Profecía sobre Babilonia
Jeremías 50-52

Profecía sobre Babilonia
50:1 Palabra que el Señor habló acerca de Babilonia, la tierra de los caldeos, por medio[a] del profeta Jeremías:
2 Anunciadlo entre las naciones y hacedlo oír;
levantad estandarte, hacedlo oír.
No lo ocultéis, sino decid:
“Ha sido tomada Babilonia,
está avergonzado Bel, destrozado[b] Merodac[c];
han sido avergonzadas sus imágenes, destrozados[d] sus ídolos.”
3 Porque ha subido contra ella una nación del norte
que hará de su tierra objeto de horror,
y no habrá habitante en ella.
Tanto hombres como animales habrán huido, se habrán ido.
4 En aquellos días y en aquel tiempo —declara el Señor—
vendrán los hijos de Israel, ellos junto con los hijos de Judá;
vendrán andando y llorando,
y al Señor su Dios buscarán.
5 Preguntarán por el camino de Sion,
hacia donde[e] volverán sus rostros;
vendrán[f] para unirse al Señor
en un pacto eterno que no será olvidado.
6 Ovejas perdidas ha venido a ser mi pueblo;
sus pastores las han descarriado,
haciéndolas vagar por los montes;
han andado de monte en collado
y han olvidado su lugar de descanso.
7 Todos los que los hallaban, los devoraban;
y sus enemigos han dicho: “No somos culpables,
porque ellos han pecado contra el Señor, morada de justicia,
el Señor, esperanza de sus padres.”
8 Huid de en medio de Babilonia,
y salid[g] de la tierra de los caldeos;
sed como machos cabríos al frente[h] del rebaño.
9 Porque he aquí, yo hago despertar y subir contra Babilonia
una horda de grandes naciones de la tierra del norte,
que se alinearán para la batalla contra ella;
desde allí será llevada cautiva.
Sus flechas serán como de diestro guerrero[i]
que no vuelve con las manos vacías.
10 Y Caldea[j] se convertirá en botín;
todos los que la saqueen se saciarán —declara el Señor.
11 Porque os alegráis, porque os regocijáis,
saqueadores de mi heredad,
porque saltáis como novilla trilladora[k]
y relincháis como caballos sementales[l],
12 vuestra madre se avergonzará[m] en gran manera,
será humillada la que os dio a luz.
He aquí, será la última de las naciones:
desierto, sequedal y yermo.
13 A causa del enojo del Señor, no será habitada,
sino que estará desolada toda ella;
todo el que pase por Babilonia se quedará atónito
y silbará a causa de todas sus heridas.
14 Poneos en orden contra Babilonia en derredor,
todos los que entesáis[n] el arco;
tirad contra ella, no escatiméis las flechas,
porque ha pecado contra el Señor.
15 Alzad grito de guerra contra ella en derredor.
Se ha rendido[o], caen sus columnas,
son derribadas sus murallas.
Porque esta es la venganza del Señor:
tomad venganza de ella;
como ella ha hecho, así haced con ella.
16 Exterminad de Babilonia al sembrador
y al que maneja la hoz en tiempo de la siega;
ante la espada opresora[p],
cada uno volverá a su pueblo,
cada uno huirá a su tierra.
17 Rebaño[q] descarriado es Israel; los leones lo han ahuyentado. Primero lo devoró el rey de Asiria, y después[r] Nabucodonosor, rey de Babilonia, quebró sus huesos.18 Por tanto, así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: “He aquí, castigaré al rey de Babilonia y a su tierra, como castigué al rey de Asiria. 19 “Y volveré a traer a Israel a su pastizal, y pacerá en el Carmelo y en Basán, y se saciarán sus deseos[s] en la región montañosa de Efraín y en Galaad. 20 “En aquellos días y en aquel tiempo” —declara el Señor— “se buscará la iniquidad de Israel, pero no habrá ninguna, y los pecados de Judá, pero no se hallarán; porque perdonaré a los que yo haya dejado como remanente.”
21 Sube contra la tierra de Merataim[t], contra ella
y contra los habitantes de Pecod[u].
