NUEVAS OPORTUNIDADES

NUEVAS OPORTUNIDADES

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Pablo Martini
Programa No. 2016-08-22

¿Llegaste alguna vez a ese punto en tu vida en el que tus sueños tan “Soñados” se desmoronaron? O ¿Estás en un momento donde te has cansado de frustraciones y fracasos?… TODOS pasamos por esto por lo menos una vez en la vida. Frustrarse es parte de pertenecer a la humanidad. No sería sana una vida donde solamente existiesen los logros exitosos y los sueños cumplidos. Es mas no sería posible. La vida sin frustraciones no existe, y aprender a sobrevivir a esto es todo un desafío, un aprendizaje que te lleva al crecimiento y a la madurez de carácter. El problema es que a veces, las frustraciones son “Traducidas en FRACASO”, generando un sentimiento de invalidez e inutilidad que nublan la posibilidad de futuro y de proyecto. Es ahí cuando UNA NUEVA OPORTUNIDAD es necesaria para empezar otra vez, renovando las fuerzas, las expectativas, la Fe y la confianza en que Dios es dador de NUEVAS OPORTUNIDADES TODOS LOS DIAS.
Dice el rey David en el Salmo 103: “Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana tus dolencias, el que rescata tu vida del hoyo, el que te corona de favores y misericordias, el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila.” Dice Pete Wilson en su libro: Plan B “Dios es especialista en resurrecciones”. El hecho es que tú así lo creas. Muchas personas han “tirado la toalla” cuando un nuevo comienzo estaba a la vuelta de la esquina, abandonando a metros antes de llegar. La Biblia define este motor interior para alcanzar, iniciar y culminar nuevos proyectos con una de las palabras más cortas, solo dos letras: FE. Tan sencilla pero tan necesaria, tan fácil de escribir o pronunciar, pero a la vez tan difícil de cultivar y atesorar. Sólo con asistencia divina y un espíritu quebrantado ante la cruz, podrás recibir el regalo de Su fe y recobrar fuerzas para un nuevo comienzo. Inténtalo hoy mismo.

PENSAMIENTO DEL DÍA:

No sería sana una vida donde solamente existiesen los logros exitosos y los sueños cumplidos. Es mas no sería posible.

Disponible en Internet en: http://www.labibliadice.org

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La Biblia Dice
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Un paso a la vez

22 Septiembre 2016

Un paso a la vez

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por Charles R. Swindoll

1 Reyes 17:4

La dirección de Dios incluye también su provisión. Dios dice: «Ve al arroyo, yo te sustentaré.» En su libro, It is Toward Evening (Se hace de Noche), Vance Havner cuenta la historia de un grupo de agricultores que cultivaban algodón en el sureste de los Estados Unidos cuando el devastador parásito invadió los sembrados. Estos hombres habían invertido todos sus ahorros, dedicado sus tierras y puesto toda sus esperanzas en el algodón. Pero luego llegó el parásito. No pasó mucho tiempo sin que pareciera que todos ellos estarían destinados a vivir de la beneficencia.

Pero los agricultores, como personas resueltas e ingeniosas que son, dijeron: «Bueno, no podremos sembrar algodón, así que sembraremos maní.» Asombrosamente, el maní les produjo más dinero que lo que habrían ganado jamás sembrando algodón. Cuando los agricultores se dieron cuenta de que aquello que parecía un desastre, en realidad había sido una bendición, erigieron un enorme e impresionante monumento en honor al parásito; un monumento de aquello que ellos habían creído los iba a destruir.

«A veces caemos en una aburrida rutina, tan monótona como cultivar algodón años tras año,» dice Havner, quien era un viejo y experimentado hombre de Dios cuando escribió estas palabras. «Luego Dios envía el parásito. Nos saca violentamente de nuestra rutina, y tenemos que encontrar nuevas maneras de vivir. Los reveses económicos, una gran aflicción, un padecimiento físico, la pérdida de una posición. ¡Cuántos han llegado a ser mejores agricultores por causa de un problema, y tener una mejor cosecha en sus almas! Lo mejor que nos ha sucedido a algunos de nosotros fue que tuviéramos nuestro propio ‘parásito’.»
Cuando Dios dirige, Él también provee. Eso fue lo que sostuvo a Elías durante su experiencia en el campamento de entrenamiento.

