Jesús, Señor del día de reposo

Mateo 12-15

9781586403546

Jesús, Señor del día de reposo

alimentemos_el_alma12 Por aquel tiempo[a] Jesús pasó por entre los sembrados en el día de reposo; sus discípulos tuvieron hambre, y empezaron a arrancar espigas y a comer. Y cuando lo vieron los fariseos, le dijeron: Mira, tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el día de reposo. Pero El les dijo: ¿No habéis leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la casa de Dios y comieron los panes consagrados[b], que no les era lícito comer, ni a él ni a los que estaban con él, sino sólo a los sacerdotes? ¿O no habéis leído en la ley, que en los días de reposo los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo y están sin culpa? Pues os digo que algo[c] mayor que el templo está aquí. Pero si hubierais sabido lo que esto significa[d]: “Misericordia[e] quiero y no sacrificio”, no hubierais condenado a los inocentes. Porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo.

Jesús sana al hombre de la mano seca

Pasando de allí, entró en la sinagoga de ellos. 10 Y he aquí, había allí un hombre que tenía una mano seca. Y para poder acusarle, le preguntaron, diciendo: ¿Es lícito sanar en el día de reposo? 11 Y El les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros que tenga una sola oveja, si ésta se le cae en un hoyo en día de reposo, no le echa mano y la saca? 12 Pues, ¡cuánto más vale un hombre que una oveja! Por tanto, es lícito hacer bien en el día de reposo. 13 Entonces dijo* al hombre:Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada, sana como la otra. 14 Pero cuando los fariseos salieron, se confabularon[f] contra El, para ver cómo podrían destruirle.

Jesús, el siervo escogido

15 Mas Jesús, sabiéndolo, se retiró de allí. Y muchos le siguieron, y los sanó a todos. 16 Y les advirtió que no revelaran quién era El[g]; 17 para que se cumpliera lo que fue dicho por medio del profeta Isaías, cuando dijo:

18 Mirad, mi Siervo[h], a quien he escogido[i];
mi amado en quien se agrada[j] mi alma;
sobre El pondre mi Espiritu,
y a las naciones[k] proclamara justicia[l].
19 No contendera, ni gritara,
ni habra quien en las calles oiga su voz.
20 No quebrara la caña cascada,
ni apagara la mecha que humea,
hasta que lleve[m] a la victoria la justicia[n].
21 Y en su nombre pondran las naciones[o] su esperanza.

Jesús y Beelzebú

22 Entonces le trajeron un endemoniado ciego y mudo, y lo sanó, de manera que el mudo hablaba y veía. 23 Y todas las multitudes estaban asombradas, y decían: ¿Acaso no es éste el Hijo de David? 24 Pero cuando los fariseos lo oyeron, dijeron: Este no expulsa los demonios sino por Beelzebú, el príncipe de los demonios. 25 Y conociendo Jesús sus pensamientos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no se mantendrá en pie. 26 Y si Satanás expulsa a Satanás, está[p] dividido contra sí mismo; ¿cómo puede entonces mantenerse en pie su reino? 27 Y si yo expulso los demonios por Beelzebú, ¿por quién los expulsan vuestros hijos? Por tanto, ellos serán vuestros jueces. 28 Pero si yo expulso los demonios por el Espíritu de Dios, entonces el reino de Dios ha llegado a vosotros. 29 ¿O cómo puede alguien entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no lo ata[q]? Y entonces saqueará su casa. 30 El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama. 31 Por eso os digo: todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada.32 Y a cualquiera que diga una palabra contra el Hijo del Hombre, se le perdonará; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este siglo[r] ni en el venidero. 33 O haced bueno el árbol y bueno su fruto, o haced malo el árbol y malo su fruto; porque por el fruto se conoce el árbol. 34 ¡Camada de víboras! ¿Cómo podéis hablar cosas buenas siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. 35 El hombre bueno de su buen tesoro saca cosas buenas; y el hombre malo de su mal tesoro saca cosas malas. 36 Y yo os digo que de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio.37 Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.

Escribas y fariseos demandan señal

38 Entonces le respondieron algunos de los escribas y fariseos, diciendo: Maestro, queremos ver una señal[s] de parte tuya. 39 Pero respondiendo El, les dijo: Una generación perversa y adúltera demanda señal[t], y ninguna señal[u] se le dará, sino la señal[v] de Jonás el profeta; 40 porque como estuvo Jonas en el vientre del monstruo marino tres dias y tres noches, así estará el Hijo del Hombre tres días y tres noches en el corazón de la tierra. 41 Los hombres de Nínive se levantarán con esta generación en el juicio y la condenarán, porque ellos se arrepintieron con la predicación de Jonás; y mirad, algo más grande que Jonás está aquí. 42 La Reina del Sur se levantará con esta generación en el juicio y la condenará, porque ella vino desde los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón; y mirad, algo más grande que Salomón está aquí. 43 Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, pasa por lugares áridos buscando descanso y no lo halla. 44 Entonces dice: “Volveré a mi casa de donde salí”; y cuando llega, la encuentra desocupada, barrida y arreglada. 45 Va entonces, y toma consigo otros siete espíritus más depravados que él, y entrando, moran allí; y el estado final de aquel hombre resulta peor que el primero. Así será también con esta generación perversa.

La madre y los hermanos de Jesús

46 Mientras El aún estaba hablando a la multitud, he aquí, su madre y sus hermanos estaban afuera, deseando hablar con El. 47 Y alguien le dijo: He aquí, tu madre y tus hermanos están afuera deseando hablar contigo. 48 Pero respondiendo El al que se lo decía, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? 49 Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: ¡He aquí mi madre y mis hermanos! 50 Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre.

Parábolas sobre el reino

13 Ese mismo día salió Jesús de la casa y se sentó a la orilla del mar. Y se congregaron junto a El grandes multitudes, por lo que subió a una barca y se sentó; y toda la multitud estaba de pie en la playa.

Parábola del sembrador

Y les habló muchas cosas en parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar; y al sembrar, parte de la semilla cayó junto al camino, y vinieron las aves y se la comieron. Otra parte[w] cayó en pedregales donde no tenía mucha tierra; y enseguida brotó porque no tenía profundidad de tierra; pero cuando salió el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Otra parte[x] cayó entre[y]espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron. Y otra parte[z] cayó en tierra buena y dio* fruto, algunas semillas a ciento por uno, otras a sesenta y otras a treinta. El que tiene oídos[aa], que oiga.

Propósito de las parábolas

10 Y acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas en parábolas? 11 Y respondiendo El, les dijo: Porque a vosotros se os ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no se les ha concedido. 12 Porque a cualquiera que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia; pero a cualquiera que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. 13 Por eso les hablo en parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden. 14 Y en[ab] ellos se cumple la profecía de Isaías que dice:

Al oir oireis, y no entendereis;
y viendo vereis, y no percibireis;
15 porque el corazon de este pueblo se ha vuelto insensible[ac]
y con dificultad oyen con sus oidos;
y sus ojos han cerrado,
no sea que vean con los ojos,
y oigan con los oidos,
y entiendan con el corazon,
y se conviertan,
y yo los sane.”

16 Pero dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen.17 Porque en verdad os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron.

