13/18 – Batallando contra el pecado

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Ester, “Mujer de Dios en el tiempo de Dios”

13/18 – Batallando contra el pecado

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Carmen Espaillat: Aquí está Nancy Leigh DeMoss.

Nancy Leigh DeMoss: ¡Miserable de mí! ¿Quien me libertará de este cuerpo de muerte? (Romanos 7:24) ¿Se sienten ustedes así a veces? Sé que yo sí. ¿Por qué sigo pecando cuando sé que no quiero hacerlo? ¿Cuándo sé que no debería? ¿Cuando no quiero hacerlo? ¿Por qué lo hago?

Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín. El pueblo de Dios a veces ha tenido que tomar sus armas y literalmente pelear contra el enemigo. Leemos historias como esas en el Antiguo Testamento. Vivimos en tiempos diferentes y no estamos siendo llamadas a tomar una espada pero, ¿acaso no se siente la vida a veces como una batalla? Nancy les va a ayudar a encontrar el coraje para enfrentarla mientras ella continúa en la serie Ester: Mujer de Dios en el tiempo de Dios .

Nancy: Bueno, la situación está a punto de cambiar rápidamente ahora que Dios está llevando a cabo Su plan para el pueblo judío. Pero no hemos llegado al final de la historia aún. Amán ha sido colgado. Este hombre malvado ya está fuera del palacio. El siervo de Dios, Mardoqueo, está ahora dentro del palacio, pero el edicto está todavía vigente. Dentro de nueve meses, los judíos serán exterminados si no hay ningún tipo de intervención.

Así que Ester vuelve donde el rey. Ella ha intercedido ante él por su pueblo y ella le ha pedido que revoque el edicto que el malvado Amán ha emitido y que traería como consecuencia la aniquilación de los judíos. El edicto sigue ahí. Ester le pide entonces que por favor revoque este edicto.

Ahora en el capítulo 8, en el versículo 7, tenemos la respuesta del rey.

Entonces el rey Asuero le dijo a la reina Ester y a Mardoqueo el judío,

He aquí, he dado a Ester la casa de Aman, y a él le han colgado en la horca porque intentó extender su mano contra los judíos. Vosotros, pues, escribid acerca de los judíos como os parezca bien, en nombre del rey, y selladlo con el anillo del rey; porque un decreto escrito en nombre del rey y sellado con el anillo del rey no puede ser revocado.

¿Qué significa todo esto? El edicto original, la ley original que determinaba la destrucción de los judíos no podía ser revocada porque era una ley de los medas y persas, y sus leyes no podían ser revocadas, ni siquiera el rey podía eliminar el decreto original. Así que él se encuentra atrapado. Él no quiere que el pueblo judío sea condenado. ¿Qué van a hacer entonces?

En lugar de revocar la ley, cosa que no se podía hacer, él les da a Mardoqueo y a Ester la libertad de emitir un nuevo edicto, un contra-edicto, que serviría para contrarrestar el decreto original para que los judíos se pudieran defender. Él le entrega a Mardoqueo su anillo y su nombre. Ahora Mardoqueo tiene el poder y la autoridad del nombre del rey, que es la única forma de acercarnos a nuestro Rey esto es, en el poder y en la autoridad del nombre de Jesús.

Versículo 9, “Y fueron llamados los escribas del rey en aquel momento en el mes tercero (es decir, el mes de Siván), en el día veintitrés”.

Ahora bien, esto es como 70 días luego de haber sido promulgado el edicto original de Amán. Han transcurrido un poco más de dos meses para que las ruedas de la justicia tomen su curso las ruedas de la justicia de Dios y para quitar a Amán del camino. Todavía quedan nueve meses para el día de la matanza para el día en que el edicto entre en efecto.

…Y conforme a todo lo que ordenó Mardoqueo se escribió a los judíos, a los sátrapas, a los gobernadores y a los príncipes de las provincias que se extendían desde la India hasta Etiopía, ciento veintisiete provincias, a cada provincia conforme a su escritura, y a cada pueblo conforme a su lengua, y a los judíos conforme a su escritura y a su lengua.

Y se escribió en el nombre del rey Asuero y se selló con el anillo del rey, y se enviaron las cartas por medio de correos a caballo, que montaban en corceles engendrados por caballos reales. En ellas el rey concedía a los judíos que estaban en cada ciudad el derecho de reunirse y defender su vida, de destruir, de matar y de exterminar al ejército de cualquier pueblo o provincia que los atacara, incluso a niños y mujeres, y de saquear sus bienes, en un mismo día en todas las provincias del rey Asuero, el día trece del mes doce (es decir, el mes de Adar). (Versículos 9-12)

El mismo día, el mismo mes en el cual el edicto original entraría en efecto, ahora hay un segundo edicto en el cual a los judíos se les ha dado el derecho ese mismo día para agruparse y defenderse, de saquear a sus atacantes, aunque como veremos, ellos sí se defendieron pero no saquearon a sus atacantes. Ahora habría una nueva ley que les permitiría unirse y defender sus vidas, sus familias, y sus posesiones.

Una copia del edicto que había de promulgarse como ley en cada provincia fue publicado a todos los pueblos, para que los judíos estuvieran listos para ese día a fin de vengarse de sus enemigos.

Ahora noten que la victoria de los judíos sobre sus enemigos no sería obtenida por decreto. No había decreto que pudiera revocar el edicto original. Más bien, ellos tendrían que tomar las armas. Ellos tendrían que defenderse a sí mismos. Ellos tendrían que declararle la guerra a sus oponentes.

Dios pudo haber intervenido sobrenaturalmente y haberles hecho triunfar sin una batalla, así como Dios lo había hecho antes en la historia de Israel. Pero recuerden la razón principal por la que los judíos estaban en Persia. Ellos estaban siendo disciplinados por Dios por su idolatría y por su alejamiento de Él. Creo que es posible que este conflicto fuera requerido como parte del castigo de Dios en las vidas de Su pueblo. Una forma de volver sus corazones a Dios y de hacerlos conscientes de su necesidad de Él.

Ahora, en esta historia del Antiguo Testamento creo que vemos un tipo de un principio poderoso del Nuevo Testamento y que necesitamos entender como creyentes que somos. Quiero tomar tiempo hoy para explicar esto lo mejor posible. Aman está muerto. Él ha sido colgado en la horca. Ya no está en el medio. Pero todavía hay una batalla que se avecina. Los judíos van a tener que pelear por su libertad. Ellos tendrán que librar una guerra contra sus atacantes.

¿No suena esto como la batalla entre la carne y el espíritu que nosotros como cristianos libramos? El hombre viejo esa vieja naturaleza que solo podía pecar, ese Amán en nosotros ha sido crucificado. Ese viejo hombre ha sido crucificado con Cristo, pero todavía tenemos que luchar contra el pecado que mora en nosotras.

Tú dirás, ¿Por qué tengo que librar batallas como esas dentro de mí? Si soy hija de Dios, porque tengo esta lucha con mi falta de dominio propio, con la auto-indulgencia, con mi lengua, con mi temperamento? Porque todavía estás en esta carne y todavía queda pecado remanente que quiere controlar tu vida. Desde ahora hasta el momento en que veas a Cristo, tendrás que batallar. Yo tendré que batallar contra mi carne.

¿Qué hacemos entonces en esa batalla? ¿Estamos sin esperanza? ¿Estamos indefensas? No. El libro de Romanos nos habla sobre dos leyes que existen en nuestra vida espiritual. La primera es lo que el apóstol Pablo llama la ley del pecado y de la muerte. Esto es como el primer edicto de Amán. Es un edicto que condena a muerte a cada hombre, mujer y niño que ha nacido. La paga del pecado es la muerte. El alma que peca debe morir. La ley del pecado y de la muerte. Esta es la ley que te mantiene derrotada moralmente y en relación al uso de tu lengua.

Pablo describe esta batalla en contra de la ley de pecado y de la muerte en Romanos capítulo 7. Permítanme leerte algunos versículos seleccionados de este pasaje. El apóstol Pablo dice:

Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo la ley de que el mal está presente en mí. Pues no hago el bien que deseo, sino que el mal que no quiero, eso practico.

¿Te identificas con eso? Porque ¡Yo sí!

Y si lo que no quiero hacer, eso hago, [dice Pablo] ya no soy yo el que lo hace, sino el pecado que habita en mí. Así que hallo esta ley cuando quiero hacer lo bueno, el mal está muy cerca (vv. 19-21).

¿Reconoces esa ley? Es la ley del pecado y de la muerte.

Pero Él continúa diciendo,

..Porque en el hombre interior me deleito con la ley de Dios, [esa es una señal de que eres es una hija de Dios, que quieres obedecer la ley de Dios. No quieres obedecer la ley del pecado y de la muerte. Hay una batalla. Esa es una señal de que eres una creyente.] Pero veo otra ley en los miembros de mi cuerpo [dentro de mí] que hace guerra contra la ley de mi mente, y me hace prisionero de la ley del pecado que está en mis miembros. [Ese viejo edicto sigue vigente] ¡Miserable de mí! ¿Quién me libertará de este cuerpo de muerte? (Romanos 7:22-24)

¿Alguna vez te has sentido así? Sé que yo sí. Porque… ¿Por qué continúo pecando cuando sé que no quiero hacerlo? ¿Cuando sé que no debería? ¿Cuando no quiero hacerlo? ¿Por qué lo hago? ¿Quién me salvará de esto?

Esa vieja ley la ley del pecado nos ata y no puede ser revocada. Pero alabemos a Dios; gloria, aleluya, gracias a Dios por Jesucristo, gracias a Dios por Su Evangelio ese viejo edicto ha sido sobrepasado por una ley más grande y más poderosa. A través de la muerte y la resurrección de Cristo, Dios puso otra ley en efecto. ¿Cuál es el nuevo edicto? Se llama la ley del espíritu de vida en Cristo Jesús.

Eso es lo que Pablo dice comenzando en Romanos 7:25. ¡Miserable de mí! ¿Quién me libertará de este cuerpo de muerte?

Gracias a Dios, por Jesucristo Señor nuestro.

Mardoqueo está ahora en el palacio. Cristo está ahora en el palacio. Él ha sido exaltado, Él es mi esperanza. Él ha promulgado un nuevo edicto que me da la habilidad de superar la ley de pecado.

Él continúa diciendo en el capítulo 8, versículo 1,

Por consiguiente, no hay ahora condenación ahora para los que están en Cristo Jesús.

Sí, ese viejo edicto sigue vigente , pero no, no tiene que controlar tu vida. Porque la ley del espíritu de vida en Cristo Jesús nos ha libertado de la ley del pecado y de la muerte.

Piense como la ley de la aerodinámica supera la ley de la gravedad. No elimina la ley de la gravedad. La ley de la gravedad sigue en efecto. Pero la ley de la aerodinámica supera la ley de la gravedad y le permite a un gran súper jumbo despegar y volar por el aire. Así es como la ley del espíritu de vida en Cristo Jesús trabaja en nuestras vidas, superando la caída, la gravedad; superando la ley del pecado y de la muerte.

De forma que esta nueva ley puesta en efecto en Cristo la ley del espíritu de vida anula la ley del pecado y de la muerte. Nos da esperanza el saber que no tenemos que permanecer derrotadas. Nos da poder para superar las ataduras del pecado en nuestras vidas. Nos provee la manera de conseguir victoria sobre el pecado y eso es algo que merece ser celebrado. El viejo edicto sigue en efecto, pero hay un nuevo edicto que nos da el poder para superar al viejo.

Ahora, en la próxima sesión veremos por qué los judíos respondieron como lo hicieron cuando oyeron la noticia del nuevo decreto. Significaba que ellos ya no estarían desamparados. Significaba que ellos tendrían una forma para resistir a sus enemigos. Significaba que su ayuda y liberación estaban aseguradas, aun antes de que ellos la experimentaran.

Eso es lo que la ley del espíritu hará en ti y para ti, como hija de Dios. Significa que tienes la forma de lograr la victoria, que tu liberación es segura. Significa que tienes una manera para resistir al Diablo. Significa que ya no estás indefensa. En Jesucristo eres libre para superar el pecado.

Carmen: La enseñanza de hoy por parte de Nancy Leigh DeMoss es de tanta ayuda para las batallas espirituales que enfrentamos día tras día. Nancy volverá para explicarles porqué debemos esperar que esta batalla se intensifique. Primero, oiremos de mujeres que han estado siguiendo esta serie de Ester: Mujer de Dios en el tiempo de Dios Ellas reflexionan sobre algunos de los temas que esta serie nos ha traído.

Mujer 1: Ester es un libro que trata muchos temas, podemos ver en él la soberanía de Dios, la provisión de Dios, la providencia de Dios, la liberación de Dios.

Dios obrando en individuos o en una nación, el orgullo humano, el valor de lo que uno cree, el planeamiento cuidadoso del plan que Dios ha puesto en nuestras manos, la hermosa obediencia de una mujer temerosa de Dios y celebración y fiesta.

En cuanto a la celebración por sus obras y su provisión puedo decir lo siguiente: Desde que nuestros hijos eran pequeños instituimos como familia la costumbre durante el tiempo de Navidad de hacer una lista de las peticiones de cada uno de nosotros, el veinticuatro antes de la cena dábamos gracias por las bendiciones del año que estaba a punto de terminar y el treinta y uno víspera de año nuevo hacíamos las peticiones para ese nuevo año.

Las peticiones iban desde la transformación de algún área de nuestro carácter, alguna lucha espiritual, algo necesario para la casa, el obtener buenas calificaciones, que Dios diera trabajo a papá o algún deseo que alguno tuviera y esto simplemente era maravilloso. Aún conservo algunas de las listas tanto de las peticiones como de las acciones de gracias y eso llevó a nuestra familia a reconocer nuestra total dependencia en la provisión y providencia de Dios a la costumbre de celebrar y recordar sus beneficios y bendiciones y a la vez traspasar a nuestros pequeños ya hoy adultos y de los cuatro tres ya casados con sus familias, la actitud cristiana de convertir cualquier preocupación o ansiedad en oración.

Las provisiones y bendiciones pasadas siempre nos dieron el ánimo para enfrentar los retos que se presentaban y aun hoy en día se nos presentan, con la total seguridad de que nuestro Dios siempre ayudará, liberará y capacitará.

Mujer 2 : Una de las cosas que más me ha llamado la atención al leer esa historia esta vez ha sido ver como el pueblo de Dios hombres y mujeres fieles como Mardoqueo y como Ester también experimentaron tristeza y temor, en el capítulo 4 dice que Mardoqueo rasgó sus vestidos y clamó con un grande y amargo clamor y es que con esa noticia no era para menos, la misma Ester dice que se llenó de dolor y otra versión dice temor cuando le reportaron sobre Mardoqueo.

Pero en ese mismo capítulo vemos como ellos recordaron quien era que estaba sentado en el trono y reinando sobre sus vidas y no permitieron que esas emociones les dominaran. En medio de su aflicción ellos demostraron con sus palabras y sus hechos que ellos estaban plenamente seguros de que el Señor estaba con ellos de que Él estaba atento a su clamor y que Él permanecería fiel a la promesa de preservar ese remanente de donde saldría el Salvador.

Yo creo que en estos casos parte de lo que el Señor puede estar enseñándome es que yo puedo experimentar tristeza sin que llegue a ser pecado, siempre y cuando esa tristeza no me paralice y no me olvide de quien esta orquestando esas circunstancias en mi vida con el propósito de acercarme más a Él.

Nancy: Gracias por compartirlo

Mujer 3: No pienso mucho de manera regular sobre la ira que experimento en mi vida pero como mamá, como esposa y como mujer creo que trato con la ira más de lo que creo. Fue realmente tan convincente darme cuenta como mi respuesta de ira no es más que un reflejo de lo que está sucediendo en mi corazón por poner mis ojos hacia mí, dentro de mí estoy sintiendo esa ira contra alguien en lugar de evaluar lo que Dios haciendo, en lugar de ver la maldad que hay en mi corazón y que está causando que yo actúe de esta manera y no ser receptiva a lo que Dios tiene para mí.

Por otra parte, la actitud con la que Dios ha estado trabajando últimamente en mi vida es el orgullo y Amán muestra un profundo orgullo, también encuentro que a veces sentimos cosas creciendo dentro de nosotros ¿de dónde sale todo esto? El Señor ha continuado mostrándome hoy que debo llegar a la raíz de todo el asunto, el orgullo es el problema, quizás otros no lo vean en mi, quizás nadie más lo vea, pero el Señor está trayendo convicción a mi propio corazón de que es orgullo y eso no es un juego, pero es bueno el tener esta convicción para así poder confesarlo y seguir adelante, y superarlo por medio de la sangre de Cristo que vence toda la maldad de nuestro corazón y así solamente podemos vivir la vida cristiana.

Nancy : ¿Algunas de ustedes se identifican con esto? Probablemente todas nosotras de alguna forma u otra.

Mujer 4: Es de mucha convicción para mí el saber que estamos en una batalla entre el reino de los cielos y el reino del hombre y entonces ver las armas que yo utilizo. Me encuentro usando la de avergonzar a otros, la manipulación, la ira, todo eso para hacer que mis hijos hagan lo que yo quiero que hagan. Igual hago con mi esposo, en lugar de utilizar las armas de la oración y el quebrantamiento; de la humildad y la sumisión. Fue de mucha convicción.

Mujer 5: En el estudio del libro de Ester Dios una vez más me muestra Su soberanía y Su providencia como el mueve los corazones de los hombres aun de reyes, continúa orquestando, se lleve a cabo hasta el último detalle, cuántas sorpresas nos llevamos.

Proverbios 21:1-2: “Dice como los repartimientos de las aguas así está el corazón del rey en las manos de Jehová a todo lo que quiere lo inclina’.

El Señor en Su soberanía nos concedió el regalo de tres hermosas niñas, al nacer la tercera yo quería tener otro bebé pues solamente tenía un solo sexo, intentar buscar el varón pero para mi sorpresa mi esposo Samir me dijo que él no quería tener más hijos. Eso no fue fácil para mí, busqué consejos y opiniones de mujeres piadosas y todas me decían que debía seguir el deseo de mi marido como dice la Palabra, oré por mucho tiempo y pataleé queriendo que el Señor cambiara el corazón de Samir y se cumplieran mis deseos, pero el Señor después de nueve años nos mandó un regalo hermoso, para nuestra sorpresa estaba embarazada, no lo podíamos creer Él tenía otros planes para nuestra familia.

Así que a las diez semanas de embarazo un sábado me dio un dolor muy fuerte y creía que tenía que ver con el embarazo, Samir me llevó de inmediato a la emergencia nos encontramos con el doctor que rápidamente pudo darse cuenta que el dolor venía de la vesícula después de sonografias se determinó que me tenían que operar. ¡Qué noticia! los médicos me hablaban de la posibilidad de perder el embarazo que la a anestesia tenía sus riesgos… En fin unos días de angustia y ansiedad, pero confiada en que el Señor sabría cómo sacarnos de todo eso. Solo nos quedaba orar mucho y esperar en Él como dice el salmo 32:10: “Mas al que espera a Jehová le rodea la misericordia”.

Al fin vimos la mano de Dios en todo, Su providencia y soberanía, la operación fue un éxito. Mi embarazo progresó normalmente y a los nueve meses nació nuestro hijo, un varón, Samir Julián de casi nueve libras. Él ha sido una gran bendición para toda nuestra familia.

Nada interfiere con los planes de nuestro gran Dios Jeremías 29:11 dice:

“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros dice Jehová pensamientos de paz y no de mal para daros el fin que esperáis”.

Nancy : Amén. Vamos Ester déjenme decirles algunas de ustedes no han estado con nosotras antes pero sí han estado ustedes saben de qué estoy hablando.

Cuando uno se detiene uno o dos días y se sumerge en la Palabra de Dios, como lo hemos hecho nosotras, esperen ser probadas. Quizás antes de la mañana y en las formas en que menos esperes.

Como sucede con una profesora. Cuando tú quieres saber si tus estudiantes aprendieron lo que se les enseñó, ¿cómo lo averiguamos? Le pasamos un examen. Dios ha sido nuestro profesor. El Espíritu Santo ha estado hablándonos sobre asuntos como el miedo, la fe, el coraje, la obediencia y la providencia de Dios. ¿Cómo vamos a aprender acerca de la providencia de Dios si nunca tenemos la oportunidad de tener que confiar en Su providencia?

Así que cuando estés cansada y tengas un día como el de hoy, en el que sientes que has estado disfrutando de la bondad de Dios y en el que, al llegar a la casa, encuentras que tu esposo tiene algo en la televisión que no puedes creer que él esté permitiendo que tus hijos vean, o si vuelves al trabajo o a la escuela mañana para sentir que tu mundo se está cayendo a pedazos… Es en momentos como esos que aprendes a confiar en la providencia de Dios.

El hecho de que estés de acuerdo con todo lo que fue dicho hoy en este programa no significa que hayas pasado la prueba. Esto se aprende cuando lo ponemos en práctica en el laboratorio de la vida. Así que prepárate para esto. Cuando falles —así como yo lo he hecho durante el estudio de Ester, cuando me encuentro viviendo las características de Amán y de Asuero— cuando falles, vuelve al Señor, vuelve a la Verdad, y aconseja tu propio corazón, y arrepiéntete si necesitas hacerlo.

Agradécele a Dios por Su paciencia por Su misericordia, y levántate de nuevo y sigue caminando, y toma el próximo paso de fe. Porque esto es un peregrinaje. Es un proceso. Pero quiero advertirte para que no pienses que has llegado al cielo hoy, porque no ha sido así, ni tu ni tu familia ha llegado allí aún.

Algunas de ustedes han sido probadas y se han visto en situaciones difíciles, con sus hermanas, mamás o hijas y es increíble como estas cosas son examinadas y probadas en el seno de nuestras familias y es ahí donde vemos si hemos pasado la prueba, este es el laboratorio de la vida así que no te sorprendas por esto, debes estar preparada para ello pero debes saber que Dios es capaz de guardarnos de pecar y de levantarnos cuando caemos.

Familias que conozco… Es asombroso como se ven estas pruebas entre las familias. Este es el laboratorio de la vida. Así que no te sorprendas por esto. Debes estar preparada para ellas. Pero debes saber que Dios es capaz de guardarnos de pecar y de levantarnos cuando caemos.

Carmen: Una advertencia y aliento de parte de Nancy Leigh DeMoss. En Dios encontramos toda la fortaleza que necesitamos para luchar contra la tentación. Nancy y algunas amigas han estado reflexionando sobre esta serie de Ester: Mujer de Dios en el tiempo de Dios , que tanto nos ha ayudado. El estudio de Nancy de este libro tiene tanto que enseñarnos sobre la ira, el coraje, y la perseverancia en tiempos difíciles.

Las mujeres que escuchamos hoy solo representan una fracción de las mujeres que han sentido convicción de pecado y que han sido fortalecidas por este estudio de Ester. Si deseas escuchar más programas como estos puedes visitar nuestra página AvivaNuestrosCorazones.com. Si te has perdido alguno de los programas de esta serie, puedes escucharlos gratuitamente aquí.

Ester y su pueblo atravesaron por momentos de gran sufrimiento. Mañana veremos algunos de sus buenos momentos, tiempos de gozo auténtico dado por Dios. Oremos ahora. Aquí está Nancy

Nancy: Gracias Señor por la ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús que nos libra de la ley del pecado y de la muerte. Que podamos vivir y celebrar esa victoria que es nuestra a través de nuestro Señor Jesucristo. En Su nombre oramos, Amén.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras fueron tomadas de la Biblia de Las Américas a menos que se cite otra fuente.

Tomado de: Aviva Nuestros Corazones

Todos los Derechos Reservados

Disponible sobre el Internet en: http://www.avivanuestroscorazones.com

12/18 – Un gran contraste

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Ester, “Mujer de Dios en el tiempo de Dios”

12/18 – Un gran contraste

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Carmen Espaillat: Nancy Leigh DeMoss dice que necesitamos quitar nuestros ojos de las otras personas y preocuparnos más acerca lo que Dios piensa.

Nancy Leigh DeMoss: Si vives para agradar a otros, tomarás decisiones equivocadas. Y como consecuencia de ello tomarás decisiones necias en tu vida. Pero si tu vida está motivada por el deseo de agradar a Dios en cómo te ves, cómo te vistes, cómo actúas, cómo hablas, con quien sales, con quien te casas, el trabajo que tienes, si tu motivación es agradar a Dios, si tu vida esta cimentada en convicciones, entonces estarás dispuesta a defender tu posición. Estarás dispuesta a ir en contra de la corriente, si fuera necesario. Tendrás el valor porque le temerás a Dios y no a los hombres.

Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.

Alguna vez has escuchado un debate sobre algún tema y te has preguntado, ¿Cómo es que dos personas pueden ver las cosas de forma tan diferente? Esto tiene que ver con las creencias fundamentales que las personas tienen en sus corazones. Hoy veremos cómo nuestras convicciones afectan toda nuestra vida. Aquí está Nancy, continuando con un estudio llamado Ester: Mujer de Dios en el tiempo de Dios .

Nancy: Cuando empezamos esta serie, las reté a leer repetidamente el libro de Ester y buscar tres cosas.

Las alenté a buscar a Dios y Sus atributos —y hemos estado viendo la providencia de Dios y Su soberanía a través de toda la historia.

Las alenté también a indagar sobre la lucha que se estaba llevando a cabo entre dos reinos: el reino del hombre y el reino de Dios. Creo que han podido ver cómo esta batalla se personificó en Amán y Mardoqueo. La batalla entre estos dos es realmente una ilustración de una batalla cósmica mayor.

Luego las animé a buscar los personajes involucrados y ver el contraste entre estos. En la historia de Ester hay dos grupos de personajes que no pueden ser más distintos. La diferencia entre estos es como la noche del día. Por un lado tenemos al rey Asuero y su malvado primer ministro, Amán. Este es un grupo de personajes, y ellos tienen muchas similitudes.

Pero por el otro lado, tenemos a Mardoqueo, el judío, y su prima Ester, la cual él crió como a su propia hija, y que se convirtió en reina. Mardoqueo y Ester son un par que tienen muchas similitudes, y son muy diferentes a Asuero y Amán.

En nuestra última sesión, vimos que Amán fue colgado en la horca que él mismo había hecho para Mardoqueo, así que ahora el malvado Amán está fuera del camino. En la providencia de Dios, Dios trajo a Amán su debido juicio.

De seguro no querrán perderse la emocionante conclusión de esta historia, pero antes de que veamos lo que sucede quiero hacer una pausa en medio de la acción y tomar este tiempo para contrastar estos dos grupos de personajes. Esto es solo un resumen de lo que hemos visto hasta ahora, para concentrarnos en analizar los dos tipos de personas diferentes.

Ahora, escuchen esto, piensen y pregúntense: ¿En qué lado de la página estoy yo, de qué lado de la columna quedo? ¿Tengo algunas de las características de Asuero y Amán? ¿O tengo las características de Mardoqueo y Ester? Puede que encuentres que tienes cualidades de ambos grupos . Vamos entonces a comparar a estos dos grupos de personajes.

Asuero y Amán eran ambos de descendencia real ambos descendían de reyes. Mardoqueo y Ester, por el otro lado, eran descendientes de nadie. Venían de un trasfondo humilde. Ester era huérfana. Era parte de una minoría de la población. Ellos no eran personas importantes.

Por un lado Asuero y Amán, tenían riquezas, poder, posición e influencia. Pero Mardoqueo y Ester empezaron sin nada. Ellos eran pobres. Ellos no tenían influencia, o por lo menos eso pensaban.

Asuero y Amán eran personas inseguras. Tenían miedo de perder el prestigio, de perder sus posiciones. Siempre tenían que estar afianzándose, controlando, con tal de mantener sus posiciones. Pero Mardoqueo y Ester no tenían nada que perder. De ahí que no tuvieran nada que temer.

Observen a Asuero y Amán en el tema del control. Ellos se sentían motivados a controlar a otros, y esto es lo que tienden a hacer las personas inseguras. Con tal de mantener su posición, tratarán de controlar a los otros. Pero Mardoqueo y Ester estaban dispuestos a estar bajo el control de Dios.

Visto una vez y otra vez que Asuero y Amán eran arrogantes, orgullosos. Pero por el otro lado vimos que Mardoqueo y Ester, eran humildes y sumisos.

Amán y Asuero y no tenían dominio propio. Y vimos esto de varias maneras. Se enojaban fácilmente cuando sus posiciones eran amenazadas o cuando no eran complacidos. Ellos eran indulgentes en cuanto a la bebida, en cuanto a sus hábitos alimenticios, mientras que por el otro lado Mardoqueo y Ester demostraron la gracia del dominio propio. Bajo la presión ellos mostraron moderación. Ellos eran personas estables. Ellos estaban firmes.

Vimos en las últimas sesiones que Ester atravesó por todo el complicado proceso de preparar dos banquetes, aquellos manjares, antes de siquiera decirle al rey lo que estaba en su mente. Qué duro es esto, cuando tienes algo en la mente, y entonces tener que esperar dos días para poder decirle a tu esposo… ¿No es cierto? Solo quieres decirlo y ya. Pero ella ejercitó el dominio propio.

Ella y Mardoqueo, cuando fueron provocados, y en medio de las amenazas, fueron pacientes. Fueron sumisos. Ahora, eso no significa que ellos no hicieron nada. No significa que ellos se quedaron quietos y callados. Había un tiempo para hablar, pero hasta que no llegara ese momento, ellos se controlaron. Y cuando hablaron, lo hicieron con mucho cuidado.

