La historia de la Navidad

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La historia de la Navidad

R.C.Sproul

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Me pregunto, ¿cuántas veces en sus vidas han oído la lectura de la historia de la Navidad? Yo podría leerla una y otra vez, No sé ustedes, pero yo nunca me canso de oírla. Dado que voy a comentarla, vamos a leer el evangelio de Lucas, el capítulo 2, del versículo 1 al 16:

“Y aconteció en aquellos días que salió un edicto de César Augusto, para que se hiciera un censo de todo el mundo habitado.

Este fue el primer censo que se levantó cuando Cirenio era gobernador de Siria. Y todos se dirigían a inscribirse en el censo, cada uno a su ciudad. Y también José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David que se llama Belén, por ser él de la casa y de la familia de David, para inscribirse junto con María, desposada con él, la cual estaba encinta.

Y sucedió que mientras estaban ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito; le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.

En la misma región había pastores que estaban en el campo, cuidando sus rebaños durante las vigilias de la noche. Y un ángel del Señor se les presentó, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor, y tuvieron gran temor. Mas el ángel les dijo: No temáis, porque he aquí, os traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo; porque os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor. Y esto os servirá de señal: hallaréis a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.

Y de repente apareció con el ángel una multitud de los ejércitos celestiales, alabando a Dios y diciendo: Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres en quienes El se complace.

Y aconteció que cuando los ángeles se fueron al cielo, los pastores se decían unos a otros: Vayamos, pues, hasta Belén y veamos esto que ha sucedido, que el Señor nos ha dado a saber. Fueron a toda prisa, y hallaron a María y a José, y al Niño acostado en el pesebre”.

El que tiene oídos para oír la palabra de Dios, que la oiga. Oremos. Nuestro Padre y nuestro Dios. La repetición no tiene el poder de borrar la magnificencia de este relato. Y mientras lo contemplamos con nuevos ojos en este tiempo de Navidad, oramos para que el Príncipe de Paz pueda ser glorificado entre nosotros en esta hora ya que lo pedimos en su nombre. Amén.

Es Nochebuena, por lo que podríamos preguntarnos otra vez por qué Jesús nació en Belén. Sabemos que su familia era de Nazaret, donde José tenía su carpintería. Y Lucas nos da la respuesta justo al inicio de su narración, cuando nos dice que en esos días salió un edicto de César Augusto, que requería que fuera censada toda persona que estaba bajo el dominio del Imperio Romano.
Este es el César que se llevó el título de “El Augusto”, “César, el magnífico”, “César, el trascendente”, el segundo de los doce Césares de Roma y uno de lo gobernantes mas despiadados y efectivos de la antigüedad. Se dijo de Octavio, quien se convirtió en César Augusto, que él había asesinado a 300 miembros del Senado de Roma.

Roma había sido una república por muchos años, antes de la llegada de Julio César, seguida luego por César Augusto. Y con esta autoridad plenipotenciaria emitió un edicto y dijo: ‘Que todos los que están bajo el dominio romano se sometan a un censo’.

Quería contar las cabezas de todo el mundo en el Imperio Romano con el propósito de imponer impuestos a fin de incrementar las arcas, la riqueza y el dominio de ese imperio.

Así que, por mandato, él dio la orden. Y Lucas nos dice que esto ocurrió cuando Cirenio gobernaba en Siria. Entonces si miramos la superficie y hacemos la pregunta de por qué nació Jesús en Bélen, la respuesta es obvia, la respuesta es fácil.

Bueno, nació en Belén porque sus padres rurales tuvieron que hacer este viaje pesado desde el norte, desde Nazaret hasta Judea y hasta Belén, a unos pocos kilómetros de Jerusalén, para poder registrarse y ser contribuyentes.

La razón por la que Jesús nació en Belén fue porque sus padres, aunque estaban afligidos por la carga de la opresión y la tiranía de Roma, sin embargo, se sometieron al magistrado civil e hicieron este viaje a riesgo de la vida de la madre y del bebé que había sido concebido en su vientre.

Y podemos dejarlo ahí. Gracias a César Augusto, Jesús nació en Belén. Pero hacer eso sería darle demasiado crédito a César Augusto y muy poco crédito a la soberanía de Dios, dado que siglos antes de que César Augusto naciera, siglos antes de que alguien hubiera escuchado su nombre, siglos antes de que siquiera él contemplara un edicto de registro para todos los ciudadanos en el imperio, un profeta menor, en el pequeño país de Israel, recibió la palabra de Dios en sus labios y pronunció este oráculo acerca de este pueblo de Belén.

Y Miqueas dijo: “Pero tú, Belén Efrata, aunque eres pequeña entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que ha de ser gobernante en Israel”. Noten que antes de que saliera un edicto de César Augusto, desde toda la eternidad, salió un edicto del Señor Dios omnipotente que reina, quien es el Señor de la historia, quien determinó los límites del Imperio Romano y determinó que en un día particular, en un lugar particular ocurriría la encarnación de su Hijo.

Y podemos jugar a los “¿Y si?” ¿Y si el edicto de César fue emitido una semana antes? ¿Y si llegó una semana después? ¿Y si María hubiera dado a luz en el camino? Entonces, toda la importancia profética de la Palabra de Dios se habría derrumbado al quedarse sin cumplir, pero debido a que salió un edicto de Dios, no podía ser que Jesús no naciera en Belén. Pero, ¿por qué en la providencia de Dios, Dios eligió esa pequeñísima ciudad, pequeña entre las tribus de Judá, para ser el lugar del nacimiento del Mesías?
Bueno, era obvio en el AT, porque ese pequeño pueblo había sido la ciudad natal del rey más grande de Israel y desde la caída del reino del norte, de Israel, en 586, ningún rey del linaje de David había gobernado.

Y este pequeño pueblo llamado “la ciudad” o “la casa de pan”, había quedado en la oscuridad hasta siglos más tarde la casa de David fue restaurada y su reino fue renovado cuando el Príncipe de Paz nació en su ciudad natal. ¡Qué extraño es que Dios obre con las complejidades del tiempo y del espacio de tal manera!

Noten que a lo largo del texto que estuve leyendo, se dice: “Y sucedió” o “Y aconteció en aquellos días”. En otras partes del NT, tenemos una expresión que ocurre con frecuencia y que habla de la plenitud del tiempo. El pleroma, una palabra que realmente no tenemos un equivalente para traducir en el idioma español, porque la idea de pleroma es una plenitud que no solo alcanza el punto donde el agua llega justo al borde del vaso, sino que es una plenitud que se desborda, es decir que revienta las costuras.

Es una plenitud que está tan llena que no dará cabida para que otro átomo se apiñe en este espacio sin que lo haga explotar. Y lo que se nos dice en el NT es que Dios preparó la historia de una manera tal que hubo un momento en el tiempo donde el tiempo estaba tan impregnado, el tiempo estaba tan lleno del propósito de Dios que, en ese momento, ni un segundo antes, ni un segundo después, este niño nació en Belén.

¡Ah! Demasiado tarde para que sus padres encuentren una habitación en la posada, pero ni un segundo después de lo determinado por Dios. Cada vez que leemos este relato, nos impresiona, por supuesto, la nimiedad de las circunstancias del nacimiento de Jesús.

Aquí, Él es anunciado como un rey y, sin embargo, la señal que se da es la manifestación de un niño envuelto en pañales. No pañales como los entendemos, sino mantas o pedazos de tela cortados de forma rudimentaria y tosca para abrigar al recién nacido y mantenerlo caliente, colocado en un pesebre, donde comen los animales, difícilmente un palacio real, difícilmente un lugar de esplendor.

Y vemos a lo largo del ministerio de Jesús que Él toma sobre sí una misión de humillación. La suya es la vía dolorosa. La suya es el camino de la cruz.

Él es aquel que es el “varón de dolores y experimentado en aflicción”, y así vemos, en las circunstancias de su nacimiento, casi un retrato absoluto de pobreza y humillación
Sin embargo, a menos de medio kilómetro del lugar o del establo donde estaba acostado el bebé, el mayor espectáculo de luz y sonido que jamás se había producido sobre la faz de la tierra, antes de ese momento, apareció cuando estos pastores estuvieron toda la noche en el campo cuidando sus rebaños.

Se nos dice que de pronto hubo un resplandor y ¿qué tipo de resplandor era este? Era la Shekina, la gloria, la gloria de Dios radiante, refulgente, cegadora, deslumbrante y flameante. El tipo de gloria que dejó ciego al apóstol Pablo cuando estaba en el camino a Damasco, el tipo de gloria que brilló a través de la naturaleza humana de Cristo en el monte de la Transfiguración. A lo largo de las Escrituras, la metáfora suprema de Dios es la de la luz, que Él es un fuego consumidor. Y su gloria tiene un resplandor como hemos visto una y otra vez, que incluso los ángeles en el cielo tienen que cubrir sus rostros no sea que vean esa gloria develada y perezcan.

Es esa gloria que estalló sobre los campos esa noche en Belén. Y saben qué, las nuevas traducciones intentan ayudarnos entender o sobrellevar algo del lenguaje oscuro del tiempo de Cervantes, por lo que incluso el texto que estoy leyendo ahora, nos dice que cuando esto sucedió y apareció el resplandor, los pastores “tuvieron gran temor”. ¿Por qué no lo dejaron como solía ser en versiones más antiguas, que decían: “quedaron sobrecogidos de temor”?

Ahora, obviamente, esa idea de estar sobrecogido es una noción que prácticamente desapareció de nuestro idioma, pero no del todo. A veces la gente dice: ‘Bueno, me sobrecogió la tremenda cuenta del restaurante’ o ‘Estaba sobrecogido al ver el mal estado en que quedó el auto después del choque’. Estamos hablando de algo que nos intimida y hasta duele.

Estar sobrecogido es estar radicalmente aterrado, con un miedo que llega a doler, estar lleno de pavor y terror. Bueno, en el camino están María y José tratando de mantener el calor, tratando de mantener al bebé caliente, con escasez, en la oscuridad.

Y justo al otro lado del campo, la gloria de Dios destella en presencia de los pastores y los pastores escuchan el anuncio que el ángel hace del evangelio: “porque os ha nacido hoy,… un Salvador”.

Esta es la buena nueva que se anuncia: “que es Cristo el Señor”. Y luego leemos: “Y de repente apareció con el ángel una multitud de los ejércitos celestiales”. Pensemos en el ejército más poderoso del mundo, este ejército no se compara al ejército celestial que se presenta aquí.

No se está hablando de unos cuantos ángeles sino de un ejército de ángeles, una tropa de ángeles que llenan los cielos hasta donde los pastores alcancen a ver. Hace unos momentos vimos que estaban sobrecogidos de terror.

¿Qué crees que están pensando ahora, cuando miran a su alrededor y no ven nada más que este ejército de ángeles cantando juntos: “Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres en quienes El se complace”?

Y luego, así de rápido, el resplandor se apagó, los ángeles se fueron y los pastores se dijeron unos a otros: ¡Vamos, vamos! “Vayamos, pues, hasta Belén y veamos ahora mismo esto que ha sucedido”.

Y así, amados, la Escritura nos dice que se apresuraron y fueron a buscar al bebé que estaría envuelto en pañales y lo encontraron en Navidad.

R.C. Sproul es el fundador de Ligonier Ministries, el maestro principal de la programación de radio Renewing Your Mind, y el editor general de la Biblia de estudio Reformation

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Los primeros regalos de Navidad

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Los primeros regalos de Navidad

R.C.Sproul

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Bueno, ya les he dicho muchas de las cosas que no sabemos acerca de los magos. Espero no haber arruinado su decoración navideña.

No hace daño cantar “Del oriente somos los tres”, está bien. Pero lo que quiero que veamos ahora es lo que sí sabemos de estas personas, de lo cual la escritura es clara.

“Unos magos del oriente llegaron a Jerusalén, diciendo: ¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque vimos su estrella en el oriente y hemos venido a adorarle”. Noten que ellos no vienen y dicen: “¿Hay algún rey que acaba de nacer?”

Estos hombres, por muchos que sean y por grandiosos que sean, aparentemente han recorrido una gran distancia, a un gran costo, pero con gran certeza de su misión. Llegan a Jerusalén. No saben dónde está el rey, pero saben que él está.

Saben que ha nacido un rey y también, por la expresión que usan: “¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido?”, esa frase “Rey de los judíos”, que luego adorna la cruz de Cristo, es una frase que todo judío entendió como sinónimo del concepto del “Mesías”. Ellos no están solo buscando por alguien de la casa de Acab o Manasés, o incluso de David. Ellos están buscando al Mesías.

Ahora, eso es crítico que entendamos mientras miramos los siguientes versículos; porque ellos vienen, pero no vienen a Belén. Y les tengo más malas noticias. Ellos tampoco vinieron con los pastores, así que tendrán que reorganizar un poco más su pesebre navideño.

No sabemos cuándo llegaron a ciencia cierta. Pero notamos que cuando ellos llegaron, se nos dice aquí en el evangelio de Mateo, que cuando llegan a Belén, van a la casa donde se encuentran María, José y el bebé. No están en la cueva o el pesebre donde llegaron los pastores.

Y hay otra cosa más, que Sherlock Holmes percibió en el texto, usando un poco de materia gris. Con una pequeña inferencia aquí, notamos que cuarenta días después del nacimiento de Jesús, José y María presentan a Jesús en el templo para la purificación.

Y con motivo de esa dedicación, ellos dan la ofrenda y sacrificio habituales y requeridos allí. ¿Qué dieron? ¿Lo recuerdas? ¿Pichones? Ellos ofrecieron tórtolas. Y si conoces la ley del AT, sabes que las palomas que se ofrecen en esa ocasión pueden usarse como sustitutos del animal de sacrificio normalmente requerido, solo en el caso de aquellas personas que están desamparadas en su pobreza.

Y hubiera sido una violación de la ley de Dios, impensable para José y María, el llegar allí con ofrendas de tórtolas si es que estaban sentados en un cofre de tesoro con oro, incienso y mirra. Entonces, a menos que hayan gastado esos regalos entre la visita de los magos y la presentación de Jesús, creo que es bastante seguro asumir que para cuando los magos llegaron allí, había transcurrido por lo menos cuarenta días desde el nacimiento en sí. Así que no queremos pensar que los magos llegaron la misma noche que los pastores.

Así que, una vez más, no sabemos cuándo llegaron exactamente. Fue muy pronto, poco después del nacimiento de Jesús, pero no necesariamente el mismo día o la misma semana. Pero noten que ellos llegaron a Jerusalén. Ellos no llegaron a Belén, porque ellos sabían que Jerusalén era Sion.

Sabían que Jerusalén era la capital de Israel. Sabían que si estaban buscando a un rey judío, si estaban buscando al Mesías judío, el lugar para ir sería el centro del judaísmo, Jerusalén. Recuerden que el indicador que les mostró que este rey había nacido, es la estrella que vieron en su origen, cuando apareció. No hay nada aquí que sugiera que la estrella los guió de Persia o Babilonia o de donde sea que ellos vinieron, desde allí hasta Jerusalén.

No necesitaban guía alguna para encontrar Jerusalén. Ellos llegan a Jerusalén y ahora dan vueltas y probablemente dentro y alrededor de las zonas del templo, haciendo preguntas:

“¿Dónde está el Rey?” ¿Qué rey? ¿Herodes? No, Herodes no. “¿Dónde está el Rey de los judíos?”

Lo último que alguien en Jerusalén podía pensar es que Herodes era el rey de los judíos. Quizá él gobernó sobre los judíos, pero uno de los puntos del conflicto del pueblo judío del primer siglo en ese momento era que Herodes no era judío. Él era un rey títere designado por los romanos, quienes eran odiados.

Y Herodes se había distinguido en todo el mundo por sus magníficos proyectos de construcción, por su administración inteligente y astuta, pero lo único que excedía su reputación de proyectos de construcción y su capacidad de administración fue la reputación de su crueldad. Herodes era un hombre sediento de sangre, ahora, probablemente a fines de sus 60’s o principios de los 70’s, y nadie lo identificó con el Mesías.

Entonces, cuando esta gente, estos extraños, cinco, seis, siete, diez, doce, o los que sean, no sé cuántos, empezaron a preguntar: “¿Dónde está el Rey de los judíos?” ¿Dónde está el Mesías? No pasó mucho tiempo hasta que los reporteros de la corte enviaron esa información a Herodes.

‘Oh rey, tenemos un problema’. ‘¿Qué pasa?’ ‘Hay visitas en la ciudad, dignatarios extranjeros. Están buscando en cada rincón, están voceando en cada calle y están preguntando dónde está este Rey de los judíos que ha nacido. Están buscando al Mesías. Dijeron que vieron su estrella levantarse en el oriente.’ ¿Cuál fue la reacción de Herodes? “Cuando lo oyó el rey Herodes, se turbó”. Mala traducción. La palabra que Mateo usa aquí no es “turbó”. Él estaba fuera de sí. Al principio no con ira o rabia, sino que literalmente la palabra aquí significa: “Herodes estaba aterrado”.
Aquí tienen a un hombre que había gobernado por más de cuatro décadas más o menos, bañando a Jerusalén con la sangre de su pueblo, involucrado en todo tipo de intrigas judiciales, asesinando a sus propios familiares, conocido por su crueldad y con los años siendo paranoico cada vez más y más.

Y cada vez que escucha de otro pretendiente al trono, de otro movimiento entre los judíos para destituirlo, lucha por su vida para mantener su poder y su autoridad.

Y lo último, fue casi como una aparición del fantasma de la ópera a Herodes, que lo peor en su vida que puede escuchar es que nació el verdadero Mesías. Y cuando escuchó estos informes, estaba aterrorizado. Pero la frase extraña aquí, ¿la notaste en el texto?: “y toda Jerusalén con él”. No tiene sentido.

¿Por qué Jerusalén estaría aterrada junto con Herodes? Jerusalén era la ciudad que anhelaba y ansiaba por el libertador venidero. Los súbditos de Herodes querían al Mesías más que a cualquier otra cosa. Entonces, ¿por qué estarían aterrorizados junto con el rey? Mateo no lo dice y no lo sabemos.

Déjenme adivinar, creo que la mejor suposición que tenemos aquí es que la gente ya había experimentado lo que sucedió cuando Herodes se enteró de cualquier otra oposición contra él.

Cuando ellos supieron que el rey estaba aterrado, ellos se aterraron porque sabían cómo el rey manejó sus miedos en el pasado y ahora el miedo de ellos estaba bien justificado.

En un período de tiempo muy corto, el rey Herodes promulgó un decreto, de que todos los niños menores de dos años serían ejecutados mientras él maquinaba una de las matanzas más crueles, despiadadas y malvadas en la historia del mundo, debido a que tenía miedo de un bebé.

Entonces, “cuando lo oyó, el rey Herodes, se turbó, y toda Jerusalén con él. Entonces, reuniendo a todos los principales sacerdotes y escribas del pueblo, indagó de ellos dónde había de nacer el Cristo”.

Aquí tenemos a un rey judío y él ni siquiera lo sabía. Cualquier persona de la escuela dominical podría haberle dicho dónde iba a nacer el Mesías.

“Y ellos le dijeron: En Belén de Judea, porque así está escrito por el profeta”. Y luego viene la cita de Miqueas: “Y tú, Belén, tierra de Judá, de ningún modo eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; porque de ti saldrá un Gobernante que pastoreará a mi pueblo Israel” y así sucesivamente.

Entonces, ahora Herodes sabe que Belén, a unos 10 kilómetros al sur, es el lugar donde este bebé ha nacido. “Entonces Herodes llamó a los magos en secreto y se cercioró con ellos del tiempo en que había aparecido la estrella”. Ves, está tratando de averiguar qué edad tendría el bebé. No era tan cruel como para matar a todos los niños.

“Y enviándolos a Belén, dijo”. Noten lo maquiavélico del actuar de Herodes. Él dice: “Id y buscad con diligencia al Niño; y cuando le encontréis, avisadme para que yo también vaya y le adore”.

Herodes tenía en mente un concepto extraño de adoración. Entonces los visitantes “se fueron; y he aquí”, otra vez está la palabra, “la estrella”, ¿ves lo que pasó?

Ellos iniciaron este viaje en el oriente cuando esta estrella aparece en el horizonte. Viajan a Jerusalén, no ven una estrella. Ahora no hay ninguna estrella que los guíe por los pasajes y las calles de Jerusalén.

Están buscando como cualquier otro turista, están buscando un mapa, tienen que encontrar de cualquier forma que los lleve a descubrir dónde está este nuevo rey. Finalmente reciben el mensaje de que está en Belén.

Bueno, ¿cómo van a encontrar Belén? ¿Y en especial el lugar donde el rey, este bebé se encuentra en Belén? “He aquí, la estrella” apareció.

Es la aparición repentina y dramática de la estrella que ahora está diseñada para llevarlos específicamente al lugar donde está el bebé, lo cual me inclina a pensar que este no es un fenómeno natural sino una creación milagrosa de Dios para esta ocasión específica y para este propósito específico.

Y, “la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo sobre el lugar donde estaba el Niño. Cuando vieron la estrella, se regocijaron sobremanera con gran alegría. Y entrando en la casa, vieron al Niño con su madre María, y postrándose le adoraron”.

Nuevamente, el lenguaje es aún más específico. Lo que el lenguaje sugiere aquí es que cayeron de rodillas y luego pusieron sus cabezas en el suelo, lo cual fue un acto de reverencia reservado para Dios.

No era el mismo gesto que se usaba para arrodillarse ante un rey. Estas personas están usando una forma y una postura de adoración. Por eso es que Mateo usa el término “le adoraron”. No solo lo honraron, no solo lo alabaron, no solo lo exaltaron, damas y caballeros, estos hombres adoraron a este bebé. Eso es algo que sabemos con certeza.

