Mateo cap. 14-28 – 3/32

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Serie: Nuevo Testamento

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3/32 – Mateo cap. 14-28

Mira nuestro video de Lee la Biblia sobre el libro de Mateo que desglosa el diseño literario del libro y su línea de pensamiento. En Mateo, Jesús trae a la tierra el reino celestial de Dios e invita a sus discípulos a entrar a una nueva forma de vivir a través de su muerte y resurrección.

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Lee la Biblia: Mateo cap. 1-13

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2/32 – Mateo cap. 1-13

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Muerte de Juan el Bautista

Mateo 14-16

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Muerte de Juan el Bautista

alimentemos_el_alma14 Por aquel tiempo[a], Herodes el tetrarca oyó la fama de Jesús, y dijo a sus sirvientes: Este es Juan el Bautista. El ha resucitado de entre los muertos, y por eso es que poderes milagrosos actúan en él. Porque Herodes había prendido a Juan, lo había atado[b] y puesto en la cárcel por causa de Herodías, mujer de su hermano Felipe; porque Juan le decía: No te es lícito tenerla. Y aunque Herodes quería matarlo, tenía miedo al pueblo[c], porque consideraban[d] a Juan como un profeta. Pero cuando llegó[e] el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodíasdanzó ante[f] ellos y agradó a Herodes. Por lo cual le prometió con juramento darle lo que ella pidiera. Ella, instigada por su madre, dijo*: Dame aquí, en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista. Y aunque el rey se entristeció, a causa de sus[g] juramentos y de sus invitados[h], ordenó que se la dieran; 10 y mandó decapitar a Juan en la cárcel. 11 Y trajeron su cabeza en una bandeja y se la dieron a la muchacha, y ella se la llevó a su madre. 12 Los discípulos de Juan[i] llegaron y recogieron el cuerpo y lo sepultaron; y fueron y se lo comunicaron a Jesús.

Alimentación de los cinco mil

13 Al oír esto, Jesús se retiró de allí en una barca, solo, a un lugar desierto; y cuando las multitudes lo supieron[j], le siguieron a pie desde las ciudades. 14 Y al desembarcar[k], vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos y sanó a sus enfermos. 15 Al atardecer se le acercaron los discípulos, diciendo: El lugar está desierto y la hora es ya avanzada; despide, pues, a las multitudes para que vayan a las aldeas y se compren alimentos. 16 Pero Jesús les dijo: No hay necesidad de que se vayan; dadles vosotros de comer. 17 Entonces ellos le dijeron*: No tenemos aquí más que cinco panes y dos peces. 18 El les dijo: Traédmelos acá. 19 Y ordenando a la muchedumbre que se recostara sobre la hierba, tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo los alimentos, y partiendo los panes, se los dio a los discípulos y los discípulos a la multitud. 20 Y comieron todos y se saciaron. Y recogieron lo que sobró de los pedazos: doce cestas llenas. 21 Y los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.

Jesús anda sobre el mar

22 Enseguida hizo que los discípulos[l] subieran a la barca y fueran delante de El a la otra orilla, mientras El despedía a la multitud. 23 Después de despedir a la multitud, subió al monte a solas para orar; y al anochecer, estaba allí solo. 24 Pero la barca estaba ya a muchos estadios[m] de tierra, y era azotada[n] por las olas, porque el viento era contrario. 25 Y a la cuarta vigilia de la noche[o], Jesús vino a ellos andando sobre el mar. 26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, y decían: ¡Es un fantasma! Y de miedo, se pusieron a gritar. 27 Pero enseguida Jesús les habló, diciendo: Tened ánimo, soy yo; no temáis.28 Respondiéndole Pedro, dijo: Señor, si eres tú, mándame que vaya a ti sobre las aguas. 29 Y El dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, caminó sobre las aguas, y fue hacia Jesús. 30 Pero viendo la fuerza del viento tuvo miedo, y empezando a hundirse gritó, diciendo: ¡Señor, sálvame! 31 Y al instante Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo*: Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?32 Cuando ellos subieron a la barca, el viento se calmó. 33 Entonces los que estaban en la barca le adoraron, diciendo: En verdad eres Hijo de Dios.

34 Terminada la travesía, bajaron a[p] tierra en Genesaret. 35 Y cuando los hombres de aquel lugar reconocieron a Jesús[q], enviaron a decirlo por toda aquella comarca de alrededor y le trajeron todos los que tenían algún mal. 36 Y le rogaban que les dejara tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que lo tocaban quedaban curados.

Discusión con algunos escribas y fariseos

15 Entonces se acercaron* a Jesús algunos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo: ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Pues no se lavan las manos cuando comen pan. Y respondiendo El, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios a causa de vuestra tradición? Porque Dios dijo: “Honra a tu padre y a tu madre,” y: “Quien hable mal desu padre o de su madre, que muera[r].” Pero vosotros decís: “Cualquiera que diga a su padre o a su madre: ‘Es ofrenda a Dios todo lo mío con que pudieras ser ayudado’, no necesitará más honrar[s] a su padre o a su madre[t].” Y asíinvalidasteis la palabra[u] de Dios por causa de vuestra tradición. ¡Hipócritas! Bien profetizó Isaías de vosotros cuando dijo:

Este pueblo con los labios me honra,
pero su corazon esta muy lejos de mi.
Mas en vano me rinden culto,
enseñando como doctrinas preceptos de hombres.”

Lo que contamina al hombre

10 Y llamando junto a sí a la multitud, les dijo: Oíd y entended: 11 no es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre. 12 Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron*: ¿Sabes que los fariseos se escandalizaron[v] cuando oyeron tus palabras[w]? 13 Pero El contestó y dijo: Toda planta que mi Padre celestial no haya plantado, será desarraigada. 14 Dejadlos; son ciegos guías de ciegos[x]. Y si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en el hoyo. 15 Respondiendo Pedro, le dijo: Explícanos la parábola. 16 Y El dijo: ¿También vosotros estáis aún faltos de entendimiento?17 ¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al estómago[y] y luego se elimina[z]? 18 Pero lo que sale de la boca proviene del corazón, y eso es lo que contamina al hombre. 19 Porque del corazón provienen malos pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios y calumnias.20 Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero comer sin lavarse las manos no contamina al hombre.

Jesús sana a la hija de una cananea

21 Saliendo Jesús de allí, se retiró a la región de Tiro y de Sidón. 22 Y he aquí, una mujer cananea que había salido de aquella comarca, comenzó a gritar, diciendo: Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí; mi hija está terriblemente endemoniada. 23 Pero El no le respondió palabra. Y acercándose sus discípulos, le rogaban, diciendo: Atiéndela[aa], pues viene gritando tras nosotros. 24 Y respondiendo El, dijo: No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 25 Pero acercándose ella, se postró[ab] ante El, diciendo: ¡Señor, socórreme!26 Y El respondió y dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echárselo a los perrillos. 27 Pero ella dijo: Sí, Señor; pero[ac] también los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. 28 Entonces, respondiendo Jesús, le dijo: Oh mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas. Y su hija quedó sana desde aquel momento[ad].

Jesús sana a muchos junto al mar de Galilea

29 Y pasando Jesús de allí, vino junto al mar de Galilea, y subiendo al monte, se sentó allí. 30 Y vinieron a El grandes multitudes trayendo consigo cojos, lisiados, ciegos, mudos y muchos otros enfermos y los pusieron a sus pies y El los sanó;31 de modo que la muchedumbre se maravilló al ver que los mudos hablaban, los lisiados quedaban restaurados[ae], los cojos caminaban y los ciegos veían; y glorificaron al Dios de Israel.

Alimentación de los cuatro mil

32 Entonces Jesús, llamando junto a sí a sus discípulos, les dijo: Tengo compasión de la multitud, porque hace ya tres días que están conmigo y no tienen qué comer; y no quiero despedirlos sin comer, no sea que desfallezcan en el camino.33 Y los discípulos le dijeron*: ¿Dónde conseguiríamos nosotros en el desierto tantos panes para saciar a una multitud tan grande? 34 Jesús entonces les dijo*: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos respondieron: Siete, y unos pocos pececillos. 35 Y El mandó a la multitud que se recostara en el suelo; 36 y tomó los siete panes y los peces; y después de dar gracias, los partió y empezó a darlos a los discípulos, y los discípulos a las multitudes. 37 Y comieron todos y se saciaron; y recogieron de lo que sobró de los pedazos, siete canastas llenas. 38 Los que comieron fueron cuatro mil hombres, sin contar las mujeres y los niños. 39 Y después de despedir a la muchedumbre, subió a la barca y fue a la región de Magadán[af].

Fariseos y saduceos piden señal

16 Entonces los fariseos y los saduceos se acercaron a Jesús, y para ponerle a prueba[ag] le pidieron que les mostrara una señal[ah] del cielo. Pero respondiendo El, les dijo: [ai]Al caer la tarde decís: “Hará buen tiempo, porque el cielo está rojizo.”Y por la mañana: “Hoy habrá tempestad, porque el cielo está rojizo y amenazador.” ¿Sabéis discernir el aspecto[aj] del cielo, pero no podéis discernir las señales de los tiempos? Una generación perversa y adúltera busca señal[ak], y no se le dará señal[al], sino la señal de Jonás. Y dejándolos, se fue.

La levadura de los fariseos y saduceos

Los discípulos, al pasar al otro lado, se habían olvidado de tomar panes. Y Jesús les dijo: Estad atentos y guardaos de la levadura de los fariseos y saduceos. Y ellos discutían entre sí, diciendo: Lo dice porque no tomamos panes. Pero Jesús, dándose cuenta, dijo: Hombres de poca fe, ¿por qué discutís entre vosotros que no tenéis pan? ¿Todavía no entendéis ni recordáis los cinco panes para los cinco mil, y cuántas cestas recogisteis? 10 ¿Ni los siete panes para los cuatro mil, y cuántas canastas recogisteis? 11 ¿Cómo es que no entendéis que no os hablé de los panes? Pero guardaos de la levadura de los fariseos y saduceos. 12 Entonces entendieron que no les había dicho que se guardaran de la levadura de los panes, sino de la enseñanza de los fariseos y saduceos.

La confesión de Pedro

13 Cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? 14 Y ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; y otros, Elías; pero otros, Jeremías o uno de los profetas.15 El les dijo*: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? 16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo[am], el Hijo del Dios viviente. 17 Y Jesús, respondiendo, le dijo: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 18 Yo también te digo que tú eres Pedro[an], y sobre esta roca[ao] edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades[ap]no prevalecerán contra ella. 19 Yo te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates en la tierra, será[aq] atado en los cielos; y lo que desates en la tierra, será[ar]desatado en los cielos. 20 Entonces ordenó a los discípulos que a nadie dijeran que El era el Cristo[as].

Jesús anuncia su muerte y resurrección

21 Desde entonces Jesucristo comenzó a declarar[at] a sus discípulos que debía ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas de parte de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer día. 22 Y tomándole aparte, Pedro comenzó a reprenderle, diciendo: ¡No lo permita Dios[au], Señor! Eso nunca te acontecerá[av]. 23 Pero volviéndose El, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí[aw], Satanás! Me eres piedra de tropiezo; porque no estás pensando en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.

Condiciones para seguir a Jesús

24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. 25 Porque el que quiera salvar su vida[ax], la perderá; pero el que pierda su vida[ay] por causa de mí, la hallará. 26 Pues ¿qué provecho obtendrá un hombre si gana el mundo entero, pero pierde su alma? O ¿qué dará un hombre a cambio de su alma? 27 Porque el Hijo del Hombreha de venir en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces recompensara a cada uno segun su conducta. 28 En verdad os digo que hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que vean al Hijo del Hombre venir en su reino.

Notas al pie:

  1. Mateo 14:1 O, aquella ocasión
  2. Mateo 14:3 O, encadenado
  3. Mateo 14:5 O, a la multitud
  4. Mateo 14:5 Lit., tenían
  5. Mateo 14:6 Lit., ocurrió
  6. Mateo 14:6 Lit., en medio de
  7. Mateo 14:9 Lit., los
  8. Mateo 14:9 Lit., de los que se reclinaban a la mesa con él
  9. Mateo 14:12 Lit., Y sus discípulos
  10. Mateo 14:13 Lit., oyeron
  11. Mateo 14:14 Lit., Y saliendo
  12. Mateo 14:22 Lit., obligó a los discípulos que
  13. Mateo 14:24 Un estadio equivale aprox. a 180 metros
  14. Mateo 14:24 Lit., atormentada
  15. Mateo 14:25 I.e., entre las tres y las seis de la mañana
  16. Mateo 14:34 Lit., llegaron a la
  17. Mateo 14:35 Lit., El
  18. Mateo 15:4 Lit., muera a muerte
  19. Mateo 15:6 I.e., en el sentido de socorrer
  20. Mateo 15:6 Algunos mss. antiguos no incluyen: o a su madre
  21. Mateo 15:6 Algunos mss. antiguos dicen: la ley
  22. Mateo 15:12 O, fueron ofendidos
  23. Mateo 15:12 Lit., la palabra
  24. Mateo 15:14 Varios mss. antiguos no incluyen: de ciegos
  25. Mateo 15:17 Lit., vientre
  26. Mateo 15:17 Lit., se echa en la letrina
  27. Mateo 15:23 Lit., Despídela
  28. Mateo 15:25 O, adoró
  29. Mateo 15:27 Lit., porque
  30. Mateo 15:28 Lit., desde aquella hora
  31. Mateo 15:31 O, sanos
  32. Mateo 15:39 Algunos mss. posteriores dicen: Magdala
  33. Mateo 16:1 Lit., tentándole
  34. Mateo 16:1 O, un milagro
  35. Mateo 16:2 Los mss. más antiguos no incluyen el resto del vers. 2 y el vers. 3
  36. Mateo 16:3 Lit., la faz
  37. Mateo 16:4 O, milagro
  38. Mateo 16:4 O, milagro
  39. Mateo 16:16 I.e., el Mesías
  40. Mateo 16:18 Gr., Petros; i.e., una piedra
  41. Mateo 16:18 Gr., petra; i.e., una piedra grande
  42. Mateo 16:18 I.e., los poderes de la muerte
  43. Mateo 16:19 O, habrá sido
  44. Mateo 16:19 O, habrá sido
  45. Mateo 16:20 I.e., el Mesías
  46. Mateo 16:21 Lit., a mostrar
  47. Mateo 16:22 Lit., (Dios tenga) misericordia de ti
  48. Mateo 16:22 Lit., será
  49. Mateo 16:23 Lit., Ponte detrás de mí
  50. Mateo 16:25 O, alma
  51. Mateo 16:25 O, alma
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Jesús sale a enseñar y predicar

Mateo 11-13

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Jesús sale a enseñar y predicar

alimentemos_el_alma11 Y sucedió que cuando Jesús terminó de dar instrucciones a sus doce discípulos, se fue de allí a enseñar y predicar[a] en las ciudades de ellos.

Jesús y los discípulos de Juan

Y al oír Juan en la cárcel de las obras de Cristo[b], mandó por medio de sus discípulos a decirle: ¿Eres tú el que ha de venir[c], o esperaremos a otro? Y respondiendo Jesús, les dijo: Id y contad a Juan lo que oís y veis: los ciegos reciben la vista y los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres se les anuncia el evangelio[d]. Y bienaventurado es el que no se escandaliza de mí.

Jesús habla de Juan el Bautista

Mientras ellos se marchaban, Jesús comenzó a hablar a las multitudes acerca de Juan: ¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento?Mas, ¿qué salisteis a ver? ¿Un hombre vestido con ropas finas? Mirad, los que usan ropas finas están en los palacios[e] de los reyes. Pero, ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y uno que es más que un profeta. 10 Este es de quien está escrito:

He aqui, yo envio mi mensajero delante de tu faz,
quien preparara tu camino delante de ti.”

11 En verdad os digo que entre los nacidos de mujer[f] no se ha levantado nadiemayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él. 12 Y desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia[g], y los violentos lo conquistan por la fuerza[h]. 13 Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan. 14 Y si queréis aceptarlo, él es Elías, el que había de venir[i]. 15 El que tiene oídos[j], que oiga. 16 Pero, ¿con qué compararé a esta generación? Es semejante a los muchachos que se sientan en las plazas, que dan voces a los otros, 17 y dicen: “Os tocamos la flauta, y no bailasteis; entonamos endechas, y no os lamentasteis[k].” 18 Porque vino Juan que no comía ni bebía, y dicen: “Tiene un demonio.” 19 Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: “Mirad, un hombre glotón y bebedor de vino, amigo de recaudadores de impuestos[l] y de pecadores.” Pero[m] la sabiduría se justifica por sus hechos[n].

Ayes sobre ciudades de Galilea

20 Entonces comenzó a increpar a las ciudades en las que había hecho la mayoría de sus milagros[o], porque no se habían arrepentido. 21 ¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si los milagros[p] que se hicieron en vosotras se hubieran hecho en Tiro y en Sidón, hace tiempo que se hubieran arrepentido en cilicio y ceniza.22 Por eso os digo que en el día del juicio será más tolerable el castigo para Tiro y Sidón que para vosotras. 23 Y tú, Capernaúm, ¿acaso serás elevada hasta los cielos? ¡Hasta el Hades[q] descenderás[r]! Porque si los milagros[s] que se hicieron en ti se hubieran hecho en Sodoma, ésta hubiera permanecido hasta hoy. 24 Sin embargo, os digo que en el día del juicio será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma que para ti.

La gran invitación

25 En aquel tiempo[t], hablando[u] Jesús, dijo: Te alabo[v], Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a sabios e inteligentes, y las revelaste a los niños. 26 Sí, Padre, porque así fue de tu agrado. 27 Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre; y nadie conoce[w] al Hijo, sino el Padre, ni nadie conoce[x]al Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. 28 Venid a mí, todos los que estáis cansados[y] y cargados, y yo os haré descansar. 29 Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallareis descanso para vuestras almas. 30 Porque mi yugo es fácil[z] y mi carga ligera.