Explicación de la parábola del sembrador

18 Vosotros, pues, escuchad la parábola del sembrador. 19 A todo el que oye la palabra del reino y no la entiende, el maligno viene y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es aquel en quien se sembró la semilla junto al camino. 20 Y aquel en quien se sembró la semilla en pedregales, éste es el que oye la palabra y enseguida la recibe con gozo; 21 pero no tiene raíz profunda en sí mismo, sino quesólo es temporal, y cuando por causa de la palabra viene la aflicción o la persecución, enseguida tropieza y cae. 22 Y aquel en quien se sembró la semilla entre espinos, éste es el que oye la palabra, mas las preocupaciones del mundo[ad]y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se queda sin fruto. 23 Pero aquel en quien se sembró la semilla en tierra buena, éste es el que oye la palabra y la entiende, éste sí da fruto y produce, uno a ciento, otro a sesenta y otro a treinta.

Parábola del trigo y la cizaña

24 Jesús les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos puede compararse a[ae] un hombre que sembró buena semilla en su campo. 25 Pero mientras los hombres dormían, vino su enemigo y sembró cizaña[af] entre el trigo, y se fue. 26 Cuando el trigo[ag] brotó y produjo grano, entonces apareció también la cizaña. 27 Y los siervos del dueño fueron y le dijeron: “Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿Cómo[ah], pues, tiene cizaña?” 28 El les dijo: “Un enemigo[ai]ha hecho esto”. Y los siervos le dijeron*: “¿Quieres, pues, que vayamos y la recojamos?” 29 Pero él dijo*: “No, no sea que al recoger la cizaña, arranquéis el trigo junto con ella. 30 “Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega; y al tiempo de la siega diré a los segadores: ‘Recoged primero la cizaña y atadla en manojos para quemarla, pero el trigo recogedlo en mi granero.’”

Parábola del grano de mostaza

31 Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo, 32 y que de todas las semillas es la más pequeña; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de modo que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas.

Parábola de la levadura

33 Les dijo otra parábola: El reino de los cielos es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas[aj] de harina hasta que todo quedó fermentado.

34 Todo esto habló Jesús en parábolas a las multitudes, y nada les hablaba sin parábola, 35 para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta, cuando dijo:

Abrire mi boca en parabolas;
hablare de cosas ocultas desde la fundacion del mundo.

Explicación de la parábola del trigo y la cizaña

36 Entonces dejó a la multitud y entró en la casa. Y se le acercaron sus discípulos, diciendo: Explícanos la parábola de la cizaña del campo. 37 Y respondiendo El, dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre, 38 y el campo es el mundo; y la buena semilla son[ak] los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del maligno; 39 y el enemigo que la sembró es el diablo, y la siega es el fin[al] del mundo[am], y los segadores son los ángeles. 40 Por tanto, así como la cizaña se recoge y se quema en el fuego, de la misma manera será en el fin[an] del mundo[ao].41 El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos losque son piedra de tropiezo[ap] y a los que hacen iniquidad; 42 y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes. 43 Entonces los justos resplandeceran como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos[aq], que oiga.

Parábolas del tesoro escondido y la perla de gran valor

44 El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo, que al encontrarlo un hombre, lo vuelve a esconder, y de alegría por ello, va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo.

45 El reino de los cielos también es semejante a un mercader que busca perlas finas, 46 y al encontrar una perla de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía y la compró.

Parábola de la red barredera

47 El reino de los cielos también es semejante a una red barredera que se echó en el mar, y recogió peces de toda clase; 48 y cuando se llenó, la sacaron a la playa; y se sentaron y recogieron los peces buenos en canastas[ar], pero echaron fuera los malos. 49 Así será en el fin[as] del mundo[at]; los ángeles saldrán, y sacarán[au] a los malos de entre los justos, 50 y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes.

Parábola del dueño de casa

51 ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos le dijeron*: Sí. 52 Y El les dijo: Por eso todo escriba que se ha convertido en un discípulo del reino de los cielos es semejante al[av] dueño de casa que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.

Jesús enseña en Nazaret

53 Y sucedió que cuando Jesús terminó estas parábolas, se fue de allí. 54 Y llegando a su pueblo, les enseñaba en su sinagoga, de tal manera que se maravillaban y decían: ¿Dónde obtuvo éste esta sabiduría y estos poderes milagrosos[aw]? 55 ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Jacobo[ax], José, Simón y Judas? 56 ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿Dónde, pues, obtuvo éste todas estas cosas? 57 Y se escandalizaban a causa de El. Pero Jesús les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa. 58 Y no hizo muchos milagros[ay] allí a causa de la incredulidad de ellos.

Muerte de Juan el Bautista

14 Por aquel tiempo[az], Herodes el tetrarca oyó la fama de Jesús, y dijo a sus sirvientes: Este es Juan el Bautista. El ha resucitado de entre los muertos, y por eso es que poderes milagrosos actúan en él. Porque Herodes había prendido a Juan, lo había atado[ba] y puesto en la cárcel por causa de Herodías, mujer de su hermano Felipe; porque Juan le decía: No te es lícito tenerla. Y aunque Herodes quería matarlo, tenía miedo al pueblo[bb], porque consideraban[bc] a Juan como un profeta. Pero cuando llegó[bd] el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodíasdanzó ante[be] ellos y agradó a Herodes. Por lo cual le prometió con juramento darle lo que ella pidiera. Ella, instigada por su madre, dijo*: Dame aquí, en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista. Y aunque el rey se entristeció, a causa de sus[bf] juramentos y de sus invitados[bg], ordenó que se la dieran; 10 y mandó decapitar a Juan en la cárcel. 11 Y trajeron su cabeza en una bandeja y se la dieron a la muchacha, y ella se la llevó a su madre. 12 Los discípulos de Juan[bh] llegaron y recogieron el cuerpo y lo sepultaron; y fueron y se lo comunicaron a Jesús.

Alimentación de los cinco mil

13 Al oír esto, Jesús se retiró de allí en una barca, solo, a un lugar desierto; y cuando las multitudes lo supieron[bi], le siguieron a pie desde las ciudades. 14 Y al desembarcar[bj], vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos y sanó a sus enfermos. 15 Al atardecer se le acercaron los discípulos, diciendo: El lugar está desierto y la hora es ya avanzada; despide, pues, a las multitudes para que vayan a las aldeas y se compren alimentos. 16 Pero Jesús les dijo: No hay necesidad de que se vayan; dadles vosotros de comer. 17 Entonces ellos le dijeron*: No tenemos aquí más que cinco panes y dos peces. 18 El les dijo: Traédmelos acá. 19 Y ordenando a la muchedumbre que se recostara sobre la hierba, tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo los alimentos, y partiendo los panes, se los dio a los discípulos y los discípulos a la multitud. 20 Y comieron todos y se saciaron. Y recogieron lo que sobró de los pedazos: doce cestas llenas. 21 Y los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.

Jesús anda sobre el mar

22 Enseguida hizo que los discípulos[bk] subieran a la barca y fueran delante de El a la otra orilla, mientras El despedía a la multitud. 23 Después de despedir a la multitud, subió al monte a solas para orar; y al anochecer, estaba allí solo. 24 Pero la barca estaba ya a muchos estadios[bl] de tierra, y era azotada[bm] por las olas, porque el viento era contrario. 25 Y a la cuarta vigilia de la noche[bn], Jesús vino a ellos andando sobre el mar. 26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, y decían: ¡Es un fantasma! Y de miedo, se pusieron a gritar. 27 Pero enseguida Jesús les habló, diciendo: Tened ánimo, soy yo; no temáis.28 Respondiéndole Pedro, dijo: Señor, si eres tú, mándame que vaya a ti sobre las aguas. 29 Y El dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, caminó sobre las aguas, y fue hacia Jesús. 30 Pero viendo la fuerza del viento tuvo miedo, y empezando a hundirse gritó, diciendo: ¡Señor, sálvame! 31 Y al instante Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo*: Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?32 Cuando ellos subieron a la barca, el viento se calmó. 33 Entonces los que estaban en la barca le adoraron, diciendo: En verdad eres Hijo de Dios.

