¿Por qué ser agradecida? – Nov 26

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Una actitud de gratitud

Aviva Nuestros Corazones

Nov 26 – ¿Por qué ser agradecida?

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Carmen Espaillat: ¿Por qué estás agradecida?

Mujer 1: Porque Dios es bueno porque, Él me salvó, porque cada día Él me sostiene con Su gracia, porque Él es el todo de mi vida.

Mujer 2: Estoy agradecida porque Dios no me ha dejado en mi pecado y aun cuando tal vez  no me gusten las circunstancias que Él ha utilizado para hacerme ver que estoy mal eso es una muestra de Su amor para conmigo.

Mujer 3: Yo estoy agradecida porque tengo la Palabra de Dios y porque cada día en la mañana puedo buscarlo a Él y tener una relación personal con Él que no es solo algo aéreo algo virtual sino que es una relación personal, que Él puede hablarme a mí y yo puedo hablarle con Él a través de la oración.

Mujer 4: Bueno estoy muy agradecida por la grandiosa salvación que tengo en Cristo Jesús.

Mujer 5: Estoy agradecida por el privilegio de vivir una vida centrada en el Evangelio.

Mujer 6: Estoy tan agradecida por la salvación, la salvación que Dios me ha dado,  el perdón de mis pecados por ser hija de Dios, por tener una herencia con Cristo, por la esperanza que hay en Él.

Carmen Espaillat: ¡Feliz Día de Acción de Gracias!

Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.

Acción de Gracias es un día profundamente agradable y significativo, pero es mucho más que solo un día en el calendario, especialmente para aquellos que saben lo que significa ser perdonado.

Nancy nos explica por qué, continuando en esta serie, La actitud de gratitud.

Nancy Leigh DeMoss: Creo que un cristiano ingrato es realmente una contradicción. En realidad tal cosa no debería existir cuando lo piensas. Nosotras éramos culpables, pecadoras condenadas, sin relación con Dios, separadas de Dios, separadas de Él, sin esperanza – esa era la realidad de cada una de nosotras. Esa es la condición en que nacimos.

Entonces Dios en Su gran misericordia y gracia se dignó a salvarnos, a redimirnos, a comprarnos del pecado, a liberarnos, a enviarnos a Jesús, a darnos Su Santo Espíritu, a darnos Su Palabra, a darnos Su Cuerpo, Su Pueblo, a darnos la esperanza y las promesas de la vida eterna.

¿Y es impensable que seamos otra cosa que agradecidas? Culpa, gracia, y gratitud – ese es el Evangelio, y nosotras muy a menudo por diversas razones nos quedamos cortas en la parte de la gratitud. Creo que necesitamos ser recordadas – sé que yo también – de la gracia de Dios y donde Dios me encontró y de lo que Él nos salvó.

Para algunas de nosotras que  conocimos al Señor como niñas, es difícil recordar cómo era. No tengo recuerdos de antes de ser salva. Venir a confiar en Jesús es mi primer recuerdo. A veces olvidamos dónde Dios nos encontró y dónde estábamos separadas de Él y qué maravilla es que Él nos salvara.

Mi padre no era un hombre muy emocional, pero cuando él  iba a hablar acerca de dónde Dios lo había  encontrado como un hombre joven, un rebelde, a  mediados de sus veinte años y cómo Dios lo salvó – el viernes, 13 de octubre, 1950 – él se ponía lloroso porque nunca se recuperó de la maravilla  de que Dios lo hubiera  salvado.

Yo no quiero tampoco superar  el asombro, y creo que un corazón agradecido es una manera de conservar el asombro; y mantener el asombro es una manera de ayudarnos a mantener un corazón agradecido.

Puedo recordar el último Día de Acción de Gracias en la iglesia en que he estado asistiendo aquí en Little Rock, la noche antes del Día de Acción de Gracias había un servicio especial por ser la víspera de Acción de Gracias. Y una oportunidad se abrió para que  las personas  compartieran sobre el año y su testimonio sobre la fidelidad y de la grandeza de Dios y lo que Él había hecho por ellos.

Uno tras otro, hombres, mujeres, una niña pequeña, algunos ancianos, algunos jóvenes,  se acercaron al micrófono y dieron su testimonio personal de lo que Dios había hecho por ellos en el último año. Le dieron gracias.

Mi corazón  fue tan alentado mientras escuchaba sus testimonios – desde diferentes ámbitos de la vida. Tantas experiencias diferentes de vida durante este año pasado, y sin embargo los escuché al unísono dando gracias al Señor. Esto simplemente creó acción de gracias en mi propio corazón porque estas personas estuvieron dispuestas a ir a un micrófono y decir, “Dios ha sido tan bueno. Yo le doy gracias”.

Y hoy queremos hablar no solo acerca de cómo dar gracias sino también de cuándo dar gracias. ¿Cuándo debemos darle gracias al Señor?

Permíteme empezar diciendo que – todo el tiempo debemos darle gracias al Señor – y vamos a hablar sobre eso, pero hay algunos momentos particulares en los que debemos darle gracias al Señor. Quisiera señalar varios de esos.

El primero es, que creo que hay algunas ocasiones especiales cuando es particularmente apropiado darle gracias al Señor –  los días festivos, las festividades, por ejemplo. Esa palabra vino originalmente de dos palabras: días santos, que en inglés es Holiday. Así que mientras pensamos en el Día de Acción de Gracias, en la Navidad, en algunos de los días santos en nuestro calendario de la iglesia, por ejemplo – el Día de la Reforma, es el último día de octubre – algunos de estos días santos fueron creados para ser oportunidades para nosotros para parar y pensar acerca de nuestra fe cristiana y acerca de lo que significa para nosotros y acerca de lo que Dios ha hecho por nosotros; detenernos  hacer un balance, y de una manera especial apartar tiempo para darle gracias al Señor.

Me encanta tomar tiempo en las festividades para darle gracias a Dios mientras reflexiono en Su bondad.

Me encanta hacer eso en la Víspera de Año Nuevo y en el Día de Año Nuevo. De hecho, por varios años una de las mayores bendiciones de mi año ha sido un servicio especial de Víspera de Año Nuevo que hemos celebrado en mi casa. Tenemos las familias que se reúnen. Simplemente llevan bocadillos y es como un tipo de cena compartida, se pone todo sobre la mesa. Tenemos niños y jóvenes y sus padres, y pasamos un gran tiempo de compañerismo y  de disfrutar unos  con otros.

Luego al final  de la tarde  tenemos un tiempo de alabanzas y de acción de gracias. Damos testimonios de lo que el Señor ha hecho en el último año de Su bondad. Leemos las Escrituras juntos. Oramos y oramos por el Año Nuevo. Alabamos a Dios por las misericordias que Él nos ha demostrado a lo largo del año pasado y por la fidelidad que anticipamos durante el próximo año. Esos han sido tiempos preciosos.

Ocasiones especiales para agradecer al Señor. En el Antiguo Testamento los judíos tenían sus propias festividades. Tenían tres festividades  cada año, por ejemplo, una en que todos los varones judíos debían hacer una peregrinación a Jerusalén, con el propósito principal de agradecerle al Señor. Dos de esas ocasiones eran al principio y al final de la cosecha.

Así que al principio de la cosecha, ellos ofrecían sus primeros frutos  al Señor y decían, “Gracias, Señor, por lo que Tú has provisto y por lo que sabemos que Tú vas a proveer.” y al final de la cosecha, cuando todo el grano y el trigo y las provisiones de alimentos ya se habían reunido, ellos se detenían y tomaban un tiempo para reflexionar en la bondad de Dios, para decir, “Gracias Señor,” para ofrecer sus diezmos y sus ofrendas y sus acciones de gracias al Señor.

Momentos especiales del año, momentos especiales en nuestras vidas para dar gracias. Hay tiempos en las Escrituras y tiempos en nuestras propias vidas cuando nos detenemos para darle gracias a Dios en la finalización de una tarea o de un compromiso.

Pienso  cuando el templo fue construido y tuvieron  ese maravilloso servicio de acción de gracias, cuando terminaron. También cuando el muro fue reconstruido en Jerusalén luego de 70 años de exilio, el pueblo se detuvo. Ellos trabajaron duro, trabajaron durante un largo tiempo pero al final se detuvieron para decir, “Gracias,” Gracias al Señor y para adorarle. De hecho, hubo personas cuyo trabajo era ser “agradecedores”, para conducir al pueblo en acción de gracias. Estos eran músicos, instrumentalistas, y cantantes, y ellos ayudaron en la ofrenda de acción  gracias al Señor.

En la medida que tendremos compromisos en el curso de nuestras vidas, es bueno que nos detengamos en el principio y en el final para decir, “Gracias, Señor, por lo que Tú vas a hacer, y gracias, Señor, por lo que Tú has hecho”.

Recuerdo cuando construí mi casa. Al final de ese tiempo, tuvimos una dedicación de la casa. Se la ofrecimos al Señor, pero también dimos acciones de gracias. Al final del primer año de grabar Aviva Nuestros Corazones, tuvimos una reunión especial, y le dimos gracias al Señor por lo que Él había hecho al dar a luz a este ministerio y por las personas que habían sido parte del mismo.

Las bodas, los funerales son ocasiones, cuando hay creyentes involucrados, para dar gracias. Cuando mi papá se fue a su hogar a estar con el Señor, tuvimos un servicio de celebración, un tiempo para celebrar su vida y la bondad de Dios en darnos ese papá ese esposo y amigo para aquellos que estábamos presentes.

Todas estas ocasiones diferentes proveen oportunidades para dar gracias al Señor, pero no solo en las ocasiones especiales. Las Escrituras dicen también que Sus misericordias son nuevas cada mañana y que cada día el Señor nos colma de beneficios. Así que si el Señor nos ha honrado en darnos regalos cada día, Él nos está dando nuevas misericordias cada día, ¿no te parece que nuestro agradecimiento debe ser diario?

Diario — cada día —cada mañana y cada tarde — había levitas en el Antiguo Testamento que fueron asignados para “estar presentes cada mañana para dar gracias y para alabar al Señor, y asimismo por la noche,” dice 1 Crónicas en el capítulo 23 versículo 30.

Y el salmista dice, “A media noche me levantaré para darte gracias a Ti” (Salmos 119:62, parafraseado).

Tres veces al día Daniel se arrodillaba y oraba y le daba gracias al Señor.

Así que continuamente debemos estar dándole gracias a Dios mientras Él nos bendice continuamente.

Efesios capítulo 5 dice, “Dando siempre gracias por todo” (versículo 20).

Primera Tesalonicenses capítulo 1, Pablo dice, “Damos gracias a Dios por todos vosotros” (versículo 2).

Hebreos capítulo 13, “Ofrezcamos continuamente mediante Él, sacrificio de alabanza a Dios, es decir, el fruto de labios que confiesan su nombre” (versículo 15).

Continuamente – Salmos capítulo 34, “Bendeciré al Señor [¿cuándo?] en todo tiempo; continuamente estará Su alabanza en mi boca” (versículo 1).

Ahora eso no significa que las cosas van a salir bien todo el tiempo, desde nuestro punto de vista humano. No significa que las circunstancias van a ser siempre de nuestro agrado o siempre cómodas o fáciles o convenientes, pero el salmista dice, “Como un acto de mi voluntad, voy a bendecir al Señor en todo tiempo; continuamente estará Su alabanza en mi boca”.

No es solo en esta vida, sino que el Salmo 30, el, versículo  12, dice, “Oh Señor, Dios mío, te alabaré por siempre” – por siempre.

Esto es lo que vamos a estar haciendo por toda la eternidad – dando gracias, adorando, honrando al Único que ha derramado tanta gracia en nuestras vidas.

El Día de Acción de Gracias no es solo un día del año, no es solo un evento en el año. Es bueno tener esas ocasiones especiales cuando nos detenemos y de una manera consciente damos gracias. Pero el Día de Acción de Gracias realmente debería ser La vida de acción de gracias – una forma de vida – día tras día, mañana, tarde, y noche – continuamente, siempre dando gracias al Señor.

Carmen: El espíritu  de Acción de Gracias en verdad no tiene que terminar hoy. Nancy Leigh DeMoss te ha estado alentando a mostrar gratitud cada día durante todo el año.

Ella estará de vuelta, pero te quiero dejar saber acerca de una manera poderosa en la que puedes crecer en agradecimiento: Obtén una copia del libro de Nancy, Sea Agradecido: Su camino al gozo.

Es un libro maravilloso lo puedes  en tu librería cristiana favorita.

Ahora, volvamos a la enseñanza de Nancy.

Nancy: Un Día de Acción de Gracias Ann Landers publicó en su columna una lista que alguien le había enviado de cosas por las cuales estar agradecidas.

Así es como decía esta lista:

Sé agradecida por la ropa que te queda un poco ajustada porque significa que tienes suficiente para comer.

Sé agradecida por el desorden que tienes que limpiar después de una fiesta porque significa que has estado rodeada de amigos.

Sé agradecida por los impuestos que pagas porque significa que tienes un empleo.

Sé agradecida por el césped que necesitas cortar y las ventanas que tienes que arreglar porque significa que tienes un hogar.

Sé agradecida por tu factura de la calefacción porque significa que tienes con qué calentarte.

Sé agradecida por la ropa sucia porque significa que tienes ropa para vestir.

Sé agradecida por el espacio que encontraste al final del estacionamiento porque significa que puedes caminar.

Sé agradecida por la señora que canta fuera de tono detrás de ti en la iglesia porque significa que puedes escuchar.

Sé agradecida cuando las personas se quejan por el gobierno porque significa que tienes libertad de expresión.

Sé agradecida por la alarma que suena temprano en las horas de la mañana porque significa que estás viva.

Tenemos mucho por lo cual estar agradecidas, y queremos hablar acerca de por qué cosas deberíamos estar agradecidas. ¿Cuáles son algunas de las cosas por las cuáles deberíamos dar gracias? Hemos dicho que tenemos todas las razones en el mundo para tener una actitud de gratitud porque éramos culpables, y Dios derramó Su gracia sobre nosotras y la gratitud es nuestra respuesta razonable – culpa, gracia, y gratitud. Ese es el Evangelio de Cristo.

Tenemos que empezar diciendo que de acuerdo a las Escrituras debemos ser agradecidas por todo, y eso incluye, bueno, lo incluye todo.

En Efesios capítulo 5 Pablo dice, “Dando siempre gracias por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo” (versículo 20).

¿Cuáles son algunas de esas cosas que encajan debajo de todo por lo cual debemos estar agradecidas?

Quiero que veamos el dar gracias a Dios por las bendiciones físicas y materiales y el dar gracias a Dios por las bendiciones espirituales.

Primero, las bendiciones físicas y materiales. Permíteme apresurarme a decir que esas no son las bendiciones más importantes, pero usualmente son las primeras que vienen a la mente y eso nos lleva a empezar mientras tratamos de expresarle gratitud al Señor.

La Palabra de Dios dice que “toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto” (Juan 1:17). Dios es el dador. No tenemos nada bueno que haya venido de nosotras mismas. Cada regalo que tenemos viene de Dios.

El Primer libro de Crónicas el capítulo  29 es un relato del servicio de alabanza, el servicio de acción de gracias que se llevó a cabo luego que los judíos habían traído sus ofrendas que se iban a utilizar para construir el templo. Cuando todas las ofrendas habían sido recolectadas, el rey David los dirigió en una oración de acción de gracias. Él le agradeció al Señor por las bendiciones materiales y físicas que Él había provisto para el templo.

David dijo en este maravilloso salmo de alabanza,

De ti proceden la riqueza y el honor; tú reinas sobre todo y en tu mano están el poder y la fortaleza, y en tu mano está engrandecer y fortalecer a todos. Ahora pues, Dios nuestro, te damos gracias y alabamos tu glorioso nombre (versículo 12-13).

Lo que David estaba diciendo es, “Todo lo que tenemos proviene de Ti. Todo es un regalo que procede de Ti, y aún lo que nosotros te damos, Tú nos los diste para que te lo diéramos de vuelta. Nosotros no tenemos nada que no haya venido de Ti, por eso te damos gracias”.

Así que necesitamos darle gracias a Dios por aquellas cosas que solemos pasar por alto – la salud, un hogar, comida, ropa – esas bendiciones tangibles, materiales.

Pienso en cuán a menudo Jesús daba gracias antes de participar de una comida. Agradecerle a Dios por nuestra comida nos recuerda que nosotras tenemos muchas otras cosas por las cuales estar agradecidas.

Entonces no solo tenemos bendiciones físicas y materiales; Dios también nos ha llenado con bendiciones espirituales, demasiadas para contarlas. Encuentro que es tan bueno para mí hacer una lista de algunas de esas bendiciones y estimular mi memoria y mi mente acerca de todas las cosas que Dios ha hecho por mí en el reino espiritual.

Permítanme enumerarles aquí algunas de las cosas que, mientras estaba estudiando las Escrituras, algunos de los versículos que me hablaron acerca de las bendiciones espirituales por las cuales debemos estar agradecidas:

El Salmos 75, versículo 1, dice, “¡Te damos gracias, oh Dios, te damos gracias! Pues cercano está Tu nombre”. Los hombres declaran tus maravillas.

Dando gracias por la cercanía de la presencia de Dios.

¿Sabías que en la era del Antiguo Testamento, el tiempo del antiguo pacto hasta que Cristo vino y murió en la cruz, los creyentes judíos no podían acercarse a Dios? Había un velo grueso que los separaba del lugar santísimo donde la presencia de Dios moraba. Pero cuando Jesús murió, ese velo se rasgó de arriba abajo, y nos fue dado acceso a la presencia de Dios. Ahora se nos invita a acercarnos a la presencia de Dios.

Recibí un correo electrónico la semana pasada de una mujer que dijo que en un retiro reciente de mujeres ellas tenían un modelo de tamaño real del tabernáculo. Ella dijo, “No me di cuenta de lo mucho que me impactaría entrar al Lugar Santísimo. Me sentí abrumada cuando me di cuenta de que no tenía que arriesgar mi vida al entrar a la presencia de Dios como lo hicieron los israelitas”.

Esto es un gran recordatorio de cuán agradecidas deberíamos ser al experimentar la presencia de Dios cuando sea y donde sea – dando gracias a Dios por la cercanía de Su presencia.

El Salmo 30 dice que debemos “celebrar la memoria de Su santidad” – dando gracias a Dios por Su santidad (versículo 4).

Isaías capítulo  12 dice que demos gracias por Su misericordia. “Te doy gracias, oh Señor, porque aunque estabas airado conmigo, se ha apartado tu ira y me has consolado” – dando gracias a Dios por Su misericordia (versículo 1).

Pablo dice en 2da a los Corintios capítulo 9, demos gracias por Jesús. “Gracias a Dios por su don inefable” (versículo 15). Eso es suficiente para mantenernos dando gracias a Dios por toda la eternidad, y luego con Cristo vienen otras tantas bendiciones.

Colosenses capítulo 1 dice,

Dando gracias al Padre que nos ha capacitado para compartir la herencia de los santos en luz. Porque Él nos libró del dominio de las tinieblas y nos trasladó al Reino de Su Hijo amado, en quien tenemos redención por su sangre: el perdón de los pecados. (Versículos 12-14).

Pablo dice que él le dio gracias a Jesucristo “porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio” – el llamado al ministerio (1 Timoteo 1:12).

Tú dices, “Bueno pero yo  no he sido llamada al ministerio; yo tengo un trabajo normal”.

No sé qué clase de trabajo tienes, pero sí sé que Dios nos ha llamado a ser Su sierva, a ser sacerdotes para Él, a servirlo, y a servir a otros. Pablo dice que eso es una increíble bendición.

Le agradezco a Dios por el privilegio de enseñar Su palabra, tanto para una audiencia como ustedes con muchas personas  o de uno a uno en el curso de la vida cotidiana. Eso es una bendición. Es un privilegio por el cual estoy profundamente agradecida.

Y también Pablo dice en 1era a los Corintios capítulo 15 que él dio gracias a Dios por la victoria sobre la muerte y sobre la tumba. “A Dios gracias, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo” (versículo 57).

La muerte es un enemigo, pero ya no es un enemigo final. Cristo ha venido y ha roto el poder de la muerte y del infierno , el pecado  y nos ha libertado de la muerte y de la tumba.

Luego Pablo pasa a través de esa larga porción de Romanos capítulo 7 donde él habla acerca de los problemas que él tiene con el deseo de hacer el bien pero no siempre teniendo el poder de hacer lo que es correcto y la lucha que se da dentro de él a causa del pecado que mora en nosotros.

Y él llega al final del pasaje, y exclama, “¡Miserable de mí! ¿Quién me libertará de este cuerpo de muerte?” (Versículo 24). ¿Quién me libertará de este dominio del pecado?

Luego él dice, “Gracias a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que no hay condenación para los que están en Cristo Jesús.

¿Qué es lo que  él está diciendo? “Doy gracias a Dios por la liberación a través de Cristo del dominio, del control del pecado en mi vida.”

Luego Pablo agradece a Dios por el triunfo del Evangelio. “Pero gracias a Dios, que en Cristo siempre nos lleva en triunfo, y que por medio de nosotros manifiesta en todo lugar la fragancia de Su conocimiento” (2 Corintios 2:14).

Este mundo puede parecer como que está ganando contra Cristo y contra Su reino, pero las puertas del infierno no prevalecerán contra el reino de Cristo, en contra de la iglesia de Cristo. Su Evangelio es triunfante.

Así que los ángeles y los 24 ancianos en el cielo dieron gracias a Dios por el poder y el reino de Cristo. Apocalipsis capítulo 11 dice, “Te damos gracias, oh Señor Dios Todopoderoso, el que eres y el que eras y serás, porque has tomado tu gran poder y has comenzado a reinar” (versículo 17).

Le damos gracias por Su gobierno y reino eterno. Él reina el día de hoy y por toda la eternidad sobre todos los reyes y presidentes y principados y poderosos y gobernantes de esta tierra. Él reina sobre todo en el cielo y sobre todo en la tierra y sobre todo debajo de la tierra. Todos los poderes del infierno están bajo Su autoridad máxima.

Tanta otras bendiciones espirituales – le doy gracias por Su Espíritu Santo. Le doy gracias por la convicción de pecado. Le doy gracias por Su Palabra. Le doy gracias por la Iglesia, el Cuerpo de Cristo, y por lo que eso significa en mi vida personalmente, y por el privilegio de ser parte de ese cuerpo. Así que le damos gracias a Él.

Oh Padre, no tendremos el tiempo suficiente por toda la eternidad para agradecerte, pero nuestros corazones están llenos, y estamos agradecidas, y te decimos, “Gracias, gracias, gracias, gracias, gracias”. Amén.

Carmen : Ese profundo sentido de agradecimiento  se desborda a través de todas las páginas de su  libro. Se titula Sea Agradecido: Su camino al gozo.

Mantén el espíritu de la  Acción de Gracias todos los años próximos y más allá. Sea Agradecido te ayudará y te enseñará por qué el agradecimiento es una actitud tan importante. Va a afectar profundamente tu manera de ver las circunstancias en tu vida. Nancy te mostrará cómo incorporar el agradecimiento día tras día.

¿Sabías que una gran parte del Nuevo Testamento fue escrito desde un lugar de gratitud? Descubre por qué, mañana en Aviva Nuestros Corazones.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras fueron tomadas de la Biblias de las Américas a menos que se indique otra fuente.

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Contentamiento o amargura – Nov 25

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Una actitud de gratitud

Aviva Nuestros Corazones

Nov 25 – Contentamiento o amargura

Carmen Espaillat: Aquí está Nancy Leigh DeMoss.

Nancy Leigh DeMoss: Escuchen mamás; es tan importante que ustedes tengan un espíritu agradecido con sus esposos y con sus hijos, que no sean lloronas, quejumbrosas porque sus hijos crecerán no queriendo estar en casa si la atmósfera en su hogar es de un espíritu quejumbroso.

Carmen Espaillat: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss,  en la voz de Patricia de Saladín.

Una mujer escribió en respuesta al programa que se transmitió ayer. Ella es divorciada y tiene cuatro niños en casa. Ella escribió: «Sola y vacía. Yo sé que tengo un corazón mal agradecido».

En sus circunstancias, ¿tiene ella el derecho de sentir ingratitud? Nancy nos mostrará cómo dar gracias a través de grandes dificultades, mientras continuamos con la serie: La actitud de gratitud.

Nancy Leigh DeMoss: Todas nosotras hemos sido bendecidas por algunos de los himnos escritos por Fanny Crosby. Esta mujer escribió más de 8,000 canciones en su vida. Estamos muy familiarizadas con algunas de ellas como: A Dios Sea la Gloria, Bendita Seguridad, Redimidos: Como Amo Proclamarlo, Donde Él Me Guíe, y un sinnúmero más que han sido de tanta bendición al pueblo de Dios a través de los años.

Lo que tal vez no sepas es que Fanny Crosby era una mujer quien por los estándares de hoy en día podría haber sido una persona muy desafortunada, miserable y atormentada. Pudo haber sido una mujer infeliz, miserable, problemática. De hecho, si ella  hubiera vivido en la cultura de hoy en día ella habría podido ser exactamente así.

Su padre murió cuando ella aún era muy joven, y ella fue criada por su madre y por su abuela. Cuando tenía solamente seis semanas de nacida y como resultado de una negligencia médica, ella quedó ciega de por vida. Esas circunstancias trágicas y traumáticas de su infancia pudieron haberle dado a la mayoría de las personas más que razones suficientes  para tener una vida de autocompasión, de lástima, amargura y desórdenes sicológicos.

Sin embargo, en su autobiografía Fanny Crosby escribió estas palabras, ella dijo: «Parecía la intención de que por la bendita Providencia de Dios yo debí haber sido ciega toda mi vida, y le agradezco a Él por la dispensación».

Ves, Fanny Crosby era una mujer agradecida. Ella sabía lo que era tener la actitud de gratitud. El doctor que destruyó su vista nunca se perdonó a sí mismo y se mudó del área. Pero no hubo lugar en el corazón de Fanny  para el resentimiento hacía ese hombre.

Ella dijo: «Si pudiera conocerlo en este momento, le diría: ¡Gracias! ¡Gracias! una y otra vez por haberme hecho ciega».

Ves, la ceguera que la mayoría hubiese considerado un accidente o una tragedia o una maldición, ella consideró que fue una de sus grandes bendiciones. De hecho ella aceptó su ceguera como un don de Dios.

Ella dijo: «No hubiera escrito miles de himnos si hubiera sido obstaculizada por las distracciones de ver todas las cosas interesantes y los objetos hermosos que se hubieran presentado para que los notara». Siempre buscaba una razón para estar agradecida.

El primer poema de Fanny fue escrito cuando ella tenía solamente ocho años. Y muestra su perspectiva, su actitud de agradecimiento que tenía desde ese momento hasta su muerte a la edad de 95 años.

Escribió siendo una niña de ocho años lo siguiente:

«Oh, qué niña tan feliz soy, ¡a pesar de que no puedo ver! Estoy resuelta a que en este mundo  estaré contenta.  Cuántas bendiciones disfruto  ¡Que otra gente no!  Así que llorar o suspirar porque estoy ciega yo no puedo, ni lo haré.

Esa puede ser una estrofa un poco extraña – «Yo no puedo, ni lo haré» – pero es una gran teología. Una mujer con un corazón agradecido, y qué bendición ha sido su vida. La llenura, la fragancia, la belleza de su vida aun décadas  después está viva entre nosotras aún hoy en día – la llenura de un corazón agradecido.

Hemos estado viendo las características de un corazón agradecido y las características de un corazón ingrato, desagradecido. Y hoy quiero que veamos que la gente con un corazón agradecido está fácilmente contentas mientras que la gente desagradecida o malagradecida  se convierten en prisioneras de la amargura y del descontentamiento.

Por muchos años he estado hablando de las personas   que son crónicamente infelices, crónicamente deprimidas, crónicamente frustradas y emocionalmente inestables. Hay muchas mujeres así incluso en nuestras iglesias hoy en día – siempre miserables, siempre con algún desorden mayor.

Me he convencido por muchas y muchas conversaciones con personas  miserables que muchas veces estos desórdenes brotan de un corazón malagradecido, de la incapacidad de ser agradecidas.

No estoy diciendo que los problemas no sean reales. Solo estoy diciendo que cuando vas hacia la raíz, seguido encuentras una raíz de ingratitud. Puedes ver circunstancias externas que proveen alguna clase de explicación, pero la raíz no son esas circunstancias.

Ves, Fanny Crosby pudo haber sido una mujer miserable, pero ella no lo fue. Ella fue fructífera. Ella estaba plena. Ella fue bendecida. Ella era libre a pesar de que sus circunstancias pudieron haberla dejado miserable, pudieron haberla dejado con toda clase de desórdenes psicológicos.

Pero porque ella fue una persona agradecida, ella fue una persona contenta y estable.

Una persona malagradecida se aferra a sus derechos. Y como resultado se coloca en una posición de dolor y de decepción cuando Dios u otros fallan en alcanzar o llenar sus expectativas. Cuando Dios no hace lo que debería, desde su punto de vista, o cuando otros no alcanzan lo esperado, cuando sus padres o su pareja no hacen lo que ellos piensan que tienen que hacer; entonces estas personas se ponen en una situación de decepción porque están aferrándose a sus derechos.

Pero las personas agradecidas le han entregado todos sus derechos a Dios. Así que ellas ven toda la vida a través de unos ojos agradecidos. Un corazón agradecido realmente te da un par de lentes diferente con los que ves al mundo.

