¿POR QUÉ EL MUNDO NO PODRÍA HABER EXISTIDO DESDE SIEMPRE?

Autor: Norman Geisler

¿POR QUÉ EL MUNDO NO PODRÍA HABER EXISTIDO DESDE SIEMPRE?

a1Los cristianos, naturalmente, creen que debe haber un Dios porque el mundo tuvo un principio. Y todo lo que tenga un origen requiere de alguien que le haya dado origen. La pregunta que corresponde responder, entonces, es cómo sabemos que el mundo tuvo un principio. Tal vez siempre existió.

El famoso agnóstico, Bertrand Russell, presentó el dilema en los siguientes términos. Existen dos posibilidades: el mundo tuvo un principio o no lo tuvo. Si no lo tuvo, no necesita una causa (Dios). Si lo tuvo, podemos preguntar: «¿Cuál es la causa de Dios?». Pero si Dios tuvo una causa, no es Dios. En cualquiera de los casos, no podemos concluir que haya una primera causa sin causa (Dios).

La dificultad de este difícil dilema es que implica también plantearse una pregunta que no tiene sentido: ¿Quién creó a Dios? Expresado de otro modo, supone erróneamente que «todo obedece a una causa» cuando en realidad no afirma más que «todo lo que tenga un principio obedece a una causa», que es muy distinto. Por supuesto, todo lo que tuvo un principio tuvo a alguien que le dio origen. La nada no puede crear algo. Como cantaba Julie Andrews: «No puede salir nada de la nada. Sería imposible». Dios, por lo tanto, no obedece a ninguna causa porque no tuvo principio.

Si este es el caso, bastará demostrar que el universo tuvo un principio y probar que obedece a una causa (por ejemplo, a Dios). Hay dos argumentos contundentes que permiten probar que el universo tuvo un principio. Uno proviene de la ciencia: la segunda ley de la Termodinámica. El segundo proviene de la filosofía, y consiste en la imposibilidad de un número infinito de momentos. Según la segunda ley de la Termodinámica, la energía utilizable del universo se está agotando. Ahora bien, si el universo está agotándose, no puede ser eterno. De lo contrario, ya se habría agotado completamente. Si la cantidad de energía fuera ilimitada no se podría agotar, pero una cantidad limitada de energía puede agotarse. Por lo tanto, el universo debió tener un principio. Pongamos una ilustración. Cualquier vehículo cuenta con una cantidad limitada de energía (combustible). Por eso es necesario cargar el tanque cada tanto tiempo, más seguido que lo que desearíamos. Si contáramos con un enorme e ilimitado tanque de combustible, ya no tendríamos que cargar nunca más. El que tengamos que cargar el tanque cada tanto tiempo demuestra que tuvo que haber sido llenado una primera vez. O, para usar otro ejemplo: un viejo reloj que poco a poco se queda sin movimiento, y al que debemos darle cuerda para que siga andando, no se detendría si no se le hubiera dado cuerda en un principio. En resumidas cuentas, el universo tuvo un principio. Y todo lo que haya tenido principio, requiere de alguien que le haya dado origen. Por lo tanto, el universo tuvo alguien que le dio origen: Dios.

Algunos han especulado con que el universo se retroalimenta o recupera automáticamente. Pero esta posición no es más que mera especulación sin ninguna evidencia empírica que la sustente. De hecho, es contraria a la segunda ley de Termodinámica por cuanto aun si el universo pudiera recuperar su estado inicial, como un balón que rebota, gradualmente perdería fuerza. No hay sencillamente ninguna observación que pruebe que el universo se retroalimenta automáticamente. Incluso los astrónomos agnósticos, como Robert Jastrow, han señalado: «Una vez que el hidrógeno de la estrella se ha consumido y convertido en elementos más pesados, nunca puede ser restaurado a su estado original». Por lo tanto, «minuto a minuto, y año tras año, a medida que las estrellas consumen el hidrógeno, las reservas de este elemento disminuyen»2.

Si la cantidad total de energía permanece constante pero la cantidad utilizable en el universo disminuye, nunca hubo una cantidad infinita, porque una cantidad así nunca disminuiría. Esto implica que el universo no podría haber existido eternamente en el pasado. Debió tener un principio. O, para expresarlo de otra manera, según la segunda ley de Termodinámica, dado que aumenta el desorden en el universo, este no puede ser eterno. De lo contrario, el desorden ya sería completo, lo cual no es el caso. Por lo tanto, debió haber tenido un principio; uno extremadamente ordenado.