34 Terminada la travesía, bajaron a[bo] tierra en Genesaret. 35 Y cuando los hombres de aquel lugar reconocieron a Jesús[bp], enviaron a decirlo por toda aquella comarca de alrededor y le trajeron todos los que tenían algún mal. 36 Y le rogaban que les dejara tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que lo tocaban quedaban curados.

Discusión con algunos escribas y fariseos

15 Entonces se acercaron* a Jesús algunos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo: ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Pues no se lavan las manos cuando comen pan. Y respondiendo El, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios a causa de vuestra tradición? Porque Dios dijo: “Honra a tu padre y a tu madre,” y: “Quien hable mal desu padre o de su madre, que muera[bq].” Pero vosotros decís: “Cualquiera que diga asu padre o a su madre: ‘Es ofrenda a Dios todo lo mío con que pudieras ser ayudado’, no necesitará más honrar[br] a su padre o a su madre[bs].” Y asíinvalidasteis la palabra[bt] de Dios por causa de vuestra tradición. ¡Hipócritas! Bien profetizó Isaías de vosotros cuando dijo:

Este pueblo con los labios me honra,
pero su corazon esta muy lejos de mi.
Mas en vano me rinden culto,
enseñando como doctrinas preceptos de hombres.”

Lo que contamina al hombre

10 Y llamando junto a sí a la multitud, les dijo: Oíd y entended: 11 no es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre. 12 Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron*: ¿Sabes que los fariseos se escandalizaron[bu] cuando oyeron tus palabras[bv]? 13 Pero El contestó y dijo: Toda planta que mi Padre celestial no haya plantado, será desarraigada. 14 Dejadlos; son ciegos guías de ciegos[bw]. Y si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en el hoyo. 15 Respondiendo Pedro, le dijo: Explícanos la parábola. 16 Y El dijo: ¿También vosotros estáis aún faltos de entendimiento?17 ¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al estómago[bx] y luego se elimina[by]? 18 Pero lo que sale de la boca proviene del corazón, y eso es lo que contamina al hombre. 19 Porque del corazón provienen malos pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios y calumnias.20 Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero comer sin lavarse las manos no contamina al hombre.

Jesús sana a la hija de una cananea

21 Saliendo Jesús de allí, se retiró a la región de Tiro y de Sidón. 22 Y he aquí, una mujer cananea que había salido de aquella comarca, comenzó a gritar, diciendo: Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí; mi hija está terriblemente endemoniada. 23 Pero El no le respondió palabra. Y acercándose sus discípulos, le rogaban, diciendo: Atiéndela[bz], pues viene gritando tras nosotros. 24 Y respondiendo El, dijo: No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 25 Pero acercándose ella, se postró[ca] ante El, diciendo: ¡Señor, socórreme!26 Y El respondió y dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echárselo a los perrillos. 27 Pero ella dijo: Sí, Señor; pero[cb] también los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. 28 Entonces, respondiendo Jesús, le dijo: Oh mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas. Y su hija quedó sana desde aquel momento[cc].

Jesús sana a muchos junto al mar de Galilea

29 Y pasando Jesús de allí, vino junto al mar de Galilea, y subiendo al monte, se sentó allí. 30 Y vinieron a El grandes multitudes trayendo consigo cojos, lisiados, ciegos, mudos y muchos otros enfermos y los pusieron a sus pies y El los sanó;31 de modo que la muchedumbre se maravilló al ver que los mudos hablaban, los lisiados quedaban restaurados[cd], los cojos caminaban y los ciegos veían; y glorificaron al Dios de Israel.

Alimentación de los cuatro mil

32 Entonces Jesús, llamando junto a sí a sus discípulos, les dijo: Tengo compasión de la multitud, porque hace ya tres días que están conmigo y no tienen qué comer; y no quiero despedirlos sin comer, no sea que desfallezcan en el camino.33 Y los discípulos le dijeron*: ¿Dónde conseguiríamos nosotros en el desierto tantos panes para saciar a una multitud tan grande? 34 Jesús entonces les dijo*:¿Cuántos panes tenéis? Y ellos respondieron: Siete, y unos pocos pececillos. 35 Y El mandó a la multitud que se recostara en el suelo; 36 y tomó los siete panes y los peces; y después de dar gracias, los partió y empezó a darlos a los discípulos, y los discípulos a las multitudes. 37 Y comieron todos y se saciaron; y recogieron de lo que sobró de los pedazos, siete canastas llenas. 38 Los que comieron fueron cuatro mil hombres, sin contar las mujeres y los niños. 39 Y después de despedir a la muchedumbre, subió a la barca y fue a la región de Magadán[ce].

Notas al pie:

