Responder a la gloria de Dios

Responder a la gloria de Dios

2/3/2018

Nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. (2 Corintios 3:18)

Cuando glorificamos a Dios, comenzamos a crecer. Gracias a las grandes verdades reveladas en el Nuevo Testamento, los creyentes ahora pueden ver la gloria de Dios con más claridad que podían verla los que estaban bajo la ley. Cuando la vemos, crecemos espiritualmente, yendo de un nivel de gloria al próximo

Al final del versículo de hoy, observe que Pablo dice que el Espíritu Santo es el que imparte energía a nuestro crecimiento. El Espíritu Santo llena de poder nuestra vida, llevándonos a través de niveles de gloria hacia la imagen de Cristo.

No se preocupe por los detalles intrincados de la obra del Espíritu Santo ni por los detalles de su propia actividad. Cerciórese de concentrarse primordialmente en la gloria del Señor.

DERECHOS DE AUTOR © 2018 Gracia a Vosotros
Usted podrá reproducir este contenido de Gracia a Vosotros sin fines comerciales de acuerdo con la política de Derechos de Autor de Gracia a Vosotros. Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org

El amor más grande

FEBRERO, 03

El amor más grande

Devocional por John Piper

Os escribo a vosotros, hijos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre. (1 Juan 2:12)

¿Por qué debemos enfatizar que Dios ama, perdona y salva para su propia gloria? He aquí dos razones (entre muchas otras):

1) Porque la Biblia lo hace

Yo, yo soy el que borro tus transgresiones por amor a mí mismo, y no recordaré tus pecados (Isaías 43:25).

Por amor de tu nombre, oh Jehová, perdonarás también mi pecado, que es grande (Salmos 25:11).

Ayúdanos oh Dios de nuestra salvación, por la gloria de tu nombre; líbranos y perdona nuestros pecados por amor de tu nombre (Salmos 79:9).

Aunque nuestras iniquidades testifican contra nosotros, oh Señor, obra por amor de tu nombre.
En verdad han sido muchas nuestras apostasías, contra ti hemos pecado (Jeremías 14:7).

Reconocemos, oh Señor, nuestra impiedad, la iniquidad de nuestros padres, pues hemos pecado contra ti. No nos desprecies, por amor a tu nombre, no deshonres el trono de tu gloria… (Jeremías 14:20-21).

…Dios exhibió públicamente [a Cristo] como propiciación por su sangre a través de la fe, como demostración de su justicia, porque en su tolerancia, Dios pasó por alto los pecados cometidos anteriormente, para demostrar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea justo y sea el que justifica al que tiene fe en Jesús (Romanos 3:25-26).

Os escribo a vosotros, hijos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre (1 Juan 2:12).

2) Porque está claro que Dios nos ama con el amor más grande

Padre, quiero que los que me has dado, estén también conmigo donde yo estoy, para que vean mi gloria… (Juan 17:24).

Dios nos ama no de una manera que nos hace supremos a nosotros, sino de una manera que lo hace supremo a él mismo. El cielo no será una sala de espejos, sino una creciente visión de grandeza infinita. Llegar al cielo para descubrir que somos supremos sería una defraudación completa.

El amor más grande se asegura de que Dios haga todo de manera tal que mantenga y magnifique su propia supremacía, para que así, cuando lleguemos, tengamos algo que engrandezca nuestro gozo para siempre: la gloria de Dios. El amor más grande consiste en que Dios se da a sí mismo a nosotros para nuestro gozo eterno, a costa de la vida de su Hijo (Romanos 8:32).


Devocional tomado del articulo “Why It Matters That God Does Everything for His Own Glory”

Todos los derechos reservados ©2017 Soldados de Jesucristo y DesiringGod.org

Génesis 35–36 | Marcos 6 | Job 2 | Romanos 6

3 FEBRERO

Génesis 35–36 | Marcos 6 | Job 2 | Romanos 6

Una cosa es resistir con firme lealtad cuando las pérdidas, aunque dolorosas, son todas externas, pero, sin embargo, es muy diferente hacerlo cuando uno pierde su salud (Job 2). Algunas reflexiones:

(1) Seguimos hablando del sufrimiento inocente. Dios mismo declara acerca de Job: “No hay en la tierra nadie como él; es un hombre recto e intachable, que me honra y vive apartado del mal. Y aunque tú me incitaste contra él para arruinarlo sin motivo, ¡todavía mantiene firme su integridad!” (2:3).

