LA BELLEZA QUE NO SE MARCHITA – Por Isa Arenas

LA BELLEZA QUE NO SE MARCHITA

Por Isa Arenas

Personalmente quisiera compartirles que me encanta la historia de Rut lejos de todo el romanticismo que pueda tener me gusta su lealtad, obediencia y virtud de ella vemos como en el capítulo 3; un capítulo que puede ser controversial porque Noemí le pide a Ruth que busque a Booz por la noche, que se vista, se perfume y que lo busque en donde él dormirá; es interesante leer esto, cualquiera pensará que Noemí le pide a Rut que se vista de una forma determinada para seducirlo o que se vista con lo mejor que ella tiene; pero no, ella no estaba buscando seducir a Booz; lo que Noemí le pide es que le vaya a proponerle que la redima debido a su parentesco con Eli Melec (el esposo de Noemí); Rut si se arregló y perfumó, lo buscó y estando a sus pies; él dijo “Bendita seas tú de Jehová, hija mía; has hecho mejor tu postrera bondad que la primera, no yendo en busca de los jóvenes, sean pobres o ricos”; esta es una respuesta llena de gracia para Rut “bendita seas del Señor” y lo que él piensa de Rut es que su piedad y lealtad hacía Noemí lo ha hecho a él interesarse en ella debido a su virtud; no su atuendo y tampoco su perfume; también vemos que le dice “Ahora pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa”. Rut era una mujer virtuosa y él lo sabía, pero también su pueblo; la palabra “virtud” es la misma que se utiliza en proverbios 31 que elogia a este tipo de mujer, a la mujer que confía en Dios y que eso la hace virtuosa y no su atuendo o adorno.

NUESTRO ARREGLO COMO CRISTIANAS
1 Pedro 3:3-4

3 Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos,

4 sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.

Hermanas, Pedro dirige estas palabras a las mujeres y realiza el énfasis con la palabra atavío que hace alusión a vestidos, adornos y a nuestro arreglo personal; pero este versículo no es una prohibición o hace el énfasis a que la mujer cristiana debe estar mal vestida o mal arreglada, a lo largo de los años han existido varias malas interpretaciones de este texto en donde se opina que la mujer cristiana no debe de utilizar cosméticos o interesarse en el buen vestir, pero, el autor no es lo que nos dice, Pedro a lo que nos exhorta es a huir de toda exageración con nuestro arreglo exterior, como mujeres cristianas podemos vestir a la moda con un buen gusto y sentido común, esta es la verdadera forma en la que como mujeres seremos atractivas y no siendo exageradas mostrando de más de nuestro cuerpo o siendo ostentosas en nuestro adorno, si bien es bueno cuidar nuestro cuerpo y también tener el deseo de querer lucir bien, el vernos bien es algo que nos gusta y nos atrae; esta atracción también es para el sexo opuesto ¿por qué? porque el querernos ver bien puede ser para sentirnos bien, pero también para atraer, vemos en los versículos de 1 Pedro 3:1-2, el énfasis recae en que ninguna mujer puede ganar a un hombre por medio de su atractivo físico y mucho menos por medio de una exageración en nuestro adorno.

¿CUÁL ES TU MOTIVACIÓN?
En el capítulo 2 de 1 Pedro vemos instrucciones de cómo vivir para un creyente: nosotros somos maliciosos gracias al pecado sin embargo debemos anhelar permanecer en Cristo, porque linaje escogido somos, antes de ser rescatadas no habíamos alcanzado su misericordia y ahora, por los méritos de Cristo la tenemos, somos exhortados a abstenernos de los deseos de la carne, debemos evitar los deseos de nuestra naturaleza caída, públicamente y en lo privado. Se nos llama a abstenernos de nuestros deseos carnales y a mantener una buena manera de vivir entre los no creyentes ¿con qué fin? para que ellos vean la obra de Cristo y nosotros no seamos estorbo y tampoco los causantes de la caída de alguien que necesita su salvación y termino mi mención del capítulo 2 con el versículo 17: Amad a los hermanos; hermanas, no seamos causantes de tentación para nuestros hermanos varones; también vemos en 1 Pedro 3:4 como se nos aconseja a estar motivadas por el adorno interior un adorno suave y apacible, esta es la belleza que no se marchita; nuestra verdadera belleza inicia el interior (Prov. 31:30), debemos concentrarnos en desarrollar ese carácter virtuoso y reverente en la semejanza de Cristo (Prov. 15:13) y no en llamar la atención de los hombres mostrando nuestro cuerpo o siendo exageradas con nuestro adorno, seamos como Rut quien por gracia encontró a Booz.