Mátalos y destrúyelos[v] —declara el Señor—
y haz conforme a todo lo que te he ordenado.
22 ¡Estruendo de guerra en el país,
y gran destrucción!
23 ¡Cómo ha sido cortado y quebrado
el martillo de toda la tierra!
¡Cómo se ha convertido Babilonia
en objeto de horror entre las naciones!
24 Babilonia, te puse lazo, y[w] fuiste atrapada,
y tú no te diste cuenta;
has sido sorprendida y[x] apresada
porque te pusiste a provocar al Señor.
25 El Señor ha abierto su arsenal
y ha sacado las armas de su indignación,
porque esta es obra del Señor, Dios[y] de los ejércitos,
en la tierra de los caldeos.
26 Venid contra ella desde los últimos confines[z];
abrid sus graneros,
convertidla en montones
y destruidla por completo[aa];
que no le quede nada.
27 Pasad a espada todos sus novillos;
que desciendan al matadero.
¡Ay de ellos, porque ha llegado su día,
la hora de su castigo!
28 Se oye la voz de los fugitivos y evadidos de la tierra de Babilonia
anunciando en Sion la venganza del Señor nuestro Dios,
la venganza de su templo.
29 Reclutad arqueros[ab] contra Babilonia,
a todos los que entesan[ac] el arco;
acampad contra ella por todos lados,
que no haya escape[ad].
Dadle el pago conforme a su obra;
conforme a todo lo que ha hecho, así haced con ella;
porque se ha vuelto insolente contra el Señor,
contra el Santo de Israel.
30 Por tanto sus jóvenes caerán en sus calles,
y todos sus hombres de guerra serán silenciados[ae] en aquel día —declara el Señor.
31 He aquí, estoy contra ti, arrogante[af],
—declara el Señor, Dios[ag] de los ejércitos—
porque ha llegado tu día,
la hora en que te castigaré[ah].
32 Y la arrogante[ai] tropezará y caerá
sin que nadie la levante;
y prenderé fuego a sus ciudades,
el cual devorará todos sus alrededores.
33 Así dice el Señor de los ejércitos:
Oprimidos están los hijos de Israel
y los hijos de Judá a una;
todos los que los tomaron cautivos los han retenido,
se han negado a soltarlos.
34 Pero su Redentor es fuerte, el Señor de los ejércitos es su nombre;
defenderá su causa con energía
para traer reposo a la[aj] tierra
y turbación a los habitantes de Babilonia.
35 Espada contra los caldeos —declara el Señor—
y contra los habitantes de Babilonia,
contra sus oficiales y sus sabios.
36 Espada contra los impostores[ak], y se volverán necios.
Espada contra sus valientes, y serán destrozados[al].
37 Espada contra sus caballos y contra sus carros,
y contra todos los extranjeros que están[am] en medio de ella,
y serán como mujeres.
Espada contra sus tesoros, y serán saqueados.
38 Sequía[an] sobre sus aguas, y se secarán;
porque es una tierra de ídolos,
y se vuelven locos por sus horribles ídolos.
39 Por tanto, allí vivirán las fieras del desierto junto con las hienas[ao],
también vivirán avestruces en ella;
nunca más será habitada
ni poblada por generación y generación.
40 Como cuando Dios destruyó a Sodoma,
a Gomorra y a sus ciudades vecinas —declara el Señor—
ningún hombre habitará allí,
ni residirá en ella hijo de hombre.
41 He aquí, un pueblo viene del norte,
una gran nación,
y muchos reyes se levantarán
de los confines de la tierra.
42 Empuñan arco y jabalina;
son crueles y no tienen misericordia.
Su voz ruge como el mar,
y a caballo van montados,
alineados como un solo hombre para la batalla
contra ti, hija de Babilonia.
43 Ha oído el rey de Babilonia noticias de ellos,
y flaquean sus manos;
la angustia se ha apoderado de él,
agonía como de mujer de parto.