La persona agradecida no tiene lugar en su corazón para emociones egoístas y emociones destructivas – emociones como la amargura, el resentimiento y la ira. Así que las personas  con corazones agradecidos fácilmente se contentan mientras que las personas malagradecidas son prisioneras de la amargura y el descontento.

Aquí tenemos otra característica de un corazón agradecido. Un corazón agradecido será revelado y expresado a través de palabras de agradecimiento. Nuestro corazón se muestra en las palabras que hablamos. Jesús dijo: «De la abundancia del corazón habla la boca» (Lucas 6:45).

Así que una persona que tiene un corazón agradecido hablará palabras de agradecimiento; mientras que, una persona que tiene un corazón malagradecido ¿qué clase de palabras hablará?

  • palabras de queja
  • palabras de murmuración
  • palabras ofensivas
  • lloriqueos

Ves, un espíritu agradecido capacita a las personas para ver las circunstancias más dolorosas de la vida con acción de gracias, para responder a los problemas, al dolor y al sufrimiento con gratitud.

Alguien dijo: «Algunas personas se quejan porque Dios pone espinas sobre las rosas, mientras que otras personas lo alaban por poner rosas entre las espinas».  La gente agradecida expresa su agradecimiento con palabras de gratitud.

Algunas de ustedes están familiarizadas con David Brainerd. Él fue un misionero a los Indios Americanos, de hecho murió a la edad de 29 años. Él realmente derramó su vida en el servicio como misionero.

Encontramos en él a un hombre que fue caracterizado por un espíritu agradecido, y ese espíritu le permitió contar sus bendiciones aún cuando estuvo en medio de increíbles dificultades. Él vivió en circunstancias muy sencillas, primitivas, llevando el Evangelio a lugares remotos.

En una ocasión, mientras él visitaba a unos amigos, de repente le dio un dolor de muelas y escalofríos. Durante la noche le atacó una fiebre muy alta y tuvo mucho dolor en todo su cuerpo.

Pero de cualquier forma, él agradeció a Dios que esta situación le tomó mientras estaba con amigos y no mientras estaba solo en esos lugares remotos.

Luego, hubo otra ocasión en la que él se enfermó en su choza y tuvo dolores severos. Y en esta ocasión él  escribió en su diario: «Bendito sea el Señor. No estoy al aire libre. Tengo una casa y numerosas comodidades que me ayudan».

Él no tenía numerosas comodidades, desde el punto de vista de hoy en día. Pero como él tenía un corazón agradecido, él verbalizaba esa gratitud incluso en medio de esas circunstancias cuando estaba enfermo en esta pequeña choza en la que vivía.

Luego hubo otra ocasión en la que él enfrentaba largas semanas de soledad y el escribió: «Forjándome a través de pantanos en terrenos rocosos en noches oscuras y separado de toda compañía humana».

En este momento él no estaba con amigos. En este momento él estaba solo, y esto es lo que él  escribió en esta ocasión: «Cuántas razones para estar agradecido tengo por este retiro». Luego siguió explicando que el contacto con la gente le ha dado el privilegio de la amistad y el compañerismo, pero que cuando estaba solo, eso le llevaba a experimentar una comunión más íntima con el Señor.

  • Cuando él estuvo acompañado, él estuvo agradecido por las personas.
  • Cuando él estuvo solo, él estuvo agradecido porque no tenía gente y eso lo llevaba hacia  una intimidad mayor con el Señor.
  • Cuando él podía quedarse en casa, él estaba agradecido por ello.
  • Cuando él estaba en una pequeña choza en aquellos lugares remotos, él estuvo agradecido de que tenía numerosas comodidades.

Las personas  agradecidas expresan su corazón en palabras de agradecimiento.

Aquí hay una característica más. Las personas agradecidas son como manantiales refrescantes,  dadoras de vida para otros. Su gratitud se derrama hacia otros. La gratitud es contagiosa, y por cierto, también lo es la ingratitud.

La gente desagradecida halará a otros alrededor de ellos hacia el lodo y el fango de su propia arena movediza de ingratitud. Ambas cosas son contagiosas.

Todas hemos conocido personas  con quienes no es divertido estar  cerca porque son personas  negativas. Siempre hay algo malo. Ellas siempre tienen ese desánimo en la boca para la forma de enfrentar y de ver la vida.

Y les preguntas: «¿cómo has estado?» Y la primera cosa que sale de sus bocas va a ser negativa.

Puedo decirte que yo naturalmente tiendo hacia una manera negativa de pensar y de responder. Una de las cosas que estoy tratando de hacer, que quiero hacer un hábito, es que cuando las personas me pregunten: «¿cómo  estás?» si hay alguna necesidad, alguna carga o preocupación, quiero sentir la libertad de poder compartirla, pero primero tratar de decir algo sobre cuán bueno es Dios y cuán bendecida soy. Quiero decir palabras de agradecimiento antes de compartir una carga, antes de compartir una preocupación.

Porque te digo, podemos convertirnos en alguien miserable para los que están  cerca. Esa actitud negativa es tan contagiosa. Sabemos cómo es  tener nuestra propia actitud afectada negativamente por personas que son negativas.

La ingratitud envenena y contamina la atmósfera en nuestros hogares, en nuestros corazones y en otras relaciones. Y déjame preguntarte, por cierto, ¿cómo está la atmósfera en tu hogar? ¿Es posible que entre las cuatro paredes de tu propio hogar haya habido un espíritu contaminante de ingratitud, un espíritu negativo?

Escuchen mamás, es tan importante que ustedes tengan un espíritu agradecido  con su esposo y con sus hijos, que ustedes no sean lloronas, quejumbrosas porque sus hijos crecerán no queriendo estar en casa si la atmósfera en el hogar es un espíritu de quejas. Es contagioso. Contamina.

Pero también te digo que, la gratitud es igualmente  contagiosa. En las siguientes sesiones, queremos hablar sobre  cómo luce en la práctica el agradecimiento, el trabajo práctico de un corazón agradecido. ¿Cómo se expresa a sí mismo?

Déjame hacerte varias sugerencias aquí sobre cómo debemos dar gracias. Y voy a ir hacía las Escrituras para encontrar esta enseñanza sobre cómo damos gracias.

Primero, se nos dice en las Escrituras que debemos dar gracias audiblemente, en voz alta, fuerte. No solo teniendo pensamientos agradecidos – ahí es donde se comienza   – sino expresando esos pensamientos agradecidos en palabras.

Anteriormente definimos la ingratitud  como el aprender a reconocer y a expresar aprecio por los beneficios que he recibido de Dios y de otros. Un corazón agradecido reconoce esos beneficios y luego expresa gratitud por esos beneficios a Dios y a otros. Hemos recibido beneficios de otros. Y también hemos recibido beneficios de Dios. Si vamos a dar gracias necesitamos dar: «Gracias» – gracias a Dios y gracias a los otros.

Necesitamos hablar. Hebreos capítulo  13 versículo 15 dice: «Por tanto, ofrezcamos continuamente mediante Él, sacrificio de alabanza a Dios, es decir, el fruto de labios que confiesan su nombre». Me doy cuenta de que hay tantas cosas por las cuales estoy agradecida en mi corazón si me detengo y pienso en ello, pero no me  detengo  a pensar en ello. A veces cuando sí pienso en ello, simplemente lo digo.

Dilo. Háblalo. Di: «Dios ha sido bueno».

Mientras manejábamos sobre el puente cruzando el río esta mañana de camino para esta sesión de grabación, veía sobre ese río y el sol justamente estaba saliendo sobre el río y estaba reflejándose en el agua. Y  simplemente dije en voz alta: «Gracias Dios por este precioso paisaje. Nos refresca. Es uno de los lugares más hermosos en ésta zona».

Mi corazón se sentía agradecido, y es importante decir verbalmente, «Gracias Señor», expresarlo en voz alta, ofreciendo el fruto de labios dando gracias a Su nombre.

Y entonces  la Escritura también nos dice que agradezcamos al Señor con música, el Salmo 28 dice: «…le daré gracias con mi cántico» (versículo 7). Cántale al Señor. El Salmo 147 canta al Señor con acción de gracias. El salmo Es un mandamiento.

Y quizás puedes estar pensando, «pero es que yo no soy buena cantante». Bueno yo tampoco canto bien. De hecho, me encanta cantar, pero no me dejarían cantar en estas grabaciones. Sigo amenazándoles de que uno de estos días simplemente voy a soltarme a cantar, pero no quieren que haga esto las grabaciones de radio.

Pero  me encanta cantar pero lo mejor es cuando lo hago y nadie está cerca. Pero mientras sea en la iglesia con otros del pueblo de Dios o con un grupo como éste o simplemente  solita mientras me arrodillaba ante el Señor esta mañana antes de venir a la sesión habiendo tenido una noche corta, estando cansada e insegura de cómo todo esto iba a compaginar; simplemente  me detuve y de rodillas empecé a cantarle al Señor con agradecimiento, cantándole alabanzas al Señor.

Porque hay algo en cantarle al Señor, cantarle nuestra  gratitud a Él, algo que levanta nuestros espíritus, nos energiza y nos recuerda por  lo mucho que tenemos para estar agradecidas. Hay muchas ocasiones en las Escrituras en las que la música es  parte de dar gracias.

Pienso en la historia  de Nehemías cuando el muro de Jerusalén había sido reconstruido y el pueblo se reunió para dedicar la muralla. La Escritura dice que: «En la dedicación de la muralla de Jerusalén buscaron a los levitas de todos sus lugares para traerlos a Jerusalén, a fin de celebrar la dedicación con alegría, con himnos de acción de gracias y con cánticos, acompañados de címbalos, arpas y liras» (Nehemías12:27).

Cantando al Señor usando instrumentos musicales para entonar himnos, acción de gracias y alabanzas al Señor.

Yo estudié piano en la universidad. Pero no toco  de oído, así que no he tocado mucho desde mis años en la universidad. No toco mucho. Pero algunas veces en mi casa cuando estoy ahí, es tan infrecuente en estos días, pero tengo un piano y algunas veces, incluso a altas horas de la noche, o a veces en la noche después de un largo día, me siento en el  piano y empiezo a tocar y a cantar con el himnario abierto en frente de mí, cantando coros e himnos, canciones y salmos de alabanza al Señor.

Algunas veces me encanta  hacerlo con un piano, y algunas veces es simplemente genial hacerlo a capela. Algunas veces incluso leo un pasaje de la Escritura que es un salmo de alabanza y empiezo a cantar al Señor sin usar una melodía que alguien más haya  escrito sino que solamente  creo mi propia melodía cantándole al Señor.

Me hubiese encantado enseñarte como, pero de cualquier forma cortarían esa parte de la grabación. Pero tomo un pasaje de la Escritura que es justamente un salmo de acción de gracias y simplemente empiezo a cantarle al Señor. Con mi canto le agradezco. Así que ¡canten!

Hoy en día ves en las iglesias y ves  tanta gente que no está cantando durante el tiempo que es para eso. Quiero decir, es un tiempo para cantar, coros, himnos de alabanza, pero la gente  no mueve la boca. Y te voy a decir esto: Tú no puedes cantar sin mover la boca; simplemente no puedes hacerlo.

Necesitamos cantarle al Señor. Tú vuelves y me dices: “pero es que yo no soy  gran cantante”. Bueno yo tampoco. Pero canto de cualquier forma. Así que ¡habla y canta!

Y luego también damos gracias con la oración. En Colosenses capítulo  1 el apóstol Pablo dice: “Damos gracias a Dios, … orando siempre por vosotros” (versículo 3), agradeciendo a Dios en nuestras oraciones.

Pablo continúa diciendo en Colosenses capítulo  4 “Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias” (versículo 2). Orando con acción de gracias, así que estoy expresando mi gratitud  a Dios a través de las oraciones.

Mientras he estado preparando esta serie, he pensado en lo poco que realmente le digo “Gracias” a Dios. Pienso que tengo un corazón agradecido. Me siento como una mujer muy bendecida.  Pero esto no quiere decir que todo en mi vida haya salido bien, o haya sido fácil, pero trato de enfocarme en las bendiciones de Dios, y trato de pensar  mucho en ellas.

Pero  a menudo me quedo corta de expresárselo a Él. Así que  necesito aprender a decir gracias en mis oraciones. ¿Qué tan seguido clamamos al Señor, le pedimos cosas y luego olvidamos regresar cuando Él ha respondido para darle gracias, o inclusive decir gracias antes de recibir la respuesta? Así que también  damos gracias a Dios en oración.

Hay otros dos aspectos más en las Escrituras de cómo damos gracias a Dios, y quiero llamar tu atención hacia ellos en estos últimos momentos. Hay un aspecto privado en el dar gracias, y hay uno público. Vamos a ver primero el privado , la adoración en privado.

Considero que uno de los grandes ejemplos en las Escrituras es Daniel en el Antiguo Testamento. Él fue un hombre con un corazón agradecido. Él expresaba su corazón agradecido con palabras y en oraciones de gratitud.

En el capítulo 2 de Daniel nos dice la ocasión en la que el rey, el rey Nabucodonosor, tuvo un sueño y ordenó que Daniel se lo interpretara. Daniel fue delante del Señor y le pidió que lo ayudara a entender el sueño del rey.

Y el Señor le dio sabiduría. El Señor le dijo lo que significaba el sueño. La Escritura nos lo cuenta en Daniel capítulo 2 en el versículo 19:

Entonces el misterio fue revelado a Daniel en una visión de noche. Daniel entonces bendijo al Dios del cielo. Daniel habló, y dijo:

Sea el nombre de Dios bendito por los siglos de los siglos, …Él es quien revela lo profundo y lo escondido … A ti, Dios de mis padres, doy yo gracias y alabo, porque me has dado sabiduría y poder, y ahora me has revelado lo que te habíamos pedido, pues el asunto del rey nos has dado a conocer (versículos 19-23) lo que Daniel estaba diciendo es: “Dios, te pedimos que Tú nos mostraras lo que significaba el sueño del rey, y ahora regresamos a ti y te damos gracias”.

Pero Él expresó esto en privado. Ésta fue una alabanza privada. Daniel era un hombre quien a solas con Dios expresaba gratitud.

Pero luego llegamos al capítulo 6 de Daniel. Y ahora hay otro rey, el rey Darío. Este emitió un edicto, un edicto, de que por 30 días nadie podría hacerle alguna petición  a nadie sino al rey para cualquier cosa. Esto fue una trampa para Daniel de parte de algunos de sus compañeros a quienes él no les agradaba y querían deshacerse de él y de su posición en el gobierno.

Y la Escritura relata en Daniel capítulo 6 versículo 9:

Que cuando Daniel supo que había sido firmado el documento, entró en su casa (y su aposento superior tenía ventanas abiertas en dirección a Jerusalén), y como lo solía hacer antes, él  continuó arrodillándose tres veces al día, orando y dando gracias delante de su Dios (versículos 9-10).

Daniel aparentemente tenía el hábito de tres veces al día arrodillarse, orar y agradecer a Dios en privado. Alabanza y adoración en privado.

Pero déjame solamente decir que no es suficiente que nuestra adoración y agradecimiento sea en privado. Necesita también  ser en público.

El salmista dijo en el Salmo 57: “Te alabaré entre los pueblos, Señor; te cantaré alabanzas entre las naciones (versículo 9).

Lo que él está diciendo es, “Dios en medio de aquellos que no son creyentes, en medio de naciones paganas, en medio de los gentiles cantaré alabanzas a Ti”. Y luego él dice: “No solamente en medio de los que no son creyentes, sino en compañía del pueblo de Dios daré gracias”.

Salmo 35 versículo 18: “En la gran congregación te daré gracias; entre mucha gente te alabaré”.

Salmo 111 versículo 1: “¡Aleluya! Daré gracias al Señor con todo mi corazón, en la compañía de los rectos y en la congregación”.

¿Te has encontrado alguna vez en esos momentos de adoración en tu iglesia o en tu grupo pequeño en los que el líder dice: “Nos tomaremos un momento para simplemente agradecer al Señor”? Se nos pide que compartamos un testimonio o   digamos una palabra de adoración, de agradecimiento, o que elevemos oraciones de gratitud  al Señor.

Y entonces  luego  escuchas este grande y largo silencio. Luego tal vez una persona valiente lo interrumpe y dice algo por lo que está agradecido. Y entonces otro largo silencio.

No hay nada malo con el silencio, a menos que sea tiempo de agradecer. En ese momento necesitamos hablar, cantar y expresar: “Dios ha sido tan bueno conmigo”.

Podrías decir: “Bueno, lo que pasa es que yo no soy del tipo de persona que le gusta hablar en público”. Escucha, si has recibido la gracia de Dios por tus grandes culpas, Su abundante gracia, entonces no podrás evitar ser una persona agradecida y expresar esa gratitud no solo cuando estés sola sino también cuando estés en público.

“Daré gracias a Dios con todo mi corazón en la compañía de los rectos y en la congregación”.

Carmen Espaillat: El libro de Nancy Sea Agradecido: Su camino al gozo. Puede ayudar a que la acción de gracias sea una realidad en tu vida durante todo el año. Cuando tomas las palabras de este libro a conciencia, te quejarás y reclamarás menos y expresarás agradecimiento más seguido.

Solicita este libro en tu librería cristiana favorita. Para información acerca de la distribución en América Latina, visita nuestra página, AvivaNuestrosCorazones.com.

Mañana Nancy describirá una de las razones de mayor peso para estar agradecidas. Oremos para que tengas un especial día de Acción de Gracias mañana  y espero que te unas a nosotras aquí en Aviva Nuestros Corazones.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss  es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.

Permisos de publicación autorizados del Ministerio Aviva Nuestros Corazones para Alimentemos El Alma

Todos los Derechos Reservados

Disponible sobre el Internet en: http://www.avivanuestroscorazones.com

Características de un corazón agradecido – Nov 24

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Una actitud de gratitud

Aviva Nuestros Corazones

Nov 24 – Características de un corazón agradecido

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/caracteristicas-de-un-corazon-agradecido/

Carmen Espaillat: Aquí está Nancy Leigh DeMoss.

Nancy Leigh DeMoss: Al visualizar una persona malagradecida pienso en un contenedor con un agujero,  por el cual se escapan todas las bendiciones.

Carmen Espaillat: Has sintonizado Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.

“Estaba enfrentando muchos problemas, tenía muchas dudas y confusión”. Eso es lo que Sandy, una de nuestras radioescuchas, nos escribió luego de escuchar el programa de ayer. Después de escuchar las enseñanzas de Nancy, ella  escribió “Me hizo recordar que tengo que dejar de quejarme y comenzar a darle gracias a Dios por cada cosa. Mi gozo fue restaurado y la carga que tenía fue levantada”.

Vamos a retomar la serie en esa enseñanza que produjo tal efecto en esta radioescucha.  Estamos en la serie de Nancy titulada La actitud de gratitud.

Nancy: “Bueno es dar gracias al Señor, y cantar alabanzas a tu nombre, oh Altísimo” Salmos 92:1.

Estamos hablando de porque es bueno dar gracias al Señor. Ayer vimos varias razones. Dijimos que es bueno darle gracias porque Dios nos  manda a dar gracias. Y es bueno darle gracias porque nos introduce a la presencia de Dios, y la gratitud honra y magnifica a Dios.

También dijimos que el dar gracias produce la paz de Dios en nuestros corazones. No preocuparnos por nada, en lugar de ello, debemos orar por todo.

Hoy veremos varias razones más  de por qué es bueno dar gracias al Señor. Es bueno dar gracias a Dios, porque la gratitud es un indicador de la verdadera condición de nuestro corazón, de nuestra verdadera condición espiritual.

En el Salmos 140 en el versículo 13 dice, “ciertamente los justos darán gracias a tu nombre”. La persona agradecida da evidencia de que tiene un corazón recto. Recuerda que dijimos que el Evangelio es culpa, gracia y gratitud.

La persona que reconoce que era culpable, pecadora que merecía la ira de Dios, sabe que Dios ha derramado Su gracia sobre ella y que Dios por Su gracia la ha hecho justa por los méritos de Cristo, esa persona será una persona agradecida. La persona que ha sido justificada, que sabe que no tiene justicia propia, será una persona agradecida porque sabe que no tiene esperanzas de ser justa apartada de la cruz de la gracia y del amor de Cristo. Así que un corazón agradecido es un indicador de la verdadera condición de nuestro corazón.

Es bueno dar gracias al Señor porque esa es la voluntad de Dios.

Le hablo particularmente a las jóvenes que desean conocer la voluntad de Dios. Típicamente pensamos que la voluntad de Dios es como: “¿Debo aceptar este trabajo? o ¿debo ir a esta universidad? o ¿Es la voluntad de Dios que me case con esta persona? ¿Es la voluntad de Dios que tome unos días de vacaciones?”

Pensamos en la voluntad de Dios en términos de cosas que hacemos, lugares que visitamos o del trabajo que tenemos. Pero si vamos a las Escrituras y estudiamos la voluntad de Dios, encontramos que la voluntad de Dios es mucho más simple de lo que usualmente la hacemos.

1era a los Tesalonicenses capítulo  5 versículo 18 nos dice una verdad absoluta acerca de la voluntad de Dios. “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”.

Puedo decirte la voluntad de Dios para tu vida, y tú puedes decirme la voluntad de Dios para mi vida. La voluntad de Dios para ti y para mi es que en todo demos gracias. En todo.

Luego vemos que es bueno dar gracias porque ser agradecida es evidencia de estar llenas del Espíritu Santo.

En Efesios capítulo 5 se nos habla de la llenura del Espíritu, y luego nos da formas prácticas de lo que significa ser llenas del Espíritu. Por eso Pablo nos dice en el verso 18 de Efesios capítulo  5, “Sed llenos del Espíritu”. Como no podemos ver el Espíritu Santo. No puedo simplemente mirarte y ver si estás llena del Espíritu. Igual, no puedes mirarme y saber si yo estoy llena del Espíritu Santo. Entonces, ¿Cómo podemos saber si estamos llenándonos del Espíritu Santo?

Bueno, podremos saberlo si las afirmaciones que siguen en el versículo son una realidad en nuestras vidas. Una de las cosas que se nos dice luego del versículo 18 se encuentra en el versículo 20: “Dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”.

¿Cómo puedo saber si estoy llena del Espíritu? Lo estoy sí soy agradecida.

¿Ves? Si estoy llena del Espíritu no puedo lloriquear, quejarme,  murmurar o ser quejumbrosa. Si estoy murmurando o quejándome, eso dice que estoy llena de mí misma. Pero no puedo estar  a la misma vez ser llena del Espíritu y ser una quejumbrosa.

De manera que, una vida agradecida, los labios agradecidos, una actitud de gratitud es la evidencia de que estoy llena del Espíritu Santo.

¿Eres agradecida? ¿Estás caminando en una actitud de gratitud hoy? Si es así, eso es evidencia de que estás llena del Espíritu de Dios.

Y también es bueno dar gracias porque las personas agradecidas son como Jesús.

Para mí resultó muy interesante, mientras estudiaba los Evangelios, buscar la cantidad de veces que las Escrituras nos dicen que Jesús dio gracias. Jesús fue una persona agradecida, y si quieres ser como Jesús, necesitas ser una persona agradecida.

Escucha algunas de las circunstancias en que las Escrituras dicen que Jesús dio gracias. En Lucas capítulo  10, Jesús estaba orando y el contexto es el regreso de los 70 discípulos que Él había enviado a ministrar. Ellos estaban  emocionados y contentos por el éxito de su viaje misionero.

Pero Jesús les dice que deben estar agradecidos no porque los demonios se sujetaron a ellos, o porque tenían poder sobre Satanás, sino más bien, por el tipo de relación que tienen con el Señor.

Y luego, Jesús vuelve sus ojos hacia los cielos y comienza a orar a Dios. Y dice en Lucas capítulo 10:

“En aquella misma hora El se regocijó mucho en el Espíritu Santo, y dijo: Te alabo, (doy gracias) Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a sabios y a inteligentes, y las revelaste a niños. Sí, Padre, porque así fue de tu agrado” (Lucas 10:21).

Jesús está dándole gracias a Dios al decir: “Te alabo (te doy gracias) Padre”. Él tenía una íntima relación con Su Padre Celestial, una relación de gratitud. La razón específica de su agradecimiento hacia Dios en este momento, era resaltar que al Padre le agradó revelar el misterio de quien Él era y de Sus obras a personas sencillas como nosotras.

Jesús estaba agradecido de que Dios se lo reveló a esos discípulos. Por eso se detuvo a decir, “Te alabo, gracias Padre”. Jesús estaba agradecido.

En Juan capítulo 11 en el 41 vemos a Jesús ante la tumba de Lázaro. Y las Escrituras dicen, “Entonces quitaron la piedra (donde estaba el hombre que había muerto) y Jesús alzó los ojos a lo alto, y dijo: Padre, te doy gracias porque me has oído”.

“Yo sabía que siempre me oyes” (v.42). Y luego oró a Dios para que hiciera este milagro, para que el pueblo supiera que Jesús realmente venía de Dios. Pero antes de presentar Su petición, Él le dio gracias a Dios.

¿Te has detenido a darle gracias a Dios cuando Él te escucha? Si eres hija de Dios, si oras en el nombre de Jesús y en virtud de Su justicia si te acercas a Dios a través de Jesucristo, las Escrituras dicen que Dios escucha lo que le pides. Él escucha.

Y Jesús dijo, “Te doy gracias porque siempre me oyes”. En algún momento todas hemos tenido la experiencia de tratar de llamar a alguien y recibir el tono del teléfono ocupado, o intentar comunicarnos y descubrir que no hay nadie  en su casa. Y seguimos intentando la llamada, porque realmente necesitamos algo, pero no se encuentran disponibles.

Pero esto nunca sucede con Dios. Cada vez que llamamos. Él está ahí. Él oye. Él está escuchando. Y  está respondiendo.

Luego vemos a Jesús en múltiples ocasiones ser agradecido y expresar gratitud por los alimentos, por la simple provisión del pan diario. En Juan capítulo  6, vemos que al alimentar a los 5,000, Jesús tomó las lonjas de pan y cuando hubo dado gracias, las entregó a los discípulos. Del mismo modo, al alimentar a los 4,000, Él tomó los siete  y dio gracias, y luego las partió y se los dio a sus discípulos (Marcos 8:1-10)

Tengo que confesar que para mí, muchas veces dar las gracias antes de la comida es una rutina y a veces hasta se me pasa hacerlo. Pero para Jesús no era una simple rutina. Era una parte importante de su vida reconocer que todo don bueno y perfecto viene de arriba y que no debemos tomar parte en nada hasta haberle dado  gracias a Dios por ello.

¿Le das gracias a Dios por las cosas pequeñas? ¿Le das gracias a Dios por el día a día? Por  Su provisión  tan rica y abundante. Cuando le damos gracias, comenzamos a parecernos a Jesús y estamos diciendo “Señor, yo reconozco que Tú eres la fuente de este regalo. Si no fuera por ti, yo no tendría ninguno de estos regalos”.

Y entonces vemos a Jesús en la Ultima Cena, en Lucas capítulo  22. Él tomó la copa y antes de pasarla a sus discípulos, ¿qué fue lo Él que hizo? Él dio gracias a Dios y dijo,

“Tomad esto y repartidlo entre vosotros”; Y habiendo tomado el pan, después de haber dado gracias, lo partió, y les dio, diciendo: “Esto es mi cuerpo que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí”.

Él estaba agradecido aun hasta en este momento en el que Él se preparaba para ir a la cruz a entregar Su vida para la salvación del mundo. ¿Qué  Él estaba haciendo? Él estaba dando gracias. De nuevo, es bueno dar gracias al Señor, porque cuando damos gracias, nos parecemos a Jesús, quien era agradecido.

Finalmente, es bueno dar gracias a Dios porque la gratitud es la ocupación eterna en el cielo. El capítulo 4 del libro de Apocalipsis nos dice que los seres vivientes y los ángeles del cielo no cesan de “dar gracias, gloria y honor al que está sentado en el trono y vive por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 4:9).

Y luego en el capítulo 11 de Apocalipsis leemos,

“Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros y adoraron a Dios, diciendo: damos gracias, oh Señor Dios Todopoderoso, el que eres y el que eras, porque has tomado tu gran poder y has comenzado a reinar” (versos 16-17).

Entonces, ¿qué están haciendo en los cielos hoy? Están dando gracias a Dios. Los ángeles le están dando gracias, los ciudadanos del Cielo le dan gracias. Aquellos que se fueron primero que nosotros, mi padre, está allá en esta mañana y mi hermano David  también está allí. Ellos están dando gracias.

Cuando le damos gracias a Dios, hacemos dos cosas. Nos unimos al coro celestial. Cantamos con ellos. Damos gracias con ellos. Y estamos preparándonos para la tarea en la que pasaremos la eternidad en el cielo.

Porque las gracias que ofrecemos desde aquí son simplemente un ensayo, una práctica, para lo que pasaremos haciendo toda la eternidad en el Cielo.

Carmen Espaillat: Nancy Leigh DeMoss ha estado mostrándonos razones convincentes para desarrollar un espíritu agradecido. Ella regresará con nosotros para la segunda parte del programa de hoy en unos instantes.

Para ayudarte a entender mejor el tipo de agradecimiento del que hemos estado escuchando, adquiere una copia del libro Sea Agradecido: Su camino al gozo. Nancy pondera más profundamente la importante enseñanza que escuchaste hoy, y te invitamos a realizar el devocional de 30 días incluido al final del libro. Puedes adquirir el libro en tu librería cristiana favorita.

Ahora escuchemos un poco más de las enseñanzas de Nancy.