Y lo próximo que se nos dice es que abrieron los cofres del tesoro que habían llevado a lo largo de este viaje y le presentaron los primeros regalos de Navidad al Cristo niño. Y ahora Mateo es más específico. Los regalos eran oro, incienso y mirra.
Ahora, si eres como yo, competitivo en la especulación, tú sabes, no contento con quedarte en la oscuridad, incapaz de resistirte a tratar de discernir el significado y el sentido de todo esto. Es decir, tengo que preguntar: ¿Qué tiene de especial el oro, el incienso y la mirra? ¿Por qué esos tres regalos? Y es muy fácil perderse con esto en la especulación abstracta y la fantasía y así por el estilo; y tenemos que ser cuidadosos aquí.

Pero veo algunas ideas interesantes de la historia de la iglesia. El padre de la iglesia, Orígenes, por ejemplo, dijo: “Ah, es simple el por qué los tres regalos de oro, incienso y mirra. Ellos trajeron oro porque era un rey, trajeron incienso porque era Dios y trajeron mirra porque era un hombre”.

En la superficie, francamente, la primera vez que lo leí pensé: “Bueno, ahí va Orígenes en su fantasía alegórica por lo cual es famoso”. Pero cuando lo miramos más de cerca, le damos el beneficio de la reflexión de la segunda mirada. Amados, veo una razón sólida para esa especulación.

Si vemos las Escrituras y la historia judía, vemos que el oro era casi un elemento exclusivo de la realeza. Solo el rey tenía un cetro de oro.

¿Qué le dabas a un rey que lo tenía todo? Le dabas oro. ¿Qué dieron de tributo los reyes vasallos a los reyes soberanos? Traían oro.

Y así, existe una gran tradición en el antiguo Medio Oriente de que el regalo apropiado para la realeza era el oro. Y dado que estos hombres habían venido y dijeron: “¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido?

Sabemos que al entrar esperaban encontrar un rey recién nacido. Conocían el protocolo, conocían la etiqueta de la corte, conocían la tradición, trajeron oro digno de un rey.
¿Por qué incienso? Y a fin de cuentas, ¿qué es el incienso? Suena demasiado cerca a incendio ¿no? Sabemos qué es el incienso.

Bueno, aparentemente todo lo que la palabra “incienso” significa es “incienso puro”, incienso sin alear, el incienso de mayor calidad, el más fino y el más caro. El tipo de incienso que no se lleva en un sobre o en un bolsillo, sino que se lleva en un cofre de tesoros.

Ahora, ¿Para qué servía el incienso en el mundo antiguo? No exclusivamente, pero casi exclusivamente, se usaba para la adoración. Se solía presentar como una ofrenda quemada a Dios.

Y la mirra era una de las grandes posesiones de la nobleza, no de Dios, no de reyes sino de hombres comunes. Era una especie de perfume y su uso principal era el de un aroma agradable, como una fragancia. Y, en su característica más fina, la mirra era un artículo extremadamente caro.
De la misma manera como podemos comprar tipos muy caros de perfume, como el ungüento que María Magdalena derramó sobre los pies de Jesús, ¿recuerdas?

Otro uso de la mirra era cuando se usaba en la mezcla con otros líquidos, podía usarse para aliviar el dolor, como un sedante para aquellos que sufrían dolor, como el que se le ofreció a Jesús en la cruz.

¿No es interesante que a Él le dieron mirra al inicio de su vida y que sus ejecutores se lo ofrecieron al final de su vida? Pero en Israel también es usado para ungir los cuerpos de los seres queridos que han muerto, como una expresión de amor, estima y dignidad.

Y es el tipo de elemento que las mujeres usaron para ungir el cuerpo quebrado de Jesús cuando fue puesto en la tumba, porque era la tumba de un rey. Era la tumba de Dios encarnado y era la tumba del hombre perfecto. Entonces, no ceo que Orígenes haya estado tan equivocado en su especulación.

Y lo que te pido que recuerdes hoy, de estos pocos minutos que tomamos para mirar hacia atrás y recordar una vez más la historia de la Navidad, este aspecto de la historia de la Navidad, que estos fueron los primeros regalos de Navidad.

No un prendedor para una novia, no un equipo estéreo para una madre, una madre viuda, no un juego de trenes para los nietos, sino oro para un rey, incienso para Dios y perfume para un hombre que muere.

Oremos. Padre, nos gusta recibir regalos, nos gusta dar regalos. Pero oro para que en esta Navidad, mientras damos y recibimos regalos, podamos pensar en los regalos que fueron dados a tu Hijo unigénito por aquellos que en tu providencia designaste y anunciaste para que lo visiten en su natividad.

Oramos para que podamos pensar en esos regalos hasta el final, que podamos pensar en el regalo que nos has dado, el regalo de tu Hijo unigénito, para nosotros los seres humanos y para nuestra salvación.

Te agradecemos por el Cristo niño y oramos en su nombre. Amén.

R.C. Sproul es el fundador de Ligonier Ministries, el maestro principal de la programación de radio Renewing Your Mind, y el editor general de la Biblia de estudio Reformation

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Los misteriosos magos del Oriente

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Los misteriosos magos del Oriente

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Hoy, me gustaría mirar la versión de Mateo en cuanto a la natividad de Cristo, ver un segmento que es exclusivo del evangelio según Mateo, me refiero al relato de la visita de los magos a Belén. Encontramos esto en el segundo capítulo del evangelio según Mateo: “Después de nacer Jesús en Belén de Judea, en tiempos del rey Herodes, he aquí, unos magos del oriente llegaron a Jerusalén, diciendo: ¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque vimos su estrella en el oriente y hemos venido a adorarle.

Cuando lo oyó el rey Herodes, se turbó, y toda Jerusalén con él. Entonces, reuniendo a todos los principales sacerdotes y escribas del pueblo, indagó de ellos dónde había de nacer el Cristo. Y ellos le dijeron: En Belén de Judea, porque así está escrito por el profeta:

‘Y tu, Belen, tierra de Juda,
de ningun modo eres la mas pequeña entre los principes de Juda;
porque de ti saldra un Gobernante
que pastoreara a mi pueblo Israel.’

Entonces Herodes llamó a los magos en secreto y se cercioró con ellos del tiempo en que había aparecido la estrella. Y enviándolos a Belén, dijo: Id y buscad con diligencia al Niño; y cuando le encontréis, avisadme para que yo también vaya y le adore.

Y habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí, la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo sobre el lugar donde estaba el Niño.

Cuando vieron la estrella, se regocijaron sobremanera con gran alegría. Y entrando en la casa, vieron al Niño con su madre María, y postrándose le adoraron; y abriendo sus tesoros le presentaron obsequios de oro, incienso y mirra”.

Tengo muchos recuerdos de navidad, como seguro todos los tienen. Hoy me acuerdo de diciembre de 1947. Tenía 8 años, no traten de adivinar, ahora tengo muchos años más.

Tenía 8 años y ese diciembre mi madre me llevó al centro de Pittsburgh, permitiéndome acompañarla a hacer sus compras de navidad. Y el golpe de gracia de todo esto fue que ella me dio dinero para comprar un regalo para mi primera novia.

Yo estaba en tercer grado y nunca le había dado un regalo a una chica que no fuera de mi familia y mi madre me dio dos o tres dólares que era lo que se necesitaba para comprar una joya de fantasía, un prendedor con las iniciales de mi novia, M.E.F. ¿Vesta? ¡Correcto! Margaret Ellen Frable. Estoy seguro de que Ellen Frable todavía tiene ese tesoro hasta el día de hoy.

Pero qué aventura tan emocionante y romántica fue que, en nuestra fiesta de navidad en la escuela, yo tenía este paquete tan bien envuelto y le di este regalo romántico y de amor a Ellen. Esa fue mi primera experiencia real de comprender lo que es la alegría de dar.

Recuerdo diciembre de 1956. Fue el año en que mi padre murió. Él murió en noviembre y estábamos deshaciéndonos de nuestra casa y mi madre estaba distribuyendo todos los muebles y las alfombras y todo lo demás, en lo que nos preparábamos para mudarnos a un pequeño departamento.

Yo estaba trabajando en ese entonces y recuerdo que ganaba 75 centavos la hora, eran como 33, 34 horas a la semana y estaba en la secundaria. Mi madre amaba la música y yo trabajaba en una tienda de electrodomésticos y llegó a la tienda un producto nuevo del cual me enamoré. Se le conocía como un equipo estereofónico.

No era una consola de mesa completa, esta tenía patas y contaba con un reproductor de discos; y teníamos discos de demostración que poníamos para los clientes y uno de esos demos era un partido de ping pong y podíamos escuchar los ruidos de tic tic, la separación del sonido gracias a la magia del estéreo.

Nunca en mi vida había escuchado algo así, y dije: “a mi madre le encantará”, pero el precio era de $225. Pero el dueño de la tienda me dejó comprarlo en cuotas y me tomó como un año pagarlo.

Pero en nochebuena lo llevé de la tienda a la casa y le puse un gran lazo de satín y lo escondí detrás de la silla para que en la mañana de navidad, cuando mi madre entrara a la sala, viera este estéreo.

Y no creo que haya habido un estéreo en la historia de Estados Unidos que haya sido usado tan seguido como ese, puesto que mi madre estaba entusiamadísima con la música que salía de ahí. Yo recuerdo esa navidad, no por lo que recibí, sino por lo que di. ¿No es agradable dar regalos a la gente que amamos?

Justo esta semana fui a la tienda de trenes navideños aquí en Orlando. Cada año tenemos la costumbre de armar con los nietos esas montañas de circuitos de trenes; eso me ha estado costando una fortuna. Fui por unos materiales de construcción, algo de pintura, unos moldes para esculpir y cosas por el estilo; y algunas cosas pequeñas para esa navidad.

Y mientras estaba llenando mi carrito de compra con estas cosas, noté que ellos tenían un nuevo modelo de vagón y quedé cautivado con eso, vi cómo daba vueltas en los rieles y dije: “¡Es fantástico! ¿Cuánto cuesta? Me dieron el precio y casi me desmayo, pero dije: “Tengo que llevarlo para mis nietos”. Así que lo compré. Y luego me trajeron otra cosa que jamás había visto y lo compré también.

Cuando salí de la tienda e iba de regreso, llamé a Vesta y le dije: “Vesta, no vas a creer esto” y le dije lo que había hecho y estaba seguro que me iba a decir: “Te volviste loco? Pero, en vez de eso, me dijo: “Bueno, cariño, es navidad”.

Hay algo en la navidad que nos hace disfrutar de esta tradición de pasar semanas, en algunos casos meses, de preparación y búsqueda por los alrededores para encontrar el regalo indicado que queremos dar a los que amamos y esa tradición se remonta siglo tras siglo atrás y recapitula algo que acompañó a la primera navidad.

Es el relato que leo aquí, ahora, de la visita que los magos hicieron al niño Jesús, hombres que llegaron de muy lejos trayendo regalos. Sin duda, fue lo último en el mundo que José y María esperaron cuando iniciaron su ardua caminata a Belén para cumplir con el decreto de César Augusto.

No había árboles de navidad. No había coros de villancicos en las esquinas. No había guirnaldas. No había escarcha navideña. No había música navideña en el ambiente; solo dolor y opresión y pobreza en la noche previa a la navidad.

Como ya hemos escuchado hoy, el primer villancico navideño que se cantó, no fue entonado por seres humanos, sino por los ángeles en los campos fuera de Belén.

Pero hoy no quiero centrarme en la primera nochebuena, ni en el primer villancico, sino que quiero fijarme en los primeros regalos de navidad, los regalos que los magos le trajeron al Cristo niño.

Ahora veamos otra vez el texto, tal como lo tenemos. Mateo dice: “Después de nacer Jesús en Belén de Judea, en tiempos del rey Herodes, he aquí, unos magos del oriente llegaron a Jerusalén”.

Ahora, hay una increíble cantidad de tradición y folklore que ha surgido de esa simple declaración en el evangelio de Mateo, mucho de lo cual es especulación, mucho de lo cual es pura fantasía y leyenda que no tiene fundamento en la realidad histórica.

Pero notamos que cuando Mateo nos da su relato de esto, en medio de la declaración él dice: “Después de nacer Jesús en Belén de Judea, en tiempos del rey Herodes, he aquí”.

Ahora esa palabra que viene de la pluma de Mateo es como un centinela que grita: “¡Alto! ¡Detente! ¡Escucha atentamente! ¡Presta atención!”

Nos está dando un aspecto literario del énfasis que no debemos perder. Y luego que él dice: “He aquí”, continúa: “He aquí, unos magos del oriente llegaron a Jerusalén”. Como dije, hay mucha especulación con esto y hay mucho sobre los magos que simplemente no sabemos.

Ahora, permítanme un momento para decirles lo que no sabemos sobre los magos. Lo primero que no sabemos son sus nombres. No hay evidencia bíblica o extrabíblica para apoyar la tradición de que eran Gaspar, Melchor y Baltazar o cualquier otro. No tenemos idea de cuáles fueron sus nombres.

Lo segundo que no sabemos de ellos es cuántos eran los que llegaron. Sé que cantamos: “del oriente somos los tres” y hablamos de los tres magos y nuestros pesebres tienen tres: uno, dos, tres; cuéntenlos, los magos siempre están ahí como parte de la exhibición.

Pero la única razón para suponer que eran tres es que vemos más tarde en el texto y encontramos que hay tres regalos que se mencionan: oro, incienso y mirra. Y tal vez alguien hace la suposición de que tres regalos significan tres donantes y por lo tanto tenemos tres magos.

Pero la Biblia no nos dice cuántos magos eran. Solo sabemos que al menos eran dos ya que se usa el plural. Podrían haber sido doce, pero no lo sabemos. Lo tercero que no sabemos es su procedencia. Todo lo que la Biblia nos dice es que ellos vinieron de Oriente.

Ahora, cuando tú estás en el occidente, el oriente cubre una gran cantidad de terreno, aunque la referencia aquí, en este momento en la historia, y en este idioma, da una fuerte indicación básicamente de dos posibles lugares de los que vinieron estos viajeros.

El debate se centra históricamente en dos posibilidades reales, una, que los sabios vinieron del Imperio Medo-Persa, lo que en la antigüedad se llamaba Persia. La otra posibilidad es que vinieron de Caldea o de lo que se conocía como Babilonia.

Así que esas son nuestras dos opciones: Persia o Babilonia. Ojalá supiéramos cuál de los dos era ya que lo que estos magos eran, también es algo que no sabemos con certeza, y si pudiéramos determinar si vinieron de Persia o de Babilonia, sería muy útil ya que nos ayudaría a discernir exactamente qué tipo de magos ellos eran.

El que se les llame magos es significativo y es útil, pero no es concluyente. La palabra “mago” que extraemos del texto (en el griego magoi, en el latín magi, del singular magus) viene probablemente de una palabra iraní que se refería históricamente a una clase especial de personas religiosas que se encontraban entre los medos y los persas.

Estos hombres religiosos llamados “magos” se destacaron por un par de cosas. Primero, por su aprendizaje. Formaban parte de la intelectualidad del mundo antiguo y eran expertos en asuntos de religión y ciencia.

A veces, los consideramos en términos burdos como astrólogos ordinarios, pero ellos estaban más involucrados en una rama de la astronomía que posiblemente está en relación con la religión. No eran individuos que lanzaban horóscopos y que vendían sus pronósticos a los periódicos locales.

Ese tipo de comportamiento precientífico tuvo que esperar unos cuantos miles de años para hacerse popular; pero en todo caso, estos magos persas también se distinguieron por ser monoteístas. Creían en un Dios.

No tenían doctrina de una expiación. No tenían doctrina sobre cómo escapar de los estragos del pecado, pero fueron instruidos en ética y estaban preocupados por la diferencia entre la virtud y el mal, y con toda probabilidad habían sido expuestos a los judíos del AT, quienes habían emigrado e influenciado a los pensadores medo-persas.

Entonces, podemos especular que, si los magos mencionados aquí son magos persas, ellos habrían sabido algo de las profecías del AT en relación a la visita de un Mesías. ¿Ven? el conocimiento del Mesías venidero no estaba circunscrito simplemente para Israel.

Sabemos, por ejemplo, por las profecías de Balaam que era un pagano, en Números 24, cuando Balaam dio la profecía futura de la estrella que saldría de Jacob y del cetro que se levantaría de Israel, de modo que la expectativa judía de un Mesías que vendría como rey, no se limitaba al territorio de Israel.

Así que, es posible que estos fueran magos persas que habían sido informados de esto. Ahora, ellos también podrían haber sido, como dije, magos babilónicos. Los magos de Babilonia estaban mucho más involucrados en astronomía que los persas; y los astrólogos o astrónomos babilónicos también tenían este punto de vista de los cielos que influyen en los eventos en la tierra y en la vida de las personas.

Y hay una gran especulación debido a la función de la estrella aquí, en esta historia, de que quizás los magos eran de Babilonia, astrólogos babilónicos que interpretaban ciertas aberraciones astronómicas que tuvieron lugar en este año y en este tiempo y las interpretaron desde su perspectiva de la ciencia astrológica. Existían ciertas tradiciones entre los astrólogos babilónicos, por ejemplo, que cuando el planeta Júpiter surgió de cierta manera en un momento determinado, eso indicaba el nacimiento de un gran rey.

Los astrónomos modernos al observar los movimientos y la configuración de los cielos y por los medios sofisticados con los que contamos hoy, pueden retroceder al pasado y calcular los diversos movimientos de las estrellas y los planetas en las edades pasadas;

y los astrónomos modernos calculan que hubo allí una conjunción inusual de dos planetas en esta época de la historia del mundo, una conjunción por la cual estos dos planetas aparecieron muy juntos, los cuales eran Júpiter y Saturno, que según la astrología antigua habrían anunciado la aparición de un rey realmente grande.

Y ahora hacen la pregunta: “¿La estrella que ellos vieron estaba saliendo?” la versión que leo ahora dice: “la estrella que habían visto en el oriente”. El griego dice allí: “vieron la estrella cuando salía”. ¿Están hablando ellos de algo que es parte de las fluctuaciones normales de los cuerpos celestes o vieron estas personas un fenómeno especialmente creado que Dios usó para guiarlos a anunciar el nacimiento de Cristo justo cuando dio su espectáculo magnífico de luz y sonido a los pastores de afuera de Belén? No lo sabemos.

Es decir, si fue un fenómeno natural al que Dios le asignó un significado sobrenatural, o si fue un fenómeno especial creado milagrosamente. Ya ven por qué quería saber con certeza si eran de Babilonia o de Persia, pero sospecho que esto es y seguirá siendo un tema de especulación.

Ahora, hay otra manera en que el término “magos” se usó en el mundo antiguo. Y es una costumbre peligrosa el tomar palabras como esta y explorar sus raíces y derivaciones etimológicas porque el lenguaje es tan fluido que a veces las palabras que usamos están muy alejadas de sus significados originales, de tal forma que al mirar las raíces podemos confundirnos en vez de que nos ayude.

Pero la palabra “magi” o magus se usa en griego y en el NT de una manera muy siniestra para referirse a los magos. Recuerden a Simón el mago, de quien Pedro dijo: ‘Que tú y tu dinero perezcan’. Esa es la forma eufemística de decirle algo más a Simón. Pero ser mago era ser alguien que estaba involucrado en brujería, sustancias, sustancias ilícitas y todo lo demás, por lo que es un término muy negativo en ese sentido.

Pero la misma raíz es la raíz de donde obtenemos nuestro prefijo en español “mega”, y cuando decimos que algo es grande, entonces decimos, “Es mega”. Estamos hablando de algo realmente grande, también la palabra magnus, que significa “magnum opus”, la obra maestra de alguien, su gran trabajo. La misma raíz tiene que ver en el lenguaje para referirse a la grandeza extraordinaria.

Por lo tanto, podría ser que el término “magos” no describa astrólogos, astrónomos o incluso sacerdotes. Simplemente podría referirse a hombres de grandeza, grandes hombres del este que fueron guiados por Dios para salir de su entorno pagano, de su territorio gentil para ir a rendir homenaje al Rey recién nacido.

De nuevo, los villancicos dicen: “Del oriente somos los tres”. La Biblia no los designa como reyes. Es posible de forma muy remota. Toma algunas inferencias de un Salmo y de Isaías y de otras partes, y es posible que fueran reyes, pero el punto que quiero resaltar aquí es que no se identifican específicamente como tales.

 

R.C. Sproul

Es el fundador de Ligonier Ministries, el maestro principal de la programación de radio Renewing Your Mind, y el editor general de la Biblia de estudio Reformation.

 

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La gracia en la ley

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La gracia en la ley

R.C.Sproul

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El libro de Deuteronomio es un libro muy importante en el Antiguo Testamento, de hecho, Jesús cita de este libro más que de cualquier otro, se podría argumentar que Deuteronomio fue el libro de la Escritura favorito de nuestro Señor durante su ministerio terrenal.

Al mirar el libro de Deuteronomio, que es una serie de sermones que Moisés entregó al pueblo de Dios, antes de que cruzaran el río Jordán hacia la Tierra Prometida, y como recordarán Josué sería su líder, y a Moisés no se le permitiría continuar con ellos.

También hay relatos históricos, también se vuelve a entregar la Ley, pero también están los relucientes diamantes de las doctrinas de la gracia, que brillan a través de este libro. Y en esta sesión quiero que nos dirijamos particularmente a sietes pasajes distintos del libro de Deuteronomio, y me gustaría tomarlos según van apareciendo.

Así que quiero que vayamos a Deuteronomio capítulo 2, versículo 30, y quiero que vean la soberanía de Dios sobre el corazón humano, porque hay algunos que dicen bueno, Dios es soberano, pero no sobre el corazón humano, que está es el área del universo donde Dios está excluido y solo el hombre tiene soberanía sobre su propia vida —bueno eso simplemente no pasa la prueba de la Escritura.