  1. Mateo 12:1 O, aquella ocasión
  2. Mateo 12:4 Lit., los panes de la proposición
  3. Mateo 12:6 O, uno, y así en los vers. 41 y 42
  4. Mateo 12:7 Lit., es
  5. Mateo 12:7 O, Compasión
  6. Mateo 12:14 Lit., tomaron consejo
  7. Mateo 12:16 Lit., no le hicieran manifiesto
  8. Mateo 12:18 O, Hijo
  9. Mateo 12:18 Lit., escogí
  10. Mateo 12:18 Lit., se agradó
  11. Mateo 12:18 O, los gentiles
  12. Mateo 12:18 O, juicio
  13. Mateo 12:20 O, saque
  14. Mateo 12:20 O, el juicio
  15. Mateo 12:21 O, los gentiles
  16. Mateo 12:26 Lit., estaba
  17. Mateo 12:29 Lit., no ata al fuerte
  18. Mateo 12:32 O, tiempo
  19. Mateo 12:38 O, un milagro
  20. Mateo 12:39 O, milagro
  21. Mateo 12:39 O, milagro
  22. Mateo 12:39 O, milagro
  23. Mateo 13:5 Lit., Y otras
  24. Mateo 13:7 Lit., Y otras
  25. Mateo 13:7 Lit., sobre los
  26. Mateo 13:8 Lit., Y otras
  27. Mateo 13:9 Algunos mss. antiguos dicen: oídos para oír
  28. Mateo 13:14 O, para
  29. Mateo 13:15 Lit., se ha engrosado
  30. Mateo 13:22 O, siglo
  31. Mateo 13:24 Lit., fue comparado con
  32. Mateo 13:25 I.e., planta gramínea muy parecida al trigo
  33. Mateo 13:26 Lit., la hierba
  34. Mateo 13:27 Lit., De dónde
  35. Mateo 13:28 Lit., Un hombre enemigo
  36. Mateo 13:33 Gr., sata; un sato equivale aprox. a 13 litros
  37. Mateo 13:38 Lit., éstos son
  38. Mateo 13:39 Lit., la consumación
  39. Mateo 13:39 O, siglo
  40. Mateo 13:40 Lit., la consumación
  41. Mateo 13:40 O, siglo
  42. Mateo 13:41 O, todo lo que ofende
  43. Mateo 13:43 Algunos mss. antiguos dicen: oídos para oír
  44. Mateo 13:48 O, vasijas
  45. Mateo 13:49 O, la consumación
  46. Mateo 13:49 O, siglo
  47. Mateo 13:49 O, separarán
  48. Mateo 13:52 Lit., a un hombre
  49. Mateo 13:54 O, milagros
  50. Mateo 13:55 O, Santiago
  51. Mateo 13:58 O, muchas obras de poder
  52. Mateo 14:1 O, aquella ocasión
  53. Mateo 14:3 O, encadenado
  54. Mateo 14:5 O, a la multitud
  55. Mateo 14:5 Lit., tenían
  56. Mateo 14:6 Lit., ocurrió
  57. Mateo 14:6 Lit., en medio de
  58. Mateo 14:9 Lit., los
  59. Mateo 14:9 Lit., de los que se reclinaban a la mesa con él
  60. Mateo 14:12 Lit., Y sus discípulos
  61. Mateo 14:13 Lit., oyeron
  62. Mateo 14:14 Lit., Y saliendo
  63. Mateo 14:22 Lit., obligó a los discípulos que
  64. Mateo 14:24 Un estadio equivale aprox. a 180 metros
  65. Mateo 14:24 Lit., atormentada
  66. Mateo 14:25 I.e., entre las tres y las seis de la mañana
  67. Mateo 14:34 Lit., llegaron a la
  68. Mateo 14:35 Lit., El
  69. Mateo 15:4 Lit., muera a muerte
  70. Mateo 15:6 I.e., en el sentido de socorrer
  71. Mateo 15:6 Algunos mss. antiguos no incluyen: o a su madre
  72. Mateo 15:6 Algunos mss. antiguos dicen: la ley
  73. Mateo 15:12 O, fueron ofendidos
  74. Mateo 15:12 Lit., la palabra
  75. Mateo 15:14 Varios mss. antiguos no incluyen: de ciegos
  76. Mateo 15:17 Lit., vientre
  77. Mateo 15:17 Lit., se echa en la letrina
  78. Mateo 15:23 Lit., Despídela
  79. Mateo 15:25 O, adoró
  80. Mateo 15:27 Lit., porque
  81. Mateo 15:28 Lit., desde aquella hora
  82. Mateo 15:31 O, sanos
  83. Mateo 15:39 Algunos mss. posteriores dicen: Magdala

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Curación de un leproso

Mateo 8-11

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Curación de un leproso

alimentemos_el_almaY cuando bajó del monte, grandes multitudes le seguían. Y he aquí, se le acercó un leproso y se postró ante El[a], diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Y extendiendo Jesús la mano, lo tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante quedó limpio de su lepra[b]. Entonces Jesús le dijo*: Mira, no se lo digas a nadie, sino ve, muéstrate al sacerdote y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio a ellos.

Jesús sana al criado del centurión

Y cuando entró Jesús[c] en Capernaúm se le acercó un centurión suplicándole,y diciendo: Señor, mi criado[d] está postrado en casa, paralítico, sufriendo mucho[e]. Y Jesús le dijo*: Yo iré y lo sanaré. Pero el centurión respondió y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; mas solamente di la palabra[f] y mi criado[g] quedará sano. Porque yo también soy hombre bajo autoridad, con[h]soldados a mis órdenes[i]; y digo a éste: “Ve”, y va; y al otro: “Ven”, y viene; y a mi siervo: “Haz esto”, y lo hace. 10 Al oírlo Jesús, se maravilló y dijo a los que leseguían: En verdad os digo que en Israel[j] no he hallado en nadie una fe tan grande. 11 Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán[k] a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos. 12 Pero los hijos del reino serán arrojados a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes. 13 Entonces Jesús dijo al centurión: Vete; así como has creído, te sea hecho. Y el criado[l] fue sanado en esa misma hora.

Jesús sana a la suegra de Pedro y a muchos otros

14 Al llegar Jesús a casa de Pedro, vio a la suegra de éste[m] que yacía en cama[n]con fiebre. 15 Le tocó la mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó y le servía. 16 Y al atardecer, le trajeron muchos endemoniados; y expulsó a los espíritus con supalabra, y sanó a todos los que estaban enfermos, 17 para que se cumpliera lo que fue dicho por medio del profeta Isaías cuando dijo: El mismo tomo nuestras flaquezas y llevo[o] nuestras enfermedades.

Lo que demanda el discipulado

18 Viendo Jesús una multitud a su alrededor, dio orden de pasar al otro lado. 19 Y un escriba se le acercó y le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas. 20 Y Jesús le dijo*: Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. 21 Otro de los discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre. 22 Pero Jesús le dijo*: Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos.

Jesús calma la tempestad

23 Cuando entró Jesús[p] en la barca, sus discípulos le siguieron. 24 Y de pronto[q]se desató una gran tormenta[r] en el mar, de modo que las olas cubrían la barca; pero Jesús[s] estaba dormido. 25 Y llegándose a El, le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! 26 Y El les dijo*: ¿Por qué estáis amedrentados, hombres de poca fe? Entonces se levantó, reprendió a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma. 27 Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Quién es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?

Los endemoniados gadarenos

28 Cuando llegó al otro lado, a la tierra de los gadarenos, le salieron al encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, violentos en extremo, de manera que nadie podía pasar por aquel camino. 29 Y[t] gritaron, diciendo: ¿Qué tenemos que ver contigo[u], Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes del tiempo[v]? 30 A cierta distancia de ellos había una piara de muchos cerdos paciendo; 31 y los demonios le rogaban, diciendo: Si vas a echarnos fuera, mándanos a la piara de cerdos. 32 Entonces El les dijo: ¡Id! Y ellos salieron y entraron en los cerdos; y he aquí que la piara entera se precipitó por un despeñadero al mar, y perecieron en las aguas. 33 Los que cuidaban la piarahuyeron; y fueron a la ciudad y lo contaron todo, incluso[w] lo de los endemoniados. 34 Y[x] toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y cuando le vieron, le rogaron que se fuera de su comarca.

Curación de un paralítico

9 Y subiendo Jesús en una barca, pasó al otro lado y llegó a su ciudad. Y[y] le trajeron un paralítico echado en una camilla; y Jesús, viendo la fe de ellos, dijo al paralítico: Anímate, hijo, tus pecados te son perdonados. Y[z] algunos de los escribas decían para sí[aa]: Este blasfema. Y Jesús, conociendo sus pensamientos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? Porque, ¿qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate, y anda”? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados (entonces dijo* al paralítico): Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. Y él levantándose, se fue a su casa. Pero cuando las multitudes vieron esto, sintieron temor[ab], y glorificaron a Dios, que había dado tal poder[ac] a los hombres.

Llamamiento de Mateo y la cena en su casa

Cuando Jesús se fue de allí, vio a un hombre llamado Mateo, sentado en la oficina de los tributos, y le dijo*: ¡Sígueme! Y levantándose, le siguió.

10 Y sucedió que estando El sentado[ad] a la mesa en la casa, he aquí, muchos recaudadores de impuestos[ae] y pecadores llegaron y se sentaron[af] a la mesa con Jesús y sus discípulos. 11 Y cuando vieron esto, los fariseos dijeron a sus discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los recaudadores de impuestos y pecadores? 12 Al oír El esto, dijo: Los que están sanos[ag] no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos. 13 Mas id, y aprended lo que significa: “Misericordia[ah] quiero y no sacrificio”; porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.