44 He aquí que uno subirá como león
de la espesura[ap] del Jordán a un pastizal de perenne verdor[aq],
y[ar] en un instante le haré huir de él,
y al que sea escogido nombraré sobre él.
Porque ¿quién es como yo y quién me citará a juicio?
¿Quién es el pastor que me podrá resistir?
45 Por tanto, oíd el plan que el Señor ha trazado contra Babilonia, y los designios que ha decretado contra la tierra de los caldeos; ciertamente los arrastrarán, aun a los más pequeños del rebaño; ciertamente a causa de ellos hará una desolación de su pastizal[as]. 46 Al grito[at] de ¡Babilonia ha sido tomada!, la tierra tiembla y el clamor se oye entre las naciones.
Juicios contra Babilonia
51:1 Así dice el Señor:
He aquí, levanto contra Babilonia
y contra los habitantes de Leb Camay[au]
el espíritu de un destructor[av].
2 Y enviaré extranjeros[aw] a Babilonia que la aventarán
y vaciarán su tierra;
porque estarán contra ella por todos lados
el día de su tribulación.
3 Que no entese[ax] el entesador[ay] su arco[az],
ni[ba] se levante con su coraza;
no perdonéis a sus jóvenes;
entregad a la destrucción todo su ejército.
4 Caerán muertos[bb] en la tierra de los caldeos,
y traspasados en sus calles.
5 Porque no ha sido abandonado Israel ni Judá
por[bc] su Dios, el Señor de los ejércitos,
aunque su tierra está llena de culpa
delante del Santo de Israel.
6 Huid de en medio de Babilonia,
y salve cada uno su vida.
No perezcáis[bd] por su culpa[be],
pues este es el tiempo de la venganza del Señor;
El le dará su pago.
7 Copa de oro ha sido Babilonia en la mano del Señor,
que embriagaba toda la tierra.
De su vino bebieron las naciones;
se enloquecieron, por tanto, las naciones.
8 De repente cae Babilonia y se hace pedazos.
Gemid por ella,
traed bálsamo para su dolor;
quizá se cure.
9 Quisimos curar a Babilonia, pero no ha sanado;
dejadla, y vayamos cada cual a su tierra,
porque ha llegado al cielo su juicio,
se ha elevado hasta las nubes.
10 El Señor ha sacado a la luz nuestra justicia;
venid y contemos en Sion
la obra del Señor nuestro Dios.
11 Afilad las flechas, llenad las aljabas;
el Señor ha despertado el espíritu de los reyes de Media,
porque su plan contra Babilonia es destruirla;
porque esta es la venganza del Señor, la venganza de su templo.
12 Levantad bandera contra los muros de Babilonia;
reforzad la guardia,
apostad centinelas,
preparad emboscadas;
porque el Señor ha decidido, y también ejecutará
lo que habló acerca de los habitantes de Babilonia.
13 Oh, tú, que moras junto a muchas aguas,
rica en tesoros,
ha llegado tu fin,
el término[bf] de tu codicia.
14 El Señor de los ejércitos ha jurado por sí mismo:
Ciertamente te llenaré de hombres como langostas,
y entonarán contra ti gritos de victoria[bg].
15 El es el que hizo la tierra con su poder,
el que estableció el mundo con su sabiduría,
y con su inteligencia extendió los cielos.
16 Cuando emite su voz, hay tumulto de aguas en los cielos,
y hace subir las nubes desde los confines de la tierra.
El produce los relámpagos para la lluvia,
y saca el viento de sus depósitos.
17 Toda la humanidad es necia, falta de conocimiento;
se avergüenza todo orfebre de sus ídolos[bh],
porque sus imágenes fundidas son engaño,
y no hay aliento en ellas.
18 Vanidad son, obra ridícula;
en el tiempo de su castigo perecerán.
19 No es como estas cosas la porción de Jacob;
porque El es el Hacedor[bi] de todo,
y de la tribu[bj] de su heredad;
el Señor de los ejércitos es su nombre.
