asombro en nuestro mundo caído. La luz se encenderá. Que sea la luz. ¿Qué es la luz? Es la luz de Cristo que vive Su vida pura y santa a través de nosotros.

Luego, el objetivo final es que nosotros seamos una novia pura para Cristo. Cristo amó a Su iglesia. Él,

Se dio a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la Palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia en toda su gloria, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa e inmaculada (Efesios 5:25-27).

Su propósito es presentar a la iglesia ante Él mismo como una novia pura y santa. Por eso es que queremos ser puros, no solo por nuestro testimonio ante el mundo, sino también por nuestro amor por Cristo; es por eso que quisiéramos ser su novia pura. A medida que somos santificados, que nos vamos purificando, y que las mujeres mayores van entrenando a las más jóvenes para ser puras, llegará el día —y esta es nuestra esperanza— cuando nos uniremos a la gran multitud en el cielo.

De acuerdo con el libro de Apocalipsis 19:6, la gran multitud es:

Como el estruendo de muchas aguas y como el sonido de fuertes truenos, que decía: ¡Aleluya! Porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina. Regocijémonos y alegrémonos, y démosle a Él la gloria, porque las bodas del Cordero han llegado y su esposa se ha preparado. Y a ella le fue concedido vestirse de lino fino, resplandeciente y limpio (hasta el versículo 8).

Así que a medida que escoges decir “sí” a la pureza de Cristo y “no” a todo lo que sea impuro y dices, “Yo quiero caminar dentro de mi casa en integridad de corazón y pureza de mis manos y vida”, no lo estás haciendo para ser recta o por tu propia justicia. No lo estás haciendo para verte bien.

Lo estamos haciendo para crear asombro, no lo estás haciendo para verte bien, lo estás haciendo para crear asombro, crear admiración en un mundo caído para que todos puedan ver la luz de Cristo encendida en nosotros, y lo estamos haciendo por amor, devoción y pasión por Cristo, cuya novia somos nosotros, para que podamos presentarnos ante Él sin culpa, sin mancha, sin tachas, sin arruga ni cosa semejante, de lino fino, brillante y puro.

Carmen: Nancy Leigh DeMoss ha estado ofreciendo un llamado a la santidad. ¿Refleja tu vida esa belleza a un mundo en necesidad? El mensaje de hoy es parte de la serie titulada El hermoso diseño de Dios para la mujer . Puedes acceder a todos los programas de esta serie al visitar www.AvivaNuestrosCorazones.com.

Si realmente amas a otros con el amor de Cristo, esto te mantendrá sexualmente pura. Nancy lo explicara en la próxima entrega del programa.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

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M25 – Preparando tu mente

Aviva Nuestros Corazones

Serie: El hermoso diseño de Dios para la mujer – Viviendo Tito 2:1-5

M25 – Preparando tu mente

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/preparando-tu-mente/

Carmen Espaillat: Aquí está Nancy, continuando con las enseñanzas de la serie de Tito 2.

Nancy Leigh DeMoss: Necesitamos recordar que la batalla está en la mente. Pensamos que el campo de batalla son nuestras emociones, nuestras circunstancias, u otras personas— aunque algunas veces todo esto entra en la contienda. Pero al final todo se trata de la forma en que pensamos.

Carmen: Esto es Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.

En las Escrituras, Dios nos llama a no poner la mente en las cosas de la carne sino a vivir conforme al Espíritu, a perseverar en Él aun con nuestros pensamientos. Hoy continuaremos aprendiendo acerca de la importancia de esto para enfrentar los desafíos de la vida.

Nancy: Quiero continuar con una sesión más sobre este concepto de ser sophron– s-o-p-h-r-o-n- (Estamos recibiendo una pequeña lección de griego en estas últimas sesiones.) Es una palabra que aparece en múltiples ocasiones en el libro de Tito.

Es traducida en la NVI como “sensata”. Si tienes La Biblia de Las Américas, está traducida como “prudente”. Es una palabra que significa “domino propio; de buen entendimiento”. Es una mente salva, sano juicio, una mente sana, una mente restringida, una mente que es dominada por la Palabra de Dios y la verdad de la Palabra de Dios.

Mientras hablábamos durante un receso antes de esta sesión, comentábamos entre nosotras que esto afecta todo. La manera que pensamos determina la manera como vivimos. Si tenemos una mente sana, entonces nuestras emociones, nuestros apetitos, nuestras pasiones, nuestros pensamientos, nuestras palabras—todo seguirá ese patrón. Nuestras decisiones y nuestro comportamiento seguirán el patrón de nuestros pensamientos.

Y si no tenemos una mente sana, entonces nuestro comportamiento, nuestras palabras, nuestras actitudes, nuestras emociones—todo seguirá a ese pensamiento no sano. Ahí es cuando terminamos en problemas.

Hemos estado hablando sobre esta palabra basados en el pasaje de Tito 2 que nos dice que las mujeres mayores deben enseñar a las mujeres más jóvenes a ser sobrias—sophronizo; es una palabra relacionada a esto. Deben enseñar a las mujeres a pensar con claridad.

Todas nosotras podemos recordar. . . aquellas de nosotras que ya no somos mujeres jóvenes, podemos recordar cuando, como mujeres más jóvenes, necesitábamos en ocasiones alguien que se nos acercara y nos dijera, “No estás pensando con claridad.”

De hecho, aquellas de nosotras que somos mujeres mayores todavía necesitamos personas que nos acompañen en ocasiones y nos digan, “Tú no estás pensando con claridad”, y ayudarnos al aconsejar nuestros corazones de acuerdo a la verdad de la Palabra de Dios.

Así que las mujeres mayores deben enseñar a las más jóvenes a ser sobrias —a ser auto controladas, discretas, pensar con una mente sana— para que puedan amar a sus maridos y a sus hijos, para que puedan ser puras, para que puedan cuidar sus hogares, puedan ser amables, y puedan ser sumisas a sus esposos. Todo lo demás sobre nuestros roles y responsabilidades en la vida fluye, en cierta medida, si tenemos un sano juicio.

Ahora, hablando de ser sobrias, esa misma palabra sobria o sana suena como muy seria. Estoy un poco preocupada de que algunos puedan pensar que esta mujer sophron —esta mujer sobria – sana— nunca se divierte o que es aburrida, rígida, cerrada, legalista, siempre disciplinada, restringida y reprimida, toda cabeza y nada corazón.

No es de eso de lo que estoy hablando. No es eso a lo que Dios nos está llamando. Estamos hablando sobre una cualidad, una característica que está viva, es vital, vibrante y palpable en nuestras vidas. Esta cualidad, esta sensibilidad espiritual —este buen juicio, o auto-control o esta mentalidad sobria —esta cualidad es iniciada, producida y permitida por la gracia de Dios.

No es algo que se puede fabricar. No es algo que simplemente hacemos que pase por la fuerza de voluntad.

¿Cómo sabemos esto? Bueno, hemos estado leyendo y estudiando en Tito capítulo 2 de que la mujer sophron es autocontrolada. Pero miren en el versículo 11 de Tito capítulo 2. El apóstol Pablo ha repasado todas estas maneras en las que hombres mayores, los hombres jóvenes, las mujeres mayores, las mujeres los jóvenes, los siervos, etc., deben vivir el Evangelio, hablando de cómo luce eso. Él habla continuamente del dominio propio, sophron, no solamente cuando le habla a las mujeres, sino cuando habla acerca de los hombres mayores y jóvenes por igual.

Después de que ha hablado acerca de todo esto, Pablo dice en el versículo 11,

Porque la gracia de Dios se ha manifestado, trayendo salvación a todos los hombres, enseñándonos, que negando la impiedad y los deseos mundanos, vivamos en este mundo sobria [aquí está de nuevo la palabra sophron], justa y piadosamente.

Nosotros dependemos del poder del Espíritu Santo y de la gracia de Dios. Como Pablo le dijo a Timoteo en 2da de Timoteo 1 “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía” —eso no es una mente sophron— “sino de poder, de amor y de mente sana” sophronismos, o una “mente sana”, como dice en la Reina Valera (versículo 7).

¿De dónde viene? ¿Quién nos lo dio? Dios. No tenemos eso naturalmente, no pensamos con claridad de manera natural. Es la gracia de Dios dentro de nosotras que nos permite pensar de manera sana.

Así que este tipo de dominio propio de pensamiento sensato del que estamos hablando se produce por la gracia de Dios y por el Espíritu de Dios, tendremos una persona que no será tensa, rígida o legalista, sino una persona que será encantadora, persuasiva, hermosa y libre—libre de vivir dentro de los parámetros que Dios ha diseñado para nuestras vidas. Teniendo este sophron, o siendo sophron, aumenta nuestra capacidad de orar, de amar y de servir a los demás.

Mientras pensamos sobre cómo desarrollar un estilo de vida sophron, ¿Cómo podemos desarrollar este tipo de pensamiento sano? Necesitamos recordar que la batalla está en la mente. Pensamos que son nuestras emociones o nuestras circunstancias u otras personas que son el campo de batalla—y a veces se meten en la lucha. Pero en última instancia vuelve a ser la forma en que pensamos.

Y es por eso que en Filipenses en el capítulo 4, Pablo dice, “Piensen en las cosas que son verdaderas, buenas, amables y excelentes y digno de elogio. Piensa en esas cosas” (versículo 8, parafraseado).

En Colosenses capítulo 3, Pablo dice, “Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra” (versículo 2).

Y en Romanos capítulo 8 Pablo dice,

Porque los que viven conforme a la carne, ponen la mente en las cosas de la carne, pero los que viven conforme al espíritu, en las cosas del Espíritu. [Esos son las personas que son sophron.] Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz (versículos 5-6).

Isaías capítulo 26, versículo 3: dice “Tú guardarás en perfecta paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado” (Versión Reina Valera).

¿De dónde viene esa paz? De la mente, sophron, está fija en Dios.

Primera de Timoteo capítulo 5 describe a una mujer que es viuda. Ella se ha quedado sola, pero tiene puesta su esperanza en Dios y continúa en súplicas y en oraciones noche y día (versículo 5). Ella vive una vida sophron. Ella podría tener muchas razones para desesperarse, para estar deprimida, para estar melancólica, para estar desanimada, o para ser egocéntrica, demandante. Pero no: Ella pone su esperanza en Dios. Entonces, ¿qué ella hace? Ella invierte su tiempo provechosamente orando, en un ministerio de intercesión.

Entonces, en el siguiente versículo, Pablo describe a la mujer que no es sophron. La otra viuda que es autoindulgente. Esta mujer que no es sophron, él dice, esta está “muerta aún viviendo” (versículo 6). Ella no experimenta la vida y la paz que proviene de una mente puesta en las cosas del Espíritu. Necesitamos tener nuestras mentes renovadas, transformadas por la Palabra de Dios.

Estaba hablando con un amigo hace días que acaba de nacerle un nieto con un defecto congénito grave. El niño ha tenido convulsiones y no está fuera de peligro todavía, así que no estoy segura exactamente cuál sea el desenlace. Pero mi amigo ha estado caminando con su hija a través de todo este proceso.

Creo que su hija ya tiene tres o cuatro niños más, así que tiene sus manos llenas. Ella es una mamá que enseña en el hogar, y ahora ella tiene este pequeño que necesita cuidado y atención constantes y que rápidamente puede dejar de respirar. Por lo tanto, ella no puede alejarse ni un segundo o dejar de prestarle atención. Se requiere de un cuidado continuo de 24 horas. Es un tiempo en sus vidas aterrador, difícil, agotador.

Pero mi amiga Susan, quien es la abuela en esta situación, ha sido enseñada a ser sophron en este tipo de crisis. ¿Sabes cómo ella ha aprendido? Porque treinta y pico de años atrás, ella tuvo un hijo que nació con un defecto congénito grave y que requirió años de atención durante todo el día.

Susan estuvo noche tras noche, tras noche, tras noche, por días y semanas y meses y años, cuidando a su hijo. En el proceso, ella me dijo, “No tenía ningún lugar adonde ir sino al Señor.” Ella me dijo, “No tenía una mujer en mi vida que me enseñara a fijar mi pensamiento en la Palabra de Dios. Pero estaba desesperada. Fui al Señor, y el Señor fijó mi corazón y mi mente en Su Palabra.»

Bueno, ¿Qué está haciendo ella ahora? Ya han transcurrido décadas. Ella es una mujer mayor que ya ha pasado por esto. Ahora, como una madre a su hija mayor, ella le está enseñando a la más joven a ser sophron, a ser de mente sana. Ella está dirigiendo a su hija Lacy hacia la Palabra de Dios y ayuda a Lacy a pensar claramente en medio de esta situación.

Es algo tan hermoso de observar, en esta situación tan difícil, el poder de una mujer mayor acompañando y entrenando a una mujer más joven a ser sophron.

Después de nuestra última sesión de grabación, un grupo de nosotras nos reunimos con una amiga muy querida que estaba aquí en la sesión. En esa sesión nos dijo que había sido diagnosticada con leucemia aguda y se estaba alistando para ir al hospital, donde ahora se encuentra, para quimioterapia extrema. Durante las próximas semanas, esta mujer tendrá dosis masivas de quimioterapia para tratar y lidiar con esta leucemia.

El pronóstico, humanamente hablando, da miedo. Mientras hablábamos y orábamos con esta mujer, algo que verdaderamente me tocó… Yo conozco a esta mujer desde hace mucho tiempo, y esta no es la primera situación difícil que ella ha enfrentado… He visto a esta mujer, a través de las pruebas, la he visto meterse en la Palabra de Dios y obtener sophron.

Ella ha recurrido a las caminatas ya que así puede memorizar y meditar en las Escrituras. Por años, ella estaba haciendo esto porque estaba desesperada. Tenía que hacerlo. Ella ha estado renovando su mente con la Palabra de Dios día tras día, semana tras semana, año tras año.

Bueno, aquí está ella ahora en la mayor crisis física de su vida, una crisis de vida o muerte, enfrentando solamente lo que Dios sabe qué, y sabiendo que lo mejor que ella enfrenta, humanamente hablando, no es una situación placentera— por lo menos por las próximas semanas. Pero ella está sophron.

Claro, ella está tentada a atemorizarse; ella tiene emociones. Todo esto es muy real. Pero su mente está tan cimentada en la Palabra de Dios que cuando llega la presión o viene la crisis, su decisión es pensar, “Confía en Dios”, tener un corazón firme, cantarle al Señor, como vimos en una sesión anterior.

Así que vemos la importancia de meditar en las Escrituras, llenando tu mente y tu corazón. Y no esperes hasta que llegue la crisis para hacerlo, porque si esperas hasta ese entonces, no lo tendrás cuando lo necesitas.

Hemos estado estudiando sophron —el pensamiento sensato, con dominio propio; mente sana— en libro de Tito. Pero quiero que vayamos por un momento al libro de 1ra de Pedro, donde se ve este mismo concepto. Hay tres referencias en la carta de 1ra de Pedro a la sensatez y al autocontrol. Vayan conmigo a 1ra de Pedro capítulo 1, a los versículos 13 y 14.

Pedro dice, “Por tanto”—y el “por tanto” está hablando de lo que acaba de preceder, la maravilla de la salvación que él acaba de describir. Debido a lo que Dios ha hecho y esta obra impresionante de la salvación, “ceñid vuestro entendimiento para la acción; sed sobrios en espíritu, poned vuestra esperanza completamente en la gracia que se os traerá en la revelación de Jesucristo.”

Pedro está diciendo, “Si tienes un buen entendimiento sobre el Evangelio y preparas tu mente para la acción sobre la base de lo que sabemos que es verdad, entonces tendrás una vida santa en vez de llevarte de tus pasiones carnales naturales.”

Eso es lo que él describe en el versículo 14:

Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais en vuestra ignorancia, sino que así como aquel que os llamó es santo, así también sed vosotros santos en toda vuestra manera de vivir.

Así que el pensar con buen juicio, de forma sensata, el ser de mente sobria, tiene como resultado el vivir de manera piadosa.

Ahora, esa frase, “ceñid vuestro entendimiento para la acción”—esa es la manera que se lee en la LBLA, la cual he estado usando. Pero la frase literal en el griego original sería “ceñir los lomos de tu mente”. De hecho, esa es la forma en que leen algunas de sus traducciones.

Ceñir los lomos de vuestro entendimiento, o preparar sus mentes para la acción, se refiere a esa antigua práctica de recoger sus túnicas cuando necesitaban actuar con rapidez, cuando necesitaban correr o pelear en una batalla.

Aquí se aplica a la forma en que pensamos, ciñendo los cabos sueltos de tu pensamiento —recogiendo tus pensamientos— para que puedas rechazar formas equivocadas de pensamiento y la seducción de la tentación y de lo mundano, para que puedas vivir una vida santa porque tu pensamiento es sobrio.

Pero para hacer esto, para ceñir los lomos de tu mente, para ser prudente, para ir preparando nuestras mentes para la acción, requiere esfuerzo y vigilancia. Y la idea de la disciplina no es un concepto popular. No suena muy divertido hoy en día.

Queremos los resultados finales—un cuerpo en forma, un matrimonio feliz y relaciones saludables. Pero no queremos disciplinarnos nosotros mismos o trabajar para llegar allí. Queremos ser capaces de tomarnos una pastilla o llamar un número 800 y que esto sencillamente ocurra.

Pero Pedro dice —vayan al capítulo 4 de 1ra de Pedro— “Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed pues prudentes”—sophroneo; ahí está de nuevo nuestra palabra—“y de espíritu sobrio para la oración” (versículo 7). La Nueva Versión Internacional dice, “Así que, para orar bien, manténganse sobrios y con la mente despejada.”

Mientras estaba estudiando este pasaje, fue casi como una revelación en mi mente, se me ocurrió que una de las razones por la cual lucho tanto con la oración privada es porque mi mente se distrae. Me distraigo tan fácilmente. Y pensé, “Si no aprendo a ceñir los lomos de mi mente, si no logro tener una mente sobria, sophron, disciplinada; si no logro ser controlada de mente, una de las cosas que pudiera obstaculizarse es mi vida de oración.”

De hecho, obstaculiza mi vida de oración. Y yo pienso, “¿Qué querrá hacer Dios a través de mi vida? ¿Qué podrá querer hacer Él a través de tus oraciones como esposa, como madre, como una mujer en tu lugar de trabajo? Pero no puedes orar porque estás demasiado distraída.”

Es otra razón para convertirse en sophron. Y ser sophron no solo nos permite orar, sino que también nos permite amar correctamente.

Miren los versículos 8-9:

Sobre todo, sed fervientes en vuestro amor los unos por los otros, pues el amor cubre multitud de pecados. Sed hospitalarios los unos para con los otros, sin murmuraciones. (NIV).

Verás que como una mujer de capítulo Tito 2, vas a ser llamada a dar, a servir, a amar, a derramar tu vida cuando no sea fácil, cuando lo tengas que hacer 24 horas los 7 días de a la semana, cuando tengas al bebé llorando o al niño enfermo despierto a la mitad de la noche. ¿Cómo lo vas a manejar?

Tienes que ser sophron si quieres ser capaz de amar bien y extender hospitalidad —primero a aquellos en tu propia familia— sin quejarte. Comienza con ser sobria y prudente.

Y luego en 1ra de Pedro capítulo 5, versículo 8, dice: “Sed de espíritu sobrio, estad alerta. Vuestro adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quién devorar.” Si no somos prudentes, sophron, y vigilantes, no vamos a tener ninguna defensa espiritual.

Proverbios 25 dice, “Como ciudad invadida y sin murallas es el hombre que no domina su espíritu” (versículo 28).

¿Recuerdas al comienzo de esta serie cuando les di una ilustración, una historia, acerca de un experimento que fue conducido por un investigador de Stanford? Él tomó niños, de cuatro años de edad, a una habitación y les mostró un malvavisco.

El dijo, “Voy a salir de esta habitación y voy a hacer algunas diligencias. Estaré fuera como por 20 minutos. Mientras esté fuera, si dejan este malvavisco aquí y no se lo comen, cuando regrese les daré otro malvavisco, y podrán tener ambos.”

Entonces él salió de la habitación y observó lo que estos niños hacían. Algunos de estos niños eran tan impulsivos que no se podían controlar. De inmediato se comieron los malvaviscos.

Luego otros trataron. Resistieron durante un tiempo, pero no pudieron resistir más. Finalmente cedieron y se comieron el malvavisco.

