Compartir la tristeza de los demás

Compartir la tristeza de los demás

7/22/2017

Llorad con los que lloran. (Romanos 12:15)

Dios quiere que sea sensible ante las tristezas o dificultades de los demás. Eso es compasión, que por definición va más allá del deber de solidarizarse o simpatizar con alguien. Quiere decir en realidad entrar en el sufrimiento ajeno.

Dios es un Dios compasivo (Dt. 4:31), tanto que la Biblia dice que “nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana” (Lm. 3:22-23). El Hijo de Dios era genuinamente compasivo, mostrando la compasión del Padre cuando lloró con María y Marta ante el sepulcro de su hermano Lázaro (Jn. 11:35).

Si usted es hijo de Dios, ¿cómo puede menos que demostrar el carácter compasivo de su Señor? “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia” (Col. 3:12).

Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
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Predicarnos a nosotros mismos

JULIO, 22

Predicarnos a nosotros mismos

Devocional por John Piper

¿Por qué te abates, alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, pues he de alabarle otra vez. ¡Él es la salvación de mi ser, y mi Dios! (Salmos 42:11)

Debemos aprender a pelear contra el desánimo. Es una batalla que peleamos por la fe en la gracia venidera. Se pelea predicándonos verdad, a nosotros mismos, acerca de Dios y el futuro que él nos promete.

Eso es lo que hace el salmista en el Salmo 42: le predica a su alma angustiada, se regaña a sí mismo y discute consigo mismo. Y su argumento principal es la gracia venidera: «¡Espera en Dios! Confía en lo que Dios será para ti en el futuro. El día de la alabanza está por llegar. La presencia del Señor será toda la ayuda que necesites. Y él ha prometido estar con nosotros para siempre».

Martyn Lloyd-Jones, el predicador inglés del siglo XX, creía que esta cuestión de predicarnos a nosotros mismos la verdad acerca de la gracia venidera de Dios es crucial para superar la depresión espiritual.

¿Se dan cuenta de que la mayor parte de la infelicidad en la vida se debe al hecho de que nos escuchamos a nosotros mismos en lugar de hablarnos a nosotros mismos? Tomen esos pensamientos que llegan a ustedes al momento en que se levantan a la mañana. Nosotros no los originamos, pero comienzan a hablarnos, nos traen a memoria nuevamente los problemas de ayer, etc. Alguien está hablando… ¡nuestro propio ser nos está hablando!

La batalla contra el desánimo es una batalla por creer las promesas de Dios; y esa fe en la gracia venidera de Dios viene al oír la Palabra. Por eso, predicarnos a nosotros mismos es esencial para la batalla.


Devocional tomado del libro “Future Grace” (Gracia Venidera), página 305

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ESTE AÑO CONOCÍ A MI PADRE

22 julio 2017

«ESTE AÑO CONOCÍ A MI PADRE»

por Carlos Rey

En este mensaje tratamos el caso de una mujer que «descargó su conciencia» en nuestro sitio http://www.conciencia.net. Lo hizo de manera anónima, como pedimos que se haga; así que, a pesar de que nunca se lo había contado a nadie, nos autorizó a que la citáramos, como sigue:

«Tengo veinticuatro años, y este año conocí a mi padre. Él nos abandonó (a mi mamá y a mí) y se fue a otro país cuando yo aún no había nacido. No voy a negar que crecí con resentimiento hacia él, pero lo [había perdonado]….

»Lo vi, lo abracé, y no puedo describir con palabras la felicidad que sentí. Al parecer, él [sintió lo mismo]. Me hice ilusiones; sin embargo, sólo lo vi una vez más, y él se olvidó de mí de nuevo. ¡Me duele tanto su actitud, ya que yo no le he reclamado nada! ¿Debiera yo seguir buscándolo?»

Este es el consejo que le dio mi esposa:

«Estimada amiga:

»El dolor que siente se hace más intenso debido a las esperanzas y los sueños que usted había guardado en el corazón para el momento en que por fin llegara a conocer a su padre biológico. Usted le dio el regalo del perdón, y es como si él se lo hubiera devuelto bruscamente, como si ese perdón no tuviera valor alguno. La esperanza que usted albergaba como adulta se esfumó, como también se esfumó ese anhelo de niña por un padre. Lamentamos mucho todo el dolor que está sintiendo.