Pregunta sobre el ayuno

14 Entonces se le acercaron* los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos, pero tus discípulos no ayunan? 15 Y Jesús les dijo: ¿Acaso los acompañantes del novio[ai] pueden estar de luto mientras el novio está con ellos? Pero vendrán días cuando el novio les será[aj] quitado, y entonces ayunarán.16 Y nadie pone un remiendo[ak] de tela nueva[al] en un vestido viejo; porque el remiendo[am] al encogerse tira del vestido y se produce una rotura peor. 17 Y nadie echa vino nuevo en odres[an] viejos, porque entonces[ao] los odres se revientan, el vino se derrama y los odres se pierden; sino que se echa vino nuevo en odres nuevos, y ambos se conservan.

Curación de una mujer y resurrección de la hija de un oficial

18 Mientras les decía estas cosas, he aquí, vino un oficial[ap] de la sinagoga y se postró delante de El[aq], diciendo: Mi hija acaba de morir; pero ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá. 19 Y levantándose Jesús, lo siguió, y también sus discípulos.20 Y he aquí, una mujer que había estado sufriendo de flujo de sangre por doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; 21 pues decía para sí: Si tan sólo toco su manto, sanaré[ar]. 22 Pero Jesús, volviéndose y viéndola, dijo:Hija, ten ánimo, tu fe te ha sanado[as]. Y al instante[at] la mujer quedó sana[au].23 Cuando entró Jesús en la casa del oficial[av], y vio a los flautistas y al gentío en ruidoso desorden, 24 les dijo: Retiraos, porque la niña[aw] no ha muerto, sino que está dormida. Y se burlaban de El. 25 Pero cuando habían echado fuera a la gente, El entró y la tomó de la mano; y la niña[ax] se levantó[ay]. 26 Y esta noticia[az] se difundió por toda aquella tierra.

Curación de dos ciegos y un mudo

27 Al irse Jesús de allí, dos ciegos le siguieron, gritando y diciendo: ¡Hijo de David, ten misericordia de nosotros! 28 Y después de haber entrado en la casa, se acercaron a El los ciegos, y Jesús les dijo*: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos le respondieron*: Sí, Señor. 29 Entonces les tocó los ojos, diciendo: Hágase en vosotros según vuestra fe. 30 Y se les abrieron los ojos. Y Jesús les advirtió rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa. 31 Pero ellos, en cuanto salieron, divulgaron su fama por toda aquella tierra.

32 Y al salir ellos de allí, he aquí, le trajeron un mudo endemoniado. 33 Y después que el demonio había sido expulsado, el mudo habló; y las multitudes se maravillaban, y decían: Jamás se ha visto[ba] cosa igual en Israel. 34 Pero los fariseos decían: El echa fuera los demonios por el príncipe de los demonios.

Ministerio de Jesús

35 Y Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, proclamando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia. 36 Y viendo las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban angustiadas y abatidas como ovejas que no tienen pastor. 37 Entonces dijo* a sus discípulos: La mies es mucha, pero los obreros pocos. 38 Por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.

Llamamiento de los doce apóstoles

10 Entonces llamando a sus doce discípulos, Jesús les dio poder[bb] sobre los espíritus inmundos para expulsarlos y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.

Y los nombres de los doce apóstoles son éstos: primero, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; y Jacobo[bc], el hijo de Zebedeo, y Juan[bd] su hermano;Felipe y Bartolomé[be]; Tomás y Mateo, el recaudador de impuestos[bf]; Jacobo[bg], el hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón el cananita[bh], y Judas Iscariote, el que también le entregó.

Jesús envía a los doce

A estos doce envió Jesús después de instruirlos, diciendo: No vayáis por[bi] elcamino de los gentiles, y no entréis en ninguna ciudad de los samaritanos. Sino id más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Y cuando vayáis, predicad diciendo: “El reino de los cielos se ha acercado.” Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, expulsad demonios; de gracia[bj] recibisteis, dad de gracia[bk]. No os proveáis de oro, ni de plata, ni de cobre para llevar en vuestros cintos, 10 ni de alforja[bl] para el camino, ni de dos túnicas[bm], ni de sandalias, ni de bordón; porque el obrero es digno de su sostén[bn]. 11 Y en cualquier ciudad o aldea donde entréis, averiguad quién es digno en ella, y quedaos allí hasta que os marchéis. 12 Al entrar en la casa, dadle vuestro saludo de paz. 13 Y si la casa es digna, que vuestro saludo de paz venga sobre ella; pero si no es digna, que vuestro saludo de paz se vuelva a vosotros. 14 Y cualquiera que no os reciba ni oiga vuestras palabras, al salir de esa casa o de esa ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies. 15 En verdad os digo que en el día del juicio será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma y Gomorra que para esa ciudad.

Advertencias a los doce

16 Mirad, yo os envío como ovejas en medio de lobos; por tanto, sed[bo] astutos como las serpientes e inocentes como las palomas. 17 Pero cuidaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales[bp] y os azotarán en sus sinagogas;18 y hasta seréis llevados delante de gobernadores y reyes por mi causa, como un testimonio a ellos y a los gentiles. 19 Pero cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué hablaréis; porque a esa hora se os dará lo que habréis de hablar.20 Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros. 21 Y el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y les causarán la muerte[bq]. 22 Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre, pero el que persevere hasta el fin, ése será salvo. 23 Pero cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque en verdad os digo: no terminaréis de recorrer las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del Hombre.

Palabras de aliento a los doce

24 Un discípulo[br] no está por encima del maestro, ni un siervo por encima de su señor. 25 Le basta al discípulo llegar a ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al dueño de la casa lo han llamado Beelzebú, ¡cuánto más a los de su casa! 26 Así que no les temáis, porque nada hay encubierto que no haya de ser revelado, ni oculto que no haya de saberse. 27 Lo que os digo en la oscuridad, habladlo en la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas. 28 Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien temed a aquel que puede hacer perecer[bs] tanto el alma como el cuerpo en el infierno[bt].29 ¿No se venden dos pajarillos[bu] por un cuarto[bv]? Y sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin permitirlo vuestro Padre. 30 Y hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. 31 Así que no temáis; vosotros valéis más que muchos pajarillos[bw]. 32 Por tanto, todo el que me[bx] confiese delante de los hombres, yo también le[by] confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.33 Pero cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos.

El costo del discipulado

34 No penséis que vine a traer[bz] paz a la tierra; no vine a traer[ca] paz, sino espada.35 Porque vine a poner al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; 36 y los enemigos del hombre serán los de su misma casa. 37 El que ama al padre o a la madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama al hijo o a la hija más que a mí, no es digno de mí. 38 Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. 39 El que ha hallado su vida, la perderá; y el que ha perdido su vida por mi causa, la hallará.

40 El que os recibe a vosotros, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. 41 El que recibe a un profeta como[cb] profeta, recibirá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo como[cc] justo, recibirá recompensa de justo.42 Y cualquiera que como[cd] discípulo dé de beber aunque sólo sea un vaso de agua fría a uno de estos pequeños[ce], en verdad os digo que no perderá su recompensa.

Jesús sale a enseñar y predicar

11 Y sucedió que cuando Jesús terminó de dar instrucciones a sus doce discípulos, se fue de allí a enseñar y predicar[cf] en las ciudades de ellos.