Y en Deuteronomio capítulo 2, versículo 30 leemos un texto muy directo, donde dice, pero Sehón, rey de Hesbón, no quiso dejarnos —refiriéndose al pueblo de Dios— pasar por su tierra, ellos van camino a la Tierra Prometida luego de salir de Egipto y pasar por el Monte Sinaí, y quieren pasar por ese territorio en particular, pero el rey no quería que el pueblo de Dios pasara por esta tierra.

Y nos preguntamos por qué, ¿por qué no quería? Porque era tan tozudo y obstinado, y Moisés registra la respuesta para nosotros, algo que el ojo humano no podía ver, pero la omnisciencia de Dios lo ve porque Dios lo causó.

Así que por favor, observen, porque el Señor tu Dios endureció su espíritu e hizo obstinado su corazón. ¿Quién lo hizo? ¿fue el diablo que lo hizo? ¿Fue él mismo el que lo hizo el rey? No, el pasaje dice muy claramente que Dios endureció su corazón he hizo obstinado su espíritu, y por una razón, afín de entregarlo en tus manos como lo está hoy.

Así que quiero que observen que Dios no solo tiene todo el mundo en sus manos, sino que tiene cada corazón en sus manos, Proverbios 21, versículo 1 —quizás quieran escribir este versículo— dice el corazón del rey se bifurca como los ríos, pero en manos del Señor sigue los planes divinos, no es que Dios solo tenga a los creyentes en sus manos, también tiene el corazón de los incrédulos en sus manos y Él dirige esos corazones hacia donde Él quiere.

Así que comenzamos nuestra mirada a Deuteronomio con este pasaje bien potente de la Escritura.

A continuación, quiero que por favor miren en Deuteronomio capítulo 4, versículo 37 [repite], aquí vemos la soberana elección de Dios porque Él, es decir, Dios amó a tus padres por eso escogió a su descendencia después de ellos, aquí está muy claramente la soberana elección de Dios basada en su amor eterno e incondicional.

A veces la gente considera la doctrina de la elección con una doctrina dura o una doctrina cruel, y quizás a veces a muchos de nosotros cuando la oímos por primera vez nos sonó así, pero tras una reflexión más profunda y un estudio más cuidadoso, vemos que la doctrina de la elección es una de las doctrinas más amorosas que se enseña en toda la Biblia, porque si de nosotros dependiera nunca escogeríamos a Dios.

¡Qué gran amor muestra Dios al escoger para sí a personas pecadoras!, si Dios no escogiera entonces nadie escogiera a Dios jamás, si Dios no nos escogiera nosotros jamás lo habríamos escogido a Él, pero Dios nos quería para Él, y podemos ver aquí claramente que su amor y elección se usan prácticamente como sinónimos en este pasaje en particular.

Amar es escoger y escoger es amar, es por eso que más adelante leemos en Efesios 1, versículos 4 y 5 que en amor nos predestinó para adopción como hijos para sí y en Romanos 8, versículos 29 la frase lo que de antemano conoció, simplemente significa lo que previamente eligió amar con un amor distintivo.

Así que, aquí en el libro de Deuteronomio, lo que Moisés registra, —esta joya para nosotros— vayamos a Deuteronomio 7, versículos 6 al 8, y aquí vemos claramente la doctrina de la soberana elección de Dios, en Deuteronomio 7, versículo 6 leemos Tú eres pueblo santo para el Señor tu Dios, —una pregunta aquí, ¿cómo se convirtieron en un pueblo santo?, ¿cómo se convirtieron en una posesión santa del Señor?, ¿se originó en ellos eso?, ¿eran más inteligentes que las demás naciones?, ¿eran mejores que cualquier otro pueblo sobre la tierra?

Bueno, Moisés nos lo va a decir, cómo fue que se convirtieron en un pueblo santo para el Señor, observen lo que sigue: el Señor tu Dios te ha escogido, ¡por eso son un pueblo santo! Y por favor observen también en este versículo, porque Dios no solo nos escogió para el cielo, Él nos ha escogido para la santidad, no solo nos ha escogido para un lugar, nos ha escogido para la pureza.

Todos los que son escogidos para el cielo dan evidencia de su elección mediante una vida transformada, pues ahora viven una vida pura y santa. Así que miren esto nuevamente, tú eres pueblo santo para el Señor tu Dios, el Señor tu Dios te ha escogido para ser pueblo suyo, —¡qué especial es haber sido escogido por Dios!

Él no nos ha escogido simplemente para ponernos en un estante, en un rincón, en algún lugar y estar lejos de Él, nos ha escogido para ser su pueblo especial y la imagen aquí es que Él nos sostendría en su propio mano, nos sostendría muy cerca de sí, nos ha escogido para ser suyos.

Observen que dicen de entre todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra —observen—, Él no escogió todos los pueblos sobre la tierra como sus pueblos especiales, Él nos ha escogido de entre todos los pueblos de la tierra, es como cuando David bajó al arroyo para escoger cinco piedras, no eran las únicas cinco piedras en el arroyo, sino que él escogió aquellas cinco para adecuarse a los propósitos que llevarían a cabo el derribo del gigante Goliat ¿no?

Bueno, Él ha escogido a su pueblo de entre muchas posibilidades, de entre muchos pueblos, Él ha escogido a los pocos, eso es lo que ha dicho. Y observen también en el siguiente versículo el gran amor, la gracia y la bondad de Dios, el Señor no puso su amor en vosotros ni os escogió por ser vosotros más numeroso que otro pueblo, pues erais el más pequeño de todos los pueblos. 

Ahora observen, Dios no nos eligió porque tuvieran mucho que ofrecerle a Dios, no, ellos tenían muy poco que ofrecer a Dios por eso los escogió, y lo sabemos en 1era de los Corintios, versículo 26 dice no muchos sabios, ni muchos poderosos ha llamado y escogido Dios sino que ha tomado lo vil del mundo, lo despreciado —los don nadie, lo que no es del mundo, para que cuando Él nos use, la mayor gloria sea para Dios, no para nosotros, es decir, si fuéramos los más ricos e inteligentes, apuestos, bellos y Dios actuara a través de nosotros, en general la gente diría: ¡Ah, sí!, sin duda, la iglesia es grandiosa, miren ¿qué tuvo que trabajar Dios?, pero cuando Dios toma las sobras como tú y yo —y espero no herir tus sentimientos con esto— no hay muchos poderosos, hay unos pocos que se destacan en las cosas de este mundo.

Pero Santiago 2 dice que Dios ha escogido a los pobres para que sean ricos en fe, ellos son la primera selección de Dios en el equipo, son los escogidos en primera ronda, aquellos que el mundo pasa por alto, a esos escoge Dios, y ese principio se enseña muy claramente aquí en Deuteronomio 7 en relación con la nación de Israel.

Dios escogió a la nación que en esencia era la más pequeña, no la más grande, la que tenía lo mínimo que ofrecerle a Dios, no era que tenía lo máximo, Él dice, Él no los escogió porque fueran más numerosos, —sino observen— porque el Señor los amó.

La razón se originó en Dios mismo, la razón de la elección no se inició en el pueblo de Dios, la elección se originó en el corazón, en la mente y en la voluntad de Dios, es una verdad que nos humilla, pero también es una verdad muy alentadora, podemos ser rechazados por el mundo, ser pasado por alto por el mundo, pero hemos sido escogidos por Dios y somos aquellos con los que Dios ha elegido trabajar, Él se extendió por encima de otros que tenían mucho más futuro afín de llegar al fondo del barril y elegirnos a nosotros, y hacernos trofeos de su gracia.

Hay una cosa más que quiero que observen en este verso, nuevamente se usan amor y elección como sinónimos, observen, dice, el Señor Dios los quiere y los ha escogido, no porque ustedes sean más numerosos —etcétera—, sino porque el Señor los ama; aquí se usa amor y elección de manera intercambiable y una vez más esto habla de la bondad, la gracia, la compasión que hay en la doctrina de la elección, que Dios hiciera esta elección.

Y Él ha puesto el afecto de su corazón sobre nosotros, ¿cómo podríamos llegar a dudar del amor de Dios? Porque antes de la fundación, Él nos escogió en amor, Él nos ha estado amando por muchísimo tiempo. Así que Deuteronomio 7, versículos 6 y 7 son pasajes de la Escritura simplemente maravillosos.

Ahora, regresemos a Deuteronomio 7, quiero que vean esto en el versículo 8, dice, el Señor os sacó con mano fuerte, ¿lo ven? En Deuteronomio 7, versículo 8 aquellos a quienes escogió son los que Él saca de la esclavitud, todos aquellos a quienes escogió son aquellos que fueron sacados de la esclavitud.

En este caso de la esclavitud de Egipto, pero esto sirve como una imagen de la liberación espiritual de todos aquellos que han sido escogidos por Dios antes del comienzo de los tiempos, Él nos ha sacado de este maligno sistema del mundo, estamos en el mundo, pero no somos del mundo, ¿no?, y Él nos ha sacado de las tinieblas y ahora estamos en la luz, y estamos caminando en la luz y al sacarnos de donde vivimos y de la manera que vivimos en otro tiempo hacemos segura nuestra elección mediante la transformación de nuestra vida.

No es que nuestra vida cambiada gane nuestra salvación, sino que nuestra vida cambia es prueba de nuestra salvación y somos salvos por la sola fe en Cristo, pero la fe nunca está sola, la fe siempre tiene una hermana gemela y son las buenas obras, y somos salvos por gracia mediante la fe para buenas obras.

Y así, aquí en Deuteronomio 7, versículo 8 —yo solo quería que no pasaran esto por alto—, que todos los escogidos son los que son sacados.

Vamos ahora a Deuteronomio 10 y quiero que observen los versículos 14 y 15, y vemos aquí nuevamente la verdad de la elección soberana de Dios, he aquí, he aquí —presten atención—, He aquí al Señor tu Dios pertenecen los cielos y los cielos de los cielos la tierra y todo lo que en ella hay, así que todo este vasto dominio está en la mano de Dios, pero ahora Él hace una declaración muy limitada, Él es dueño de los cielos, de los cielos de los cielos y de toda la tierra, pero ahora Él reduce el enfoque, solamente de tus padres se agradó el Señor, y los amó, y de entre todos los pueblos escogió a su descendencia después de ellos, es decir,  a ustedes, como hoy pueden verlo.

Él tiene todo el mundo en sus manos, y no obstante de todo el mundo, Él ha elegido poner su afecto sobre sus escogidos, Él muestra un amor general por el mundo, Él hace llover sobre justos e injustos, les permite disfrutar de la música, les permite casarse, les permite el placer de tener hijos y nietos, Dios es bueno incluso con los no convertidos, pero tiene un amor especial por aquellos que ha escogido, es un amor redentor, es un amor que elige.

Él nos ama de manera que sobrepasa por mucho el amor que tiene por los que son pasados por alto, nos amó y nos escogió, dice aquí, más que todos los pueblos, y por favor observe nuevamente que amor y elección se usan de manera intercambiable en este pasaje de Deuteronomio 10, 14 y 15, a los que ama, los ama porque los ha escogido y a los que ha escogido lo ha hecho porque los ama con amor eterno.

Bien, vamos a Deuteronomio 29, versículo 4 [repite], y quiero que observen otro texto singular, este es un pasaje muy potente: ¿por qué algunos creen?, ¿por qué otros no creen? Deuteronomio 29:4 dice, pero hasta este día el Señor no les ha dado la capacidad de entender ni de ver ni de oír, esto presupone que a menos que el Señor lo haga, uno no puede creer.

Y no puede saber que tus ojos espirituales están ciegos mientras Dios no te de ojos para ver, tus ojos espirituales están ciegos hasta que Él te de oídos para escuchar su llamado y realmente oigas la verdad. Y tu corazón es duro e incrédulo, hasta que el Señor te dé un corazón para creer, —¡qué extraordinaria declaración de la soberana gracia de Dios!

¿Quién es el que ha hecho una diferencia entre nosotros? El Señor es el que hace la diferencia entre nosotros, y a los que son pasados por altos, Él simplemente les permite permanecer en su pecado, es su propio pecado, es su propia decisión, pero los que son creyentes lo son porque el Señor ha obrado en su corazón para que crean.

Quiero plantearlo de esta forma, todos los que están en el infierno están allí por su propia elección, todos los que están en el Cielo están allí por elección de Dios, todos los que están en el infierno están allí porque esa es la elección que ellos hicieron, han elegido rechazar el evangelio, pero los que están en el camino angosto hacia la vida, y los que están en el cielo, están allí debido a la elección distintiva de Dios, porque Él no nos dejó permanecer donde estábamos e intervino en nuestra vida y nos atrajo a Él, y lo hizo con cuerdas de amor.

Pero un pasaje más, Deuteronomio 30, versículo 6 [repite], este es un pasaje muy importante, me encanta este pasaje, concluiremos esta sesión con este versículo, el Señor tu Dios circuncidará tu corazón y el corazón de tu descendencia para que lo ames con todo tu corazón y con toda tu alma, y tengas vida.

La circuncisión espiritual es la obra de Dios dentro del corazón, aquí no se habla de circuncisión física, no todo Israel es Israel, esto se refiere aquellos que están circuncidados espiritualmente, la circuncisión física no consigue nada, el infierno está lleno de personas con una circuncisión física, tal como está lleno de personas que han sido bautizadas, eso no consigue nada.

Dios debe circuncidar el corazón, y ser circuncidado en el corazón significa que la espada aguda de doble filo de la Palabra de Dios ha sido aplicada por el poder del Espíritu Santo para traspasar la dureza de tu corazón y cortarte hasta la médula, y abrirte y permitir que te veas como Dios te ve, y cuando Dios te abre con la circuncisión espiritual te quita el corazón de piedra, aquel corazón podrido inmundo y pestilente con el que naciste, obstinado, testarudo, sin ninguna vida espiritual.

Y cuando la verdad de Dios vino a ti fue como echar agua sobre un pato, simplemente se escurrió, pero cuando Él quita ese corazón de piedra, Él hace un trasplante de corazón y coloca allí un corazón de carne, y ese corazón está vivo, es un corazón que late por Dios, es un corazón receptivo a las cosas de Dios, y aquello que antes odiaba ahora amas, y aquello que antes amabas ahora odias, y es una total inversión de los afectos y deseos, un cambio total de cosmovisión, y ahora ves a Dios en todo, y ahora ves que tu propósito no es vivir para ti mismo sino vivir para la gloria de Dios.

Esto es lo que Dios debe hacer, así que mira nuevamente este versículo, Deuteronomio 30, versículo 6, el Señor tu Dios circuncidará tu corazón, esta es una obra interior que solo Dios puede hacer, este es el nuevo nacimiento y cuando Dios lo hace tienes que ver esto en el versículo 6, entonces uno ama a Dios.

Antes que Él te circuncidará tu corazón no amabas a Dios, resistías a Dios y en el momento que Él circuncidó tu corazón, ahora amas a Dios, no solo con un pequeño amor, con todo tu corazón y con toda tu alma, observen que dice a fin de que vivas, antes que esto pasara no tenías vida, solo tenías una existencia, solo estabas aquí ocupando espacio, eras solamente el caparazón de una persona vacía, sin Dios en tu vida.

Sí, tal vez sabías acerca de Dios, pero no conocías a Dios y no tenías vida, de hecho, estabas espiritualmente muerto, y tenías una mera existencia vacía, hueca, pero cuando Dios circuncida el corazón te da un nuevo corazón y pone su vida en ti, y ahora amas a Dios y lo amas con todo tu corazón y tu alma, ahora buscas primero el reino de Dios y su justicia, ahora tomas tu cruz y sigues al Señor Jesucristo.

Esta es una obra de gracia soberana, esta es una obra que solo Dios puede hacer, y el corazón de todos aquellos que están en el Reino de Dios ha sido traspasado, circuncidado y cortado hasta la médula con un profundo convencimiento de pecado, pero también con una gran regeneración y vida eterna, y vida nueva.

¿Ha hecho esto Dios en tu vida? ¿Ha hecho esto Dios en tu corazón y tu alma? Una cosa es pasar por el aparato físico de la religión y recibir en este caso una circuncisión física, y otra totalmente distinta es recibir la circuncisión real, la circuncisión del corazón.

Haga Dios esto conforme a su plan y su propósito eternos.

R.C. Sproul es el fundador de Ligonier Ministries, el maestro principal de la programación de radio Renewing Your Mind, y el editor general de la Biblia de estudio Reformation

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El libro de los comienzos

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El libro de los comienzos

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En esta sesión queremos volver al libro de Génesis —que es el libro de los comienzos—, el cual es también el libro de los comienzos para las doctrinas de Gracia porque en las páginas de este primer libro del Antiguo Testamento encontramos muchas de las doctrinas de la gracia, y que se enseñan aquí con claridad, así que quiero que nos subamos al vagón y comencemos a investigarlas muy atentamente.

Y quiero que comencemos con el Principio de la Soberanía Divina que es el fundamento sobre el cual descansan los cinco pilares de las doctrinas de la gracia. La soberanía de Dios se aprecia a través de todo el libro de Génesis, vemos claramente la soberanía de Dios desde la Creación hasta el capítulo 50.

Dios define cómo debe ser adorado, Dios envió un diluvio catastrófico, Dios esparció la raza humana en la Torre de Babel, Dios llamó a Abraham desde Ur, Dios inició el pacto abrahámico —incluso con José el mal que habían pensado hacer Dios lo encaminó a bien, vemos la mano soberana de Dios en prácticamente cada página del libro de Génesis, pero al mirar ahora más atentamente quiero que observemos primero la corrupción radical o depravación total.

Esto se aprecia claramente en el libro de Génesis, y en Génesis 5, versículo 3 leemos un versículo muy interesante, que suele pasarse por alto, dice: Adán vivió 130 años y engendró un hijo a su imagen y semejanza, y le puso por nombre Set, observen, no a imagen de Dios, sino a imagen de Adán —sí, estaba hecho a imagen de Dios, pero esa imagen estaba malograda y corrompida por el pecado.

Por lo tanto, que Set esté hecho a imagen de Adán es una clara indicación de que el pecado de Adán ha sido traspasado a su posteridad, ha sido traspasado a sus propios hijos, y sus propios hijos ahora son creados distintos a como fue creado Adán, Adán fue creado inocente a imagen de Dios, pero ahora Set y cada hijo nacido en la raza humana nacería a la imagen de Adán.

Y nacer a imagen de Adán significa nacer con una naturaleza pecaminosa, con la depravación total de la naturaleza humana, la mente, los afectos y la voluntad ahora están todos dominados por el pecado, y al nacer en este estado, Set y todos los que nacerían en la raza humana, nacerían muertos espiritualmente, en transgresiones y pecados. Así que este es un versículo muy importante.

Pero retrocedamos solo un capítulo mientras estudiamos a Caín y Abel, en Génesis 4 vemos lo siguiente en el versículo 3, Caín trajo al Señor una ofrenda del fruto de la tierra, sabemos, a partir de lo que sigue, que esto no es lo que Dios requería, Dios requería que se le presentara una ofrenda de sangre, un sacrificio de sangre, que el acercamiento solo fuera hecho sobre la base del sacrificio de un animal inocente, pero Caín era autónomo, Caín tenía un espíritu independiente, él se acercaría a Dios a su manera, se inventaría su propia religión, no vendría de la forma que Dios había prescrito.

Y vemos así cómo se manifiesta la naturaleza pecaminosa de Caín, él se justifica a sí mismo, tiene una religión a su propio estilo, y en el versículo 5 leemos: el Señor no miró con agrado a Caín ni a su ofrenda —Dios lo rechazó de plano, no importaba cuán sincero fuera Caín, porque estaba sinceramente equivocado.

Y luego leemos que Caín está muy enojado, no fue humilde, no sintió convicción de pecado, no se arrepintió, ¡se enojó! ¿Y con quién estaba enojado? Estaba enojado con Dios, eso muestra el orgullo, el apestoso orgullo dentro de su propio corazón, su ego se ofendió porque Dios rechazó su sacrificio, y ¿quién se cree Dios para rechazar mi ofrenda? Ahí es exactamente donde estaba Caín y vemos así la depravación total con esteroides, vemos la depravación total sobresaliendo.

En el capítulo 4 de Génesis, Dios dice, si no hicieres bien, el pecado está a la puerta —bueno aquí el pecado se retrata como un león acechando en la puerta, presto a saltar y devorar a Caín, y por supuesto este pecado, es el poder del pecado, y está dentro de Caín, con el pecado listo para consumirlo.

Y luego Dios dice “con todo esto, a ti será su deseo”, ahí está ese principio y poder del pecado tan dentro de Caín que desea dominar a Caín, someter a Caín y destruirlo. El problema está en el interior y como resultado de esto leemos Caín se levantó contra su hermano Abel y lo mató, eso es corrupción radical.

En el comienzo mismo, la primera descendencia de Adán y Eva, aquí Caín ejemplifica alguien que está fuera de una relación salvadora con Dios que intenta venir a Dios con sus propios esfuerzos y con su propia justicia personal.

Cuando llegamos a Génesis 6 leemos de la generación anterior al Diluvio y leemos que el mundo no se está volviendo cada vez mejor, leemos que el hombre no está evolucionando hacia lo mejor, el hombre está involucionando hacia lo peor, pues en términos espirituales está en caída libre, cayendo cada vez más profundo —y profundo en el pecado—, y Génesis 6, versículo 5, este versículo se destaca como un lucero en una noche oscura, pues habla de la depravación total de toda la raza humana —y bien se ha dicho que la Biblia está inspirada por Dios porque si la hubiera escrito el hombre nunca se condenaría así mismo con lo que incluye en la Escritura.

Este tiene que ser el diagnóstico divino de la raza humana, y por eso leemos el Señor vio que era mucha la maldad —mucha, no poca, mucha— de los hombres en la tierra, y que toda intención de los pensamientos de su corazón eran solo hacer siempre el mal, cada palabra de este versículo está cargada de verdad acerca de la depravación total.

