SABIDURÍA DIVINA

SABIDURÍA DIVINA

7773

Audio

Pablo Martini
Programa No. 2016-07-25

En una de las convenciones de científicos a nivel mundial, los presentes se jactaban a cerca de los aparatos de tecnología avanzada que allí se estaban exponiendo. Y realmente nos deslumbra el hombre con sus logros a nivel científico. Vivimos en el siglo de las megas computadoras, programas de almacenaje de archivos cada vez mayores en micro chips cada vez más pequeños. Pero… ¿Qué máquina puede compararse, por ejemplo, al corazón humano que bombea 100 mil veces en un día la sangre de todo el cuerpo durante un promedio de vida de 70 años sin interrupciones? ¿Quién enseñó a las abejas a regular la temperatura interior de la colmena en 44 grados a pesar de que la temperatura exterior sea considerablemente más alta o más baja? El cerebro humano es mucho más complicado y sofisticado que cualquier computadora de última generación. Contiene más líneas nerviosas que todas las líneas telefónicas del mundo entero. Utiliza señales eléctricas de doscientas mil células vivas que miden el calor, medio millón de células con sensaciones de presión, 3 o 4 millones de células que sienten el dolor. El cerebro clasifica y da órdenes al cuerpo sobre la base de esta miríada de señales procesadas. ¿Hay acaso un programa así? Sin ánimo de desestimar los logros humanos, me pregunto ¿por qué ignorar la sabiduría divina?

¿Sabes algo? Si la ciencia y sabiduría humana no me acercan más a Dios y a su omnipotencia, ya no es sabiduría ni es ciencia sino necedad y filosofía vana. Déjate vencer por su poder, déjate educar por su sabiduría, déjate cautivar por su amor y vivirás. Vivirás descubriendo a un Ser superior que existió en forma inteligente desde siempre y que es tan grande en su sabiduría como lo es en su amor y tú eres el objeto de ese gran amor. Te lo demostró en la Cruz del Calvario entregando a su Hijo a morir en tu lugar y te ofrece hoy su perdón y vida eterna.

PENSAMIENTO DEL DIA:

Si la ciencia y sabiduría humana no me acercan más a Dios y a su omnipotencia, ya no es sabiduría ni es ciencia sino necedad y filosofía vana.

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La insensatez de hacer votos a la ligera

Eclesiastés 4-6

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4:1  Me volví y vi todas las violencias que se hacen debajo del sol; y he aquí las lágrimas de los oprimidos, sin tener quien los consuele; y la fuerza estaba en la mano de sus opresores, y para ellos no había consolador.

Y alabé yo a los finados, los que ya murieron, más que a los vivientes, los que viven todavía.

Y tuve por más feliz que unos y otros al que no ha sido aún, que no ha visto las malas obras que debajo del sol se hacen.

He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.

El necio cruza sus manos y come su misma carne.

Más vale un puño lleno con descanso, que ambos puños llenos con trabajo y aflicción de espíritu.

Yo me volví otra vez, y vi vanidad debajo del sol.

Está un hombre solo y sin sucesor, que no tiene hijo ni hermano; pero nunca cesa de trabajar, ni sus ojos se sacian de sus riquezas, ni se pregunta: ¿Para quién trabajo yo, y defraudo mi alma del bien? También esto es vanidad, y duro trabajo.

Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo.

10 Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero !!ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.

11 También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno solo?

12 Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto.

13 Mejor es el muchacho pobre y sabio, que el rey viejo y necio que no admite consejos;

14 porque de la cárcel salió para reinar, aunque en su reino nació pobre.

15 Vi a todos los que viven debajo del sol caminando con el muchacho sucesor, que estará en lugar de aquél.

16 No tenía fin la muchedumbre del pueblo que le seguía; sin embargo, los que vengan después tampoco estarán contentos de él. Y esto es también vanidad y aflicción de espíritu.

La insensatez de hacer votos a la ligera

5:1  Cuando fueres a la casa de Dios, guarda tu pie; y acércate más para oír que para ofrecer el sacrificio de los necios; porque no saben que hacen mal.

No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras.

Porque de la mucha ocupación viene el sueño, y de la multitud de las palabras la voz del necio.

Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes.

Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas.

No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas delante del ángel, que fue ignorancia. ¿Por qué harás que Dios se enoje a causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos?

Donde abundan los sueños, también abundan las vanidades y las muchas palabras; mas tú, teme a Dios.

La vanidad de la vida

Si opresión de pobres y perversión de derecho y de justicia vieres en la provincia, no te maravilles de ello; porque sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre ellos.

Además, el provecho de la tierra es para todos; el rey mismo está sujeto a los campos.

10 El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad.

11 Cuando aumentan los bienes, también aumentan los que los consumen. ¿Qué bien, pues, tendrá su dueño, sino verlos con sus ojos?

12 Dulce es el sueño del trabajador, coma mucho, coma poco; pero al rico no le deja dormir la abundancia.

13 Hay un mal doloroso que he visto debajo del sol: las riquezas guardadas por sus dueños para su mal;

14 las cuales se pierden en malas ocupaciones, y a los hijos que engendraron, nada les queda en la mano.

15 Como salió del vientre de su madre, desnudo, así vuelve, yéndose tal como vino; y nada tiene de su trabajo para llevar en su mano.

16 Este también es un gran mal, que como vino, así haya de volver. ¿Y de qué le aprovechó trabajar en vano?

17 Además de esto, todos los días de su vida comerá en tinieblas, con mucho afán y dolor y miseria.

18 He aquí, pues, el bien que yo he visto: que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien de todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los días de su vida que Dios le ha dado; porque esta es su parte.

19 Asimismo, a todo hombre a quien Dios da riquezas y bienes, y le da también facultad para que coma de ellas, y tome su parte, y goce de su trabajo, esto es don de Dios.

20 Porque no se acordará mucho de los días de su vida; pues Dios le llenará de alegría el corazón.

6:1  Hay un mal que he visto debajo del cielo, y muy común entre los hombres:

El del hombre a quien Dios da riquezas y bienes y honra, y nada le falta de todo lo que su alma desea; pero Dios no le da facultad de disfrutar de ello, sino que lo disfrutan los extraños. Esto es vanidad, y mal doloroso.

Aunque el hombre engendrare cien hijos, y viviere muchos años, y los días de su edad fueren numerosos; si su alma no se sació del bien, y también careció de sepultura, yo digo que un abortivo es mejor que él.

Porque éste en vano viene, y a las tinieblas va, y con tinieblas su nombre es cubierto.

Además, no ha visto el sol, ni lo ha conocido; más reposo tiene éste que aquél.

Porque si aquél viviere mil años dos veces, sin gustar del bien, ¿no van todos al mismo lugar?

Todo el trabajo del hombre es para su boca, y con todo eso su deseo no se sacia.

Porque ¿qué más tiene el sabio que el necio? ¿Qué más tiene el pobre que supo caminar entre los vivos?

Más vale vista de ojos que deseo que pasa. Y también esto es vanidad y aflicción de espíritu.

