Una audiencia celestial – 2/2

Aviva Nuestros Corazones

El ministerio de los ángeles en la vida de los creyentes

Una audiencia celestial – 2/2

Nancy Leigh DeMoss

Nancy Leigh DeMoss: Cuando haces algo tan sencillo como esto…

Mujer al teléfono: ¡Hola! Me gustaría hacer una donación para Aviva Nuestros Corazones.

Nancy: Esto hace una enorme diferencia. Nos permite hacer conexiones como esta…

Joyce: Mi esposo acaba de dejarnos. Recuerdo haber tenido compasión de mí misma. Solo pensaba: “Él acaba de abandonarme aquí”.

Me encontraba escuchando Aviva Nuestros Corazones, y Nancy estaba hablando específicamente ese día de los esposos. Estaba invitando a las mujeres para que oraran por ellos durante 30 días. Dentro de mí pensé: “no tienes idea de lo horrible que es mi esposo”. Y tan pronto dije eso, entonces Nancy dijo, “Y no me digan que no entiendo qué tan horrible es su situación”. Yo pensé, “¡¿Qué es esto?!” “¡¿Nancy está metida en mi cabeza?!”. Pero era el Señor usando a Nancy, usando Aviva Nuestros Corazones para anclarme una vez más a la Palabra de Dios, porque eso era siempre lo que Dios me estaba diciendo, “Joyce, deja de mirar a tu esposo y vamos a echar una mirada dentro de ti”.

De manera que Aviva Nuestros Corazones se convirtió en algo clave en mis pensamientos; se convirtió en mi ancla, ayudándome a alinearme con la Palabra de Dios.

Nancy: ¿Harías algo sencillo para ayudarnos a hacer una diferencia y potenciar nuestra habilidad de hablar la verdad de Dios en la vida de mujeres durante los próximos 12 meses? Haces una gran diferencia al llamar al 1-800-569-5959 para hacer una donación. Una vez más, el número es 1-800-569-5959 o puedes donar a través de AvivaNuestrosCorazones.com  Gracias por estar con nosotros y estar dispuestas a hacer la diferencia en este momento.

Leslie Basham: Las decisiones que tomes hoy para escoger hacer lo que es correcto están siendo reconocidas. Aquí está Nancy Leigh DeMoss

Nancy: A medida que obedecemos a Dios, a medida que vamos ejercitando nuestra fe, a medida que sufrimos algunas veces por hacer lo que es correcto, estamos montando una actuación que, en cierto sentido, los ángeles están observando.

Leslie: Esto es Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia  de Saladín.

Durante las pasadas dos semanas, a algunos niños se les ha dicho sobre cierta persona que vive en el Polo Norte que les ha estado observando para saber si se han comportado bien o mal. Bueno, eso es ficción, por supuesto, pero ¿sabías que todos nosotros estamos siendo observados?

Las cosas que hacemos pueden traer gozo o tristeza a los seres angelicales que nos cuidan. Acompáñanos a medida que continuamos un estudio sobre los ángeles en la vida de los creyentes.

Nancy: Hablamos de los ángeles de Dios, los mensajeros santos de Dios. Los siervos invisibles de Dios, y cómo estos ángeles nos ministran como hijos de Dios, como creyentes en Cristo. En la última sesión aprendimos cómo los ángeles se regocijan cada vez que un pecador se arrepiente.

Hemos visto que los ángeles acampan a nuestro alrededor. Ellos forman un límite, una protección, alrededor de los que temen al Señor. Hemos visto como esos ángeles nos protegen del daño y cómo son enviados en muchos casos para liberarnos o rescatarnos de situaciones imposibles.

Ahora  me gustaría que veamos otra forma en que los ángeles ministran en la vida de los creyentes. Las Escrituras enseñan que los ángeles nos asisten en la batalla espiritual contra las fuerzas de Satanás,contra las fuerzas del mal.

Sabemos por el libro de Efesios, capítulo 6, que nos encontramos en una batalla, y que la batalla no es contra personas. El enemigo no es tu esposo o tus hijos o tus padres o tu prójimo. Nos encontramos en una batalla que es espiritual, y estamos batallando contra fuerzas espirituales de maldad, contra el poder de Satanás y el mal de este mundo.

Pero las Escrituras nos dicen que no tenemos nada de que temer. Tan fuerte como esas fuerzas del mal pueden ser, ellas no podrán contra Dios y Sus ejercitos celestiales. Estamos protegidas y ayudadas por un ejército poderoso de ángeles, quienes nos ayudan en esta batalla contra las fuerzas de Satanás y del mal.

Hay varias ilustraciones sobre este tema en las Escrituras. Una que viene a mi mente se encuentra en el libro del Génesis, capítulo 19. ¿Recuerdas cómo una muchedumbre de hombres violentos rodearon la casa de Lot en Sodoma? Ellos querían hacerle daño a Lot y a su familia, pero Dios envió dos ángeles para ayudarle.

En medio de ese ataque, los ángeles golpearon a los atacantes con la ceguera de modo que ellos no pudieran encontrar la puerta. Si no hubiese sido por la presencia de esos ángeles en ese momento, Lot hubiese estado en aprietos. Los ángeles fueron enviados para asistirle en la batalla espiritual contra las fuerzas de Satán y del mal que estaba motivando a esa muchedumbre.

Luego venimos al libro de Daniel, capítulo 10. Daniel ha estado orando a Dios por varios días. Dios ha enviado a un ángel para entregar un mensaje a Daniel, que es la respuesta a las oraciones de Daniel. De hecho, las Escrituras dicen que en el momento, el día, que Daniel empezó a orar, Dios envió el ángel con un mensaje.

Pero de alguna forma, de una manera que no podemos comprender porque no podemos ver estas realidades invisibles, durante 21 días, se nos dice que el ángel mensajero de Dios fue resistido y detenido por ángeles caídos. Los agentes de Satanás retuvieron al ángel de Dios durante 21 días para que él no pudiese entregar el mensaje a Daniel.

Ahora bien, Daniel continuó orando durante todo ese tiempo. A veces me pregunto qué hubiese sucedido si Daniel hubiese parado de orar en el día 20, o el día 19 o el 18.