Jesús, Señor del día de reposo

12 Por aquel tiempo[aa] Jesús pasó por entre los sembrados en el día de reposo; sus discípulos tuvieron hambre, y empezaron a arrancar espigas y a comer. Y cuando lo vieron los fariseos, le dijeron: Mira, tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el día de reposo. Pero El les dijo: ¿No habéis leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la casa de Dios y comieron los panes consagrados[ab], que no les era lícito comer, ni a él ni a los que estaban con él, sino sólo a los sacerdotes? ¿O no habéis leído en la ley, que en los días de reposo los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo y están sin culpa? Pues os digo que algo[ac] mayor que el templo está aquí. Pero si hubierais sabido lo que esto significa[ad]: “Misericordia[ae] quiero y no sacrificio”, no hubierais condenado a los inocentes. Porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo.

Jesús sana al hombre de la mano seca

Pasando de allí, entró en la sinagoga de ellos. 10 Y he aquí, había allí un hombre que tenía una mano seca. Y para poder acusarle, le preguntaron, diciendo: ¿Es lícito sanar en el día de reposo? 11 Y El les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros que tenga una sola oveja, si ésta se le cae en un hoyo en día de reposo, no le echa mano y la saca? 12 Pues, ¡cuánto más vale un hombre que una oveja! Por tanto, es lícito hacer bien en el día de reposo. 13 Entonces dijo* al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada, sana como la otra. 14 Pero cuando los fariseos salieron, se confabularon[af] contra El, para ver cómo podrían destruirle.

Jesús, el siervo escogido

15 Mas Jesús, sabiéndolo, se retiró de allí. Y muchos le siguieron, y los sanó a todos. 16 Y les advirtió que no revelaran quién era El[ag]; 17 para que se cumpliera lo que fue dicho por medio del profeta Isaías, cuando dijo:

18 Mirad, mi Siervo[ah], a quien he escogido[ai];
mi amado en quien se agrada[aj] mi alma;
sobre El pondre mi Espiritu,
y a las naciones[ak] proclamara justicia[al].
19 No contendera, ni gritara,
ni habra quien en las calles oiga su voz.
20 No quebrara la caña cascada,
ni apagara la mecha que humea,
hasta que lleve[am] a la victoria la justicia[an].
21 Y en su nombre pondran las naciones[ao] su esperanza.

Jesús y Beelzebú

22 Entonces le trajeron un endemoniado ciego y mudo, y lo sanó, de manera que el mudo hablaba y veía. 23 Y todas las multitudes estaban asombradas, y decían: ¿Acaso no es éste el Hijo de David? 24 Pero cuando los fariseos lo oyeron, dijeron: Este no expulsa los demonios sino por Beelzebú, el príncipe de los demonios. 25 Y conociendo Jesús sus pensamientos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no se mantendrá en pie. 26 Y si Satanás expulsa a Satanás, está[ap] dividido contra sí mismo; ¿cómo puede entonces mantenerse en pie su reino? 27 Y si yo expulso los demonios por Beelzebú, ¿por quién los expulsan vuestros hijos? Por tanto, ellos serán vuestros jueces. 28 Pero si yo expulso los demonios por el Espíritu de Dios, entonces el reino de Dios ha llegado a vosotros. 29 ¿O cómo puede alguien entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no lo ata[aq]? Y entonces saqueará su casa. 30 El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama. 31 Por eso os digo: todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada.32 Y a cualquiera que diga una palabra contra el Hijo del Hombre, se le perdonará; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este siglo[ar] ni en el venidero. 33 O haced bueno el árbol y bueno su fruto, o haced malo el árbol y malo su fruto; porque por el fruto se conoce el árbol. 34 ¡Camada de víboras! ¿Cómo podéis hablar cosas buenas siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. 35 El hombre bueno de su buen tesoro saca cosas buenas; y el hombre malo de su mal tesoro saca cosas malas. 36 Y yo os digo que de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio.37 Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.

Escribas y fariseos demandan señal

38 Entonces le respondieron algunos de los escribas y fariseos, diciendo: Maestro, queremos ver una señal[as] de parte tuya. 39 Pero respondiendo El, les dijo: Una generación perversa y adúltera demanda señal[at], y ninguna señal[au] se le dará, sino la señal[av] de Jonás el profeta; 40 porque como estuvo Jonas en el vientre del monstruo marino tres dias y tres noches, así estará el Hijo del Hombre tres días y tres noches en el corazón de la tierra. 41 Los hombres de Nínive se levantarán con esta generación en el juicio y la condenarán, porque ellos se arrepintieron con la predicación de Jonás; y mirad, algo más grande que Jonás está aquí. 42 La Reina del Sur se levantará con esta generación en el juicio y la condenará, porque ella vino desde los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón; y mirad, algo más grande que Salomón está aquí. 43 Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, pasa por lugares áridos buscando descanso y no lo halla. 44 Entonces dice: “Volveré a mi casa de donde salí”; y cuando llega, la encuentra desocupada, barrida y arreglada. 45 Va entonces, y toma consigo otros siete espíritus más depravados que él, y entrando, moran allí; y el estado final de aquel hombre resulta peor que el primero. Así será también con esta generación perversa.

La madre y los hermanos de Jesús

46 Mientras El aún estaba hablando a la multitud, he aquí, su madre y sus hermanos estaban afuera, deseando hablar con El. 47 Y alguien le dijo: He aquí, tu madre y tus hermanos están afuera deseando hablar contigo. 48 Pero respondiendo El al que se lo decía, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? 49 Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: ¡He aquí mi madre y mis hermanos! 50 Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre.

Parábolas sobre el reino

13 Ese mismo día salió Jesús de la casa y se sentó a la orilla del mar. Y se congregaron junto a El grandes multitudes, por lo que subió a una barca y se sentó; y toda la multitud estaba de pie en la playa.

Parábola del sembrador

Y les habló muchas cosas en parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar; y al sembrar, parte de la semilla cayó junto al camino, y vinieron las aves y se la comieron. Otra parte[aw] cayó en pedregales donde no tenía mucha tierra; y enseguida brotó porque no tenía profundidad de tierra; pero cuando salió el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Otra parte[ax] cayó entre[ay]espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron. Y otra parte[az] cayó en tierra buena y dio* fruto, algunas semillas a ciento por uno, otras a sesenta y otras a treinta. El que tiene oídos[ba], que oiga.

Propósito de las parábolas

10 Y acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas en parábolas? 11 Y respondiendo El, les dijo: Porque a vosotros se os ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no se les ha concedido. 12 Porque a cualquiera que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia; pero a cualquiera que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. 13 Por eso les hablo en parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden. 14 Y en[bb] ellos se cumple la profecía de Isaías que dice:

Al oir oireis, y no entendereis;
y viendo vereis, y no percibireis;
15 porque el corazon de este pueblo se ha vuelto insensible[bc]
y con dificultad oyen con sus oidos;
y sus ojos han cerrado,
no sea que vean con los ojos,
y oigan con los oidos,
y entiendan con el corazon,
y se conviertan,
y yo los sane.”

16 Pero dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen.17 Porque en verdad os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron.

Explicación de la parábola del sembrador

18 Vosotros, pues, escuchad la parábola del sembrador. 19 A todo el que oye la palabra del reino y no la entiende, el maligno viene y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es aquel en quien se sembró la semilla junto al camino. 20 Y aquel en quien se sembró la semilla en pedregales, éste es el que oye la palabra y enseguida la recibe con gozo; 21 pero no tiene raíz profunda en sí mismo, sino que sólo es temporal, y cuando por causa de la palabra viene la aflicción o la persecución, enseguida tropieza y cae. 22 Y aquel en quien se sembró la semilla entre espinos, éste es el que oye la palabra, mas las preocupaciones del mundo[bd]y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se queda sin fruto. 23 Pero aquel en quien se sembró la semilla en tierra buena, éste es el que oye la palabra y la entiende, éste sí da fruto y produce, uno a ciento, otro a sesenta y otro a treinta.

Parábola del trigo y la cizaña

24 Jesús les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos puede compararse a[be] un hombre que sembró buena semilla en su campo. 25 Pero mientras los hombres dormían, vino su enemigo y sembró cizaña[bf] entre el trigo, y se fue. 26 Cuando el trigo[bg] brotó y produjo grano, entonces apareció también la cizaña. 27 Y los siervos del dueño fueron y le dijeron: “Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿Cómo[bh], pues, tiene cizaña?” 28 El les dijo: “Un enemigo[bi]ha hecho esto”. Y los siervos le dijeron*: “¿Quieres, pues, que vayamos y la recojamos?” 29 Pero él dijo*: “No, no sea que al recoger la cizaña, arranquéis el trigo junto con ella. 30 “Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega; y al tiempo de la siega diré a los segadores: ‘Recoged primero la cizaña y atadla en manojos para quemarla, pero el trigo recogedlo en mi granero.’”

Parábola del grano de mostaza

31 Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo, 32 y que de todas las semillas es la más pequeña; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de modo que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas.

Parábola de la levadura

33 Les dijo otra parábola: El reino de los cielos es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas[bj] de harina hasta que todo quedó fermentado.

34 Todo esto habló Jesús en parábolas a las multitudes, y nada les hablaba sin parábola, 35 para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta, cuando dijo:

Abrire mi boca en parabolas;
hablare de cosas ocultas desde la fundacion del mundo.

Explicación de la parábola del trigo y la cizaña

36 Entonces dejó a la multitud y entró en la casa. Y se le acercaron sus discípulos, diciendo: Explícanos la parábola de la cizaña del campo. 37 Y respondiendo El, dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre, 38 y el campo es el mundo; y la buena semilla son[bk] los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del maligno; 39 y el enemigo que la sembró es el diablo, y la siega es el fin[bl] del mundo[bm], y los segadores son los ángeles. 40 Por tanto, así como la cizaña se recoge y se quema en el fuego, de la misma manera será en el fin[bn] del mundo[bo].41 El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que son piedra de tropiezo[bp] y a los que hacen iniquidad; 42 y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes. 43 Entonces los justos resplandeceran como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos[bq], que oiga.

Parábolas del tesoro escondido y la perla de gran valor

44 El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo, que al encontrarlo un hombre, lo vuelve a esconder, y de alegría por ello, va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo.

45 El reino de los cielos también es semejante a un mercader que busca perlas finas, 46 y al encontrar una perla de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía y la compró.

Parábola de la red barredera

47 El reino de los cielos también es semejante a una red barredera que se echó en el mar, y recogió peces de toda clase; 48 y cuando se llenó, la sacaron a la playa; y se sentaron y recogieron los peces buenos en canastas[br], pero echaron fuera los malos. 49 Así será en el fin[bs] del mundo[bt]; los ángeles saldrán, y sacarán[bu] a los malos de entre los justos, 50 y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes.

Parábola del dueño de casa

51 ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos le dijeron*: Sí. 52 Y El les dijo: Por eso todo escriba que se ha convertido en un discípulo del reino de los cielos es semejante al[bv] dueño de casa que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.

Jesús enseña en Nazaret

53 Y sucedió que cuando Jesús terminó estas parábolas, se fue de allí. 54 Y llegando a su pueblo, les enseñaba en su sinagoga, de tal manera que se maravillaban y decían: ¿Dónde obtuvo éste esta sabiduría y estos poderes milagrosos[bw]? 55 ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Jacobo[bx], José, Simón y Judas? 56 ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿Dónde, pues, obtuvo éste todas estas cosas? 57 Y se escandalizaban a causa de El. Pero Jesús les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa. 58 Y no hizo muchos milagros[by] allí a causa de la incredulidad de ellos.

Notas al pie:

  1. Mateo 11:1 O, proclamar
  2. Mateo 11:2 I.e., el Mesías
  3. Mateo 11:3 Lit., el que viene; véase Juan 11:27 y nota
  4. Mateo 11:5 O, las buenas nuevas
  5. Mateo 11:8 Lit., las casas
  6. Mateo 11:11 Lit., mujeres
  7. Mateo 11:12 O, al reino de los cielos se entra por la fuerza
  8. Mateo 11:12 O, lo toman para sí
  9. Mateo 11:14 O, que ha de venir
  10. Mateo 11:15 Algunos mss. antiguos dicen: oídos para oír
  11. Mateo 11:17 Lit., no os golpeasteis el pecho
  12. Mateo 11:19 O, publicanos; i.e., los que explotaban la recaudación de los impuestos romanos
  13. Mateo 11:19 Lit., Y
  14. Mateo 11:19 Algunos mss. dicen: hijos
  15. Mateo 11:20 O, hechos poderosos
  16. Mateo 11:21 O, hechos poderosos
  17. Mateo 11:23 I.e., región de los muertos
  18. Mateo 11:23 Algunos mss. antiguos dicen: serás hundida
  19. Mateo 11:23 O, hechos poderosos
  20. Mateo 11:25 O, aquella ocasión
  21. Mateo 11:25 Lit., respondiendo
  22. Mateo 11:25 O, reconozco para tu gloria
  23. Mateo 11:27 O, conoce perfectamente
  24. Mateo 11:27 O, conoce perfectamente
  25. Mateo 11:28 O, exhaustos de tanto trabajar
  26. Mateo 11:30 O, agradable, o, suave
  27. Mateo 12:1 O, aquella ocasión
  28. Mateo 12:4 Lit., los panes de la proposición
  29. Mateo 12:6 O, uno, y así en los vers. 41 y 42
  30. Mateo 12:7 Lit., es
  31. Mateo 12:7 O, Compasión
  32. Mateo 12:14 Lit., tomaron consejo
  33. Mateo 12:16 Lit., no le hicieran manifiesto
  34. Mateo 12:18 O, Hijo
  35. Mateo 12:18 Lit., escogí
  36. Mateo 12:18 Lit., se agradó
  37. Mateo 12:18 O, los gentiles
  38. Mateo 12:18 O, juicio
  39. Mateo 12:20 O, saque
  40. Mateo 12:20 O, el juicio
  41. Mateo 12:21 O, los gentiles
  42. Mateo 12:26 Lit., estaba
  43. Mateo 12:29 Lit., no ata al fuerte
  44. Mateo 12:32 O, tiempo
  45. Mateo 12:38 O, un milagro
  46. Mateo 12:39 O, milagro
  47. Mateo 12:39 O, milagro
  48. Mateo 12:39 O, milagro
  49. Mateo 13:5 Lit., Y otras
  50. Mateo 13:7 Lit., Y otras
  51. Mateo 13:7 Lit., sobre los
  52. Mateo 13:8 Lit., Y otras
  53. Mateo 13:9 Algunos mss. antiguos dicen: oídos para oír
  54. Mateo 13:14 O, para
  55. Mateo 13:15 Lit., se ha engrosado
  56. Mateo 13:22 O, siglo
  57. Mateo 13:24 Lit., fue comparado con
  58. Mateo 13:25 I.e., planta gramínea muy parecida al trigo
  59. Mateo 13:26 Lit., la hierba
  60. Mateo 13:27 Lit., De dónde
  61. Mateo 13:28 Lit., Un hombre enemigo
  62. Mateo 13:33 Gr., sata; un sato equivale aprox. a 13 litros
  63. Mateo 13:38 Lit., éstos son
  64. Mateo 13:39 Lit., la consumación
  65. Mateo 13:39 O, siglo
  66. Mateo 13:40 Lit., la consumación
  67. Mateo 13:40 O, siglo
  68. Mateo 13:41 O, todo lo que ofende
  69. Mateo 13:43 Algunos mss. antiguos dicen: oídos para oír
  70. Mateo 13:48 O, vasijas
  71. Mateo 13:49 O, la consumación
  72. Mateo 13:49 O, siglo
  73. Mateo 13:49 O, separarán
  74. Mateo 13:52 Lit., a un hombre
  75. Mateo 13:54 O, milagros
  76. Mateo 13:55 O, Santiago
  77. Mateo 13:58 O, muchas obras de poder
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El juicio hacia los demás

Mateo 7-10

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El juicio hacia los demás

alimentemos_el_alma7 No juzguéis para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzguéis, seréis juzgados; y con la medida con que midáis, se os medirá. ¿Y por qué miras la mota[a] que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo puedes decir[b] a tu hermano: “Déjame sacarte la mota del ojo”, cuando[c] la viga está en tu ojo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad para sacar la mota del ojo de tu hermano.

No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las huellen con sus patas, y volviéndose os despedacen.

La oración recibirá respuesta

Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad[d], y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿O qué hombre hay entre vosotros que si su hijo le pide pan, le[e] dará una piedra, 10 o si[f]le pide un pescado, le[g] dará una serpiente? 11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden? 12 Por eso, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, así también haced vosotros con ellos, porque esta es la ley y los profetas.

Dos puertas y dos sendas

13 Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición[h], y muchos son los que entran por ella. 14 Porque estrecha es la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.

Cómo conocer a los falsos profetas

15 Cuidaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. 16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? 17 Así, todo árbol bueno da frutos buenos; pero el árbol malo da frutos malos. 18 Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. 19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado al fuego. 20 Así que, por sus frutos los conoceréis. 21 No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros[i]?”23 Y entonces les declararé: “Jamás os conocí; apartaos de mi, los que practicais la iniquidad.”

Los dos cimientos

24 Por tanto, cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca; 25 y cayó la lluvia, vinieron los torrentes[j], soplaron los vientos y azotaron[k] aquella casa; pero no se cayó, porque había sido fundada sobre la roca. 26 Y todo el que oye estas palabras mías y no las pone en práctica, será semejante a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena; 27 y cayó la lluvia, vinieron los torrentes[l], soplaron los vientos y azotaron aquella casa; y cayó, y grande fue su destrucción.

28 Cuando[m] Jesús terminó estas palabras, las multitudes se admiraban de su enseñanza; 29 porque les enseñaba como uno que tiene autoridad, y no como sus escribas.

Curación de un leproso

Y cuando bajó del monte, grandes multitudes le seguían. Y he aquí, se le acercó un leproso y se postró ante El[n], diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Y extendiendo Jesús la mano, lo tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante quedó limpio de su lepra[o]. Entonces Jesús le dijo*: Mira, no se lo digas a nadie, sino ve, muéstrate al sacerdote y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio a ellos.