Asuero y Amán eran motivados por las opiniones de otros. Por lo que cuando el consejero del rey dijo, “Deshazte de la reina” el rey estaba ebrio —dijo, “Está bien, fuera Vasti”. Eliminada. Él actuó impulsivamente porque fue motivado por la opinión de otros. Le temía a los hombres. Su motivación era impresionar a los demás. Él vivió para complacer a los demás; mientras que Mardoqueo y Ester estaban motivados por principios. Sus vidas se caracterizaban por convicciones, y realmente no era importante para ellos lo que los demás pensaran.

Una vez Mardoqueo decidió, No voy a postrarme delante de Amán, dice que los que estaban a su alrededor, día tras día, le decían, “Necesitas postrarte; necesitas postrarte”. Él no se postraba. Él no iba a ser influenciado por las opiniones de otros porque su vida estaba cimentada, no en el temor a los hombres, sino en el temor a Dios. Su motivación era agradar a Dios, y como resultado él estaba dispuesto a sacrificar su reputación. Él y Ester estaban dispuestos a pararse solos, a ir en contra de la corriente.

Tenemos algunas mujeres así aquí. Déjenme decirles, espero que ustedes, las más jóvenes, cuando crezcan se conviertan en mujeres de convicción, en mujeres de coraje. Habrá hombres, amigos, personas en sus vidas, que las van a retar a hacer las cosas a la manera del mundo. Si viven para complacer a otros, tomarán decisiones equivocadas. Tomarán decisiones tontas. Y ustedes experimentarán las consecuencias como resultado de eso en sus vidas.

Pero si sus vidas son motivadas por el deseo de agradar al Señor en la forma como se visten, como actúan, como hablan, con quien salen, con quien se casan, el trabajo que tienen si su motivación es agradar a Dios, si sus vidas están basadas en convicciones, entonces estarán dispuestas a pararse solas. Estarán dispuestas a ir en contra de la corriente, si fuera necesario. Tendrán la valentía, porque temerán a Dios y no a los hombres.

Asuero y Amán protegían su propia reputación, su propia imagen; mientras que Mardoqueo y Ester protegían a otras personas.

Asuero y Amán estaban centrados ellos mismos y buscaban lo suyo; mientras que Mardoqueo y Ester estaban centrados en los demás. No eran egoístas. Esto fue lo que motivó muchas de sus acciones y decisiones.

El mundo de Asuero y de Amán giraba en torno a ellos mismos, pero Mardoqueo y Ester estaban alineados con los propósitos y el plan de Dios que eran aun mayores que ellos. ¿Y qué era esto? Preservar el linaje de Cristo, cumplir la promesa del juicio de Dios sobre los amalecitas. Hemos visto eso. De modo que el mundo no giraba alrededor de ellos. No se trataba de ellos. Ellos dicen, todo se trata de Dios. Es sobre Sus propósitos. Es sobre Su reino. Es sobre Su plan.

Asuero y Amán se percibían como el centro de atención. No solo pensaban que el mundo giraba en torno a ellos, sino que decían, Mi mundo soy yo. Mientras que Mardoqueo y Ester se dieron cuenta de que sus vidas eran solo una pequeña parte de un panorama mayor.

Amigas, hermanas, esto es importante. En la vida, si crees que tu mundo depende de cómo te sientes, cómo otros te traten, lo que esté pasando a tu alrededor, de cómo esté tu matrimonio, cómo estén tus hijos si eso constituye tu mundo, terminarás tomando decisiones egoístas y te convertirás en una mujer amargada.

Pero si reconoces que tu vida no es imprescindible, que es solo una pequeña parte importante para Dios, claro pero solo una pequeña parte en un mundo inmenso, eterno, infinito; de un plan cósmico grandioso de un Dios redentor, entonces estarás dispuesta a tomar tu lugar en este plan y decir, “Mi vida no tiene que ser perfecta. Lo que importa es que mi vida cumpla con los propósitos de Dios”.

Asuero y Amán se desligaron de la dificultad del pueblo. Mientras toda la ciudad estaba en confusión después de haber sido promulgado el edicto, Amán y el rey se sentaron a beber y a festejar. Sus vidas se mantuvieron al margen de la dificultad de los demás, pero Mardoqueo y Ester se identificaron con la dificultad de los demás.

Asuero y Amán veían sus posiciones como un medio para auto-exaltarse, pero Mardoqueo y Ester veían sus posiciones como un medio para servir a los demás e interceder; para intervenir en beneficio de la gente.

Asuero y Amán buscaban controlar a los demás, y como resultado, terminaron siendo controlados por los demás. Mientras, que Mardoqueo y Ester buscaban servir, y como resultado, terminaron siendo servido por otros.

Asuero y Amán eran impetuosos. Actuaron precipitadamente y luego se arrepintieron; mientras que Mardoqueo y Ester fueron comedidos. Fueron medidos en sus palabras en sus acciones. Ellos pensaban antes de actuar.

Asuero y Amán, como hemos visto, eran emocionalmente inestables. Ellos eran irracionales. Eran erráticos. Sus conductas eran impredecibles. Pero Mardoqueo y Ester eran emocionalmente estables porque sus vidas estaban cimentadas en Jehová Dios. Ellos eran cautelosos para manejar las cosas.

Y por último pero no menos importante, mientras observamos el contraste entre Amán y Mardoqueo, vemos en Amán a un hombre que se autoexaltaba y forzó a Dios a humillarle; mientras que Mardoqueo se humilló a sí mismo, y como resultado, Dios le exaltó.

Humíllense ustedes mismas delante de Dios, y en Su tiempo, Él les exaltará. (Parafraseado; Santiago 4:10, 1 Pedro 5:6).

Carmen: ¿Puedes creer que estos dos grupos de personajes sean tan diferentes? La pregunta más importante es, ¿cuál de estas personas se parece más a ti? Espero que hoy puedas pasar un tiempo reflexionando en esta pregunta.

Ya solo faltan tres semanas para nuestra primera c onferencia de Mujer Verdadera en Santo Domingo. Estamos orando que Dios derrame Su Espíritu en medio nuestro y que ese encuentro produzca frutos en abundancia en las vidas de las que participen allí. ¿Nos acompañarías a orar por este evento?

¿No encuentras que es más fácil empezar algo que terminarlo? Cuando Ester se acercó al rey Asuero, muchas cosas comenzaron a salir bien. Hubiera sido fácil para ella relajarse, pero su trabajo no había terminado. Aquí está Nancy.

Nancy : Oh, la diferencia que un día puede hacer. Estamos yendo a través de la historia de Ester, y vimos en el capítulo 7 que los judíos habían sido condenados a la muerte por el edicto del perverso Amán. Ahora Amán había recibido el juicio merecido, pero el edicto todavía estaba en efecto: En unos meses, los persas podrían matar, destruir y aniquilar a todos los judíos.

Cuando llegamos a los capítulos 8 y 9, vemos la continuidad de la soberanía y de la mano providencial de Dios en acción . Cuando Dios dice es tiempo de actuar , es tiempo de trabajar, ¡que rápido pueden cambiar las cosas! Esto es lo que vamos a ver en estos últimos capítulos del libro de Ester.

Vamos a comenzar por el capítulo 8, versículo 1: En aquel día… Este es el día en que Amán fue colgado de la horca, que irónicamente, pero providencialmente, él mismo había construido para Mardoqueo.

En esa misma horca, el mismo Amán fue ahorcado, y en ese mismo día el rey Asuero le dio a la reina Ester la casa de Amán, quien fuera el enemigo de los judíos. Y Mardoqueo vino delante del rey, porque Ester le había revelado lo que él era para ella [su padre adoptivo, su primo]. Y el rey se quitó el anillo que había recobrado de Amán y se lo dio a Mardoqueo. Y Ester puso a Mardoqueo sobre la casa de Amán (versículos 1-2).

¿Este es un cambio? ¿ O qué? Todo está diferente. En la situación en que parecía no haber esperanza, podemos ver ahora a Dios actuando. Él había estado llevando a cabo Sus propósitos. En tan solo unos instantes, Mardoqueo es elevado de su posición despreciada; la de un disidente, a una posición de preminencia, de poder e influencia. Él reemplazó a Amán como primer ministro del reino más grande del mundo, tal vez con una población de cien millones de personas.

En el capítulo 4, a Mardoqueo no le era ni siquiera permitido cruzar las puertas del rey, y ahora era traído directamente ante la presencia del rey. Anteriormente, Amán había utilizado el poder del anillo del rey para firmar un decreto para matar a Mardoqueo. Ahora Amán está muerto por un decreto del rey, y Mardoqueo está a cargo del anillo del rey. Todo está invertido, de afuera hacia adentro, y de adentro hacia fuera.

Mientras meditaba en este pasaje hace unos días atrás, un versículo del libro de Apocalipsis vino a mi mente, el capítulo 11. Pensé, “Esta es una excelente imagen en el Antiguo Testamento de la promesa que tenemos de lo que un día sucederá”. Dice así, “El reino del mundo ha venido a ser el reino de nuestro Señor y de Su Cristo, y Él reinará por los siglos de los siglos” (versículo 15). ¿Amén?

Esto es lo que va a suceder. En el libro de Apocalipsis, están todos estos capítulos sobre todas las cosas horribles acerca de Babilonia, la prostituta de Babilonia, y los reyes del mundo uniéndose en contra del Señor, amenazándole a Él y a Su pueblo. Hay tiempos de miedo de temblor y temor, y parecería como si el pueblo de Dios estuviera del lado de los perdedores. Pero entonces viene el rey cabalgando en Su caballo blanco. Y toma el control.

Mardoqueo es elevado al trono. Amán está muerto. Mardoqueo triunfa. Y ahora tiene el anillo, y el reino del mundo se ha convertido en el reino de nuestro Señor y de Su Cristo, y Él reinará por siempre y para siempre, amén.

Esta imagen extraída del Antiguo Testamento es solo un vistazo de la gran promesa que tenemos de que algún día no habrá reyes ni gobernadores malvados en este mundo. La justicia será exaltada. Todo pecado será abolido. Los pecadores serán condenados y juzgados, y Dios, que ha estado sentado en el trono todo el tiempo, será reconocido como el incuestionable Rey, Señor y Gobernador de todo el universo.

Vemos en esta historia algo mayor que esta historia misma. Es el panorama del gran plan de Dios.

Ahora, debido a que Amán era un criminal, de acuerdo a la ley persa, el rey tenía el derecho de confiscar todas sus propiedades y pertenencias. Y en vez de quedarse con ellas, el rey le dio a Ester la fortuna de Amán, convirtiéndola a ella en una mujer de increíble riqueza.

Esta pobre niña huérfana es ahora la reina y tiene una fortuna. En vez de ella quedarse con ella, Ester se la da a Mardoqueo y le asigna como supervisor de todo. Ciertamente Dios exalta al humilde, ¿no es esto cierto ? Esto es lo que vemos ilustrado en el libro de Ester. Espera en el Señor. A Su tiempo y a Su manera, Él arreglará todo lo que ha sido dañado.

Hermanas, amigas, esto no es cierto solo para Ester y Mardoqueo. Es cierto para ti. Es cierto para tu matrimonio. Es cierto para ese marido difícil. Es cierto para ese niño tormentoso. Es cierto para ese jefe imposible. Tú sé fiel y haz lo correcto, y en el tiempo, Dios te recompensará.

Esther habló de nuevo con el rey. Ella se postró a sus pies y lloró y le rogó para que evitara el malvado plan de Amán hijo de Hamedata, que evitara el complot que se había levantado en contra de los judíos. Cuando el rey levantó el cetro de oro a Ester, Ester se levantó y se paro delante del rey.

Y ella dijo,

Si le place al rey, y si he hallado gracia delante de él, si el asunto le parece bien al rey y yo soy grata ante sus ojos, que se escriba para revocar las cartas concebidas por Amán, hijo de Hamedata, agagueo, las cuales escribió para destruir a los judíos que están en todas las provincias del rey. Porque ¿Cómo podría yo ver la calamidad que caería sobre mi pueblo. ¿Cómo podría yo ver la destrucción de mi gente? (versículos 3-6)

Ahora, en este párrafo, vemos unos principios maravillosos en relación a la intercesión. Observa la intercesión de Ester en beneficio de su pueblo.

Primero que todo, ella persistió. Ella habló otra vez con el rey. Ella ya había hablado con el rey en una ocasión. Ella ya había descubierto el complot, pero habló otra vez. Ella no descansó con la muerte de Amán, porque aunque ella sabía que Amán había sido ahorcado, todavía tenían que manejar las ramificaciones de su malvado edicto.

Entonces ella continuó hasta completar su misión y fue delante del rey para suplicarle que revirtiera el edicto que anteriormente había emitido: “Todos los judíos serían aniquilados y destruidos”. Este edicto todavía estaba vigente, aun cuando Amán colgaba de la horca.

En el versículo 3, vemos también que ella fue intencional. Ella cayó a sus pies. Ella lloró. Ella le rogó. Ella fue intencional; porque esto le importaba. No creo que ella estuviera fuera de control. Creo que ella quería que él viera el fervor de su corazón.

Entonces, ella hace una petición justa. Otra vez, en el versículo 3, ella ruega al rey que anule el malvado plan de Amán y el complot que se había concebido en contra de los judíos.

En el versículo 4, vemos que a ella se le ha concedido el acceso. Escuchen, no se puede interceder ante el rey al menos que él te de acceso. Tú no puedes interceder ante el trono de gracia a menos que el Rey con R mayúscula te dé el acceso. Y lo más maravilloso del Evangelio es que en Cristo tenemos acceso a la misma habitación del trono de Dios. Por esto es que Dios dice en Hebreos, “Acerquémonos con confianza al trono de la gracia” (4:16). Entren, pidan en el nombre de Cristo, y se les dará.

Mientras, Ester se acerca al rey, ella no tiene un espíritu demandante. Sino que, ella tiene una actitud humilde y sumisa: Si le agrada… Si he hallado favor si le parece correcto… Ella no está demandando sus derechos. Ella está rogando, humildemente, y sumisamente.

¿ Es así cómo tú oras? ¿Tú demandas que Dios cambie el corazón de tu esposo? ¿Tú le demandas a Dios que cambie el corazón de tu hijo o de tu hija y que le traiga de vuelta? ¿Tú le demandas que te de el trabajo que tú quieres? ¿O demandas que tu esposo reciba un aumento? ¿ Demandas estas cosas a Dios como si fuera un derecho? O, cuando tú oras, ¿oras humildemente y sumisamente, Señor, si te agrada a Ti, si he hallado favor delante de Ti, si te parece correcto a Ti, podrías Tú concederme este deseo?

Ella hace una petición específica en el versículo 5: “Que se escriba para revocar las cartas las cartas concebidas por Amán para destruir a los judíos”. ¿Cuándo oras lo haces específicamente? O solo dices, “Señor, sácame de este lío”. ¿Qué es lo que quieres que haga Señor? ¿Cuál es tu petición? La intercesión necesita ser específica.

Entonces Ester se identifica personalmente con su gente. Ella misma está en juego aquí. En el versículo 6, ella dice, ¿Cómo podría yo ver la calamidad que caería sobre mi pueblo? O ¿cómo podría yo ver la destrucción de mi gente? ¿Ves? Ester no está contenta con haber salvado su vida y la de Mardoqueo. Ella no puede descansar hasta que sepa que su pueblo también está a salvo.

Creo que hoy en día es tan diferente para muchos creyentes que están contentos con disfrutar de su posición privilegiada en su relación con Cristo, mientras permanecen ciegos o indiferentes ante aquellos que gimen debido al peligro espiritual en el que se encuentran.

Charles Spurgeon lo dijo de esta manera, Trata esta receta: “Oh creyente, cuando estés tristes de corazón y en pesadez de espíritu. Olvídate de ti y de tus pequeñas preocupaciones y busca el bienestar y la prosperidad de Zion , y del pueblo de Dios. Cuando dobles tus rodillas en oración a Dios, no limites tu petición al estrecho círculo de tu vida, aunque esté en una prueba , sino que envía tu anhelo en oración por la prosperidad de la iglesia. Ora por la paz de Jerusalén, y tu alma será refrescada”.

Padre, unimos nuestros corazones en este momento clamándote a Ti por estas personas. Vemos la mundanalidad, la pecaminosidad, las ataduras pecaminosas, la impureza moral, la falta de modestia, la falta de respeto, el divorcio, las relaciones rotas entre padres e hijos.

Oh Dios, vemos estas cosas, no solo afuera del palacio, no solo en el mundo, pero también en la casa de Dios. Y , oh Dios, clamamos a Ti para que intervengas, tú no quieres Señor que ninguno perezca sino que todos vengan al arrepentimiento, retrasa el juicio de este mundo, dale tiempo a la gente de arrepentirse, ten misericordia, atrae los corazones de las personas hacia Ti.

Señor, oramos por Tu pueblo, por la iglesia, y decimos, ¿Cómo podemos soportar la confusión en que hoy están sumidas tantas de tus iglesias? Por eso oramos pidiendo, oh Dios ten misericordia. Escucha nuestras oraciones. Aviva los corazones de Tu pueblo para Tu gloria y por Tu reino. Oramos en el nombre de Jesús, amén.

Carmen: Amén. Siempre supe que el libro de Ester contiene una historia apasionante, pero las enseñanzas de Nancy Leigh DeMoss me han mostrado muchas verdades profundas que este libro tiene para explorar. Espero que hayas hecho una conexión con la historia y le des seguimiento a las cosas aquí aprendidas.

Después de estudiar el libro de Ester, no te sorprendas si tienes un examen. No un examen de lápiz y papel, sino un examen espiritual. Acompáñanos mañana en Aviva Nuestros Corazones.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss, es un ministerio de alcance de Life Action Ministries. Y mi mamá es una mujer verdadera.

Todas las Escrituras fueron tomadas de la Biblia de las Américas a menos que se cite otra fuente.

Tomado de: Aviva Nuestros Corazones

Todos los Derechos Reservados

Disponible sobre el Internet en: http://www.avivanuestroscorazones.com

11/18 – Una presentación persuasiva

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Ester, “Mujer de Dios en el tiempo de Dios”

11/18 – Una presentación persuasiva

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/una-presentacion-persuasiva/

Nancy: Pienso que en ocasiones la forma en la que abordamos a personas a las personas en posiciones de liderazgo, explica el porqué éstos no responden de manera positiva, y es porque no les damos la oportunidad de respirar. No les damos la oportunidad de pensar.

Lo mismo te pasa a ti cuando tus hijos se acercan, cuando te están atacando. Ellos te dicen, “No estoy de acuerdo con tu decisión. No debiste tomar esa decisión. Yo no tengo que hacer eso”. ¿Acaso hará esto que tu reconsideres tu decisión? Difícilmente.

Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín en la serie Ester: Mujer de Dios en el tiempo de Dios .

Nancy: Volvamos atrás por un momento. En la última sesión vimos que el rey no podía dormir, así que decidió leer las crónicas. Él se dio cuenta de que cinco años antes Mardoqueo le había salvado la vida, y que nunca se había hecho nada para honrarlo.

Así que dijo, ¿Quién está en la corte? Él quiere saber qué se puede hacer para honrar a este hombre.

Casualmente, al amanecer, Amán estaba parado justo afuera, en el patio interior. Podemos notar que esto es providencial ya que Amán acababa de construir una horca en la que quería eliminar a Mardoqueo. Él viene a solicitar el permiso del rey para hacerlo.

La agenda de Amán y la del rey son muy diferentes en ese momento. Pero Dios es el que está en control del tiempo en el que las cosas van sucediendo.

Así que Amán entra, y el rey le dice, ¿Qué se debe hacer para el hombre a quien el rey quiere honrar? Y Amán se dijo: ¿A quién desearía el rey honrar más que a mí? (Ester 6:6)

Así que vemos el orgullo de Amán. Vemos las evidencias de este sentimiento. Vemos como ha respondido con ira, con inseguridad, mencionando nombres de personas importantes, y haciendo alarde de sus logros y hazañas.

Él es un hombre arrogante, por eso es consistente con su que pensara: Él rey quiere honrar a alguien. Yo soy el hombre número dos en esta tierra. ¿A quién más pudiera el rey honrar que a mí?

Él es orgulloso, y termina haciendo el ridículo. Eso es lo que le pasa a la gente orgullosa. El orgullo termina haciendo que hagamos cosas ridículas.

Y Amán [pensando que el rey quiere honrarlo] le dijo,

Para el hombre a quien el rey quiere honrar [por supuesto, ese soy yo], traigan un manto real con que se haya vestido el rey, y un caballo en el cual el rey haya montado y en cuya cabeza se haya colocado una diadema real; y el manto y el caballo sean entregados en mano de uno de los principales más nobles del rey, y vistan al hombre a quien el rey quiere honrar, le lleven a caballo por la plaza de la ciudad y pregonen delante de él: Así se hace al hombre a quien el rey quiere honrar. [Por supuesto, ese soy yo] (Versículos 7-9).

Ahora bien, los plebeyos usualmente cabalgan en burros. Únicamente los hombres nobles y los ricos montaban a caballo. Tenemos que preguntarnos si el deseo de Amán de cabalgar en el caballo del rey era un intento sutil de alcanzar el trono. Yo pienso que es muy probable que Amán deseara ser rey, y estaba mirando esto como otro paso en esa dirección.

Pienso que él deseaba ser percibido por las personas como un posible heredero. Este es el hombre a quien el rey quiere honrar.

El rey, de hecho, fue asesinado diez años después. Así que iba a ser reemplazado; y pienso que Amán simplemente pensó, “Cuando el rey esté fuera del escenario, eso me pondrá en la posición de llegar a ser rey”.

¿Qué tenemos aquí? Ambición egoísta. Pura y simplemente eso es lo que es. Bueno, no es exactamente pura, pero es ambición egoísta.

Así que, el versículo 10, Entonces el rey le dijo a Amán… ¿Sabes algo? Algunas veces nosotros conocemos estas historias, y dejamos de experimentar un sentido de asombro al leerlas. Es por eso que ayuda volver atrás y escudriñar las Escrituras y decir, Dios, dame ojos frescos para ver esto. Colócate tú misma en esta situación, en los zapatos de Amán en este momento.

El rey le dijo a Amán,

Toma presto el manto y el caballo como has dicho [gran idea], y hazlo así con el judío Mardoqueo, que está sentado a la puerta del rey; no omitas nada de todo lo que has dicho (versículo 10).

¿Te puedes imaginar lo que le pasa a Amán en ese momento? Es decir, ¿Por qué estaba él en el palacio en ese momento? Porque él había venido a decirle, Ahorca a Mardoqueo. Y el rey le dice, “Date prisa y honra a Mardoqueo”.

Lo que quiero decir es que, si no fuera trágico, sería hasta cómico. No es cómico, pero es increíble. Es la providencia de Dios en acción.

Así que Amán tomó el manto y el caballo, vistió a Mardoqueo y lo llevó a caballo por la plaza de la ciudad, y pregonó delante de él: Así se hace al hombre a quien el rey quiere honrar (versículo 11).

¿Será verdad que aquellos que se exaltan a sí mismos serán humillados? Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra (Mateo 5:5). ¿Será verdad?

Es verdad. Y un recordatorio que vemos aquí es que, todo lo que puedas haber hecho para la gloria de Dios será un día recompensado. Así será. Permite que sea Dios Quien elija cuándo y cómo llegará la recompensa.

Mardoqueo obtiene su recompensa cinco años después de que la buena acción había sido hecha. Amigas yo sé que dijimos esto al principio de esta serie, pero como un recordatorio es probable que no haya una tarea menos agradecida que la de ser una esposa y madre; ser guarda del hogar.

Muchas de las cosas que tú haces día a día, fielmente, para servir a tu pareja, para servir a tus hijos, para bendecirlos, quizás algunas de ustedes enseñando a sus hijos en sus propios hogares… Quizás no estás viendo las recompensas ahora. Pero las verás. Las verás. Humíllate. Dios te exaltará a su debido tiempo.

Proverbios 18:12 (RV) nos dice, Antes del quebrantamiento se eleva el corazón del hombre. ¿A quién te recuerda este pasaje? Al arrogante de Amán. Pero antes de la honra es el abatimiento… ¿A quién se te parece este? Este es Mardoqueo.

Mardoqueo, quien se ha humillado a sí mismo constantemente, ahora comienza a ser exaltado por Dios. Y Amán, quién ha buscado con ansias reconocimiento, aplausos, comienza a resbalar hacia la humillación y la destrucción. El orgullo de Amán se convierte en su propia ruina.

Él se dice a sí mismo “¿A quién habría el rey de honrar más que a mí?” Y en este egocentrismo ciego, en realidad es él mismo quien establece las circunstancias que lo llevarán a su propia autodestrucción. Sin escapar a la providencia de Dios, él también establece, sin darse cuenta, la forma en la que serán exaltados aquellos que ha pisoteado y despreciado.

Así que el versículo 12 nos dice, “Después Mardoqueo regresó a la puerta del rey”. Una afirmación sencilla. No hay evidencia de que Mardoqueo se enorgulleciera por lo que pasó. Él simplemente regresó a su lugar para hacer su trabajo, ¿cuál era ese? Servir al rey. Él regresó a hacer lo que había estado haciendo todo este tiempo.

Pero Amán se apresuró a volver a su casa, lamentándose, con la cabeza cubierta (versículo 12). Ahora, él está avergonzado, apenado.

Por supuesto la gente sabía que Amán odiaba a Mardoqueo. Y acababa de ser humillado públicamente. Ha pasado todo lo contrario.

Cuando salió de su casa temprano en esa mañana, pensó que volvería a casa y que Mardoqueo estaría colgado en aquella horca para la medianoche. Ahora Amán regresa a su casa; su cabeza está cubierta; él está avergonzado.

Y Amán le dijo a su esposa Zeres y a todos sus amigos todo lo que le había acontecido (versículo 13).

Si te das cuenta, esta es una frase muy interesante. Amán no está asumiendo la responsabilidad por sus problemas. En lugar de esto se enfocó en lo “que me pasó a mí”, en lo que otros me hicieron. Se vio a sí mismo, pienso yo, como una víctima de sus circunstancias.

Déjame decirte y lo quiero decir con mucho cuidado, porque no es siempre el caso pero usualmente cuando las personas se sienten deprimidas o avergonzadas, como le pasó a Amán en esta situación, hay una tendencia a sentirse que son una víctima. Así que se lo dicen a todo el mundo, como hizo Amán. Él se lo dijo a su esposa y a todos sus amigos todo lo que le había acontecido.

Se lo dicen a otros. ¿Sabes lo que me pasó? ¿Sabes lo que me hizo mi esposo? ¿Sabes lo que mi ex-esposo hizo? ¿Puedes creer lo que le hizo a mis hijos? ¿Puedes creer lo que mi suegra me hizo? ¿Puedes creer lo que mi jefe me hizo?

Ellos siempre están culpando a otros— Ellos son libres para hablar, libres para decir. Esto es lo que me paso a mí, como si no tuvieran ninguna responsabilidad por “Lo que me pasó a mí”.

Ahora bien, yo espero no estar viendo más allá de lo que dice el texto, pero creo que es consistente con el carácter de Amán que él estuviera pensando de esa manera. Sabemos que siempre podemos conseguir que otra persona nos escuche contar nuestras tragedias.

No pretendo ser cruel, pero es muy fácil para nosotras estar siempre contando nuestras vicisitudes a cualquiera que quiera escucharlas. Con eso no quiero decir que las circunstancias de tu vida no sean difíciles. Pero algunas veces las dificultades en nuestras vidas son simplemente consecuencia de nuestras propias elecciones.

Nos colocamos en una situación que esta fuera de la voluntad de Dios. Hacemos una elección insensata. Actuamos con orgullo.

Te metes en un matrimonio que no es bíblicamente permitido; o te casas en contra del consejo y de la bendición de tus padres. Elijes un trabajo que no es la voluntad de Dios para ti.

Entonces tu vida termina en un desastre, y tú pretendes que todo el mundo se compadezca, cuando probablemente lo que necesitas decir es, “Estas consecuencias negativas que estoy experimentando ¿pudieran ser el resultado de algo que anda mal en mí? ¿Será mi orgullo? ¿Mi insensatez? ¿Mis malas decisiones? ¿Mis malas elecciones?”

A Amán le hubiera ido mejor si hubiera hecho eso en ese momento. Pero en lugar de ello, simplemente va y cuenta lo que le estaba sucediendo a él. Se siente que él es una víctima de sus circunstancias.

Entonces sus sabios y su mujer Zeres le dijeron, “Si Mardoqueo, es de descendencia judía, no podrás con él, sino que ciertamente caerás delante de él” (versículo 13).

Aquí Zeres asume una actitud fatalista. Ella no entiende la providencia divina.

Ahora, ¿qué pudo haber hecho Zeres en este punto? Ella pudo haber estimulado a Amán a humillarse a sí mismo, a asumir su responsabilidad, a arrepentirse. Y la historia pudo haber terminado de manera diferente.

Pero ella sí reconoció, como lo hicieron sus otros consejeros, que al final nadie puede destruir el pueblo de Dios. Tú no podrás vencerlo. Y en cuanto a eso ella tenía razón.

Aún estaban hablando con él, cuando llegaron los eunucos del rey y llevaron aprisa a Amán al banquete que Ester había preparado. (Versículo 14).

