Episodio 57 – ¿Cómo lucho contra mis temores sobre el coronavirus

Soldados de Jesucristo

John Piper Responde

Episodio 57 – ¿Cómo lucho contra mis temores sobre el coronavirus

John Piper

Es el fundador y escritor principal de DesiringGod.com y es presidente de Bethlehem College & Seminary. Durante 33 años Piper ha servido como pastor de Bethlehem Baptis Church. Ha escrito más de 50 libros, entre ellos Cinco puntos y Viviendo en la luz: dinero, sexo & poder.

Es uno de los escritores cristianos más reconocidos de las últimas décadas. Su escritura es  caracterizada por un corazón pastoral y un estilo confrontador, pero también alentador. Sus más de 30 años de ministerio están recopilados gratuitamente en artículos y vídeos. Los puedes encontrar en: DesiringGod.org.

El pastor John Piper vive en la ciudad de Minneapolis, Estados Unidos con su esposa Noel. Tiene cinco hijos y catorce nietos.

¡Recuerda Compartirlo!

Sitio Internet: somossoldados.org

Episodio 55 – ¿Cómo estudio un tema específico de la Biblia?

Soldados de Jesucristo

John Piper Responde

Episodio 55 – ¿Cómo estudio un tema específico de la Biblia?

John Piper

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Las personas orgullosas no agradecen


DESIRING GOD

JOHN PIPER

Las personas orgullosas no agradecen

Romanos 1:16–23

Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. 17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.

18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; 19 porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. 20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. 21 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. 22 Profesando ser sabios, se hicieron necios, 23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.

Romanos 1:18–23 describe lo que es universalmente cierto de todas las personas que no se han sometido al poder del evangelio. Ellas han apreciado la verdad acerca de Dios desde la creación, pero sus inclinaciones naturales van tan fuertemente en contra de esta verdad, que la ocultan (v. 18). Las personas que aman el pecado odian la luz y no vendrán a la luz a menos que sus obras deban ser expuestas (Juan 3:20). Pero la luz de la verdad de Dios sigue resplandeciendo en el evangelio de Jesucristo (2 Corintios 4:4–6); y resplandece, para aquellos fuera del evangelio, en la obra de la creación.

“Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría” (Salmos 19:1–2). “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas” (Romanos 1:20).

Para aquellos que, mediante la gracia de Dios, aman la verdad y no quieren ocultarla, la creación se vuelve un deslumbrante libro de lecciones en teología. La creación enseña que existe una deidad, un Ser infinitamente maravilloso, que hizo el mundo. Enseña que este Ser es eterno y que tiene un estupendo poder. El mundo en su estructura molecular, visible y galáctica; y en su orden, lleva la marca de un Arquitecto. Y sí él es el Arquitecto de todo lo que existe, no fue creado por nadie y es eterno. Un eternamente poderoso e infinitamente maravilloso Creador de todas las cosas, se hace evidente en el libro de lecciones que es la creación. Pero eso no es todo lo que podemos leer en este libro.

Si existe un Dios todopoderoso e infinitamente glorioso que creó todas las cosas. Entonces yo también, soy su criatura. Y todo lo que tengo es de él. ¿Quién a no ser el Creador, da a los hombres vida, aliento, y todas las cosas (Hechos 17:25)? Parándome ante la irresistible lógica del libro de lecciones que es la creación, tengo que admitir que todo es un regalo. Es inconcebible que el Creador algún día tenga que deberme algo. ¿Pues cuando podría darle un regalo por el que deba ser recompensado? “Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas” (Romanos 11:35–36). Yo no soy mío, le pertenezco a mi Creador. Mi existencia se debe a él, y por tanto mi existencia tiene que ser para él.

¿Pero que le puedo dar yo a mi Creador? Si él tuviere hambre no me lo diría, porque el mundo y todo lo que hay en él, es suyo. Las aves del aire, los gusanos en el campo, el ganado en los miles de montes, pertenecen a él (Salmos 50:10–12). Todo lo que existe es de Dios. No puedo mejorar a Dios. No puedo enriquecer ni adicionarle algo a Dios. Siempre seré, completa e ineludiblemente, el recipiente. No “es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo” (Hechos 17:25). ¿Cómo, pues, viviré para él? ¿Cómo le agradaré?

