Juan 14

24 MARZO
Éxodo 35 | Juan 14 | Proverbios 11 | Efesios 4
El discurso de despedida, que comienza en Juan 14, es una rica fuente de enseñanzas acerca del Espíritu Santo. He aquí algunos ejemplos:
(1) En griego, todos los nombres son designados gramaticalmente de género masculino, femenino o neutro. La palabra que designa el Espíritu Santo es neutra. Cuando se usa un pronombre que se refiere al “espíritu”, tendría que ser neutro. En este capítulo, sin embargo, el pronombre a veces es masculino, lo cual rompe con la norma gramatical. De esta forma, se enfatiza sutilmente el carácter personal del Espíritu Santo.
(2) Entre sus títulos, aparece el de “Consejero”, o, en algunas versiones inglesas, “Consolador” o “Ayudador”. Cuando se acuñó y usó por primera vez la palabra “Consolador”, procedía de las palabras latinas que significaban “fortalecer” o “fortalecer al lado de”. Hoy en día, un “Consolador” es, más bien, una especie de manta o edredón o tal vez alguien que ofrece ayuda a quien haya perdido a un ser querido, por lo cual su significado corriente es demasiado limitado para transmitir lo que significa aquí. La palabra griega admite varios matices, por lo cual algunos traductores no la traducen sino que lo “transliteran” (es decir, la escriben según las reglas del deletreo castellano) como Paracleto. Por supuesto que se trata de alguien que se acerca para ayudar y fortalecer. A veces, esta ayuda era legal: por ejemplo, puede hacer de abogado fiscal (16:7–11), y puede ser también nuestro “Consejero” legal. (La palabra no tiene nada que ver con los consejeros psicológicos.)
(3) Es, según dice Jesús, otro Consejero (14:16). En el griego más antiguo, la palabra “otro” se refería a “otro del mismo género”. Cuando se escribió el Nuevo Testamento, este significado ya se había vuelto más bien infrecuente; no se puede dar por sentado, sino que se tiene que demostrar a partir del contexto. En este caso, Jesús claramente promete enviar a alguien que ocupe su lugar. Es intrigante que, aparte de su aparición en el discurso de despedida, la palabra traducida “Consejero” sólo se usa en otro lugar en el Nuevo Testamento: en 1 Juan 2:1 (“tenemos ante el Padre a un intercesor”). Por lo tanto, Jesús es el primer Paracleto. Ahora, siendo su marcha inminente, promete enviar al Espíritu Santo, otro Paracleto, para acompañar y ayudar a sus seguidores.
(4) También se le llama “el Espíritu de verdad” (14:17). Esto significa no sólo que no les miente y que sólo les dice la verdad, sino que es el Espíritu verdadero, el que media hacia los creyentes la misma presencia del Padre y del Hijo (14:23).
(5) Jesús promete que el Espíritu “os enseñará todas las cosas y os hará recordar todo lo que os he dicho” (14:26). Puesto que a estos “os” se les está recordando lo que Jesús dijo en primer lugar, debe tratarse de los primeros discípulos. El Espíritu les ayudará a recordar las enseñanzas de Jesús y a indagar en su significado a la luz de la cruz y la resurrección. ¿Cómo podrían ser fiables estos enlaces si no fuera por la obra del Espíritu?
Carson, D. A. (2013). Por amor a Dios: Devocional para apasionarnos por la Palabra. (R. Marshall, G. Muñoz, & L. Viegas, Trads.) (1a edición, Vol. I, p. 83). Barcelona: Publicaciones Andamio.