Y hubo cerca de un tercio de los niños que esperaron hasta que el hombre regresara. Controlaron sus impulsos, y obtuvieron la recompensa del segundo malvavisco.

Entonces, 14 años después, los investigadores estudiaron a esos niños de cuatro años, cuando ya tenían 18 años, y mostraron el curso tan diferente que sus vidas habían tomado—los que ejercitaron dominio propio con los que no lo ejercitaron. Si has escuchado esta sesión, recordarás esa ilustración.

Vino a mi mente mientras estudiaba 1ra de Pedro y Tito sobre este asunto de la sensatez y el autocontrol. Tanto Pedro como Pablo, en el libro de Tito, atan el autocontrol a la recompensa futura, a una esperanza futura.

Escucha lo que dice Tito en el capítulo 2, versículos 11-13:

Porque la gracia de Dios se ha manifestado, trayendo salvación a todos los hombres, enseñándonos que negando la impiedad y los deseos mundanos, vivamos en este mundo sobria, justa y piadosamente. [¿Cuál es la clave?] Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación de la Gloria de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.

¿No te suena eso como un niño esperanzado a que el hombre vuelva para así poder ganarse otro malvavisco? Estamos esperando algo mucho más maravilloso que lo que nuestra mente puede comprender. Eso es lo que nos va a mantener con mentes sobrias, autocontroladas; lo que mantendrá nuestro pensamiento sano, ahora; mientras aguardamos la esperanza bienaventurada.

Pedro dice la misma cosa: “Por tanto, ceñid vuestro entendimiento para la acción; sed sobrios en espíritu, poned vuestra esperanza, completamente en la gracia que se os tendrá en la revelación de Jesucristo” (1 Pedro 1:13).

Pedro dice, “Mas el fin de todas las cosas se acerca. Por lo tanto”—a la luz de lo que viene, a la luz de nuestra esperanza futura, a la luz de nuestra recompensa futura—“sed pues prudentes y de espíritu sobrio para la oración” (1 Pedro 4:7).

Algunas de ustedes han leído La Travesía del Viajero del Alba, uno de los libros de las Crónicas de Narnia. En ese libro, Edmund, Lucy y Caspian están en un viaje desde Narnia, dirigiéndose hacia el Este, hacia el país de Aslan en el fin del mundo.

En un punto de su largo viaje, su barco, el Viajero del Alba, ancla cerca de la tierra y todos desembarcan. En este punto, algunos de los marineros están cansados del largo viaje. Quieren detenerse y pasar el invierno donde están, para entonces devolverse hacia el oeste y regresar al hogar en Narnia en la primavera. Les han dicho que si permanecían donde estaban, se les ofrecería una fiesta digna de un rey cada noche. Esto los hace aun más reacios a continuar hacia el final del mundo y al país de Aslan.

Pero mientras esto sucede, Caspian y Edmund están tratando de descifrar cómo pueden motivar a los marineros a mantenerse en camino hacia el país de Aslan.

¿Recuerdas a Reepicheep, el ratón noble que habla? Él habla, y expresa su determinación de mantenerse avanzando sin importar nada. Esto es lo que Reepicheep dice:

“Mis planes están hechos. Mientras pueda, navegaré hacia el este en el Viajero del Alba. Cuando me falle, voy a remar hacia el este en mi barquilla [que es un barco pequeño], y cuando ella se hunda, nadaré al este con mis cuatro patas. Y cuando ya no pueda nadar, si no he llegado al país de Aslan, me hundiré con mi nariz hacia la salida del sol.”

Preparando sus mentes para la acción y siendo de mente sobria. Pon tu esperanza completamente en la gracia que te traerá la revelación de Jesucristo. Vivan vidas autocontroladas, justas y piadosas—esperando, deseando, anhelando, anticipando ansiosamente, aguardando la esperanza bienaventurada, la manifestación de la Gloria de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.

Carmen: Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín te ha estado llamando a algunas disciplinas de la mente para que estés lista para cualquier desafío que tengas que enfrentar. El mensaje de hoy es parte de la serie El hermoso diseño de Dios para la mujer .

Bueno, en un mundo en el que parecería que las muchachas se han vuelto salvajes, el libro de Tito se hace muy práctico. Descubre por qué, mañana cuando regresemos a Aviva Nuestros Corazones.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras son tomadas de la Biblia de Las Américas a menos que se indique lo contrario.

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M22 – La belleza de tu paz

Aviva Nuestros Corazones

Serie: El hermoso diseño de Dios para la mujer – Viviendo Tito 2:1-5

M22 – La belleza de tu paz

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/la-belleza-de-tu-paz/

Carmen Espaillat: Una mujer le escribió a Nancy Leigh DeMoss ilustrándole la forma en que se desarrolla un sano juicio.

Nancy Leigh DeMoss: Ella dijo, “Usted me ha ayudado a darme cuenta de mi ingratitud y de mi espíritu quejumbroso son una realidad un ataque a la vida que Dios ha escogido para mí, la cual yo he estado detestando”. Dios comenzó a transformar su forma de pensar mientras ella escuchaba y aceptaba la Palabra de Dios. Ella dijo: “Gracias por hacerme entrar en razón—sophron—y por mostrarme otra vez la bondad del Dios al que servimos.”

Carmen : Esto es Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.

Durante varias semanas, el apóstol Pablo nos ha estado hablando de algunos temas muy relevantes de nuestros días. Hemos estado estudiando sus palabras en Tito 2 con Nancy Leigh DeMoss. Aquí está ella para continuar con la serie El hermoso diseño de Dios para la mujer.

Nancy: Sin lugar a dudas, la nación de los Estados Unidos de América ha sido bendecida con ser la nación más rica y próspera, probablemente en la historia del mundo. Tenemos más oportunidades y más comodidades que cualquier otra generación en la historia. Pero siendo este el caso, me intriga y me pregunto por qué tenemos ciertos padecimientos en nuestra cultura.

● ¿Por qué hay tantas familias atrapadas en deudas de tarjetas de crédito e hipotecas que no pueden pagar?

● ¿Por qué hay tan alto índice de desordenes mentales y emocionales en nuestra sociedad?

● ¿Por qué hay tanta depresión crónica, desórdenes de bipolaridad y déficit de atención con hiperactividad en los niños?

● ¿Por qué somos tan adictos como cultura —lo que hablamos anteriormente en esta serie sobre las cifras aterradoras de consumo de substancias—pornografía fuera de control, desórdenes alimenticios, la obesidad que literalmente nos está matando?

● ¿Por qué somos tan corrompidos moralmente?

● ¿Por qué hay tan alto índice de divorcios y adulterios, pasiones sexuales desenfrenadas y perversión?

● ¿Por qué todos estos tipos de enfermedades, aflicciones y padecimientos en nuestra cultura?

Bueno, hay muchos factores, y no quiero simplificar el tema aquí, pero yo creo que mucho de lo que he descrito es el fruto de no tener una mente sana. Dijimos que ser sensatas, ser sophron, en la palabra griega s-o-p-h-r-o-n, significa ser “sensible, tener autocontrol, pensar con sabiduría”. Pensar sabiamente está basado en una doctrina sana acerca de Dios, de Su Palabra y de Sus caminos. Pero dentro de nuestra cultura, generalmente, hemos fomentado el pensar insensatamente, y esto ha afectado la forma en que vivimos.

A medida que pienso en la época en que Pablo escribió el libro de Tito, que hemos estado estudiando durante estas últimas semanas, pienso acerca del Imperio Romano. Esta fue ciertamente una época conocida por ser decadente, perversa. Había un abuso desenfrenado de substancias e inmoralidad, parecido a nuestros días.

Dentro de esta cultura, en el cumplimento del tiempo, Jesús nació, vivió, murió y resucitó de nuevo y envió a su Espíritu Santo e inició la iglesia. La iglesia de Jesucristo nació en una cultura perversa, corrompida, obscura y caída, y en medio de esta obscuridad, los autores del Nuevo Testamento a medida que escribían las epístolas, las cartas a esas primeras iglesias, a esos primeros creyentes, esos seguidores de Cristo fueron llamados a ser sophron: sensibles, sensatos y a tener dominio propio.

Ellos fueron llamados a destacarse. Ellos tenían un pensamiento sano en un mundo que había perdido el tino. Sus vidas reflejaron la belleza, el balance, la estabilidad que el Evangelio trae a una mente, a una vida, a un hogar y a una cultura.

Ahora bien, en Tito capítulo 2, hemos estado estudiando cómo las mujeres ancianas deben entrenar a las mujeres jóvenes a ser sensatas, a tener una mente sana. Y, ¿cómo se refleja eso? ¿Qué es lo que significa? Esto significa que deben amar a sus esposos e hijos, y que deben tener dominio propio y ser sensatas. Hemos visto que esto es fundamental para hacer realidad nuestras otras obligaciones, funciones y responsabilidades como mujeres.

He estado pensando en lo que significa tener una mente sana, con dominio propio, sensible. Y dependiendo de tu versión de la Biblia. Es la palabra griega, sophron, en tu juicio cabal. El Señor me trajo a la mente un relato de los evangelios. Quiero pedirles que vayan a este pasaje en Marcos capítulo 5. Esta historia se encuentra en todos los demás evangelios sinópticos, en Mateo, Marcos y Lucas, pero quiero que miremos la versión de Marcos, el capítulo 5. Al final de esta historia —y quiero iniciar en el final— después regresaremos al principio. Al final de esta historia, encontramos una palabra relacionada con sophron, mente sana, sensible, con autocontrol.

Veamos el versículo 15 en Marcos, capítulo 5. Nos dice que la gente de la ciudad salió, y ellos encontraron (a este hombre) “sentado, vestido y en su cabal juicio”. Ahora bien, esa palabra “cabal juicio” es la palabra sophronetto… sophoron… sophronetto. Era un hombre que estaba en su cabal juicio. Uno lee esta descripción y uno se dice, “suena tan normal”. Él estaba ahí sentado; él estaba vestido y estaba en su juicio cabal. ¿No es así como todos deben estar? Bueno, lo extraordinario de esta descripción al final de la historia es que esta representa un cambio asombroso de la condición en la que se encontraba este hombre al principio de la historia.

Vayamos de regreso al versículo 1, y ahí veremos esta vívida descripción de un hombre que es todo menos sophron; estaba en todo menos en su sano juicio.

Marcos 5:1,

Y llegaron al otro lado del mar, a la tierra de los gadarenos. Y cuando Él salió de la barca, enseguida vino a su encuentro, de entre los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo.

En el relato de Lucas capítulo 8 se dice que él tenía demonios. Yo no voy a inquirir en todo lo que esto significa, todo el estudio de demonios y como éstos afectan a la gente. Este es un estudio completamente diferente. Pero lo que quiero que vean es que estos demonios habían afligido a este hombre, y que Satanás, quien es el príncipe de todos los demonios, trabaja a través de nuestras mentes. Él engaña. Él tuerce la verdad, y cuando nosotros creemos sus mentiras, nuestro pensamiento se distorsiona; se destruye y al final nos volvemos irracionales. Más allá de estar en su mente sana, este hombre estaba desquiciado, y esto afectó todo acerca de él.

El versículo 3 nos dice que él vivía entre los sepulcros. Y permítanme solo insertar aquí el pasaje paralelo de Lucas capítulo 8. Así es como describe a este hombre. Dice: “…por mucho tiempo no se había puesto ropa alguna, ni vivía en una casa, sino en los sepulcros” (versículo 27). Ahora bien, este ya no parece una persona normal.

Continuando en Marcos 5:3 dice,

Y nadie podía ya atarlo ni aun con cadenas; porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie era tan fuerte como para dominarle. Y siempre, noche y día, andaba entre los sepulcros y en los montes dando gritos e hiriéndose con piedras.

Una situación muy trágica aquí. John MacArthur en su estudio de la Biblia dice que “dando gritos” se refiere a un grito sobrenatural continuo pronunciado con intensa emoción, y que las piedras que él usaba para cortarse a sí mismo eran como rocas hechas de pedregales con puntas irregulares filosas.

Así que aquí vemos a un hombre que está en muy, muy mal estado, y miren su condición. No es una condición temporal. No es como que él haya tomado un descanso temporal de sus sentidos. Esto es una condición crónica. Las Escrituras dicen que esto había estado ocurriendo ya por mucho tiempo. Dice que “noche y día, andaba entre los sepulcros y en los montes dando gritos e hiriéndose con piedras.” Esta era la condición de su vida. Él había perdido el juicio. Él era un hombre salvaje. Él está completamente sublevado, fuera de control.

Él está bajo la influencia, bajo el control de poderes demoníacos—al extremo. Su condición mental era influenciada por demonios; y lo que no sabemos es cómo este hombre haya dado lugar a los demonios, no tenemos ese trasfondo. Pero por lo que haya sido, él termina en este lugar, en esta condición mental; la falta de una mente sana dio como resultado este comportamiento bizarro, extraño y errático.

Aquí está un hombre que andaba completamente desnudo; apartado de las personas. Él estaba aislado, solitario, y él está contaminado, de acuerdo a la ley judía, por estar cerca de las tumbas, porque los judíos no podían tocar cadáveres. Así que él no podía tener ninguna relación con los creyentes judíos. Él es violento. Él es peligroso para él mismo y para los demás. Él necesita ser sujetado, pero se desata repetitivamente. Y esto describe a alguien que está en una agonía mental y emocional—se corta a sí mismo, violento, con un comportamiento destructivo.

Ustedes pensarán, “Vaya, esto es tan extremo. No puedo imaginarme nada como esto”. Bueno, el hecho es que esta es la descripción de cómo muchas mujeres viven hoy en día—a mayor o menor grado. Se cortan a sí mismas. Escuchamos de esto hoy en día, y déjenme decirles que no solo le pasa a las jovencitas. Les pasa a mujeres mayores, maduras, esposas y madres. Hay mujeres en nuestra audiencia que con sus desordenes alimenticios y con su tendencia a cortarse han dañado sus propios cuerpos; o han sido un peligro para la vida de otros debido a su comportamiento errático, extremo y extraño.

En algún grado, mayor o menor, todas nosotras mostramos evidencia en algún momento de un comportamiento que no es el resultado de una mente sana, mostramos no estar en nuestro juicio cabal. Veo esto en ocasiones en los correos electrónicos que nos llegan a Aviva Nuestros Corazones. Una mujer nos escribió recientemente, y ella dijo:

“Acabo de tener un arrebato con mi hija de preescolar. Me duele pensar en ello. Últimamente he estado fuera de control al momento de comunicarme con ella y con mis otros hijos. Me he encontrado haciendo lo mismo que odiaba recibir de mi madre, pero por alguna razón me enojo muchísimo. Leo de padres que abusan de sus hijos, y me pregunto si yo también fuese capaz de hacerlo”.

Ahora, esto podría describir un patrón en tu vida, o tal vez pudiera describir solo unos momentos en tu vida, algo sucede que te hace explotar, pero hay momentos en los que tú simplemente, como mujer, te sientes fuera de control. Tal vez por la gracia de Dios logras controlarlos por las apariencias, pero todas nosotras tenemos tiempos así.

No te sientes ahí y me mires como que no sabes de lo que te estoy hablando. Si tú eres mujer, tú sabes de lo que estoy hablando. Hay momentos en los que sientes, “Si Dios no frenara mi vida, yo estaría muy, pero muy fuera de control en este mismo instante”. Hay momentos que no ponemos atención a las restricciones. Las pasamos por alto y nos salimos de control en nuestro tono de voz, o en lo que decimos, o en la forma que lo decimos, o en nuestro comportamiento.

Recibimos otro correo de un hombre diciendo, “¿Pudieran por favor orar por mi esposa?” No voy a leer todo ni puedo darte todo el contexto, pero aquí está un hombre que estaba muy abatido y consternado por algunas situaciones en su matrimonio. Quiero solo sacar este extracto porque se relaciona con el tema, y creo que describe algunas veces la forma en que vivimos muchas de nosotras. Él dijo:

“Ella vive con altas y bajas—constantes ataques de pánico, ansiedad, acciones y actitudes hirientes hacia mí, hacia la familia e incluso hacia ella misma. Durante todo nuestro matrimonio ha habido cortos periodos de paz, y esos han sido geniales, pero la mayoría de los años han estado repletos de problemas y de confusión espiritual, es como vivir con el enemigo, casi como tener que rescatarla de sí misma a diario. Me rompe el corazón.”

Bueno, esta es una situación extrema, y este matrimonio está obviamente en crisis. Esto no pasó de un día para otro, pero aquí está una mujer, aquí vemos dos mujeres —recordando la que describí primero— que no tienen una mente sana. Ellas no son sophron, sus vidas están fuera de control porque sus mentes están fuera del control del Espíritu Santo y de la Palabra de Dios.

Si regresamos al hombre que vivía en los sepulcros en Marcos capítulo 5, las Escrituras nos dicen que nadie podía detenerlo o frenarlo. Nadie podía ayudarlo. De nuevo, a medida que pienso en las mujeres que nos escriben a Aviva Nuestros Corazones, con todos los diagnósticos psicológicos que hay hoy en día, las mujeres están siendo atendidas de muchas formas diferentes, con muchos métodos y medios diferentes.

Pero lo que veo en muchas de estas mujeres es que nadie ha sido capaz de ayudarlas. Ellas no encuentran ayuda. Ellas van donde un terapeuta. Ellas van donde un doctor. Ellas van donde un consejero. Ellas van donde su pastor. Ellas van donde una amiga. Pero ellas no mejoran. Nadie es capaz de ayudarlas a controlarse y tener una mente sana. En muchos casos ellas no cambian.

Esta era la realidad de este hombre. Este hombre que había sido tan oprimido y afligido por esta posesión demoníaca y por este descontrol, irracional, sin juicio y con un comportamiento extraño, ahora se encuentra con Cristo. Cristo es su única esperanza. Quiero decirte, aún si tu comportamiento es tan extremo como el de este hombre, o si solo son pequeñas faltas de sophron en tu vida cotidiana, Cristo es tu única esperanza. El poder de Cristo fue el único poder que pudo confrontar y doblegar a los demonios y restaurarle a este hombre su cordura.

En el versículo 6 nos dice que, “cuando vio a Jesús de lejos, corrió y se postró delante de Él”, lo que necesitamos hacer muchas de nosotras las mujeres es ir a Cristo, ir a Jesús. Correr a Él. Postrarnos delante de Él. Pero aquí todavía hay una lucha. Miren el versículo 7, “y gritando a gran voz, [esto en realidad es el demonio gritando dentro de él] dijo: ¿Qué tengo yo que ver contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te imploro por Dios que no me atormentes”.

A medida que sigan este pasaje recordarán que Jesús sacó a estos demonios y les dio permiso de entrar en un hato de cerdos que estaban paciendo cerca de ahí. Los cerdos se precipitaron por un despeñadero al mar y se ahogaron. Pero lo que vemos en este pasaje, al llegar al final del versículo 14, es que un encuentro con Jesucristo es transformador. Lo cambia todo. Como resultado de encontrarse con Cristo, los demonios fueron echados fuera y la mente de este hombre fue sometida al control de Cristo. El encuentro con Cristo fue transformador. La mente de este hombre fue sometida al control de Cristo.

No quiero que en este instante tu mente se desvié a pensar cómo la actividad demoníaca pudiera afectarte a ti o a este hombre o a otros—ese no es el punto que quiero obtener de este pasaje. El punto es que a este hombre le fue restaurada su cordura porque Cristo vino y trajo estabilidad a su mente.

Miren el versículo 14, “y los que cuidaban a los cerdos huyeron y lo contaron en la ciudad y por los campos. Y la gente vino a ver lo que había sucedido”. Les diré algo, cuando las mujeres someten sus mentes al control del Espíritu Santo de Dios, habrá tal cambio que la gente vendrá a ver lo que pasó. Ellos querrán saber, “¿Qué te pasó? ¿Qué pasó?” Estarán sorprendidos. Ellos estarán maravillados.

Y ahora, para la última parte de este relato, permítanme citar la forma en que Lucas lo dice en Lucas 8:35,

Salió entonces la gente [esto es la gente de la ciudad y del campo], a ver qué había sucedido; y vinieron a Jesús, y encontraron al hombre de quien habían salido los demonios, sentado a los pies de Jesús, vestido y en su cabal juicio.