20 El dice: Eres mi maza, mi arma de guerra;
contigo destrozaré naciones,
contigo destruiré reinos,
21 contigo destrozaré el caballo y a su jinete,
contigo destrozaré al carro y al que lo conduce,
22 contigo destrozaré al hombre y a la mujer,
contigo destrozaré al viejo y al joven,
contigo destrozaré al mancebo y a la virgen,
23 contigo destrozaré al pastor y su rebaño,
contigo destrozaré al labrador y su yunta
y contigo destrozaré a los gobernadores y a los magistrados[bk].
24 Y pagaré a Babilonia y a todos los habitantes de Caldea
todo el mal que han hecho en Sion
delante de vuestros ojos —declara el Señor.
25 He aquí, yo estoy contra ti, monte destructor,
que destruyes toda la tierra —declara el Señor.
Extenderé mi mano contra ti,
te haré rodar desde las peñas
y te reduciré a monte quemado.
26 Y no tomarán de ti piedra angular,
ni piedra para cimientos,
pues desolación eterna serás —declara el Señor.
27 Levantad señal[bl] en la tierra,
tocad trompeta entre las naciones.
Reunid[bm] las naciones contra ella,
convocad contra ella los reinos de Ararat, Mini y Asquenaz;
nombrad contra ella capitán,
haced subir caballos como langostas erizadas.
28 Reunid[bn] a las naciones contra ella,
a los reyes de Media,
a sus gobernadores, a todos sus magistrados[bo]
y a toda la tierra de su dominio.
29 La tierra tiembla y se retuerce,
porque se cumplen los designios del Señor contra Babilonia
de hacer de la tierra de Babilonia
una desolación[bp], sin habitantes.
30 Han dejado de luchar los valientes de Babilonia,
permanecen en las fortalezas;
se han agotado[bq] sus fuerzas,
se han vuelto como mujeres;
han sido incendiadas sus moradas,
rotos están sus cerrojos.
31 Un correo[br] corre al encuentro de otro[bs]
y un mensajero[bt] al encuentro de otro[bu],
para decirle al rey de Babilonia
que su ciudad ha sido tomada de un extremo al otro;
32 también los vados han sido ocupados,
y quemados a fuego los juncos[bv],
y los guerreros están aterrados.
33 Porque así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel:
La hija de Babilonia es como una era
al tiempo de ser hollada;
dentro de poco, le llegará el tiempo de la siega.
34 Me ha devorado y aplastado Nabucodonosor, rey de Babilonia,
me ha dejado como vaso vacío,
me ha tragado como un monstruo,
ha llenado su estómago de mis delicias,
me ha expulsado.
35 Caiga sobre Babilonia la violencia hecha a mí y a mi carne
—dirá la moradora de Sion.
Caiga mi sangre sobre los habitantes de Caldea
—dirá Jerusalén.
36 Por tanto, así dice el Señor:
He aquí, yo defenderé tu causa,
y ejecutaré tu venganza;
secaré su mar[bw]
y haré que se sequen sus manantiales.
37 Y Babilonia se convertirá en escombros, en guarida de chacales,
en objeto de horror y de burla, sin habitantes.
38 A una como leones rugirán,
gruñirán como cachorros de león.
39 Cuando entren en calor, les serviré su banquete
y los embriagaré, para que se diviertan,
duerman un sueño eterno
y no despierten —declara el Señor.
40 Los haré bajar como corderos al matadero,
como carneros y[bx] machos cabríos.
41 ¡Cómo ha sido tomada Sesac[by],
y arrebatada la gloria de toda la tierra!
¡Cómo se ha convertido Babilonia en objeto de horror entre las naciones!
42 El mar[bz] ha subido sobre Babilonia;
con la multitud de sus olas ha sido cubierta.
43 Sus ciudades se han convertido en desolación,
en sequedal y yermo;
una tierra en la cual nadie habita,
y por la cual ningún hijo de hombre pasa.
44 Y castigaré a Bel en Babilonia,
sacaré de su boca lo que se ha tragado,
y no afluirán más a él las naciones.
Aun la muralla de Babilonia caerá.
45 Salid de en medio de ella, pueblo mío,
y salve cada uno su vida
del ardor de la ira del Señor.