REFLEJEMOS A CRISTO
Hermanas, hemos sido compradas por sangre y este acto de gracia nos debe motivar a amar a nuestros hermanos, ayudarlos, ser compasivos, misericordiosos y no estorbar a la obra del Evangelio en sus vidas (1 Pedro 3:8) y nuestra forma de arreglarnos reflejará a Cristo en nosotras, cuidemos nuestros cuerpos; si estás casada tu cuerpo es de tu esposo (1 Corintios 7:4) y si estás soltera es de Cristo (1 Corintios 7:34) y no importando tu estatus civil estamos llamadas a cuidarlo y de no ser causante de lujuria para nuestros hermanos, porque gracias a Cristo quien no solo sufrió como ejemplo para nosotros sino que llevó la condena y el castigo en nuestro lugar, gracias a sus méritos hemos sido declaradas justas y santas, se nos ha concedido una nueva vida para que lo reflejemos siendo modelos de belleza interior, que es lo que verdaderamente importa.

ACERCA DEL AUTOR
María Isabel Arenas se congrega y sirve a sus hermanos en Iglesia Reforma. Puedes seguirla en Twitter.

¿POR QUÉ ALGUIEN SE CONVIERTE EN CRISTIANO? | Tim Keller

Muchos dicen que los cristianos que mantienen las doctrinas históricas y tradicionales están detrás de los tiempos, son demasiado exclusivos y están “en el lado equivocado de la historia”. Dos libros recientes que ponen en duda este punto de vista son del historiador y biblista Larry Hurtado, Destructor de los dioses: La distinción de los primeros cristianos en el mundo romano (Baylor University Press, 2016) y ¿Por qué en la Tierra se hizo cristiano alguien en los primeros tres siglos? (Marquette University Press, 2016).

Los primeros cristianos fueron ampliamente ridiculizados, especialmente por las élites culturales, excluidos de los círculos de influencia y de negocios, y a menudo perseguidos y condenados a muerte. Hurtado dice que las autoridades romanas eran excepcionalmente hostiles hacia ellos, en comparación con otros grupos religiosos.

¿Por qué? Se esperaba que la gente tuviera sus propios dioses, pero que también estuvieran dispuestos a mostrar honor a todos los demás dioses. Casi todas las casas, todas las ciudades, todos los gremios profesionales y el propio Imperio tenían sus propios dioses. Ni siquiera podías ir a una comida en una casa grande o a cualquier evento público sin que se esperara que hicieras algún ritual para honrar a los dioses de ese grupo o lugar en particular. No hacerlo era muy insultante, al menos, para la casa o la comunidad. También era peligroso, ya que se pensaba que tal comportamiento podía traer la ira de los dioses. En particular, se consideraba traición no honrar a los dioses del imperio, en cuya autoridad divina se basaba su legitimidad.

Los cristianos, sin embargo, veían todos estos rituales y tributos como idolatría. Estaban comprometidos a adorar a su Dios exclusivamente. Aunque los judíos tenían el mismo punto de vista, en general eran tolerados, ya que eran un grupo racial distinto, y su peculiaridad se veía como una función de su etnia. El cristianismo, sin embargo, se extendió por todos los grupos étnicos, y la mayoría de ellos eran antiguos paganos que de repente, después de la conversión, se negaron a honrar a los otros dioses. Esto creó enormes problemas sociales, haciendo que fuera perturbador o imposible que los cristianos fueran aceptados en la mayoría de las reuniones públicas. Si un individuo en una familia o un sirviente se convertía en cristiano, de repente se negaban a honrar a los dioses de la casa.