Jesús sana al criado del centurión

Y cuando entró Jesús[p] en Capernaúm se le acercó un centurión suplicándole,y diciendo: Señor, mi criado[q] está postrado en casa, paralítico, sufriendo mucho[r]. Y Jesús le dijo*: Yo iré y lo sanaré. Pero el centurión respondió y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; mas solamente di la palabra[s] y mi criado[t] quedará sano. Porque yo también soy hombre bajo autoridad, con[u]soldados a mis órdenes[v]; y digo a éste: “Ve”, y va; y al otro: “Ven”, y viene; y a mi siervo: “Haz esto”, y lo hace. 10 Al oírlo Jesús, se maravilló y dijo a los que leseguían: En verdad os digo que en Israel[w] no he hallado en nadie una fe tan grande. 11 Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán[x] a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos. 12 Pero los hijos del reino serán arrojados a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes. 13 Entonces Jesús dijo al centurión: Vete; así como has creído, te sea hecho. Y el criado[y] fue sanado en esa misma hora.

Jesús sana a la suegra de Pedro y a muchos otros

14 Al llegar Jesús a casa de Pedro, vio a la suegra de éste[z] que yacía en cama[aa]con fiebre. 15 Le tocó la mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó y le servía. 16 Y al atardecer, le trajeron muchos endemoniados; y expulsó a los espíritus con supalabra, y sanó a todos los que estaban enfermos, 17 para que se cumpliera lo que fue dicho por medio del profeta Isaías cuando dijo: El mismo tomo nuestras flaquezas y llevo[ab] nuestras enfermedades.

Lo que demanda el discipulado

18 Viendo Jesús una multitud a su alrededor, dio orden de pasar al otro lado. 19 Y un escriba se le acercó y le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas. 20 Y Jesús le dijo*: Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. 21 Otro de los discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre. 22 Pero Jesús le dijo*: Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos.

Jesús calma la tempestad

23 Cuando entró Jesús[ac] en la barca, sus discípulos le siguieron. 24 Y de pronto[ad]se desató una gran tormenta[ae] en el mar, de modo que las olas cubrían la barca; pero Jesús[af] estaba dormido. 25 Y llegándose a El, le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! 26 Y El les dijo*: ¿Por qué estáis amedrentados, hombres de poca fe? Entonces se levantó, reprendió a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma. 27 Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Quién es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?

Los endemoniados gadarenos

28 Cuando llegó al otro lado, a la tierra de los gadarenos, le salieron al encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, violentos en extremo, de manera que nadie podía pasar por aquel camino. 29 Y[ag] gritaron, diciendo: ¿Qué tenemos que ver contigo[ah], Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes del tiempo[ai]? 30 A cierta distancia de ellos había una piara de muchos cerdos paciendo; 31 y los demonios le rogaban, diciendo: Si vas a echarnos fuera, mándanos a la piara de cerdos. 32 Entonces El les dijo: ¡Id! Y ellos salieron y entraron en los cerdos; y he aquí que la piara entera se precipitó por un despeñadero al mar, y perecieron en las aguas. 33 Los que cuidaban la piarahuyeron; y fueron a la ciudad y lo contaron todo, incluso[aj] lo de los endemoniados. 34 Y[ak] toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y cuando le vieron, le rogaron que se fuera de su comarca.

Curación de un paralítico

9 Y subiendo Jesús en una barca, pasó al otro lado y llegó a su ciudad. Y[al] le trajeron un paralítico echado en una camilla; y Jesús, viendo la fe de ellos, dijo al paralítico: Anímate, hijo, tus pecados te son perdonados. Y[am] algunos de los escribas decían para sí[an]: Este blasfema. Y Jesús, conociendo sus pensamientos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? Porque, ¿qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate, y anda”? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados (entonces dijo* al paralítico): Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. Y él levantándose, se fue a su casa. Pero cuando las multitudes vieron esto, sintieron temor[ao], y glorificaron a Dios, que había dado tal poder[ap] a los hombres.

Llamamiento de Mateo y la cena en su casa

Cuando Jesús se fue de allí, vio a un hombre llamado Mateo, sentado en la oficina de los tributos, y le dijo*: ¡Sígueme! Y levantándose, le siguió.

10 Y sucedió que estando El sentado[aq] a la mesa en la casa, he aquí, muchos recaudadores de impuestos[ar] y pecadores llegaron y se sentaron[as] a la mesa con Jesús y sus discípulos. 11 Y cuando vieron esto, los fariseos dijeron a sus discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los recaudadores de impuestos y pecadores? 12 Al oír El esto, dijo: Los que están sanos[at] no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos. 13 Mas id, y aprended lo que significa: “Misericordia[au] quiero y no sacrificio”; porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.

Pregunta sobre el ayuno

14 Entonces se le acercaron* los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos, pero tus discípulos no ayunan? 15 Y Jesús les dijo: ¿Acaso los acompañantes del novio[av] pueden estar de luto mientras el novio está con ellos? Pero vendrán días cuando el novio les será[aw] quitado, y entonces ayunarán. 16 Y nadie pone un remiendo[ax] de tela nueva[ay] en un vestido viejo; porque el remiendo[az] al encogerse tira del vestido y se produce una rotura peor.17 Y nadie echa vino nuevo en odres[ba] viejos, porque entonces[bb] los odres se revientan, el vino se derrama y los odres se pierden; sino que se echa vino nuevo en odres nuevos, y ambos se conservan.

Curación de una mujer y resurrección de la hija de un oficial

18 Mientras les decía estas cosas, he aquí, vino un oficial[bc] de la sinagoga y se postró delante de El[bd], diciendo: Mi hija acaba de morir; pero ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá. 19 Y levantándose Jesús, lo siguió, y también sus discípulos.20 Y he aquí, una mujer que había estado sufriendo de flujo de sangre por doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; 21 pues decía para sí: Si tan sólo toco su manto, sanaré[be]. 22 Pero Jesús, volviéndose y viéndola, dijo: Hija, ten ánimo, tu fe te ha sanado[bf]. Y al instante[bg] la mujer quedó sana[bh].23 Cuando entró Jesús en la casa del oficial[bi], y vio a los flautistas y al gentío en ruidoso desorden, 24 les dijo: Retiraos, porque la niña[bj] no ha muerto, sino que está dormida. Y se burlaban de El. 25 Pero cuando habían echado fuera a la gente, El entró y la tomó de la mano; y la niña[bk] se levantó[bl]. 26 Y esta noticia[bm] se difundió por toda aquella tierra.

Curación de dos ciegos y un mudo

27 Al irse Jesús de allí, dos ciegos le siguieron, gritando y diciendo: ¡Hijo de David, ten misericordia de nosotros! 28 Y después de haber entrado en la casa, se acercaron a El los ciegos, y Jesús les dijo*: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos le respondieron*: Sí, Señor. 29 Entonces les tocó los ojos, diciendo: Hágase en vosotros según vuestra fe. 30 Y se les abrieron los ojos. Y Jesús les advirtió rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa. 31 Pero ellos, en cuanto salieron, divulgaron su fama por toda aquella tierra.

32 Y al salir ellos de allí, he aquí, le trajeron un mudo endemoniado. 33 Y después que el demonio había sido expulsado, el mudo habló; y las multitudes se maravillaban, y decían: Jamás se ha visto[bn] cosa igual en Israel. 34 Pero los fariseos decían: El echa fuera los demonios por el príncipe de los demonios.

Ministerio de Jesús

35 Y Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, proclamando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia. 36 Y viendo las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban angustiadas y abatidas como ovejas que no tienen pastor. 37 Entonces dijo* a sus discípulos: La mies es mucha, pero los obreros pocos. 38 Por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.

Llamamiento de los doce apóstoles

10 Entonces llamando a sus doce discípulos, Jesús les dio poder[bo] sobre los espíritus inmundos para expulsarlos y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.

Y los nombres de los doce apóstoles son éstos: primero, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; y Jacobo[bp], el hijo de Zebedeo, y Juan[bq] su hermano;Felipe y Bartolomé[br]; Tomás y Mateo, el recaudador de impuestos[bs]; Jacobo[bt], el hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón el cananita[bu], y Judas Iscariote, el que también le entregó.

Jesús envía a los doce

A estos doce envió Jesús después de instruirlos, diciendo: No vayáis por[bv] elcamino de los gentiles, y no entréis en ninguna ciudad de los samaritanos. Sino id más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Y cuando vayáis, predicad diciendo: “El reino de los cielos se ha acercado.” Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, expulsad demonios; de gracia[bw] recibisteis, dad de gracia[bx]. No os proveáis de oro, ni de plata, ni de cobre para llevar en vuestros cintos, 10 ni de alforja[by] para el camino, ni de dos túnicas[bz], ni de sandalias, ni de bordón; porque el obrero es digno de su sostén[ca]. 11 Y en cualquier ciudad o aldea donde entréis, averiguad quién es digno en ella, y quedaos allí hasta que os marchéis. 12 Al entrar en la casa, dadle vuestro saludo de paz. 13 Y si la casa es digna, que vuestro saludo de paz venga sobre ella; pero si no es digna, que vuestro saludo de paz se vuelva a vosotros. 14 Y cualquiera que no os reciba ni oiga vuestras palabras, al salir de esa casa o de esa ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies. 15 En verdad os digo que en el día del juicio será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma y Gomorra que para esa ciudad.

Advertencias a los doce

16 Mirad, yo os envío como ovejas en medio de lobos; por tanto, sed[cb] astutos como las serpientes e inocentes como las palomas. 17 Pero cuidaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales[cc] y os azotarán en sus sinagogas;18 y hasta seréis llevados delante de gobernadores y reyes por mi causa, como un testimonio a ellos y a los gentiles. 19 Pero cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué hablaréis; porque a esa hora se os dará lo que habréis de hablar.20 Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros. 21 Y el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y les causarán la muerte[cd]. 22 Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre, pero el que persevere hasta el fin, ése será salvo. 23 Pero cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque en verdad os digo: no terminaréis de recorrer las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del Hombre.

Palabras de aliento a los doce

24 Un discípulo[ce] no está por encima del maestro, ni un siervo por encima de su señor. 25 Le basta al discípulo llegar a ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al dueño de la casa lo han llamado Beelzebú, ¡cuánto más a los de su casa! 26 Así que no les temáis, porque nada hay encubierto que no haya de ser revelado, ni oculto que no haya de saberse. 27 Lo que os digo en la oscuridad, habladlo en la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas. 28 Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien temed a aquel que puede hacer perecer[cf] tanto el alma como el cuerpo en el infierno[cg].29 ¿No se venden dos pajarillos[ch] por un cuarto[ci]? Y sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin permitirlo vuestro Padre. 30 Y hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. 31 Así que no temáis; vosotros valéis más que muchos pajarillos[cj]. 32 Por tanto, todo el que me[ck] confiese delante de los hombres, yo también le[cl] confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.33 Pero cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos.

El costo del discipulado

34 No penséis que vine a traer[cm] paz a la tierra; no vine a traer[cn] paz, sino espada.35 Porque vine a poner al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; 36 y los enemigos del hombre serán los de su misma casa. 37 El que ama al padre o a la madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama al hijo o a la hija más que a mí, no es digno de mí. 38 Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. 39 El que ha hallado su vida, la perderá; y el que ha perdido su vida por mi causa, la hallará.

40 El que os recibe a vosotros, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. 41 El que recibe a un profeta como[co] profeta, recibirá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo como[cp] justo, recibirá recompensa de justo.42 Y cualquiera que como[cq] discípulo dé de beber aunque sólo sea un vaso de agua fría a uno de estos pequeños[cr], en verdad os digo que no perderá su recompensa.

Notas al pie:

  1. Mateo 7:3 O, paja, y así en los vers. 4 y 5
  2. Mateo 7:4 Lit., dirás
  3. Mateo 7:4 Lit., y he aquí
  4. Mateo 7:7 O, Seguid pidiendo,…buscando,…llamando
  5. Mateo 7:9 Lit., no le
  6. Mateo 7:10 Lit., también
  7. Mateo 7:10 Lit., no le
  8. Mateo 7:13 O, destrucción
  9. Mateo 7:22 O, muchas obras de poder
  10. Mateo 7:25 Lit., ríos
  11. Mateo 7:25 Lit., dieron contra, y así en el vers. 27
  12. Mateo 7:27 Lit., ríos
  13. Mateo 7:28 Lit., Y sucedió que cuando
  14. Mateo 8:2 O, le adoró
  15. Mateo 8:3 Lit., su lepra fue limpiada
  16. Mateo 8:5 Lit., El
  17. Mateo 8:6 Lit., muchacho
  18. Mateo 8:6 Lit., terriblemente atormentado
  19. Mateo 8:8 Lit., di con una palabra
  20. Mateo 8:8 Lit., muchacho
  21. Mateo 8:9 Lit., teniendo
  22. Mateo 8:9 Lit., debajo de mí
  23. Mateo 8:10 Algunos mss. antiguos dicen: ni en Israel
  24. Mateo 8:11 Lit., se recostarán
  25. Mateo 8:13 Lit., muchacho
  26. Mateo 8:14 Lit., él
  27. Mateo 8:14 Lit., postrada y
  28. Mateo 8:17 O, cargó con
  29. Mateo 8:23 Lit., El
  30. Mateo 8:24 Lit., Y he aquí
  31. Mateo 8:24 Lit., un sacudimiento
  32. Mateo 8:24 Lit., El
  33. Mateo 8:29 Lit., Y he aquí
  34. Mateo 8:29 Lit., ¿Qué a nosotros y a ti
  35. Mateo 8:29 I.e., antes del tiempo designado para el juicio
  36. Mateo 8:33 Lit., y
  37. Mateo 8:34 Lit., Y he aquí
  38. Mateo 9:2 Lit., Y he aquí
  39. Mateo 9:3 Lit., Y he aquí
  40. Mateo 9:3 Lit., dentro de sí
  41. Mateo 9:8 O, se llenaron de asombro
  42. Mateo 9:8 O, autoridad
  43. Mateo 9:10 Lit., reclinado
  44. Mateo 9:10 O, publicanos; i.e., los que explotaban la recaudación de los impuestos romanos
  45. Mateo 9:10 Lit., reclinaron
  46. Mateo 9:12 Lit., fuertes
  47. Mateo 9:13 O, Compasión
  48. Mateo 9:15 Lit., hijos del tálamo
  49. Mateo 9:15 Lit., sea
  50. Mateo 9:16 Lit., lo que se pone encima
  51. Mateo 9:16 Lit., sin encoger
  52. Mateo 9:16 Lit., lo que llena
  53. Mateo 9:17 I.e., cueros usados como recipientes
  54. Mateo 9:17 Lit., y si no
  55. Mateo 9:18 O, principal
  56. Mateo 9:18 O, le adoró
  57. Mateo 9:21 Lit., seré salva
  58. Mateo 9:22 Lit., te ha salvado
  59. Mateo 9:22 Lit., desde aquella hora
  60. Mateo 9:22 Lit., salva
  61. Mateo 9:23 O, principal
  62. Mateo 9:24 O, muchacha
  63. Mateo 9:25 O, muchacha
  64. Mateo 9:25 O, fue levantada
  65. Mateo 9:26 Lit., fama
  66. Mateo 9:33 Lit., ha aparecido
  67. Mateo 10:1 O, autoridad
  68. Mateo 10:2 O, Santiago
  69. Mateo 10:2 Gr., Ioannes; heb., Johanan
  70. Mateo 10:3 I.e., hijo de Tolomeo
  71. Mateo 10:3 O, publicano; i.e., uno que explotaba la recaudación de los impuestos romanos
  72. Mateo 10:3 O, Santiago
  73. Mateo 10:4 O, el zelote; i.e., miembro de un grupo radical
  74. Mateo 10:5 O, No os apartéis hacia
  75. Mateo 10:8 O, gratuitamente
  76. Mateo 10:8 O, gratuitamente
  77. Mateo 10:10 O, mochila, o, bolsa
  78. Mateo 10:10 I.e., ropa interior
  79. Mateo 10:10 Lit., alimento o sustento
  80. Mateo 10:16 O, mostraos
  81. Mateo 10:17 O, sanedrines, o, concilios
  82. Mateo 10:21 O, los matarán
  83. Mateo 10:24 O, alumno
  84. Mateo 10:28 O, destruir
  85. Mateo 10:28 Gr., guéenna
  86. Mateo 10:29 O, gorriones
  87. Mateo 10:29 Gr., assarion; equivale aprox. a 1/16 denario
  88. Mateo 10:31 O, gorriones
  89. Mateo 10:32 Lit., por mí
  90. Mateo 10:32 Lit., por él
  91. Mateo 10:34 Lit., a echar
  92. Mateo 10:34 Lit., a echar
  93. Mateo 10:41 Lit., en nombre de
  94. Mateo 10:41 Lit., en nombre de
  95. Mateo 10:42 Lit., en nombre de
  96. Mateo 10:42 O, humildes
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Jesús es tentado

Mateo 4-6

9781586403546

Jesús es tentado

alimentemos_el_alma4 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, entonces[a] tuvo hambre. Y acercándose el tentador, le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan[b]. Pero El respondiendo, dijo: Escrito está: “No solo de pan vivira el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”Entonces el diablo le llevó* a la ciudad santa, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo*: Si eres Hijo de Dios, lánzate abajo, pues escrito está:

“A sus angeles te encomendara”,
y:
En las manos te llevaran,
no sea que tu pie tropiece en piedra.”

Jesús le dijo: También está escrito: “No tentaras[c] al Señor tu Dios.” Otra vez el diablo le llevó* a un monte muy alto, y le mostró* todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrándote me adoras.10 Entonces Jesús le dijo*: ¡Vete, Satanás! Porque escrito está: “Al Señor tu Dios adoraras, y solo a El serviras[d].” 11 El diablo entonces le dejó*; y he aquí, ángeles vinieron y le servían.