Ese pequeño detalle de que él estaba sentado a los pies de Jesús es un detalle que no vemos en el evangelio de Marcos. Marcos solo nos dice que él estaba sentado, vestido y en su cabal juicio, pero Lucas nos dice dónde estaba él sentado —estaba sentado a los pies de Jesús— vestido. Este hombre había andado completamente desnudo por años, o al menos por mucho tiempo, y ahora estaba vestido y en su cabal juicio. ¿Le tomó diez años de terapia? No. Al instante Jesús restauró su mente —sophronetto – sophron— su mente sana.

Rápidamente se corrió la voz. Todos sabían acerca del cambio de este hombre.

El enemigo está trabajando en las mentes de un sin número de mujeres hoy en día, aun en mujeres cristianas. Hemos adoptado patrones de pensar que no son sensatos, y como resultado, hemos dado lugar a que el enemigo gane terreno y se dé gusto en tantas de nuestras mentes y de nuestras vidas. Muchas veces la razón por la que nos sentimos tan fuera de control es porque nuestro pensamiento no está basado en una mente sana, pero alabado sea Dios por el poder de Cristo para restaurarnos a un nuestro juicio cabal. Verán, ser sophron —ser sensibles, con autocontrol o dominio propio— es en realidad tener la mente de Cristo; la mente de Cristo.

Déjenme leerles un ejemplo. No es particularmente uno dramático, pero es una ilustración, creo yo, de cómo vivimos muchas de nosotras. Es una ilustración de cómo Cristo puede transformar una mente sin juicio a tener una mente sana.

Una mujer nos escribió, y ella nos dijo,

“Mi esposo fue llamado al ministerio hace alrededor de 9 meses y nuestra familia tuvo que mudarse a otro estado. Nuestro sueldo se redujo en un 50%, nuestra vivienda se redujo en un 50% y mi gozo también se redujo en un 50%. Por los últimos nueve meses he estado murmurando en mi corazón y a veces en voz alta sobre las cosas que ya no tenemos o las que desearía tener. He codiciado [esto es una verdadera lucha en mi mente] toda posesión imaginable y me he sentido completamente miserable en la vida que Dios me ha dado en Su gracia.”

Aquí está una mujer que no tiene un pensamiento sano, y como resultado ella se sentía miserable e hizo a otros miserables a su alrededor, estoy segura de esto. Ella continuó,

“Usted me ha ayudado a darme cuenta que mi ingratitud y mi espíritu quejumbroso son en realidad un ataque a la vida que Dios ha escogido para mí, la cual yo he estado detestando.” [Dios comenzó a transformar su forma de pensar al paso que ella escuchaba y aceptaba la Palabra de Dios. Y ella dijo,] “Gracias por devolverme mi sano juicio y mostrarme otra vez la bondad del Dios al cual servimos.”

Ven, cuando ella no estaba pensando correctamente, ella se estaba enfocando en las cosas que ella no tenía. Pero cuando ella comenzó a pensar correctamente, ella se enfocó en la bondad de Dios. Cuando ella no estaba pensando correctamente, ella se sentía miserable. Ella redujo su gozo a la mitad, pero cuando ella comenzó a pensar correctamente, su gozo regresó; y es cuando ella dice, “Este pequeño apartamento” —su circunstancia no ha cambiado; ella todavía tiene la mitad del espacio que tenía antes— pero “este pequeño apartamento estará ahora lleno de gozo cada mañana al darle gracias al Señor por todo lo que Él ha escogido para mí”.

Él restaura nuestras mentes. Un encuentro con Cristo nos restaurará y nos devolverá el juicio cabal.

John Greenleaf Whittier fue un poeta en el siglo 19, un nombre quizás familiar para ustedes. En 1872, él escribió un largo poema narrativo que lo llamó “The Brewing of Soma” (“La Cerveza de Soma”). Este poema épico describe a sacerdotes vedas o hindúes que tratan de evocar una experiencia religiosa al ir al bosque y tomar un brebaje llamado Soma hasta llegar al estupor y perder los sentidos. Es un poema muy extraño. Tal vez no les sea familiar, no lo era para mí hasta que lo encontré en el internet el otro día.

Después de describir esta rara escena de los sacerdotes tomando hasta perder sus sentidos, Whittier escribe este extenso poema, un himno, que nos es familiar a muchas de nosotras, y proviene de este poema, y es un himno que tal vez puede ser más relevante hoy en día que cuando primero fue escrito, casi 140 años atrás. En nuestro contexto contemporáneo, habla de una cultura que es dependiente a las sustancias o de sentir emociones.

Aquí está lo que el himno dice:

Amado Señor, Padre de todos,

¡Perdónanos nuestras necedades!

Revístenos en mente buena y justa.

Que con vidas puras te sirvamos,

Y con más honda humildad te adoremos.

Qué oigamos el llamado de tu gracia

Con la llana confianza de los pescadores.

Y al igual que aquellos,

Sin palabras levantémonos

Y sigamos en pos de ti.

En el descanso del séptimo día,

En la calma de las colinas galileas,

Jesús se arrodilló compenetrándose

Con tu silencio eterno y con tu amor.

Con tu profunda quietud

Ven y avasalla todas esas palabras

Y obras nuestras que ensordecen el delicado silbo del llamado,

Y haz que en silencio tu bendición,

Como el maná, nos caiga.

Esparce tu rocío de sosiego

Hasta que cesen todas nuestras luchas.

Quita de nuestras almas la fiebre y el bullicio;

Y haz que nuestras vidas ordenadas

Confiesen lo bello de tu paz.

Sopla por entre los ardores del deseo

Tu frescura y tu bálsamo;

Enmudece los sentidos, aquieta la carne;

Y por entre el terremoto, el viento, el fuego,

Habla tú, oh voz apacible de calma.

Oh Padre, como oro que Tú pudieras, por medio del poder de Cristo, nombre que es sobre todo nombre, ante el cual los demonios mismos tienen que inclinarse y huir, en el poder de Su nombre, que Tú pudieras revestirnos con una mente sana, y que nuestras vidas ordenadas manifiesten la belleza de Tu paz. Oro en el nombre de Jesús, amén.

Carmen: Nancy Leigh DeMoss te ha estado invitando a tener una vida hermosa y pacífica—no la que viene por trabajar o esforzarse más, sino la que proviene de tener una mente sana.

Cuando desarrollas un juicio cabal, nadie puede ver lo que está pasando, pero ese proceso interno, silencioso puede llevar a un éxito exterior visible. Sabrás cómo, la próxima semana, espero que nos volvamos a reunir en Aviva Nuestros Corazones.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.

Permisos de publicación autorizados del Ministerio Aviva Nuestros Corazones para Alimentemos El Alma

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Disponible sobre el Internet en: http://www.avivanuestroscorazones.com

M21 – Pensamiento sano

Aviva Nuestros Corazones

Serie: El hermoso diseño de Dios para la mujer – Viviendo Tito 2:1-5

M21 – Pensamiento sano

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/pensamiento-sano/

Carmen Espaillat: La Biblia te invita a desarrollar buen juicio. De acuerdo a Nancy Leigh DeMoss, esto es muy importante.

Nancy Leigh DeMoss: No puedes amar a tu esposo y a tus hijos si no tienes sano juicio. Porque cuando ellos no son amables, si no tienes claridad de pensamiento, vas a responder de manera poco amorosa.

Carmen: Esto es Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.

A veces, las presiones vienen hacia ti tan rápido, que parece que no pudieras pensar con claridad, pero Nancy ha estado explicando cómo Dios nos puede enseñar a pensar con claridad, a tener un sano juicio, no importa qué. Es parte de la serie El hermoso diseño de Dios para la mujer: Viviendo Tito 2:1-5 .

Nancy: En esta serie de Tito capítulo 2, estamos hablando sobre una virtud que he llegado a creer que es fundamental para vivir la vida cristiana. Si no dominamos esta virtud en particular, creo que lucharemos con todo lo demás. Estoy empezando a ver… o el Señor está comenzando a conectar algunos puntos en mi propia vida, en mi propia forma de pensar acerca de por qué esta virtud es tan importante.

Es algo que se enfatiza en el libro de Tito y también muy particularmente a través de 1era y 2da cartas a Timoteo, las epístolas pastorales. Pablo habló a los pastores sobre el desarrollo de estas iglesias jóvenes y destacó la virtud del dominio propio, el autocontrol.

Así que mientras estudiamos Tito capítulo 2, permítanme recordarles la razón por la cual estamos estudiando este curriculum. Se trata de un plan de estudios para la formación de mujeres y que éstas lleguen a convertirse en seguidoras y discípulas de Jesucristo. Es así como luce la madurez cristiana en una mujer. Esta es la forma como se lleva a cabo.

Lo vemos en mujeres mayores viviendo vidas ejemplares, que son modelos de santidad, y en mujeres que son intencionales en la formación y la enseñanza de las mujeres más jóvenes para que tengan las cualidades y las características que necesitan para vivir su cristianismo.

Hemos dicho que estas cualidades son muy personales. Están basadas en nuestras relaciones, y se centran mucho en nuestras relaciones dentro de la familia. Déjenme retomar Tito capítulo 2, comenzando en el versículo 2, solo para darnos un poco de contexto aquí.

Quiero que veamos este concepto de dominio propio que estábamos viendo en nuestra última sesión, y que tiene que ver con una mente sobria; con el dominio propio. Vemos cómo esta frase aparece tres veces en estos versículos que hemos estado viendo.

Tito 2:2: Primero que nada, “Los ancianos deben ser sobrios, dignos, prudentes…” Ahí está nuestra palabra —sophron— autocontrolados. Dominio propio. Necesitan ser “sanos en la fe, en el amor, en la perseverancia”.

Versículo 3: “Asimismo, las ancianas deben ser reverentes en su conducta: no calumniadoras ni esclavas de mucho vino, que enseñen lo bueno…”

Aquí no ves la palabra “autocontrol”, pero la palabra “enseñen” pertenece a la misma familia de palabras en el griego original que la palabra sophron. Significa enseñarlas a tener un sano juicio, enseñarlas a ser prudentes, enseñarlas a ser sobrias.

No puedes ver todo esto en la traducción al español, pero es lo que está detrás del original. “Que enseñen a las jóvenes a que amen a sus maridos, a que amen a sus hijos, a ser prudentes” (versículo 4). Aquí está nuestra palabra nuevamente, sophron—sobria, dominio propio. En la Nueva Versión Internacional tienes la palabra “sensata” aquí…y “juiciosas”, en la versión Dios Habla Hoy. Con dominio propio; de buen entendimiento.

La palabra sophron es algo que, como veíamos en la última sesión, está enraizada en la sana doctrina. Primero que nada, debemos pensar correctamente acerca de la Palabra de Dios: ¿Quién es Él? ¿Qué es el Evangelio? ¿Cómo luce? Y, ¿cómo funciona? Si tenemos una sana doctrina, eso resultará en buen entendimiento en todos los aspectos de la vida—seremos sabias, discretas, sensatas, auto controladas, viviremos prudentemente en todas las áreas del vivir. Esto resultará en una vida sana y prudente.

Un diccionario bíblico habla acerca de la esta palabra —sophron— sensata, con dominio propio. Dice, “Esta es una persona que ha desarrollado la capacidad para gobernar o disciplinarse a sí misma, su mente, sus pasiones, sus afectos, y su comportamiento.» 1 Por lo tanto, se trata de ponerle riendas a tu vida—a tus afectos, a tu comportamiento, a tu lengua, a tus pensamientos. Todo esto está siendo gobernado por el Espíritu Santo como resultado de tener dominio propio.

Esta virtud es fundamental para todos los creyentes en todas las etapas de la vida. Me estoy dando cuenta de que no podemos cumplir las demás cualidades y características que se encuentran en este plan de estudios para las mujeres jóvenes y mayores por igual, si no estamos sophron, si no tenemos un sano juicio. No puedes amar a tu marido y a tus hijos si no tienes una mente clara. Porque cuando ellos no son amables, si no tienes buen entendimiento, vas a responder sin amor.

No podrás ser pura ni ser una guardadora del hogar; una ama de casa; una trabajadora del hogar; no podrás ser amable. No puedes tener un sano juicio.

Ahora, he estado tratando de entenderlo a medida que voy meditando en esta palabra, en este concepto en las últimas semanas. Estoy tratando de entender cómo luce una mujer sophron y qué diferencia hace si tenemos una mente prudente o no la tenemos. Así que hoy quiero describir los dos tipos de mujeres que hay. Aquella que es sophron y la que no es sophron.

Me tomé un tiempo en los últimos días solo para hacer dos listas, una lista de las características de estos dos tipos de mujeres. Quiero empezar con las características que describen a la mujer que no es sophron; una que no tiene dominio propio. Esta mujer no es prudente.

Eso no quiere decir que una sola persona tendrá todas estas cualidades. Porque cuando tenemos buen entendimiento, esto se manifestará de diversas maneras, dependiendo de nuestra personalidad, de nuestras circunstancias, de nuestra educación. Pero he aquí una especie de retrato de las características que podrían ser el caso de una mujer que no tiene buen entendimiento.

Por ejemplo, ¿cómo podría afectar nuestra mente y nuestras actitudes no ser sophron? ¿Cómo luce esto? Una mujer que no es sophron puede ser impetuosa e impulsiva. Por ejemplo, en relación con los gastos, con la compra de cosas que no pueden pagar y que no son necesarias. En relación con la alimentación, la forma de hablar, las decisiones—es impulsiva. Lo ves, tienes que tenerlo. Esta mujer actúa ahora y luego lamenta haberlo hecho.

Eso es una mujer que no es sophron. Una mujer que no es sophron no discierne. Ella no es cuidadosa en relación con las cosas que ella permite que entren en su pensamiento, en su mente. Si quieres todo esto puedes obtener la lista completa al final de la transcripción y luego puedes orar por esta lista.

Así que escucha con tu corazón, y solo quizás anota algunos que son muy específicos, como el Señor te los vaya mostrando y que son importantes para ti. Una mujer que no es sophron va a ser fácilmente engañada por filosofías mundanas y por las formas equivocadas de pensar. Alimentará su carne. Su carne va a controlar su espíritu, en lugar de su espíritu controlar su carne. Ella tiende a ser víctima de sus circunstancias o de su pasado.

Una mujer que no es sophron puede tener buenas intenciones, pero es lenta en el seguimiento. Es rápida para hacer compromisos, pero le cuesta trabajo mantenerlos y vivirlos. Ella tiende a tener una vida centrada en sí misma. ¿Cómo me afecta esto a mí? Esta es la forma como ella piensa.

Muy fácilmente es una persona descontenta. Ella tiene este modo de pensar, «Yo merezco algo mejor que esto.» De hecho, a medida que me relaciono con la mentalidad y las actitudes de una mujer que no es sophron, he llegado a creer, y he estado pensando en esto, que muchos de los trastornos mentales y emocionales que son muy frecuentes en las mujeres hoy en día son el resultado de no tener un sano juicio; de no pensar con claridad.

¿Cómo afecta esto nuestras emociones? Si no estamos sophron, tendemos a ser inestables, fuera de control; somos como una montaña rusa emocional, nuestras emociones son controladas por las circunstancias. Nuestro comportamiento y nuestras respuestas tienden a ser controladas por las circunstancias. Así que si tenemos ganas de hacer algo, lo hacemos. Y si no tenemos ganas de hacerlo, no lo hacemos.

Eso tiene que ver con levantarse de la cama, con la forma de comer, con la forma en que respondemos a la gente difícil —impulsadas por nuestras emociones. Tiene que ver con cambios de humor, depresión crónica; todas estas cosas pueden ser evidencias de no tener un sano juicio. Estas mujeres son propensas a los estallidos emocionales o a grandes variaciones de subidas y bajadas emocionales. Esos pueden ser indicios de que no estamos teniendo dominio propio; no tenemos una forma sana de pensar.

Una mujer que no es sophron tratará siempre de escapar de sus problemas; hará cualquier cosa para evitar el dolor y las dificultades en la vida. Ella pudiera hacerlo en la forma en que come, o bebe, o se medica a sí misma, tratando de librarse del dolor, en lugar de enfrentarlo y tratar con él a la manera de Dios.

Una mujer que no es sophron tiende a ser fácilmente provocada. Puede perder los estribos con facilidad, puede tener un problema con la ira o mal genio. Otras lo guardan en su interior, acumulando o internalizando ira contra las personas en sus corazones. Puede ser hacia adentro o hacia afuera. Puede explotar, o puede guardarlo por dentro, pero es una evidencia de no ser sophron.

Una mujer que no es sophron tenderá a desmoronarse en una crisis o cuando recibe una mala noticia. Ella puede ser una persona temerosa. Cuando la vida no funciona —algo que muchas veces ocurre, de diversas maneras. Cuando la vida no funciona, una mujer que no es sophron tenderá a enojarse, o a llenarse de resentimiento, de miedo, o a deprimirse; a perder las esperanzas.

Una mujer que no es sophron dirá lo que pase por su cabeza sin pensar. Simplemente va a salir por su boca. Ella va a dejarlo escapar de sus labios. Ella es rápida para expresar su frustración o su ira, o para ventilarla. Ella puede ser muy obstinada, rápida al hablar o argumentativa; ella tiene que tener la última palabra.

Una mujer que habla con palabras ásperas, fuertes o groseras; de forma vulgar o profana, evidencia de que ella no es sophron—ella no tiene buen entendimiento. A veces, las mujeres que no son sophron, se expresan de otra forma: no hablan o no se sienten cómodas hablando con los demás porque están demasiado preocupadas por lo que otros piensan, o por lo que los demás piensan de ellas. No son sophron, por lo que se quedan paralizadas. Ellas no pueden hablar.

De manera que también vemos que esto afecta nuestro comportamiento. Una mujer que no es sophron, su vida tenderá a estar fuera de orden. Habrá caos y confusión. Su comportamiento puede ser impredecible. Ella puede ser moralmente descuidada, en vez de cuidadosa. Si ella no es sophron, carece de discreción, puede ser coqueta y sensual, o fácilmente desviada sexualmente, y ella puede hasta llegar a llevar a otros por el mal camino.

La mujer de Proverbios 7, la esposa adúltera, la mujer seductora—si vas atrás y examinas ese pasaje, esta mujer definitivamente no es sophron. Una mujer que no es sophron tiende a posponer las cosas, a aplazar las tareas que no le agradan o que son difíciles—juego ahora y trabajo más adelante, si tengo que hacerlo. Eso no es sophron, no es sobria o sensible, no tiene dominio de sí misma en su pensamiento.

Una mujer que no es sophron puede ser entregada a los excesos y a los extremos en su comportamiento, o puede vivir una vida frívola. Ella puede ser amante de los placeres vanos. Ella vive para la diversión, vive para el placer. Ella está consumida por las cosas que son temporales y terrenales, en lugar de las cosas que son espirituales y eternas.

Ella cede fácilmente a la tentación. Por supuesto, la primera persona que viene a mi mente es Eva, la madre de todos nosotros, que no era sophron. Como resultado, ella se dejó llevar por sus emociones y por lo que —a su entender— era mejor, aunque al final era una necedad y terminó pecando y haciendo decisiones insensatas y pecaminosas.

Una mujer que no es sophron tendrá que luchar para desarrollar disciplinas constantes y rutinas en su vida. ¿Cuántas de nosotras luchamos aún con la constancia en áreas prácticas, como en nuestra vida devocional? Esa constancia o falta de ella es una evidencia de si somos o no sophron—de si tenemos dominio propio.

Aquí hay una que me ha dado mucha convicción. Una mujer que no es sophron tiende a distraerse fácilmente, saltando de una cosa a otra. La incapacidad para enfocarse o concentrarse o para terminar una tarea es una evidencia de no ser sophron.

Una mujer que no es sophron podrá disfrutar del entretenimiento vacío, del entretenimiento hueco. La palabra diversión significa «sin pensar». No es que cualquier entretenimiento o diversión sea malo, pero ¿qué de bueno tiene el entretenimiento frívolo, sin sentido o vano? Convertirse en una adicta a la televisión, que solo vive para ser entretenida—esto es una mujer que no tiene buen entendimiento.

Una mujer que no es sophron tiende a desperdiciar su vida, tiende a desperdiciar el tiempo. Come, bebe, regocíjate, vive el momento. ¿No es así como muchas de nosotras tendemos a vivir, solo por el momento,sin pensar a largo plazo; en el futuro, en la próxima generación; en las implicaciones de las decisiones que estamos tomando hoy?. No es sophron. No es sensata, no tiene buen entendimiento.