Capítulo 7, versículo 1: Y el rey y Amán fueron al banquete a beber vino con la reina Ester. Este es, por cierto, el sexto banquete en el libro de Ester. A ellos les gustaban las fiestas. Y es increíble algunas de las cosas que ocurrían alrededor de aquellas fiestas.

También el segundo día [este segundo día corresponde a la segunda fiesta], mientras bebían vino en el banquete, el rey le dijo a Ester, ¿Cuál es tu petición, reina Ester? Te será concedida. ¿Cuál es tu deseo? Hasta la mitad del reino, se te dará. Y respondió la reina Ester … (Versículos 1-3).

Esta es la tercera vez que el rey le ha dicho a ella, ¿Qué quieres? Y no es hasta la tercera vez, a pesar de que ella tenía esta puerta abierta de par en par …No es hasta ese momento que ella le dice lo que desea.

Recuerda, Dios ha estado orquestando las circunstancias. Si ella lo hubiera dicho más temprano, las cosas no hubieran estado en el mismo lugar ni hubieran acontecido de la forma en que sucedieron.

De manera que ella ha sido sabia. A pesar de que ella no sabe lo que Dios ha estado orquestando, ella ha sido sabia siguiendo la guía de Dios. Y finalmente, ahora es el tiempo.

“Entonces la Reina Ester respondió, Si he hallado favor a tus ojos, oh Rey, y si le place al rey, que me sea concedida la vida según mi petición, y la de mi pueblo según mi deseo.Porque hemos sido vendidos, yo y mi pueblo, para el exterminio, para la matanza y para la destrucción” (versículos 3-4).

Por cierto, esa formulación es casi idéntica a la formulación del edicto de Amán, de que los judíos podían ser destruidos, asesinados o aniquilados en ese día en el mes de Adar, once meses más adelante. Así que ella cita ese edicto para que el rey sepa exactamente a qué es que ella se está refiriendo. Ella dice,

Y si solo hubiéramos sido vendidos como esclavos o esclavas, hubiera permanecido callada, porque el mal no se podría comparar con el disgusto del rey (versículo 4).

Ahora, vamos a hablar por unos pocos momentos sobre la petición que ella le hace al rey cómo la hace y qué tiene de sabia su actuación.

Primero que todo, al leer este pasaje vemos que a pesar de su grave situación y circunstancias, a pesar del hecho de que esto era una emergencia,

Ester no se desmorona.

Ella no actúa como una arpía.

Ella no le ladra órdenes al rey .

Ella tiene su cabeza bien puesta. Ella es balanceada.

Ella no se ha comportado como una loca o histérica.

Ella está muy controlada.

Ella está bajo el control de Dios, y ha sido sabia en la manera en la que lo ha abordado. Ella le suplica humildemente al rey. Si he encontrado gracia ante tus ojos. Si le place al rey. Ella no aparece exigiendo sus derechos. Ella le habla con mucho respeto al rey.

Ella demuestra un respeto adecuado por su posición: Oh rey. Este es su esposo, pero también es el rey.

Así que ella le habla respetuosamente, sabiendo que ese hombre necesita ser respetado. Y ella sabe que si él se siente respetado, es más probable que honre la solicitud que ella le hace.

Ella pudo haber dicho: ¡Idiota! ¡No puedo creer que firmaste esto sin verificar bien de lo que se trataba! Quiero decir, solamente imagínate cómo hubiéramos manejado una situación similar. Nuestras palabras, nuestra actitud y comportamiento pudieron haber sido realmente como el de una mujer salvaje.

Entonces ella hace una última solicitud, una solicitud específica: Permite que me sea concedida la vida, y permite que la vida de mi gente sea concedida. Observa que ella no ataca a Amán inicialmente. Sino que ella apela al hecho de que su vida está en peligro, porque el rey ha mostrado su favor; el obviamente se preocupa por ella, y ella sabía que esto era algo que a él le importaba.

Si ella hubiera llegado atacando a su hombre número dos, el rey podía haberse ofendido. ¡No ataques a mi primer ministro! Pero en lugar de eso, ella hace la petición basándose en el hecho de que su vida está en peligro, pensando que eso sería una motivación para el rey. Y tenía razón.

Ella hace su solicitud en términos de la pérdida del rey, en lugar de la suya. Ella se enfoca en sus mejores intereses. Eso es ser una mujer sabia. Y mantén esto en mente, ella era probablemente una adolescente; no mucho mayor que eso, unos veinte años como mucho. Ella es una joven con mucha sabiduría.

Ella no lanza acusaciones contra el rey. En lugar de ello le hace una solicitud específica, humilde y respetuosa.

Te puedes preguntar al leer este pasaje: ¿Cómo apelo yo ante la autoridad en medio de una crisis? ¿Es así como luce mi actitud? ¿Soy humilde? ¿Soy respetuosa?

Cuando yo estoy en desacuerdo con mi esposo, cuando estoy en desacuerdo con mi jefe, cuando estoy en desacuerdo con el liderazgo espiritual de la iglesia a la cual asisto:

¿Es mi solicitud humilde?

¿Es respetuosa?

¿Hago peticiones específicas?

¿He pensado cómo puedo poner el asunto en términos que velen por el interés de ellos? O simplemente voy y digo, Esto es lo que ustedes hicieron, lanzando acusaciones, sin darles una oportunidad para respirar o para articular sus pensamientos y pensar sobre el asunto?

Pienso que en ocasiones la forma en la que abordamos a personas en posiciones de liderazgo, explica el porqué éstos no responden de manera positiva, y es porque no les damos la oportunidad de respirar. No les damos la oportunidad de pensar.

Lo mismo te pasa a ti cuando tus hijos se acercan, cuando te están atacando. Ellos te dicen, No estoy de acuerdo con tu decisión. No debiste tomar esa decisión. Yo no tengo que hacer eso. ¿Acaso hará esto que tu reconsideres tu decisión? Difícilmente.

Pero si tus hijos se acercan a ti de una manera humilde, respetuosa y específica, después que te recojan del suelo del susto, seguramente estarás en la disposición de reconsiderar lo que sea que hayas hecho.

Bueno, versículo 5:

Entonces el rey Asuero le preguntó a la reina Ester, “¿Quién es, y dónde está el que pretende hacer tal cosa?” Y Ester respondió, ¡El adversario y el enemigo es este malvado Amán!

Ella finalmente pone en evidencia a Amán. Ahora que tiene la atención del rey, ahora que él está viendo las cosas desde la perspectiva de ella, le dice, “Esto es lo que Amán ha hecho”. Ella expuso a Amán como realmente él era, algo que el rey no había visto hasta este punto.

Entonces Amán estaba aterrorizado delante del rey y de la reina (versículo 5). De repente Amán se da cuenta, Estoy en un problema grave. Se da cuenta de que está condenado. Está aterrorizado.

Déjame sencillamente decir que los malvados no se dan cuenta todavía, pero un día su fiesta va a terminar. Ellos tendrán que rendir cuentas al Todopoderoso, al Dios santo, a quien ellos han ignorado, a quien ellos han hecho oposición, y cuyos caminos ellos han rechazado. Cuando ellos escuchen el veredicto de culpable y ellos enfrenten la ira y el juicio final de Dios, ellos estarán aterrorizados. Es verdad.

Amán llegó a esta fiesta sonriendo, dándose un banquete, teniendo un tiempo alegre, pensando que estaba siendo honrado por el rey. Entonces se da cuenta de que la fiesta se acabó, y está aterrorizado. Y al final esa siempre será la manera como terminarán los malvados.

De repente el rey se da cuenta de lo que ha hecho. Él ha firmado impulsivamente la orden de muerte de su reina, y ahora está furioso con Amán, quien fue quien lo motivó a hacerlo. Así que el versículo 7 dice:

Y dejando de beber vino, el rey se levantó lleno de furor y salió al jardín del palacio; pero Amán se quedó para rogar por su vida a la reina Ester, porque vio que el mal había sido determinado contra él por el rey.

Él conocía a este rey. Él sabía como él era.

Y el rey volvió del jardín del palacio al lugar donde estaban bebiendo vino, mientras Amán se había dejado caer sobre el lecho donde se hallaba Ester (versículo 8).

¿Qué palabra te recuerda esto? Providencia. El tiempo de Dios. La orquestación de Dios.

Yo pienso que Amán estaba simplemente rogándole a Ester que tuviera misericordia de él, que le perdonara la vida. Pero mientras el rey entraba y vio esta escena, el rey dijo, “¿Aun se atreve a hacer violencia a la reina estando yo en la casa?” (versículo 8).

Ahora bien, ya sea que el rey creyera que realmente Amán estaba violentando a Ester o no pienso que quizás no— de todas maneras la escena le dio a Jerjes la excusa que necesitaba para firmar la sentencia de muerte para Amán, para deshacerse de él. Así que,

Mientras la palabra salía de la boca del rey, ellos cubrían el rostro de Amán. Entonces Harbona, uno de los eunucos que estaban delante del rey, dijo, “He aquí precisamente, la horca de cincuenta codos de alto está en la casa de Amán, la cual había preparado Amán para Mardoqueo, quien había hablado bien en favor del rey. Y el rey dijo, Ahorcadlo en ella” (versículo 8-10).

¡Una cosa más! Este hombre que salvó tu vida… Amán ha construido una horca; no solamente ha firmado la sentencia de muerte de la reina, sino que además ha construido una horca para ahorcar a su leal sirviente. El rey está harto. Y dice,

Colgadlo en eso. Colgaron pues a Amán en la horca que había preparado para Mardoqueo, y se aplacó el furor del rey (versículo 10).

Ahora, tenemos aquí un sencillo retrato del hecho de que todo enemigo de Dios y de Su pueblo al final será destruido y está escrito en las Escrituras. Es la ley del castigo divino. Ellos recibirán su parte. Ellos pagarán sus cuotas.

Escucha este pasaje del Salmo 7, y observa sino describe lo que hemos estado leyendo aquí sobre Ester:

He aquí, con la maldad sufre dolores, y concibe la iniquidad y da a luz al engaño. Ha cavado una fosa y la ha ahondado, y ha caído en el hoyo que hizo. Su iniquidad volverá sobre su cabeza, y su violencia descenderá sobre su coronilla(versículos 14-16).

Esa es la manera de Dios. Y es eso exactamente lo que Amán está experimentando aquí.

Segundo de Samuel capítulo 3, versículo 39 lo dice de esta manera: “¡Que el Señor pague al malhechor conforme a su maldad!”

Proverbios 22:8 dice, “El que siembra maldad cosecha desgracias”.

Es la ley de siembra y cosecha. Si tú siembras amargura , enojo , crueldad , dureza y egoísmo, eso es lo que cosecharás.

Por otro lado, aquellos que siembran misericordia, bondad y generosidad, a su tiempo, en su momento, cosecharán lo que han sembrado.

Ahora estamos tentados a ver las cosas como son en nuestro mundo, donde el malvado aparenta prosperar… Muchas veces parecería que el malvado está prevaleciendo, mientras que los piadosos parecieran estar oprimidos. Parecería que están siendo vencidos por los malvados.

Algunas veces cuando tú ves las cosas como están en el momento, te puedes desesperar sobre el desenlace final. No cometas el error de creer que las cosas siempre serán como son ahora. Lo cierto es que Dios está todavía en Su trono.

En Su tiempo Él corregirá todo lo incorrecto. Él reivindicará a todos los que son Suyos. Él revelará Su gloria en esta tierra. Él levantará al justo. Él ejercitará Su juicio sobre aquellos que se opusieron a Él y a Sus caminos.

El autor de himno lo expresa de esta manera:

El mundo es de mi Dios— jamás olvidaré que aunque infernal parezca el mal, mi Padre Dios es Rey.

El mundo de mi Dios ; y al Salvador Jesús hará vencer con Su poder por la obra de la cruz.1

Carmen: Este es el mundo de tu Padre. Tantas empresas, gobiernos, y grupos pueden hacer reclamaciones en algunos lugares de este globo, pero ciertamente le pertenece a Aquél que lo creó. El libro de Ester te recordará eso.

Aquí está Nancy para guiarnos en oración.

Nancy: Oh Padre, cómo esperamos el día cuando Tu Reino venga y Tu voluntad sea hecha aquí en la tierra como en el cielo. Ayúdanos en este día a sembrar semillas de justicia y a confiar en Ti de que a su debido tiempo seremos recompensadas.

Recuérdanos, cuando parezca que los malvados están imperando, que su día está llegando, y que Tú juzgarás al malvado. Y Señor, mientras tanto Tú eres paciente… No deseando que ninguno perezca sino que todos vengan al arrepentimiento.

Así que gracias a Ti por este espacio que Tú le has dado al malvado para que se arrepienta. Que así sea, oh Dios, para Tu gloria. En el Nombre de Jesús, amén.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

1 «Este es el mundo de mi Padre.” Maltbie Babcock

Todas la Escrituras fueron tomadas de la Biblia de Las Américas, a menos que se cite otra fuente.

Tomado de: Aviva Nuestros Corazones

Todos los Derechos Reservados

Disponible sobre el Internet en: http://www.avivanuestroscorazones.com

10/18 – Dios interviene en el momento preciso

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Ester, “Mujer de Dios en el tiempo de Dios”

10/18 – Dios interviene en el momento preciso

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/dios-interviene-en-el-momento-preciso/

Carmen Espaillat: Con nosotros Nancy Leigh DeMoss.

Nancy Leigh DeMoss: Cuando tu poder está enraizado en el orgullo en vez de la humildad y en un corazón de servicio te sentirás amenazada por cualquier persona o cosa que no puedas controlar. La gente orgullosa tiene que tener el control. La gente insegura tiene que estar en control. Tiene que ser a mi manera. Ellos tienen que controlar a la gente a su alrededor. Con eso solo están diciendo, ¨Soy orgullosa¨.

Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín. Es fácil leer sobre hombres malvados y ambiciosos de poder en las páginas de la historia y pensar, ¨Gracias Señor, que yo no soy así¨. Pero en la medida que Nancy nos ofrezca detalles sobre Amán, el villano en una clásica historia bíblica, tratemos de escucharla con un corazón humilde. Quizás la Palabra de Dios exponga algunas actitudes orgullosas en nuestros corazones. Ahora con nosotras, Nancy.

Nancy: Bueno en la sesión pasada vimos que Ester se había acercado al rey. Se le había dado la oportunidad para hablar. El rey le dice, “¿Cuál es tu petición? Pide lo que quieras, hasta la mitad del reino, y yo te lo daré” Todo lo que Ester dice es, “¿Podrían tú y Amán venir a una fiesta que he preparado para ti?”

Así que ellos vienen a la fiesta y aparentemente disfrutan de una gran cena y entonces el rey le dice de nuevo, “Ester, ¿qué quieres? Yo quiero dártelo”. Y ella le dice, “¿Podrían venir mañana de nuevo?” Ya hablamos sobre el increíble dominio propio de Ester al no precipitarse y dejar salir saber lo que había en su mente, sino esperar que a que Dios actuara.

Así que hoy retomaremos en el capítulo 5, versículo 9, cuando Amán se va de la primera fiesta que había compartido con Ester y Asuero. El versículo 9 nos dice, “Salió Amán aquel día alegre y con corazón contento”. Él estaba eufórico. Él fue el único que había sido invitado a esta fiesta con el rey y la reina.

Inmediatamente en el mismo versículo vemos un cambio dramático en el semblante de Amán y en su espíritu: “Pero cuando Amán vio a Mardoqueo en la puerta del rey y que este no se levantaba ni temblaba delante de él, Amán se llenó de furor contra Mardoqueo”. En el mismo versículo vemos a Amán gozoso y contento en su corazón por haber sido invitado a la fiesta y unos momentos más tarde estaba lleno de ira contra Mardoqueo porque éste no se había arrodillado ante él.

Esto nos indica que tenemos aquí un hombre inestable en sus emociones. Él no tiene dominio propio. En contraste, vemos a Ester con un dominio propio extraordinario. Hemos visto como ella está preparada para mantener sus emociones bajo control. Ella está preparada para mantener su lengua bajo control mientras trata con esta situación. Pero Amán es un hombre que no tiene control de sí mismo ni de sus emociones. Él es propenso a los extremos emocionales y eso sale relucir a través de esta historia. Pasa de la euforia a la desilusión muy fácilmente, y en este caso vemos ambas actitudes en el mismo versículo.

Más adelante en esta historia veremos otras instancias que ilustran los altibajos emocionales de Amán. Yo creo que la razón de estas emociones extremas es porque sus emociones, su sentido de bienestar está determinado por las circunstancias externas. Él está a merced de cómo la gente lo trata. Por eso es que él oscila tan rápidamente entre estas altas y bajas emocionales.

Todo depende de lo que esté pasando a su alrededor, de lo que le está pasando a él. De forma que cuando Ester lo favorece, su espíritu se encumbra. Cuando Mardoqueo rehúsa honrarlo, él cae en una depresión. Altas y bajas. Una montaña rusa emocional. Cuando él no puede obtener lo que quiere, se vuelve irritable e irracional. Cuando él es honrado y las cosas marchan a su manera, él está deleitado.

Esa no es la forma en que Dios quiere que vivamos. Te puedo decir que cuando tu vida, tu corazón y tu mente no están fundamentados en la soberanía y en los caminos de Dios, tus emociones estarán sujetas a lo que sea que esté próximo a suceder en tu vida. Tus emociones estarán sujetas a lo próximo que acontezca en tu día, en tu vida y en cualquier circunstancia que venga a tu vida.

La imagen que viene a mí cuando yo misma reaccionaba de esta manera- era que me sentía como un pequeño barco de papel que algún niño pequeño hizo y lo lanzaba al mar en medio de la tempestad y de las olas. Así serán nuestras vidas, y esa es la manera en que muchas mujeres viven, vulnerables a todas las tormentas, a todas las olas, porque sus vidas no están fundamentadas en la soberanía de Dios.

Cuando tú confías en el control, la dirección y la protección soberana de Dios en tu vida, cuando confías en que Él sabe lo que está haciendo y que está orquestando todos los eventos de este universo para cumplir sus propósitos, ¿cómo le llamamos a eso? Providencia. Cuando tu vida está fundamentada en la providencia no estarás a merced de estos acontecimientos en tu vida. Tu vida tendrá un fundamento sólido.

Amán, sin embargo, se contuvo, fue a su casa, y mandó traer a sus amigos y a Zeres, su mujer. Entonces Amán les contó la gloria de sus riquezas, la multitud de sus hijos, y todas las ocasiones en que el rey le había engrandecido, y cómo le había exaltado sobre los príncipes y siervos del rey. Y Amán añadió: Aun la reina Ester no permitió que nadie, excepto yo, viniera con el rey al banquete que ella había preparado; y también para mañana estoy invitado por ella junto con el rey.

¿Cuál es la palabra que describe lo que resalta en este discurso? Orgullo: O-R-G-U-L-L-O. Es el YO que se exalta en el orgullo. Vemos aquí a un hombre arrogante. Un hombre jactancioso, altanero, egocéntrico, se jacta de su bienestar, de su familia, sus logros, sus honores, de su exaltación, de la invitación de la reina. ¨Soy un VIP¨ (una personalidad importante). Esto es lo que él está diciendo aquí.

Él es el ejemplo de una persona insegura; de una persona que encuentra su identidad en el aplauso humano, en las personas que conoce o con quien se relaciona, o en lo que posee. Por eso mencionan nombres. Ellos tienen que asegurarse que todo el mundo conozca sus logros y sus éxitos. Ellos adquieren su identidad en ser promovidos y tener un buen salario, en manejar carros buenos, en vivir en casas grandes, en vestir con cierto tipo de ropa y en tener los hijos en cierto tipo de escuelas. Así es como obtienen su identidad. Eso es inseguridad.

Las Escrituras nos dicen que el orgullo precede a la destrucción y la altivez de espíritu precede a la caída. Esa es la manera inexorable de Dios. Cuenta con ello, y lo veremos ocurrir con Amán. El orgullo del hombre lo humillará, pero el de espíritu humilde obtendrá honores (Proverbios 29:23).

Así que Amán le hace este discurso a su familia. Luego en el versículo 13 dice, “Sin embargo nada de esto me satisface mientras vea al judío Mardoqueo sentado a la puerta del rey”. Nos podemos imaginar hasta su mandíbula firme, su rostro, su semblante endurecido. Tengo todas estas increíbles bendiciones excepto esta sola cosa, esta persona en mi vida, mientras esté ahí, mientras no me honre, yo no podré disfrutar de lo que tengo.

Su odio hacia Mardoqueo lo priva de disfrutar todas sus riquezas, sus logros. Él es un hombre amargado, lo que lo lleva a una obsesión por venganza. A pesar de su riqueza, a pesar de su posición, a pesar de su influencia, él se siente miserable debido a un pequeño don nadie a quien no podía controlar.

¿No es interesante ver cuán a menudo el objeto de nuestra amargura comienza a controlarnos? La persona a la que tú juras que nunca te parecerás, la persona que no quieres tener a tu lado, la persona con la que no quieres tener nada que ver. Puede ser tu madre. Puede ser tu suegra. Puede ser tu nuera. Puede ser un ex-amigo o un ex-jefe o una ex-pareja. Es increíble como esa persona empieza a controlarte. Tú no puedes disfrutar de lo que tienes. No puedes disfrutar de las bendiciones de Dios porque estás siempre pensando en esa persona, cómo te hirió, cómo te agravió, cómo no hizo las cosas a tu manera.

Cuando tu poder está enraizado en el orgullo en vez de la humildad y en un corazón de sierva estarás amenazada por cualquier persona o cosa que no puedas controlar. La gente orgullosa tiene que estar en control. La gente insegura tiene que estar en control. Tiene que ser a mi manera. Ellos tienen que controlar a la gente a su alrededor. Con esto solo están diciendo, “Soy orgulloso”.

Luego su esposa Zeres y todos sus amigos le dijeron a Amán, “¿te molesta tanto Mardoqueo?” Su mujer Zeres y todos sus amigos le dijeron: “Haz que se prepare una horca de cincuenta codos de alto, y por la mañana pide al rey que ahorquen a Mardoqueo en ella; entonces ve gozoso con el rey al banquete”. Y el consejo agradó a Aman, e hizo preparar la horca. (Versículo 14).

Así que él hizo esta horca para Mardoqueo de 50 codos de altura. Esto es 75 pies de alto, el equivalente a un edificio de 8 pisos. Ahora bien, no estamos seguros si la horca realmente era así de alta eso es casi una monstruosidad o si fue colocada en una colina o un edificio que la haría así de alta. De cualquier forma, era muy alta. Podría ser vista probablemente en toda la ciudad. Este era un lugar en el cual él quería hacer del ahorcamiento de Mardoqueo una exhibición pública.

Esto es lo que él hace. Él hace una horca. Él erige un mástil a sugerencia de su esposa. Zeres, su esposa de forma poco sabia, no animó a su esposo a pensar correctamente, a actuar correctamente. En lugar de ello, ella solo alimentó su necedad y su orgullo. Ella alimenta sus inseguridades y su inclinación pecaminosa. Ella lo habilita para continuar abriéndose paso hacia adelante en su necio orgullo. Y no se da cuenta que lo que le está proponiendo es preparar su propia horca.

¿Qué clase de consejos le das tú a tu esposo o a tu jefe o a tu amigo cuando ellos están empeñados o resueltos en hacer algo? Tú puedes dar un buen consejo o puedes dar un mal consejo. Digamos que es tu esposo quien llega a casa y se le ha ocurrido esta loca idea y está enojado por algo que pasó en el trabajo.

¿Alimentas su decisión equivocada y su pensamiento necio?

¿Tomas la ofensa para ti?

¿Le echas gasolina al fuego de su orgullo y de su ira?

¿O le hablas respetuosamente la verdad? Sin entrar en una discusión con él, le preguntas, “¿Has considerado . . .?” “¿Podría ser posible que . . .?” “Quizás deberías mirar las cosas de esta manera…” Dando consejo respetuoso y piadoso.

Sin embargo, en esta situación incluso Zeres cae de manera inconsciente en el plan providencial de Dios al decirle a Amán que construya la horca para Mardoqueo; y de nuevo aquí vemos en acción la Providencia de Dios con una P mayúscula.

Ahora, al pensar en este pasaje en el que hemos reflexionado hoy, parecería que las cosas se están poniendo peor. Si Ester y Mardoqueo supieran lo que estaba pasando, si ellos hubieran sabido lo enojado que estaba Amán, si ellos hubieran sabido que él estaba construyendo esa horca, quizás pensarías que ellos se hubieran asustado. ¡Esta situación está empeorando! Hemos orado. Hemos ayunado. ¡Pero esto no está funcionando!

Es ahí cuando necesitamos recordar que Dios aún está en control, que Dios está trabajando detrás de la escena, que Dios está ordenando de manera providencial todas las cosas para llevar a cabo Sus propósitos en esta situación. Dios dice que Él hará que aun la ira del hombre le alabe. ¿Cómo hace Él esto? No lo sé. Es un misterio, la Providencia es un misterio. Si nosotras pudiéramos adivinarlo, nosotras seríamos Dios. Pero no somos Dios.

Por eso es que tienes que confiar y recordar esto cuando estés atravesando ciertas situaciones en tu vida muchas de las cuales están enredadas y echadas a perder simplemente porque así es la vida en este planeta caído. Recuérdalo en tu casa, recuérdalo en la iglesia, recuérdalo en tu lugar de trabajo: Dios está en acción. Él está detrás de la escena. Él está orquestando los eventos. Él está causando que todas las cosas cooperen para el bien de aquellos que le aman y son llamados conforme a Su propósito . De eso se trata, es Su propósito llevándose a cabo. Su propósito completándose.

Así que no te inquietes. No te asustes. No te estreses. No manipules. No tomes las riendas. No trates de tomar las cosas bajo tu control. Actúa cuando Dios te diga que es el tiempo de actuar. Habla cuando sea el tiempo para hablar. Pero descansa y confía los resultados a Dios incluso cuando la horca esté siendo construida y pienses que esto te llevará a la destrucción. Dios aún está en control.

Carmen: Nancy Leigh DeMoss habla poderosamente sobre el contraste que existe entre la gente orgullosa y las personas quebrantadas. Ella nos lo acaba de mostrar enseñando del libro de Ester. Además, Nancy ha escrito de manera efectiva sobre este tópico en su libro, “ Quebrantamiento: El corazón que Dios aviva”. Este es un libro clásico de Nancy. No toma mucho tiempo leerlo pero el mensaje quedará contigo toda la vida. Compra tu copia hoy en tu librería cristiana favorita.

Vamos a regresar con la segunda mitad de la enseñanza de Nancy. La serie se titula “Ester: Mujer de Dios en el tiempo de Dios ”.

Nancy: Las personas que trabajan conmigo y viven cerca de mí a menudo me oyen decir, “Me encanta vivir bajo la Providencia de Dios” con P mayúscula. Esa es la providencia divina. Y eso es cierto para mí. A través de los años he buscado evidencias de la Providencia de Dios por doquier y sé que aun cuando yo no pueda ver evidencias de Su Providencia, Él está ahí.

La Providencia de Dios, Su cuidado vigilante y Su supervisión y vigilancia sobre todos los asuntos de este universo, y eso incluye todos los asuntos de mi vida. Todos los detalles. Todas las cosas que no tienen sentido para mí, sí tienen un sentido perfecto para Dios.

Bueno, no hay lugar en la Escritura en el que la Providencia de Dios sea más evidente que en el libro de Ester, aunque el nombre de Dios no es mencionado ni una sola vez en todo el libro. Dios es la mano invisible detrás de todos estos eventos y de estas circunstancias que parecen insignificantes y que ocurren en el momento preciso. Pero una vez tú conoces a Dios, te das cuenta que no hay insignificancia o suerte en esto. Todo está lleno de propósito. Dios es intencional. Él está obrando todas las cosas. Él está tejiendo el plan maestro. Él está orquestando las piezas para completar Sus propósitos.

Ahora, al llegar hoy al capítulo 6 del libro de Ester, vemos algunas evidencias frescas de la Providencia de Dios. Es una historia maravillosa, y una trama maravillosa. Leamos juntas comenzando en el versículo 1.

En esa noche . . . Ahora, ¿qué noche era esa? Es la noche de la primera fiesta que organizó Ester. Esa misma noche. Esa es la noche que Amán había ido a su esposa para decirle: No puedo soportar a este judío Mardoqueo. Y su esposa ha dicho, “Construye una horca”, y Amán construye la horca. Todo esto en la misma noche. En esa noche [esa misma noche] el rey no puede dormir. No sé si fue lo que comió en la fiesta, que comió mucho muy tarde o si estuvo bebiendo demasiado. Yo no sé qué fue pero sí sé que fue la Providencia de Dios.

Aquella noche el rey no podía dormir y dio orden que trajeran el libro de las Memorias, las Crónicas, y que las leyeran delante del rey. Y fue hallado escrito lo que Mardoqueo había informado acerca de Bigtán y Teres, dos de los eunucos del rey, guardianes del umbral, de que ellos habían procurado echar mano al rey Asuero. Y el rey preguntó: ¿Qué honor o distinción se le ha dado a Mardoqueo por esto? Respondieron los siervos del rey que le servían: Nada se ha hecho por él. (Ester 6:1-3).

Ahora ves toda una serie de eventos y factores aparentemente insignificantes que cooperan entre sí perfectamente. Providencia con P mayúscula. ¿Cuáles son las probabilidades de que en esa misma noche el rey no pudiera dormir? Bueno, Dios lo mantuvo despierto. Esa es la soberanía de Dios. ¿Y cuáles son las probabilidades de que en la misma noche en que no podía dormir él decidiera ayudar su insomnio con la lectura de algunas historias y crónicas, pero específicamente esa que él seleccionó?