¿A veces te has encontrado en una situación donde estás orando por algo durante un largo periodo de tiempo, quizás por un hijo que está lejos de Dios o en rebelión contra Dios, quizás por un compañero que no conoce a Dios; y has orado y orado? Quizás para ti no sean solo 21 días. Quizás sean 21 semanas o 21 años, y no hay evidencia de que Dios te haya escuchado o de que esté contestando tu oración.

Este pasaje debe darte esperanza de que Dios oye, y Él está trabajando en los cielos para enviarte una respuesta y cumplir Sus propósitos. No sabemos exactamente cuál es la respuesta, de qué manera Dios te responderá, o cuándo Su respuesta llegará. Pero es tan importante que perseveremos en la oración. Que no nos rindamos antes de que Dios envíe Su respuesta.

Mientras la historia se va desarrollando aquí en Daniel capítulo 10, el ángel finalmente llega a la presencia de Daniel y le explica que durante 21 días había estado tratando de entregar el mensaje, y que Dios finalmente había enviado al ángel Miguel —Miguel era llamado el arcángel, el ángel principal— para ayudar a este ángel anónimo que trataba de entregar un mensaje a Daniel.

Entonces Dios tenía, en este caso, dos ángeles que estaban involucrados en asistirle en este asunto de la batalla espiritual que se estaba llevando a cabo en los cielos, una batalla de la cual Daniel no tenía ni siquiera conocimiento.

Ahora bien, a veces nosotros estamos conscientes que se está librando una batalla cuerpo a cuerpo contra las fuerzas del mal y contra los poderes de la oscuridad. Pero considero que muchas veces nosotras no estamos conscientes de que estamos lidiando con esto.

El punto importante es que Dios sabe sobre esto. Él sabe y Él ve lo que está sucediendo en los cielos, y Él está en control de todo eso. Aun los ángeles caídos no pueden hacer más de lo que Dios les permite que ellos hagan. Ellos están bajo Su control y bajo Su poder. Y Dios envía a menudo ángeles para asistir en la batalla espiritual contra las fuerzas de Satanás y del mal.

Existe también otra manera en que los ángeles ministran nuestras vidas. Las Escrituras nos enseñan que los ángeles nos ministran o nos sirven, y que ellos proveen fuerza y sustento para nosotros cuando estamos débiles. Otra vez, vamos a las Escrituras y encontramos varias ilustraciones de este tipo de ministerio de parte de los ángeles.

¿Recuerdan en el libro de 1ra. de Reyes cuando el profeta Elías había ganado su gran batalla en el nombre de Dios? Fue Dios Quien obtuvo la victoria, pero Elías era un siervo de Dios. Él se dirigió al Monte Carmelo y se mantuvo en pie defendiendo la causa de Dios contra 850 falsos profetas —este  es el profeta solitario y sin esperanza  que había superado en número, por mucho.

Pero Elías creyó en el poder de Dios, quien era el Dios del fuego. Él sabía que los falsos dioses, estos falsos profetas, no tenían poder en absoluto. Entonces el  aceptó el desafío. Él enfrentó los poderes del mal y de la oscuridad, y Dios ganó una gran victoria,  vindicando Su nombre y Su poder.

Ahora vemos el siguiente capítulo, 1 Reyes 19, y encontramos que el profeta victorioso Elías estaba ahora exhausto. Él está agotado. Él está desalentado después de este enfrentamiento, y corre por su vida huyendo de la malvada reina Jezabel, quien había amenazado con matarlo antes del final del día. Ella estaba enojada por lo que había sucedido.

De manera que él está desalentado, y se sienta bajo un árbol y le pide a Dios que tome su vida, para que le deje morir. Luego, se recuesta bajo el árbol y se duerme. Él estaba exhausto.

Quizás te relaciones con este momento cuando te sientes desgastada. Para ti puede que no sea ese gran encuentro en el Monte Carmelo. Puede ser un encuentro con tres niños pequeños que has cuidado todo el día, y estás agotada. Bien, en esas ocasiones podemos estar desalentadas, y todo lo que queremos hacer es dormir y tal vez hasta morir.

Las Escrituras dicen,»De repente un ángel tocó a Elías y le dijo, ‘Levántate y come’» (versículo 5). ¿Ahora, no es eso práctico? “Él miró alrededor, y allí en su cabeza había una torta de pan horneada sobre carbones calientes y una jarra de agua”.

¿Cómo llegó aquello ahí? No creo que hubiera una cocina cerca en este desierto. Dios, en su obrar sobrenatural, intervino y proveyó exactamente lo que se necesitaba en ese momento.

Las Escrituras dicen, “Elías comió y bebió y luego se acostó otra vez” Él todavía estaba cansado. Y otra vez el ángel del Señor vino por segunda vez, le tocó y le dijo “Levántate y come, ya que el viaje es demasiado para ti” (versículo 7). Dios envió Su ángel, un mensajero, para fortalecer a su siervo en su tiempo de necesidad.

Cuando nos adentramos al evangelio de Marcos, encontramos a Jesús en el medio del desierto. Las Escrituras dicen que en ese tiempo de tentación Jesús estaba con los animales salvajes, y que los ángeles lo asistían (Marcos 1:13). Ahora, lo que me encanta de ese versículo no es solo que los ángeles servían a Jesús, sino que también a medida que profundizamos más en el Nuevo Testamento, nos damos cuenta que esos mismos ángeles cuidan de nosotras.

El libro de Hebreos nos dice en Hebreos 1:14 que “Todos los ángeles son espíritus ministradores para atender…” Encontramos la misma palabra: atender, servir, esperar —no solo a Jesús, sino “aquellos que heredarán la salvación…” Los hijos de Dios.

De la misma forma en que los ángeles ministran a Jesús en medio de ese desierto rodeado de animales salvajes, así mismo Dios, en los momentos claves de nuestras vidas, tal vez aun sin el conocimiento de nosotros, envía Sus ángeles para fortalecernos, animarnos, ministrarnos y conocer nuestras necesidades.