La propagación del cristianismo fue vista como subversiva para el orden social, una amenaza para el modo de vida de la cultura. Se pensaba que los cristianos eran demasiado exclusivos para ser buenos ciudadanos.

Pero a la luz de los enormes costos sociales de ser cristiano en los primeros tres siglos, ¿por qué alguien se hizo cristiano? ¿Por qué el cristianismo creció tan exponencialmente? ¿Qué ofrecía el cristianismo que era mucho mayor que los costos? Hurtado y otros han señalado tres cosas.

En primer lugar, los cristianos fueron llamados a un “proyecto social” único que ofendió y atrajo a la gente. Los cristianos prohibieron tanto el aborto como la práctica de la “exposición infantil”, en la que los bebés no deseados eran simplemente desechados. Los cristianos eran una contracultura sexual en el sentido de que se abstenían de cualquier sexo fuera del matrimonio heterosexual. Esto estaba en medio de una cultura que pensaba que, especialmente para los hombres casados, el sexo con prostitutas, esclavos e hijos estaba perfectamente bien.

Además, los cristianos eran generosos con su dinero de manera inusual, particularmente con los pobres y necesitados, y no sólo con su propia familia y grupo racial. Otra diferencia sorprendente es que las comunidades cristianas son multiétnicas, ya que su identidad común en Cristo es más fundamental que sus identidades raciales y, por lo tanto, crean una diversidad multiétnica sin precedentes para una religión. Finalmente, los cristianos creían en la no represalia, perdonando a sus enemigos, incluso a aquellos que los estaban matando.

Segundo, el cristianismo ofrecía una relación de amor directa y personal con el Dios Creador. La gente alrededor de los cristianos quería el favor de los dioses, y las religiones orientales hablaban de experiencias de iluminación, pero una verdadera relación de amor con Dios era algo que nadie más estaba ofreciendo.

Tercero, el cristianismo ofrecía la seguridad de la vida eterna. Todas las demás religiones ofrecían alguna versión de la salvación a través del esfuerzo humano, y por lo tanto nadie podía estar seguro de la vida eterna hasta la muerte. Pero el evangelio nos da la base para una plena seguridad de la salvación ahora porque es por gracia no por obras y por la obra de Cristo no por la nuestra.

Espero que ya puedan ver la relevancia de estos estudios. La iglesia primitiva fue vista como demasiado exclusiva y una amenaza para el orden social porque no honraría a todas las deidades; hoy en día los cristianos están siendo vistos nuevamente como exclusiva y una amenaza para el orden social porque no honrará todas las identidades. Sin embargo, la iglesia primitiva prosperó en esa situación. ¿Por qué?

Una razón era que los cristianos eran ridiculizados como demasiado exclusivos y diferentes. Y sin embargo, muchos se sintieron atraídos por el cristianismo porque era diferente. Si una religión no es diferente de la cultura circundante, si no critica y ofrece una alternativa a ella, muere porque se le considera innecesaria. Si los cristianos de hoy fueran también famosos y estuvieran marcados por la castidad social, la generosidad y la justicia, la multietnicidad y la construcción de la paz, ¿no sería convincente para muchos? Irónicamente, los cristianos estaban “fuera de lugar” con la cultura del sexo para empezar, y no fue la iglesia sino la cultura la que finalmente cambió.

Otra razón por la que el cristianismo prosperó fue porque ofrecía cosas que ninguna otra cultura o religión ni siquiera afirmaba tener – una relación de amor con Dios y la salvación por gracia libre. Es lo mismo hoy en día. Ninguna otra religión ofrece estas cosas, ni tampoco el secularismo. Tampoco puede la opción “espiritual pero no religiosa” capturarlos realmente. Estas son todavía “ofertas de valor” únicas y pueden elevarse a una población espiritualmente hambrienta y sedienta.