La respuesta a esta pregunta, también está escrita en el libro de lecciones que es la creación reflejada en nuestra propia conciencia. ¡Debo estarle agradecido a él! Sino puedo añadirle algo a su gloria, entonces debo honrar su gloria. Si existe un Dios eternamente poderoso e infinitamente maravilloso que creó todo lo que existe, entonces existe solamente un destino justo para sus criaturas -vivir para la alabanza de su gloria… unirnos a nuestro Creador en su propósito de hacer que su poder y gloria sean conocidos y amados entre las naciones. ¿Cómo honrará una mera criatura la gloria de su Creador? Todos conocemos la respuesta a esa pregunta: Honramos su gloria queriéndola y estando agradecidos. “El que sacrifica alabanza me honrará” (Salmos 50:23).

La gratitud honra a Dios. La gratitud es el eco de la gracia cuando repercute a través de los recovecos del corazón humano. Gratitud es aceptar un regalo gratuito sin sentir vergüenza y declarar de todo corazón que lo que queremos no lo podemos comprar. Por tanto la gratitud glorifica a la gracia gratuita de Dios y representa la humildad de un necesitado y receptivo corazón.

Es realmente asombroso cuánto podemos conocer acerca de Dios y nuestro deber, al solo ponderar honestamente la lección del libro de la creación: que existe un Ser infinitamente maravilloso quien hizo todas las cosas, tiene un poder eterno, a quien debemos la vida, el aliento y todo lo demás; a quien, por tanto, debemos glorificar y agradecer desde el fondo de nuestros corazones día y noche. Ninguno que comprenda la realidad en que vive necesita la Biblia para saber que debe glorificar y dar gracias a Dios. Está escrito en el cielo y en el corazón humano –sin embargo, nadie obedece.

“Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias” (Romanos1:21). “…por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). “Profesando ser sabios, se hicieron necios, 23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de… (Romanos 1:22–23).

Lo que Pablo quiere decir en (Romanos 3:23) con ‘todos los hombres están destituidos de la gloria de Dios’, está explicado en Romanos 1:23 -todos cambiaron la gloria de Dios por imágenes. Así que el significado del pecado está claro: el pecado es tomar el diamante que es la gloria de Dios, llevarlo a la casa de empeños del orgullo, y empeñarlo por el mármol quebrado de la autosuficiencia. Note el versículo 22: “Profesando ser sabios, se hicieron necios, 23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de…” Toda la creación da testimonio de que somos las criaturas de un Creador eternamente poderoso e infinitamente glorioso, y que debemos querer su gloria por encima de todas las cosas, que debemos agradecerle de todo corazón día y noche. Pero por alguna misteriosa razón el corazón humano repudia esa verdad y la oculta (v. 18), o como dice el versículo 25, nosotros cambiamos la verdad acerca de Dios por una mentira. ¿Por qué? Porque queremos que piensen que somos sabios. “Profesando ser sabios […] cambiaron la gloria de Dios.”

La razón por la que el corazón humano repudia la verdad que enseña la creación, es que ésta es demasiado humilde. Desde el profundo mar hasta el brillante cielo, la creación grita que Diostiene poder eterno, que Dios es un Ser infinitamente maravilloso, que Dioses el Creador de todo lo que existe, y que somos totalmente dependientes de su absoluta libertad de decisiones para crear y sostener nuestra vida o no. Y, por lo tanto, debemos glorificarle a él y no a nosotros, y darle las gracias a él y no tomarnos el crédito para nosotros. ‘Pero las personas orgullosas no agradecen’ La gratitud es el eco de la gracia cuando repercute a través de los recovecos del corazón humano. Pero las personas orgullosas no necesitan la gracia. No creen que sus corazones estén vacíos sin Dios. ¡Están llenos de sabiduría! Y, “Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de.…” Las personas orgullosas no agradecen. Con los labios apretados toman el diamante, que es la gloria de Dios, entran a la casa de empeños del orgullo, y lo empeñan a cambio del mármol quebrado de la autosuficiencia. Después se llevan este pequeño ídolo a casa, lo ponen en el manto de sus mentes, y se postran ante él en cientos de formas diferentes cada día. “habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos […] Profesando ser sabios…”. Las personas orgullosas no dan las gracias.