Existe también otro momento crucial en la vida de Jesús donde es ministrado por un ángel. Es justo al final de Su vida aquí en la tierra. En Lucas capítulo 22 encontramos a Jesús en el Huerto de Getsemaní, orando a Su Padre de los cielos justo antes de ir a la cruz, donde Él llevaría todo el peso de nuestros pecados sobre Él.

Jesús ora, en Su humanidad, “Padre, si es posible, aparta de mí esta copa. Sin embargo, Yo me rindo. Que no se haga mi voluntad, sino la tuya (verso 42, paráfrasis).

Las Escrituras nos dicen que en ese preciso momento un ángel del cielo se le apareció a Jesús y le fortaleció (véase versículo 42). La palabra aquí en el lenguaje original significa “hacer fuerte interiormente”. Lo hizo fuerte por dentro. El ángel lo fortaleció en medio de esta gran batalla espiritual.

Lo que me intriga es que en este momento de la vida de Jesús donde Él estaba completamente solo, humanamente hablando, Sus discípulos estaban durmiendo, y Él necesitaba fortaleza interna para hacer la voluntad de Dios. Y en ese momento tan crucial de Su vida el ángel Lo fortaleció. Pero los versículos siguientes nos dicen que ese no era el final de la batalla.

Continúa diciendo, “estando en angustia Él oró más intensamente y Su sudor era como gotas de sangre que caían a la tierra” (versículo 44). Y tú dirás, “Si el ángel le fortaleció… ¿no lo libraría entonces de la batalla? ¿Sabes lo que hizo? Por el contrario, le dio la fortaleza para seguir adelante en la batalla.

Si tienes esos tres niños de los que acabamos de hablar, no solo necesitas liberación de la batalla. Tú necesitas liberación para mantenerte en la batalla. Necesitas fortaleza interior para poder afrontar el día siguiente, y el siguiente, y el siguiente…

Fue el ministerio de los ángeles que le dio a Jesús la fortaleza interna y el ánimo necesarios para seguir adelante y orar más intensamente. Él fue fortalecido por los ángeles para hacer la voluntad de Dios.

En la medida que miramos a Dios, vemos que Dios es el Único que nos fortalece. Pero creo que muchas veces Él envía a Sus ángeles como instrumentos de Su misericordia y de Su gracia. Puede que muchas veces no estemos conscientes que son los ángeles que nos alcanzan en determinado punto. Ellos vienen de Dios, así que no creo que debamos orar a los ángeles para que vengan y nos fortalezcan.

Debemos orar a Dios y decirle, “Dios, soy demasiado débil. Estoy muy necesitada. ¿Pudieras venir a fortalecerme en este momento de debilidad para no defraudarte? ¿Me pudieras dar valor y coraje para continuar? Y cuando Dios responde, considero que en algunos casos Él contesta a través de Sus ángeles.

Las Escrituras nos enseñan que los ángeles nos están observando. Pablo dice a Timoteo en 1ra de Timoteo 5, “Te encarezco delante de Dios, del Señor Jesucristo y de sus ángeles escogidos, que guardes estas cosas” (versículo 21). Jesús está observando. Dios está observando. Y, Pablo dice, los ángeles escogidos están observando, así que asegúrate de obedecer estas instrucciones.

Luego continua Pablo y dice, en 1 Corintios 4, que nuestra forma de vivir es un espectáculo para los ángeles. A medida que obedecemos a Dios, a medida que ejercitamos nuestra fe, a medida que sufrimos por hacer lo correcto, somos un espectáculo. Estamos haciendo, en cierto modo, una representación que los ángeles observan.

Pienso en el libro de Job y como este siervo de Dios, este hombre justo, fue probado sin saber lo que nosotros sabemos acerca de la historia completa, acerca de lo que estaba sucediendo en los cielos entre Dios y Satanás. Todo lo que él sabía era que estaba sufriendo increíblemente.

En un solo día Job enfrentó la pérdida de todas sus posesiones y de todos sus hijos y luego se encontró luchando con sus bien intencionados —aunque no muy provechosos— amigos, (y su esposa, debo añadir), quienes no  fueron capaces de animarle y confortarle.

Pero las Escrituras dicen, “En todo esto no pecó Job ni atribuyó a Dios despropósito alguno” Él no acusó a Dios falsamente. En su lugar dijo, “Jehová dio y Jehová quitó; bendito sea el nombre de Jehová” (1:21-22).

Ahora, desconozco, porque las Escrituras no lo dicen, y no podemos estar seguros de nada que las Escrituras no nos digan. Pero solo puedo imaginarme que en ese momento quizás los ángeles en el cielo estaban observando qué sucedería, tal vez echando un vistazo desde un balcón, por así decir. Ellos sabían lo que estaba sucediendo en el cielo y observaban para ver cómo el siervo de Dios respondería, el siervo de Dios que no sabía cuál sería el resultado. Él no sabía que Dios estaba en control, a diferencia de los ángeles que sí lo sabían.

Cuando Job dice, “bendito sea el Nombre del Señor”, me pregunto si esos ángeles no habrán empezado a aplaudir. Dios había sido vindicado. Su siervo había confiado en Él y dijo luego, “Aunque Él me mate, aunque pierda no solo mis bienes, no sólo mis hijos, pero aun mi misma vida, “aún yo confiare en Él” (Job 13:15). Los ángeles están observando.

Las Escrituras dicen en Hebreos capítulo 12 que hay “una gran nube de testigos” (versículo 1) juntos, en una especie de tribuna en el cielo. Ellos nos observan en la carrera que tenemos por delante aquí abajo. Considero que los ángeles forman parte de ese equipo anfitrión que está en el cielo observando si seremos fieles en correr la carrera que Dios nos ha puesto por delante.

Ahora bien, el hecho de que los ángeles nos estén observando, de que nos estén observando desde el cielo, debe ser para nosotros una increíble fuente de ánimo y de motivación y, me permito añadir, una responsabilidad también, a medida que caminamos aquí en esta tierra.

