Toda autoridad

Toda autoridad

3/15/2017

Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. (Mateo 28:18)

Antes de que Cristo presentara la Gran Comisión, de hacer “discípulos a todas las naciones”, había establecido su autoridad divina para darla. De otro modo, habría parecido imposible de cumplir la orden.

Mientras los discípulos siguieron a Jesús durante tres años y medio, aprendieron mucho de su autoridad. Les mostró que tenía autoridad sobre la enfermedad (Mt. 4:23) y la muerte (Jn. 11:43-44). Él les dio a sus discípulos el mismo poder que Él tenía para vencer a la enfermedad y a los demonios (Mt. 10:1). Estableció que tenía la autoridad de perdonar pecados (Mt. 9:6) y de juzgar a todos los hombres (Jn. 5:25-29). Y probó que

tenía la autoridad de dar su vida y volver a tomarla (Jn. 10:18).

La sumisión a esa absoluta autoridad de Cristo no es una opción; es su obligación suprema.

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Subversivo para el Salvador

MARZO, 15

Subversivo para el Salvador

Devocional por John Piper

Cuando [Jesús] llegó al otro lado, a la tierra de los gadarenos, le salieron al encuentro dos endemoniados… Y gritaron, diciendo: ¿Qué tenemos que ver contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes del tiempo? (Mateo 8:28-29)

Los demonios descubrieron un misterio aquí. Se dieron cuenta de que no tenían ninguna esperanza. Ellos sabían que el Hijo de Dios tendría la victoria, pero hasta entonces no sabían que Cristo vendría antes del tiempo de la victoria final.

Cristo no va a esperar a que la bomba atómica caiga para terminar con la guerra. Él ha empezado a dirigir fuerzas subversivas al territorio de Satanás. Ha entrenado a un «escuadrón» para hacer audaces operaciones de rescate. Cristo ha tramado muchas victorias tácticas antes de la estratégica victoria final.

El resultado de la mentalidad de tiempos de guerra es el siguiente: ya que la ruina de Satanás es segura —y él lo sabe— nosotros siempre podemos hacerle recordar esto cuando nos tiente a seguirlo. Podemos reírnos y decir: «Perdiste la cabeza. ¡¿Quién quiere unirse a las fuerzas de un perdedor?!».

La iglesia es el enemigo liberado del «dios de este mundo». Nosotros somos las guerrillas y los latosos. Somos la insurgencia en el reino rebelde del «príncipe del poder del aire».

No se está a salvo, pero es emocionante. Muchas vidas se pierden. Las fuerzas de Satanás están constantemente vigilando nuestra actividad subversiva. Cristo ha asegurado la resurrección para todos aquellos que peleen hasta la muerte, pero no ha asegurado comodidad, ni la aceptación del mundo, ni prosperidad en territorio enemigo.

Muchos con gusto han dado su vida tras las filas, haciendo mandados para el Comandante. No puedo imaginar una mejor manera de vivir… ¡o de morir!

http://solidjoys.sdejesucristo.org/

Segunda Temporada – Programa 1 – El Señor nos dice

“Entendiendo Los Tiempos”

Segunda Temporada – Programa 1

Eduardo Saladin – Sugel Michelén – Salvador Gomez

 

ENTENDIENDO LOS TIEMPOS

Surge en el 2013 como programa de radio bajo la cobertura de la emisora cristiana Radio Eternidad en la estación 990am. Las temáticas de nuestro programa son diversas y contemporáneas con las necesidades que se presentan  hoy en día en la sociedad. Todo tema es llevado a la luz de la Palabra de Dios que es la única mediadora entre los hombres y la única verdad que puede hacerle libre. Tratamos diferentes temas con el propósito de entender el presente bajo una cosmovisión bíblica y actuar en base a esta. Con nuestro productor Andrés Figueroa y el equipo de Gracia TV, quienes semanalmente transmiten este programa en un formato para Radio y TV.