Tenemos que aprender a confiar en Dios un día a la vez. ¿Notó usted que Él nunca le dijo a Elías cuál sería el segundo paso, hasta que este dio el primero? Dios le dijo a su profeta que fuera donde Acab. Cuando Elías llegó al lugar, Dios le dijo lo que debía decir, el Señor le indicó: «Ve ahora al arroyo». No le dijo a Elías qué iba a suceder en Querit; simplemente le dijo: «Ve al arroyo y escóndete.» Elías no conocía el futuro, pero sí tenía la promesa de Dios: «Te sostendré mientras estés allí.» Y Dios no le comunicó el paso siguiente sino hasta que el arroyo se secó.

Tenemos que aprender a confiar en Dios un día a la vez. —Charles R. Swindoll

Tomado del libro Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2016 por Charles R. Swindoll Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

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Daniel y sus compañeros en la corte de Nabucodonosor

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Daniel y sus compañeros en la corte de Nabucodonosor

1 En el año tercero del reinado de Joacim, rey de Judá, vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, a Jerusalén y la sitió. Y el Señor entregó en sus manos a Joacim, rey de Judá, y algunos de los utensilios de la casa de Dios; los llevó a la tierra de Sinar, a la casa de su dios[a], colocando[b] los utensilios en la casa del tesoro de su dios[c]. Entonces el rey mandó[d] a Aspenaz, jefe de sus oficiales[e], que trajera de los hijos de Israel a algunos de la familia[f] real y de los nobles, jóvenes en quienes no hubiera defecto alguno, de buen parecer, inteligentes en toda rama delsaber, dotados de entendimiento y habilidad para discernir y que tuvieran la capacidad para servir[g] en el palacio del rey; y le mandó que les enseñara la escritura y la lengua de los caldeos. El rey les asignó una ración diaria de los manjares del rey y del vino que él bebía, y mandó que los educaran[h] por tres años, al cabo de los cuales entrarían al servicio[i] del rey. Entre éstos estaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, de los hijos de Judá. Y el jefe de los oficiales les puso nuevos nombres: a Daniel le puso Beltsasar; a Ananías, Sadrac; a Misael, Mesac; y a Azarías, Abed-nego.

Se propuso Daniel en su corazón no contaminarse con los manjares del rey ni con el vino que él bebía, y pidió al jefe de los oficiales que le permitiera no contaminarse. Dios concedió a Daniel hallar favor[j] y gracia ante el jefe de los oficiales, 10 y el jefe de los oficiales dijo a Daniel: Temo a mi señor el rey, porque él ha asignado vuestra comida y vuestra bebida; ¿por qué ha de ver vuestros rostros más macilentos que los de los demás jóvenes de vuestra edad? Así pondríais en peligro[k] mi cabeza ante el rey. 11 Pero Daniel dijo al mayordomo a quien el jefe de los oficiales había nombrado sobre Daniel, Ananías, Misael y Azarías: 12 Te ruego que pongas a prueba a tus siervos por diez días, y que nos den legumbres para comer y agua para beber. 13 Que se compare después[l] nuestra apariencia en tu presencia con la apariencia de los jóvenes que comen los manjares del rey, y haz con tus siervos según lo que veas.

14 Los escuchó, pues, en esto y los puso a prueba por diez días. 15 Al cabo de los diez días su aspecto parecía mejor y estaban más rollizos[m] que todos los jóvenes que habían estado comiendo los manjares del rey. 16 Así que el mayordomo siguió suprimiendo[n] los manjares y el vino que debían beber, y les daba legumbres.