Jesús y los discípulos de Juan

Y al oír Juan en la cárcel de las obras de Cristo[cg], mandó por medio de sus discípulos a decirle: ¿Eres tú el que ha de venir[ch], o esperaremos a otro? Y respondiendo Jesús, les dijo: Id y contad a Juan lo que oís y veis: los ciegos reciben la vista y los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres se les anuncia el evangelio[ci]. Y bienaventurado es el que no se escandaliza de mí.

Jesús habla de Juan el Bautista

Mientras ellos se marchaban, Jesús comenzó a hablar a las multitudes acerca de Juan: ¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento?Mas, ¿qué salisteis a ver? ¿Un hombre vestido con ropas finas? Mirad, los que usan ropas finas están en los palacios[cj] de los reyes. Pero, ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y uno que es más que un profeta. 10 Este es de quien está escrito:

He aqui, yo envio mi mensajero delante de tu faz,
quien preparara tu camino delante de ti.”

11 En verdad os digo que entre los nacidos de mujer[ck] no se ha levantado nadiemayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él. 12 Y desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia[cl], y los violentos lo conquistan por la fuerza[cm]. 13 Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan. 14 Y si queréis aceptarlo, él es Elías, el que había de venir[cn]. 15 El que tiene oídos[co], que oiga. 16 Pero, ¿con qué compararé a esta generación? Es semejante a los muchachos que se sientan en las plazas, que dan voces a los otros, 17 y dicen: “Os tocamos la flauta, y no bailasteis; entonamos endechas, y no os lamentasteis[cp].” 18 Porque vino Juan que no comía ni bebía, y dicen: “Tiene un demonio.” 19 Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: “Mirad, un hombre glotón y bebedor de vino, amigo de recaudadores de impuestos[cq] y de pecadores.” Pero[cr] la sabiduría se justifica por sus hechos[cs].

Ayes sobre ciudades de Galilea

20 Entonces comenzó a increpar a las ciudades en las que había hecho la mayoría de sus milagros[ct], porque no se habían arrepentido. 21 ¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si los milagros[cu] que se hicieron en vosotras se hubieran hecho en Tiro y en Sidón, hace tiempo que se hubieran arrepentido en cilicio y ceniza.22 Por eso os digo que en el día del juicio será más tolerable el castigo para Tiro y Sidón que para vosotras. 23 Y tú, Capernaúm, ¿acaso serás elevada hasta los cielos? ¡Hasta el Hades[cv] descenderás[cw]! Porque si los milagros[cx] que se hicieron en ti se hubieran hecho en Sodoma, ésta hubiera permanecido hasta hoy.24 Sin embargo, os digo que en el día del juicio será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma que para ti.

La gran invitación

25 En aquel tiempo[cy], hablando[cz] Jesús, dijo: Te alabo[da], Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a sabios e inteligentes, y las revelaste a los niños. 26 Sí, Padre, porque así fue de tu agrado. 27 Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre; y nadie conoce[db] al Hijo, sino el Padre, ni nadie conoce[dc] al Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. 28 Venid a mí, todos los que estáis cansados[dd] y cargados, y yo os haré descansar.29 Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallareis descanso para vuestras almas. 30 Porque mi yugo es fácil[de] y mi carga ligera.

Notas al pie:

  1. Mateo 8:2 O, le adoró
  2. Mateo 8:3 Lit., su lepra fue limpiada
  3. Mateo 8:5 Lit., El
  4. Mateo 8:6 Lit., muchacho
  5. Mateo 8:6 Lit., terriblemente atormentado
  6. Mateo 8:8 Lit., di con una palabra
  7. Mateo 8:8 Lit., muchacho
  8. Mateo 8:9 Lit., teniendo
  9. Mateo 8:9 Lit., debajo de mí
  10. Mateo 8:10 Algunos mss. antiguos dicen: ni en Israel
  11. Mateo 8:11 Lit., se recostarán
  12. Mateo 8:13 Lit., muchacho
  13. Mateo 8:14 Lit., él
  14. Mateo 8:14 Lit., postrada y
  15. Mateo 8:17 O, cargó con
  16. Mateo 8:23 Lit., El
  17. Mateo 8:24 Lit., Y he aquí
  18. Mateo 8:24 Lit., un sacudimiento
  19. Mateo 8:24 Lit., El
  20. Mateo 8:29 Lit., Y he aquí
  21. Mateo 8:29 Lit., ¿Qué a nosotros y a ti
  22. Mateo 8:29 I.e., antes del tiempo designado para el juicio
  23. Mateo 8:33 Lit., y
  24. Mateo 8:34 Lit., Y he aquí
  25. Mateo 9:2 Lit., Y he aquí
  26. Mateo 9:3 Lit., Y he aquí
  27. Mateo 9:3 Lit., dentro de sí
  28. Mateo 9:8 O, se llenaron de asombro
  29. Mateo 9:8 O, autoridad
  30. Mateo 9:10 Lit., reclinado
  31. Mateo 9:10 O, publicanos; i.e., los que explotaban la recaudación de los impuestos romanos
  32. Mateo 9:10 Lit., reclinaron
  33. Mateo 9:12 Lit., fuertes
  34. Mateo 9:13 O, Compasión
  35. Mateo 9:15 Lit., hijos del tálamo
  36. Mateo 9:15 Lit., sea
  37. Mateo 9:16 Lit., lo que se pone encima
  38. Mateo 9:16 Lit., sin encoger
  39. Mateo 9:16 Lit., lo que llena
  40. Mateo 9:17 I.e., cueros usados como recipientes
  41. Mateo 9:17 Lit., y si no
  42. Mateo 9:18 O, principal
  43. Mateo 9:18 O, le adoró
  44. Mateo 9:21 Lit., seré salva
  45. Mateo 9:22 Lit., te ha salvado
  46. Mateo 9:22 Lit., desde aquella hora
  47. Mateo 9:22 Lit., salva
  48. Mateo 9:23 O, principal
  49. Mateo 9:24 O, muchacha
  50. Mateo 9:25 O, muchacha
  51. Mateo 9:25 O, fue levantada
  52. Mateo 9:26 Lit., fama
  53. Mateo 9:33 Lit., ha aparecido
  54. Mateo 10:1 O, autoridad
  55. Mateo 10:2 O, Santiago
  56. Mateo 10:2 Gr., Ioannes; heb., Johanan
  57. Mateo 10:3 I.e., hijo de Tolomeo
  58. Mateo 10:3 O, publicano; i.e., uno que explotaba la recaudación de los impuestos romanos
  59. Mateo 10:3 O, Santiago
  60. Mateo 10:4 O, el zelote; i.e., miembro de un grupo radical
  61. Mateo 10:5 O, No os apartéis hacia
  62. Mateo 10:8 O, gratuitamente
  63. Mateo 10:8 O, gratuitamente
  64. Mateo 10:10 O, mochila, o, bolsa
  65. Mateo 10:10 I.e., ropa interior
  66. Mateo 10:10 Lit., alimento o sustento
  67. Mateo 10:16 O, mostraos
  68. Mateo 10:17 O, sanedrines, o, concilios
  69. Mateo 10:21 O, los matarán
  70. Mateo 10:24 O, alumno
  71. Mateo 10:28 O, destruir
  72. Mateo 10:28 Gr., guéenna
  73. Mateo 10:29 O, gorriones
  74. Mateo 10:29 Gr., assarion; equivale aprox. a 1/16 denario
  75. Mateo 10:31 O, gorriones
  76. Mateo 10:32 Lit., por mí
  77. Mateo 10:32 Lit., por él
  78. Mateo 10:34 Lit., a echar
  79. Mateo 10:34 Lit., a echar
  80. Mateo 10:41 Lit., en nombre de
  81. Mateo 10:41 Lit., en nombre de
  82. Mateo 10:42 Lit., en nombre de
  83. Mateo 10:42 O, humildes
  84. Mateo 11:1 O, proclamar
  85. Mateo 11:2 I.e., el Mesías
  86. Mateo 11:3 Lit., el que viene; véase Juan 11:27 y nota
  87. Mateo 11:5 O, las buenas nuevas
  88. Mateo 11:8 Lit., las casas
  89. Mateo 11:11 Lit., mujeres
  90. Mateo 11:12 O, al reino de los cielos se entra por la fuerza
  91. Mateo 11:12 O, lo toman para sí
  92. Mateo 11:14 O, que ha de venir
  93. Mateo 11:15 Algunos mss. antiguos dicen: oídos para oír
  94. Mateo 11:17 Lit., no os golpeasteis el pecho
  95. Mateo 11:19 O, publicanos; i.e., los que explotaban la recaudación de los impuestos romanos
  96. Mateo 11:19 Lit., Y
  97. Mateo 11:19 Algunos mss. dicen: hijos
  98. Mateo 11:20 O, hechos poderosos
  99. Mateo 11:21 O, hechos poderosos
  100. Mateo 11:23 I.e., región de los muertos
  101. Mateo 11:23 Algunos mss. antiguos dicen: serás hundida
  102. Mateo 11:23 O, hechos poderosos
  103. Mateo 11:25 O, aquella ocasión
  104. Mateo 11:25 Lit., respondiendo
  105. Mateo 11:25 O, reconozco para tu gloria
  106. Mateo 11:27 O, conoce perfectamente
  107. Mateo 11:27 O, conoce perfectamente
  108. Mateo 11:28 O, exhaustos de tanto trabajar
  109. Mateo 11:30 O, agradable, o, suave
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Genealogía de Jesucristo

