El propósito de su Vida

El propósito de su Vida

2/7/2018

Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. (1 Corintios 10:31)

Cuando usted confesó a Jesucristo como Señor, lo hizo para la gloria de Dios. Ahora cualquier otra cosa que usted haga, aun las funciones más comunes de la vida como comer y beber, debe enfocarse en la gloria de Dios. Esa debe ser la actitud fundamental de su vida.

Jesús presentó ese enfoque de esta manera: “Honro a mi Padre… no busco mi gloria” (Jn. 8:49, 50). Usted crecerá espiritualmente cuando siga el ejemplo de Cristo de someter su vida al señorío de Cristo, usted se caracterizará por su humilde deseo de glorificar al Padre.

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Avances importantes en la última hora

FEBRERO, 07

Avances importantes en la última hora

Devocional por John Piper

Y decía: Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. (Lucas 23:42)

Uno de los enemigos mortales de la esperanza es el hecho de haber tratado de cambiar por mucho tiempo y no haberlo logrado.

Miramos hacia atrás y pensamos: ¿Qué sentido tiene? Aún si lograra hacer un avance importante, no me quedaría mucho tiempo para vivir de esta nueva manera, en comparación con las muchas décadas de fracasos.

El ratero de antaño (el ladrón en la cruz al costado de Jesús) vivió aproximadamente por una hora más antes de morir. Él fue transformado. Vivió en la cruz como un hombre nuevo, con nuevas actitudes y acciones (no más insultos). Pero si el 99.99 % de su vida fue un desperdicio, ¿tendrá importancia el último par de horas de vida como hombre nuevo?

Importa de manera infinita. Este antiguo ladrón, como todos nosotros, se presentará ante el tribunal de Cristo para rendir cuentas por su vida. «Porque todos nosotros debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno sea recompensado por sus hechos estando en el cuerpo, de acuerdo con lo que hizo, sea bueno o sea malo» (2 Corintios 5:10). ¿Cómo es que su vida dará testimonio de su nuevo nacimiento y su unión con Cristo en ese día?

Las últimas horas contarán la historia. Este hombre era un hombre nuevo. Su fe era real. Él estaba verdaderamente unido a Cristo. La justicia de Cristo es suya. Sus pecados son perdonados.

Eso es lo que las últimas horas proclamarán en el juicio final. Su cambio era importante. Ese fue, y será, un hermoso testimonio del poder de la gracia de Dios y de la realidad de la fe de ese hombre y de su unión con Cristo.

Regresando a nuestra lucha por cambiar, no digo que los creyentes que luchan por cambiar no sean salvos, como el ladrón. Simplemente estoy diciendo que los últimos años y horas de vida son importantes.

Si en el último 1 % de nuestra vida podemos obtener la victoria sobre un hábito pecaminoso que tuviéramos por muchos años o sobre un defecto dañino de nuestra personalidad, esta victoria será un maravilloso testimonio del poder de la gracia, y será un testimonio añadido (no el único) de nuestra fe en Cristo y nuestra unión con él en el juicio final.

Tengan ánimo, aquellos que luchan. Continúen pidiendo, buscando, tocando. Continúen mirando a Cristo. Si Dios es glorificado al salvar a ladrones en la última hora, ciertamente él tiene un propósito en haber esperado hasta esta hora para darles la victoria que buscaron por tantas décadas.


Devocional tomado del libro “It’s Never Too Late to Keep Asking”

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Génesis 40 | Marcos 10 | Job 6 | Romanos 10

7 FEBRERO

Génesis 40 | Marcos 10 | Job 6 | Romanos 10

La respuesta de Job a Elifaz ocupa dos capítulos. En Job 6, expone lo siguiente:

(1) En los primeros versículos (6:1–7), Job afirma que tiene muchas razones por las que lamentarse de su situación: es imposible calcular su angustia y su desgracia (6:2–3). También reconoce algo obvio: en su universo, Dios mismo debe estar de alguna forma detrás de estas calamidades. “Las saetas del Todopoderoso me han herido, y mi espíritu absorbe su veneno” (6:4). Ni siquiera un asno rebuzna sin una razón (6:5). Así pues, ¿por qué lo trataban sus amigos como si estuviese quejándose sin razón?