Una mujer que no es sophron puede tomar decisiones basadas en sus propios sentimientos o en lo que es más fácil o más cómodo, en lugar de lo que es sabio, prudente y bueno.

Una mujer que no es sophron manejará sus anhelos no cumplidos, que todos tenemos, siendo demandante, tomando el asunto en sus propias manos, tal vez haciendo rehenes de los demás.

Podríamos seguir y seguir, pero permítanme decir que en última instancia podemos justificar cualquier tipo de comportamiento irracional, violento, o corrupto hasta el extremo, si no somos sophron, si no somos razonables, si carecemos de un sano juicio.

Ahora, por el contrario —y me voy a mover a través de esto rápidamente. Una mujer que es sophron tiene dominio propio, tiene sano juicio, y presenta las siguientes características —todo lo contrario de lo que hemos estado hablando en estos últimos instantes. Si ella es sophron, su corazón y sus pensamientos están fundamentados en la Palabra y en los caminos de Dios.

La Palabra de Dios y sus caminos construyen límites en su vida. Por otro lado, en el caso de la mujer que no es sophron, su vida es como un río en la etapa de la inundación. No hay límites, está fuera de control—y es capaz de hacer mucho daño a mucha gente.

Pero para una mujer que es sophron, la Palabra de Dios, la verdad de Dios, los caminos de Dios ponen límites a su vida. Por lo tanto, ejerce moderación y autocontrol en todos los ámbitos de su vida y en sus pensamientos. Ella lleva cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo. Ella no permite que ideas no autorizadas construyan un nido en su mente.

Ella ejerce moderación en relación a la lengua. Ella habla con palabras puras y amables, palabras medidas. Es lenta para hablar. Piensa antes de hablar, no solo habla impulsivamente.

Piensa en Proverbios 29:11 donde se muestra este contraste. «El necio», por un lado, es una persona que no es sophron, “da rienda suelta a su ira, pero un hombre o una mujer sabia», que es sophron, “la reprime».

Una mujer que es sophron ejercita la moderación en su alimentación. Ella es moderada. Ella come para vivir en vez de vivir para comer. Es también moderada en sus gastos. Ella no gasta el dinero que no tiene. Cuando gasta dinero, piensa en términos de los valores eternos.

Ella es moderada y restringe sus reacciones, no se irrita fácilmente, es lenta para enojarse. Es emocionalmente estable. Ella puede estar en calma bajo presión. Ella usa su tiempo con propósito. Ella es unabuena administradora. Ella es moralmente casta y pura. Tiene una vida bien ordenada. Ella tiene un buen juicio; la capacidad de resolver problemas difíciles.

Cuando se enfrenta a una crisis, como todas tendremos que hacer—y realmente, si eres una madre o una esposa, o una empleada, o una estudiante, todos los días te enfrentas a minicrisis. Así que ya sea en las minicrisis o en las crisis más importantes de su vida, la mujer que es sophron mantiene el ánimo. Ella tiene buen entendimiento. Ella sabe qué hacer. Ella no pierde los estribos bajo presión. Ella no se desmorona. Su confianza está en el Señor.

En las Escrituras vemos muchas veces cómo describen esto. En mi tiempo de quietud hace varios días estaba meditando sobre el Salmo 57, donde David es muy realista acerca de las cosas que debe enfrentar. Él dice: «Mi alma está entre leones; tengo que acostarme entre los que vomitan fuego; entre los hijos de los hombres, cuyos dientes son lanzas y saetas, y cuya lengua es espada afilada…Han tendido una red para mis pasos” (versículos 4-6).

Él está en problemas. Él está en medio de una crisis. ¿Pero qué es lo que él dice? Salmo 57:7, “Firme está mi corazón, oh Dios, mi corazón está firme; ¡cantaré y entonaré salmos!”

En medio de la crisis, una persona que es sophron está tranquila y responde y piensa de forma ordenada. La mujer sophron es capaz deresponder con fe frente al miedo cuando se enfrenta a retos. Ella guarda su corazón. Ella guarda su mente. Ella es cuidadosa y exigente con relación a lo que lee, lo que ve y lo que le permite entrar en su mente.

Ella evalúa lo que lee, lo que oye y lo que otros dicen a la luz de las Escrituras, no solo piensa si se siente bien acerca de esto, pero si esto es verdad de acuerdo a la Palabra de Dios. Está mentalmente disciplinada. Ella es capaz de resistir la tentación. Es capaz de posponer la gratificación.

Su comportamiento es controlado por el Espíritu de Dios y por sus convicciones y no por circunstancias y emociones. La mujer que es sophronvive centrada en Dios y en otros. Ella vive a la luz de la eternidad. Eso es lo que determina sus opciones y sus reacciones. Es diligente y fiel en el cumplimiento de sus responsabilidades. Trabaja primero y juega más tarde.

Ella es modesta en su vestimenta y en su comportamiento. Ella vive una vida reflexiva e intencional. Ella no solo va a la deriva o con la corriente. Ella es intencional sobre su vida. Ella está dispuesta y es capaz de soportar las dificultades en aras de una ganancia o recompensa mejor.

Cuando la vida no funciona, la mujer que es sophron espera en Dios de todos modos. Su corazón está firme. Ellapuede dar gracias en todas las cosas. Ella experimenta la gracia en el medio del fuego. Basasus decisiones en lo que es prudente, sabio y bíblico, incluso en lo que respecta a las decisiones difíciles. Ella es capaz de orar.

El Espíritu de Dios controla su carne en lugar de lo contrario. Ella está espiritual y moralmente alerta. Su corazón y su mente están siempre—siempre bajo la vigilancia y la protección del Espíritu de Dios, la verdad de Dios, y la verdad de la Palabra de Dios.

Creo que hemos ido sobre estas características demasiado rápido, pero, ¿has captado la idea? ¿Eres una mujer sophron? Quizás me digas, “Bueno, depende qué día, a qué hora, o en qué circunstancia.”

Yo puedo estar actuando de una manera muy sophron o pensar de una manera muy sophron mientras estoy en la mitad de mi tiempo de quietud o en la primera hora de la mañana. Pero luego, dos horas o diez minutos más tarde, puedo actuar como una mujer salvaje, fuera de control. ¿Qué pasó?

Algunas dirán: «Bueno, es que mi hijo hizo tal cosa…” o, “Es que se produjo esta o aquella llamada telefónica” o, «Me llegó este correo electrónico… o no me llegó…” En fin, sucedió que volví a pensar de una manera que no era la correcta o juiciosa.

Y así vamos hacia delante y hacia atrás. Acabo de empezar a ver y a evaluar en mi propia vida, ¿es esto sophron? ¿Es esto de buen entendimiento? ¿Es este pensamiento sensato? ¿Es mi forma de pensar en esta circunstancia prudente, o imprudente?

Carmen: Nancy Leigh DeMoss nos ha mostrado la importancia de desarrollar un sano juicio y buen entendimiento. Es parte de esta serieEl hermoso diseño de Dios para la mujer: Viviendo Tito 2:1-5. Si te has perdido parte de esta serie puedes escucharla al visitar www.AvivaNuestrosCorazones.com.

Tito 2 nos ha estado ofreciendo una increíble cantidad de valiosa doctrina. Se trata de una ayuda práctica para resolver temas de este tiempo. Continuaremos con esta serie sobre Tito 2, investigando lo que dice acerca de la vida de pureza en un mundo promiscuo.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras son tomadas de la Biblia de Las Américas a menos que se indique lo contrario.

1Zodhiates, S. (2000, c1992, c1993). The Complete Word Study Dictionary: New Testament (electronic ed.) (G5182). Chattanooga, TN: AMG Publishers.

Mi Vida Es Cristo

Sovereign Grace Music

Eres Dios ℗ 2012 Sovereign Grace Music

Una mujer que no tiene buen entendimiento:

• Es impulsiva.

• Carece de discreción.

• Sigue las filosofías mundanas.

• Es conducida por su carne.

• Falta de seguimiento.

• Centrada en sí misma.

• Falta de contentamiento.

• Sus emociones son controladas por las circunstancias.

• Busca escapar de los problemas.

• Es fácilmente provocada.

• Se desmorona en las crisis.

• Fácilmente pierde la esperanza.

• Dice lo que piensa sin pensarlo primero.

• Es muy testaruda.

• Habla de manera brusca, profanando o de forma grosera.

• Se preocupa demasiado por lo que piensan los demás.

• Tiene un comportamiento impredecible.

• No tiene prudencia moral.

• Es postergadora.

• Tiende a los extremos.

• Busca placeres.

• Se distrae con facilidad.

• Cae fácil ante la tentación.

• Lucha para desarrollar disciplinas constantes en su vida.

• Disfruta de entretenimiento frívolo.

• Busca las salidas fáciles.

• Piensa en el corto plazo en lugar de ver las consecuencias a largo plazo.

• Es demandante.

• Malgasta el tiempo.

• Toma decisiones basadas en lo que es más fácil.

Una mujer de buen entendimiento:

• Se refrena en…

• Sus pensamientos

• Su lengua

• Su alimentación

• Sus gastos

• Sus reacciones

• Mantiene la calma bajo presión.

• Invierte su tiempo con propósito.

• Es buena administradora.

• Es moralmente casta.

• Tiene una vida ordenada.

• Tiene buen juicio.

• No pierde el control bajo la presión.

• Responde con fe ante el temor.

• Guarda su corazón y su mente.

• Evalúa lo que lee y lo que escucha a la luz de las Escrituras.

• Es mentalmente disciplinada.

• Resiste la tentación.

• Es capaz de retrasar la gratificación.

• Demuestra una vida centrada en otros.

• Es diligente y fiel en sus responsabilidades.

• Es intencional.

• Es modesta en su vestir y comportamiento.

• Su esperanza está en el Señor.

• Da gracias en todo.

• Toma decisiones sabias y bíblicas.

• Ora.

• Demuestra que el Espíritu controla su carne.

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M20 – Sano juicio

Aviva Nuestros Corazones

Serie: El hermoso diseño de Dios para la mujer – Viviendo Tito 2:1-5

M20 – Sano juicio

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/sano-juicio/

Carmen Espaillat: Nancy Leigh DeMoss pregunta, “¿Te han vuelto loca tus hijos alguna vez?”

Nancy Leigh DeMoss : ¿Por qué arremetiste contra tu hijo? “Bueno, si no hubiera pintado los muebles de la sala con mantequilla o llenado la secadora con agua, yo nunca hubiera hecho eso.”

¿Qué estás diciendo? “¡Mi niño de tres años me volvió loca!”

No. Lo que pasó es que tu niño de tres años actuó de tal manera que trajo a la superficie o reveló el hecho de que tú no estabas pensando en tu sano juicio.

Carmen: Esto es Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.

Por varias semanas, Nancy nos ha estado desempacando el capítulo 2 de Tito. Ha sido una serie muy útil acerca de lo que significa vivir como una mujer para la gloria de Dios

Hoy regresamos a la serie El hermoso diseño de Dios para la mujer: Viviendo Tito 2:1-5 .

Nancy: Seguramente recordarás un artículo que salió… me parece que fue en la cubierta de una edición de la revista Time en 1995, acerca del factor “CE”. CE significa “coeficiente emocional”.

Este artículo estaba sugiriendo que la inteligencia emocional quizás sea más importante que el coeficiente intelectual (IQ, en inglés). Estaba basado en un proyecto de investigación conducido por un investigador en Stanford quien llevó a niños de cuatro años de edad uno por uno a una habitación.

Él les mostró a los niños un malvavisco, y luego les dijo, “puedes tener este malvavisco ahora mismo; pero si te esperas hasta que yo regrese de hacer un mandado y no te lo comes, cuando regrese, podrás tener dos malvaviscos.” Luego el investigador puso el malvavisco en la mesa, salió de la habitación como por 20 minutos, y observaba.

Había una ventana por la que solo se podía ver por un lado, y ellos observaban lo que hacían los niños en esos 20 minutos que no estaba el investigador.

Cerca de un tercio de los niños no podían esperar. Agarraban el malvavisco en cuanto el hombre salía del cuarto. Esos fueron identificados como niños impulsivos.

Otro tercio duraba solo unos cuantos minutos. Realmente trataron; podías verlos luchar, pero al fin cedieron y se comieron el malvavisco.

Luego estaba el último tercio que esperaron a que regresara el hombre, y fueron recompensados con dos malvaviscos. Ese grupo de niños de cuatro años fue identificado como los de impulso controlado. Eran capaces de retrasar su gratificación para obtener el malvavisco.

A menudo pienso qué hubiese hecho yo a la edad de cuatro años. Y te puedo decir lo que haría a mi edad—“¡Dame ese malvavisco!”

Luego, 14 años después, a la edad de 18 años, esos niños fueron examinados otra vez, y los resultados fueron sorprendentes. En conjunto, los niños que pudieron esperar por el segundo malvavisco, los niños con impulso controlado, se convirtieron en adolescentes con, “mejor capacidad de adaptación, más populares, aventureros, seguros de sí mismos y confiables.

Los niños que cedieron ante la tentación al momento [los impulsivos] eran más inclinados a ser aislados, se frustraban fácilmente, y eran obstinados. Ellos se rendían bajo estrés, y rehuían de los retos. Y cuando algunos de los estudiantes de los dos grupos tomaron la prueba de aptitud académica, los que aguantaron más tiempo obtuvieron un promedio de 210 puntos sobre los demás.”1

Ahora bien, mientras leía acerca de eso, pensaba en toda esta cuestión del dominio propio, al cual llegamos hoy en nuestro estudio de Tito capítulo 2. Es un concepto crucial para cada creyente en cada estación de la vida, y es repetido más que cualquier otra cualidad o característica en el libro de Tito.

Seis veces en el libro de Tito tenemos referencia a este concepto de dominio propio , como algo que las mujeres ancianas deben enseñar a las mujeres jóvenes. A tener dominio propio. Pero no es solo para mujeres.

En el capítulo 1 vimos que esta característica del dominio propio, “impulso controlado,” debe caracterizar a los ancianos, a los líderes espirituales de la iglesia. La persona que no tiene dominio propio no está espiritualmente calificada para guiar al rebaño de Dios. Pero no es solo para líderes espirituales.

Vimos en el capítulo 2 de Tito, versículo 2, donde habla acerca de hombres ancianos, y dice que ellos deben “ser sobrios, dignos, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la perseverancia.” Ellos deben ser ejemplo del dominio propio.

Luego en el capítulo 2, versículo 6, les habla a los hombres jóvenes y dice, “exhorta a los jóvenes que sean prudentes.” De hecho, esa es la única característica que es mencionada en relación a los hombres jóvenes.

Luego en el capítulo 2, versículo 12, vemos que esto es algo que debe caracterizar a todos los creyentes. Lee conmigo en el versículo 11 del capítulo 2.

Porque la gracia de Dios se ha manifestado, trayendo salvación a todos los hombres, enseñándonos, que negando la impiedad y los deseos mundanos, vivamos en este mundo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Cristo Jesús, quien se dio a sí mismo por nosotros, para redimirnos de toda iniquidad [iniquidad = falta de dominio propio] y purificar para sí un pueblo para posesión suya, celoso de buenas obras.

Así que hemos visto que los líderes, los ancianos, los hombres jóvenes, y todos los creyentes deben tener esta cualidad de dominio propio.

Ahora venimos al pasaje en Tito 2:4-5 en el cual nos hemos estado enfocando en relación a las ancianas y mujeres jóvenes. El versículo 4 nos dice que las ancianas deben enseñar a las mujeres jóvenes.

Vimos la palabra enseñar hace unas sesiones, “enseñar” —sophronidzo— a estas mujeres a ser prudentes, a ser sensibles, a traerlas a tener un sano juicio, a ser razonables. Todo eso está incluido en la palabra enseñar; aunque no veas las palabras dominio propio allí, se refiere al dominio propio.

¿Qué deben enseñarlas a hacer? “A que amen a sus maridos y a que amen a sus hijos” (versículo 4), y luego a “ser prudentes” (versículo 5). La palabra prudente es en la que nos queremos enfocar en esta sesión y en las próximas.

En este pasaje, el apóstol Pablo les está hablando a las mujeres ancianas y a las mujeres jóvenes. ¿Qué les está diciendo a las ancianas?

Necesitas modelar la prudencia. No puedes guiar a otros a donde tú no has estado. No puedes discipular a alguien más allá de tu propia madurez espiritual. Pero no solo debes modelar esto; debes tener la intención de enseñar a las mujeres jóvenes a ser prudentes.

¿Qué les está diciendo a las mujeres jóvenes? Debes cultivar la prudencia, y debes hacerlo mientras aún eres joven. ¿Cuántas de ustedes desearían haber aprendido más prudencia cuando eran jóvenes? Sientes como que hoy tienes algunas luchas que quizás no hubieras tenido si hubieses obtenido más de eso cuando eras joven.

Quiero darte un poco de clase de griego en esta sesión. No soy una erudita en griego. En realidad, nunca he tenido una clase de griego, pero hay unas herramientas maravillosas en el internet, y otros recursos que están disponibles.

Quiero enseñarte una palabra y tratar de darte un concepto de todo este asunto de la prudencia y del dominio propio. La palabra aquí que es traducida como “prudencia” en la versión de la Biblia de Las Américas es la palabra griega sophron.

En la Nueva Versión Internacional es traducida como sensata. Si tienes otras traducciones esta palabra pudiera ser traducida como templada—ser templada. Dominio propio. Prudente. Sensata. Templada.

Otras versiones traducen esa misma palabra griega sophron de tres diferentes maneras solo en el libro de Tito. Unas la traducen como “sobrio”. Otras la traducen como “templado”, y aquí lo traduce como “prudente”.

Tú dirás, “¿Por qué hay tantas traducciones diferentes en español de esta misma palabra griega?” Bueno, pienso que la razón por qué hay tantas diferentes traducciones es porque sophron es una palabra que tiene muchos significados y es difícil de captar en una sola palabra en español. Las palabras en español dan sombras del significado, pero no el significado completo, así que quiero que veamos algunos aspectos diferentes del significado de sophron.

Primero, la palabra no es la misma palabra griega que es usada para dominio propio cuando hablamos del fruto del Espíritu en Gálatas 5. Sophron, prudencia, tiene que ver más bien con la manera de pensar.

Un estado mental sophron es lo que nos permite vivir una vida que es prudente en nuestro comportamiento, pero comienza con un estado mental, un sano juicio. Un estado mental sophron es el que nos permite refrenar nuestros deseos carnales. Un estado mental sophron resultará en la práctica de la prudencia en cada área de nuestras vidas —nuestra lengua, nuestro comportamiento, nuestros hábitos, el dominio de los apetitos sexuales— todo esto fluirá de un estado mental sophron.

Me voy a enfocar aquí en esta palabra más de lo que había planeado en esta serie. Pensé que podríamos hacerlo en solo una sesión, pero en realidad me tendré que tomar varias sesiones, porque al estudiar esto he llegado a pensar que es un tema crucial.

¿Por qué habla el apóstol Pablo acerca de esto seis veces en el libro de Tito, que tan solo tiene tres cortos capítulos? Porque es crucial, y el Señor ha estado hablando a mi propia mente, como lo mencioné antes.

He comenzado a darme cuenta de que muchas de mis luchas personales y fallas en la vida cristiana están relacionadas con mi necesidad de ser más sophron, así que quiero compartir con ustedes un poco de mi historia con relación a esta palabra y ayudarlas a tratar de obtener una mejor compresión de esto.

La palabra sophron está compuesta por dos palabras. La primera palabra es so, de sozo, que significa “salvar”, o de soas, que significa “sano”, y luego phren, que significa “mente”. Significa tener una “mente salva” o un “sano juicio”.

Es una persona que actúa como si su mente hubiese sido salvada. Tiene una mente sana. Está en su juicio cabal, espiritualmente hablando.

Mencioné antes en esta serie que la última parte de sophron, la palabra phren, en realidad es la palabra griega moderna para los frenos en tu carro—frenos de carro. ¿Has estado alguna vez en tu carro cuando se han desgastado los frenos?

Pienso que debe ser muy, muy espantoso, especialmente si vas rápido en la autopista o si un camión se mete enfrente de ti y no tienes frenos, o si estas bajando una por una montaña inclinada y tus frenos te fallan. Tú quieres estar segura de que tus frenos funcionan si vas en tu carro con seguridad; si no, te verás en un grave problema.