Ahora bien, aquí debemos evitar señalar con el dedo en vano, como si Madalyn Murray O’Hair, o Hugo Heggner, o alguna tribupagana fueran los únicos acusados en este caso. Nosotros, que conocemos bien a Dios, también estamos señalados en este texto. Hay una prueba que usualmente uso para humillarme a mí mismo frente al Señor. Se la recomiendo. Considere la espontaneidad y la intensidad de la ira, cuando alguien levanta falso testimonio contra usted, o interrumpe su concentración, o se cuela delante de usted en la tienda de comestibles Country Club; compare esas emociones con la intensidad y la espontaneidad de la indignación cuando alguien levanta una calumnia acerca de Dios, y cuando sus mandamientos son quebrantados y las personas se ponen por delante de él. O considere la emoción sincera que experimenta cuando consigue un ascenso, o una inesperada ventaja fiscal, o un reconocimiento de su superior; y compare esta sincera emoción con la sinceridad y la intensidad de la emoción que siente cuando contempla el carácter de Cristo y la gloria de Dios. Un momento de reflexión nos humillará, virtualmente, a todos. Nuestros corazones están vivos, son rápidos, son sensibles, son receptivos y están llenos de emociones hacia las cosas que conciernen a nuestros placeres materiales y nuestro ego. Pero Oh, ¡cuan lentos y que aburridos y que indiferentes y que lacónicos somos intelectualmente hacia la realidad de Dios! Por tanto, no señalemos con nuestro dedo a otros que empeñan la gloria de Dios a cambio del mármol quebrado de la autosuficiencia. Existe suficiente evidencia en nuestra propia vida emocional, para probar que nosotros también, hemos apenas comenzando a inclinar, nuestros sentimientos hacia el diamante de la gloria de Dios.

Tenemos una profunda necesidad de contribución y arrepentimiento. La razón por la que recalco esto en el domingo que precede a una de las vacaciones más felices del año, es porque quiero que el jueves experimenten la mayor cantidad de gozo, proveniente de corazones con profunda gratitud. Las personas orgullosas no agradecen, y nosotros padecemos profundamente de orgullo. Si no comenzamos nuestra Festividad con un arrepentimiento, simplemente nos estaremos uniendo al mundo en el irónico ejercicio de la Festividad tratando de mostrar un genuino sentimiento de gratitud a cambio del quebrado mármol de la autosuficiencia.

Sé que pudiera unirme al popular coro de escritores y predicadores que constantemente nos dicen cuan hermosos somos. Pudiera pulirle su mármol. Pudiera ponerlo en un lugar seguro, detrás de las caricaturas de calvinísticos predicadores que apalean el pecado y niegan el gozo. Yo pudiera ponerlo bajo el foco de un eslogan como, ‘Si va a ser, depende de mi.’ Y quizás unos pocos de ustedes, cuyo conocimiento de la Biblia y de su propio corazón es poco profundo, dirían, ‘Ah, dulces palabras. Oigan como ama a su pueblo, los hace sentir enteros en lugar de rotos.’ Pero Dios me reprendería con las palabras de Jeremías 6:14, “Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz.”.