Esta es una fotografía de toda la raza humana que incluye el diagnóstico completo de la raza humana, de cada familia, excepto una familia que sería puesta en el Arca, que había creído en Dios. Así que, miremos estas palabras en Génesis 6:5 —maldad—, el Señor vio que era mucha la maldad de los hombres, aquí la palabra maldad habla de contaminación moral, una corrupción interior, una depravación inmunda, la maldad de los hombres, la palabra hombre es una palabra global que habla de toda la raza humana, todos los que viven en el planeta. Era mucha, no poca, ¡mucha!

Y que toda intención de los pensamientos de su corazón, ¿escucharon eso? ¡Toda intención! De los pensamientos del interior de su corazón, el problema no es su ambiente en el exterior, el problema es su corazón, en el interior y cada pensamiento está contaminado por el pecado; es como tomar una gota de cianuro y ponerla en un vaso de agua, y simplemente lo impregna todo, y hay muerte dentro de todo el vaso.

Desde la coronilla del hombre hasta la planta de sus pies, cada centímetro y cada gramo en él ahora está contaminado, impregnado por el pecado. A eso nos referimos con depravación total, que cada capacidad del ser humano, su mente, su corazón, su voluntad la totalidad de la persona interior está afectada por el pecado, y sus pensamientos son los de hacer solo el mal —no es a veces bueno, a veces malo— aun aquello, que desde una perspectiva humana pudiera parecer una buena intención, en realidad, como Dios lo diagnostica, aún está manchado por el egoísmo.

Era solo el mal, escuchen esta palabra, es un adverbio: siempre, 24 horas al día, 7 días a la semana, cada centímetro, cada gramo suyo, cada persona en el planeta, siempre solo el mal, eso era antes del Diluvio.

Ahora, ¿creen ustedes que será mejor después del diluvio? Porque los que entraron en el arca eran pecadores, ¿no? Pecadores redimidos, pecadores justificados, pero pecadores, al fin y al cabo. Y cuando salen del Arca llevan consigo la contaminación del pecado, continúa exactamente lo mismo que antes del Diluvio. Y entonces en Génesis 8, versículo 21, después del Diluvio, el segundo versículo es igual que el primero —simplemente es más de lo mismo. Y leemos, la intención del corazón del hombre. 

Ahora por favor observe lo que se describe aquí, no la acción externa, sino la intención interna del corazón, que será el timón del barco, lo que guiará todas las acciones externas.

La depravación total no es algo que está meramente en la superficie de la vida de una persona, su fachada externa. Si tan solo pudiéramos cambiar su conducta externa entonces el hombre estaría bien ¡no! El problema es que ha sido inyectado con el tóxico veneno del pecado y está en su interior.

Así que dice en Génesis 8:21 la intención del corazón del hombre es mala, ahí está, una palabra, descripción, el fondo del asunto, cada una de sus intenciones son malas ¿Por cuánto ha sido así? Las tres últimas palabras lo dicen desde su juventud, esto no empezó cuando fue a la universidad, no empezó cuando empezó a salir con la chica equivocada, no empezó cuando consiguió su primer empleo, no, esto fue desde su juventud. Esto en realidad le fue inyectado cuando fue concebido en el vientre de su madre y cuando salió del vientre de su madre, y desde que entró a este mundo, desde su juventud, cada intención suya fue mala.

Ahora este es el diagnóstico de Dios, y quiero que recordemos lo que dice Romanos 3 sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso, este es el diagnostico de Dios sobre toda la raza humana desde el comienzo mismo.

Así que uno dice, entonces, ¿cómo podría alguien salvarse?, si cada hombre está huyendo de Dios, si cada hombre se esconde de Dios, si cada hombre le tiene terror a Dios, si cada pensamiento e intención del corazón del hombre —siempre el mal—, entonces ¿cómo puede alguien entrar en el reino de Dios?, y la respuesta es debe de ser algo que Dios haga, debe comenzar con Dios.

Y realmente comenzó con Dios en la eternidad pasada cuando Dios eligió a sus escogidos, cuando Dios escogió a los que iba a salvar, y eso nos lleva ahora a la doctrina de la elección soberana, esta es posiblemente la verdad más gloriosa de toda la Biblia, porque si el hombre no puede escoger a Dios, qué glorioso es que Dios escoja a pecadores para salvarlos, lo que el hombre no puede hacer y lo que el hombre no quiere hacer, Dios lo ha hecho desde antes de la fundación del mundo.

Entonces, cuando leemos en Génesis 12, versículo 1 “Y el Señor dijo a Abram: vete de tu tierra, de entre tus parientes y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré”, lo que Dios hizo fue una elección distintiva, en una cultura pagana y en una ciudad cosmopolita pagana, Ur de los Caldeos, Dios escogió a Abram como su propia posesión, Dios obvió a otros pecadores, pasó por alto a otros pecadores y escogió a este pecador para salvarlo. Y sabemos que Dios escogió a Abraham porque Nehemías 9, versículo 7 dice —comienzo de la cita—, tú eres el Señor que escogiste a Abram. La Escritura es el mejor intérprete de la Escritura, y así como un diamante puede cortar otro diamante, solo la Escritura puede interpretar la Escritura.

Así que Dios hizo esta elección distintiva y luego a medida que rastreamos esto a través del libro de Génesis, vemos que con cada, con cada descendiente, Dios hace elecciones distintivas, y así en Génesis 17 leemos que con el nacimiento de Isaac y con el nacimiento de Ismael, aunque Ismael nació primero, Dios escogió a Isaac, y pasó por alto a Ismael y escogió a Isaac para que fuera que él en quien Él pondría su soberana gracia salvadora.

Y luego si avanzamos en Génesis, llegamos a Génesis 18, versículo 19 —este es un versículo extraordinario—, al llegar a este versículo dice, porque Yo lo he escogido, Dios dice he escogido Abraham para salvar y para usarlo, y para que sea mi instrumento, y la palabra para escogido, es un término hebreo que a veces se traduce como conocer, conocer con amor, conocer de una forma íntima y personal, y lo que dice este verbo Yadah, es que Dios escogió con gran amor, poner el afecto de su corazón y la misericordia sobre este indigno pecador, Abraham. Él no escogió Abraham por causa de Abraham, Él escogió Abraham a pesar de Abraham, escogió Abraham simplemente porque escogió salvar a Abraham.

Y luego en Génesis 25, versículo 23 cuando llega el tiempo del nacimiento de Jacob y Esaú, dos gemelos o un par de gemelos, dos hijos en el vientre, Dios escogió poner su corazón sobre Jacob y no sobre Esaú, y según la perspectiva humana habríamos escogido a Esaú por derecho de primogenitura o por orden de nacimiento, pero los caminos de Dios son más altos que los nuestros y los pensamientos Dios van más allá de los nuestros y muchas veces los caminos de Dios nos parecen contrarios a la lógica, y según los inescrutables propósitos de Dios por razones que solo Dios conoce, a Jacob amé y a Esaú aborrecí.

La elección soberana es enseñada claramente en el libro de Génesis y cuando vamos al libro de Romanos y Pablo quiere argumentar a favor de la Elección Soberana, en Romanos Capítulo 9, ¿a dónde acude Pablo? Pablo va al Antiguo Testamento, él ya ha ido al Antiguo Testamento cuando enseñó la justificación por fe, volvió Abraham y volvió a David, y ahora para enseñar sobre la Elección Soberana, ¿a dónde acude?, vuelve a Génesis para mostrarnos que siempre ha sido así, esta no es una verdad nueva para los tiempos del Nuevo Testamento.

La verdad de la Elección Soberana se enseñó en el Antiguo Testamento, quedó demostrada en el Antiguo Testamento, fue ejercida por Dios en el Antiguo Testamento, Elección Soberana, soberana.

Desde luego, vemos algunas prefiguraciones de la expiación definida, pero más en lo que podríamos llamar solo formas tenues, tipos y figuras. Ustedes recordarán que Dios aceptó el tipo de sacrificio de sangre de Abel, y aprendimos algunas verdades elementales que como pecadores solo podemos acercarnos a un Dios Santo y ser recibido por un Dios Santo, llevando un sacrificio, sobre la base de un sacrificio de sangre y luego en Génesis 22, versículo 2 Dios le dijo a Abraham toma a tu hijo Isaac, tu único hijo al que amas y vete a la tierra de Moriah, allí me lo ofrecerás en holocausto.

Una vez más, es solo una prefiguración de Dios que toma a su Hijo, su Único Hijo, el Hijo al que ama profundamente para sacrificarlo un día sobre el altar de la Cruz del calvario por pecadores como tú y yo.

Finalmente quiero que vean aquí el Llamamiento Eficaz en Génesis 11, versículo 31 Abram y Sara salieron juntos de Ur de los Caldeos, y más adelante en Génesis 15:7 se nos da una descripción más potente de su salida, se nos dice que fueron sacados, pero ¿quién los sacó? Bueno, es el que los llamaba, no era nadie más que Dios mismo y el llamado fue tan potente que los capturó y empezó a traerlos hacia Él y a guiarlos al lugar donde entrarían en una relación personal con Dios.

Y en Génesis 15:7 leemos el testimonio de Dios mismo sobre el testimonio de ellos, Dios dice Yo soy el Señor, Yo te saqué de Ur de los caldeos, escuchen, ellos no salieron por iniciativa propia, y Dios no vino a ellos y les dio un simple empujón, ni les dio un leve impulso en la dirección correcta, Dios los sacó y eso retrata a Dios capturándolos, tomándolos y sacándolos de las tinieblas, y del paganismo y de la mundanalidad hacia una tierra donde Dios se revelaría a ellos.

Y allí Abraham le creyó a Dios, de hecho en el versículo anterior, Génesis 15:6 dice Y Abraham creyó en el Señor y le fue contado —reconocido— por justicia, allí está la doctrina de la justificación Solo por la Fe, y el siguiente versículo dice cómo es que creyó en Dios, creyó en Dios porque había sido sacado de las tinieblas y llevado a una tierra a un lugar donde Dios se dio a conocer a Abraham, y le dio a conocer su misericordia y su gracia salvadora, y creyó en Dios porque Dios mismo lo había llevado a creer en Dios.

Y eso nos lleva finalmente a la gracia preservadora, una vez entró en una relación con Dios, jamás saldría de esa relación porque Dios dijo en Génesis 17:19 Y estableceré mi pacto con él —y escuchen esto— como pacto perpetuo, si Abraham hubiera entrado en este pacto y luego hubiera salido, habría sido un pacto de 10 años, un pacto de 5 años, pero era un pacto perpetuo, ¿no?

Por lo tanto su destino eterno con Dios fue establecido y sellado mientras él estaba aquí en la tierra, y nunca podría caer del pacto porque fue Dios quien inició este pacto, y Dios lo insertó en este pacto y Dios lo selló en este pacto, y nunca podría separarse o caer de este pacto, esta es la gracia preservadora de Dios, y a medida que avanzamos por la Escritura, y lo vemos, esto en muchas formas, se detallará con muchas verdades, metáforas, analogías, e imágenes de la seguridad eterna que tenemos.

Si tú eres un creyente en Jesucristo, eres parte de este pacto eterno y perpetuo, y lo que está establecido para la eternidad no se puede deshacer en el tiempo.

R.C. Sproul es el fundador de Ligonier Ministries, el maestro principal de la programación de radio Renewing Your Mind, y el editor general de la Biblia de estudio Reformation

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En esta sesión ahora queremos comenzar mirando el Antiguo Testamento y ver las doctrinas de la gracia.

Esta larga línea de hombres piadosos que recorre toda la Biblia, y que en realidad recorre toda la historia de la iglesia, comienza con Moisés, y la razón por la que comienza con Moisés es que Moisés escribió los primeros cinco libros de la Biblia —Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio— nadie podría haber escrito las doctrinas de la gracia antes del primer libro de la Biblia.

Así que en esta sesión quiero que miremos el comienzo del libro de Génesis, quiero que miremos los primeros tres capítulos, Génesis 1 al 3, y quiero que descubramos desde sus simientes algunas de estas doctrinas de la gracia, pero necesito explicarles cómo funciona la Biblia, es lo que se denomina revelación progresiva, hay verdades que aparecen en el Antiguo Testamento que a veces son colocadas allí tenuemente, las cuales luego se enseñaran paulatina y progresivamente con mayor claridad a medida que avanzamos en la Biblia.

Por ejemplo: la doctrina de la Trinidad, en el comienzo mismo vemos, dijo Dios hagamos al hombre a nuestra imagen, sólo una alusión con los pronombres plurales, pero se necesitará el resto de la Biblia para realmente construir la doctrina de la Trinidad.

Bueno lo mismo es cierto en cuanto a las doctrinas de la gracia, serán como semillas esparcidas en el suelo fértil de la Escritura y a medida que nos abramos paso por el Antiguo Testamento las semillas comenzarán a brotar, comenzarán a crecer, y las veremos con mayor claridad. Imagina que entras en el comedor de alguien y hay un interruptor que regula la intensidad de la luz, uno la enciende y luego puede girarlo, y la luz se vuelve cada vez más brillante hasta que ilumina plenamente, así es la Biblia.

Hay verdades que se enseñan en las primeras páginas de la Escritura que son muy importantes, muy esenciales, y es como cuando este interruptor está apenas encendido, pero conforme avanzamos, libro por libro, autor tras autor, vamos girando el interruptor de manera que la luz de la verdad ahora alumbra con un brillo cada vez mayor en nuestro entendimiento. Y desde luego, cuando llegamos al Nuevo Testamento es más brillante que el sol de mediodía, brilla con toda su fuerza.

Así que, al mirar esos primeros capítulos de Génesis, solo quiero que sepamos que estarán tenuemente declaradas, a veces están un poco en las sombras, pero están comenzando a brillar como a través de la niebla y las vemos, y conforme avancemos en la serie se nos harán mucho más obvias.

Ahora bien, Moisés escribió el libro de Génesis mientras vagaba en el desierto, así que son más de 1.400 años antes de la venida de Cristo, y es interesante que cuando escuchamos el sermón de Esteban ante el Sanedrín en Hechos capítulos 7, Él deja claro que Moisés fue educado en todas las costumbres de los egipcios, se sentó a los pies de maestros egipcios, recibió una educación egipcia de primera categoría —diríamos hoy— pero cuando escribe estos capítulos iniciales, no vemos la sabiduría de los egipcios en estas páginas, vemos una revelación sobrenatural que solo viene de Dios.

Cuando Moisés lo registra esto viene directamente del trono de la Gracia, es decir, a fin de cuentas, ¿quién estaba allí cuando la creación fue traída a la existencia?, es decir, ningún hombre estuvo ahí, al menos no hasta el sexto día, solo Dios pudo haber dado a conocer lo que aconteció en estos primeros días de la Creación, y lo que Dios dio a conocer a Moisés lo registró para nosotros.

Ahora bien, esas cinco doctrinas de la gracia de las que hablamos en nuestra sesión anterior, se apoyan en el firme fundamento de la soberanía de Dios, y cuando decimos la soberanía de Dios queremos decir que Él hace lo que le place, cuando a Él le place, donde a Él le place, con quien a Él le place, que Él establece Su trono en los Cielos, Su soberanía gobierna sobre todos, ¡Él hace lo que le place! Su voluntad es independiente, su voluntad es autónoma, y cualquier cosa que su voluntad pretenda que acontezca, va a acontecer.

Al mirar el comienzo del libro de Génesis vemos un despliegue de la pura soberanía de Dios, y aun cuando miramos los primeros seis días de la Creación vemos indicios de las doctrinas de la gracia, la creación física siempre es una imagen de una creación mucho más grande de una nueva creación espiritual que Dios llevará a cabo en la vida de aquellos que Él traerá a su Reino.

Así que hay paralelos entre en el acto en que Dios crea el universo y el mundo, y el acto en que Dios nos hace nuevas criaturas en Cristo Jesús.  Así que pensemos en esto, avancemos por estos primeros versículos de Génesis capitulo 1, y en el primer día leemos: “Y dijo Dios: ¡que haya luz!”, y Dios creó luz donde no había luz, Dios simplemente habló e hizo existir la luz; eso es exactamente lo que hace Dios en las doctrinas de la gracia cada vez que salva a un pecador, porque nosotros estuvimos una vez y otros todavía están en oscuridad espiritual, es decir son ignorante de Dios, están separados de Dios, en la contaminación de sus propios pecados.

Y en 2da de los Corintios 4:6 leemos, más adelante en el Nuevo Testamento, que el Dios que mandó que hubiera luz en este universo es el mismo Dios que manda que haya luz en nuestros corazones que están oscurecidos en tinieblas, de hombres y mujeres, que Dios habla soberanamente y trae la luz a nuestros corazones en tiniebla.

Y luego, en el segundo día leemos que Dios dijo haya expansión en medio de las aguas y separe las aguas de las aguas, y eso nos dice que Dios hizo una separación, eso es lo que hace Dios en las doctrinas de la gracia, Él hace una separación, Él hace una distinción dentro de la humanidad entre aquellos que ha escogido para poner sus corazones en ellos y aquellos quienes pasará por alto.

Y luego leemos en el tercer día, entonces dijo Dios júntense en un lugar las aguas que están debajo de los cielos y que aparezca lo seco, y fue así. Y dijo Dios produzca la tierra vegetación, hierbas que den semillas y árboles frutales sobre la tierra, que den fruto. Este Dios que ahora habló y produjo vida sobre la tierra a través del principio de vida en una semilla, comenzó el proceso de reproducción por el cual cada cosa produciría otra semejante, y una semilla de manzana produciría un manzano, es lo mismo que ocurre en las doctrinas de Gracia, cuando Dios planta la semilla de su Palabra en la tierra del corazón de hombres y mujeres, una cosa producirá otra semejante y es la semilla la que contiene la vida de Dios y Dios hará que esa semilla germine y brotará con la nueva vida de Jesucristo.

Vemos una imagen de esto aun en el tercer día de la Creación, y luego en el cuarto día Dios dijo haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche y fue así, y una vez más vemos la voluntad independiente y soberana de Dios que produce luz poniendo el Sol y la Luna en su lugar, en las galaxias y poniendo los cuerpos celestes en el lugar en que comenzarían a reflejar la luz del sol. Es este mismo poder soberano de Dios que se libera —y yo diría en una exhibición aún mayor de soberanía en el nacimiento de cualquier pecador que es traído al reino de Dios–.

El mayor milagro que Dios realiza es el nuevo nacimiento, más grandioso que cuando Dios crea vida en el vientre es cuando Dios crea vida espiritual en el corazón, más grandioso que cuando Dios trae a alguien a una familia física es cuando Él trae a un pecador a su familia espiritual, lo espiritual siempre es mucho mayor que lo físico. Así que cuando Dios crea todas las cosas de la nada hay indicios de lo que va a venir y que veremos en las doctrinas de la gracia.

Y luego si seguimos mirando vemos que en el quinto día Dios creó la vida animal sobre la tierra, y Dios creó las aves que vuelan y los peces que nadan, y Dios pobló el planeta con vida animal, y una vez más vemos ese libre ejercicio de la soberana voluntad de Dios.

Pero luego en el sexto día Él dijo hagamos al hombre a nuestra imagen, y Dios juntó el polvo y creó el cuerpo físico, pero este era solo un caparazón vacío externo, ¿no? Tendría que haber vida dentro del cuerpo si esa persona realmente iba a ser una persona y vivir, y en Génesis 2 —creo que en el versículo 7— leemos que Él ahora sopló vida en el cuerpo exterior del hombre, ¿sabías que eso es exactamente el nuevo nacimiento?, es la vida de Dios en el alma de hombre, ese fue el título del libro que George Whitefield leyó que lo llevó a la fe en Jesucristo y le enseñó la verdad del nuevo nacimiento, se titulaba La vida de Dios en el alma de un hombre de Henry Scougal.

Y las doctrinas de la gracia vienen a nuestras vidas cuando Dios sopla vida eterna en el caparazón externo, vacío de este templo que Él ha creado, Dios viene a residir en nuestras vidas y pone vida en nosotros donde no la había, vida eterna, vida espiritual, vida sobrenatural.

Y entonces en el comienzo mismo, en la Creación vemos atisbos de lo que Dios va a llevar a cabo, que Él es soberano, tiene autoridad sobre toda Su creación, puede hablar y traer luz a las tinieblas, puede hacer separaciones dentro del universo, puede poner vida en aquello en donde no había vida, esto era lo que Dios iba hacer en la salvación de cada persona al convertirse.

Bien, al mirar estos capítulos iniciales, hay dos doctrinas de la gracia en particular que se enfatiza, se trata de la corrupción radical y el llamamiento eficaz, vemos especialmente estas dos.

Y así al llegar a Génesis capítulo 3 versículo 1, la serpiente era la más astutas de las bestias del campo, y le dijo a la mujer, conque Dios os ha dicho no comeréis de ningún árbol del huerto, y luego dio el golpe de martillo: la serpiente le dijo a la mujer, ciertamente no moriréis, ustedes serán como Dios, no van a caer, van a ascender, van a estar al mismo nivel de Dios con tan solo comer esta fruta, y esta es una gran prefiguración de la influencia de Satanás en este mundo, para engañar, tentar, incitar, seducir y esclavizar aquellos que nacen en pecado.

Y vimos que en Génesis, en Génesis 3:6 que la mujer vio que el árbol era bueno para comer y era un deleite para los ojos y el árbol era deseable, y ella tomó del fruto, y comió y le dio a su esposo, y él comió; ellos desobedecieron a Dios descarada, intencional, deliberada, egoísta y atrevidamente, desobedecieron a Dios con sus ojos bien abiertos, fue una traición cósmica, fue una rebelión cósmica contra Dios; y Dios había dicho el día que comas de este fruto ciertamente morirás, y vemos que Adán siguió vivo —bueno han de saber que él murió en ese momento espiritualmente y ahora había una separación entre él y Dios, y comenzó a morir físicamente, pues ahora se instala el proceso de envejecimiento y los efectos del pecados comenzarán a estar en su propio cuerpo mortal y un día al fin morirá físicamente, pero ahora ya está comenzando este proceso de agonía física y si continúa en ese estado morirá eternamente, separado eternamente de Dios.

