DISCURSOS NO EDIFICANTES

DISCURSOS NO EDIFICANTES

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a1“…para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina, ni presten atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas más bien que edificación de Dios que s por fe, así te encargo ahora” (1 Ti. 1:3-4).

       La Iglesia se asienta sobre la verdad que es Cristo mismo, fundamento donde se edifica. La Palabra es la verdad de Dios dada para que se le conozca y se viva la vida eterna en la comunión del Padre y del Hijo (1 Jn. 1:3). Jesús dijo de sí mismo que es la verdad (Jn. 14:6). Los creyentes son trasladados de un mundo de tinieblas y mentira al de verdad y luz. Ese cambio produce la reacción del maligno, que es contrario tanto a la vida como a la verdad, a quien Cristo llamó mentiroso y padre de mentira, y de quien dijo que “ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla de suyo habla…” (Jn. 8:44). Su propósito es introducir la mentira en medio del campo de la verdad, mediante enseñanzas falsas que promueve en las iglesias. Lo hace bien por mensajeros suyos, hombres perdidos, o influenciando en creyentes a los que desvía de la verdad. En Éfeso habían surgido algunos falsos predicadores que desfiguraban y pervertían la verdad. La presencia de quienes enseñan falsedades al pueblo de Dios, es algo que está presente también en el Antiguo Testamento (cf. Dt. 13:15; Jer. 14:14 s.s.; 23:1 ss.; Lm. 2:14; Ez. 13:1 ss.; Zac. 10:2). Por esta razón Cristo advirtió a los suyos: “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces”. Sobre La presencia de falsos profetas en el futuro dijo: “Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; … porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de manera que engañarán, si fuese posible, aun a los escogidos” (Mt. 24:11, 24). El apóstol Pablo en la correspondencia corintia habla sobre “falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo” (2 Co. 11:13). Es más, no solo están anunciados por Cristo y a ellos hace referencia Pablo, sino que los apóstoles testifican de la situación que producirían estos falsos maestros en medio de las iglesias, como Pedro escribe: “Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras” (2 P. 2:1). El apóstol Juan se refiere también ellos diciendo que “muchos falsos profetas han salido por el mundo” (1 Jn. 4:1). El gran peligro de estos que enseñan una doctrina diferente es la apariencia externa que usan para poder hacer su maligna obra, presentándose como “ministros de justicia”, al igual que hace su padre Satanás que también“se disfraza como ángel de luz” (2 Co. 11:14-15).

       En Éfeso el problema se había presentado y, por lo que se aprecia en el contexto, estaban causando un grave quebranto en la congregación. No eran muchos, el apóstol habla de algunos. La forma de actuación de ellos era presentar una enseñanza diferente. No se dan los nombres de estos, ni la procedencia, ni en que consistía la enseñanza. Sin embargo esa situación había sido anunciada por él tiempo antes, en la despedida de los ancianos de la iglesia en Mileto (Hch. 20:17), en donde les dijo que “después de su partida, entrarán en medio de vosotros lobos rapaces que no perdonarán al rebaño”(Hch. 20:29). No cabe duda que no pertenecían a la iglesia en Éfeso y era de otra procedencia, porque desde afuera entraban en ella. Pero también habla de quienes se desviaron de la doctrina y que eran personas destacadas en la congregación: “y de vosotros mismo se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos” (Hch. 20.30).

       Es muy importante entender que no puede haber transigencia en cuanto a doctrina. Que la enseñanza bíblica tal y como nos ha sido transmitida es Palabra de Dios, por tanto, reviste toda Su autoridad. Nada hay comparable a ella en ese sentido. Las enseñanzas que salen de los hombres son simplemente filosofías huecas, sin ningún tipo de autoridad. La única autoridad es la Escritura, único documento procedente e inspirado por Dios (2 Ti. 3:16; 1 P. 1:21). Sin embargo, el problema persiste. Cada vez más, los principios denominacionales, o los de escuelas teológicas, inciden en la exposición bíblica. Algunos predicadores han dejado los principios básicos y esenciales de la vida cristiana para defender sus convicciones, seleccionando en la Palabra y confundiendo a muchos creyentes sencillos que asisten a las reuniones en la iglesia para edificarse.

