El aborto y la campaña por la inmoralidad

El aborto y la campaña por la inmoralidad


martes, 16 de octubre de 2012

Estimado Amigo,

La elección presidencial estadounidense se avecina; y este año, temas bíblicos son un foco importante en el debate -más que en cualquier otra elección en la historia de nuestra nación.

Si usted ha visto las convenciones políticas cuando finalizaba el verano, sabe que el partido político más prevaleciente en Estados Unidos ha adoptado una plataforma que enfáticamente afirma los mismos pecados condenados en Romanos 1:18-32. De hecho, en la versión que fue ratificada inicialmente, ellos no consideran adecuado reconocer a Dios (cf. Romanos 1:28).

Estos políticos abogan explícitamente por el asesinato de bebés no nacidos y quieren legalizar diversos tipos de perversión sexual. Por otra parte, tienen la intención de aprovechar el proceso legislativo para obligar a todos a aceptar y respetar su moral alterada.

No son cuestiones «políticas». Se trata de un ataque a gran escala a la Escritura usando (y abusando) el proceso democrático. Es un intento de redefinir el pecado como justicia y viceversa. Esto trae a la mente las palabras de Isaías 5:20: «¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!»

En resumen, ellos «cambiaron la verdad de Dios por la mentira» (Romanos 1:25).

Nosotros, los que amamos a Cristo y queremos honrarlo, no podemos quedarnos pasivos, en silencio mientras que los políticos de nuestra nación prosiguen una agenda tan nefasta. La Escritura condena expresamente no sólo a «los que practican tales cosas», sino también a aquellos que «se complacen con los que las practican» (Romanos 1:32).

El mes pasado prediqué dos sermones sobre cuestiones morales y bíblicas que se debaten en la arena política. El primero de la serie es tan urgente que lo hemos producido en masa; y hemos tomado la decisión -sin precedentes- de enviar automáticamente una copia en CD a cada persona en nuestra lista de correo. (Eso es cerca de 100.000 copias.) Usted debería tener ahora una copia de ese mensaje, titulado «El aborto y la campaña por la inmoralidad.»

Quiero que también tenga la segunda parte de esta nueva serie. Se llama «La homosexualidad y la campaña por la inmoralidad»; y trata bíblicamente otro tema efervescente que está siendo ampliamente discutido en estos días. Para recibir su copia gratuita, sólo tiene que completar la tarjeta de respuesta adjunta y enviarla hoy mismo.

Usted podrá preguntarse por qué queremos hacer frente a estas cuestiones en vísperas de una elección. Después de todo, mi oposición a llevar la política partidista al púlpito es bien conocida. Escribí un libro entero sobre el tema. (Llamado Por qué el gobierno no lo puede salvar y, lamentablemente, ahora sólo está disponible en versión digital.) Pero muy rara vez menciono, mucho menos comento, acerca del proceso político.

Esto se debe a que la Verdad avanza en este mundo caído no por la fuerza o el poder político -no por la sabiduría humana o la influencia burocrática- sino por la proclamación del Evangelio y la predicación de la Palabra de Dios (1 Corintios 1:21). Debemos permanecer en esa tarea, y con la ayuda de Dios, lo haremos.

Pero el proceso político a veces se convierte en un medio para acelerar la propagación de la iniquidad y la injusticia. En este caso, los temas son claramente bíblicos, no meramente «políticos». Las perversiones sexuales y la matanza de los niños no nacidos son pecados atroces -en absoluto «derechos civiles»- de acuerdo a la Escritura. Cuando los políticos tratan de legalizar y regularizar estos males, son ellos quienes han propasado los límites de su función.

Durante este ciclo electoral, la inmoralidad flagrante ha sido decidida, enérgica y abiertamente integrada en la plataforma de un partido político nacional. No seríamos fieles a la Palabra de Dios             -seríamos culpables de no proclamar todo el consejo de Dios- si pretendiéramos que no está sucediendo. Usted recordará que Juan el Bautista confrontó la maldad en los más altos niveles del gobierno (Marcos 6:18). El suyo no fue un esfuerzo político, estaba tomando una posición de justicia, porque respondía a una autoridad superior a Herodes.

Permítanme ser claro: no estoy pidiendo su voto a favor de algún partido o candidato en particular; yo simplemente deseo exponer los temas bíblicos vitales que sustentan las agendas morales corruptas y están pasando como derechos civiles. Mientras hacemos esto, nuestro objetivo final es exaltar al Señor Jesucristo y llevar Su evangelio a los incrédulos. Después de todo, esto éramos algunos de nosotros (1 Corintios 6:11). Los incrédulos no son nuestros enemigos, sino nuestro campo de misión en necesidad de la verdad bíblica.