En su libro “Aunque camine por el valle”, el Dr. Vance Havner nos habla de un viejo predicador que trabajaba durante la noche en un sermón para su pequeña congregación. Su esposa le preguntó sobre el porqué estaba empleando tanto tiempo en un mensaje que sería escuchado por tan pocas personas, a lo cual el ministro le respondió, “Te olvidas, mi querida, lo extensa que será mi audiencia”.

Cuando recuerdas que tu audiencia es el cielo, eso te dará mucho más valor para continuar adelante cuando piensas que nadie está viendo lo que estás haciendo aquí en la tierra. Dr. Havner añadió, 
“Nada es trivial aquí si el cielo está mirando. Debemos jugar un mejor partido si recordamos quién está en las gradas”.

Así que madres, cuando piensen que nadie les ve y que nadie aprecia todos esos pequeños detalles que tienes cada día para con tu familia, recuerda que los ángeles las están observando.

Cuando te sientas tentada a tirar la toalla —cuando te canses, cuando te sientes débil en tu corazón, cuando te canses de hacer las cosas correctamente—sé fiel, porque los ángeles están observando.

Cuando te sientes sola y tentada a caer en ese pecado que tan fácilmente te acosa. Dios está observando, y los ángeles están observando.

Finalmente, los ángeles nos ministran de otra forma. Las Escrituras nos enseñan que en el momento de nuestra muerte, los ángeles nos toman y nos escoltan hacia el cielo. Hay un versículo en Lucas capítulo 16 que nos indica esta afirmación.

¿Recuerdas la historia que Jesús dijo sobre el mendigo Lázaro que había estado pidiendo en la puerta del hombre rico hasta su muerte? Cuando ellos murieron, la Escritura dice que el mendigo fue llevado (la palabra aquí es escoltado) por los ángeles en la presencia de Dios.

Creo que nos da una idea sobre lo que pasa en ese momento de nuestra muerte. Normalmente no podemos ver este acontecimiento cuando alguien muere. Quizás no podamos verlo cuando muramos nosotros. Pero Dios envía a Sus ángeles santos para escoltar a Sus siervos, a Sus hijos, de esta vida a la siguiente.

Hace muchos años, fui responsable de dirigir un campamento para niños; niños en edades tempranas —primero, segundo y tercer grados—venían cada día. Teníamos consejeros en el campamento y los niños se iban a la casa en la noche.

Bien, ese verano en particular, el 4 de julio resultó ser miércoles, así que tomamos el día libre en el campamento. Nuestros consejeros, quienes eran estudiantes en una universidad cristiana local, se fueron a escalar a las montañas Blue Ridge. Ese día me encontraba en la casa estudiando y preparando la lección que ensenaría a los niños al día siguiente.

Como el Señor iba disponiendo, me preparaba para enseñar un mensaje sobre el momento en que Jesús levantó a Lázaro de la muerte. Así que estaba pensando en todo este tema de la resurrección y cómo les enseñaríamos a los niños sobre la resurrección.

Recibí una llamada en la casa de uno de los consejeros, quien me dio la noticia que mientras estaban en la excursión una de las jóvenes había resbalado en el camino, se había caído y había fallecido de forma instantánea.

Al día siguiente tuvimos campamento. Tuvimos que regresar y decirles a los niños lo que había sucedido con Miss Vicki, su consejera de campamento. Compartí con esos niños, pensando en este pasaje de los ángeles escoltándonos al cielo y sobre otros pasajes como el que nos dice que Dios envía Sus ángeles para sostenernos, para guardarnos no sea que tropecemos contra una piedra.

Le dije a los chicos que nosotros no podíamos ver lo que había sucedido aquella mañana, pero que Dios le había dicho a uno de Sus ángeles, “Quiero que vayas y tomes a Miss Vicki, y quiero que la traigas a Mí hoy”. Entonces cuando nos toca ver lo sucedido a Miss Vicki que se resbaló y en esa caída , lo que realmente pasó es que los ángeles la tomaron y la llevaron a Dios en los cielos.

Cuando enfrentas la muerte, como todos lo haremos temprano o tarde, y cuando enfrentas la muerte de aquellas personas que amas, si son hijos de Dios, creyentes en Jesucristo, sabes que ellos no se fueron solos a su siguiente vida; ellos fueron escoltados. ¡Solo imagínate esa escolta de ángeles en la presencia de Dios para vivir con Él para siempre!

Leslie: ¿Sabías que los ángeles te escoltarán un día a la presencia de Dios? Nancy Leigh DeMoss nos ha estado mostrando lo que las Escrituras nos dicen acerca del ministerio de los ángeles. Ella estará de vuelta para orar y concluir esta serie, El ministerio de los ángeles en la vida de los creyentes.

Si te has perdido alguna de estas series, todavía es fácil escucharlas. Visita AvivaNuestrosCorazones.com.  Puedes leer el texto o descargar el audio.

Por favor, quédate con nosotros, para Aviva Nuestros Corazones en nuestro próximo programa..

Mañana tendremos con nosotros a Barbara Rainey, quien nos animará a cultivar un estilo de vida de gratitud, una buena exhortación para comenzar un nuevo año.

Ahora vamos a orar con Nancy.

Nancy: Gracias Dios, por Tus santos ángeles y por como ellos nos ministran como Tus mensajeros, como ellos traen gracia a nuestras vidas en tiempos de necesidad. Señor, mientras vivamos aquí en la tierra, recuérdanos que estamos siendo observados, que en nuestros momentos privados, en nuestros momentos de lucha, en nuestros momentos de debilidad y de cansancio, los ángeles nos están observando. Queremos vivir el tipo de vida que haga que ellos te aplaudan.

Señor, a medida que enfrentamos la muerte —ya sea nosotros o de alguien que amamos— lo que es el momento de la muerte, permite que no temamos si somos Tus hijos y hemos colocado nuestra fe en Jesucristo, sabiendo que Tú caminas con nosotros por el valle de sombra de muerte y que cuando llegue el momento Tu mandarás a Tus ángeles para escoltarnos a Tu presencia. ¿Qué más gozo que este?

Gracias a Ti, Señor, por el regalo de esos ángeles. Oramos en el Nombre de Jesús, amén.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.