       El hipercalvinismo selecciona de toda la enseñanza bíblica sólo aquella que trata sus valores. ¿Acaso no es bíblico y se fundamenta en la Palabra? Indudablemente está en ella, pero, cuando los que consideran que son poseedores de la única verdad entran en una congregación, ésta es sacudida por la incertidumbre sobre quienes de todos los creyentes han sido elegidos y quienes no. Son los que destruyen cuando dicen a creyentes sencillos que no pueden tener seguridad de salvación porque el evangelio que les fue predicado, por cuyo mensaje acudieron a Cristo y depositaron su fe en Él, no es evangelio bíblico y, por tanto, no puede constituir una sólida base para salvación. Son quienes discursean largamente sobre decretos divinos, salvación y condenación eternamente establecida, haciendo temblar a ancianos que han vivido toda su vida testificando con ella de la realidad de la fe y que ahora son sacudidos por la pregunta de si son salvos o no. Estos discursos ponen en tela de juicio la proclamación del evangelio como base de compromiso en la iglesia, argumentando que Dios ya ha determinado quiénes serán salvos y quienes se condenarán, sin importarles el definitivo mandato del Señor de ir a las naciones, haced discípulos, predicar el evangelio y bautizarlos. Tales formas de enseñanza no edifican, sino que acarrean disputas.

       En igual modo pero en sentido opuesto el arminianismo, intranquiliza a muchos afirmando la pérdida de la salvación. Para esto recorren la Biblia seleccionando aquí y allá textos que les son válidos para la defensa de sus principios teológicos. Tales discursos hacen que muchos de los salvos pierdan el gozo de la salvación, ya que no pueden perder la salvación. Los pactos de santidad son sin duda importantes en cuanto expresan el sentido natural de la vida cristiana, es decir, la santidad no es una opción sino la única forma de ser de un salvo. Extremar este principio y abandonar la enseñanza sobre la acción divina para que el regenerado pueda vivir la vida de santificación, es convertir la predicación en discursos que no edifican.

       En medio de este revuelto panorama incide también el carismatismo. Los discursos de estos son una exposición de lo que les gustaría que fuese pero que no es conforme a la Biblia. La confusión de plenitud del Espíritu con bautismo del Espíritu, induce a los creyentes a la búsqueda de experiencias plena y totalmente subjetivas, muchas de ellas como resultado de estados anímicos a los que son conducidos, pero que en modo alguno proceden del poder del Espíritu de Dios. La distorsión carismática enseña, confundiendo a los creyentes, que el fruto del Espíritu con sus manifestaciones que hacen realidad la verdadera identificación con Cristo, se sustituyen por un marcado fanatismo por sanidades, riquezas materiales y felicidad temporal. Enseñan que algunos de los dones que potestativamente el Espíritu da como quiere (1 Co. 12:11) son posesión de todos los verdaderos creyentes, de modo que quien no hable en lenguas no puede tener la seguridad de su salvación. Tales discursos confunden pero no edifican.

       En otro lugar está la teología relativista del poder del hombre. Desde los púlpitos de esta posición el discurso argumenta que el hombre ha sido marginado por una religión tiránica que despojó al ser humano de sus valores, y que estos deben ser recuperados. Sus sermones podrían resumirse en un solo concepto tú puedes. No importa si has caído en el pecado, tú puedes levantarte. No es problema que pases por un fracaso familiar, hay otros caminos que van a orientarte para salir del problema porque tú puedes. Este énfasis en el hombre margina necesariamente a Jesús y Su poder. Conduce esto a una posición peligrosa, o es verdad el discurso humanista o es verdad la enseñanza de Jesús, que afirma: “separados de mí nada podéis hacer” (Jn. 15:5). Este discurso argumenta también que el pecado es una simple deficiencia humana que varía conceptualmente y evoluciona según el pensamiento de la sociedad en cada tiempo. Este discurso no edifica a los creyentes.

       Finalmente hay quienes ocupan largo tiempo en el púlpito de la iglesia para argumentar sobre valores, tales como el modo de vestir, los tiempos en que se han de celebrar las ordenanzas, como se ha de distribuir el pan y el vino en la Santa Cena, el uso de himnos clásicos o de música y letras más modernas aunque también tengan un rico contenido bíblico. Estos discursos tienen como propósito mantener el pedigrí de ortodoxia frente a degradados hermanos que claudican de las formas recibidas del pasado. Tales discursos, disgregan, separan, impiden la bendición y, por tanto, no son edificantes.