La iglesia primitiva seguramente parecía que estaba en el “lado equivocado de la historia”, pero en cambio cambió la historia con una adherencia obstinada al evangelio bíblico. Esa debería ser también nuestra aspiración.

Tim Keller es el pastor senior de Redeemer Presbyterian Church (PCA) en Manhattan, Nueva York. También es el cofundador y vice presidente de The Gospel Coalition.

AFECTOS DEL CORAZÓN: LA ANSIEDAD

AFECTOS DEL CORAZÓN

LA ANSIEDAD

Por Jorge Melendez

¿Alguna vez te has sentido desesperado? ¿Inquieto? ¿Preocupado de una manera en la que pierdes el control?
Voy a tratar de ser específico e a ir a lo que algunas páginas médicas reconocidas por su confiabilidad dicen:

La ansiedad, como el estrés, es una respuesta del organismo ante situaciones límites, que se caracteriza por una sensación de angustia leve o miedo; y la aparición de aceleración del ritmo cardíaco y la respiración, sudoración o sensación de flojedad.

DSM-4 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales).
Todos experimentamos ansiedad en algún momento. No toda ansiedad es mala. Piensa un momento en aquel instante repentino en que perdiste de vista a tu hijo en el supermercado o en alguna venta callejera. Sufrimos cierta ansiedad cuando vamos tarde y queremos que todos se quiten, pitamos y pitamos, entre otras acciones; o cuando no hiciste la tarea y eres el siguiente en la lista para ser llamado a revisar.

Todo esto es muy diferente a sufrir una crisis de ansiedad. Me impactó lo que leí en una publicación médica que dice: “una crisis de ansiedad, sin ser un hecho grave para la salud, genera una situación de pánico que cursa con síntomas muy similares a los del infarto, hasta el punto de que puede confundirse con él. Ocurre de forma instantánea, sin previo aviso, y alcanza su máxima intensidad en cuestión de muy pocos minutos, pudiendo prolongarse durante más tiempo”.

De esa misma publicación tomaré algunos de los síntomas de una “crisis de ansiedad”.

La sintomatología puede variar en cada persona, pero se considera que se ha producido una crisis de ansiedad cuando se producen cuatro o más de los siguientes síntomas:

· Palpitaciones o elevación de la frecuencia cardíaca (taquicardia).
· Sensación de ahogo, con respiración rápida.
· Opresión en el pecho.
· Miedo o pánico. Literalmente, sentirse morir.
· Sudoración o escalofríos.
· Temblores.
· Náuseas o molestias abdominales.
· Mareo, o incluso desmayo.
· Sensación de irrealidad.
· Sensación de entumecimiento u hormigueo.
Esto es lo que se dice desde un punto de vista médico. Ahora nos dirigiremos a lo que la Biblia dice.
I. ENTENDIENDO EL CORAZÓN DE LA ANSIEDAD
Lo primero que tenemos que saber es que, en la Biblia, hay términos intercambiables para referirse a la ansiedad, por ejemplo: preocupación, angustia, ansiedad o afán. La palabra empleado en el idioma original—recordemos que la Biblia fue escrita en griego el NT y en hebreo el AT—literalmente significa una mente dividida (Merimnao). Este tipo de preocupación o ansiedad está prohibida repetidamente en la Biblia.

Vayamos a Mateo capítulo 6 y leamos a Jesús hablando de esta preocupación ansiosa.

Mateo 6.25-34
25Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? 27¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? 28Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; 29pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. 30Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? 31No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. 34Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.

Aquí la palabra es afanar o afanarse. ¿Qué es esta palabrita en el español? Ya lo he comentado en otras ocasiones. Afanarse es hacer todo lo posible por conseguir una cosa. No muchos de nosotros nos afanamos en acciones, pero si en pensamientos. Pensamos en qué podemos hacer en tal situación. Cómo lograr algo. Qué estará haciendo tal persona. En el caso del pasaje que leímos, vemos que Jesús dice que no debemos afanarnos por nuestra vida.

Veamos el versículo 25:

25Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir.