Tenemos algunos artículos en Español disponibles en esta página de www.AvivaNuestrosCorazones.com. Usted puede imprimirlos y usarlos. Visite este enlace para que vea los temas disponibles: PDF Downloads.

Derechos Reservados. Aviva Nuestros Corazones. Escrito por Nancy Leigh DeMoss. Usado con permiso. www.AvivaNuestrosCorazones.com.

Enviados a rescatar – 1/2

Aviva Nuestros Corazones

El ministerio de los ángeles en la vida de los creyentes

Enviados a rescatar – 1/2

Nancy Leigh DeMoss

Nancy Leigh DeMoss: Déjenme contarles de una mujer llamada Imelda. Un día, ella hizo una búsqueda en Internet sobre el control de la lengua. Eso la llevó a AvivaNuestrosCorazones.com donde comenzó a devorar los artículos y las transcripciones diarias.

Imelda: Yo estaba buscando mensajes prácticos sobre la lengua. Busqué en Internet y me encontré con la página web de Nancy.

Nancy: Es realmente difícil enviar los recursos a Imelda. Esto es porque ella vive en los Emiratos Árabes Unidos. En caso de que no estés seguro de dónde se encuentra, eso está en el Medio Oriente. Así que Imelda descarga el audio del programa de Aviva Nuestros Corazones cada día y hace copias en CD para las mujeres de su iglesia. Imelda se presentó en una de las conferencias de True Woman en el 2010, haciendo el viaje largo desde el Medio Oriente. Cuando nos reunimos en esa conferencia, me entregó unas fotos de un grupo de mujeres de su iglesia en los Emiratos Árabes Unidos. Ella ha formado un grupo de 60 mujeres, un grupo que ellas han llamado la Hermandad de la Feminidad Verdadera.

Tu donación permite que Aviva Nuestros Corazones esté disponible en Internet en sitios como los Emiratos Árabes Unidos y en gran parte del resto del mundo.

Imelda: Estoy agradecida de que otras estén escuchando, porque quiero que experimenten los cambios que Dios trajo a mí vida a través de los mensajes de Nancy.

Nancy: Eso es solo una pequeña ilustración de la multiplicación que ocurre en todo el mundo cuando las mujeres escuchan Aviva Nuestros Corazones y lo comparten con otras en su esfera de influencia.

Leslie Basham: Al entrar en una tienda de regalos de hoy, uno pensaría que el propósito de los ángeles es la venta de calendarios, placas y baratijas. ¿Cuál es el verdadero propósito de los ángeles? Aquí está Nancy Leigh DeMoss.

Nancy: Los ángeles tienen una función principal, una ocupación, un llamado eterno, que es servir a Dios y hacer Su voluntad.

Leslie: Este es Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.

Todos sabemos que los ángeles juegan un papel destacado en la historia de la Navidad. Pero, ¿te has percatado de que los ángeles juegan un papel importante en otros relatos bíblicos también?

Nancy va a ayudarte a entender lo que dice la Escritura acerca de estos seres misteriosos en una serie llamada El ministerio de los ángeles en la vida de los creyentes.

Nancy: Cuando miras alrededor hoy, vemos que hay un enorme interés en el tema de los ángeles. Entras en una librería y encuentras libros acerca de los ángeles,  poesía sobre los ángeles o historias de supuestos o reales encuentros con los ángeles.

Tenemos programas de televisión que destacan a los ángeles. Entras en una tienda de regalos y verás imágenes y estatuillas y joyas y tarjetas y  a los ángeles por todas partes.

Creo que sabes que mucho de lo que escuchamos acerca de los ángeles hoy en día simplemente no es verdad. Y ¿cómo sabemos si es verdad o no? Pasamos toda esta información por el filtro de las Escrituras, a través de la red de la Palabra de Dios, y evaluamos la información por lo que leemos en la Palabra de Dios.

Pero el hecho de que la gente esté diciendo hoy un montón de cosas acerca de los ángeles, todas producto de su imaginación, no nos debe llevar a pasar por alto lo que es cierto acerca de los ángeles;  lo que la Escritura nos revela sobre este tema tan importante.

Existen aproximadamente 300 referencias sobre los ángeles en las Escrituras, mucho más, por cierto, que sobre Satanás y los demonios.

Como quizás ya sabes, la palabra ángel significa «mensajero». Los ángeles son mensajeros de Dios. Ellos son seres creados. Es por eso que no deben ser adorados. Solo el Creador ha de ser adorado. Ellos son inmortales. Pero ellos no son eternos, porque tienen un punto de partida. Dios los creó, pero son inmortales. Ellos viven para siempre.

Quizás te preguntes ¿cuántos ángeles hay? No lo sabemos. Pero sí sabemos que hay un gran número de ángeles. Apocalipsis, capítulo 5 habla de miles y miles de ángeles. Puedes hacer la multiplicación y saber que hay un montón de ellos (ver versículo 11). En Hebreos, capítulo 12 se nos dice que hay ángeles innumerables, más de los que podríamos contar (ver versículo 22).

Y como hemos dicho, los ángeles no deben ser adorados. No debemos dirigirnos a ellos en oración. Ellos son siervos de Dios que cuidan de Sus asuntos en el mundo. Los ángeles tienen una función principal, una ocupación, un llamado eterno, y es servir a Dios y hacer Su voluntad.

Me encanta ese pasaje en el Salmo 103, donde se llama a toda la creación a bendecir al Señor, pero al final de ese pasaje, el salmista dice,

“Bendecid al SEÑOR, vosotros sus ángeles, poderosos en fortaleza, que ejecutáis su mandatos obedeciendo la voz de su palabra. Bendecid al SEÑOR, vosotros todos sus ejércitos,  que le servís haciendo su voluntad.” (vv. 20-21).

En ese texto podemos ver que los ángeles son criaturas poderosas. Son poderosos, no tan poderosos como Dios, de ninguna manera, pero sí hacen Su voluntad. Obedecen Su Palabra, y hacen Su voluntad. Ellos son siervos obedientes de Dios, y existen para agradarle a Él.