¿Cuáles son las probabilidades —para este tiempo él habría tenido ya 12 años de reinado— que ellos hubieran seleccionado el libro preciso que trataba acerca del evento que ocurriera cinco años antes cuando Mardoqueo descubrió el complot para asesinar al rey? Lo que quiero decir es que de todas las crónicas del rey, ¿cuáles son las probabilidades de que esta fuera la historia que se leyera? ¿Coincidencia? No lo creo. Estamos viendo la Providencia de Dios. Estamos viendo la Providencia de Dios en cuanto a que cinco años después de la intervención de Mardoqueo es que esto llega a la atención del rey. De manera providencial Dios había demorado la compensación de Mardoqueo por su buena obra, hasta el preciso momento cuando esta gente necesitaba una liberación sobrenatural.

Esta tardanza hubiera podido ser algo que amargara a Mardoqueo todos estos años. ¿Sabes qué? Muchas de nosotras hubiéramos estado amargadas. Es más, algunas de nosotras todavía lo estamos. Tú quizás estás amargada por cosas que pasaron hace cinco años, hace quinc3 años, o hace veinticinco años. Tú no tienes que estar amargada. Tú puedes deshacerte de esta amargura cuando reconoces la Providencia de Dios. Él trata con todas las cosas a Su tiempo en Su tiempo, a Su manera.

Así que el rey dice en el versículo 4,

“¿Quién está en la corte?” Amán había entrado justo en ese momento a la puerta del palacio del rey para hablarle al rey sobre ahorcar a Mardoqueo en la horca que él había preparado para éste. Y el joven que servía al rey le dijo, «Amán está ahí parado en la corte». Y el rey dijo, «Déjenlo pasar”.

De nuevo, ¡¿Cuáles son las posibilidades?! ¡Ninguna! Son solo minúsculas e incalculables estas posibilidades porque no vivimos en un mundo de suerte. Vivimos en un mundo de Providencia. Así que Amán está en el palacio temprano en la mañana. Este es el lugar donde Dios obra en el momento preciso.

¿Qué tal si Amán hubiera llegado una hora más tarde? El rey hubiera encontrado otra persona en la corte y le hubiera preguntado a otra persona como honrar a Mardoqueo, pero no fue a otra persona. No fue una hora más tarde. Fue en ese momento. Puedo imaginar a Amán probablemente despierto toda la noche esperando el amanecer para ir al palacio del rey y decir, “Ahorquemos a Mardoqueo”.

Así que Amán entra al palacio preparado para dar su discurso de, “Ahorquemos a Mardoqueo”, pero antes de que él pudiera sacar palabras de su boca, en el momento preciso de Dios, el rey decidió pedirle a Amán consejo sobre cómo honrar a Mardoqueo.

Así que vemos que Dios está a cargo. Dios está a cargo. Él está a cargo de decisiones aparentemente insignificantes, agendas y planes; decisiones elecciones. No existe la suerte en este mundo. Es la Providencia de Dios. Algunas veces la puedes ver en acción. Y aun cuando no puedas verla, confía que Él aún está en acción.

Mientras meditaba en este pasaje, tomé un tiempo solo para pensar en retrospectiva a través del curso de mi vida. Traté de ver hacia atrás, aproximadamente 50 años, para hacer una cronología del obrar de Dios que ahora puedo ver más claramente en retrospectiva, a través del espejo retrovisor. Cosas que no pude ver en aquel momento, pero que ahora puedo ver, fueron claramente evidencias de la Providencia de Dios.

Yo pensé acerca de mi trasfondo. El hogar donde nací. La manera en que vine a conocer al Señor a los 4 años. Las oportunidades que tuve que la mayoría de personas en el mundo nunca experimentarían. Los libros que leí que tuvieron un impacto significativo en mi vida.

Hablando de leer las crónicas, cuando aún era una niña pequeña Dios puso en mis manos algunas biografías de misioneros; registros de avivamientos que me pusieron una carga y una pasión por el avivamiento. Fue la Providencia de Dios. Pensé en la gente que he conocido, gente a la que he estado expuesta, profesores que influenciaron mi vida, mentores que influenciaron mi vida.

Pensé en el primer trabajo al que apliqué un ministerio de una iglesia local y como fui rechazada. Estaba decepcionada, abrumada en ese momento. Mi orgullo había sido herido. No podía creerlo. No podía entenderlo. Bueno, ahora miro hacia atrás y cómo le agradezco a Dios porque pienso como todo el curso de mi vida habría sido diferente de no haber sido por esa desilusión y por otras desilusiones en mi vida. Pienso en maneras en que yo le he hecho daño a otros y he tomado decisiones tontas, pero como Dios en Su providencia ha gobernado y prevalece sobre esas situaciones.

Pensé en momentos donde Dios intervino en un tiempo preciso, y en los detalles cuando me llevó a un lugar donde había alguien que me escuchó hablar y como terminó siendo la persona que plantó las semillas para toda esta idea de la radio y de Aviva Nuestros Corazones. Miro hacia atrás y me maravillo de la Providencia de Dios.

Pienso en alguien a quien conocí 25 años antes que empezáramos la radio, él era un líder cristiano, una persona conocida, y fue a quien Dios terminó usando para que 25 años después me dijera, ¿Considerarías hacer un programa de radio? eso se convirtió en Aviva Nuestros Corazones. ¿Suerte?

Hace veinte y cinco años cuando conocí este hombre no tenía idea de por qué estaba en mi vida. No volví a verlo por 25 años. Pero un día recibí una carta de él. Él había pensado sobre un programa de radio para mujeres y Dios había puesto mi nombre en su corazón. ¿Suerte? No lo creo. Esto es Providencia, Providencia, Providencia total.

Déjame animarte a hacer lo mismo mira hacia atrás a través de tu vida y pídele a Dios que abra tus ojos para ver las evidencias de Su Providencia en tu vida. Escríbelas. Es buena idea ponerlo en tu diario para que puedas verlo y asombrarte y maravillarte ante la Providencia de Dios.

Después de haber visto hacia atrás, mientras ves hacia el futuro, mientras ves las situaciones en la que estás ahora mismo que parecen no tener esperanza y que son confusas, confía en que Dios está todavía trabajando, en Su providencia, para completar Sus propósitos en tu vida. Tienes que saber que un día mirarás atrás hacia el día de hoy quizás 25 años en el futuro. Quizás estés en el cielo, pero mirarás atrás y dirás: “Sí, ¡Él lo hizo lo correcto! Dios sabía lo que estaba haciendo. Él puso todas las piezas en su lugar. Él sabía por qué esa persona me lastimó. Él sabía por qué me casaría con esa persona. Él sabía por qué me dio ese niño. Él sabía por qué no obtuve ese trabajo. Él sabía por qué tenía que sufrir esa desilusión.

Dios no solo sabía sino que Él gobernó y prevaleció. Cuando tú no puedes ver la mano de Dios, confía en Su corazón y conoce que Su Providencia está siempre actuando a tu favor.

Carmen: Nancy Leigh DeMoss ha estado llevándonos a través del libro de Ester dando vida a esta historia y mostrando por qué es tan relevante aún en el día de hoy.

Algunas veces parecería que Dios permite que gente malvada se salga con la suya, pero cuando Dios actúa en justicia, Él realmente actúa. Escucha más sobre esto mañana.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries… ¡Y yo quiero que mi mamá asista a la conferencia mujer verdadera!

Todas las Escrituras fueron tomadas de la Biblia de Las América a menos que se cite otra fuente.

Tomado de: Aviva Nuestros Corazones

Todos los Derechos Reservados

Disponible sobre el Internet en: http://www.avivanuestroscorazones.com

9/18 – Hora de actuar

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Ester, “Mujer de Dios en el tiempo de Dios”

9/18 – Hora de actuar

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/hora-de-actuar/

Carmen Espaillat : Si Dios controla todo, ¿será que nuestro trabajo se reduce a ser simples robots despreocupados? Según Nancy Leigh DeMoss no es así.

Nancy Leigh DeMoss : La confianza en la providencia de Dios no significa que te sentarás cómodamente, sin hacer nada, a esperar que las cosas sucedan. Hay un tiempo para callar, pero también hay un tiempo para hablar.

Carmen : Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.

Si has estado siguiendo nuestra serie en el libro de Ester, sabrás que la semana anterior cubrimos el verso más famoso del libro. Mardoqueo envió un mensaje a Ester, que aún permanecía dentro del palacio, diciéndole que había que hacer algo. Los judíos debían hacerle frente a una crisis seria. Mardoqueo le dijo, “¿Y quién sabe si para una ocasión como ésta tú habrás llegado a ser reina?” Esto está en Ester 4:14.

Nancy : Hoy estudiaremos el capítulo 4, versículo 16, donde vemos la respuesta de Ester. Ella contestó a Mardoqueo diciendo: “Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunen por mí, y no coman ni beban en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente”.

De modo que entre Mardoqueo y Ester había este intercambio de mensajes, con el mensajero yendo de aquí para allá, del palacio de Ester hasta donde Mardoqueo, que estaba fuera de la puerta de la ciudad en cilicio y cenizas. Todos los judíos lloraban, lamentaban y estaban de luto, y ahora Ester sabía que había algo que ella tenía que hacer. Ella propuso en su corazón que actuaría, pero no actuaría enseguida. Primero dijo, “necesitamos ayunar”.

A propósito, cuando leo este versículo, pienso en el contraste con el capítulo anterior, el capítulo 3, en el versículo 15, después de que este malvado decreto fuera enviado, dice que el rey y Amán se sentaron a beber. Fueron al banquete y a celebrar. Sin embargo, cuando Ester escuchó estas noticias dijo: “ahora no es tiempo para banquetes y festejos. Ahora es tiempo para que estemos sobrios, fervientes en buscar al Señor, y ayunar”.

Ten presente que muchos de los judíos ya habían estado ayunando, esto lo vimos en el capítulo anterior, pero Ester dijo, “voy a unirme a ti en ayuno, y vamos a intensificar esfuerzos para no tomar alimento, de manera que podamos volver nuestros corazones al Señor”. Ester dice, “yo me uniré, mis siervas se unirán. Esto es un asunto serio”. “No es algo que podemos tomar a la ligera”.

Sé que el texto no indica explícitamente que la oración estaba implicada con este ayuno, pero pienso que no hay duda de que lo estaba. Ayunaban con el fin de volver sus corazones hacia Dios. Estaban desesperados, y creo que pedían a Dios valor, sabiduría y dirección, pidiendo que Dios les concediera el favor del rey, el corazón del rey, que interviniera de forma sobrenatural, ya que sabían que esto era lo que cambiaría la situación, y que nada más lo haría. Ésta era una situación que no se podía solucionar a través de medios ordinarios.

Es asombroso ver cómo Dios utilizó esta crisis para reunir, y podría decir, para restablecer los corazones de Su pueblo. Cuando ellos no tenían a dónde acudir sino a Dios… Y fue allí donde acudieron .

Mientras piensas en situaciones en tu vida que necesitan ser enfrentadas, medidas que deben ser tomadas, cosas que necesitan ser dichas, cosas sobre las que necesitas hacer algo al respecto; quizás una situación en tu hogar, en tu iglesia, tu comunidad, en la escuela de tu hijo. Puedo decir que esta historia sugiere que no siempre es correcto apresurarse a hacer lo que hay que hacer . A veces necesitamos detenernos y buscar primero al Señor. Esperar en Él. Pedir a Dios su dirección.

Haz lo que Ester y sus compañeros hicieron, y lo que llamó a hacer a todos los judíos. Humíllate. Eso es lo que ellos hicieron al ayunar. El ayuno es una muestra de nuestra humillación, reconoce nuestra necesidad de Dios. Detente y busca la dirección de Dios, busca su favor en la situación. Consigue otras personas que estén dispuestas a buscar el rostro de Dios contigo, así como lo hizo Ester. Éste era un ayuno corporativo, una oración corporativa, un arrepentimiento corporativo, una humildad corporativa. Ella sabía que no podía enfrentar la situación sola.

Hay épocas cuando le digo a mi asistente, “¿puedes ponerte en contacto con mis amigos de oración?” Ella sabe quiénes son, quienes están en esa lista. Estas son personas que han dicho, “nosotros queremos ser una parte del equipo de oración que te apoya, parte de tu grupo intercesor…” , “y cuando me dirijo a una grabación, o a una situación donde debo hablar en público, o a algún asunto con el ministerio, le digo si puede contactar a nuestros amigos de oración para que intercedan”. Sé que no puedo hacer esto sola, que necesitamos hacerlo juntos.

Esta no era una época para ocultar su identidad como judíos. Esta era una época para que el pueblo de Dios se diera a conocer y para unirse en esta batalla.

Es interesante que ella dijo, “Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa”. He estudiado este pasaje y los comentarios sobre el mismo, y entiendo que debía haber cerca de medio millón de judíos en la capital. Imagínate todos esos judíos juntos ayunando, rogando y buscando la intervención de Dios en esta crisis.

Imagínate si todo el pueblo de Dios hoy se reuniera, en tu comunidad, en tu iglesia, en la nación, para orar intensamente, detener lo que estamos haciendo y reunirnos en oración y ayuno para que los propósitos de Dios se cumplan.

Ayunar. En el proceso de iniciar Aviva Nuestros Corazones, realmente antes de que comenzáramos, había sido retada a tomar esta posición en este ministerio, y había rogado y buscado al Señor, junto a otros, durante aproximadamente 18 meses. Llegué a la conclusión que era algo que Dios quería que hiciéramos, pero quería estar realmente segura que esta no era simplemente la gran idea de alguien, que esta no era mi idea, sino que esta idea era de Dios. Sabía que si Dios estaba en esto, nos daría su gracia para llevar a cabo este llamado, y sabía que cuando los tiempos se tornaran difíciles, y como de hecho se ponen ocasionalmente, tenía que saber que esta era la dirección de Dios, y no que nos habíamos apresurado a hacer esto.

Previo a que tomáramos la decisión final para comenzar a hacer las grabaciones, tomé un tiempo para hacer ayunos, rogando, buscando el rostro del Señor. Fue durante ese tiempo que Dios utilizó Su palabra. Puedo todavía recordar el día exacto, donde yo estaba sentada, el pasaje de la Escritura que Dios utilizó en ese tiempo de oración y ayuno, mientras buscaba el rostro de Dios, y Él aclaró todo, “esto es lo que debes hacer”.

Es interesante. En ese primer año muchas veces sentía como que estaba debajo de un tsunami, sentía que iba a ahogarme, pero en los momentos más duros nunca dudé que estaba donde Dios quería que estuviera, porque sabía que habíamos buscado al Señor; habíamos rogado; habíamos ayunado, y Dios había confirmado que esa era Su voluntad.

Así que en la medida en que piensas en situaciones que pudieras estar enfrentando, o que necesitas enfrentar; un hijo o a una hija que está tomando decisiones incorrectas, un compañero, un jefe, un amigo, o una situación en la escuela con la cual debes lidiar, algo en la iglesia que te preocupa, por lo que dices “necesito hablar con el pastor sobre esto”. ¿Podría sugerirte que ayunes y ruegues antes de ir? Busca a Dios. Busca Su corazón, Su tiempo. Busca la dirección de Dios. Pídele que te dé las palabras correctas, y después ve.

Eso es exactamente lo que hizo Ester, a medida que continuamos en el versículo 16. Ella dijo, “…entonces iré al rey…” ¿Cuándo? Después de que hayamos ayunado y orado. Sin apresurarnos. Sin forzar la situación en las habitaciones reales, sino primero entrando a la presencia de Dios, yendo primero al trono de la gracia para decir, “oh, Dios, no podemos hacer esto sin ti. Muéstranos qué hacer. Danos el valor”. Ella sabía que debía ir, pero primero necesitaba tener el accionar de Dios, Su dirección, Su intervención a su favor.

De modo que ella dice, “Y así iré al rey, lo cual no es conforme a la ley; y si perezco, perezco. Y Mardoqueo se fue e hizo conforme a todo lo que Ester le había ordenado” (versos 16-17).

La resolución de Ester es, “iré al rey, después de que vayamos al Rey, Con R mayúscula”. Permítanme recordarles que la sumisión a la soberanía de Dios y la confianza en Su providencia, de la que hemos estado hablando en esta serie, no significa que te sientes cómodamente y no hagas nadaHay un tiempo para callar, pero también hay tiempo de hablar, y Ester sabía que éste era el tiempo de hablar; no de callar.

Entonces ella resuelve ir al rey. Ella sabe que el precio puede ser alto. Recuerda lo que dijimos anteriormente sobre la clase de hombre que era Asuero, él era el rey, el hombre con quien ella se había casado. Pero él era un hombre de mal genio, impetuoso. Era la clase de individuo que actuaba y después pensaba.

Ella sabía que el momento en que caminara a través del umbral de la puerta de su recámara, a menos que él sostuviera su báculo de oro hacia ella, habría una sentencia automática de muerte. Ella sabía eso, pero había llegado al punto de total abandono y entrega a los propósitos de Dios. “Si perezco, que perezca”.

Esto es un asunto de vida o muerte, y lo que ella está diciendo es, “estoy dispuesta a colocar mi vida para ser la mujer que Dios quiere que sea en esta situación. No tengo que sobrevivir. Tengo que hacer lo correcto”.

Pienso en el apóstol Pablo, quien en el capítulo 20 del libro de los Hechos, en el versículo 23 dice, “salvo que el Espíritu Santo solemnemente me da testimonio en cada ciudad, diciendo que me esperan cadenas y aflicciones”. No dice “sé que la gente recibirá mi mensaje” o, “sé que habrá gente que construirá grandes iglesias después de que yo vaya.” “Una cosa sé, me espera sufrimiento. Pero,” él dice, “mi vida no vale nada a menos que la utilice para hacer la obra que me asignó el Señor Jesús”.

¿Sabes por qué? Porque el asunto no se trata de Ester. No se trata de Pablo. Ni se trata de ti. Todo se trata de los propósitos del reino de Dios en este mundo.

Recibí un correo electrónico hace un par de días de una mujer. Y me tocó, y realmente ilustraba este pasaje. Ella hacía referencia a un testimonio que habíamos transmitido en Aviva Nuestros Corazones sobre una madre que tomó una importante decisión que requirió gran sacrificio, y ahora esta mujer que había oído el testimonio en el programa nos escribió diciendo:

Mis desafíos son cada día mayores, pero lo que está en juego es tan poderoso. Soy confrontada con preguntas como estas, » ¿Haré lo que quiero hacer para satisfacerme a mí misma en este momento? ¿O seré obediente a Dios y confiaré que ha prometido lo mejor para mí? ¿Viviré el momento o me sentiré bien? O ¿creeré que mi vida es una pequeña parte en un drama mucho más grande que dura toda la eternidad?”

Humanamente hablando cuando te pones en los zapatos de Ester es una situación desesperante, imposible, y ella lo sabía. Por eso ella entró a la presencia del rey, ella tenía un sentido claro de su misión. “He sido traída al reino, al palacio para un tiempo como este. Las palabras de Mardoqueo seguramente resonaban en sus oídos, de modo que ella tenía un sentido de destino, “yo fui creada para este momento.” Eso le dio la fe. Eso le dio el valor, y la voluntad de sacrificar su vida, si fuere necesario, por esta causa. “Si perezco, que perezca”.

Así que el capítulo 5, en el versículo 1 nos dice: “Y aconteció al tercer día que Ester se vistió con sus vestiduras reales y se puso en el atrio interior del palacio del rey delante de los aposentos del rey, y el rey estaba sentado en su trono real en el aposento del trono, frente a la entrada del palacio”.

Nota como ella se prepara para hacerle frente al rey. Ella se puso sus trajes reales. No pienso que es un detalle de menor importancia. Se puso su mejor ropa. Ella no se puso una bata de dormir y unas pantuflas. Se preparó para encontrarse con el rey. Quería eliminar cualquier distracción posible, lucir tan atractiva como fuera posible. Quería estar tan preparada como fuera posible. Ella deseaba estar vestida apropiadamente, y se acerca al rey sobre la base de la relación existente. Ella no era cualquier persona que iba a ver al rey. Era su esposa. Ella era la reina, y confía en que él la recibirá sobre esta base, aunque él no tenía que hacerlo.

Uno solo puede imaginarse y situarse en la escena, cuando ella entra en la sala del tribunal o en el palacio del rey; sin duda no estaban solos. Amán estaba probablemente allí ya que era el primer ministro. Los cortesanos y sus funcionarios y los que hacían negocio con él, éste era el mundo del rey, su entorno. Había sin duda mucha gente allí.

Ester se atrevió a caminar a ese lugar, quizás el silencio sacudió toda la gente alrededor por su visita. Contuvieron la respiración. “¿Qué sucederá?” Conocen al rey. Lo han visto perder los estribos. Lo han visto decir, “córtenle la cabeza.” Saben lo que él puede hacer. Saben de su cólera. Saben que no había sido llamada en 30 días. Al parecer ella no tenía su favor como lo tuvo una vez. “¿Qué hará el rey?”

Todos sabían que este era un momento de alto riesgo, y por esto, en medio de este drama casi podemos oír el redoble de los tambores aquí. Versículo 2, «Y cuando vio a la reina Ester que estaba en el patio, ella obtuvo gracia ante sus ojos». Este fue un suspiro de alivio enorme. Ester tuvo valor, pero el texto no nos dice que probablemente su corazón estaba latiendo a mil por minuto. Ella ganó el favor a los ojos del rey, y el rey extendió el cetro de oro que tenía en la mano. Entonces Ester se acercó y tocó la punta del cetro.

Amigas, este es un gran drama. Es asombroso. Humanamente hablando es asombroso. Pero lo que estamos viendo aquí es lo que nos dice la Escritura en Proverbios 21:1, «El corazón del rey está en las manos del Señor”; (parafraseado). Dios transforma su corazón, como los ríos, de la manera que Él le place. Dios le concedió favor para con el rey.

Aunque Asuero, o el rey Jerjes, era lunático e impredecible, no está fuera del control de Dios, y esta es la verdad en cuanto a los peores déspotas y tiranos de la historia . Esa era la verdad de Hitler, Idi Amin, Saddam Hussein, Fidel Castro, y es verdad de esos pequeños mini-tiranos que puedan ser parte de tu vida. El corazón del rey está en las manos del Señor.

El cetro de oro era un símbolo del poder del rey, de su favor, su autoridad, su protección. Proverbios 16 los versículos 14-15 nos dice:

“El furor del rey es como mensajero de muerte, pero el hombre sabio lo aplacará. En el resplandor del rostro del rey hay vida,
y su favor es como nube de lluvia tardía.”

Ester había buscado al Señor. Ella había entrado con sabiduría y valor y ahora la cara del rey habla de vida. Él dio su favor. El capítulo 5, en el versículo 3, dice: “Y el rey le dijo: ¿Qué te preocupa, reina Ester? ¿Y cuál es tu petición? Hasta la mitad del reino se te dará”.

No podemos comparar de ninguna manera al rey Asuero con Dios. No hay virtualmente semejanza entre los dos, pero pienso que podemos deducir lo siguiente al leer este pasaje: Aquí el Señor nos da un pequeño vistazo de la realidad del hecho de que Dios nos ha concedido el favor, la gracia, para entrar en su presencia. Él nos ha mostrado favor. Él dice, “ven a mi trono de la gracia. Pídeme lo que necesitas y te será concedido”.

Ester dice en el versículo 4, “Si le place al rey, venga hoy el rey con Amán al banquete que he preparado”.

Quiero traer un punto aquí sobre el libro de Ester y sobre otras historias bíblicas sobre todo a aquellas que son madres tenemos que tener cuidado y ser fieles al relato bíblico, tienes que tener cuidado en relación con tus niños de que estén aprendiendo las historias de la Escritura. Es mejor que las aprendan de la Biblia, que es donde realmente relata la verdad de cómo sucedieron los hechos.

Pero volviendo a la historia de Ester, ella dijo, “vengan hoy … al banquete que he preparado”. Pienso que ella entró sabiendo lo que iba a hacer, y que Dios le dio sabiduría, y una estrategia.

En los versículos 5-8, el rey dice:

“Traed pronto a Amán para que hagamos como Ester desea. Y el rey vino con Amán al banquete que Ester había preparado. Y mientras bebían el vino en el banquete, el rey dijo a Ester: ¿Cuál es tu petición? Pues te será concedida. ¿Y cuál es tu deseo? Aun hasta la mitad del reino, se te dará.”

Respondió Ester, y dijo: “Mi petición y mi deseo es: si he hallado gracia ante los ojos del rey, y si le place al rey conceder mi petición y hacer lo que yo pido, que venga el rey con Amán al banquete que yo les prepararé, y mañana haré conforme a la palabra del rey.”

Aquí ocurren cosas en dos niveles. En el nivel divino, pienso que Dios está refrenando a Ester de hablar lo que está en su mente, porque hay otra parte, que veremos en las sesiones próximas, que tiene que encajar primero, pero Ester no puede ver lo que está sucediendo.

Por otra parte en el nivel humano, pienso que lo que está sucediendo, y que incluso es admirable, es el dominio de Ester. Cuando estudio el libro de Ester, o pienso en su historia, esta es una de las cosas que llama más mi atención . ¡Pienso quizás que esto se debe a que yo hubiera actuado de forma muy diferente!

Aquí Ester está en el medio de una crisis. Es una situación enorme de emergencia, pero ella no saca a la luz lo que está en su mente. Ella no estaba sola. Ella sabía que Dios le había ayudado y le iba a mostrar cuál era (o no era) el momento adecuado; o cuál era el lugar correcto; o la situación correcta, así que ella fue paciente, estratégica, no manipuladora, sino estratégica y sabia en su acercamiento.

Pienso en cuántas veces enfrento situaciones donde sé que algo necesita ser dicho; sé que algo necesita ser hecho. Así que simplemente voy a la oficina, o tomo el teléfono y hago una llamada, y digo inmediatamente lo que estoy pensando. Puedo tener razón, pero quizás no sea el momento adecuado.

Piensa como te acercas a tu marido, a tu jefe, a tu compañero de estudios, o a uno de tus hijos respecto a una emergencia o a una situación de crisis, considera la propensión como mujeres de descargar o externar lo que hay en nuestras mentes. Piensa cuantas veces esa forma no funciona, y tú dices, “oh, cuánto hubiera deseado haber esperado. Ese no era un buen momento.” Ese es el valor de buscar primero a Dios y pensar antes de hablar. Ella fue sorprendentemente paciente y controlada.

Ella invitó al rey a un banquete —no una vez, sino dos veces. Recuerda que era un hecho conocido que Asuero amaba los banquetes, y ella estuvo justamente pensando en eso. Ella fue sensible a él y al Señor, permitiendo que Dios se moviera y que creara las circunstancias que mostrarían el obrar de Amán.

Déjame sugerirte aquí, también, que cuando tú estés tratando con el rey, o con una persona importante en tu situación particular, cerciórate de seleccionar tus batallas. Recuerda que Ester no se había acercado al rey en 30 días. Indudablemente en ese período había muchas otras cosas que ella pudo querer discutir con él, pero no lo hizo. Ella esperó por algo que fuera realmente importante. Puedo decirte que si te acercas a tu rey, tu marido, tu jefe, tu pastor respecto a cada cosa, cada preocupación trivial en tu vida, cuando vengas con una crisis genuina, ellos se van a desconectar y no te van a dar la importancia que requiere. Mantén la perspectiva en todo tiempo.

Eso no significa que no hables con tu marido sobre cosas insignificantes, pero como las mujeres tendemos a querer hablar de todo, te digo algo: no todo necesita ser dicho, escoge tus batallas, escoges tus conversaciones, pídele a Dios que te muestre cuando sea la hora de hablar, qué se debe decir , y cuándo debes traer a colación algo sobre la manera como están criando a los hijos, las cosas sobre sus vidas. No lo traigas todo. Pide que Dios te muestre qué traer, y cuándo traerlo.

Y jóvenes podría decir lo mismo para con sus padres. No traigas a colación cada asunto. No todo necesita ser traído a colación. Pídele a Dios te dé la sabiduría, la dirección, que te dé la sincronización, y que te ayude a ser sabia y estratégica en tu acercamiento a tu rey.

Carmen: Nancy Leigh DeMoss ha estado trayendo aplicaciones muy prácticas de la historia de una antigua reina persa. La historia de Ester te ayudará a confiar en Dios en todas las clases situaciones cotidianas. Espero que leas el libro de Ester durante la serie, Ester: La mujer de Dios en el tiempo de Dios, y espero que utilices nuestro panfleto de estudio llamado: “Ester: La reina exiliada” está disponible en inglés.

Este panfleto fue inspirado en las enseñanzas de Nancy y contiene muchas de sus citas. Puedes pasar tiempo reflexionando en las palabras de Nancy más detenidamente. Ester: La reina exiliada te llevará a profundizar más en su historia, te ayudará a entenderla mejor, descubrirás cosas nuevas, y la harás parte de tu vida.

Visita AvivaNuestrosCorazones. com y te diremos cómo obtener este recurso.

Hemos estado escuchando sobre el malvado Amán. En nuestra próxima entrega escucharemos sobre las motivaciones detrás de este plan asesino. Te ayudará a explorar y examinar mejor tus propias motivaciones.

Ahora aquí está Nancy de nuevo para orar que Dios nos conceda el mismo valor que le dio a Ester.