Jesús va a Galilea

12 Cuando El oyó que Juan había sido encarcelado[e], se retiró a Galilea; 13 y saliendo de Nazaret, fue y se estableció en Capernaúm, que está junto al mar, en la región de Zabulón y de Neftalí; 14 para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías, cuando dijo:

15 ¡Tierra de Zabulon y tierra de Neftali,
camino del mar[f], al otro lado del Jordan, Galilea de los gentiles[g]!
16 El pueblo asentado en tinieblas vio una gran luz,
y a los que vivian[h] en region y sombra de muerte,
una luz les resplandecio[i].

17 Desde entonces Jesús comenzó a predicar[j] y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.

Llamamiento de los primeros discípulos

18 Y andando junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, echando una red al mar, porque eran pescadores. 19 Y les dijo*: Seguidme[k], y yo os haré pescadores de hombres. 20 Entonces ellos, dejando al instante las redes, le siguieron. 21 Y pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo[l], hijo de Zebedeo, y Juan[m] su hermano, en la barca con su padre Zebedeo, remendando sus redes, y los llamó. 22 Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron.

La fama de Jesús se extiende

23 Y Jesús iba por toda Galilea, enseñando en sus sinagogas y proclamando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. 24 Y se extendió su fama por toda Siria; y traían a El todos los que estaban enfermos, afectados con diversas enfermedades y dolores, endemoniados, epilépticos[n] y paralíticos; y El los sanaba. 25 Y le siguieron grandes multitudes de Galilea, Decápolis, Jerusalén y Judea, y del otro lado del Jordán.

El Sermón del monte

Y cuando vio las multitudes, subió al monte; y después de sentarse, sus discípulos se acercaron a El. Y abriendo su boca, les enseñaba, diciendo:

Las bienaventuranzas

Bienaventurados[o] los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos.

Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados.

Bienaventurados los humildes[p], pues ellos heredarán la tierra.

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados.

Bienaventurados los misericordiosos, pues ellos recibirán misericordia.

Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios.

Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios.

10 Bienaventurados aquellos que han sido perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos. 11 Bienaventurados seréis[q] cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por causa de mí. 12 Regocijaos y alegraos, porque vuestra recompensa en los cielos es grande, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que vosotros.

13 Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se ha vuelto insípida, ¿con qué se hará salada otra vez? Ya para nada sirve, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres.

14 Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar; 15 ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un almud[r], sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. 16 Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

Jesús cumple la ley y los profetas

17 No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir. 18 Porque en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña[s] ni una tilde de la ley hasta que toda se cumpla. 19 Cualquiera, pues, que anule uno solo de estos mandamientos, aun de los más pequeños, y así lo enseñe a otros[t], será llamado muy pequeño en el reino de los cielos; pero cualquiera que los guarde[u] y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. 20 Porque os digo que si vuestra justicia no supera la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.

Enseñanza de Jesús sobre el odio

21 Habéis oído que se dijo a los antepasados: “No mataras” y: “Cualquiera que cometa homicidio será culpable[v] ante la corte.” 22 Pero yo os digo que todo aquel que esté enojado con su hermano[w] será culpable ante la corte; y cualquiera que diga: “Raca[x]” a su hermano, será culpable delante de la corte suprema[y]; y cualquiera que diga: “Idiota”, será reo del infierno[z] de fuego. 23 Por tanto, si estás presentando tu ofrenda[aa] en el altar, y allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, 24 deja tu ofrenda[ab] allí delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda[ac]. 25 Reconcíliate pronto con tu adversario mientras vas[ad] con él por el camino, no sea que tu adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil[ae], y seas echado en la cárcel. 26 En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo[af].

Enseñanza de Jesús sobre el adulterio

27 Habéis oído que se dijo: “No cometeras adulterio.” 28 Pero yo os digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón.29 Y si tu ojo derecho te es ocasión de pecar[ag], arráncalo y échalo de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno[ah]. 30 Y si tu mano derecha te es ocasión de pecar, córtala y échala de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo vaya al infierno[ai]. 31 También se dijo: “Cualquiera que repudie a su mujer, que le de carta de divorcio.” 32 Pero yo os digo que todo el que se divorcia de[aj] su mujer, a no ser por causa de infidelidad, la hace cometer adulterio; y cualquiera que se casa con una mujer divorciada[ak], comete adulterio.

Enseñanza de Jesús sobre el juramento falso

33 También habéis oído que se dijo a los antepasados: “No juraras falsamente[al], sino que cumpliras tus juramentos[am] al Señor.” 34 Pero yo os digo: no juréis de ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; 35 ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por[an] Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. 36 Ni jurarás por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro ni un solo cabello. 37 Antes bien, sea vuestro hablar[ao]: “Sí, sí” o “No, no”; y lo que es más de esto, procede del mal[ap].

Enseñanza de Jesús sobre la venganza

38 Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente.” 39 Pero yo os digo: no resistáis al que es malo; antes bien, a cualquiera que te abofetee en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. 40 Y al que quiera ponerte pleito y quitarte la túnica[aq], déjale también la capa[ar]. 41 Y cualquiera que te obligue a ir una milla, ve con él dos. 42 Al que te pida, dale; y al que desee pedirte prestado no le vuelvas la espalda.

El amor verdadero y su recompensa

43 Habéis oído que se dijo: “Amaras a tu projimo y odiarás a tu enemigo.” 44 Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen, 45 para que seáis[as] hijos de vuestro Padre que está en los cielos; porque El hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. 46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tenéis? ¿No hacen también lo mismo los recaudadores de impuestos[at]? 47 Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis más que otros? ¿No hacen también lo mismo los gentiles? 48 Por tanto, sed vosotros perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto.

La verdadera observancia de la religión

6 Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.

Las ofrendas

Por eso, cuando des limosna[au], no toques trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa. Pero tú, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha, para que tu limosna[av] sea en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará[aw].

La oración

Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas; porque a ellos les gusta ponerse en pie y orar en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres[ax]. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa. Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Y al orar, no uséis repeticiones sin sentido, como los gentiles, porque ellos se imaginan que serán oídos por su palabrería. Por tanto, no os hagáis semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes que vosotros le pidáis.

El Padre nuestro

Vosotros, pues, orad de esta manera:

“Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre.
10 “Venga tu reino.
Hágase tu voluntad,
así en la tierra como en el cielo.
11 “Danos hoy el pan nuestro de cada día[ay].
12 “Y perdónanos nuestras deudas[az], como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.
13 “Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal[ba]. Porque tuyo es el reino y el poder y la gloria para siempre jamás. Amén.[bb]

14 Porque si perdonáis a los hombres sus transgresiones, también vuestro Padre celestial os perdonará a vosotros. 15 Pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras transgresiones.

El ayuno

16 Y cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas; porque ellos desfiguran[bc] sus rostros para mostrar a los hombres que están ayunando. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa. 17 Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, 18 para no hacer ver[bd] a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

El verdadero tesoro

19 No os acumuléis tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre destruyen, y donde ladrones penetran[be] y roban; 20 sino acumulaos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre destruyen, y donde ladrones no penetran ni roban;21 porque donde esté tu[bf] tesoro, allí estará también tu[bg] corazón. 22 La lámpara del cuerpo es el ojo; por eso, si tu ojo está sano[bh], todo tu cuerpo estará lleno de luz. 23 Pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará lleno de oscuridad. Así que, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡cuán grande será la oscuridad! 24 Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas[bi].25 Por eso os digo, no os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis o qué beberéis; ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que la ropa? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas? 27 ¿Y quién de vosotros, por ansioso que esté, puede añadir una hora[bj] al curso de su vida[bk]?28 Y por la ropa, ¿por qué os preocupáis? Observad cómo crecen los lirios del campo; no trabajan, ni hilan; 29 pero os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de éstos. 30 Y si Dios viste así la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más por vosotros, hombres de poca fe? 31 Por tanto, no os preocupéis, diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿qué beberemos?” o “¿con qué nos vestiremos?” 32 Porque los gentiles buscan ansiosamente todas estas cosas; que vuestro Padre celestial sabe que necesitáis de todas estas cosas. 33 Pero buscad[bl] primero su[bm] reino[bn] y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas[bo]. 34 Por tanto, no os preocupéis por el día demañana; porque el día de mañana se cuidará[bp] de sí mismo. Bástele a cada[bq] día sus propios problemas.

Notas al pie:

  1. Mateo 4:2 Lit., más tarde, o, después
  2. Mateo 4:3 Lit., panes
  3. Mateo 4:7 O, No pondrás a prueba
  4. Mateo 4:10 O, rendirás culto
  5. Mateo 4:12 Lit., había sido entregado
  6. Mateo 4:15 O, rumbo al mar
  7. Mateo 4:15 O, de las naciones
  8. Mateo 4:16 Lit., sentados
  9. Mateo 4:16 Lit., amaneció
  10. Mateo 4:17 O, proclamar
  11. Mateo 4:19 Lit., Venid en pos de mí
  12. Mateo 4:21 O, Santiago
  13. Mateo 4:21 Gr., Ioannes; heb., Johanan
  14. Mateo 4:24 Lit., lunáticos
  15. Mateo 5:3 O, Felices
  16. Mateo 5:5 O, mansos
  17. Mateo 5:11 Lit., sois
  18. Mateo 5:15 Medida de capacidad de 8.75 litros
  19. Mateo 5:18 Lit., una iota
  20. Mateo 5:19 Lit., los hombres
  21. Mateo 5:19 Lit., haga
  22. Mateo 5:21 O, responsable
  23. Mateo 5:22 Algunos mss. agregan: sin causa
  24. Mateo 5:22 I.e., insensato, o, inútil (en arameo)
  25. Mateo 5:22 Lit., del Sanedrín
  26. Mateo 5:22 Gr., guéenna
  27. Mateo 5:23 O, donativo
  28. Mateo 5:24 O, donativo
  29. Mateo 5:24 O, donativo
  30. Mateo 5:25 Lit., estás
  31. Mateo 5:25 O, sirviente
  32. Mateo 5:26 Lit., cuadrante (equivalente a dos blancas); i.e., 1/64 de un denario
  33. Mateo 5:29 Lit., te escandaliza o te hace tropezar, y así en el vers. 30
  34. Mateo 5:29 Gr., guéenna
  35. Mateo 5:30 Gr., guéenna
  36. Mateo 5:32 O, repudia
  37. Mateo 5:32 O, repudiada
  38. Mateo 5:33 O, No quebrantarás tus votos
  39. Mateo 5:33 Lit., tus votos
  40. Mateo 5:35 O, hacia
  41. Mateo 5:37 O, vuestra palabra
  42. Mateo 5:37 O, del maligno
  43. Mateo 5:40 I.e., ropa interior
  44. Mateo 5:40 I.e., vestido exterior
  45. Mateo 5:45 O, mostréis que sois
  46. Mateo 5:46 O, publicanos; i.e., los que explotaban la recaudación de los impuestos romanos
  47. Mateo 6:2 O, hagas una obra de caridad
  48. Mateo 6:4 U, obra de caridad
  49. Mateo 6:4 Algunos mss. posteriores agregan: en público, y así en los vers. 6 y 18
  50. Mateo 6:5 Lit., para ser evidentes a los hombres
  51. Mateo 6:11 O, para el día venidero
  52. Mateo 6:12 I.e., deudas morales, o, pecados
  53. Mateo 6:13 O, del malo
  54. Mateo 6:13 Las palabras: Porque tuyo…Amén no aparecen en los mss. más antiguos
  55. Mateo 6:16 O, hacen que no se puedan reconocer
  56. Mateo 6:18 Lit., no aparecer
  57. Mateo 6:19 Lit., horadan, y así en el vers. 20
  58. Mateo 6:21 Algunos mss. dicen: vuestro
  59. Mateo 6:21 Algunos mss. dicen: vuestro
  60. Mateo 6:22 O, claro
  61. Mateo 6:24 Gr., mamonás
  62. Mateo 6:27 Lit., un codo
  63. Mateo 6:27 Lit., a su estatura
  64. Mateo 6:33 O, buscad continuamente
  65. Mateo 6:33 Lit., el
  66. Mateo 6:33 Algunos mss. dicen: el reino de Dios
  67. Mateo 6:33 O, proporcionadas
  68. Mateo 6:34 O, se preocupará
  69. Mateo 6:34 Lit., al

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Complot para prender y matar a Jesús

Mateo 26-28

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Complot para prender y matar a Jesús

alimentemos_el_alma26 Cuando[a] Jesús terminó todas estas palabras, dijo a sus discípulos: Sabéis que dentro de dos días se celebra la Pascua, y el Hijo del Hombre será[b]entregado para ser crucificado. Entonces los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se reunieron en el patio del sumo sacerdote llamado Caifás.Y tramaron entre ellos prender a Jesús con engaño y matarle. Pero decían: No durante la fiesta, para que no haya un tumulto en el pueblo.

Jesús ungido en Betania

Y hallándose Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, se le acercó una mujer con un frasco de alabastro de perfume muy costoso, y lo derramó sobre su cabeza cuando estaba sentado[c] a la mesa. Pero al ver esto, los discípulos se indignaron, y decían: ¿Para qué este desperdicio? Porque este perfume podía haberse vendido a gran precio, y el dinero habérselo dado a los pobres. 10 Pero Jesús, dándose cuenta, les dijo: ¿Por qué molestáis a la mujer? Pues buena obra ha hecho conmigo. 11 Porque a los pobres siempre los tendréis[d] con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis[e]. 12 Pues al derramar ella este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la sepultura. 13 En verdad os digo: Dondequiera que este evangelio se predique, en el mundo entero, se hablará también de lo que ésta ha hecho, en memoria suya.

Traición de Judas

14 Entonces uno de los doce, llamado Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes, 15 y dijo: ¿Qué estáis dispuestos a darme para que yo os lo entregue[f]? Y ellos le pesaron treinta piezas[g] de plata. 16 Y desde entonces buscaba una oportunidad para entregarle.

Preparación de la Pascua

17 El primer día de la fiesta de los panes sin levadura[h], se acercaron los discípulos a Jesús, diciendo: ¿Dónde quieres que te hagamos los preparativos para comer la Pascua? 18 Y El respondió: Id a la ciudad, a cierto hombre, y decidle: “El Maestro dice: ‘Mi tiempo está cerca; quiero celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos.’” 19 Entonces los discípulos hicieron como Jesús les había mandado, y prepararon la Pascua.

Jesús identifica al traidor

20 Al atardecer, estaba El sentado[i] a la mesa con los doce discípulos. 21 Y mientras comían, dijo: En verdad os digo que uno de vosotros me entregará. 22 Y ellos, profundamente entristecidos, comenzaron a decirle uno por uno: ¿Acaso soy yo, Señor? 23 Respondiendo El, dijo: El que metió[j] la mano conmigo en el plato, ése me entregará. 24 El Hijo del Hombre se va, según está escrito de El; pero ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Mejor le fuera a ese hombre no haber nacido[k]. 25 Y respondiendo Judas, el que le iba a entregar[l], dijo: ¿Acaso soy yo, Rabí? Y El le dijo: lo has dicho.

Institución de la Cena del Señor

26 Mientras comían, Jesús tomó pan, y habiéndolo bendecido, lo partió, y dándoselo a los discípulos, dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. 27 Y tomando una copa, y habiendo dado gracias, se la dio, diciendo: Bebed todos de ella;28 porque esto es mi sangre del nuevo[m] pacto, que es derramada por muchospara el perdón de los pecados. 29 Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día cuando lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.

30 Y después de cantar un himno, salieron hacia el monte de los Olivos.

Jesús predice la negación de Pedro

31 Entonces Jesús les dijo*: Esta noche todos vosotros os apartaréis[n] por causa de mí, pues escrito está: “Herire al pastor, y las ovejas del rebaño se dispersaran.”32 Pero después de que yo haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea.33 Entonces Pedro, respondiendo, le dijo: Aunque todos se aparten[o] por causa de ti, yo nunca me apartaré[p]. 34 Jesús le dijo: En verdad te digo que esta mismanoche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces. 35 Pedro le dijo*: Aunque tenga que morir contigo, jamás te negaré. Todos los discípulos dijeron también lo mismo.

Jesús en Getsemaní

36 Entonces Jesús llegó* con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo* a sus discípulos: Sentaos aquí mientras yo voy allá y oro. 37 Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse.38 Entonces les dijo*: Mi alma está muy afligida, hasta el punto de la muerte; quedaos aquí y velad conmigo. 39 Y adelantándose un poco, cayó sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú quieras. 40 Vino* entonces a los discípulos y los halló* durmiendo, y dijo* a Pedro: ¿Conque no pudisteis velar una hora conmigo?41 Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil. 42 Apartándose de nuevo, oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si ésta no puede pasar sin que yo la beba, hágase tu voluntad. 43 Y vino otra vez y los halló durmiendo, porque sus ojos estaban cargados de sueño.44 Dejándolos de nuevo, se fue y oró por tercera vez, diciendo otra vez las mismas palabras[q]. 45 Entonces vino* a los discípulos y les dijo*: ¿Todavía estáis[r]durmiendo y descansando? He aquí, ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores. 46 ¡Levantaos! ¡Vamos! Mirad, está cerca el que me entrega.

Arresto de Jesús

47 Mientras todavía estaba El hablando, he aquí, Judas, uno de los doce, llegó acompañado de[s] una gran multitud con espadas y garrotes, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo. 48 Y el que le entregaba les había dado una señal, diciendo: Al que yo bese, ése es; prendedle. 49 Y enseguida se acercó a Jesús y dijo: ¡Salve, Rabí! Y le besó[t]. 50 Y Jesús le dijo: Amigo, haz lo que viniste a hacer. Entonces ellos se acercaron, echaron mano a Jesús y le prendieron. 51 Y sucedió que[u] uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e hiriendo al siervo del sumo sacerdote, le cortó[v] la oreja.52 Entonces Jesús le dijo*: Vuelve tu espada a su sitio, porque todos los que tomen la espada, a espada perecerán. 53 ¿O piensas que no puedo rogar a mi Padre, y El pondría a mi disposición ahora mismo más de doce legiones[w] de ángeles? 54 Pero, ¿cómo se cumplirían entonces las Escrituras que dicen que así debe suceder? 55 En aquel momento[x] Jesús dijo a la muchedumbre: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y garrotes para arrestarme? Cada día solía sentarme en el templo para enseñar, y no me prendisteis. 56 Pero todo esto ha sucedido para que se cumplan las Escrituras de los profetas. Entonces todos los discípulos le abandonaron y huyeron.