Hay seis expresiones claras aquí. Muchos tomamos, al hablar de la ansiedad y temor, del versículo 25 en adelante; sin embargo, debemos comprender que esta porción es una especie de consecuencia de lo que se ha dicho antes. Lo podemos saber por la expresión “por lo tanto, os digo…”. Lo que Jesús ha dicho antes es lo que concluye con esta porción del afán y la ansiedad. Veamos rápidamente el contexto.

El capítulo 6 de Mateo es interesante porque en él se habla del Padre nuestro. La oración modelo que Jesús enseñó. En ella Jesús está atacando la actitud religiosa de los fariseos que les gusta ser vistos al hacer oración simplemente con el fin de que sean considerados espirituales. Lo mismo sucede con el ayuno (del verso 16 al 18). Fíjate cómo concluye esta porción:

“18para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”

Mateo 6.18
La motivación de la oración y del ayuno—explicó Jesús—era hacerlo íntimamente para Dios. Sin embargo, hay una expresión interesante: “y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”. Aquí la palabra “Padre” está escrita con mayúscula, lo que nos da referencia a que se habla de Dios como Padre del creyente, cuidador, protector, etc.

Inmediatamente en el versículo 19 tenemos un encabezado que dice algo así: “tesoros en el cielo”. Mateo está ligando todas estas enseñanzas de Jesús para llevarnos más profundo.

Vamos a dar un viaje rápido por el contexto.

“19No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; 20sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. 21Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.”

Mateo 6.19-21
De plasmar Mateo la enseñanza de Jesús de orar en lo íntimo a nuestro Padre, ahora nos lleva a un tema que pareciera no tener conexión alguna. Jesús instruye a sus oyentes a ocuparse no de lo terrenal, sino de lo celestial. A hacer tesoros en el cielo donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde los ladrones no minan ni hurtan. ¿Cuál es la razón? Que en donde nosotros estemos haciendo nuestro tesoro ahí estará nuestro corazón.

Imagina que eres un empresario con muchos bienes, empresas, trabajadores, pendientes, etc. Estás trabajando para hacer bienes en el mundo, hacer dinero, ser rico, dejar un legado a la descendencia; ¿en qué crees que estará ocupado tu corazón? ¿Las cosas del cielo? ¡No! Vas a estar cuidando todas tus empresas. Tu corazón va a estar ahí, y por lo tanto, vas a tener miedo de perder lo que haz hecho. Así que Jesús está diciendo: Haz tesoros en el lugar correcto, porque donde estés haciendo tu tesoro, ahí va a estar tu corazón.

Luego sigue una enseñanza más: “La lámpara del cuerpo”.

“22La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; 23pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?”

Mateo 6.22-23
La enseñanza es clara en cierto aspecto. Dependiendo de lo que estemos viendo, de lo que cautive nuestra atención, eso estará creciendo dentro de nosotros. Para los judíos, un buen ojo representaba una actitud generosa; y el ojo maligno, una perspectiva incorrecta de las riquezas, que resulta en una profunda oscuridad interior y una ceguera moral que disminuye la capacidad de ver y llevar a cabo lo bueno.

Y finalmente, la tercera enseñanza corta, como puente para el tema de la ansiedad: “Dios y las riquezas”.

“24Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.”

Mateo 6.24
Podemos preguntarnos: ¿Qué tienen de relevancia este tema? Simplemente Jesús está dejando en claro que no se puede servir a dos señores. En este caso a Dios y las riquezas.

Vamos a unir entonces estas tres enseñanzas breves.

Jesús está siendo enfático al afirmar que un creyente, un hijo de Dios, uno que depende de Él y tiene la confianza de llamarlo “Padre”—pues comenzó hablando del Padre nuestro”—debe poner la mira, su atención en las cosas del cielo. Debe poner su corazón en el lugar donde debe hacer buenas riquezas; y no físicas ni monetarias, sino un tesoro eterno. Por lo tanto, aquellos que ponen su vista—o buen ojo—en las riquezas y las ven tal cual son, pueden tener su corazón en Dios. Por otro lado, aquellos que tienen un “ojo maligno”, tienen una percepción incorrecta de las riquezas; lo que los va a llevar a estimar más a las riquezas que a Dios, y por lo mismo, Jesús ha sido claro: “No se pueden servir a Dios ni a las riquezas al mismo tiempo”.