       El apóstol hace un resumen inspirado de esto cuando se refiere a quienes presentan “fábulas y discursos interminables que acarrean disputas más bien que edificación de Dios”, diciendo que todos ellos quieren “ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman” (1 Ti. 1:7). Por eso dice a Timoteo que en su responsabilidad pastoral: “manda que no enseñen diferente doctrina” (1 Ti. 1:3).

       Es tiempo de que los pastores, maestros, líderes y creyentes salgamos al paso de esta situación para decir con firmeza: ¡Basta! Y dejando el camino de la contienda volvamos sin reservas a la Palabra para ser edificados sencillamente en ella.

Samuel Pérez Millos, es pastor en la Iglesia Evangélica Unida de la ciudad de Vigo, España, desde el 26 de septiembre de 1981. – Cursó los estudios de Licenciatura en Teología, en el Instituto Bíblico Evangélico, graduándose el 10 de junio de 1975.

http://www.perezmillos.com/

Los guías espirituales

Los guías espirituales

5/20/2016

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Mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros. (Filipenses 3:17)

a1Los guías espirituales son esenciales para la iglesia porque necesitamos ver vivir el cristianismo delante de nosotros. Pablo le dijo a Timoteo: “Sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza” (1 Ti. 4:12). Un guía espiritual debe llevar una vida ejemplar porque debe mostrarles a otros la senda. Las personas pueden ver la perfección en Cristo y pueden leer acerca de Pablo, pero también necesitan a alguien a quien puedan observar y con quien puedan hablar. Necesitan ver la virtud, la humildad, el servicio altruista, la disposición a sufrir, la devoción a Cristo, el valor y el crecimiento espiritual en la vida de alguien cerca de ellas.

Una gran carga en mi corazón es que los pastores y ancianos de todas las iglesias sean el tipo de ejemplos que Dios les ordena que sean. Es muy importante enseñar la verdad, pero es igualmente importante que esa verdad sea apuntalada por una vida virtuosa.

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Job afirma que los malos prosperan

Job 21-24

Job afirma que los malos prosperan

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a121:1  Entonces respondió Job, y dijo:

Oíd atentamente mi palabra,
Y sea esto el consuelo que me deis.

Toleradme, y yo hablaré;
Y después que haya hablado, escarneced.

¿Acaso me quejo yo de algún hombre?
¿Y por qué no se ha de angustiar mi espíritu?

Miradme, y espantaos,
Y poned la mano sobre la boca.

Aun yo mismo, cuando me acuerdo, me asombro,
Y el temblor estremece mi carne.

¿Por qué viven los impíos,
Y se envejecen, y aun crecen en riquezas?

Su descendencia se robustece a su vista,
Y sus renuevos están delante de sus ojos.

Sus casas están a salvo de temor,
Ni viene azote de Dios sobre ellos.

10 Sus toros engendran, y no fallan;
Paren sus vacas, y no malogran su cría.

11 Salen sus pequeñuelos como manada,
Y sus hijos andan saltando.

12 Al son de tamboril y de cítara saltan,
Y se regocijan al son de la flauta.

13 Pasan sus días en prosperidad,
Y en paz descienden al Seol.

14 Dicen, pues, a Dios: Apártate de nosotros,
Porque no queremos el conocimiento de tus caminos.

15 ¿Quién es el Todopoderoso, para que le sirvamos?
¿Y de qué nos aprovechará que oremos a él?

16 He aquí que su bien no está en mano de ellos;
El consejo de los impíos lejos esté de mí.

17 !!Oh, cuántas veces la lámpara de los impíos es apagada,
Y viene sobre ellos su quebranto,
Y Dios en su ira les reparte dolores!

18 Serán como la paja delante del viento,
Y como el tamo que arrebata el torbellino.

19 Dios guardará para los hijos de ellos su violencia;
Le dará su pago, para que conozca.

20 Verán sus ojos su quebranto,
Y beberá de la ira del Todopoderoso.

21 Porque ¿qué deleite tendrá él de su casa después de sí,
Siendo cortado el número de sus meses?

22 ¿Enseñará alguien a Dios sabiduría,
Juzgando él a los que están elevados?