46 Y que no desmaye vuestro corazón,
ni temáis al rumor que se oirá en la tierra;
porque el rumor vendrá un[ca] año,
y después otro[cb] rumor en otro[cc] año,
y habrá violencia en la tierra
con gobernante contra gobernante.
47 Por tanto, he aquí, vienen días
en que castigaré a los ídolos de Babilonia;
será avergonzada toda su tierra,
y todos sus muertos caerán en medio de ella.
48 Entonces gritarán de gozo sobre Babilonia
el cielo y la tierra y todo lo que en ellos hay,
porque del norte vendrán a ella destructores
—declara el Señor.
49 Ciertamente caerá Babilonia por los muertos de Israel,
como también por Babilonia han caído los muertos de toda la tierra.
50 Los que escapasteis de la espada,
partid, no os detengáis;
acordaos desde lejos del Señor,
y venga Jerusalén a vuestra memoria[cd].
51 Estamos avergonzados porque hemos oído la afrenta;
la ignominia ha cubierto nuestros rostros,
porque extranjeros han entrado
en los santuarios de la casa del Señor.
52 Por tanto, he aquí, vienen días —declara el Señor—
en que castigaré a sus ídolos,
y por toda su tierra gemirán los heridos de muerte.
53 Aunque Babilonia ascienda a los cielos,
y aunque fortifique en lo alto su baluarte[ce],
de mi parte llegarán destructores a ella —declara el Señor.
54 ¡Clamor de gritos desde Babilonia,
y de gran destrucción de la tierra de los caldeos!
55 Porque el Señor destruirá a Babilonia,
y hará desaparecer de ella su gran bullicio[cf].
Bramarán sus olas como muchas aguas;
resonará[cg] el estruendo de sus voces.
56 Porque viene contra ella, contra Babilonia, el destructor,
sus valientes serán apresados,
quebrados están sus arcos;
porque Dios de retribuciones es el Señor,
ciertamente dará la paga.
57 Yo embriagaré a sus príncipes y a sus sabios,
a sus gobernantes, a sus magistrados[ch] y a sus valientes,
y dormirán un sueño eterno y no despertarán
—declara el Rey cuyo nombre es el Señor de los ejércitos.
58 Así dice el Señor de los ejércitos:
La ancha muralla de Babilonia será totalmente arrasada,
y sus altas puertas quemadas;
los pueblos habrán trabajado en vano,
y las naciones sólo para el fuego se habrán fatigado.
59 Mensaje[ci] que el profeta Jeremías mandó a Seraías, hijo de Nerías, hijo de Maasías, cuando fue con Sedequías, rey de Judá, a Babilonia en el año cuarto de su reinado. (Seraías era jefe de abastecimientos.) 60 Escribió, pues, Jeremías en un solo rollo[cj] toda la calamidad que había de venir sobre Babilonia, es decir, todas estas palabras que han sido escritas acerca de Babilonia. 61 Y Jeremías dijo a Seraías: Tan pronto llegues a Babilonia, lee[ck] en voz alta todas estas palabras, 62 y di: “Oh Señor, tú has hablado acerca de este lugar, de destruirlo hasta que no quede morador en ella, ya sea hombre o animal[cl], sino que desolación eterna será.” 63 Y[cm] tan pronto termines de leer este rollo[cn], le atarás una piedra y lo arrojarás en medio del Eufrates, 64 y dirás: “Así se hundirá Babilonia y no se levantará más, por la calamidad que traeré sobre ella; extenuados sucumbirán.” Hasta aquí las palabras de Jeremías.