10 Respecto de lo que es, ya ha mucho que tiene nombre, y se sabe que es hombre y que no puede contender con Aquel que es más poderoso que él.

11 Ciertamente las muchas palabras multiplican la vanidad. ¿Qué más tiene el hombre?

12 Porque ¿quién sabe cuál es el bien del hombre en la vida, todos los días de la vida de su vanidad, los cuales él pasa como sombra? Porque ¿quién enseñará al hombre qué será después de él debajo del sol?

Reina-Valera 1960 (RVR1960)Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

NIÑO REBELDE

NIÑO REBELDE

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Pablo Martini
Programa No. 2016-07-24

Aquel día Enrique, un niño de 7 años, se había portado muy mal. Había algo que le impulsaba a revelarse. Eso ya venía desde el momento que le habían hecho levantar por la mañana, le habían empujado para que se marchara a la escuela, cuando se sintió acosado por los compañeros y regañado por la maestra. Por fin, después de la cena, por alguna nueva infracción del orden o nueva falta de respeto, su madre le había mandado a un rincón de la cocina para que se estuviera allí, sentado en su sillita, hasta que le dieran permiso para levantarse. El niño se sentó y se quedó quieto durante un rato, pero luego, en actitud de desafío se levantó y miró a su madre a ver qué actitud tomaba. En ese momento entró su padre y poniendo su pesada mano sobre su hombro, le obligó a sentarse nuevamente. Los ojos del niño se llenaron de lágrimas al ver lastimado su orgullo, y no quedándole opción alguna más que quedarse sentado, mirando a su padre con ira, exclamó: “¡Muy bien, estoy sentado por fuera, pero por dentro estoy de pie!” Tal es el orgullo ligado al corazón del muchacho, dice Proverbios 22:15, y continuará así hasta el final de los tiempos. Aún hoy en día, muchas personas ya adultas siguen prisioneras de su propio orgullo. A veces disimulándolo detrás de una fachada de aparente humildad para conseguir sus propios logros y otras veces publicando su propia necedad a cada paso. Sólo Cristo rompe las cadenas del orgullo más avanzado de cualquier mortal, haciéndole libre. De nada nos sirve esta actitud infantil que, al igual que el Enrique de nuestra historia, se mantiene en su puesto por fuera, pero por dentro levanta su puño al cielo pretendiendo desafiar a Dios. Al fin y al cabo, dice la Biblia que un día, toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor. Tarde o temprano, te humillarás ante Él. Hazlo ahora, antes que sea demasiado tarde.

PENSAMIENTO DEL DIA:

Aún hoy en día, muchas personas ya adultas siguen prisioneras de su propio orgullo.

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Todo es vanidad

Eclesiastés 1-3

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Todo es vanidad

 

1:1  Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén.

Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad.

¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?

Generación va, y generación viene; mas la tierra siempre permanece.

Sale el sol, y se pone el sol, y se apresura a volver al lugar de donde se levanta.

El viento tira hacia el sur, y rodea al norte; va girando de continuo, y a sus giros vuelve el viento de nuevo.

Los ríos todos van al mar, y el mar no se llena; al lugar de donde los ríos vinieron, allí vuelven para correr de nuevo.

Todas las cosas son fatigosas más de lo que el hombre puede expresar; nunca se sacia el ojo de ver, ni el oído de oír.

¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol.

10 ¿Hay algo de que se puede decir: He aquí esto es nuevo? Ya fue en los siglos que nos han precedido.

11 No hay memoria de lo que precedió, ni tampoco de lo que sucederá habrá memoria en los que serán después.

La experiencia del Predicador

12 Yo el Predicador fui rey sobre Israel en Jerusalén.

13 Y di mi corazón a inquirir y a buscar con sabiduría sobre todo lo que se hace debajo del cielo; este penoso trabajo dio Dios a los hijos de los hombres, para que se ocupen en él.

14 Miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu.

15 Lo torcido no se puede enderezar, y lo incompleto no puede contarse.

16 Hablé yo en mi corazón, diciendo: He aquí yo me he engrandecido, y he crecido en sabiduría sobre todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; y mi corazón ha percibido mucha sabiduría y ciencia.

17 Y dediqué mi corazón a conocer la sabiduría, y también a entender las locuras y los desvaríos; conocí que aun esto era aflicción de espíritu.

18 Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia; y quien añade ciencia, añade dolor.

2:1  Dije yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad.

A la risa dije: Enloqueces; y al placer: ¿De qué sirve esto?

Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que anduviese mi corazón en sabiduría, con retención de la necedad, hasta ver cuál fuese el bien de los hijos de los hombres, en el cual se ocuparan debajo del cielo todos los días de su vida.

Engrandecí mis obras, edifiqué para mí casas, planté para mí viñas;

me hice huertos y jardines, y planté en ellos árboles de todo fruto.

Me hice estanques de aguas, para regar de ellos el bosque donde crecían los árboles.

Compré siervos y siervas, y tuve siervos nacidos en casa; también tuve posesión grande de vacas y de ovejas, más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén.

Me amontoné también plata y oro, y tesoros preciados de reyes y de provincias; me hice de cantores y cantoras, de los deleites de los hijos de los hombres, y de toda clase de instrumentos de música.

Y fui engrandecido y aumentado más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; a más de esto, conservé conmigo mi sabiduría.

10 No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo; y esta fue mi parte de toda mi faena.

11 Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.

12 Después volví yo a mirar para ver la sabiduría y los desvaríos y la necedad; porque ¿qué podrá hacer el hombre que venga después del rey? Nada, sino lo que ya ha sido hecho.

13 Y he visto que la sabiduría sobrepasa a la necedad, como la luz a las tinieblas.

14 El sabio tiene sus ojos en su cabeza, mas el necio anda en tinieblas; pero también entendí yo que un mismo suceso acontecerá al uno como al otro.

15 Entonces dije yo en mi corazón: Como sucederá al necio, me sucederá también a mí. ¿Para qué, pues, he trabajado hasta ahora por hacerme más sabio? Y dije en mi corazón, que también esto era vanidad.

16 Porque ni del sabio ni del necio habrá memoria para siempre; pues en los días venideros ya todo será olvidado, y también morirá el sabio como el necio.

17 Aborrecí, por tanto, la vida, porque la obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa; por cuanto todo es vanidad y aflicción de espíritu.

18 Asimismo aborrecí todo mi trabajo que había hecho debajo del sol, el cual tendré que dejar a otro que vendrá después de mí.

19 Y ¿quién sabe si será sabio o necio el que se enseñoreará de todo mi trabajo en que yo me afané y en que ocupé debajo del sol mi sabiduría? Esto también es vanidad.

20 Volvió, por tanto, a desesperanzarse mi corazón acerca de todo el trabajo en que me afané, y en que había ocupado debajo del sol mi sabiduría.

21 !!Que el hombre trabaje con sabiduría, y con ciencia y con rectitud, y que haya de dar su hacienda a hombre que nunca trabajó en ello! También es esto vanidad y mal grande.