De manera sencilla, Jesús está diciendo: “Ocúpense de las cosas eternas, de las cosas del cielo, no estimen demasiado las riquezas y amen a Dios por encima de ellas”.

Veamos el siguiente texto:

“25Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?”

Mateo 6.26-26
Dicho de otra manera: “ocúpense de las cosas del cielo, amen a Dios sobre todo y no se preocupen por la vida (¡vida completa!), por lo que van a comer, beber o vestir. Su Padre tiene la capacidad de cuidar de ustedes.

Leamos el versículo 32:

“32Porque los gentiles [ un sinónimo de aquellos pecadores que no buscan a Dios]buscan todas estas cosas [es decir, están preocupado por todas estas cosas]; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas [ustedes no están como esos pecadores, sino que su Padre sabe de qué tienen necesidad y va a cuidar de ustedes]”.

Mateo 6.32
Aunque puedo seguir desarrollando este pasaje (que lo haremos en otra ocasión), la enseñanza sobre la ansiedad es sencilla: debemos poner a Dios en el lugar correcto, no debemos de perder de vista que Él nos cuida, guarda, ama, provee; y es quien se ocupa de nosotros.

II. IDENTIFICANDO EL DETONANTE DE LA ANSIEDAD
Como lo hemos visto hasta aquí, cualquier área en la que estemos sufriendo o padeciendo ansiedad, tiene que ver con qué es lo que está ocupando nuestro corazón, tiene que ver con aquello con lo que hemos movido a Dios de lugar. Esto provoca entonces una preocupación o afán que son pecaminosos, porque producen un interés exagerado o irracional acerca del futuro y otras cosas, que nos impiden cumplir con las responsabilidades bíblicas del presente.

Lo que originalmente pensé para este mensaje era presentar varias situaciones que producen ansiedad, pero la ansiedad es causada por un sin fin de motivos, así que lo que vamos a hacer es tratar de identificar el detonante de la ansiedad.

La ansiedad es producida por el miedo. El miedo hace que nos enfoquemos en algo, o en cierta situación que consideramos peligrosa que nos impide; ya sea amar a Dios, o a los demás de manera correcta debido a que eclipsan primeramente nuestro concepto de Dios, de nosotros, de los demás y/o de las circunstancias.

Dios dice que es pecado tener miedo excesivo a cosas del mundo en lugar de ser motivados y controlados por el temor a Dios. El temor a Dios no es un miedo como lo concebimos, sino es más un respeto amoroso y reverente ante Él.

Hace tiempo fui testigo de una discusión que terminó casi a golpes, porque un joven tenía miedo a las cucarachas y cuando la mamá lo mandó a un cuarto no quería ir. Literalmente se puso como un niño pequeño que gritaba y pataleaba, esa escena terminó en pelea, groserías, etc. Aquí el miedo lo controló más que ese temor reverente que debió de haber tenido hacía el Señor, ya que lo que la cucaracha podría haberle hecho, no se compara con lo que Dios pudiera hacer al joven condenándole por rebelde y desobediente, ya que había deshonrado a su madre, y el Señor pide que sean honrados.

¿Qué pasó aquí? En estos miedos se pone “algo” por sobre Dios. Quitamos la mirada del cuidado y del amor de Dios y nos centramos en otra cosa.

¿Qué pensaba este joven de la cucaracha? ¿Qué pensaba de sí mismo? ¿Qué pensaba de la mamá? ¿Qué pensaba de Dios?

Dios, mamá, sí mismo, cucaracha…

Cuando somos víctimas de la ansiedad por miedo, debemos de pedir a Dios dominio propio para poner cada cosa en su lugar.