Ahora, como sabes, la Escritura dice que Dios nos creó para ese mismo fin. Fuimos creados para Su beneplácito. Apocalipsis, capítulo 4, el versículo dice 11 dice que Dios nos ha creado para que le sirvamos, para que le demos placer. Mientras estudiaba este asunto de los ángeles, me preguntaba. ¿Qué tal estoy cumpliendo con mi llamado?

Sabemos que los ángeles hacen lo que fueron creados para hacer. Ellos fueron creados para servir a Dios y para darle placer, y eso es exactamente lo que ellos hacen. Pero la pregunta es: ¿Estoy yo cumpliendo con el propósito para el cual fui creada? ¿Estás cumpliendo tú con el propósito para el cual fuiste creada; el de servir a Dios y agradarle?

Cuando oramos el Padre Nuestro, la oración que el Señor enseñó a sus discípulos a orar decimos: «Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.» (Mateo 6:10), en un sentido lo que  realmente estamos orando es poder hacer aquí en la tierra lo que los ángeles hacen en el cielo. ¿Qué hacen los ángeles en el cielo? Ellos adoran a Dios, le bendicen, le sirven, y le obedecen.

Estamos orando: «Señor, ayúdanos a ser tan fieles en el cumplimiento de nuestro llamado aquí en la tierra, como los ángeles lo son en el cielo». Cuando y hacemos esta oración, estamos expresando nuestro deseo, nuestra intención, de obedecer a Dios, de adorarle, como sus santos ángeles en el cielo.

Los ángeles cumplen su función en la creación, su función de servir a Dios y hacer Su voluntad, de tres maneras primordiales.  Al estudiar las Escrituras, la mayor parte de los ángeles caen en una o más de estas categorías.

(1) Ellos cumplen su propósito en la creación a través de la adoración y la alabanza a Dios en el cielo.

¿Recuerdas ese pasaje maravilloso en  Apocalipsis, capítulos 4 y 5 donde se nos permite dar un vistazo al trono en los cielos? (4:8; 5:12-13). Escuchamos  estos a ángeles que están alrededor del trono de Dios —de día y de noche— y claman: «¡Santo, santo, santo, Señor Dios Todopoderoso»! (4:8; 5:12-13).

Adoran a Dios por Su grandeza, por Su poder, Su esplendor, Su majestad, por Su plan de redención. Adoran a Dios en el cielo.

El profeta Isaías vio esta misma visión en el cielo en Isaías capítulo 6, cuando se le permitió ver dentro cielo un trono. Allí vio a los serafines, una clase particular de ángeles, cuya ocupación a tiempo completo era adorar y alabar y bendecir al Señor. Ellos sirven a Dios y le agradan por medio de la alabanza y de las bendiciones.

(2) En segundo lugar también encontramos a lo largo de la Escritura, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, que los ángeles están involucrados en ayudar a Dios a ejecutar sus juicios, aquí en la tierra.

Esto ha sido cierto en el pasado y será cierto al final de los tiempos en esta tierra, cuando Dios mande a sus ángeles. Puedes leer sobre esto en el libro de Apocalipsis cuando habla de cómo se llevará a cabo el juicio de Dios. Muchas veces son los ángeles los que vemos ejecutando los juicios de Dios sobre la tierra.

Y luego hay una tercera forma en que los ángeles cumplen su propósito en la creación, y es donde quiero que nos centremos en estas próximas sesiones.

(3) Los ángeles son mensajeros de Dios, enviados por Dios para ministrar a los creyentes aquí en la tierra.

De manera que ellos adoran y alaban a Dios en el cielo. Ellos ejecutan Sus juicios sobre la tierra cuando Él les ordena hacerlo —lo llevan a cabo y lo cumplen. Y luego también Dios envía a sus ángeles a ministrar a los hijos de Dios; a servir a los creyentes aquí en la tierra.

Quiero que veamos varias formas específicas en que los ángeles están involucrados en las vidas de los creyentes. Creo que esto te animará —tal y como me ha animado a mí, al darme cuenta de que estos mensajeros invisibles de Dios participan diaria y activamente en mi vida y en la tuya, si eres una  hija de Dios.

Cuando nos arrepentimos, la Escritura dice que los ángeles se regocijan.

Recuerda el pasaje de Lucas capítulo 15, cuando Jesús estaba contando algunas historias acerca de personas que habían perdido cosas que eran muy importantes para ellos. Luego encontraron lo que se les había perdido, lo que habían buscado con tanta diligencia. Volvieron a su casa y se regocijaron, y llamaron a sus amigos y a sus vecinos para regocijarse con ellos.

Y Jesús dijo en Lucas capítulo 15, versículo 10, » De la misma manera, os digo, hay gozo en la presencia de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.»  Cuando un pecador se arrepiente, los ángeles hacen una fiesta. Celebran. Cada vez que un pecador se arrepiente en la tierra, se llenan de emoción porque Dios es exaltado, a Quien ellos adoran y aman, y Su voluntad se está haciendo aquí en la tierra como se hace en el cielo.

Ahora bien, existe un momento de arrepentimiento que tiene lugar en el momento de la conversión, pero también después de la conversión, Dios quiere que continuemos arrepintiéndonos. Ese es el Espíritu Santo dentro de nosotros que nos convence de que hemos pecado contra Dios. Deberíamos tener un estilo de vida de arrepentimiento ante Dios mientras Él va revelando algunos asuntos y necesidades en nuestras vidas. Y cuando nos arrepentimos, creo que cada vez que nos arrepentimos, los ángeles se regocijan.

Al meditar sobre el tema de los ángeles regocijándose cuando nos arrepentimos, me hice la siguiente pregunta: si los ángeles se regocijan cuando nos arrepentimos, ¿será posible que también se contristen cuando nuestros corazones se endurecen y nos negamos a arrepentirnos?

Nosotros sabemos que Dios se lamenta. Sabemos que el Espíritu Santo se contrista. No sé. La Escritura no nos dice si los ángeles se apenan o no, pero al ver cómo aman y adoran al Señor Jesús, me parece que bien podrían estar tristes cuando rechazamos el derecho que Él tiene de gobernar sobre nuestras vidas.