Es como si yo fuera un médico y usted viniera a mí con una profunda herida en la planta de su pie, ocasionada por un trozo de vidrio que se hallaba escondido en el fango. Sus amigos están de pie y observan como, cuidadosamente, limpio con un algodón la piel alrededor de la herida, y la saturo. Ellos se maravillan de lo compasivo que parezco y de lo tiernamente que manipulo el área sensible, y de lo expertamente que realizo la sutura, y de lo bien que se encuentra la piel. Pero mi médico jefe, muy ecuánime, se aproxima después y dice, ‘Tienes una buena actitud ante el paciente, Piper; hiciste una sutura; creo que se fueron felices, pero el fondo de esa herida estaba llena de fango cuando la cerraste. Y para el Día de Acción de Gracias ese pié va a estar infectado’. ‘Curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: ‘Paz, paz,’ cuando lo que hay es orgullo, orgullo’ Raspen el fango para sacarlo de la herida. Es posible que hoy duela, pero para el jueves saltarán como los corderos del establo.

Mi deseo para ustedes es que su gratitud hacia Dios, este agradecimiento, sea muy profundo, muy auténtico y muy alegre. La razón por la que esto puede ser posible es que Dios da gracia a las personas que odian su orgullo y que están quebrantadas debido a su pecado. David saboreó esta gracia y dijo, “Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado, no despreciaras tú, Oh Dios” (Salmos 51:17). Y Dios mismo da testimonio de su gracia con palabras similares en Isaías 57:15, “Yo habito en la altura y en la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.”

Para el verdadero hijo de Dios el repetido descubrimiento de su propio pecado trae consigo un dolor piadoso que produce arrepentimiento, lleva a la salvación y no deja remordimiento (2 Corintios 7:10). No soy capaz de comprender a las personas que dicen que no debemos abogar por la contrición y la pobreza de espíritu de aquellos cuyos pecados han sido perdonados y están siendo renovados en el Cristo que mora en su interior. Es precisamente porque Cristo me ama tanto que la frialdad de mi celo en la oración, en la meditación, en la adoración y en el testimonio, me aflige tan profundamente. ¿Acaso debemos tomar el desgano de nuestra devoción a la ligera porque él es tan amable? ¿Nunca le han hecho llorar de remordimiento, precisamente porque le han perdonado?

Le ruego a Dios que exista un gran agradecimiento de corazón, hacia Dios, en cada uno de sus hogares esta semana. Le pido que algunos de ustedes se encuentren a sí mismos cantándoles al Señor, que algunos de ustedes escriban una oración de alabanza en su diario, que algunos compongan poemas de agradecimiento, que algunos hagan una larga lista de bendiciones, que algunos pasen un tiempo especial a solas con Cristo y que algunos le digan a su esposa, esposo, o amigo, “Le doy gracias a Dios por tenerte a ti.”

Pero las personas orgullosas no agradecen. Y así, he presentado delante de ustedes, tres verdades muy humildes para mejorar su agradecimiento. La primera verdad: La naturaleza nos enseña que un Ser infinitamente maravilloso y eternamente poderoso nos creó a y a todo lo que tenemos. Por tanto, somos sus criaturas. Él es nuestro dueño. Nuestra vida, nuestro aliento, y todo lo que tenemos es un regalo. Nuestro deber es, simplemente, estarle agradecidos de corazón y apreciar profundamente su gloria. La segunda humilde verdad es que todos estamos lejos de cumplir este deber. No hemos apreciado consistentemente el diamante de la gloria de Dios con un afecto que llegue siquiera cerca de su valor real, sino que lo hemos cambiado una y otra vez por mármoles quebrados, que en nuestra gran ‘sabiduría’ hemos determinado como más valiosos. La tercera humilde verdad es que Dios, en su gran misericordia, envió a su hijo a sufrir el juicio de los que están quebrantados y contritos en espíritu y confían en él.

Las personas orgullosas no agradecen. Pero los que creen estas tres verdades, lo hacen desde lo profundo de sus corazones. La verdad de que somos criaturas totalmente dependientes, la verdad de que somos pecadores depravados y la verdad de que estamos redimidos y completamente perdonados a través de la fe contrita. Si estas tres verdades penetran a su corazón esta mañana, le vaciaran de orgullo y llenaran con agradecimiento hacia Dios.

Piper, J. (2012). Colección de sermones de John Piper. Minneapolis, MN: Desiring God.

