El discipulado es algo serio

El discipulado es algo serio

 

8/12/2017

Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos…? (Lucas 14:28)

No se puede pagar nada para ganar la salvación; pero vivir para Cristo es un asunto serio del discipulado. Ser cristiano significa confiar en el poder de Cristo y no en el suyo propio, y estar dispuesto a dejar su propio camino por el suyo.

Ser cristiano puede resultar en sufrir persecución, burlas y tribulación. Jesús advirtió a los discípulos: “Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán” (Jn. 15:20).

Pero con su advertencia acerca del costo del dis­ci­pu­lado, el Señor prometió que usted se regocijará “y nadie [le] quitará [su gozo]” (Jn. 16:22). Y también les dijo a sus discípulos: “pero confiad, yo he vencido al mundo” (16:33).

Usted no escapará de las dificultades del discipulado, pero Cristo lo capacitará para que las resuelva.

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Mi alma tiene sed de Dios

AGOSTO, 12

Mi alma tiene sed de Dios

Devocional por John Piper

Como el ciervo anhela las corrientes de agua, así suspira por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente; ¿cuándo vendré y me presentaré delante de Dios?(Salmos 42:1-2)

La razón por la que este pasaje es tan hermoso y tan crucial para nosotros es que el salmista no anhela las aguas principalmente para obtener alivio frente a las circunstancias que lo amenazan. No anhela tan solo escapar de sus enemigos o la destrucción de ellos.

No está mal desear alivio y orar por ello. En ocasiones, está bien orar por la derrota de nuestros enemigos. Pero más importante que todo esto es el mismo Dios.

Cuando pensamos y sentimos conforme a Dios en los Salmos, el resultado principal es así: comenzamos a amar a Dios y queremos ver a Dios y estar con Dios y estar satisfechos en admirar a Dios y regocijarnos en él.

Una traducción de la pregunta al final del versículo 2 podría ser como sigue: «¿cuándo vendré y veré el rostro de Dios?». La respuesta final a esa pregunta se encuentra en Juan 14:9 y 2 Corintios 4:4. Jesús dijo: «El que me ha visto a mí, ha visto al Padre». Pablo dijo que cuando nos convertimos a Cristo vemos «el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios».

Cuando vemos el rostro de Cristo, vemos el rostro de Dios. Y vemos la gloria de su rostro cuando oímos la historia del evangelio de su muerte y resurrección: «el evangelio de la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios».

Que el Señor aumente el hambre y sed de ver el rostro de Dios; y que nos conceda ese deseo mediante el evangelio de la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios.


Devocional tomado del sermón “Depresión espiritual en los Salmos”

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Se dejará ver entonces mi arco en las nubes

12 de agosto

 

«Se dejará ver entonces mi arco en las nubes».

Génesis 9:14

El arco iris, símbolo del pacto de Dios con Noé, es figura de nuestro Señor Jesús, el testigo de Dios a su pueblo. ¿Cuándo esperamos ver la señal del pacto? El arco iris solo se puede proyectar en una nube. Cuando la conciencia del pecador está oscurecida por nubes, cuando recuerda sus pecados pasados y llora delante de Dios, entonces Jesús se revela a él como el arco iris del pacto, mostrando todos los gloriosos colores del carácter divino y prometiéndole paz. En cuanto al creyente, cuando sus pruebas y tentaciones lo acosan, le es muy grato contemplar la persona de nuestro Señor Jesucristo: verlo sangrando, muriendo, resucitando e intercediendo por nosotros. El arco iris de Dios se muestra en la nube de nuestros pecados, de nuestras tristezas, de nuestros dolores para anunciar la redención. La nube sola no produce un arco iris; tiene que haber también gotas cristalinas para poder reflejar la luz del sol. Así, nuestras aflicciones no solo deben amenazarnos sino caer realmente sobre nosotros. Si la ira de Dios hubiera sido meramente una nube amenazadora, entonces no habríamos tenido a Cristo, pues el castigo debe caer en pavorosas gotas sobre el Fiador. Hasta que haya una angustia auténtica en la conciencia del pecador, no hay Cristo para él; hasta que el castigo que experimenta se haga penoso, no puede ver a Jesús. Sin embargo, debe también haber un sol, pues las nubes y las gotas de la lluvia no producen el arco iris si el sol no alumbra. Querido amigo, nuestro Dios, que para nosotros es como el sol, siempre alumbra, pero nosotros no siempre lo vemos. Las nubes nos ocultan su rostro. Pero no importa qué gotas estén cayendo o qué nubes nos estén amenazando; si él alumbra, habrá arco iris en el acto. Se dice que cuando vemos el arco iris, la lluvia termina. Lo cierto es que cuando Cristo se hace presente, quita nuestras aflicciones; cuando contemplamos a Jesús, nuestros pecados desaparecen y nuestras dudas y temores se disipan. Cuando Jesús anda sobre las aguas del mar, ¡cuán profunda es entonces la calma!