Mientras pienso en eso, sé que muchas mujeres están hoy en problemas —en grandes problemas— porque no sirven sus frenos. Me refiero a los frenos de sus pensamientos, los frenos de sus lenguas, los frenos de sus actitudes y de sus emociones .

La persona que es sophron sabe cómo ponerse los frenos, sabe cómo parar, sabe decir no y cuándo decir no. La persona que es sophron refrena sus deseos e impulsos.

Se autocontrola. Se disciplina a sí misma. Es el “ejercicio de dominio de sí mismo que gobierna todas las pasiones y deseos”, dice un recurso de estudio bíblico (Vine’s Dictionary). Gobierna sus pasiones y deseos.

La persona que tiene una manera correcta de pensar es sophron, y esa persona ha desarrollado la habilidad de gobernar y disciplinarse a sí misma—gobernar su mente, sus pasiones, sus afectos y su comportamiento. Voluntariamente se pone límites en su libertad (The Complete Word Study Dictionary).

Estoy leyendo de otra guía de estudio bíblico aquí: Es la habilidad de auto-gobernarse; de aplicar frenos en tu vida, sobre tus pasiones, tus instintos, tu mente, tu comportamiento, y tus afectos; por consiguiente tienes la habilidad de resistir tentaciones, de resistir la atracción y el encanto del mundo, al tener una mente sophron, una mente sana.

Otros comentaristas describen esta palabra como “sensata”. De hecho, así es como la Nueva Versión Internacional traduce la palabra sophron —sensata—alguien que demuestra buen sentido o buen juicio. Cuando hablamos de una joven sensata, ella es sophron; es sabia.

Otro comentarista dice que es “ese hábito de autogobierno interno, con constantes riendas sobre todas las pasiones y deseos” (Vine’s Dictionary). Se trata de aprender cómo poner los frenos.

De acuerdo a William Barkley, sophron describe a “alguien con una mente que tiene todo bajo control…esa fuerza mental que limpia, salva y que ha aprendido a gobernar cada instinto y pasión hasta que cada uno tiene su lugar correcto y no más.”

Los niños que fueron capaces de ver el malvavisco en la mesa y aguantarse las ganas de comerlo, demoraron su deleite y esperaron hasta que el hombre regresara —los que pudieron refrenarse y controlar esos impulsos— tenían una mente sophron. No en el sentido redimido, pero estaban ejercitando el autocontrol, el dominio propio—fueron capaces de decir no, capaces de esperar, capaces de que sus deseos fueran cumplidos más tarde.

Hay muchas, muchas mujeres en nuestra cultura y en nuestras iglesias hoy —y muchas veces es cierto de nosotras también— que están tomando decisiones imprudentes y destructivas y están justificando sus decisiones. He oído algunas de las cosas más ridículas ser justificadas y defendidas, aun por algunas mujeres cristianas. Me refiero a, dejar sus maridos, dejar a sus hijos—algunas cosas realmente increíbles en las que las mujeres se meten hoy en día.

Pienso que si lo rastreas, puedes decir que es porque no fueron sophron en las cosas pequeñas. No cultivaron un sano juicio. No tuvieron autogobierno. No se pusieron los frenos.

La mayoría de las mujeres simplemente no se levanta de la cama una mañana y dice, “pienso que voy a salir a tener una aventura con un joven en el trabajo hoy”. Ellas ceden ante una serie de momentos comprometedores; donde no piensan con sano juicio . No actúan sanamente. No se pusieron los frenos.

Oportunidad tras oportunidad, situación tras situación en los que pudieron haber esperado para comerse el malvavisco —para decir sí o decir no— decidieron comerse el malvavisco. Dijeron, “Voy a hacer esto. Es solo un malvavisco. No es gran cosa. Es algo pequeño. Es solo un saludo. No es algo porque preocuparme. No es una aventura.”

No fueron sophron, no tuvieron sano juicio en las cosas pequeñas. Aparentemente hicieron pequeños compromisos, y luego terminaron en estas situaciones y circunstancias desastrosas.

A menudo he dicho de mis propios pensamientos, cuando se trata de tus emociones y de tu estado mental, si le das una pulgada al mal pensamiento, se tomará una milla. Pienso que no hay ni una de nosotras, como mujeres, que no pudiera volverse loca si permitimos que nuestras mentes se vayan en direcciones poco saludables e insensatas.

Por eso necesitamos ser sophronSophron es lo que te mantiene sana y estable y funcionando eficaz, sabia y sensiblemente. Es tener buen juicio.

Si no tienes una mente sophron, si no tienes buen juicio, una mente autocontrolada, entonces eventualmente te encontrarás actuando y llevando a cabo cosas que tú pensaste que nunca harías, diciendo cosas que nunca pensaste decir, actuando de formas que nunca pensaste que actuarías. No ayuda el solo mirar el comportamiento; necesitas mirar hacia atrás y analizarlo. “¿Qué cosa en mi forma de pensar no estuvo bien, no fue sensato? ¿Dónde fue que no puse los frenos en mi mente?”

Sophron es crucial para otras características que están en todo este currículum que estamos viendo en Tito capítulo 2. Las mujeres deben amar a sus esposos y amar a sus hijos. Deben ser puras, trabajando en su casa, amables, sumisas a sus propios esposos—y en medio de eso está la prudencia, sophron.

Si no tienes una mente sana, no podrás hacer estas otras cosas. No vas a poder amar a tu esposo cuando él no sea digno de ser amado.

Tu mente te llevará por un camino que dirá, “Me merezco un descanso. Necesito sacarme de adentro lo que pienso. Merezco ser egoísta después de como él me trató.” ¿Ves como una mente insensata te evitará el ser capaz de amar a tu esposo cuando es probada?

Si no tienes una mente sana, no serás capaz de amar a esos tres niños preescolares cuando estás enojada y duermes muy poco en la noche…o a esos tres adolecentes que están desafiando tu buen juicio y tu sensatez.

Necesitas tener buen juicio, ese pensamiento prudente. Si no, no podrás ser pura. La ausencia de una mente sana y de discreción resultará en falta de castidad moral. No serás casta si no tienes un juicio sano.

Si no tienes una mente sana, eso afectará tu motivación y tu habilidad de cumplir tus responsabilidades básicas en la casa. ¿Cuántas de nosotras en ocasiones hemos visto el reguero y el desorden y el caos en nuestras casas y pensamos, “¡No puedo con esto!” porque mentalmente, o emocionalmente, o físicamente tiramos la toalla? Porque no tuvimos un sano juicio.

Si tienes niños, ¿cuándo llega el fin? Ropa que lavar, limpiar, recoger, cocinar, una cosa tras otra tras otra, reguero tras reguero, y si no tienes una mente sana, te vas a volver loca. No vas a tener la motivación o la habilidad de trabajar en tu casa, para administrarla bien, como dice Tito que debemos hacer.

Así que sophron primeramente tiene que ver con el estado mental, el modo de pensar, la actitud mental; pero afecta todo en cuanto a la manera en que vivimos. Es un modo de pensar sensato y sano y resultará en un comportamiento sensato y sano.

¿Alguna vez has visto a alguien que esté haciendo algo realmente fuera de lo normal o inapropiado, y piensas, “¿Por qué tal y tal hizo eso?”? O quizás te miras a ti misma y piensas, “¿Por qué hice eso?”

La razón por la que hacemos esas cosas, y la razón por la que la persona que viste hizo esas cosas, es porque no tiene un sano juicio. No está pensando correctamente.

Comportamiento irracional, comportamiento compulsivo, comportamiento impulsivo, comportamiento inestable, comportamiento carnal—todas estas cosas son evidencia de una mente que no está en su sano juicio, porque “como piensa [el hombre] dentro de sí, así es” (Proverbios 23:7). Por eso es que la batalla comienza en la mente, por eso Dios dice que debes tener una mente sana; debes pensar correctamente.

Una mentalidad inestable resultará en comportamiento inestable. Una mente sana resultará en comportamiento sano. Una mente disciplinada resultará en comportamiento disciplinado y piadoso.

¿Recuerdas cuando comenzamos a ver todo este asunto de la sana doctrina en esta serie? Ahí es realmente el lugar donde comienza una mente sana, y por eso Pablo dice en Tito 1:9 que los ancianos deben enseñar a sus congregaciones a conocer la sana doctrina.

Luego él dice en el capítulo 2, versículo 1, ahora “enseña [las cosas] que están de acuerdo a la sana doctrina”. Tú debes enseñar cosas que encajan con la sana doctrina. Si tienes sana doctrina, eso producirá pensamientos sanos, buen juicio; y si tienes una mente sana, eso producirá una vida sabia, piadosa y sana.

Al estar estudiando esto he pensando en, ¿cuánto de nuestro comportamiento es irracional o errático o fuera de control o inapropiado? ¿Qué cosas que decimos y hacemos son compulsivas o impulsivas? O vemos y decimos, “¿Por qué hice eso? ¿Por qué los demás hacen eso?”

Pienso que muchas veces nos enfocamos mucho en tratar de cambiar o detener el comportamiento, cuando el apóstol Pablo está diciendo aquí: NO, necesitas regresar y averiguar qué tipo de pensamiento produjo ese tipo de comportamiento.

¿Por qué arremetiste contra tu esposo? “Bueno, es que el hizo ____________.” No, no es por lo que él hizo. Es porque tú no tuviste sano juicio.

¿Por qué arremetiste contra tu hijo? “Bueno, si no hubiera pintado los muebles de la sala con mantequilla o llenado la secadora con agua, yo nunca hubiera hecho eso.”

¿Qué estás diciendo? “¡Mi niño de tres años me volvió loca!”

No. Lo que pasó es que tu niño de tres años actuó de tal manera que trajo a la superficie o reveló que tú no estabas pensando con un sano juicio. No tuviste una mente sana.

Así que, si queremos cambiar el comportamiento, si queremos tratar con esas adicciones, si queremos tratar con esos impulsos fuera de control y ansias y motivaciones y deseos y lujurias de la carne, tenemos que regresar y analizar nuestro pensamiento y asegurarnos de que es sano y que está enraizado en la sana doctrina, en los caminos y en las palabras de Dios.

Por eso es tan importante que llenes tu mente y tu corazón con la Palabra de Dios, con la Escritura; que medites día y noche en ella; que te estés adoctrinando con la Palabra de Dios, la cual dará forma y moldeará y transformará y renovará tu mente, y de eso saldrá el comportamiento y las palabras y los hábitos y los patrones en tu vida que serán sabios, sanos y piadosos.

Carmen: Nancy Leigh DeMoss estará de regreso para orar. Todos necesitamos orar por ese tipo de sanidad mental de la que ella nos ha estado hablando.

¿Qué tan bien piensas bajo presión? Bueno, Dios te puede ayudar a aprender a pensar rápido. Descubre cómo, en el próximo programa. Ahora oremos con Nancy.

Nancy : Señor, queremos ser mujeres en su sano juicio. Hay muchas mujeres en el mundo de hoy que no están pensando con claridad; mujeres que están pensando neciamente, y los resultados de eso se ven en el hecho de que están viviendo vidas sin prudencia.

¿Cuántos matrimonios y hogares están siendo devastados y destrozados por mujeres que no están pensando ni viviendo con claridad? No estoy diciendo que los hombres no tienen parte en esto, pero, Señor, nosotras como mujeres tenemos que tomar mucha responsabilidad y decir que una gran parte del alboroto y el caos en nuestros hogares es porque no estamos pensando con claridad.

Así que te pido, te suplico, que durante estas próximas sesiones Tú nos ayudes a entender en qué consiste tener un sano juicio y luego muéstranos cómo obtenerlo y que Tú realmente transformes nuestras vidas. Gracias, gracias porque tenemos la mente de Cristo.

No nos has dado un espíritu de temor sino de amor y de dominio propio. Así que, Señor, te pido que Tú nos renueves de adentro hacia afuera, y que nuestras vidas y nuestra forma de pensar estén enraizadas en la sana doctrina, y que nuestras familias y aquellos a nuestro alrededor vean los resultados y glorifiquen Tu Nombre. Lo pido en el nombre de Jesús, amén.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.

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M19 – Criando con un propósito

Aviva Nuestros Corazones

Serie: El hermoso diseño de Dios para la mujer – Viviendo Tito 2:1-5

M19 – Criando con un propósito

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Carmen Espaillat : Nancy Leigh DeMoss dice que cada madre necesita ser llenada con el amor de Dios.

Nancy Leigh DeMoss : Si tú descuidas tu relación con Él —y yo sé que tú sabes esto— tu amor por tus hijos va a menguar porque Cristo es la fuente de ese amor. Si tú no dejas que Él te llene de Su amor, entonces llegarás al punto en que tu amor se acabará.

Solo podrás hacerlo por determinación y empeño, pero serás incapaz de hacerlo con gozo y paz si no permaneces conectada a la Vid de donde proviene la vida verdadera.

Carmen : Este es Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.

La Biblia es un libro práctico. Las oyentes han ido descubriendo cómo un pasaje de Tito puede transformar sus matrimonios y la crianza de sus hijos. Nancy está tratando en esta serie con ideas útiles para las madres.

Nancy : Estamos hablando sobre mujeres que están aprendiendo a amar a sus hijos. Pero quiero desviarme un poco hacia un pasaje diferente en la Escritura. Hemos estado en Tito 2 hace unas semanas.

Pero ahora quiero dirigir tu atención a 1ra a los Tesalonicenses capítulo 2. Es posible que quieras buscarlo ya que iremos a través de los primeros 12 versículos de este pasaje.

Me gustaría algún día hacer una serie completa sobre este texto. Pero hoy solo quiero darles un vistazo general de un pasaje que no es específicamente sobre la crianza de los hijos, pero creo que tiene muchos principios prácticos que se pueden aplicar a este tema.

Pablo estuvo involucrado en la fundación de la iglesia en Tesalónica. Ahora se encuentra escribiendo a los creyentes de allí. Él se preocupaba por ellos como si fueran sus propios hijos. Pablo tenía un corazón de padre. Un corazón de padre para sus hijos espirituales. A menudo habla a Timoteo y a Tito como sus verdaderos hijos en la fe.

Él vio que el cuerpo de Cristo consiste en relaciones familiares —madres, padres, hijos, hermanos y hermanas. Él utiliza mucho esas imágenes porque el Cuerpo de Cristo es una familia. Así que hay una gran cantidad de metáforas del cuerpo de Cristo que son también aplicables a nuestras familias biológicas.

Así que Pablo le dice a los Tesalonicenses en el capítulo 2, en el versículo 1, “Porque vosotros mismos sabéis, hermanos.” Aun allí les llama hermanos; y habla en el contexto de las relaciones familiares. “Que nuestra visita a vosotros no fue en vano.”

No quiero estirar el texto aquí, pero para mí es interesante al estar meditando sobre esto, que Pablo toma la iniciativa para ir a ver a los tesalonicenses; a los habitantes de Tesalónica. El tomó la iniciativa.

Es una ilustración de la iniciativa que los padres toman con sus hijos. La crianza de los hijos requiere de mucha iniciativa de parte de los padres. Porque “no esperamos a que vinieran a nosotros. Fuimos a ellos”. Nosotros iniciamos esto. Nosotros teníamos el Evangelio. A nosotros se nos confió y nosotros quisimos que lo tuvieran ustedes, por eso lo llevamos a ustedes.

Casi siempre son los padres los que toman la iniciativa de evangelizar y discipular espiritualmente; la iniciativa del desarrollo de sus hijos.

Pablo los llama hermanos. Él quiso tener una relación espiritual de familia con los que eran sus hijos en la fe. En última instancia, quieres que tus hijos sean tus hermanos y hermanas espirituales, no solo que sean tus hijos. Ellos siempre lo serán. Pero además, quieres que lleguen al conocimiento de Cristo y a crecer en Cristo de tal manera que se conviertan en parte de tu familia espiritual como hermanos y hermanas en Cristo.

Él dice, “nuestra visita a vosotros no fue en vano.” Hubo dificultades. Si regresamos al libro de los Hechos, podemos leer sobre el tiempo que Pablo pasó con los tesalonicenses. Hubo algunos desafíos y contratiempos que él enfrentó, pero por la gracia de Dios, Dios trajo un fruto del ministerio de Pablo.

Permíteme decir que por la gracia de Dios tu ministerio como madre no será en vano. Habrá un fruto. El fruto puede que no venga tan rápido como quisieras. La crianza misma, por su naturaleza, no nos deja ver los resultados inmediatos.

Pero al mirar hacia atrás, tú podrás ver que tras tu perseverancia Dios trae el fruto. Tu compromiso, y tu fidelidad y tu testimonio para tus hijos no serán en vano.

Eso no significa que todos tus hijos serán unos gigantes espirituales. Algunos de tus hijos escogerán, quizás, rechazar los caminos de Dios. Pero por tu fidelidad al ministerio que Dios te dio como padre de familia, como madre de familia, lo que hayas hecho no será en vano y Dios será glorificado en alguna forma. Ten eso en mente durante los días difíciles, cuando estés enfrentando los desafíos de la crianza día a día.

En el versículo 2 Pablo dice, “Sino que después de haber sufrido y sido maltratados en Filipos, como sabéis.” Esto es lo que le sucedió a Pablo antes de su regreso a Tesalónica. “Tuvimos el valor confiados en nuestro Dios de hablaros el Evangelio de Dios en medio de mucha oposición”.

Aquí veo, solo a modo de aplicación, una ilustración de la disposición de servir a tus hijos y de criarlos fielmente aun si tienes cosas difíciles en tu vida. Pero Dios te puede dar la gracia para criar fielmente esos hijos aun cuando tienes otros asuntos difíciles ocurriendo en tu vida.

Veo esta audiencia aquí y sé que algunas mujeres han criado a sus hijos aun a través de tiempos difíciles, y lo están haciendo ahora. Hay gracia disponible para que lo hagas.

Y luego, ¿cuál era la meta de Pablo cuando vino a los tesalonicenses? “Tuvimos el valor confiados en Dios de hablaros del Evangelio de Dios.”

El Evangelio lo era todo para Pablo. Fue por eso que vivió y respiró y comió y durmió, y sufrió, y fue maltratado, y pasó persecución, para que la gente pudiera conocer el Evangelio de Jesucristo.

Tu meta como padre es “evangelizar” a tus hijos, para que tus hijos no solo hagan una profesión de fe, sino para que tus hijos en realidad lleguen a conocer a Jesucristo de una manera genuina, auténtica y transformadora, para que sean seguidores y discípulos de Cristo.

Así que debes estar dispuesta a perseverar y a soportar lo que sea para que puedas valientemente declarar el Evangelio a tus hijos —a largo plazo— a través de tu vida y de tus palabras.

En los versículos 3-6, Pablo habla acerca de los motivos ¿por qué estamos haciendo esto? Él dice: “Pues nuestra exhortación no procede de error ni de impureza ni es con engaño; sino que así como hemos sido aprobados por Dios para que se nos confiara el Evangelio, así hablamos, no como agradando a los hombres, sino a Dios que examina nuestros corazones.”

Déjenme detenerme aquí por un momento. ¿Alguna vez te has encontrado como madre esclavizada al temor a los hombres, sobre lo que los otros piensan de ti como madre? Si tus hijos se portan mal, es a veces tu primer pensamiento: “¿Qué reflejo estoy dando como madre?”

Pablo dice, “No como agradando a los hombres, sino a Dios. Él fue quien nos llamó a esto. Si pudiera saber que estoy agrandando a Dios, entonces no importa lo que piensen los demás.”

Versículo 5: “Porque como sabéis, nunca fuimos a vosotros con palabras lisonjeras, ni con pretexto para lucrar, Dios es testigo” (parafraseado).

Él está diciendo, no estamos haciendo nada de esto para sacar algo de provecho para nosotros mismos. Cualquiera que tenga ideas románticas acerca de la crianza, si tienen esas ideas será desengañada porque si lo haces por lo que vas sacar de esto, terminarás decepcionada.

En última instancia, puede haber muchas recompensas. Pero Pablo dice: “No hicimos esto para obtener ganancia personal. Lo hicimos porque Dios nos llamó a hacerlo, porque los amamos y estamos comprometidos con ustedes para que tengan el Evangelio” (parafraseado).

Versículo 6: “Ni buscando gloria de los hombres.” No estamos tratando de obtener premios por ser “La mejor madre del año.”

Nuestra meta no fue tener la gloria de los hombres, “ni de vosotros ni de otros, aunque como apóstoles de Cristo hubiéramos podido imponer nuestra autoridad.” “Pero,” versículo 7 —y me encanta este párrafo— “más bien demostramos ser benignos entre vosotros, como una madre que cría con ternura a sus propios hijos.”