Siempre hemos creído y enseñado que la Palabra de Dios es siempre pertinente y totalmente suficiente para cada necesidad espiritual. En temporada y fuera de ella, en año de elecciones o no, nuestra misión es proclamar el Evangelio de la Biblia, enseñar a la gente lo que la Biblia quiere decir por lo que dice, ayudar a la gente a pensar bíblicamente acerca de los tiempos en que viven y equiparlos en sus ministerios a los demás.

Nos damos cuenta de que no estamos solos en nuestras convicciones o nuestra misión. El Señor nos ha rodeado de amigos como usted, celosos de la verdad bíblica, que ven que hay grandes necesidades espirituales a su alrededor, que reconocen la oportunidad que tienen de hacer un impacto y que están con nosotros, proveyendo para sustentar este trabajo.

El resultado es que muchos hombres y mujeres -algunos que anteriormente tenían poco acceso o interés en recursos bíblicos sólidos- nos están encontrando, están aprendiendo, creciendo e invirtiendo en los demás lo que hemos invertido en ellos. A través de su apoyo, usted forma parte de esa cadena de eventos que está haciendo eco en el cielo mismo. Gracias por sus oraciones y, a medida que nos acercamos al final del año, por su ayuda financiera. Que el Señor, quien ve, se lo devuelva, tanto en esta vida como en la vida por venir.

Con Amor en la Verdad,

John MacArthur

Pastor-Maestro

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Del libre albedrío

LOS ESTÁNDARES DE WESTMINSTER

y

La forma de gobierno de Westminster

La confesión de fe, catecismos menor y mayor y la forma de gobierno con citas bíblicas completas

Capítulo Nueve

Del libre albedrío

IX.1 Dios ha dotado a la voluntad del hombre con aquella libertad natural, de modo que no es forzada ni determinada hacia el bien o hacia el mal, por alguna necesidad absoluta de la naturaleza.

IX.2 El hombre, en su estado de inocencia, tenía libertad y el poder para desear y hacer lo que es bueno y agradable a Dios; pero esta inocencia era mutable, de tal manera que podía caer de ella.208

IX.3 El hombre, mediante su caída en el estado de pecado, ha perdido totalmente toda capacidad para querer algún bien espiritual que acompañe a la salvación; de tal manera que, un hombre natural, siendo completamente opuesto a aquel bien,210 y estando muerto en pecado, es incapaz de convertirse, o prepararse para ello, por su propia fuerza.212

IX.4 Cuando Dios convierte a un pecador y lo traslada al estado de gracia, lo libera de su esclavitud natural bajo el pecado, y sólo por su gracia lo capacita para desear y hacer libremente aquello que es espiritualmente bueno;214 pero a pesar de aquello, debido a la corrupción que aún queda en él, éste no obra perfectamente, ni desea solamente lo que es bueno, sino que desea también lo que es malo.

IX.5 Solamente en el estado de gloria, la voluntad del hombre es hecha perfecta e inmutablemente libre para hacer únicamente lo que es bueno.

Alvarado, A. R. (Trad.). (2010). Los estándares de Westminster y la forma de gobierno de Westminster (pp. 38–39). Guadalupe, Costa Rica; San Juan, Puerto Rico: CLIR; Sola Scriptura.

Abre las ventanas de tu corazón

MARZO, 08

Abre las ventanas de tu corazón

Devocional por John Piper

He puesto sobre él mi Espíritu… No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare. (Isaías 42:1-3)

Probablemente, las palabras más alentadoras que haya oído en semanas vengan de una profecía en Isaías 42:1-3 sobre cómo usará Jesús su poder espiritual.

¿Nos sentimos como una «caña cascada», o como uno de esos enormes y pesados lirios de Pascua, cuyo tallo ha sido aplastado de manera que la flor cae al suelo y no recibe vida? ¿Alguna vez sintieron que su fe es solo una pequeña chispa en lugar de una llama, como ese puntito rojo que queda en la mecha después de que se soplan las velas de cumpleaños?

¡Ánimo! El Espíritu de Cristo es el Espíritu de aliento: él no cortará nuestra flor, él no apagará nuestra chispa.

«El Espíritu del Señor esta sobre mí… para anunciar el evangelio a los pobres» (Lucas 4:18). «Se levantará el sol de justicia con la salud en sus alas» (Malaquías 4:2). Él es «manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas» (Mateo 11:29). «Espera al Señor; esfuérzate y aliéntese tu corazón. Sí, espera al Señor» (Salmos 27:14).

Podrá ser triste para nosotros tener solo una chispa en lugar de una llama de fuego. Pero ¡prestemos atención! y alentémonos: sí, hay una gran diferencia entre una chispa y un fuego, ¡pero hay una diferencia infinita entre una chispa y ninguna chispa! Una semilla de mostaza (de fe) está infinitamente más cerca de ser una montaña que lo está de no ser una semilla.

Abramos la ventana de las promesas de Dios y dejemos que el Espíritu sople en cada una de las habitaciones de nuestro corazón. El viento santo de Dios no romperá o extinguirá. Él levantará nuestra cabeza y soplará la chispa para que se convierta en llama. Él es el Espíritu de aliento.