23 Este morirá en el vigor de su hermosura, todo quieto y pacífico;

24 Sus vasijas estarán llenas de leche,
Y sus huesos serán regados de tuétano.

25 Y este otro morirá en amargura de ánimo,
Y sin haber comido jamás con gusto.

26 Igualmente yacerán ellos en el polvo,
Y gusanos los cubrirán.

27 He aquí, yo conozco vuestros pensamientos,
Y las imaginaciones que contra mí forjáis.

28 Porque decís: ¿Qué hay de la casa del príncipe,
Y qué de la tienda de las moradas de los impíos?

29 ¿No habéis preguntado a los que pasan por los caminos,
Y no habéis conocido su respuesta,

30 Que el malo es preservado en el día de la destrucción?
Guardado será en el día de la ira.

31 ¿Quién le denunciará en su cara su camino?
Y de lo que él hizo, ¿quién le dará el pago?

32 Porque llevado será a los sepulcros,
Y sobre su túmulo estarán velando.

33 Los terrones del valle le serán dulces;
Tras de él será llevado todo hombre,
Y antes de él han ido innumerables.

34 ¿Cómo, pues, me consoláis en vano,
Viniendo a parar vuestras respuestas en falacia?

Elifaz acusa a Job de gran maldad

22  Respondió Elifaz temanita, y dijo:

¿Traerá el hombre provecho a Dios?
Al contrario, para sí mismo es provechoso el hombre sabio.

¿Tiene contentamiento el Omnipotente en que tú seas justificado,
O provecho de que tú hagas perfectos tus caminos?

¿Acaso te castiga,
O viene a juicio contigo, a causa de tu piedad?

Por cierto tu malicia es grande,
Y tus maldades no tienen fin.

Porque sacaste prenda a tus hermanos sin causa,
Y despojaste de sus ropas a los desnudos.

No diste de beber agua al cansado,
Y detuviste el pan al hambriento.

Pero el hombre pudiente tuvo la tierra,
Y habitó en ella el distinguido.

A las viudas enviaste vacías,
Y los brazos de los huérfanos fueron quebrados.

10 Por tanto, hay lazos alrededor de ti,
Y te turba espanto repentino;

11 O tinieblas, para que no veas,
Y abundancia de agua te cubre.

12 ¿No está Dios en la altura de los cielos?
Mira lo encumbrado de las estrellas, cuán elevadas están.

13 ¿Y dirás tú: ¿Qué sabe Dios?
¿Cómo juzgará a través de la oscuridad?

14 Las nubes le rodearon, y no ve;
Y por el circuito del cielo se pasea.

15 ¿Quieres tú seguir la senda antigua
Que pisaron los hombres perversos,

16 Los cuales fueron cortados antes de tiempo,
Cuyo fundamento fue como un río derramado?

17 Decían a Dios: Apártate de nosotros.
¿Y qué les había hecho el Omnipotente?

18 Les había colmado de bienes sus casas.
Pero sea el consejo de ellos lejos de mí.

19 Verán los justos y se gozarán;
Y el inocente los escarnecerá, diciendo:

20 Fueron destruidos nuestros adversarios,
Y el fuego consumió lo que de ellos quedó.

21 Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz;
Y por ello te vendrá bien.

22 Toma ahora la ley de su boca,
Y pon sus palabras en tu corazón.

23 Si te volvieres al Omnipotente, serás edificado;
Alejarás de tu tienda la aflicción;

24 Tendrás más oro que tierra,
Y como piedras de arroyos oro de Ofir;

25 El Todopoderoso será tu defensa,
Y tendrás plata en abundancia.

26 Porque entonces te deleitarás en el Omnipotente,
Y alzarás a Dios tu rostro.

27 Orarás a él, y él te oirá;
Y tú pagarás tus votos.

28 Determinarás asimismo una cosa, y te será firme,
Y sobre tus caminos resplandecerá luz.

29 Cuando fueren abatidos, dirás tú: Enaltecimiento habrá;
Y Dios salvará al humilde de ojos.

30 El libertará al inocente,
Y por la limpieza de tus manos éste será librado.

Job desea abogar su causa delante de Dios

23  Respondió Job, y dijo:

Hoy también hablaré con amargura;
Porque es más grave mi llaga que mi gemido.