Yahweh: 10 cosas que significa

Agosto 17

Yahweh: 10 cosas que significa

Devocional John Piper

Éxodo 3:15: «Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Yahweh, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos»

El nombre de Dios casi siempre se traduce por SEÑOR (todo en mayúsculas) en las Biblias de habla Inglesa. Pero la palabra Hebrea se pronuncia algo así como «Yahweh», y se construye sobre la palabra que significa «Yo soy».

Al menos hay 10 cosas que el nombre Yahweh, «Yo soy» nos dice sobre Dios.

1) Él nunca tuvo un principio. Todos los niños preguntan: «¿Quién creó a Dios?» y todos los padres sabios dicen: «Nadie creó a Dios. Dios simplemente es. Y siempre fue. No tuvo principio».

2) Dios nunca tendrá fin. Si no llegó a ser, tampoco puede dejar de ser, porque está siendo.

3) Dios es la realidad absoluta. No hay realidad antes de Él. No hay realidad fuera de Él, a menos que el quiera crearla. Él es todo lo que había eternamente. No había espacio, ni universo, ni vacío. Solamente Dios.

4) Dios es completamente independiente. No depende de nada para hacerlo ser, o para apoyarlo o aconsejarlo o hacer de Él lo que es.

5) Todo lo que no es Dios depende totalmente de Dios. El universo entero es completamente secundario. Llegó a existir por Dios y sigue existiendo momento a momento por la decisión de Dios de que mantenerlo en existencia.

6) Todo el universo no es nada en comparación con Dios. La realidad dependiente y contingente, comparada con la realidad absoluta e independiente es como una sombra y su sustancia. Como el eco al trueno. Todo lo que nos asombra en el mundo y en las galaxias no es nada comparado con Dios.

7) Dios es constante. Él es el mismo ayer, hoy y siempre. No puede ser mejorado. No está convirtiéndose en nada. Él es quien es.

8) Dios es el estándar absoluto de verdad, bondad y belleza. No hay ningún libro de leyes en el que Él mire para saber lo que está bien. Ningún almanaque para establecer los hechos. Ningún gremio que determina lo que es excelente o bello. Él mismo es el estándar de lo que está bien, lo que es verdad, y lo que es hermoso.

9) Dios hace lo que le place y siempre está bien, siempre es hermoso, y siempre está de acuerdo con la verdad. Toda la realidad que está fuera de Él fue creada, diseñada y es gobernada por Él, que es la realidad absoluta. Por tanto es completamente libre de restricciones que no se originen en el consejo de su propia voluntad.

10) Dios es la realidad y persona más importante y valiosa del universo. Es más digno de interés, atención, admiración y disfrute que todas las otras realidades, incluyendo el universo al completo.

Traducido de: http://solidjoys.desiringgod.org/en/devotionals/10-things-yahweh-means

Tan seguro como que Dios es Fiel

Agosto 16

Tan seguro como que Dios es Fiel

Devocional John Piper

Romanos 8:30: «Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó»

Entre la eternidad pasada en la predestinación de Dios, y la eternidad futura en la glorificación de Dios, no se pierde nadie.

Nadie que haya sido predestinado para ser hijo deja de ser llamado. Nadie de los que han sido llamados deja de ser justificado. Y tampoco nadie de los que son justificados deja de ser glorificado. Es una cadena de acero inquebrantable de fidelidad divina al pacto.

Y por eso Pablo dice en Filipenses 1:6: «Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo»  y también en 1 Corintios 1:8-9: «el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor»

Estas son las promesas de nuestro Dios, quien no puede mentir. Aquellos que han nacido de nuevo están tan seguros como que Dios es fiel.

Traducido de: http://solidjoys.desiringgod.org/en/devotionals/as-secure-as-god-is-faithful

¿Por qué tienes un cuerpo?

Agosto 15

¿Por qué tienes un cuerpo?

Devocional John Piper

1 Corintios 6:20: «Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo»

Dios no creó el universo físico y material simplemente porque sí. Tenía un propósito, y este era añadir nuevas formas en que su gloria sería manifestada. Salmos 19:1 dice: «Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos».