17 A estos cuatro jóvenes Dios les dio conocimiento e inteligencia en toda clase deliteratura[o] y sabiduría; además Daniel entendía toda clase de visiones y sueños.18 Al cabo de los días que el rey había fijado[p] para que fueran presentados[q], el jefe de los oficiales los trajo ante Nabucodonosor. 19 El rey habló con ellos, y de entre todos ellos no se halló ninguno como Daniel, Ananías, Misael y Azarías; entraron, pues, al servicio[r] del rey. 20 Y en todo asunto de sabiduría y[s]conocimiento que el rey les consultó, los encontró diez veces superiores a todos los magos[t] y encantadores que había en todo su reino. 21 Daniel estuvo allí hasta el año primero del rey Ciro.

El sueño del rey

2 En el año segundo del reinado de Nabucodonosor, éste tuvo sueños[u], y se turbó su espíritu y no podía dormir[v]. Mandó llamar el rey[w] a los magos[x], los encantadores, los hechiceros y a los caldeos[y], para que le explicaran al rey sus sueños. Vinieron, pues, y se presentaron ante el rey. Y el rey les dijo: He tenido un sueño[z], y mi espíritu se ha turbado por el deseo de entender[aa] el sueño.

Y hablaron los caldeos al rey en arameo[ab]: ¡Oh rey, vive para siempre! Cuenta el sueño a tus siervos, y nosotros te declararemos la interpretación. El rey respondió y dijo a los caldeos: Mis órdenes son firmes[ac]: si no me dais a conocer el sueño y su interpretación, seréis descuartizados y vuestras casas serán reducidas a escombros[ad]. Pero si me declaráis el sueño y su interpretación, recibiréis de mí regalos, recompensas y grandes honores; por tanto, declaradme el sueño y su interpretación. Respondieron ellos por segunda vez, y dijeron: Refiera el rey su sueño a sus siervos, y declararemos la interpretación.Respondió el rey, y dijo: Ciertamente sé que queréis ganar[ae] tiempo, porque veis que mis órdenes son firmes, que si no me declaráis el sueño, hay una sola sentencia[af] para vosotros. Porque os habéis concertado para hablar delante de mí palabras falsas y perversas[ag] hasta que cambie la situación[ah]. Por tanto, decidme el sueño para que yo sepa que me podéis dar su interpretación. 10 Los caldeos respondieron al[ai] rey, y dijeron: No hay hombre sobre la tierra que pueda declarar el asunto al[aj] rey, puesto que ningún gran rey o gobernante jamás ha pedido cosa semejante a ningún mago[ak], encantador o caldeo. 11 Lo que el rey demanda es difícil y no hay nadie que lo pueda declarar al[al] rey sino los dioses cuya morada no está entre los hombres[am]. 12 A causa de esto el rey se indignó y se enfureció en gran manera y mandó matar a todos los sabios de Babilonia. 13 Y se publicó el decreto[an] de que mataran a todos los sabios; buscaron también a Daniel y a sus amigos para matarlos.

14 Entonces Daniel habló con discreción y sensatez a Arioc, capitán de la guardia[ao] del rey, que había salido para matar a los sabios de Babilonia; 15 habló y dijo a Arioc, capitán del rey: ¿Por qué es tan riguroso[ap] el decreto[aq] del rey? Entonces Arioc informó a Daniel sobre el asunto. 16 Y Daniel fue a pedirle al rey que le diera tiempo[ar] para declarar la interpretación al rey.

17 Entonces Daniel fue a su casa e informó el asunto a sus amigos Ananías, Misael y Azarías, 18 para que pidieran misericordia del Dios del cielo acerca de este misterio, a fin de que no perecieran Daniel y sus amigos con el resto de los sabios de Babilonia. 19 Entonces el misterio fue revelado a Daniel en una visión de noche. Daniel entonces bendijo al Dios del cielo. 20 Daniel habló, y dijo:

Sea el nombre de Dios bendito por los siglos de los siglos,
porque la sabiduría y el poder son de El.
21 El es quien cambia los tiempos y las edades;
quita reyes y pone reyes;
da sabiduría a los sabios,
y conocimiento a los entendidos[as].
22 El es quien revela lo profundo y lo escondido;
conoce lo que está en tinieblas,
y la luz mora con El.
23 A ti, Dios de mis padres, doy yo gracias y alabo,
porque me has dado sabiduría y poder,
y ahora me has revelado lo que te habíamos pedido,
pues el asunto del rey nos has dado a conocer.