Nancy: Señor, gracias por el valor extraordinario que pusiste en el corazón de esta la mujer común y corriente. Gracias porque puedes poner valor en nuestros corazones. Ayúdanos a buscarte, a tener tu dirección antes de embarcarnos en situaciones. Antes de que hablemos, que podamos hablarte, conocer tu corazón, tu tiempo, tu guía clara, y que podamos tener el valor de decir, “Iré y haré lo que necesita ser hecho. Mi vida no importa. Lo que importa es que Tu voluntad sea hecha, y que Tu reino venga”. Que se haga en este día, Te ruego. En el nombre de Jesús, amén.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Toda la Escrituras fueron tomadas de la Biblia de Las Américas a menos que se cite otra fuente.

Tomado de: Aviva Nuestros Corazones

Todos los Derechos Reservados

Disponible sobre el Internet en: http://www.avivanuestroscorazones.com

7/18 – El dilema de Ester

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Ester, “Mujer de Dios en el tiempo de Dios”

7/18 – El dilema de Ester

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/el-dilema-de-ester/

 

Carmen Espaillat : De acuerdo a Nancy Leigh DeMoss, en la historia de la reina Ester, las cosas se están poniendo bastante difíciles cuando. . .

Nancy Leigh DeMoss: Dios escoge el tiempo que se ve más oscuro y parece más desesperado para mostrar Su poder y Su gloria.

Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.

La industria del entretenimiento está lista para ofrecerte diversión en cualquier momento y en cualquier lugar. Es cierto que la Biblia nos llama a una vida de profundo gozo, pero en ocasiones es apropiado estar de luto. Nancy nos describirá uno de esos tiempos para llorar mientras continúa con la serie de Ester: Mujer de Dios en el tiempo de Dios .

Nancy: Si estuviste con nosotras en la última sesión, recordarás que el rey Asuero y su primer ministro, Amán, que era un hombre malvado y despiadado, acababan de emitir un edicto donde declaraban la aniquilación total de toda la población judía en el imperio persa. Este fue un intento masivo de destruir al pueblo de Dios y, humanamente hablando, parecía como si su malvado plan fuera a funcionar.

Ahora bien, ¿no es interesante que a veces aquellos que causan el mayor daño en este mundo y en el reino de Dios no tienen ni idea de lo que han hecho? Ni idea.

Hoy llegamos al capítulo 3 de Ester, justo después de que este decreto fuera enviado por los mensajeros a todo el imperio. El versículo 15 nos dice: Y mientras el rey y Amán se sentaron a beber, es decir, se sentaron a tener otro festín, otra fiesta, la ciudad de Susa [la ciudad capital del imperio persa] estaba consternada.

¿Acaso no es justo eso lo que está sucediendo a nuestro alrededor? Muchas veces el pueblo de Dios y nuestra cultura están confundidos y consternados, mientras los que están causando el daño están de fiesta, jugando y bebiendo- totalmente ajenos a lo que está sucediendo.

Y a propósito, eso me hace recordar Proverbios capítulo 31 los versículos 4-5, donde dice:

No es para los reyes beber vino, ni para los gobernantes desear bebida fuerte; no sea que beban y olviden lo que se ha decretado, y perviertan los derechos de todos los afligidos.

¿No se aplica esto aquí? Es una necedad que el rey Asuero y Amán estén bebiendo, totalmente ajenos al impacto y a las consecuencias de sus acciones. Ellos están fuera de tino, mientras toda la ciudad está en total confusión.

Tú dirás: ¿Por qué dices toda la ciudad si son solo los judíos que van a ser ejecutados? Bueno, ¿no crees que la ciudad estaría pensando?: ¿Qué será lo que está pasando para que se produzca tal odio y veneno contra los judíos? Y si ahora son los judíos, ¿quiénes serán los próximos? Así que toda la ciudad está confundida.

Mientras todo esto está sucediendo el rey y Amán están bebiendo, la ciudad está en total confusión- y ¿qué está haciendo Dios? Tenemos que recordar que a Dios esto no lo tomó por sorpresa. El ardid de Amán no agarró a Dios desprevenido.

Dios en ningún momento dijo en el cielo: Ay, ay, ay, ¿qué vamos a hacer?” Dios no solo sabía que esto sucedería, sino que ya había estado ahí antes. ¿Cuál es la palabra para esto? Providencia.

Él había puesto en marcha un plan para frustrar las malévolas intenciones de Amán. Dios había posicionado a uno de sus siervos, a Mardoqueo, en las puertas; y había posicionado a otra de sus siervas, a Ester, como reina en el palacio.

¿Cómo llegó ella allí? Los reyes persas no desposaban mujeres judías. Pero este rey sí lo hizo. ¿Por qué? Porque Dios está en control. Porque Dios es soberano. Porque el corazón del rey está en las manos del Señor [ver Proverbios 21:1].

Así que recuerda que no importa la malicia que surja en este mundo o en tu vida, ya sea en tu mundo, en tu trabajo, en tu casa, en tu escuela, recuerda que no importa el mal que sea, contra Dios, contra Su pueblo, contra ti, puedes estar segura de que no solo Dios lo sabe antes de que suceda, sino que él ya tiene listos los instrumentos que anularán esa maldad a Su manera y a Su tiempo.

Pregúntate entonces como sierva de Dios: ¿Para qué propósito me ha colocado Dios aquí en este lugar y en este tiempo? Puede que Dios te tenga en un salón de clases con profesores que no conocen a Dios, o en un trabajo con colegas profanos, o en un hogar con un esposo sin Dios.

Pregúntate: ¿Cuál es el propósito de Dios? ¿Por qué Dios me ha colocado en este lugar, en esta puerta, en este palacio, en estas circunstancias, en este tiempo?

Cuando Mardoqueo supo todo lo que se había hecho, rasgó sus vestidos, se vistió de cilicio y ceniza, y salió por la ciudad, lamentándose con grande y amargo clamor. Y llegó hasta la puerta del rey, porque nadie podía entrar por la puerta del rey vestido de cilicio (Ester 4:1-2).

Aquí está Mardoqueo el judío, quien se aflige por este edicto tan pronto se entera del mismo. ¿Por qué?

Bueno, seguro él estará pensando: Es mi culpa, porque yo no me inclino ante Amán.

De modo que se siente personalmente responsable. Pero él está afligido también por la tribulación del pueblo de Dios y la batalla y la guerra que se están llevando a cabo, y él lo hace en una forma pública con cilicio y ceniza, una señal de humillación y contrición; de quebrantamiento y luto.

Él no tiene temor. Él ahora no tiene nada a qué temerle. Es decir, la batalla está en sus buenas. Él no tiene nada más que arriesgar, nada que perder. No hay ningún lugar ni nadie a quien acudir aparte de Dios.

Así que decide seguir adelante, y en un lugar público. No solo está en casa lamentándose de esto; está en un lugar público, vestido de cilicio y ceniza. Lo hace en público, en medio de la ciudad; con un gran y amargo clamor, cilicio y ceniza.

Mardoqueo no puede ver qué es lo que Dios tiene entre manos. Él no puede ver lo que Dios tiene planificado. Ni tú tampoco cuando estás en medio de tu circunstancia, cuando estás afligida y en duelo.

Pero a través de la fe y de la fidelidad, Mardoqueo se convierte en un instrumento a través del cual puede cumplirse la voluntad de Dios. Él solo puede ver la crisis inmediata, que era suficiente para empujarlo a tomar acción; pero lo que estaba sucediendo con Mardoqueo y hasta con su aflicción era realmente solo una pequeña pieza de un inmenso y eterno cuadro, de un inmenso y eterno plan.

¿Puedes ver cómo lo que haces en tu vida, cómo respondes, es solo una pequeña pieza de un rompecabezas mucho más magnífico? La batalla no es entre Mardoqueo y Amán. La batalla es entre Satanás y Dios, y cuando te pones del lado de Dios, cuando respondes a la crisis de una manera piadosa, agradable a Dios, te estás convirtiendo en un instrumento para que los propósitos de Dios sean cumplidos en tu pequeño rincón de la tierra.

Y en cada una de las provincias y en todo lugar donde llegaba la orden del rey y su decreto, había entre los judíos gran duelo y ayuno, llanto y lamento; y muchos se acostaban sobre cilicio y ceniza (versículo 3).

Pero retrocedamos un momento. Estos eran judíos de la tercera y cuarta generación que vivían en Persia. Muchos de ellos se habían descarriado, tal vez la mayoría. Habían sido exiliados por su pecado.

Algunos habían regresado a su tierra bajo Esdras, pero no la mayoría. Estos judíos se habían secularizado. Ellos habían asimilado la cultura persa. Muchos de ellos, sin duda, eran judíos solo de nombre.

De modo que Dios usa la presión. Dios usa la amenaza de la persecución, pero ¿para hacer qué? Para convertir sus corazones, para revivirlos, para hacerles una llamada despertadora, y ayudarlos a ver la maldad de la cultura a la cual ellos estaban tan acostumbrados.

Dios quiere purificar a su pueblo. Quiere recordarles que ellos no encajan en esta cultura. No pertenecen en esta cultura. Y se están pareciendo demasiado a ella.

Dios quiere llevar a Su pueblo al arrepentimiento. Él quiere preservarlo y protegerlo, así que usa un rey malvado y un decreto malvado y una situación desesperada, una crisis, para llamar la atención y los corazones de Su pueblo, para humillarlo.

¿Cuándo fue la última vez que este pueblo había estado de luto y había llorado y ayunado? No lo sabemos, pero parece que hacía mucho tiempo que no lo hacían. Y ahora, en medio de la crisis, están clamando a Dios.

Mientras leía ayer este pasaje, pensé en el Salmo 130 el versículo 1 donde dice: Desde lo más profundo, oh SEÑOR, he clamado a ti.

No hay nada como ser arrojado en el pozo que te hace clamarle a Dios. Cuando las cosas van bien, cuando todo está en equilibrio, cuando el status quo perdura, y cuando tenemos afluencia y nuestras necesidades están siendo suplidas, no somos tan propensas a clamarle a Dios, como cuando estamos en una situación de desesperación ¿no es así?

Esta situación desesperada es parte del plan de Dios para atraer de nuevo los corazones de su pueblo y revelar Su gloria en el mundo. Mientras oramos por avivamiento en la iglesia, en nuestro país, en el mundo, es posible que también estemos orando por el brazo castigador de Dios.

Puede que estemos orando por adversidad, porque en los tiempos de prosperidad, cuando la bolsa de valores está en alta, cuando todo va maravillosamente bien, nuestros corazones se vuelven satisfechos consigo mismos. Y la iglesia se vuelve mundana.

¿No es esto cierto? De modo que Dios usa las crisis para que tengamos conciencia de nuestra necesidad, para que estemos desesperadas por él, y así volver nuestros corazones hacia él.

El versículo 4 del capítulo 4 nos dice:

Vinieron las doncellas de Ester y sus eunucos y se lo comunicaron [lo que estaba haciendo Mardoqueo, haciendo todo un espectáculo público en la plaza de la ciudad], y la reina se angustió en gran manera.

Esa frase, se angustió en gran manera, significa levantarse, retorcerse en labores de parto, tener gran angustia y dolor. Ella estaba muy, muy perturbada. Sabía que había algo que estaba muy mal, si podemos decirlo así.

Entonces, sin saber qué hacer:

Y envió ropa a Mardoqueo para que se vistiera y se quitara el cilicio de encima, pero él no la aceptó. Entonces Ester llamó a Hatac, uno de los eunucos que el rey había puesto a su servicio, y le ordenó ir a Mardoqueo para saber qué era aquello y por qué (versículos 4-5).

Ester envía a un mensajero para averiguar lo que está pasando y Hatac investiga la situación.

A ella le importa Mardoqueo, y quería saber más. Quería saber qué era aquello y por qué. Es tan importante notar que a ella le importaba lo suficiente como para averiguar lo que estaba pasando, ella quería involucrarse, quería investigar.

Lo que me lleva a preguntarte: ¿Sabes lo que está sucediendo en nuestra cultura y cómo está afectando al pueblo de Dios? ¿Tienes un entendimiento de los tiempos que estamos viviendo? ¿Estás al tanto de estas guerras culturales, de lo que está pasando en el mundo que afecta a los creyentes?

¿O estás enterrando tu cabeza en la arena, atascada en «el palacio» por así decirlo, de tu iglesia, de tu pequeño mundo cristiano?, y, mientras estemos seguros y bien, bueno, puede que otras personas, puede que otros cristianos en todo el mundo estén pasando por persecuciones, puede que la iglesia se encuentre en toda clase de turbulencia y condiciones difíciles, pero nosotras estamos bien.

¿Estás totalmente ajena a lo que está pasando a tu alrededor? El pueblo de Dios alrededor del mundo está muy afligido. ¿Te afecta esto? Hay muchas cosas por las cuales debemos estar inquietas. Hay muchas cosas que tenemos que averiguar.

Primero, hay ataques contra el pueblo de Dios. Tenemos la persecución de la iglesia a nivel mundial. Si no sabes sobre eso, entonces debes informarte.

El Nuevo Testamento nos dice: Acordaos de los presos, como si estuvieras presos con ellos (Hebreos 13:3). Hay creyentes, que son nuestros hermanos, en otras partes del mundo que están siendo perseguidos por su fe. Tú tienes que salir del palacio y averiguar lo que está sucediendo.

En nuestra cultura hay cada vez más leyes para restringir la libertad religiosa en el trabajo, en las escuelas, en nuestras comunidades. Tú tienes que saber lo que está pasando.

Ahora, no hay forma de mantenerse al tanto de todo, pero debes saber cuáles son las tendencias y darte cuenta de que hay ataques contra el pueblo de Dios.

Otra cosa de la que también tienes que estar informada, y esto es algo aún más sutil, es el hecho de que el problema real no es lo que le está pasando al pueblo de Dios, sino lo que está pasando dentro del pueblo de Dios.

Lo que está pasando en la iglesia, la carnalidad, la mundanalidad del pueblo de Dios dentro de la iglesia, eso es lo que realmente es la causa de nuestra aflicción. Ese es nuestro verdadero problema.

Desearía que ustedes pudieran leer, bueno, no les deseo esto realmente, pero, hay algo muy conmovedor en leer muchos de los correos y de las tarjetas de oración que recibimos en Aviva Nuestros Corazones, en nuestras conferencias, a través del ministerio radial, con las mujeres cristianas, y algunos hombres, que derraman sus corazones sobre lo que está pasando en el mundo cristiano entre los cristianos. Déjenme leerles algunos de estos correos, cosas que hemos recibido de mujeres cristianas.

Una mujer dice: “Soy una mentirosa habitual. Necesito liberación de las adicciones alimenticias”. Esta es una mujer que profesa la fe cristiana.

Otra mujer dice: “Siento un odio ponzoñoso por mi esposo. Me ha mentido, ha jugado, me ha engañado, ha traído pornografía a nuestra casa, pero en lo externo vive como si fuera un cristiano responsable”.

Mujeres como esta escriben y dicen: “Mi esposo tiene una posición de influencia en la iglesia”, y ella dice: “Siento odio por él. No le tengo respeto ni confianza. Tenemos siete hijos preciosos, de los tres a los quince años. Quiero que ellos estén rodeados de amor, pero yo estoy tan llena de odio”.

Una jovencita que nos escribe lo siguiente:

“Mi novio y yo nos conocimos por Internet. Perdí mi virginidad con él. Tenemos planes de casarnos, pero él teme que yo pueda tener el virus del papiloma humano.

Mi mente está tan cauterizada que no pienso que tenga nada de malo dormir con él, pero sé lo que dice la Biblia y lo que siempre creí mientras crecía.

Mi novio era un pastor ordenado cuando era más joven, pero no parece pensar que estemos hacienda nada malo. Cita la Biblia donde dice que todo es permisible pero que no todo aprovecha.

Me siento tan perdida en este momento. Me he cerrado al Señor por tanto tiempo porque temo tener que dejar a mi novio, a quien amo más que a la vida misma”.

¡Cuánta confusión tiene esta joven! Tú dirás: Bueno, pero ella no está en la iglesia. Pues sí, hay muchachas y jovencitas como ella en la iglesia, y es en la iglesia que nuestros jóvenes no tienen concepto de lo que está bien y de lo que está mal.

La cultura del enganche se ha adentrado a la iglesia, y nuestros jóvenes cristianos, en su mayoría, según muestran los estudios acerca de sus estilos de vida, sus decisiones, sus creencias, no son diferentes de los de los jóvenes fuera de la iglesia, en el mundo.

Esto debería afligirnos, el hecho de que hoy en día hay personas que pueden ser miembros activos y de buena reputación en la iglesia, pero con relaciones rotas, con amargura, con odio, con matrimonios que se están derrumbando, y la iglesia no se les acerca, diciéndoles: Esto no puede ser. ¡Sólo estamos dejando que las cosas sucedan!

Estamos viendo adicciones, laceración de partes del cuerpo, abortos, todo esto dentro de la iglesia. La avaricia, vivir por el dinero todopoderoso, sin importarles los pobres, los oprimidos- ¡esto es dentro de la iglesia! Y debería afligirnos. Es doloroso.

Oigo hablar de mujeres cristianas de todos los trasfondos, pero en la iglesia, mujeres que se sientan a tu lado en la iglesia. Cantas con ellas en el equipo de alabanza. Les enseñas en la escuela dominical. Van a tu estudio bíblico y a tus clases de doctrina.

Están estudiando la Palabra. Algunas están enseñando, pero están involucradas en todo tipo de relaciones inmorales, pornografía por Internet, relaciones emocionales fuera del matrimonio por Internet y por correo electrónico, lesbianismo. Estas cosas están desenfrenadas en la iglesia de Jesucristo y hasta en personas que ocupan puestos en el ministerio cristiano.

No lo digo por ser severa. Lo que digo es que debe de afligirnos.

No podemos esperar que el mundo alguna vez sea piadoso. El mundo no puede ser piadoso. No tiene a Dios. Pero que esta sea la condición de la iglesia, debería rompernos el corazón. Debería afligirnos en gran manera.

No podemos sencillamente sentarnos en nuestros pequeños círculos cristianos, nuestros pequeños palacios cristianos y decir: Mi vida está bien, mientras haya un pueblo de Dios en tan grande aflicción. De esto se trata la historia de Ester.

Es sobre una mujer que dice: Estoy dispuesta a dejar la comodidad, la seguridad, la conveniencia de mi posición como reina, y estoy dispuesta a hacer algo, aunque me cueste la vida, con lo que está pasando en el pueblo de Dios. Y Ester hace algo.

Y salió Hatac a donde estaba Mardoqueo en la plaza de la ciudad, frente a la puerta del rey. Y Mardoqueo le informó de todo lo que le había acontecido, y la cantidad exacta de dinero que Amán había prometido pagar a los tesoros del rey por la destrucción de los judíos. Le dio también una copia del texto del decreto que había sido promulgado en Susa para la destrucción de los judíos, para que se la mostrara a Ester y le informara, y le mandara que ella fuera al rey para implorar su favor [que ella había tenido en un momento] y para interceder ante él por su pueblo. Regresó Hatac y contó a Ester las palabras de Mardoqueo (versículos 6-9).

Así que Mardoqueo le envía instrucciones a Ester para rogarle al rey a favor de su pueblo.

Ahora, Ester estaba acostumbrada a obedecer a Mardoqueo. ¿Recuerdas? Anterior a esto ella hacía lo que él le decía que hiciera. Ella continuaba viviendo de la forma que él la había criado aun después de convertirse en reina.

Pero ahora ella quiere obedecerlo, pero sabe que puede costarle la vida. Ella está atrapada entre una roca y un muro. Ella respeta a Mardoqueo.

Pero el asunto ahora se reduce a: ¿Protejo mi vida? ¿Me salvo a mi misma? ¿O me aventuro, y lo arriesgo todo por la oportunidad de salvar las vidas de millones de mi pueblo? Esto es exactamente lo que vemos en el versículo 10:

Entonces Ester habló a Hatac y le ordenó que respondiera a Mardoqueo: Todos los siervos del rey y el pueblo de las provincias del rey saben que para cualquier hombre o mujer que venga al rey en el atrio interior sin ser llamado, él tiene una sola ley, que se le dé muerte, a menos que el rey le extienda el cetro de oro para que viva. Y yo no he sido llamada para ir al rey por estos treinta días. Y contaron a Mardoqueo las palabras de Ester (versículos 10-12).

La primera reacción de Ester es: No hay nada que yo pueda hacer; mis manos están atadas.

Ella sabe que está casada con un hombre violento. Él es impredecible. Es un hombre iracundo. Es propenso a tener ataques de ira.

Ella sabe cómo ella llegó donde está – lo que le hizo a la primera reina, a Vasti- así que se siente incapaz. Ella se siente impotente. Humanamente hablando, lo que le han pedido que haga es imposible. No solo es contra la ley, sencillamente no funcionará.

Y puede que te sientas, en la situación que Dios te ha puesto, que no puedes hacer nada, que eres impotente contra las fuerzas del mal. A veces parecen tan fuertes y agobiantes y abrumadoras. ¿Alguna vez te has sentido así? Ester lo entendía.

Parece interesante que por primera vez Ester, que siempre ha hallado el favor de todos, ahora está en un lugar en que no tiene el favor del rey. Hace un mes que él no la ha mandado a llamar.

Saben, humanamente hablando, el tiempo no podía ser peor. Pero Dios está a cargo. Dios conoce los tiempos. Dios está a cargo. Dios ha orquestado el tiempo.

En la plenitud del tiempo, Dios cumple sus propósitos [ver Gálatas 4:4].Dios escoge el tiempo que se ve más oscuro y que parece más imposible para mostrar Su poder y Su gloria. ¿Sabes por qué? Para que ningún ser humano pueda llevarse el mérito.

Esta es otra evidencia de la mano y el poder de Dios en acción, el hecho de que el momento escogido sea tan absolutamente malo. Es decir, no podía ser peor. Pero es evidencia de que Dios ha estado orquestándolo, porque la gracia de Dios siempre brilla a su máxima potencia cuando el telón de fondo es el más oscuro.

Vamos a ver que Dios tiene a Ester justo donde quiere que esté. Dios tiene al rey justo donde lo quiere tener, a Mardoqueo justo donde lo quiere, y a Amán, bueno, Dios está preparándose para encargarse de él.

Dios no está nervioso con lo que está sucediendo. Dios tiene el control. Él está orquestando las circunstancias para cumplir Sus propósitos, no solo en la vida de Ester, sino en tu vida también.

Carmen: El momento puede no ser el mejor para alguna crisis que estés enfrentando. Nancy Leigh DeMoss nos ha estado explicando con el libro de Ester que Dios todavía está en control.

¿Te gustaría entender mejor la providencia de Dios estudiando el libro de Ester en tu tiempo devocional? Nancy nos ha estado motivando a leer el libro durante esta serie, Ester: Mujer de Dios en el tiempo de Dios .

A veces el mejor testimonio que podemos tener ante un mundo contencioso es estar tranquilas, pero en otras ocasiones hay que hacerse oír. Trataremos de descifrar la diferencia en la próxima entrega cuando veamos la valentía de Ester para tomar acción y hablar.

Únete nuevamente a nosotras en el próximo programa de Aviva Nuestros Corazones.

Aquí tenemos a Nancy de vuelta para cerrar este tiempo juntas.

Nancy: Oh, Padre, a veces nos sentimos tan impotentes y tan desesperadas, y nuestros corazones están afligidos mientras vemos la condición de Tu pueblo, la gran necesidad espiritual y moral en la iglesia y en el pueblo de Dios hoy día.

Pero a veces nos sentimos tan impotentes y tan desesperadas; ¿qué podemos hacer? Somos solo una persona, solo una madre, solo una estudiante y parecería que no hay nada que podamos hacer.

Pero tú dices: Te he puesto ahí en ese lugar, en esa posición, para un fin, y Tú escoges usar los instrumentos más improbables para que seas Tú quien recibas toda la gloria. Glorifícate a través de nuestras vidas de nuestras circunstancias en este día; te lo pido en el nombre de Jesús, amén.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance Life Action Ministries.

Todas las Escrituras fueron tomadas de la Biblia de Las Américas a menos que se indique otra fuente.

Tomado de: Aviva Nuestros Corazones

Todos los Derechos Reservados

Disponible sobre el Internet en: http://www.avivanuestroscorazones.com

6/18 – Incubando un plan diabólico

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Ester, “Mujer de Dios en el tiempo de Dios”

6/18 – Incubando un plan diabólico

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/incubando-un-plan-diabolico/

Carmen Espaillat: El villano asesino en la historia de Ester no atemorizó a Dios, según Nancy Leigh DeMoss.

Nancy Leigh DeMoss: Amán, quien se consideraba tan grande era solamente un ínfimo jugador en medio de una batalla cósmica. Él era como nada. Es decir, visto desde la perspectiva del panorama general, el era solo una pequeña mota de polvo. Dios podía sacudirlo en cualquier momento.

Carmen: Este es Aviva Nuestros Corazones, con Nancy Leigh DeMoss, en la voz de Patricia de Saladin. Efesios 6:12 dice que no estamos luchando contra carne y sangre. Sino que hay una lucha espiritual enorme llevándose a cabo en los lugares celestiales. Muchas veces no estamos conscientes de ello, pero de vez en cuando Dios nos ofrece un vistazo de la realidad de esta lucha espiritual. Quizás hoy sea uno de esos días para ti. Aquí está Nancy.

Nancy: Bueno, si tú estás siguiendo con nosotras el estudio de Ester, y espero que así sea, que no solo lo estés escuchando en la radio, sino también leyendo el libro por ti misma. Hemos llegado al lugar donde la batalla se está calentando. Te animo a que a medida que leas el libro trates de ver la batalla entre dos reinos— el reino del hombre y el reino de Dios, que es, en última instancia, la batalla entre Satanás y Dios.

Vemos esa intensa batalla en esta historia. Si piensas acerca de tu vida, acerca de este mundo y acerca de la era en que vivimos, podrás ver esa batalla alrededor nuestro en muchos frentes también. Este libro nos dará un poco de esperanza y de estimulo para aprender a enfrentar esa batalla.

Hemos visto que Mardoqueo es un judío oficial del rey sentado a la puerta de la ciudad. Es el padre adoptivo de la nueva reina, Ester, quien también es judía. Ella está casada con el rey Asuero o el rey Jerjes— el mismo hombre. Su nombre aparece de estas formas en las diferentes traducciones.

Amán es ahora el enemigo que ha entrado en escena. Él es enemigo de Dios. Él es enemigo del pueblo de Dios. Él es un agagueo descendiente de los amalecitas quienes por siglos habían sido enemigos de los judíos, y de los cuales Dios había dicho, “Voy a borrar los amalecitas de la faz de la tierra”, pero los amalecitas habían dicho, “Nosotros borraremos el pueblo de Dios de la tierra”.

Ahora bien, Amán y Mardoqueo seguramente no se estaban percatando de lo que nosotras podemos ver hoy al leer esto. Todo lo que ellos saben es que Amán ha sido ascendido a la segunda posición en la nación. Él es ahora el primer ministro de la nación. Ha sido exaltado. Ha sido elevado. Es un hombre implacable, que codicia el poder, abusa de él, y solo quiere que todo el mundo se incline ante él y lo adore. Mardoqueo no se inclina ni lo adora porque nunca se inclinará delante de los enemigos de Dios.

Así que hay un conflicto entre estos dos hombres que se está intensificando, vemos que se está acalorando a partir del versículo 5 del capítulo 3. Cuando Amán vio que Mardoqueo no se inclinaba ni se postraba ante él, Amán se llenó de furor.

¿Te has fijado en las demostraciones de ira que hay en este libro? Recuerda que el rey Asuero se enojó cuando estaba bajo la influencia del alcohol, y fue entonces cuando destronó a su primera esposa, la reina Vasti. Vimos también estos dos guardias que se enojaron con el rey y trataron de asesinarlo y Mardoqueo descubrió la trama y aquellos hombres terminaron en la estaca.

Ahora vemos a Amán, que cuando no consigue lo que quiere, cuando no es adorado como desea, se llena de furia. Se enfurece. Esta palabra furia o ira como dice en algunas traducciones corresponde a una ira violenta con deseos de venganza: Te hará pagar. Su respuesta, como siempre sucede con la ira, expone lo que hay en su corazón.

Cuando te aíras con tus hijos, no es porque tus hijos hacen que te enojes. Solo significa que tienes un corazón iracundo. Hay orgullo herido. Quizás hay expectativas insatisfechas hacia tu esposo. Hay cierta forma en que estás respondiendo con el orgullo de tu corazón que está causando que respondas con ira.

Esta reacción airada la encontramos en todas partes hoy. Agresión y violencia al conducir por la carretera. Personas airadas con su pareja; airadas con Dios. Airadas con la vida. Todo esto muestra algo de la condición de sus corazones. A través de todo este libro vemos que cuando la gente tiene posición o poder o riqueza, cuando se sienten amenazados o cuando las cosas no le salen como ellos quieren, tienden a airarse.

Por otra parte, Mardoqueo y Ester reaccionan de manera diferente. Yo les había pedido que buscaran los contrastes que hay entre estos dos grupos de personajes. Mardoqueo y Ester no tienen nada que perder. Por eso, en tiempos de adversidad, responden en humildad, en quebrantamiento y haciendo apelaciones con mansedumbre. No los ves airándose, aunque tienen razones validas para hacerlo.

Así que Amán está airado. Lleno de furia contra Mardoqueo. Él quiere vengarse de él.