22 Porque ¿qué tiene el hombre de todo su trabajo, y de la fatiga de su corazón, con que se afana debajo del sol?

23 Porque todos sus días no son sino dolores, y sus trabajos molestias; aun de noche su corazón no reposa. Esto también es vanidad.

24 No hay cosa mejor para el hombre sino que coma y beba, y que su alma se alegre en su trabajo. También he visto que esto es de la mano de Dios.

25 Porque ¿quién comerá, y quién se cuidará, mejor que yo?

26 Porque al hombre que le agrada, Dios le da sabiduría, ciencia y gozo; mas al pecador da el trabajo de recoger y amontonar, para darlo al que agrada a Dios. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.

Todo tiene su tiempo

3:1  Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.

Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado;

tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar;

tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar;

tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar;

tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar;

tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar;

tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.

¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana?

10 Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él.

11 Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.

12 Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer bien en su vida;

13 y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor.

14 He entendido que todo lo que Dios hace será perpetuo; sobre aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá; y lo hace Dios, para que delante de él teman los hombres.

15 Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó.

Injusticias de la vida

16 Vi más debajo del sol: en lugar del juicio, allí impiedad; y en lugar de la justicia, allí iniquidad.

17 Y dije yo en mi corazón: Al justo y al impío juzgará Dios; porque allí hay un tiempo para todo lo que se quiere y para todo lo que se hace.

18 Dije en mi corazón: Es así, por causa de los hijos de los hombres, para que Dios los pruebe, y para que vean que ellos mismos son semejantes a las bestias.

19 Porque lo que sucede a los hijos de los hombres, y lo que sucede a las bestias, un mismo suceso es: como mueren los unos, así mueren los otros, y una misma respiración tienen todos; ni tiene más el hombre que la bestia; porque todo es vanidad.

20 Todo va a un mismo lugar; todo es hecho del polvo, y todo volverá al mismo polvo.

21 ¿Quién sabe que el espíritu de los hijos de los hombres sube arriba, y que el espíritu del animal desciende abajo a la tierra?

22 Así, pues, he visto que no hay cosa mejor para el hombre que alegrarse en su trabajo, porque esta es su parte; porque ¿quién lo llevará para que vea lo que ha de ser después de él?

Reina-Valera 1960 (RVR1960)Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

RESPETO AL SISTEMA

RESPETO AL SISTEMA

7773

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Pablo Martini
Programa No. 2016-07-23

La mesa examinadora estaba rodeando a aquel empresario latino. La propuesta de ensamblar los minicomponentes de fabricación japonesa en el mismo país de consumo: Argentina, era una brillante idea. Se estudió el proyecto y todos los funcionarios de aquella empresa japonesa estaban de acuerdo. Pero faltaba la palabra final del gerente. Llegó, tomó la carpeta, la leyó y estudió por algunos minutos y la cerró. Silencio en la sala. Al final, Mitsuo Toshiba dijo: “No se aprueba. Los equipos se seguirán ensamblando en el país de origen”. Cada uno cerró su carpeta y se retiró quedando solo, frustrado y resentido el joven empresario argentino. De regreso al aeropuerto de Tokio le preguntó al que le conducía en su auto y que era uno de los que estuvo presente en la reunión: ¿Por qué nadie dijo nada, si todos estábamos de acuerdo que el concepto  era exelente? ¡Ni siquiera tú defendiste mi idea!, a lo que su amigo japonés respondió: Desde el momento que el señor Mitsuo dijo que no se acepta, su idea es mi idea. ¿Sabes cómo se llama eso, apreciado amigo? se llama: respeto al sistema, se llama sujeción, obediencia y conciencia de estructura empresarial. Creo que nuestras debilitadas democracias occidentales necesitan aprender mucho de estas lecciones orientales. Hemos hecho de las protestas una cultura, de las huelgas una costumbre y de los levantamientos políticos un arma de destrucción masiva que derroca gobiernos, destituye senados y condena a los países  a un naufragio de anarquía crónica. ¿Por qué le cuesta tánto al corazón humano la sujeción y la obediencia debida? Prácticamente en todas las esferas a nivel mundial se da esta patología alarmante. Pero la peor catástrofe de la vida es pretender que mi idea sea mejor que la de Dios. Discutir con el Autor de la vida, denunciar que su idea, el evangelio, es una locura, y vivir empecinado en negarle. No dudes, Cristo es la expresión ideal de la divinidad, es la mejor idea de Dios y debe ser también la tuya.

PENSAMIENTO DEL DÍA:

Cuando aceptes la gran idea de Dios, comenzarás una vida ideal.

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Las palabras de Agur

Proverbios 29-31

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29:1 El hombre que reprendido endurece la cerviz,
De repente será quebrantado, y no habrá para él medicina.

Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra;
Mas cuando domina el impío, el pueblo gime.

El hombre que ama la sabiduría alegra a su padre;
Mas el que frecuenta rameras perderá los bienes.

El rey con el juicio afirma la tierra;
Mas el que exige presentes la destruye.

El hombre que lisonjea a su prójimo,
Red tiende delante de sus pasos.

En la transgresión del hombre malo hay lazo;
Mas el justo cantará y se alegrará.

Conoce el justo la causa de los pobres;
Mas el impío no entiende sabiduría.

Los hombres escarnecedores ponen la ciudad en llamas;
Mas los sabios apartan la ira.

Si el hombre sabio contendiere con el necio,
Que se enoje o que se ría, no tendrá reposo.

10 Los hombres sanguinarios aborrecen al perfecto,
Mas los rectos buscan su contentamiento.

11 El necio da rienda suelta a toda su ira,
Mas el sabio al fin la sosiega.

12 Si un gobernante atiende la palabra mentirosa,
Todos sus servidores serán impíos.

13 El pobre y el usurero se encuentran;
Jehová alumbra los ojos de ambos.

14 Del rey que juzga con verdad a los pobres,
El trono será firme para siempre.

15 La vara y la corrección dan sabiduría;
Mas el muchacho consentido avergonzará a su madre.

16 Cuando los impíos son muchos, mucha es la transgresión;
Mas los justos verán la ruina de ellos.

17 Corrige a tu hijo, y te dará descanso,
Y dará alegría a tu alma.

18 Sin profecía el pueblo se desenfrena;
Mas el que guarda la ley es bienaventurado.

19 El siervo no se corrige con palabras;
Porque entiende, mas no hace caso.

20 ¿Has visto hombre ligero en sus palabras?
Más esperanza hay del necio que de él.

21 El siervo mimado desde la niñez por su amo,
A la postre será su heredero.

22 El hombre iracundo levanta contiendas,
Y el furioso muchas veces peca.

23 La soberbia del hombre le abate;
Pero al humilde de espíritu sustenta la honra.

24 El cómplice del ladrón aborrece su propia alma;
Pues oye la imprecación y no dice nada.

25 El temor del hombre pondrá lazo;
Mas el que confía en Jehová será exaltado.

26 Muchos buscan el favor del príncipe;
Mas de Jehová viene el juicio de cada uno.

27 Abominación es a los justos el hombre inicuo;
Y abominación es al impío el de caminos rectos.

Las palabras de Agur

30:1 Palabras de Agur, hijo de Jaqué; la profecía que dijo el varón a Itiel, a Itiel y a Ucal.