Mateo 1-4

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Genealogía de Jesucristo

alimentemos_el_alma1 Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.

Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, y Jacob a Judá y a sus hermanos;Judá engendró, de Tamar, a Fares y a Zara, Fares engendró a Esrom, y Esrom a Aram[a]; Aram engendró a Aminadab, Aminadab a Naasón, y Naasón a Salmón;Salmón engendró, de Rahab, a Booz, Booz engendró, de Rut, a Obed, y Obed engendró a Isaí; Isaí engendró al rey David.

Y David engendró a Salomón de la que había sido mujer de Urías. Salomón engendró a Roboam, Roboam a Abías, y Abías a Asa[b]; Asa engendró a Josafat, Josafat a Joram, y Joram a Uzías; Uzías engendró a Jotam, Jotam a Acaz, y Acaz a Ezequías; 10 Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amón[c], y Amón[d]a Josías; 11 Josías engendró a Jeconías[e] y a sus hermanos durante la[f]deportación a Babilonia.

12 Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, y Salatiel a Zorobabel; 13 Zorobabel engendró a Abiud, Abiud a Eliaquim, y Eliaquim a Azor;14 Azor engendró a Sadoc, Sadoc a Aquim, y Aquim a Eliud; 15 Eliud engendró a Eleazar, Eleazar a Matán, y Matán a Jacob; 16 Jacob engendró a José, el marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo[g].

17 De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce generaciones; y desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce generaciones; y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo[h], catorce generaciones.

Nacimiento de Jesucristo

18 Y el nacimiento de Jesucristo fue como sigue. Estando su madre Maríadesposada[i] con José, antes de que se consumara el matrimonio[j], se halló que había concebido por obra del Espíritu Santo. 19 Y José su marido, siendo unhombre justo y no queriendo difamarla, quiso abandonarla[k] en secreto. 20 Pero mientras pensaba en esto, he aquí que se le apareció en sueños un ángel del Señor, diciendo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque el Niño[l] que se ha engendrado en ella es del Espíritu Santo. 21 Y dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque El salvará a su pueblo de sus pecados.22 Todo esto sucedió[m] para que se cumpliera lo que el Señor había hablado por medio del profeta, diciendo: 23 He aqui, la virgen concebira y dara a luz un hijo, y le pondran por nombre Emmanuel, que traducido significa: Dios con nosotros. 24 Y cuando despertó[n] José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer; 25 y la conservó virgen[o] hasta que dio a luz un hijo[p]; y le puso por nombre Jesús.

Visita de los magos

Después de nacer Jesús en Belén de Judea, en tiempos[q] del rey Herodes, he aquí, unos magos[r] del oriente llegaron a Jerusalén, diciendo: ¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque vimos su estrella en el oriente y hemos venido a adorarle. Cuando lo oyó el rey Herodes, se turbó, y toda Jerusalén con él. Entonces, reuniendo a todos los principales sacerdotes y escribas del pueblo, indagó de ellos dónde había de nacer el Cristo[s]. Y ellos le dijeron: En Belén de Judea, porque así está escrito por el[t] profeta:

“Y tu, Belen, tierra de Juda,
de ningun modo eres la mas pequeña entre los principes de Juda;
porque de ti saldra un Gobernante
que pastoreara a mi pueblo Israel.”

Entonces Herodes llamó a los magos en secreto y se cercioró con ellos del tiempo en que había aparecido[u] la estrella. Y enviándolos a Belén, dijo: Id y buscad con diligencia al Niño; y cuando le encontréis, avisadme para que yo también vaya y le adore. Y habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí, la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo sobre el lugar donde estaba el Niño. 10 Cuando vieron la estrella, se regocijaron sobremanera con gran alegría. 11 Y entrando en la casa, vieron al Niño con su madre María, y postrándose le adoraron; y abriendo sus tesoros le presentaron obsequios de oro, incienso y mirra. 12 Y habiendo sido advertidos por Dios en sueños que no volvieran a Herodes, partieron para su tierra por otro camino.

Huida a Egipto

13 Después de haberse marchado ellos, un[v] ángel del Señor se le apareció* a José en sueños, diciendo: Levántate, toma al Niño y a su madre y huye a Egipto, y quédate allí hasta que yo te diga; porque Herodes va a buscar al Niño para matarle[w]. 14 Y él, levantándose, tomó de noche al Niño y a su madre, y se trasladó a Egipto; 15 y estuvo allá hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor habló por medio del profeta, diciendo: De Egipto llame a mi Hijo.

La matanza de los niños

16 Entonces Herodes, al verse burlado por los magos, se enfureció en gran manera, y mandó matar a todos los niños que había en Belén y en todos sus alrededores, de dos años para abajo, según el tiempo que había averiguado de los magos. 17 Entonces se cumplió lo que fue dicho por medio del profeta Jeremías, cuando dijo:

18 Se oyo una voz en Rama,
llanto y gran lamentacion;
Raquel que llora a sus hijos,
y que no quiso ser consolada
porque ya no existen.