La gente piensa del apóstol Pablo como alguien fuerte, enérgico, dinámico, o quizás hasta enojado, o algunos podrían llamarle arrogante. Yo no uso esas palabras, pero he oído que algunos lo describen así.

¡Qué imagen usa el apóstol Pablo! El pensar como una madre que amamanta con ternura a sus propios hijos. ¿Hay alguna imagen más tierna que ésta?

Conozco a una madre que está lactando. Ella, junto a esposo y su bebé, están viviendo en mi casa ahora mismo. Cuando entro a la sala algunas veces Sara está amamantando a su pequeña Caitlin. Es una imagen preciosa. Con ternura, con compasión, con suavidad. Hay una ternura que percibes en una madre al amamantar a su bebé.

El apóstol dice, así éramos: “como si fuéramos sus padres espirituales.” Fuimos delicados, fuimos tiernos. No que no hubiera asuntos que atender, sí los había. Pablo quería atenderlos, y quería ser firme cuando era necesario. Pero también tenía esa ternura.

Vemos de dónde viene en el versículo 8: “Teniendo así un gran afecto por vosotros, nos hemos complacido en impartiros no solo el Evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas, pues llegasteis a sernos muy amados.”

Este es el lenguaje del amor. Esto es hablar de amor. Esto es un padre espiritual amoroso. ¡Qué ejemplo para los padres y sus hijos!

“Tuvimos un gran afecto por ustedes. No vinimos solo a darles el mensaje del Evangelio. Vinimos a darnos a ustedes porque nos importan. Los amamos. Tenemos un gran afecto hacia ustedes” (parafraseado).

Y esto me recuerda a aquel pasaje en Isaías 49:15-16 donde vemos ese corazón tierno de Dios, ese corazón compasivo de un padre. Él dice, “¿Puede una mujer olvidar a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Aunque ella se olvide, yo no te olvidaré. He aquí, en las palmas de mis manos, te he grabado.”

Ese es un corazón de padre. O en el Salmo 103:13-14, “Como un padre se compadece de sus hijos, así se compadece el SEÑOR de los que le temen. Porque Él sabe de qué estamos hechos, se acuerda de que somos solo polvo.” Él es un Dios bondadoso.

Pablo estaba diciendo, no solo compartimos palabras con ustedes, sino que compartimos nuestras vidas también recordando que los hechos hablan más que las palabras a la hora de disciplinar a los hijos.

Luego en el versículo 9—he aquí la parte que sabías que vendría: “Porque recordáis, hermanos, nuestros trabajos y fatigas.”

Trabajo—una palabra que va lado a lado con la maternidad. Yo nací en el día del trabajo. Fue un día de verdadero trabajo para mi madre. Yo fui la primera de siete hijos. Mi madre estuvo embarazada la mayor parte de sus primeros cinco años de casada. Ella tuvo seis hijos en sus primeros cinco años de matrimonio. Imagínense, mucho trabajo.

El apóstol Pablo dice que hay mucha labor y fatiga en la crianza de los hijos. “Trabajando de noche y de día” —suena como la descripción del trabajo de una madre— “para no ser carga a ninguno de vosotros, mientras os proclamamos el Evangelio de Dios.”

Pablo dice, “Estamos dispuestos a hacer lo que sea por pasarles la fe en Jesucristo a ustedes” (parafraseado).

Steve y Janet Blye escribieron un libro llamado “Cómo ser una buena madre”, permítanme leerles un párrafo del libro, dice:

Ningún trabajo en el mundo exige más fuerza física, mental, social, emocional, y espiritual que el ser una buena esposa y madre. Si una mujer busca una vida fácil, mejor que trate de enseñar a jugar tenis, a cortar diamantes, o que se una a un equipo de derby. No es nada fácil el ser una buena madre. Puede ser agotador, desgarrador y producir ansiedad. Y eso es solo el principio.

Es un trabajo duro. El ser madre requiere de sacrificio, abnegación, trabajo, fatiga. Es un empleo de 24 horas los 7 días de la semana, ¿no es cierto? No hay vacaciones. Tu familia puede salir de vacaciones, pero es ahí cuando más duro tú trabajas. No hay días de descanso, no es un empleo de medio tiempo.

Hay momentos en que sientes que no te queda nada más que dar. Eso es verdad en todo lo que Dios nos llama a hacer, dicho sea de paso. A propósito , yo estoy haciendo el papel de madre espiritual a través de Aviva Nuestros Corazones, y hay días en que la labor y la fatiga duran el día y la noche y siento que no me queda nada más que dar.

Eso es parte del llamado. Pero también Dios te puede dar gracia para esta parte del llamado. He visto algunas madres y yo pienso, “¿Cómo lo hacen, con tan pocas horas de sueño?”

No estoy diciendo que tengas que abusar de tu cuerpo. Creo que hay algunas formas prácticas para descansar cuando lo necesites. Pero hay tiempos en que no vas a poder dormir una noche entera por varias noches corridas. Pero si Dios te ha colocado en esa etapa, Él te puede dar la gracia para eso.

Cuando sirves, recuerda que las recompensas no vendrán de la cultura ni de tus hijos a corto plazo. Pero Dios lo ve. Él conoce tu trabajo y tu labor. Él conoce tus fatigas. Dios es el que te dará la recompensa.

Cuando sirves de esta manera con este trabajo de noche y de día y tienes esta labor ardua de madre, tienes que permanecer conectada al Señor para tener Su fortaleza, para tener Su gracia, Su gozo, para servir a tu familia.

Si descuidas tu relación con Él —y yo sé que sabes esto— entonces el amor por tus hijos va a menguar porque es Cristo la fuente de ese amor. Si no dejas que Él te llene con Su amor, llegará un momento en que tu amor se acabará.

Solo podrás hacerlo por determinación y empeño, pero serás incapaz de hacerlo con gozo y paz si no permaneces conectada a la Vid de donde proviene la vida verdadera.

El versículo 10 de 1ra a los Tesalonicenses 2 dice: “Vosotros sois testigos, y también Dios, de cuán santa, justa e irreprensiblemente nos comportamos con vosotros los creyentes.”

¡Qué versículo! Se trata de la importancia de un mensaje de vida, practicándolo, modelando a tus hijos lo que tú quieres que ellos crean y abracen. No es suficiente con decirles el Evangelio, pero qué importante es que ellos puedan ver tu vida y ver una vida santa, una vida justa e intachable.

No quiero decir que tengas que ser perfecta. Acabas de dar un suspiro de alivio porque pensaste: “Porque, ¿y quién es?” Pero esto es lo que sí significa: tienes que ser humilde. Significa que cuando te equivoques, debes ser honesta y decir, “Me equivoqué”.

Tuve el privilegio hace dos semanas de entrevistar a una niña de 10 años de nombre Ana quien escribió a nuestro ministerio. Le llamé y hablé con ella por teléfono. Al final de la llamada le pregunté si había alguna cosa que me quisiera decir acerca de su madre.

Una de las primeras cosas que Ana dijo fue, “Esto no ocurre muy a menudo, pero cuando mi mamá hace algo mal, pronto viene a nosotros y nos dice que se equivocó y dice, ‘¿Me perdonan?’”

Esta niña de diez años no estaba impactada por el hecho de que su mamá haya hecho algo mal, sino por el hecho de que ella era capaz de humillarse y pedir perdón.

Versículos 11 y 12: “Así como sabéis de qué manera os exhortábamos, alentábamos e implorábamos a cada uno de vosotros, como un padre lo haría con sus propios hijos, para que anduvierais como es digno de Dios que os ha llamado a Su reino y a Su gloria.”

Así que hay un tiempo en que eres tierna y suave cuando tienes un bebé en tus brazos. Esos son momentos de baja confrontación cuando te inviertes en la vida de ese niño y hay una intimidad, ese gozo y ese disfrute en la relación.

Pero luego hay momentos en que tienes que decir algunas cosas duras. Cuando tienes que ser directa, cuando tienes que exhortar y animar y ordenar a tus hijos para que caminen de una manera digna de Dios. Cuando se requiere la palabra con “D”, de “disciplina”, entrenamiento y corrección.

Son difíciles las dos etapas, y ninguna se logra de la noche a la mañana. Pero no hay amor… no los estás amando correctamente si nos los estás disciplinando, entrenando y corrigiendo. El amor no significa complacerlos, ni ceder ante sus demandas y caprichos.

Creo que esto es una realidad para muchos padres, especialmente cuando tienen adolescentes; sienten la necesidad de que sus hijos los aprueben y temen el enfrentar su descontento. ¿Quién quiere que sus hijos se enojen con uno?

Sin embargo, hay ocasiones en las que tienes que arriesgar su descontento y darte cuenta que antes de que tú seas su amiga, eres su madre. Hay veces que en un espíritu de mansedumbre con una vida que la respalda —ya que no estamos diciendo que los entrenes con una vida hipócrita donde los niños saben que dices una cosa y haces otra— sino que con una vida santa y humilde seas honesta con tus hijos acerca de las áreas donde tienen que ser entrenados y corregidos en los caminos del Señor.

De hecho, Proverbios 13:24 nos dice, “El que escatima la vara odia a su hijo, mas el que lo ama lo disciplina con diligencia”. Pero él dice, “si no corriges a tus hijos bíblicamente entonces los estas odiando.”

“El que lo ama es diligente en disciplinarlo.”

No es fácil; y se tiene que hacer con cuidado y con amor —no con enojos, no con ira, no con violencia. Pero hay formas bíblicas y quizás algún día haremos una serie acerca de esto en Aviva Nuestros Corazones. Va de acuerdo a la disciplina del Señor, que dice en Hebreos 12, «AL QUE AMA, DISCIPLINA, Y AZOTA A TODO AQUEL QUE RECIBE POR HIJO” (verso 6).

Vi un artículo recientemente acerca de una nueva encuesta de Barna. El título del artículo era “Muchos padres cristianos eligen satisfacer a sus hijos por encima de Dios”. El estudio muestra que muchos padres cristianos están comprando medios de entretenimiento como son DVDs, música y juegos de vídeo a sus adolescentes e hijos más jóvenes, a pesar de tener convicciones que son contrarias al contenido de esas cosas que compraron.

Un gran número de padres de familia, en un margen de 25 a un 30% dependiendo del tipo de medios al que nos refiramos—los padres de familia que compran cosas a sus hijos que saben que no es bueno para sus almas. El encabezado era “Padres cristianos eligen satisfacer a sus hijos por encima de Dios.”

Antes de vernos muy apenados por esto, preguntémonos, “¿Habrá alguna manera en la que no estoy disciplinando a mis hijos para pensar y vivir a la manera de Dios?”

Recientemente vi un segmento del programa “60 Minutos” de la cadena televisiva CBS, llamado “The Millenials are Coming” [“Vienen los Mileniales”]. Se trataba de una nueva generación de trabajadores norteamericanos. No tengo tiempo para leer toda la transcripción pero hay aproximadamente 80 millones de mileniales nacidos entre 1980 y 1995. Estos son los que van a llenar las plazas laborales, y que remplazarán a los “baby boomers” quienes están ahora entrando a los 60.

Este segmento decía que estos niños, los mileniales, “fueron criados por padres que les tuvieron un cariño ciego, excesivo que siempre se les dijo que eran especiales, que jugaron en las pequeñas ligas de béisbol sin perdedores o ganadores; siempre se les dijo que todos eran ganadores. Se les dieron trofeos solo por participar.”

Alguien dijo, “Ahora tenemos una generación que creció con la expectativa de que vienen a su trabajo creyendo que automáticamente van a ganar y que siempre se les recompensará por solo aparecerse”.

Los empleadores están aprendiendo que la única forma de mantener los empleados en medio de esta generación es “darles lo que quieren.”

Eso no quiere decir que no haya cosas buenas que decir acerca de las habilidades y el corazón de algunos de esta generación. Pero quiero decir, padres de familia, ustedes están determinando lo que será escrito sobre la siguiente generación de trabajadores. ¿Qué será? ¿Cómo se les describirá?

Esta generación de nuevos trabajadores se formó en los últimos 18-25 años por padres que tenían cierta filosofía de la crianza, y ahora se manifiesta en la cultura adulta. Así que lo que estás haciendo ahora con tus hijos, la forma en que los estás criando y disciplinando, y entrenando y corrigiéndolos, o animándolos y amándolos sabiamente, no solo te impactará a ti y a tus hijos sino a toda una cultura en la próxima generación.

Al entrenar, recuerda que este es el medio de transmitir el Evangelio a la próxima generación. Eso es lo que hace tu tarea como padre tan crucial. Por eso, madres, necesitan amar a sus niños aun si ellos no lo entienden, o incluso cuando no sean dignos de ser amados.

Es por eso que como madre tienes que perseverar y ser fiel en este llamado de la crianza. Recuerda ese pasaje en Oseas 11:1-4 donde Dios dice, “Cuando Israel era niño, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo. Sin embargo yo enseñé a andar a Efraín, yo lo llevé en mis brazos.” Entonces Dios habla de ese tiempo cuando Israel se fue tras la idolatría, el adulterio espiritual, pero Dios nunca dejó de amarlos. Él dijo: “Pero ellos no comprendieron que yo los amaba. Con cuerdas humanas los conduje, con lazos de amor.”

Dios hizo eso por sus hijos rebeldes y obstinados, que no entendían. Dios dice, nunca dejé de amarlos. Nunca dejé de cuidarlos, nunca dejé de alimentarlos, nunca dejé de invertir en ellos.

Algunas de ustedes están en un tiempo de su vida con los niños en que tienen que dar un amor firme. Esto no significa que los debes amar necesariamente de la forma que ellos quieren ser amados o que ellos demandan. Pero nunca dejes de amarlos. Así como Dios nunca ha dejado de amarte a ti.

Carmen : Nancy Leigh DeMoss ha estado ofreciendo consejos útiles para las madres. No puedes amar a tus hijos si no te has llenado de Su amor. Eso es verdad en todos los aspectos de la feminidad bíblica. En cualquier rol al que Dios te haya llamado, en cualquier etapa de la vida, tú necesitas Su visión y fortaleza como mujer. Nosotros podemos apoyarte por medio de recursos y artículos especialmente para ti. Visítanos en www.AvivaNuestrosCorazones.com.

El dominio propio es una parte fundamental para llegar a ser una verdadera mujer de Dios. Aprende por qué mañana cuando regresemos a Aviva Nuestros Corazones.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.

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M18 – Deléitate en tus hijos

Aviva Nuestros Corazones

Serie: El hermoso diseño de Dios para la mujer – Viviendo Tito 2:1-5

M18 – Deléitate en tus hijos

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/deleitate-en-tus-hijos/

Carmen Espaillat: Aquí está Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.

Nancy Leigh DeMoss : Escucha, mamá. Cuando tu hijo te envía correos electrónicos o te llama o te deja una nota y te dice, “Te amo, mamá,” ¿es significativo para ti? Lo es. ¿Crees que no es significativo también para tus hijos?

Diles a ellos antes de colgar el teléfono que los amas. Tan solo piensa, si esta fuera la última llamada que recibieras, ¿tendrías remordimientos? O, ¿habrías dicho lo necesario o lo suficiente de forma que estés segura que dijiste lo que era necesario haber dicho?

Carmen: Este es Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh Demos en la voz de Patricia de Saladín.

La Carta a Tito, capítulo 2, tiene mucho que ofrecerte como mujer. Hemos estado descubriendo las riquezas de este pasaje en una serie llamada El hermoso diseño de Dios para la mujer. Nancy retoma el tema en Tito 2.

Nancy: Hemos estado hablando en las últimas semanas sobre cómo las mujeres más jóvenes deben aprender a amar a sus esposos. Hoy veremos la próxima frase, que dice: “que enseñen a las jóvenes a que amen a sus hijos”(ver versículo 4).

Mientras estaba estudiando para preparar esta sesión, me encontré con un artículo en el internet. Fue escrito por una madre que tiene seis hijos, y fue titulado, “¿Estás pensando en tener hijos?”. En ese artículo ella da varias lecciones.

Lección 1: Si estás pensando en tener hijos….

● Ve al supermercado.

● Haz los arreglos para que el salario de tu esposo sea pagado directamente a sus oficinas principales.

● Ve a tu casa. Toma tu revista favorita.

● Léela por última vez.

Lección 2: Para descubrir cómo serán las noches. . .

● Camina por la sala desde las 5 de la madrugada hasta las 10 de la noche cargando una bolsa o un bulto mojado que pese aproximadamente de 8-12 libras, con un radio encendido en estática (o algún ruido molestoso) con un alto volumen.

● A eso de las 10 de la noche , coloca la funda en el suelo, pon la alarma para la medianoche y vete a dormir.

● Levántate a las 12 y camina alrededor de la sala otra vez, con el bulto, hasta la 1de la madrugada.

● Pon la alarma para las 3 de la madrugada.

● Como a este punto no te puedes volver a dormir, levántate a las 2 de la madrugada y atraca la nevera.

● Vete a la cama a las 2:45 de la madrugada.

● Levántate a las 3 cuando se dispara la alarma.

● Canta canciones en la oscuridad hasta las 4.

● Levántate y haz el desayuno.

● Mantén durante 5 años.

● Luce alegre.

Lección 3: Vestir niños pequeños no es tan fácil como parece.

● Compra un pulpo y un bulto pequeño hecho de malla flexible.

● Intenta colocar el pulpo dentro del bulto de manera que ninguno de sus brazos quede fuera.

● Dispón de tiempo para esto—toda la mañana.

Lección 4:

● Toma un cartón de huevos. Usa un par de tijeras y una lata de pintura y conviértelo en un caimán.

● Luego, toma el tubo de cartón de un rollo de papel higiénico y usando solo cinta adhesiva y un pedazo de papel aluminio, conviértelo en una atractiva vela de navidad.

● Por último, toma un cartón de leche, una bola de ping-pong, y un paquete vacío de cereal y haz una réplica de la Torre Eiffel.

Lección 5: Compra una mini-van. Y no pienses que puedes dejarla en la marquesina sin ninguna mancha y reluciente. Los carros familiares nunca lucen así.

● Compra una barquilla de helado de chocolate y colócalo en la gaveta delantera del carro y déjalo allí.

● Consigue una moneda de diez centavos y métela en la casetera.

● Toma un paquete de galletas de chocolate de tamaño familiar y aplástalo en el asiento trasero.

● Pasa un rastrillo de jardín por ambos lados del carro. Ya. Perfecto.

Lección 6:

● Vacía un melón.

● Haz un hoyo pequeño en un lado.

● Suspéndelo desde el techo y mécelo de lado a lado.

● Ahora, consigue un tazón de hojuelas de maíz ya empapado de leche e intenta meterlo con una cuchara en el melón que está siendo columpiado de lado a lado pretendiendo que es un avión.

● Continúa haciendo esto hasta darle por lo menos la mitad del tazón de hojuelas de maíz.

● Voltea la mitad del tazón sobre ti. La otra mitad, simplemente lánzala al aire.

Ahora estás lista para alimentar a un bebé de nueve meses.

¿Te suena familiar?

Las ancianas deben entrenar y enseñar a las más jóvenes a amar a sus hijos, de acuerdo a lo que nos enseña Tito 2:4. Esta frase amar a sus hijos, en el griego, en el idioma en que fue escrito originalmente este texto, es una sola palabra. Pero en realidad una combinación de dos palabras que componen o forman una palabra compuesta.

La primera palabra es la palabra philos, la cual es la palabra para amigo; la segunda palabra es teknon, que la palabra para hijo. Es la persona que aprecia a los niños, un amante de los niños, que los disfruta.

Durante las próximas sesiones, queremos hablar sobre algunas cosas simples y sencillas. De nuevo, les reitero que no tengo hijos propios, por lo tanto no soy ninguna experta en este tema; pero quiero animar a aquellas de ustedes que son madres, o están pensando en serlo, aquellas con el corazón de Dios para sus hijos.

La idea de amar a los hijos. . .mientras meditaba sobre esto durante los últimos días, entiendo que parte de amar a los hijos incluye el concepto de deleitarse en ellos. Sé que mucho de la maternidad es parecido a lo que recién leímos, el tener que alimentarlos en la madrugada, los desórdenes en el carro familiar, las muchas distracciones y disturbios y las cosas que hacen que la maternidad sea difícil.

