Oseas 5-7

Reprensión por la apostasía del pueblo
5 Oíd esto, sacerdotes,
y estad atentos, casa de Israel,
y casa del rey, escuchad,
porque para vosotros es el juicio;
pues lazo habéis sido en Mizpa,
y red tendida sobre el Tabor.
2 Y los rebeldes se han ahondado en la perversión;
pero yo los castigaré a todos ellos.
3 Yo conozco a Efraín, e Israel no se me oculta;
porque ahora te has prostituido, Efraín,
se ha contaminado Israel.
4 No les permiten sus obras
volver a su Dios,
porque hay un espíritu de prostitución dentro de ellos,
y no conocen al Señor.
5 Además, el orgullo de Israel testifica contra él,
e Israel y Efraín tropiezan en su iniquidad;
también Judá ha tropezado con ellos.
6 Irán con sus rebaños y sus ganados
en busca del Señor, pero no le encontrarán;
se ha retirado de ellos.
7 Han obrado perversamente contra el Señor,
porque han engendrado hijos ilegítimos.
Ahora los devorará la luna nueva junto con sus heredades.
8 Tocad la bocina en Guibeá,
la trompeta en Ramá.
Sonad alarma en Bet-avén:
¡Alerta, Benjamín!
9 Efraín será una desolación en el día de la reprensión;
en las tribus de Israel yo hago saber lo que es cierto.
10 Los príncipes de Judá son como los que mueven los linderos;
sobre ellos derramaré como agua mi furor.
11 Efraín está oprimido, quebrantado en juicio,
porque insistía en seguir mandato de hombre.
12 Yo, pues, soy como polilla para Efraín,
y como carcoma para la casa de Judá.
13 Cuando Efraín vio su enfermedad
y Judá su herida,
Efraín fue a Asiria
y envió mensaje al rey Jareb;
pero él no os podrá sanar,
ni curar vuestra herida.
14 Porque yo seré como león para Efraín,
y como leoncillo para la casa de Judá.
Yo, yo mismo, desgarraré y me iré,
arrebataré y no habrá quien libre.
15 Me iré y volveré a mi lugar
hasta que reconozcan su culpa y busquen mi rostro;
en su angustia me buscarán con diligencia.
Respuesta del pueblo
6 Venid, volvamos al Señor.
Pues El nos ha desgarrado, y nos sanará;
nos ha herido, y nos vendará.
2 Nos dará vida después de dos días,
al tercer día nos levantará
y viviremos delante de El.
3 Conozcamos, pues, esforcémonos por conocer al Señor.
Su salida es tan cierta como la aurora,
y El vendrá a nosotros como la lluvia,
como la lluvia de primavera que riega la tierra.
4 ¿Qué haré contigo, Efraín?
¿Qué haré contigo, Judá?
Porque vuestra lealtad es como nube matinal,
y como el rocío, que temprano desaparece.
5 Por tanto los he despedazado por medio de los profetas,
los he matado con las palabras de mi boca;
los juicios sobre ti son como la luz que sale.
6 Porque más me deleito en la lealtad que en el sacrificio,
y más en el conocimiento de Dios que en los holocaustos.
7 Pero ellos, como Adán, han transgredido el pacto;
allí me han traicionado.
8 Galaad es ciudad de malhechores,
con huellas de sangre.
9 Como bandidos al acecho de un hombre,
es la banda de sacerdotes que asesina en el camino a Siquem;
ciertamente han cometido iniquidad.
10 En la casa de Israel he visto una cosa horrible:
allí está la prostitución de Efraín, se ha contaminado Israel.
11 Para ti también, oh Judá, hay preparada una cosecha,
cuando yo restaure el bienestar de mi pueblo.
Iniquidad y rebelión de Israel
7 Cuando yo quería curar a Israel,
se descubrió la iniquidad de Efraín
y las maldades de Samaria,
porque practican el engaño;
el ladrón entra,
los bandidos despojan por fuera,
2 y ellos no consideran en su corazón
que yo recuerdo toda su maldad.
Ahora les rodean sus hechos,
ante mi rostro están.
3 Con su maldad alegran al rey,
y con sus mentiras a los príncipes.
4 Todos ellos son adúlteros;
son como horno encendido por el hornero,
que deja de atizar el fuego
desde que prepara la masa hasta que fermenta.
5 En la fiesta de nuestro rey, los príncipes se enfermaron por el calor del vino;
él extendió la mano a los escarnecedores,
6 pues sus corazones son como un horno
mientras se acercan a su emboscada;
toda la noche duerme su ira,
por la mañana arde como llamas de fuego.
7 Todos ellos están calientes como un horno,
y devoran a sus gobernantes;
todos sus reyes han caído.
No hay entre ellos quien me invoque.
8 Efraín se mezcla con las naciones;
Efraín es como una torta no volteada.
9 Devoran extranjeros su fuerza,
y él no lo sabe;
también tiene cabellos canos,
y él no lo sabe.
10 Testifica contra él el orgullo de Israel,
pero no se han vuelto al Señor su Dios,
ni lo han buscado a pesar de todo esto.
11 Efraín es como paloma incauta, sin entendimiento;
llaman a Egipto, acuden a Asiria.
12 Cuando vayan, tenderé sobre ellos mi red,
como aves del cielo los haré caer;
los castigaré conforme a lo anunciado a su congregación.
13 ¡Ay de ellos, pues de mí se han alejado!
Sobre ellos vendrá la destrucción, porque contra mí se han rebelado;
yo los redimiría, pero ellos hablan mentiras contra mí.
14 Y no claman a mí de corazón
cuando gimen en sus lechos;
por el trigo y el mosto se reunen,
y se alejan de mí.
15 Aunque yo adiestré y fortalecí sus brazos,
traman el mal contra mí.
16 Se vuelven, pero no hacia lo alto,
son como un arco engañoso.
Sus príncipes caerán a espada
por la insolencia de sus lenguas;
esto será su escarnio en la tierra de Egipto.