RESEÑA: EL ORIGEN Y EL TRIUNFO DEL EGO MODERNO | Carl R. Trueman

«Soy una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre». Si bien esta es una frase a la que ya nos hemos acostumbrado a escuchar en los últimos años, es una frase que habría sido incomprensible para aquellos que vivieron y murieron hace solo un par de generaciones. Aunque tiene mucho significado hoy, habría carecido de todo sentido en ese momento. Entonces, ¿qué es lo que ha sucedido en las décadas recientes para hacer que esta frase tenga sentido? ¿Qué ha sucedido para que sea tan normal que negarla hoy es ser marcado como un anticuado intolerante?

Los orígenes del nuevo libro de Carl Trueman se encuentran en su curiosidad sobre cómo y por qué esta afirmación ha llegado a ser entendida tanto coherente como significativa. El origen y el triunfo del ego moderno es esencialmente una exploración de 200 páginas del cambiante entendimiento del ser en el mundo Occidental. Por mucho que queramos atribuir la frase a la revolución sexual, Trueman está convencido de que los cambios que hemos visto en las costumbres sexuales desde la década de 1960 son síntomas de cambios más profundos «en la forma en que pensamos sobre el propósito de la vida, el significado de la felicidad», y qué es lo que realmente constituye el sentido de las personas sobre quiénes son y para qué existen. Para entender cómo un hombre puede realmente ser una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre, debemos entender «cómo y por qué una cierta noción del yo ha llegado a dominar la cultura de Occidente [y] por qué este yo encuentra su manifestación más obvia en la transformación de las costumbres sexuales». Con todo eso en su lugar, el estudio solo puede completarse si se considera «cuáles son y pueden ser las implicaciones más amplias de esta transformación en el futuro».

Trueman divide el libro en cuatro partes. En la primera, él introduce conceptos básicos y figuras clave que aparecerán una y otra vez. Hay tres filósofos que son centrales para su entendimiento de los cambios sociales: Phillip Rieff, Charles Taylor y, en menor medida, Alasdair McIntyre. Al examinar su trabajo, él introduce conceptos como el «el triunfo de lo terapéutico», «el hombre psicológico», «la anticultura», y «el imaginario social». Cada uno de estos términos aparecen una y otra vez, así que al lector le convendría leer despacio y anotar definiciones.

En la parte dos, se enfoca en desarrollar los siglos XVIII y XIX, empezando con Jean-Jacques Rousseau y luego avanza a un número de prominentes poetas del Romanticismo. Finalmente, se dirige a las ideas que cambiaron el mundo de Friedrich Nietzsche, Karl Marx y Charles Darwin, quienes «en sus diferentes formas proporcionaron una justificación conceptual para rechazar la noción de naturaleza humana y, por lo tanto, allanaron el camino para la plausibilidad de la idea de que los seres humanos son criaturas plásticas sin identidad fija fundada en una esencia intrínseca e irradiable». Es a través de estos hombres que la noción del yo de la sociedad se psicologizó.

En la parte tres, se dirige a Sigmund Freud, a través de quién la psicología se volvió sexualizada, y a sus seguidores, a través de quienes la sexualidad se volvió politizada. Freud enseñó que los humanos son, en esencia, criaturas sexuales y, por lo tanto, definidas por sus inclinaciones sexuales. Si antes de Freud el sexo era una cuestión de actividad, después de Freud fue una cuestión de identidad. Si antes de Freud el sexo se trataba de hacer lo que te hacía feliz, después de Freud el sexo se trató sobre ser tu auténtico yo. Aquellos que promovieron el pensamiento freudiano —Wilhelm Reich, Herbert Marcuse y otros— lo hicieron a través de un marco Marxista que veía las normas sexuales tradicionales como marcas de un patriarcado opresivo decidido a mantener su propio poder. Resistir el patriarcado requeriría total libertad sexual y autodefinición. Si a través de Rousseau la identidad se psicologizó, entonces a través de Freud la psicología (y por ende la identidad) se sexualizó, y a través de Reich y Marcuse la identidad (y por ende el sexo) se politizó.

Con este marco establecido, la parte final del libro muestra cómo todos estos desarrollos conceptuales se han desplegado y se están desplegando actualmente en la sociedad. Examina el triunfo de lo erótico a través del surrealismo, la cultura pop y la pornografía; examina el triunfo de lo terapéutico a través de prestigiosas universidades y los fallos de la Corte Suprema; examina el triunfo del T (Transgenerismo) como un derroque casi absoluto de todos los acuerdos tradicionales del sexo, la sexualidad e incluso de la humanidad.

El transgenerismo es un síntoma, no una causa. No es la razón por la que las categorías de géneros estén ahora tan confundidas; es más bien una función de un mundo en el que el colapso de la metafísica y del discurso estable ha creado tal caos que ni siquiera el más básico de los binarios, el que existe entre lo masculino y lo femenino, puede reclamar un estatus objetivo significativo. Y las raíces de esta patología se encuentran profundamente dentro de las tradiciones intelectuales de Occidente.

