“Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová.” Oseas 6:3.

2 de Septiembre

“Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová.” Oseas 6:3.

a1Alcanzaremos el santo conocimiento, no de una sola vez, sino gradualmente, y nuestro deber es perseverar y aprender poco a poco. No debemos desesperar, aunque nuestro progreso sea lento, pues todavía hemos de aprender. El Señor, que se ha convertido en nuestro maestro, no se dará por vencido con nosotros, independientemente de cuán tardos de entendimiento seamos; pues no sería para honra Suya que algún grado de insensatez humana frustrara Su destreza. Él Señor se deleita en volver sabio al necio.

Nuestro deber es apegarnos a nuestro tópico principal, y proseguir en conocer, no esta doctrina peculiar o aquella otra, sino al propio Jehová. Conocer al Padre, Hijo, y Espíritu, el Dios Trino, esto es la vida eterna: dediquémonos a esto, pues así obtendremos una instrucción completa. Al proseguir en conocer a Jehová, aprenderemos la curación después del desgarro, la restauración después del asolamiento, y la vida después de la muerte. La experiencia tiene su obra perfecta cuando el corazón sigue las pisadas del Señor Todopoderoso.

Alma mía, mantente cerca de Jesús, prosigue en conocer a Dios en Jesús, y así llegarás al conocimiento de Cristo, que es la más excelsa de todas las ciencias. El Espíritu Santo te guiará a toda la verdad. ¿Acaso no este un oficio lleno de gracia? Confía en que Él lo cumplirá.

    La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román.

“Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor.” Juan 15:10.

1 de Septiembre

“Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor.” Juan 15:10.

a1Permanecer en obediencia y permanecer en el amor de Jesús, son cosas que no pueden separarse. Una vida bajo el gobierno de Cristo es lo único que podría demostrar que somos los objetos del deleite de nuestro Señor. Debemos guardar el mandamiento de nuestro Señor, si queremos recibir el sol de Su amor. Si vivimos en pecado, no podríamos vivir en el amor de Cristo. Sin la santidad que agrada a Dios, no podríamos agradar a Jesús. Quien no le da ninguna importancia a la santidad, no sabe nada del amor de Jesús.

El disfrute consciente del amor de nuestro Señor es un asunto delicado. Es mucho más sensible al pecado y a la santidad que el mercurio lo es al frío y al calor. Cuando somos tiernos de corazón, y prudentes de pensamiento, labios y vida, para honra de nuestro Señor Jesús, entonces recibimos señales incontables de Su amor. Si deseamos perpetuar esta bienaventuranza, debemos perpetuar la santidad. El Señor Jesús no esconderá Su rostro de nosotros a menos que nosotros escondamos nuestro rostro de Él. El pecado forma la nube que oscurece a nuestro Sol: si somos diligentemente obedientes y completamente consagrados, podremos caminar en la luz, como Dios está en la luz, y tendremos una permanencia segura en el amor de Jesús como Jesús la tiene en el amor del Padre. Aquí tenemos una dulce promesa con un solemne “si”. Señor, pon este “si” en mi mano; pues, como una llave, abre este estuche de joyas.

    La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román.

“Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.” 1 Pedro 1:25.

31 de Agosto

“Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.” 1 Pedro 1:25.

Toda enseñanza humana, y, en verdad, todos los seres humanos, llegarán a su fin como la hierba del campo; pero aquí se nos asegura que la palabra del Señor es de una naturaleza muy diferente, pues permanecerá para siempre.

a1Tenemos aquí un Evangelio divino; pues, ¿cuál palabra podría permanecer para siempre sino la palabra que es hablada por el Dios eterno?

Tenemos aquí un Evangelio que vive para siempre, tan lleno de vitalidad como cuando salió por primera vez de los labios de Dios; tan poderoso para convencer y convertir, para regenerar y consolar, para sostener y santificar, como lo fue desde sus primeros días en que obró maravillas.