24 Después fue Daniel adonde estaba Arioc, a quien el rey había designado para dar muerte a los sabios de Babilonia. Fue y le habló así: No des muerte a los sabios de Babilonia; llévame ante el rey, y declararé al rey la interpretación.

25 Entonces Arioc se apresuró a llevar a Daniel ante el rey, y le dijo así: He hallado a un hombre entre los deportados[at] de Judá que dará a conocer al rey la interpretación. 26 El rey respondió, y dijo a Daniel, a quien llamaban Beltsasar: ¿Eres tú capaz de darme a conocer el sueño que he visto y su interpretación?27 Respondió Daniel ante el rey, y dijo: En cuanto al misterio que el rey quiere saber, no hay sabios, encantadores, magos[au] ni adivinos que puedan declararlo al rey. 28 Pero hay un Dios en el cielo que revela los misterios, y El ha dado a conocer al rey Nabucodonosor lo que sucederá al fin de los días. Tu sueño y las visiones que has tenido[av] en tu cama eran éstos: 29 A ti, oh rey, en tu cama te surgieron pensamientos sobre lo que habrá de suceder en el futuro[aw], y el que revela los misterios te ha dado a conocer lo que sucederá. 30 En cuanto a mí, me ha sido revelado este misterio, no porque yo tenga[ax] más sabiduría que cualquierotro viviente, sino con el fin de dar a conocer al rey la interpretación, y para que tú entiendas los pensamientos de tu corazón.

31 Tú, oh rey, tuviste una visión, y he aquí, había una gran estatua; esa estatua eraenorme y su brillo extraordinario; estaba en pie delante de ti y su aspecto eraterrible. 32 La cabeza de esta estatua era de oro puro, su pecho y sus brazos de plata, y su vientre y sus muslos de bronce, 33 sus piernas de hierro, sus pies en parte de hierro y en parte de barro. 34 Estuviste mirando hasta que una piedra fue cortada sin ayuda de manos, y golpeó la estatua en sus pies de hierro y de barro, y los desmenuzó. 35 Entonces fueron desmenuzados, todos a la vez[ay], el hierro, el barro, el bronce, la plata y el oro; quedaron como el tamo de las eras en verano, y el viento se los llevó sin que quedara rastro alguno de ellos. Y la piedra que había golpeado la estatua se convirtió en un gran monte que llenó toda la tierra.

36 Este es el sueño; ahora diremos ante el rey su interpretación. 37 Tú, oh rey, eres rey de reyes, a quien el Dios del cielo ha dado el reino[az], el poder, la fuerza y la gloria; 38 y dondequiera que habiten los hijos de los hombres, las bestias del campo o las aves del cielo, El los ha entregado en tu mano y te ha hecho soberano de todos ellos; tú eres la cabeza de oro. 39 Después de ti se levantará otro reino, inferior a ti, y luego un tercer reino, de bronce, que gobernará sobre toda la tierra. 40 Y habrá un cuarto reino, tan fuerte como el hierro; y así como el hierro desmenuza y destroza todas las cosas, como el hierro que tritura, así él desmenuzará y triturará a todos éstos. 41 Y lo que viste, los pies y los dedos, parte de barro de alfarero y parte de hierro, será un reino dividido; pero tendrá la solidez del hierro, ya que viste el hierro mezclado con barro corriente[ba]. 42 Y así como los dedos de los pies eran parte de hierro y parte de barro cocido, así parte del reino será fuerte y parte será frágil. 43 En cuanto al hierro mezclado con barro corriente[bb] que has visto, se mezclarán mediante[bc] simiente humana; pero no se unirán el uno con el otro, como no se mezcla el hierro con el barro. 44 En los días de estos reyes, el Dios del cielo levantará un reino que jamás será destruido, yeste reino no será entregado[bd] a otro pueblo; desmenuzará y pondrá fin a todos aquellos reinos, y él permanecerá para siempre, 45 tal como viste que una piedra fue cortada del monte sin ayuda de manos y que desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha hecho saber al rey lo que sucederá en el futuro[be]. Así, pues, el sueño es verdadero y la interpretación fiel.