Pero no se satisface con ponerle las manos a Mardoqueo solamente. Amán busca destruir a todos los judíos, a todo el pueblo de Mardoqueo esparcido por todo el reino de Asuero (v.6).

Ahora bien, Amán no es el único que ha perseguido a los judíos. El rey Herodes lo hizo en el primer siglo cuando trató de matar a todos los niños judíos. Por supuesto, en tiempos recientes el que fue conocido por algo como esto fue Adolfo Hitler con el holocausto, lo que Hitler llamó la solución final al asunto de los judíos.

Quiero que recordemos que la batalla no es realmente entre Amán y Mardoqueo. Ellos son solo símbolos de una colisión entre dos reinos a un nivel mucho más profundo: entre el reino de Dios y Satanás mismo.

Dentro de tu mundo, recuerda que tu esposo no es tu enemigo. Tu jefe no es tu enemigo. Algún miembro de tu familia que te ha hecho daño, alguna persona malvada, tu supervisor, o tu compañero de habitación, o tu profesor en la universidad estas personas no son tus enemigos. La verdadera batalla en tu mundo hoy día es entre Satanás y Dios y estas personas se están alineando en un bando o en otro. Estos conflictos son en verdad inspirados por una batalla entre Satanás y Dios mismo.

Ahora los reinos de este mundo los reinos del hombre— confían en las armas mundanas de poder, en las leyes humanas, en los decretos humanos y el poder militar. Así es como logran lo que quieren. Pero el reino de Dios no funciona así. No intenta ganar de esa forma. Los hijos del reino de Dios pelean y ganan la guerra con armas como la humildad, la oración, el ayuno, en silicio y ceniza; en dependencia de Dios.

Así el pasaje continúa diciendo,

“En el mes primero, que es el mes de Nisán, el año doce del rey Asuero, se echó el Pur, es decir la suerte, delante de Amán para cada día y cada mes hasta el mes doce, que es el mes de Adar.” (v.7)”

Amán llamó a sus astrólogos y les dijo: Echen la suerte. Ellos echaron suertes para determinar cuál era el mejor día para ejecutar este genocidio. Era una forma común de tomar decisiones en tiempos antiguos. Estos pueblos eran pueblos supersticiosos. Creían que sus vidas estaban determinadas por el destino o por la coincidencia. Pero nosotras sabemos por las Escrituras que es Dios quien determina el resultado de echar la suerte. Porque la suerte no existe.

Proverbios capítulo 16 versículo 33 dice que tiramos los dados, pero el Señor es quien determina como estos caen (parafraseado). Dios estaba controlando el resultado de lo que parecía ser una coincidencia, de la superstición o del destino. Dios lo estaba determinando. En la providencia de Dios —has oído esa palabra antes?— los dados cayeron en una fecha, en un día que estaba once meses más tarde.

¿Y si los dados hubiesen caído el próximo día o en la próxima semana? No hubiera habido tiempo para que los judíos se prepararan para un contra-ataque, ni hubiera habido tiempo para que Mardoqueo o Ester actuaran, pero Dios había determinado el lugar donde caerían las cuerdas. Y cayeron de acuerdo a Su voluntad. La suerte no existe. Todo en este mundo cae bajo Su providencia. Es Dios quien determina cómo suceden las cosas.

Amán, quien se consideraba tan grande era solamente un ínfimo jugador en medio de una batalla cósmica. Él era como nada. Es decir, visto desde la perspectiva del panorama completo, era solo una pequeña mota de polvo. Dios podía sacudirlo en cualquier momento en que estuviera listo para hacerlo. Y eso precisamente fue lo que Dios hizo, como veremos más adelante en la historia.

Satanás es llamado en la Biblia el príncipe de este mundo, pero quiero recordarles que no importa que tan poderoso él sea, él no es todopoderoso. Él no es rival para Dios. Dios siempre tiene la última palabra. En tu mundo, algunas veces te parecería que Satanás estuviera ganando, y de hecho, Dios le permite ganar algunas batallas, pero al final Dios prevalecerá.

Yo no sé cómo decirlo mejor o de forma diferente, pero siento que debo seguir diciéndolo porque debemos recordar en todo tiempo el hecho de que nuestras circunstancias y las personas que nos rodean no controlan nuestras vidas. Es Dios quien la controla.

Entonces, Amán desarrolla su plan y va donde el rey para recibir apoyo y la autoridad para implementarlo.

Luego Amán le dice al rey Asuero, “Hay un pueblo esparcido y diseminado entre los pueblos en todas las provincias de tu reino; sus leyes son diferentes de las de todos los demás pueblos, y no guardan las leyes del rey, así que no conviene al rey dejarlos vivos” (versículo 8).

Al igual que Satanás, quien es el mayor enemigo del pueblo de Dios, Amán usa el engaño para llevar a cabo su plan asesino. Recuerden que Juan capítulo 8 nos dice que Satanás es un asesino, y un mentiroso, y eso era lo que Amán era. Él calumnió a los judíos delante el rey, pero noten que él no le dijo al rey quiénes eran esta gente. Solo le dijo que había ciertas personas que eran una amenaza para su reino.

Pero los historiadores nos dicen lo contrario, los judíos vivían vidas sujetas a la ley y hacían aportes positivos a la sociedad Persa, tal y como Dios les había dicho que hicieran mientras estuvieran en la tierra de su cautividad. Ellos eran buenos ciudadanos. Eran ciudadanos íntegros. Pero Amán dice, “Hay un pueblo, y ellos quieren tu trono”, eso es en realidad lo que él está sugiriendo. No estarás seguro mientras ellos estén alrededor. Necesitas deshacerte de ellos.

Así que él dice en el versículo 9:

Si al rey le parece bien, decrétese que sean destruidos, y yo pagaré diez mil talentos de plata en manos de los que manejan los negocios del rey, para que los pongan en los tesoros del rey.

Amán apela al rey Asuero a través de la avaricia y la ganancia económica. Diez mil talentos de plata serían millones y millones de dólares hoy en día. Un historiador de la época, Herodoto, dijo que 10,000 talentos de plata eran equivalente a dos tercios del ingreso anual total del imperio Persa completo. Dos tercios de su ingreso total.

Les aseguro que Amán no tenía mucho dinero. Quizás era un hombre rico, pero creo que es obvio que él estaba planeando usar el despojo de los judíos para pagarle a la tesorería del rey. De modo que esta oferta resultaba lucrativa para Asuero a la luz del hecho de que él acababa de ser derrotado por los griegos. Esa había sido una intensa batalla, y aquí él ve la oportunidad de recuperar algo de esa pérdida.

Así vemos a Amán abusando del poder, abusando de la autoridad, abusando de la influencia, abusando para oprimir a los judíos y para destruir sus vidas.

¿Cuántos de ustedes han visto la película El Violinista en el Tejado? Quizás la mayoría. Recuerdan el nombre del pueblo? Anatevka. Recuerdan al final de la historia cuando la tensión alcanzó su climax? Esto ocurrió en Rusia, en el 1905, bajo los Zares.

Recordarán como al final de la historia el pueblo es forzado a dejar sus hogares, a dejar su pueblo natal en el cual habían crecido. Y ellos son enviados fuera del reino.

Esto se corresponde a algo que en historia llamamos pogromo, que son persecuciones organizadas -o a veces masacres- contra personas indefensas. El término pogromo es usualmente aplicado a un impuesto que se les exigía a los judíos en el imperio ruso al final del siglo XIX y a principios del siglo XX, pero es un término que puede ser usado y aplicado más ampliamente.

Recuerdo que durante la Segunda Guerra Mundial, Noviembre del 1938 fue conocido como KRISTALLNACHT —la noche de los cristales rotos. A través de toda Alemania y Austria bandas de jóvenes Nazi rompieron ventanas de hogares y negocios judíos. Ellos quemaron sinagogas y las saquearon. Ciento una sinagogas fueron destruidas. Veintiséis mil judíos fueron rodeados, arrestados y enviados a campos de concentración. Los judíos fueron atacados. Fueron golpeados. Alrededor de 7,500 negocios judíos fueron destruidos. Fue una gran matanza, una masacre; una arremetida contra el pueblo judío.

Eso es realmente lo que vemos suceder aquí en el libro de Ester. Así que en el capítulo 3, en el versículo 10, lo retomamos.

“El rey tomó de su mano el anillo de sellar y se lo dio a Amán, hijo de Hamedata agagueo, enemigo de los judíos.

Hasta aquí ya hemos visto el nombre de Amán anteriormente en el texto. Vimos que era un agagueo. Sabemos que era hijo de Hamedata, pero ahora hay una nueva frase añadida: enemigo de los judíos. En eso se ha convertido.

Y el rey dijo a Amán: Quédate con la plata, y también con el pueblo, para que hagas con el lo que te parezca bien.(verso 11).

Sal de ese problema. Encárgate tú de eso. Ahora, el anillo de sellar que el rey le da a Amán equivale a tener la firma del rey. Si tú tienes el anillo de sellar, tienes la autoridad de actuar en nombre del rey. El rey da toda autoridad y poder a Amán no sabiendo que su propia esposa es una judía y que él acababa de firmar su sentencia de muerte.

Por supuesto, Amán no lo sabe tampoco, pero Dios sí. Siempre estará este: pero Dios. Al pensar acerca de Amán y de cómo recibe esta autoridad recuerdo Apocalipsis capítulo 13, donde se hace referencia al anticristo. Pienso que Amán es un retrato de esto. Se le permitió a la bestia que hiciera la guerra entre los santos y que los conquistara por un periodo de tiempo. Se le dio autoridad sobre cada tribu, pueblo, lengua y nación.

Recuerden que algunas veces Dios permite que se coloque el poder en las manos de personas impías, en manos de los enemigos de Su pueblo. Quiero decirles que Hitler no podía tener poder si este no hubiese venido de Dios. Ahora, no podemos con nuestro razonamiento humano empezar a comprender o explicar o entender por qué Dios haría algo como esto.

Pero sabemos que Dios es justo, que Él esta venciendo el pecado en este mundo, que Él esta redimiendo este planeta prodigo, que está estableciendo Su reino . En ocasiones, para que esto suceda, Dios permite que Satanás le de autoridad a estos gobernantes malvados en la tierra. Pero, recuerden que ellos reciben órdenes de Satanás. Pero en última instancia, Satanás no puede hacer nada que Dios no le de permiso o libertad para hacer. Ellos están sujetos a Su control.

Así llegamos al versículo 12, capítulo 3 de Ester:

Entonces fueron llamados los escribas del rey el día trece del mes primero, y conforme a todo lo que Amán había ordenado, fue escrito a los sátrapas del rey, a los gobernadores que estaban sobre cada provincia y a los príncipes de cada pueblo, a cada provincia conforme a su escritura, a cada pueblo conforme a su lengua, escrito en el nombre del rey Asuero y sellado con el anillo del rey.

Parece ser tan final, parece ser tan definitivo, tan irrevocable que parecería que no hay esperanza . Pero Dios.. ¿Verdad?

Y se enviaron cartas por medio de los correos a todas las provincias del rey para destruir, matar y exterminar a todos los judíos, jóvenes y ancianos, niños y mujeres, en un solo día, el día trece del mes doce, que es el mes de Adar, y sus posesiones dadas al saqueo. La copia del edicto que sería promulgada ley en cada provincia fue publicada a todos los pueblos para que estuvieran preparados para ese día. Salieron los correos apremiados por la orden del rey. El decreto fue promulgado en la fortaleza de Susa… ( V.12-15)

Así que este horripilante decreto, este edicto, es escrito y establecido. Escrito está. Así sea hecho. Se envía a toda nación y es un edicto para matar, para exterminar a todos los Judíos: jóvenes y ancianos, mujeres y niños, y saquear todos sus bienes en un día. Quince millones de judíos estaban viviendo diseminados a lo largo de todo el imperio persa en aquel tiempo. Este es un decreto para exterminar a cada uno de ellos, jóvenes y ancianos, mujeres y niños… Porque Mardoqueo no se inclinó delante de Amán.

Aquí podemos ver el desprecio por la vida humana, incluyendo aquellos que son más indefensos —mujeres y niños, jóvenes y ancianos. Lo vimos anteriormente en el trato de Asuero hacia las mujeres, así como en la prisa de promulgar un decreto para exterminar una raza humana completa— una raza minoritaria. Esto es característico de una cosmovisión que no reconoce que Dios es el creador y dador de la vida. La vida no es valiosa para aquellos que no adoran un Creador.

Pero en contraste vemos a Mardoqueo y a Ester, que sí dan un alto valor a la vida humana. Vemos el cuidado de Mardoqueo para con su sobrina huérfana, como la adoptó, como la cuidó como su propia hija. Vemos como valoró la vida del rey aunque era un rey malvado y expuso la trama que había sido preparada para asesinarlo. Luego vemos una Ester y un Mardoqueo que están preocupados por la vida de su pueblo.

Cuando más adelante en el libro, ellos tienen la oportunidad de tomar venganza de sus enemigos y sus opresores, y pagar con la misma moneda, notarán que solo actúan en defensa propia. Ellos no mataron mujeres. Ellos no mataron niños. Solo mataron a aquellos que los atacaron. Una visión de la vida totalmente diferente.

Ahora, las palabras que pronunció Amán hacia Asuero y que vimos anteriormente en este capítulo creo que describen los sentimientos e intenciones de muchas personas poderosas e impías del presente. ¿Qué dijo Amán? Hay cierto pueblo esparcido entre los pueblos cuyas leyes son diferentes. Ellos no cumplen las leyes del rey y no conviene al rey dejarlos vivos (Ester 3:8 parafraseado).

Oigan bien, ha habido una larga lista de personas a través de la historia tratando de borrar la raza judía, pero también se ha hecho mucho esfuerzo para erradicar a los cristianos de esta tierra porque son seguidores de Cristo, porque Satanás odia a Cristo. Satanás, la serpiente, siempre está buscando destruir a Cristo y a Sus hijos. El imperio romano fue conocido por sus diez olas de persecución contra la iglesia, desde el tiempo de Nerón hasta Dioclesiano.

Y en nuestro día, en nuestra cultura, en formas menos evidentes a veces, creo que estamos presenciando un esfuerzo concentrado para eliminar la presencia y la influencia del pueblo de Dios; un pueblo que rehúsa inclinarse a este sistema mundial desprovisto de Dios. Hay un movimiento anti-cristiano en nuestra cultura. Tú puedes hablar de Dios todo lo que quieras, pero no exaltes a Cristo como Señor.

Escuchamos de estas guerras culturales en la palestra pública. Se oye del sistema educativo de los EEUU de América y de otras naciones, donde debaten sobre la inclusión del diseño inteligente y sobre enseñanzas acerca del origen de la vida y otros de estos debates. Tú podrás pensar: ¿Y qué importa eso? ¿Cuál es el problema?

El asunto es que Satanás odia a Cristo. Los seguidores de Satanás están buscando erradicar el nombre de Cristo de la tierra. A veces lo hacen bajo el nombre de religiones, como el Islamismo. Eso es un poco más obvio. A veces lo hacen en formas más sutiles, ocultas bajo el secularismo o bajo el manto de Hollywood, tratando de liberar al planeta de relacionarse con Cristo y de rendirle adoración.

El ataque viene. Ahora bien, yo puedo decirte que Cristo es el vencedor. Sabemos eso. Sabemos que el capítulo final ha sido escrito. Sabemos que Cristo prevalecerá, pero la pregunta es, durante este tiempo y el tiempo de la venida final de Cristo cuando venga a reinar y a juzgar la tierra, ¿estamos preparados para encarar el ataque?

No debería tomarnos por sorpresa o cogernos desprevenidas. Necesitamos estar preparados para eso. Si tú lees la historia —y por eso es tan importante estudiar historia y estudiar las Escrituras porque te das cuenta de la trama, y de las estrategias que han sido planificadas por el maligno. Así que sea su nombre Amán, o Herodes o Hitler o alguno de los perseguidores modernos de Cristo, la meta es todavía la misma: derrotar a Dios, derrotar a Cristo.

Así que este poderoso edicto es promulgado y enviado a todo el imperio persa. La muerte para todos los judíos. Parece tan irrevocable. Parece una situación sin salida. Los judíos no tienen forma de defenderse contra este pogrom, contra este exterminio. No hay vía de escape.

Pero Dios … Pero Dios es todavía Dios. Dios es todavía soberano. Dios es todavía el rey de toda la tierra. Todos los Asueros, Amanes, Herodes y Hitlers de este mundo solo toman órdenes de Satanás que al final responde a las órdenes de Dios. Dios es todavía el rey. Dios es el juez. Él está logrando Sus propósitos, y Él está escogiendo y asombrosamente utilizando personas como tú y como yo para ser parte de aquellas que lleven a cabo Sus propósitos y traigan Su reino a esta tierra.

Carmen: Mi papel en el reino de Dios es importante. Ese es uno de los puntos que recordaré hoy. Tu rol es importante también.

En Aviva Nuestros Corazones invitamos a las mujeres a abrirse a todo lo que Dios tiene para ellas. Invitamos a las mujeres a ver la belleza de la santidad y a dejar que esa belleza brille en el mundo.

Enciende la televisión y de seguro encontrarás mucha gente que quiere divertirte. ¿Cuántas personas están dispuestas a ayudarte apropiadamente en la aflicción y en el duelo?

En nuestro próximo programa de Aviva Nuestros Corazones escucharás por qué necesitamos tanto gozo como lágrimas. Te esperamos. No dejes de sintonizarnos. Y ahora oremos con Nancy.

Nancy : Señor en este día Te quiero dar gracias por Tus increíbles bendiciones por el gran fruto que Tú has traído a través de los diferentes alcances de este ministerio, por las vidas que han sido transformadas, por los matrimonios que han sido sanados, por las personas que han encontrado el regalo de la salvación, por corazones que han sido restaurados, reconciliados y avivados y es que Tú Señor eres un Dios tan grande.

Gracias por la manera que satisfaces nuestras necesidades, gracias por colocarnos en estos últimos meses donde hemos sido estiradas, donde hemos tenido que clamar por el pan diario y hemos tenido que confiar más en Ti por provisión. Gracias por cada una de nuestras oyentes, por cada amigo de este ministerio que ha dado generosamente para ayudar a ser posible que este ministerio continúe. Pido Señor Tu bendición sobre cada oyente, por cada persona que comparte este ministerio con nosotros, oramos juntas que este tiempo sea un tiempo de mucha gracia, de mucho crecimiento de un nuevo y fresco amor por Jesús y que en todo Tú seas glorificado y honrado a través de nuestras vidas, oramos en el santo nombre de Jesús. Amén

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries… ¡Y mi mamá es una Mujer Verdadera!

Todas las Escrituras fueron tomadas de la Biblia de Las Américas menos que se cite otra fuente.

Tomado de: Aviva Nuestros Corazones

Todos los Derechos Reservados

Disponible sobre el Internet en: http://www.avivanuestroscorazones.com

5/18 – La trama se complica

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Ester, “Mujer de Dios en el tiempo de Dios”

5/18 – La trama se complica

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Carmen Espaillat: De acuerdo a Nancy Leigh DeMoss, hay consuelo en saber que Dios está en control.

Nancy: No te quedes despierta en la noche preocupándote y tratando de averiguar ¿qué voy a hacer cuando salga de la universidad? ¿Cómo voy a conseguir trabajo? ¿Qué voy a hacer con esto o aquello? Dios lo sabe a Dios le importa, Dios va delante de ti preparándote el camino.

Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.

Si hay algo que hemos aprendido de Ester, es que Dios tiene un plan, y lo está cumpliendo…

Nancy: Estamos retomando la historia en el capítulo 2 de Ester, en el versículo 19, y como algunos dirían: «la trama se complica».

Ester se encuentra ahora en el palacio del rey y se ha convertido realmente en la reina de Persia. Ella ha sido seleccionada entre cientos de mujeres. El rey la favoreció a ella. Él ha tomado a esta joven judía, probablemente una adolescente —la ha tomado para ser su reina.

Y nosotras hemos leído el final de la historia, así que sabemos lo que Dios está haciendo. Pero Ester y su primo Mardoqueo, que era su padre adoptivo, no tenían ni idea de lo que Dios estaba haciendo. Vemos que Dios estaba trabajando, en Su providencia, en y a través de sus circunstancias.

«Ahora, cuando las vírgenes fueron reunidas por segunda vez [estas son las mujeres del harén del rey] Mardoqueo [el padre adoptivo de Ester] estaba sentado a la puerta del rey (versículo 19). »

Si has leído otros pasajes de la Escritura, como el libro de Rut. . . La puerta la vemos también en ese contexto, y Proverbios 31 también habla del hombre que está “sentado a la puertas”. La puerta del rey era el lugar donde tomaban lugar los negocios comerciales y legales. Se sugiere que ahora Mardoqueo había sido elevado a una posición de responsabilidad. Era uno de los funcionarios del rey, y ese pequeño detalle prepara el escenario para la historia que va a desarrollarse aquí.

«Ester no había dado a conocer ni su parentela ni su pueblo, tal como Mardoqueo le había mandado, porque Ester hizo lo que le había dicho Mardoqueo, como cuando estaba bajo su tutela»(versículo 20).

Ahora bien, esta es la segunda vez que ese pequeño detalle se menciona en esta historia. Cuando Dios dice algo una vez en la Escritura, vale la pena prestar atención. Cuando lo dice dos veces, aparentemente Dios piensa que es importante.

Ester confió en Mardoqueo lo suficiente para obedecerle, y seguir su liderazgo. Ella no se olvidó de lo se le había enseñado ahora que ella era independiente. Creo que eso es una evidencia de su sabiduría, de su carácter —el hecho de que tenía respeto por la autoridad; por su educación y su formación.

«En aquellos días, estando Mardoqueo sentado a la puerta del rey, Bigtán y Teres, dos eunucos del rey, guardianes del umbral, se enojaron y procuraban echar mano al rey Asuero. Pero el asunto llegó a conocimiento de Mardoqueo, y él se lo comunicó a la reina Ester, y Ester informó al rey en nombre de Mardoqueo. Y cuando fue investigado el asunto y hallado cierto, los dos fueron colgados en una horca; y esto fue escrito en el libro de las Crónicas en presencia del rey». (vv. 21-23)

Cada uno de estos pequeños detalles es importante… Aquellas de ustedes que están familiarizadas con la historia de Ester, ya saben que estos pequeños detalles van a ser muy importantes en los años siguientes. Y aquí vemos de nuevo la providencia divina.

¿Qué es la providencia? Es la vigilancia de Dios sobre su creación. Es el hecho de que Dios ve por adelantado lo que va a suceder. Dios ordena al futuro, y Dios va delante de Su pueblo para hacer provisión para las circunstancias antes de que nosotras lleguemos a ellas.

Algunas de ustedes se preocupan con facilidad: «¿Qué voy a hacer cuando llegue a la vejez? ¿Quién va a cuidarme? ¿Qué va a pasar si la enfermedad de Alzheimers de mi marido empeora? ¿Qué va a pasar si mis hijos hacen esto o aquello? »

No sé qué va a suceder, tú no lo sabes tampoco. Pero Dios sabe lo que va a suceder, y Dios ya ha estado allí antes que tú para proveer las cosas que tú no tienes ni idea que van a ocurrir. No sabes que tu marido perderá su trabajo en dos meses a partir de ahora. Pero Dios sí lo sabe.

No te quedes despierta en la noche preocupándote y tratando de averiguar, o «¿Qué voy a hacer cuando salga de la universidad? O ¿Cómo voy a conseguir trabajo? ¿Qué voy a hacer con esto, o aquello? Dios lo sabe. A Dios le importa. Dios va delante de ti preparando el camino. Así es la providencia de Dios. Y aquí la ves en acción.

Fue debido a la providencia divina, en primer lugar, que Mardoqueo estaba en su posición en la puerta del rey. Es por eso que le fue posible conocer sobre este complot para asesinar al rey -Dios lo había puesto en esa posición. Tú dirás: «Bueno, el rey le dio el trabajo». Eso es lo que parece, pero Dios tiene rey el corazón en la mano. Dios lo puso en esa posición, Dios le asignó ese trabajo.

Fue providencia de Dios que este complot fuera revelado a Mardoqueo. Es decir, no creo que estos dos conspiradores le contaran todo intencionalmente a Mardoqueo. Mardoqueo lo oyó de alguna manera por casualidad. ¿Cómo llegó a su atención? Fue la providencia. Dios lo puso en aquél lugar para escucharlo.

Entonces vemos que Mardoqueo era leal al rey, a pesar de que no era un rey piadoso. Cuando Mardoqueo se enteró del complot, se lo informó a Ester. Los hombres fueron juzgados, los hombres fueron llevados ante la justicia, y el complot fue evitado.

En aquellos días, cuando dice que los traidores eran colgados en la horca, probablemente significa que fueron atravesados en una estaca de madera o en un palo enorme. Esa era la pena capital al estilo persa. La hazaña fue registrada en los registros reales, pero en ese momento- por alguna razón, probablemente por un descuido humano- no hubo ningún reconocimiento oficial, ningún agradecimiento; ninguna recompensa fue dada a Mardoqueo por haber salvado la vida del rey.

¿Qué hizo Mardoqueo? No hay evidencia de amargura, ni de resentimiento. Ves en Mardoqueo un corazón de siervo – la actitud que Jesús describe en el Evangelio de Lucas, cuando dice que solo hemos hecho lo que es nuestro deber hacer. «He hecho lo que se supone que debo hacer».

Así que él vuelve a su trabajo. La buena obra de Mardoqueo no fue reconocida o premiada por unos cuatro o cinco años. ¿Puedo recordarte que Dios ve, que Dios sabe, y que Dios hará públicas todas las cosas en su tiempo? Ves este tema a través de toda la Escritura.

“A los pecadores los persigue el mal, pero los justos serán recompensados con el bien.” (Proverbios 13;21)

«El Hijo del Hombre vendrá, y ENTONCES RECOMPENSARÁ A CADA UNO SEGÚN SU CONDUCTA. » (Mateo 16:27)

Entonces, no ahora. Muchas de las recompensas de la vida cristiana no ocurren ahora. Mucha de nuestra recompensa, como servidoras de Dios y de nuestras familias, no ocurre ahora. La recompensa llega más tarde.

William Penn, el fundador del estado donde yo nací, Pensilvania, dijo:

“El que hace lo bueno por amor a Dios no busca ni elogios ni recompensas. Él está seguro que recibirá ambas cosas al final.”

Lo que siembres, eso también cosecharás. Mardoqueo salvó la vida del rey de las manos de un asesino malvado cuando tuvo la oportunidad, y al fin de cuentas, la vida de Mardoqueo fue salvada del complot malvado de Amán. Él cosechó lo que sembró.

Una vez más, vemos eso en la providencia de Dios, era Dios quien estaba escribiendo el guión. Aunque aparentemente insignificantes, los detalles no relacionados eran en realidad todos parte del plan de Dios para salvar a Su pueblo. Es igual en tu vida… La fidelidad será recompensada. Tal vez no ahora, probablemente no ocurra ahora, pero finalmente sí, ocurrirá.

La fidelidad por excelencia, que no recibe recompensa inmediata, es la maternidad. Lo más probable es que tus hijos, cuando tienen de tres o cuatro años, o cuando tienen trece o catorce años, no van a levantarse para llamarte bienaventurada.

Pero a medida que continúas siendo fiel, mientras sigues haciendo lo que Dio te ha llamado a hacer– cuidando a tus hijos, limpiando tu casa, preparando las comidas, o mientras estás en tu lugar de trabajo haciendo fielmente lo que Dios te ha llamado a hacer; mientras sirves de manera discreta en tu iglesia, haciendo actos de bondad escondidos del público -hay cosas que estás haciendo día tras día que piensas que nadie ve, que nadie sabe, que nadie aprecia, ni reconoce…

Nadie te dice «gracias.» No hay recompensa, y algunos días te cansas de todo, ¿no es así? Observa esta historia y recuerda el hecho de que Dios ve; Dios lo sabe. Él lo registra en los libros de la historia del cielo, y Él te recompensará a su tiempo.

Ahora llegamos al capítulo 3, a los versículos 1-2 nos dicen:

«Después de esto el rey Asuero engrandeció a Amán, hijo de Hamedata agagueo, y lo ensalzó y estableció su autoridad sobre todos los príncipes que estaban con él. Y todos los siervos del rey que estaban a la puerta del rey se inclinaban y se postraban ante Amán, porque así había ordenado el rey en cuanto a él; pero Mardoqueo ni se inclinaba ni se postraba».

Este es un reino donde el poder y el conocimiento de quién está a cargo tienen mucha importancia. Y todo este ensalzamiento y estas personas inclinándose ante Amán solo contribuyen a alimentar su ego y su sentido de superioridad. Y como veremos, esto lo mete en grandes problemas.

Pero el versículo 2 nos dice que Mardoqueo, el judío que hemos conocido anteriormente, ni dobla sus rodillas ni le rinde culto. «Entonces los siervos del rey, que estaban a la puerta del rey, dijeron a Mardoqueo: ¿Por qué traspasas el mandato del rey? Y sucedió que después que ellos le habían hablado día tras día y él se había negado a escucharlos, se lo informaron a Amán para ver si la palabra de Mardoqueo era firme; porque él les había declarado que era judío». (versículos 2-4).

Recuerda, antes, en el capítulo 2, Mardoqueo le había dicho a Ester, «Cuando entres al palacio, no permitas que la gente sepa que eres judía». Ahora se sabe que Mardoqueo es Judío, pero todavía no se sabe la conexión que existe entre Mardoqueo y Ester. ¿Me hago entender?