Nancy Leigh DeMoss: La tribu Masái en África Occidental tiene una forma inusual de decir “Te doy gracias”. Ellos dicen literalmente, “Mi cabeza está en el polvo”. Cuando un miembro de la tribu Masái expresa gratitud, ellos literalmente ponen sus frentes en el suelo,  porque  ellos quieren reconocer su gratitud con  humildad.

Hoy quiero que  veamos algunas de las características de un corazón agradecido en contraste con las características de un corazón ingrato o malagradecido. Y la primera característica que vemos de un corazón agradecido, es que una persona agradecida es una persona humilde.

Gracias. Mi cabeza está en el suelo. Me siento en el suelo delante de ti. Me humillo delante de ti. Una persona agradecida es una persona humilde. Una persona agradecida tiene un fuerte sentido de su indignidad. La actitud de su corazón es: “Tengo mucho más de lo que merezco”.

Todavía puedo recordar las palabras de mi padre, quien ya tiene más de veinte años en el Cielo. Cuando las personas le preguntaban cómo se encontraba, el respondía: “Mejor de lo que merezco”. Él era un hombre agradecido.

Te aseguro que una de las razones por las que fue agradecido es porque él  era humilde. Nunca dejó de sorprenderse del hecho de que Dios lo salvara. Porque fue humilde, fue agradecido. Siempre sintió que tenía mucho más de lo que  merecía.

Una persona malagradecida, ingrata tiene un corazón orgulloso. Una persona agradecida tiene un corazón humilde; pero una persona malagradecida tiene un corazón orgulloso y la ingratitud revela ese corazón orgulloso.

Una persona malagradecida, ingrata  siente, “Yo merezco mucho más de lo que tengo”. Se le ha olvidado que es  deudor y que le debe todo lo que tiene a Dios.

John MacArthur dice en su comentario del Nuevo Testamento:

La persona que se eleva a sí misma por encima de las demás siente que merece todo lo que recibe, y por lo tanto no tiene necesidad de agradecerlo. Aunque no lo exprese con palabras, la persona ingrata desprecia la idea de la gracia,  porque denota una bondad recibida que es inmerecida. Este es un pecado particularmente  odioso para Dios cuya ira se rebela contra los pecadores por ser ingratos.

La persona que se eleva a sí misma, la persona orgullosa, sentirá que merece todo lo bueno que recibe.

  • Somos una sociedad de personas que sienten que se les debe mucho, que se les debe más de lo que tienen, que merece más de lo que tiene y que se les debe aun más…
  • Así que pensamos que se nos debe un cheque de pago. Sentimos, se nos debe un pago. Hemos invertido estas horas; y merecemos recibir un pago.
  • Sentimos que se nos debe buena salud, tener cuerpos sanos.
  • Sentimos que se nos debe la felicidad.
  • Sentimos que tenemos derecho a tener un matrimonio feliz.
  • Sentimos que tenemos el derecho a tener hijos sanos.
  • Sentimos que tenemos derecho a que las circunstancias se den como queremos que se den.
  • Sentimos que tenemos derecho a que el sol brille en nuestra boda al aire libre o en nuestra fiesta. Sentimos que se nos deben todas estas cosas.

Ese sentido de merecer buenos regalos es una expresión de orgullo; por el contrario una persona agradecida tiene un corazón humilde.

Henry Ward Beecher dijo,

El orgullo mata la gratitud, pero la mente humilde es el terreno en el que la gratitud crece naturalmente. Un hombre orgulloso es rara vez un hombre agradecido, porque él nunca piensa que está recibiendo tanto como  merece.

Así que al comparar un corazón agradecido con un corazón ingrato, la persona agradecida es humilde mientras que la ingratitud revela un corazón orgulloso.

Quiero que veamos otra característica de los corazones agradecidos en comparación con los corazones malagradecidos. Un corazón agradecido está centrado en Dios y en los demás; mientras que un corazón ingrato está centrado en sí mismo.

Las personas agradecidas tienden a hablar de otras personas. Mientras crecía puedo recordar a mi padre decirnos: “Cuando hables con las personas, asegúrate de hacerles preguntas acerca de ellos y no hables de ti mismo, porque las personas no quieren escucharte hablar de ti”…

Una persona agradecida está  pensando en los demás, está interesada en los demás. Pero una persona ingrata tiende a enfocarse en mis necesidades, en mis sentimientos, en mis deseos, en mis dolencias, en mis derechos, en cómo me han tratado, en cómo me han desatendido, en cómo me han fallado, en cómo me  han herido, en como mis padres me lastimaron.

Una persona malagradecida está llena de sí misma, y todo su mundo gira en torno a sí misma. Raras veces  se detiene a considerar las necesidades y los sentimientos de los demás. Es egoísta.

Y como resultado, las personas malagradecidas son típicamente personas demandantes, pero las personas agradecidas son personas libres para dar y para cuidar de los demás, porque están centradas en Dios, y están centradas en los demás, no en sí mismas.

Las personas agradecidas que están centradas en Dios y en los demás son personas amorosas que quieren bendecir a otros. Pero las personas malagradecidas, porque  están centradas en sí mismas, tienden a pensar: “¿Qué me complacerá? ¿Cómo puedo quedar satisfecha?”

Ahora quiero que veamos otra característica del corazón agradecido en comparación con el corazón malagradecido. Un corazón agradecido es un corazón satisfecho mientras que el corazón ingrato está vacío.

Llegas a entender por qué la persona agradecida  casi nunca se compara con los demás, porque se siente satisfecha, porque  es agradecida. No importa cuánto una persona posea, si no es agradecida, vivirá con una sensación constante de  vacío.

Al visualizar una persona malagradecida, pienso en algo como un contenedor con un agujero por el cual se escapan todas las bendiciones. Puede estar lleno de bendiciones, pero no permanecen. Se escapan porque la persona no tiene un corazón agradecido, por lo que esta persona siempre se siente que está vacía. Su corazón está vacío y en contraste, la persona agradecida tiene una capacidad ilimitada de disfrutar las bendiciones de Dios no importa si son muchas o son pocas.

Déjame comentarte esto,

Nadie ha recibido pocas bendiciones de Dios. Todos hemos recibido muchas, muchas, muchas bendiciones de Dios. Pero las personas malagradecidas siempre se sienten vacías, porque sus bendiciones se están escapando a través de esos agujeros de ingratitud.

La persona malagradecida no puede disfrutar las bendiciones que tiene. Se  va a sentir vacía. Pero  la persona agradecida, aun en medio del dolor y  de la perdida se sentirá satisfecha.

Existe una  ilustración de este principio en la Carta a los Filipenses. La Carta a los Filipenses es realmente una larga  nota de agradecimiento, escrita por el apóstol Pablo para expresar gratitud hacia los creyentes en Filipos, por la forma en que ellos habían ministrado a sus  necesidades financieras y materiales mientras él viajaba por los alrededores y plantaba iglesias, y Pablo les escribió esta nota dando “gracias”.

Y él les dice en Filipenses capítulo  4,

Y vosotros mismos sabéis, filipenses, que al comienzo de la predicación del Evangelio, después que partí de Macedonia, ninguna iglesia compartió conmigo en cuestión de dar y de recibir, sino vosotros solos; porque aun a Tesalónica enviasteis dádivas más de una vez para mis necesidades (versos 15-16).

Pablo les escribe para decir, “Gracias”, para expresar gratitud. Luego de expresar su aprecio por el último regalo recibido de parte de ellos, Pablo, quien está sentado en el corazón de una prisión romana mientras escribía la carta y en un momento en el que él  estaba privado hasta de las  necesidades mínimas, hace en mi opinión una afirmación notable.

Luego Pablo procede a decirle a estos filipenses, “Pero lo he recibido todo y tengo abundancia; estoy bien abastecido, estoy saciado” (Filipenses 4:18). ¿A dónde te encuentras Pablo? ¿En una cárcel romana? ¿Y tú estás diciendo, “Todo lo he recibo y en abundancia; estoy bien abastecido? ¿Cómo puede el pensar y sentirse satisfecho en esa situación?

Puedo decirte lo que yo hubiera estado pensando en esa situación, hubiera estado pensando en todas las cosas que no tenía. Porque, mi corazón por naturaleza es ingrato, malagradecido.

Pero Pablo creía que  la bondad de Dios y las bendiciones de Dios eran tan abundantes, que la pasa  en el siguiente versículo a confirmarle a los filipenses que había suficiente para ellos también.

Pablo dice, estoy seguro de que “… mi Dios proveerá para todas vuestras necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:20). No solamente afirmo que hay suficiente para mí que estoy sentado en esta cárcel, sino también que hay suficiente para ustedes. En el lugar de sus luchas, ustedes también pueden estar satisfechas si tienen un corazón agradecido.

Y ahora te pregunto, ¿Te sientes satisfecha o vacía? ¿Puedes decir con Pablo, “Todo lo he recibido, tengo abundancia; estoy bien abastecida”?

Ves, Pablo no tenía todo en términos de comodidades. Pero te digo lo que sí tenía, tenía a Cristo. Y Pablo dijo, “Si tengo a Cristo, lo tengo todo”.

  • ¿Tienes tú a Cristo?
  • ¿Tienes Su gracia?
  • ¿Existe una gracia mayor que saber que todos nuestros  pecados han sido perdonados?

Si es así, entonces lo tienes todo.

Puedes haber perdido un compañero. Puedes haber perdido a un hijo. Puedes haber perdido un trabajo. Puedes haber perdido un amigo. Puedes haber perdido tus posesiones más preciosas en el mundo. Pero si tienes un corazón agradecido, puedes, aun en medio de las lágrimas, tener un sentido de plenitud.

¿Dónde estás tú delante de Dios cuando hablamos de  estas características? ¿Tienes un corazón agradecido? ¿Es tu corazón orgulloso o humilde? ¿Está tu corazón  centrado en Dios y en los demás, o  centrado en ti misma? ¿Está tu corazón satisfecho o está vacío?

Las respuestas a estas preguntas te ayudarán a determinar si tienes o no una actitud de gratitud.

Carmen Espaillat: Nancy  regresará en unos momentos para orar. Hoy ella compartió el contraste entre un corazón agradecido y uno malagradecido. ¿Cuál te describe mejor?

El libro Sea agradecido: su camino al gozo de Nancy puede ayudarte a convertirte en una persona cada vez más agradecida. El libro Nancy muestra por qué la gratitud es tan importante, y te acompañará en el proceso de aplicar gratitud en tu vida diaria.

¿Recuerdas darle gracias a Dios cuando responde a tus plegarias? mañana Nancy te mostrará porque el dar gracias es tan importante. De eso hablaremos mañana en Aviva Nuestros Corazones. Ahora oremos.

Nancy Leigh DeMoss: Padre Celestial, ¿Nos darías un  espíritu agradecido? Haznos personas agradecidas. Tenemos tantas razones para estar agradecidas, y aun así, Señor, confesamos que nos falta mucho gozo y la plenitud que podríamos tener por tener este pecado de ingratitud en nuestras vidas.

Señor, en donde quiera que Tú nos encuentres en el día de hoy, ayúdanos a humillarnos, ayúdanos a arrepentirnos y a ser agradecidas delante de ti. Te lo pido con acción de gracias, en el nombre de Jesús, amen.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

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Gratitud y paz – Nov 23

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Una actitud de gratitud

Aviva Nuestros Corazones

Nov 23 – Gratitud y paz

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/gratitud-y-paz/

Carmen Espaillat: ¿Quieres estar cerca de Dios? Pues expresa gratitud alabándole. Aquí está  Nancy Leigh DeMoss

Nancy Leigh DeMoss: Si tú quieres llegar donde Dios habita, si  quieres entrar a Su presencia, debes ir a Su dirección.  Y la dirección de Dios es la alabanza (Y Él habita en la alabanza a Su Nombre).

Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss,  autora  de  “Sea Agradecido: Su camino al gozo”. En la voz de Patricia de Saladín.

La ingratitud no parece ser tan mala cuando es comparada a los grandes pecados como el asesinato, el adulterio, ¿verdad? Nancy Leigh DeMoss  está a punto de ayudarnos a responder esta pregunta, continuando en una serie llamada “La actitud de gratitud”.

Nancy: Estuve leyendo un artículo recientemente con relación a las quejas.  El artículo  fue escrito por Paul Tripp,  quien nos cuenta acerca de una conversación que  sostuvo con un líder de una iglesia de la India quien había venido a los Estados Unidos a estudiar.

Paul Tripp le preguntó a este líder eclesiástico, «John, yo quiero  preguntarte ¿qué piensas tú acerca de los americanos?  Ya tú has estado aquí por un tiempo y los hindúes son personas muy educadas».

John me dijo, ¿Quieres que sea honesto?

Y Paul Tripp le contestó, «claro que sí».

Y luego este hombre le respondió, «Ustedes los americanos no tienen idea de cuánto tienen y aun así siempre están quejándose”.

Nosotros tenemos tanto y aun así nos quejamos. Palabras poderosas.

Hemos estado hablando del asunto de la gratitud, la actitud de gratitud, y cómo nuestra gratitud debe rebosar en la medida en que recibimos abundante gracia de Dios como respuesta a nuestra abundante culpa.  Ese es el Evangelio: culpa, gracia y gratitud.

Ahora, me gustaría enfocarme hoy en lo opuesto a la gratitud, la ingratitud o la falta de gratitud, en todo este asunto de la falta de agradecimiento.  Yo quiero que nosotras veamos que un corazón ingrato, no agradecido, no es poca cosa, esa ingratitud no es un pecado pequeño.

En 2 de Timoteo en el capítulo 3, el apóstol Pablo habla acerca de los últimos días.  Yo creo que nosotras estamos viviendo esos días, Pablo creía que él estaba viviendo esos últimos días.  Él dice:

2 Timoteo 3:1-5 “Pero debes saber esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. Porque los hombres serán amadores de sí mismos, avaros, jactanciosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, irreverentes, sin amor, implacables, calumniadores, desenfrenados, salvajes, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, envanecidos, amadores de los placeres en vez de amadores de Dios; teniendo apariencia de piedad, pero habiendo negado su poder; a los tales evita”. (2 Timoteo 3:1-5).

Ahora,  leí la lista completa de lo que parece un listado de pecados horribles pero pasé por encima  “uno” de  la lista.  Mientras Pablo describe las características de las personas en esos últimos días, hay otra característica que él les da.  Él dice que las personas serán ingratas.  ¿Puedes creer que en esta lista de pecados que acabamos de leer encuentres la falta de gratitud? Y Pablo dice que de los tales te alejes. Que no tengas nada que ver con personas como esas.  No dejes que ellos te influencien.  Ciertamente no te hagas como ellos.

Ahora, tendemos a comparar los pecados y a pesarlos de diferentes maneras.  Nosotras tendemos a pensar que la falta de gratitud no es tan mala comparada con cosas como ser calumniadora, cruel, traidora, cabeza dura, altiva, amante de mi misma o blasfema y aun así, Dios pone todos estos pecados en la misma lista.  Él ve la ingratitud, de la misma manera que ve todos estos otros pecados. En la misma categoría.

En la medida en que leemos en Romanos capítulo 1, el apóstol Pablo habla otra vez acerca de este asunto de la ingratitud, fallar en ser agradecidas.  Él nos muestra que un corazón ingrato es el terreno en el cual muchos otros tipos de pecados crecen.  Pablo dice en Romanos capítulo 1 versículo 21 “Pues aunque conocían a Dios, no le honraron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se hicieron vanos en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido”.

Ahora, este es el versículo 21 del capítulo 1, tú pudieras leer a través de todo este capítulo y vas a encontrar una progresión.  Una progresión que te lleva  a las más inimaginables clases de pecados morales.  Pablo habla acerca de una degradación malvada y rampante y una corrupción del hombre en asuntos morales, tales como que: ellos tienen deseos hacia aquellos de su mismo sexo y cosas que son pecados indecibles.

Pero, ¿dónde comienza esta progresión? Comienza en este versículo que acabamos de leer en. «Romanos capítulo  1 versículo 21 «Pues aunque conocían a Dios, no le honraron como a Dios ni le dieron gracias”. ¿Ves? La ingratitud es el pecado que es el primer peldaño en una progresión de declive moral. Un espíritu ingrato nos guía a todo tipo de pecados.

Ahora, ¿cómo nos convertimos en personas ingratas? ¿Por qué algunas veces somos ingratas? Pienso que una de las razones es que tenemos expectativas. Nos comparamos con los que otras personas tienen que nosotras pensamos que nos gustaría tener. Somos codiciosas.

Andrew Carnegie fue un multimillonario quien al morir dejo un millón de dólares a uno de sus parientes quien en respuesta se enojo y se amargó contra Andrés Carnegie porque Sr.Carnegie le había dejado 365 millones a diversas obras de caridad.  Así que este pobre pariente  se enojó porque él  sólo recibió un millón de dólares.  En vez de estar agradecido por lo que había recibido, él tenía  expectativas de recibir más y fue ingrato.

Nosotras somos ingratas porque nosotras olvidamos que somos deudoras. Nosotras somos las que debemos.  Nosotras pensamos que se nos debe algo. Pensamos que merecemos tener más y se nos olvida que somos deudoras. Se nos olvida la bendición de Dios. Estamos tan acostumbradas a recibir tantas bendiciones de Dios que las damos por sentadas. Tendemos a enfocarnos en lo que queremos más de  en lo que tenemos. Y nos enfocamos en lo que no tenemos más que en lo que si tenemos. Tendemos a definir los deseos como necesidades.

La Escritura nos dice que si tenemos sustento, abrigo y refugio, estamos cubiertas y debemos estar contentas. Debemos estar satisfechas. Pero creemos que necesitamos sustento y abrigo y una casa y un tipo de casa y un tipo de carro y un tipo de vacaciones y un tipo de trabajo y un tipo de matrimonio y una clase de hijos y una clase de amigos y vivir en un tipo de vecindario. Pensamos que necesitamos tanto y comenzamos a definir estas cosas como necesidades.

La publicidad nos dirá que necesitamos estas cosas.  Bueno, puede ser que sean deseos, pero no son necesidades. Cuando empezamos a definir deseos como necesidades, entonces nos volvemos ingratas. Nosotras nos volvemos ingratas cuando nos volvemos ciegas a la gracia de Dios alrededor de nosotras; cuando no tenemos ojos para ver como todo alrededor de nosotras es una expresión de la gracia de Dios.

Como vimos en Romanos capítulo  1, ese pecado de ingratitud nos guía a una espiral descendente que nos guía a toda clase de pecados. Los pecados de amargura, enojo, violencia, inmoralidad.

El Dr.  James Kennedy en un mensaje sobre la gratitud dijo esto.  Y cito,

Una persona ingrata está a un paso de obtener sus necesidades de maneras ilegítimas. Nunca cometerías adulterio si  estuvieras verdaderamente agradecida por tu esposo, no serías tentada a robar si estuvieras satisfecha con lo que posees. No envidiarías los talentos y las habilidades de otros si estuvieras agradecida por los que Dios te ha dado a ti. No serías orgullosa si estuvieras agradecida.  ¿Ves? El orgullo hace cortocircuito a la gratitud. La ingratitud nos lleva a tantos otros pecados.

En 1863 el presidente Abraham Lincoln hizo la proclamación del Día de Acción de Gracias.  Él hizo un llamado a las personas de los Estados Unidos (al pueblo estadounidense) «A observar el último jueves de noviembre como el día de acción de gracias y alabanza a nuestro buen Padre quien mora en los cielos».  Y escucha lo que él dijo en esa proclamación de Acción de Gracias del 1863.  El habló a las personas de los Estados Unidos   y creo que esas palabras son tan apropiadas y pertinentes para el día de hoy.

Nosotros hemos sido los recipientes de abundantes riquezas del Cielo.  Hemos sido preservados todos estos años en paz y prosperidad; hemos crecido en número, riquezas y poder como ninguna nación haya crecido.

Pero nos hemos olvidado de Dios. Hemos olvidado  la bondadosa mano que nos ha preservado en paz y nos ha multiplicado, enriquecido y fortalecido y hemos imaginado en nuestra vanidad y en el engaño de nuestros corazones, que todas estas bendiciones han sido producidas por alguna sabiduría superior y nuestra  propia  virtud.  Intoxicados con un éxito inquebrantable, nos hemos convertido en demasiado  autosuficientes para poder sentir  la necesidad de la gracia que nos redime y nos preserva, demasiado orgullosos para orar al Dios  que nos creó.

Ahora, el presidente Lincoln estaba hablándole a la nación.  Pero yo me pregunto si estas palabras no nos hablan a nosotras de manera individual.  Nosotras éramos culpables, culpables sin esperanza, alejadas de Dios.  Y aun así  Él vino a nosotras en nuestra culpa y nos dijo,  “yo derramaré mi gracia sobre ti”. Donde nuestros pecados abundaron la gracia de Dios sobreabundó.

Las Escrituras nos dicen que cada día Él derrama beneficios sobre nosotras y aun así, estamos ciegas  a la gracia de Dios, a la bondad de Dios.

Lloriqueamos.

Murmuramos.

Nos quejamos

Nos  molestamos por las cosas que no tenemos.

Nos preocupamos acerca de lo que no tenemos.

Nos quejamos acerca de las cosas que nosotras  desearíamos haber tenido.

Somos ingratas.

La Escritura dice que la ingratitud no es un pecado pequeño. Cuando cedo ante este pecado de la ingratitud, me pongo en el camino que me guiará invariablemente a otros pecados.  La persona agradecida glorifica a Dios. La persona que rehusa glorificar a Dios por Su Bondad y Su Gracia, que no es agradecida, terminará abrumada con más culpa.

Así que me pregunto mientras pensamos  acerca del pecado de la ingratitud en el día hoy ¿es este un pecado que necesitas confesar? Necesitas decir: “Señor, he fallado en darte gracias.   Soy  una de esas personas ingratas que está en la lista en  el capítulo 3 de 2da a Timoteo.  Soy una de esas personas de Romanos capítulo 1 quien ha olvidado ser agradecida”. ¿Necesitas confesar a Dios  el pecado de la ingratitud?

Carmen: Nancy Leigh DeMoss volverá inmediatamente con la segunda parte del programa de hoy.  Si  luchas con el pecado de la ingratitud permíteme compartirte de un libro que te va  ayudará a crecer y a mejorar.  Se trata del libro    “Sea Agradecido: Su camino al gozo”. Allí Nancy te mostrará como la gratitud te lleva al gozo y a la paz.  Las palabras de este libro quedarán contigo.  Tú las recordarás cuando te veas tentada a quejarte  y a reclamar.

Para más información acerca de la distribución en América Latina, visita Aviva Nuestros Corazones.com

Y ahora regresemos a Nancy.

Nancy: Matthew Henry fue un comentarista  bíblico  muy reconocido en el Siglo XIX.  En una ocasión él  fue atracado por unos ladrones. Esto fue lo que él escribió en su diario con respecto a esa experiencia.

Déjenme primero ser agradecido porque nunca antes había sido robado; segundo aunque me robaron la cartera, no me quitaron la vida; tercero aunque ellos lo tomaron todo, no era mucho; y cuarto porque fue a mí que me robaron y no yo quien robe.

Y ahí puedes ver allí el corazón de una persona agradecida.  Esta semana hemos estado hablando acerca de la actitud de gratitud y hemos visto que aunque tenemos abundante culpa, Dios ha derramado abundante gracia.  Él nos llama a responderle en gratitud que sobreabunde hasta derramarse.

El versículo 7 de Colosenses en el capítulo 2 dice; siempre abundando, rebosando de gratitud. El Salmo 92 el versículo 1, nos dice: Salmo 92:1 “Bueno es dar gracias al Señor, y cantar alabanzas a tu nombre, oh Altísimo”. Las Escrituras dicen que dar gracias es  algo bueno.

En esta parte del programa quiero que veamos por qué es bueno dar gracias.  ¿Por qué debemos darle gracias al Señor?

Número uno. Dios nos manda a ser agradecidas, y Él es Dios.  Si Él ordena, nosotras debemos obedecer.  Dios nos ordena ser agradecidas.  El Salmo 50 en el versículo 14 dice,  Salmo 50:14 “Ofrece a Dios sacrificio de acción de gracias, y cumple tus votos al Altísimo;». El Salmo 105 el versículo 1, Salmos 105:1 “Dad gracias al Señor, invocad su nombre; dad a conocer sus obras entre los pueblos.»

Colosenses capítulo  3 y por cierto, todo el libro de Colosenses es un libro de gratitud.  Si quieres hacer un buen estudio sobre la gratitud, encuentra las palabras gratitud y agradecimiento en el libro de Colosenses.  Siete veces en cuatro capítulos vas a encontrar un llamado a ser agradecida.  En Colosenses capitulo 3 versículo 15, Pablo dice, Colosenses 3:15 «Y que la paz de Cristo reine en vuestros corazones, a la cual en verdad fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos”. Sé agradecida.

Él continúa en el versículo 17 dice: «Y todo lo que hacéis, de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por medio de Él a Dios el Padre». Dando gracias en lo que sea que hagas.  Si estás comiendo.  Si estás bebiendo.  Si vas al trabajo.  Si vas a la escuela.  Si estás sentada en la iglesia.  Si estás cuidando a tus hijos.  Si estás limpiando tu casa.

Lo que sea que hagas, hazlo en el nombre de Jesús y hazlo de manera  que des gracias a Dios el Padre a través de Cristo.   Sé agradecida, es un mandato.  Y como hijas de Dios que queremos ser obedientes, nosotras necesitamos ser agradecidas porque Dios lo ha dicho, sé agradecida.

Número dos, la gratitud es lo que nos da entrada a la presencia de Dios. El Salmo 95 versículo 2 dice Salmos 95:2 “Vengamos ante su presencia con acción de gracias». Es en la alabanza es donde Dios mora.  Las Escrituras dicen que Dios habita en la alabanza de Su Pueblo.  Si tú quieres llegar a donde Dios vive, si quieres entrar a Su presencia, tienes que ir a Su dirección, donde Él vive.

Y la dirección de Dios es la alabanza. Dios vive en el lugar de la alabanza. Así que Él dice:»Ven a Su presencia con acción de gracias» trae tu acción de gracias cuando vengas a Su presencia porque Él vive en el lugar de la alabanza.

El Salmo 100 versículo 4 nos dice, “Entrad por sus puertas con acción de gracias, y a sus atrios con alabanza. Dadle gracias, bendecid su nombre”. ¿Ves? Cuando nosotras venimos a la presencia de Dios, nosotras necesitamos traer nuestra gratitud con nosotras.  El sacrificio, el don, la ofrenda de acción de gracias.

Recuerdas el Tabernáculo en el Antiguo Testamento y cómo la presencia de Dios  habitaba en el lugar  Santísimo. Pero  ¿qué había justo antes de entrar al lugar Santísimo? Había un altar de incienso, un lugar donde en la mañana y en la noche el sacerdote ofrecería incienso que simbolizaba las oraciones y las acciones de gracias del pueblo de Dios.

Así que como parte de las responsabilidades diarias de los sacerdotes al ayudar a las personas a entrar a la presencia de Dios, era que ellos debían encender el incienso en el altar ofreciendo acción de gracias a Dios. Versículo 4 del Salmos 100 dice: «Entrad por sus puertas con acción de gracias, y a sus atrios con alabanza. Dadle gracias, bendecid su nombre». Tú quieres acercarte a Dios, tú necesitas vivir en el lugar de la alabanza.

Número tres, es bueno dar gracias a Dios porque la gratitud honra y magnífica a Dios. El Salmo 69 el versículo 30 dice  “Con cántico alabaré el nombre de Dios, y con acción de gracias le exaltaré». Ahora, nosotras no magnificamos a Dios en el sentido de hacerlo más grande de lo que Él es.  Él es infinitamente grande.  Nosotras no podemos hacerlo más grande de lo que Él es.

Pero cuando ofrecemos acción de gracias a Dios, lo contemplamos en una mayor luz nosotras mismas, y  le mostramos a otros cuán grande es Él. Nosotras le magnificamos, le damos honor cuando le damos gracias a Él.

Entonces la número cuatro, es bueno darle gracias al Señor porque la gratitud produce la paz de Dios en nuestros corazones. Si  tú quieres tener la paz de Dios gobernando y reinando en tu corazón necesitas cultivar la actitud de gratitud.  La actitud de gratitud es lo que produce la paz de Dios.

Nosotras estamos muy familiarizadas con el pasaje de Filipenses capítulo 4 versículo 6 donde el apóstol Pablo dice,  Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios.

No estés afanosa, no te preocupes por nada, en vez de eso,  dile a Dios  tus necesidades.  Entrégale a Él tus peticiones.  Levanta tus súplicas a Él, pero asegúrate  que mientras lo haces, lo haces con acción de gracias.  Acción de gracias antes de siquiera obtener respuestas.  Acción de gracias porque Él es grande y bueno, aunque Él no haga lo que tú le estás pidiendo que haga.

Filipenses capítulo  4 versículos 6-7 dice LBLA:

“Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios (Y aquí  está  lo que sucede). Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento (sobrepasa el entendimiento humano), guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús.

La paz de Dios, Pablo está diciendo, va a ser como una fortaleza alrededor de tu corazón,  como una guarnición, un baluarte alrededor de tu mente. Protegerá tu mente de la duda, del miedo, de la ansiedad, de que las circunstancias te abrumen.  En vez de esto tendrás paz.  Tú vas a poder dormir bien en !as noches.