Jesús ante el concilio

57 Y los que prendieron a Jesús le llevaron ante el sumo sacerdote Caifás, donde estaban reunidos los escribas y los ancianos. 58 Y Pedro le fue siguiendo de lejoshasta el patio del sumo sacerdote, y entrando[y], se sentó con los alguaciles[z] para ver el fin de todo aquello. 59 Y los principales sacerdotes y todo el concilio[aa]procuraban obtener falso testimonio contra Jesús, con el fin de darle muerte, 60 y no lo hallaron a pesar de que se presentaron muchos falsos testigos. Pero más tarde se presentaron dos, 61 que dijeron: Este declaró: “Yo puedo destruir el templo[ab] de Dios y en[ac] tres días reedificarlo.” 62 Entonces el sumo sacerdote, levantándose, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti?63 Mas Jesús callaba. Y el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios vivienteque nos digas si tú eres el Cristo[ad], el Hijo de Dios. 64 Jesús le dijo*: mismo lo has dicho; sin embargo, os digo que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Poder, y viniendo sobre las nubes del cielo. 65 Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué necesidad tenemos de más testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído la blasfemia; 66 ¿qué os parece? Ellos respondieron y dijeron: ¡Es reo de muerte! 67 Entonces le escupieron en el rostro y le dieron de puñetazos; y otros le abofeteaban[ae],68 diciendo: Adivina[af], Cristo[ag], ¿quién es el que te ha golpeado?

La negación de Pedro

69 Pedro estaba sentado fuera en el patio, y una sirvienta se le acercó y dijo: Tú también estabas con Jesús el galileo. 70 Pero él lo negó delante de todos ellos, diciendo: No sé de qué hablas. 71 Cuando salió al portal, lo vio otra sirvienta y dijo* a los que estaban allí: Este estaba con Jesús el nazareno. 72 Y otra vez él lo negó con juramento: ¡Yo no conozco a ese[ah] hombre! 73 Y un poco después se acercaron los que estaban allí y dijeron a Pedro: Seguro que tú también eres unode ellos, porque aun tu manera de hablar te descubre. 74 Entonces él comenzó a maldecir y a jurar: ¡Yo no conozco a ese[ai] hombre! Y al instante un gallo cantó.75 Y Pedro se acordó de lo que[aj] Jesús había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró amargamente.

Jesús es entregado a Pilato

27 Cuando llegó la mañana, todos los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo celebraron consejo contra Jesús para darle muerte. Y después de atarle, le llevaron y le entregaron a Pilato, el gobernador.

Muerte de Judas

Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que Jesús había sido condenado, sintió remordimiento y devolvió las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, diciendo: He pecado entregando sangre inocente. Pero ellos dijeron: A nosotros, ¿qué? ¡Allá tú[ak]! Y él, arrojando las piezas de plata en el santuario, se marchó; y fue y se ahorcó. Y los principales sacerdotes tomaron las piezas de plata, y dijeron: No es lícito ponerlas en el tesoro del templo, puesto que es precio de sangre. Y después de celebrar consejo, compraron con ellas el Campo del Alfarero para sepultura de los forasteros. Por eso ese campo se ha llamado Campo de Sangre hasta hoy.Entonces se cumplió lo anunciado[al] por medio del profeta Jeremías, cuando dijo: Y tomaron[am] las treinta piezas de plata, el precio de aquel cuyo precio habia sido fijado por los hijos de Israel; 10 y las dieron[an] por el Campo del Alfarero, como el Señor me habia ordenado.

Jesús ante Pilato

11 Y Jesús compareció delante del gobernador, y éste[ao] le interrogó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: lo dices. 12 Y al ser acusado por los principales sacerdotes y los ancianos, nada respondió. 13 Entonces Pilato le dijo*: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti? 14 Y Jesús no le respondió ni a una sola pregunta[ap], por lo que el gobernador estaba muy asombrado.

Jesús o Barrabás

15 Ahora bien, en cada fiesta, el gobernador acostumbraba soltar un preso al pueblo, el que ellos quisieran. 16 Y tenían entonces un preso famoso, llamado Barrabás. 17 Por lo cual, cuando ellos se reunieron, Pilato les dijo: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás o a Jesús, llamado el Cristo? 18 Porque él sabía que le habían entregado por envidia. 19 Y estando él sentado en el tribunal, su mujer le mandó aviso, diciendo: No tengas nada que ver con ese justo, porque hoy he sufrido mucho en sueños por causa de El. 20 Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a las multitudes que pidieran a Barrabás y que dieran muerte a Jesús. 21 Y respondiendo, el gobernador les dijo: ¿A cuál de los dos queréis que os suelte? Y ellos respondieron: A Barrabás. 22 Pilato les dijo*: ¿Qué haré entonces con Jesús, llamado el Cristo? Todos dijeron*: ¡Sea crucificado! 23 Y Pilato dijo: ¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más, diciendo: ¡Sea crucificado! 24 Y viendo Pilato que no conseguía nada, sino que más bien se estaba formando un tumulto, tomó agua y se lavó las manos delante de la multitud, diciendo: Soy inocente de la sangre de este justo[aq]; ¡allá vosotros[ar]! 25 Y respondiendo todo el pueblo, dijo: ¡Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos! 26 Entonces les soltó a Barrabás, pero a Jesús, después de hacerle azotar, le entregó para que fuera crucificado.

Los soldados se mofan de Jesús

27 Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al Pretorio, y reunieron alrededor de El a toda la cohorte[as] romana. 28 Y desnudándole, le pusieron encima un manto escarlata. 29 Y tejiendo una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y una caña[at] en su mano derecha; y arrodillándose delante de El, le hacían burla, diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos! 30 Y escupiéndole, tomaban la caña y le golpeaban en la cabeza. 31 Después de haberse burlado de El, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y le llevaron para crucificarle.

32 Y cuando salían, hallaron a un hombre de Cirene llamado Simón, al cual[au]obligaron a que llevara la[av] cruz.

La crucifixión

33 Cuando llegaron a un lugar llamado Gólgota, que significa Lugar de la Calavera,34 le dieron a beber vino mezclado con hiel; pero después de probarlo, no lo quiso beber. 35 Y habiéndole crucificado, se repartieron sus vestidos, echando suertes[aw]; 36 y sentados, le custodiaban allí. 37 Y pusieron sobre su cabeza la acusación contra El, que decía[ax]: ESTE ES JESUS, EL REY DE LOS JUDIOS.38 Entonces fueron crucificados* con El dos ladrones, uno a la derecha y otro a la izquierda. 39 Los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza 40 y diciendo: Tú que destruyes el templo y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo, si eres el Hijo de Dios, y desciende de la cruz. 41 De igual manera, también los principales sacerdotes, junto con los escribas y los ancianos, burlándose de El, decían: 42 A otros salvó; a sí mismo no puede salvarse[ay]. Rey de Israel es; que baje ahora de la cruz, y creeremos en El. 43 En Dios confia; que le libre ahora si El le quiere; porque ha dicho: “Yo soy el Hijo de Dios.” 44 En la misma forma le injuriaban también los ladrones que habían sido crucificados con El.

Muerte de Jesús

45 Y desde la hora sexta[az] hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora novena[ba]. 46 Y alrededor de la hora novena, Jesús exclamó a gran voz, diciendo: Eli, Eli, ¿lema sabactani? Esto es: Dios mio, Dios mio, ¿por que me has abandonado?47 Algunos de los que estaban allí, al oírlo, decían: Este llama a Elías. 48 Y al instante, uno de ellos corrió, y tomando una esponja, la empapó en vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber. 49 Pero los otros dijeron: Deja, veamos si Elías viene a salvarle[bb]. 50 Entonces Jesús, clamando otra vez a gran voz, exhaló el espíritu. 51 Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo, y la tierra tembló y las rocas se partieron; 52 y los sepulcros se abrieron, y los cuerpos de muchos santos que habían dormido resucitaron; 53 y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de Jesús[bc], entraron en la santa ciudad y se aparecieron a muchos. 54 El centurión y los que estaban con él custodiando a Jesús, cuando vieron el terremoto y las cosas que sucedían, se asustaron mucho, y dijeron: En verdad éste era Hijo de Dios[bd]. 55 Y muchas mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirle, estaban allí, mirando de lejos; 56 entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.

Sepultura de Jesús

57 Y al atardecer, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también se había convertido en discípulo de Jesús. 58 Este se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato ordenó que se lo entregaran. 59 Tomando José el cuerpo, lo envolvió en un lienzo limpio de lino, 60 y lo puso en su sepulcro nuevo que él había excavado en la roca, y después de rodar una piedra grande a la entrada del sepulcro, se fue. 61 Y María Magdalena estaba allí, y la otra María, sentadas frente al sepulcro.

Guardias en la tumba

62 Al día siguiente, que es el día después de la preparación[be], se reunieron ante Pilato los principales sacerdotes y los fariseos, 63 y le dijeron[bf]: Señor, nos acordamos que cuando aquel engañador aún vivía, dijo: “Después de tres días resucitaré[bg].” 64 Por eso, ordena que el sepulcro quede asegurado hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos, se lo roben, y digan al pueblo: “Ha resucitado de entre los muertos”; y el último engaño será peor que el primero.65 Pilato les dijo: Una guardia tenéis; id, aseguradla como vosotros sabéis. 66 Y fueron y aseguraron el sepulcro; y además de poner la guardia, sellaron la piedra.

La resurrección

28 Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María vinieron a ver el sepulcro. Y he aquí, se produjo un gran terremoto, porque un ángel del Señor descendiendo del cielo, y acercándose, removió la piedra y se sentó sobre ella. Su aspecto era como un relámpago, y su vestidura blanca como la nieve; y de miedo a él los guardias temblaron y se quedaron como muertos. Y hablando[bh] el ángel, dijo a las mujeres: Vosotras, no temáis; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado[bi]. No está aquí, porque ha resucitado, tal como dijo. Venid, ved el lugar donde yacía. E id pronto, y decid a sus discípulos que El ha resucitado de entre los muertos; y he aquí, El va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho. Y ellas, alejándose a toda prisa del sepulcro con temor y gran gozo, corrieron a dar las noticias a sus discípulos. Y he aquí que Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies y le adoraron. 10 Entonces Jesús les dijo*: No temáis[bj]. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán.

Informe de los guardias

11 Y mientras ellas iban, he aquí, algunos de la guardia fueron a la ciudad e informaron a los principales sacerdotes de todo lo que había sucedido. 12 Y después de reunirse con los ancianos y deliberar[bk] con ellos, dieron una gran cantidad de dinero a los soldados, 13 diciendo: Decid esto: “Sus discípulos vinieron de noche y robaron el cuerpo[bl] mientras nosotros dormíamos.” 14 Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros lo convenceremos y os evitaremos dificultades[bm]. 15 Ellos tomaron el dinero e hicieron como se les había instruido. Y este dicho se divulgó extensamente entre los judíos hasta hoy.

La gran comisión

16 Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que[bn] Jesús les había señalado. 17 Cuando le vieron, le adoraron; mas algunos dudaron. 18 Y acercándose Jesús, les habló, diciendo: Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. 19 Id, pues, y haced discípulos de[bo] todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,20 enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin[bp] del mundo[bq].

Notas al pie:

  1. Mateo 26:1 Lit., Y sucedió que cuando
  2. Mateo 26:2 Lit., es
  3. Mateo 26:7 Lit., reclinado
  4. Mateo 26:11 Lit., tenéis
  5. Mateo 26:11 Lit., tenéis
  6. Mateo 26:15 Lit., y yo os lo entregaré
  7. Mateo 26:15 O, siclos
  8. Mateo 26:17 O, de los Azimos
  9. Mateo 26:20 Lit., reclinado
  10. Mateo 26:23 Lit., mojó
  11. Mateo 26:24 Lit., Mejor le fuera si ese hombre no hubiera nacido
  12. Mateo 26:25 Lit., estaba entregando
  13. Mateo 26:28 Algunos mss. antiguos omiten, nuevo
  14. Mateo 26:31 O, escandalizaréis, o, caeréis
  15. Mateo 26:33 O, escandalicen, o, caigan
  16. Mateo 26:33 O, escandalizaré, o, caeré
  17. Mateo 26:44 Lit., la misma palabra
  18. Mateo 26:45 O, seguís
  19. Mateo 26:47 Lit., y con él
  20. Mateo 26:49 Lit., le besó efusivamente
  21. Mateo 26:51 Lit., Y he aquí
  22. Mateo 26:51 Lit., quitó
  23. Mateo 26:53 Una legión estaba compuesta de 6,000 soldados
  24. Mateo 26:55 Lit., aquella hora
  25. Mateo 26:58 Lit., entrando dentro
  26. Mateo 26:58 O, sirvientes
  27. Mateo 26:59 O, Sanedrín
  28. Mateo 26:61 O, santuario
  29. Mateo 26:61 O, después de
  30. Mateo 26:63 I.e., el Mesías
  31. Mateo 26:67 O, posiblemente, le herían con palos
  32. Mateo 26:68 Lit., Profetízanos
  33. Mateo 26:68 I.e., el Mesías
  34. Mateo 26:72 Lit., al
  35. Mateo 26:74 Lit., al
  36. Mateo 26:75 Lit., de la palabra que
  37. Mateo 27:4 Lit., Tú verás
  38. Mateo 27:9 Lit., dicho
  39. Mateo 27:9 O, tomé
  40. Mateo 27:10 Algunos mss. dicen: di
  41. Mateo 27:11 Lit., y el gobernador
  42. Mateo 27:14 Lit., palabra
  43. Mateo 27:24 Algunos mss. sólo dicen: de éste
  44. Mateo 27:24 Lit., vosotros veréis
  45. Mateo 27:27 I.e., unidad militar romana compuesta de varias centurias
  46. Mateo 27:29 O, vara
  47. Mateo 27:32 Lit., a éste
  48. Mateo 27:32 Lit., su
  49. Mateo 27:35 Algunos mss. posteriores agregan: para que se cumpliera lo dicho por el profeta: Se repartieron mis vestiduras y sobre mi ropa echaron suertes
  50. Mateo 27:37 Lit., escrita
  51. Mateo 27:42 O, ¿a sí mismo no puede salvarse?
  52. Mateo 27:45 I.e., las doce del día
  53. Mateo 27:45 I.e., las tres de la tarde
  54. Mateo 27:49 Algunos mss. antiguos agregan: Y otro tomó una lanza, y traspasó su costado, y salió agua y sangre (Véase Juan 19:34)
  55. Mateo 27:53 Lit., El
  56. Mateo 27:54 O, posiblemente, un hijo de Dios
  57. Mateo 27:62 I.e., del viernes
  58. Mateo 27:63 Lit., diciendo
  59. Mateo 27:63 Lit., resucito
  60. Mateo 28:5 Lit., respondiendo
  61. Mateo 28:5 O, el crucificado
  62. Mateo 28:10 O, Dejad de temer
  63. Mateo 28:12 Lit., tomar consejo
  64. Mateo 28:13 Lit., lo robaron
  65. Mateo 28:14 Lit., y os haremos libres de preocupaciones
  66. Mateo 28:16 Lit., donde
  67. Mateo 28:19 Lit., discipulad a
  68. Mateo 28:20 Lit., consumación
  69. Mateo 28:20 O, siglo
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Parábola de los obreros de la viña

Mateo 20-22

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Parábola de los obreros de la viña

alimentemos_el_alma20 Porque el reino de los cielos es semejante a un hacendado[a] que salió muy de mañana para contratar obreros para su viña. Y habiendo convenido con los obreros en un denario[b] al día, los envió a su viña. Y salió como a la hora tercera[c], y vio parados en la plaza a otros que estaban sin trabajo; y a éstos les dijo: “Id también vosotros a la viña, y os daré lo que sea justo.” Y ellos fueron.Volvió a salir como a la hora sexta y a la novena[d], e hizo lo mismo. Y saliendo como a la hora undécima[e], encontró a otros parados, y les dijo*: “¿Por qué habéis estado aquí parados todo el día sin trabajar?” Ellos le dijeron*: “Porque nadie nos contrató.” El les dijo*: “Id también vosotros a la viña.” Y al atardecer, el señor de la viña dijo* a su mayordomo: “Llama a los obreros y págales su jornal, comenzando por los últimos hasta los primeros.” Cuando llegaron los que habían sido contratados como a la hora undécima, cada uno recibió un denario. 10 Y cuando llegaron los que fueron contratados primero, pensaban que recibirían más; pero ellos también recibieron un denario cada uno. 11 Y al recibirlo, murmuraban contra el hacendado[f], 12 diciendo: “Estos últimos han trabajado sólo una hora, pero los has hecho iguales a nosotros que hemos soportado el peso y el calor abrasador del día.” 13 Pero respondiendo él, dijo a uno de ellos: “Amigo, no te hago ninguna injusticia; ¿no conviniste conmigo en un denario? 14 “Toma lo que es tuyo, y vete; pero yo quiero darle a este último lo mismo que a ti. 15 “¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo que es mío? ¿O es tu ojo malo porque yo soy bueno?” 16 Así, los últimos serán primeros, y los primeros, últimos.

Jesús anuncia su muerte por tercera vez

17 Cuando Jesús iba subiendo a Jerusalén, tomó aparte a los doce discípulos, y por el camino les dijo: 18 He aquí, subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y escribas, y le condenarán a muerte; 19 y le entregarán a los gentiles para burlarse de El, azotarle y crucificarle, y al tercer día resucitará.