»En lo que está equivocada es en pensar que él la está rechazando. No es así. Eso no tiene nada que ver con usted. Cuando él se encontró con usted, estaba sinceramente contento de ver que ha llegado a ser una mujer maravillosa, y en definitiva no se trataba de que estuviera rechazándola. Estoy segura de que él considera ese tiempo que pasaron juntos como una experiencia maravillosa que está contento de haber disfrutado.

»Sin embargo, para un hombre como él, el vínculo biológico que los une no significa nada. Él la abandonó desde el principio porque no le dio ninguna importancia a ese parentesco, y su actitud no ha cambiado. Él es producto de una cultura en la que es aceptable tener relaciones sexuales con una persona con la que uno no está casado, tal vez procrear hijos como resultado, y no sentir ningún afecto por la mujer ni por los hijos…. Lo más probable es que él no sea capaz de comprender cómo ve usted las cosas ni cómo la ha lastimado.

»Nuestro Padre celestial diseñó el matrimonio para que fuera un vínculo que evitara el dolor que usted está sintiendo. El matrimonio no es una idea arcaica que tenga el fin de restringir la libertad sexual, sino la sempiterna creación de Dios diseñada para proporcionar un ambiente de amor y de afecto de parte de padre y madre hacia los hijos. Cuando los padres suyos decidieron tener una relación sexual sin estar casados, en efecto optaron por negarle a usted la oportunidad de crecer en tal ambiente. Lamentamos mucho esa pérdida que usted sufrió.

»Cambie su manera de pensar acerca de ese hombre. Él fue un donante biológico, pero nunca fue ni llegará a ser su padre. Considérelo como algo del pasado, y resuelva llevar una vida en la que jamás permita que sientan tal dolor sus futuros hijos.»

Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, puede leerse con sólo pulsar la pestaña en http://www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 313.

http://www.conciencia.net/

«He aquí el hombre»

22 de julio

«He aquí el hombre».

Juan 19:5

No hubo un momento en que el Señor Jesús fuera de tanto gozo y aliento para los suyos como cuando se sumergió en lo más hondo de las simas del dolor. Ven aquí, alma bondadosa, y contempla al Hombre en el huerto de Getsemaní; mira su corazón: tan lleno de amor que se desborda, tan lleno de dolor que necesita desahogarse. Contempla su sudor como sangre mientras cae al suelo. Ve al Hombre cuando le hunden los clavos en las manos y en los pies. Mira, arrepentido pecador, y ve la doliente imagen de nuestro abnegado Señor. Obsérvalo mientras las rojas gotas aparecen sobre la corona de espinas y adornan con valiosísimas gemas la diadema del Rey del sufrimiento. Contempla al Hombre cuando todos sus huesos están descoyuntados y él se derrama como aguas y es arrastrado al polvo de la muerte. Dios lo ha desamparado y el Infierno lo cerca. Mira y ve: ¿Hubo alguna vez un dolor igual al que le ha sobrevenido? Todos los que pasan, acérquense y miren este espectáculo de dolor único, sin paralelo: un portento para los hombres y para los ángeles, un prodigio sin par. Contempla al Emperador del dolor que en su agonía no tiene quien lo iguale ni rivalice con él. Míralo, tú afligido, pues si no hay consuelo en el Cristo crucificado, no lo hay ni en la tierra ni en el Cielo. Si en el precio del rescate que pagó con su sangre no hay esperanza, entonces tampoco hay gozo en las arpas del Cielo, y la diestra de Dios no conocerá jamás el placer. Para no sentirnos tan turbados con nuestras dudas y dolores solo tenemos que sentarnos más a menudo al pie de la cruz. Solo necesitamos ver sus dolores para avergonzarnos de mencionar los nuestros; no tenemos más que mirar sus heridas para sanar de las nuestras. Si queremos vivir rectamente, debemos contemplar su muerte; si deseamos elevarnos, hemos de meditar en su humillación y sus aflicciones.

Spurgeon, C. H. (2012). Lecturas vespertinas: Lecturas diarias para el culto familiar. (S. D. Daglio, Trad.) (4a edición, p. 213). Moral de Calatrava, Ciudad Real: Editorial Peregrino.