Retorno a Nazaret

19 Pero cuando murió Herodes, he aquí, un ángel del Señor se apareció* en sueños a José en Egipto, diciendo: 20 Levántate, toma al Niño y a su madre y vete a la tierra de Israel, porque los que atentaban contra[x] la vida del Niño han muerto.21 Y él, levantándose, tomó al Niño y a su madre, y vino a la tierra de Israel. 22 Pero cuando oyó que Arquelao reinaba sobre Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá; y advertido por Dios en sueños, partió para la región de Galilea;23 y llegó y habitó en una ciudad llamada Nazaret, para que se cumpliera lo que fue dicho por medio de los profetas: Será llamado Nazareno.

Predicación de Juan el Bautista

3 En aquellos días llegó* Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. Porque este es aquel a quien se refirió el[y] profeta Isaías, diciendo:

Voz del que clama en el desierto:
Preparad el camino del Señor,
haced derechas sus sendas.”

Y él, Juan, tenía un[z] vestido de pelo de camello y un cinto de cuero a la cintura; y su comida era de langostas[aa] y miel silvestre. Acudía entonces a él Jerusalén, toda Judea y toda la región alrededor del Jordán; y confesando sus pecados, eran bautizados por él en el río Jordán. Pero cuando vio que muchos de los fariseos y saduceos venían para el bautismo, les dijo: ¡Camada de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira que vendrá? Por tanto, dad frutos dignos de arrepentimiento; y no presumáis que podéis deciros a vosotros mismos: “Tenemos a Abraham por padre”, porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham de estas piedras. 10 Y el hacha ya está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego. 11 Yo a la verdad os bautizo con[ab] agua para arrepentimiento, pero el que viene detrás de mí es más poderoso que yo, a quien no soy digno de quitarle las sandalias; El os bautizará con[ac] el Espíritu Santo y con fuego. 12 El bieldo está en su mano y limpiará completamente su era; y recogerá su trigo en el granero, pero quemará la paja en fuego inextinguible.

Bautismo de Jesús

13 Entonces Jesús llegó* de Galilea al Jordán, a donde estaba Juan, para ser bautizado por él. 14 Pero Juan trató de impedírselo, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? 15 Y respondiendo Jesús, le dijo: Permíteloahora; porque es conveniente que cumplamos así toda justicia. Entonces Juan se lo permitió*. 16 Después de ser bautizado, Jesús salió del agua inmediatamente; y he aquí, los cielos se abrieron, y él[ad] vio al Espíritu de Dios que descendía como una paloma y venía sobre El. 17 Y he aquí, se oyó una voz de los cielos que decía: Este es mi Hijo amado[ae] en quien me he complacido.

Jesús es tentado

Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, entonces[af] tuvo hambre. Y acercándose el tentador, le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan[ag]. Pero El respondiendo, dijo: Escrito está: “No solo de pan vivira el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”Entonces el diablo le llevó* a la ciudad santa, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo*: Si eres Hijo de Dios, lánzate abajo, pues escrito está:

“A sus angeles te encomendara”,
y:
En las manos te llevaran,
no sea que tu pie tropiece en piedra.”

Jesús le dijo: También está escrito: “No tentaras[ah] al Señor tu Dios.” Otra vez el diablo le llevó* a un monte muy alto, y le mostró* todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrándote me adoras.10 Entonces Jesús le dijo*: ¡Vete, Satanás! Porque escrito está: “Al Señor tu Dios adoraras, y solo a El serviras[ai].” 11 El diablo entonces le dejó*; y he aquí, ángeles vinieron y le servían.

Jesús va a Galilea

12 Cuando El oyó que Juan había sido encarcelado[aj], se retiró a Galilea; 13 y saliendo de Nazaret, fue y se estableció en Capernaúm, que está junto al mar, en la región de Zabulón y de Neftalí; 14 para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías, cuando dijo:

15 ¡Tierra de Zabulon y tierra de Neftali,
camino del mar[ak], al otro lado del Jordan, Galilea de los gentiles[al]!
16 El pueblo asentado en tinieblas vio una gran luz,
y a los que vivian[am] en region y sombra de muerte,
una luz les resplandecio[an].

17 Desde entonces Jesús comenzó a predicar[ao] y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.

Llamamiento de los primeros discípulos

18 Y andando junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, echando una red al mar, porque eran pescadores. 19 Y les dijo*: Seguidme[ap], y yo os haré pescadores de hombres. 20 Entonces ellos, dejando al instante las redes, le siguieron. 21 Y pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo[aq], hijo de Zebedeo, y Juan[ar] su hermano, en la barca con su padre Zebedeo, remendando sus redes, y los llamó. 22 Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron.

La fama de Jesús se extiende

23 Y Jesús iba por toda Galilea, enseñando en sus sinagogas y proclamando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. 24 Y se extendió su fama por toda Siria; y traían a El todos los que estaban enfermos, afectados con diversas enfermedades y dolores, endemoniados, epilépticos[as] y paralíticos; y El los sanaba. 25 Y le siguieron grandes multitudes de Galilea, Decápolis, Jerusalén y Judea, y del otro lado del Jordán.

Notas al pie:

  1. Mateo 1:3 En Rut 4:19, Ram
  2. Mateo 1:7 En el texto gr., Asaf
  3. Mateo 1:10 En el gr., Amós
  4. Mateo 1:10 En el gr., Amós
  5. Mateo 1:11 En 2 Rey 24:6 Joaquín
  6. Mateo 1:11 O, al tiempo de la
  7. Mateo 1:16 I.e., el Mesías
  8. Mateo 1:17 I.e., el Mesías
  9. Mateo 1:18 O, comprometida para casarse
  10. Mateo 1:18 Lit., antes de que se juntaran
  11. Mateo 1:19 O, divorciarse de ella
  12. Mateo 1:20 Lit., lo que
  13. Mateo 1:22 O, ha sucedido
  14. Mateo 1:24 Lit., levantándose
  15. Mateo 1:25 Lit., no la conoció
  16. Mateo 1:25 Algunos mss. antiguos dicen: su hijo primogénito
  17. Mateo 2:1 Lit., días
  18. Mateo 2:1 I.e., sabios dedicados al estudio de la astrología, la medicina, y las ciencias naturales
  19. Mateo 2:4 I.e., el Mesías
  20. Mateo 2:5 Lit., por medio del
  21. Mateo 2:7 Lit., el tiempo del aparecimiento de
  22. Mateo 2:13 Lit., he aquí un
  23. Mateo 2:13 O, destruirle
  24. Mateo 2:20 Lit., buscaban
  25. Mateo 3:3 Lit., por medio del
  26. Mateo 3:4 Lit., su
  27. Mateo 3:4 O, saltamontes
  28. Mateo 3:11 O, en, o, por
  29. Mateo 3:11 O, en, o, por
  30. Mateo 3:16 O, El
  31. Mateo 3:17 Lit., mi Hijo, el Amado
  32. Mateo 4:2 Lit., más tarde, o, después
  33. Mateo 4:3 Lit., panes
  34. Mateo 4:7 O, No pondrás a prueba
  35. Mateo 4:10 O, rendirás culto
  36. Mateo 4:12 Lit., había sido entregado
  37. Mateo 4:15 O, rumbo al mar
  38. Mateo 4:15 O, de las naciones
  39. Mateo 4:16 Lit., sentados
  40. Mateo 4:16 Lit., amaneció
  41. Mateo 4:17 O, proclamar
  42. Mateo 4:19 Lit., Venid en pos de mí
  43. Mateo 4:21 O, Santiago
  44. Mateo 4:21 Gr., Ioannes; heb., Johanan
  45. Mateo 4:24 Lit., lunáticos
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