“Un varón de vosotros perseguirá a mil; porque Jehová vuestro Dios es quien pelea por vosotros, como él os dijo.” Josué 23:10.

24 de Mayo
“Un varón de vosotros perseguirá a mil; porque Jehová vuestro Dios es quien pelea por vosotros, como él os dijo.” Josué 23:10.

a1¿Para qué contar las cabezas? Un hombre que está con Dios es mayoría aunque hubiere mil en el bando contrario. Algunas veces nuestros ayudadores podrían ser demasiados para que Dios obre por medio de ellos, como sucedió con Gedeón, que no pudo hacer nada hasta no haber incrementado sus fuerzas gracias a que disminuyó sus números. Pero el ejército del Señor nunca es demasiado pequeño. Cuando Dios quiso fundar una nación, llamó únicamente a Abram y le bendijo.

Cuando quiso vencer al altivo Faraón, no usó ningún ejército, sino únicamente a Moisés y a Aarón. El “ministerio de un solo hombre”, según lo llaman ciertos sabios, ha sido usado mucho más por el Señor, que grupos entrenados con sus oficiales. ¿Acaso todos los israelitas juntos mataron a tantos filisteos como lo hizo Sansón solo? Saúl y sus ejércitos hirieron a sus miles, y David a sus diez miles.

El Señor puede dar amplias ventajas al enemigo y a pesar de ello vencerlo. Si tenemos fe, tenemos a Dios con nosotros, y, entonces, ¿qué son las multitudes de hombres? Un perro pastor puede pastorear un gran rebaño de ovejas. Si el Señor te envía, oh hermano mío, Su fuerza alcanzará Su propósito divino. Por tanto, descansa en la promesa, y sé valiente.

La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román

Spurgeon, C. H. (2008). La Chequera del Banco de la Fe. Bellingham, WA: Logos Bible Software.

“Porque él librará al menesteroso que clamare, y al afligido que no tuviere quien le socorra.” Salmo 72:12.

23 de Mayo
“Porque él librará al menesteroso que clamare, y al afligido que no tuviere quien le socorra.” Salmo 72:12.

a1El menesteroso clama; ¿qué otra cosa podría hacer? Su clamor es oído por Dios; ¿qué otra cosa necesitaría hacer? El lector menesteroso necesita ponerse a clamar de inmediato, pues esto será su sabiduría. No clames a los oídos de amigos, pues incluso si pudieran ayudarte sería únicamente debido a que el Señor los capacita para ayudarte. La ruta más rápida es acudir directamente a Dios, y hacer que tu clamor suba delante de Él. La línea recta permite correr mejor: corre al Señor, y no acudas a las causas secundarias.

“¡Ay!”,—clamas—“no tengo ni amigos ni ayudadores”. Es mucho mejor así; puedes apoyarte en Dios bajo ambas carencias: sin provisiones y sin ayudadores. Haz de tu doble necesidad tu doble súplica. Incluso en lo relativo a las misericordias temporales puedes esperar en Dios, pues Él se preocupa por Sus hijos en estos asuntos temporales. En cuanto a las necesidades espirituales, que son las más abrumadoras de todas, el Señor oirá tu clamor, y te liberará y te abastecerá.

Oh, amigo pobre, prueba a tu Dios rico. Oh, tú que eres desvalido, apóyate en Su ayuda. Él nunca me ha fallado, y estoy seguro de que nunca te fallará. Acude como un mendigo, y Dios no rehusará darte ayuda. Ven sin otro argumento que Su gracia. Jesús es Rey, ¿acaso te dejará perecer por causa de tu necesidad? ¡Cómo! ¿Olvidaste esto?

La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román

Spurgeon, C. H. (2008). La Chequera del Banco de la Fe. Bellingham, WA: Logos Bible Software.