Dios habla a través de su creación

22 Julio 2017

Dios habla a través de su creación
por Charles R. Swindoll

Salmos 19

David comprimió una gran cantidad de teología en un espacio muy pequeño del Salmo 19. Desafortunadamente, solo podemos enfatizar algunos aspectos importantes de estos catorce versículos ya que el tiempo o el espacio no nos permiten profundizar en cada uno de ellos. Sin embargo, le sugiero que tome el bosquejo y lo utilice como una guía personal, un estudio individual de este magnífica composición. Ciertamente es un tesoro de verdad.

Por seis versículos, David mira hacia el cielo. Medita en el vasto universo que rodea nuestro pequeño globo, esa parte que nosotros llamamos el espacio exterior.

El mundo que Dios ha creado
Los cielos cuentan la gloria de Dios,
y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
Un día comunica su mensaje al otro día,
y una noche a la otra declara sabiduría.
No es un lenguaje de palabras
ni se escucha su voz;
pero por toda la tierra salió su voz
y hasta el extremo del mundo sus palabras.
En ellos puso un tabernáculo para el sol;
y este, como un novio que sale de su dosel,
se alegra como un valiente que emprende la carrera.
En un extremo del cielo está su salida,
y en el otro está su punto de retorno.
¡Nada hay que se esconda de su calor! (vv. 1-6)

David celebra el poder y la majestad de Dios, diciendo que Dios utiliza «los cielos» y «el firmamento» para declarar su grandeza (v. 1).
Luego el poeta rey nos recuerda que esta enunciación es (1) consistente — «día a día… noche a noche»; (2) silenciosa — (no es un lenguaje de palabras ni se escucha su voz»; y es (3) universal — «por toda la tierra… hasta el extremo del mundo». Según esta canción, el universo majestuoso de Dios contiene un mensaje. De hecho, es un anuncio monumental. A pesar de la hora, el lugar o nuestro idioma, si miramos hacia arriba, podemos «oír» su mensaje.
Tenemos un Creador cuyo poder sobrepasa a todos los reyes y gobiernos humanos. Y ya que la autoridad implica responsabilidad, podemos estar seguros que este gobernador principal requerirá que todos sean juzgados ante él.

Tal como lo escribió Pablo:

Pues la ira de Dios se manifiesta desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que con injusticia detienen la verdad. Porque lo que de Dios se conoce es evidente entre ellos pues Dios hizo que fuese evidente. Porque lo invisible de él —su eterno poder y deidad— se deja ver desde la creación del mundo, siendo entendido en las cosas creadas de modo que no tienen excusa. (Romanos 1:18-20)

¿Comprendió eso? Dios revela «su eterno poder y deidad» tan claramente de modo que nadie «tiene excusa». No permita que nadie le diga que Dios se ha escondido del mundo. Todo ser inteligente vive cada momento que está despierto bajo el constante recordatorio de la presencia, la soberanía y el poder de Dios. La incredulidad obstinada hace que la humanidad pase por alto el mensaje persistente de Dios. Cualquiera que lucha con el misterio de silencio divino, ya sea mientras se recupera tras un desastre, la pérdida de un ser querido o el dolor de un divorcio sólo necesita mirar hacia arriba. Dios está hablando.

Más específicamente aun considere el simbolismo del sol en el salmo 19:4-6. Ambas cosas, su apariencia y su actividad responden a cualquiera que pregunte: «¿Existe un Dios?» Solo Dios podría crear, mantener y utilizar tal ente celestial. Su tamaño, temperatura y su distancia con respecto a nosotros (gracias al sistema del filtro perfecto de nuestra atmósfera), nos provee con el nivel adecuado de luz y calor.

Afirmando el alma
¿Qué parte de la naturaleza le asombra más? Ya que cada cosa creada en el universo testifica de su Creador, tal vez sería una buena idea dedicar un tiempo a observar o aprender acerca de su obra. ¿Cómo y cuándo puede empezar a hacerlo?

Adaptado del libro, Viviendo los Salmos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2013). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright
© 2017 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

CLAMA a Mí, y Yo te responderé

22 DE JULIO

ESCRITURA:

Jeremías 33:3: “CLAMA a Mí, y Yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.”