Así que tenemos a Amán, quien ahora está en esta batalla. Cuando empezamos este estudio dijimos, que debemos estar buscando la batalla entre dos reinos: el reino del hombre y el reino de Dios. Estamos viendo que la batalla se intensifica en la medida que vemos a estos dos hombres: Amán, que quiere que todo el mundo doble sus rodillas ante él, y Mardoqueo por otro lado, que dice: «Yo no voy a doblar mis rodillas ante usted».

¿Por qué Mardoqueo no dobla sus rodillas? El versículo 1 del capítulo 3 nos dice que Amán era un agageo. Eso significa que él era descendiente de Agag, quien ustedes recordarán que fue el antiguo rey de los amalecitas. Los amalecitas eran descendientes de Esaú, hermano gemelo de Jacob, y los amalecitas habían sido enemigos del pueblo de Dios, de los judíos, por siglos.

Vamos a refrescar nuestra memoria durante unos instantes sobre la historia de ese conflicto, porque será muy importante para esta historia.

En Éxodo capítulo 17, recordamos que los amalecitas atacaron a los israelitas en Refidim. Allí fue donde Josué luchó contra los amalecitas, mientras Moisés levantaba sus brazos durante la batalla, con el apoyo de Aarón y de Hur. Al final de la batalla, Dios le dijo a Moisés: «yo borraré por completo la memoria de Amalec de debajo del cielo” (versículo 14).

Moisés afirma que ésta es la intención de Dios cuando dice en ese mismo capítulo, «El SEÑOR lo ha jurado; el SEÑOR hará guerra contra Amalec de generación en generación.» (Versículo 16).

Dios es quien dice: «Yo voy a borrarlos por completo».

Luego, en 1ero de Samuel capítulo 15, años más tarde, Dios le dice a Saúl,

«Yo castigaré a Amalec por lo que hizo a Israel, cuando se puso contra él en el camino mientras subía de Egipto. Ve ahora, y ataca a Amalec, y destruye por completo todo lo que tiene.» (vv. 2-3).

Dios dice: «Estos son mis enemigos, y quiero que los destruyas.»

Así que 1ero de Samuel nos dice que Saúl atacó a los amalecitas, pero tomó a Agag, rey de los amalecitas, y lo dejó vivo. Por cuestión de orgullo, Saúl y el ejército perdonaron a Agag. Él quería ser visto como un rey conquistador, entonces no mató al rey de los amalecitas como Dios le había ordenado que lo hiciera.

Entonces viene el profeta Samuel, que se enfrenta a Saúl y le dice:

Y el SEÑOR te envió en una misión, y dijo: «Ve, y destruye por completo a los pecadores, a los amalecitas, y lucha contra ellos hasta que sean exterminados. ¿Por qué, pues, no obedeciste la voz del SEÑOR?» (Versículos 17-19)

Cuando llegamos a la historia de Ester vemos que las elecciones que hacemos cuando decidimos obedecer a Dios ‘parcialmente”–en lugar de obedecerle completamente- pueden tener implicaciones para las generaciones futuras. A Saúl le fue dada la oportunidad de representar a Dios en la erradicación de esta raza de malas personas. Él no la aprovechó y desobedeció.

En su orgullo, él dijo, «Mi camino es mejor. Yo puedo ser una excepción a la regla de Dios. Puedo hacerlo a mi manera». Como resultado, los amalecitas continuaron su existencia por generaciones, y también siguieron siendo una espina en el costado de los judíos, y siguieron siendo enemigos declarados de los judíos. Recuerda, fue un amalecita el que finalmente tomó la vida de Saúl. Saúl perdonó un amalecita y finalmente perdió la vida a manos de uno de ellos.

Este conflicto entre los amalecitas, o los agagueos, como llegaron a ser conocidos -y los judíos continuó durante siglos. Hay otras referencias a este conflicto en el Antiguo Testamento. Ahora, siglos más tarde, después del rey Saúl, uno de los descendientes de Agag sube al poder e intenta exterminar al pueblo elegido de Dios. Si nos remontamos al libro de Éxodo, eso es lo que los amalecitas siempre habían querido hacer.

Así que ahora los judíos están en peligro de extinción debido a Amán, un agageo, porque siglos antes Saúl no terminó el trabajo de exterminar a los enemigos de Dios.

Permítanme decirles, jóvenes y mujeres mayores, que cuando no se ocupan de su carne– de su orgullo, de los asuntos que tienen que ver con la obediencia con el dominio propio en sus vidas-se abre una puerta, un instrumento, para que el enemigo tenga la victoria, no solo con sus vidas, sino también con sus hijos y con sus nietos y con futuras generaciones.

No piensen que las decisiones o las elecciones que hagamos ahora no tendrán ramificaciones más tarde. Algunas de las mamás pueden ver que ahora están cosechando algunas de esas consecuencias en sus hijos. Ellos son como un espejo, y reflejan de forma ampliada los asuntos que ignoraste cuando eras más joven. No lo dejes pasar. Obedece a Dios, o vas a tener que lidiar con esos enemigos durante mucho tiempo en el futuro.

Ahora, a pesar del hecho de que Amán ha llegado al poder y amenaza con exterminar a los judíos, Dios todavía está en la escena. Dios todavía está en su trono, y Dios está comprometido a cumplir Su pacto con Su pueblo. Él no va a dejar que Su pueblo sea eliminado. Dios se ha comprometido a proteger la descendencia de la familia de David. Dios se ha comprometido a cumplir con la sentencia que levantó contra los amalecitas. Recuerda que Él dijo: «Yo borraré totalmente la memoria de Amalec de debajo del cielo».

Dios cumple Sus promesas. Han pasado siglos, y no parece haber ocurrido, pero Dios cumplirá Sus promesas .

Tú puedes pensar que, mientras vives dentro de un matrimonio complicado o estás en ese trabajo difícil, «Han pasado siglos, bueno, décadas -y nada parece haber cambiado.» Dios se ha comprometido a cumplir sus promesas. No trates de descifrar la cronología. Solo sé fiel a lo que Dios te ha llamado a hacer.

Y vemos entonces que Mardoqueo se niega a doblar sus rodillas y a rendir culto, porque Mardoqueo es judío. No era contrario a la ley de Dios que Mardoqueo honrara a un gobernante humano. Ellos fueron instruidos a honrar al rey. Sin embargo, los amalecitas, el pueblo representado por Amán, eran los enemigos declarados de Dios y de Su pueblo. Mardoqueo dijo: «Yo no voy a honrar a nadie que es enemigo de Dios».

Al estudiar este pasaje, no creo -—y algunos comentaristas no están de acuerdo conmigo aquí—pero no creo que se trataba de un rencor personal entre Mardoqueo y Amán. Desde la perspectiva de Amán, pudiera haberse convertido en rencor, pero creo que era algo mucho más profundo que esto. Mardoqueo se colocaba al lado de Dios en la lucha nacional entre el pueblo de Dios, los judíos, y los amalecitas.

Mardoqueo se niega a doblar sus rodillas, ese rechazo encuentra oposición. Sus compañeros le hablan… Día tras día le hablan. Tratan de convencerle a que comprometa sus convicciones, pero Mardoqueo se mantiene firme. Dice que él «se había negado a escucharlos», según el versículo 4 (NVI).

Él se negó a comprometer sus convicciones, incluso bajo la presión de sus compañeros. Mardoqueo es impulsado por fuertes convicciones, por su carácter, por un sentido de su herencia, y por un sentido de responsabilidad hacia la más alta de las autoridades -es decir la autoridad de Dios.

Una vez más, si pudiera dirigirme de manera especial a las más jóvenes -tú puedes decidir si encajas en esa categoría o no-. Ustedes tienen muchas oportunidades, presiones para ceder ante ante el sistema del mundo, presiones en este mundo, presiones de parecerse al mundo, de pensar como el mundo, de actuar como el mundo, de salir con hombres como el mundo, y de hacerlo todo a la manera del mundo.

Quiero decirte que tienes que ser una mujer de convicción, una mujer que se mantenga firme y que dice: «Voy a honrar a Dios y voy a obedecerle. No voy a ponerme del lado de los enemigos de Dios, y al hacerlo, traer así reproche al pueblo de Dios».

Así que aquí tenemos un ejemplo de desobediencia civil, de verdad. Sus amigos le dicen, «¿Por qué transgredes el mandato del rey?» Y pensamos en otras personas de la Escritura que transgredieron la orden del rey: los tres jóvenes hebreos que dijeron al rey: «No vamos a inclinarnos ante su imagen, ni adorar a la estatua de oro «(véase Daniel 3:16-18).

Pienso en el día de hoy, en los creyentes en otras partes de mundo que se reúnen para orar, para adorar en los hogares, en violación de las leyes locales, diciendo: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres.» Es una decisión difícil de hacer. Y cuando mantienes tus convicciones, tienes que estar preparada a pagar las consecuencias, así como lo fue para Ester y para Mardoqueo, pero vale la pena pagar las consecuencias de obedecer a Dios en lugar de los hombres.

Ahora, de acuerdo a la forma como se desarrolla el personaje de Amán aquí, creo que es un tipo –es un símbolo del Anticristo en el Antiguo Testamento. Satanás le ha dotado de poder; así también al Anticristo; leemos esto en el libro de Apocalipsis. Él ha recibido la autoridad de Satanás. Él es adorado. El Anticristo trata de destruir al pueblo de Dios, y por un tiempo parece que gana, pero en última instancia, todos estos anti-cristos y estas fuerzas son destruidas por Cristo.

Permítanme leerles un pasaje de Apocalipsis capítulo 13 que ofrece esta imagen de la bestia tratando de lograr la adoración de la humanidad en este mundo. Y dice:

«Y adoraron al dragón, (es una imagen de Satanás) porque había dado autoridad a la bestia (creo que Amán era imagen de la bestia en el Antiguo Testamento); y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién es semejante a la bestia, y quién puede luchar contra ella? Se le concedió hacer guerra contra los santos y vencerlos…» (Versículos 4-7).

Dios permitió que el Anticristo, la bestia, por un tiempo, hiciera la guerra a su pueblo—por un tiempo— y los vencerá. Ahora, si estuvieras allí presente en ese momento, sería algo temible.

«Se le concedió hacer guerra contra los santos y vencerlos; y se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. Y la adorarán todos los que moran en la tierra, cuyos nombres no han sido escritos, desde la fundación del mundo, en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado.» (Versículos 7-8)

¿Ves la batalla aquí? ¿Ves la guerra? Ocurre entre Satanás y Dios. Es una batalla por obtener la adoración, y Satanás le da autoridad a la bestia y hace que el mundo adore a la bestia, y doble sus rodillas ante ella, y le obedezca. Él le da a la bestia todo tipo de autoridad. Es una bestia que se establece en contra de Cristo y en contra de Dios. La batalla ocurre entre estos dos reinos.

Amán y Mardoqueo son dos jugadores pequeños que representan esta gran batalla. Creo que Satanás estaba apoyando a Amán de la misma manera como Satanás entró en Judas cuando traicionó a Cristo -de la misma forma en que tú y yo tratamos de ser adoradas, cuando insistimos en tener la razón y todo el mundo tiene que estar de acuerdo con nosotras, asumimos las características del Anticristo. Eso es cosa seria.

Aquí tenemos a Mardoqueo, que dice: «No voy a doblar las rodillas». Amán, como veremos, se enfurece. Él no puede soportar esto, porque quiere que toda la autoridad y el poder sean suyos.

Una vez más, antes de criticar demasiado a Amán, o a las personas parecidas a Amán que están en el mundo… Puedes pensar: «Sí, yo trabajo para un hombre parecido a Amán». O Puedes pensar: «Yo estoy casada con un hombre parecido a Amán». O, «Hay un hombre en un cargo político de nuestra comunidad parecido a Amán». Existen en todas partes, pero quiero pedirte que te hagas esta pregunta: ¿Hay alguna característica de Amán en mí?

● ¿Soy una persona controladora?

● ¿Estoy buscando poder?

● ¿Me molesta cuando la gente no hace todas las cosas a mi manera, cuando no doblan sus rodillas delante de mí ni me coronan como reina?

Ahora, no diríamos esas palabras en voz alta, pero el hecho es, que en nuestros corazones hay algo de Amán, y por eso tenemos necesidad de que Cristo sea coronado y que reine como rey de nuestros corazones. Y cuando Él reina allí, entonces podremos decir «no» al sistema de este mundo, y seremos capaces de ser hombres y mujeres de convicción, así como fue Mardoqueo.

Carmen: Esa es Nancy Leigh DeMoss. Ella volverá en un momento para orar.

Todos tendemos a manifestar actitudes como las de Amán a veces y necesitamos una conexión diaria con Dios a través de Su Palabra y de la oración.

La historia de Ester te mostrará que la popularidad y el poder mundanos en realidad no importan mucho. En nuestro próximo programa, Nancy continuará con esta enriquecedora enseñanza. Verás la rapidez con que las cosas pueden desmoronarse.

Y ahora, oremos con Nancy.

Nancy: ¡Oh, Padre, Te pido que nos llenes de tu Espíritu, que nos hagas mujeres de convicción, dispuestas a pagar el precio de permanecer solas cuando todo el mundo doble sus rodillas ante el sistema de este mundo; ante su búsqueda de dinero, de poder y de sexo. Señor, ayúdanos a ser diferentes, a mantenernos firmes y a levantarnos como lo hicieron Ester y Mardoqueo. Ayúdanos a mantenernos firmes, sin miedo, sabiendo que no tememos a nadie más que a Ti, y que Tú eres el que reina y gobierna, y que un día vas a reinar sobre todos los reinos de este mundo. Oro en el nombre de Jesús, Amén.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de de alcance de Life Action Ministries.

Toda las Escrituras fueron tomadas de la Biblia de Las Américas a menos que se cite otra fuente.

Tomado de: Aviva Nuestros Corazones

Todos los Derechos Reservados

Disponible sobre el Internet en: http://www.avivanuestroscorazones.com

4/18 – Reina

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Ester, “Mujer de Dios en el tiempo de Dios”

4/18 – Reina

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/reina/

Carmen Espaillat: Nancy Leigh DeMoss dice que la historia de Ester te llevará a hacerte la siguiente pregunta:

Nancy Leigh DeMoss: ¿Te estás amoldando a tu entorno, a la cultura a tu alrededor? ¿Adoptas la forma de hablar del mundo, el coqueteo de las mujeres de este mundo?, o ¿mantienes tu cabeza bien puesta y dices «soy diferente»?

Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss», en la voz de Patricia de Saladín.

¿Alguna vez sientes la presión de conformarte a las personas a tu alrededor? ¿Crees que habría mayor o menor presión si de repente te convirtieras en reina? Bueno, Nancy está aquí para ayudarles a pensar en esto en la serie llamada «Ester: Mujer de Dios en el tiempo de Dios».

Nancy: Hoy veremos el capítulo 2 de Ester, versículo 12. Ester ha sido puesta en el harem del rey en el palacio- un lugar nada deseable, pero vemos que Dios está allí con ella, que la providencia de Dios gobierna, dictamina y obra tras bastidores aun cuando ella no se percata de ello.

Ester y las otras mujeres seguían una rutina, pasaban a través de un régimen para prepararlas para ver al rey. Retomamos la historia hoy a partir del versículo 12.

Cuando le tocaba a cada joven venir al rey Asuero, al cumplirse sus doce meses, según las ordenanzas para las mujeres, pues los días de su embellecimiento se cumplían así: seis meses con óleo de mirra y seis meses con especias y cosméticos para las mujeres, entonces la joven venía al rey de esta manera: cualquier cosa que ella deseaba se le concedía para que la llevara consigo del harén al palacio del rey.» (Versos 12-13).

Después de doce meses de embellecimiento, iba a la presencia del rey a pasar la noche con él.

« Ella entraba por la tarde y a la mañana siguiente volvía al segundo harén, bajo la custodia de Saasgaz, eunuco del rey, encargado de las concubinas. Ella no venía otra vez al rey a menos que el rey se complaciera en ella y fuera llamada por nombre.» (Verso 14).

Este es un pasaje que en ocasiones tendemos a romantizar o a tener fantasías acerca de este concurso de belleza, incluso he escuchado a personas hacer chistes e historias acerca de estas mujeres en el harem. Pero quiero decirles que no hay nada chistoso; ni nada divertido ni romántico en esta escena.

En realidad aquí vemos -y las Escrituras usan las palabras muy cuidadosamente- si piensas bien lo que está pasando, aquí vemos un trato muy denigrante hacia la mujer. Ilustra la deshumanización de las mujeres que es característico de las culturas paganas donde la luz del Evangelio nunca ha resplandecido.

Mientras leo este pasaje, suena como si acabara de escuchar de la mansión Playboy de Hugh Hefner, de sus flamencos, sus jardines y de su concurso » la conejita del año«. Esta no es una ilustración hermosa. Es algo deshumanizante.

Flavio Josefo, el historiador antiguo, estima que reunían cerca de 400 jóvenes o más para pasar por este proceso. Era una cosa horrible.

Una vez estas mujeres pasaban una noche con el rey, se convertían en sus concubinas y le pertenecían a él. Nunca se podían casar. Se pasaban el resto de sus días como prisioneras en el harem.

A propósito, esto contrasta con lo que leímos previamente en el capítulo dos acerca del trato que Mardoqueo tenía hacia Ester. Él era puro para con ella. La cuidó cuando quedó huérfana y la adoptó. Era tierno, se preocupaba y era considerado hacia ella. Esa es la forma bíblica en que los hombres deben tratar a las mujeres.

Frecuentemente escucharás a personas no-cristianas hablar de cómo los cristianos deshonran a las mujeres, «poniéndolas en su lugar». Quiero decirles que no hay nada más reprensible y deshumanizante e indignante para una mujer que la forma mundana e impía como son vistas.

Esta es la diferencia entre la visión cristiana y la visión pagana de la mujer, el trato cristiano y el trato pagano de las mujeres.

En el trato pagano las mujeres son vistas como en este pasaje, como objetos sexuales, juguetes para placer personal, para ser usadas y luego descartadas. Toda nuestra revolución sexual ha causado que seamos vistas y tratadas de esa forma. No es algo que ha liberado a las mujeres, sino que más bien las ha hecho prisioneras.

Esto debería romper y entristecer nuestros corazones. Y con respecto a la visión cristiana de las mujeres -no permitas que te digan que esta visión deshonra a las mujeres, porque eso no es verdad.

Algunos cristianos podrán deshonrarlas, sin embargo el punto de vista cristiano, el bíblico, es que un hombre debe ser fiel a una mujer, debe deleitarse con ella, amarla, y cuidarla como cuida a su propio cuerpo.

Donde ha llegado la luz del Evangelio, el rol, la visión el trato hacia las mujeres ha sido elevado.

Así que aquí vemos la forma secular y pagana de tratar a las mujeres.

«Cuando a Ester, hija de Abihail, tío de Mardoqueo, que la había tomado como hija, le tocó venir al rey, ella no pidió cosa alguna sino lo que le aconsejó Hegai, eunuco del rey, encargado de las mujeres. Y Ester hallaba favor ante los ojos de cuantos la veían.» (Verso 15).

Así Ester cumplió con los requerimientos de los tratamientos de belleza que le fueron impuestos en el harem del rey. Lo vimos en la última sesión, pero ella no tomó ventaja de ningún favor que hubiera recibido. No pidió nada cuando fue a la presencia del rey. Ella se llevó del consejo de Hegai. «Cualquier cosa que creas que necesito, eso es lo que tomaré».

He aquí una imagen de simplicidad y contentamiento. Y una vez más ella se distinguió de las otras mujeres. Ella era diferente. Cuando piensas en lo que Ester había pasado hasta este punto en su vida, ella pudo haber respondido a este dramático cambio en sus circunstancias en una de dos formas.

En primer lugar, un día ella era una huérfana en tierra extranjera. Al día siguiente era una reina en potencia en el palacio del rey con siete doncellas y todas las cosas que pudiera desear. Este revés en la fortuna pudo habérsele ido a la cabeza y pudo haber hecho de ella una engreída; una bella y engreída mujer. Nada peor que eso.

Pero por otra parte, la posibilidad de ser llevada a la alcoba del rey-presumiblemente ella no tuvo opción -pudo haber causado que respondiera en terror y miedo.

Pero no la vemos aquí siguiendo ninguna de las dos. Una vez más, hay mucho que no conocemos, pero en cuanto a lo que esta historia revela, pienso que vemos en esta mujer una respuesta de quietud, confianza, humildad, y sumisión, balanceado con coraje y fe; hablando solo cuando era tiempo de hablar. Veremos eso más adelante.

Ella ilustra los principios de 1era Pedro capítulo 3 en donde se nos dice, «Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos» (verso 3, NVI). Ester tenía mucho de esto. Ella era físicamente bella en su forma y en su silueta. Era una mujer hermosa.

Pero no es de ahí donde viene su verdadera belleza. Sino que Pedro nos dice, «sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios» (versos 4-5, NVI).

Creo que es así como Ester se embellecía en el palacio, diciendo, «Estoy en una situación pésima, pero por la gracia de Dios no dejaré que esto me convierta en una mala mujer. Dejaré que Dios me haga una mujer hermosa y que me use en contraste con este escenario feo y oscuro para representar Su belleza y Su gloria en este harem del palacio».

Y Pedro luego dice de estas mujeres que eran santas: «Así se adornaban en tiempos antiguos las santas mujeres que esperaban en Dios, cada una sumisa a su esposo. Tal es el caso de Sara, que obedecía a Abraham y lo llamaba su señor. Ustedes son hijas de ella si hacen el bien y viven sin ningún temor.» (1 Pedro 3:5-6 NVI)

Esto es lo que vemos en Ester. No es que nunca antes hubiese experimentado temor. Ciertamente lo experimentó como una joven adolescente que fue llevada a estas circunstancias; y luego al tener que acercarse al rey y el arriesgar su vida. Ciertamente ella tuvo temor, pero no se paralizó.

Ella tenía un temor de Dios que la protegía del temor a los hombres. Por tanto vemos aquí a una mujer realmente hermosa en el sentido más verdadero y puro de la palabra.

Piensa en ti misma, en tu lugar de trabajo, en tu matrimonio difícil, en el ambiente difícil de tu escuela. Algunas de ustedes son estudiantes universitarias; en recintos seculares. Les aseguro -y ustedes saben mejor que yo- que no es un ambiente piadoso en el que muchas de ustedes viven y trabajan.

¿Te asemejas a tu entorno, a la cultura a tu alrededor? ¿Adoptas la forma de hablar del mundo, el coqueteo de las mujeres de este mundo?, o ¿mantienes tu cabeza bien puesta y dices «soy diferente»?

Ester era judía. Ella no cabía en el imperio persa. Ella mantuvo su identidad, preservó su pureza y su corazón. Aun cuando fue forzada a circunstancias difíciles e insostenibles, ella fue guardada y favorecida por Dios.

¿Cómo haces cuando vas a tu lugar de trabajo, o al campus universitario? ¿Te estás convirtiendo en una de las mujeres del entorno: eres áspera, insensata, burlona, necia, inmoral? O ¿Mantienes un corazón piadoso, creciendo en piedad, siendo un contraste con el resto del mundo alrededor de ti?

«Ester fue llevada al rey Asuero a su palacio real el mes décimo, que es el mes Tebet, en el año séptimo de su reinado. Y el rey amó a Ester más que a todas las otras mujeres, y ella halló gracia y bondad con él más que todas las demás vírgenes, y él puso la corona real sobre su cabeza y la hizo reina en lugar de Vasti.» (Verso 16-17)

Algo se destacó en Ester. Mientras leo este libro, me digo: «¿Qué es? ¿Qué es?» Este rey, podía tener cualquier mujer en el imperio persa; había compartido su cama con las mujeres más bellas en la tierra. ¿Por qué Ester y no otra ‘amante’ más para el rey?

Había algo en ella que la hacía destacarse. En última instancia era la providencia de Dios. Dios la favoreció. Y el corazón del rey está en las manos de Dios.

Dios tenía un plan para Su pueblo.

Dios tenía un plan para el mundo.

Dios tenía un plan para nosotras, al darnos un Salvador.

Lo que Dios hizo por Ester en el palacio era parte de ese plan. Lo que pase en tu vida no está desconectado del gran plan eterno, vasto y redentor de Dios Lo que está sucediendo en tu vida puede tener ramificaciones e implicaciones por cientos de años, eso es, si el Señor tardara en venir.

No sabes qué tipo de cuadro Dios está dibujando, que tipo de tapicería Dios está entretejiendo y cómo tu vida puede ser parte de ello.

«Entonces el rey hizo un gran banquete para todos sus príncipes y siervos, el banquete de Ester. También concedió un día de descanso para las provincias y dio presentes conforme a la liberalidad del rey.” (Verso 18)

Desde ya la vida de Ester estaba trayendo bendiciones al reino en formas que ella nunca habría podido predecir o anticipar. Vemos una vez más aquí la providencia de Dios. La veremos una y otra vez en este libro.

¿Ves? el que Dios pusiera a Ester en el palacio no fue una idea adicional, o algo que se le ocurrió después. No fue una reacción al plan cruel de Amán. No hemos llegado aún ahí, pero muchas de nosotras estamos apercibidas de ello. Dios es el Dios que ve con anticipación y hace provisión.

Dios sale adelante y planifica una salida. Así que Dios puso a Ester en el palacio aún antes que Amán se levantara para accionar.

Tú no sabes por qué Dios está haciendo lo que está haciendo. Pero Dios sí lo sabe. Por tanto busca evidencia de la providencia de Dios a tu alrededor y cuando no puedas verla, algo que a menudo sucede, entonces confía en que Él está trabajando, planeando, preparando, orquestando, tejiendo un plan y tendrás parte en esta historia.

Carmen: Muchas personas han escuchado la historia de Ester durante su vida, pero nunca con los detalles que Nancy Leigh DeMoss les ha provisto. Las historias que escuchamos mientras crecíamos en la iglesia tienen más relevancia hoy de lo que creemos. Nancy continuará enseñándonos de Ester.

El programa de hoy es parte de la serie Ester: una mujer de Dios en el tiempo de Dios.

Un grupo de mujeres ha estado escuchando esta serie llamada «Ester: una mujer de Dios en el tiempo de Dios» y una de ellas tiene una pregunta acerca de uno de los temas de este estudio: Confiando en la providencia de Dios.

¿Diría usted que el temor es lo opuesto a la providencia ya que si uno está confiando en Dios y realmente creyendo en Su providencia, lo opuesto sería entonces el temor?

Nancy: Si no existiera la providencia, tendríamos entonces muchas razones para estar horrorizadas ya que el mundo entero sería fruto de la casualidad y estaría fuera de control por lo que debiéramos estar terriblemente asustadas.

Pero si existe un Dios que es creador, que es lo suficientemente sabio e inteligente y lo suficientemente amoroso, bueno y capaz de controlar cada aspecto, asunto, átomo y evento de Su creación, entonces ¿por qué temer?

Así que cuando tememos, es una evidencia de que no estamos creyendo que Dios es soberano. O no lo sabemos, o no lo creemos o lo hemos olvidado. Pero el temor no puede coexistir con la fe.

La fe erradica el temor y ella es la base, no de algunos sentimientos que tengo, sino de la realidad de quien es Dios, Sus promesas, Su carácter, Su soberanía…

¿Significa esto que si estamos confiadas en la soberanía y en la providencia de Dios podemos marchar hasta la presencia del rey y sentirnos confiadas y no tener ningún temor por hacerlo así? Pienso que Ester tenía temor, pero solo hasta el punto de no saber lo que Dios habría de hacer.

Así que ante cualquier aprehensión que sintamos -si supiéramos lo que Dios sabe, no tendríamos temor. Si realmente conociéramos a Dios y supiéramos lo que Él hace… Mientras más le conocemos menos temor sentiríamos. De igual forma mientras menos le conocemos más temor sentimos y más flaqueamos.

Pero también hay lugar para crecer en esta área. Esta pregunta es similar a la que alguien me hizo previamente: Si tu vida está fundamentada en Dios, ¿significa esto que será emocionalmente estable, que estarás libre de temor y que no tendrás altas y bajas?

Y le contesté, «bueno, es un asunto de crecimiento. Hoy estoy más arraigada en los caminos de Dios, que antes, como resultado de haber pasado semanas estudiando el libro de Ester».

Como resultado, me encuentro a mí misma respondiendo mejor ante las circunstancias de la vida y con mayor confianza en Dios, mayor estabilidad, y menos “y entonces ahora, ¿qué voy a hacer?”.

Por tanto mientras más crecemos, más conoceremos a Dios, más estables y arraigadas estaremos y menos temerosas seremos.

Pero hay un proceso. La persona que recientemente ha conocido a Dios, que no tiene un camino trillado con Él, que no ha visto a Dios demostrar Su providencia una y otra vez y otra vez, esa persona, aunque sea una creyente comprometido que ama a Dios, podrá experimentar muchos temores. Pero mientras más crezca, más le conocerá, más confiará.

Como leemos en el Salmo 9 en el versículo 10, «En ti pondrán su confianza los que conocen tu nombre, porque tú, oh SEÑOR, no abandonas a los que te buscan.”

Holly Elliff: Así es creo que también hay otra forma de verlo como dijo Pablo, “mientras más débil soy, más fuerte soy”. En este sentido descansas cuando te das cuenta de que no puedes controlar la situación o cambiarla.