Vemos los efectos del pecado, los devastadores efectos del pecado, y ahora desde allí en adelante el hombre en un estado de muerte espiritual comienza a esconderse de Dios, le aterra Dios, y quiere huir de Él, no se dirige a Dios, sino que se aleja de Él, y en Génesis 3 versículos 8 y 9 leemos que Dios viene al huerto y dice “¿Dónde estás?” —Bueno, Dios sabe exactamente dónde están, la pregunta intentaba producir una confesión en ellos que reconocieran que se están escondiendo de Dios y que están separados de Dios, y en Génesis 3 versículo 10, Adán dice: tuve miedo porque estaba desnudo y me escondí, ya no hay deleite en Dios, está el terror de Dios.

Y todo el que nazca en la raza humana, nacería en este mismo estado de querer huir de Dios y no de querer acercarse a Dios, es por eso que Dios tendrá que ser el que busca, Dios tendrá que ser el que persigue, y así será a través de todo el tiempo que resta y cada vez que escuchamos de alguien en otra religión o que es muy religioso, que está siendo muy religioso y buscando a Dios… no ¡no! Es lo opuesto, están haciendo lo contrario, están huyendo del único Dios verdadero.

Así que cuando Adán pecó, toda la raza humana pecó, y más adelante en Romanos 5 versículo 12 quedará muy claro. Tal como el pecado entró en el mundo por un hombre, y la muerte por el pecado, así la muerte se extendió a todos los hombres, porque todos pecaron, y en ese preciso momento toda la raza humana, antes de que fue concebida en el vientre de su madre y dada a luz, y traída al mundo fue culpable del pecado de Adán, hubo una imputación del pecado de Adán a toda la raza humana.

Romanos 5:16: por un solo pecado vino la condenación, ¿cuántos jugadores tienen que estar en una posición de adelanto en el equipo de fútbol para que todo el equipo sea penalizado?, ¡solo una persona tiene que estar adelantada! Y Adán era nuestro representante, y todo lo que hizo Adán nos afectó, —y tú y yo habríamos tomado la misma decisión, de todos modos, si hubiéramos estado allí… de hecho, probablemente habríamos cedido más rápido que Adán— y este pecado puso Adán y a toda la raza humana en un estado de muerte, y bajo la maldición de Dios y bajo la ira de Dios.

Dime qué crees de los primeros tres capítulos del libro de Génesis y te diré qué crees acerca del resto de la Biblia,  es el semillero para toda doctrina, y lo que uno cree acerca de Dios y Adán, y Satanás, y el pecado y sus efectos sobre toda la raza humana, todo lo que provenga de Génesis del 1 al 3 será el factor determinante para el resto de la Biblia, es decir, si uno construye un edificio no importa lo alto, impresionante que sea, si tiene una grieta en el fundamento, todo el edificio es deficiente.

Así que, desde el comienzo mismo vemos una depravación total, radical en la caída de Adán, pues está en un estado de pecado, ahora su alma queda contaminada y manchada desde la coronilla de su cabeza hasta la planta de los pies, y ahora está separado de Dios y su mente está oscurecida, su corazón contaminado, y su voluntad está muerta. ¡Eso es depravación total! Por esto Dios debe ser el iniciador, Dios debe ser el que busca.

También en el huerto vemos el Llamado Eficaz porque en Génesis 3 versículos 8 y 9 leemos que Dios llamó al hombre, el hombre no llama a Dios, Dios llama al hombre, Dios dice ¿Dónde Estás? Y el propósito de esto es producir convicción de pecado y conocimiento del pecado, provocar así una confesión de pecado, porque nadie va entrar en el Reino de Dios sin confesar su pecado y decir Dios ten misericordia de mí, que soy pecador.

Y luego Dios dijo, ¿Quién te ha hecho saber que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del cual te mandé que no comieras? Entonces el Señor Dios dijo a la mujer ¿Qué es esto que has hecho?, el propósito no es asegurar información que Dios no tuviera, el propósito era traer a la superficie, que saliera de la boca de Adán y Eva aquel pecado que realmente habían cometido contra el Dios todopoderoso del cielo. Aquí no vemos necesariamente indicios de la doctrina de la elección, y sí vemos la enseñanza de la expiación.

En Génesis 3 versículo 15 leemos sobre la simiente de la mujer y la simiente de la serpiente y ya ahí vemos una distinción dentro de la raza humana, que habrá uno nacido de una mujer, el Señor Jesucristo, que aplastaría la cabeza de la serpiente y llevaría a cabo un resultado fatal y devastador para Satanás, ahora será echado fuera el príncipe de este mundo.

Juan 12 y la serpiente herirá el talón de Cristo, si bien aquí no vemos la enseñanza plena del alcance de la expiación, no obstante, vemos lo que se denomina el Protoevangelio, la primera mención del Evangelio y Dios era el predicador y el Diablo era la congregación, Dios proclamó el Evangelio a la serpiente en el huerto, y era un mensaje de victoria para aquellos que son la simiente de la mujer a través de la simiente final de la mujer, el Señor Jesucristo mismo, quien daría un golpe devastador a Satanás y su simiente; y Jesús quien es la simiente de la mujer, moriría por los demás que son simiente de la mujer, que son parte de la raza escogida, los elegidos desde antes de la fundación del mundo y su muerte no tendrá efecto alguno para la simiente de la serpiente.

Aquí vemos en el comienzo mismo de la Biblia, sombras y pequeñas evidencias de lo que se enseñará muy claramente a medida que recorramos el resto de la Escritura.

R.C. Sproul es el fundador de Ligonier Ministries, el maestro principal de la programación de radio Renewing Your Mind, y el editor general de la Biblia de estudio Reformation

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Una larga línea de hombres piadosos

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Una larga línea de hombres piadosos

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La serie que comenzamos ahora es Las doctrinas de la gracia: en el Antiguo Testamento.

Y lo que vamos a descubrir es que hay una larga línea de hombres piadosos que se extiende por el Antiguo Testamento, pero esa línea continua a través del Nuevo Testamento y ha continuado a través de cada siglo de la historia de la Iglesia hasta el presente.

Es una larga línea de hombres piadosos que han enseñado las doctrinas de la gracia. Y realmente comienza en el Antiguo Testamento. Ese es el punto de partida, con los profetas, con los jueces, con los reyes y los príncipes, los salmistas y los sabios, todos enseñaron las doctrinas de la gracia, hablaron a una voz, no hubo contradicción, no hubo inconsistencia, todos hablaron con gran claridad sobre la doctrina de la Gracia; y cuando llegamos al Nuevo Testamento encontramos exactamente lo mismo, no había una manera diferente en la que Dios aplicaba la Gracia a la vida de las personas como era en el Antiguo Testamento, así también es en el Nuevo Testamento y el mismo Señor Jesucristo fue el principal maestro de las doctrinas de la gracia.

¡Y en los cuatros Evangelios eso nos llega fuerte y claro!, un ciego pudo ver, y un sordo pudo escuchar — si abrimos la Biblia, ¿no?

Y luego cuando envió a sus discípulos, ellos siguieron predicando el mismo mensaje en el libro de Hechos y cuando escribieron las epístolas del Nuevo Testamento hubo una coherencia perfecta con las doctrinas de la gracia.

Y cuando avanzamos por los siglos por la historia de la Iglesia. Obviamente ha habido ciertos desacuerdos, pero quiero decir que en general aquellos hombres que tuvieron el mayor impacto sobre este mundo, aquellos hombres que iniciaron reformas y grandes avivamientos, iniciaron movimientos misioneros, hombres que impactaron continentes con el evangelio de Jesucristo, estos fueron aquellos hombres que expusieron las doctrinas de la Gracia.

Y así ha sido hasta el momento actual, así que, hay una línea, una larga línea de hombres piadosos, no dos líneas, no hubo una línea en el Antiguo Testamento, y ahora una totalmente distinta en el Nuevo Testamento y un estándar de enseñanza distinto en el Nuevo Testamento, ¡no!, es todo igual.

Y la forma en que las personas se salvaban en el Antiguo Testamento es exactamente como se salvan en el Nuevo Testamento, no hay dos evangelios distintos, solo hay un evangelio de Jesucristo que salva y en el Antiguo Testamento la gente se salvaba solo por gracia, solo mediante la fe, solo en Cristo, ¿no?

Y en el Nuevo Testamento es lo mismo, solo por Gracia, solo mediante la fe, solo en Cristo. Ellos miraban al futuro, a la venida de Cristo, así como nosotros miramos al pasado a la primera venida de Cristo, pero en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento predicamos a Cristo y a éste Crucificado.

Ahora bien, la manera en que esta obra salvadora de Jesucristo se aplica a la vida de los pecadores también es exactamente la misma desde el Antiguo hasta el Nuevo Testamento, hay una perfecta continuidad desde el Antiguo al Nuevo Testamento respecto a las doctrinas de la gracia que ahora se extiende por toda la historia de la Iglesia.

Ahora, cuando decimos las doctrinas de la gracia, ¿a qué nos referimos? Bueno, para decirlo de manera breve, lo podemos expresar en estas palabras, eso será muy simple, cuando decimos doctrinas de la gracia: Dios salva a los pecadores, Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo, trabajan conjuntamente para ser un Salvador. Dios el Padre es un Salvador, Dios el Hijo es un Salvador, Dios el Espíritu Santo es un Salvador, es por eso que cuando bautizamos lo hacemos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. No bautizamos solo en el nombre del Padre, y no bautizamos solo en el nombre del Hijo, ni en el nombre del Espíritu Santo, Cristo nos ha mandado en la Gran Comisión, Bautizamos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo ¿por qué?, porque las tres personas de la Trinidad son un Salvador, trabajan con una unidad perfecta de propósito y economía para salvar a los mismos pecadores.

Ahora bien, las doctrinas de la gracia se enseñan en la Biblia de tapa a tapa, desde el índice hasta los mapas, las doctrinas de la gracia se encuentran a través de toda la Biblia. Cuando decimos Las doctrinas de la gracia, estas doctrinas son cinco declaraciones de verdad. Cinco declaraciones teológicas doctrinales de verdad, respecto a la forma en que Dios salva a los pecadores, y todas están unidas. Son como cinco eslabones de una cadena, y están inseparablemente conectados, y si se rompe uno de estos eslabones, se rompe toda la cadena.

Así que, en ese sentido, una persona o acepta las cinco o rechaza las cinco, porque todas están unidas, y estas cinco doctrinas de la gracia son: Corrupción Radical, Elección Soberana, Expiación Definida, Llamamiento Eficaz y Gracia Preservadora. Quizás las conozcan con otros títulos usando el acróstico T.U.L.I.P. en inglés, Depravación Total, Elección Incondicional, Expiación Limitada, Gracia Irresistible y Perseverancia de los santos.

Estas son las cinco doctrinas de la gracia, y no fueron acuñadas en la Reforma, no fueron descubiertas en Ginebra o Wittenberg. De hecho, ni siquiera fueron descubiertas en África del Norte durante el tiempo de los padres de la Iglesia, de hecho, son más antiguas de lo que se enseñó en Galilea y Jerusalén, se remontan hasta el comienzo mismo del tiempo, se remontan al huerto del Edén, se remontan al tiempo de la Creación, se remontan hasta el comienzo mismo del Antiguo Testamento.

Y las doctrinas de la gracia se enseñan a través de toda la Escritura, simplemente fueron proclamadas por los padres de la Iglesia, y declaradas por los reformadores, así como por los puritanos y los del Gran Avivamiento, pero no se originaron con ellos, ellos eran solo los mensajeros, ellos solo eran porta voces que proclamaron esas verdades, pero están arraigadas y cimentadas en la Escritura. Son enseñanzas Bíblicas, son Verdades de Dios.

Ahora bien, al recorrer estas cinco doctrinas de la gracia lo que descubrimos es que la primera trata acerca del hombre y las otras cuatro tratan acerca de Dios, la primera, Depravación radical, comienza con el estado del hombre en el pecado, y luego cada uno de los siguientes encabezados, tratan acerca de Dios el Padre, Dios el Hijo, Dios el Espíritu Santo, y luego los tres juntos preservando a los salvados. Vamos a volver a esto muchas veces.

Como dije, la declaración más sucinta de las doctrinas de la gracia, es Dios salva a los pecadores. Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo, los tres actúan juntos en unidad perfecta.

¡Dios salva! La palabra salva significa ser librado de la destrucción, significa ser rescatado de la ruina, la Biblia enseña que todos pecaron, y están destituido de la Gloria de Dios y la paga del pecado es muerte, y la Biblia enseña que toda la humanidad está bajo la ira de Dios. Romanos 1 versículo 18, la ira de Dios viene revelándose desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los seres humanos, hombre y mujeres necesitan ser salvados, esa es una palabra bíblica, y significa como ya he dicho, ser librados de la ira venidera, ser rescatados del juicio final y el infierno eterno.

Ahora, las doctrinas de la gracia, enseñan que Dios no solo hace la salvación meramente posible, no es una salvación hipotética que ahora depende del hombre si la acepta o la rechaza que algunos a quienes el Hijo querría haber salvado nunca terminan siendo salvos, ¡no! En las doctrinas de la gracia Dios salva. ¡Realmente salva! Y en la cruz Jesús efectivamente salvó a los pecadores. No puso al mundo meramente en una posición salvable, no nos hizo meramente reconciliables, Él efectivamente nos reconcilió a través de la Sangre de su Cruz, Él no propició meramente en potencia la ira de Dios, Él realmente aplacó la santa venganza de Dios a favor de pecadores que merecían el infierno, hubo una transacción real de carácter definitivo que aconteció en la Cruz del calvario.

Esto es de importancia crucial, Dios el espíritu Santo lo ilumina en el corazón a través de una convicción y atracción, y a través del milagro de la regeneración, así que cuando decimos que Dios salva a los pecadores, queremos decir que realmente salva a los pecadores, y ese es el lenguaje tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. Hubo una salvación poderosa y triunfante de los pecadores en la cruz del calvario.

¡Dios salva a los pecadores! Pecadores que están en rebelión contra Dios, ya sea que hayan crecido fuera de la Iglesia, dentro de la Iglesia, ¡no importa!, pecadores fuera del Reino de Dios, pecadores muertos en delitos y pecados, pecadores incapaces de liberarse o de salvarse a sí mismo, pecadores incapaces de merecer la gracia de Dios y la salvación que Él ofrece, pecadores total y absolutamente dependientes de la obra de la Gracia en sus vidas. Y las doctrinas de la gracia expone esto en los colores más vívidos y en la presentación más grandiosa.

Las doctrinas de la gracia comienzan en la eternidad pasada, las doctrinas de la gracia se consuman en la eternidad futura, las doctrinas de la gracia se extienden desde antes de la fundación del mundo, a lo largo de todo el tiempo y luego a través de toda la eternidad futura, a los que antes conoció los predestinó, y a los que predestinó los llamó, y a los que llamó los justificó, y a los que justificó los glorificó. Sé que eso se enseña en el Nuevo Testamento, pero también está arraigado en el Antiguo Testamento.

Estas doctrinas de la gracia son doxológicas, promueven nuestra adoración a Dios a medida que entendemos esas doctrinas de la gracia, tenemos muchas cosas, razones para dar alabanza y honra a Dios que la que tendríamos si solo conociéramos parte de la historia de nuestra salvación.

Las doctrinas de la gracia son exhaustivas, las doctrinas de la gracia se convierten en una plena revelación de Dios hacia nosotros de lo que Él ha hecho para traer Su Gracia a nuestras vidas.

Y cuando vemos esto, y cuando lo entendemos, en las doctrinas de la gracia, nos deja con la boca abierta, nos deja de rodillas, nos enciende el corazón. Creo que realmente es el paradigma final por el cual vemos correctamente nuestra salvación.

No lograr ver las doctrinas de la gracia es tener un entendimiento nublado de cómo es que llegamos a estar en el Reino de Dios, pero entender las doctrinas de la gracia es ver con una visión 20/20 los propósitos salvíficos de Dios. Así que allí es hacia donde nos dirigimos y esto es lo que vamos a ver en estas doctrinas de la gracia. Ellas exaltan a Dios, glorifican a Cristo, aplastan el orgullo, dan vida, producen gozo, humillan el alma, edifican la fe, promueven el evangelismo, motivan las misiones, ¿captaron eso?, ¡ja!

¿Puede ser cierto todo eso, con solo estas cinco doctrinas de la gracia? La respuesta es sí, realmente amén, es cierto, y mientras más profundizamos en esto, y mientras más descubrimos las doctrinas de la gracia, hayamos aún mayores bellezas de verdad en la Palabra de Dios que hacen que nuestro corazón se eleve a las alturas del cielo, nos dejan anonadados y realmente son transformadoras, cuando uno llega a ver las doctrinas de la gracia, realmente es como si uno fuera salvado de nuevo, es realmente todo un nuevo comienzo del entendimiento —cómo es que nací en el Reino de Dios.

James Montgomery Boice solía hablar de un balancín en un parque de juegos, un sube y baja, y niños jugando en el parque, y él hacía la observación de que cuando un extremo sube, el otro baja automáticamente, y luego cuando el extremo de abajo sube el que está arriba baja, nunca se puede tener ambos extremos arriba al mismo tiempo, y él dice que esa es la forma en que la doctrinas de la gracia nos permiten ver quién es Dios y quién somos nosotros, porque las doctrinas de la gracia ponen a Dios en alto y a nosotros en una posición muy humilde, y cualquier otra forma de comprender la salvación tiene todas las cosas al revés, tiene al hombre en una posición superior y a Dios en una posición dependiente, eso está mal, son las doctrinas de la gracia las que sitúan a Dios donde le corresponde.

Dios el Padres, Dios el Hijo, Dios el Espíritu Santo desde toda la eternidad pasada y dentro del tiempo, y a través de toda las era por venir, como nuestro salvador y nos sitúa a los hombres donde nos corresponde, de rodillas mirando hacia abajo con un corazón agradecido, totalmente dependientes de Dios y su obra de salvación en nuestras vidas y cuando llegamos a descubrir estas doctrinas de la gracia, cómo construyen nuestra fe, vemos que Dios está actuando en el mundo que Dios ha estado actuando en nuestra vida y lo sigue haciendo.

Vivimos en un momento muy desafiante, de la historia humana, ¿no es así? Pareciera que el mundo entero está a punto de deshilarse como un suéter viejo, pareciera que todo está a punto de hacerse humo, ¿no es reconfortante para ti, para mí, saber que cada uno de los elegidos de Dios será salvo, y que Cristo va a edificar a su iglesia, y que las puertas del hades no prevalecerán contra ella?

Que Satanás ruja y aceche, que traiga el asalto que quiera contra el evangelio y contra la Iglesia, pero Dios es más grande y Dios va a llamar de este mundo de oscuridad a cada uno de aquellos que Él escogió por y para sí mismo desde antes de la fundación del mundo, a cada uno de los que dio a su Hijo en la eternidad pasada, para que fuera su regalo de amor y lo comisionó para que viniera a este mundo y pusiera su vida como el buen pastor por las ovejas.

Todos aquellos por quienes Cristo murió serán llevados a una relación salvadora con Dios por medio de Jesucristo, ninguno se quedará atrás y Dios el Espíritu Santo ha salido al mundo entero, Él es omnipresente y omnipotente, Él traerá convicción de pecado y llamará, y atraerá irresistiblemente, y hará nacer soberanamente en el Reino de Dios a cada uno de aquellos por quienes Cristo murió, a cada uno de los que el Padre escogió antes del comienzo del tiempo.

¡Qué gran confianza nos da esto! Esto debería animarnos a salir al mundo y compartir nuestra fe en Jesucristo, apoyar misioneros, sustentar ministerios que están difundiendo la Palabra de Dios, sabiendo que Dios mismo garantiza el éxito de su Evangelio, Cristo no habrá muerto en vano, cada gota de sangre derramada por Cristo en la Cruz va a cumplir el propósito y el plan eterno de Dios.

Así que, mientras estudiamos las doctrinas de la gracia… no, no se trata de simplemente de subir a una torre de marfil y tener una discusión filosófica acerca de ciertas visiones del mundo, ¡no! Este es el punto decisivo, esta es la realidad de la verdad que se lleva a cabo en el mundo respecto a lo más importante, ¡lo más importante! ¡El evangelio de Jesucristo! Y el evangelio es el poder de Dios para Salvación y realizará su obra en el corazón de cada uno de aquellos por quienes murió Cristo.

Así que, aquí es donde comenzamos nuestro estudio, y no sé qué otra cosa podríamos mirar que fuera más estimulante que lo que estamos viendo en esta serie. Así que yo oro y confío en que Dios guardará, y guiará a través de esta serie, y que Él iluminará estas verdades en vuestros corazones y las avivará en mi corazón.

Esta es un ancla para nuestra alma, Dios salva a los pecadores, por lo tanto, toda la gloria no es para el pecador, sino para el Dios que es el salvador de los pecadores, y es por eso que se necesitará toda la eternidad, a través de todas las edades venideras ante el trono de la Gracia para cantar nuestras alabanzas a este Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo, que nos ha rescatado de la ira que merecíamos justamente. Soli Deo Gloria, solo para la Gloria de Dios.

R.C. Sproul es el fundador de Ligonier Ministries, el maestro principal de la programación de radio Renewing Your Mind, y el editor general de la Biblia de estudio Reformation

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 La iniciativa divina

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 La iniciativa divina

R.C.Sproul

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En esta sesión, quiero ir más allá y ver lo que en teología llamamos: la iniciativa divina, refiriéndonos a ese primer paso de la salvación que se lleva a cabo en nuestras vidas de forma unilateral y exclusiva por el poder de Dios.