46 Entonces el rey Nabucodonosor cayó sobre su rostro, se postró ante Daniel, y ordenó que le ofrecieran presentes[bf] e incienso[bg]. 47 El rey habló a Daniel, y dijo: En verdad que vuestro Dios es Dios de dioses, Señor de reyes y revelador de misterios, ya que tú has podido revelar este misterio. 48 Entonces el rey engrandeció a Daniel y le dio muchos y espléndidos regalos, y le hizo gobernador sobre toda la provincia de Babilonia y jefe supremo[bh] sobre todos los sabios de Babilonia. 49 Por solicitud de Daniel, el rey puso sobre la administración de la provincia de Babilonia a Sadrac, Mesac y a Abed-nego, mientras que Danielquedó en la corte[bi] del rey.

La imagen de oro

3 El rey Nabucodonosor hizo una estatua[bj] de oro cuya altura era de sesenta codos[bk] y su anchura de seis codos; la levantó en el llano de Dura, en la provincia de Babilonia. Y el rey Nabucodonosor mandó reunir a los sátrapas, prefectos y gobernadores, los consejeros, tesoreros, jueces, magistrados y todos los gobernantes de las provincias para que vinieran a la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había levantado. Entonces se reunieron los sátrapas, prefectos y gobernadores, los consejeros, tesoreros, jueces, magistrados y todos los gobernantes de las provincias para la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había levantado; y todos estaban de pie delante de la estatua que Nabucodonosor había levantado. Y el heraldo proclamó con fuerza: Se os ordena a vosotros, pueblos, naciones y lenguas, que en el momento en que oigáis el sonido del cuerno, la flauta, la lira[bl], el arpa[bm], el salterio[bn], la gaita y toda clase de música, os postréis y adoréis la estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado; pero el que no se postre y adore, será echado inmediatamente[bo] en un horno de fuego ardiente. Por tanto, en el momento en que todos los pueblos oyeron el sonido del cuerno, la flauta, la lira, el arpa, el salterio, la gaita[bp] y toda clase de música, todos los pueblos, naciones y lenguas se postraron y adoraron la estatua de oro que el rey Nabucodonosor había levantado.

Sin embargo[bq] en aquel tiempo algunos caldeos se presentaron y acusaron a[br]los judíos. Hablaron y dijeron al rey Nabucodonosor: ¡Oh rey, vive para siempre!10 Tú, oh rey, has proclamado un decreto de que todo hombre que oiga el sonido del cuerno, la flauta, la lira, el arpa, el salterio, la gaita y toda clase de música, se postre y adore la estatua de oro, 11 y el que no se postre y adore, será echado en un horno de fuego ardiente. 12 Pero hay algunos judíos a quienes has puesto sobre la administración de la provincia de Babilonia, es decir, Sadrac, Mesac y Abed-nego, y estos hombres, oh rey, no te hacen caso; no sirven a tus dioses ni adoran la estatua de oro que has levantado.