!!Quién me diera el saber dónde hallar a Dios!
Yo iría hasta su silla.

Expondría mi causa delante de él,
Y llenaría mi boca de argumentos.

Yo sabría lo que él me respondiese,
Y entendería lo que me dijera.

¿Contendería conmigo con grandeza de fuerza?
No; antes él me atendería.

Allí el justo razonaría con él;
Y yo escaparía para siempre de mi juez.

He aquí yo iré al oriente, y no lo hallaré;
Y al occidente, y no lo percibiré;

Si muestra su poder al norte, yo no lo veré;
Al sur se esconderá, y no lo veré.

10 Mas él conoce mi camino;
Me probará, y saldré como oro.

11 Mis pies han seguido sus pisadas;
Guardé su camino, y no me aparté.

12 Del mandamiento de sus labios nunca me separé;
Guardé las palabras de su boca más que mi comida.

13 Pero si él determina una cosa, ¿quién lo hará cambiar?
Su alma deseó, e hizo.

14 El, pues, acabará lo que ha determinado de mí;
Y muchas cosas como estas hay en él.

15 Por lo cual yo me espanto en su presencia;
Cuando lo considero, tiemblo a causa de él.

16 Dios ha enervado mi corazón,
Y me ha turbado el Omnipotente.

17 ¿Por qué no fui yo cortado delante de las tinieblas,
Ni fue cubierto con oscuridad mi rostro?

Job se queja de que Dios es indiferente ante la maldad

24 Puesto que no son ocultos los tiempos al Todopoderoso,
    ¿Por qué los que le conocen no ven sus días?

Traspasan los linderos,
Roban los ganados, y los apacientan.

Se llevan el asno de los huérfanos,
Y toman en prenda el buey de la viuda.

Hacen apartar del camino a los menesterosos,
Y todos los pobres de la tierra se esconden.

He aquí, como asnos monteses en el desierto,
Salen a su obra madrugando para robar;
El desierto es mantenimiento de sus hijos.

En el campo siegan su pasto,
Y los impíos vendimian la viña ajena.

Al desnudo hacen dormir sin ropa,
Sin tener cobertura contra el frío.

Con las lluvias de los montes se mojan,
Y abrazan las peñas por falta de abrigo.

Quitan el pecho a los huérfanos,
Y de sobre el pobre toman la prenda.

10 Al desnudo hacen andar sin vestido,
Y a los hambrientos quitan las gavillas.

11 Dentro de sus paredes exprimen el aceite,
Pisan los lagares, y mueren de sed.

12 Desde la ciudad gimen los moribundos,
Y claman las almas de los heridos de muerte,
Pero Dios no atiende su oración.

13 Ellos son los que, rebeldes a la luz,
Nunca conocieron sus caminos,
Ni estuvieron en sus veredas.

14 A la luz se levanta el matador; mata al pobre y al necesitado,
Y de noche es como ladrón.

15 El ojo del adúltero está aguardando la noche,
Diciendo: No me verá nadie;
Y esconde su rostro.

16 En las tinieblas minan las casas
Que de día para sí señalaron;
No conocen la luz.

17 Porque la mañana es para todos ellos como sombra de muerte;
Si son conocidos, terrores de sombra de muerte los toman.

18 Huyen ligeros como corriente de aguas;
Su porción es maldita en la tierra;
No andarán por el camino de las viñas.

19 La sequía y el calor arrebatan las aguas de la nieve;
Así también el Seol a los pecadores.

20 Los olvidará el seno materno; de ellos sentirán los gusanos dulzura;
Nunca más habrá de ellos memoria,
Y como un árbol los impíos serán quebrantados.

21 A la mujer estéril, que no concebía, afligió,
Y a la viuda nunca hizo bien.

22 Pero a los fuertes adelantó con su poder;
Una vez que se levante, ninguno está seguro de la vida.

23 El les da seguridad y confianza;
Sus ojos están sobre los caminos de ellos.

24 Fueron exaltados un poco, mas desaparecen,
Y son abatidos como todos los demás;
Serán encerrados, y cortados como cabezas de espigas.

25 Y si no, ¿quién me desmentirá ahora,
O reducirá a nada mis palabras?

Reina-Valera 1960 (RVR1960)Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.