Tú vas a poder descansar en tu corazón aún cuando la batalla arrecie alrededor de ti. Tendrás paz, la paz de Dios.  No porque tus circunstancias hayan terminado de la manera que te agrada.  No porque Dios te ha concedido todo lo que le has pedido, sino  porque la presencia de Dios vendrá en respuesta a tu gratitud.

Cuando nosotras agradecemos a Dios sin importar las circunstancias, ese espíritu agradecido, la actitud de gratitud produce la paz de Dios en nuestros corazones.

Piensa ahora en algunas de las circunstancias que tu estás enfrentando en tu mundo en este tiempo de tu vida. Pienso en nuestra audiencia y sé que quizás hay alquien que ha enviudado recientemente. Sé que hay otras quienes han experimentado dolores de cabeza en estos días.  Algunas están luchando con  matrimonios difíciles. Sé que hay algunas mujeres cuidando de sus esposos que sufren de Alzheimer y otras cosas más. Todas ellas necesitan la paz de Dios.

Pienso en las mujeres que están luchando con situaciones con sus hijos.  Pudiera ser que tengas un hijo o una hija  o un nieto que no está caminando con Dios y tu corazón se está rompiendo en pedazos. Sé que hay  mujeres que tienen hijos quienes… ellas realmente pudieran  perder su paz en esa situación.  Hay cargas pesadas  que llevan las personas.

Puede ser en relación con tu trabajo.  Un asunto en tu trabajo que no puedes resolver.  Tú tiendes a estar ansiosa con relación a esto, llegas a casa  y estás inquieta con esto, te mantienes despierta pensando en esto.  Puede ser un asunto financiero.  Llegas a fin de mes y te das cuenta de que no hay suficiente dinero en fondo para cubrir todos tus compromisos.  Es una carga con la que debes lidiar mes tras mes.

Puede ser un asunto con relación a tu salud.  Un reporte que has recibido del doctor.  Y tienes miedo.   No sabes cómo resultará.   Estás orando pero sigues temerosa.  Puede ser un asunto que estés enfrentando en tu iglesia.  Quizás tu iglesia está atravesando algo parecido a lo que  yo escuché sobre una iglesia en esta comunidad recientemente que está atravesando situaciones difíciles.  Asuntos de la iglesia, de disciplina, asuntos de diferencias de opiniones y algunas  divisiones en una iglesia local.  Quizás tú estés en el medio de todo esto y no estás segura de como debes responder.

Estas son cosas que pueden turbar nuestros corazones.  Las Escrituras dicen que no te preocupes, en vez de eso, le digas a Dios tus necesidades. Entrégale a El tus peticiones.  En todo, con oración y ruego con acción de gracias, deja que tus peticiones sean conocidas por Dios.  Dile a Él lo que está en tu corazón y mientras lo haces, dale gracias a Él.

Y mientras das gracias, Él promete que Su paz, que es sobrenatural, paz inexplicable, será como una barandilla, una fortaleza, un guardaespaldas alrededor de tu mente y de tu corazón. Las circunstancias pueden no cambiar pero tendrás la paz de Dios.

Señor, son tantas las razones por las cuales nosotras podemos estar agradecidas.  Oro que Tú nos ayudes a guardar esto en nuestros corazones,  estar agradecidas porque Tú nos mandas a darte gracias, a estar agradecidas porque esta es la manera que nosotras podemos entrar en Tu presencia y queremos estar cerca de Ti.  Estar agradecidas porque cuando damos gracias, Te honramos y Te magnificamos y Tú eres digno de ser honrado y magnificado.  Y darte gracias porque cuando lo hacemos eso produce la paz de Dios en nuestros corazones.

Señor vivimos en un mundo agitado que necesita paz.  Así que ayudamos en nuestros momentos de turbación a ser mujeres agradecidas y gracias por Tu promesa de que Tu paz guardará nuestros corazones y nuestras mentes en Cristo Jesús.  En  Su nombre oramos con acción de gracias.  Amén.

Carmen: Nancy Leigh DeMoss ha estado mostrándote el camino a la paz. Proviene de estar agradecidas.  Yo espero le des seguimiento al programa de hoy, desarrollando un espíritu de gratitud y descubriendo el tipo de paz que Nancy ha estado  describiendo.

Su  libro “Sea Agradecido: Su camino al gozo” te ayudará a crecer en esta área.

La actitud de acción de gracias muestra la condición de tu corazón.  Descubre porque  mañana cuando Nancy regrese.  Por favor, acompáñanos en Aviva Nuestros Corazones.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras son tomadas de la Biblia de las Américas a menos que se indique otra fuente.

1 D.James Kennedy. The Christian’s Magic Wand, p. 7.

2 Abraham Lincoln. Thanksgiving Proclamation of October 3, 1863.

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Abundando en la gracia – Nov 20

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Una actitud de gratitud

Aviva Nuestros Corazones

Nov 20 – Abundando en la gracia

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/abundando-en-la-gracia/

Carmen Espaillat: Los Evangelios nos cuentan acerca de diez leprosos que fueron sanados por Jesús. Nancy Leigh DeMoss se enfoca en el único que dijo, ¨Gracias¨.

Nancy Leigh DeMoss: ¿Cuál fue el que más se acercó a Jesús? ¿Cuál  fue el único que se acercó a Jesús? El que fue agradecido. Cuando tu y yo expresamos gratitud a Jesús, es ahí cuando nos acercamos a Él más de lo que nunca antes lo habíamos hecho.

Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss, la autora de “Sea Agradecido: Su camino al gozo”.

Hay cientos de cosas por las cuales estar agradecidas a nuestro alrededor. Nancy  te ayudará a reconocer esas cosas y te mostrará  por qué ser agradecida tendrá un gran efecto en tu vida. Ella está comenzando una serie titulada, La actitud de gratitud.

Nancy: Recuerdo hace un tiempo haber llamado a un querido amigo para su cumpleaños número 89 y él me dijo algo durante esa conversación telefónica que resonó en mis oídos, me dijo: ¨Cuando me haya ido, si soy recordado por algo, me gustaría que fuera por ser un hombre agradecido¨.

Ahora es un hombre agradecido, pero hay muchas cosas en su vida que hubiera hecho en muchas otras personas (al no ser agradecido) por falta de gratitud.

Este hombre perdió a su madre cuando tenía tres años.  Perdió a su padre cuando todavía era joven, y hace años su hijo mayor murió en un trágico accidente automovilístico.

Así que aquí está él, en los últimos años de su vida, con su salud fallándole, y mucha menos fortaleza física de la que tenía en otro tiempo, viviendo en un Hogar de Ancianos, pero él está determinado a ser un hombre agradecido.

Y él es un hombre rápido en verbalizar la bondad y las bendiciones de Dios al mirar hacia atrás en su vida. No escuchas a este hombre quejarse. Lo escuchas expresar gratitud.  Pensé, mientras escuchaba a mi amigo, Dad Johnson, ¨Ese es el tipo de persona que quiero ser. Quiero que se me conozca como una persona agradecida¨.

Así que al comenzar  este nuevo tema de la gratitud, que creo que  es uno de los temas más importantes en toda la Palabra de Dios, ¿Qué es la gratitud? Cuando regresamos al idioma griego, el lenguaje original en el que se escribió el Nuevo Testamento, encontramos que hay una palabra con la raíz similar para varias palabras. La misma raíz se usa en las palabras: gracias, agradecimiento, gratitud, regalo y gracia. Todas estas palabras vienen de una palabra griega muy similar, y están todas conectadas: regalo y gracia y gratitud y agradecimiento.

Pensemos en algunas de estas palabras.

Tanto la gracia como la gratitud se dan libremente. No es algo que puedes fabricar o trabajar. Deben ser dadas libremente.

La gratitud es realmente reconocer y expresar aprecio por los beneficios que hemos recibido de Dios y de otros. Déjame repetir esa definición, y te diré que no es original mía. No recuerdo dónde la escuché por primera vez, pero me ha ayudado mucho mientras pienso acerca de lo que significa tener una actitud de gratitud. Es reconocer y expresar aprecio por los beneficios que he recibido de Dios y de otros; aprender a tener un ojo para ver la gracia que ha venido a mi vida.

Pero no solo reconocer esos beneficios, también expresar aprecio por ellos, comunicando gratitud.

Cuando pienso acerca del Evangelio, que es realmente toda la historia de la Biblia, tres palabras me vienen a la mente que realmente creo que sintetizan el Evangelio.

La primera palabra es la palabra culpa. Estamos delante de Dios; nacemos en este mundo como pecadores culpables, mereciendo la ira y el juicio de Dios, porque Él es un Dios santo, y Él tiene que juzgar el pecado. Entonces somos culpables. Ahí es donde nuestra historia comienza. Somos pecadoras que nacieron de pecadores. Nuestra culpa nos ha separado de un Dios santo. Esa es la primera palabra del Evangelio: culpa.

Luego está la palabra gracia. La gracia de Dios, donde Él baja (desciende)  del cielo y Él cierra la brecha creando  un puente entre Él, un Dios santo, y nosotras, pecadoras caídas, desesperadas y desesperanzadas. La Escritura dice, “Cuando éramos aún sus enemigos, Él nos buscó.¨ (Romanos 5:8, parafraseado). Nosotras nunca buscamos a Dios. Por nuestra cuenta, nunca hubiéramos buscado a Dios. Él nos eligió a nosotras. Él envió a Jesucristo a ser Su solución para nuestro pecado, para pagar la penalidad de nuestra culpa. Todo eso es gracia.

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios” (Efesios 2:8, KJV). Gracia–un regalo para pecadores culpables.

Así que el Evangelio es mi culpa y la gracia de Dios, el regalo de  gracia de Dios por el cual Jesucristo paga la penalidad de mi pecado.

Y la otra palabra que es parte del Evangelio es la palabra gratitud—culpa, gracia y gratitud.

Nuestra respuesta natural de cuando nos damos cuenta de lo que Dios ha hecho por nosotras, cuán  inmerecedoras éramos y somos y cuán bondadoso Él ha sido para nosotras y todo lo que Él ha derramado en nosotras por medio de Jesucristo, no solo dándonos la salvación, sino también al darnos la santificación y la promesa de nuestra glorificación final. Todos estos regalos de Dios deberían llenarnos hasta rebozar nuestros corazones de gratitud.

Culpa, gracia y gratitud—eso es el Evangelio. Esa es la historia del Evangelio.

Cuando participamos de la Cena del Señor reconocemos estos tres elementos: culpa, gracia y gratitud. De hecho, en algunas de nuestras tradiciones litúrgicas, se usa la palabra Eucaristía para referirse a la cena del Señor o a la comunión. Esa palabra Eucaristía es muy similar a la palabra griega que mencioné  que es la palabra para regalo, gracia y gratitud.

La Eucaristía es una celebración, una cena de comunión donde celebramos juntos el hecho de que Dios derramó Su gracia sobre nuestra culpa; que Jesús dio Su cuerpo y Su sangre para nuestra redención; que Él compró el perdón de nuestros pecados al ir al Calvario a morir por nosotras. Así que celebramos la muerte del Señor, el regalo de Su gracia y damos gracias.

¿Recuerdas cuando Jesús celebró la Última Cena con Sus discípulos en el Aposento Alto? La Escritura dice que Él tomó pan en Sus manos, y que dio gracias (Ver Lucas 22:17-20). Así al tomar la Cena del Señor, al mirar atrás al Calvario, al mirar atrás a la cruz y lo que Él ha hecho por nosotras, damos gracias–culpa, gracia y gratitud.

Ahora, mientras piensas en estas tres palabras, tú te das cuenta de que nuestra culpa delante de Dios era absolutamente abrumadora y abundante y sin embargo cuánta gracia Dios nos ha dado para esa abundante culpa.

Leemos en Romanos capítulo 5, “Mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia”. (versículo 20, RVR)

Así que para la abundante culpa, Dios nos da sobreabundante gracia.

Entonces, ¿cuánta gratitud debemos tener hacia Dios? ¿Super, sobreabundante gratitud? Abundante culpa, sobreabundante gracia, y ¿no debería ser nuestra gratitud tan grande como la gracia que Dios nos ha mostrado?

Dios nos ha dado gracia mayor que todo nuestro pecado, gracia suficiente para cubrir toda nuestra culpa. Nuestra gratitud debería ser tan grande como la gracia que hemos recibido.

Yo creo que es por eso que Pablo le dice a los Colosenses en Colosenses capítulo 2, ¨Abundando en acciones de gracias¨ —sean abundantes en gratitud (versículo 7, parafraseado).

La palabra es la palabra desbordar. Es una palabra que da la imagen de un río desbordado por sus orillas en tiempo de inundación. Tú no puedes contener las aguas desbordadas. Así de grande debería ser nuestra gratitud.

De hecho, yo pienso en ese pasaje en los salmos, el Salmo 36, donde la Escritura dice,

“Jehová, hasta los cielos llega Tu misericordia,   y Tu fidelidad alcanza hasta las nubes.  Tu justicia es como los montes de Dios, Tus juicios abismo grande. Jehová,  hasta los cielos llega Tu misericordia, altísima misericordia, Su misericordia, Su fidelidad, alcanzando tan alto como los cielos, y Tu fidelidad  alcanza hasta las nubes.

Mucho mayor de lo que podemos imaginar, abundante en fidelidad, Tu justicia es como los montes de Dios,  Tus juicios abismo grande, insondable e inmensurable la grandeza de Dios, oh Jehová  cuán preciosa, oh Dios, es Tu misericordia. Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de Tus alas. Serán completamente saciados de la grosura de Tu casa, y Tú los abrevarás del torrente de tus delicias” (versículos 5-8 RVR).

¿Ves la abundante gracia de Dios, la plenitud de la misericordia de Dios, y Su amor y Su bondad hacia nosotras?

Así que Pablo dice: “Midan cuán grande era Su culpa, y luego midan cuán grande es la gracia de Dios, Su misericordia, Su bondad, Su perdón, Su fidelidad”.

Lo que sea que hayas hecho en el pasado, a pesar de cuán lejos hayas estado de Dios, no importa que tan gran enemiga eras de Dios, Él te ha perdonado. Él ha limpiado tu registro. Él  ha anulado el acta que nos  era contraria.

Él te ha dado una nueva vida, un nuevo comienzo, un nuevo corazón. Es gracia abundante, y Pablo dice: ¨Mira  la gracia de Dios y asegúrate de abundar en gratitud.¨

Carmen: Nancy Leigh DeMoss regresará enseguida con la segunda mitad del programa de hoy. Ella nos ha estado mostrando por qué la gratitud es tan importante. Espero que puedas profundizar en este tema leyendo el libro de Nancy, “Sea Agradecido: Su camino al gozo”.

El capítulo dos se titula: Culpa, gracia y gratitud. Te ayudará a comprender y a aplicar los poderosos conceptos que recién hemos escuchado. Lee este libro, muestra un nuevo sentido de gratitud y expón a aquellos a tu alrededor al poder del Evangelio.

Puedes obtenerlo en tu librería cristiana favorita. Ahora, regresemos a la enseñanza de Nancy.

Nancy: En 1860 un barco encalló en las costas del Lago Michigan, como los barcos con frecuencia lo han hecho a lo largo de los años. Pero este en particular, lo hizo cerca de Evanston, Illinois. Había allí un equipo de rescatistas que tenía su base en la Universidad de Northwestern, allí en Evanston.

Uno de estos  jóvenes en el equipo era un estudiante para el ministerio en la universidad. Su nombre era Edward Spencer. Él caminó en las aguas congeladas del Lago Michigan una y otra vez y rescató 17 personas de esas aguas, personas que habían estado en el barco.

En el proceso, su salud  se deterioró permanentemente, y no pudo entrar en el ministerio como había planeado.  Años más tarde, en su funeral, alguien señaló que ni uno solo de esos pasajeros que él había salvado había regresado para decirle ¨Gracias¨.

Él arriesgó su vida, pero nadie regresó a decirle ¨Gracias.¨

La gratitud parece ser un arte perdido en el día de hoy.

Estamos hablando acerca de la actitud de gratitud y de la importancia de que expresemos gratitud por los beneficios y las bendiciones que hemos recibido de Dios y de otros.

Quisiera que viéramos hoy un pasaje de la Escritura que será familiar para la mayoría de ustedes. Se encuentra en el Evangelio de Lucas, en el capítulo 17. Es la historia de los diez leprosos que vinieron a Jesús para ser sanados.

Comencemos a leer en el versículo 11:

“En su camino a Jerusalén, Jesús pasó entre Samaria y Galilea. Al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez leprosos, los cuales se quedaron a una cierta distancia de El” (versículos 11-12, RVC).

Ahora la Escritura dice que esos hombres eran leprosos, y se mantenían bien lejos. Sabemos que debían permanecer alejados porque ceremonialmente eran considerados impuros. De acuerdo con la Ley del Antiguo Testamento, debían vivir fuera del poblado, y no podían tener relaciones normales ni comunicación con los que no tenían lepra.  Así que ellos estaban separados por su lepra.

En la Escritura, la lepra es una imagen del pecado. Esto no significa que estos hombres tenían lepra porque  habían pecado  más que  las otras personas, pero la lepra, una enfermedad contagiosa,  que destruía a las personas, su sistema inmune y sus miembros, y era, finalmente, mortal. Es una imagen de lo que el pecado nos hace, una imagen de nuestra culpa frente a un Dios santo.

La imagen aquí es que estos hombres estaban separados de la gente normal–separados de Jesús, separados de otros en su pueblo, separados de su familia, por causa de su lepra.

La Escritura dice que cuando estábamos en nuestro pecado, no podíamos acercarnos a Dios, no podíamos acercarnos a Él. Estábamos separadas de Él y había una distancia infinita entre nosotras y Dios por nuestra culpa por el pecado (ver Romanos 3:23).

El versículo 13 dice que los diez leprosos elevaron sus voces y dijeron: ¨Jesús, maestro, ten misericordia de nosotros!¨

Aparentemente ellos sabían que Jesús tenía poder sobrenatural, y que Él tenía gracia disponible para ellos en su necesidad. Eso es lo que es la gracia de Dios–Sus recursos, Sus riquezas aplicadas a nuestra necesidad. Ellos tenían una necesidad, su lepra. Ellos sabían que Jesús era Dios, y que tenía la gracia para cubrir su necesidad. Así que ellos clamaron a Él por gracia, y con toda seguridad, Jesús les extendió Su gracia”.

Versículo 14: ¨Cuando Él los vio a ellos, Él les dijo, `Vayan, preséntense a los sacerdotes.”

Esa es una referencia a la Ley del Antiguo Testamento, que esos leprosos conocían bien–esto es, que cuando un leproso era sanado, aunque nunca ocurría, la Ley decía que si alguna vez era sanado, debía presentarse al sacerdote, quien lo declararía limpio. Y la Escritura dice que, ¨Mientras ellos iban, fueron sanados.¨

Así que hicieron lo que  Jesús dijo. Ellos obedecieron; ellos fueron al sacerdote. Había algún grado de fe aquí para creer que algo ocurriría mientras iban, y cuando lo hicieron, recibieron gracia. Ellos fueron limpiados. Ellos fueron sanados.

Ahora esto fue un milagro. La lepra era una enfermedad incurable. Ellos nunca habían visto a un leproso que fuera sanado. Ellos nunca habían escuchado de un leproso, salvo en un par de incidentes en el Antiguo Testamento, que fueron milagrosos, que fueron intervenciones divinas, había pocos registros de leprosos que hubieran sido sanados, pero ellos experimentaron la gracia de Dios mientras iban de camino.

Entonces el versículo 15 nos dice,

“Entonces uno de ellos (de los diez), al ver que había sido sanado, volvió alabando a Dios voz en cuello, y rostro en tierra se arrojó a los pies de Jesús y le dio las gracias. Este hombre era samaritano”.

Ahora, había diez leprosos que fueron sanados; diez hombres que estaban disfrutando su salud, recientemente hallada; diez hombres que experimentaron la milagrosa gracia de Dios más allá de sus más osadas esperanzas o sueños. Te garantizo que estos hombres no se quedaron callados acerca de esto. Te garantizo que al ser sanados, no solo se presentaron a los sacerdotes, sino que estaban yendo a su familia y a las personas de las que habían estado separados por todos esos años. Ellos le estaban contando a todo el mundo.

Pero, nueve de ellos olvidaron decirle algo a quien había sido la fuente de su bendición. Solo uno se detuvo a considerar la fuente de su bendición, el Dador. Solo uno se detuvo para agradecer y adorar al que le había devuelto la vida.

Y mientras veo a este regresar a Jesús, veo una imagen hermosa de gratitud desbordante, abundante. Puedes percibir que este hombre no tenía inhibiciones. Dice que, ¨A una gran voz, glorificó a Dios. Él cayó, rostro en tierra, a los pies de Jesús”.

Es interesante que de esos diez leprosos, todos habían elevado sus voces cuando estaban sufriendo y necesitados. Todos habían clamado, ¨¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!¨ Todos habían clamado cuando estaban necesitados, pero solo uno vino y clamó y alzó su voz cuando  recibió esa gracia. Solo uno mostró gratitud, y cuando  mostró gratitud, fue una gratitud abundante. Él elevó su voz. Reconoció la fuente de su sanidad. Reconoció su deuda y esta es una expresión espontánea, natural, de alabanza.

Esto no fue un pequeño comentario en privado, ¨Gracias Jesús por lo que hiciste por mí. Esta fue una gratitud  pública. Fue a gran voz, y me alegró tanto que se use esa palabra, porque nos da una imagen del tipo de gratitud que debemos tener hacia el Señor Jesús por la gracia que ha derramado sobre nosotras como pecadores culpables.

Yo te preguntaría: ¿Es tu agradecimiento tan obvio y expresivo como tu manera de compartir tus necesidades? Les decimos a otros lo que necesitamos. Le decimos al Señor lo que necesitamos. Clamamos a Él.

Anoche a eso de las 10:30 de la noche estaba despierta – levantada- y me encontré  clamando  al Señor diciendo: ¨Señor, no puedo terminar de preparar esta sesión. No logro que haga  sentido para mí. No termino de encajar las ideas. Por favor, ayúdame.¨

La pregunta es: ¿Cuando termine, seré tan rápida  en volver a Él y expresarle mi gratitud con tanta honestidad como cuando  clamé por Su gracia?

¿Eres tan expresiva en comunicar tu gratitud como lo eres en comunicar tus necesidades?

Este hombre “Cayó rostro en tierra a los pies de Jesús y le dió  gracias”.

Esta es una imagen de adoración y humildad. Me gusta el contraste aquí, porque cuando leímos en el principio de este pasaje, estos diez hombres, cuando todavía eran leprosos, “se habían quedado a cierta distancia”, pero ahora, habiendo sido los recipientes de la gracia de Cristo, él se acercó a Jesús. Él cayó rostro en tierra justo a sus pies.

¿Cuál fue  el que estuvo más cerca de Jesús? ¿Cuál fue el único que se acercó a Jesús? El que fue agradecido. El  que expresó gratitud.

Yo creo que los otros la deben haberla sentido, pero no la expresaron. Ellos no regresaron a decirlo. Cuando tú y yo expresamos gratitud a Jesús, es en ese momento  cuando nos acercamos más a Él de lo que nunca antes hemos podido hacerlo.

Es interesante que la Escritura nos da esa pequeña frase, ¨Él era samaritano¨. Aparentemente los otros eran judíos. ¿No es interesante que con frecuencia los que han estado más expuestos a la verdad de Dios sean los que con menor probabilidad regresan y dicen, ¨gracias¨?

Nunca he conocido otra cosa que no sea la gracia de Dios en mi vida. Fui salvada a los cuatro años. Crecí en un hogar donde siempre estaba escuchando acerca de los caminos y de la Palabra de Dios. Siempre he sabido he conocido  la gracia de Dios, y encuentro que, a veces, las personas que no han crecido en ese tipo de ambiente, y que han  conocido la gracia de Dios más tarde en la vida, son mucho más rápidas para expresar gratitud porque no han tomado la gracia de Dios por sentada. Ellos recuerdan bien lo que era no tener la gracia de Dios.

A veces vemos a estos nuevos creyentes, y ellos están tan entusiasmados por su fe nueva, y expresan su gratitud hacia el Señor. A veces nosotras, que hemos estado en esto por mucho tiempo, como que los queremos aquietar, queremos nivelarlos, como ¨Ya se les pasará.¨ Bueno, ellos lo harán si se sientan a nuestro lado en la iglesia.

Ellos están tan agradecidos, que no les importa quién los escucha o lo que las personas piensen de ellos cuando expresan su gratitud al Señor  en voz alta. Ellos no saben más que cantar cuando se cantan canciones de alabanza en la iglesia. Algunas de nosotras que hemos sido creyentes por más tiempo nos sentamos ahí o estamos de pie y balbuceamos las palabras, pero a veces estos que han tenido menos tiempo, son los más rápidos para expresar gratitud y agradecimiento. Y así en el versículo 17 dice Jesús contestó,  ¨ ¿No eran diez los que fueron limpiados? ¿Dónde están los otros nueve? ¿No hubo quien volviera y alabara a Dios sino este extranjero? Y al samaritano le dijo: Levántate y vete. Tu fe te ha salvado¨. (versos 17-19 RVC)

Literalmente la traducción ahí es ¨tu fe te ha salvado¨. Los otros hombres recibieron sanidad física, pero este hombre recibió sanidad física y espiritual –sanidad física y salvación espiritual– porque yo creo que él estaba poniendo su fe en Cristo, reconociendo que Cristo era Dios y era el Salvador.

Jesús expresó asombro de que solo este extranjero hubiera regresado a dar gloria a Dios. Me pregunto si desde su lugar en el Cielo hoy, Él no estará expresando asombro todavía de que haya tan pocos que regresemos a decir, ¨gracias¨.

Somos tan rápidas para disfrutar el regalo y tan rápidas para olvidar al Dador.

Edward Spencer sacó 17 pasajeros de las aguas heladas del Lago Mchigan y ni uno jamás regresó a decir, ¨Gracias; gracias.¨

La gracia ha abundado hacia nosotras como pecadoras culpables. Que nuestra gratitud sea tan sobreabundante como la gracia de Dios.

Carmen: Yo quiero ser como el único hombre que regresó a su Sanador y dijo, ¨gracias¨.

Nancy Leigh DeMoss nos ha estado mostrando porque la gratitud debiera seguir de manera natural al perdón. Este tema tendrá un profundo efecto en tu vida. La gente disfrutará estar a tu alrededor cuando mantengas un espíritu agradecido. Más importante aún, tú traerás gloria a Dios al expresar gratitud con gozo por todo lo que Él ha hecho.

Aprende cómo desarrollar y comunicar gratitud leyendo el libro de Nancy,  “Sea Agradecido: Su camino al gozo”.

¿Te encuentras manteniendo dos listas: una lista de grandes pecados y otra de pequeños pecados? Bien, ¿dónde crees que cae la ingratitud en esas listas? Hablaremos acerca de esto el lunes. Por favor regresa a Aviva Nuestros Corazones.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras fueron tomadas de la Biblia de las Américas a menos que se cite otra fuente.

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Valorando la pureza en un mundo hostil

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Mujeres sabias en un mundo salvaje

Aviva Nuestros Corazones

Oct 28 – Valorando la pureza en un mundo hostil

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/valorando-la-pureza-en-un-mundo-hostil/

Annamarie Sauter: Aquí con nosotras la autora y conferencista, Mary Kassian.

Mary Kassian: Amigas, nuestra relación con el Señor debe marcar una diferencia en la manera en que nosotras nos relacionamos con el género masculino. La conducta de las mujeres que profesan adorar a Dios es diferente a la conducta de aquellas que no lo hacen. Si profesamos adorar a Dios, damos la bienvenida a Su luz perseguidora sobre nuestras vidas. Le decimos, “Señor ilumina, muéstrame mi equivocación, dime donde estoy mal y en Tu amor, gracia y misericordia, corrígeme y dame la fortaleza y el coraje para hacer los cambios debidos”.

Annamarie: Has sintonizado Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss, en la voz de Patricia de Saladín.

Nancy Leigh DeMoss: En el libro de Proverbios, encontramos un contraste de dos tipos de mujeres, la mujer sabia y la mujer necia. Esta semana en Aviva Nuestros Corazones, hemos estado escuchando el mensaje de mi buena amiga, autora y charlista, Mary Kassian, titulado “Mujeres sabias en un mundo salvaje».

Mary nos ha estado llevando a través de las características de la mujer necia de Proverbios capítulo 7. Y hemos visto como la manera de pensar y el estilo de vida de esa mujer es muy similar al pensamiento que abunda en el mundo de hoy en día.

Mary originalmente nos impartió ese mensaje en un taller durante la conferencia Mujer Verdadera 2008. Cuando planifiqué esas sesiones, no tenía ni idea de cuántas mujeres debía esperar que asistieran a ellas. En el intermedio de la conferencia y para nuestra sorpresa, vimos el viernes en la tarde que las mujeres no se fueron de compras, no se fueron a comer, se quedaron y escucharon estas sesiones y el salón estaba totalmente lleno. A pesar de los retos en la logística que la situación trajo, estuvimos muy animadas al ver el increíble deseo que estas mujeres tuvieron por saber lo que significa ser una Mujer Verdadera de Dios.

De hecho, unido a la conferencia Mujer Verdadera ha habido un énfasis en un cambio de corazón profundo y verdadero.

Hoy vamos a escuchar la parte final del mensaje, “Mujeres sabias en un mundo salvaje”. Ayer dejamos el tema cuando Mary hablaba de la pureza sexual, hoy lo retoma en ese mismo punto.