13 Entonces Nabucodonosor, enojado y furioso, dio orden de traer a Sadrac, Mesac y Abed-nego; estos hombres, pues, fueron conducidos ante el rey.14 Habló Nabucodonosor y les dijo: ¿Es verdad Sadrac, Mesac y Abed-nego que no servís a mis dioses ni adoráis la estatua de oro que he levantado? 15 ¿Estáis dispuestos ahora, para que cuando oigáis el sonido del cuerno, la flauta, la lira, el arpa, el salterio, la gaita y toda clase de música, os postréis y adoréis la estatua que he hecho? Porque si no la adoráis, inmediatamente[bs] seréis echados en un horno de fuego ardiente; ¿y qué dios será el que os libre de mis manos?16 Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron y dijeron al rey Nabucodonosor: No necesitamos darte una respuesta acerca de este asunto. 17 Ciertamente nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiente; y de tu mano, oh rey, nos librará. 18 Pero si no lo hace, has de saber, oh rey, que no serviremos a tus dioses ni adoraremos la estatua de oro que has levantado.

Librados del horno de fuego

19 Entonces Nabucodonosor se llenó de furor, y demudó su semblante contra Sadrac, Mesac y Abed-nego. Respondió ordenando que se calentara el horno siete veces más de lo que se acostumbraba calentar. 20 Y mandó que algunos valientes guerreros de su ejército ataran a Sadrac, Mesac y Abed-nego, y losecharan en el horno de fuego ardiente. 21 Entonces estos hombres fueron atados y arrojados con sus mantos[bt], sus túnicas[bu], sus gorros y sus otras ropas en el horno de fuego ardiente. 22 Como la orden[bv] del rey era apremiante[bw] y el horno había sido calentado excesivamente, la llama del fuego mató a los que habían alzado a Sadrac, Mesac y Abed-nego. 23 Pero estos tres hombres, Sadrac, Mesac y Abed-nego cayeron, atados, en medio del horno de fuego ardiente.

24 Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y levantándose apresuradamente preguntó[bx] a sus altos oficiales: ¿No eran tres los hombres que echamos atados en medio del fuego? Ellos respondieron y dijeron al rey: Ciertamente, oh rey. 25 El rey respondió y dijo: ¡Mirad! Veo a cuatro hombres sueltos que se pasean en medio del fuego sin sufrir daño alguno[by], y el aspecto del cuarto es semejante al de un hijo de los dioses. 26 Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiente y[bz] dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid acá. Entonces Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron de en medio del fuego. 27 Y los sátrapas, los prefectos, los gobernadores y los altos oficiales del rey se reunieron para ver a estos hombres, cómo el fuego no había tenido efecto[ca] alguno sobre sus cuerpos, ni el cabello de sus cabezas se había chamuscado, ni sus mantos[cb] habían sufrido daño alguno[cc], ni aun olor del fuego había quedado en ellos.

28 Habló Nabucodonosor y dijo: Bendito sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego que ha enviado a su ángel y ha librado a sus siervos que, confiando en El, desobedecieron la orden[cd] del rey y entregaron sus cuerpos antes de servir y adorar a ningún otro dios excepto a su Dios. 29 Por tanto, proclamo un decreto de que todo pueblo, nación o lengua que diga blasfemia contra el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego sea descuartizado y sus casas reducidas a escombros[ce], ya que no hay otro dios que pueda librar de esta manera. 30 Entonces el rey hizo prosperar a Sadrac, Mesac y Abed-nego en la provincia de Babilonia.

Notas al pie:

