Los regalos que realmente valen

Diciembre 26

a1

Los regalos que realmente valen

Lectura bíblica: Mateo 6:25–33

Vuestro Padre que está en los cielos sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Más bien, buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Mateo 6:32, 33

Este año tuviste una idea super. Querías estar seguro de que todos los regalos que recibías fueran lo que tú querías, entonces tu lista de los regalos de Navidad fue corta y simple:

• un vale para mi tienda de ropa favorita
• un vale para mi casa de música favorita
• un vale para mi negocio de electrónica favorito
• un vale para mi casa de videocintas favorita
• una caja con cinco kilos de dinero

Pero al mirar los paquetes que abriste, estás totalmente deprimido. Todos tus sueños y esperanzas para Navidad se han convertido en una pesadilla.

Tu papá te dio un equipo completo de bolos: bola, bolsa y zapatos. Pero ni siquiera juegas a los bolos.

Tu mamá te regaló un violonchelo y una serie de videocintas instructivas. Pero no tienes oído para la música.

Tu hermanito te regaló su mascota, la ranita. Él lloró cuando abriste el frasco que había envuelto hacía dos semanas y vio que la ranita estaba muerta.

Tu abuela te dio otro par de pijamas de franela —lo que te da todos los años— que te queda demasiado chico.

Tu tío Calixto te dio una suscripción a la revista El Estudiante Excepcional y te prometió diez centavos por cada materia en que obtengas la máxima calificación.

Bueno, quizá no fue tan malo como eso. Pero es probable que no hayas recibido todo lo que te hubiera gustado. Todos tenemos que lidiar con los desengaños.

Pero Dios tiene un regalo para ti que no te desengaña. En Mateo 6:25–33 Dios prometió proveer todo lo que necesitas el año que viene. Quizá sea difícil admitir que puedes sobrevivir sin esa caja con cinco kilos de dinero, pero tratarás de hacerlo. Entretanto, Dios conoce tus verdaderas necesidades —espirituales, relacionales, emocionales y materiales— aun las que tú ni has notado. Y te ama tanto que se asegurará de que nunca te falten esas cosas. A ti te toca seguir viviendo para él y ver cómo llena tu vida de lo mejor que te tiene reservado.

PARA DIALOGAR
¿Qué clase de regalos estás esperando que Dios te dé? ¿Estás esperando que te dé lo mejor que tiene reservado para ti?

PARA ORAR
Habla con Dios acerca de tus desengaños con las “cosas” materiales, y enfócate en las cosas que realmente valen.

PARA HACER
¿Estás enojado porque no recibiste todo lo que querías para Navidad? Cuéntaselo a Dios y confía que él llenará tus verdaderas necesidades.

McDowell, J., & Johnson, K. (2005). Devocionales para la familia. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.

¡En la tierra paz!

Diciembre 25

a1

¡En la tierra paz!

Lectura bíblica: Lucas 2:8–14

¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres de buena voluntad! Lucas 2:14

Es probable que hayas cantado cada uno de los siguientes cantos de Navidad, excepto que hemos agregado palabras para activar tu cerebro. A ver si puedes adivinar los títulos reales; el primero, por ejemplo es “Venid, pastorcillos”. Tacha las palabras que sobran.

1. Venid, muchachos y pastorcillos
2. Noche de guerra y de paz
3. Suenen dulces himnos y campanas
4. Se oye un son y ruido tremendo en alta esfera y en las nubes
5. Vé, dilo en las montañas si vives donde hay montañas
6. ¡Oh aldehuela de Belén y ciudad de Nazaret!
7. ¡Al mundo y a la luna, paz nació Jesús!
8. ¡Oh lindísimo, santísimo, felicísimo!
9. Suenen y toquen dulces himnos en la guitarra

Cuando los ángeles cantaron “En la tierra paz” su mensaje no fue una adivinanza. Trajeron la nueva de gran gozo: ¡Jesucristo es el Príncipe de Paz!
Jesús vino para traer paz a tu mundo. Quiere darte paz a ti. Y ninguna persona ni ninguna cosa te puede dar la paz que Jesús promete. Su paz comienza con la paz interior de confiar en él y dejar que su paz gobierne tu vida.

Al ir desarrollando la paz de Jesús, te conviertes en un pacificador como él. Cuando tu familia tiene desacuerdos, ¿eres tú un agente de paz o empeoras las cosas? Cuando tu hermanito empieza a molestarte, ¿tratas de calmarlo o lo molestas tanto como te molesta él a ti? Cuando tus amigos ofenden o critican —y tú eres la víctima— ¿buscas maneras de resolver la situación?

La paz que Jesús dio —que puedes disfrutar hoy— es de lo que se trata Navidad. Por eso, extiende la paz de Dios. Ese es un regalo de Navidad que Jesús apreciará.

PARA DIALOGAR
¿De qué manera compartirás hoy la paz de Jesús?

PARA ORAR
Señor Jesús, trajiste verdadera paz a nuestro mundo. Haz que nosotros también seamos pacificadores.

PARA HACER
Traza un plan para extender la paz de Dios a tu alrededor.

McDowell, J., & Johnson, K. (2005). Devocionales para la familia. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.