Mary: Número 15: Deseo. La mujer salvaje, la mujer descarriada piensa que el romance va a satisfacer el anhelo más profundo de su corazón. Esta es una de las mentiras más grandes de todas. Este versículo, “te busqué” esta mujer sale y busca el amor. Ella va y le hace una propuesta al joven, “Embriaguémonos de amor”. Ella solo quiere amor; ella quiere sentirse amada; ella solo quiere sentir.

¿Cuántas de nosotras, casadas, solteras, en todos los ámbitos, joven o anciana, sin importar cuáles son las experiencias de nuestras vidas, sienten un anhelo en sus corazones que pueden vislumbrar como un soplo cuando leen una buena novela o al respirar profundamente y sentir esa agitación en sus corazones diciendo, “Sí, yo quiero ser amada”?

Así que muchas de nosotras recurrimos al romance, y si estamos casadas, a veces recurrimos a esos libros donde hay romanticismo representado allí, o a las películas, o a lo que sea a lo que recurramos para tratar de alimentar nuestra hambre. Pero el Señor dice que una mujer sabia sabe y entiende que Cristo es su primer compromiso, que Jesucristo es el amante y el redentor de su alma. Él es el único hacia el cual todos estos deseos deben ser llevados. Ella sabe que todos estos anhelos revueltos, no se satisfacen por ninguna cosa terrenal o ningún hombre terrenal. Así que la dedicación de la mujer sabia es Cristo y el seguirlo.

Amigas, todas tenemos deseos. Todas tenemos anhelos. La mujer salvaje busca el satisfacerlos con los hombres. La mujer sabia busca satisfacerlos con Aquel por el que fuimos creadas.

Número 16: Moralidad. La mujer salvaje compromete normas y estándares y justifica el pecado. Así que ella dice, “Sí, mi marido está ausente. Él me deja sola todo el tiempo. De hecho, él no es bueno conmigo en lo absoluto”. Así que ella comienza a construir esta justificación para el pecado. Ella dice: “Es culpa de mi marido. Él no me da lo que necesito. Nunca debí haberme casado con él, fue un gran error. Mi esposo está ausente”. Así que pone en peligro sus normas, a través de la erosión. Ella las pone en peligro y justifica su pecado.

Una mujer sabia, por el contrario, se mantiene para el matrimonio y se mantiene en el matrimonio. Ella guarda la pureza y la santidad del lecho matrimonial, y no solo en sus acciones físicas, sino también en sus pensamientos y creencias, en lo que hace, en lo que observa y lo que ella entra en su cerebro. Hay una pureza y hay una fidelidad de mantener la confianza, mantener la lealtad, mantener la fe en su marido.

Escucha, tu marido no tiene que ser digno para que tú mantengas la fe en él. Cuando estás manteniendo la fe, estás manteniendo la fe a tu propio pacto, en el cual te comprometiste ante Dios. Así que muchas de nosotras justificamos nuestro pecado diciendo: “Él no es realmente el paquete por el cual yo firmé”.

Una mujer sabia es una mujer de convicciones muy muy fuertes, una mujer que, a pesar de todo, e incluso cuando le es doloroso y es difícil, dice: “Voy a hacer lo que es correcto y confiaré en Jesús”.

Número 17: Sexualidad. Mujeres salvajes utilizan el sexo como una arma o para su propia gratificación. Se nos dice en este pasaje que ella reduce al joven a un pedazo de pan. ¿Qué haces con un pedazo de pan? Lo comes — ¿no es así? Solo el deseo de tener ese muchacho. Así que ella seduce a los hombres jóvenes. Esto lo vemos en la mujer en este pasaje, que seduce a un hombre joven, pero ella también está usando este joven para castigar a su marido.

¿Cuántas de nosotras las mujeres casadas usamos el sexo como un arma en vez de entender que es un regalo grande, precioso, sagrado y santo? Un regalo que representa la unión de Cristo con su esposa. El sexo es algo sagrado y no debe ser utilizado como un arma.

Una mujer sabia es una mujer de convicciones muy muy fuertes, una mujer que, a pesar de todo, e incluso cuando le es doloroso y es difícil, dice: “Voy a hacer lo que es correcto y confiaré en Jesús”.

En Proverbios 7 se nos dice que una mujer sabia hace colchas o tapetes para su cama. ¡Sus camas son importantes muchachas!

Hace ya unos años atrás, sentí convicción sobre esto, porque recuerdo que cuando tenía trece años y aún tenía a mi padre le hice construirme algunos muebles para niña al estilo Francés-Provenzal y todavía era lo que prevalecía en mi habitación cuarenta años después. Soy muy práctica y no tengo una niña a quien dárselo y realmente nunca pensé que esto era algo para darle importancia. Y es importante. Yo soy la que organizo mi hogar. Yo soy la creadora de los espacios y los lugares que habitamos en nuestra casa. Yo transmito el mensaje para mi esposo de que entiendo que es un lugar santo un lugar sagrado, es algo con lo cual estoy comprometida, porque entiendo perfectamente de lo que se trata. No se trata de mí no se trata de él, se trata de algo muchísimo mayor.

No le causemos daño a los hombres. 1 Tesalonicense 4:4-6 habla de que le hacemos daño al hombre cuando interactuamos con ellos equivocadamente con respecto a nuestra sexualidad. Cuando le retenemos algo que debemos darle, o cuando damos algo que debemos de retener, así de esa manera le podemos hacer daño.

Ahora hablemos sobre: Valores (parte de la lista que distingue a la mujer salvaje). La mujer descarriada, la mujer salvaje ha adoptado valores mundanos. Se nos dice que ella tiene colchas de colores en su cama traídas de Egipto. El valor mundano de, “Sí, estoy abrazando la cultura de la cual Dios me sacó”. Esta es la imagen que quiere ser proyectada aquí. Esto no implica que vayamos a ir de tiendas y buscar cosas hechas en nuestro país y no en Egipto. La idea de Egipto es el lugar de esclavitud de donde Él nos ha sacado. No regreses allí en términos de tus valores, en términos de lo que vas a mantener como cosa preciada cerca de tu corazón, esa es la idea.

La Biblia nos dice que la mujer sabia valora lo que Dios valora, no con oro, perlas o vestimentas costosas. Todas esas cosas, siendo tan exquisitas como son, no son lo que primariamente ella valora en su corazón. Dedicación a Cristo es lo que la mujer sabia valora, y nos dice aquí, que cultiva el tipo de personalidad, comportamiento e interacción que sabe es de gran valor para Dios.

Edificación. La mujer salvaje destruye y descarta a los hombres. Ella es una aplastadora de masculinidad. El verso 26, dice que los derriba, y hay un sinnúmero que ya ha destruido, que ha destrozado.

La Biblia nos dice que la mujer piadosa no es una derrocadora de hombres. El corazón se me rompe cuando leo Proverbios, donde dice que la mujer sabia edifica su casa y que la necia la destruye, ¿con qué lo hace?, con sus propias manos. Como mujeres cristianas, estamos llamadas a respetar y honrar al género masculino en sentido general y no destruirles.

Una mujer sabia, una mujer piadosa respeta y honra a los hombres en sus palabras en sus actitudes y en su conducta. Se nos dice que ella le da a su esposo bien y no mal, todos los días de su vida. Amigas, cuando herimos a nuestros esposos, nosotros estamos hiriendo a nuestro hogar.

Se nos dice que su esposo es respetado porque ella lo edifica; ella lo hace crecer a los ojos de los demás. Ella es la única que conoce sus faltas, y aun así ella dice. “Okey, creo en ti hazlo querido, te apoyo totalmente, cuenta conmigo, tú puedes”.

Compromiso: La mujer rebelde, la mujer salvaje no puede mantener una relación. Ella ha cubierto una larga lista de hombres. Hay muchos en su vida, es una carretera a la muerte.

Se nos dice que la mujer piadosa, la mujer sabia, honra y guarda su compromiso todos los días de su vida y ella no se rinde ante el temor. Es algo que asusta, la sumisión es algo que nos atemoriza, ¿no es cierto? Nos atemoriza saber que si entregamos totalmente nuestras vidas, si no reclamamos nuestros derechos nos van a pisotear y a abusar. Permítanme decirles que hay límites piadosos y bíblicos y en las Escrituras tenemos guía que nos enseñan que si hay abuso en la relación o de estar sucediendo extorción o maldad, el precedente bíblico es que debemos de huir de la situación y luego procurar una reconciliación y sanación. No somos una alfombra para que nos pisen, debemos ser mujeres sabias, mujeres fuertes, mujeres que saben escoger, que toman decisiones, aún las que son difíciles, y no cedemos ante el temor. Un compromiso, una mujer de compromiso.

El punto final, es uno de contraste, es el corazón para Dios, y esto es lo que encuentro más interesante en este pasaje. Esta mujer, actúa como una prostituta; se viste como una prostituta, es descarada, sin embargo, ella es parte de una comunidad religiosa. Esta mujer hace ofrendas en comunidad. Ella acaba de traer una ofrenda. Acaba de salir de la iglesia. Esta mujer acaba de cumplir sus votos; ha cumplido con su obligación en términos de asistencia y conducta religiosa. Así es que aquí no se está hablando de una mujer que se ha dislocado y se ha vuelto salvaje, ella no es solo una mujer religiosa, no, es una mujer casada y religiosa.

Amigas, nuestra relación con el Señor necesita hacer una diferencia en la manera en que nos relacionamos con los hombres. La conducta de la mujer que profesa piedad y adoración a Dios es diferente a la conducta de la mujer que no lo hace. Si profesamos adorar a Dios, le damos la bienvenida a Su luz perseguidora en nuestras vidas, y le decimos, “Señor, iluminame. Muéstrame dónde estoy equivocada, y en Tu amor, gracia y misericordia, corrígeme y dame la fortaleza y el coraje de corregir lo que no esté bien”.

No siempre es fácil hacer esto, y particularmente en esta cultura. Algunos de estos conceptos que hemos mencionado están diametralmente opuestos a todo lo que el mundo nos ha enseñado. Pero aquí quiero decirles algo, hay un gran gozo en hacer lo correcto, en hacer justicia, aun sea tratando fuertemente, y Él quiere extenderte ese reto como mujer.

Hice una compilación de veintiuna preguntas. Aquí hay veintiún preguntas de belleza, y para cada una de estas preguntas, yo quiero que la consideren en sus corazones si la respuesta es, nunca, raras veces, ocasionalmente, a menudo, o habitualmente.

Número 1: ¿Te preocupa tu aspecto, tu aspecto físico? ¿Le das tú más importancia a lo que hay fuera, a la manera en que te ves, más de lo que te ocupas de tu ser interior?

Número 2: ¿Usas ropa reveladora, apretada? Me refiero a “ropa tipo spray de pintura” o tan pegada como tu piel. ¿Usas escotes y te aprietas la cintura? ¿Exhibes con orgullo tu cuerpo? ¿Tratas de que tu seducción sea lo que transpire en tu vestir? ¿Es este tu propósito cuando vistes?

Número 3: ¿Usas ropa descuidada, o desaliñada? ¿No procuras vestirte de manera femenina? ¿Descuidas tu apariencia, tu femineidad? En un punto de mi vida, el Señor me convenció a mí de esto.

Número 4: ¿Coqueteas? ¿Te dejas hacer notar por los prospectos masculinos? ¿Físicamente, te sientas en sus piernas, lo rodeas con tus brazos y piernas, te pegas a su cuerpo con el propósito de seducirlo?

Número 5: ¿Procuras ser un imán de hombres? ¿Frecuentas lugares con el propósito de atraer hombres? ¿Observas a todos los hombres que ves como un futuro prospecto? ¿Pasas la mayoría de tu tiempo haciendo nada en lugar de ocuparte de tu misión como creyente?

Número 6: ¿Cómo es tu nivel de agresividad con los hombres, eres agresiva? ¿Eres tú la que lo procuras? ¿Eres tú la que inicias el contacto, lo llamas, lo invitas, marcas tú el paso? Y para las casadas se puede agregar…. ¿la que fastidias?

Número 7: ¿Te colocas tú en situaciones potencialmente comprometedoras, lugares aislados, apartamentos, habitaciones, oficinas, dormitorios, hoteles, vacaciones, carros?

Número 8: ¿Manipulas o esquematizas tu relación con los hombres? ¿Orquestas las situaciones para manipular las cosas de manera que vayan como quieres? ¿Recurres al engaño o a la falsedad?

Número 9: ¿Tratas de seducirles verbalmente? ¿Eres sugestiva a en tu manera de hablar? ¿Alagas para manipular y tratas de suavizar tu tono o aún lo avergüenzas o lo haces sentir mal con el propósito de que él haga lo que quieres?

Número 10: ¿Tratas tú de monopolizar su tiempo? ¿Recientes el tiempo que él le da a otras relaciones u otras cosas que lo ocupan? ¿Le reclamas su atención? Este punto es más para solteras. Porque para los casados existe una necesidad de cultivar esa relación

Número 11: ¿Demandas que las cosas se hagan como quieres, a tu manera? ¿Pones mala cara (te entruñas), fastidias, o lo acosas hasta que por fin él cede?

Número 12: ¿Eres rebelde? ¿Tienes un espíritu inflexible e independiente? ¿Resistes el aporte u opinión de los hombres? ¿Eres terca como una mula, retrocedes o tomas represalias todas las veces que él trata de proveer liderazgo y dirección?

Amigas, muchas de las razones por las cuales ya nuestros hombres no nos proveen liderazgo es porque no se lo permitimos. Cuando ellos tratan de hacer la mínima cosa, los subestimamos o le restamos importancia porque consideramos que no llenan nuestras expectativas.

Número 13: ¿Denigras el papel de la mujer como esposa, madre y ama de casa? ¿Consideras que las actividades de ama de casa tales como cocinar, limpiar y hornear son menos que el ministerio o un empleo pagado?

Número 14: ¿Procuras, persigues y deseas más a un hombre de lo que tú deseas buscas y persigues a Cristo?

Número 15: ¿Te consume la meta de encontrar el perfecto novio, esposo perfecto o amante perfecto?

Número 16: ¿Estás distraída con pensamientos románticos? ¿Juegas con escenarios románticos en tu mente? ¿Te atrae el concepto del romance prohibido tal como el adulterio y las aventuras amorosas? ¿Procuras estimular tu romanticismo con libros, la televisión, revistas o películas?

Número 17: ¿Comprometes física o mentalmente los niveles de pureza sexual que Dios demanda? ¿Estás involucrada en expresiones de sexualidad de cualquier tipo fuera del matrimonio, o pensamientos de sexualidad fuera del matrimonio?

Número 18: ¿Utilizas el sexo como un arma para seducir o castigar? ¿Te le niegas a tu esposo, o dañas a otros hombres al incurrir en avances o actividades sexuales?

Número 19: ¿Llenas tu mente con valores mundanos, las sedas de Egipto? ¿Lees las revistas de mujeres sexy, novelas sensuales, programas de TV que comprometen los valores Cristo-céntricos? ¿Navegas por páginas de internet inapropiadas?

Amigas, lo que permitimos que entre… Nosotros tenemos un refrán con nuestros hijos. Tenemos esta cancioncita que dice: “BAEN, BASA, BAEN, BASA. – basura entra, basura sale, basura entra, basura sale”. Si tu mente está llena de basura, entonces esa basura es lo que va a salir en tu vida. Podrás preguntarte en un momento … “¡Oh! ¿Pero y de dónde eso salió ?” Pero, saben, basura entra, basura sale.

Número 20: ¿Has estado involucrada en un hilo continuo de relaciones? ¿Has entregado tu corazón con frecuencia?

Cuiden sus corazones, chicas, cuiden sus corazones. No se lo entreguen a la persona equivocada, en la manera equivocada, en el tiempo equivocado. Es lo más precioso que tienen. Guárdenlo.

Número 21: ¿Usas y descartas a los hombres, o te usan y te descartan ellos a ti? ¿Apabullas al género masculino? ¿Te burlas, los desprecias, los rebajas? ¿Usas chistes sarcásticos sobre ellos? ¿Los paras en seco? Y aquí está la clave: ¿Eres diferente en como respetas e interactuas con los hombres a como lo hacen las mujeres no redimidas que te rodean?

El Señor nos está llamando a ser mujeres sabias, y de la única manera que quiere que seamos salvajes es por Él, para Él y para Su gloria. Así es que amigas, todas nos quedamos corta en estas cosas de muchas y variadas formas. El Señor nos hace un reto, Él nos reta a ver nuestras vidas como mujeres y decir, “Sí, Señor, yo quiero ser una mujer que sea completamente tuya, y yo quiero reflejar Tu gloria”.

Al ver toda esta audiencia, mi corazón está cargado porque sé que el Señor le ha dado convicción a muchas en muchos aspectos. Y yo sé que algunas de ustedes en el pasado han hecho decisiones pobres, han caminado por sendas no muy buenas. Pero aun hay quebrantamiento, sanación y arrepentimiento que tiene que suceder en nuestras vidas. Yo creo que el Espíritu del Señor está aquí para darnos fuerza y poder de convicción; convicción desde Su gran amor por nosotras no una convicción condenatoria sino una convicción que nos rete a ser mujeres que logren hacerlo bien y no sean débiles.

Padre Celestial, yo te pido por las mujeres que hoy están aquí, que se han tragado el hilo de pescar del anzuelo del mundo. Padre, yo te pido por esas mujeres que tienen que venir y arreglar sus cuentas contigo en términos de su actitud como mujeres, sus actitudes con sus maridos, sus actitudes hacia los hombres en sentido general.

Espíritu Santo, ven y danos consejo, guía y convicción. Tú fuerza y la certeza que nos das es nuestro coraje. Al arrodillarnos ante Ti, que tengamos el coraje de hacerlo levantando nuestros pañuelos blancos de rendición y digamos, “Sí, Señor”. En el nombre de Jesús, amén, amén.

Nancy: Espero que no hayan escuchado este mensaje como simples espectadoras, sino que a medida que Mary oraba, que hayamos orado con ella, y que lo que ella dijo exprese también el deseo de nuestros corazones, de ondear ese pañuelo blanco de rendición y decir, “Sí, Señor”. Como sea que esto luzca, lo que sea que implique, que quieras tú ser Su mujer verdadera y sabia, una mujer que refleje la belleza, el corazón, el carácter y el espíritu del Señor en este mundo salvaje.

Hemos estado escuchando hoy un mensaje por Mary Kassian, sobre las características de la mujer necia de Proverbios capítulo 7. Es muy fácil levantar el dedo acusador y ver esas características en las mujeres a nuestro alrededor. Yo no puedo menos que creer que el Espíritu de Dios nos está hablando a muchas de nosotras hoy mostrándonos que nosotras tenemos algunas de esas características de esa mujer salvaje dentro de nuestros propios corazones.

Quizás el Señor te ha estado hablando sobre tu falta de discreción, o tu falta de modestia o la falta de pureza moral. Puede que estés en una relación donde estés jugando con fuego, quizás en tu lugar de trabajo, o en el internet, quizás es una relación secreta, o un pecado secreto, tu vida interior tu vida de pensamiento, y el Señor te haya dado convicción.

Permíteme animarte a tomar el camino de la humildad y del arrepentimiento, el estar dispuesta a doblar tus rodillas delante del Señor y decir, “Lávame; límpiame».

Mary habla más en su libro sobre esta transformación “Mujeres sabias en un mundo salvaje”, lo que implica darle las espaldas a ser una mujer salvaje y convertirte en una sabia. Este es un libro fabuloso. Es convincente; es desafiante, es perspicaz. Es uno de esos libros que me hubiera gustado escribir. Está tan repleto de sabiduría bíblica y de pautas para mujeres de cualquier edad, mujeres en cualquier estación de la vida. Un gran recurso en particular para mujeres jóvenes, mujeres universitarias de veinte y treinta años, quienes están conciliando y lidiando el saber cómo ser esa mujer sabia de Dios en medio de la cultura de hoy.

Annamarie: Te animamos a adquirir una copia de este libro en inglés si es factible para ti hacerlo. Muchas mujeres jóvenes se han visto confrontadas e inspiradas a crecer en sabiduría para poder navegar de manera segura en este mundo salvaje.

Cuán agradecidas nos sentimos por la forma como Dios usa las verdades de Su Palabra para traer aliento, esperanza y gracia a las vidas de las personas que la necesitan. Cada oyente tiene una historia particular y los programas contribuyen a fortalecerles y ministrarles en las diversas situaciones.

Este ministerio se hace una realidad debido a la fidelidad de muchos oyentes que contribuyen mensualmente para ayudarnos a distribuir los mensajes internacionalmente. Visita AvivaNuestrosCorazones.com si deseas ser parte de lo que Dios está haciendo al apoyarnos económicamente.

Este ministerio se hace realidad debido a la fidelidad de muchos oyentes que contribuyen mensualmente para ayudarnos a distribuir los mensajes internacionalmente. Visita AvivaNuestrosCorazones.com si deseas ser parte de lo que Dios está haciendo, al apoyarnos económicamente.

En este mundo tendremos tribulación — eso es lo que se nos ha prometido como hijos de Dios. ¿Alguna vez has sentido como si estuvieras atravesando una gran tormenta en el mar? ¿Piensas que nunca llegarás a tierra firme? Nancy nos comparte de los salmos para ofrecernos aliento y esperanza para las tormentas de la vida, mientras aprendemos a depositar nuestra confianza exclusivamente en Dios. Eso será mañana aquí en Aviva Nuestros Corazones.

Esperamos que puedas acompañarnos.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministires.

Todas las Escrituras fueron tomadas de la Biblia de las Américas a menos que se indique otra fuente.

Música: Mujer Virtuosa, Nehemiah Guevara, Mujer Virtuosa – Single ℗ 2010 Nehemiah Guevara

Permisos de publicación autorizados del Ministerio Aviva Nuestros Corazones para Alimentemos El Alma

Todos los Derechos Reservados

Disponible sobre el Internet en: http://www.avivanuestroscorazones.com

Gran gozo en la justicia

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Mujeres sabias en un mundo salvaje

Aviva Nuestros Corazones

Oct 27 – Gran gozo en la justicia

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/gran-gozo-en-la-justicia/

Annamarie Sauter: Mary Kassian dice que se necesita mucha fuerza para tomar decisiones sabias.

Mary Kassian: Una mujer sabia es una mujer de convicciones muy muy fuertes. Es una mujer que a pesar de todo, e incluso cuando le es doloroso y difícil, dice: «Voy a hacer lo que es correcto y confiaré en Jesús».

Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.

Nancy Leigh DeMoss: A través de los años Dios ha usado a Mary Kassian para ayudarme a obtener una mejor comprensión de la historia y la filosofía del feminismo. Hace unos años atrás, Mary fue la autora de un libro titulado, “El error feminista” (The Feminist Mistake).

La primera vez que leí este libro fue a finales de los años noventa. Es parte de lo que el Señor usó en gran manera en mi vida para ayudarme a concebir la visión y tener la carga de un nuevo programa de radio que con el tiempo se convirtió en Aviva Nuestros Corazones. Así que me siento en deuda con Mary por ayudarme a comprender todo esto mejor.

Luego cuando lanzamos la primera conferencia de Mujer Verdadera en el año 2008, Mary estuvo con nosotras en ese evento. En uno de esos talleres en esa conferencia, Mary habló sobre las tentaciones que enfrentan las mujeres en nuestro día y en nuestra era. Mary describe lo que ha llegado a ser conocido como «Mujeres volviéndose salvajes». Pero no solo como un fenómeno en el mundo de hoy, sino como un problema del cual la Escritura habla en Proverbios capítulo 7.

En esta charla Mary trata sobre algunos de estos temas de una manera bastante simple y sincera al describirnos algunas de las características de una mujer salvaje, en contraposición a las de una mujer sabia. Así que, si tienes niños pequeños contigo, quizás quieras mantenerlos ocupados mientras escuchas este mensaje.

Estamos a punto de escuchar la segunda parte de un mensaje de Mary Kassian que empezamos a escuchar ayer. Ella nos está mostrando algunas características de una mujer sabia que contrastan con una mujer salvaje. Aquí está Mary.

Mary Kassian: Las mujeres sí tienen poder, solo en términos de seducir a los hombres. Todas sabemos lo que significa intentar ser descarada, intentar ser atrevida, ser la que toma la iniciativa de acercamiento.

Número 5: Tiempo y energía. La mujer salvaje se la pasa en lugares en los que podría atraer a hombres. Ella está al acecho. Se nos dice en el pasaje que está en las plazas de las calles; que está en cada esquina, en los lugares públicos, los lugares en los que va a estar fuera como cebo para mirar, para buscar y atrapar a los hombres.

La mujer sabia, por otro lado, está ocupada con la misión personal, no en capturar a los hombres. Ella está ocupada con buenas obras. Ella no come el pan de balde. Sus brazos están para los pobres, sus manos para el menesteroso.

Yo estaba hablando con uno de mis hijos acerca de la mujer que un día iba a encontrar y con la que se casaría. Le dije: “Cuando encuentres a esta mujer, no va a estar allí sin nada que hacer y poniéndose a sí misma en lugares para encontrarte. Esta mujer va a ser una mujer de misión. Ella tendrá la misión y el propósito para el Reino de Dios”.

Muchas de nuestras jóvenes hoy en día están inactivas en el Reino de Dios, están perdiendo el tiempo. Simplemente todo su propósito es salir a capturar a un hombre, porque piensan que eso es lo que va a satisfacerlas. Pero como hemos hablado esta mañana, no hay un hombre sobre la faz de la tierra que vaya a satisfacer tus necesidades. Ni uno. Ahora, si el Señor te bendice con una gran relación, eso es una cosa maravillosa y hermosa.

Brent y yo hemos estado casados ​​por veinticinco años y es la relación más rica y más hermosa con la que cualquier mujer podría soñar desde una perspectiva terrenal. Pero aun así, él no es el que en última instancia, satisface mis necesidades. Es el Señor Jesucristo, que me da mi identidad, mi confianza en lo que soy. Tengo que ocuparme de las cosas del Señor, al igual que todas ustedes.

En este momento solo me voy a dirigir a las mujeres jóvenes no casadas, las que son solteras. ¿Qué es eso de que mujeres cristianas estén saliendo a los bares? No entiendo eso. Tú puedes llamarme anticuada; podrías decir que estoy fuera de la realidad, pero en mi mente, tú estás permitiéndote esos momentos de estar al acecho en la esquina de la calle, en cada esquina, por ahí, dando una señal. Tratando de tener el tipo de mentalidad masculina que la Escritura dice que no deberías tener.

Número 6: Búsqueda. Tengo que hacer una confesión. Había una chica que llamaba a mi hijo menor. Esto fue antes de los teléfonos celulares. Ella estaba llamando y llamando y llamando y llamando y yo solo ejercité mi autoridad parental, llamé a la compañía telefónica y pedí que bloquearan su número.

Antes de hacer eso, intenté otra táctica. Le dije: “Voy a tomar tu mensaje. Sí, él está sentado allí en el sofá, pero voy a tomar tu mensaje y él te llamará de vuelta”. Pero a las jóvenes hoy en día se les enseña que ellas pueden ser las iniciadoras en una relación, que en realidad no importa. “Tú debes ir por lo que tú quieres. Si ves a un chico que deseas, ve por él, búscalo, persíguelo”.

Déjame te cuento lo que esto hace. Lo he visto una y otra vez, que son mujeres las que han hecho esto, son las que han conseguido al chico y las que iniciaron la relación. Ellas le llaman por teléfono, lo buscan, lo persiguen, consiguen la boda corriendo y están en control de la relación. Cinco, diez años después, ellas lo odian porque es un adicto a la televisión. Están cansadas ​​de hacer de todo y manejar la casa y tener un hombre que es pasivo o pasivo-agresivo.

La forma en la que buscas noviazgo se convierte en la forma en la que te relacionas cuando te casas. La forma en que te relacionas con los hombres en general establece las pautas para tu matrimonio. Son importantes los patrones que estableces y cómo te relacionas y se nos dice en las Escrituras que esa mujer, la mujer salvaje, es la mujer que sale, que se apodera de él, la mujer que lo busca y se aprovecha de él.

En cambio, la mujer sabia es la mujer que se lo gana con una conducta pura y santa, ella ganó a su marido. Sara respetaba a Abraham como amo. En otras palabras, hay una reverencia y una pureza y un “yo no voy a salir a conseguir, yo voy a ser un premio que vale la pena conseguir. Yo voy a ser una mujer de Dios, y ser digna de buscar, porque Dios lo dice”.

Es como la santidad, la relación y el cuadro entero de Cristo buscando a Su Iglesia. Si estamos hablando de un hombre y una mujer siendo como una mini-imagen de la relación entre Cristo y la Iglesia y además, una relación inter-trinitaria, donde aprendemos mucho sobre Dios, porque hombres y mujeres han sido creados a su imagen. Si ese es el caso, entonces esto verdaderamente importa.

Las mujeres de Dios saben cómo tener ese dulce y suave espíritu, saben que la pureza y la santidad dicen: “Yo confío en Dios. Yo no tengo que ir a buscar y estar a cargo. Dios está a cargo, y puedo confiar mi vida misma a Él”.

Número 7: Decencia. Recuerden que estamos hablando de los puntos que distinguen a una mujer salvaje de una mujer sabia. Una mujer salvaje se pone a si misma en situaciones potencialmente comprometedoras. Vemos en este pasaje que ella sale en la oscuridad de la noche. “Cariño, ¿qué haces afuera en la noche oscura? ¿Para que lo estás invitando a tu casa?”.