Tenemos un Evangelio inmutable, pues no es hierba verde hoy, y mañana paja seca; sino que siempre es la verdad permanente del inmutable Jehová. Las opiniones cambian, pero la verdad certificada por Dios no puede cambiar, como no cambia el Dios inmutable que la expresó.

Entonces, aquí tenemos un Evangelio en el que nos regocijamos, una palabra del Señor en la que podemos apoyar todo nuestro peso. “Para siempre” incluye vida, muerte, juicio y eternidad. Gloria sea dada a Dios en Cristo Jesús por la consolación eterna. Aliméntense de la palabra hoy, y todos los días de su vida.

     La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román.

“No es así mi casa para con Dios; sin embargo, él ha hecho conmigo pacto perpetuo, ordenado en todas las cosas, y será guardado, aunque todavía no haga él florecer toda mi salvación y mi deseo.” 2 Samuel 23:5.

30 de Agosto

“No es así mi casa para con Dios; sin embargo, él ha hecho conmigo pacto perpetuo, ordenado en todas las cosas, y será guardado, aunque todavía no haga él florecer toda mi salvación y mi deseo.” 2 Samuel 23:5.

a1Esta no es tanto una promesa sino un cúmulo de promesas: una caja de perlas. El pacto es el arca que contiene todas las cosas.

Estas son las últimas palabras de David, pero pueden ser mías hoy. Aquí encontramos un suspiro: las cosas no están conmigo y no son mías como yo lo desearía; hay pruebas, cuidados y pecados. Todo esto pone dura a la almohada.

Aquí encontramos un solaz: “Él ha hecho conmigo pacto perpetuo.” Jehová se ha comprometido conmigo, y ha sellado el pacto con la sangre de Jesús. Estoy ligado a mi Dios, y mi Dios a mí.

Esto hace prominente una seguridad, puesto que este pacto es eterno, bien ordenado y guardado. No hay nada que temer por el paso del tiempo, ni fallará por algún punto olvidado, o por la incertidumbre natural de las cosas. El pacto es un cimiento hecho de roca sobre el cual se construye para vida o para muerte.

David siente satisfacción: no necesita nada más para salvación o deleitación. Está liberado, y complacido. El pacto es todo lo que el hombre pueda desear.

Oh alma mía, vuélvete en este día a tu Señor Jesús, a Quien el grandioso Dios ha dado para que sea un pacto para el pueblo. Tómalo para que sea tu todo en todo.

   La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román.

“Y su alma será como huerto de riego.” Jeremías 31:12.

29 de Agosto

“Y su alma será como huerto de riego.” Jeremías 31:12.

a1¡Oh, tener el alma de uno bajo el cuidado celestial; que ya no fuese un desierto, sino un huerto del Señor! Delimitada en el yermo, amurallada alrededor por la gracia, plantada por la instrucción, visitada por el amor, desyerbada por la disciplina celestial, y protegida por el poder divino, el alma favorecida de uno es preparada para dar fruto para el Señor.

Pero un huerto puede perder su lozanía por falta de agua, y entonces todos sus cultivos se ponen mustios y llegan al punto de secarse. ¡Oh, alma mía, cuán pronto sería este tu caso si el Señor te dejara! En el oriente, un huerto carente de agua pronto deja de ser un huerto: nada puede madurar, crecer, o ni siquiera vivir. Cuando se mantiene la irrigación, el resultado es encantador. Oh, que nuestra alma fuese regada uniformemente por el Espíritu Santo. Que cada parte del huerto contara con su propio torrente; abundantemente: que un refrescamiento suficiente llegara a cada árbol y a cada planta, independientemente de cuán sedientos estén por naturaleza; continuamente: que cada hora trajera no solamente su calor, sino también su refrigerio; sabiamente: que cada planta recibiera justo lo que necesitara. En un huerto pueden ver que su verdor depende de dónde corre el agua, y pronto pueden percibir cuando el Espíritu de Dios viene.