TESORO BÍBLICO:

En una ocasión el pastor Rogers leyó acerca de unos niños en una clase de escuela dominical que le escribieron una carta a un misionero para hacerle saber que estaban orando por él. El maestro de la clase les informó: “Niños, el misionero es una persona bastante ocupada, así que no esperen que les conteste.” La carta de una niñita leía así: “Querido hermano Brown: Estamos orando por usted, no esperamos una respuesta.”

Tristemente, ¡así es como oramos! En realidad, no esperamos una respuesta. Mas Dios ha prometido que nos contestará si clamamos a Él. Salmos 91:15 dice: “Me invocará, y Yo le responderé; con él estaré Yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré.”

PUNTO DE ACCIÓN:

¿Por qué está orando hoy? ¿Cree que Dios le puede contestar? ¿Cree que le contestará? Agradézcale ahora por contestarle.

Este devocional procede de los mensajes del Dr. Adrián Rogers del Ministerio EL AMOR QUE VALE www.elamorquevale.org

Escúchenos gratuitamente en: http://www.oneplace.com/ministries/el-amor-que-vale/listen/broadcast-archives.html

Véanos en línea en http://www.lightsource.com/ministry/el-amor-que-vale/

Prohibida toda reproducción para la venta. Prohibida la producción o reproducción de los materiales de EL AMOR QUE VALE en video o audio.

Abriendo el corazón

DÍA 6

Salmo 5

Abriendo el corazón
Dosis: Oración

“Atiende, SEÑOR, a mis palabras; toma en cuenta mis gemidos. Escucha mis súplicas, rey mío y Dios mío, porque a ti elevo mi plegaria. Por la mañana, SEÑOR, escuchas mi clamor; por la mañana te presento mis ruegos, y quedo a la espera de tu respuesta.” (Salmo 5:1–3) (NVI)

Amanece y apenas tomamos consciencia de nuestros sentidos, cuando un canto escapa de nuestra alma. Es la voz interna de nuestro espíritu alabando y adorando a nuestro Señor. ¿Te ha sucedido? ¿Despertaste con la letra de un himno, un salmo o una alabanza?
Este salmo aviva nuestra fe y nuestra esperanza, pues a pesar que a veces no somos oídas como necesitamos por quienes amamos, David ora con la esperanza de ser oído. Él cree y adora a un Dios que se complace en oír y responder. Así nos asegura que Dios siempre escuchará nuestras oraciones, dejándonos un precioso modelo de oración. Sigamos la ruta de David en estos primeros tres versículos.
¿A quién orar? David dice: “Atiende, Señor, a mis palabras”, en otras versiones: “Escucha oh Jehová” palabra formada por las consonantes de Yahveh. Que significa: “Yo soy”, “Él quien será, es y fue” y las vocales de Adonay “Señor”. David está reconociendo que se dirige a aquel Ser Supremo, Eterno, Creador y Salvador que vive entre querubines, pero que a pesar que está sentado en el trono excelso y glorioso puede y quiere escucharnos.
¿Cómo orar? “Rey mío y Dios mío”: David reconoce el reinado de Dios en su vida, sus palabras revelan que era un adorador. Voluntariamente él se había hecho su súbdito y puesto bajo su protección. Así que ora con una actitud de humildad reconociendo el señorío de Dios sobre su vida. ¿Es Dios el rey de tu vida? ¿Está sentado en el trono de tu corazón? También dice “considera mi gemir” ora con total transparencia, con intensidad expresa la magnitud de su aflicción, presenta a Dios todos sus lamentos, buscando asirse del todopoderoso.
¿Cuándo orar? “Por la mañana, SEÑOR, escuchas mi clamor; por la mañana te presen-to mis ruegos, y quedo a la espera de tu respuesta:” David tenía urgencia de presentar su clamor, casi no podía esperar que amaneciera; pero a la vez sugiere que orar por la mañana es un buen momento antes que nuestros pensamientos se llenen de los afanes del día. Al despertar aquieta tu corazón y dedícale los primeros minutos del día a un Dios que aguarda oír tu voz.
¿Con qué actitud orar? “…me presentaré delante de ti y esperaré”: El hebreo dice literalmente “Miraré hacia arriba” esperando una respuesta de lo alto. Orar con fe y esperanza, con gratitud, con paciencia. Esperando serenamente esa respuesta que anhelamos.

Oración: Señor enséñame a orar con una actitud de humildad y esperanza cada día. Amén.