(2) Job expresa su petición más profunda: que Dios simplemente le destruya. “¡Si Dios se decidiera a destrozarme por completo, a descargar su mano sobre mí, y aniquilarme!” (6:9). Es algo más que un deseo de morir: “Aun así me quedaría este consuelo, esta alegría en medio de mi implacable dolor: ¡el no haber negado las palabras del Dios Santo!” (6:10). A partir de ahí, quedan claras tres cosas. (a) A pesar de su inmenso dolor, Job sigue pensando desde la perspectiva de un creyente comprometido. Su sufrimiento no le está llevando hacia el agnosticismo o el naturalismo. (b) Es más, su principal deseo es permanecer fiel a Dios. No sólo ve a la muerte como una liberación de su sufrimiento, sino como una forma de evitar que la intensidad de su dolor provoque palabras o acciones por su parte que deshonren a Dios. (c) De forma implícita, también está respondiendo a Elifaz. No se debe menospreciar a un hombre con un compromiso tan apasionado de mantenerse fiel a “las palabras del Dios Santo” (6:10), calificándolo de frívolo y embustero.

(3) La postura de Elifaz se apoya en la suposición de que si Job actúa como aconseja Elifaz, se le restaurarán su riqueza y su poder. Job declara que se encuentra muy lejos de ese punto: no tiene esperanza, ni expectativas. No puede comportarse de una forma que le permita conseguir las bendiciones de Dios con artimañas (6:11–13).

(4) Entretanto, Job acusa a Elifaz y sus colegas (6:14–23): “Aunque uno se aparte del temor al Todopoderoso, el amigo no le niega su lealtad” (6:14); así es la auténtica amistad. Job analiza la verdadera razón por la que sus amigos han demostrado ser “arroyos inconstantes” o “corrientes desbordadas” (6:15): han visto algo terrible y tienen miedo (6:21). Su clara postura teológica ha quedado superada por el sufrimiento de Job, ya que creían que era un hombre justo. Ahora, deben hacerle entender que es impío, merecedor de sus sufrimientos, o ellos también estarán amenazados.

(5) Job termina con una súplica desgarradora (6:24–30). En lo que a él respecta, su propia integridad está en juego; no fingirá arrepentimiento cuando sabe que no merece este sufrimiento. Dice a sus amigos: “Reflexionad, no seáis injustos” (6:29).

Carson, D. A. (2014). Por amor a Dios: Devocional para apasionarnos por la Palabra. (L. Viegas, Trad.) (1a edición, Vol. II, p. 38). Barcelona: Publicaciones Andamio.

¡Tanto sufrimiento!

Wednesday 7 February

(Jesús dijo:) Aquellos dieciocho sobre los cuales cayó la torre en Siloé, y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que todos los hombres que habitan en Jerusalén? Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.

Lucas 13:4-5

¡Tanto sufrimiento!

¿Quién no se ha rebelado, al menos interiormente, debido a tantas injusticias que hay en el mundo? ¿A quién no le llama la atención ver tantos sufrimientos, físicos o morales?

La Biblia nos enseña que la principal causa de los males de la humanidad es el pecado. Por medio de él la muerte se introdujo en el mundo.

Es cierto que la mayor parte de las calamidades no son la consecuencia de un pecado concreto, pues alcanzan a inocentes y culpables al mismo tiempo. Pero los accidentes que afectan a algunos, a menudo sirven de advertencia para los demás. Tal drama, tal muerte brutal me recuerda que mañana me puede tocar a mí, que mis proyectos y mis vínculos afectivos se pueden romper repentinamente.

Dios quiere que seamos serios y estemos atentos, para conducirnos a hacernos las siguientes preguntas fundamentales: ¿Por qué estoy en la tierra? ¿Qué hay después de la muerte? ¿No tendré que rendir cuentas de mi vida un día? En efecto, lo más terrible para el incrédulo no es la muerte, sino lo que le sigue, es decir, el juicio de Dios.

No se rebele, no acuse al Creador; al contrario, ¡recuerde su amor! Dios castigó a su Hijo inocente en lugar de los culpables, como usted y yo. Y espera con paciencia que cada uno de nosotros acuda a él para ser salvo. ¿No desea hacerlo ahora?

Génesis 41 – Mateo 24:1-28 – Salmo 20:1-5 – Proverbios 8:1-11