http://www.entendiendolostiempos.org/

Un instrumento escogido

15 Marzo 2017

Un instrumento escogido
por Charles R. Swindoll

Hechos 9:10-16

Si usted no lo ha hecho hasta el momento póngase durante unos minutos en los zapatos de Ananías. Entienda lo difícil que debió haber sido ver cómo iba a ser posible que el plan de Dios funcionara. ¿Cómo era posible que Dios pudiera tomar a un hombre conocido por su trato cruel, sin misericordia y criminal de inocentes cristianos para convertirlo en un embajador de Cristo? Quizás Ananías no escuchó la respuesta que el Señor le dio en su Palabra: “Y le dijo el Señor: Ve, porque este hombre me es un instrumento escogido para llevar mi nombre ante los gentiles, los reyes y los hijos de Israel. Porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre” (Hechos 9:15, 16).

La respuesta de Dios a la pregunta de Ananías es clara: “Yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre”.

El sufrimiento ha sido a través de los siglos el terreno en el que Dios ha amansado a toros bravos. El vía crucis del dolor y de la aflicción es el aula donde los cristianos aprenden a tener humildad, compasión, carácter, paciencia y misericordia. Eso es cierto para usted y para mí, y pronto lo sería también para Saulo. Años más tarde, con cicatrices para probarlo y bajo un sinnúmero de pesadas cargas en el ministerio, dio testimonio de que el sufrimiento había sido su compañero.

No entiendo todas las razones por las que sufrimos por Cristo. Pero estoy convencido de esto: Es parte del plan soberano de Dios el prepararnos para que seamos sus instrumentos de gracia en un mundo difícil y desesperado. Sin duda alguna, ese era el plan de Dios para Saulo. En su cuerpo estarían las marcas permanentes de su sufrimiento tales como: Prisiones, severas golpizas, apedreamientos, naufragios, emboscadas, robos, insomnios, hambres, soledad, enfermedades, deshidratación, hipotermia, etc. Y además de todo eso, enfrentaba las responsabilidades estresantes e ineludibles del liderazgo de la naciente Iglesia. Cada prueba dolorosa y atroz lo ponía de rodillas, convirtiéndolo así en un hombre de gracia mucho más profundo, y consagrado humildemente a seguir la dirección de su Salvador.

¿Qué sufrimientos ha experimentado usted por el nombre de Cristo?

Tomado del libro Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2017 por Charles R. Swindoll Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

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¿PUEDO SER CRISTIANO …. sin unirme a una iglesia?

 

¿PUEDO SER CRISTIANO …. sin unirme a una iglesia?

SI, es posible. Pero es como ser …

… un estudiante que no asiste a la escuela.
… un soldado que no se une al ejército.
… un ciudadano que no paga impuestos ni vota.
… un vendedor que no tiene clientes.
… un explorador sin un campamento de base.
… un marinero en un barco sin tripulación.
… un comerciante en una isla desierta.
… un escritor sin lectores.
… un padre sin familia.
… un jugador sin equipo.
… una abeja sin colmena.

¿Quieres ser un cristiano así?

“De tal palo tal astilla”

“De tal palo tal astilla”

15 MARZO

Éxodo 26 | Juan 5 | Proverbios 2 | Gálatas 1

Uno de los pasajes bíblicos más llamativos relativos a lo que significa confesar a Jesucristo como el Hijo de Dios es Juan 5:16–30.

En una cultura preindustrial, la mayoría de los hijos acaban haciendo lo mismo que hacía su padre. El hijo de un panadero se hace panadero; el hijo de un granjero, granjero. Este principio de “de tal palo tal astilla” permite a Jesús referirse a sus seguidores como “hijos de Dios”. Por lo cual, Jesús dice: “Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.” (Mat 5:9). En otras palabras, Dios mismo es el pacificador por excelencia; por lo tanto, los pacificadores deberían actuar, en este aspecto, como Dios actúa, de modo que, en este aspecto, serán considerados como “hijos de Dios”.