Y vemos esto en el pasaje de Efesios 2, del cual he hecho referencias ocasionales y me gustaría dedicarle un poco más de tiempo ahora. Si pueden, veamos el capítulo dos de Efesios donde Pablo dice: “estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo según la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros en otro tiempo vivíamos en las pasiones de nuestra carne, satisfaciendo los deseos de la carne y de la mente, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.

Lo que encontramos en este pasaje son términos descriptivos del carácter radical de la caída del ser humano. Hemos hablado ya sobre la incapacidad moral. Hemos evitado el uso del lenguaje calvinista, el cual describe la situación del hombre como la de “depravación total”, un término que ha llegado a ser muy, muy controversial en círculos cristianos y es parte del famoso acróstico que usan los calvinistas para delinear los conocidos: cinco puntos del calvinismo –TULIP.

T-U-L-I-P (siglas en inglés) “T” por “Depravación Total”, “U” por “Elección incondicional”, “L” por Expiación limitada”, “I” por “Gracia irresistible y “P” por perseverancia de los santos”.

Pero generalmente no se llega más allá de la “T” antes de que la controversia estalle.

Esta es una de esas ocasiones donde los acrósticos, que son pequeñas ayuda-memoria que funcionan como asistentes para recordar, a veces causan más daño que ayuda, ya que “depravación total” es un término muy confuso.

La gente confunde “depravación total” con lo que llamaríamos “depravación absoluta”; es decir, que el hombre es tan malo como le es posible ser. No conozco a nadie que crea eso. Sin importar cuán pecadores somos, siempre podemos pensar que nosotros cometeríamos pecados mucho peores de los que cometemos, y pecar más de lo que, de hecho, pecamos.

Entonces, ninguno de nosotros es absolutamente depravado. El término “depravación total” fue acuñado para señalar que el pecado afecta a la persona completa, que toda la esencia de nuestra humanidad está caída. Es decir, nuestras mentes, nuestras voluntades, nuestros cuerpos están caídos, toda la persona está atrapada en esta caída. Yo prefiero hablar de la “Corrupción radical”.

El problema es que las siglas en inglés TULIP serían RULIP y dañarían el acróstico.

Pero me gusta el término “Corrupción radical” porque el significado de ‘radical’ históricamente viene de la palabra latina radix, que significa “raíz”. El punto con la corrupción radical es que nuestra caída no es solo algo tangencial o algo periférico, una imperfección accidental que está meramente en la superficie de nuestra humanidad, sino que el pecado es algo que va al mismo núcleo de nuestra existencia.

Y penetra hasta la raíz del árbol. Ahora, en este texto, Pablo está haciendo algunas declaraciones que indican la seriedad de nuestra caída, dice: “estabais muertos en vuestros delitos y pecados”.

En otra parte habla de estar bajo el poder del pecado, en la esclavitud del pecado, hijos de ira, hijos del diablo, ese tipo de cosas. No es una imagen muy agradable del ser humano caído natural. Pero, otra vez, él dice que este era nuestro estado anterior, que ‘estábamos muertos en delitos y pecados en los cuales anduvimos antes’.

¿Cómo anduvimos? Anduvimos “según la corriente de este mundo”. Anduvimos por el camino que el mundo recorre, el cual no es como Dios quiere que andemos. Anteriormente Pablo había hablado acerca de que todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios. No hay ningún justo, ni aún uno.

No hay nadie que haga el bien. No hay ninguno que busque a Dios. Todos nosotros somos inútiles y nosotros nos hemos desviado. ¿Recuerdas que los cristianos fueron llamados al principio los del ‘camino’?

Pero nuestro camino natural no es el de Dios. Andamos “según la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire”. Es decir, estábamos siendo obedientes y leales ¿a quién? A Satanás. Él es el príncipe de la potestad del aire.

Y anduvimos conforme al “espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros en otro tiempo vivíamos en las pasiones de nuestra carne, satisfaciendo los deseos de la carne y de la mente, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.”

Este es un retrato muy, muy sombrío de la caída del hombre. Ahora, la siguiente palabra, creo que es la palabra más importante en el Nuevo Testamento con respecto a esta doctrina de la gracia soberana de Dios. Creo que es muy importante que haya insistido en este tema tantas veces,  tanto así que en una clase que estaba enseñando, una mujer se tomó el trabajo y la molestia de hacer un letrero para mí con esta palabra.

Esta palabra es “pero”. El Evangelio sólo es buenas noticias cuando entendemos las malas noticias. El único evangelio del Evangelio es cuando comprendemos por primera vez la ley y nuestra situación bajo la ley.

Aquí estamos, muertos en delitos y pecados, andando conforme a la carne, la concupiscencia de la carne y todo lo demás, andando como los que están bajo el espíritu de desobediencia, hijos de ira – PERO Dios.

“Pero Dios”, que es rico en misericordia”, y no “pero nosotros”, que aún teníamos una pizca de justicia, finalmente nos levantamos de los escombros, o nos disponemos para cambiar nuestras formas, pero el ser humano que es poderoso dijo moralmente “¡No!” a esa corriente maligna y se liberó de la muerte’.

Eso no es lo que la Biblia dice. Dice: “Pero Dios, que es rico en misericordia, nos ha vivificado, nos dio vida, aún cuando estábamos muertos en nuestros delitos”.

Cuando oigo hablar a los cristianos evangélicos sobre lo que sucede en la conversión, con frecuencia escucho dos analogías, ilustraciones diseñadas para comunicar a nuestras mentes lo que realmente pasa.

Quizá tú las has oído. La primera dice así: Ese ser humano caído no está sano. Él está muy, muy enfermo. De hecho, está enfermo hasta la muerte y está en la sala de enfermos terminales del hospital.

No hay nada que ese ser humano pueda hacer para sanarse a sí mismo. Está casi en coma. La muerte es segura. A menos que le administren remedios, ese hombre de seguro morirá. Entonces Dios provee la medicina y la enfermera pone el remedio al ponerlo en una cuchara.

Dios tiene – o Dios mismo pone el remedio en la cuchara, y Dios mismo viene donde esa persona con labios resecos y su condición de semi-coma, acostado en su lecho de muerte, y pone la cuchara justo en sus labios.

Pero en ese momento, la persona puede aceptar el remedio o rechazarlo. Pero si abre su boca, Dios pondrá la medicina en su boca y ella lo salvará. Pero si mantiene sus labios cerrados, no recibirá la cura necesaria.

Esta analogía muestra que el ser humano está en una condición muy, muy seria. Pero aún está vivo. Lo que oigo a Dios decir es que Él viene a la habitación después que el doctor declaró al ser humano muerto!

Lo que oigo a Pablo decir es que Dios nos da vida cuando estamos muertos. Una mejor analogía sería que la persona se ha ahogado, está re-ahogado en el fondo del mar y Dios se sumerge en el agua y saca ese hombre muerto, ese cadáver, del fondo del mar y lo trae a tierra firme y Él se inclina, le da respiración boca a boca y respira aliento de vida en él y es resucitado de entre los muertos.

Eso es lo que dice la biblia en cuanto a la iniciativa divina, que ese primer paso de reavivar de la muerte, de la carne al espíritu, la transferencia del reino de las tinieblas al reino de la luz, es logrado por Dios, no por el ser humano.

Y, por supuesto, después que Dios nos da vida, luego elegimos, luego creemos, luego abrazamos a Cristo, nos arrepentimos. Hacemos todas esas cosas porque ahora estamos vivos para las cosas de Dios.

Pero el primer paso, la iniciativa, la resurrección de entre los muertos, es obra de Dios y solo de Dios. “Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios, no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.”

Bien, una de las preguntas más profundas que se generan cuando pensamos en esta iniciativa divina es: si Dios es el que tiene que rescatar a ese hombre muerto en el fondo del mar, si Dios es quien no solo tiene que dar el remedio, sino que resucitar un cadáver, entonces ¿cuál es el propósito del evangelismo?

¿No es esa una pregunta que todos pensamos y formulamos?  que, a la luz de la soberanía de Dios, y a la luz de todo el concepto de predestinación, si Dios ha decretado desde toda la eternidad que ciertas personas serán salvas, entonces ciertamente esas personas serán salvas con o sin mi testimonio, con o sin mi predicación del Evangelio.

¿Por qué entonces debemos preocuparnos por el evangelismo? Mi historia favorita sobre este tema ocurrió cuando estaba en el seminario, cuando estudiaba con el Dr. John Gerstner, en el Seminario de Pittsburgh, que es el rey de los pre-destinatarios.

Y había cerca de 20 de nosotros en la clase y estábamos sentados en semicírculo y él dijo: “Muy bien, señores, si es verdad que Dios predestina soberanamente a un cierto número fijo de personas para ser salvos, y es a través de un decreto inmutable, entonces ¿por qué deberíamos involucrarnos en el evangelismo?

Lanzó la pregunta y la dejó en el aire y empezó a llamar a los alumnos para que respondieran la pregunta. Nunca voy a olvidar lo aliviado que estaba porque me encontraba en el extremo derecho de ese semicírculo, y él empezó por el izquierdo.

Y pensé: “¡wow!, me alegro que no tengo que responder eso!” Entonces él mira al primer alumno y dice: “bien, señor Fulano de Tal, ¿qué diría usted?” Y él dijo: “Bueno, Dr Gerstner, usted sabe, no lo sé. Siempre me he preguntado eso”

Así que se perdió el penal. Se dirige al siguiente alumno y este le dice: “Ni idea”. Se dirige al siguiente, todo el resto de la línea y se estaba acercando peligrosamente a mí. Había una sensación de expectativa que aumentaba en el salón.

Me sentí como Sócrates en uno de los diálogos de Platón cuando, después que todas esas otras personas, los mortales menores, dieron respuestas a esas preguntas profundas que suenan ok hasta que Sócrates habla, y deja a todos con la boca abierta.

Y pensé, “oh, oh, voy camino al banquillo de los acusados”. Bueno, efectivamente, se recorrió todo el círculo y nadie pudo responder la pregunta del Dr. Gerstner y llegó mi turno. Yo estaba temblando. Así que traté de responder y dije: “Bueno, estoy seguro que esto no es lo que usted espera Dr. Gerstner.

Sé que hay algo mucho más profundo que esto y que debe ser la respuesta a esta pregunta, pero una pequeña razón por la que debemos involucrarnos en el evangelismo es que, usted sabe, Jesús nos manda a hacer evangelismo, ¿no es cierto?

Y Gerstner comenzó a reírse con su estilo siniestro y dijo: “Por supuesto, Sr. Sproul. ¿Cuál podría ser una razón más insignificante para hacer evangelismo, que no sea que Jesús te lo ordena, que el Salvador de tu alma y el Señor Dios Todopoderoso deba pronunciar una orden,

Y tú piensas que esa puede ser quizás una pequeña razón por la que deberíamos…” Y cuanto más continuaba, ya se imaginan, yo me estaba achicando en esa silla. Y dije: “Wow, espere un momento”. Pero nunca olvidé el punto.

Él dijo: “La razón principal por la que hacemos evangelismo, a la luz de la soberanía de Dios es porque Dios es soberano, y Dios no solo ha decretado soberanamente el fin, es decir, la meta de la redención de la gente, sino que él también, soberanamente, decretó los medios para ese fin.

Él ha elegido la necedad de la predicación como el medio por el cual traerá a la gente hacia la salvación, y le ha ordenado a su iglesia que lleve a cabo ese programa de evangelismo. Y dijo: “Mira, yo me encargo de la elección, pero tú de la predicación. Tú testifica. Esa es tu responsabilidad.”

Ahora, ¿Él me necesita? No, Él no me necesita. No, no me necesita. Dios no me necesita para cumplir Su plan. Él podría hacerlo sin mí. Él tiene el poder para hacerlo sin mí, ¿está bien?

Pero, Él ha elegido hacerlo conmigo y por mí y a través de mí, y contigo y por ti y a través de ti.
Entonces, vemos que el evangelismo es ante todo un deber. Pero, en segundo lugar, y debemos entender esto: el evangelismo es un privilegio indescriptible. Qué tal privilegio.Es decir, una vez estaba leyendo un libro sobre recaudación de fondos (debo leer esos libros de vez en cuando, son terriblemente tediosos y aburridos).

Y la persona que escribió el libro, había sido el jefe de campaña de recaudación de fondos para la universidad de Harvard, y decía: “Hay algunos principios fundamentales que deben entender sobre este tema”.

Dijo: “La primera regla es esta: Debes ser consciente del hecho de que cada ser humano desea tener una parte significativa en una empresa importante; por lo tanto, si le das a la gente la visión de lo que estás haciendo y los dejas ser parte de ello, entonces ellos responderán porque quieren ser parte de una causa importante.”

Y él, por supuesto, el autor del libro estaba diciendo: “Explota eso”, ya sabes. “Usa eso, tenlo presente”. Bueno, creo que es verdad, ¿no es cierto que queremos que nuestras vidas cuenten? No queremos ser parte de cifras insignificantes en este mundo. Queremos participar en cosas significativas.

¿No sería como si pudiéramos decir, si pudiera mirar mi cuello y decir: “¿Ves esa medalla? Ese medalla significa que fui parte del equipo ganador del mundial de fútbol de 1974.”? La gente me miraría y diría ¿En serio? ¿No es eso tremendo? ¡Eso es significativo!

Yo no tengo una medalla de esas. Todo lo que hago en mi vida: No juego fútbol, no soy miembro del gabinete presidencial, todo lo que hago a diario es trabajar para el Rey de Reyes. Eso es todo lo que hago.

Ahora, ¿qué podría ser más insignificante que eso? Todo lo que tengo que hacer, y me pagan por hacerlo, es trabajar en la empresa más importante que Dios haya creado, trabajar para la edificación del reino de Dios, para la predicación del Evangelio, puesto que la edificación de los santos es el llamado supremo en el universo.

Es por eso que un día me molesté cuando un alumno me dijo algo. Yo había trabajado en la iglesia por un par de años, y luego estuve pasando más tiempo enseñando en el seminario y recorriendo el país dando conferencias y todo eso; este estudiante me miró con sus ojos iluminados.  Él estaba asombrado.

Él pudo conocerme en carne y hueso, alguien a quien había oído hablar en una conferencia en algún lugar, y había visto mi foto en un libro o algo por el estilo, y eso era como si mi tarjeta de presentación cobrara vida y él estaba atónito y llegó a decirme: “¡Vaya! ¿Cómo era cuando usted era solo un pastor?”

Y yo le dije: “¿Qué quieres decir con SOLO un pastor? ¿Tú sabes por qué no soy un pastor? Porque no tengo lo que se necesita para ser un pastor. Es mucho más fácil ir de ciudad en ciudad, predicar y luego partir, que quedarme allí con las mismas personas año tras año tras año y pasar del primer nivel al segundo nivel, luego al tercer nivel, edificando, tomándoles la mano cuando mueren y todo eso, teniendo que recibir sus críticas cada semana y tener que soportarlo.”

Le dije: “Simplemente no podía sobrellevarlo. No tengo nada más que un profundo respeto y admiración por el pastor porque creo que ese es el llamado supremo que existe en este mundo. Es un privilegio; no es solo un deber. Es un privilegio poder pasar la vida al servicio de Cristo.”

Nota lo que Pablo dice en el capítulo 10 de Romanos. Dice el versículo 11: “Pues la Escritura dice: todo el que cree en Él no será avergonzado” ¡Vaya! ¡Qué declaración!

Cuando llegamos a la fe y ponemos nuestra fe, ponemos nuestra confianza, la estamos poniendo en Cristo como nuestro Salvador, todos saben lo que significa haber depositado su fe o confianza en algo o alguien que los defraudó. Eso es devastador.

Pero, quien deposite su fe o confianza en Cristo, ¡nunca será defraudado! “Porque no hay distinción entre judío y griego, pues el mismo Señor es Señor de todos, abundando en riquezas para todos los que le invocan.”

Verso 13: “porque todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo.” Ahora, hemos estudiado a lo largo de esta serie que nadie, el hecho que nadie invocará al Señor a menos que el Señor mismo primero le de vida, pero ¿para qué Dios nos da vida?

Para clamar a Cristo, invocar al Señor. Y quienquiera que haga eso, quienquiera que llame, y tú no sabes si eres elegido o no. Pero ¿quieres a Cristo? ¿ah? Invócalo. Deja que el tema del misterio de la elección quede a un lado por un minuto.

¿Cuál es el estado de tu corazón en este momento? Si en tu corazón quieres un Salvador, si en tu corazón quieres a Cristo, si lo quieres, invoca al Señor. Y si lo invocas, no hay nada más seguro bajo el sol, que el hecho de que Él oirá tu clamor y que él te responderá y serás salvo.

Pero luego Pablo hace esta pregunta: “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en quien no han creído?” Antes de llamar a alguien para que te redima, primero tienes que tener algún grado de confianza en que esa persona es capaz de realizar la tarea.

No voy a llamar al Chapulín Colorado para que salve mi alma porque no creo que tenga la capacidad de salvar mi alma. Primero tengo que creer que él es capaz. “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído?

Ahora, esta es una lógica bastante simple ¿no? “Y cómo oirán sin haber quien les predique?” Tú no llamas a un salvador para salvarte si es que no crees que él es el Salvador. ¡Y no puedes creer que Él es el Salvador si nunca has oído hablar de Él! Y no vas a escuchar de él a menos que alguien te hable de él. Y luego continúa diciendo: “Y cómo predicarán si no son enviados?”

Y podrías no estar dotado para el evangelismo, pero eres capaz de contribuir para enviar al evangelista. (Solo un paréntesis, únicamente el 4% de los cristianos, cristianos evangélicos en los Estados Unidos de América, diezman).

Y te preguntas ¿por qué la Gran Comisión no se está cumpliendo? No es porque esté bloqueada o frustrada por la predestinación. Está bloqueada y frustrada por la gran desobediencia en el pueblo de Dios con su dinero.

Cuatro por ciento, cuatro de cada 100 evangélicos profesantes, diezman por cumplir. Pero el punto que quiero que vean aquí es la cita que Pablo hace del Antiguo Testamento. Dice: “La fe viene” donde dice: “¿Cómo predicarán si no son enviados? Tal como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian el Evangelio del bien!”

Extraño, algo extraño. He oído de gente escuchando a Billy Graham o escuchando a otros grandes predicadores y diciendo: “Qué voz tan maravillosa tiene”. O la gente es peor que eso. Es decir, recibo más cartas sobre mi peinado que sobre mi teología y la gente dirá: “Por qué estás usando esos lentes?” o “¿Por qué te pones esa corbata?” o “¿Por qué usas los mismos pantalones todos los días en esta serie?

¿Estoy siendo claro con esto? ¿ah? Bien, entonces, ¿por qué la gente nota esas cosas? Pero ¿alguna vez has escuchado a alguien en la congregación mirar al ministro y decir: “Guau, ¿no tiene unos hermosos pies?

¿Alguien ha hablado alguna vez de los pies de Billy Graham? Él es el más grande evangelista de nuestros días y nunca escuché a una sola persona referirse a sus pies.

Pero en el mundo antiguo, la palabra “evangelio” primero significaba “mensaje bueno” o “buenas nuevas” y la comunicación de eventos críticos era un asunto muy, muy serio para los antiguos, donde los ejércitos salían a la batalla y no volvían durante dos años y la gente esperaba dos años sin saber si ganaron o perdieron.

Así que cada vez que había una batalla crucial, si las fuerzas ganaban o perdían, enviaban un mensajero, un corredor de maratón, que volvía corriendo a la ciudad. Y mientras corría hacia la ciudad, iba anunciando el resultado de esta batalla decisiva para el pueblo.

Y la gente del pueblo tendría puestos de vigilancia en los puntos más altos para visualizar el horizonte y ver al mensajero. Y verían que el polvo empezaba a alzarse mucho antes que pudieran ver a la persona.

Esa polvareda llamaría su atención y mirarían a lo lejos y observarían las diferentes formas de las nubes de polvo. Y ellos mirarían y lo primero que verían sería la forma en que los pies subían y bajaban mientras subían corriendo la montaña y bajaban por el otro lado de la montaña.

Y los que eran buenos vigilando podían decir antes que llegase el mensajero si eran buenas o malas noticias, porque el hombre que corría para declarar la victoria corría con el pecho en alto y moviendo sus brazos, con una sonrisa en la cara y sus pies a toda velocidad.

¿Cuántos de ustedes corren? ¿Saben cuál es el “paso del perdedor”? Eso es cuando vas corriendo y los pies ni siquiera se levantan del suelo, ¿cierto? Él dijo: “Sí, estoy corriendo. Todavía sigo corriendo”. Es el paso del perdedor, así se llama, ¿estamos?

Y lo he experimentado más de una vez.  Y así es como los mensajeros que venían con malas noticias se acercarían a las puertas de la ciudad: desinflados, desanimados, abatidos.

Pero entonces, ves a alguien cuyos pies están casi volando y sus calcetines estaban en llamas desde la distancia con buenas noticias, y el vigía arrojaba su sombrero al aire y decía: “¡Ganamos!”

Y así el profeta dice: ‘Cuán hermosos, en la montaña, son los pies de aquel que trae buenas nuevas, que publica paz.’ Sé que fue Dios quien me trajo a Cristo, pero usó a un hombre que me habló del Evangelio y nunca olvidaré a ese hombre.

Y no importa lo que ese hombre haga, siempre lo amaré, porque, humanamente, se preocupó lo suficiente para ser el instrumento que Dios se complació en usar para llevarme a Jesucristo.

¿No te gustaría saber cómo Dios usó tu testimonio, tu acto de caridad, tú ejemplo hacia tu vecino como catalizador para la salvación eterna de esa persona?

¿Por qué evangelizar? Porque es un mandato y es el mayor privilegio que Dios puede darnos.

R.C. Sproul es el fundador de Ligonier Ministries, el maestro principal de la programación de radio Renewing Your Mind, y el editor general de la Biblia de estudio Reformation

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¿Crea Dios la incredulidad?