Devocional tomado del articulo “The Spirit of Encouragement”

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Éxodo 19 | Lucas 22 | Job 37 | 2 Corintios 7

8 MARZO

Éxodo 19 | Lucas 22 | Job 37 | 2 Corintios 7

Algunas personas presentan a Pablo como un frío intelectual. ¿Por qué se relacionan estas dos palabras? No estoy seguro, pero ciertamente no encajan con el apóstol. Es obvio que Dios dotó a Pablo de una mente privilegiada, pero también era un hombre que hacía gala de una intensidad apasionada.

En 2 Corintios 7, Pablo declara que su gozo se desborda (7:4) a consecuencia de algunas noticias relativas a los corintios recibidas cuando fue a Macedonia. En su primera visita allí, no había tenido descanso, sino que fue “acosado por todas partes; conflictos por fuera, temores por dentro” (7:5). Sin embargo, sus miedos y dificultades se convirtieron en gozo cuando recibió las buenas noticias acerca de los corintios.

¿Qué provocó esta drástica transformación en la perspectiva del apóstol?

(1) Fuese cual fuese su mecanismo, Pablo reconoce que el motor de la transformación fue Dios, “que consuela a los abatidos” (7:6). En este caso, el Señor consoló al apóstol llevando a Tito a su lado, con algunas noticias de los corintios.

(2) Tito informó a Pablo de que los corintios habían recuperado su equilibrio, después de la reprensión del apóstol en su anterior visita y la dolorosa carta que este envió después. Ahora, anhelaban verle y expresaban “honda preocupación” por él (7:7). Tito trajo las noticias de que el dolor provocado por la misiva de Pablo se había vuelto “tristeza que proviene de Dios” porque había llevado al arrepentimiento (7:8–10); este dolor que genera arrepentimiento “que lleva a la salvación, de la cual no hay que arrepentirse, mientras que la tristeza del mundo produce la muerte” (7:10). Esta reacción de los corintios llenó a Pablo de gozo y aliento.

Todo esto indica, por supuesto, que Pablo está involucrado íntimamente en la vida de las personas a las que ministra. Sus propias emociones oscilan en función de sus relaciones con ellas. No obstante, tenemos que destacar que el apóstol no cae en dos trampas muy comunes. (a) Evita el tipo de distancia profesional que proyectan algunos ministros como escudo protector. (b) Aunque sus propios gozos y penas están claramente vinculados a lo que los cristianos corintios piensan de él, este vínculo no es principalmente personal. Cuando se da este caso, el ministro pierde su voz profética, diciendo y haciendo sólo lo que cree que mantendrá el afecto de su rebaño. Pablo se siente obligado a reprender a los corintios, en persona y por carta; no elude esa responsabilidad. Así pues, está gozoso por haberlos recuperado para sí y porque vuelven a ser fieles al Evangelio, la raíz de su deleite ilimitado.

Carson, D. A. (2014). Por amor a Dios: Devocional para apasionarnos por la Palabra. (L. Viegas, Trad.) (1a edición, Vol. II, p. 67). Barcelona: Publicaciones Andamio.

Un cambio radical

Jueves 8 Marzo

La palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu… y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.

Hebreos 4:12

Un cambio radical

«¡Lo voy a matar!», repetía aquel hombre que, al volante de su viejo camión, buscaba a su peor enemigo para vengarse. Solo pensaba en eso, ni siquiera podía dormir debido a su sed de venganza.

Aquel día se detuvo en un hotel para pasar la noche. En su habitación encontró un libro que no conocía, y pasó gran parte de la noche leyéndolo. Al día siguiente dejó el hotel. Cuando la persona encargada del aseo entró en la habitación, descubrió con espanto una pistola, una Biblia abierta y a su lado una hoja con las siguientes palabras: «Este libro salvó dos vidas: la mía y la de mi peor enemigo».

¿Por qué este cambio tan radical? El mensaje de la Biblia, como si fuese un potente proyector, iluminó la conciencia de ese hombre y le mostró su estado ante Dios, el horror del acto que iba a cometer. Lo hizo consciente de que Dios es luz y amor, y esto tocó su corazón lleno de odio, a tal punto que cambió de dirección.

Ante Dios no solo los delincuentes son culpables. “No hay justo, ni aun uno” (Romanos 3:10). Dios dirige este mensaje a todos. Declara que el corazón del hombre está lleno de tinieblas, pero que Dios es luz y amor. Jesucristo, “aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo” (Juan 1:9). Pero es necesario creer, tener el ojo sencillo de la fe, para ser lleno de Su luz y amor, y poder experimentar el mismo cambio radical en nuestra vida.

“Erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora (Dios) os ha reconciliado” (Colosenses 1:21).

Éxodo 20 – Hechos 15:1-35 – Salmo 31:9-13 – Proverbios 11:5-6
© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
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