Ciertamente más rudo soy yo que ninguno,
Ni tengo entendimiento de hombre.

Yo ni aprendí sabiduría,
Ni conozco la ciencia del Santo.

¿Quién subió al cielo, y descendió?
¿Quién encerró los vientos en sus puños?
¿Quién ató las aguas en un paño?
¿Quién afirmó todos los términos de la tierra?
¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes?

Toda palabra de Dios es limpia;
El es escudo a los que en él esperan.

No añadas a sus palabras, para que no te reprenda,
Y seas hallado mentiroso.

Dos cosas te he demandado;
No me las niegues antes que muera:

Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí;
No me des pobreza ni riquezas;
Manténme del pan necesario;

No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová?
O que siendo pobre, hurte,
Y blasfeme el nombre de mi Dios.

10 No acuses al siervo ante su señor,
No sea que te maldiga, y lleves el castigo.

11 Hay generación que maldice a su padre
Y a su madre no bendice.

12 Hay generación limpia en su propia opinión,
Si bien no se ha limpiado de su inmundicia.

13 Hay generación cuyos ojos son altivos
Y cuyos párpados están levantados en alto.

14 Hay generación cuyos dientes son espadas, y sus muelas cuchillos,
Para devorar a los pobres de la tierra, y a los menesterosos de entre los hombres.

15 La sanguijuela tiene dos hijas que dicen: !!Dame! !!dame!
Tres cosas hay que nunca se sacian;
Aun la cuarta nunca dice: !!Basta!

16 El Seol, la matriz estéril,
La tierra que no se sacia de aguas,
Y el fuego que jamás dice: !!Basta!

17 El ojo que escarnece a su padre
Y menosprecia la enseñanza de la madre,
Los cuervos de la cañada lo saquen,
Y lo devoren los hijos del águila.

18 Tres cosas me son ocultas;
Aun tampoco sé la cuarta:

19 El rastro del águila en el aire;
El rastro de la culebra sobre la peña;
El rastro de la nave en medio del mar;
Y el rastro del hombre en la doncella.

20 El proceder de la mujer adúltera es así:
Come, y limpia su boca
Y dice: No he hecho maldad.

21 Por tres cosas se alborota la tierra,
Y la cuarta ella no puede sufrir:

22 Por el siervo cuando reina;
Por el necio cuando se sacia de pan;

23 Por la mujer odiada cuando se casa;
Y por la sierva cuando hereda a su señora.

24 Cuatro cosas son de las más pequeñas de la tierra,
Y las mismas son más sabias que los sabios:

25 Las hormigas, pueblo no fuerte,
Y en el verano preparan su comida;

26 Los conejos, pueblo nada esforzado,
Y ponen su casa en la piedra;

27 Las langostas, que no tienen rey,
Y salen todas por cuadrillas;

28 La araña que atrapas con la mano,
Y está en palacios de rey.

29 Tres cosas hay de hermoso andar,
Y la cuarta pasea muy bien:

30 El león, fuerte entre todos los animales,
Que no vuelve atrás por nada;

31 El ceñido de lomos; asimismo el macho cabrío;
Y el rey, a quien nadie resiste.

32 Si neciamente has procurado enaltecerte,
O si has pensado hacer mal,
Pon el dedo sobre tu boca.

33 Ciertamente el que bate la leche sacará mantequilla,
Y el que recio se suena las narices sacará sangre;
Y el que provoca la ira causará contienda.

Exhortación a un rey

31:1 Palabras del rey Lemuel; la profecía con que le enseñó su madre.

¿Qué, hijo mío? ¿y qué, hijo de mi vientre?
¿Y qué, hijo de mis deseos?

No des a las mujeres tu fuerza,
Ni tus caminos a lo que destruye a los reyes.

No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino,
Ni de los príncipes la sidra;

No sea que bebiendo olviden la ley,
Y perviertan el derecho de todos los afligidos.

Dad la sidra al desfallecido,
Y el vino a los de amargado ánimo.

Beban, y olvídense de su necesidad,
Y de su miseria no se acuerden más.

Abre tu boca por el mudo
En el juicio de todos los desvalidos.

Abre tu boca, juzga con justicia,
Y defiende la causa del pobre y del menesteroso.

Elogio de la mujer virtuosa

10 Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?
    Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.

11 El corazón de su marido está en ella confiado,
Y no carecerá de ganancias.

12 Le da ella bien y no mal
Todos los días de su vida.

13 Busca lana y lino,
Y con voluntad trabaja con sus manos.

14 Es como nave de mercader;
Trae su pan de lejos.

15 Se levanta aun de noche
Y da comida a su familia
Y ración a sus criadas.

16 Considera la heredad, y la compra,
Y planta viña del fruto de sus manos.

17 Ciñe de fuerza sus lomos,
Y esfuerza sus brazos.

18 Ve que van bien sus negocios;
Su lámpara no se apaga de noche.

19 Aplica su mano al huso,
Y sus manos a la rueca.

20 Alarga su mano al pobre,
Y extiende sus manos al menesteroso.

21 No tiene temor de la nieve por su familia,
Porque toda su familia está vestida de ropas dobles.

22 Ella se hace tapices;
De lino fino y púrpura es su vestido.

23 Su marido es conocido en las puertas,
Cuando se sienta con los ancianos de la tierra.

24 Hace telas, y vende,
Y da cintas al mercader.

25 Fuerza y honor son su vestidura;
Y se ríe de lo por venir.

26 Abre su boca con sabiduría,
Y la ley de clemencia está en su lengua.

27 Considera los caminos de su casa,
Y no come el pan de balde.

28 Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada;
Y su marido también la alaba:

29 Muchas mujeres hicieron el bien;
Mas tú sobrepasas a todas.

30 Engañosa es la gracia, y vana la hermosura;
La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.

31 Dadle del fruto de sus manos,
Y alábenla en las puertas sus hechos.

Reina-Valera 1960 (RVR1960)Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

Comparaciones y lecciones morales

Proverbios 25-28

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Comparaciones y lecciones morales

25:1  También estos son proverbios de Salomón, los cuales copiaron los varones de Ezequías, rey de Judá:

Gloria de Dios es encubrir un asunto;
Pero honra del rey es escudriñarlo.

Para la altura de los cielos, y para la profundidad de la tierra,
Y para el corazón de los reyes, no hay investigación.

Quita las escorias de la plata,
Y saldrá alhaja al fundidor.

Aparta al impío de la presencia del rey,
Y su trono se afirmará en justicia.

No te alabes delante del rey,
Ni estés en el lugar de los grandes;

Porque mejor es que se te diga: Sube acá,
Y no que seas humillado delante del príncipe
A quien han mirado tus ojos.

No entres apresuradamente en pleito,
No sea que no sepas qué hacer al fin,
Después que tu prójimo te haya avergonzado.