Ahora, cuando le ministro a mujeres universitarias, a las que se visten seductoramente; las que inician; van tras el chico; dejan que venga a sus apartamentos y luego se lamentan diciendo: «No me respetó». cuando él no puede controlarse a sí mismo. No sean tontas. Decencia, lo que es propio, bueno y adecuado. Es importante.

Es una gran novedad en este momento que se puede tener un compañero de habitación del sexo opuesto. ¡Eso no es correcto! ¡No está bien! No es honorable.

La Biblia dice que la mujer sabia se mantiene alejada de las situaciones potencialmente comprometedoras; que ella es una mujer de decencia; ella entiende que lo que es correcto, es bueno y que incluso evita la apariencia del mal.

Mi mamá no me dejaba salir en un carro al lago con un chico. Pensaba que solo estaba siendo, ya sabes, muy maternal. Algunas de ustedes pueden pensar que estoy siendo maternal en este momento, pero yo no lo creo. Creo que estoy siendo bíblica.

Una mujer sabia se mantiene alejada de las situaciones potencialmente comprometedoras. Ella es digna de respeto. Yo respeto quien soy, respeto cómo Dios me creó para que fuera, me respeto lo suficiente para ni siquiera acercarme un poquito al límite. Puedes pensar que soy anticuada, pero yo elijo, porque no soy una cobarde y débil, elijo estar de pie contra el mundo y hacer lo que es correcto y no le daré ninguna oportunidad al enemigo.

Y chicas, eso es lo que estamos haciendo cuando nos ponemos en situaciones potencialmente comprometedoras. Si estamos en un negocio, trabajamos en una oficina, y salimos solas para el almuerzo con un chico, no es apropiado. Si voy en un viaje de negocios y salgo con un colega masculino, solo él y yo para tomar un café, no es apropiado. No está bien. Eso deshonra al Señor; deshonra a mi marido, y le estoy dando al enemigo una oportunidad. ¡Es solo una erosión! ¡No viene como una gran caída! Por lo general, es poco a poco como el enemigo avanza sobre nuestro territorio.

Número 8: Influencia. Una mujer salvaje es manipuladora e intrigante. El versículo 10 nos dice que ella tiene un corazón astuto, así que trata de armar un complot. Ella trata de escribir el guión y manipular para conseguir lo que quiere. Esto ocurre antes del matrimonio, y esto sucede también después del matrimonio. Esta astucia de corazón, para manipular a nuestros muchachos.

Una mujer sabia, por otro lado, evita el engaño, la astucia y la manipulación. Se nos dice que las mujeres sabias no son chismosas y no son entrometidas. Ahora las mujeres son bastante buenas en esto, ¿no es así? Podemos bailar en la cabeza de un hombre, y él ni siquiera darse cuenta. Pero, ¿cómo honramos a Dios cuando buscamos manipular? Nosotras no le honramos.

Eso nos lleva al punto número 9: nuestros hábitos al hablar. Una mujer imprudente, no sabia, habla halagando, seduciendo, manipulando, o tal vez llorando, suplicando o quejándose. El pasaje dice palabras seductoras, palabras persuasivas, diciendo cosas que no deberían ser dichas; mientras que la Escritura nos dice que una mujer sabia es sensata y prudente con sus palabras. Ella influye incluso sin palabras, se nos dice en el pasaje. Ella habla con sabiduría, y ella no habla maliciosamente.

Nuestros hábitos al hablar son importantes, y podemos honrar nuestro diseño de la forma en que Dios nos ha creado cuando lo honramos con nuestra boca.

Número 10: La prominencia. Se nos dice que la mujer salvaje es egocéntrica, que clama por atención. Ella es ruidosa — yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo — se trata de mí; se trata de mis necesidades, de lo que yo quiero. Se trata de que no me siento satisfecha. Se trata de que necesito atención; necesito esto; necesito aquello. Es una mujer que reclama; mientras que una mujer sabia es alguien centrada en los demás. Ella no está centrada en sí misma, está enfocada en los demás, y ella está feliz de servir.

La Biblia dice que una mujer sabia da comida a su familia, porciones para sus criadas; su marido toma su asiento en la puerta de la ciudad, y ella tiene un espíritu manso. Ella está de acuerdo con eso (ver Proverbios 31). ¡Uf! ¡Ouch! ¡Que difícil! Porque se nos ha enseñado en nuestra cultura que: «Mujer, si tú eres igual a los hombres, entonces debes tomar tu lugar en las puertas de la ciudad, eso es por lo que debes luchar, y él debe estar allí ayudándote para que lo logres».

Esa es la sabiduría del mundo. Pero la Biblia dice que una mujer sabia no clama por prominencia para sí misma.

Solo tienes que pensar en las Escrituras y las palabras que se nos enseñan acerca de Cristo, «el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres. Y hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre» (Filipenses 2:6-9).

Mira, la semejanza de Cristo significa que no buscamos nuestra propia prominencia, que tenemos un espíritu manso, que estamos bien cuando no estamos en frente y en el centro. Eso es perfectamente normal.

David dice: «Prefiero estar en el umbral de la casa de mi Dios que morar en las tiendas de impiedad» (Salmo 84:10).

Cuando somos mujeres sabias, asumimos el carácter de Cristo, y también tomamos una disposición piadosa.

Número 11: Se nos dice que una mujer salvaje es exigente. Ella quiere controlar e insistir en su propia manera. Este punto viene de la mano con el anterior, que ella es ruidosa. Por otro lado, la mujer sabia tiene esa gentil disposición que remite a otros. Ella tiene un espíritu afable y apacible. El pasaje dice: «Esto es precioso a los ojos de Dios».

Se nos enseña en nuestra cultura que tener un espíritu manso y apacible es despreciable. Se nos enseña que eso es lo más bajo en el rango y no debemos tener un espíritu afable y apacible. Por el contrario, deberíamos ser agresivas; deberíamos ser fuertes; deberíamos ser exigentes; deberíamos estar clamando, y que podemos tener una actitud que diga: «Mírenme, aquí estoy».

Una mujer sabia tiene la disposición, una actitud respetuosa y honorable a los demás.

Número 12: Honor. Una mujer salvaje es atrevida (insolente), independiente y rebelde. Ella se resiste a seguir. Creo que realmente es una tendencia pecaminosa que todas tenemos como mujeres, ¿no es así?. Comenzó desde el principio, y es algo con lo que luchamos. Yo lo lucho en mi espíritu. A veces pienso que el proseguir en esto es algo muy humillante, pero no lo es, al contrario, es algo muy piadoso. Es algo que hacen las mujeres que están eligiendo deliberadamente a Cristo. Eso es lo que enseña la Escritura.

Número 13: Prioridades. Prioridades equivocadas. Una mujer rebelde, una mujer que es salvaje y está fuera de control tiene las prioridades equivocadas, desprecia sus responsabilidades. Dice en el versículo 11 que nunca se queda en casa. Ella tiene todas sus prioridades al revés. Tal vez ella sale y persigue una carrera por encima de su familia o tal vez para la auto-realización, o las amigas, o lo que sea, las prioridades de alguna manera están todas mezcladas.

La Escritura nos dice que una mujer sabia tiene prioridades piadosas, y ella cumple con alegría sus responsabilidades. Habla de velar por los asuntos de su familia.

Amigas, ustedes son el barómetro de su hogar. En mi casa, yo soy la que se da cuenta cuando las cosas están fuera del orden espiritual mucho antes de que mi marido se de cuenta. Él me ha dado el discernimiento como mujer para saber, “hay algo que no está bien en la vida de este muchacho”, o “simplemente no nos estamos conectando ahora en nuestro matrimonio”. Dios me da un ojo, un ojo vigilante para mi hogar, y para mi familia.

Dice que a las mujeres se les da esa responsabilidad. A los hombres se les ha dado la responsabilidad de dirigir, proteger y proveer, pero las mujeres son las que nutren y las guardianes del hogar. El Señor no nos da una lista de qué hacer y qué no hacer. El Señor en las Escrituras, (algunas pueden criticarme por esto) pero la Escritura no dice: “Nunca jamás salgas de la casa”.

La realidad de este milenio es que las mujeres van a trabajar, tal vez, en algún momento. Y sin embargo siempre, en primer lugar y con entendimiento debes tomar esas decisiones con tu marido y de acuerdo a las prioridades de ambos. Teniendo prioridades que son prioridades piadosas y poder decir «NO» cuando tu corazón siente la necesidad de pensar en: «Oh, yo podría conseguir más dinero o ser más auto-realizada o conseguir esa promoción». Quizá sea el momento de decir, «NO», porque tus prioridades demandan que te encuentres más en tu hogar para estar con tus hijos.

¿Cómo es que caímos en la trampa de creer que eso es algo deshonroso de hacer? Esa es la cosa más importante que podemos hacer, para elevar a la próxima generación y para impartir valores piadosos. Tenemos toda una generación de niños que crecieron sin mamás y papás porque sus padres tuvieron sus prioridades equivocadas.

Número 14: Contentamiento. La mujer salvaje está descontenta. Ella siempre está buscando una nueva emoción. Dice que sus pies no permanecen en casa, versículo 11 — pies errantes. En el versículo 18, ella le hace una propuesta al muchacho, “vamos a deleitarnos”. Ella siempre está buscando algo nuevo para llenar ese gran vacío, ese anhelo. Solo necesita una nueva sensación, una nueva emoción de algún tipo. Ella no está contenta con lo que tiene.

La Biblia dice que el contentamiento es un signo de la piedad, que la mujer que es sabia está contenta, y ella confía en el plan de Dios y en su provisión. Dice de mujeres sabias del pasado que pusieron su esperanza en Dios, estas mujeres de Dios, pueden reírse de los días por venir porque hay contentamiento. No hay afán y ni descontento con la vida tal como es.

Ahora, hay un descontento santo que el Señor quiere que nosotras tengamos. Es aquel en el que estamos continuamente tratando de conocerlo mejor, no estamos conformes, queremos conocer mejor sus caminos y no conformarnos y decir, «oh, todos estamos bien». Pero el “contentamiento” que nos hace rebelarnos, o quejarnos, ser amargadas, fastidiar, o sobrepasar el limite de nuestras tarjetas de crédito, o el hacer todas esas cosas que hacen las mujeres para llenar ese vacío — esa es la clase de descontento del que el Señor está hablando aquí.

Número 15: Deseo. La mujer salvaje, la mujer descarriada piensa que el romance va a satisfacer el anhelo más profundo de su corazón. Esta es una de las mentiras más grandes de todas. Este versículo, “te busqué” esta mujer sale y busca el amor. Ella va y le hace una propuesta al joven, “embriaguémonos de amor”. Ella solo quiere amor; ella quiere sentirse amada; ella solo quiere sentir.

¿Cuántas de nosotras, casadas, solteras, en todos los ámbitos, joven o anciana, sin importar cuáles son las experiencias de nuestras vidas, sienten un anhelo en su corazón que pueden vislumbrar como un soplo cuando leen una buena novela o al respirar profundamente y sentir esa agitación en su corazón diciendo, “sí, yo quiero ser amada”?

Así que muchas de nosotras recurrimos al romance, y si estamos casadas, a veces recurrimos a esos libros donde hay romanticismo representado allí, o a las películas, o a lo que sea a lo que recurramos para tratar de alimentar nuestra hambre. Pero el Señor dice que una mujer sabia sabe y entiende que Cristo es su primer compromiso, que Jesucristo es el amante y el redentor de su alma. Él es el único hacia el cual todos estos deseos deben ser llevados. Ella sabe que todos estos anhelos revueltos, no se satisfacen por ninguna cosa terrenal o ningún hombre terrenal. Así que la dedicación de la mujer sabia es Cristo y el seguirlo.

Amigas, todas tenemos deseos. Todas tenemos anhelos. La mujer salvaje busca el satisfacerlos con los hombres. La mujer sabia busca satisfacerlos con Aquel por el que fuimos creadas.

Número 16: Moralidad. La mujer salvaje compromete normas y estándares y justifica el pecado. Así que ella dice, “sí, mi marido está ausente. Él me deja sola todo el tiempo. De hecho, él no es bueno conmigo en lo absoluto”. Así que ella comienza a construir esta justificación para el pecado. Ella dice: “Es culpa de mi marido. Él no me da lo que necesito. Nunca debí haberme casado con él, fue un gran error. Mi esposo está ausente”. Así que pone en peligro sus normas, a través de la erosión. Ella las pone en peligro y justifica su pecado.

Una mujer sabia, por el contrario, se mantiene para el matrimonio y se mantiene en el matrimonio. Ella guarda la pureza y la santidad del lecho matrimonial, y no solo en sus acciones físicas, sino también en sus pensamientos y creencias, en lo que hace, en lo que observa y lo que ella entra en su cerebro. Hay una pureza y hay una fidelidad de mantener la confianza, mantener la lealtad, mantener la fe en su marido.

Escucha, tu marido no tiene que ser digno para que tú mantengas la fe en el. Cuando estás manteniendo la fe, estás manteniendo la fe a tu propio pacto, en el cual te comprometiste ante Dios. Así que muchas de nosotras justificamos nuestro pecado diciendo: “Él no es realmente el paquete por el cual yo firmé”.

Una mujer sabia es una mujer de convicciones muy, muy fuertes. Una mujer que, a pesar de todo, e incluso cuando le es doloroso y es difícil, dice: “Voy a hacer lo que es correcto y confiaré en Jesús”.

Número 17: Sexualidad. Mujeres salvajes utilizan el sexo como un arma o para su propia gratificación. Se nos dice en este pasaje que ella reduce al joven a un pedazo de pan. ¿Qué haces con un pedazo de pan? Lo comes — ¿no es así? Solo el deseo de tener ese muchacho. Así que ella seduce a los hombres jóvenes. Esto lo vemos en la mujer en este pasaje, que seduce a un hombre joven, pero ella también está usando este joven para castigar a su marido.

¿Cuántas de nosotras las mujeres casadas usamos el sexo como un arma en vez de entender que es un grande, precioso, sagrado y santo regalo? Un regalo que representa la unión de Cristo con su esposa. El sexo es algo sagrado y no debe ser utilizado como un arma.

Nancy: Tenemos que interrumpir aquí. Hemos estado escuchando la segunda parte de un mensaje por Mary Kassian titulado, Mujeres sabias en un mundo salvaje. Regresaremos a la parte final del mensaje mañana, aquí en Aviva Nuestros Corazones.

Mary nos ha estado dando una imagen de la mujer salvaje en Proverbios capítulo 7. Creo que ha hecho un excelente trabajo que nos muestra cómo las tentaciones que enfrenta la mujer en este pasaje, son similares a las tentaciones que nosotras como mujeres enfrentamos hoy en día.

Mary originalmente emitió ese mensaje en la conferencia de Mujer Verdadera 2008. Ella ha desarrollado estas ideas aun más extensamente en un libro titulado “Mujeres sabias en un mundo salvaje”.

Recomiendo este libro a toda mujer que está escuchando este programa independientemente de tu edad o de la estación de la vida en que te encuentres, te desafiará a tomar decisiones sabias en cada área de tu vida. Por ejemplo, ella te desafiará en la forma en la que te relacionas con los hombres, la forma en la que te vistes, los medios de comunicación a que te expones, tu forma de pensar acerca de nuestra cultura y también muchos otros temas.

Annamarie: Queremos expresar nuestro agradecimiento a Dios por los hermosos testimonios que recibimos diariamente y que nos animan al ver cómo Dios está usando este programa para animar a tantas mujeres alrededor del mundo.

Una radioescucha nos escribió para relatarnos cómo ella imprime las transcripciones para hacer estudios personales que luego comparte con otras en un grupo.

Cuán agradecidas nos sentimos por la forma como Dios usa las verdades de Su Palabra para traer aliento, esperanza y gracia a las vidas de personas que la necesitan. Cada oyente tiene una historia particular y los programas contribuyen a fortalecerles y ministrarles en las diversas situaciones.

Aviva Nuestros Corazones ha sido de bendición para muchos que se han mantenido fieles durante muchos años. Pero este ministerio se hace una realidad debido a la fidelidad de muchos oyentes que contribuyen mensualmente para ayudarnos a distribuir los mensajes internacionalmente.

Te animamos a contribuir financieramente con nuestro ministerio. Puedes hacerlo por internet visitando www.AvivaNuestrosCorazones.com o llamando al 1-800-569-5959, desde EEUU y Canadá. Tu participación con este ministerio es muy valiosa para nosotros. Puedes ser una de nuestras colaboradoras regulares, cooperando con una cantidad fija cada mes o puedes simplemente dar una ofrenda.

Pero más que nada necesitamos de tus oraciones. ¿Te comprometerías a orar por nuestro ministerio? Si estos mensajes han sido de bendición para tu vida, ¿por qué no los compartes con otras de tus amigas? Ayúdanos a contribuir a discipular a otras mujeres con este mensaje, ayudándoles a formar la imagen de Cristo, y conviértete en una de nuestras embajadoras. ¡Contamos contigo!

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Puedes suscribirte a este correo gratuitamente visitando AvivaNuestrosCorazones.com. Te invito a hacerlo hoy para que no te pierdas ninguno de nuestros programas y publicaciones.

Nancy: ¿Alguna vez sientes que si tomaras la decisión de abrazar lo que significa ser una mujer sabia y vivieras de esa manera podrías ser pisoteada o se aprovecharían de ti? Mary Kassian abordará esta pregunta mañana. Espero que regreses a Aviva Nuestros Corazones.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras fueron tomadas de la Biblia de las Américas a menos que se cite otra fuente.

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Salvaje Vs Sabia

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Mujeres sabias en un mundo salvaje

Aviva Nuestros Corazones

Oct 26 – Salvaje Vs Sabia

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/salvaje-vs-sabia/

Annamarie Sauter: La autora y conferencista Mary Kassian dice…

Mary Kassian: Muchas de nuestras jóvenes hoy en día están inactivas en el Reino de Dios, están perdiendo el tiempo. Simplemente todo su propósito es salir a capturar a un hombre, porque piensan que eso es lo que va a satisfacerlas. No hay ningún hombre sobre la faz de la tierra que vaya a satisfacer tus necesidades, ni uno solo.

Annamarie: Bienvenida a Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.

Nancy Leigh DeMoss: Las mujeres siempre se han enfrentado a la tentación, y eso se remonta a Génesis, capítulo 3 en el Huerto del Edén. En muchos sentidos, creo que las tentaciones que enfrentan las mujeres hoy en día son diferentes a las que enfrentaron sus madres o sus abuelas.

Hoy, mi amiga Mary Kassian va a describir algunos de los desafíos que enfrentan las mujeres en el mundo actual. Ella nos va a señalar una solución que te puede servir por el resto de tu vida. Mary ha sido una invitada habitual aquí en Aviva Nuestros Corazones.

Hoy vamos a escuchar un mensaje que ella dió en la primera conferencia de “Mujer Verdadera” en 2008. Mary también es la autora del libro, “Mujeres sabias en un mundo salvaje” (Girls Gone Wise in a World Gone Wild). Vamos a escuchar el mensaje de Mary, haciendo un contraste entre una mujer salvaje y una mujer sabia.

Mary Kassian: La mayoría de ustedes ha oído hablar del fenómeno de «Mujeres volviéndose salvajes» y de los autobuses que van por todo el país a diferentes playas, sobre todo cuando hay vacaciones de primavera. Por el precio de una camiseta, a las mujeres jóvenes se les pide hacer todo tipo de cosas. Por decir, «si te doy una camiseta, ¿desnudarías tus pechos para mí?». Y estas mujeres lo hacen. Incluso hacen cosas que son mucho más vulgares y rudas.

Me acuerdo del tiempo en que tales cosas eran vergonzosas, y que ni siquiera pensarías en algo así. Hubiera sido repugnante pedírselo a una mujer. Pero los tiempos han cambiado, y las mujeres han cambiado, y las jóvenes se han vuelto salvajes.

¿Has notado cuán agresivas se han vuelto las jóvenes? (para ustedes las mujeres que son un poco más grandes). Para ustedes, las mujeres que son más jóvenes, han crecido en una sociedad que te enseña a ser muy agresiva, si hay algo que tú quieres, vas por eso.

Así que vamos a estar hablando de algunos pasajes de la Escritura. Voy a estar haciendo un contraste entre lo que el Señor nos enseña de cómo debemos ser como mujeres. Su Palabra nos da algunos lineamientos acerca de cómo deber ser nuestro comportamiento.

A Nancy le encanta enseñar de este pasaje también. Yo lo hago un poco diferente, pero es un pasaje muy certero y revelador que está en Proverbios, capítulo 7 y que me gustaría que tú vieras ahora.

En este pasaje hay un padre hablando con su hijo acerca de cómo ser inteligente y cómo vivir sabiamente. Él le da una advertencia sobre un cierto tipo de mujer. Este pasaje describe una imagen de la mujer salvaje, del tipo de mujer que el padre quiere que su hijo evite.

Así que al tomar este pasaje y un poco del capítulo anterior (capítulo 6), podemos pintar la imagen en contrastante. Veremos veintiún contrastes entre lo salvaje y lo sabio desarrollándose.

Leeremos el capítulo completo:

«Hijo mío, guarda mis palabras, y atesora mis mandamientos contigo. Guarda mis mandamientos y vivirás, y mi enseñanza como la niña de tus ojos. Átalos a tus dedos, escríbelos en la tabla de tu corazón. Di a la sabiduría: Tú eres mi hermana, y llama a la inteligencia tu mejor amiga, para que te guarden de la mujer extraña, de la desconocida que lisonjea con sus palabras.

Porque desde la ventana de mi casa miraba por la celosía, y vi entre los simples, distinguí entre los muchachos a un joven falto de juicio, pasando por la calle cerca de su esquina; iba camino de su casa, al anochecer, en medio de la noche y la oscuridad. Y he aquí, una mujer le sale al encuentro, vestida como ramera y astuta de corazón.

Es alborotadora y rebelde, sus pies no permanecen en casa; está ya en las calles, ya en las plazas, y acecha por todas las esquinas. Y lo agarra y lo besa, y descarada le dice: Tenía que ofrecer ofrendas de paz, y hoy he cumplido mis votos; por eso he salido a encontrarte, buscando tu rostro con ansiedad, y te he hallado.

He tendido mi lecho con colchas, con linos de Egipto en colores; he rociado mi cama con mirra, alóes y canela. Ven, embriaguémonos de amor hasta la mañana, deleitémonos con caricias. Porque mi marido no está en casa, se ha ido a un largo viaje; se ha llevado en la mano la bolsa del dinero, volverá a casa para la luna llena. Con sus palabras persuasivas lo atrae, lo seduce con sus labios lisonjeros. Al instante la sigue, como va el buey al matadero, o como uno en grillos al castigo de un necio, hasta que una flecha le traspasa el hígado; como el ave que se precipita en la trampa, y no sabe que esto le costará la vida.

Ahora pues, hijos míos, escuchadme, y prestad atención a las palabras de mi boca. No se desvíe tu corazón hacia sus caminos, no te extravíes en sus sendas. Porque muchas son las víctimas derribadas por ella, y numerosos los que ha matado. Su casa es el camino al Seol, que desciende a las cámaras de la muerte».

Vayamos a Proverbios capítulo 6 y leamos los versículos 23 al 26.

«Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza luz, y camino de vida las reprensiones de la instrucción, para librarte de la mujer mala, de la lengua suave de la desconocida. No codicies su hermosura en tu corazón, ni dejes que te cautive con sus párpados. Porque por causa de una ramera uno es reducido a un pedazo de pan, pero la adúltera anda a la caza de la vida preciosa».

Este pasaje pinta el cuadro de un cierto tipo de mujer. Esta mujer no es una mujer conforme al corazón de Dios. Ella es el tipo de mujer de la cual los hombres tienen que tener cuidado. Creo que como verás, mientras desglosamos este pasaje, este es el tipo de mujer que la sociedad dice que debemos ser.

El primer punto de diferencia entre una mujer salvaje y una mujer sabia es la perspectiva.

Número 1: Una mujer salvaje está preocupada por la apariencia externa. Preocupada de cómo ella se ve. De su aspecto físico. Está preocupada por vestirse de una manera que sea seductora, que sea atractiva. Ella pasa mucho tiempo, como lo hacen las chicas de esta serie de televisión llamada “Sexo en la Ciudad”, en esos zapatos de diseñador. Ahora, a mí me gustan los zapatos. Somos mujeres; nos gustan los zapatos, pero esto es solo una preocupación por lo externo, por cosas externas, por la apariencia.

Cuando contrastas esto con los otros pasajes, la mujer sabia sabe que la apariencia física es secundaria a la condición espiritual del corazón, que el hombre mira la apariencia exterior, pero realmente Dios mira el corazón. Ella se preocupa por su propio corazón. Ella tiene un “carácter noble”. Ella está “vestida de fortaleza y dignidad” en lugar de la última moda de Prada. Entonces ese es el punto número uno, perspectiva.

Número 2: Factor de modestia. Vemos que esta mujer, la mujer salvaje, es aquella que presume su cuerpo como una prostituta, lo dice en el versículo 10. Hemos tirado la modestia por la ventana, ¿cierto? Las mujeres jóvenes son enseñables, y muchas veces las mujeres mayores también… Las ves cómo se visten, y puedes decir, “¿qué estás pensando?”.

Tengo tres hijos, y algunos ya están justo en la cúspide de ser adultos. Mi hijo mayor tiene veinticuatro años; se acaba de casar con la joven más hermosa en el mundo. Mi segundo hijo está listo para cumplir los veintidós años, y mi más joven tiene diecinueve años. Así que tengo estos tres chicos en casa.

Recuerdo un día en que salí con uno de ellos y vimos a una mujer que iba pasando. La joven pasó por delante y estaba vestida muy, muy seductoramente. Estaba mostrando todo. Pasó a nuestro lado y no era solo lo que estaba vistiendo, era también su manera de caminar. Ella le dio a mi hijo una mirada. Así que le pregunté a mi hijo, “¿Qué es lo que estás pensando y sintiendo? ¿Qué piensas cuando ves a una mujer así?”. Esa es una pregunta bastante atrevida. Pensé que él podría querer evitarla.

Y él me dijo: “Mamá, para ser honesto, ella despierta la masculinidad en mí, pero no atrae a el hombre en mí”.

“Esa es una buena respuesta, cariño”.

Pero es cierto, y tenemos que cuidar como nos vestimos. Ahora a las mujeres se les enseña a usar su sexualidad como poder, que si tú te vistes de una manera en la que puedas seducir a un hombre, en la que puedas ser sexual, eso es de gran alcance. Son las mujeres sensuales quienes tienen el poder. Eso es una mentira de la boca del infierno, lo es. Una mujer que es sabia viste modestamente. Las palabras en los pasajes son… “modesta”, “moderada”, “decorosa”. El factor importante de la feminidad en Dios, es lo contrario.

Ahora déjame contarte, yo me crié en una familia. Tenía cinco hermanos. Yo era la única mujer. Según cuenta la historia, mi mamá estaba orando insistentemente por una niña y después de cuatro chicos, ella no dejaba de orar. Una noche se despertó y un ángel le dijo en el oído, “si quieres una niña, esta noche es la noche”, por lo que ella despertó a mi papá… y nueve meses más tarde nací en el Día de la Conmemoración. ¿Cuál es el punto de eso?

El punto de esto es que yo crecí en un ambiente exclusivamente masculino. Yo era la única chica. Mi mamá quería desesperadamente que yo fuera una niña femenina, y eso era lo último que yo quería ser. Yo no era una niña femenina. Casi me daban palpitaciones al ponerme esos vestidos de vuelos. El color rosa no era una palabra en mi armario y yo era más que feliz al no tener que usar maquillaje y hacerle de niña tierna. Nunca lo entendí. Las niñas me daban miedo. Ellas me asustaban.

Pero el Señor me convenció de que Él hizo a las mujeres y las hizo mujeres hermosas y Él quiere que disfrutemos de nuestra feminidad (número 3). Muchas de nosotras vamos por todas partes muy desaliñas y no nos importa. No llevamos maquillaje y yo soy de esa manera la mitad del tiempo. A menudo, tengo que ser muy intencional acerca de ser femenina. Tengo que pensar, “Ok, mi esposo me ha visto suficientemente fea en varios días consecutivos”.

Permítanme leerles un versículo que podría sorprenderles. A mí me sorprendió cuando lo encontré. Está en Deuteronomio 22, versículo 5. Dice lo siguiente:

«La mujer no vestirá ropa de hombre, ni el hombre se pondrá ropa de mujer; porque cualquiera que hace esto es abominación al Señor tu Dios».

¡Wao! Eso es un poco sorprendente ¿no? Esto es muy interesante para mí y creo que el punto de esto no es tanto, “Ah, las mujeres no deberían usar pantalones”. No podemos hacer reglas duras y rápidas, porque creo que las reglas van a ser distintas de una cultura a otra.

Pero creo que el propósito de esto es el siguiente: Dios nos creó, hombres y mujeres y quiere que sus hombres sean hombres y sus mujeres sean mujeres. Así que para algunas de nosotras que hemos crecido en esta cultura, esto va a requerir de un poco de trabajo y un poco de intencionalidad. Algunas se sienten atraídas a vestir sin modestia y a vestir de una manera que es sensual y a otras simplemente les encantan esas sudaderas y pantaloneras y no quieren desprenderse de ellas. ¿Cierto?

Así que el Señor tiene que desafiar nuestros corazones, para corregirnos y para llevarnos a un equilibrio en nuestra feminidad. Soy muy competente en muchas cosas, muy independiente, pero hay algo que Dios valora sobre la feminidad y es esa suavidad con la que Dios la ha hecho — este es otro factor de feminidad.