Caída de Jerusalén y la deportación
52:1 Sedequías tenía veintiún años cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén. El nombre de su madre era Hamutal[co], hija de Jeremías, de Libna. 2 El hizo lo malo ante los ojos del Señor conforme a todo lo que había hecho Joacim.3 Por causa de la ira del Señor sucedió esto en Jerusalén y en Judá, hasta que El los echó de su presencia. Y Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia. 4 Y aconteció que en el año noveno de su reinado, en el mes décimo, a los diez díasdel mes, vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, él y todo su ejército, contra Jerusalén y acamparon contra ella, y edificaron un muro de asedio alrededor de[cp]ella. 5 Y la ciudad estuvo bajo sitio hasta el año once del rey Sedequías. 6 En el mes cuarto, a los nueve días del mes, cuando se agravó el hambre en la ciudad y no había alimento para el pueblo[cq], 7 se abrió brecha en la ciudad, y todos los hombres de guerra huyeron y salieron de la ciudad de noche por el camino de la puerta entre los dos muros que había junto al jardín del rey, a pesar de que los caldeos estaban alrededor de[cr] la ciudad, y se fueron por el camino del Arabá[cs].8 Pero el ejército de los caldeos persiguió al rey y alcanzó a Sedequías en los llanos[ct] de Jericó, y todo su ejército se dispersó de su lado. 9 Entonces capturaron al rey y lo trajeron al rey de Babilonia en Ribla en la tierra de Hamat, y allí él lo sentenció[cu]. 10 Y el rey de Babilonia degolló a los hijos de Sedequías ante sus ojos y también degolló a todos los príncipes[cv] de Judá en Ribla. 11 Después sacó los ojos a Sedequías, y el rey de Babilonia lo ató con grillos de bronce y lo llevó a Babilonia y lo puso en prisión hasta el día de su muerte.
12 Y en el mes quinto, a los diez días del mes, siendo el año diecinueve del rey Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a Jerusalén Nabuzaradán, capitán de la guardia, que estaba al servicio[cw] del rey de Babilonia. 13 Y quemó la casa delSeñor, la casa del rey y todas las casas de Jerusalén; prendió fuego a toda casa grande. 14 Y todo el ejército de los caldeos que estaba con el capitán de la guardia derribó todas las murallas alrededor de Jerusalén. 15 Entonces Nabuzaradán, capitán de la guardia, llevó al destierro a algunos de los más pobres del pueblo, al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, a los desertores que se habían pasado[cx] al rey de Babilonia, y al resto de los artesanos. 16 Pero Nabuzaradán, capitán de la guardia, dejó a algunos de los más pobres de la tierra para que fueran viñadores y labradores[cy].
17 Y los caldeos rompieron en pedazos las columnas de bronce que estaban en la casa del Señor, también las basas y el mar de bronce que estaban en la casa delSeñor, y llevaron todo su bronce a Babilonia. 18 Se llevaron además los calderos, las palas, las despabiladeras, los tazones, los cucharones[cz] y todos los utensilios de bronce que se usaban en el servicio del templo. 19 El capitán de la guardia también se llevó los cuencos, los braseros, los tazones, los calderos, los candelabros, los cucharones[da] y los tazones de libación, lo que era de oro puro y lo que era de plata pura. 20 En cuanto a las dos columnas, el mar, los doce toros de bronce que estaban debajo del mar[db] y las basas que el rey Salomón había hecho para la casa del Señor, no era posible calcular el peso del bronce de todos estos objetos. 21 Respecto a las columnas, la altura de cada columna era de dieciocho codos[dc], y tenía doce codos de circunferencia[dd] y cuatro dedos de espesor, y era hueca. 22 Y había sobre ella un capitel de bronce; la altura de cada capitel era de cinco codos, con una malla y granadas sobre el capitel, rodeándolo, todo de bronce. Y la segunda columna era igual[de], con las granadas. 23 Y había noventa y seis granadas que pendían[df]; el total de las granadas era de cien en la malla alrededor.
24 Entonces el capitán de la guardia tomó a Seraías, el principal sacerdote, y a Sofonías, el segundo sacerdote, y a los tres oficiales del templo[dg]. 25 También tomó de la ciudad a un oficial que estaba encargado de los hombres de guerra, a siete de los consejeros del rey[dh] que se hallaban en la ciudad, al escriba del comandante del ejército que reclutaba al pueblo de la tierra, y a sesenta hombres del pueblo[di] que se hallaban dentro de la ciudad. 26 Nabuzaradán, capitán de la guardia, los tomó y los llevó al rey de Babilonia en Ribla. 27 Entonces el rey de Babilonia los hirió y les dio muerte en Ribla en la tierra de Hamat. Así fue llevada Judá al destierro lejos de su tierra.