Trata tu causa con tu compañero,
Y no descubras el secreto a otro,

10 No sea que te deshonre el que lo oyere,
Y tu infamia no pueda repararse.

11 Manzana de oro con figuras de plata
Es la palabra dicha como conviene.

12 Como zarcillo de oro y joyel de oro fino
Es el que reprende al sabio que tiene oído dócil.

13 Como frío de nieve en tiempo de la siega,
Así es el mensajero fiel a los que lo envían,
Pues al alma de su señor da refrigerio.

14 Como nubes y vientos sin lluvia,
Así es el hombre que se jacta de falsa liberalidad.

15 Con larga paciencia se aplaca el príncipe,
Y la lengua blanda quebranta los huesos.

16 ¿Hallaste miel? Come lo que te basta,
No sea que hastiado de ella la vomites.

17 Detén tu pie de la casa de tu vecino,
No sea que hastiado de ti te aborrezca.

18 Martillo y cuchillo y saeta aguda
Es el hombre que habla contra su prójimo falso testimonio.

19 Como diente roto y pie descoyuntado
Es la confianza en el prevaricador en tiempo de angustia.

20 El que canta canciones al corazón afligido
Es como el que quita la ropa en tiempo de frío, o el que sobre el jabón echa vinagre.

21 Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer pan,
Y si tuviere sed, dale de beber agua;

22 Porque ascuas amontonarás sobre su cabeza,
Y Jehová te lo pagará.

23 El viento del norte ahuyenta la lluvia,
Y el rostro airado la lengua detractora.

24 Mejor es estar en un rincón del terrado,
Que con mujer rencillosa en casa espaciosa.

25 Como el agua fría al alma sedienta,
Así son las buenas nuevas de lejanas tierras.

26 Como fuente turbia y manantial corrompido,
Es el justo que cae delante del impío.

27 Comer mucha miel no es bueno,
Ni el buscar la propia gloria es gloria.

28 Como ciudad derribada y sin muro
Es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda.

26:1 Como no conviene la nieve en el verano, ni la lluvia en la siega,
Así no conviene al necio la honra.

Como el gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo,
Así la maldición nunca vendrá sin causa.

El látigo para el caballo, el cabestro para el asno,
Y la vara para la espalda del necio.

Nunca respondas al necio de acuerdo con su necedad,
Para que no seas tú también como él.

Responde al necio como merece su necedad,
Para que no se estime sabio en su propia opinión.

Como el que se corta los pies y bebe su daño,
Así es el que envía recado por mano de un necio.

Las piernas del cojo penden inútiles;
Así es el proverbio en la boca del necio.

Como quien liga la piedra en la honda,
Así hace el que da honra al necio.

Espinas hincadas en mano del embriagado,
Tal es el proverbio en la boca de los necios.

10 Como arquero que a todos hiere,
Es el que toma a sueldo insensatos y vagabundos.

11 Como perro que vuelve a su vómito,
Así es el necio que repite su necedad.

12 ¿Has visto hombre sabio en su propia opinión?
Más esperanza hay del necio que de él.

13 Dice el perezoso: El león está en el camino;
El león está en las calles.

14 Como la puerta gira sobre sus quicios,
Así el perezoso se vuelve en su cama.

15 Mete el perezoso su mano en el plato;
Se cansa de llevarla a su boca.

16 En su propia opinión el perezoso es más sabio
Que siete que sepan aconsejar.

17 El que pasando se deja llevar de la ira en pleito ajeno
Es como el que toma al perro por las orejas.

18 Como el que enloquece, y echa llamas
Y saetas y muerte,

19 Tal es el hombre que engaña a su amigo,
Y dice: Ciertamente lo hice por broma.

20 Sin leña se apaga el fuego,
Y donde no hay chismoso, cesa la contienda.

21 El carbón para brasas, y la leña para el fuego;
Y el hombre rencilloso para encender contienda.

22 Las palabras del chismoso son como bocados suaves,
Y penetran hasta las entrañas.

23 Como escoria de plata echada sobre el tiesto
Son los labios lisonjeros y el corazón malo.

24 El que odia disimula con sus labios;
Mas en su interior maquina engaño.

25 Cuando hablare amigablemente, no le creas;
Porque siete abominaciones hay en su corazón.

26 Aunque su odio se cubra con disimulo,
Su maldad será descubierta en la congregación.

27 El que cava foso caerá en él;
Y al que revuelve la piedra, sobre él le volverá.

28 La lengua falsa atormenta al que ha lastimado,
Y la boca lisonjera hace resbalar.

27:1 No te jactes del día de mañana;
Porque no sabes qué dará de sí el día.

Alábete el extraño, y no tu propia boca;
El ajeno, y no los labios tuyos.

Pesada es la piedra, y la arena pesa;
Mas la ira del necio es más pesada que ambas.

Cruel es la ira, e impetuoso el furor;
Mas ¿quién podrá sostenerse delante de la envidia?

Mejor es reprensión manifiesta
Que amor oculto.

Fieles son las heridas del que ama;
Pero importunos los besos del que aborrece.

El hombre saciado desprecia el panal de miel;
Pero al hambriento todo lo amargo es dulce.

Cual ave que se va de su nido,
Tal es el hombre que se va de su lugar.

El ung:uento y el perfume alegran el corazón,
Y el cordial consejo del amigo, al hombre.

10 No dejes a tu amigo, ni al amigo de tu padre;
Ni vayas a la casa de tu hermano en el día de tu aflicción.
Mejor es el vecino cerca que el hermano lejos.

11 Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón,
Y tendré qué responder al que me agravie.

12 El avisado ve el mal y se esconde;
Mas los simples pasan y llevan el daño.

13 Quítale su ropa al que salió fiador por el extraño;
Y al que fía a la extraña, tómale prenda.

14 El que bendice a su amigo en alta voz, madrugando de mañana,
Por maldición se le contará.

15 Gotera continua en tiempo de lluvia
Y la mujer rencillosa, son semejantes;

16 Pretender contenerla es como refrenar el viento,
O sujetar el aceite en la mano derecha.

17 Hierro con hierro se aguza;
Y así el hombre aguza el rostro de su amigo.

18 Quien cuida la higuera comerá su fruto,
Y el que mira por los intereses de su señor, tendrá honra.

19 Como en el agua el rostro corresponde al rostro,
Así el corazón del hombre al del hombre.

20 El Seol y el Abadón nunca se sacian;
Así los ojos del hombre nunca están satisfechos.

21 El crisol prueba la plata, y la hornaza el oro,
Y al hombre la boca del que lo alaba.

22 Aunque majes al necio en un mortero entre granos de trigo majados con el pisón,
No se apartará de él su necedad.

23 Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas,
Y mira con cuidado por tus rebaños;

24 Porque las riquezas no duran para siempre;
¿Y será la corona para perpetuas generaciones?

25 Saldrá la grama, aparecerá la hierba,
Y se segarán las hierbas de los montes.

26 Los corderos son para tus vestidos,
Y los cabritos para el precio del campo;

27 Y abundancia de leche de las cabras para tu mantenimiento, para mantenimiento de tu casa,
Y para sustento de tus criadas.

Proverbios antitéticos

28:1 Huye el impío sin que nadie lo persiga;
    Mas el justo está confiado como un león.