Así que al meditar sobre este asunto de que los ángeles se regocijan cuando los pecadores se arrepienten: ¿Estamos dándoles a los ángeles motivo de celebración, o estamos causándoles dolor debido a la falta de arrepentimiento de nuestros corazones?

Entonces yo también me pregunto: ¿Me emociono tanto como los ángeles cuando veo a los pecadores arrepentidos? ¿Tengo ese tipo de alegría y de celebración en mi corazón cuando veo a los pecadores llegando a conocer a Jesús, viendo a las personas arreglar sus cuentas con Dios? Este es un tema de gran regocijo para ellos, y es una de las formas en las cuales los ángeles están involucrados en nuestras vidas como creyentes.

Hay otra manera en que los ángeles nos ministran a nosotros como creyentes. La Escritura enseña que los ángeles acampan alrededor de nosotros. El Salmo 34 el versículo 7 dice que: «El ángel del SEÑOR acampa alrededor de los que le temen, y los rescata.”  Cuando pienso en la palabra acampar, estoy imaginando una barrera, un cerco de protección.

Posiblemente puedes recordar el pasaje de 2da de Reyes el capítulo 6, cuando en medio de la noche, el rey de Siria envió un ejército con caballos y carros para rodear la ciudad donde vivía el profeta Eliseo. Sus instrucciones fueron capturar a Eliseo y llevarlo de regreso al rey.

Cuando llegó la mañana, el siervo de Eliseo salió y vio a este gran ejército y comprensiblemente, él estaba aterrorizado.» Él le dijo a Eliseo: «¿Qué debemos hacer?»

El profeta le dijo a su siervo: «No tengas miedo. Los que están con nosotros son más que los que están con ellos. «Y oró Eliseo y dijo: Dios, por favor abre los ojos de mi siervo para que vea» (Cf. versículos 15-17).

El siervo no era ciego, Él podía ver, pero solo podía ver con sus ojos naturales. Solo podía ver lo visible, lo físico, la realidad de ese ejército alrededor de ellos.

Lo que Eliseo estaba orando era: «Señor, abre sus ojos espirituales para que pueda tener una visión de lo que ha estado allí todo el tiempo, pero que no podía ver con su vista natural. Permítele ver la realidad invisible que nos rodea.» Cuando el Señor abrió los ojos al siervo, miró y vio que las colinas estaban llenas de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo”.

Ves, el enemigo que había rodeado la ciudad no podía llegar hasta Eliseo. Aunque no parecía haber un obstáculo en su camino, si había un gran obstáculo que les impedía pasar. Eliseo fue rodeado por los ángeles de Dios, que formaron una barrera protectora a su alrededor.

Tenemos la tendencia de mirar la realidad visible que nos rodea, a la gente airada, la gente hostil, la gente con problemas, el vecindario peligroso donde tal vez vivimos, y nos preocupamos por algo que pudiera sucederle a nuestros hijos. A la luz de las realidades visibles es fácil ver que hay gente peligrosa alrededor; hay circunstancias peligrosas. Es fácil sentir miedo y ansiedad y empezamos a preocuparnos e inquietarnos porque tenemos nuestra mirada en las cosas que podemos ver.  En las realidades visibles.

Pero si solo nos detuviéramos para darnos cuenta de cuán cerca están Sus ángeles que nos ministran, y de cómo acampan a nuestro alrededor y en torno a nuestros seres queridos, si son creyentes, entonces nunca daríamos cabida al temor.

Piensa en tus hijos, cuando los lanzas al mundo. No hay manera de que puedas estar con ellos en todas partes. Incluso si estás con ellos en todas partes, no  les puedes proteger de toda la maldad de este mundo.

Pero si tus hijos tienen fe en Cristo, Dios protege a esos niños, enviándoles Sus ángeles para que vengan y acampen alrededor de ellos.

Nunca tendríamos miedo, y enfrentaríamos todas las circunstancias de nuestra vida con paz y con fe, si nos detuviésemos y recordáramos que hay una gran multitud de ángeles invisibles que nos rodean.

Ves, el enemigo es muy real, pero no puede llegar a nosotros sin pasar por medio de un ejército de ángeles que acampan alrededor de nosotros. La única manera de conseguir pasar por medio de este ejército es si Dios les da permiso. Eso significa que podemos confiar. No tenemos que temer porque los ángeles acampan a nuestro alrededor.

Hay otra manera como los ángeles ministran a los creyentes y está relacionada a lo anterior. Esto es: y esto es que los ángeles nos protegen del mal. En el libro del Génesis, Jacob al final de su vida habla de «el ángel que me ha rescatado de todo mal» (48:16). Él mira hacia atrás a su vida, y él está consciente de que Dios ha enviado a un ángel para librarlo de todo mal.

El Salmo 91 nos habla de estos ángeles que nos protegen. La Escritura dice en ese pasaje: «Pues Él dará órdenes a sus ángeles acerca de ti, para que te guarden en todos tus caminos. En sus manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra.» (Versículos 11-12). Ellos nos protegen, nos levantan en momentos de daño o de peligro.

En Isaías en el capítulo 63 nos dice que «en todas sus aflicciones [las aflicciones de los Hijos de Israel], Dios fue afligido» (versículo 9). Dios se preocupaba de ellos.  Sentía su dolor, y ¿qué hizo? Él envió el ángel de Su presencia para salvarlos, para liberarlos, para protegerlos de cualquier mal.

Ahora, permítanme sugerir otra manera en la que los ángeles nos ministran a nosotros. Y de nuevo, algunas de estas actividades están estrechamente relacionadas. Los ángeles son enviados no solo para protegernos del mal, sino también para rescatarnos de situaciones imposibles.

Tenemos una serie de ilustraciones de esto a través de las Escrituras, cuando Dios envió a sus ángeles para rescatar a su pueblo de situaciones imposibles. Dos de estos incidentes tienen lugar en la vida de la iglesia primitiva en el libro de los Hechos.

En Hechos capítulo 5 recordarás que los apóstoles fueron arrestados por la predicación del Evangelio, y fueron arrojados a la cárcel. Esa fue una situación imposible. Estaban atados, fueron encarcelados, no podían salir de esa circunstancia.