Spurgeon, C. H. (2012). Lecturas vespertinas: Lecturas diarias para el culto familiar. (S. D. Daglio, Trad.) (4a edición, p. 235). Moral de Calatrava, Ciudad Real: Editorial Peregrino.

Viviendo bajo la sombra de la culpabilidad

12 Agosto 2017

Viviendo bajo la sombra de la culpabilidad
por Charles R. Swindoll

Salmos 32

Su conciencia puede que sea invisible pero ciertamente no está inactiva.

¿A quién no le mantienen despierto los ruegos de la conciencia? Una conciencia acusadora nos puede quitar el apetito, robarnos el sueño y mantenernos distraídos.

Hubo una mini novela de Edgar Allan Poe, The Tell–Tale Heart [El corazón predecible]? El personaje principal había cometido un asesinato. Sin poder escapar de la culpabilidad de lo que había hecho, comenzó a escuchar el latido del corazón de su víctima que había enterrado en el piso de su casa. Un sudor frío lo envolvía en tanto que los latidos continuaban incesantemente. Rehusaban alejarse de él. Finalmente, se da cuenta que el sonido que lo estaba volviendo loco no venía de ultratumba sino más bien de su propio pecho. Lo mismo sucede con una conciencia acusadora.

El antiguo compositor, David, conocía bien este mal irracional. Tal cómo lo veremos en unos momentos, entre más rehusaba enfrentarse  a su culpabilidad acusadora, más se enfermaba y se desesperaba. Solo el perdón podía llevarse esa molestia.

Al leer esa canción, dos cosas saltan a la vista antes de terminar con el versículo 1.

Primero, notamos que este es un Salmo de David. Es una canción que David escribió bajo la inspiración del Espíritu Santo. Así que desde el principio debemos recordar que esta canción describe alguna situación de una experiencia personal de David. Segundo, notamos que es un «maskil», un término que no conocemos. Maskil es una palabra hebrea que aparece al inicio de trece canciones de este antiguo himnario hebreo. Es muy probable que esta palabra se derive del término hebreo “Sakal” que significa: «ser prudente, sabio, tener perspectiva». Tiene que ver con ese conocimiento inteligente que se obtiene a través de la razón. Según el diccionario, la palabra, “perspectiva” significa el acto de poder ver una situación. En conjunto, esto nos permite comprender que el Salmo trigésimo segundo fue diseñado para darles a sus lectores sabiduría y perspectiva al enfrentar ciertas situaciones.

La situación en este caso es el afán que acompaña una conciencia acusadora. El Salmo 51 debe considerarse junto con el Salmo 32. Ambos salmos fueron escritos después del adulterio de David con Betsabé y de haber intentado cubrir su pecado mandando a matar a su esposo en el campo de batalla. El Salmo 51 fue escrito primero, durante la angustia de la culpabilidad que estaba golpeando a David severamente. El Salmo 32 fue escrito después de esa angustia, después que él encontró el perdón y que la paz le había sido restaurada. Por eso, el tema de Salmo 32 podría ser, la paz que llega después del perdón y cómo puede alcanzarse. Desde el inicio nos damos cuenta que esta canción es increíblemente relevante; vivimos en un mundo lleno de personas bajo la sombra oscura de la culpabilidad, una sociedad que necesita desesperadamente el perdón.

Mientras lee el salmo, póngase en los zapatos de David. Es obvio que ahora se encuentra gozoso disfrutando del perdón (vv. 1-2). Luego se pone a reflexionar en los días anteriores (vv. 3-5). Dos veces, durante esta sección de la canción, agrega la palabra, «selah», la cual la mayoría de los eruditos creen que es una notación musical que indica una pausa, una reflexión. Cuando lleguemos a esas notificaciones musicales, lo mejor es hacer una pausa y leer nuevamente la estrofa, más lenta y detenidamente. Los siguientes tres versículos (vv. 6-8) miran hacia el futuro, enfocándose en aquellos que leerán después esas palabras.

La conclusión de David (vv. 9-11) exhorta a sus lectores a vivir de una manera recta. Este es un bosquejo de la canción:

I. Expresión del gozo presente (vv. 1-2)
II. Reflexión sobre los pecados anteriores (vv. 3-5)
A. Renuencia a confesarlos (vv. 3-4)
B. Disposición a confesarlos (v. 5)
III. Provisión para necesidades futuras (vv. 6-8)
A. Invitación (v. 6)
B. Protección (v. 7)
C. Guía (v. 8)
IV. Aplicación para cada creyente (vv. 9-11)
A. No sea obstinado (v.9)
B. Decídase hoy (v. 10)
C. Manténgase recto (v. 11)

Afirmando el alma
Piense en una época cuando su conciencia le acusaba por un acto vergonzoso (puede ser ahora). ¿De qué forma afectó su habilidad para comer, dormir, trabajar y concentrarse? ¿De qué manera afectó su interacción con los demás? ¿Qué hizo para encontrar alivio (si es que en verdad encontró alivio)?