Por la rebelión de la tierra sus príncipes son muchos;
Mas por el hombre entendido y sabio permanece estable.

El hombre pobre y robador de los pobres
Es como lluvia torrencial que deja sin pan.

Los que dejan la ley alaban a los impíos;
Mas los que la guardan contenderán con ellos.

Los hombres malos no entienden el juicio;
Mas los que buscan a Jehová entienden todas las cosas.

Mejor es el pobre que camina en su integridad,
Que el de perversos caminos y rico.

El que guarda la ley es hijo prudente;
Mas el que es compañero de glotones averg:uenza a su padre.

El que aumenta sus riquezas con usura y crecido interés,
Para aquel que se compadece de los pobres las aumenta.

El que aparta su oído para no oír la ley,
Su oración también es abominable.

10 El que hace errar a los rectos por el mal camino,
El caerá en su misma fosa;
Mas los perfectos heredarán el bien.

11 El hombre rico es sabio en su propia opinión;
Mas el pobre entendido lo escudriña.

12 Cuando los justos se alegran, grande es la gloria;
Mas cuando se levantan los impíos, tienen que esconderse los hombres.

13 El que encubre sus pecados no prosperará;
Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.

14 Bienaventurado el hombre que siempre teme a Dios;
Mas el que endurece su corazón caerá en el mal.

15 León rugiente y oso hambriento
Es el príncipe impío sobre el pueblo pobre.

16 El príncipe falto de entendimiento multiplicará la extorsión;
Mas el que aborrece la avaricia prolongará sus días.

17 El hombre cargado de la sangre de alguno
Huirá hasta el sepulcro, y nadie le detendrá.

18 El que en integridad camina será salvo;
Mas el de perversos caminos caerá en alguno.

19 El que labra su tierra se saciará de pan;
Mas el que sigue a los ociosos se llenará de pobreza.

20 El hombre de verdad tendrá muchas bendiciones;
Mas el que se apresura a enriquecerse no será sin culpa.

21 Hacer acepción de personas no es bueno;
Hasta por un bocado de pan prevaricará el hombre.

22 Se apresura a ser rico el avaro,
Y no sabe que le ha de venir pobreza.

23 El que reprende al hombre, hallará después mayor gracia
Que el que lisonjea con la lengua.

24 El que roba a su padre o a su madre, y dice que no es maldad,
Compañero es del hombre destruidor.

25 El altivo de ánimo suscita contiendas;
Mas el que confía en Jehová prosperará.

26 El que confía en su propio corazón es necio;
Mas el que camina en sabiduría será librado.

27 El que da al pobre no tendrá pobreza;
Mas el que aparta sus ojos tendrá muchas maldiciones.

28 Cuando los impíos son levantados se esconde el hombre;
Mas cuando perecen, los justos se multiplican.

Reina-Valera 1960 (RVR1960)Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

RELACIÓN: MENTE – ESPÍRITU

RELACIÓN: MENTE – ESPÍRITU

7773

Audio

Pablo Martini
Programa No. 2016-07-22

Sabemos que el ser humano es tripartito compuesto de cuerpo, alma, espíritu. El cuerpo como herramienta dada por Dios para relacionarnos con nuestros semejantes y con el medio que nos rodea. El alma, como conciencia interior que nos relaciona con nosotros mismos, con nuestros procesos afectivos interiores, y el espíritu, patrimonio exclusivo del humano, como mecanismo comunicador con Dios. La ciencia recién hoy está concluyendo y aceptando que existe un fino hilo de unión entre estas tres partes, en especial alma-cuerpo. Está comprobado que mucho depende la salud del cuerpo del estado de ánimo. En una sociedad estresada y estresante, este hecho puede denotar el peligro constante al que se ve sometido el hombre moderno por vivir constantemente bajo presión. De ahí, los males comunes que afectan hoy a la sociedad como depresión, migrañas, úlceras, deficiencias cardíacas, herpes, calvicie, Etc., Etc. ¿No será que en lugar de concentrar tanto la solución en los síntomas, deberíamos ahondar un poco más y buscar no el lo somático sino en lo psíquico y aún un poquito más: en lo espiritual?… Es una cadena de tres eslabones. ¿La puedes ver? Es común hoy en día acudir al médico por un fuerte dolor de cabeza y salir muy satisfecho por haber recibido una receta para un nuevo analgésico muy potente traído de Europa. Claro está, la alegría durará hasta el próximo dolor de cabeza y la consecuente próxima visita al médico. Lo psicoanalistas tienen su agenda diaria repleta de pacientes, a los que conforman con un buen calmante si los síntomas son estrés o un fuerte somnífero si sufre de problemas de insomnio. Muy pocos de ellos tratarán de buscar la cura a sus dolencias corporales en sus pesares del ama y probablemente ninguno de ellos gastará tiempo en profundizar un poco más y diagnosticar sus conflictos personales por medio de su relación espiritual con Dios. Estamos al revés. Primero arregla tus problemas espirituales con Dios, luego permítele a Él que sane las heridas de tu alma y entonces disfrutarás de una sana salud.

PENSAMIENTO DEL DIA:

Solo Dios puede sanar los dolores del alma.

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La Biblia Dice
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¿A DÓNDE VAMOS CUANDO MORIMOS?

 static1.squarespace ¿A DÓNDE VAMOS CUANDO MORIMOS?

ALLEN WEBSTER

Todas las culturas han mostrado interés en la vida después de la muerte. Los egipcios diseñaban pirámides para sus muertos. Los chinos construían tumbas inmensas para sus emperadores. Los vikingos vestían a los guerreros muertos y les ponían en botes ardientes que eran llevados por el viento. Los cruzados en la Edad Media creían que ganaban más vida favorable después de la muerte si morían en batalla, como también llegaron a creer los kamikazes japoneses tiempo después. Los indios norteamericanos sepultaban armas y herramientas con sus muertos, para que los usaran en los Felices Prados de Caza.

Los hombres también han temido a la muerte. El Rey Luis XV prohibió que sus siervos mencionaran la muerte en su presencia. Una superstición china sugería que mencionar la muerte la invitaba. Hoy la gente trata de ignorar la muerte o trata de posponerla tanto como sea posible. Woody Allen bromeó: “No es que tenga miedo a la muerte; simplemente no quiere estar allí cuando suceda”.

Pero nada en la vida es seguro. George Bernard Shaw observó que “las estadísticas en cuanto a la muerte son muy impresionantes—una de cada persona muere”. La Biblia dice: “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9:27). El enterrador que firmaba su correspondencia, “Finalmente suyo”, estuvo en lo cierto.

¿Qué dice la Biblia en cuanto al viaje del hombre hacia la eternidad?

La concepción: Dios une; el hombre comienza.

No podemos saber lo que pasa al hombre cuando muere a menos que sepamos lo que el hombre es cuando comienza. Génesis 1 muestra que los humanos difieren de todos los otros seres creados. El hombre es un ser trino; tiene un cuerpo, un alma (vida) y un espíritu (1 Tesalonicenses 5:23; Hebreos 4:12). Los animales tienen cuerpo y vida, pero no espíritu eterno. Como John Piper señaló, “[l]o que separa al hombre de las ballenas y los delfines y chimpancés no es las mutaciones y los químicos, sino la personalidad a la imagen de Dios” (2012, p. 353).