A medida que te abandonas al control de Dios, Él te infunde de Su fortaleza y vive a través de ti. De modo que te encuentras en esas circunstancias tan débil como eras antes, pero con mucho menos temor que el que tenías porque estás apercibida «no soy yo» en esta circunstancia, sino Dios.

Creo que Ester probablemente tuvo que llegar al punto de saber muy bien que ella estaba totalmente en las manos de Dios, lo que le dio libertad para hacer lo que necesitaba hacer en dependencia del Señor.

Nancy: Esto es algo que yo experimento a menudo en este ministerio. Rara vez, hago una conferencia o grabo una sesión donde enseño la Palabra de Dios, en la que no sienta, los días previos, una enorme tentación a temer.

Yo no pensaría de mi misma como una persona temerosa, pero sé que llevar la Palabra de Dios es algo asombroso, pues las vidas de las personas están en juego y es una enorme responsabilidad.

Me siento tan débil, tan necesitada, tan inadecuada para hacer lo que Dios me ha llamado a hacer. Si dependiera solo de mis sentimientos y emociones, no subiría a esa plataforma, no me pararía frente a un micrófono, porque tendría mucho miedo, tendría mucho temor.

Lo que hago es esto, vengo delante del Señor y pongo delante de Él mi temor y pongo delante de Él mi debilidad y mi incompetencia. Le digo, «Señor, no puedo hacer esto sin Ti, pero sé y fortalezco mi corazón en lo que sé que es verdad. Consuelo mi corazón con la verdad».

Si olvido como hacer esto, tengo amigas que saben cómo hacerlo por mí. Ellas me ayudan y me dicen, «Háblale verdad a tu corazón, ¿Dios te ha llamado Dios a hacer esto?»

Y yo les contesto «Sí.»

¿Dios te ha dado Dios Su Palabra? ¿Te ha dado Su Espíritu? ¿Acaso no te dará también Su gracia, su fortaleza y Su poder?

«Sí, sí, sí»

Y así voy en la fuerza del Señor.

Pablo dice, «Estuve entre vosotros con mucha debilidad, y mucho temor y temblor cuando les proclamé a Cristo».

Es algo maravilloso saber que estás llevando el Evangelio a la vida de las personas, pero ¿Quién es suficiente para esto? ¿Quién es suficiente para criar hijos? ¿Quién es suficiente para hacer cualquier cosa que Dios le haya llamado a hacer? Ninguna de nosotras.

De modo que ser fuertes en el Señor no significa tener fortaleza. Significa ser naturalmente débiles, algo que somos ya sea que lo reconozcamos o no. Significa ser fuertes en Su fuerza, tomando de Su fuerza.

Mientras aprendemos de la providencia de Dios y sobre Sus promesas, mientras vamos acumulando un caminar con Dios…escuchamos a esta mujer decir, «tengo casi 80 años de edad y Dios ha sido tan fiel.» Cuando escucho esto y estoy en mis 50, pienso «Dios será conmigo como ha sido con ella».

Por tanto nos alentamos en nuestra fe. Y vemos como Dios guía a través de los problemas con sus hijos adolecentes y entonces te dices a ti misma, «Dios me puede ayudar a mí también».

Leemos las Escrituras, vemos nuestras vidas, nos aconsejamos unas a otras de acuerdo a la Palabra de Dios. Nos levantamos y les decimos a las demás creyentes «Estoy débil, ¿me ayudarías a levantar mis brazos en esta batalla?» Lo hacemos juntas como una comunidad de fe.

De modo que no es que no tengamos temores. Nos movemos a través de ellos como lo hizo Ester cuando dijo, «Si he de perecer, que perezca». Hubo veces-y algunas de ustedes me han escuchado compartir esto antes en el ministerio radial, cuando no sabía si iba a poder llevarlo a cabo. Me sentía como que estaba pasando por algo muy difícil y que no iba a ser capaz de salir y de sobrevivir.

La forma en que solía aconsejar mi corazón era diciéndome, «¿sabes algo? No importa si salgo de esta o si sobrevivo. Lo que importa es que estoy haciendo lo que Dios me ha llamado a hacer por lo que iré por fe y por la gracia de Dios y en Su fuerza. Dios me dará el valor. Alentaré en el Señor mi corazón -eso es ser valiente en Dios- y por la gracia de Dios lo haré».

Llegas al punto donde pones tu vida y dices «no importa si salgo ensangrentada o herida o si los reyes me gritan.» No digo que no importe, sino que no tiene gran importancia.

El resultado es: ¿ha sido Dios glorificado? ¿He obedecido a Dios? Si Dios ha sido glorificado por yo ser débil, entonces escojo la debilidad y aún así voy con confianza en el nombre del Señor.

Carmen: Nancy Leigh DeMoss volverá para orar para que podamos escoger la fe sobre el temor. En el curso de los siguientes programas, veremos cómo Dios escogió a Ester para un trabajo especial en un tiempo especial y ella se resistió al temor para obedecer.

Queremos exhortar a las oyentes a obedecer a Dios sin temor en nuestra generación. Hay un verso en el libro de Ester que pregunta, «¿Quién sabe si no has venido al reino para un tiempo como éste?» Ese fue el verso lema de la conferencia de True Woman ’08, y creemos que este es el tiempo para que las mujeres se levanten juntas y afirmen el llamado único de Dios para ellas. Es por esto que lo hemos elegido para el lema de nuestra próxima conferencia de Mujer Verdadera a celebrarse en Santo Domingo próximamente.

Creemos que ahora es el tiempo de que las mujeres pidan a Dios un reavivamiento en sus hogares y sus iglesias. Es por esto que hemos estamos enseñándoles y estimulándoles a vivir un retrato de la femineidad bíblica a través de este tipo de conferencias. Espero que puedas acompañarnos.

La historia de Ester nos enseña a decirle «no» a la ansiedad. Descubre por qué en nuestro próximo programa. De vuelta con ustedes Nancy.

Nancy : Señor, Te adoramos por Tu providencia. Te damos gracias por aquello que no podemos entender. Sabemos que Tú estás obrando en las diversas circunstancias y etapas de nuestras vidas como mujeres jóvenes o como mujeres mayores, y Tú estás obrando para llevar a cabo Tus grandes propósitos. Ayúdanos a confiar en Ti, a someternos a Ti y a ser mujeres verdaderas piadosas donde sea que Tú nos coloques. Oro en el nombre de Jesús, amén.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras fueron tomadas de la Biblias de Las Américas a menos que se cite otra fuente.

Tomado de: Aviva Nuestros Corazones

Todos los Derechos Reservados

Disponible sobre el Internet en: http://www.avivanuestroscorazones.com

3/18 – Un concurso de belleza nada inocente

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Ester, “Mujer de Dios en el tiempo de Dios”

3/18 – Un concurso de belleza nada inocente

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/un-concurso-de-belleza-nada-inocente/

Carmen Espaillat: Nancy Leigh DeMoss escucha las preguntas de muchas mujeres.

Nancy Leigh DeMoss: ¿Por qué me puso Dios en este matrimonio? ¿Por qué Dios me puso en este trabajo? ¿Por qué Dios me puso en esta comunidad? ¿Por qué me puso Dios en este país, en este lugar, en estas circunstancias? No lo sabemos, pero confiamos en la providencia de Dios y en que Él tiene un propósito en ponernos ahí.

Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss, en la voz de Patricia de Saladín. Las noticias están llenas de historias sobre las injusticias cometidas en todo el mundo contra la mujer. Esto no es nada nuevo.

Hoy escucharemos sobre una adolescente atrapada en una cultura que no respetaba a la mujer.

Espero que te sientas animada a ver cómo Dios permaneció con ella mientras se movía en ese mundo tan peligroso. Nancy está continuando una serie llamada «Ester, una mujer de Dios en el tiempo de Dios».

Nancy: En estos últimos programas hemos estado en el primer capítulo de Ester, que toma lugar durante el tercer año del reinado del rey Asuero. En este capítulo vemos que la reina Vasti resiste la orden del rey de presentarse en esta fiesta que estaba llena de lascivia y borrachera. Ahora ella ya no está en el trono.

Este primer capítulo tuvo lugar mientras Asuero estaba preparándose para lanzar una guerra ofensiva contra los griegos. El rey no sustituye a Vasti de inmediato, sino que sale a invadir a Grecia, de modo que cuando retomamos el capítulo dos, dice «Después de estas cosas» (versículo 1), en realidad es cuatro años después.

Lo que pasó entre el capítulo uno y el capítulo dos es que el rey sufrió una derrota humillante frente a los griegos y es en ese contexto que llegamos al capítulo dos al versículo uno

Después de estas cosas, cuando el furor del rey Asuero se había aplacado, él se acordó de Vasti, de lo que ella había hecho y de lo que se había decretado contra ella.

Entonces los cortesanos al servicio del rey, dijeron: «Búsquense para el rey jóvenes vírgenes y de buen parecer. Y que el rey nombre oficiales en todas las provincias de su reino para que reúnan a todas las jóvenes vírgenes y de buen parecer en la fortaleza de Susa, en el harén, bajo la custodia de Hegai, eunuco del rey, encargado de las mujeres, y que se les den sus cosméticos. Y la joven que agrade al rey sea reina en lugar de Vasti. Y esto le pareció bien al rey, y así lo hizo» (hasta el versículo 4).

Debemos reconocer que este no era un concurso de belleza ingenuo de «Miss Persia». Estas mujeres están circunscritas al harén del rey. De acuerdo a un historiador antiguo, había unas 400 mujeres allí, o quizás más.

Este era un proceso horrible y degradante. Estas jóvenes estaban acostumbradas a satisfacer la lujuria de este rey lascivo, arrogante, alcohólico e iracundo. Una vez habían estado con el rey, si él no las aprobaba, si no quería que fueran su reina, ellas no podrían casarse jamás.

Se convertían entonces en concubinas y eran confinadas a ser prisioneras en su harén y destinadas a pasar el resto de sus vidas en la soledad; nunca podrían casarse. Esta no era una vida precisamente feliz ni sana.

Ahora, en el párrafo siguiente, empezando con el versículo cinco del capítulo 2, el tono que hemos visto hasta ahora, que es muy secular, muy mundano, muy arrogante, ese tono cambia completamente.

Leemos en el versículo cinco:

Y había en la Fortaleza de Susa un judío que se llamaba Mardoqueo, hijo de Jair, hijo de Simei, hijo de Cis, benjamita, que había sido deportado de Jerusalén con los cautivos que habían sido deportados con Jeconías, rey de Judá, a quien había deportado Nabucodonosor, rey de Babilonia (versículos 5-6).

Desglosemos esto por un momento. Aquí tenemos a Mardoqueo. La Biblia lo identifica como un judío en Susa. Déjenme decirles que hay algo malo con esta imagen. Él está en tierra extranjera.

Los judíos pertenecían a palestina. Aquí está Mardoqueo, judío, en una tierra pagana. No encaja, pero Dios lo va a usar y le va a dar un propósito.

Al igual que Mardoqueo nosotras no pertenecemos a esta tierra. Fuimos hechas para otro lugar. Se llama el cielo. No encajamos aquí en esta tierra, pero Dios quiere usarnos para que seamos de bendición, para cumplir sus propósitos, y para ayudar a traer Su reino a este mundo.

Vemos también que Mardoqueo era de la tribu de Benjamín. ¿A quién más conocen que era de la tribu de Benjamín? Al primer rey de Israel, al rey Saúl.

El bisabuelo de Mardoqueo había sido deportado de Judá por el rey de Babilonia, Nabucodonosor, y Mardoqueo era de la tercera o cuarta generación que había crecido en lo que ahora era Persia. Él vivió en la capital de Susa. Fue puesto allí providencialmente por Dios por razones que él no tenía forma de entender durante ese tiempo.

Él no podía ver. Él no sabía por qué Dios lo había puesto como judío, como extranjero, en medio de este imperio persa. Él no encajaba. Los judíos no encajaban en Persia. No es ahí donde pertenecían, pero Dios providencialmente había colocado allí a Mardoqueo; Él tenía un propósito para su vida.

Podría decirse que posiblemente ustedes no vean, que no sepan; es más, que no podemos ver, no sabemos, todos los propósitos e intenciones que Dios tiene con nuestras vidas en esta tierra. ¿Por qué Dios me puso en este matrimonio? ¿Por qué Dios me puso en este trabajo? ¿Por qué Dios me puso en esta comunidad? ¿Por qué Dios me puso en este país? ¿En este lugar? ¿En estas circunstancias? No lo sabemos, pero confiamos en la providencia de Dios que él tiene un propósito para ponernos allí.

Ahora, el versículo siete nos dice que Mardoqueo:

«…estaba criando a Hadasa, es decir, Ester, hija de su tío, pues ella no tenía ni padre ni madre. La joven era de hermosa figura y de buen parecer, y cuando su padre y su madre murieron, Mardoqueo la tomó como hija suya.»

O sea que Mardoqueo estaba criando a su sobrina huérfana. La había adoptado. La vigilaba. Cuidaba de ella, lo que veremos a medida que sigamos avanzando en el capítulo.

Él cumplió la responsabilidad de un padre hacia una hija; es decir, cuidarla. Es su hija adoptiva. Ester es judía, y los judíos, como veremos, serán una minoría despreciada en el reino.

Dice que ella es joven. Ayer busqué esa palabra en el idioma original, y dice que la palabra «joven» significa doncella. Habla de una muchacha que esté entre la infancia y la adolescencia. Ella era una jovencita, probablemente una adolescente.

Me alegro tanto de que haya mujeres más jóvenes que estén escuchando Aviva Nuestros Corazones todos los días, y me gustaría retar a algunas de ellas a que digan: «Señor, no sé cuál es Tu propósito para mi vida. No sé por qué me hiciste. No sé por qué me pusiste en esta familia, en este tiempo, pero sé que tienes un propósito. Quiero rendirme a ti para cualquiera que sea tu propósito en mi vida».

Vemos que ella es una joven. Vemos que es hermosa. Ese es un detalle pequeño, pero se hace importante. Así es como ella termina en el palacio.

¿De dónde obtuvo Ester su belleza? Dios se la dio. Eso fue parte de la providencia de Dios en su vida.

Ella era huérfana. Tanto su madre como su padre habían muerto. Ella no tenía otra familia que no fuera Mardoqueo, y uno piensa en todas las cosas en la historia de esta jovencita que uno diría que no fueron cosas ideales, cosas que pudieron haberla hecho decir: «No hay esperanza para mí. No valgo la pena».

Si hay una joven que pudiera tener problemas con la imagen de sí misma, aparte de su belleza física, era ella, y aun su belleza física pudo haberle causado problemas de imagen porque ella pudo haber pensado «la única razón por la que me quieren es por mi belleza». Ella era una mujer que tenía muchas razones para no salir adelante.

De modo que con este telón de fondo de la corte real y todos los oficiales del imperio medo-persa, este par, Mardoqueo y Ester, deben haberse sentido terriblemente insignificante, sin oportunidad de influenciar a un rey, y mucho menos a todo un imperio. Según leemos en el primer capítulo, pareciera que Asuero tenía todo el poder, toda la influencia en sus manos.

Así que él solo chasquea sus dedos, y zoom, la reina ya no está; chasquea sus dedos y la gente trae bebidas; chasquea sus dedos, y toda la nación se pone en atención. Él es quien tiene el poder. Pero algo de lo que no se daba cuenta Asuero era de que él, al igual que Mardoqueo y que Ester, todos estaban en manos de un Dios que tiene todo el poder.

Dios tiene todo el poder. Así que aparte de ser insignificantes, resultó que Ester y Mardoqueo iban a jugar un papel vital en la liberación del pueblo de Dios y por lo tanto la continuación de la nación a través de la cual nacería el Mesías. Su simple valentía, su fe y su devoción les permitió ser instrumentos en manos de un Dios soberano que siempre está obrando para cumplir Sus propósitos en este mundo.

Versículo ocho:

«Y sucedió que cuando el mandato y el decreto del rey fueron oídos, muchas jóvenes fueron reunidas en la Fortaleza de Susa bajo la custodia de Hegai; y Ester también fue llevada al palacio del rey, bajo la custodia de Hegai, encargado de las mujeres.»

El rey dio una orden. Traigan a las mujeres. Es uno de los cinco decretos reales hechos por el rey en el libro de Ester.

No sabemos si Ester fue llevada voluntariamente o si fue en contra de su voluntad. He tratado de descifrarlo. He leído este texto una y otra vez al igual que toneladas de comentarios, bueno, tal vez no tantos, pero sí unos cuantos.

No lo sabemos, pero diría, basándome en lo que conocemos hoy sobre Asuero y en lo que sí sabemos del texto, dice que fue llevada, que él hizo un decreto, y yo tendría la tendencia de pensar que ella fue reclutada en contra de su voluntad. Eso es lo que me parece que tiene sentido en este pasaje con todo el resto del pasaje. No sabemos si el rey ejercía autoridad absoluta y negarse o resistirse pudiera haber significado muerte al instante.

No obstante, sea que haya ido por su propia voluntad o que haya sido coaccionada, como pienso que fue el caso, sabemos esto: Sabemos que Dios, en su providencia, trajo lo bueno de lo malo.

Recuerda que Ester no conoce el final de la historia. Nosotras sí sabemos el final de la historia, pero ella no. Trata de ponerte en sus zapatos, en sus sandalias, si es posible, y escucha mientras vemos el versículo ocho.

Y sucedió que cuando el mandato y el decreto del rey fueron oídos [es decir, que todas estas hermosas mujeres debían ser reunidas de todo el reino para participar en una competencia, por así decirlo, para ser la próxima reina], muchas jóvenes fueron reunidas en la fortaleza de Susa bajo la custodia de Hegai; y Ester también fue llevada al palacio del rey, bajo la custodia de Hegai, encargado de las mujeres.

La joven [es decir, Ester], le agradó [es decir, a Hegai, quien estaba a cargo del harén. Ella ganó su favor, y noten esa palabra «favor» porque la verán repetidamente en el libro de Ester.], por lo que se apresuró en proveerle cosméticos y alimentos; le dio siete doncellas escogidas del palacio del rey, y la trasladó con sus doncellas al mejor lugar del harén (versículos 8-9)

Aquí tenemos a esta jovencita adolescente, que llega a este cambio total, inesperado y radical en toda su vida, en todas sus circunstancias. El curso completo de su vida fue alterado radicalmente en un instante.

Pensarás que debió ser suficiente que haya perdido a ambos padres. No sabemos cómo sucedió eso, pero cuando ella era pequeña, perdió a sus padres. Ustedes pensarán: «¿Qué más le puede suceder a esta joven?» y lo que pasa es que tan pronto llega al palacio, rápidamente halla el favor de todo aquel que la conoce.

Acabamos de leer en el versículo nueve que ella rápidamente halló el favor de Hegai, el principal chambelán o eunuco del rey. Si vamos al versículo 15 del mismo capítulo, veremos que ella también halló favor frente a todo el que la veía, y luego en el versículo 17 dice que cuando fue al rey, también halló su favor. Tres veces en este capítulo, ella halló el favor de la gente que la rodeaba.

Ahora, ¿cómo halló ella el favor de las personas y por qué? ¿Qué hacía ella que sobresaliera? Bueno, sabemos que inicialmente fue escogida por su impresionante apariencia física. Ella era bella. Eso dicen las Escrituras, pero pienso que debe haber habido algo más.

No pienso que ella simplemente fuera más atractiva sexualmente que las demás jóvenes. Primero, la mano de Dios estaba en su vida. Dios concede favor.

Pienso sobre el pasaje décadas antes en el libro de Daniel, cuando Daniel fue llevado cautivo al mismo palacio, y en Daniel capítulo uno nos dice que: «Dios concedió a Daniel hallar favor y gracia ante el jefe de los oficiales» (versículo 9). ¿De dónde provino el favor? El favor proviene de Dios.

Dios es el Rey. Dios reina y anula o desautoriza a todos los reyes del universo. Dios le concedió favor a Daniel, y creo que fue Dios quien le concedió favor a Ester porque Dios tenía un plan que era más grande que Daniel, más grande que el rey de Babilonia, más grande que Ester, más grande que el rey Asuero.

Dios tenía un plan para cumplir sus propósitos redentores en este mundo. Daniel era parte de este plan, al igual que Ester. Dios los puso en el palacio y les concedió favor.

Ella halló favor porque la mano de Dios estaba en su vida, pero pienso que hay también otra razón, y es porque ella tenía algo más que belleza física. Ella tenía belleza interior. Ella era una mujer con aplomo.

Mientras leemos el relato completo, vemos que ella es una joven extraordinaria, con un carácter digno de admiración. Su carácter le halló favor. Pienso que ella era una joven encantadora.

Proverbios capítulo 3 nos dice, «La misericordia y la verdad nunca se aparten de ti; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón. Así hallarás favor y buena estimación ante los ojos de Dios y de los hombres» (versículos 3-4).

No se aparten de ti la misericordia y la verdad. Ten un corazón encantador, un corazón piadoso, un espíritu piadoso.

Proverbios capítulo 13 nos dice que, «El buen entendimiento produce favor» (verso 15). Pienso que Ester era una mujer que tenía la cabeza en su sitio. Tenía sensatez, y era Dios quien le permitía ser así. Esa también era la gracia de Dios en su vida, pero les diré algo. Les garantizo que ella no halló favor frente a Hegai y también con el rey y los demás siendo una mujer quejumbrosa, llorona, temperamental, controladora, egocéntrica o regañona. Ese tipo de mujer no halla favor con nadie.

Todo el tiempo recibimos noticias a través de Aviva Nuestros Corazones de mujeres que están pasando por circunstancias duras y difíciles, como Ester cuando estaba en el harén de este rey malévolo y pagano. Hay mujeres que escuchan a Aviva Nuestros Corazones, tal vez algunas de ustedes hoy, que están en matrimonios muy difíciles, en ambientes de trabajo difíciles, ambientes escolares muy difíciles. Vivimos en un mundo malvado y caído, y algunas de estas mujeres, por la forma en que reaccionan a sus circunstancias, pierden el derecho a ganar favor.

Creo que una mujer de Dios puede hallar favor en la peor de las circunstancias si tiene un espíritu encantador, si tiene un corazón piadoso y si tiene un carácter piadoso. Eso es lo que leemos sobre Daniel en ese mismo palacio. Daniel capítulo 6 dice,

«Pero este mismo Daniel sobresalía entre los funcionarios y sátrapas porque había en él un espíritu extraordinario, de modo que el rey pensó ponerlo sobre todo el reino» (versículo 3).

¿Quieres hallar favor delante de Dios y delante de los hombres? Entonces desarrolla un espíritu extraordinario, un espíritu excelente, así como tenía Daniel. Ahora, tener un espíritu excelente no significa que nunca terminarás siendo cautivo, como Daniel o como Ester. Pero significa que Dios podrá obrar en tu vida para lograr sus propósitos cuando tienes ese espíritu excelente.

Pienso que Ester no se dejó influenciar por el espíritu de la gente a su alrededor, sino que se hacía cada vez más y más piadosa, a medida que se desarrollaba la historia. Había algo que se destacaba, algo que era cautivador e impresionante sobre ella, digno de admiración y favor, que iba más allá de su belleza física. Déjenme recordarles que Dios siempre está obrando en todo lugar, aun en el harén de un rey pagano.

Y esto es difícil de entender, ¿no es así? Les digo, no existe ningún lugar donde vivamos o trabajemos o sirvamos o tengamos una función que sea tan oscuro que Dios no pueda estar ahí. Dios está en los lugares más improbables, en tu trabajo secular, en tu familia, en la universidad. Dios es capaz de manifestar su presencia.

Ahora, el versículo 10 nos dice que,

Ester no dio a conocer ni su pueblo ni su parentela, porque Mardoqueo le había mandado que no los diera a conocer. Y todos los días Mardoqueo se paseaba delante del patio del harén para enterarse de cómo estaba Ester y qué le sucedía» (versículos 10-11).

Este es un pequeño paréntesis, tal vez, en este pasaje, pero pienso que vale la pena hacer la observación.

Vemos aquí la relación padre/hija entre Mardoqueo y su hija adoptada, su prima menor Ester, y cómo el rol de padre es instruir, proteger, dirigir y supervisar las vidas de los hijos. La preocupación de Mardoqueo por Ester no terminó cuando ella salió de la casa. Él siguió conectado con ella, lo mejor que pudo. Todavía tenía un sentido de responsabilidad hacia ella.

Ella era su hija. Él la crió como su hija. Déjenme decirles, jovencitas, su mamá siempre será su mamá. Ustedes siempre les importarán a sus padres.

Ahora, ellos no siempre lo harán a la perfección. A veces muestran esa atención de formas equivocadas, pero es propio de un padre preocuparse y cuidar de sus hijos. Era propio de Mardoqueo.

Solo puedo imaginarlo caminando frente a esa corte del harén tratando de averiguar la más mínima noticia. ¿Cómo le va? ¿Qué estará haciendo? Porque, claro está, Ester estaba aislada en ese harén.

Ella no podía salir a hablar con la gente fuera del palacio, pero Mardoqueo era diligente. No era como decir «ojos que no ven, corazón que no siente». Él quiere saber lo que ella estaba haciendo. Él desea estar conectado, y Ester se queda conectada en su corazón.

Mardoqueo le dice a Ester en el momento que ella se va: «No les digas de tu origen». Ahora, no sabemos por qué él dijo esto. Sabemos que había sentimientos antisemíticos en el reino en esos días, y que probablemente lo prudente era que él le diera este consejo, «No les digas de tu origen; no des a conocer a tu propia gente o tu parentela».

No obstante, Ester se sometió al consejo que recibía de Mardoqueo. Continuó siguiendo su consejo, siendo obediente al mismo, aun después de ya no estar bajo su cuidado directo.

Puedo decirles, jovencitas, que he encontrado gran protección y bendición en mi vida como resultado de tomar decisiones, aun como adulta, siguiendo los consejos que mis padres me enseñaron cuando era joven. Algunas de estas cosas, si se las dijera, ustedes dirían, «pero tú eres adulta, toma tus propias decisiones».

Yo tomo mis propias decisiones, y ¿saben lo que decido con mayor frecuencia? Seguir el consejo que recibí de mis padres cuando era joven. De modo que aquí vemos a Ester como una joven que es sumisa. Ella es receptiva. Recuerda lo que se le ha enseñado. Lo pone en práctica una vez llega al punto en que puede hacer lo que ella quiera.

Recuerdo cuando tenía 17 años y mis padres me dejaron ir de Filadelfia al otro lado de los Estados Unidos en California para mis dos últimos años de estudios en la Universidad del Sur de California. No me puedo imaginar cómo me dejaron hacerlo. Ciertamente Dios me protegió, pero quiero decirles que otra cosa que me protegió fue el hecho de que yo escogí, a los 17 años, cuando podía hacer lo que quisiera (podía ir a los lugares que quería; mis padres no estaban ahí para supervisarme), pero Dios me ayudó a tomar las decisiones correctas de acuerdo a lo que mis padres me habían enseñado.

No sé cuántas veces Dios ha protegido mi vida de cosas que pudieron haber sido influencias peligrosas, mortales o engañosas, por haber escogido escuchar el consejo de mis padres. De modo que Ester es discreta. Ella llega al palacio del rey, y no habla sobre su identidad ni su origen. Creo que en parte Dios la bendice y pone su favor sobre ella porque ella escoge permanecer bajo el consejo y la sabiduría que recibió al crecer bajo el cuidado de Mardoqueo.

Carmen: Nancy Leigh DeMoss nos ha estado ayudando a que la historia de Ester cobre vida, recordándonos el suspenso y drama de esta historia. El programa de hoy es parte de una serie llamada Ester: una mujer de Dios en el tiempo de Dios.

Te ayudará a ir más allá de las enseñanzas de escuela dominical sobre una mujer que llegó a ser reina. También te ayudará a ponerte en el lugar aterrador de esta adolescente en un mundo injusto. Lo que es más importante, te ayudará a ver la mano de Dios guiando a Ester a través de cada prueba.

Esta serie te guiará a ti también y te ayudará a aprender más de Su providencia. Si te has perdido alguno de los programas puedes escucharlos en AvivaNuestrosCorazones.com. También espero que te entusiasmes con la guía de estudio que nuestro equipo elaboró, llamada Ester, la reina exiliada. La lectura diaria tomará un tema de Ester, y te ayudará a relacionarlo con tu vida y tu relación con Dios.

Puedes adquirirlo al visitar nuestra página, AvivaNuestrosCorazones.com.

Hemos estado viendo la actitud chauvinista del rey Asuero. Mañana, contrastaremos esa actitud con la visión de Dios de la belleza y el valor de la mujer. Ahora, oremos con Nancy.

Nancy: Señor, te doy gracias porque tú concedes tu favor, y obras aún en las circunstancias más difíciles o improbables. Tu obras te mueves y logras tus propósitos.

Señor, gracias por la influencia piadosa y por las personas que traes a nuestras vidas para entrenarnos, Te pido que nos enseñes y nos muestres cómo vivir Tu consejo. Señor, Te oro por las mujeres que nunca tuvieron padres piadosos, como tampoco influencia o entrenamiento, para que puedan recibirlo de Tu Palabra y puedan vivir en obediencia al consejo de Tu Palabra.

Gracias, Señor, por Tu providencia, por cómo la vemos en esta historia y como estamos aprendiendo a verla en nuestras propias vidas. Gracias, Señor, en el Nombre de Jesús. Amén.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries .

Todas las Escrituras fueron tomadas de la Biblia de Las Américas a menos que se cite otra fuente.

Tomado de: Aviva Nuestros Corazones

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