28 Este es el pueblo que Nabucodonosor llevó al destierro: en el año séptimo[dj], tres mil veintitrés judíos; 29 en el año dieciocho de Nabucodonosor, ochocientas treinta y dos personas de Jerusalén; 30 en el año veintitrés de Nabucodonosor, Nabuzaradán, capitán de la guardia, llevó al destierro a setecientos cuarenta y cinco judíos; en total fueron cuatro mil seiscientas personas.
31 Y[dk] en el año treinta y siete del destierro de Joaquín, rey de Judá, en el mes doce, a los veinticinco días del mes, Evil-merodac[dl], rey de Babilonia, en el añoprimero de su reino, favoreció a[dm] Joaquín, rey de Judá, y lo sacó de la cárcel.32 Y le habló amigablemente y puso su trono por encima de los tronos de los reyes que estaban con él en Babilonia. 33 Joaquín se quitó sus vestidos de prisión y comió[dn] siempre en la[do] presencia del rey, todos los días de su vida; 34 y para su sustento, se le dio de continuo una ración de parte del rey de Babilonia, una porción para cada día, todos los días de su vida hasta el día de su muerte.
Notas al pie:
- Jeremías 50:1 Lit., mano
- Jeremías 50:2 O, anonadado(s)
- Jeremías 50:2 O, Marduk
- Jeremías 50:2 O, anonadado(s)
- Jeremías 50:5 Lit., aquí
- Jeremías 50:5 En el T.M., venid
- Jeremías 50:8 Lit., y que salgan
- Jeremías 50:8 O, delante
- Jeremías 50:9 Así en algunos mss. y versiones antiguas; en el T.M., un guerrero que causa privación de hijos
- Jeremías 50:10 O, los caldeos
- Jeremías 50:11 Otra posible lectura es: en la hierba
- Jeremías 50:11 Lit., poderosos
- Jeremías 50:12 O, ha sido avergonzada
- Jeremías 50:14 Lit., pisáis (para entesarlo)
- Jeremías 50:15 Lit., ha tendido su mano
- Jeremías 50:16 O, la espada del opresor
- Jeremías 50:17 Lit., Oveja
- Jeremías 50:17 Lit., y este último
- Jeremías 50:19 Lit., se saciará su alma
- Jeremías 50:21 I.e., doble rebelión
- Jeremías 50:21 I.e., castigo
- Jeremías 50:21 Lit., dedica al anatema
- Jeremías 50:24 Lit., y también
- Jeremías 50:24 Lit., y también
- Jeremías 50:25 Heb., YHWH, generalmente traducido Señor
- Jeremías 50:26 Lit., el fin
- Jeremías 50:26 Lit., y dedicad al anatema
- Jeremías 50:29 Otra posible lectura es: muchos
- Jeremías 50:29 Lit., pisan (para entesar)
- Jeremías 50:29 Algunos mss. agregan: para ella
- Jeremías 50:30 O, destruidos
- Jeremías 50:31 Lit., arrogancia
- Jeremías 50:31 Heb., YHWH, generalmente traducido Señor
- Jeremías 50:31 Otra posible lectura es: de tu castigo
- Jeremías 50:32 Lit., arrogancia
- Jeremías 50:34 Lit., su
- Jeremías 50:36 I.e., falsos profetas
- Jeremías 50:36 O, anonadados
- Jeremías 50:37 Lit., toda la población mixta que está
- Jeremías 50:38 Otra posible lectura es: Espada
- Jeremías 50:39 O, animales aulladores
- Jeremías 50:44 Lit., del orgullo
- Jeremías 50:44 O, una habitación perenne
- Jeremías 50:44 Lit., porque
- Jeremías 50:45 O, habitación
- Jeremías 50:46 Lit., A la voz