Pero veo muchas madres que pierden la perspectiva sobre el hecho de que los hijos son una bendiciónPuedo ver como eso ocurre, y por eso precisamente es que necesitamos estos tiempos para animar y recordarnos unas a las otras que realmente ellos son algo en lo que debemos deleitarnos.

¿Qué significa deleitarse en los hijos? Y, ¿cómo lo puedes hacer? He aquí varias ideas que pueden serles útiles a ustedes.

La primera tiene que ver con el concepto de tener hijos—el deseo, la voluntad de tenerlos, de recibirlos como bendiciones y regalos de parte del Señor. Pienso que saben que vivimos en una cultura que considera a los hijos como una carga o como una molestia.

Bueno, si vamos a tener el requisito de tener uno punto y tanto de hijos (1.? – una estadística), nadie te va a molestar mucho; pero ahora que estás esperando tu tercer o cuarto hijo o —¡ni lo quiera Dios!— tu quinto o sexto hijo, de seguro ya empiezas a recibir comentarios, ¿verdad? Y los puedes recibir aun dentro de la iglesia. (Las mujeres han compartido que les es difícil aún anunciar que van a tener otro hijo.)

Y eso no es la actitud que nos enseña la Palabra. Dondequiera que leemos sobre los hijos en las Escrituras, o sobre tenerlos, leemos que son una bendición. Son un regalo. Un privilegio.

Pienso en aquel pasaje familiar en Salmos 127 que dice, “He aquí, herencia de Jehová son los hijos” (verso 3). Escuchen a las palabras usadas para describir a los hijos: Ellos son “una herencia”. Ellos son “del Señor”. “El fruto del vientre es una recompensa”. Es un beneficio. Es algo positivo. “Como flechas en las manos del guerrero, así son los hijos tenidos en la juventud” (versículo 4).

¿Qué sería de un guerrero sin municiones o armas? Estaría indefenso. No podría pelear en la batalla. Las flechas son esenciales en las manos de un guerrero. Los hijos son esenciales en el plan y en el programa de Dios para la propagación del Evangelio y para la representación del corazón de Dios y de Sus caminos en este mundo.

Esta no es una opción. No es una idea recién inventada, aunque haya muchos países en el mundo que están teniendo hijos a un ritmo tan lento que ni siquiera están reemplazando su población, y los Estados Unidos están actualmente acercándose a esta estadística, donde ni siquiera estamos teniendo suficientes hijos para reemplazar nuestra población.

Permítanme ir nuevamente al Salmo 127. El versículo 5 dice, “Bienaventurado el hombre que de ellos tiene llena su aljaba; ¡no será avergonzado cuando hable con sus enemigos en la puerta!” Bienaventurado, bendecido. Este es un privilegio y una bendición.

Ustedes ven esto también en el Nuevo Testamento. En Mateo capítulos 18-19, vemos dos incidentes seguidos uno detrás del otro donde Jesús habló acerca de los niños. Y se puede ver el corazón de Jesús para ellos.

Leemos ese pasaje acerca de los niños que llevaban a Jesús para que Él los bendijera, y algunos de esos discípulos más “espirituales” y moralistas estaban un poco molestos. “¡Este no es el tiempo para niños!”

Pero Jesús dijo, en efecto, “Este es el tiempo para los niños, porque el reino de Dios está hecho de personas que tienen la fe y la humildad de los niños. Valoren a los niños. No los despidan ni los dejen de lado. Dejen que ellos vengan a Mí”.

Jesús detiene lo que Él está haciendo—Jesús, el hijo de Dios, quien debe cumplir el plan de redención en tres años. Él se detiene. Él toma a los niños en Su regazo, y Él los bendice.

Aquellos que no tienen nada para ofrecerle, pero Él los ama. Él los bendice. Bendice a sus padres. Los reconoce. No los considera como una carga. Los recibe, y yo veo en el corazón de Jesús cómo debe ser nuestro corazón por los niños.

Así que deleitarte en tus hijos, amar los niños significa, primero que todo, simplemente la voluntad y el deseo de tener hijos, de la forma y en el tiempo que Dios nos los da y de la forma como nos dirige hacia esa decisión. Esto es una forma de pensar muy en contra de la corriente y de la cultura en este mundo de hoy.

Puede sonar muy extraño para ti, y puedes estar pensando si yo he perdido la razón hablando de esta manera. Pero quiero estimularte y animarte a que vayas a las Escrituras y preguntes, “¿Qué dicen las Escrituras sobre los hijos?”

Estuve hablando con una mujer que conocí recientemente, quien tiene ocho hijos, y le pregunté, “¿Cuando tú y tu esposo se casaron, pensaron que tendrían muchos hijos?”

Ella dijo, “No. Nosotros teníamos la mentalidad del mundo, y cuando nos casamos, decidimos que no tendríamos hijos durante un cierto periodo de tiempo, y haríamos lo que fuera necesario para que no ocurriera.” Y ella habló un poco sobre su peregrinaje. Yo le dije, “Bueno, y ¿cómo terminaste teniendo ocho hijos, y por qué?”

Y ella me contestó, “Tú sabes, en la medida que Dios comenzó a traer hijos a nuestras vidas, comencé a ir a las Escrituras y preguntaba, ‘Cuál es la perspectiva de Dios sobre los hijos?’ Donde quiera que iba en la Palabra de Dios, decía que los hijos son una bendición.”

Ella dijo, “Si Dios hubiera querido darme cualquier otra clase de bendiciones, como cheques por miles de dólares, por ejemplo, yo no le hubiera dicho después de haber recibido unos cuantos de esos cheques, ‘Señor, no más bendiciones. Tengo demasiadas bendiciones, no puedo manejar más bendiciones de Ti.’”

“Hubiera recibido con brazos abiertos esas bendiciones. Así que comencé a darme cuenta que realmente no estaba viendo a los hijos como bendiciones y regalos directamente de parte del Señor.”

Ahora, deleitarte en tus hijos significa disfrutarlos, no solamente cumplir con tu responsabilidad de cuidarlos. Verán, cuando Dios inspiró a Pablo para escribir estas palabras a Tito, creo que él sabía que la mayoría de las madres iban a ser responsables de cuidar a sus hijos.

Es decir, hay muy pocas madres, aun las muy malas, que no cumplen con las cosas básicas que se requieren para que sus hijos sobrevivan. Pero yo creo que el Señor también sabía que las madres podrían muy fácilmente quedarse inmersas en las responsabilidades prácticas del día a día de la maternidad, y ellas podrían olvidar lo que realmente significa amar a sus hijos; ellas necesitarían que se les recordara que deben disfrutar a sus hijos, que deben atesorarlos.

Por supuesto, hay un tiempo cuando tú los amas de manera natural—cuando te ponen en tus brazos ese bebé por primera vez. He escuchado madres hablar sobre ese amor tan intenso que Dios pone en sus corazones por ese pequeñito, aun después de 32 horas de dolorosa y difícil labor de parto, o luego de una cesárea.

No importa lo que esa madre haya tenido que pasar —un horrible embarazo, un parto difícil, lo que sea que haya sido— cuando le ponen ese pequeñito en sus brazos, hay algo que Dios ha puesto ahí que sale y hace que ames a ese niño.

Pero, esos sentimientos naturales no duran para siempre, y vendrá el tiempo cuando será más difícil amar a esos hijos. Está ese infante que llora constantemente; ese bebé con cólicos que es difícil, más inquieto; y tú estás más cansada, y tú dices, “No estoy tan segura que esto sea una gran bendición”.

Y también están esas etapas cuando estás entrenando, y hay un preescolar que hace malacrianzas, no es tan fácil amarlos en ese momento— o un niño de seis años que se queja constantemente o ese adolescente irrespetuoso que está probando los límites y tu paciencia.

Y también sé de muchas madres que están lidiando con hijos adultos que son difíciles de amar. Que han roto su corazón. Que han hecho malas, y necias y tontas decisiones, que hasta te han avergonzado.

Y el instinto natural y de la carne, en cualquiera de estas diferentes etapas, es convertirte en una mujer irritada o impaciente, herida, amargada; y que esa amargura se convierta en egoísmo, en resentimiento y en sentimientos de autocompasión.

Algunas de esas madres hasta llegan a caer en patrones de abuso o negligencia, y algunas veces hasta les hacen daño a sus hijos. Estas semillitas de resentimiento y amargura pueden realmente convertirse en algo bien peligroso si no son atendidas y si no permites que Dios reemplace esos sentimientos con Su amor.

Ahora, mientras hablamos sobre disfrutar a los hijos, permítanme decirles que esto no solamente es para aquellas que tienen hijos naturales. Creo que esta es la mentalidad que necesitamos tener en el cuerpo de Cristo. Aun aquellas de nosotras que somos solteras y no hemos tenido hijos podemos amar a los hijos de las otras personas. Eso es parte de pertenecer al cuerpo de Cristo.

Podemos hacerlo con sobrinos y sobrinas y los niños en la iglesia, tomarlos en cuenta, involucrarnos con ellos, orar por ellos— y creo que como solteras, hay un enorme servicio que podemos hacer en el cuerpo de Cristo, poniéndonos al lado de los padres y alentando sus hijos.

Algunas veces podemos ser otra voz en la vida de esos niños, de esos hijos, de tal forma que podamos ayudarlos a oír esas cosas difíciles en tiempos que tal vez se les haga difícil escucharlo de sus propios padres.

También tenemos la importancia de expresar afecto y deleite por tus hijos. Es la misma cosa que dijimos antes sobre animar a los esposos. No es suficiente que lo pienses o que lo sientas. Necesitas decirlo.

Díselo. Exprésalo a tus hijos. Diles que los amas. Que te deleitas en ellos. Habla con los demás de ellos. Esta es la forma como Dios ama a Sus hijos.

¿Recuerdan en el bautizo de Jesús cuando Dios el Padre habló desde el cielo para que todo el mundo lo pudiera oír? “Este es mi hijo amado, en quien me he complacido” (Mateo 3:17). Exprésalo a tus hijos.

Pienso en cómo Dios ama a Su pueblo. Recuerdo en uno de los profetas del Antiguo Testamento donde Dios dice, “Cuando Israel era un muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo” (Oseas 11:1). Hay un Dios quién se deleita en Sus hijos, y Él lo dice. Él lo expresa.

Amigas, sé que esto suena muy elemental, pero creo que cuando nos distraemos y nos desenfocamos con todas las cosas que suceden en la vida, es muy fácil olvidarlo. ¿Puedo simplemente animarte a decirles frecuentemente a tus hijos?

● “Te amo.»

● «Estoy orgullosa de ti.»

● «Doy gracias a Dios por traerte a nuestra familia.”

No te canses de decirlo, no lo puedes decir suficientes veces. ¿Se lo has dicho hoy a tus hijos? Díselo, no importa la edad que tengan. No esperes que sea muy tarde. No sabes cuánto tiempo te queda. No esperes hasta que estés frente a un ataúd y no es una amenaza. Solo digo que el tiempo es corto.

No te distraigas alistando a tus hijos para el colegio y para la práctica de fútbol y para las clases de piano, de manera que te olvides de decirles que los amas.

Díselo cuando lo saludes en la mañana. Díselo cuando le dices las buenas noches. Díselo cuando lo mandes al colegio o a la práctica de béisbol.

Escríbele notas. Tengo notas de mis padres, de ambos, las cuales atesoro. Estuve leyendo una de esas notas anoche, una que mi papá me escribió cuando cumplí mis 16 años, una hermosa carta.

Y hoy en día, tal vez no estés en eso de escribir notas. Sin embargo, tengo un hermano quien tiene tres adolescentes, y él dice que como en estos tiempos los muchachos escriben tan poco —porque ahora todo es mediante correos electrónicos o mensajes de texto— que recibir una nota de sus padres se convierte en una cosa muy importante.

Pero si lo tuyo no es escribir notas, hazlo enviándoles un correo electrónico, o envíales un mensaje de texto. Diles que estás pensando en ellos, que los amas. Ellos pudieran actuar como que eso no significa nada importante para ellos, pero les garantizo, que sí, sí es importante para ellos.

Escuchen, madres. Cuando tu hijo te llame o te envíe un correo electrónico, o un mensaje de texto, y te diga, “Te amo mamá,” ¿es eso significativo para ti? Lo es. Entonces, ¿no crees que es significativo para ellos también?

Díselo antes de colgar el teléfono. Solo piensa, ¿si esa fuera la última llamada que hicieras, tendrías remordimiento? O por el contrario, ¿habrás dicho lo suficiente para que tengas la seguridad que dijiste lo que era necesario haber dicho?

Díselo. Diles, “Te amo. Te amo.” No importa cuántas veces. Quieres que esas palabras resuenen en los oídos de tus hijos, que los amas, que te deleitas en ellos, expresándoles tu afecto de manera activa y abierta.

Y entonces, mientras te deleitas en tus hijos, por supuesto eso implica que ellos tienen una prioridad enorme en tu vida—no primero que tu esposo, pero sí en segundo lugar después de tu esposo: Ellos requieren tiempo y enfoque, atención y esfuerzo.

Dirás, “Bueno, por supuesto. Dedico mucho tiempo. Soy madre. Eso es lo que las madres hacen. Ellas pasan mucho tiempo con sus hijos.”

¿Amas a tu esposo y a tus hijos más de lo que amas a tus amigas y a tus intereses externos? ¿Los amas más que tu trabajo?

Ahora, puede que no ames tu trabajo, pero tal vez tu trabajo demanda tanto de ti que no tienes el tiempo ni la energía ni el esfuerzo para invertirlo en tus hijos y tu esposo. Entonces, necesitas evaluar, “¿Están mis prioridades desbalanceadas? ¿Están las cosas en orden en mi hogar?”

¿Estás más comprometida con darle prioridad a tus hijos por encima de tus amigos? Necesitas ser un amigo de tus hijos. Más que un amigo, pero necesitas desear estar con ellos, ser afectuoso con ellos. Es por esto que este concepto de amar a tus hijos está aquí en Tito capítulo 2.

Recuerden lo corto del tiempo, y vivan en el presente. En este momento. Saca el mayor provecho de este momento presente, en el que estás viviendo con tus hijos. No pierdas las alegrías que puedes tener y disfrutar de este tiempo y de las oportunidades que Dios te está dando por ser impaciente con el futuro.

¿Acaso no es común en nosotros estar ansiosos para que llegue la próxima etapa que aún no ha llegado? “Si tan solo pudiera lograr que este niño aprenda a ir al baño solo. Si solo este niño estuviera en kindergarten. Si tan solo este niño pudiera aprender a leer”.

No estés siempre deseando y anhelando que llegue la próxima cosa, la próxima etapa, olvidando las alegrías y oportunidades de esta temporada de tu vida.

Ahora, esta etapa tiene retos también y no quiero sonar como que la paternidad no tiene grandes retos. Creo que las madres son las empleadas peor pagadas, menos apreciadas, y menos valoradas en la faz de la tierra.

Solo digo, “¡Una ovación a ustedes madres!” Lo que ustedes hacen es un arduo, arduo trabajo, y por eso digo, “Gracias a ustedes. Gracias por ser fieles.”

Pero en medio de ser fieles, no pierdan el gozo de su llamado y de la oportunidad de realmente disfrutar los hijos que Dios les ha dado.

En el Salmo 113:9 Dios dice, “Hace habitar en casa a la mujer estéril, gozosa de ser madre de hijos. ¡Aleluya!”

¿Eres una madre alegre? Esta mañana antes de salir de tu casa, ¿fuiste una madre contenta? Y no estoy diciendo que cada momento es un momento alegre. Pero en general, ¿te ven tus hijos como “una madre gozosa sobre sus hijos”?

Hay momentos difíciles. Hay momentos cuando ser padre te hace postrarte de rodillas, te hace que te salgan lágrimas.

Y no deseo ser insensible al hecho de que estas temporadas existen. Pero por encima de todo, debe estar el gozo de Cristo en estos hijos que Dios te ha dado, y el privilegio que es el criarlos para Él.

¿Te deleitas en tus hijos? ¿Ves tus hijos como bendiciones? No solamente a los niños en general, sino a tus hijos —¿los ves como una bendición, como un regalo de parte del Señor? O, ¿será que tal vez has perdido de vista del privilegio que es tener hijos?

Tal vez quieras detenerte ahora mismo por un momento y decir, “Señor, gracias. Gracias por el privilegio de ser una madre”.

“Sí, es difícil, y sí, mis hijos están pasando por algunas cosas difíciles en este tiempo que hace que se me rompa el corazón. Pero Señor, es realmente un privilegio, tener todos estos pequeñitos que me hacen este desorden en la casa, y aun con todos los retos que trato de resolver. . .”

Hablé con una madre el otro día que tiene un montón de hijos—muchos—y ella ama ser mamá. Ella ama a sus hijos. Y ellos los están educando en su casa, y hay mucho que hacer todo el tiempo.

Y ella me dijo, “Es realmente difícil sobrevivir cada día.” Ella tiene hijos buenos, y ella tiene un corazón para hacer lo que está haciendo, pero ella necesita del Señor cada día para que Él le de la fuerza y la valentía y la fe y el gozo para perseverar.

Ella no quiere rendirse. Ella no va a rendirse, pero ella necesita que el Espíritu Santo la llene con gozo en ese llamado y en esa tarea.

¿Les estás diciendo a tus hijos frecuentemente que los amas, que te deleitas en ellos? ¿Los estás afirmando verbalmente? “Este es mi hijo amado, en quién me he complacido.”

Carmen: Cuando andes corriendo de una actividad a otra, tratando de llenar bocas hambrientas y contestando preguntas que no tienen fin, puedes olvidar el gran panorama de lo que verdaderamente se trata la maternidad.

Mientras te encuentras en medio de las actividades diarias, permíteme invitarte a que te enfoques en el rol y propósito que te ha dado Dios como madre. ¿Alguna vez te has sentido usada y sin nada que ofrecer a tus hijos ni a nadie? Nancy te ayudará a lidiar con esos momentos en nuestra próxima entrega.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.

M15 – Lo que tu esposo necesita

Aviva Nuestros Corazones

Serie: El hermoso diseño de Dios para la mujer – Viviendo Tito 2:1-5

M15 – Lo que tu esposo necesita

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/lo-que-tu-esposo-necesita/

Carmen Espaillat: Aquí está Nancy Leigh DeMoss.

Nancy Leigh DeMoss: Tu esposo necesita que seas su mayor alentadora. Si no lo estás haciendo, para él será más fácil ser vulnerable ante el engaño del pecado.

Carmen: Esto es Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.

El apóstol Pablo establece una tarea de por vida para las mujeres. Nancy ha ido desglosando sus palabras tomadas en Tito 2 en una serie muy útil llamada El hermoso diseño de Dios para la mujer .

Nancy: Hemos estado hablando de mujeres que aman a sus esposos. Es importante que nos tomemos el tiempo para detenernos y hablar de algunos de estos temas matrimoniales y familiares, aunque quizás no se relacionen tan directamente con la etapa de la vida en que tú te encuentres personalmente. Aun como mujer soltera trato de hacer lo que pueda para motivar y para fortalecer los matrimonios de mis amigos.

Así que este es un tema importante para todos nosotros. Si tu matrimonio va bien, entonces eso impactará a todo el cuerpo de Cristo. Pero si tu matrimonio no va bien, también impactarás a todo el cuerpo de Cristo.

Algunas de ustedes quizás estuvieron casadas, ahora están divorciadas, y estarán diciendo que es un poco tarde para estar conversando sobre esto. Algunas de ustedes están criando hijos; tienen hijos, amigos, o amigos de los hijos… y quizás haya algunas cosas que pudieran compartir de lo que Dios les ha enseñado a través de las diferentes experiencias en sus vidas; cosas que pueden ayudar a preservar y a proteger a otros matrimonios.

Así que quizás no sientas que este tema tiene mucho que ver contigo, pero si eres parte del cuerpo de Cristo, esto se relaciona de alguna manera contigo.

Proverbios capítulo 14 versículo 1 siempre ha sido un reto para mí. Dice: «La mujer sabia edifica su casa, pero la necia con sus manos la derriba». Esto no es cierto solamente en el caso de nuestros hogares. Esto es verdad también en nuestras relaciones en general. Las cosas que estamos hablando también se aplican, en su mayoría, en otras relaciones.