Oh, Señor, riégame en este día, e indúceme a producir para ti una cosecha completa. Amén.

    La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román.

“En cuanto a mí, a Dios clamaré; y Jehová me salvará.” Salmo 55:16.

28 de Agosto

“En cuanto a mí, a Dios clamaré; y Jehová me salvará.” Salmo 55:16.

a1Sí, debo orar y lo haré. ¿Qué otra cosa podría hacer? Traicionado, abandonado, acongojado, frustrado, oh mi Dios, clamo a Ti. Mi Siclag está reducida a cenizas, y los hombres hablan de apedrearme; pero yo aliento a mi corazón en el Señor, que me sostendrá en esta prueba como me ha sostenido en otras muchas pruebas. Jehová me salvará; estoy seguro que lo hará, y yo declaro mi fe.

El Señor me salvará y nadie más. No deseo ninguno otro ayudador, y no confiaría en un brazo de carne aun si pudiera. Clamaré a Él en la noche, y en la mañana, y al mediodía, y no clamaré a nadie más, pues Él es Todo-suficiente.

No tengo la menor idea de cómo me salvará; pero lo hará, lo sé. Él lo hará de la mejor y más segura manera, y lo hará en el sentido más grande, más verdadero, y más pleno. El grandioso YO SOY me librará de esta prueba y de todas las futuras pruebas, tan ciertamente como Él vive; y cuando llegue la muerte, y todos los misterios de la eternidad se presenten a continuación, esta afirmación todavía será cierta: “Jehová me salvará.” Este será mi cántico a lo largo de todo este día de otoño. ¿No es acaso como una manzana madura proveniente del árbol de la vida? Me alimentaré de ella. ¡Cuán dulce es a mi paladar!

      La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román.

“Te he escogido en horno de aflicción.” Isaías 48:10.

27 de Agosto

“Te he escogido en horno de aflicción.” Isaías 48:10.

a1Este ha sido desde hace mucho tiempo el lema fijado delante de nuestros ojos en la pared de nuestro aposento, y de muchas maneras ha sido escrito también en nuestro corazón. No es algo insignificante ser elegido por Dios. La elección de Dios convierte a los elegidos en hombres especiales. Es mejor ser elegido por Dios que elegido por una nación entera. Este privilegio es tan eminente, que aunque viniere acompañado de algún inconveniente, lo aceptaríamos gozosamente, de la misma manera que el judío comía las hierbas amargas que acompañaban al Cordero Pascual. Nosotros escogemos el horno, puesto que Dios nos escoge en él.

Somos escogidos como un pueblo afligido, y no como un pueblo próspero; elegidos, no en el palacio, sino en el horno. En el horno la belleza es desfigurada, la moda es destruida, la fortaleza es derretida, la gloria es consumida, y, sin embargo, aquí el amor eterno revela sus secretos, y declara su escogencia. Así ha sido en nuestro caso. En tiempos de las más severas pruebas, Dios nos ha hecho claros nuestro llamamiento y elección, y nosotros los hemos hecho firmes: entonces hemos elegido al Señor para que sea nuestro Dios, y Él ha mostrado que somos ciertamente Sus elegidos. Por lo tanto, si hoy el horno es calentado siete veces más, no le temeremos, pues el glorioso Hijo de Dios caminará con nosotros en medio de los carbones ardientes.

     La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román.

“Y juzgaré entre oveja y oveja.” Ezequiel 34:22.

26 de Agosto

“Y juzgaré entre oveja y oveja.” Ezequiel 34:22.

a1Algunos son gordos y prósperos, y por eso son rudos con los débiles. Este es un pecado cruel, y causa mucha aflicción. Esos empujones con el costado y con el hombro, esos empellones a las enfermas con los cuernos, son un triste instrumento de ofensa en las asambleas de los creyentes profesantes. El Señor toma nota de estos hechos altivos y groseros, y se enoja grandemente por causa de ellos, pues Él ama al débil.