“Pues Dios no nos ha dado espíritu de cobardía, sino de poder, de amor, y de dominio propio”.

2 de Timoteo 1:7
Quise abordar este ejemplo para que nos ayude a entender los demás, y veremos que ya sea que temamos a una cucaracha o a una enfermedad, el corazón funciona de la misma manera.

La mayoría de las veces es fácil encontrar el detonante de la ansiedad haciendo la pregunta: ¿a qué tienes miedo? Ya que se puede percibir una amenaza.

Por ejemplo, piensa en un padre de familia que tiene problemas en su trabajo y posiblemente sea despedido. Tiene miedo porque su seguridad está amenazada. ¿Qué sucede cuando piensa en que puede ser despedido? Vienen los síntomas de palpitaciones, temblores, sudor, etc. Esta es una crisis de ansiedad.

Primera pregunta: ¿A qué tiene miedo? Ser despedido, no poder proveer para su familia.

¿Qué está pensando de él? Que él es el responsable de su familia. Esto es cierto, pero no del todo.

¿Qué está pensando de Dios? Que Dios es un Dios que lo va a abandonar, que no se interesa por él y que es hasta malvado porque los va a hacer sufrir.

¿Qué está pensando de los demás o de las circunstancias? Que lo van a destruir, lo van a hacer sufrir, que es el medio determinante para su sostenimiento.

Vamos a ayudarlo a centrar sus pensamientos de manera correcta:

¿Que debe de pensar de Dios? Que Dios se interesa por él porque lo ama. Que Dios es poderoso y nada está fuera de su control.

¿Qué debe pensar de las circunstancias o de los demás? Que su trabajo no es la fuente de su seguridad, sino que es Dios, quien además es su seguridad y sustento.

¿Qué debe pensar de sí mismo? Que es un ser limitado, que no sabe el futuro, que está creado para depender y confiar en Dios.

En la medida que el crea todo esto, es en la medida que su corazón será controlado.

Jorge Meléndez, vivo en ciudad Delicias, Chihuahua, México, soy líder del equipo de plantación de la Iglesia Sobre La Roca en la misma ciudad. Fuí salvo en el año 2010 en una pequeña iglesia pentecostal donde al tratar de entender mi conversión supe que fuí cautivado por la gracia de Dios cuando estaba muerto en mis delitos y pecados. Me desempeño laboralmente como productor y locutor de radio.

¿ES POSIBLE RESISTIRSE AL ESPÍRITU SANTO?

Evangelio Verdadero

¿ES POSIBLE RESISTIRSE AL ESPÍRITU SANTO?

Por Rafael Zúñiga

“¡Pueblo terco! Ustedes son paganos de corazón y sordos a la verdad. ¿Resistirán para siempre al Espíritu Santo? Eso es lo que hicieron sus antepasados, ¡y ustedes también!” – Hechos 7:51 (NTV)

Cuando era más joven y atravesaba mi etapa como universitario, había dos preguntas que me hacía constantemente: ¿Soy verdaderamente salvo? y ¿He blasfemado contra el Espíritu Santo?

Recuerdo muy bien que, por muchas noches, estás dos incógnitas daban vueltas en mi cabeza. La primera pregunta se resolvió más rápido que la segunda, después de entender que es por medio de la fe y por gracia que mi vida se colocaba en una posición correcta delante de Dios. Pero la segunda pregunta me seguía causando muchas dudas, por la razón de que observaba actitudes mías y me hacían pensar que en algo estaba ofendiendo al Espíritu Santo.

Ahora, cuando leo estas palabras de Esteban, el primer mártir, no puedo evitar pensar lo triste y desilusionado que se sentía por el rechazo de los fariseos hacia el mensaje del Evangelio. El describe a los fariseos como “pueblo terco”, o para los más clásicos, “duros de cerviz”. Es la misma expresión que se usa cuando el pueblo de Israel se quejaba y era incrédulo para con Dios en el desierto, después de salir de Egipto.

Entonces, habiendo dicho esto de forma muy general: ¿Es posible resistirse al Espíritu Santo? La respuesta: Si y no.