(2) Llegados a este punto, Dios ha demostrado que Satanás está equivocado: la lealtad de Job no está condicionada por un vulgar trueque interesado. Aquí tenemos un hombre recto y fiel aunque le hayan arrancado su riqueza e incluso todos sus hijos. Eso es lo que induce a Satanás a subir la apuesta: “Extiende la mano y hiérelo, ¡a ver si no te maldice en tu propia cara!” (2:5). Por tanto, se presenta un nuevo nivel de sufrimiento totalmente inocente y se establece el escenario para el resto del libro.

(3) Los creyentes deben hacer preguntas dolorosas en este punto. ¿No parece que Dios esté utilizando a Job en algún experimento fantástico? ¿Por qué debía perder este pobre hombre su riqueza, familia, salud y (como comprobaremos) reputación, simplemente para demostrar que Dios tenía razón en un desafío que este bien podía haber ignorado?

Esta pregunta podría dar lugar a un libro muy largo. No tengo respuestas definitivas ni exhaustivas. No obstante, deberíamos tener en mente algunas cosas. (a) Pertenecemos a Dios. Él puede hacer con nosotros lo que desee. Hay algo muy dentro de nosotros que se rebela cuando se nos recuerda esta verdad elemental. De hecho, nuestra rebelión por ello manifiesta lo mucho que aún seguimos queriendo ocupar el centro del universo, con Dios a nuestro servicio. Este deseo es el fundamento de toda idolatría. (b) Supongamos que Job hubiese conocido el acuerdo entre Dios y Satanás. Un hombre inferior pudo haberse quejado de forma violenta, pero al menos es plausible pensar que Job hubiese utilizado esa información para dotar a su sufrimiento de profundo significado, haciéndolo así más fácil de soportar. Es posible que hubiese considerado que este estaba vinculado a una lucha cósmica más grande entre el bien y el mal. (c) Otros factores a tener en mente deben esperar al final del libro de Job, de hecho, al de la Biblia. Volveremos a tratar algunos de estos asuntos en el devocional del 13 de marzo.

(4) Job se enfrenta ahora a una dolorosa y degradante crisis física, al abandono emocional por parte de su mujer y a la llegada de los tres miserables amigos. El sufrimiento inocente es enormemente difícil de soportar; aún es peor cuando todo apoyo emocional demuestra ser inútil.

Carson, D. A. (2014). Por amor a Dios: Devocional para apasionarnos por la Palabra. (L. Viegas, Trad.) (1a edición, Vol. II, p. 34). Barcelona: Publicaciones Andamio.

Testimonio de un preso

Algunos moraban en tinieblas y sombra de muerte, aprisionados en aflicción y en hierros, por cuanto fueron rebeldes a las palabras del Señor… Luego que clamaron al Señor en su angustia, los libró de sus aflicciones; los sacó de las tinieblas y de la sombra de muerte, y rompió sus prisiones.

Salmo 107:10-14

Testimonio de un preso

El siguiente testimonio proviene de un hombre encarcelado en Francia por haber cometido un grave delito.

«No conocía a Dios y menos a Jesucristo. Además, no quería oír hablar de él, porque para mí no era más que una fábula. ¿Por qué habría permitido que perdiese a mis padres cuando tenía cuatro años y que fuese separado de mis hermanos para tener una vida sin sentido? Tenía sed de verdad, pero, ¿dónde hallarla en medio de tantas religiones y fanatismo? Entonces opté por ser ateo.

Cuando creía haber arruinado totalmente mi vida, pasó lo siguiente: Una tarde, cuando fui transferido a otra celda, un hombre que regresaba del locutorio me preguntó: «¿Crees en Dios?». Sin dejarse detener por mi incredulidad, me habló de Jesús largo rato. Yo, que no soportaba oír hablar de Dios, escuché lo que el hombre sentado frente a mí me decía. Sus palabras alcanzaron mi corazón. Un poco más tarde, en mi celda, clamé a Dios, le hablé, le supliqué que me perdonase y que me diese su luz y su calor. Por primera vez en mi vida sentí su presencia. El Nuevo Testamento que aquel hombre me dejó se convirtió en un alimento indispensable para mí. Hoy, al cumplir dieciocho meses de estar en la cárcel, conozco a aquel que siempre se interesó por mí, es decir, a mi Salvador Jesucristo. Mi encuentro con mi Salvador es inolvidable, pues comprendí el sentido de la palabra libertad».

Génesis 37 – Mateo 21:23-46 – Salmo 18:43-50 – Proverbios 6:27-35