Adaptado del libro, Viviendo los Salmos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2013). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright
© 2017 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

Todos están bajo el pecado

12 AGOSTO

1 Samuel 2 | Romanos 2 | Jeremías 40 | Salmos 15–16

Si Romanos 1 condena a toda la raza humana, Romanos 2 se centra específicamente en los judíos. Tienen enormes ventajas, ya que recibieron la Ley: la revelación de Dios a través de Moisés en el Sinaí. Pero aquí también, Pablo declara que, todos están condenados; poseer la ley no entraña salvación en sí mismo. En 3:19–20, el apóstol establece explícitamente que los que están “bajo la ley” quedan silenciados junto con los que no tienen ley: todos están bajo el pecado. Esto prepara el camino para la gloriosa solución del evangelio (3:21–31).

Aquí, en Romanos 2, sin embargo, hay un párrafo que ha generado muchísima discusión (Romanos 2:12–16). En el versículo 12, Pablo hace la afirmación general de que Dios juzga a las personas conforme a lo que estas conocen, no por lo que no conocen. Así que: “Todos los que han pecado sin conocer la ley, también perecerán sin la ley; y todos los que han pecado conociendo la ley, por la ley serán juzgados” (2:12). Jesús también había unido la responsabilidad humana al privilegio humano: cuanto más sabemos, más severamente se nos pedirá cuentas (Mateo 11:20–24). La mera posesión de la ley no vale nada. Aquellos (judíos) que obedecen la ley, son justos. Luego, Pablo añade: “De hecho, cuando los gentiles, que no tienen la ley, cumplen por naturaleza lo que la ley exige, ellos son ley para sí mismos, aunque no tengan la ley. Estos muestran que llevan escrito en el corazón lo que la ley exige, como lo atestigua su conciencia, pues sus propios pensamientos algunas veces los acusan y otras veces los excusan” (2:14–15).

Muchos escritores entienden que esto implica que habría gentiles que podrían ser salvos sin haber escuchado jamás acerca de Jesús. Después de todo, Pablo dice que algunos gentiles “cumplen por naturaleza lo que la ley les exige” y afirma que sus conciencias incluso “los excusan”. Otros tratan de evitar esta implicación argumentando que esa alternativa positiva es puramente hipotética para Pablo. Pero Pablo no está proponiendo que hay un grupillo de gentiles que son tan buenos que sus conciencias siempre están limpias y, por tanto, serán salvos. Más bien, está argumentando que en todas partes los gentiles tienen alguna noción del bien y el mal, aunque carecen de ley, y que esto lo demuestran al hacer ciertas cosas que son conforme a la ley y mediante las conciencias que a veces los acusan y a veces los defienden. Su argumento no es que algunos son lo suficientemente buenos como para ser salvos, sino que todos expresan, por su intuición sobre el bien y el mal, una conciencia de estos estándares morales (seguramente, basada en la Imago Dei), de manera que ellos también tienen suficiente conocimiento como para que se les pida cuentas. Pablo quiere demostrar que “tanto los judíos como los gentiles están bajo el pecado” (3:9).

Carson, D. A. (2013). Por amor a Dios: Devocional para apasionarnos por la Palabra. (R. Marshall, G. Muñoz, & L. Viegas, Trads.) (1a edición, Vol. I, p. 224). Barcelona: Publicaciones Andamio.

La voz de la creación

Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz, y hasta el extremo del mundo sus palabras.

Salmo 19:1-4

Alaben la misericordia del Señor, y sus maravillas para con los hijos de los hombres.

Salmo 107:31

La voz de la creación

Un cristiano de la ex República democrática alemana cuenta lo siguiente: «En el koljós (granja colectiva) teníamos un jefe muy difícil. Pero cierto día llegó al trabajo totalmente transformado. Todos notamos el cambio inmediatamente. Nos trataba bien, no maldecía y nos ayudaba mucho. Durante la pausa nos contó lo siguiente:

Hace algunos días fui a dar un paseo. Era tarde, ya estaba oscuro, pero el cielo estaba estrellado. Esto me impresionó. Entonces empecé a dudar: ¿Todo esto pudo crearse solo? ¡Imposible! Para toda construcción se necesita un arquitecto, un ingeniero… ¿Este universo se habrá creado solo? ¡Qué terrible error! Derrotado, me incliné entonces ante el Creador. Pero Dios prosiguió la obra que había empezado en mí: encontré la paz confesando mis pecados y creyendo en Jesucristo. Ahora quiero servir a Aquel que murió por mí y que creó toda esta maravillosa naturaleza.

Ese cambio consternó a nuestros compañeros, sin embargo respetaron a su superior. Y nosotros, los cristianos, vivimos este cambio como un regalo de Dios. Desde entonces nuestro jefe se convirtió en un amigo y hermano para nosotros. Nos aportó una valiosa ayuda y fue un testigo fiel a su Señor.

Dios utilizó la voz de la creación para llevar a cabo esta conversión milagrosa».

1 Crónicas 25 – Lucas 20:1-26 – Salmo 93 – Proverbios 21:9-10

Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
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