Petición de los hijos de Zebedeo

20 Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrándose ante El y pidiéndole algo. 21 Y El le dijo: ¿Qué deseas? Ella le dijo*: Ordena que en tu reino estos dos hijos míos se sienten uno a tu derecha y el otro a tu izquierda. 22 Pero respondiendo Jesús, dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber? Ellos le dijeron*: Podemos. 23 El les dijo*: Mi copa ciertamente beberéis, pero sentarse a mi derecha y a mi izquierda no es mío el concederlo, sino que es para quienes ha sido preparado por mi Padre. 24 Al oíresto, los diez se indignaron contra los dos hermanos. 25 Pero Jesús, llamándolos junto a sí, dijo: Sabéis que los gobernantes de los gentiles se enseñorean de ellos, y que los grandes ejercen autoridad sobre ellos. 26 No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera entre vosotros llegar a ser grande, será vuestro servidor,27 y el que quiera entre vosotros ser el primero, será vuestro siervo; 28 así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.

Curación de dos ciegos de Jericó

29 Al salir de Jericó, le siguió una gran multitud. 30 Y he aquí, dos ciegos que estaban sentados junto al camino, al oír que Jesús pasaba, gritaron, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! 31 Y la gente los reprendía para que se callaran, pero ellos gritaban más aún, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! 32 Deteniéndose Jesús, los llamó, y dijo: ¿Qué queréis que yo haga por vosotros? 33 Ellos le dijeron*: Señor, deseamos que nuestros ojos sean abiertos. 34 Entonces Jesús, movido a compasión, tocó los ojos de ellos, y al instante recobraron la vista, y le siguieron.

La entrada triunfal

21 Cuando se acercaron a Jerusalén y llegaron a Betfagé, junto al monte de los Olivos, Jesús entonces envió a dos discípulos, diciéndoles: Id a la aldea que estáenfrente de vosotros, y enseguida encontraréis un asna atada y un pollino con ella; desatadla y traédmelos. Y si alguien os dice algo, decid: “El Señor los necesita”; y enseguida los enviará. Esto sucedió para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta, cuando dijo:

Decid a la hija de Sion:
Mira, tu Rey viene a ti,
humilde[g] y montado en un asna,
y en un pollino, hijo de bestia de carga.”

Entonces fueron los discípulos e hicieron tal como Jesús les había mandado, y trajeron el asna y el pollino; pusieron sobre ellos sus mantos, y Jesús se sentó encima[h]. La mayoría de la multitud tendió sus mantos en el camino; otros cortaban ramas de los árboles y las tendían por el camino. Y las multitudes que iban delante de El, y las que iban detrás, gritaban, diciendo:

¡Hosanna al Hijo de David!
¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
¡Hosanna en las alturas!

10 Cuando El entró en Jerusalén, toda la ciudad se agitó, y decían: ¿Quién es éste? 11 Y las multitudes contestaban: Este es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea.

Jesús echa a los mercaderes del templo

12 Y entró Jesús en el templo y echó fuera a todos los que compraban y vendían en el templo, y volcó las mesas de los cambistas y los asientos de los que vendían las palomas. 13 Y les dijo*: Escrito está: “Mi casa sera llamada casa de oracion”, pero vosotros la estáis haciendo cueva de ladrones. 14 Y en el templo se acercaron a Ellos ciegos y los cojos, y los sanó. 15 Pero cuando los principales sacerdotes y los escribas vieron las maravillas que había hecho, y a los muchachos que gritaban en el templo y que decían: ¡Hosanna al Hijo de David!, se indignaron 16 y le dijeron: ¿Oyes lo que éstos dicen? Y Jesús les respondió*: Sí, ¿nunca habéis leído: “De la boca de los pequeños y de los niños de pecho te has preparado alabanza”? 17 Y dejándolos, salió fuera de la ciudad, a Betania, y se hospedó allí.

La higuera estéril

18 Por la mañana, cuando regresaba a la ciudad, tuvo hambre. 19 Y al ver una higuera junto al camino, se acercó a ella, pero no halló nada en ella sino sólo hojas, y le dijo*: Nunca jamás brote fruto de ti. Y al instante se secó la higuera.20 Al ver esto, los discípulos se maravillaron y decían: ¿Cómo es que la higuera se secó al instante? 21 Respondiendo Jesús, les dijo: En verdad os digo que si tenéis fe y no dudáis, no sólo haréis lo de la higuera, sino que aun si decís a este monte: “Quítate y échate al mar”, así sucederá. 22 Y todo lo que pidáis en oración, creyendo, lo recibiréis.

La autoridad de Jesús puesta en duda

23 Cuando llegó Jesús[i] al templo, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se le acercaron mientras enseñaba, diciendo: ¿Con qué autoridad haces estas cosas, y quién te dio esta autoridad? 24 Y respondiendo Jesús, les dijo: Yo también os haré una pregunta[j], que si me la contestáis, yo también os diré con qué autoridad hago estas cosas. 25 ¿De dónde era el bautismo de Juan?, ¿del cielo o de los hombres? Y ellos discurrían entre sí, diciendo: Si decimos: “Del cielo”, El nos dirá: “Entonces, ¿por qué no le creísteis?” 26 Y si decimos: “De los hombres”, tememos a la multitud; porque todos tienen a Juan por profeta. 27 Y respondiendo a Jesús, dijeron: No sabemos. El a su vez[k] les dijo: Tampoco yo os diré[l] con qué autoridad hago estas cosas. 28 Pero, ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y llegándose al primero, le dijo: “Hijo, ve, trabaja hoy en la viña.”29 Y respondiendo él, dijo: “No quiero;” pero después, arrepentido, fue[m]. 30 Y llegándose al otro, le dijo lo mismo; pero él respondió y dijo: “Yo iré, señor”; y no fue[n]. 31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre? Ellos dijeron*: El primero[o]. Jesús les dijo*: En verdad os digo que los recaudadores de impuestos[p] y las rameras entran en el reino de Dios antes que vosotros. 32 Porque Juan vino a vosotros en camino de justicia y no le creísteis, pero los recaudadores de impuestos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, ni siquiera os arrepentisteis después para creerle.

Parábola de los labradores malvados

33 Escuchad otra parábola. Había una vez un hacendado[q] que planto una viña y la cerco con un muro, y cavo en ella un lagar y edifico una torre, la arrendó a unos labradores y se fue de viaje. 34 Y cuando se acercó el tiempo de la cosecha[r], envió sus siervos a los labradores para recibir sus frutos. 35 Pero los labradores, tomando a los siervos, a uno lo golpearon, a otro lo mataron y a otro lo apedrearon. 36 Volvió a mandar otro grupo de siervos, mayor que el primero; y les hicieron lo mismo. 37 Finalmente les envió a su hijo, diciendo: “Respetarán a mi hijo.” 38 Pero cuando los labradores vieron al hijo, dijeron entre sí: “Este es el heredero; venid, matémoslo y apoderémonos de su heredad.” 39 Y echándole mano, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron. 40 Cuando venga, pues, el dueño[s]de la viña, ¿qué hará a esos labradores? 41 Ellos le dijeron*: Llevará a esos miserables a un fin lamentable, y arrendará la viña a otros labradores que le paguen los frutos a su tiempo. 42 Jesús les dijo*: ¿Nunca leísteis en las Escrituras:

La piedra que desecharon los constructores,
esa, en piedra angular[t] se ha convertido;
esto fue hecho de parte del Señor,
y es maravilloso a nuestros ojos”?

43 Por eso os digo que el reino de Dios os será quitado y será dado a una nación que produzca sus frutos. 44 Y el que caiga sobre esta piedra será hecho pedazos; pero sobre quien ella caiga, lo esparcirá como polvo. 45 Al oír sus parábolas los principales sacerdotes y los fariseos, comprendieron que hablaba de ellos. 46 Y cuando procuraron prenderle, tuvieron miedo de la multitud, porque le tenían por profeta.

Parábola del banquete de bodas

22 Tomando Jesús la palabra, les habló otra vez en parábolas, diciendo: El reino de los cielos puede compararse a[u] un rey[v] que hizo un banquete de bodaspara su hijo. Y envió a sus siervos a llamar a los que habían sido invitados a las bodas, pero no quisieron venir. De nuevo envió otros siervos, diciendo: Decid a los que han sido invitados: “Ved, ya he preparado mi banquete; he matado mis novillos y animales cebados, y todo está aparejado; venid a las bodas.” Pero ellos no hicieron caso y se fueron: uno a su campo, otro a sus negocios, y los demás, echando mano a los siervos, los maltrataron y los mataron. Entonces el rey se enfureció, y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos asesinos e incendió su ciudad. Luego dijo* a sus siervos: “La boda está preparada, pero los que fueron invitados no eran dignos. “Id, por tanto, a las salidas de los caminos, e invitad a las bodas a cuantos encontréis.” 10 Y aquellos siervos salieron por los caminos, y reunieron a todos los que encontraron, tanto malos como buenos; y el salón de bodas se llenó de comensales[w]. 11 Pero cuando el rey entró a ver a los comensales, vio allí a uno que no estaba vestido con traje de boda, 12 y le dijo*: “Amigo, ¿cómo entraste aquí sin[x] traje de boda?” Y él enmudeció. 13 Entonces el rey dijo a los sirvientes: “Atadle las manos y los pies, y echadlo a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes.” 14 Porque muchos son llamados[y], pero pocos son escogidos.

El pago del impuesto al César

15 Entonces se fueron los fariseos y deliberaron entre sí cómo atraparle,sorprendiéndole en alguna palabra. 16 Y le enviaron* sus discípulos junto con los herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas el camino de Dios con verdad, y no buscas el favor[z] de nadie, porque eres imparcial[aa].17 Dinos, pues, qué te parece: ¿Es lícito pagar[ab] impuesto al César, o no? 18 Pero Jesús, conociendo su malicia, dijo: ¿Por qué me ponéis a prueba, hipócritas?19 Mostradme la moneda que se usa para pagar ese impuesto. Y le trajeron un denario[ac]. 20 Y El les dijo*: ¿De quién es esta imagen y esta inscripción? 21 Ellos le dijeron*: Del César. Entonces El les dijo*: Pues dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. 22 Al oír esto, se maravillaron; y dejándole, se fueron.

Pregunta sobre la resurrección

23 Ese día se le acercaron algunos saduceos (los que dicen que no hay resurrección), y le preguntaron, 24 diciendo: Maestro, Moisés dijo: “Si alguno muere sin tener hijos, su hermano, como pariente mas cercano, se casara con su mujer y levantara descendencia a su hermano.” 25 Ahora bien, había entre nosotros siete hermanos; y el primero se casó, y murió; pero no teniendo descendencia, le dejó la mujer a su hermano; 26 de igual manera también el segundo, y el tercero, hasta el séptimo. 27 Y después de todos, murió la mujer. 28 Por tanto, en la resurrección, ¿de cuál de los siete será mujer? Porque todos ellos la tuvieron. 29 Pero Jesús respondió y les dijo: Estáis equivocados por no comprender[ad] las Escrituras ni el poder de Dios. 30 Porque en la resurrección, ni se casan ni son dados en matrimonio, sino que son como los ángeles de Dios[ae] en el cielo. 31 Y en cuanto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que os fue dicho por Dios, cuando dijo: 32 Yo soy el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob”? El no es Dios de muertos, sino de vivos. 33 Al oír esto, las multitudes se admiraban de su enseñanza.

El gran mandamiento

34 Pero al oír los fariseos que Jesús había dejado callados a los saduceos, se agruparon; 35 y uno de ellos, intérprete de la ley[af], para ponerle a prueba[ag] le preguntó: 36 Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento de la ley? 37 Y El le dijo:Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazon, y con toda tu alma, y con toda tu mente.38 Este es el grande y el primer mandamiento. 39 Y el segundo es semejante a éste: Amaras a tu projimo como a ti mismo. 40 De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas.

Jesús, Hijo y Señor de David

41 Estando reunidos los fariseos, Jesús les hizo una pregunta, 42 diciendo: ¿Cuál es vuestra opinión sobre el Cristo[ah]? ¿De quién es hijo? Ellos le dijeron*: De David. 43 El les dijo*: Entonces, ¿cómo es que David en el Espíritu[ai] le llama “Señor”, diciendo:

44 Dijo el Señor a mi Señor:
sientate a mi diestra,
hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies’”?

45 Pues si David le llama “Señor”, ¿cómo es El su hijo? 46 Y nadie pudo contestarle ni una palabra, ni ninguno desde ese día se atrevió a hacerle más preguntas.

Notas al pie:

  1. Mateo 20:1 Lit., un hombre, dueño de casa
  2. Mateo 20:2 Un denario valía aprox. 4 gramos de plata, o el equivalente al salario de un día
  3. Mateo 20:3 I.e., las nueve de la mañana
  4. Mateo 20:5 I.e., las doce del día, y las tres de la tarde
  5. Mateo 20:6 I.e., las cinco de la tarde
  6. Mateo 20:11 Lit., dueño de casa
  7. Mateo 21:5 O, manso
  8. Mateo 21:7 Lit., sobre ellos
  9. Mateo 21:23 Lit., El
  10. Mateo 21:24 Lit., preguntaré una palabra
  11. Mateo 21:27 Lit., también
  12. Mateo 21:27 Lit., digo
  13. Mateo 21:29 Algunos mss. dicen: Yo iré, señor, y no fue
  14. Mateo 21:30 Algunos mss. dicen: No quiero; pero después, arrepentido fue
  15. Mateo 21:31 Algunos mss. dicen: El segundo
  16. Mateo 21:31 O, publicanos; i.e., los que explotaban la recaudación de los impuestos romanos
  17. Mateo 21:33 Lit., un hombre, dueño de casa
  18. Mateo 21:34 Lit., de los frutos
  19. Mateo 21:40 Lit., el señor
  20. Mateo 21:42 Lit., cabeza del ángulo
  21. Mateo 22:2 Lit., fue comparado con
  22. Mateo 22:2 Lit., un hombre rey
  23. Mateo 22:10 Lit., de los que se reclinaban a la mesa; y así en el vers. 11
  24. Mateo 22:12 Lit., no teniendo
  25. Mateo 22:14 O, invitados
  26. Mateo 22:16 Lit., y no te preocupas
  27. Mateo 22:16 Lit., no miras la apariencia de los hombres
  28. Mateo 22:17 Lit., dar
  29. Mateo 22:19 Un denario valía aprox. 4 gramos de plata, o el equivalente al salario de un día
  30. Mateo 22:29 O, saber
  31. Mateo 22:30 Algunos mss. no incluyen: de Dios
  32. Mateo 22:35 I.e., un experto en la ley de Moisés
  33. Mateo 22:35 O, tentándole
  34. Mateo 22:42 I.e., el Mesías
  35. Mateo 22:43 O, por inspiración

La Biblia de las Américas (LBLA)Copyright © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation

 

Jesús denuncia a los escribas y fariseos

Mateo 23-25

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Jesús denuncia a los escribas y fariseos

alimentemos_el_alma23 Entonces Jesús habló a la muchedumbre y a sus discípulos, diciendo: Los escribas y los fariseos se han sentado en la cátedra de Moisés. De modo que haced y observad todo lo que os digan; pero no hagáis conforme a sus obras, porque ellos dicen y no hacen. Atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con un dedo quieren moverlas. Sino que hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres; pues ensanchan sus filacterias[a] y alargan los flecos de sus mantos; aman el lugar de honor en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, y los saludos respetuosos en las plazas y ser llamados por los hombres Rabí[b]. Pero vosotros no dejéis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis a nadie padre vuestro en la tierra, porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos. 10 Ni dejéis que os llamen preceptores[c]; porque uno es vuestro Preceptor, Cristo. 11 Pero el mayor de vosotros será vuestro servidor. 12 Y cualquiera que se ensalce, será humillado, y cualquiera que se humille, será ensalzado.

Ocho ayes contra los escribas y fariseos

13 Pero, ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres, pues ni vosotros entráis, ni dejáis entrar a los que están entrando. 14 [d]¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque devoráis las casas de las viudas, aun cuando por pretexto hacéis largas oraciones; por eso recibiréis mayor condenación.

15 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque recorréis el mar y la tierra para hacer un prosélito, y cuando llega a serlo, lo hacéis hijo del infierno[e]dos veces más que vosotros.

16 ¡Ay de vosotros, guías ciegos!, que decís: “No es nada el que alguno jure por el templo[f]; pero el que jura por el oro del templo[g], contrae obligación.”17 ¡Insensatos y ciegos!, porque ¿qué es más importante[h]: el oro, o el templo[i] que santificó el oro? 18 También decís: “No es nada el que alguno jure por el altar; pero el que jura por la ofrenda que está sobre él, contrae obligación.” 19 ¡Ciegos!, porque ¿qué es más importante[j]: la ofrenda, o el altar que santifica la ofrenda?20 Por eso, el que jura por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él; 21 y el que jura por el templo[k], jura por él y por el que en él habita; 22 y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por el que está sentado en él.

23 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque pagáis el diezmo de la menta, del eneldo y del comino, y habéis descuidado los preceptos de más peso de la ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad; y éstas son las cosas que debíais haber hecho, sin descuidar aquéllas. 24 ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y ostragáis el camello!

25 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque limpiáis el exterior del vaso y del plato, pero por dentro están llenos de[l] robo y de desenfreno.26 ¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de adentro del vaso y del plato, para que lo de afuera también quede limpio.

27 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. 28 Así también vosotros, por fuera parecéis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad.