Esta es la categoría funcional con la cual Jesús comienza su discurso en Juan 5:17. Cuando se le condena por trabajar en sábado, no ofrece una lectura diferente del significado del “sábado”, ni defiende que lo que él hacía no constituyese “trabajo”, sino que fuera un acto de misericordia o de necesidad; más bien justifica su actividad argumentando que sólo hace lo que su Padre. Su Padre trabaja, aun en el sábado (si no, la providencia se acabaría) y, por lo tanto él también trabaja.

Sus interlocutores perciben que esto es una reivindicación implícita de igualdad con Dios (5:18). Sin embargo, entienden mal a Jesús en un aspecto. Consideran esta reivindicación como blasfema, al elevar a Jesús al rango de “otro dios” – y tienen toda la razón al insistir que no hay más que un Dios. Jesús responde con dos consideraciones. En primer lugar, insiste que él está funcionalmente dependiente del Padre: “el hijo no puede hacer nada por su propia cuenta, sino solamente lo que ve que su padre hace” (5:19). Jesús no es ningún “centro divino”: queda subordinado al Padre. Segundo, no obstante, esta subordinación funcional está, por otro lado, anclada en el hecho de que este Hijo hace lo que el Padre hace (5:19). Los creyentes podemos ser “hijos de Dios” en ciertos aspectos, pero Jesús es el único Hijo de Dios, en el sentido de que “todo lo que el Padre haga, el Hijo también lo hace”. Si el Padre crea, también lo hace el Hijo: de hecho, el Hijo es el agente del Padre en la creación (1:2–3). En los siguientes versículos, el Hijo, igual que el Padre, levanta a personas de la muerte, y también será el agente del Padre en el juicio final.

Los musulmanes, con poca comprensión de la teología cristiana, se imaginan que la Trinidad cristiana está compuesta de Dios, María y Jesús. Dios tuvo relaciones con María y nació Jesús. Creen que esta idea es extraña y blasfema. Y tienen razón. Pero no es esto lo que nosotros creemos, ni lo que las escrituras enseñan. Ojalá estudiasen Juan 5.

Yo creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.

Carson, D. A. (2013). Por amor a Dios: Devocional para apasionarnos por la Palabra. (R. Marshall, G. Muñoz, & L. Viegas, Trads.) (1a edición, Vol. I, p. 74). Barcelona: Publicaciones Andamio.

Romanos 8

Romanos 8

Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. – Romanos 8:28

El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? – Romanos 8:32

Un joven cristiano estaba cantando y tocando la guitarra en la calle. De repente cayó un chaparrón. El joven encontró refugio en la entrada de un edificio. Otro joven, llamémosle Javier, también llegó a aquel lugar para resguardarse de la lluvia. En una breve conversación, nuestro amigo cristiano, para invitar a Javier a leer la Biblia, le dijo: «En la Biblia me gusta mucho leer Romanos 8». La lluvia cesó y los dos jóvenes se separaron, dejando ahí la conversación. Más tarde Javier fue encarcelado.

En su celda a menudo pensó en estas palabras: ¡Romanos 8! Sin mucha dificultad consiguió una Biblia y buscó el libro de Romanos. Pronto llegó al capítulo 8, y poco a poco se sumió en ese texto totalmente nuevo para él. Las primeras palabras parecían estar escritas justo para él, que estaba condenado por los hombres: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús…”. Prosiguió su lectura, aceptó a Dios en su vida y pasó a ser cristiano. Más tarde encontró al joven que tocaba la guitarra. Fue así como conocimos su historia.

No es necesario estar en la cárcel para descubrir las riquezas de este capítulo. Todos necesitamos el perdón, la libertad y la ayuda de Dios:

“La ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte” (v. 2). “El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad” (v. 26). “Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” (v. 31).

Ezequiel 10 – Hechos 19:23-41 – Salmo 33:10-15 – Proverbios 11:19-20

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