Cada uno de los descendientes de Adán tiene dos dimensiones: una espiritual y una física. Dios hizo el cuerpo de Adán del polvo, pero eso no le hizo humano. Eso pasó cuando Dios le infundió con Su imagen y sopló en él un alma (Génesis 2:7; cf. 1:26-27; Mateo 10:28).

Ya que Dios es el Padre de todos los espíritus (Hebreos 12:9), la vida comienza para cada uno de nosotros cuando Él une a un alma con un cuerpo en la concepción (Salmos 139:14-16). El cuerpo es la parte que sostenemos con comida, aire y agua—esa parte que cesa, perece y muere (“Estudios Temáticos”, s.d.). Es un tabernáculo en el cual el alma vive por 70 u 80 años (2 Corintios 5:1; cf. Salmos 90:10)—un templo para el Espíritu (1 Corintios 6:19).

El alma es la parte que asemeja al hombre a Dios y que regresa a Dios en la muerte (Génesis 35:18; Lucas 23:46). El alma tiene una cualidad parecida al helio—asciende cuando se lo libera. Tiene una cualidad migratoria—regresa a su Amo.

Jesús dijo que si creemos en Él, no moriremos (Juan 11:26). Este es un pensamiento remarcable, ¿pero qué significa? Los cristianos terminan en cementerios como los ateos, budistas y judíos. Exploremos la próxima etapa de la existencia del hombre.

La muerte: el hombre se separa; Dios clasifica.

El hombre se separa. Según un punto de vista evolucionista, la muerte es el final. Los humanos simplemente dejan de existir. Ellos no sienten nada, no saben nada y son nada. Pero la muerte humana no es una extinción.

Según la perspectiva bíblica, la muerte es simplemente una transición de este mundo visible a uno invisible. La definición de la “muerte” es “el cuerpo sin espíritu” (Santiago 2:26). En la muerte, el alma se separa del cuerpo; luego “el polvo”—el cuerpo—vuelve “a la tierra, como era, y el espíritu [vuelve] a Dios que lo dio” (Eclesiastés 12:7). La parte biológica muere; la parte espiritual continúa.

Dios clasifica. Al momento de la muerte, Dios clasifica a la gente en dos grupos—los salvos y los perdidos. El relato del hombre rico y Lázaro (Lucas 16:19-31) muestra que, después de la muerte:

  • Los muertos están todavía vivos. Ambos, Lázaro y el hombre rico, sobrevivieron a sus funerales.
  • La posición y condiciones terrenales ya no importan. El hombre rico ya no era rico; Lázaro ya no estaba enfermo. El rico era entonces un mendigo; Lázaro era entonces rico.
  • Los muertos ya no tienen un cuerpo. El hombre rico fue sepultado. Se dice que el hombre está “desnudo” en el estado intermedio—su alma está sin una “morada” (2 Corintios 5:1-8).
  • Los muertos están conscientes. Cuando el rico abrió sus ojos, tal vez se preguntó dónde estaba, pero con seguridad sabía que estaba. Podía ver, percibir, oír, sentir, reconocer, recordar, hablar y reflexionar. Abraham conversó con él. La Biblia nunca usa “dormir” con referencia al alma; solamente con referencia al cuerpo (cf. Juan 11:11).
  • Los muertos conservan sus identidades, personalidades y caracteres. Lázaro todavía era “Lázaro”, y el hombre rico todavía se consideraba como superior a él (“envía a Lázaro”). Él reconoció a Abraham y Lázaro (16:23-24). Algunos piensan que la muerte les cambiará en algo que no son. Piensan que pueden vivir como el rico y obtener la recompensa de Lázaro—morir en pecado, pero resucitar como santos. La muerte no altera el estado espiritual; solamente la sangre de Cristo puede hacerlo (Apocalipsis 1:5; Hechos 22:16; Efesios 1:7). El pecado nos separa de Dios y produce muerte espiritual (Isaías 59:2; Romanos 6:23), y solamente seguir a Jesús puede hacernos vivir nuevamente para ir al cielo (Juan 14:6; Hechos 4:12).
  • El hombre sabe si es salvo o si está perdido inmediatamente después de la muerte. El Día del Juicio dará la sentencia final, y revelará la razón por la cual alguien es salvo o no (2 Corintios 5:10; Eclesiastés 12:13-14).
  • Los justos muertos se unirán a los santos que les precedieron. Lázaro estaba con Abraham. Nosotros estaremos inmediatamente con nuestros familiares y amigos cristianos después de la muerte (cf. Apocalipsis 6:9-11).
  • El Más Allá contiene dos secciones: una de consuelo y otra de tormento. El “seno de Abraham” (o “paraíso”, Lucas 23:43) está lleno de gozo y consuelo. El tormento es un estado de sufrimiento personal (16:24-25). El hombre rico estuvo en llamas, tuvo sed, y rogó por ayuda.
  • El destino está fijado para siempre (16:22-31). La sima estaba “fijada”. El hombre rico no podía salir de allí, y Lázaro no podía ayudarle. La muerte marca una separación final de los salvos y los perdidos. Nada cambia una vez que la eternidad ha comenzado (sección adaptada de Johnson, s.d).

La resurrección: el hombre se reúne; Dios juzga.

El hombre se reúne. La muerte es tan necesaria para el progreso del hombre como romper el cascarón lo es para el polluelo o dejar el capullo lo es para la mariposa. Para vivir en un reino eterno, necesitamos un cuerpo espiritual (1 Corintios 15:50).

Aunque nuestros cuerpos finalmente regresan al polvo (Génesis 3:19), no se pierden completamente. La doctrina de la resurrección corporal es una marca del cristianismo. Dios dedicó un capítulo completo a este tema (1 Corintios 15; cf. Hechos 4:1-2), diciendo: “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados” (15:22).

En el último día del mundo, cada sepulcro será abierto, y el mar entregará a sus muertos (Juan 5:28-29; Apocalipsis 20:13). Los que estén vivos al regreso de Jesús serán “transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles” (1 Corintios 15:51-52). Nuestros cuerpos resucitados serán inmortales—nunca se deteriorarán, sufrirán daño, envejecerán, enfermarán o morirán (1 Corintios 15:42-55). El cuerpo de nuestra humillación será hecho como el cuerpo glorioso de Cristo (Filipenses 3:20-21). Jesús traerá a nuestros espíritus inmortales con Él para entrar en esos cuerpos resucitados (1 Tesalonicenses 3:13; 4:13-17).

Dios juzga. Juan describió la escena del juicio: “Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego” (Apocalipsis 20:12-15; cf. Mateo 25:31-33).

En el Juicio, la gracia de Dios recompensará a los cristianos por sus buenas obras (Mateo 10:41-42; 16:27), y la justicia de Dios castigará a los incrédulos por su pecado (Gálatas 5:21; 1 Corintios 6:9-10). Pablo explicó: “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo” (2 Corintios 5:10).

