Oseas 8-10

Infidelidad e idolatría de Israel
8 Pon la trompeta a tu boca.
Como un águila viene el enemigo contra la casa del Señor,
porque han transgredido mi pacto,
y se han rebelado contra mi ley.
2 Claman a mí:
¡Dios mío, los de Israel te conocemos!
3 Israel rechazó el bien,
el enemigo lo perseguirá.
4 Ellos han puesto reyes, pero no escogidos por mí;
han nombrado príncipes, pero sin saberlo yo.
Con su plata y su oro se han hecho ídolos,
para su propia destrucción.
5 El ha rechazado tu becerro, oh Samaria, diciendo:
Mi ira se enciende contra ellos.
¿Hasta cuándo serán incapaces de lograr la purificación?
6 Porque de Israel es éste también;
un artífice lo hizo, y él no es Dios;
ciertamente será hecho pedazos el becerro de Samaria.
7 Porque siembran viento,
y recogerán tempestades.
El trigo no tiene espigas,
no da grano,
y si lo diera, se lo tragarían los extraños.
8 Israel ha sido devorado;
ahora están entre las naciones
como vasija en que nadie se deleita;
9 porque ellos han subido a Asiria
como asno montés solitario.
Efraín alquiló amantes;
10 aunque alquilen aliados entre las naciones,
ahora los juntaré,
y comenzarán a debilitarse
a causa de la carga del rey de príncipes.
11 Por cuanto Efraín ha multiplicado altares para pecar,
en altares para pecar se le han convertido.
12 Aunque le escribí diez mil preceptos de mi ley,
son considerados como cosa extraña.
13 En cuanto a mis ofrendas de sacrificio,
sacrifican la carne y se la comen,
pero el Señor no se ha complacido en ellas.
Ahora se acordará de su iniquidad,
y los castigará por sus pecados:
ellos volverán a Egipto.
14 Pues Israel se ha olvidado de su Hacedor y ha edificado palacios,
y Judá ha multiplicado ciudades fortificadas;
pero yo enviaré fuego a sus ciudades que consumirá sus fortalezas.
Castigo por la infidelidad de Israel
9 No te alegres, Israel, con gran júbilo como las naciones,
porque te has prostituido, abandonando a tu Dios;
has amado el salario de ramera sobre todas las eras de grano.
2 Ni la era ni el lagar los alimentarán,
y el mosto les faltará.
3 No permanecerán en la tierra del Señor,
sino que Efraín volverá a Egipto,
y en Asiria comerán cosas inmundas.
4 No harán libaciones de vino al Señor,
ni le serán gratos sus sacrificios.
Su pan les será como pan de duelo,
todos los que lo coman se contaminarán,
porque su pan será sólo para ellos,
no entrará en la casa del Señor.
5 ¿Qué haréis el día de la fiesta señalada
y el día de la fiesta del Señor?
6 Pues, he aquí, se irán a causa de la destrucción;
Egipto los recogerá, Menfis los sepultará.
La ortiga poseerá sus tesoros de plata;
cardos crecerán en sus tiendas.
7 Han llegado los días del castigo,
han llegado los días de la retribución;
¡que lo sepa Israel!
Un insensato es el profeta,
un loco el hombre inspirado,
a causa de la magnitud de tu culpa,
y por tu mucha hostilidad.
8 Vigía con mi Dios era Efraín, un profeta;
sin embargo el lazo de cazador está en todos sus caminos,
y en la casa de su Dios hay sólo hostilidad.
9 Se han corrompido profundamente
como en los días de Guibeá;
El se acordará de su iniquidad,
castigará sus pecados.
10 Como uvas en el desierto hallé a Israel;
como las primicias de la higuera en su primera cosecha vi a vuestros padres.
Pero fueron a Baal-peor y se consagraron a la vergüenza,
y se hicieron tan abominables como lo que amaban.
11 Como un ave volará de Efraín su gloria:
no habrá nacimiento, ni embarazo, ni concepción.
12 Aunque críen a sus hijos,
se los quitaré hasta que no quede hombre alguno.
Sí, ¡ay de ellos también cuando de ellos me aparte!
13 Efraín, según he visto,
está como Tiro, plantado en pradera hermosa;
pero Efraín sacará a sus hijos al verdugo.
14 Dales, oh Señor, ¿qué les darás?
Dales matriz que aborte y pechos secos.
15 Toda su maldad está en Gilgal;
allí, pues, los aborrecí.
Por la maldad de sus hechos
los expulsaré de mi casa,
no los amaré más;
todos sus príncipes son rebeldes.
16 Efraín está herido, su raíz está seca;
no darán más fruto.
Aunque den a luz,
yo mataré el fruto de su vientre.
17 Mi Dios los desechará
porque no le han escuchado,
y andarán errantes entre las naciones.
10 Israel es un viñedo frondoso,
dando fruto para sí mismo;
según la abundancia de su fruto,
así multiplicaba los altares;
cuanto más rica era su tierra,
más hermosos hacían sus pilares sagrados.
2 Su corazón es infiel;
ahora serán hallados culpables;
el Señor derribará sus altares
y destruirá sus pilares sagrados.
3 Ciertamente ahora dirán: No tenemos rey,
porque no hemos temido al Señor.
Y el rey, ¿qué haría por nosotros?
4 Hablan meras palabras,
hacen pactos con juramentos vanos,
y el juicio brotará como hierbas venenosas en los surcos del campo.
5 Por el becerro de Bet-avén
temerán los habitantes de Samaria.
En verdad, por él hará duelo su pueblo,
y sus sacerdotes idólatras se lamentarán a causa de él,
porque de él se ha alejado su gloria.
6 También el becerro será llevado a Asiria
como tributo al rey Jareb;
Efraín se cubrirá de vergüenza,
e Israel se avergonzará de su consejo.
7 Samaria será destruida con su rey,
como una astilla sobre la superficie del agua.
8 También serán destruidos los lugares altos de Avén, el pecado de Israel;
espinos y abrojos crecerán sobre sus altares.
Entonces dirán a los montes:
¡Cubridnos!, y a los collados: ¡Caed sobre nosotros!
9 Desde los días de Guibeá has pecado, oh Israel;
¡allí se han quedado!
¿No los alcanzará en Guibeá la batalla contra los hijos de la iniquidad?
10 Cuando yo lo desee, los castigaré;
y se juntarán pueblos contra ellos
cuando sean castigados por su doble iniquidad.
11 Efraín es una novilla domesticada que le gusta trillar,
pero yo pasaré un yugo sobre su hermosa cerviz;
unciré a Efraín,
arará Judá, rastrillará Jacob por sí mismo.
12 Sembrad para vosotros según la justicia,
segad conforme a la misericordia;
romped el barbecho,
porque es tiempo de buscar al Señor
hasta que venga a enseñaros justicia.
13 Habéis arado iniquidad, habéis segado injusticia,
habéis comido fruto de mentira.
Porque has confiado en tu camino, en la multitud de tus guerreros,
14 se levantará un tumulto entre tu pueblo,
y todas tus fortalezas serán destruidas,
como Salmán destruyó a Bet-arbel el día de la batalla,
cuando las madres fueron despedazadas con sus hijos.
15 Así os será hecho en Betel a causa de vuestra gran iniquidad.
Al amanecer, el rey de Israel será totalmente destruido.