Número 4: El lenguaje corporal. Vemos aquí que la mujer salvaje es coqueta; ella es físicamente atrevida y provocativa; ella es descarada. En el pasaje se utiliza la palabra “descarada,” así que ella es la que se acerca, agarra al joven y lo besa. Lenguaje corporal — ella es muy coqueta y provocativa.

La mujer sabia guarda su dignidad; ella no recurre al encanto engañoso. Vemos en los pasajes de la Escritura las palabras “pureza”, “decoro”, “digna de respeto”, “no usa el encanto engañoso”. Las mujeres sí tienen poder, solo en términos de seducir a los hombres. Todas sabemos lo que significa intentar ser descarada, intentar ser atrevida, ser la que toma la iniciativa de acercamiento.

Número 5: Tiempo y energía. La mujer salvaje se la pasa en lugares en los que podría atraer a hombres. Ella está al acecho. Se nos dice en el pasaje que está en las plazas de las calles; que está en cada esquina, en los lugares públicos, los lugares en los que va a estar fuera como cebo para mirar, para buscar y atrapar a los hombres.

La mujer sabia, por otro lado, está ocupada con la misión personal, no en capturar a los hombres. Ella está ocupada con buenas obras. Ella no come el pan de balde. Sus brazos están para los pobres, sus manos para el menesteroso.

Yo estaba hablando con uno de mis hijos acerca de la mujer que un día iba a encontrar y con la que se casaría. Le dije: “Cuando encuentres a esta mujer, no va a estar allí sin nada que hacer y poniéndose a sí misma en lugares para encontrarte. Esta mujer va a ser una mujer de misión. Ella tendrá la misión y el propósito para el Reino de Dios”.

Muchas de nuestras jóvenes hoy en día están inactivas en el Reino de Dios, están perdiendo el tiempo. Simplemente todo su propósito es salir a capturar a un hombre, porque piensan que eso es lo que va a satisfacerlas. Pero como hemos hablado esta mañana, no hay un hombre sobre la faz de la tierra que vaya a satisfacer tus necesidades. Ni uno. Ahora, si el Señor te bendice con una gran relación, eso es una cosa maravillosa y hermosa.

Brent y yo hemos estado casados ​​por veinticinco años y es la relación más rica y más hermosa con la que cualquier mujer podría soñar desde una perspectiva terrenal. Pero aun así, él no es el que en última instancia, satisface mis necesidades. Es el Señor Jesucristo, que me da mi identidad, mi confianza en lo que soy. Tengo que ocuparme de las cosas del Señor, al igual que todas ustedes.

En este momento solo me voy a dirigir a las mujeres jóvenes no casadas, las que son solteras. ¿Qué es eso de que mujeres cristianas estén saliendo a los bares? No entiendo eso. Tú puedes llamarme anticuada; podrías decir que estoy fuera de la realidad, pero en mi mente, tú estás permitiéndote esos momentos de estar al acecho en la esquina de la calle, en cada esquina, por ahí, dando una señal. Tratando de tener el tipo de mentalidad masculina que la Escritura dice que no deberías tener.

Número 6: Búsqueda. Tengo que hacer una confesión. Había una chica que llamaba a mi hijo menor. Esto fue antes de los teléfonos celulares. Ella estaba llamando y llamando y llamando y llamando y yo solo ejercité mi autoridad parental, llamé a la compañía telefónica y pedí que bloquearan su número.

Antes de hacer eso, intenté otra táctica. Le dije: “Voy a tomar tu mensaje. Sí, él está sentado allí en el sofá, pero voy a tomar tu mensaje y él te llamará de vuelta”. Pero a las jóvenes hoy en día se les enseña que ellas pueden ser las iniciadoras en una relación, que en realidad no importa. “Tú debes ir por lo que tú quieres. Si ves a un chico que deseas, ve por él, búscalo, persíguelo”.

Déjame te cuento lo que esto hace. Lo he visto una y otra vez, que son mujeres las que han hecho esto, son las que han conseguido al chico y las que iniciaron la relación. Ellas le llaman por teléfono, lo buscan, lo persiguen, consiguen la boda corriendo y están en control de la relación. Cinco, diez años después, ellas lo odian porque es un adicto a la televisión. Están cansadas ​​de hacer de todo y manejar la casa y tener un hombre que es pasivo o pasivo-agresivo.

La forma en la que buscas noviazgo se convierte en la forma en la que te relacionas cuando te casas. La forma en que te relacionas con los hombres en general establece las pautas para tu matrimonio. Son importantes los patrones que estableces y cómo te relacionas, y se nos dice en las Escrituras que esa mujer, la mujer salvaje, es la mujer que sale, que se apodera de él, la mujer que lo busca y se aprovecha de él.

En cambio, la mujer sabia es la mujer que se lo gana con una conducta pura y santa, ella ganó a su marido. Sara respetaba a Abraham como amo. En otras palabras, hay una reverencia y una pureza y un “yo no voy a salir a conseguir, yo voy a ser un premio que vale la pena conseguir. Yo voy a ser una mujer de Dios, y ser digna de buscar, porque Dios lo dice”.

Es como la santidad, la relación y el cuadro entero de Cristo buscando a su Iglesia. Si estamos hablando de un hombre y una mujer siendo como una mini-imagen de la relación entre Cristo y la Iglesia y además, una relación inter-trinitaria, donde aprendemos mucho sobre Dios, porque hombres y mujeres han sido creados a su imagen. Si ese es el caso, entonces esto verdaderamente importa.

Las mujeres de Dios saben cómo tener ese dulce y suave espíritu, saben que la pureza y la santidad dicen: “Yo confío en Dios. Yo no tengo que ir a buscar y estar a cargo. Dios está a cargo, y puedo confiar mi vida misma a Él”.

Número 7: Decencia. Recuerden que estamos hablando de los puntos que distinguen a una mujer salvaje de una mujer sabia. Una mujer salvaje se pone a si misma en situaciones potencialmente comprometedoras. Vemos en este pasaje que ella sale en la oscuridad de la noche. “Cariño, ¿qué haces afuera en la noche oscura? ¿Para que lo estás invitando a tu casa?”.

Ahora, cuando le ministro a mujeres universitarias, a las que se visten seductoramente; las que inician; van tras el chico; dejan que venga a sus apartamentos y luego se lamentan diciendo: «No me respetó», cuando él no puede controlarse a sí mismo. No sean tontas. Decencia — lo que es propio, bueno y adecuado. Es importante.

Es una gran novedad en este momento que se puede tener un compañero de habitación del sexo opuesto. ¡Eso no es correcto! ¡No está bien! No es honorable.

La Biblia dice que la mujer sabia se mantiene alejada de las situaciones potencialmente comprometedoras; que ella es una mujer de decencia; ella entiende que lo que es correcto, es bueno y que incluso evita la apariencia del mal.

Mi mamá no me dejaba salir en un carro al lago con un chico. Pensaba que solo estaba siendo, ya sabes, muy maternal. Algunas de ustedes pueden pensar que estoy siendo maternal en este momento, pero yo no lo creo. Creo que estoy siendo bíblica.

Una mujer sabia se mantiene alejada de las situaciones potencialmente comprometedoras. Ella es digna de respeto. Yo respeto quien soy, respeto como Dios me creó para que fuera, me respeto lo suficiente para ni siquiera acercarme un poquito al límite. Puedes pensar que soy anticuada, pero yo elijo, porque no soy una cobarde y débil, elijo estar de pie contra el mundo y hacer lo que es correcto y no le daré ninguna oportunidad al enemigo.

Y chicas, eso es lo que estamos haciendo cuando nos ponemos en situaciones potencialmente comprometedoras. Si estamos en un negocio, trabajamos en una oficina, y salimos solas para el almuerzo con un chico, no es apropiado. Si voy en un viaje de negocios y salgo con un colega masculino, solo él y yo para tomar un café, no es apropiado. No está bien. Eso deshonra al Señor; deshonra a mi marido, y le estoy dando al enemigo una oportunidad. ¡Es solo una erosión! ¡No viene como una gran caída! Por lo general, es poco a poco como el enemigo avanza sobre nuestro territorio.

Número 8: Influencia. Una mujer salvaje es manipuladora e intrigante. El versículo 10 nos dice que ella tiene un corazón astuto, así que trata de armar un complot. Ella trata de escribir el guión y manipular para conseguir lo que quiere. Esto ocurre antes del matrimonio, y esto sucede también después del matrimonio — esta astucia de corazón, para manipular a nuestros muchachos.

Una mujer sabia, por otro lado, evita el engaño, la astucia y la manipulación. Se nos dice que las mujeres sabias no son chismosas y no son entrometidas. Ahora las mujeres son bastante buenas en esto, ¿no es así? Podemos bailar en la cabeza de un hombre, y él ni siquiera darse cuenta. Pero, ¿cómo honramos a Dios cuando buscamos manipular? Nosotras no le honramos.

Eso nos lleva a un punto número 9: nuestros hábitos al hablar. Una mujer imprudente, no sabia, habla alagando, seduciendo, manipulando, o tal vez llorando, suplicando o quejándose. El pasaje dice palabras seductoras, palabras persuasivas, diciendo cosas que no deberían ser dichas; mientras que la Escritura nos dice que una mujer sabia es sensata y prudente con sus palabras. Ella influye incluso sin palabras, se nos dice en el pasaje. Ella habla con sabiduría, y ella no habla maliciosamente.

Nuestros hábitos al hablar son importantes, y podemos honrar nuestro diseño de la forma en que Dios nos ha creado cuando lo honramos con nuestra boca.

Número 10: La prominencia. Se nos dice que la mujer salvaje es egocéntrica, que clama por atención. Ella es ruidosa—yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo—se trata de mí; se trata de mis necesidades, de lo que yo quiero. Se trata de que no me siento satisfecha. Se trata de que necesito atención; necesito esto; necesito aquello. Es una mujer que reclama; mientras que una mujer sabia es alguien centrada en los demás. Ella no está centrada en sí misma, está enfocada en los demás, y ella está feliz de servir.

La Biblia dice que una mujer sabia da comida a su familia, porciones para sus criadas; su marido toma su asiento en la puerta de la ciudad, y ella tiene un espíritu manso. Ella está de acuerdo con eso (ver Proverbios 31). ¡Uf! ¡Ouch! Se nos ha enseñado en nuestra cultura: «Mujer, si tú eres igual a los hombres, entonces debes tomar tu lugar en las puertas de la ciudad, eso es por lo que debes luchar, y él debe estar allí ayudándote para que lo logres».

Esa es la sabiduría del mundo. Pero la Biblia dice que una mujer sabia no clama por prominencia para sí misma.

Solo tienes que pensar en las Escrituras y las palabras que se nos enseñan acerca de Cristo, «el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres. Y hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre» (Filipenses 2:6-9).

Nancy: Esta sí que es una verdad clave y fundamental: Dios está a cargo y yo puedo confiar mi vida misma a Él. Hemos estado escuchando la primera parte de un mensaje que Mary Kassian dió en “Mujer Verdadera 2008”. Ha sido increíble para mí en todas las conferencias de “Mujer Verdadera” ver a miles de mujeres que vienen de todo Estados Unidos y de otros países del mundo, atraídas por un deseo común. Ellas quieren ver a Dios cultivar en sus vidas las cualidades de una mujer sabia a la cual Mary acaba de describir.

Mary ha escrito un libro excelente que se titula, “Mujeres sabias en un mundo salvaje” (Girls Gone Wise in a World Gone Wild). Este es un gran recurso para mujeres de cualquier edad. Recuerdo la primera vez que lo estuve leyendo y pensaba: “Este es un libro que me gustaría haber escrito”. Está tan lleno de grandes ideas que se pueden aplicar en todas las estaciones de la vida. Es un libro que creo que es particularmente valioso para mujeres en edad universitaria, las mujeres en sus veinte años, mujeres jóvenes que están lidiando con algunos problemas en nuestra cultura y en nuestro mundo que son particularmente difíciles.

Así que, madres, abuelas, ustedes que pueden tener una hija o nieta joven adulta, este libro es una gran herramienta para regalarle a esa joven.

Annamarie: En las últimas décadas, las mujeres han sido motivadas a “hacer las cosas a su manera” y muchas se han dejado engañar por las promesas vacías del feminismo. Este movimiento de “Mujer Verdadera” busca recapturar el diseño original de la mujer tal y como fue ideado por Su creador.

Estamos agradecidos a Dios porque recientemente estamos siendo testigos de un gran anhelo por parte de muchas mujeres alrededor del mundo de ser mujeres sabias, de volver a las sendas antiguas y abrazar este hermoso diseño. Muchas mujeres han vuelto a sus hogares con la convicción y el deseo de hacer las cosas “a la manera de Dios”; para buscar la definición de lo que significa ser una ‘mujer verdadera” en la Palabra de Dios. Estas mujeres, por la gracia de Dios, anhelan vivir vidas centradas en Dios, anhelan confiar en Él y decirle “Sí, Señor”.

¿Quieres tú ser parte de este movimiento? Deja que tu mente y tu corazón se empapen de la Palabra de Dios y descubre Su voluntad para tu vida.

Te invitamos a escuchar los mensajes de la conferencia de “Mujer Verdadera 2015” que se llevó a cabo a principio de este año en Santo Domingo, República Dominicana. Si no pudiste asistir, esta es una buena forma de ser parte de lo que Dios hizo allí. Y si estuviste allí, te invitamos a refrescar aquellas verdades en tu corazón. Puedes verlas todas al visitar nuestra página de AvivaNuestrosCorazones.com.

Nancy: Gracias Leslie. La Escritura nos anima especialmente a las mujeres a cultivar un espíritu afable y apacible. Tú podrías preguntarte, ¿acaso es eso realmente posible hoy? Mary Kassian va a abordar esa pregunta cuando regrese mañana, aquí en Aviva Nuestros Corazones.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras fueron tomadas de la Biblia de las Américas a menos que se indique otra fuente.

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Sep 25 – La muerte trae vida (y otras verdades fundamentales)

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Serie: Quince cosas que he aprendido en 50 años

Aviva Nuestros Corazones

Sep 25 – La muerte trae vida (y otras verdades fundamentales)

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/la-muerte-trae-vida-y-otras-verdades-fundamentales/

Carmen Espaillat: Cuando sirves, ¿lo haces con un deseo de que la fama del nombre de Cristo sea esparcida?

Nancy Leigh DeMoss: Donde sea que Dios nos tenga, no se trata de nosotras. No se trata de mi conveniencia. No se trata de mi comodidad. No se trata de mi felicidad. No se trata de mi éxito. No se trata de mi reputación. Todo, todo, todo se trata de Su gloria.

Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.

Hace dos años Nancy celebró cincuenta años en el Señor. Por lo que ha estado reflexionando en las cosas más importantes que ha aprendido desde que conoció al Señor. Ayer, comenzó una serie llamada “Quince cosas que he aprendido en cincuenta años”. Ella compartió las primeras cinco verdades fundamentales. Puedes escuchar ese programa en www.AvivaNuestrosCorazones.com si te lo perdiste. Continuaremos donde nos quedamos ayer.

Pero antes quiero invitarte a conectarte con nosotras en la conferencia Revive 15, que se está celebrando desde ayer en Indianápolis, Indiana. Visita nuestra página para más información.

¡No te pierdas de esta oportunidad!

Nancy: Mi lema desde que nosotros iniciamos Aviva Nuestros Corazones por radio es “Nosotros somos débiles pero Él es fuerte”. Yo soy débil pero Él es fuerte. Sí, yo soy débil, sí, yo soy indefensa, yo no puedo hacer esto sin Él, pero Él es fuerte y Su fuerza es mostrada a través de nuestra debilidad.

Nuestras limitaciones no son un obstáculo para Su poder. Durante tantas, tantas veces a lo largo de los años he tenido este intercambio con el Señor, muy similar a lo que la joven María de Nazaret tuvo con ese ángel cuando el vino y le dijo: “Tú vas a tener a este niño” y ella le contestó: ¿cómo puede ser esto?, yo le he dicho eso al Señor no sé cuantas veces, millones de veces: ¿Cómo puede ser eso? ¡Yo no puedo hacer eso! Dios lo sabe y es por eso que el elige a los débiles, a los necios, a los menospreciados, no a aquellos que son alegres, brillantes, capaces y talentosos, o sí, algunos como esos, pero no muchos. Pablo dice: “De manera que pueda ser visto que la excelencia del poder es de Dios”. El ángel le respondió a María en ese intercambio y le dijo: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra”. Esa es la gracia de Dios.

Tú también estás allí, tú no puedes hacer eso, es humanamente imposible amar a esa persona, perdonar a esa persona, servir a esa persona o criar ese niño o amar a esa pareja, amar a esa suegra, cualquier cosa, tú no puedes hacerlo, pero Dios te dice: “Yo lo sé, pero el Espíritu Santo vendrá sobre ti y el Poder del Altísimo te cubrirá con Su sombra”. Su gracia es suficiente.

Número seis: Necesitamos Su Palabra más de lo que necesitamos la comida física. Necesitamos Su Palabra más que cualquier otra cosa que traiga consuelo a la criatura. No podemos vivir sin la Palabra de Dios. ¿Has escuchado que “eres lo que comes”? Bueno, en el reino espiritual ciertamente es verdad. Tú eres lo que comes, lo que te alimentas. Y así muchos cristianos, me parece, están comiendo de la miseria de este mundo, y están desnutridos porque no están comiendo la Palabra de Dios.

Tenemos que sumergirnos en la Palabra de Dios. Necesitamos la Palabra. La necesitamos más de lo que necesitamos comer. Y no podremos lograrlo si no pasamos tiempo consistente en la Palabra de Dios. Esa es nuestra vida, es pan, es agua.

Y aprendí algo acerca del agua esta semana que yo debería haber sabido pero realmente no lo entendía. Y esto no es una nueva modalidad. Pero el lunes de esta semana terminé en la sala de emergencia de nuestro hospital local severamente deshidratada con una infección viral y me desmayé en mi casa. No tenía tiempo para eso esta semana; solo puedo decirles eso. Y luego, como estaba deshidratada, no podían sacarme sangre. Pasaron una hora tratando de encontrar un lugar para poder sacarme la sangre. Necesitas agua. Necesitamos agua.

Necesitamos el agua de Su Palabra. Nos lava, nos limpia. Hace que nuestra sangre fluya. Y espiritualmente, ¿cuántas de nosotras estamos deshidratadas? Nos estamos desmayando. No podemos lidiar con la presión. Estamos débiles y nos estamos cayendo a pedazos. Y también las personas a nuestro alrededor están espiritualmente desnutridas. Están espiritualmente deshidratadas. Necesitan el agua y el pan de la Palabra de Dios, porque todas los necesitamos.

Número siete: Nos necesitamos los unos a los otros. Hay tanto material en las Escrituras acerca de esto: el poder que da el ánimo, la exhortación, el rendirnos cuentas unos a otros, la seguridad que se encuentra en la multitud de los consejeros.

Tengo un grupo de mujeres con las que periódicamente me reúno y oramos juntas. Nos llamamos “la hermandad”. Y estábamos en una llamada y eso fue el lunes en la noche yo acababa de salir del hospital y tuvimos esta conferencia telefónica y compartimos lo que Dios estaba haciendo en nuestras vidas y cómo podemos orar las unas por las otras.

Estas son mujeres que están involucradas en diferentes tipos de ministerios. Una de estas mujeres tiene un ministerio público muy exitoso y ella comenzó a llorar. Comenzó a sollozar y derramó su corazón al decirnos que su familia había estado bajo algunas presiones recientemente y compartió lo que estaban pasando. Y aquí estaba este grupo de mujeres en el teléfono que vinieron a su alrededor y oraron y la levantaron y la animaron. Y yo he estado ahí y las demás mujeres en esa llamada también han estado ahí. Tú has estado ahí.

Nos necesitamos las unas a las otras. Necesitamos relaciones invasivas en nuestras vidas. Las mujeres lo necesitan. Yo no le predico a los hombres, pero estoy muy segura que los hombres se necesitan unos a otros también. Hay un gran peligro en vivir en aislamiento. Aun si estás en medio de una multitud, puedes estar viviendo una vida aislada. Nos necesitamos las unas a las otras. Esto es algo grande que he aprendido durante mis cincuenta años de caminar con Dios.

Número ocho: El Evangelio verdaderamente es Buenas Nuevas. De hecho, es la noticia más grande, la mayor noticia. Necesitamos escuchar y volver a creer el Evangelio cada día de nuestras vidas. Ahora, eso no significa que volvemos a ser salvas todos los días de nuestras vidas. Pero necesitamos escucharlo de nuevo y necesitamos creerlo de nuevo. Y donde nos hemos desviado, necesitamos arrepentirnos de nuevo.

El Evangelio realmente es Buenas Nuevas. No es solo un mensaje para que lo escuchen los incrédulos. Necesitamos ser recordadas cada día de la gracia de Dios, de Su perdón, de Su poder para transformar nuestras vidas, de Su promesa de vida eterna, de que Él es un Dios que redime y que está haciendo nuevas todas las cosas, que es un Dios que guarda Su pacto y todo esto es un recordatorio de que la vida cristiana es imposible de vivir.

Yo no puedo vivirla. Tú no puedes vivirla. Yo conozco a personas que leen mis libros y me escuchan en la radio y piensan que vivo esta vida cristiana. Y te diré, no soy yo que vivo, sino Cristo quien vive en mí. Cristo que vive en ti. Porque Jesús es el Único que tuvo éxito en vivir esta vida y por eso necesitamos creer el Evangelio todos los días de nuestras vidas.

Número nueve: Y este está en el corazón del Evangelio, y es que la muerte trae vida. La muerte trae vida. La mayoría de las personas pasan sus vidas esquivando la muerte en todas sus diferentes manifestaciones. Pero la muerte, la cruz, es algo que debemos abrazar porque al pasar por la muerte, salimos por el otro lado a la vida.

La muerte de Jesús nos compró vida eterna. Y a través de nuestra muerte con Él entramos a Su vida abundante y mientras estemos dispuestas a rendir nuestras vidas y a morir por otros, ellos a su vez podrán experimentar la vida de Cristo. Jesús dijo, “el que quiera salvar su vida, la perderá. Pero si la pierdes, la salvarás. Tendrás verdadera vida”.

Y me encanta una cita de Ugo Bassi, no recuerdo cuándo vivió él pero fue hace muchos años. Él dijo, “Medid vuestra vida por la pérdida y no por la ganancia; no por el vino tomado sino por el vino derramado. Porque la fuerza del amor reposa sobre el sacrificio del amor y el que sufre más tiene más que dar”.

Algunas de ustedes hoy tienen mucho que dar de su vida porque han estado dispuestas a rendir su vida, a abrazar la cruz, y a decir “sí, Señor” a lo que sea que Su guión haya sido para su vida. Como resultado, hay una fragancia, hay un resplandor, una belleza y hay poder.

Quiero estar cerca de ustedes y quiero conocer al Jesús que brilla a través de muchas de sus vidas. Y eso es porque la muerte trae vida. No es algo a lo que debamos temer. Ríndete. Suéltalo. La semilla entra a la tierra y muere y trae mucho fruto para Su gloria.

Número diez: Nunca, nunca te equivocarás en el camino de la humildad. Y tendríamos mucho que decir acerca de eso. Dios se aleja del orgulloso. Tener un corazón humilde es tener un espíritu enseñable para siempre estar aprendiendo de otros. Lo opuesto de la humildad es el orgullo que nos impide tener una comunión genuina con Dios. Nunca te equivocarás en el matrimonio, en la vida, en la vida de la iglesia.

“Solamente por el orgullo viene la contienda”. Y me gustaría que ese versículo no estuviera en la Biblia, pero sí lo está. “Donde hay contención hay orgullo”. Así que nunca podrás equivocarte al ser la que corre a la cruz. Mira a ver si puedes llegar tú primero. Humíllate. Yo estoy aprendiendo eso en mis relaciones y en el ministerio.

Número once: la mayor libertad se halla en la esclavitud a Cristo. La mayor libertad se halla en el corazón que dice, “Sí, Señor. Tengo este contrato en la mano Señor y estoy poniendo mi firma en la línea que aparece abajo antes de saber lo que dice el contrato. Mi vida es tuya. Te pertenece, Señor. Toma mi vida, Oh Señor y que sea consagrada solo a ti, llena Tú los detalles. Lo que sea, Señor, yo digo, ‘sí Señor’.”

Mientras venía en el avión el miércoles, tuve una conversación con una joven graduada de Harvard que ahora está en la escuela de negocios en la Universidad de Virginia. Ella llegó a conocer al Señor en su adolescencia, a los trece años, viniendo de una familia no-creyente y leyendo la versión Reina Valera de la Biblia. Así ella fue salva. Ha caminado con el Señor y busca agradarle a Él, pero no ha tenido a su alrededor muchas personas que la nutran en su fe.

Y estuvimos hablando todo el viaje de dos horas y media. Ella acababa de terminar una relación que sabía que no era lo que Dios tenía para ella. Apenas hacía una semana y todavía se encontraba en un lugar doloroso. Pude hablar con ella acerca de la libertad. Yo le dije, “Soy prácticamente una anciana hablándote a ti que tienes veinticinco años de edad. Pero quiero decirte y dije su nombre, “la mayor libertad se encuentra en decir ‘sí, Señor’. Lo que sea que eso signifique, como sea que eso se vea, en cualquier edad, en cualquier temporada de la vida. Todos somos esclavos. La pregunta es: ¿de qué? o ¿de quién?”

Y el privilegio es ser esclavas de Jesucristo. Porque no hay ningún amo como Él. Y allí es donde encontramos nuestra libertad y nuestro mayor gozo.

Número doce: Somos bendecidas para ser de bendición. No somos bendecidas solo para que podamos disfrutar las bendiciones de Dios para nosotras mismas, aunque no hay nada malo en eso, pero somos bendecidas para ser un canal de bendición para otros. Dios nos ha colocado aquí con un propósito y ese propósito no es para desperdiciar nuestras vidas, para acumular cosas a la derecha o a la izquierda o solo para sobrevivir o para realizarnos. Ninguna de estas cosas son propósitos de vida que realmente tienen valor. Nuestro propósito en la vida es permitir que las bendiciones de Dios fluyan a través de nosotras hacia los demás, dejar un legado de piedad, invertirnos en las vidas de los demás.

Esta joven estudiante de postgrado me dijo el otro día, “¿dónde están las mujeres mayores que serán consejeras y que nutrirán a las jóvenes en su fe – mujeres como yo?”. No sé, ¿Dónde están? ¿Dónde estoy yo? ¿En qué estoy gastando mi vida, mi tiempo, mis recursos? Yo he sido bendecida para ser bendición.

Número trece: No puedes dar más que Dios. Esto es algo que mi papá y mi mamá, porque estaba casada con mi papá, creyeron y practicaron con todo su corazón. Si hay un don espiritual para dar, mi papá lo tenía y mi mamá lo apoyaba. Nunca llegará el punto en el que digas, «puedo dar más que Dios, de mis tesoros, de mi tiempo, de mi talento, de mi vida». Proverbios capítulo 11:24 dice, “Hay quien reparte y le es añadido más, y hay quien retiene lo que es justo, solo para venir a menos”. Esas son las matemáticas divinas, esa es la paradoja de Dios sobre el dar.

Y estoy absolutamente convencida que cuando lleguemos al Cielo no va a haber ningún santo a través de todas las edades que diga, “hay algo que di de lo cual me arrepiento de haber dado”. Sí creo que cada una de nosotras, aún la persona con el corazón más generoso dirá, “A la luz de lo que Jesús hizo por mí para traerme aquí a la eternidad, cómo me gustaría haberle dado más”. Estoy convencida de esto. Entonces por qué no dar ahora y poder entrar a esas habitaciones eternas libres de todas las cosas que se nos pegaron. No puedes dar más que Dios.

Ahora la número catorce: El tiempo es corto, la eternidad es larga y Jesús viene. Y esta es una manera de pensar que nuestro padre nos inculcó a mis hermanos y a mí durante los veintiún años que estuvo con nosotros. Él murió el fin de semana de mi cumpleaños número veintiuno. Este concepto y muchos de estos son un legado para mí.

Aquí tengo un pequeño pisapapeles que era de él que ahora tengo en mi estudio. Y a propósito, por motivo de mi cincuenta aniversario de haber conocido al Señor, pusimos un pequeño mostrador con recuerdos de mis primeros años de caminar con el Señor y algunas fotos y cosas que fueron significativas para mí. Y tenía unas líneas de ese conocido himno con el que quizás estás familiarizada, que dice, “Solo una vida pronto pasará. Solo lo que es para Cristo durará.” Y luego ese versículo de Filipenses capítulo 1, que dice, “Porque para mí el vivir es Cristo”.

Dentro de las cosas que había en exhibición también había un juguete Slinky y eso fue una parte importante en todo nuestro crecimiento en nuestra familia y me acordé de él cuando pensé en este principio.

Mi papá conoció al hombre que inventó el Slinky. El slinky es una especie de resorte y el nombre del señor que inventó esto se llamaba Dick James. Él era un joven ingeniero y él inventó este juguete que ahora prácticamente todos conocen. El haberlo creado lo llevó a la fama y a la fortuna de un día para otro. Y aquí estaba un hombre que había estado buscando felicidad y de repente tenía todo este dinero. Él podía viajar por todo el mundo. Podía hacer lo que él quisiera, pero todavía estaba vacío. Y eso lo puso en una búsqueda que al final lo llevó a la fe en Cristo.