La Escritura dice que «durante la noche un ángel del Señor abrió las puertas de la cárcel y los sacó» (versículo 19). ¿Cómo abrió el ángel las puertas? No lo sé. Ellos son servidores poderosos de Dios. No tienen tanto poder como Dios, sino más poder que nosotros sobre las fuerzas naturales.

«Pero un ángel del Señor, durante la noche, abrió las puertas de la cárcel, y sacándolos, dijo: Id, y puestos de pie en el templo, hablad al pueblo todo el mensaje de esta Vida. «(Versículo 20). Dios envió a un ángel para rescatar a sus apóstoles de aquella situación imposible.

Ahora, unos capítulos más adelante llegamos a Hechos, capítulo 12. Una situación similar, pero se nos dan más detalles en relación con este pasaje. El rey Herodes arrestó al apóstol Pedro, y lo puso en la cárcel. La noche antes de su juicio. . .  Ahora piensa en el tiempo preciso en el que Dios intervino, lo sabio que es Dios en conocer cuándo exactamente debe enviar a Sus ángeles.

La Escritura habla de la noche antes de su juicio: «… Pedro estaba durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas; y unos guardias delante de la puerta custodiaban la cárcel». (v. 6) No había ninguna manera —aparte de una intervención divina—  en que Pedro pudiera salir de esa situación.

Entonces dice la Escritura en Hechos, capítulo 12, «Y  he aquí, se le apareció un ángel del Señor, y una luz brilló en la celda; y el ángel tocó a Pedro en el costado, y lo despertó diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas cayeron de sus manos.  Y el ángel le dijo: Vístete y ponte las sandalias. Y así lo hizo. Y le dijo* el ángel: Envuélvete en tu manto y sígueme». (vv. 7-8).

El pasaje continúa diciendo que Pedro no tenía idea de lo que realmente estaba sucediendo. Ya te podrás imaginar —quizás un poco aturdido por haberse despertado de su sueño en ese momento. Pensó que estaba viendo una visión. La Escritura dice que «Cuando habían pasado la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que conduce a la ciudad, la cual se les abrió por sí sola; y salieron y siguieron por una calle, y enseguida el ángel se apartó de él».(Versículo 10).

Entonces la Escritura dice, “Cuando Pedro volvió en sí, dijo: Ahora sé en verdad que el Señor ha enviado a su ángel, y me ha rescatado de la mano de Herodes y de todo lo que esperaba el pueblo de los judíos.» (Versículo 11). Pedro reconoció que esto era obra de Dios y que un ángel había sido el instrumento de Dios para llevar a cabo el rescate.

Ahora bien, déjenme decir esto: Los ángeles no siempre rescatan a los hijos de Dios. No nos rescatan de todo problema o de toda situación difícil. Recuerda que, ellos son siervos de Dios, y solo pueden hacer lo que Dios les manda a hacer. No pueden salir corriendo por su cuenta y hacer su propia voluntad. Existen para hacer la voluntad de Dios.

Pienso, por ejemplo, en ese oscuro momento en la cruz cuando el Hijo de Dios estaba muriendo por los pecados del mundo. Solo puedo imaginar, aunque no se nos dice en la Escritura, que los ángeles anhelaban venir a rescatar a Jesús de la cruz, pero Dios les prohibió intervenir. No era el momento de Dios. No era el tiempo de Dios.

Sí, Jesús pudo haber sido rescatado. Pero si Él se hubiese rescatado a sí mismo, o si los ángeles lo hubiesen rescatado antes de tiempo, nunca podríamos haber sido rescatadas de nuestros pecados. Así que Dios permitió que Su Hijo pasara a través de todo ese proceso en la cruz, sin permitir que los ángeles intervinieran.

No mucho tiempo después de esto los primeros cristianos comenzaron a experimentar persecución por predicar el Evangelio. Creo que durante todo ese tiempo los ángeles estaban observando, con deseos de correr a rescatarlos, como un ejército de liberación.

En ocasiones Dios sí los envió a intervenir, para detener las bocas de los leones, para rescatar a sus siervos de algunas de esas situaciones imposibles. Pero en otras ocasiones, por razones que solo Dios conoce, no se les permitió hacerlo. Ellos no tienen la libertad de liberar a quien ellos quieran; solo pueden rescatar cuando Dios les ordena hacerlo.

Entonces te preguntas: «¿Enviará Dios un ángel para rescatarme en medio de mi situación imposible?» Tal vez sí, tal vez no. Sabes, es el misterio de Dios. Tenemos que aprender a estar contentas con este misterio y decir: «Señor, si quieres en este momento sacarme de esta situación, yo sé que puedes, y yo sé que lo harás. Y podrás utilizar los ángeles como Tus instrumentos para ayudar con la liberación. Pero si no lo haces, entonces yo sé que tienes propósitos que son mayores que mi comodidad y mi liberación inmediatas. »

¿Puedes confiar en la decisión que Dios tomará? Di: «Señor, lo dejo en Tus manos.» Y cuando venga el rescate, recuerda mirar hacia arriba y darle gracias a Dios y saber que Él bien pudo haber enviado un ángel, para llevar a cabo ese rescate.

Leslie: El propósito de los ángeles no es inspirar las decoraciones de Navidad. Los ángeles podrían estar protegiéndonos en el día de Navidad de forma que ni siquiera conocemos. Si te perdiste algo del programa de hoy, puedes escucharlo visitando AvivaNuestrosCorazones.com

¿Quién te anima cuando estás deprimida? Es probable que tengas amigas o compañeras de trabajo que te animen de vez en cuando. ¿Sabes que los ángeles nos animan también?  Aprende lo que dice la Biblia acerca de esto, en nuestro próximo programa. Regresa, por favor, regresa con nosotros.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.

Voz adicional: Imelda, en la voz de Daiana Martínez.

Gregarios de Lujo, Marcos Vidal, Pescador ℗ 2001 Nuva Music.

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Derechos Reservados. Aviva Nuestros Corazones. Escrito por Nancy Leigh DeMoss. Usado con permiso. www.AvivaNuestrosCorazones.com.