Aunque El origen y el triunfo del ego moderno es una lectura exigente, especialmente para aquellos que no están familiarizados con muchas de estas categorías y personajes, es una lectura gratificante. En sus páginas, Trueman explica acertadamente cómo y por qué nuestra cultura ha llegado al lugar donde «soy una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre» ya no es una frase sin sentido y contradictoria. Y comienza a explicar lo que está en juego si esta larga marcha no es interrumpida, si no es refutada de acuerdo a la verdad. Como yo lo veo, El origen y el triunfo del ego moderno no es solamente el libro más importante que leí en 2020, sino también el mejor. No puedo recomendarlo lo suficiente.

El origen y el triunfo del ego moderno: amnesia cultural, individualismo expresivo y el camino a la revolución sexual. Carl R. Trueman. B&H Español, 256 páginas.
Esta reseña fue publicada originalmente en Tim Challies.

La Esposa Exelente

La Esposa Exelente

Reseña de libro por: 

Esposa-excelente-191x300Me casé recién, y cualquier consejo de mis hermanas que tienen mas tiempo en la vida de fe y de matrimonio es de mucha bendición. Mi esposo me recomendó el libro “La Esposa Excelente (The Excellent Wife)” de Martha Peace. En estos tiempos donde para las mujeres, la palabra sumisión significa algo negativo —ser esclava o maltratada—, la autora explica lo que es ser una esposa sumisa: “Una esposa debe ser sumisa a su marido en todo a no ser que él le pide pecar”.[1]

Este libro, con bases en la Biblia, aconseja a la esposas en como actuar en cada situación que aparece en la vida matrimonial. Es importante que una esposa sepa cual es su lugar en el matrimonio, que Dios ha creado esta institución, y que debe ser para Su gloria. Sabemos que la esposa es la imagen de la iglesia, y el esposo de Cristo, entonces para comportarnos como esposas es muy importante saberlo (Efesios 5.21-33).

En este siglo, las mujeres suelen quitarles el lugar de líder en la familia al esposo, o que el esposo sea muy autoritario y quiere tomar el lugar de Dios. De ahí nacen matrimonios disfuncionales, donde los hijos más tarde serán confundidos, y crecerán con carencias espirituales. Martha Peace nos brinda toda clase de consejos, con la Biblia como referencia. Se pone el acento en las cosas que creemos que son pequeñas: como el tono con el que se debe dirigir al esposo, la actitud que debe tomar la esposa cuando quiere que él la ayude pero se frustra demasiado porque siempre deja su ropa en el piso y ella tiene que recogerla, etc. Cosas como éstas no son chiquitas, nunca, es lo que nos hace ver la autora, por eso este libro es muy práctico, y exhorta lo espiritual y las cosas diarias de un matrimonio en Cristo.

Las mujeres somos personas que por desgracia nos dejamos llevar por los sentimientos, si alguien ataca unos de esos sentimientos, nos ponemos muy mal, y olvidamos que lo que es verdaderamente el amor que describe Pablo en 1 Corintios 13.

El amor se trata de sacrificio no de romanticismo.

Claro que estos gestos románticos son buenos cuando el esposo, o la esposa (no es una propiedad exclusivamente de los hombres, este romanticismo) quieren demostrar su amor a través de esto. Pero el libro atrae la atención de que las mujeres no pueden vivir esperando que los esposos siempre hagan lo correcto y que sean siempre sólo miel. Somos seres imperfectos, que se equivocan y pecan (Romanos 3:10). La esposa en vez de esperar de que el conyugue haga lo que ella quiere, primero debe ser ella quien haga lo que Dios quiere, y que se cumpla la voluntad de Él. Nuestra voluntad siempre se inclina a nuestros deseos porque aún tenemos egoísmo en nuestras vidas, es a esto que debemos morir cada día con la ayuda de la gracia de Dios, conciderando al otro más importante que a nosotros mismos (Filipenses 2.3-4).

“Santiago nos advirtió: Primero escuche. Cultive el arte de escuchar. Sea tardo para hablar. Piense en lo que va decir. Escoja palabras que edifican, en ves de palabras con ira”. [2]

Los esposos son una sola carne y uno no hace daño a su propio cuerpo (Efesios 5:29), por aún así muchas veces fallamos a nuestros seres queridos. No olvidemos, que de todos a quien le fallamos más, es a Dios, pero Él nos sigue amando, ésta es la manera de amar que debemos imitar.

Recordemos que el matrimonio no es para “Ser felices para siempre” sino para la santificación del esposo y de la esposa, para llegar a ser cada día mas semejantes a nuestro Dios. Esposas este libro es un tesoro.


[1] Martha Peace, La esposa excelente, p. 142, Ed. Publicaciones Faro de Gracia, 2007.
[2] Martha Peace, La esposa excelente, p. 216, Ed. Publicaciones Faro de Gracia, 2007.

 

Rumana de nacimiento, pero peregrina en esta tierra, hoy estoy radicada en Chile junto a mi esposo Abraham Serey, comenzando una nueva vida. Soy apasionada por la lectura y me gusta escribir, el idioma rumano es mi lengua materna pero escribiré en español, uno de los cinco idiomas provenientes del latín, puedes visitar mi blog georgiablidar.com. De profesión soy periodista así que desde aquí comenzaré a comunicar lo que la Gracia de Dios nos permita compartir.