En un momento dado pudiéramos estar derribando o edificando nuestras relaciones. ¿Estás de acuerdo que es mucho más fácil derribar y demoler, que construir? Uno puede derribar algo aun con el pensamiento. Si no hacemos nada, la tendencia será a derribar. Pero tienes que ser intencional, tener un propósito; tienes que estar enfocada y orar para edificar a tu esposo, para edificar a tus hijos y a tus familiares.

Así que queremos hablar en esta sesión, como ya he mencionado en otras ocasiones, sobre un reto que hemos dado a las mujeres en los últimos años acerca de cómo pueden edificar a sus esposos y a sus matrimonios. Y tiene que ver con enfocarte en sus cualidades dignas de elogio.

Pienso en el versículo de Filipenses capítulo 4 que nos dice qué tipo de cosas debemos pensar. Creo que para muchas de nosotras es natural pensar en cosas que son negativas; pensamos en lo malo, en los problemas, en las dificultades, las frustraciones y le damos rienda suelta a nuestra mente acerca de todas estas cosas.

Pero Pablo dice en Filipenses, “Todo lo que es verdadero, todo lo que es digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en eso meditad” (Filipenses 4:8).

Si estás pensando en esas cosas, difícilmente puedas pensar en las cosas negativas. Ahora bien, eso no significa que ahora tienes un punto de vista infantil o ingenuo sobre todo y dejas de enfrentar la realidad. Sino que eliges ver las cosas por las cuales puedes agradecer a Dios. Pones tu mirada en las cosas que son dignas de elogio y piensas en ellas.

Si estás pensando en esas cualidades de tu esposo que son dignas de elogio, es probable que te encuentres hablando sobre estas cosas más que señalando los aspectos negativos.

Hebreos capítulo 3 el versículo 13 dice que debemos exhortarnos unos a los otros cada día. ¿Con qué frecuencia es esto? Eso es todos los días. Una de las razones dice que es “para que ninguno de vosotros sea endurecido por el engaño del pecado”.

Tu esposo necesita que seas su mayor alentadora. Si no lo eres, le será más fácil ser vulnerable al engaño del pecado.

1era a los Tesalonicenses capítulo 5 versículo 11 dice, “alentaos los unos a los otros, y edificaos el uno al otro”. Hebreos 10:25 dice, “exhortándonos unos a otros, y mucho más al ver que el día se acerca”.

Estos son días difíciles, tiempos difíciles. El Señor va a regresar. El juicio viene también. A la luz de las cosas que están por venir, tienes que comenzar a hacer lo que esté a tu alcance en tus relaciones familiares —y también con las demás personas— para edificarlos, a fin de prepararlos para ese día.

En Proverbios capítulo 31 dice de la mujer virtuosa en el versículo 12 que, “Ella le trae bien [a su esposo] y no mal, todos los días de su vida.” Esto es algo en lo que ella siempre está pensando, siempre es intencional sobre esto. ¿Cómo puede ella hacerle bien? Una de las formas que sin duda puede hacerlo es a través de palabras de aliento.

Leemos acerca de esto en el versículo 26 del mismo capítulo de Proverbios, donde dice que, “Abre su boca con sabiduría, y hay enseñanza de bondad en su lengua.” Las palabras que pronunciamos son una buena herramienta de medición. ¿Son amables mis palabras? ¿Son sabias? No solo las palabras que hablas a las personas fuera de tu casa, también las palabras que hablas a las personas que están dentro de ella.

Proverbios capítulo 19 nos habla de lo opuesto de esto, dice que como “gotera continua son las contiendas de una esposa.” Proverbios 21 versículo 9 dice que, “Mejor es vivir en un rincón del terrado que en una casa con una mujer rencillosa.”

Tu esposo pudiera preferir tener una camilla en el sótano o mudarse, en lugar de tener una mujer que siempre está quejándose; que es negativa, que es crítica. Sabes qué, creo que muchas de nosotras caemos en ese mal hábito y no nos damos cuenta que lo tenemos. Es por eso que necesitamos estos recordatorios de la Palabra de Dios.

Hablando de palabras y del poder de las palabras, lees acerca de esto una y otra vez en el libro de Proverbios. Dice, «Muerte y vida están en poder de la lengua» (Proverbios 18:21). «Hay quien habla sin tino como golpes de espada, pero la lengua de los sabios sana» (Proverbios 12:18).

Tal vez simplemente estás consciente de los problemas en la vida de tu esposo que necesitan ser corregidos. Necesitan ser cambiados. ¿Cómo lo puedes ayudar a sanar? No con palabras imprudentes, sino con palabras sabias que pueden traer sanidad.

«Panal de miel son las palabras agradables», dice Proverbios 16:24, «dulces al alma y salud para los huesos». Entonces en Efesios capítulo 4 en el versículo 29 dice, «No salga de vuestra boca ninguna palabra mala, sino solo la que sea buena para edificación, según la necesidad del momento, para que imparta gracia a los que escuchan”.

Ese es el estándar. Estas son las palabras que necesitamos hablar con cualquiera de nuestras relaciones, pero sobre todo en tu relación más importante, con tu pareja.

Ahora bien, si has estado escuchando Aviva Nuestros Corazones a lo largo de estos años, sabrás que muchas veces hemos hablado acerca de un reto que llamamos “El reto de 30 días para las esposas”. En caso de que no estés familiarizada con el reto, déjame decirte otra vez de qué se trata.

El reto tiene dos partes: un lado negativo y un lado positivo. Aquí está el lado negativo: durante los próximos 30 días quiero retarte a que te comprometas a no decir nada negativo sobre tu esposo, ni a él ni a ninguna otra persona.

Muchas de ustedes se preguntarán cómo podrán hacer algo así. Bueno, pues quizás tengas un hábito que necesites romper. De seguro puedes pasar 30 días, ayudada por la gracia de Dios, sin decir nada negativo.

Esto no significa que ellos no harán nada negativo. Esto no significa que no habrá nada que pudieras decir, simplemente no lo vas a decir. Vas a optar por no pensar en eso o no enfocarte en esas cosas.

Entonces aquí está el lado positivo, que es realmente muy importante. Este será para cada día durante los próximos 30 días. Las quiero animar a decirle a sus esposos algo que admiran y aprecian sobre él, y luego decírselo también a otra persona a su alrededor. Díselo a tus hijos, díselo a tu madre, díselo a la madre de tu esposo. Puedes escribirlo. Lo puedes decir. Pero cada día piensa en algo que aprecias o admiras de tu esposo y díselo a él y a otra persona.

Le he dicho a las mujeres, a través de los años, que quizás no puedan pensar en 30 cosas que les puedan decir a sus esposos sobre lo que aprecian o admiran de él. Entonces les digo que piensen en una cosa y que le digan lo mismo todos los días durante los 30 días. No van a hacerle daño haciendo esto una y otra vez.

Hemos lanzado este reto tantas veces en los últimos años, y hoy lo lanzamos de nuevo. Permítanme compartir con ustedes algunas de las respuestas que he recibido de mujeres que han realizado este reto de 30 días.

Algunas de estas mujeres son recién casadas, como esta mujer que dijo:

Acabo de casarme. Tuve que escribir para compartir con ustedes lo emocionada que estaba cuando una amiga me envió el reto. Era el primer correo electrónico que recibía del club de las casadas. Cada día me daba cuenta del trabajo que implica la relación matrimonial.

Alguien debió habérselo dicho antes de que ella se casara. Y sigue diciendo,

La cultura de este mundo hace que sea tan fácil quejarse. No me di cuenta que ya estaba cayendo en palabras negativas. Sentía como si tuviera que hablar de manera negativa sobre mi esposo para unirme al club de las mujeres casadas. No es así. Tener este reto es una gran forma de comenzar mi matrimonio. Aun cuando las mujeres se ríen, sacuden la cabeza y digan que soy una novata; yo prefiero ser una novata brillante estableciendo una base sólida para mi matrimonio, que una viejita lamentándome el no haberlo hecho cuando tuve la oportunidad.

Así que es posible que si apenas estás comenzando tu matrimonio, esto es una buena forma para iniciar. Por otro lado, tenemos mujeres tomando este reto que han estado casadas por décadas, como la mujer que dijo:

“Me enteré del reto de los 30 días a través de Aviva Nuestros Corazones y me inscribí en la página web. Hemos estado casados durante 43 años y nuestro matrimonio estaba dormido. No creí que algo pudiera revivirlo. Pero yo estaba equivocada. Este reto ha significado una gran mejoría en nuestra relación”.

Por otro lado, algunas mujeres que han hecho este reto se encuentran en matrimonios muy difíciles, como la mujer que dijo:

Nancy, voy a ser honesta contigo. Esto no ha sido fácil para mí. Siento un montón de dolor, de ira y resentimiento hacia mi esposo. Pero me has animado a recordar por qué me enamoré de él, lo que era tan especial en él. Y sobre todo, me has dado esperanza acerca de mi matrimonio.

Puede que no sea capaz de cambiar a mi esposo, pero puedo cambiar mi corazón, mi actitud hacia él, con la ayuda de Dios. Mi esposo me está hablando más, realmente hablando desde su corazón. Todavía tenemos un largo camino por recorrer, pero está funcionando. Al principio pensaba que no iba a poder lograrlo. ¿Qué podría ver todos los días que me gustara de él? Pero cada día se hace un poco más fácil y siento que la ira y el resentimiento se van desvaneciendo. Me casé con un gran hombre. Me olvidé de nutrirlo a él y a nosotros en el ajetreo del día a día. Amo a mi esposo. Muchas gracias.

¿Puedes ver el cambio que se produce en el corazón a medida que comienzas a invertir semillas de amor y de estímulo en esa relación? Ha habido mujeres que nos escriben diciéndonos que ellas han aceptado el reto en múltiples ocasiones, no solo una vez, sino muchas veces. Una mujer nos dijo:

“Quiero decirles que desde hace un año ya, he estado haciendo el reto de 30 días y motivando a otras mujeres con las que hablo para que lo hagan también.

Mi esposo y yo hemos invitado a varios amigos a cenar esta noche y me levanté muy temprano esta mañana para prepararme. Mi esposo no es una persona activa en la mañana, pero esta mañana bajó a la cocina y me ayudó cortando y picando cosas para que yo pudiera volver a la cama y él darme un masaje en el cuello. ¡Wao! Esto nunca había sucedido en 33 años de matrimonio.”

También tenemos una hermana que es esposa de un pastor y que ha realizado este reto en varias ocasiones. Ella dijo:

“Ahora, cuando le expreso a mi esposo una palabra de aliento sus ojos comienzan a brillar, y me dice, ‘¿Eso corresponde al día 13 o al día 14?’ Yo lo que quiero es que nuestro hogar sea un refugio para él. Él me dice que sí lo es y estoy muy agradecida a Dios por eso.”

Otra señora dijo:

“La esposa de nuestro pastor retó a nuestro grupo de mujeres a participar en el reto de 30 días. Sólo vamos por el octavo día y tengo que decir que me siento una mujer nueva. Nunca me había dado cuenta lo mucho que mi esposo hace por nuestra familia y lo maravilloso que él puede ser cuando estoy de su lado animándolo.

Estoy disfrutando mucho esto y estoy muy contenta de haber tomado la decisión de seguir adelante y de asumir este reto. Vaya, mientras escribo este mensaje sólo puedo pensar en lo maravilloso que es mi esposo. Gracias, Señor, por haberme enviado el hombre del cual me enamoro cada día más.”

Y aquí hay otro. Esta mujer dijo:

«Esta mañana recibí una gran bendición de parte de mi esposo que tengo que compartir con ustedes. He asumido el reto de los 30 días hablando de manera positiva acerca de mi esposo de más de 20 años de casados. He estado haciendo esto durante dos semanas. La cercanía que se está desarrollando entre mi esposo y yo es tan hermosa. Gracias, Jesús.

Pero aquí está la bendición que quiero compartir. He sido cristiana desde hace más de 20 años. Mi esposo no comparte el mismo caminar conmigo. Le he pedido hacer estudios de la Biblia conmigo en el pasado y siempre ha rechazado las ofertas, así que sé que realmente él no podría citar las Escrituras.

Pero esta mañana me desperté y él sólo me miró, me acarició la cara con tanta suavidad y comenzó a citar Proverbios 31. Me dijo cuán preciosa soy para él. Cómo siempre he trabajado con él y lo he amado sin importar las circunstancias. Cómo he sido buena con las finanzas. Una y otra vez me lo decía. Cómo nuestros hijos me aman y me respetan. Y dijo más, dijo todas las cualidades de Proverbios 31.

Yo estallé en lágrimas de felicidad y todavía lo hago cuando pienso en ese momento. Estoy llorando de felicidad ahora mismo, mientras escribo esto. Mi esposo nunca había sido tan expresivo conmigo acerca de sus sentimientos hacia mí. Creo que eso sucedió esta mañana, porque escuché sobre el reto y lo acepté, y el Señor hizo Su obra en mí. Él me ha cambiado y ha cambiado mi actitud. Él está trabajando en nuestras vidas. Qué gozo y qué bendición.”

Aquí otra mujer que dice,

“Actualmente estoy haciendo el reto de 30 días con mi esposo. Ha sido una gran bendición. Me he dado cuenta que por yo ser tan negativa he sido la principal fuente de la tensión y del estrés en la casa. Ahora que estoy alentando y expresando amor, mi esposo ha expresado lo enamorado que está de mí, verbalmente y con sus acciones. Gracias por crear este reto. Es una lucha a veces, pero vale la pena luchar.”

Esto me recuerda, por cierto, y no tengo este frente a mí, pero la mujer que había dicho que le estaba yendo bien hasta esta mañana cuando nos envió el correo electrónico, dijo: «Le dije que era un niño quejón esta mañana.» Ella dijo: «Supongo que eso no cuenta.» Esa no es la idea. Será una lucha a veces. Tú dirás: «¿Qué debo hacer si lo echo todo a perder?» Bueno, empieza de nuevo. Te levantas y sigues adelante.

Otra mujer dijo,

“Recibí un email de una amiga y el título decía “Reto de 30 días”. Comencé el reto de inmediato. Fui donde mi esposo ese día y le dije: «Te amo, y puede que no parezca, pero no importa lo que pase, estoy de tu lado». Él respondió con un beso en mis labios y un abrazo fuerte y cariñoso. Mis palabras y su respuesta generaron una nueva perspectiva sobre nuestro matrimonio y un nuevo entendimiento de lo que una esposa debe ser para su esposo”.

Entonces esta mujer nos cuenta que Dios empezó a hacer grandes cosas como resultado de esto. Ella dijo,

“Acabo de terminar el reto de los 30 días. Noto que mi bondad y aliento hacia mi esposo han ablandado su corazón. Dios ha suavizado mi corazón también y me ha permitido refrenar mi lengua de hablar mal acerca de mi esposo. Como resultado de ello, mi esposo se está convirtiendo en un líder espiritual. El otro día me dijo que teníamos que comenzar a orar juntos por un vecino en particular. Esto fue muy alentador para mí, poder ver su liderazgo en el hogar.”

Estoy pensando en una conversación que sostuve con una amiga acerca de una amiga en común, hace unos días, que trabaja en un hospital. Ella es una mujer que no está casada, pero ella trabaja alrededor de muchas mujeres que atacan a sus esposos. Ella dijo que había hablado con algunas de estas mujeres, de las cuales algunas no son creyentes, y las ha animado a tomar el reto de 30 días.

Luego ella se acerca de nuevo y les pregunta: “¿Cómo te va? ¿Lo estás haciendo?” Hace una gran diferencia, no solo en la relación con tu pareja, sino también en todo el ambiente que te rodea porque la crítica es tan tóxica y el estímulo edifica no sólo a tu esposo, sino también a las personas que te rodean.

Una más aquí:

“Dios ha usado el reto de 30 días y el reto de 31 días de oración por el esposo para transformar mi vida. Estoy sorprendida de cómo ha cambiado mi forma de pensar con estos dos recursos. Soy una esposa diferente y una cristiana distinta a causa de esos dos retos”.

Bueno, estos son solo algunos de los muchos, muchos, muchos correos electrónicos que podría leerte. Pero quiero animarte, ya sea que lo hayas hecho antes o si nunca lo has hecho, a considerar este reto si eres una mujer casada, para los próximos 30 días.

Así es como va: por los próximos 30 días no puedes decir ninguna cosa negativa acerca de tu esposo, ni a él, ni a ninguna otra persona. Y como seguro seguirás viendo estas cosas negativas, podrás hablar sobre ellas al Señor, pero no le digas nada a él.

Por los próximos 30 días pídele al Señor que te ayude cada día a decir algo a tu esposo y sobre tu esposo a otra persona; algo que aprecias o que admiras. No tiene que ser algo extraordinario o grandioso, pero cuando lo pienses, dilo. Y díselo a alguien más.

Sé que tenemos algunas viudas que están escuchando el programa hoy; y mujeres que estuvieron casadas pero que ahora están divorciadas o viven solas; o mujeres que nunca se han casado. Son mujeres en diversas etapas que darían cualquier cosa por tener un esposo al que alentar.

Así que les diré a ustedes mujeres que sí tienen esposo: evaluando su matrimonio, en una escala del 1 al 10, puede que ahora les luzca como un -2. Esto no necesariamente va a cambiar su matrimonio de la noche a la mañana. Pero sí creo que en 30 días este reto te va a cambiar a ti. Te dará una perspectiva diferente, y puede cambiar a tu esposo. Dios puede cambiar a tu esposo, mientras abonas la tierra del corazón —de su corazón— con palabras de aliento y de afirmación, de aprecio y de admiración. ¡No te irá mal!

Ahora bien, el reto dura 30 días. Pero eso no significa que tienes que parar al finalizar los 30 días. Yo estaba hablando en una conferencia hace un tiempo. Lanzamos este reto y al día siguiente yo estaba con la esposa del pastor almorzando en un restaurante y nos encontramos con dos de las mujeres que habían estado en la conferencia.

Ellas dijeron: «Nuestros maridos están tan entusiasmados con este reto.» Y dijeron: «¡Pero nosotras les dijimos que sólo dura 30 días!» Bueno, ese no es el punto.

No tienes que decirle a tu esposo que estás haciendo esto. Él sabrá, sobre todo si no has tenido el hábito de hablarle con palabras de aliento. Verás como ese hombre florece con el aliento y con las palabras que ministran gracia al que las escucha.

Carmen: Nancy Leigh DeMoss va orar con nosotras en un minuto. ¿Te gustaría tomar este reto? Visitawww.AvivaNuestrosCorazones.com y obtén el “Reto de 30 días para los esposa s”. Si estás pensando que el reto de 30 días parece difícil, ora con Nancy por la fortaleza para servirle a tu esposo en esta área tan importante. Espero que estés lista para este reto que ha transformado a tantos matrimonios.

Bueno, ¿qué es lo que realmente significa amar a tus hijos? Aquí veremos algunas maneras prácticas de mostrarles tu amor, en el próximo programa de Aviva Nuestros Corazones.

Ahora volvamos con Nancy.

Nancy: Gracias, Señor, por estas mujeres que son sensibles a Ti y a Tu Palabra. Oro por las esposas, no sólo las que nos escuchan hoy, sino las que nos escucharán en el futuro a través de la radio o del internet. Oro por que haya un viento fresco de aliento en estos matrimonios.

Sé que hay muchas esposas escuchando que necesitan recibir aliento también. Pero, Señor, Tu Palabra dice que si regamos agua en otros, vamos a ser regadas nosotras mismas. Eso puede regresar a nosotras de diversas maneras.

Pero te pido que nos des la gracia para dar y bendecir, para alentar y fortalecer con nuestras palabras, incluso si no recibimos nada a cambio. Pero lo que sí sabemos que vamos a recibir es que será agradable a Ti y habremos amado bien.

Señor, te pido que le des gracia a las mujeres durante estos próximos 30 días. Sé que el enemigo quiere conseguir que ellas digan cosas negativas o críticas o se olviden de alentar. Pero yo oro por que les des gracia y que les permitas continuar en este reto.

Señor, yo sé que hay otras que pueden aplicar esto en otras relaciones, tal vez hay alguien en el trabajo, o un padre, o un hermano, alguien que necesita la gracia del aliento. Yo oro para que ministremos gracia y reflejemos a los demás el corazón y el amor de Cristo a través de esas relaciones.

Pero sobre todo, sobre todo oro por estos matrimonios, Señor, te pido que seas Tú que los riegues, que los nutras y que cultives en ellos el amor de Cristo en cada matrimonio representado hoy en nuestra audiencia. Te lo pedimos en el nombre de Jesús, amén.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.

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