Nuestros cuerpos encajan en la categoría de elementos físicos que Dios creó con el propósito de manifestar su gloria. Dios no va a retroceder en su plan de glorificarse a través de los seres humanos y los cuerpos humanos.

¿Por qué se molesta Dios en ensuciar sus manos, por así decirlo, con nuestra carne corruptible y manchada por el pecado para reestablecerla en un cuerpo resucitado y revestirla de inmortalidad? La respuesta es porque su Hijo pagó el precio de la muerte para que el propósito que tenía el Padre para el universo material se cumpliese, para que el Padre fuese glorificado en él, incluyendo nuestros cuerpos, por siempre y para siempre.

Eso es lo que este texto dice: «habéis sido comprados por precio (la muerte de su Hijo), glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo». Dios no va a desechar o deshonrar la obra de su Hijo. Dios honrará la obra de su Hijo levantando nuestros cuerpos de la muerte, y utilizará nuestros cuerpos para glorificarle, por siempre y para siempre.

Esa es la razón por la que ahora tienes un cuerpo, y ese es el por qué será resucitado para que sea como el cuerpo glorioso de Cristo.

Traducido de: http://solidjoys.desiringgod.org/en/devotionals/why-you-have-a-body

Jesús guarda a sus ovejas

Agosto 14

Jesús guarda a sus ovejas

Devocional John Piper

Lucas 22:31-32: «Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos»

Aunque Pedro falló miserablemente, la oración de Jesús lo preservó de la ruina completa. Pedro fue traído a un llanto amargo y restaurado al gozo y la valentía de Pentecostés. De la misma forma Jesús está intercediendo por nosotros hoy mismo, para que nuestra fe no falle (ver Romanos 8:34).

Jesús prometió que sus ovejas serían preservadas y que nunca perecerían. Juan 10:27-28 dice: «Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano».

La razón de esto es que Dios obra para preservar la fe de las ovejas: Filipenses 1:6 dice: «el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo».

No se nos deja solos a la hora de luchar la batalla de la fe. Filipenses 2:13 dice: «Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad».

La Palabra de Dios te asegura que, si eres su hijo, él te «hará apto en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo» (Hebreos 13:21).

Nuestra perseverancia en al fe y en el gozo está de manera decisiva y final en las manos de Dios. Sí, nosotros hemos de luchar, pero esa misma lucha es lo que Dios «obra en nosotros». Y ciertamente lo hará, porque como dice Romanos 8:30: «y a los que justificó, a estos también glorificó».

No perderá ninguno de los que ha traído a la fe y ha justificado.

Traducido de: http://solidjoys.desiringgod.org/en/devotionals/jesus-keeps-his-sheep

Ya no me asusta la muerte Devocional

Agosto 13

Ya no me asusta la muerte

Devocional John Piper

Hebreos 2:14-15: «Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre»

¿Cómo hace Cristo para librarnos del temor a la muerte? ¿Cómo hace para dejarnos libres para vivir con el tipo de abandono amoroso que deja los bienes, la parentela y también esta vida mortal?

Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre

El término «hijos» se toma del versículo previo y se refiere a la descendencia espiritual de Cristo, el Mesías. Estos son también los «hijos de Dios». En otras palabras, al enviar a Cristo, Dios tiene en mente de forma especial la salvación de sus «hijos».

Él también participó de lo mismo [de sangre y carne]

El Hijo de Dios, que existió antes de encarnarse como el Verbo eterno (ver Juan 1:1), tomo la forma de carne y sangre y revistió su divinidad con humanidad. Se convirtió completamente en hombre, y siguió siendo completamente Dios.

Por medio de la muerte

La razón por la que Cristo se hizo humano, fue la de morir. Como Dios preencarnado, no podía morir por los pecadores. Pero uniéndose a la carne y a la sangre, sí podía. Su objetivo era morir, por eso tuvo que nacer como humano.