  1. Daniel 1:2 O, sus dioses
  2. Daniel 1:2 Lit., llevando
  3. Daniel 1:2 O, sus dioses
  4. Daniel 1:3 O, dijo
  5. Daniel 1:3 O, eunucos, y así en el resto del cap.
  6. Daniel 1:3 Lit., simiente
  7. Daniel 1:4 Lit., estar de pie
  8. Daniel 1:5 O, criaran
  9. Daniel 1:5 Lit., estarían de pie delante
  10. Daniel 1:9 Lit., misericordia
  11. Daniel 1:10 Lit., haríais culpable
  12. Daniel 1:13 Lit., Que se vea
  13. Daniel 1:15 Lit., llenos de carne
  14. Daniel 1:16 Lit., llevándose
  15. Daniel 1:17 O, escritura
  16. Daniel 1:18 Lit., dicho
  17. Daniel 1:18 Lit., traídos
  18. Daniel 1:19 Lit., estuvieron de pie delante
  19. Daniel 1:20 Lit., de
  20. Daniel 1:20 O, sacerdotes adivinos
  21. Daniel 2:1 Lit., Nabucodonosor soñó sueños
  22. Daniel 2:1 Lit., su sueño se fue de sobre él
  23. Daniel 2:2 Lit., Dijo el rey que llamaran
  24. Daniel 2:2 O, sacerdotes adivinos
  25. Daniel 2:2 O, astrólogos, y así en el resto del cap.
  26. Daniel 2:3 Lit., Soñé un sueño
  27. Daniel 2:3 Lit., saber
  28. Daniel 2:4 El texto está escrito en aram. desde aquí hasta el cap. 7:28
  29. Daniel 2:5 Otra posible lectura es: La palabra se ha ido de mí; y así en el vers. 8
  30. Daniel 2:5 Lit., muladares
  31. Daniel 2:8 Lit., comprar
  32. Daniel 2:9 O, ley
  33. Daniel 2:9 Lit., palabra falsa y perversa
  34. Daniel 2:9 Lit., el tiempo
  35. Daniel 2:10 Lit., delante del
  36. Daniel 2:10 Lit., del
  37. Daniel 2:10 O, sacerdote adivino
  38. Daniel 2:11 Lit., delante del
  39. Daniel 2:11 Lit., no está con carne
  40. Daniel 2:13 O, la ley
  41. Daniel 2:14 O, los verdugos
  42. Daniel 2:15 O, apremiante
  43. Daniel 2:15 O, la ley
  44. Daniel 2:16 O, le señalara un tiempo
  45. Daniel 2:21 Lit., conocedores del entendimiento
  46. Daniel 2:25 Lit., hijos del destierro
  47. Daniel 2:27 O, sacerdotes adivinos
  48. Daniel 2:28 Lit., de tu cabeza
  49. Daniel 2:29 Lit., después de esto
  50. Daniel 2:30 Lit., que esté en mí
  51. Daniel 2:35 Lit., como uno
  52. Daniel 2:37 O, la soberanía
  53. Daniel 2:41 Lit., barro de lodo
  54. Daniel 2:43 Lit., barro de lodo
  55. Daniel 2:43 O, con
  56. Daniel 2:44 Lit., dejado
  57. Daniel 2:45 Lit., después de esto
  58. Daniel 2:46 O, una ofrenda
  59. Daniel 2:46 Lit., y olores gratos
  60. Daniel 2:48 Lit., jefe de los prefectos
  61. Daniel 2:49 Lit., puerta
  62. Daniel 3:1 O, imagen, y así en el resto del cap.
  63. Daniel 3:1 Un codo equivale aprox. a 45 cm.
  64. Daniel 3:5 O, cítara, y así en el resto del cap.
  65. Daniel 3:5 O, lira triangular, y así en el resto del cap.
  66. Daniel 3:5 O, una especie de arpa, y así en el resto del cap.
  67. Daniel 3:6 O, en la misma hora
  68. Daniel 3:7 Así en muchos mss. y en algunas versiones antiguas; el T.M. omite: la gaita
  69. Daniel 3:8 Lit., Por tanto
  70. Daniel 3:8 Lit., comieron los pedazos de
  71. Daniel 3:15 O, en la misma hora
  72. Daniel 3:21 O, pantalones
  73. Daniel 3:21 O, calzas
  74. Daniel 3:22 Lit., palabra
  75. Daniel 3:22 O, severa
  76. Daniel 3:24 Lit., respondió y dijo
  77. Daniel 3:25 Lit., no hay daño en ellos
  78. Daniel 3:26 Lit., respondió, y
  79. Daniel 3:27 Lit., poder
  80. Daniel 3:27 O, pantalones
  81. Daniel 3:27 Lit., cambio
  82. Daniel 3:28 Lit., y cambiaron la palabra
  83. Daniel 3:29 Lit., muladar

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