Un segundo argumento para probar que el universo tuvo un principio, y por lo tanto que hay alguien que le dio origen, lo aporta la filosofía. Plantea que no podría haber existido un número infinito de momentos antes de hoy; de lo contrario, hoy nunca hubiera llegado a ser (cuando efectivamente lo es). Esto se debe a que, por definición, el infinito no se puede atravesar: no tiene fin (ni principio). Pero como los momentos anteriores a hoy han sido atravesados, porque así hemos llegado al día de hoy, debe concluirse que solo puede haber existido un número finito (limitado) de momentos anteriores a hoy. O sea, el tiempo tuvo un principio. Pero si el universo de tiempo y espacio tuvo un principio, su existencia debió obedecer a una causa. Esta causa de todo lo que existe se llama Dios. ¡Dios existe!

Incluso el gran escéptico, David Hume, aceptaba las dos premisas de esta argumentación a favor de Dios. Es más, nunca negó que la existencia de las cosas se debiera a una causa. Escribió: «Nunca afirmé una proposición tan absurda como que algo pudiera surgir sin una causa que le diera origen»3. También dijo que era absurdo creer que había un número infinito de momentos: «El mundo temporal tuvo un principio. Un número infinito de partes de tiempo real, que se suceden y agotan unas tras otras, es una contradicción tan evidente que ningún hombre, cabría uno pensar, cuyo juicio no está corrompido, en vez de ser mejor debido a la ciencia, podría admitir»4. Ahora bien, si ambas premisas son verdaderas, debemos concluir que debió haber un Creador del universo temporal y espacial que llamamos cosmos. Por lo tanto, Dios existe.

¿QUIÉN CREO A DIOS? Edición en español publicada por Editorial Vida – 2007 Miami, Florida

© 2003 por Ravi Zacharias y Norman Geisler

Superamigo

Septiembre 19

Superamigo

Lectura bíblica: Proverbios 18:24

Hay amigos que uno tiene para su propio mal, pero hay un amigo que es más fiel que un hermano. Proverbios 18:24

a1Marisa se siente rechazada. Ella y Victoria fueron mejores amigas todo el verano. Se hicieron muy amigas en un campamento. Después, pasaban la noche a veces en la casa de una y otras veces en la casa de la otra. En la Escuela Bíblica de Vacaciones eran inseparables.
Pero cuando se acabó el verano, su amistad se fue a pique. En la escuela, la iglesia, el club o de paseo con otras chicas, Victoria trataba a Marisa como si no la conociera.

No todos los amigos se portan mal como Victoria. Si alguna vez te ha pasado lo que le pasó a Marisa, sabes lo maravilloso que es tener un amigo del que puedes depender. Por más maravillosas que sean algunas amistades humanas, contamos con una amistad tan absoluta que sobrepasa y sobrevive a todas las demás. Es nuestra amistad con Jesucristo quien ha prometido estar con nosotros para siempre (ver Mateo 28:20).
Tema para comentar: ¿Cómo es que Jesús es el amigo perfecto? ¿En qué sentido es distinta la amistad que él ofrece a cualquier amistad con un amigo cristiano o un familiar?

Fíjate en estas verdades acerca de tu amigo perfecto:

Jesús es un amigo de tiempo completo. Siempre está a tu disposición. No te trata de una manera cuando están solos y de otra manera cuando están con otros.
Jesús es un amigo incondicional. Siempre te perdona cuando le fallas. Se aferra a ti no importa lo que pase en tu vida.
Jesús es un amigo de quien puedes depender. No tienes que temer que se burle de ti, que te abandone o que cuente tus secretos. Y sus promesas son aún más seguras que el hecho de que el sol saldrá mañana.
Jesús es un amigo profundo. Nunca es superficial ni trivial. Quiere una relación contigo que te cambie la vida. Te trata con amor y respeto cuando le abres tu corazón.

¡Demuestra un amor intenso y personal por ti!

Cuando Jesús caminó en la tierra, no era rígido ni orgulloso. La gente común no se cohibía cuando se acercaba. No tienes que hacerte el superespiritual para que te dé su atención. Sé con él tal cual eres, y él será contigo tal cual es.

En Jesús tienes un gran amigo incondicional y fiel. Cultiva tu amistad con él todos los días, y tendrás la clase de amor que dura para siempre.

PARA DIALOGAR
¿Has hecho de Jesús tu mejor amigo? ¿De qué manera notas que eso afecta tu diario vivir?

PARA ORAR
Señor Jesús, haz que nuestra amistad contigo sea la mejor y más importante amistad de todas.

PARA HACER
¿Sucede alguna vez que tu amistad con otras personas te quita tiempo para tu amistad con Jesús? ¿Te gustaría dedicarle algo de tiempo hoy?

McDowell, J., & Johnson, K. (2005). Devocionales para la familia. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.