La eternidad: Dios reina; el hombre vive.

Dios reina. Se puede resumir la eternidad con estas palabras: “[E]l Señor nuestro Dios Todopoderoso reina” (Apocalipsis 19:6).

El hombre vive. Solamente hay dos destinos en la eternidad: el cielo y el infierno. Hay tres cosas asociadas con la “resurrección de condenación” (Juan 5:29).

  • Fuego. En profundidad, es un bautismo; en reclusión, un horno; en duración, interminable; en tamaño, un lago (Mateo 3:11-12; 13:42; Marcos 9:43-48; Apocalipsis 20:14).
  • Dolor. “Geenna” es un lugar donde el gusano no muere, una prisión sin descanso, un fuego que nunca se extingue, una región de oscuridad con llanto y crujir de dientes continuo (Mateo 8:12; Marcos 9:43-48; Apocalipsis 14:11).
  • Vergüenza. Los impíos serán despertados “para vergüenza y confusión perpetua” (Daniel 12:2).

Naturalmente nosotros tememos tales pensamientos. Pero gracias a Dios, tenemos el privilegio inmenso de determinar dónde pasaremos la eternidad (Filipenses 2:12). Lo que pasa al alma en la muerte depende de lo que pasó con el alma antes de la muerte. Si fuimos lavados con la sangre de Jesús, no necesitamos temer la muerte (Apocalipsis 1:5; 7:14; Hechos 22:16; Hebreos 2:14-15). Pero debemos morir “en el Señor” para ser bendecidos en la muerte (Apocalipsis 14:12-13). Para morir en el Señor, debemos estar en el Señor. Pablo escribió: “[P]ues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos” (Gálatas 3:26-27). Dios no ajusta arbitrariamente nuestro destino; toda la “gente buena” no va necesariamente al cielo; la ciudadanía en un país avanzado no es sinónimo de la ciudadanía en el cielo. No despertamos accidentalmente en el cielo sin prepararnos para ir allá. Las decisiones determinan el destino.

El cielo producirá sanidad física y emocional completa (Apocalipsis 21:4). Nuestros cuerpos resucitados estarán libres de discapacidad, debilidad y enfermedad. Nuestras cicatrices emocionales serán removidas, y seremos libres de toda neurosis, complejos y síntomas de depresión. Iremos al cielo con el Señor para disfrutar, adorar, servir, regocijarnos, cantar y celebrar para siempre (1 Tesalonicenses 4:17). La Biblia describe el viaje al cielo como:

  • Un traslado angelical al gozo (Lucas 16:22).
  • Una llegada al paraíso (Lucas 23:43).
  • Un dormitar para levantarse en un lugar mejor (Juan 11:11-14).
  • Una mudanza de un tabernáculo a una mansión (2 Corintios 5:1; Juan 14:2).
  • Una ganancia de algo mejor que vivir (Filipenses 1:21,23).
  • Un abandono de la oscuridad para entrar a un lugar bien iluminado (Apocalipsis 22:5).
  • Un encuentro con nuestros familiares y amigos (Génesis 25:8).
  • Una liberación de la prisión (2 Corintios 5:2-4).
  • Un viaje largo a una tierra nueva (Mateo 7:13).
  • Un viaje a la Nueva Jerusalén (Apocalipsis 3:12).
  • Una mudanza a una comunidad elegante (Eclesiastés 12:5).
  • Una entrada por las puertas de un mundo nuevo (Hebreos 11:14-16).
  • Un viaje a una patria mejor (Hebreos 11:14).
  • Una reunión con Cristo (Filipenses 1:21-24; 2 Corintios 5:6-8).
  • Un despertar del sueño para vivir con Jesús (1 Tesalonicenses 4:13-14; 5:9-11).
  • Un descanso de nuestros trabajos (Apocalipsis 14:13). (Algunos de estos puntos se encontraron en “Estudios Temáticos”, s.d.).

No es una sorpresa que la Biblia diga: “Estimada es a los ojos de Jehová la muerte de sus santos” (Salmos 116:15). Dios recibe a Sus Hijos como un padre recibe a un hijo en sus brazos (Hechos 7:54-60). ¡Imagine eso!

Dios todavía está tomando reservaciones. Vaya a casa con nosotros.

Referencia

“Estudios Temáticos” [“Topical Studies”] (sine data), Bible Study Tools, http://biblestudytools.com/bible-study/topical-studies/.

Johnson, Lowell (sine data), Bivocational, http://bivocational.org/BIVOS/SermonArchives/LowellJohnson/.

Piper, John (2012), Gracia Futura [Future Grace] (Colorado Springs, CO: Multnomah).

http://www.ebglobal.org/inicio/a-donde-vamos-cuando-morimos

PROPÓSITO DE VIDA

PROPÓSITO DE VIDA

7773

Audio

Pablo Martini
Programa No. 2016-07-21

Familia, carrera, sueños cumplidos y logros a nivel social parecen ser sinónimos de una vida con sentido y de un ser humano plenamente realizado. Pero en realidad estamos comenzando totalmente al revés si planteamos la búsqueda de la felicidad partiendo desde estos valores preconcebidos como únicos a alcanzar en la vida. En realidad, no depende de ti o de tus propios logros el verdadero propósito en la vida, sino de algo más grande, más sublime, que lo encontrarás solamente en Dios. Fuiste creado por Él y para Él y allí comienzan todas las respuestas de tu vida. Este tema de: “¿para qué estoy aquí en esta tierra?” ha intrigado a millones de personas a lo largo de la historia humana y ha  perturbado a tantos que han llegado hasta el suicidio por no encontrar  respuesta alguna a esta inquietante pregunta. Sucede que empezamos a buscar la respuesta desde el punto de partida errado: nosotros mismos. Desde chiquitos, los más grandes condicionan nuestra manera de pensar preguntándonos: ¿Qué quieres ser cuando seas grande? O más adelante: ¿Qué vas a hacer con tu vida? ¿Cuáles son tus metas y sueños?… ¿Te das cuenta? Nos inculcan que en realidad todo depende de mí, cuando la verdad es que todo depende de Dios y de su voluntad para mi vida que es única, agradable y perfecta. No está tampoco en tu interior la respuesta a estos interrogantes. Sistemas de autoayuda son ineficaces al momento de proporcionar la verdadera paz de saber que voy en sentido correcto en este mundo. La razón simple es que tú no te creaste a ti mismo, por lo tanto el propósito de tu existencia nunca lo encontrarás en ti sino más bien en Aquel que te creó y te conoce a la perfección. El Salmo 100:3 invita a reconocer que Jehová es Dios, Él nos hizo y no nosotros a nosotros mismos y es en ese reconocimiento que se alumbra toda tu existencia y la vida empieza a tener sentido. Reconoce a Dios en todos tus caminos, y Él hará derecho tu andar por este mundo.

PENSAMIENTO DEL DIA:

El propósito de tu existencia nunca lo encontrarás en ti mismo sino más bien en Aquel te creó.

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