R.C.Sproul

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Quizá la declaración más fuerte que encontramos en toda la Escritura y que habla directamente del tema de la predestinación, se encuentra en el capítulo 9 de la carta de Pablo a los Romanos.

En ese texto en particular, él habla de la elección de Jacob en vez de Esaú, y no solo este texto habla mucho del tema de la predestinación en general, sino que también es significativo por la pregunta controversial de si la predestinación es doble o no.

Así que tomemos un momento en esta sesión para ver el capítulo 9 de Romanos y prestemos atención a lo que nos dice el apóstol Pablo.

Empezaré con el verso 9 del capítulo 9: “Porque esta es una palabra de promesa: Por este tiempo volveré, y Sara tendrá un hijo. Y no sólo esto, sino que también Rebeca, cuando concibió mellizos de uno, nuestro padre Isaac (porque cuando aún los mellizos no habían nacido, y no habían hecho nada, ni bueno ni malo, para que el propósito de Dios conforme a su elección permaneciera, no por las obras, sino por aquel que llama), se le dijo a ella: El mayor servirá al menor. Tal como está escrito: A Jacob amé, pero a Esaú aborrecí.”

Aquí es cuando Pablo busca ilustrar su comprensión de la elección divina. Él usa, con el fin de ilustrarla, un ejemplo de dos hombres. Y creo que es significativo que los dos personajes que elige son hermanos y no solo son hermanos, sino que son mellizos. Es decir, tienen la misma familia, el mismo trasfondo, la misma ubicación geográfica. Todo lo que podría ser lo mismo, es lo mismo. De hecho, son “compañeros de útero” (Gracias. Me pongo un poco incisivo después de estudiar la predestinación todo este tiempo.)

Y en su reflexión acerca de estos dos hombres, él enfatiza que uno es preferido por encima del otro aun antes de que nazcan. Ahora, esa afirmación ‘antes de que nacieran’, plantea la interrogante sobre el conocimiento previo de Dios.

El punto de vista más popular de la predestinación que rechaza la postura agustiniana es la que llamamos el pre-conocimiento de la elección, cuya tesis básica es esta: esa predestinación simplemente dice que Dios, desde toda la eternidad, mira hacia abajo en el tiempo y sabe de antemano lo que la gente hará, y en base a ese pre-conocimiento, entonces los elige.

Ahora, notamos que el capítulo 9 de Romanos habla claramente de este aspecto. Leemos: “porque cuando aún los mellizos no habían nacido, y no habían hecho nada, ni bueno ni malo”

Veamos esta frase. Pablo no está diciendo que Dios no sabía lo que ellos iban a hacer o que Dios sí sabía lo que ellos iban a hacer.

Él simplemente declara que los mellizos aún no habían nacido ni habían hecho nada. Así que todo lo que el texto en sí enseña es que la elección de Jacob por sobre Esaú fue antes que ellos nacieran.

Ahora, la postura del pre-conocimiento estaría de acuerdo en que la elección predestinada de Dios se hace en la fundación del mundo antes que alguien nazca.

Todos concuerdan en que la predestinación se lleva a cabo en la mente de Dios antes que la gente nazca, pero postura del pre-conocimiento de Dios dice que la elección se hace antes que nazca la gente, pero a la luz de lo que Dios sabe que harán después de nacer.

Ahora, tenemos un silencio en este pasaje con respecto a este punto específico, y si alguna vez en el texto bíblico hubo un silencio incómodo, pues es este.

A lo que me refiero es a esto: si el apóstol tuviera el deseo de dejar en claro que las acciones electivas de predestinación de Dios son hechas en base a la visión futura de las acciones del ser humano, éste hubiera sido el lugar para decirlo.

En otras palabras, si la postura bíblica es lo que la postura del pre-conocimiento dice; es decir, que Dios siempre elige a la luz de su conocimiento de las cosas futuras, en primer lugar ¿por qué la biblia no lo dice? Nunca lo dice.

Y si alguna vez tuvo la oportunidad de decirlo, era aquí. Pero no solo no se dijo aquí, sino que Pablo se toma el tiempo para decir que, aunque la elección se hizo antes de que nacieran, antes de que hubieran hecho algo bueno o malo, debemos preguntarnos ¿por qué incluye eso?

Si su propósito era comunicar una postura de pre-conocimiento de la elección, el añadir esas palabras ciertamente se confundiría al pueblo de Dios, ¿no es cierto?
Vayamos más allá. “porque cuando aún los mellizos no habían nacido, y no habían hecho nada, ni bueno ni malo”.

¿Cuál es la preocupación de Pablo? “para que el propósito de Dios conforme a su elección permaneciera”.

Una vez más, el énfasis en el pasaje está en el propósito de Dios, y lo que Pablo dice es que la razón para que esa decisión fuera hecha antes de que nacieran, antes de hacer lo bueno o malo, es para que el propósito de Dios permanezca.

¿Te das cuenta que la intención de este pasaje se opone totalmente al concepto de la postura del pre-conocimiento de la predestinación? ¿Lo puedes ver? ¿Por qué? ¿Qué otra razón podríamos dar para que el apóstol enfatice esto de que no hicieron ningún bien o mal? No solo no lo habían hecho en espacio y tiempo, sino que está implícito que tampoco en la mente de Dios.

Es decir, desde la perspectiva de Dios no hay ningún bien o mal que se esté considerando, ya que la conclusión es que el motivo por el que lo afirma, la razón que el apóstol da por haberlo dicho de esta manera es que el propósito de Dios pueda permanecer de acuerdo a su elección, no debido a las obras, sino por Aquel que llama.

La postura del pre-conocimiento dice que Dios mira hacia el futuro y ve que algunos tomarán decisiones correctas y otros decisiones incorrectas. Y de lo que carece esta postura del pre-conocimiento es que la elección de esa posición, está basada en buenas obras, creyendo que es obra de Dios creer en aquel a quien Él ha enviado.

La buena obra suprema es depositar la confianza en Jesucristo, en el sentido de considerar el concepto bíblico de la buena obra. Pero Pablo está diciendo claramente que no es por obra humana, sino debido a quien hace el llamado.

El punto de vista arminiano, tiene varios estilos, formas y colores. En pocas palabras, hace que la decisión final para nuestra salvación descanse en una elección humana, no en un acto divino.

Y creo que Pablo está aquí aniquilando esa posición, en una forma bastante contundente, enfatizando el hecho de que no se trata de obras sino que Aquel que llama. Que el énfasis y el crédito por tu redención hay que dársela a Dios. Solo a Dios sea la gloria.

Ahora, para que este propósito permanezca y que no sea por obras sino por Aquel que llama, le fue dicho a ella: “El mayor servirá al menor.” Ahí está, la razón por la cual Dios hizo esta elección fue para demostrar su supremacía y su propósito.

“Tal como está escrito: A Jacob amé, pero a Esaú aborrecí.” Regresaré a esta frase en un momento porque sé que provoca todo tipo de problemas con la idea del odio.

Pero miren el verso 14. El verso 14 es una pregunta retórica: “¿Qué diremos entonces? ¿Que hay injusticia en Dios?”

¿Cómo responde Pablo a su propia pregunta? ¿Acaso él simplemente dice: ‘No, no hay injusticia en Dios’? No, él usa la forma de énfasis más poderosa que puede usar: Algunas traducciones dicen: ¡De ningún modo!, otras dicen: ¡Por supuesto que no!

La respuesta a su pregunta: ¿esto indica que hay injusticia en Dios?, la respuesta a esta pregunta es: ¡Absolutamente No! Eso es impensable. Ahora voy a especular por un segundo y quiero pedirte que pienses en esto. ¿Por qué crees que el apóstol hace esta pregunta retórica?

Pablo es un maestro y cuando los maestros enseñan saben que, a veces, durante las clases se presentan dificultades con el entendimiento de los estudiantes a lo que el maestro está comunicando. Un buen maestro se anticipa al problema y al momento en que este surgirá.

Ahora, es obvio que Pablo está aquí como un maestro que anticipa una protesta de sus oyentes, cuando dice: “¿Qué diremos entonces?”

¿Y qué reacción específica espera que la gente diga cuando escuche esto? “¡No es justo!” No hay justicia. “¿hay injusticia en Dios?” Ahora, mi pregunta es: ¿por qué él anticipa esta protesta? Bueno, hay dos posibles razones en realidad.

Él podría estar anticipando esta objeción porque puede estar pensando: “Puede que haya alguna persona que me escuche o lea mi carta, que estén bastante confundidos como para ser de convicción agustiniana y encuentre en mis palabras una postura agustiniana de la elección, que obviamente sería injusto, así que todo lo que tengo que hacer para evitar que eso suceda; es decir, “¿hay injusticia en Dios?”

Bueno, obviamente no. Igual también para Agustín, Aquino, Calvino y Lutero y los demás.

Quizás eso era lo que está anticipando. O quizá Pablo mismo es agustiniano y ha tenido experiencia enseñando la doctrina de la predestinación, donde cada vez que se menciona el tema, la respuesta inicial de la gente es: “No es justo”.

Tengo la sospecha de que esa es la razón por la que el apóstol plantea esta pregunta retórica, porque lo que quiero que entiendas es que nadie nunca plantea esa pregunta en base a la perspectiva arminiana. De hecho, la perspectiva arminiana está diseñada de tal forma que eso no es un problema.

Me consuela el hecho de que las mismas preguntas que se plantean en mi posición de la predestinación, son las que el apóstol Pablo tuvo que enfrentar: “¿Hay injusticia en Dios?” Porque en la superficie, suena así. Cuando hablas de una elección divina soberana antes de que alguien haya hecho el bien o el mal, sin tener en cuenta sus acciones futuras, que estrictamente de acuerdo al propósito soberano de Dios, que los propósitos de Dios puedan verse por gracia, no por obras humanas, entonces la pregunta obvia que vamos a hacer es:

“Bueno, ¿cómo puede ser eso justo? Pablo dice: “¿Hay injusticia en Dios?” Y él responde a su propia pregunta con un enfático “¡No!, ¡de ningún modo!” “Porque él le dice a Moisés: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y tendré compasión del que yo tenga compasión.”

Una vez más, si puedo especular, si fuera el apóstol y estuviera enseñando una postura de pre-conocimiento de la elección, y tuviera que lidiar con estas objeciones, ¿en qué me apoyaría? Si fuera a acabar de una vez por todas con toda acusación de que Dios es injusto, yo diría:  ‘Bueno, espera un minuto. Dios no es injusto. Dios no es injusto porque, aunque su decisión sea hecha antes que alguien haya hecho bien o mal, lo hace teniendo en cuenta sus decisiones futuras, entonces, lo que tú siembras, cosechas’.

Listo, fin de la discusión para siempre. Pero él no hace eso. Por el contrario, él recurre ¿a qué? A la prerrogativa divina de ejercer misericordia del que Él tenga misericordia.

El punto central de este pasaje es que algunas personas reciben una medida de misericordia y otras no. De nuevo, nadie recibe injusticia de parte de Dios. Esaú no fue elegido como un objeto de misericordia divina, pero eso no es una injusticia contra Esaú, porque Esaú, incluso antes de nacer, es conocido por Dios como un ser caído, porque cuando Dios elige, siempre lo hace a la luz de la caída.

Dios solo elige a pecadores caídos para la salvación. Todas las elecciones de Dios para salvación presuponen la necesidad de salvación; de lo contrario, nunca existiría la elección. Sería una pérdida de tiempo para Dios elegir para salvación a personas que no necesitan salvación, por lo que todo el proceso de elección es considerando la caída y una raza humana perdida.

Y Dios considera al mundo entero, Él sabe que todo el mundo ha caído y Él sabe que si Él solo hiciera justicia, ¿qué es lo que pasaría? Si Dios solo hiciera justicia a una raza caída, todos, entonces, perecerían.

Pero Dios elige otorgar misericordia a algunos. Jacob recibe misericordia. Esaú recibe justicia. ¿Hay algo de malo en eso? Bueno, decimos que no es justo. Lo que queremos decir con eso es que no es equitativo y lo que intriga a nuestra mente es este problema:

Bueno, si Dios va a tener gracia, si tenemos dos hombres que son juzgados culpables y están bajo sentencia de muerte y Dios es misericordioso con uno, ¿no debería serlo también con el otro?

Es decir, ¿es justo que el presidente otorgue el indulto presidencial a un prisionero y al resto no? Bueno, en efecto, no es igualitario. Pero de nuevo, esta persona recibe gracia; esta otra recibe justicia.

Él no tiene nada que le dé derecho a quejarse. No hay nada injusto en su condena. Dios nos recuerda una y otra vez, que es Su derecho otorgar misericordia a quien quiera dar misericordia.

Y si otorga misericordia a uno, no está obligado a dárselo al otro. Nuevamente, si pensamos que alguna vez Dios está obligado a ser misericordioso, ¿qué significa eso? Que ya no estamos pensando en misericordia puesto que la misericordia por definición no es obligada. Misericordia es algo que Dios hace de forma voluntaria.

No está obligado a hacerlo. Él no tiene que hacerlo. No está requerido a hacerlo. Lo hace por la pura bondad de su corazón. Y nunca podemos decirle a un Dios misericordioso (y esto es algo que me asusta); espero que nunca le digas a un Dios misericordioso: ‘Dios tú no eres lo suficientemente misericordioso’.

Eso es blasfemo, acusar a Dios de no ser lo suficientemente misericordioso, ya que ese cargo implica que hay pecado en Dios, que Dios no ha hecho lo que debería haber hecho, que debería haber sido más misericordioso.

¿Y quién eres tú para decirle a tu Creador, por cuya misericordia te da el aire que respiras, que él carece de misericordia? “Porque Él dice a Moisés: tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y tendré compasión del que yo tenga compasión.”

Ahora, el golpe de gracia, el verso que creo yo debería, con toda honestidad, dar fin al arminianismo para siempre. “Así que” (aquí viene la conclusión). “no depende del que quiere ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.”

La postura arminiana no dice que todo depende del hombre y no de Dios. La opinión arminiana dice que sin la misericordia de Dios, no habría salvación.  Eso es cierto. Pero, que también depende de nuestra elección.

Que depende tanto de la gracia de Dios como de nuestra elección, que debemos ejercitar nuestras voluntades, separado de la actividad divina, para ser salvos. Entonces la elección depende de las elecciones humanas en la postura del pre-conocimiento. Y Pablo dice, ‘no, no es así’.

¿Cómo podría decirlo más claramente? Esto no se basa en el que quiere o en el que corre, sino en Dios. Ahí es donde está la dependencia. ¿Quién tiene misericordia?

Luego continúa diciendo: “Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para demostrar mi poder en ti, y para que mi nombre sea proclamado por toda la tierra. Así que del que quiere tiene misericordia, y al que quiere endurece. ” Esa es una declaración dura. Veamos esto por un momento.

Antes mencioné el problema de: “A Jacob amé, pero a Esaú aborrecí.” ¿Qué significa que Dios aborrece a Esaú?

Cuando usamos el término español “aborrecer”, pensamos en una actitud que proviene de un comportamiento malicioso, y estamos prohibidos de odiar. Estamos llamados a amar, incluso a nuestros enemigos. Pero ¿hay alguna forma en que la biblia use el término ‘aborrecer’ y que no tenga esa connotación medio siniestra? Bueno, sí. Tenemos el odio al pecado.

Pero ¿recuerdas a David, en el antiguo testamento, cuando dice: ‘Aborrezco a mis enemigos con un profundo odio’? ¿Existe tal cosa como el odio sagrado, un odio a la maldad? Sí, pero aquí no dice eso que se suele decir: ¿‘Odia el pecado, pero no al pecador’?

Pero Dios no dice: “A Jacob amé, pero aborrecí el pecado de Esaú”.   Dice: “A Jacob amé, pero a Esaú aborrecí.” Aquí tienes un paralelismo antitético en modo hebreo. Y todo lo que ese “aborrecí” significa en este pasaje, es la ausencia de ese especial favor divino donde Dios está otorgando un favor divino especial, una acción misericordiosa, una acción amorosa hacia uno y que lo niega al otro.

No significa que Dios tenga esos terribles sentimientos internos de mezquindad hacia Esaú.  Pero Dios niega ese favor divino particular a Esaú. A Jacob se le da un regalo que Esaú no recibe. Eso es todo lo que Pablo, un judío, quiere decir.

Pero esto plantea el interrogante si es que la predestinación es doble o no. He oído a mucha, mucha gente decir: ‘¡Creo en la predestinación, pero no soporto la doble predestinación!’
Hay dos ideas distintas acerca de la doble predestinación que se han presentado a lo largo de la historia de la iglesia y que han estado compitiendo por aceptación.

La primera es la posición que llamaremos “igualdad final” o llamada algunas veces postura “simétrica” de la predestinación, queriendo decir que la predestinación tiene dos lados: la elección y la reprobación, la salvación y la condenación.

Y que la manera en que Dios obra en ambos lados es de una forma simétrica: Dios obra en la vida de Jacob y obra en la vida de Esaú.

Ahora, también hablamos en términos de lo que llamamos decretos “positivo-positivo”. El esquema positivo-positivo luce así: Se diría que en el caso del elegido, Dios predestina a ciertas personas, como Jacob, para que sean salvas; que Dios garantiza su salvación al entrometerse unilateralmente en sus vidas y crear fe en sus corazones; y, en el caso de los condenados, Dios también predestina su condenación, de modo que Él se entromete en sus vidas creando maldad o incredulidad en sus corazones.

Entonces hay una acción positiva en las vidas de ambas personas, fe en la vida de un hombre e incredulidad en el corazón del otro. ¿Ves ahora lo que queremos decir con una postura “simétrica?

Esa posición ha sido muy rechazada por los agustinianos y los calvinistas. Esa no es la posición agustiniana. Algunos lo llaman ‘híper-calvinismo’. Creo que es un gran insulto hacia Juan Calvino llamarlo ‘híper-calvinismo’ ya que no es híper-calvinismo, es sub-calvinismo, o algo peor, anti-calvinismo. El híper-calvinismo significaría súper-calvinismo. Calvino no apreciaría esa nomenclatura particular. En cambio, la posición agustiniana es que la predestinación es ciertamente doble porque no todos son salvos y hay dos lados en eso.

Algunas personas son elegidas y otras no.  Entonces tenemos dos lados de la moneda y tenemos que lidiar con ambos lados del problema. Sin embargo, el esquema es “positivo negativo”. Lo que quiere decir es que, en el caso de los elegidos, Dios sí se entromete en sus vidas y produce soberanamente fe en sus corazones. Pero en el caso del resto de la humanidad, Él los deja a sí mismos.

Él no viene y crea maldad en sus corazones, o crea incredulidad en sus corazones; los pasa por alto, dejándolos a sí mismos; siendo la actividad de Dios aquí negativa o pasiva en vez de activa. ¿Ves la diferencia?

Aquí, en el caso del condenado, el condenado hace lo que desea hacer por cuenta propia. Dios no está creando una maldad nueva en sus corazones, ni nada por el estilo. Dios no los está forzando a la condenación. Él simplemente los está pasando por alto, dejándolos a lo que quieran. Pero la pregunta inmediata que surge es: ¿por qué Pablo dice aquí en Romanos 9 que Dios da misericordia a unos y a otros endurece?

Y el ejemplo clásico del endurecimiento por parte de Dios es el endurecimiento del corazón de Faraón en el antiguo testamento. Y ese es un ejemplo difícil. Solo tengo como un minuto y medio para responder a eso, intentaré hacerlo rápido.

Aún cuando hablamos de endurecimiento, debemos distinguir entre el endurecimiento activo y el endurecimiento pasivo, o lo que llamaríamos endurecimiento indirecto. Hay dos formas en que Dios puede endurecer el corazón de Faraón. Una es que podía descender, entrometerse en la vida de Faraón y crear maldad en el corazón de Faraón.

Para que Dios cumpla sus propósitos, Él podía hacer que Faraón peque. Pero si Él hace eso, entonces ¿qué? ¿Cómo podría Dios, si Él es justo y recto, forzar a Faraón para pecar y luego castigarlo por ese pecado?

Eso convertiría a Dios en el autor del pecado, lo que es un rotundo No-No, bíblicamente. Pero hay otra manera en que Faraón podía tener su corazón endurecido. Recuerda que Faraón es un pecador, todos somos pecadores.

Pero todos tenemos nuestro pecado algo controlado y restringido por cierta oposición a nuestro alrededor que nos impide ser completamente depravados. Cuando los hombres alcanzan niveles de poder donde quedan fuera de los límites de las restricciones normales, su capacidad de pecar aumenta libremente.

Quiero decir que lo único que impide que Faraón sea totalmente perverso es el poder restrictivo de Dios. Ciertamente no fue el gobierno de Egipto el que lo mantuvo bajo control. Solo las restricciones de Dios impedían que Faraón fuera más malvado de lo que realmente era. Si Dios quiere endurecer el corazón de Faraón, ¿Dios tiene que crear una maldad nueva?

Todo lo que tiene que hacer es quitarle las manos de encima y darle a Faraón el espacio que necesita. Y así es como el corazón de Faraón fue endurecido, que en sí mismo es un acto del juicio divino; un acto justo de juicio divino sobre él. Y el Evangelio hace lo mismo en las vidas de los condenados.  Mientras más personas escuchen el Evangelio y lo rechacen libremente, más se endurecerán sus corazones.

Y para que lo veas en este drama, Faraón endurece su propio corazón. Todo lo que Dios hace es remover las restricciones, por lo que Faraón es responsable del endurecimiento de su corazón. Entonces, de nuevo vemos que en este esquema, en el tema de la elección, todos los seres humanos han caído, todos son malos.

Dios da misericordia a algunos, como en el caso de Jacob y a los demás los deja a ellos mismos.  Ellos reciben justicia. Este grupo recibe misericordia para que Dios sea honrado y para que los propósitos de Dios puedan mantenerse.