¿Se cuenta mi lector entre los despreciados? ¿Es un gemidor en Sion y un hombre marcado por causa de su tierna conciencia? ¿Lo juzgan duramente estos hermanos? Que no resienta su conducta; sobre todo, que no empuje ni dé empellones en retribución. Que deje el asunto en las manos del Señor. Él es el Juez. ¿Por qué habríamos de entrometernos en Su oficio? Él decidirá mucho más justamente que nosotros. Su tiempo para el juicio es el mejor, y no debemos tener ansias de apresurarlo.

Que se ponga a temblar el opresor de empedernido corazón. Aunque atropelle impunemente a los demás en el momento presente, todas sus altivas expresiones están debidamente registradas, y por cada una de ellas habrá de rendir cuentas ante el tribunal del Grandioso Juez.

¡Paciencia alma mía! ¡Paciencia! El Señor conoce tu aflicción. ¡Tu Jesús tiene piedad de ti!

     La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román.

Yo apacentaré mis ovejas, y yo les daré aprisco, dice Jehová el Señor.” Ezequiel 34:15.

25 de Agosto

Yo apacentaré mis ovejas, y yo les daré aprisco, dice Jehová el Señor.” Ezequiel 34:15.

a1Bajo el pastorado divino, los santos son alimentados hasta la saciedad. La suya no es una insatisfactoria ración vana de simple “pensamiento”; mas el Señor alimenta a los santos con la sólida verdad sustancial de la revelación divina. Hay en la Escritura un nutrimento real para el alma que es introducido en el corazón por el Espíritu Santo. Jesús, Él propio, es el alimento que sostiene la vida de los creyentes. Nuestro Grandioso Pastor nos promete que ese sagrado sustento nos será dado por Su propio Ser. Si, en el día domingo, nuestro pastor terrenal tuviera las manos vacías, el Señor no las tiene vacías.

La mente descansa cuando es alimentada con la santa verdad. Quienes son alimentados por Jehová están en paz. Ningún perro los preocupará, ningún lobo los devorará, ningunas inclinaciones a la intranquilidad los turbarán. Se acostarán y digerirán el alimento que han disfrutado. Las doctrinas de la gracia no sólo son sustentadoras, sino también consoladoras: en ellas tenemos los medios que nos vigorizan y nos hacen descansar. Si los predicadores no nos proporcionaran descanso, busquemos al Señor para encontrar el descanso.

Que el Señor nos conduzca en este día a alimentarnos en los pastos de la Palabra, y nos dé descanso en ellos. Que este día esté marcado, no por la insensatez, ni por la preocupación, sino por la Meditación y la Paz.

 La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román.

“Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos.” 1 Corintios 1:19.

24 de Agosto

“Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos.” 1 Corintios 1:19.

a1Este versículo es una amenaza para los sabios del mundo, pero es una promesa para el simple creyente. Los que se declaran eruditos están continuamente tratando de convertir en cenizas la fe del humilde creyente. Pero fallan en sus intentos. Sus argumentos se desploman, sus teorías caen por su propio peso, y sus conspiraciones infernales se delatan a sí mismas antes de que su propósito se vea cumplido. El viejo Evangelio no está extinto todavía, ni lo estará mientras el Señor viva. Si pudiera ser exterminado, ya habría perecido de sobre la faz de la tierra desde hace mucho tiempo.

Nosotros no podemos destruir la sabiduría de los sabios, ni procuramos intentarlo, pues la obra está en mejores manos. El propio Señor dice: “lo haré” y Él nunca resuelve en vano. Él declara Su propósito dos veces en este versículo, y podemos tener la certeza que no se apartará de él.

¡Qué obra tan perfecta de limpieza hace el Señor en lo relativo a la filosofía y al “pensamiento moderno” cuando pone Sus manos en ello! Abate la fina apariencia hasta convertirla en nada; destruye por completo la madera, el heno y la hojarasca. Está escrito que será así, y así será. Señor, hazlo pronto. Amén y Amén.


    La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román.