- Jeremías 51:1 Nombre en clave para Caldea; o, el corazón de los que se levantan contra mí
- Jeremías 51:1 O, un viento destructor
- Jeremías 51:2 Otra posible lectura es: aventadores
- Jeremías 51:3 Lit., pise (para entesar)
- Jeremías 51:3 I.e., el defensor caldeo
- Jeremías 51:3 En el T.M., Contra el que entesa su arco, entéselo
- Jeremías 51:3 En el T.M., contra el que
- Jeremías 51:4 O, heridos
- Jeremías 51:5 Lit., no ha enviudado…de
- Jeremías 51:6 Lit., No seáis silenciados
- Jeremías 51:6 O, en su iniquidad
- Jeremías 51:13 Lit., codo o medida
- Jeremías 51:14 I.e., como el cantar de los lagareros
- Jeremías 51:17 O, imágenes talladas
- Jeremías 51:19 Lit., Formador
- Jeremías 51:19 O, del Cetro
- Jeremías 51:23 O, sátrapas
- Jeremías 51:27 O, bandera
- Jeremías 51:27 Lit., Consagrad
- Jeremías 51:28 Lit., Consagrad
- Jeremías 51:28 O, sátrapas
- Jeremías 51:29 O, objeto de horror
- Jeremías 51:30 Lit., secado
- Jeremías 51:31 Lit., corredor
- Jeremías 51:31 Lit., corredor
- Jeremías 51:31 Lit., heraldo
- Jeremías 51:31 Lit., heraldo
- Jeremías 51:32 Lit., pantanos
- Jeremías 51:36 O, ancho río
- Jeremías 51:40 Lit., con
- Jeremías 51:41 Nombre en clave para Babilonia
- Jeremías 51:42 O, ancho río
- Jeremías 51:46 Lit., en el
- Jeremías 51:46 Lit., el
- Jeremías 51:46 Lit., el
- Jeremías 51:50 Lit., vuestro corazón
- Jeremías 51:53 Lit., fortalezca la cumbre de su poder
- Jeremías 51:55 O, voz
- Jeremías 51:55 Lit., será dado
- Jeremías 51:57 O, sátrapas
- Jeremías 51:59 Lit., Palabra
- Jeremías 51:60 O, libro
- Jeremías 51:61 Lit., mira y lee
- Jeremías 51:62 Lit., desde el hombre hasta animal
- Jeremías 51:63 Lit., Y sucederá que
- Jeremías 51:63 O, libro
- Jeremías 52:1 Otra posible lectura es: Hamital
- Jeremías 52:4 Lit., contra
- Jeremías 52:6 Lit., pueblo de la tierra
- Jeremías 52:7 Lit., por todos lados contra
- Jeremías 52:7 I.e., valle del Jordán
- Jeremías 52:8 Lit., el Arabá
- Jeremías 52:9 Lit., habló juicios con él
- Jeremías 52:10 O, jefes
- Jeremías 52:12 Lit., estaba de pie delante
- Jeremías 52:15 Lit., caídos que habían caído
- Jeremías 52:16 O, trabajadores sin paga
- Jeremías 52:18 O, cucharas para incienso
- Jeremías 52:19 O, cucharas para incienso
- Jeremías 52:20 Así en la versión gr. (Sept.) y en la siriaca; el hebreo omite: el mar
- Jeremías 52:21 Un codo equivale aprox. a 45 cm.
- Jeremías 52:21 Lit., y una cuerda de doce codos la rodeaba
- Jeremías 52:22 Lit., como éstas
- Jeremías 52:23 Lit., al viento
- Jeremías 52:24 Lit., guardas del umbral
- Jeremías 52:25 Lit., hombres de los que veían el rostro del rey
- Jeremías 52:25 Lit., pueblo de la tierra
- Jeremías 52:28 O posiblemente, diecisiete
- Jeremías 52:31 Lit., Y sucedió que
- Jeremías 52:31 O, Awil-Marduc (“hombre de Marduc”)
- Jeremías 52:31 Lit., levantó la cabeza de
- Jeremías 52:33 Lit., comió pan
- Jeremías 52:33 Lit., su