De Vergara, P. A., de Vera, A. D., & Harris, K. O. (2012). Isha-Salmos: Una dosis diaria de fe para ti. (P. A. de Vergara, Ed.) (Primera Edición, p. 21). Lima, Perú: Ediciones Verbo Vivo.

«He aquí el hombre»

22 de julio

«He aquí el hombre».

Juan 19:5

No hubo un momento en que el Señor Jesús fuera de tanto gozo y aliento para los suyos como cuando se sumergió en lo más hondo de las simas del dolor. Ven aquí, alma bondadosa, y contempla al Hombre en el huerto de Getsemaní; mira su corazón: tan lleno de amor que se desborda, tan lleno de dolor que necesita desahogarse. Contempla su sudor como sangre mientras cae al suelo. Ve al Hombre cuando le hunden los clavos en las manos y en los pies. Mira, arrepentido pecador, y ve la doliente imagen de nuestro abnegado Señor. Obsérvalo mientras las rojas gotas aparecen sobre la corona de espinas y adornan con valiosísimas gemas la diadema del Rey del sufrimiento. Contempla al Hombre cuando todos sus huesos están descoyuntados y él se derrama como aguas y es arrastrado al polvo de la muerte. Dios lo ha desamparado y el Infierno lo cerca. Mira y ve: ¿Hubo alguna vez un dolor igual al que le ha sobrevenido? Todos los que pasan, acérquense y miren este espectáculo de dolor único, sin paralelo: un portento para los hombres y para los ángeles, un prodigio sin par. Contempla al Emperador del dolor que en su agonía no tiene quien lo iguale ni rivalice con él. Míralo, tú afligido, pues si no hay consuelo en el Cristo crucificado, no lo hay ni en la tierra ni en el Cielo. Si en el precio del rescate que pagó con su sangre no hay esperanza, entonces tampoco hay gozo en las arpas del Cielo, y la diestra de Dios no conocerá jamás el placer. Para no sentirnos tan turbados con nuestras dudas y dolores solo tenemos que sentarnos más a menudo al pie de la cruz. Solo necesitamos ver sus dolores para avergonzarnos de mencionar los nuestros; no tenemos más que mirar sus heridas para sanar de las nuestras. Si queremos vivir rectamente, debemos contemplar su muerte; si deseamos elevarnos, hemos de meditar en su humillación y sus aflicciones.

Spurgeon, C. H. (2012). Lecturas vespertinas: Lecturas diarias para el culto familiar. (S. D. Daglio, Trad.) (4a edición, p. 213). Moral de Calatrava, Ciudad Real: Editorial Peregrino.

Problemas insolubles

sábado 22 julio

¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro?

Marcos 16:3

Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo.

Mateo 28:5-6

Problemas insolubles

“¿Quién nos removerá la piedra?”. Esta fue la pregunta que se hicieron tres mujeres aquel domingo de Pascua por la mañana, en Jerusalén. El Señor Jesús había muerto el viernes, y ahora ellas iban a la tumba con la intención de embalsamar su cuerpo, según la costumbre de la época. Pero sabían que una gigantesca piedra circular cerraba la entrada de la tumba. ¿Quién nos removerá la piedra?, se decían con preocupación mientras caminaban. Comprobaban que no tenían ayuda para abrir la tumba, pero cuando llegaron, la piedra había sido removida. Además supieron que Jesús había resucitado, ¡que estaba vivo!

Hay situaciones en nuestra vida que nos entristecen o nos preocupan. Somos conscientes de que no tenemos ningún recurso. ¿Quién me librará de este obstáculo insuperable que tengo ante mí? A menudo la gracia y el poder de Dios han respondido a nuestra necesidad incluso antes de que se presente: ¡la piedra ha sido removida! En el cielo tenemos a un Señor vivo, todopoderoso. Junto a él podemos resolver los problemas delicados y vencer los obstáculos insuperables. Quizá no sea de la manera en que nos lo imaginamos, sino como a él le parece bueno para nosotros.

Oremos al Señor con confianza. Cuando ya no sabemos qué hacer, cuando las pruebas nos agobian, él no nos abandona: “Este pobre clamó, y le oyó el Señor, y lo libró de todas sus angustias” (Salmo 34:6).

1 Crónicas 4 – Lucas 8:26-56 – Salmo 86:14-17 – Proverbios 19:28-29

Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
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