Para destruir al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo

Al morir, Cristo quitó los colmillos al diablo. ¿Cómo? Cubriendo todo nuestro pecado (ver Hebreos 10:12). Esto significa que Satanás no tiene bases legítimas para acusarnos delante de Dios. Romanos 8:33 dice «¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica». ¿En base a qué nos justifica? A través de la sangre de Jesús (ver Hebreos 9:14 y Romanos 5:9).

El arma final que Satanás tiene contra nosotros es nuestro propio pecado. Si la muerte de Jesús se lleva el pecado, el arma principal del diablo le ha sido quitada de las manos. En ese sentido, el diablo ha quedado sin poder.

Y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre

Por tanto somos liberados del miedo a la muerte. Dios nos ha justificado. Frente a nosotros, solamente hay gracia por venir. Satanás no puede anular ese decreto. Y Dios quiere que esa seguridad definitiva tenga un efecto inmediato sobre nuestras vidas. Quiere que ese final feliz se lleve de nosotros la esclavitud y el miedo al presente.

Traducido de: http://solidjoys.desiringgod.org/en/devotionals/afraid-of-death-no-more

Nuestra debilidad revela Su valor 

Agosto 12

Nuestra debilidad revela Su valor

Devocional John Piper

2 Corintios 12:9: «Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad»

El plan de Dios para el sufrimiento es que magnifique el valor y poder de Jesús. Y esto es gracia, porque el mayor gozo de los cristianos es ver a Cristo magnificado en nuestras vidas.

Cuando el Señor Jesús le dijo a Pablo que su «aguijón en la carne» no le sería quitado, también le dio apoyo a Pablo explicándole el por qué. El Señor le dijo en 2 Corintios 12:9: «Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad». Dios dispuso que Pablo fuese débil para que Cristo se viese fuerte en nombre de Pablo.

Si nos sentimos y parecemos autosuficientes, seremos nosotros y no Cristo los que nos llevemos la gloria. Así que Cristo elige hacer débiles las cosas del mundo «a fin de que nadie se jacte en su presencia» (ver 1 Corintios 1:29). Y a veces debilita a personas aparentemente fuertes para que el poder divino sea más evidente.

Sabemos que Pablo experimentaba esto como una gracia porque se regocijaba. En 2 Corintios 12:9-10 dice: «Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte».

Vivir por fe en la gracia de Dios significa estar satisfecho con todo lo que Dios es para nosotros en Jesús. Por tanto, la fe no va a retroceder de aquello que revela y magnifica todo lo que Dios es para nosotros en Jesús. Y eso es lo que nuestra propia debilidad y sufrimiento hacen.

Traducido de: http://solidjoys.desiringgod.org/en/devotionals/our-weakness-reveals-his-worth

El sufrimiento que aplasta la fe

Agosto 11

El sufrimiento que aplasta la fe

Devocional John Piper

Marcos 4:16:17: «No tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan»

El sufrimiento destroza la fe de algunos, en lugar de edificarla. Jesús sabía esto y lo describió en la parábola del sembrador y los cuatro terrenos. Algunos escuchan la Palabra y la reciben con gozo, pero luego el sufrimiento hace que se aparten.

Así que la aflicción no siempre hace la fe más fuerte. A veces aplasta la fe. Y entonces las palabras paradójicas de Jesús se vuelven ciertas. Como dice en Marcos 4:25 » al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará»

Esto nos llama a soportar el sufrimiento con una fe firme en la gracia venidera, de tal forma que nuestra fe se haga más fuerte, y no se acabe demostrando que es vana (ver 1 Corintios 15:2). En Marcos 4:25 dice también: » Porque al que tiene, se le dará». Conocer el diseño de Dios en el sufrimiento es uno de los medios principales para crecer a través del sufrimiento.

Si crees que el sufrimiento no tiene sentido, o que Dios no tiene el control, o que es caprichoso o cruel, entonces el sufrimiento te apartará de Dios, en lugar de apartarte de todo lo demás que no es Dios, como debería hacerlo. Así que es crucial que la fe en la gracia de Dios incluya creer que el da gracia a través del sufrimiento.

Traducido de http://solidjoys.desiringgod.org/en/devotionals/suffering-that-crushes-faith