29 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque edificáis los sepulcros de los profetas y adornáis los monumentos de los justos, 30 y decís: “Si nosotros hubiéramos vivido[m] en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en derramar la sangre de los profetas.” 31 Así que dais testimonio en contra de vosotros mismos, que sois hijos[n] de los que asesinaron a los profetas.32 Llenad, pues[o], la medida de la culpa de vuestros padres. 33 ¡Serpientes! ¡Camada de víboras! ¿Cómo escaparéis del juicio[p] del infierno[q]? 34 Por tanto, mirad, yo os envío profetas, sabios y escribas: de ellos, a unos los mataréis y crucificaréis, y a otros los azotaréis en vuestras sinagogas y los perseguiréis de ciudad en ciudad, 35 para que recaiga[r] sobre vosotros la culpa de toda la sangre justa derramada sobre la tierra, desde la sangre del justo Abel hasta la sangre de Zacarías, hijo de Berequías, a quien asesinasteis entre el templo[s] y el altar. 36 En verdad os digo que todo esto vendrá sobre esta generación.

Lamentación sobre Jerusalén

37 ¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que son enviados a ella! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste! 38 He aquí, vuestra casa se os deja desierta[t]. 39 Porque os digo que desde ahora en adelante no me veréis más hasta que digáis: “Bendito el que viene en el nombre del Señor.”

Profecía sobre la destrucción del templo

24 Cuando salió Jesús del templo, y se iba, se le[u] acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo. Mas respondiendo El, les dijo: ¿Veis[v] todo esto? En verdad os digo: no quedará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada.

Señales antes del fin

Y estando El sentado en el monte de los Olivos, se le acercaron los discípulos en privado, diciendo: Dinos, ¿cuándo sucederá[w] esto, y cuál será la señal de tu venida[x] y de la consumación[y] de este siglo? Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre, diciendo: “Yo soy el Cristo[z]”, y engañarán a muchos. Y habréis de oír de guerras y rumores de guerras. ¡Cuidado! No os alarméis, porque es necesario que todo estosuceda; pero todavía no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y en diferentes lugares habrá hambre y terremotos. Pero todo esto es sólo el comienzo de dolores[aa]. Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis odiados de todas las naciones por causa de mi nombre.10 Muchos tropezarán[ab] entonces y caerán, y se traicionarán unos a otros, y unos a otros se odiarán. 11 Y se levantarán muchos falsos profetas, y a muchos engañarán. 12 Y debido al aumento de la iniquidad, el amor de muchos se enfriará.13 Pero el que persevere hasta el fin, ése será salvo. 14 Y este evangelio del reino se predicará en todo el mundo[ac] como testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin.

La abominación de la desolación

15 Por tanto, cuando veáis la abominacion de la desolacion, de que se habló por medio del profeta Daniel, colocada[ad] en el lugar santo (el que lea, que entienda),16 entonces los que estén en Judea, huyan a los montes; 17 el que esté en la azotea, no baje a sacar las cosas de su casa; 18 y el que esté en el campo, no vuelva atrás a tomar su capa. 19 Pero, ¡ay de las que estén encinta y de las que estén criando en aquellos días! 20 Orad para que vuestra huida no suceda en invierno, ni en día de reposo, 21 porque habrá entonces una gran tribulación, tal como no ha acontecido desde el principio del mundo hasta ahora, ni acontecerá jamás. 22 Y si aquellos días no fueran acortados, nadie[ae] se salvaría; pero por causa de los escogidos[af], aquellos días serán acortados. 23 Entonces si alguno os dice: “Mirad, aquí está el Cristo[ag]”, o “Allí[ah] está”, no le creáis. 24 Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y mostrarán grandes señales[ai] y prodigios, para así engañar, de ser posible, aun a los escogidos[aj]. 25 Ved que os lo he dicho de antemano. 26 Por tanto, si os dicen: “Mirad, El está en el desierto”, no vayáis; o “Mirad, El está en las habitaciones interiores”, no les creáis. 27 Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el occidente, así será la venida[ak] del Hijo del Hombre. 28 Donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres[al].

29 Pero inmediatamente después de la tribulación de esos días, el sol se oscurecera, la luna no dara su luz, las estrellas caeran del cielo y las potencias de los cielos serán sacudidas. 30 Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre; y entonces todas las tribus de la tierra harán duelo, y verán al Hijo del Hombre que viene sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria. 31 Y El enviará a sus ángeles con una gran trompeta y reuniran a sus escogidos[am] de los cuatro vientos, desde un extremo de los cielos hasta el otro[an].

Parábola de la higuera

32 Y de la higuera aprended la parábola: cuando su rama ya se pone tierna y echa las hojas, sabéis que el verano está cerca. 33 Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, sabed que El está[ao] cerca, a las puertas. 34 En verdad os digo que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda. 35 El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán. 36 Pero de aquel día y hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre. 37 Porque como en los días de Noé, así será la venida[ap] del Hijo del Hombre. 38 Pues así como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en matrimonio, hasta el día en que entró Noé en el arca, 39 y no comprendieron[aq] hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos; así será la venida[ar] del Hijo del Hombre. 40 Entonces estarán dos en el campo; uno será[as]llevado y el otro será[at] dejado. 41 Dos mujeres estarán moliendo en el molino; una será[au] llevada y la otra será[av] dejada. 42 Por tanto, velad[aw], porque no sabéis en qué día vuestro Señor viene. 43 Pero comprended esto[ax]: si el dueño de la casahubiera sabido a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, hubiera estado alerta y no hubiera permitido que entrara en[ay] su casa. 44 Por eso, también vosotros estad preparados, porque a la hora que no pensáis vendrá el Hijo del Hombre.

Parábola del siervo fiel y del infiel

45 ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente a quien su señor puso sobre los de su casa para que les diera la comida a su tiempo? 46 Dichoso[az] aquel siervo a quien, cuando su señor venga, lo encuentre haciendo así. 47 De cierto os digo que lo pondrá sobre todos sus bienes. 48 Pero si aquel siervo es malo, y dice en su corazón: “Mi señor tardará[ba]”; 49 y empieza a golpear a sus consiervos, y come y bebe con los que se emborrachan, 50 vendrá el señor de aquel siervo el día que no lo espera, y a una hora que no sabe, 51 y lo azotará severamente[bb] y le asignará un lugar[bc] con los hipócritas; allí será el llanto y el crujir de dientes.

Parábola de las diez vírgenes

25 Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al novio. Y cinco de ellas eran insensatas, y cinco prudentes. Porque las insensatas, al tomar sus lámparas, no tomaron aceite consigo, pero las prudentes tomaron aceite en frascos junto con sus lámparas.Al tardarse el novio, a todas les dio sueño y se durmieron. Pero a medianoche se oyó[bd] un clamor: “¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo.” Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: “Dadnos de vuestro aceite, porque nuestras lámparas se apagan.” Pero las prudentes respondieron, diciendo: “No, no sea que no haya suficiente para nosotras y para vosotras; id más bien a los que venden y comprad para vosotras.” 10 Y mientras ellas iban a comprar, vino el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. 11 Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: “Señor, señor, ábrenos.” 12 Pero respondiendo él, dijo: “En verdad os digo que no os conozco.” 13 Velad[be], pues, porque no sabéis ni el día ni la hora[bf].

Parábola de los talentos

14 Porque el reino de los cielos es como un hombre que al emprender un viaje, llamó a sus siervos y les encomendó sus bienes. 15 Y a uno le dio cinco talentos[bg], a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y se fue de viaje. 16 El que había recibido los cinco talentos, enseguida fue y negoció con ellos y ganó otros cinco talentos. 17 Asimismo el que había recibido los dos talentos ganó otros dos. 18 Pero el que había recibido uno, fue y cavó en la tierra y escondió el dinero de su señor. 19 Después de mucho tiempo vino* el señor de aquellos siervos, y arregló* cuentas con ellos. 20 Y llegando el que había recibido los cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: “Señor, me entregaste cinco talentos; mira, he ganado otros cinco talentos.” 21 Su señor le dijo: “Bien, siervo bueno y fiel; en lo poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.” 22 Llegando también el de los dos talentos, dijo: “Señor, me entregaste dos talentos; mira, he ganado otros dos talentos.” 23 Su señor le dijo: “Bien, siervo bueno y fiel; en lo poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.” 24 Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: “Señor, yo sabía que eres un hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste, 25 y tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; mira, aquí tienes lo que es tuyo.” 26 Pero su señor respondió, y le dijo: “Siervo malo y perezoso, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. 27 “Debías entonces haber puesto mi dinero en el banco[bh], y al llegar yo hubiera recibido mi dinero[bi] con intereses. 28 “Por tanto, quitadle el talento y dádselo al que tiene los diez talentos.” 29 Porque a todo el que tiene, más se le dará, y tendrá en abundancia; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.30 Y al siervo inútil, echadlo en las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes.

El juicio final

31 Pero cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los ángeles con El, entonces se sentará en el trono de su gloria; 32 y serán reunidas delante de El todas las naciones; y separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. 33 Y pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda.34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.35 “Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recibisteis; 36 estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.” 37 Entonces los justos le responderán, diciendo: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer, o sediento, y te dimos de beber? 38 “¿Y cuándo te vimos como forastero, y te recibimos, o desnudo, y te vestimos? 39 “¿Y cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?” 40 Respondiendo el Rey, les dirá: “En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos míos, aun a los más pequeños, a mí lo hicisteis.” 41 Entonces dirá también a los de su izquierda: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno que ha sido preparado para el diablo y sus ángeles.42 “Porque tuve hambre, y no me disteis de comer, tuve sed, y no me disteis de beber; 43 fui forastero, y no me recibisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis.” 44 Entonces ellos también responderán, diciendo: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, o sediento, o comoforastero, o desnudo, o enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?” 45 El entonces les responderá, diciendo: “En verdad os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de los más pequeños de éstos, tampoco a mí lo hicisteis.” 46 Y éstos irán al castigo eterno, pero los justos a la vida eterna.

Notas al pie:

  1. Mateo 23:5 I.e., pequeñas cajas que contenían textos de las Escrituras, que se usaban para propósitos religiosos
  2. Mateo 23:7 O, Maestro
  3. Mateo 23:10 O, maestros
  4. Mateo 23:14 Este vers. no aparece en los mss. más antiguos
  5. Mateo 23:15 Gr., guéenna
  6. Mateo 23:16 O, santuario
  7. Mateo 23:16 O, santuario
  8. Mateo 23:17 Lit., ¿cuál es mayor
  9. Mateo 23:17 O, santuario
  10. Mateo 23:19 Lit., ¿cuál es mayor
  11. Mateo 23:21 O, santuario
  12. Mateo 23:25 O, por causa de
  13. Mateo 23:30 Lit., hubiéramos estado
  14. Mateo 23:31 O, descendientes
  15. Mateo 23:32 Lit., Y vosotros llenad
  16. Mateo 23:33 O, de la sentencia
  17. Mateo 23:33 Gr., guéenna
  18. Mateo 23:35 Lit., venga
  19. Mateo 23:35 O, santuario
  20. Mateo 23:38 Algunos mss. no incluyen: desierta
  21. Mateo 24:1 Lit., y se
  22. Mateo 24:2 Lit., ¿No veis
  23. Mateo 24:3 Lit., será
  24. Mateo 24:3 O, presencia
  25. Mateo 24:3 O, del fin
  26. Mateo 24:5 I.e., el Mesías
  27. Mateo 24:8 Lit., dolores de parto
  28. Mateo 24:10 Lit., A muchos se les hará tropezar
  29. Mateo 24:14 Lit., toda la tierra habitada
  30. Mateo 24:15 O, de pie
  31. Mateo 24:22 Lit., ninguna carne
  32. Mateo 24:22 O, elegidos
  33. Mateo 24:23 I.e., el Mesías
  34. Mateo 24:23 Lit., Aquí
  35. Mateo 24:24 O, milagros
  36. Mateo 24:24 O, elegidos
  37. Mateo 24:27 O, presencia
  38. Mateo 24:28 O, las águilas
  39. Mateo 24:31 O, elegidos
  40. Mateo 24:31 Lit., el extremo de ellos
  41. Mateo 24:33 O, que está
  42. Mateo 24:37 O, presencia
  43. Mateo 24:39 Lit., no supieron
  44. Mateo 24:39 O, presencia
  45. Mateo 24:40 Lit., es
  46. Mateo 24:40 Lit., es
  47. Mateo 24:41 Lit., es
  48. Mateo 24:41 Lit., es
  49. Mateo 24:42 O, estad alerta
  50. Mateo 24:43 Lit., sabed aquello
  51. Mateo 24:43 Lit., horadara
  52. Mateo 24:46 O, bienaventurado
  53. Mateo 24:48 Lit., tarda
  54. Mateo 24:51 Lit., lo cortará en dos
  55. Mateo 24:51 Lit., su parte
  56. Mateo 25:6 Lit., se produjo
  57. Mateo 25:13 O, Estad alerta
  58. Mateo 25:13 Algunos mss. posteriores agregan: en que el Hijo del Hombre ha de venir
  59. Mateo 25:15 Un talento equivale aprox. a 21.6 kg. de plata
  60. Mateo 25:27 Lit., a los banqueros
  61. Mateo 25:27 Lit., lo mío
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Discusión con algunos escribas y fariseos

Mateo 15-19

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Discusión con algunos escribas y fariseos

alimentemos_el_alma15 Entonces se acercaron* a Jesús algunos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo: ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Pues no se lavan las manos cuando comen pan. Y respondiendo El, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios a causa de vuestra tradición? Porque Dios dijo: “Honra a tu padre y a tu madre,” y: “Quien hable mal desu padre o de su madre, que muera[a].” Pero vosotros decís: “Cualquiera que diga asu padre o a su madre: ‘Es ofrenda a Dios todo lo mío con que pudieras ser ayudado’, no necesitará más honrar[b] a su padre o a su madre[c].” Y asíinvalidasteis la palabra[d] de Dios por causa de vuestra tradición. ¡Hipócritas! Bien profetizó Isaías de vosotros cuando dijo:

Este pueblo con los labios me honra,
pero su corazon esta muy lejos de mi.
Mas en vano me rinden culto,
enseñando como doctrinas preceptos de hombres.”

Lo que contamina al hombre

10 Y llamando junto a sí a la multitud, les dijo: Oíd y entended: 11 no es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre. 12 Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron*: ¿Sabes que los fariseos se escandalizaron[e] cuando oyeron tus palabras[f]? 13 Pero El contestó y dijo: Toda planta que mi Padre celestial no haya plantado, será desarraigada. 14 Dejadlos; son ciegos guías de ciegos[g]. Y si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en el hoyo. 15 Respondiendo Pedro, le dijo: Explícanos la parábola. 16 Y El dijo: ¿También vosotros estáis aún faltos de entendimiento?17 ¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al estómago[h] y luego se elimina[i]? 18 Pero lo que sale de la boca proviene del corazón, y eso es lo que contamina al hombre. 19 Porque del corazón provienen malos pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios y calumnias.20 Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero comer sin lavarse las manos no contamina al hombre.

Jesús sana a la hija de una cananea

21 Saliendo Jesús de allí, se retiró a la región de Tiro y de Sidón. 22 Y he aquí, una mujer cananea que había salido de aquella comarca, comenzó a gritar, diciendo: Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí; mi hija está terriblemente endemoniada. 23 Pero El no le respondió palabra. Y acercándose sus discípulos, le rogaban, diciendo: Atiéndela[j], pues viene gritando tras nosotros. 24 Y respondiendo El, dijo: No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 25 Pero acercándose ella, se postró[k] ante El, diciendo: ¡Señor, socórreme!26 Y El respondió y dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echárselo a los perrillos. 27 Pero ella dijo: Sí, Señor; pero[l] también los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. 28 Entonces, respondiendo Jesús, le dijo: Oh mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas. Y su hija quedó sana desde aquel momento[m].

Jesús sana a muchos junto al mar de Galilea

29 Y pasando Jesús de allí, vino junto al mar de Galilea, y subiendo al monte, se sentó allí. 30 Y vinieron a El grandes multitudes trayendo consigo cojos, lisiados, ciegos, mudos y muchos otros enfermos y los pusieron a sus pies y El los sanó;31 de modo que la muchedumbre se maravilló al ver que los mudos hablaban, los lisiados quedaban restaurados[n], los cojos caminaban y los ciegos veían; y glorificaron al Dios de Israel.

Alimentación de los cuatro mil

32 Entonces Jesús, llamando junto a sí a sus discípulos, les dijo: Tengo compasión de la multitud, porque hace ya tres días que están conmigo y no tienen qué comer; y no quiero despedirlos sin comer, no sea que desfallezcan en el camino.33 Y los discípulos le dijeron*: ¿Dónde conseguiríamos nosotros en el desierto tantos panes para saciar a una multitud tan grande? 34 Jesús entonces les dijo*:¿Cuántos panes tenéis? Y ellos respondieron: Siete, y unos pocos pececillos. 35 Y El mandó a la multitud que se recostara en el suelo; 36 y tomó los siete panes y los peces; y después de dar gracias, los partió y empezó a darlos a los discípulos, y los discípulos a las multitudes. 37 Y comieron todos y se saciaron; y recogieron de lo que sobró de los pedazos, siete canastas llenas. 38 Los que comieron fueron cuatro mil hombres, sin contar las mujeres y los niños. 39 Y después de despedir a la muchedumbre, subió a la barca y fue a la región de Magadán[o].

Fariseos y saduceos piden señal

16 Entonces los fariseos y los saduceos se acercaron a Jesús, y para ponerle a prueba[p] le pidieron que les mostrara una señal[q] del cielo. Pero respondiendo El, les dijo: [r]Al caer la tarde decís: “Hará buen tiempo, porque el cielo está rojizo.” Y por la mañana: “Hoy habrá tempestad, porque el cielo está rojizo y amenazador.” ¿Sabéis discernir el aspecto[s] del cielo, pero no podéis discernir las señales de los tiempos? Una generación perversa y adúltera busca señal[t], y no se le dará señal[u], sino la señal de Jonás. Y dejándolos, se fue.

