Solidarias en el dolor y la alegría

DÍA 33

Salmo 20

Dosis: Oración Intercesora

Solidarias en el dolor y la alegría

“Que te conceda lo que tu corazón desea; que haga que se cumplan todos tus planes. Nosotros celebraremos tu victoria, y en el nombre de nuestro Dios desplegaremos las banderas. ¡Que el SEÑOR cumpla todas tus peticiones!” (Salmo 20:4–5) (NVI)

Te propongo leer una vez las palabras de estos dos versículos. ¿A quién se las deseas? ¿Alguien te las dijo cuando más las necesitabas?

Hemos leído que en este Salmo el pueblo desea que Dios escuche, defienda, envíe ayuda, sostenga, acepte los sacrificios del rey y le dé la victoria en la batalla. Pero estos versículos añaden que el pueblo también ora porque Dios le dé al rey los deseos de su corazón, lo ayude a cumplir sus planes y le conceda todas sus peticiones.

En un plano más íntimo el pueblo declara ahora que confía en la intervención divina a todo nivel, y esto les da esperanza y seguridad. Pues la prosperidad del rey es la prosperidad de ellos y como comunidad se alegrarán y celebrarán la victoria. Lazos entrañables de amor, amistad, compañerismo, lealtad.

Esta mañana en mis oraciones matutinas, el Señor trajo a mi memoria a varias personas que están sufriendo la pérdida de sus seres queridos. Se encuentran en una etapa dolorosa, con sueños y planes interrumpidos intempestivamente. Sufriendo al ausencia, la incertidumbre, la angustia frente al futuro. Y algunos hasta la culpa. La batalla contra el dolor es compleja. Pero yo tengo esperanza. Pues sé que Dios es un padre compasivo, que lee nuestra mente y nuestro corazón, que se identifica con nuestros sentimientos, que extiende su cayado cuando más lo necesitamos, que nos conoce y quiere el bien de sus hijos. Que sus pensamientos son más grandes que nuestros pensamientos. Por eso oro por estas personas, con las palabras de este salmo.

En distintas etapas de mi vida, he acompañado al que sufre, en el tiempo de pérdida, dolor, angustia. He derramado lágrimas con muchas personas, las he abrazado identificándome plenamente con ellas y he orado con intensidad. Pero también he celebrado sus victorias. Cuando el dolor menguó, el duelo pasó, la tentación fue vencida, o las consecuencias del pecado superadas en fe. Por eso mi esperanza va más allá. Creo en las victorias. ¡Y me encanta celebrarlas!

Oración: Señor permíteme estar al lado del que sufre y compartir tanto el dolor como las victorias. Amén.

De Vergara, P. A., de Vera, A. D., & Harris, K. O. (2012). Isha-Salmos: Una dosis diaria de fe para ti. (P. A. de Vergara, Ed.) (Primera Edición, p. 48). Lima, Perú: Ediciones Verbo Vivo.