¿Cómo resistimos al Espíritu Santo?

Antes que todo, debemos entender que el Espíritu Santo es una persona. No es una fuerza o energía. Es una persona que forma parte de la Trinidad. Es uno con el Padre y con el Hijo. El Espíritu Santo estuvo en el principio de la creación (Gn. 1), y está con la Iglesia hasta el final de los tiempos esperando el regreso glorioso de Jesús (Ap. 22:17). Así que, podemos decir que el Espíritu Santo siempre ha estado trabajando aquí en la tierra. En otras palabras, el trabajo principal del Espíritu Santo es traer vida al alma humana, por medio del mensaje del Evangelio, haciéndonos claro lo majestuoso que es Cristo Jesús.

Pero, si el Espíritu Santo es incomparablemente fuerte, ¿cómo es qué puede ser resistido? ¿Qué es lo que puede colocar una barrera entre Él y yo? La respuesta a esto es clara y objetiva: la incredulidad del hombre. Si recuerdas, los fariseos le dijeron a Jesús que Él hacía milagros por medio de fuerzas demoniacas (Mt. 12). Es decir, le atribuyeron el poder del Espíritu Santo a los demonios. ¡Qué ligereza para hablar!

Un capítulo más adelante (Mt. 13), dice que Jesús no pudo hacer muchos milagros en Nazaret por causa de la incredulidad de la gente. El ministerio de Jesús se vio opacado por la falta de fe de las personas. La acción del Espíritu Santo para hacer algo sobrenatural se vio interrumpida porque la gente que no quería creer.

La incredulidad al mensaje del Evangelio es un rechazo directo a la obra del Espíritu Santo, ya que Él es el encargado principal de iluminar nuestros corazones y nuestras mentes de la verdad de Cristo Jesús. Cuando alguien decide voluntariamente decir “No quiero este mensaje…no creo en Jesús”, estas oponiéndose directamente a lo que el Espíritu quiere hacer en esa persona.

Pero, esto no es solo una advertencia para los no creyentes. También es algo en lo que podemos caer, los que ahora somos salvos. El apóstol Pablo comento varias cosas acerca de esto:

“No entristezcan al Espíritu Santo de Dios con la forma en que viven.” – Efesios 4:30 (NTV)

“No apaguen al Espíritu Santo.” – 1 Tesalonicenses 5:19 (NTV)

Es posible apagar la presencia del Espíritu Santo en nosotros con nuestras actitudes hacia Él. Es posible dejar de escuchar la dirección del Espíritu cuando nos aferramos a hacer nuestra voluntad, y no lo que Él sabe que es mejor para nuestras vidas.

Te quiero preguntar: ¿Qué te ha estado pidiendo Dios que entregues a Él? ¿Hay alguna área de tu vida que necesita cambios y te estás negando?

Viviendo sin resistencia

La única manera en que podemos empezar a vivir plenamente en el Espíritu es cuando rendimos todo lo que somos en humildad y fe. Esto significa que hacemos a un lado toda incredulidad, y aún si hubiera algo de esto en nuestro corazón, podemos decir como aquel hombre en busca de ayuda para su hijo: “¡Sí, creo, pero ayúdame a superar mi incredulidad!” (Mr. 9:24, NTV).

No hay incredulidad que el Espíritu de Dios no pueda vencer, aún así debemos venir a Él con la actitud y disposición correcta. Vivamos sin resistir su presencia y poder, y comencemos a experimentar todo lo que Él desea hacer en nosotros y por medio de nosotros.

ACERCA DEL AUTOR

Rafael Zúñiga. 27 años. Esposo de Cesia Carmí y papá de Alaia. Viven en la ciudad de Tijuana, Baja California. Actualmente se congregan y sirven en Iglesia Ancla. Es arquitecto de profesión, y además escribe regularmente en su blog personal en Medium. Puedes escucharlo también en su podcast “La Colina de Marte” en la plataforma de tu preferencia. Síguelo en sus redes sociales: Facebook e Instagram.