Bueno, este hombre, cuando fue salvo, realmente fue salvo. Quizás has leído otras cosas acerca de él en otros lugares. Y te aconsejo que no creas todo lo que leas. Porque quizás no obtendrás la historia completa en la versión secular de esto. Pero él, para hacer la historia corta, decidió convertirse en un misionero en Suramérica. No recuerdo en qué país pero él básicamente regaló todo lo que tenía.

Encima de eso un tío murió y le dejó una herencia y él también la regaló. Él decidió que iba a ir allá y que iba a servir por fe. No quería depender de ninguna otra cosa ni de nadie más que no fuera el Señor. Mi papá nos recordaba. Ahora, Dios no llama a todos a hacer esto. Pero en el caso de Dick James, eso fue lo que él sintió que fue su llamado, el llamado de parte de Dios. Lo hizo, se fue y pasó el resto de su vida como misionero en un país en Suramérica.

Él confesó que cuando fue allá había resistido a Dios en un aspecto. Él se llevó con él el molde original del Slinky. Pensó que si tal vez Dios le fallaba, él podría comenzar a hacer los juguetes allá y abrir mercados completamente nuevos. Bueno, pues luego escribió y compartió el gozo increíble que experimentó el día que tomó ese molde y se fue al océano pacífico y lo tiró al océano y dijo que ese día se había convertido en un hombre libre.

Mi papá tenía una carta, una carta de Dick James que le escribió a sus amigos incluyendo a mi papá y solo compartió el gozo increíble y la libertad que él experimentó viviendo en este país golpeado por la pobreza, pero él, totalmente libre para amar y servir a Jesús.

El tiempo es corto, la eternidad es larga, y Jesús viene ya. Eso significa que debemos tomar decisiones ahora de las que no nos arrepentiremos en la eternidad. Debemos preguntarnos a nosotras mismas, “¿Valdría la pena morir por aquello por lo que estoy viviendo?” ¿Tiene valor eterno? Debemos mantener nuestros ojos puestos en la línea final. Eso es lo que nos da el poder para mantenernos en la carrera.

Y soy de las que a menudo se detiene en la carrera. A menudo quiero tirar la toalla. No puedo decirte cuántas veces en mi mente, he renunciado a varios aspectos de la vida en el ministerio. Gracias a Dios que tengo relaciones confiables y por la gracia de Dios, Él me mantiene allí. Pero eso es mientras mantienes tus ojos en Cristo, mientras mantienes tus ojos en la recta final, mientras recuerdas que esta vida es corta y que la eternidad es para siempre y que Jesús viene ya. Eso es lo que nos da valentía y gracia para seguir adelante y nos recuerda que seremos recompensadas por cualquier labor que le ofrezcamos a Él ahora. Él es digno de todo y de todas las cosas que perdamos por Su nombre.

Bueno, y finalmente la número quince: No se trata de mí. Todo se trata de Él. Y fue más o menos por allí donde comenzamos en Romanos 11:36: “Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas. A Él sea la gloria para siempre. Amén”. La meta de nuestras vidas es que toda la tierra sea cubierta con la gloria del Señor, que la fama de Su Nombre sea esparcida, y por eso vale la pena decirle “no” a nuestra carne.

Y no estoy solo hablándole a aquellas en el ministerio vocacional. Estoy hablándoles a todas las mujeres. Porque estos son principios que son verdaderos para todas nosotras donde sea que tú le sirvas al Señor, en tu negocio, en tu hogar, con esos pequeñitos, con esos nietos, en ese rol de cuidadora, quizás de tus padres ancianos, donde sea que Dios te haya colocado. Porque no se trata de nosotras. No se trata de nuestra conveniencia. No se trata de nuestra comodidad y no se trata de mi felicidad. No se trata de mi éxito, no se trata de mi reputación. Todo, todo, todo es para Su gloria.

Cada vez que entras por la puerta principal de nuestro Centro Nacional de Ministerio en el suroeste de Michigan, pasas por una fuente que está rodeada de ladrillos que tiene un gran globo terráqueo colocado encima de esa fuente. Y en las temporadas en que tenemos deshielos allí en Michigan, lo cual no es muy a menudo, la fuente corre sobre el mundo en cada lado.

A cada lado de esa fuente tenemos versículos de las Escrituras como aquellos que nos recuerdan que la gloria del Señor cubrirá la tierra como las aguas cubren el mar. Y cuando paso por esa fuente y entro al edificio, a menudo me encuentro orando o siendo recordada, de que esa es nuestra visión. Para eso estamos aquí. Esa es la meta: “que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla…y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Fil. 2:10-11).

Así que en nuestras luchas, en nuestra pruebas, en nuestras dificultades, en nuestros desafíos, en nuestra confusión, sí, también tenemos esas, pero santifican, ¿no es verdad? Y no estoy siendo simplista al respecto. Yo sé que hay personas aquí que tienen un peso grande en su corazón. Pero hay un propósito en ese sufrimiento. Hay propósito en hacerlo una ofrenda para el Señor. Hay un propósito en las labores donde sea que le sirvas al Señor.

Y el propósito es que la gloria del Señor cubra la tierra como las aguas cubren el mar.

Y, oh Señor, te doy gracias por los dulces recuerdos, los recuerdos de mis cincuenta años – que no se sienten así – de haber sido conocida por Ti y de conocerte y de haber sido separada para Ti. Gracias, gracias, Señor. Gracias por ver la sangre del Cordero inmolada, derramada por mi pecado y pasar de largo. Gracias porque nunca experimentaré Tu ira. Hemos sido librados de la ira de Dios.

Y gracias porque nos has salvado para algo y para alguien más grande y mayor que nosotras. Su nombre es Jesús. Por eso le amamos. Te amamos. Y oramos, Señor, que estas cosas que he dicho, con las que lucho, las que enfrento y a menudo fallo en creer, enraízalas profundamente, Señor, en nuestros corazones y recuérdanos para quién es y para qué es. Y que Tu reino venga y Tu voluntad sea hecha aquí en la tierra como se hace en el Cielo. Oramos en el nombre de Jesús, amén.

Carmen: Ella es Nancy Leigh DeMoss. Ha estado compartiendo quince cosas que ha aprendido en cincuenta años de caminar con Dios. Si te perdiste alguna de las quince cosas, puedes visitar a www.AvivaNuestrosCorazones.com y leer la transcripción del programa de ayer y del programa de hoy.

Te esperamos en nuestra próxima entrega la semana que viene. Que tengas un bendecido fin de semana!

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras fueron tomadas de la Biblia de Las Américas a menos que se indique lo contrario.

Permisos de publicación autorizados del Ministerio Aviva Nuestros Corazones para Alimentemos El Alma

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Sep 24 – Cómo aquietar tu corazón

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Quince cosas que he aprendido en 50 años

Aviva Nuestros Corazones

Sep 24 – Cómo aquietar tu corazón

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/como-aquietar-tu-corazon/

Carmen Espaillat: Nancy Leigh DeMoss dice que cualquier cosa que nos hace necesitar a Dios es una bendición.

Nancy Leigh DeMoss: El sufrimiento nos separa de las cosas terrenales y enfoca nuestros corazones en lo eterno. Separa nuestro corazón de este mundo presente y lo conecta con el cielo y la eternidad.

Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones, con Nancy Leigh DeMoss, en la voz de Patricia de Saladín.

Algunas veces las verdades más simples pueden ser las más poderosas. Creo que serás recordada de esta realidad al escuchar el programa de hoy. Nancy inicia compartiendo con nosotras 15 cosas que ella ha aprendido en los últimos 50 años.

Es bueno meditar en los sucesos importantes que ocurren en nuestra vida. Nancy está a punto de contarte acerca de un evento que ella experimentó.

Nancy: Hace algunos años celebré mi 50avo aniversario de conversión. Y fue una celebración significativa en mi vida. Mi primer recuerdo consciente tuvo lugar el 14 de mayo de 1963, cuando, siendo solo una niña de 4 años de edad, me arrodillé junto a mi cama y con todo lo que yo sabía acerca de Jesús, en ese momento, me entregue a Él y conscientemente sentí Su llamado en mi vida.

Ese es el momento que marcó mi conversión, el momento en que Él atrapó mi corazón y me atrajo hacia Él. Yo no sabía casi nada acerca de teología, todavía no se mucho, pero supe… Quiero decir, yo tenía 4 años, pero solo sabía que el Espíritu estaba atrayendo mi corazón. Y yo miro hacia atrás y me digo, “Ese fue el momento en el que Él me hizo consciente de mi necesidad de un Salvador y ese era el Salvador que yo necesitaba”.

Hace dos años celebré 50 años de conocer a Jesús.

A mí me gusta celebrar las ocasiones y los eventos especiales y hago de estas cosas una gran ocasión. Dios les dijo a los hijos de Israel después de la Pascua, “Este es el inicio del año para ustedes. Cada año, recuerden esto. Cuéntenle esta historia a sus hijos. Tengan símbolos y cosas que les recuerden que todo esto es acerca de cuándo Dios pasó sobre ustedes en un juicio y tuvo misericordia de ustedes gracias a la sangre derramada del cordero. Recuerden esto. No lo olviden”.

Y tú piensas que nunca olvidarás, pero la realidad es que lo hacemos con mucha facilidad. Así es que busco oportunidades para recordar a Cristo y lo que Él ha hecho en mi vida. Y estoy muy agradecida. Y he estado reflexionando mucho este año respecto a mi trayectoria espiritual.

Hace un par de años en un evento de los Locutores Religiosos Nacionales (National Religious Broadcasters), escuché a Chuck Swindoll hablar sobre “Quince cosas que había aprendido en cincuenta años de ministerio”. Él había estado en el ministerio vocacional durante cincuenta años. Bueno y yo hoy quiero compartir contigo, de manera muy rápida, “Quince reflexiones en cincuenta años de caminar con Dios y conocer a Jesús”.

Ahora, quince, podría sonar como mucho, pero tú puedes estar agradecida porque en mi cuadragésimo cumpleaños espiritual, yo hice una lista de cuarenta cosas que eran un reflejo de caminar 40 años con el Señor. Bueno y ahora estoy haciendo listas más cortas, así que solo serán quince. Tú puedes anotarlas, son verdades que son muy fortalecedoras para mí.

Estas son cosas que he aprendido. Son cosas que, en la medida en que reflexiono en ellas, sé que son verdades, independientemente de si estoy viviendo como si lo fueran o no, independientemente de si siento que estas cosas son verdades o no, son verdad. Y esas son cosas que me gusta recordar.

Yo escuché a John Piper decir en una ocasión, “Yo solo tengo un mensaje y cualquier cosa que escriba, diga o haga, todas vuelven a ese único mensaje”. Y algunas veces me siento como una persona con un único mensaje también, pero voy a decirlo en quince formas diferentes, brevemente. Estas son cosas, que cuando vuelves y reflexionas sobre ellas, afirman tu corazón en un mundo inestable.

Como dice el himno, cuando tu propio corazón está propenso a vagar, sientes que está propenso a dejar al Dios que amas, regresa a esas cosas que son verdad. Tú sabes que tú sabes que tú sabes que esas cosas son verdad y esas son cosas por las que yo daría mi vida, pero esas son cosas que están protegiendo el castillo de mi corazón y han probado ser ciertas en mi vida a través de 50 años de conocer a Jesús.

La primera es esta: Puedes confiar en Dios. «Grande es tu fidelidad». Vivimos en un mundo lleno de un incalculable dolor, de miseria y confusión.

Recibí un correo de Joel Rosenberg y algunas de ustedes tal vez siguen su ministerio. El encabezado decía: “¿Está América enfrentando la inflación fiscal y espiritual?” Y él habló acerca de dos nuevas encuestas. Una de ellas, la encuesta Rasmussen y la otra, la encuesta de noticias del Wall Street Journal de la NBC. Ambas tienen números similares indicando que cerca del 80% de los norteamericanos creen que los Estados Unidos está en el camino equivocado y el otro 20% simplemente no sabe, pero está en el camino equivocado.

Y tú puedes ver que está pasando culturalmente y en nuestra nación, y también internacionalmente, en las otras naciones del mundo. El mundo está en el camino equivocado. Como dice el Salmo, el mundo está fuera de su curso. Nuestros propios corazones pueden llegar a ser inestables en medio de todo esto y no solo está pasando en el mundo, sino también en nuestras vidas personales.

He conversado con algunas personas que han compartido angustia y dolor y retos que han enfrentado en sus propias vidas. Tengo amigos que en estos momentos están atravesando toda clase de crisis personales, y al igual que tú, amigos batallando con el cáncer, amigos con hijos e hijas pródigos, amigos con retos y reveses financieros y de negocios. Y tú ves todo esto y tu propio corazón puede dar vueltas y hacerte sentir nerviosa y asustada.

Pero nosotras tenemos que recordarnos a nosotras mismas que, contrario a todo lo que vemos pasar a nuestro alrededor, tenemos un Dios digno de confianza. Él es soberano. Él es sabio. Él es amoroso. Él es bueno. Él es inmutable. Él nunca cambia. Él es el mismo ayer, hoy y siempre. Todas las cosas en este mundo se dirigen hacia el cumplimiento de Su voluntad, Su plan eterno, Su buena voluntad. Y eso es un ancla para mi alma. Es un ancla para nuestras almas.

A menudo digo que me encanta vivir bajo la providencia y me encanta ver pequeños destellos de la providencia de Dios en Su obrar. Me encanta ser recipiente y beneficiaria de Su gracia misericordiosa, de Su bondad, de Su providencia y darme cuenta de que Dios nunca, nunca, nunca comete un error, que en Él se puede confiar.

Alguien dijo que la voluntad de Dios es lo que nosotras elegiríamos si supiéramos lo que Dios sabe. Si nosotras estuviéramos escribiendo el guión, lo habríamos escrito diferente, pero habríamos hecho un gran desastre de eso. Y comprendo que nosotras podemos estar en paz porque Él sabe lo que está pasando y está en control de eso. Él es suficiente. Y Sus promesas son verdaderas y Él mantiene Sus promesas y Él conoce nuestras necesidades y Él se preocupa. Todas estas cosas que son verdades acerca del carácter de Dios, la naturaleza de Dios de mantener el pacto; en Él se puede confiar.

Cuando todo lo demás en torno a mi alma se desploma, Él entonces es toda mi esperanza y mi soporte. En Dios puedo confiar.

Bueno, y podemos estar en esto por largo tiempo, pero tenemos quince de estos, así que número dos – cosas que aquietan mi alma – y es esto: Nada ni nadie más que Jesús puede satisfacer las necesidades y anhelos más profundos de nuestros corazones y esto va para todas nosotras en cualquier etapa de la vida.

Tenemos tantos sustitutos baratos que perseguimos en nuestras vidas. Tenemos una cultura que se entretiene hasta morir y algunas veces le seguimos el juego ya sea en la búsqueda de la plenitud o de la satisfacción para nuestras almas y nuestro significado. Quiero decir, seguir Facebook, tú pensarías que la cosa más duradera en este mundo son ciertos equipos deportivos – dependiendo de qué temporada del año es –basquetball, volleyball, football, Los Óscares – lo que sea que esté en ese momento, American Idol, creemos que estas son cosas que pueden realmente satisfacer y entonces vamos tras ellas. Sin embargo, todavía nos dejan anhelantes y hambrientas porque estas cosas no nos satisfacen de manera profunda y duradera.

Y esto es porque nosotras fuimos hechas para Alguien y Algo más grande que todo eso. Todo lo demás es una sombra. Él es la sustancia. Y es solo cuando comprendemos lo que tenemos en Jesús que dejamos de pasarnos la vida en una búsqueda excesiva y descuidada de cosas y personas que nunca nos podrán satisfacer.

Así que eso va para las mujeres solteras que anhelan una pareja. Y eso va para las casadas que anhelan una pareja que ame a Jesús o una pareja diferente. Eso va para las parejas que no han podido tener hijos y luchan con ese deseo de tener un niño. Nosotras tenemos dentro de nuestra audiencia a algunas de ustedes recientemente han perdido sus parejas porque han partido al cielo y tienen dolor, tiene anhelos, eso es muy humano, pero en última instancia, no es cierto que todas nosotras, cada una en la etapa de la vida en que se encuentra, ha tenido que decir, “Señor, no hay nada ni nadie en esta tierra ni en el mismo cielo que pueda satisfacer las más profundas necesidades y anhelos de mi alma más que Jesús”.

Y eso no significa que no recibamos y disfrutemos las buenas cosas que Él nos da, pero no las hacemos ídolos. No las hacemos ídolos. Nosotras comprendemos que por quien realmente anhelan nuestras almas es por Cristo. Él es la sustancia.

Bueno y ahora la número tres: El mundo entero se ve diferente cuando lo miras a través de los ojos de la alabanza. El mundo entero se ve diferente cuando lo ves a través de los ojos de la alabanza. Todo esto es algo propio de la actitud de gratitud.

Yo tengo un querido amigo, un miembro de nuestro consejo asesor, un hombre de negocios de mi edad, que fue diagnosticado con leucemia aguda hace un tiempo atrás. Mientras Scott estaba atravesando por las primeras semanas de quimio, ordenó una copia de la versión en audio del libro “Sea agradecido: Su camino al gozo”. Él no estaba en capacidad de leer mientras estaba siendo debilitado a causa de la quimio, pero durante siete semanas, él escuchó cuatro veces el libro completo porque él decía, “yo quiero que la gratitud sea el sello, la marca mientras caminemos a través de esta crisis”.

Ellos no saben cuál será el resultado, humanamente hablando, pero ellos saben que en la economía de Dios, el resultado solo será maravilloso. Que solo será mejor que ahora. Y él está aconsejando y entrenando a sus cinco hijos adolescentes a tener una actitud de gratitud mientras caminan en medio de esta crisis.

Tuve otra amiga que quizás algunos de ustedes conocieron a Bobbie Wolgemuth cuyo esposo es un agente literario. Ella estuvo batallando contra el cáncer durante algunos años y ella dijo, “Los pájaros no se preocupan. Ellos cantan” y ese fue su lema. Ahora, no es como si nada estuviera pasando, esto es difícil. Pero estas personas están cantando; están cantando himnos; están cantando himnos de fe. Ellos decidieron decir, “Mira, nosotros podemos preocuparnos, o podemos cantar; quejarnos o adorar”. Todo se ve diferente cuando lo vemos a través de los ojos de la alabanza.

Y esa es una verdad con la que necesito aconsejar mi corazón porque estoy crónicamente tentada, a través de cincuenta años de conocer a Jesús, crónicamente tentada a la murmuración, la queja, el temor, la duda, el desaliento. Estos son como pecados que me asedian en mi vida. Y es por eso que tengo que mantenerme regresando a la alabanza.

“Gracias, Señor, que cuando no puedo ver, yo sé que Tú eres bueno”. Es una posición de fe que se demuestra a través de la alabanza.

Número cuatro– y nosotros decimos esto frecuentemente en nuestro ministerio: Cualquier cosa que nos hace necesitarlo a Él es una bendición – cualquier cosa que nos hace necesitar al Señor es una bendición.

Yo entrevisté a un pastor y a su esposa hace algún tiempo. Ellos habían perdido un par de niños — no hacía mucho tiempo, uno había nacido muerto y algunos abortos involuntarios. Y recuerdo al pastor Mark diciendo, “Difícil, es difícil, pero difícil no es malo”. Difícil es difícil, pero difícil no es malo porque la verdadera bendición no es la ausencia de problemas, sino la presencia de Cristo con nosotros en medio de los problemas, en los momentos difíciles.

Ahora, a través de estos años, también cumplo treinta y cinco años de ministerio vocacional, lo cual es un gran privilegio. Y le agradezco al Señor por eso. Pero ha habido muchas, muchas veces, muchos lugares donde he pensado, si no hubiera sabido que Jesús estaba en la barca conmigo aquí mismo, no habría tenido la esperanza de sobrevivir a esta tormenta. ¿Has estado allí o esto es solo para mí? Y tú piensas, este bote se está hundiendo. Este negocio, esta familia, esta relación, esta situación se está hundiendo.

Y ha habido momentos desde que inició Aviva Nuestros Corazones en los que he dicho, “Señor, nosotras podemos hundirnos, pero hasta donde sé, estoy haciendo lo que Tú me pusiste a hacer en esta tierra, yo no tengo que sobrevivir, pero tengo que confiar. Tengo que obedecer. Yo no tengo que salir con vida. Si me estoy hundiendo, yo quiero hundirme sabiendo que estaba haciendo lo que Tú me pediste que hiciera aquí en esta tierra”.

Pero el hecho es que, a la larga, si Jesús está en la barca contigo, tú no te hundirás. Cualquier cosa que me haga necesitarlo es una bendición. Las presiones en la vida son inevitables. El sufrimiento es inevitable. Es lo que las Escrituras nos dicen una y otra vez.

Estuve leyendo en Tesalonicenses esta semana y Pablo estaba hablando acerca de sus aflicciones y él dice, “Nosotros estábamos destinados a esto”. Y quiero decir, este no es un mensaje para sentirse bien. Y él dice, “Y tú también”. Y cuando recibiste la Palabra de Dios, la recibiste como la Palabra de Dios capaz de sostenerte a través de estas tormentas y estas aflicciones y estas adversidades”.

Pero si es inevitable, también es hermoso porque el sufrimiento santifica. Las presiones santifican. Nos despojan de todas esas cosas que no son eternas que se nos pegan como lapas a nuestras almas. Que son pasajeras, y desvían nuestra atención de las cosas que son eternas. Los sufrimientos nos despojan de lo pasajero y enfocan nuestros corazones y los colocan en lo eterno. Él desarraiga nuestros corazones de este mundo y los une al cielo y a la eternidad.

Y quiero decirte y piensa en ello, si nunca nos lastimamos, si nunca lloramos, si nunca estamos profundamente dolidas, tú piensas que nosotras ¿podríamos sentir una gran necesidad de Dios? ¿No podríamos ser independientes y autosuficientes? El mayor crecimiento ocurre en las situaciones más duras. ¿Estoy en lo correcto?

Algunas de ustedes me han dicho hoy. Tú solamente has compartido conmigo lo que ha sido mi vida durante este año y dijiste, “Pero es donde estoy creciendo”. El lugar más difícil se convierte en el mejor lugar.

En nuestro ministerio nosotras a veces llamamos a esto “Momentos del Mar Rojo”. Estoy enfrentando una sesión de grabación y me digo, “Yo no puedo con todo esto”. O estamos llegando a una conferencia, y digo «es que no puedo con todo este mensaje». Yo simplemente no puedo hacerlo. Estoy enfrentando este Mar Rojo y hay todos estos obstáculos al frente, por todos lados y por detrás. Y entonces tú te quedas quieta y ves la salvación del Señor.

Cualquier cosa que me hace necesitar a Dios es una bendición. Ahí es cuando veo Su poder. Ahí es cuando nosotras aprendemos que Él siempre está en medio nuestro y que Él siempre provee un medio de salvación.

Bueno, la número cinco: Su gracia es suficiente. Y esta no es solo una teoría, esto no es solo de libros de texto, no es solo teología. Es buena teología, pero también es muy, muy cierto. Su gracia es suficiente. Es suficiente para cada necesidad. Es suficiente para cubrir cada pecado, cada fracaso.

Nosotras somos totalmente dependientes en cada momento de nuestras vidas, en cada respiro, somos totalmente dependientes de la gracia salvadora de Cristo, de la gracia santificadora de Dios, de la gracia fortalecedora de Dios, de la gracia de Dios que satisface, y de la gracia de Dios que nos capacita para servirle a Él y a los demás.

“Separados de Mí,” dijo Jesús, “tú no puedes hacer nada.” Y cuando llegamos a ese lugar donde nos sentimos indefensas y sin esperanza y no podemos hacer nada… Dios me mantiene en un lugar de eterna necesidad. Y ¿me va a gustar estar allí? No, realmente no, ni a ti, ¿Pero es un buen lugar para estar? Sí, lo es, porque me recuerda constantemente que necesito postrarme ante Dios y Su gracia.

Carmen: Nancy Leigh DeMoss ha estado compartiendo quince cosas que ella ha aprendido en cincuenta años de caminar con el Señor. Cuando tú llenas tu mente con verdades como estas y mantienes tu mente ocupada con la verdad día a día, esto tendrá un gran efecto en tu vida. Nancy está aquí para contarte acerca de una mujer que empezó a llenar su mente con la verdad día a día, y eso hizo una gran diferencia en sus pensamientos y en sus acciones.

Nancy: Quiero compartir contigo una historia alentadora acerca de cómo una ingeniera impulsiva y ambiciosa encontró libertad, plenitud, y abundancia en Cristo. En una de nuestras sesiones de grabación en Michigan nosotras nos estábamos moviendo por la sala para conocer a cada invitada en la audiencia y esta mujer se puso de pie y nos habló acerca de su experiencia como ingeniera.

Mujer: Yo crecí en los años 60 y 70 era una época en que las mujeres eran fuertemente alentadas a ir a la universidad y tener una buena educación para ser parte de la fuerza laboral. Entonces, me encuentro a mí misma trabajando como ingeniera en una gran compañía, siendo promovida rápida y exitosamente. Realmente, yo estaba muy, muy enfocada en lo que era mi propio éxito.

Yo creo que, probablemente, el mayor problema que reconozco ahora en retrospectiva, era el orgullo y una falsa sensación de control de que yo conseguiría cualquier cosa que quisiera y que de alguna manera sería feliz, pero yo no era feliz. Mi esposo se convirtió en cristiano al principio de nuestro matrimonio. Nosotros no nos casamos hasta que teníamos como 30 años y yo más o menos le dije que él iba a cocinar algunas noches de la semana y que íbamos a dividirnos las responsabilidades del matrimonio equitativamente.

Yo de hecho tracé y comparé nuestros salarios y me hice la meta de siempre estar por encima de él. Creo que eso nos hizo muy competitivos porque entonces trabajábamos en la misma empresa y el mismo cargo, pero esto realmente estaba minando nuestro matrimonio. Dios misericordiosamente le dio a mi esposo la paciencia para esperarme y eso tomó casi diez años más.

Bueno yo crecí en la iglesia y me llamaba a mí misma cristiana y Dios verdaderamente me habló y me dijo que yo era un fraude y yo sabía que Él estaba en lo cierto. En ese momento empecé a hacer planes para dejar el trabajo. Eso me tomó un tiempo, como unos seis meses. Al principio, mis hijos estaban muy preocupados porque nuestros ingresos estaban bajando y las cosas que eran comunes, como salir a cenar cada viernes por la noche, sabíamos que no podríamos continuar haciéndolas.

Sin embargo, muy pronto, se volvieron muy agradecidos de que yo estuviera en la casa y no lo habría querido de ninguna otra manera. Me encontré a mí misma, sabiendo que yo era una pecadora y aprendiendo más y más cada día acerca de cuán pecadora yo era, pero no teniendo muy claro cómo vivir una vida cristiana. Yo realmente no sabía cómo eso se veía.

Yo tenía mis hijos pequeños en ese entonces y estaba conduciendo por la ciudad y escuché a Nancy por la radio. Casi todo el tiempo yo la escuchaba y terminé llorando porque sentí como si ella realmente le hablara a mi corazón y apreciaba su transparencia. Yo pienso que ella fue el modelo de cómo ser una cristiana y cómo ser capacitada y tener la habilidad para estudiar las Escrituras y aprenderlas y aplicarlas.

Pienso que lo que me ayudo de Aviva Nuestros Corazones, y también de algunos estudios bíblicos y algunas mujeres cristianas que llegué a conocer, fue comprender cómo aplicarlo de manera práctica de modo que las Escrituras fueran un estilo de vida y no solo un libro que necesitaba asimilar.

Sé que algunas personas donaron para hacer posible Aviva Nuestros Corazones de manera que yo pudiera beneficiarme y escucharlo y estoy agradecida por sus sacrificios. Si no hubiera tenido eso, no puedo adivinar dónde estaría y estoy muy agradecida de poder hacer lo mismo.

Nancy: Esta mujer se dio cuenta que el Señor tenía para ella una prioridad mayor en esta etapa de su vida.

Me encanta escuchar historias acerca de cómo las mujeres experimentan la más grande libertad, plenitud y abundancia al conocer a Cristo. ¿No te sientes bendecida al escuchar esta clase de testimonios?

Bueno, cuando apoyas financieramente a Aviva Nuestros Corazones, contribuyes con esta clase de historias. Nosotras somos capaces de hablarle a mujeres como esta ingeniera gracias a oyentes como tú, que creen en este ministerio y quieren verlo continuar.

Estamos orando para que el Señor ponga en el corazón de nuestras oyentes el ayudarnos a alcanzar nuestra meta y superarla. Eso nos permitirá continuar con los ministerios actuales y estarás ayudando al ministerio a acelerar un movimiento de avivamiento y feminidad bíblica.

Así que si quieres hacer una contribución, llámanos al 1–800–569–5959, o visítanos a través de la página http://www.AvivaNuestrosCorazones.com. Si llamas, asegúrate de decir que deseas apoyar el ministerio hispano.

Carmen: No dejes de conectarte a la trasmisión en vivo de la conferencia Revive 15, que se está llevando a cabo en Indianápolis hoy y mañana. Visita AvivaNuestrosCorazones.com para más informes de cómo ser parte.

Bien, mañana Nancy volverá con “Quince cosas que he aprendido en cincuenta años”. Por favor, regresa con nosotros a Aviva Nuestros Corazones.

Aviva Nuestros Corazones, con Nancy Leigh DeMoss, es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras fueron tomadas de la Biblia de las Américas a menos que se indique otra fuente.

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