La levadura de los fariseos y saduceos

Los discípulos, al pasar al otro lado, se habían olvidado de tomar panes. Y Jesús les dijo: Estad atentos y guardaos de la levadura de los fariseos y saduceos. Y ellos discutían entre sí, diciendo: Lo dice porque no tomamos panes. Pero Jesús, dándose cuenta, dijo: Hombres de poca fe, ¿por qué discutís entre vosotros que no tenéis pan? ¿Todavía no entendéis ni recordáis los cinco panes para los cinco mil, y cuántas cestas recogisteis? 10 ¿Ni los siete panes para los cuatro mil, y cuántas canastas recogisteis? 11 ¿Cómo es que no entendéis que no os hablé de los panes? Pero guardaos de la levadura de los fariseos y saduceos. 12 Entonces entendieron que no les había dicho que se guardaran de la levadura de los panes, sino de la enseñanza de los fariseos y saduceos.

La confesión de Pedro

13 Cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? 14 Y ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; y otros, Elías; pero otros, Jeremías o uno de los profetas.15 El les dijo*: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? 16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo[v], el Hijo del Dios viviente. 17 Y Jesús, respondiendo, le dijo: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 18 Yo también te digo que tú eres Pedro[w], y sobre esta roca[x] edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades[y] no prevalecerán contra ella. 19 Yo te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates en la tierra, será[z] atado en los cielos; y lo que desates en la tierra, será[aa]desatado en los cielos. 20 Entonces ordenó a los discípulos que a nadie dijeran que El era el Cristo[ab].

Jesús anuncia su muerte y resurrección

21 Desde entonces Jesucristo comenzó a declarar[ac] a sus discípulos que debía ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas de parte de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer día. 22 Y tomándole aparte, Pedro comenzó a reprenderle, diciendo: ¡No lo permita Dios[ad], Señor! Eso nunca te acontecerá[ae]. 23 Pero volviéndose El, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí[af], Satanás! Me eres piedra de tropiezo; porque no estás pensando en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.

Condiciones para seguir a Jesús

24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. 25 Porque el que quiera salvar su vida[ag], la perderá; pero el que pierda su vida[ah] por causa de mí, la hallará. 26 Pues ¿qué provecho obtendrá un hombre si gana el mundo entero, pero pierde su alma? O ¿qué dará un hombre a cambio de su alma? 27 Porque el Hijo del Hombreha de venir en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces recompensara a cada uno segun su conducta. 28 En verdad os digo que hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que vean al Hijo del Hombre venir en su reino.

La transfiguración

17 Seis días después, Jesús tomó* consigo a Pedro, a Jacobo[ai] y a Juan su hermano, y los llevó* aparte a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos; y su rostro resplandeció como el sol, y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz. Y he aquí, se les aparecieron Moisés y Elías hablando con El. Entonces Pedro, tomando la palabra, dijo a Jesús: Señor, bueno es estarnos aquí; si quieres, haré aquí tres enramadas[aj], una para ti, otra[ak] para Moisés y otra[al] para Elías. Mientras estaba aún hablando, he aquí, una nube luminosa los cubrió; y[am]una voz salió de la nube, diciendo: Este es mi Hijo amado en quien me he complacido; a El oíd. Cuando los discípulos oyeron esto, cayeron sobre sus rostros y tuvieron gran temor. Entonces se les acercó Jesús, y tocándolos, dijo:Levantaos y no temáis. Y cuando alzaron sus ojos no vieron a nadie, sino a Jesús solo.

Elías y Juan el Bautista

Mientras descendían del monte, Jesús les ordenó, diciendo: No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del Hombre haya resucitado de entre los muertos. 10 Y sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que Elías debe venir primero? 11 Y respondiendo El, dijo: Elías ciertamente viene, y restaurará todas las cosas; 12 pero yo os digo que Elías ya vino y no lo reconocieron, sino que le hicieron[an] todo lo que quisieron. Así también el Hijo del Hombre va a padecer a manos de ellos. 13 Entonces los discípulos entendieron que les había hablado de Juan el Bautista.

Jesús sana a un muchacho epiléptico

14 Cuando llegaron a la multitud, se le acercó un hombre, que arrodillándose delante de El, dijo: 15 Señor, ten misericordia de mi hijo, porque es epiléptico[ao] y sufre terriblemente, porque muchas veces cae en el fuego y muchas en el agua.16 Y lo traje a tus discípulos y ellos no pudieron curarlo. 17 Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo acá. 18 Y Jesús lo reprendió y el demonio salió de él, y el muchacho quedó curado desde aquel momento[ap].

19 Entonces los discípulos, llegándose a Jesús en privado, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo? 20 Y El les dijo*: Por vuestra poca fe; porque en verdad os digo que si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: “Pásate de aquí allá”, y se pasará; y nada os será imposible. 21 [aq]Pero esta clase no sale sino con oración y ayuno.

Jesús anuncia otra vez su muerte

22 Mientras andaban juntos por Galilea, Jesús les dijo: El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres. 23 Y le matarán, y al tercer día resucitará. Y ellos se entristecieron mucho.

Pago del impuesto del templo

24 Cuando llegaron a Capernaúm, se acercaron a Pedro los que cobraban el impuesto de dos dracmas[ar] y dijeron: ¿No paga vuestro maestro las dos dracmas? 25 El dijo*: Sí. Y cuando él llegó a casa, Jesús se le anticipó[as], diciendo:¿Qué te parece, Simón? ¿De quiénes cobran tributos o impuestos los reyes de la tierra, de sus hijos o de los extraños? 26 Y cuando respondió: De los extraños, Jesús le dijo: Entonces los hijos están exentos[at]. 27 Sin embargo, para que no los escandalicemos[au], ve al mar, echa el anzuelo, y toma el primer pez que salga[av]; y cuando le abras la boca hallarás un estáter[aw]; tómalo y dáselo por ti y por mí.

El mayor en el reino de los cielos

18 En aquel momento[ax] se acercaron los discípulos a Jesús, diciendo: ¿Quién es, entonces, el mayor en el reino de los cielos? Y El, llamando a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: En verdad os digo que si no os convertís[ay] y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Así pues, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos. Y el que reciba a un niño como éste[az] en mi nombre, a mí me recibe. Pero al que haga tropezar[ba] a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le sería que le colgaran al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y que se ahogara en lo profundo del mar.

¡Ay de los que son piedras de tropiezo!

¡Ay del mundo por sus piedras de tropiezo! Porque es inevitable que vengan piedras de tropiezo; pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo! Y si tu mano o tu pie te es ocasión de pecar[bb], córtatelo y échalo de ti; te es mejor entrar en la vida manco o cojo, que teniendo dos manos y dos pies, ser echado en el fuego eterno. Y si tu ojo te es ocasión de pecar[bc], arráncatelo y échalo de ti. Te es mejor entrar en la vida con un solo ojo, que teniendo dos ojos, ser echado en el infierno[bd] de fuego.

10 Mirad que no despreciéis a uno de estos pequeñitos, porque os digo que sus ángeles en los cielos contemplan siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos. 11 [be]Porque el Hijo del Hombre ha venido a salvar lo que se había perdido.

Parábola de la oveja perdida

12 ¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se ha descarriado, ¿no deja las noventa y nueve en los montes, y va en busca de la descarriada? 13 Y si sucede que la halla, en verdad os digo que se regocija más por ésta que por las noventa y nueve que no se han descarriado. 14 Así, no es la voluntad de[bf] vuestro Padre que está en los cielos que se pierda uno de estos pequeñitos.

Sobre la exhortación y la oración

15 Y si tu hermano peca[bg], ve y repréndelo a solas[bh]; si te escucha, has ganado a tu hermano. 16 Pero si no te escucha, lleva contigo a uno o a dos más, para quetoda palabra sea confirmada por boca de dos o tres testigos. 17 Y si rehúsa escucharlos, dilo a la iglesia; y si también rehúsa escuchar a la iglesia, sea para ti como el gentil y el recaudador de impuestos[bi]. 18 En verdad os digo: todo lo que atéis[bj] en la tierra, será[bk] atado en el cielo; y todo lo que desatéis[bl] en la tierra, será[bm] desatado en el cielo. 19 Además os digo, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan aquí en la tierra, les será hecho por[bn]mi Padre que está en los cielos. 20 Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.

Importancia del perdón

21 Entonces se le acercó Pedro, y le dijo: Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí que yo haya de perdonarlo? ¿Hasta siete veces? 22 Jesús le dijo*: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.

Parábola de los dos deudores

23 Por eso, el reino de los cielos puede compararse[bo] a cierto[bp] rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. 24 Y al comenzar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos[bq]. 25 Pero no teniendo él con qué pagar, su señor ordenó que lo vendieran, junto con su mujer e hijos y todo cuanto poseía, y así pagara la deuda. 26 Entonces el siervo cayó postrado ante él, diciendo: “Ten paciencia conmigo y todo te lo pagaré.” 27 Y el señor de aquel siervo tuvo compasión, y lo soltó y le perdonó la deuda. 28 Pero al salir aquel siervo, encontró a uno de sus consiervos que le debía cien denarios[br], y echándole mano, loahogaba, diciendo: “Paga lo que debes.” 29 Entonces su consiervo, cayendo a sus pies, le suplicaba, diciendo: “Ten paciencia conmigo y te pagaré.” 30 Sin embargo, él no quiso, sino que fue y lo echó en la cárcel hasta que pagara lo que debía.31 Así que cuando vieron sus consiervos lo que había pasado, se entristecieron mucho, y fueron y contaron a su señor todo lo que había sucedido. 32 Entonces, llamándolo su señor, le dijo*: “Siervo malvado, te perdoné toda aquella deuda porque me suplicaste. 33 “¿No deberías tú también haberte compadecido de tu consiervo, así como yo me compadecí de ti?” 34 Y enfurecido su señor, lo entregó a los verdugos hasta que pagara todo lo que le debía. 35 Así también mi Padre celestial hará con vosotros, si no perdonáis de corazón[bs] cada uno a su hermano.

Jesús en Judea

19 Y aconteció que cuando Jesús terminó estas palabras, partió de Galilea y sefue a la región de Judea, al otro lado del Jordán; y le siguieron grandes multitudes, y los sanó allí.

Enseñanza de Jesús sobre el divorcio

Y se acercaron a El algunos fariseos para probarle, diciendo: ¿Es lícito a un hombre divorciarse de[bt] su mujer por cualquier motivo? Y respondiendo Jesús, dijo: ¿No habéis leído que aquel que los creó, desde el principio los hizo varon y hembra, y añadió: “Por esta razon el hombre dejara a su padre y a su madre y se unira a su mujer, y los dos seran una sola carne”? Por consiguiente, ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe. Ellos le dijeron*: Entonces, ¿por qué mandó Moisés darle carta de divorcio y repudiarla?El les dijo*: Por la dureza de vuestro corazón, Moisés os permitió divorciaros de[bu] vuestras mujeres; pero no ha sido así desde el principio. Y yo os digo que cualquiera que se divorcie de[bv] su mujer, salvo por infidelidad, y se case con otra, comete[bw] adulterio[bx]. 10 Los discípulos le dijeron*: Si así es la relación del hombre con su mujer, no conviene casarse. 11 Pero El les dijo: No todos pueden aceptar este precepto, sino sólo aquellos a quienes les ha sido dado. 12 Porque hay eunucos que así nacieron desde el seno de su madre, y hay eunucos que fueron hechos eunucos por los hombres, y también hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que pueda aceptar esto, quelo acepte.

Jesús bendice a los niños

13 Entonces le trajeron algunos niños para que pusiera las manos sobre ellos y orara; y los discípulos los reprendieron. 14 Pero Jesús dijo: Dejad a los niños, y no les impidáis que vengan a mí, porque de los que son como éstos[by] es el reino de los cielos. 15 Y después de poner las manos sobre ellos, se fue de allí.

El joven rico

16 Y he aquí se le acercó uno y dijo: Maestro, ¿qué bien haré para obtener la vida eterna? 17 Y El le dijo: ¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Sólo Uno es bueno; pero si deseas entrar en la vida, guarda los mandamientos. 18 El le dijo*: ¿Cuáles? Y Jesús respondió: No mataras; no cometeras adulterio; no hurtaras; no daras falso testimonio; 19 honra a tu padre y a tu madre; y amaras a tu projimo como a ti mismo. 20 El joven le dijo*: Todo esto lo he guardado; ¿qué me falta todavía?21 Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, ve y vende lo que posees y da a los pobres, y tendrás tesoro en los cielos; y ven, sígueme. 22 Pero al oír el joven estas palabras[bz], se fue triste, porque era dueño de muchos bienes.

Peligro de las riquezas

23 Y Jesús dijo a sus discípulos: En verdad os digo que es difícil que un rico entre en el reino de los cielos. 24 Y otra vez os digo que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el reino de Dios. 25 Al oíresto, los discípulos estaban llenos de asombro, y decían: Entonces, ¿quién podrá salvarse? 26 Pero Jesús, mirándolos, les dijo: Para los hombres eso es imposible, pero para Dios todo es posible. 27 Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué, pues, recibiremos[ca]?28 Y Jesús les dijo: En verdad os digo que vosotros que me habéis seguido, en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, os sentaréis también sobre doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. 29 Y todo el que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre[cb], o hijos o tierras por mi nombre, recibirá cien[cc] veces más, y heredará la vida eterna.30 Pero muchos primeros serán últimos, y los últimos, primeros.

Notas al pie:

  1. Mateo 15:4 Lit., muera a muerte
  2. Mateo 15:6 I.e., en el sentido de socorrer
  3. Mateo 15:6 Algunos mss. antiguos no incluyen: o a su madre
  4. Mateo 15:6 Algunos mss. antiguos dicen: la ley
  5. Mateo 15:12 O, fueron ofendidos
  6. Mateo 15:12 Lit., la palabra
  7. Mateo 15:14 Varios mss. antiguos no incluyen: de ciegos
  8. Mateo 15:17 Lit., vientre
  9. Mateo 15:17 Lit., se echa en la letrina
  10. Mateo 15:23 Lit., Despídela
  11. Mateo 15:25 O, adoró
  12. Mateo 15:27 Lit., porque
  13. Mateo 15:28 Lit., desde aquella hora
  14. Mateo 15:31 O, sanos
  15. Mateo 15:39 Algunos mss. posteriores dicen: Magdala
  16. Mateo 16:1 Lit., tentándole
  17. Mateo 16:1 O, un milagro
  18. Mateo 16:2 Los mss. más antiguos no incluyen el resto del vers. 2 y el vers. 3
  19. Mateo 16:3 Lit., la faz
  20. Mateo 16:4 O, milagro
  21. Mateo 16:4 O, milagro
  22. Mateo 16:16 I.e., el Mesías
  23. Mateo 16:18 Gr., Petros; i.e., una piedra
  24. Mateo 16:18 Gr., petra; i.e., una piedra grande
  25. Mateo 16:18 I.e., los poderes de la muerte
  26. Mateo 16:19 O, habrá sido
  27. Mateo 16:19 O, habrá sido
  28. Mateo 16:20 I.e., el Mesías
  29. Mateo 16:21 Lit., a mostrar
  30. Mateo 16:22 Lit., (Dios tenga) misericordia de ti
  31. Mateo 16:22 Lit., será
  32. Mateo 16:23 Lit., Ponte detrás de mí
  33. Mateo 16:25 O, alma
  34. Mateo 16:25 O, alma
  35. Mateo 17:1 O, Santiago
  36. Mateo 17:4 O, tiendas sagradas
  37. Mateo 17:4 Lit., una
  38. Mateo 17:4 Lit., una
  39. Mateo 17:5 Lit., y he aquí
  40. Mateo 17:12 Lit., hicieron en él o hicieron en su caso
  41. Mateo 17:15 Lit., lunático
  42. Mateo 17:18 Lit., aquella hora
  43. Mateo 17:21 Los mss. más antiguos no incluyen este vers.
  44. Mateo 17:24 Impuesto para sostener el templo, equivalente a dos denarios, o sea dos días de sueldo
  45. Mateo 17:25 I.e., anticipó lo que Pedro le iba a decir
  46. Mateo 17:26 O, libres
  47. Mateo 17:27 O, no sea que los ofendamos
  48. Mateo 17:27 Lit., suba
  49. Mateo 17:27 O, siclo; i.e., moneda equivalente a cuatro dracmas
  50. Mateo 18:1 Lit., aquella hora
  51. Mateo 18:3 Lit., os volvéis
  52. Mateo 18:5 Lit., a un tal niño
  53. Mateo 18:6 O, escandalice
  54. Mateo 18:8 Lit., tropezar
  55. Mateo 18:9 Lit., tropezar
  56. Mateo 18:9 Gr., guéenna
  57. Mateo 18:11 La mayoría de los mss. antiguos no incluyen este vers.
  58. Mateo 18:14 Lit., delante de
  59. Mateo 18:15 Muchos mss. agregan: contra ti
  60. Mateo 18:15 Lit., entre tú y él solos
  61. Mateo 18:17 O, publicano; i.e., uno que explotaba la recaudación de los impuestos romanos
  62. Mateo 18:18 O, prohibáis
  63. Mateo 18:18 O, habrá sido
  64. Mateo 18:18 O, permitáis
  65. Mateo 18:18 O, habrá sido
  66. Mateo 18:19 Lit., de
  67. Mateo 18:23 Lit., fue comparado
  68. Mateo 18:23 Lit., un hombre
  69. Mateo 18:24 Un talento equivale aprox. a 21.6 kg. de plata
  70. Mateo 18:28 Un denario valía aprox. 4 gramos de plata, o el equivalente al salario de un día
  71. Mateo 18:35 Lit., de vuestros corazones
  72. Mateo 19:3 O, repudiar a
  73. Mateo 19:8 O, repudiar a
  74. Mateo 19:9 O, repudie a
  75. Mateo 19:9 Algunos mss. antiguos dicen: la hace cometer
  76. Mateo 19:9 Algunos mss. antiguos agregan: y el que se casa con una mujer divorciada, comete adulterio.
  77. Mateo 19:14 O, de los tales
  78. Mateo 19:22 Lit., la palabra
  79. Mateo 19:27 Lit., habrá para nosotros
  80. Mateo 19:29 Muchos mss. agregan: o mujer
  81. Mateo 19:29 Algunos mss. dicen: muchas
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