R.C. Sproul es el fundador de Ligonier Ministries, el maestro principal de la programación de radio Renewing Your Mind, y el editor general de la Biblia de estudio Reformation

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La caída radical del hombre

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La caída radical del hombre

R.C.Sproul

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En nuestra última sesión del estudio de la predestinación, vimos el concepto del libre albedrío, y al final de la clase expuse algunas ideas que fueron presentadas originalmente por Jonathan Edwards y por San Agustín, con algunas referencias a Lutero y a Juan Calvino.

Pero con el debido respeto que les tengamos o no a esos grandes maestros de la historia de la iglesia, creo que todos reconoceríamos que ninguno de ellos individualmente, ni todos ellos colectivamente deben ser considerados autoridades infalibles de enseñanza.

Entonces, debemos continuar con el siguiente paso mientras examinamos todo el tema de la capacidad moral humana, o la falta de ella, y escuchar lo que nuestro Señor mismo enseña, porque aunque podamos estar en desacuerdo con Agustín, Lutero o Calvino o cualquier otro gran maestro, lejos de nosotros esté el oponernos a las enseñanzas de Cristo mismo.

Entonces, en esta sesión, quiero que prestemos atención a algunas declaraciones cruciales que hizo Jesús con respecto a la capacidad del ser humano, o la falta de ella.Pongamos atención, en primer lugar, al sexto capítulo del evangelio de Juan, donde Jesús dice en el versículo 65: “Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí si no se lo ha concedido el Padre.”

Ahora, veamos esta parte: “nadie puede venir a mí si no se lo ha concedido el Padre”.Las primeras dos palabras en esta oración: “nadie”, o algunas traducciones dicen: “ninguno”, “ningún hombre”, “ninguna persona”; si aplicamos las categorías de la lógica y las leyes de la inferencia inmediata, etc., vemos que esta afirmación es lo que llamamos un negativo universal.

Es decir, todo está incluido. Lo que Jesús está diciendo es que, sin excepción, no hay un ser humano que (sin importar lo que Él dirá de ellos), pero aquí es que pueda venir a Él a menos que le sea dado por el Padre. Entonces esto es un absoluto. Es un absoluto negativo y tenemos que entenderlo.

 

Ahora, la siguiente palabra también es crucial para nuestro entendimiento. Es la palabra “puede”. Nadie “puede”. Ahora, la palabra “puede” o al menos la palabra que se usa en el texto griego es menos ambigua que la palabra “puede” en español y que a menudo se confunden en su uso con otra palabra ¿cuál palabra? “Permiso”

Así es. Todos hemos sido corregidos. Recuerdo cuando éramos niños e íbamos al colegio, nosotros levantábamos la mano y decíamos: “Profesora, ¿puedo afilar mi lápiz?” Y ella contestaba: “Estoy segura que ‘puedes”. Pero, no tienes mi permiso.  Y ella aprovecharía esa oportunidad para enseñarnos esa lección que parece tan difícil de aprender: la diferencia entre el uso de la palabra “permiso”, que sugiere autorización y la palabra “puede”.

La palabra ‘puede’ describe capacidad. Entonces lo que este verso está diciendo es que, al decir “ningún hombre puede”, es como decir que nadie tiene la capacidad de hacerlo. Si digo que nadie puede correr a 50 kms. por hora, eso significa que nadie tiene la capacidad de correr a 50 km por hora o 500km por hora (no sé cuán rápido puede correr alguien).

Muy bien, ahora ¿qué es lo que nadie tiene la capacidad de hacer? ¿de qué habla Jesús? Nadie tiene la capacidad de “venir a mí”, nos dice. Permítanme hacer una pregunta:
¿Tiene el hombre, por sí mismo, según Jesús, la capacidad de venir a Jesús? No.

¿Tienen algunos hombres la capacidad de venir a Jesús por sí mismos? No. Ningún hombre puede venir a Jesús: “Nadie puede venir a mí si”. Vemos la cláusula que sigue, a la que llamamos condicional.

“Si” introduce una excepción. Y “si” apunta a lo que llamamos en filosofía una condición necesaria. Ahora, ¿qué es una condición necesaria? Un prerrequisito. Algo que tiene que pasar antes de que algo más pueda suceder. Eso es un prerrequisito.

Entonces, Jesús está diciendo que hay una condición necesaria que debe cumplirse antes que alguien pueda venir a Él. Ahora, ¿qué es lo que identifica en este verso como una condición necesaria para que alguien pueda venir a él? “si no se lo ha concedido el Padre.” Otras traducciones dicen: “si el Padre no se lo permite”. Otra traducción dice: “si no le fuere dado del Padre” Ahora, todas esas palabras no significan lo mismo. “Conceder” significa permitir. “Dar” significa entregar un regalo y “Autorizar” significa dar el poder. ¿Estamos?

Así que, tenemos aquí cierta ambigüedad acerca de cuál es esa condición necesaria. Y hay otra pregunta que aún está pendiente, y es que, si se proporciona una condición necesaria – no estamos hablando de venir a Jesús – en cualquier situación, si se proporciona una condición necesaria en una situación, ¿una condición necesaria garantiza que el resultado que deseas se llevará en efecto a cabo? No.

Por eso hacemos una distinción entre condiciones necesarias y condiciones suficientes. Una condición suficiente es una condición que, si se cumple, garantiza el resultado. Eso basta.

Un ejemplo de una condición necesaria sería en el caso de un incendio.  Si quieres iniciar un fuego, el oxígeno es una condición necesaria para que haya fuego. Pero la mera presencia del oxígeno no garantiza un fuego.

Ahora, si tienes un trozo de papel seco y abundante oxígeno y luego enciendes un fósforo y lo pasas por el trozo de papel, entonces tendrás un fuego ya que el fósforo encendido es una condición suficiente para encender el trozo seco de papel bajo esas condiciones, considerando que se haya cumplido las demás condiciones necesarias.

¿Comprenden entonces la diferencia? Entonces, lo que este versículo está enseñando es que, en términos de la capacidad natural del hombre, nadie tiene la capacidad, en sus propias manos de venir a Cristo si es que Dios no hace algo.

Aún no estamos seguros con exactitud qué es lo que Dios hace y tampoco estamos seguros que si Dios lo hace garantizará que las personas vengan. Lo único que sabemos es que lo que sea que Dios haga es una condición necesaria, un prerrequisito, ¿Ok? Algunos han saltado a otro versículo en Juan 6 donde Jesús dice: “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí”.

Y este sugiere que todos los que obtienen esa condición necesaria, de hecho vienen, pero no es exactamente así como esos dos versículos están relacionados. Veamos si somos lo suficientemente agudos como para ver la diferencia.

Jesús dice: “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí”. “Nadie puede venir a mí si no se lo ha concedido el Padre”. Casi suena como que todos los que se le han dado para venir, son aquellos que están incluidos entre los que el Padre le da al Hijo. Pero recuerda, por un lado, la entrega es para nosotros.

Por otro lado, la entrega es a Jesús, por lo que no podemos equiparar esas dos oraciones; a pesar de que creo que, de hecho, son paralelos.  Pero lingüísticamente no podemos probarlo. Por tanto, tenemos aún esta ambigüedad en cuanto a lo que debe suceder.

¿Cuál es la naturaleza de esta condición necesaria? Bueno, noten que Jesús aquí dijo que ya les había dicho eso, él está indicando que esto es una repetición.

Él entonces dice: “Por eso os he dicho”. Entonces, ahora Él mismo está repitiendo, veamos si podemos encontrar la afirmación anterior que es idéntica o parecida a esta afirmación a lo que Jesús se está refiriendo. Si vemos más arriba en el capítulo, encontramos otro negativo universal y otra afirmación sobre las condiciones necesarias y sobre la capacidad moral del ser humano.

Encontramos eso en el versículo 44. “Nadie puede venir a mí”(¿les suena familiar?) “Nadie puede venir a mí si no lo trae el Padre que me envió”. Esto no es tan ambiguo. Aquí la condición necesaria que Jesús señala es que el Padre atrae a alguien.

Entonces, ¿podemos decir esto, categóricamente, sin temor alguno a ser contradicho, de que nuestro Señor Jesús enseñó que es imposible que un ser humano venga a Él a menos que esa persona sea llevada por el Padre?

Ahora, debo añadir a estas alturas que tanto los de una perspectiva agustiniana como los de perspectiva semi-pelagiana concuerdan en que hay algún tipo de condición necesaria que Dios debe suministrar. Dios debe atraer a la gente, pero todavía hay un debate. Y el debate es: ¿Qué significa que Dios atrae? Ahora bien, el enfoque arminiano clásico de este enfoque, o semipelagiano, es que nadie puede ir a Jesús a menos que el Padre lo persuada o atraiga.

De nuevo, eso generalmente está ligado a alguna noción de gracia introductoria o a la influencia del Espíritu Santo para persuadir y atraer. Y la palabra “atraer” aquí se interpreta como que significa “conquistar o atraer”, así como la miel atrae a las abejas y las luces a las polillas; pero la idea es que el atraer que Dios hace es irresistible, y aquellos que responden a la persuasión, aquellos que responden a ser atraídos, son entonces redimidos, según el Arminianismo y aquellos que no responden al ser atraídos luego se pierden.

La interpretación agustiniana del versículo es que la palabra “atraer” significa más que simplemente “atraer o persuadir”. Ahora, veamos cómo esta palabra griega se usa en otras partes del Nuevo Testamento. Si abrimos nuestras Biblia en Santiago, el capítulo 2, versículo 6, veremos esta misma palabra griega usada en el Nuevo Testamento.

En el capítulo 2 del libro de Santiago, en el verso 6, leeré el versículo. “Pero vosotros habéis menospreciado al pobre. ¿No son los ricos los que os oprimen y personalmente os arrastran a los tribunales?”

Voy a pedirles que me digan qué palabra creen que se usa en este verso, que es exactamente la misma palabra griega que se traduce por la palabra “atraer” en Juan 6. ¿Alguien se anima? Vamos.

Ahora, veamos la interpretación semi-pelagiana. “Pero vosotros habéis menospreciado al pobre. ¿No son los ricos los que os oprimen y personalmente os ‘cortejan’ a los tribunales?” ¿Ok? Veamos otro. Miremos Hechos el capítulo 16 versículo 19, el cual voy a leer.

“Pero cuando sus amos vieron que se les había ido la esperanza de su ganancia, prendieron a Pablo y a Silas, y los arrastraron hasta la plaza, ante las autoridades.”

¿Podrías decir qué palabra en este texto es la misma palabra griega? Una vez más, es la palabra “arrastrado”. De nuevo, sustituye “seducido o persuadido”. “prendieron a Pablo y a Silas y los sedujeron hasta la plaza, ante las autoridades.” Este texto indica claramente un acto de fuerza al arrastrar a Pablo y Silas hacia la plaza. Esto te haría preguntar por qué los traductores usaron la palabra “atraer” en vez de la palabra “arrastrar”.

Solo puedo suponer, y trataré de decirlo en un momento, pero primero permítanme ir más allá.
Cada vez que tenemos dudas sobre el significado preciso de una palabra en las Escrituras, lo primero que hacemos es ir al griego, pero luego de ir al griego, todavía dependemos de la ciencia de la lingüística y la lexicografía a fin de tener una comprensión del significado de ese término al momento en que fue usado en la redacción de los documentos.

Creo que es seguro decir que, en el mundo académico, la fuente lingüística y lexicográfica más respetada que la iglesia ha tenido para el significado de las palabras griegas es el Diccionario Teológico del Nuevo Testamento Kittel.

En el Diccionario Teológico del Nuevo Testamento Kittel, la palabra traducida como ‘atraer’ en este texto, es definida por Kittel como que significa ‘obligar por superioridad irresistible”.

Debo añadir que los autores del diccionario eran todo menos calvinistas. Pero ellos reconocieron que lo clásico (es decir el significado de este verbo en el idioma griego) es “obligar”.

De nuevo, nos preguntamos, si ese es el caso, si la evidencia lingüística y lexicográfica tiene un peso tan grande como para que signifique algo que es convincente, ¿por qué los traductores, en varias traducciones, usan este término “atraer” cuando en otros partes ellos la traducen como “arrastrar”?

Bueno, cuando tienes una palabra como esa, a menudo la forma en que elijas traducirla estará determinada por el contexto. También, estará determinada, en cierta manera, por tu teología y tal vez, estoy suponiendo, podría ser que los traductores simplemente sintieron que sería ofensivo para los lectores de habla hispana el leer aquí: “Nadie puede venir a mí si no lo arrastra el Padre” o “a menos que el Padre lo obligue”.

Esa podría ser la razón por la que ellos escogieron no hacerlo. Pero, nuevamente, muchos traductores y equipos de traductores no son tan arbitrarios cuando están haciendo traducciones de la biblia.

Ellos tratan de ser lo más honestos y cuidadosos posible al traducir del griego al español. He estado intrigado por esto por mucho tiempo y creo que he encontrado la respuesta, les voy a contar una historia para ilustrarlo.

Fui invitado a debatir sobre el tema de la predestinación en un seminario Arminiano, es decir, el seminario era arminiano por auto reconocimiento y por sus estándares doctrinales.

Teníamos una relación cálida y amistosa con ese seminario y ellos sabían que yo no abogaba por la teología arminiana, y pensaron que sería bueno tener un debate frente a todo el cuerpo estudiantil y la facultad puesto que querían que sus estudiantes estén expuestos al otro lado, el cual yo representaba.

Y mi oponente, un oponente amistoso debo decir, en este debate en particular, resultó ser el jefe del departamento de Nuevo Testamento y mientras discutíamos este tema, él llegó a este versículo y cito el verso: “Nadie puede venir a mí a menos que el Padre lo traiga”

Y él estaba interpretando esto como “atraer o persuadir” Y yo rápidamente llamé su atención a algo que no creía necesario hacer ya que era un experto en Nuevo Testamento, y yo no. Le dije: ¿Qué pasa con el uso de esto en Santiago 2 y en Hechos 16? Y él aceptó que en efecto esos textos usaban la interpretación más fuerte del verbo y que el verbo podía ser traducido como “arrastrar”. Él lo Aceptó. Entonces pregunté: “Bueno, y ¿por qué usted insiste en que ‘atraer’ es menos convincente que la palabra ‘arrastrar’?

Él dijo: “Porque tenemos una instancia en donde este verbo se usa en el lenguaje griego clásico, como en un drama de Eurípides”, o algo de lo que nunca había oído hablar, donde dice: “Este es el verbo que los griegos usaron cuando sacaban agua de un pozo”.

Y él me dijo (yo estaba totalmente desconcertado, en realidad no tenía idea de eso). Él me dijo: “Así que ya ve, profesor Sproul, es un uso perfectamente legítimo al utilizar la palabra “atraer”, el dijo: “porque nadie arrastra agua de un pozo”.

Y el aire se paralizó, me sentí atrapado, es decir avergonzado, ya que ni sabía que eso ocurrió. Y yo dije: “Le concedo que uno no arrastra agua del pozo; pero Señor, ¿cómo saca agua de un pozo?

¿Usted se para en la parte superior del pozo y le dice: ‘agua, agua, agua ven ven’? ¿persuades al agua para que salga del pozo? ¿La cortejas para que salga el agua del pozo? o debes hacer algo que obligue al agua a ir contra la gravedad y llevarla a donde pueda ser usada?

Y ahora se rieron del otro lado y luego pasamos al siguiente versículo. Pero creo que esto, incluso esa referencia oscura en el idioma griego, subraya el hecho de que la fuerza de este verbo, es la fuerza de la compulsión divina.

Y si esto es cierto, entonces, diría que el verso y solo ese verso, son suficientes para terminar el debate para siempre, con respecto a la capacidad del hombre, o la falta de ella, para inclinarse por sí mismo a elegir a Jesucristo.

Porque Jesucristo mismo dice que ningún hombre puede hacerlo a menos que el Padre lo obligue a hacerlo. Y eso es agustianinismo puro, solo que fue afirmado antes de San Agustín.
Pero si eso no es suficiente con respecto a la capacidad del hombre, veamos un poco antes en el capítulo 3 del evangelio de Juan, donde Juan describe el encuentro de Jesús con el fariseo, un teólogo, Nicodemo, en el que dice en el verso 3: “Respondió Jesús y le dijo: En verdad, en verdad te digo que…” ¿qué indica la palabra?, ¿qué viene luego? Una condición necesaria: “que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios”

Ahora, ¿qué tiene que pasar según Jesús antes que una persona pueda ver el Reino de Dios? Tiene que nacer de nuevo. Entonces, la regeneración precede a ver el Reino de Dios. ¿Es esa una interpretación legítima de este pasaje?

De hecho, nadie puede verlo a menos que sea primero ¿qué? Nacido de nuevo, regenerado. Ahora, el texto continúa –Nicodemo está perplejo—“¿Cómo puede un hombre nacer siendo ya viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer? Jesús respondió: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios.

Entonces la regeneración es un requisito previo para entrar y ver el Reino de Dios. Los semipelagianos tienen personas que eligen a Cristo antes de regenerarse.  Los semipela-gianos tienen personas que en su naturaleza humana cooperan con la gracia introductoria, respon-diendo a este persuasión y atracción y atracción de Dios el Espíritu Santo, cuando el Espíritu Santo todavía no está en ellos ni los ha regenerado.

Entonces, la conclusión es que en la posición arminiana tenemos personas que aún no han nacido de nuevo para ver y elegir al Rey del Reino de Dios. Es increíble, ¿cierto?

Es por eso que el axioma de la teología agustiniana es este: la regeneración precede a la fe. La regeneración es vista como una condición necesaria para la fe, tal como Pablo lo enseña en Efesios 2, cuando dice que mientras estábamos muertos en pecado y transgresiones, Dios nos ha vivificado; es decir, nos ha hecho vivos en Cristo, ¿Ok? ¡Cuando estábamos muertos!

Y luego nos dice que, por lo tanto, es por gracia que somos salvos por medio de la fe y eso no es de nosotros, sino que es don de Dios. Así vemos que la fe es el regalo de Dios, que es el resultado de la obra de regeneración del Espíritu dentro de nosotros.

Que Dios mismo provee la condición necesaria para venir a Jesús. Es por eso que es “sola gratia”, solo por gracia, que somos salvos. Ahora Jesús dice: “Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te asombres de que te haya dicho: ‘Os es necesario nacer de nuevo’.”

Jesús está diciendo: ‘¿Por qué te sorprende esto? Eres un teólogo, Nicodemo. ¿No entiendes el punto fundamental de la naturaleza de la caída del hombre, que lo que es nacido de la carne, carne es?

Y en otras partes Él nos dice que la carne se beneficia de ¿qué? Nada. Pero si creemos que Dios nos atrae a Cristo, y todo lo que tenemos que hacer en la carne antes de nuestra regeneración es cooperar, o asentir a eso, si de hecho podemos cooperar y asentir a la gracia introductoria, hasta el final donde entramos en el Reino de Dios y somos redimidos para siempre.

Y lo hacemos estando aún en la carne, entonces te pregunto: ¿qué gana la carne? No solo algo, ¡todo! ¡tu salvación eterna! Ahora, el mismo Pablo habla de esto en el capítulo 7, perdón, el capítulo 8, versículo 7. Leamos desde el versículo 5.

“Porque los que viven conforme a la carne, ponen la mente en las cosas de la carne, pero los que viven conforme al Espíritu, en las cosas del Espíritu.

Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz; ya que la mente puesta en la carne es enemiga de Dios, porque no se sujeta a la ley de Dios, pues ni siquiera puede hacerlo”.

Ahora, el apóstol Pablo nos dice algo aquí acerca de la incapacidad moral del hombre en la carne. Él dice que el hombre en su estado caído, en la carne, es hostil a la ley de Dios. Y no obedece la ley de Dios, no está sujeto a la ley de Dios, ni tampoco ¿qué? ¡puede estarlo!

Entonces, ese hombre caído, dice el apóstol (¿no es cierto?) que no puede obedecer la ley de Dios. Y aquellos que están en la carne no pueden agradar a Dios.

Podría agregar que si Dios solo nos persuadió hacia Cristo y nos dejó tomar la decisión final, no puedo pensar en nada que agradaría más a Dios que el responder positivamente a esa persuasión y esa atracción.

Pero el apóstol nos dice que en la carne no hay nada que el hombre pueda hacer para agradar a Dios. Pero ahora aquí nos topamos con el punto crítico del verso 9. “Sin embargo, vosotros no estáis en la carne sino en el Espíritu”. ¿Cómo sabemos si alguien está en la carne o en el espíritu?

“Vosotros no estáis en la carne sino en el Espíritu” –la palabra siguiente es crucial—“si” ¿qué indica el si? Una condición necesaria. Correcto. “si en verdad el Espíritu de Dios habita en vosotros.” Ahora, ¿cuántas personas regeneradas tiene el Espíritu de Dios morando en ellas? Todas ¿cierto? Entonces, si eres regenerado, por consiguiente, ya no estás en la carne. Si estás en la carne, no eres regenerado. ¿Está claro?

Entonces, cuando habla de aquellos en la carne, se refiere a personas no regeneradas, son personas no regeneradas que no pueden obedecer a Dios, que no pueden o no están sujetas a Dios, que experimentan esta situación terrible de incapacidad moral de la cual venimos hablando.

Pero si en verdad el Espíritu de Dios mora en ti: “Pero si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de Él.” Continúa diciendo: ‘sin embargo, si alguno tiene el Espíritu de Cristo, el tal le pertenece a Cristo.’ Es así que el prerrequisito crucial para la salvación es una obra del Espíritu Santo, la cual es la condición necesaria, el requisito previo para que la fe esté presente.

Por eso es que insisto en que el primer paso de nuestra justificación, lo que nos aviva de la muerte espiritual y nos hace, nos permite venir a Jesús del todo, es la obra misericordiosa de Dios el Espíritu Santo y nunca es el fruto de la carne.

R.C. Sproul es el fundador de Ligonier Ministries, el maestro principal de la programación de radio Renewing Your Mind, y el editor general de la Biblia de estudio Reformation

http://www.ligonier.es